6. Todo ellos iniciaron como anacoretas, es decir, como hombres solitarios del desierto.
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11. Santa Paula y Santa Marcela fundan otro para mujeres cerca de Jerusalén.
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13. Lo primero porque os habéis congregado en comunidad es para que habitéis en la casa unánimes y tengáis una sola alma y un solo corazón hacia Dios. Y no tengáis alguna cosa como propia, sino que todo sea de todos; y el prepósito distribuya a cada uno de vosotros el alimento y el vestido, no igualmente a todos, porque no tenéis todos iguales fuerzas, sino a cada uno según su necesidad.
14. Pues así leéis en los Hechos de los Apóstoles: Todas las cosas les eran comunes, y se distribuía a cada uno según su necesidad» (Hech. 4,32 y 35). Los que al entrar en el monasterio tenían algo en el siglo aspiren de buen grado a que sea común. Pero los que nada tenían no busquen en el monasterio lo que no pudieron tener fuera de él; con todo esto, socórrase su debilidad con lo que sea menester, aunque haya sido tanta su
15. pobreza cuando estaban fuera que no pudiesen hallar ni lo necesario. Y no se crean felices por haber encontrado la comida y vestido que no podían hallar fuera. Ni se envanezcan por verse en compañía de aquellos a quienes en el siglo no se atrevían a acercarse, antes bien, levanten su corazón a Dios y no busquen las vanidades terrenas, no sea que comiencen a ser los monasterios de provecho para los ricos y no para los pobres, si en ellos
16. se hacen humildes los ricos, y los pobres se envanecen…” (No. 1, a-d.)
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18. Su hermana santa Escolástica, fundó otro monasterio para mujeres.
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24. Esto en la segunda mitad del siglo IV y se extendió hasta finales del VI.
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29. Lucho contra las herejías como con el cesaropapismo. En sus homilías reclama justicia social.