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l, l¡   Rgc.tÍo¡, rnor,ócrc¡,

Los pensadores alemanes del siglo xvnr enfocaron la historia y
la vieron como una rcvelación permanente de Dios. A pesar de la
famosa consigna kantiana, qué incitaba aIa audacia áel pensa-
miento (sapere aude!), de hecho los historiadores filósofos o, por
mejor decir, los filósofos enfrascados en t¿reas históricas idealistas
no pudieron, e4 verdad, desembarazarse del peso de su tradición
agustino-luterana y fueron, pues, casi sin excepción, recorriendo
el viacrucis de l¿s sucesivas recaidas teológicas. Por supuesto,
Dios, molestísirno personaje para los filósofos ilustrados, sobre
todo los franceses, fue decler¿do inoperante, procesado y conde-
nhdo a ser desterr¿do de la historia; pero inútilmente, cuando
menos por lo que toca a los filósofos alemanes de la historia,
sobre quienes, en última instancia, pesó la esencia y presencia
del Dios cristiano-protestante por encima de toda solución secu-
larizante o disolutora.
   El tema capital de estos pensadores ilustrados alemanes es justa-
mente el de la caída (peccatum origi.nale), que será reconocida
con diversos nombres y que será considerada, asi sea e regafra-
dientes, como la causa de la pecaminosidad, de la irracionalidad y
de las.torrrrentosas pasiones que se mueven y mueven la historia.
En un principio se rechaza el que por causa del pecado original
haya perdido el hombre todas sus capacidades y eue, sin ayuda
de la gracia divina, sea c^Frrz del bien y de la verdad. Para el
siglo xvm la predestinación'protestante y el albedrío siervo han
perdido mr¡cha de su antañon-a I dremá-tica fuetza lgustiniena;
pero siguen aún operantes esclavizando la voluntad del hombre.
  Gottfried Guillermo Leibniz (1646-17L6)                  de
Dios"-                                        -"Sosiego
        que así fue como le pusieron sus padres, personas sin
duda piadocas, postula una teodicea, de acuerdo con la cual este
mundo es perfecto y el mejor de todos los posibles, puesto que
es expresión de la bondad divina y defensa, al mismo tiempo,
de la existencia del mal en dicho mundo. El mal existe porque
L4                 JUAN A.   ORTBGA   Y MEDINA                                               HIsroRrA DB LA nrstonrocn¡rÍ¡.                       15


             lle trete de un mundo finito y limitado, histórico. La presencia         tanto, incluida dentro de la unidad superior de la verdad conquis.
             del mal en él es necesaria corno castigo del pecado y consiguiente       tada en los sucesivos periodos de la historia humana. Lessing
             purificación. Leibniz no puede eliminar, Pese a su optimisrno,           intenta con su libro reconciLiar Ia religión con lo histórico, lo
             ia irracionalidad que se desprende de la mayor parte de los actos        trascendental con lo inmanente, la salvación con la condena y el
             humanos por           del lapso; es decir, las sinrazones de la          pecado; más aún, 1o histórico es reconocido como un factor nece-
             historia.        ""út"                                                   sario e imprescindible de lo religioso. En la historia asda en juego
                 De acuerdo con su punto de vista, los problemas de la historia       le mano de la Providencia Divina; pero Lessing no se atreve a
             son insolubles sin unalnterpretación filosófica. La existencia del       descubrir el secreto por entero; una empresa que, como veremos,
             mal en el mundo no impliia que Dios sea el autor del pecado;             estaba reservada a otro filósofo-historiador de mayor intuición
             el espíritu humano no puede comprender, Por causa de sus limi-           histórica.
             taciones, que el mal es una parte indispensable en -el conju-nto           De   1o que se   trata, según lo veíros,   es de   cerrar la fisura provo-
             armónico áel mundo, el mejo?, repitamos, que Dios haya podido            cada p,or la reforma luterana entre el ideal de la         libertad (digni-
              crear. La imperfección que el hombre contempla, que sufr-e,             dad humana) y Ia doctrina de la servidumbre y perdición de la
             sin duda, y que no compiende, es la presencia del pecado en la           voluntad; entre la salvación y el pecado; entre la raz6n y la sin-
             historia; .i d"ti", la preseircia de lo imperfécto en el orden perfec-    razón, El siglo alemin de la^Ilustración es el de la fusión de la
             to moral. Por coniiguiente, la supuesta deficiencie desempeña            reforma religiosa con el humanis¡no; el de la reconciliación de
             un papel importante-en la comprensión de que los malgs de la             l,utero con Erasmo, cediendo aquí el absolutismo del seruum
             históriá son ineludibles dentro de la armonía universal. Empero,         arbitriuw a la humanista y evangéIica Pbi.losopbia Cbristi. eras-
             la aceptación histórica y metafísica del pecado en la construcción       miana. Esta reconciliación con el humanismo permite que el
             del orten en el mundo equivale no sólo a la absolución del mal,          protestantismo luterano dél siglo xvIII se convierta en religión
             sino a aceptar también que éste y su inexcusable secuela irracional      de la libertad y que se dé paso a la secularizaciín de la historia.
             son forzosam€nte necesarios. En cierto modo de aquí parte su
              concepción pragmática, ejemplar, de la historia, que nos mues-
              tr¿ la virtud, la prudenciay el vicio repulsivo.                                              2.   LA rrrsroRll ¡'rrosórrc¡,
                 Gotthold Ephiaim Lessing (1729-l7sl)                     de Dios",
              llamado                                          -"Sostén
                        así por sus padres, y respondiendo el cognomento' corno       En 1784 Juan Godofredo                       como Leibniz, "Sosiego
                                                                                                                     -Gottfried,
                                                                                      de Dios"- Herder (tz++-t*ol) comenzó a escribir sus lileas para
              en el caso anterior, a la costumbre pietista alemana de entonces-
              partiendo de la religión y de la filosofía de su tiempo escribió        la filosofía de la hi.storia d,e ld bumani.d.ad., obn en la que, par-
              La educación ilel' géiero bumano (tzso), obra en la cual la histo-      tiendo de las audacias crític¿s de la escuela filosófica ilustrada,
              ria es considerada como el proceso constante en la investigación        censura (sin romper, no obstante, con la ilustración) el limitado
              de la verdad. Al hombre no le es dado descubrirla de una sola vez,      espíritu histórico de ésta, alayez tan clásico, tan abstractamente
              ya por la vía de la revelación ya por la de la raz6n; sin embar-        racionalista y tan desprovisto sentimental y románticamente de
                                                                                      sentimiento por el pasado nacional. La concepción dinámica y
              io,'el sentido de la historia está de;erminado por la aspiración del    particularista del hombre, la naturaleza transitoria de éste, su )
              Éombre a alcanzar tal verdad. Lessing se preguntaba sobre la
              clase de certeza que correspondia a la fe religiosa. -¿Descansa tal     esencia e inmersión en lo religioso, recaída teológica en que incurre f ¡ ¡
               certeza sobre una base rácional-intemporal o sobre una base            Flerder, presuponen una divinidad, un dios cuya voluntad rige I I j
              histórico-temporal? Lessing no puede renunciar a la racionalidad        al mundo moral o humano a Ia par que ordena el universo natu- |
              de la religióo-ni tampoco puede dudar de su vinculación histórica.      ral. Se trata de un organismo cósmico, todo él penetrado o comJ
              La solucién será coniiderar que lo histórico no constituye lo con-      penetrado de un soplo sobrenatural.
              trario de lo racional; que lo racional se cumple en lo histórico,          Fn la historia se manifiest* La naturaleza del hombre y en el
              con lo cual se adelanta'a Hegel. La propia revelación queda, por        plano histórico es donde se proyectan las fuerzas instintiuas de éste




':l.:@lr'l
t6                   JUAN A.   ORTBGA   Y MEDINA                                               HrsroRIA DE LA    ¡rrsronroen¿r'Í¡                17


                                                                 sin que     amañados, cargan consigo un plúrnbeo y perturbador gravamen
y   se realizen todas las posibilidades de perfeccionamiento,
,o .rto, sucesivos c"*6ios pierda el      hombre su continuidad esen-        de irracionalidad, de pasiones, sentimientos e instintos humanos
cial. La histori¿¡e-+o¡ coisiguiente, para Flerder la marcha del             desaforados qu,e, paradójicamente, son pneumatizados divinal,
ffi#iffifi;áñ;mad"ü'"r                      &e"ci"I en e,l ordeg-e n!'g'9    racionalment+ pr"rto que los hechos históricos, perturbadores
                       J'   el p as ado I'isié;iea"a-al ?éóoi iiáó ióltió:   e irracionales a causa de la caída, son vistos como etapas de un^"
;áifr-ru';"ri"-'""ti                                                         proceso rigurosamente racional. P4¡4-decirlo de otra maneru, l¡
ló;Ió. vital v salvador del hombre hacia el modelo de sí mismo;
H"urnánitas (el hombre general). IJn camino de perfección a tta'             io irracion"at se pqgle-eatendsr-'.Esmo emT-e6ia-t"en liltapa o I)
vés de progresivas imperfecciones. El género humano no se                    marc¡ra racronal.
desarrolfa fiáeal ptogtóin"*"nte, sino que cada cultur¿ nacional                  El problema qu€ se le presenta a Flerder, como el que estará
es única y, pn"t,'floiece de modo distinro frente ¿l desenvolvi-             presente en Kant, Schiller, Fichte, Schelling, Hegel, etcétera, es
miento d! üs otras. Cada cultura desenvuelve su propio genio                 el de resolver la dificultad que la ilustración le había dejado al
                                                                             filósofo historiador: explicar dentro del proceso histórico abier-
                                                                                                                                                          I
en función de sus inherentes principios de crecimientor- y todas                                                                                          I
y cadauna expresan la voluntád de Dios en una forma histórica                to al futuro el vergonzante sector intimo de activa irracionali-
ioica. Desde ista perspectiva Herder estudia las diversas civili-             dad. Herder intenta, pues, la salvación (absolución) del vesto I
zaciones en térmirios áe su propio estándar de valor y techaza                sector de pecarninosidad human¿ (los crimenes de la historia, de        1



                                                                              acuerdo con Voltaire) sin apelar al viejo Dios cristiano. Por j
                                                                                                                                                     I
 la aplicabilidad de cualquier norrna universal,. humana y válida,
 en él avaliro de una situación histórica. Herder estaba conven-             supuesto, no alcanzará del todo su aventurero propósito de 9u!- i
 cido de que lop pueblos son netamente distintos unos de los                  darse sin Dios ni tampoco logtará integrar la historia en su totali-
 otros, de que no existe una unidad humana, de que este idea                  dad. Pero la continuación de esta aventura espiritual pertenece
                                                                              ya a otro pensador.
 no es exacta . Cada pueblo tiene su individualidad propia, forma
 un todo distinto y original: Yol,kgei.st.                                        Immanuel            con nosotroe"- f(¿¡¡ (t724-1804) piensa
                                                                                             -"pies
                                                                              que la historia constituye una suma de acciones humana-s que 9l
     Las fases históricas son tdas necesarias y se justifican. La pri-
 mera edal. es la infanci a de la humanidad y correspon de e la edad          liistoriador observa especialmente desde afueru; es decir: fenomé-
 primitiva de los prtriarces (Oriente). Sigue a ésta lt en o edad             nicamente, sin interesarse en la peculiar tarea nouménica del
 ile la ailo'l'escencia temProna (Egipto y Fenicia). Grecia rePre-            filósofo, que consiste en resolver esencias. Como en el caso de
 senta la juuentuil: edad de la armonía, del saber, de las- artes             Flerder, 6 historia es también para Kant movimiento' una mar-
 y, sobre todo, del patriotismo. Roma representa la uiril'idail la            cha hacia una meta o final, un proceso teleológico. Esta marcha
 iereniilail y el ilominio político. Por último, los pueblos bárbaros         o proceso dinámico es necesario y est^ regido por una ley o-p-or
  (los germanos), que a su vez han pasado por las fases primitivas            lefes naturales. En la Crítica dei ¡uiclo ¡', sobre todo,- en la ld'ea
  oatriarcales. irrumoen v en el cristianismo se funden todas las             dá una bhtoria unlaersal en sentid'o cosmopolita, la humanidad
                                                                              se ha descargado, según patece' de Dios; se ha quitado de encima
  lultor"s alcanzándis. trí t" edad prouecta, que se prolonga hasta
  el siglo xvlr o de las Luces (Auf kltirung). Por supuesto' estas            al ser proviáencial pof Jxcelencia, rector de la historia. El hom-
  fases, eras o etapas, son ensa'yos hurmano's del organismo cósmico;
                                                                              bre queda simpleménte convertido en un ente natural-racional;
  intentos o caminos que el impulso divino inicia mediante la ade-
                                                                              pero sin que deje por ello de estar lastrado de impe-rfecciones
                                                                              -lirracionalidadeó:
                                                                                                   pecaminosidades) . La tarea inmediata a la
  cuada interacción del soplo y del hombre en su medio ambiente.
                                                                              que se ha de abocai Karrt es a la del deshuesamiento del hombre,
  El clima sólo coadyuva.; no compele sino predispone. Contraria-
  mente a lo que sostenían los racionalistas (Voltaire, Montesquieu)          for decirlo así; es a saber: quedarse con un ser general, natural-
  la originalid ad no le debe un pueblo al medio físico, concreta-            iacional y explicar o escamótear al mismo tiempo su entrañable
  mÉnt; el clima. Son así etapas culturales inacabadas, ensayos no            sector de irracionalidad.
   plenos, que van apareciendo en la historia y que' como dados                   FIemos aludido líneas arriba a una norrna o normas naturales
18                 JUAN A.   ORTBOA   Y   MBDINA                                         HrsroRrA DB LA    Hlsromocn¡rÍa                  19

que rigen la historia. La normativided rectora no em¿ne de Dios         justifica la existencia y presencia del hombre y éste se realiza en
porqué, como hemos dicho, la Providenci¿ Divina he sido de-             ella a través del descubrimiento progresivo de la libertad humana.
ótarada inexistente; tampoco proviene l¿ marcha de l¿ historia             Sin embargo, el peligro de la irracionalidad acecha a Kant lo
de una voluntad     individual conscientemente interesada y determi-    mismo que acechabe a Fferder y parr- conjurarlo, para evitar que
nente. El hombre concreto, el individuo, al ejecutar lo particular      las pasiones humanas pudieran alterar o detener, incluso, la mar-
 realiza precisamente esas leyes o norrnas. En los actos contingen-     cha cósmica del proceso moral autónomo liberador, el filósofo
tes poeáe observarse la normativa regularidad que los transciende.      kónigsberguiano incorpon a la marcha racional de la historia lo
Sin-darse cuenta, los hombres cumplen y siguen fielmente el             irracional; verbigracia: la irracionalidad mueve, motiva y es causa
saPuesto llamado plan de la naturaleza; verbigtacia: el que             de la racionalidad mediante sucesivos rompimientos y revolucio-
la naturaleza le impone a la historia o, 1o que viene a ser lo mismo,   nes, porque a Ia naturaleza no le importa el equilibrio o bienestar
las leyes históricas que constituyen las normas del plan -nltura_I.     momentáneo; lo que de seguro le interesa es el mejoramiento
No se trata, por conJiguiente, de acePtar una intencitnalidad en la     moral paulatino de la especie humana. Desde el punto de vista
 naturaleza,iotq.r" reiír, co*o en el caso de F{erder, una recaída      kantiano la tarca del historiador no consiste en mostrar cómo ha
providencialista sino simplemente de suponer unas intencione-s.         cobrado existencia el presente, sino predecir cómo será el futuro,
Existe, por un lado, un pian de Ia natura,leza que es previo- a toda    imaginando que para entonces desáparecerá,n del todo la pasión
  realizaftín; por el otrofuna rratvraleza humana apasionada, ma-       y la ignorancia, o lo que viene a ser lo mismo: la irracionalidad
terial, sobre el que ha de realizar Lef"orma anticipada en el plan.     motora. Pero postulat rtfla meta e imaginar la posibilidad de
La historia es, por consiguiente, la unión de dos abstracciones,        alcanzarla significa la cancelación de la historia y su reemplazo
sin que se haya demostrado la necesidad de ayuntar ambas.               por una metahistoria. Kant sueña con una constitución polittca
    Se ha, pues, arbitrado por Kant un supuesto instrumento concep-     eficaz y perfectamente cosmopolita como premio para la especie
tual apriorístico que de hecho no explica el proceso histórico, si      humana cuando pise ésta victoriosamente la meta de la paz perpe-
 bien no cae en Latrampa conclusiva. El providencialismo vergon-        tua; es a saber: cuando finiquite la historia en tanro que racional
 zante del gue no pudo escapar Flerder ha sido al parecer evitado       proceso de lo irracional o sinrazón racionalizada.
 por Kant.                                                                 Federico Schiller $Z n-nOS), esrudioso de Kant, joven y exce-
    También, como en Fferder, estamos ante una teleología histó-        lente poeta amén de mediano filósofo y aceptable historiador, al
 rlca, En el plan de la naturaleza existe indudablemente une meta       tomar posesión de la cátedra de historia en la Universidad de Jena,
  que alcanzar; una finalidad que consiste enla realización plenaria    dictó un famoso discurso académico (26-v-1V89), como profesor
de la naturaleza del hombre, o culminación del esquema más per-         de historia, afrte un espectante cónclave de juveniles ahimnos y
 fecto de la esencia humana: la plena autonomía moral mediante          graves y solemnes colegas: "A qué se llama y con qué fin se estudia
 normas racionales autoimpuestas, de validez absoluta, imperativa-      la historia universal", en donde, entre otras muchai cosas, establece
 mente categóricas. Yugo ético autónomo sin referencia trascen-         con cierta rigidez kantiana y nominalista la linea divisoria entre
 dental alguna. La meta (Ziel,),haeiala que se encamina la huma-        la historia universal y la particular. El tema de la conferencia y la
 nidad, consiste en alcanzar la máxima libertad o plena autonomía       exposición de la misma, kantianos en su desarrollo y finalidad,
 moral, como ya se dijo. Hay que aíraÁu que meüante la liberadora       establecen primeramente la distinción entre el historiador tradi-
 iluscación el hombre redime sus pecados; es decir, se desembaraza      cional y rutinario, el mero erudiro g na-pan (Brotgelebrte) y el
 de su culpable incapacidad. En este proceso o marcha histórica,        historiador poseedor de una firme y clara conciencia filosófica y,
 eI hombre va rcalizando el supuesto (mitológico) plan inten-           en tal virtud, atento a la marcha del proceso racional que acon"-
 cional de la naturaleza; va alcanzand,o su plena gsencia humana        tece en la historia. Frente a Ia tradición erudita Schiller declan
 en la historia; a saber: en rm proceso generacional liberante regido   críticamente que el nuevo tipo de historiador tiene que preocu-
 por leyes naturales, necesarias I, por ende, racionales. La historia   parse no sólo de saber acerca de hechos y fuentes, sino también,
20                     JUAN A.   ORTEGA   Y MBDINA                                            HrsroRrA DB LA   ¡rrsron¡ocn¿¡'Í¿               2L

                                                                             religiosos tradicionales de la túada dialéctica: paraíso, pecado
y mucho más fundamentalmenre, de la reflexión filosófica, del                --expulsión, regeneración- salvación. La exposición histórica de
óomentario lógico y del juicio ético en los grandes lineamientos             Schiller está deducida teológicamente y se halla montada sobre un
históricos.                                                                  concepto, que se desarrolla, por supuesto, dialécticamente y en la
   Por supuesto este discurso de Schiller no puede compararse, des-          misma dirección conceptual alcanzada posteriorrnente por Fichte.
d" oorito de vista de la reflexión filosófica, con las nueve rigu-           Mediante la oposición entre el logos (razón) y la estofa histórica
;;;;;ó;ti"iorr., kantianas acerca dele lilea d'e una bistoria uni'
   "l                                                                        (sinrazón) se va tejiendo el encaje dialéctico de la historie.
;;;;í;;   t;"üdo cosmnfolita;        empero los matices historiográficos         La rnarcha de este programado proceso histórico tiene por meta
de Schiler dan a su disiurso una laloración profesional y aconte-            final la rcalización plena del hombre, el desarrollo de su libertad
;triil. la hace históricamente superior a las susocitadas proposi-           rnoral" la cumplimentación de su esencia racional. Pero, si bien
ciones de Kant.                                                              esta meta significaba para Kant, según expresamos, una incom-
   Las tareas y preocupaciones del historiador consisten en ir
                                                               ex-
                                                                             prensión de la historie presente; para Schiller, por contra, connota
olicarrdo                          de la historia mediante el estu-          una intelección de ésta hic et nunc. El quehacer historiográfico
         "l "i*bi"ttte'espectáculo                 del plan
áiil;il-t;;lt""tótt, pft parte del hombre-gener¡l'naturaLeza                 schilleriano consistirá, pues, en hacer ver cómo ha adquirido exis-
                                         Kant, Lt
supuesto, que, según analizamos al referirnos a                              tencia el presente y no cómo se desplegará la historia en el futuro.
  ^impone                             o
le         a la historia. Es-te designio Programa lotT"ltl?',111             El objetivo de la historia universal consiste, de acuerdo con Schi-
la nituraleza asigna a la histori¿' presuPone-.que los uldlvldüos'           ller, en mostr¿r cómo el presente es como es. LJn rasgo más del
eiecutando lo pa-rticular y contingente, tealizan lo regulado
                                                                 y
                                                                             filósofo e historiador que fue Schiller es el de no ver en los acon-
i¿;;L ¿;.r'dá,     poes, el hombre |ue a,t.úa con-libertad lo que            tecimientos meros objetos de conocimiento científico, sino verlos
hie     cumplir-el propósito latente de la naturaleza; por tanto'            y sentirlos, experimentarlos imaginativa, románticamente, como
;ñi; "t ;i;;;;""i¿náal cristiano ha sido secularizad-o v trocado             propios. La simpatía cumple así un papel importante e integral
."          d! 1" ,rrt,rrrlezaz Io trascendental ha cedido ante 1o           supuesto que es la que proporciona al historiador la capacidad
    "f'pfr"
secular e inmanente.                                                         para penetrar en los hechos que estudia y sentidos como suyos.
   La historia está constituida por una serie de acciones concate-           El romanticismo fue la herencia roussoniana que tento Schiller
nadas que tiene por mira última la f'ormaitín coherente de una               como Flerder aportaron a la actividad y comprensión de la histo-
totalidad recionai. Las acciones humanas que se dan en la historia            dografia alemana, en su deseo de comprender el mundo desde el
están determinadas de acuerdo con las leyes de la naturalez^ y., por
                                                                             alma de los hombres: el camino quedaba, pues, despej ado parala
áirigoi"rrte, pueden ser conocidas por la relación de causa-efecto.          endopatía (Einf iilclar,n g) historicista.
                                                                 un             Aunque Schiller soñó también, como Kant, en un estado univer-
Esta ñistoria'isí plaoteada se mueve o es autornovida gracias a
                                           insociabilidad. La igno-          sal y en una constitución cosmopolita perfecta, sus ideas con refe-
iio..ro inr€rno áe oposición, de sociable medios arbitrados para             rencia a un¿ historia del presente son' pof un lado, el enlace con
i^n"i^    ylas pasion.lt ho*ttttt son los
                                                                             Herder y Rousseau y, por el otro, con Fichte e incluso con Hegel.
 il" n        h feiicidad racional   de la especie, su perfeccionamiento
                                                                             El famoso aforisrno schilleriano, tan mechado de teología y teleo-
rnor¿I.^í embargo, Schiller,
        Sin                          menos teólogo I: P9r tanto' menos
                                                                             logía, expresa los puntos extremos de este puente historiográfico
                     Krit, postula un               dialéctico en el que
 ó.rit"itr"   qrre                     -mecanismo                            ideal y conceptual: "La historia universal es el Juicio Final"
 qu.d, sintitizada     la oposición de lo racional e irracional. Este pro-   (Die IÍleltgeschicbte ist das Veltgericbte).
 J.* i,  desenvolvió $chiller en su otro ensayo intitr'¡'adoz Al'go
                                                                     al
iobre la prfmera sociedad bumana segú,n el, d,ocwmento mo'saico,                      3.   LA INTERpRsrncróN orarÉcnca       IDEALTsTA
estadio de  la inocencia (tesis) sigue eÍ de perversión (antítesis) y a
         *r"", estadio, adecuado a la verdadera naturaleza racional          El problema    fundanaental no resuelto, pese a todo, por Kant
irr,                                                                                                     es la presenci¿ de lo irracional en el
     ""
,ho*rrr" (síntesis). Claramente son perceptibles los fundamentos             y semirresuelto por Schiller
't)                JUAN ,{.   ORTEGA   Y   MEDINA                                          HISToRIA DB   LA nrstonlocna¡'Íe                 2'
seno más    profundo del hombre a consecuencia de la c-qí.da, Johann        Si las ideas son lógicas, se deduce que sorl necesarias; lo irracio-
Gottlieb                Fichte Qzez-ttt+), que estudió en K6nigs-        nal y contigente poseen de suyo ufr senrido, porque además de ser
           -Teófilo-
berg y fue en cierto modo alumno de Kant y al que éste ayudó en          conceptualmente lógicos son necesarios; es decir, tienen que haber
sus primeros pasos por el campo de la filosofia, considera que su        sido como fueron. El historiador se ericuentra ancorado en el pre-
mrirtro redujo la liistoria a un mero concePto: la marcha pro-           sente y sólo desde éste puede mírar al pasado y conocer, pues, la
gresiva de la- humanidad hacia la meta futura de la liberrad o           historia. Todo suceso histórico se encuentra en é1 pasado; piro esta
áutonomía moral. La obra de Fichte, Características ile I'a edad         generalización no es descubierta empíricamente por el historiador,
contemporónea (1804-180i), que precede a sus patri{tic9,s y              sino que es una condición a priori delconocimientohistórico; verbi-
naciorralista s Dlsanrsos a la nación alemana, es el intento del filó-   gracia: se trata de una representación esquemáticarlógica, concep-
sofo, yn en cierto sentido, historiador de explicar precisa y ,tota-     tual. Todo conocimiento histórico conriene conceptos y juicios
litariamente la historia del presente; o' Por mejor decir, la es-        apriorísticos; relación entre la secuencia temporal y la implica-
tructura conceptual de éste: suma sintética de conceptos, la cual        ción lógica. La historia queda así constituida por una serie o series
lo aparta de Kant y lo aproxima a Schiller. Tales concePtos son          necrsarias Ir por lo mismo, ya no es preciso comprobar empírica-
inteligibles y pueden €ntenderse por separado y e-n conjunto:            mente los hechos; en definitiva, no hay necesidad de conocerlos
aislados y iotáIizad.os. Tienen, por consiguiente, dos sentidos:         sino que, antes bien, de losnpropios conceptos esquemáticos se
el propio y el de la serie en qué se dan. En cada fracción del           irán deduciendo los meros hechos.
presenle se halla la historia eniera y, además, el sentido peculiat         La historia procede di¿lécticamenre a rravés de los siguienres
ó propio de esa porción del presente. Ahora bien, 9i esto es asi'        estadios o épocas: tesis: estado de inocencia o concepto puro (liber-
      l"- historia só hace compatible la causalidad del acontecer        tad ciega); antítesii: estado de pecaminosidad (übertad mediari-
 "o
 presente con la libertad del mundo moral; cada concepto histó-           zadapor el gobernante) y síntesls: estado de acabada pecamino-
 rico es rrreta y eslabón de una encadenada y beatificante meta          sidad (libertad revolucionaria y, pues, caótica). Mas coino la idea
 suprema; o, dicho de otra suerte, se trata de una serie de conceP-      lleva en sí misma el rnovimiento generador (o regenerador), esta
 toi lógicamente €structurados y vinculados. Los conceptos tienen,       primera síntesis se presentará a sí misma como nuev¿ tesis a la
 por tanto, que pasar de uno a otro por la vialígica triple o dia-       que se opondrá una antítesis, que será dinámicarnente superada
 léctica. El lonceptor QU€ €s primariamente una forma Pura o             en una síntesis nueva. FIe aquí, pues, un dinámico e ininterrum-
  abstracta, genera luego su propio contrario y se rcaLiza como un¿      pido proceso histórico o movimiento asccndente que culminará
 antitesis entre si mismo y su oponente; luego se suPera. Ia anti'       en la síntesis de la conciencia racional. La rneta de cada época
 tesis por la negación del contrario. Pero expresemos lo mismo           está en ella misma I, por lo tanto, el presente será siempre per-
 en forma diferente: unconcepto o tesis (1o)' que se proPone a           fecto si logra ser 1o que se había propuesto ser.
 sí mismo con libertad, implica necesariamente algo oPuesto' con-           De nuevo encontramos aquí, como en Schiller, un proceso pre-
 trario o contradictorio, antitético (no-yo); mas Ia escisión de         dialéctico sustentado en la lógica y enlatradición bíblico-cristiana.
 la realidad en una tesis que a sí misma se oPone o contraPone           La síntesis racional última viene a ser como el paraíso reganado,
  una antítesis requiere por fuetza una síntesis que anule sin des-      en donde la inocencia y la felicidad han de reinar nuevamente,
  truirlas las dos primeras. La síntesis suPera de este modo las dos     puesto que la historia se encuentra ya liberada de toda irraciona-
  concepciones parciales que la lógica tradicional había considerado     lidad (pecaminosidad). Fichte cree posible dicha liberación puesto
 estáticas. El mecanismo fichteano lógico-dialéctico explica diná-        que los actos humanos, no importa su grado de pecaminosa irra-
  micamente la marcha de la historia, puesto que en el seno propio       cionalidad, originan conceptos que se van superando lógicamente.
  de los conceptos se produce el movimiento, el cual se origina en       De la hipótesis dialéctica fichteana se deduce, por consiguiente,
  las puras y vivas ideas, sin agentes externos impulsores como          que los hechos históricos no pueden ser irracionales, puesto que
  en Flerder y como en Kant-Schiller.                                    todos elios poseen su íntima y dinámica racionalidad lógico-dialéc-
24                 JUAN A.    ORTBGA   Y MEDINA                                            HrsroRrA DB LA ¡ustomoon¿r'Í¡                     25


tica.   Setrata, sin embargo, de una hipótesis, de una teoria, de         el Absoluto se concibe como historia, como un desarrollo continuo
una deducción teorética y no de una comprobación empírica.                en donde el hombre realiza los propósitos providenciales del Ab-
Si los actos humanos criminosos no son a priorl irracionales tienen       soluto, llevando a cabo el plan racionalmente Programado y dis-
que ser a fortiori racionales; pero, si bien se mira, Ia irracionali-     puesto. Es la época moderna, la vida humana está gobernada por
dad tto ha sido del todo etiminada pese a los denodados esfuerzos         él pensamiento cientifico, filosófico e histórico I, Por lo mismo,
de Fichto en la dirección kantiana en este caso.                          las-muestras de irracionalidad se hallan en trance de total des-
     Federico Guillermo iosé Schelling (1775-18f4) -publicó sus           aparición.
meditaciones sobre la hiJtoria, incluidás ensasisterna ilel iclealisrno       La historia es un proceso temporal en el que el conocimiento y
trascenilental (tsOO), antes de que Hegel publicara elnla Enciclo-        lo que es factible de conocei contribuyen a Ia autonealizaeiín
bedia stt ensayo sobre filosof ía de la historia, que como Lecciones      del hbsoluton y donde éste es al mismo tiempo razón cognoscible
iobre ta fitosóf ía de lo hhtoria aparecieron después de su muerte,       y razón cogtrorceot.. Empero, el estudioso de teologia que fue
si bien comenzó a dictarlas en 1822.                                      iiempre Sclielling, al identificar al universo con el Asoluto recae
     Partiendo de Kant   y Fichte expuso que todo lo existente es         .o n-r panteísmó cristiano, si es que se nos permite decirlo as-i,
cognoscible por cuanto,   se trata de una encarnación de la raciona-      que qriiebra la identidad y da paso a la separación del mundo
üdád, b cuil, p^t, decirlo conceptüalmente como é1, es teórica-           finito histórico respecto del Absoluto. Se trata aquí, una vezmás,
mente el sucesiio despliegue de lJ conciencia absoluta en su rela-        de una recaida en el pecado provocada por el mal uso de la liber-
ción con la dialéctica dela filosof ia naturaly, prácticemente, el        tad. Al liberarse de lo absoluto 1o que es finito, incurre en el
desarrollo de la conciencia en el curso de la.historia, la cual es        pecado (caida); pero desde ese momento comienza a aspirar y
concebida (simultaneidad en este Punto de Schelling corr Hegel)           ácaso suspirar poi reincorporarse (salvarse en) al bien perdido,
como una
             'manifestación
                              o revelición del absoluto. Éste es la       lo cual se realiia a través de la evolución natural (el mundo) y
total indiferenciación de sujeto y objeto; de naturaleza y espiritu;      del proceso histórico (el hombre). La filosofía schellingiana de
de identidad de los contrarios,-los cuales no ofrecen, en efecto,          la historia tiene por misión relatar la paulatina reincorporación
una oposición rcal sino una men€ra distinta de participación              del hombre a la divinidad, al perdido edén. La evolución' tan-
o identific¿ción con el Absoluto mismo.                                   to del mundo natural como del histórico, se lleva a cabo a través
                                                                           de la trí¿da potencial procedente de Dios, lo cual da lugar
    La naturaleza y la historia (esta última en cuanto manifesta-
                                                                          sucesivamente a la natvraleza, al espíritu y aI alma universal.
ción del espíritu)-constituyen dos reinos de inteligibilidad que se
                                                                          En la fase final de su pensamiento, Schelling sustituye la religión,
manifiestari en el Absoluto, aunque, como dijimos, lo encarnan
                                                                           que él llama "positiva", y la filosofía de Ia razín_qor una reli-
de modo distinto. La historia está constituida por Pensamientos
                                                                           gión espiritual, en la cual el íntimo e irreductible sector de
y acciones menrales que son a la vez inteligentes e inteligibles sólo
                                                                          pecaminosidad queda, si no absuelto (cosa imposible para una
para ellos rnismos; fot*"o la carne y é1 hueso del Absoluto
                                                                           conciencia protestante), cuando m€nos sí subsumido.
po.q,r. son a la parsujeto y objeto del conocimiento. La actividad
i" ü merrte huirana én b historia es necesaria y libre. En el curso           El problema definitivo que le tocó resolver a Jorge Federico
del desarrollo histórico adquiere la mente una completa c,onciencia        Guillelmo Hegel (1770-1813), condiscípulo de Schelling en
d. ri y * percibe al mismoi-iempo libre y tljft?.? laley' Siguiendo        Tubinga yr como éstey estudiante de teología, fue el de eliminar
        tto^, Kant sino a Fichte, considera Schelling que, a grandes       las pasionés, la pecaminosidad; en suma, la iracionalidad, puesto
"hot" el desarrollo histórico Pasa conceptualmente por dos etapas
,rr*or,                                                                    que et pensaba, recogiéndolo de Flerder, que en su _esencia la
o fisr* en la primera el hombre pierrsa al Absoluto como natura-           rialidad-misma es racional' o, Fnra decirlo más apegadamente e
 l"i^, la cuZI la realidad se concibe rota,-dispersa, como ocurre          su pensamiento, que en la historia se tealiza la tesis de la raciona-
en ól"n politeísmo, y donde las formas políticas viven y mueren            üd;d de lo real y de la realidad de lo racional. Hegel ve la histo-
 ao*o otgtnismos íaturales (época antigua); en la segunda fase,            ria como un unitario y tatalizante proceso emproado hacia el
HrsroRIA DB LA xrsronrocner͡,                   27
26                    JUAN ,L   ORTBGA   Y MBDINA
                                                                                 ment_almente a aquéllas para alcanzaf, sus fines. La razón posee
puerro de la máxima racionalidad. Dado que la historia se nos Pre-               realidad y se €ncarna en los hechos históricos. El hombre es siem-
ít;;;-.;; l" irrrttttcit empirica que parece mostrar mejor el                    pre y al mismo tiempo pasional y racional; racionaliza sus pasio-
;l;" d"-i; iir"cional, Hegei propoodrf .tna nueva historia, a la                 nes y se apasiona de sus pensamientos. Así, pues, la posición
o"" liam"r¿ filosofía de ta histo¿a,la .oa¡ no será, aIa manera                   racionalista de Hegel, frente al espectáculo enloquecedór de la
i;lr;;i;ñ;""-r.ff""i¿" filosófica sobre aquélla (por ejemplo,                    historia, consiste en considerar esenciales para li razón misma
i; ir;;¿í";^lidad inherente ¿ la misma a lo largo de su.penosa                   los elementos irracionales. De este modo cree Flegel eludir el
;r;;ú;;;;"J."* hac1o Ia ¡oz de la taz6n) sino una historia lo mrs-               e_scollo de las pasiones en la historia, puesto que ellas mismas que-
tornada filosófica, eleveda a una Potencia superior Y' P€r                       dan integradas a la armonía del absolúto cósmico p ar la vialógrca;
Áq drti"t"      uábiéo a la meiamente empírica' LJna nueva '                     es decir: por la afirrnación de que no hay eventós irracionales en
                                                         en averi-
                      interes ada en compren¿er los hechos;
irir*ti" fif*ófica                                                               la historia.
l"rt ftt    razones   por las cuales aóntecieron los hechos como                     La filosofía de la historia de Hegel es una síntesis intencionada
icorrteci"ron y rrdtrn sólo preocupada -en comprobarlos empí-                    de las ideas de Kant, Flerder, Schillir, Fichte y Schelling; de ceda
ricamenre. De esta suerte, .1 ttn.oo historiador-filósofo estatá                 uno de estos pensadores extrae y úiliza Hegel ilgunas id-eas o tesis;
                                                                          €n
interesado en saber 1o que pensaron las gentes que actuaron                      pero combinándolas hábilmente hasra consriruir una explicación
                                                                      en d,:-
 tales o  cuales hechos y no tan sólo lo que bicieton; Porque                     totalizad,ora, rtna sulntna d,e la época moderna y un resumen glo-
 finitiva, los hechos históricos no pueden ni deben ser entench-                 bal de toda Ia historia. El método histórico hegéliano es dinámico,
 dos como puro aconrecer. La t"tá d.l historiador
                                                               consistirá en
                                                                                 dialéctico en un principio; pero congelante y Jstático en su evolu-
              í;úl;;; es decifi          examinar en primer lugar de un
 "*ir"""t                                                        en segunclo     ción final, como lo muesrra la historia de lafilosof ia, enla que se
 m,odo empírico los hechos-registrados en las fuentes;                           revela finalmente la verdad espiritual de la Idea Absolura o síntesis
 ;;;";;¿;";ide;lo;J;d.               E.r,r'o v expresar cómo se ven iesde
                                                                                 del espíritu subjetivo y del objetivo que se despliega y manifiesta
  ;;;;;t ¡e vista. ó ;' uer los páttt"iti"tttot,q":,t:i1l- Í::tut           la   en la historia. Como en Fichte, lalógióa hegeliana postula una tesis
  á" fit hechos prt" p.*iUir, inc-lusive en los máJ desaforados' es              A (ser: -afirmación)r ([u€ un4 vez analizada dári lugar a una
  !á"*iá" r¿eiü ¿"f acontecer            histórico' El ptoceso histórico
                                                                                 antítesis No-A (no ser: negación) , que analizada a su vei nos lleva
  .rn o.o..ro iógi"o, dado que toda historia es historia del
                                                                       pensa-
                                                                                  a-la síntesh Ar (devenir: negación de la negación). De la oposi-
  ;ir:*";"#ñ;;"              asiñismo que muesrra el aurodesarrollo de
                                                                            la   ción de los dos términos surge, pues, la síniesis que es .ro tti¡eoo
  Ia razón, Ahora bi.", si los econtecimientos que constituyen                   concepto o una nueya realidad; un nuevo enriquecimiento progre-
                                                            accrdentales slno
  historia son lógicos, ello quiere decir que no son                             sivo pleno de contenido.
                                                                   por Parte
   necesarios; de-aquí q.t" ól conocimiento.de la historia
                                                             también a prio-         Si el pensamiento (no lo que se piensa sino aquello que el pen-
   del historiad", ,to r."'ri-plemente empírico' sino                            samiento piensa, de acuerdo con Hegel) hace a la historia, la hace
   rístico, supuesto qrr. poa"*os ver y palpat su necesidad'                     en grados de perfección. El punto de partida del pensamiento
                                                                             y
      Todo.lo qrr" hr-r.t"-.dido-y -sucederá en la historia' acontecií           (mente o espíritu subjetivo) es el más bajo y menos periecro, puesto
                     h ár"ti"¿' del hombre ,, .y la        voluntad de éste
   ""o"."""tá i¡át
                                                                                 que apenas si es conciencia sensorial del hombre; sigue luego una
   ;;;;;f.*Ái.itt               rt"á""i¿o                o bien porque tod'o
                                             "" """iótt' de un pensamiento       escala superior, la del espíritu objetivo, creador del Derecho, de
   iÁ- (t^-i"al o irra.iottal) e.s. extetiotización es como puede                la Moralidad y del Estado, o sea, expresiones de la divinidad en el
   v tiene tras de ti         iiititción' De esta manera                         territorio histórico (humano) de lo finito, y remara por último en
   i{;i;;;¡*l"         """ pl^n' Voltaire, al sostener que inclusive
                         i;                                                      el Espíritu Absoluto o síntesis filosófica de los,dos anteriores. Por
                                      ^
     ililffi#i.      i"h"ána muestran la racionalidad circunstancial
                         -l"t
                                 p"ti""ts son la materia de que está hecha
                                                                                 lo que toca alproceso del devenir, éste se desarrolle dialécticamente
    de aquel momento.                                                            y por lo que concierne al desarrollo del estado en la fase segunda
    la historia; Pero sorr alLi'*o tiempo exhibicionesutiliza instru-
                                                                 racionales o
                                                                                 creadora del espíritu objetivo, éste se mueve o pasa históricamente
    ÁiiríÁ-li li razón, Áediante        las cuaLs esta última
Y MBDINA                                                     HrsroRrA DB LA   ¡¡rsronrocn¿rfu               Zg
28                     JUAN A.    ORTBGA

                                                                                     la voluntad liberada (liberum arütriam) los va a llevar, como

i"i. H:H1'        $'."i:'ü  *|":#if            i,.3mriili:.::';1         1           es patente en el caso de Schelling, a rtna teof.ania o revelación
                                                                                      (autodesarrollo) de Dios en el universo narural v moral. en
                      ,rg,rüil;;t        d"       el modelo herderiano'
resoectivam.nr",                            ""t""                                    donde, para decirlo de una buena vez, eI hombre
;.jffi il;ü;jff*t"¿tilo'i" et            r"¿i" v el Asia central Y'' sobre                                                                             ,ro
                                                  rambi:^:l                          cuenta o cuenta muy poco, pu€sto que no se relata"orr"r.tó
                                                                                                                                              un proceso
i;á"; c'#;;i#p"'i'-';;;;; v .c'i'tl"nisryo, v Pfosresl-                              humano sino un proceso cósmico.
                             evblucionan histórica
;i;;i";-á;i h,rpiriü Ábsoturo el modelo-generacional                                    Esta recaída teológica, como ya se dijo, nos lleva también a
;#;;"il "r?., a. ""..ittio "o" reino de.la religión y éste a su
                                                      Pi:Pl":                        Pensar que_estos historiadores filósofos imaginaran la historia de
iJ:';;;;ron ,otrr"p"'¿tt pot el                                                      la humanidad como un giganresco guiñol, inyor hilos invisibles
*"fi;;ü" i;;iil;i;;á"iá"¿" se da la plenitud de ra raz6n
                         Absoluto'
                                                                                     mueve el Dios-Naturaleza y en donde los hombres creen actuar
o-reielación del Espíritu                                                            con übertad, autónomamente, cuando de hecho son meroe tite-
                                                    la presencia del Dios
    En Hegel, al igual q* t; sus predecesol-es'                     Hegel            res apasionados. La nz6n de esto reside, a nuestro modo de
cristiano resulta            o se prlsent" o"lJá**te oculta'                         ver interpretativor_en que la persona humana no puede ser libre
                   "*p'Jo,               rige a la historia;   el Espiritu
imaeina que la prooi-JJiti"Ui"i""                                                   supuest-o que esa libertad menoscabaría, aunque fuere en ínfimo
 iiiJ.d;;;     d." n¡'"i"i''    ;id;;Ú"i"ersal o la Razón v volun-                  grado, la omnipotencia divina, de acuerdo.oi L,rteto y el pietis-
                                                       o concepto) deter-
tad (distintos nombres para urr mismo sujeto                                        mo posterior, o la de le naturaleza, de acuerdo con Kanr-Schiller.
 ffi);:il;;:;á;-i;;il'i"           á""di"l'.   ia historia es el reino u            Inclusive la posición criptoteológica de Hegel (..astucias de la
 orden   dond ,"      Ll''"i-Á¡t"r"to y éste' oor consiguiente' no                  raz6n"-) nos remite a una razón humana superioi y externa que
              " '"
 oodrá consu*.,r"                  rit*¡ ' tt''iét del conocimiento
 iiliár*t n"t-úiii*o, 'iil se nos ocurre'"Pensar oue como el hombre
                            ""-"1                                                   es fácilmente confundible con Dios: divinizáciindel hombre.'
                                                                                        ¿Y a qué enr€ pertenece esta ruz6n caljficada de humana?
                                                     irestricción luterana
 Hegel no puede t4";J;;áiiiLl"t'o¡tas                                               A un hombre general privado ya de su cogollo de irracionalidad;
 v pietistolut erana),'i; dtT;;;-ttt
                                           pt"" optt"tttt.creado Po-t.tl            a un hombre d-esprovisto de lo que más enirañablemente le perte-
                                                                   (que no
 ü'""?;il";b;; @-i;mediante iuvo 'umolimiento alcan-
                                                  divina) se logra                  lege y autencifica: sus pasiones. Si esto es así, el hombre de iarne,
 esioluntad hrr*",,, 'i"íexclusivamente                                             huesoy espíritu, comotecía Goethe y rcpetiria Lfnamuno, queda
  zar la rcvela"ió" (;I";;ñ;ñteTt
                                              filosófica' El motor irra-            reducido a ser tan sólo un insrrumenlo del Absoluto. El hombre
  cional actuante *b;;;;;;          Diot dtj" históricamente de operar              concreto no cuenta; el hombre dueño de su libre albedrio no es
                                          (racionalidad plena); empero
   alatcanzars. u r."ii*i t?Jlu¿áá                                                  ni siquiera-protesrantemente pensable. A pesar de tan formidables
                                                    en la historia se agota
  ;t di,,.""jü;frdr¿ hasta entonces operante el proceso se detiene y                esfuerzos, la filosofía criptoteológica alernana no pudo resolver la
  v- Dues. cesa de J;;;;ü        quiere dücir que                                   aporía entre un enre que no posee libertad y que no obstante
     {#"t:'n;:"#;
     -                ;;:',r"tüa se'á historia sino metahistoria'
                                        "o                                     ya
                                                                                    la va alcanzando a lo largo de su penoso y progresivo transitar
        Co-o puede ob"'o"i" "" ttdo' estos historiadores-filósofos                  histórico. En suma, si el hombre r-acionaháte abstracto no es
                                                 se encuentra básicamente
        r'J"t, ü r""r"sr" I i"-"tipto*ot"gía-                Frente t la dra-
                                                                                    real, tampoco lo es el desprovisto de pasiones.
     "i
     susrenrando t" .rp"..iiiiá"'fiforáiiJo-histórice. alemanes' pro-
      miticaconciencia ptát*"t"        de estos pensadores
                                                (set uu'nt"ar bitt iunt')' erigen          4.   le   rNrnnpnpT,rclów or¡,r,Écrrcn   MATERTALTsTA
     vocacla por una
                       "tilti;;q;t"áit"tt divino' fincada en un plan
      una salvación f""á"J"tr_"f
                                     po'u*n
                                                                                    La consigna con que la nueva aventura histórica dará comienzo
      natural sustituto   i;1; li"t"iiad 9 e1 t"t pio"tto dinámico-dia-             será la rpcuperación del hombre concreto con sus sentidos, senti-
                                                  Heider' schiller' Kant v
      léctico (tales las ';;#;fi;;ib4i;i                                            mientos, pasiones, debilidades y grandezas. Este rescare dei hom-
                                             tui,tesenetándose espiritual'
      Fichte). r" h,'*"íá"J;; ;;9;;;;.                                              bre ha 4e ir acompañado dé una comprensión totalitaria del
                                                 del"pecado' de la contin-
      lógica y .orr".p.,'"'l'i;;il;;;;ída                  q"" el rechazo de        proceso histórico. Lo que para elidealismo fue una empresa impo-
       gencia irracional. it'iitt¿ó,r"t átittt"tto'"'
HISTORIA DE   LA   HTSTORIOGRAFIA                  ,L
30                     JUAN A.   ORTBGA   Y       MBDINA

                                                                                   ración de las contradicciones implícitas en la masa gregaria y en
sible. puesto que rescarar al hombre individual significaba pala                   el individuo privado, y Ludwig Feuerbach (1804-1872) con su
él ren^unciat ,tot historia totalizante, lo llevarán a cabo las
                   "
l"""rr*"áiii."r.r-hirroriográficasz hallar sentido a la historia
                                                                                   explicación antropológica de la teología. Ambos filósofos, ade-
                                                                                   más del propio Flegel, influyeron en los jóvenes Marx,y Engels,
rild.ttt"i" el sentido propro det individuo' Hay que interpretar                   los cuales, Jpücando el método dialéctico e invirtiendo la tesis
la historia del hombre a pártir del hombre mismo'
                                                                                   capital hegeliana, resquebrajaron criticamente los cimientos de la
     Pocos años después de la muerte de Hegel (1331) "obrlyini                     sociedad burguesa: "¿quién ha barrido la dialéctica de los con-
                                                                  Los drsc,i-
 el derrumbe del higetianismo y de la escuela hegeliana'                           ceptos, terminadas las guerras de los dioses? Feuerbach. ¿Quién
 oulos v seeuidoreJ         del maestro se escindieron en una derecha              colocó al hombre en el trono ocupado por el antiguo f.inagoy por
 ;;;á.;" u";i .rrr" izquierda tadical,las cuales se pola1izaton no                 la conciencia infinita? Feuerbach y sólo Feuerbach", escribió el
 ;áb;;i;p"-¿"                1"r ¿r.trinas políticas, sino también.en.el           joven Marx.
 turiitorio perte^neciente al sistema filosófico y al método dialéc-                  Feuerbach fue entre los jóvenes hegelianos el que más con-
 tico. La áerecha hegeliana aceptó, sobre, todo, eI contentdo.;,
                                                                            Ia
                                               Heget sobre la racionalidad         tribuyó a fundar la izquierda. A partir de 1836 se dedicó a estu-
 i"""i"t¿" "i-*¿todol--tr-..rir'de                                                 dios de historia y de crítica religiosa y filosófica que, en cier-to
 ilb;;                          de to raciorral reiultaba apropiada y efica-
                "lrl.iii¿á¿                                                        sentido, resultaron demoledores para su época: La esencia ilel
 ;rtr";;;á-|" i""iii¿"ción del estado prusiano como existente'                     cristianismo (tS+t), Tesis proahionales paraunareforma cle la filo-
  ;;il;; ;"r" .t ,or*tt y-fortalecimienio.de las. posiciones, Polí-
                                                          primarto es.el espr-     sofía Qa+z), La esencia ile la rel,igión Qa+s) y Fil'osofía y cristia-
  ticas y iuriídicas conservadoras. Para Hegel lo
                            tealidad exterior es una forma de teanzacron           nisrno (ts¡g). Frente a la tesis hegeliana de la creación y rePro-
  ritu Éumanq y la
  d.i;;rtil ;' tL irqui"rda hegeliana sost€ndrá lo contrario'                      ducción del mundo por el espíritu, sostiene que este último no es
  -                                           .
                                                                                   más que una manifestación de la naturaleza, la cual es la reali-
      f^'izqui"rda heieliana, constituida por los llamados "jóvenes-
  hedelianos,,,," r                 inm ediata*.lrrt. por su oposición. teóri      dad primaria. Esta inversión de la tesis hegeliana precede a la
                       " ^"iriró
         r'.'t"ul;H;;¡;;f t                Por su impugnacióh PI   i:'l:1*t         famosa de Marx, si bien Feuerbach no rechazatá el hecho de que
  """J                                                            der rompl-       en el valor de lo espiritual se halla el mérito superior: la más elevada
   réeimen"prusiano neoabsolutista' La causa inmedlata
 ;il;;i;i;;t;;";                     abs al hegelianismo {ug b publicación         manifestación de la nataraleza. Sin la raz6n, piensa además
 ilüid;'l^'li¿i               ¿i fesris, escútl por David Federico Strauss         Feuerbach, no hay propiamente conocimiento; pero sin sensibilidad
   iisóá-iS7+).la cuat süóitó érr"otrrdai polémicas. Strauss, frente               no es posibl e alcaizar el menor saber verdadero. Quiere sustituir
   )'il"i¿.r'¿.íi lrfJr"f" v teólogo Hegel-de considerar eternos los               la religión por un nuevo humanismor .puesto que, según é1, el
   docmas cristianos, prágo.tt"ñ" cori crítica agudeza: ¿cómo .se                  único dios del hombre es el hombre mismo. "Los tiempos moder-
   ilil;;"t;;iüáoltr,i"¿Égmas históricamente ? A"t'qtt" mostraba                   nos ----escribe- han tenido Por tarea la realización y humaniza-
   3;;;;;t ;.tpeto tradicioníLnte las normas,- no dejL de.reconocer                ción de Dios; es decir, la transformación, ya indicada, de la
    Gñ Eiár¡gett*."rao "cre"ciones de la fantasia"' A pesar no
                                                                             de
                                                                                   teología en antropol ogia." El hombre ha creado sus dioses a su
    esto v Dese a su rnclinación filosófica materialista,          strauss
                                                                                   imagén y semejanza, y los crea de acuerdo con sus necesidades,
    ür""iA ii ,rr,                  afectar el contenido espiritual del cris-
                        "o*i"rrzos                                                 deseos y angustias: "Como es el hombre, asi son sus dioses", idea
    ,iriir*", .r cual seguía siendo para éI la más aha expresión moral
                                                              como tenía que       que con anterioridad habia ya expresado Spinoza en st Tratado
    A; i; h;;"idad. bbsérv.t. !o", una Yez más'                                    teológico-políticoz "Así como uno es, así es su Dios." La religión
                    a de la religión y dó h teología abúan la brecha en
                                                                             los
    *r. i"                                                                         de cada cultura o de cada hombre particular rcÍleja sus tendencias
    ;;;;t "rf.i" filosofía i"dealista e ilustrada de
             e. le                                        Alemania'
                                                                                   intimas, su secreta intimidad; de aqui que el contenido de las
        En este rompimiento crítico izquierdista destacaron Bruno                  religiones no debe ser tan sólo criticado sino comprendido. La
                                                                    negativa",
     B"[, ¡iiJ0i-iS'821, con la denomináda "c¡í-tica p.uracomo supe-
                                                        delhombre                  crítica del dogmatismo religioso lleva a Feuerbach a una especie
  ;il;       ii."o        doct¡inade la supremacia
                 "i,
ll

         32                      J'UAN A. ORTBGA   Y   MEDINA                                           HISTORIA DE   LII   HISTORIOGRAFÍÁ                33


         de ateismo ético-idealisra, que finalizatá, adelantándose en                   otros nos atrevemos a añ,adir, que sus ganas llegan hasta el deseo
                                                                              estc
         a Comte, en un culto a la humanidad'                                           de ser santificado e incluso deificado. Así los oiientales comunis-
              La veidader a tarea de la filosofía no debe' ser abstraer y siste-        tas, pata no ser menos y comp€tir en todos los campos con sus
                      h"rt" el Punto en que lo hace F{egel, sino hacer entender         c¿maradas (?) moscovitas, no han titubeado en momificar el
         ^uL^,misma; vivir al hilo de la vida conóreta, sensible' material'
         l"                                                                             cuerpo de Ho Chi Min y levantarle un soberbio y rivalizante
         Ver la filosofía como pensamiento abstracto equivale-a vivir
              "i¿"                                                                     mausoleo en la ciudad de Hanoi.
                                                                              ena-
         ienado, alciado de la vida y de la existencia.    Si invertirnos el pen-          Partiendo Feuerbach del materialismo francés del siglo xvm
         il;;;-d. e.".tU*lt y íeducimos la antropologia a la teologia'       y vl-
                                                                                       y del sensualismo inglés lockiano lleva su tesis a exrremos enaje-
         la enajenación vital significa tanto como vivir en el Pecado'                 riantes. La alimentación se convierte en sangre, ésta en corazón
         ;;;il;á; "quiv"lei"i            más ni m9n9s, a un vivir irracional' La       y éste en cerebro, en ideas y en materias de reflexión: el hombre
          filosofía, ptotigue Feuerbach, no-debe cmPezar,l ?oTo ""?lt::"               es lo que corne (Der Menscl¡ htrwas isst).La comida constiruye
               Heeei.-por Ia noción del ser abstracto, sino debe hacerlo Por           la base de la cultura y civilización humanas. Si se quiere mejorar
          ",, *t i"iti¡r".-Áhot, bien, el ser sensible es el hombre mismo
          .L                                                                           al pueblo deben dársele alimentos más ricos en lugar de deciara-
                                                                     sentimiento'
          o, más precisamente, la conóiencia humana en cuanto                          ciones contra el pecado. Tiene en parte razón Feuerbach, porque
          ;i;;J y tazón.           Élt"i.io de esa conciencia es el hombre indi-       la miseria social, que trae aparejada la mala alimentación,- es
          ;tá;;ü Jtp."-in"o; ,., áb;".o es también el hombre' el hombre
                                                                   "El ser divino
                                                                                       muchas veces, si no es que todas, el suelo nutricio de la inmora-
          d;;i;;á" ir,fioito, "orrrr.ríido en su pro-pio dios'o, mejor.{icfo'          t!di.{ f del crimen; es decir: de la irracionaüdad. Sin embargo,
          ;;b;          F;;;;b;th- "t .t-ti"o     el ir ñumano                         el filósofo materialista alemán no podía prever que en sociedades
           .l ;;; d-i hoÁUt" liberado de los límites del hombre individual."           modernas muy bien alimentadas pululalen el crimen y el vicio;
           iil;;i;a           el hombre desalienado (lo que para nosotros.vale         )', sobre todo, a sabiendas quería ignorar que no sólo de pan vive
           tanto    como decir des-irracionalizado, regenerado) puede ]legar           el hombre.
           rl.t t¡i"rt de su propio culto: no-el Dios-Hombre, sino elJ-Iorn-
                                                                          Huyel-
                                                                                           Carlos Marx (tats-1883), en su Tssls sobre Feuerbacb (ts+s),
           bre, en í"rrt" qo" itpácie humana divinizada en la Tierra'                  usa y critica las idees del filósofo y, desde luego, sigue la ruta del
           áo h"""r¡""h^del Escila divinal     cristiano, naufraga en el Caribdis      materialismo dialéctico iniciada por éste, evitando, empero, algu-
           á. U ¿i"i"ización antropológica; 1o que ¿ la latga explica' tal             nos de los excesos en que incurrió su colega. En la primera parte
           ;;r;l;thibi.i¿tt d.t.o*po áomificaáo de Lenin en el mausoleo                dela ldeología alernana no asume Marx el humanismó abstracto de
             ¿i-ii pt^"^ Roja de Mosóú, pasándose así de la desalienación a           Feuerbach, supuesto que el hombre no existe al margen de las
           ,rtr" t,r".r" alieíación; de la nó-irracionalidad a una más comPro-        circunstancias de clase y producción social. Acepta que lo prima-
                                                                                po-
            ;;;;;t" irracionalidad, a la qúe sólo le f a¡atía el elementoena-          rio es la naturaleza y lo secundario el espíritu; asimismo lo valioso
            pular rnilagrero     (a lo mejor nos equivocamos)- para quedar             que él extrae de Hegel es el método dialéctico y no el contenido
                                                                             xrrau'
            i"rr"d"rrr"rrie complet". Y es que, como escribe Ramón                    de la filosofía hegeliana. Coincide, ciertamenre, con Feuerbach
            ;;;;F;;;""1           io*o Marx v lí mavoúa de los filósofos del          en el ataque que éste hace a la filosofía de Ftregel, ala ctaldefine
     i      ilil";" "sufre[n] .rrr, ,ur.,róia de divinidad, de unaencontrar
                 -t.t                                     y- piensa[n]
                                                                         nostalgia
                                                                                      c-omo religióntrocada en pensamiefrto abstracto; y el materialismo
            á3t        divino que quiere[n] encontrar    1 Por su patte, con su       de Marx es feuerbachiano sólo en la idea de que debe fundarse
            en la histori" t"tr.rtré de los hombres".                    -y.          en una relación de hombre a hombre y en la coñsideración de que
             ;;;;;;;       inimitable irónico estilo, o'Gorman expresó hace ya        cl fin dei hombre es el hombre mismo. Marx sigue er *rroñ*
            ;;;; tres décadas, ![üe "el hombre de ciencia moderna siempre  2          aspectos críticos, como hemos dicho, la ruta marcada por Feuer-
            itt i""i¿" *nchítiÁrt ganas de suplantar al sacerdote"' Nos-              bach (la enajenación religiosa, por ejemplo); p.ro no acepta la
              l Xirau, p. 164.                                                        idea feuerbachiana de un hombre fundarnental¡nenre paslno y
              2O'Gorman,p.       ff.                                                  receptivo, y trueca dicha concepción en la idea de un:hombre
fi

     ,4                    JUAN A'    ORTBGA   Y MEDINA                                                     HrstonrA DE LA   HrsroRrocRAFÍA               3J

                                                                          Bacon y
     ectivo transformador del mundo. Inspirado en Francis                               "Das Betausstsein kann nie etwas anderes sein als das bewusste
     il;irü;-üt lii¿torot,        principalmenfe a Hegel' expresaba Marx                Sein" (la conciencia nunca puede ser otra cosa que eL ser cons-
     ;;;;;; t. tt"¡ir" deáicado i ittt"tpttt"r el mundo; peroentre              que     ciente). a En el primer tomo de El Capi.tal Marx arremete contra
     il;;;;;i"o se trataría de tranformaúo'La interacción                               Flegel, porqu€ para éste "el proceso del pensamiento, al cual
     lit*it ii v ho*bre, y hombre y natutaleza favorecenJ permi-                        transforma, bajo el nombre de idea, en objeto autónomo, es el
     ;;icamdio y la trrárfor*""ión del hombreptáctica' La teorie
                                                               mismo'                   demiurgo de la realidad.'Para mí, a la inversá, el mundo de las
     ;;;;;pi.-ená, de acuerdo con          Marx, con la                                 ideas no es más que el mundó magerial traspuesto y traducido
         El espíritu no determina el proceso histórico ni las relaciones                en el espíritu humano". La filosofía, que de acuerdo con Flegel
                      t*i"f.t, sino que é'stas, e" cuanto que constituyen la           era el mundo al revés, fue volteada por Marx, poniendo bo-
     ".á¿#i."tl de la historia, son el factor determinante sl bren no
     estructura légal                                                                   carciba,_permítase la fórmula popular de la expiesión, lo que
                                                                el marxismo.una
     ;;i;;. Ái""ibi.rr, er homo oeconomicu's es ParaeI correlato hrsto-                el otro había considerado que estaba bocabajo.
                          tendenciatry no une ficción; es
      realidad histórica
                         de le estrucíva capitalista, dependi*t: 9" :11?J
                                                                                       - Según_ Marx, Heggl tenia raz6n en pensar que la historia de la
      ;;;;ó;;J                                                                         humanidad está hecha de contradicciónes; piro que no la tenía
      no posee ulna consistenpia humana intemporal' *::1lit1T'r:i:11                   cuando pensaba que dichas contradicciones eran ábstractas y de
      o^Á tod^ época y sociedad. Conviene sostener' como lo hace et                    tipo puramente intelectual. Las contradicciones (lucha del hom-
      '*"r"i* ci'"mrci' sus Es c r i t o s p olí t ic o s, 9y 11 historia. lo,"t tt    bre contra el hombre_mismo) iban a cesar, según Hegel, cuando
                           "n
      l¿t""lo matemático, que en ella la cantidad deviene cualidad' rns-               acabase la existencia humana sobre la tierra; é*p.ro-d" acuerdo
      iro-""¡o de acción ei manos de los hombres que son inteligencia;                 conMarx, el cese (desenajenación) de la lucÉa áJontecerá d."tio
      a, á"ai" de hombres que sufren, comprenden t gozln, aceptan
                                                                                   o   de l¿ historia misma, terminándose así los conflictos y divisiones
      Á"iuirn (Paris, r, o) l). un marxismo-ingenuo               ha exagerado el      con la desaparición de las clases y realizándose por primera vez
                                                                              adrede
      valor exclusivo de la estructura desconociendo o ignorando                       en la historia, tras la doble etapa rlvolucionaria sócialfsta y comu-
       ;;;;i*                        de Marx   y c^rt'^sde éste a Engels en.que        nista, la totalidad y unidad del hombre.
                  "";respondencia el espíritu-humano no está exclusiva-
       ;;;;;;.r"É¿t¿           que                                                         La historia económica represenra paraMarx el ideal básico de
       *áir" ¿..*minado poi l" ".o,'omía' La religión,-el-arte' en curio-  la          su estudio y es alo que se ha llamado materialis¡no bistóri.co, que
       sidad cientí fica, la moda    y el erotismo son influidos cierto                no sólo ve a la historia, sino que fundamentalmente observá y
                                                                               cr€a-
       modo por lo económico; Pero no qued.e afirmarse que sean                        estudia las leyes de la evolución de la sociedad. La historia, que
            t"y". De la estructuri   económica, hecha la salvedad anterior'            era considerada por la escuela filosófica idealista como una reaüia-
       "iO"                                                       decir: La super-
       ¿;;;á;t t"t "U;"ti"* y creaciones cultu.rales; essu Conttibución                ción progresiva de las ideas, primordialmente de las ideas prefe-
       estructura. Como     el-píopio Marx describe en                                 ridas por el filósofo en turno, inventaba la realidad en lugar de
       i li ,r¡t¡ro de I'a ec'eno*ío pot'ítl,o, en donde elPole su-tesis               explicarla; por el contrario, la dialéctica materialista, descubrien-
       ú¿ri"" materialista, "no es la- conciencia de los hombres [tesis                do las leyes generales del desenvolvimiento de la sociedad humana,
       iJ;;iú;i la que dárcrmina las condiciones reales de la existencia               suprime lo artificial y encuenrra lo real. El materialismo dialéc-
       de los -ir*or, sino a la inversa, son sus condiciones reales de                 tico está abierto al influjo de las nuevas directrices de pensamiento;
       existencia (el 'ser social' .*o ,. escribe ahora rectificando a                 su originalidad así como su inapreciable valor metodológico resi-
       ü; t Er¡gels),t las que deftrminan-su conciencia"' En La                        den, según Marx, en su antidogmatismo, pu€sto que se trata tan
       ldrot'ogln nír*inn expresai lo mismo Marx y.Engels, acuñando                    sólo de un hilo conductor. El historiador marxista debe buscar las
        p.* Jff" un retruécino que resulta intraducible al castellano:                 f:uerzas motoras que consciente o inconscientemente (con dema-
                                                                                       siada frecuencia mucho más esro último) se encuenrran detrás de
          8Véa¡o   la rectificaclón (?) marxista, por ejemplo, en González Rolo'
      p. 38   y tf.                                                                      4   cir. A. schaff, p.   198.
¡I



                          JUAN .t"   ORTBGA   Y MBDINA                                               HrsroRrA DB LA   HrsroRrocRAríA                  37
     '6                                                                                Hay.que aclarer que no existe en Marx ningrln-romanticismo
     las acciones de los hombres en la historia. De acuerdo con el mate-
     rielismo dialéctico, el conflicto o Pugna entre las clases sociales            compasivo, ninguna caridad humana por el destino individual
     por causa de los distintos intereses que las mueven' constituye la             del proletariado; pero el proletariado viene a ser el nuevo pueblo
     ?uurr^ motriz de la historia; de lo cual se sigue, que al clausu-             electo del materialismo histórico, porque él se halla excluido de
     rerse o disolverse la oposición clasista tras la victoria de la revo-         todo privilegio en la sociedad actual (primera mitad del siglo xrx).
     lución proletaria, se iitaogurará el reino de la libertad, fundado            Dicho proletariado es el nuevo insrrumento de la historia del
        ,o oJu en el ráino de 1á necesidad. De este modo' la sociedad              mundo y, en cuanto tal, se ha de alcanzar con é1, mediante !a
     "
     burguesa-capitalista constituye "el capítulo final del estadio                 revolución, el fin escatológico de toda la historia mundial. Resul-
     prehistórico de la sociedad humana".                                          ta curioso en Marx tal rezago del idealis¡no alemán. Refiriéndose
     ' La definición generatr marxista, aI declarut que la historia de             éste en 18f3 a la inmisericorde explotación inglesa en la India,'
     toda sociedad existente hasta la actuaLidad es'; la historia de la            no excusa pero si justifica his'tóricamente la acción depredadora
     lucha de clases, 5 terminaba al parecer en el callejón sin salida             inglesa "La cuestión es                |d¿¡¡¡- ¿puede la humanidad
     de la paralización de la historia,-dado que su motor' la lucha de
                                                                                                            -pregung
                                                                                    realizar su destino sin una revolución a fondo en el estado social
     clases, de;ab a de actuat; pero no ocutrirá asi, porque los "hombres          de Asia? Si no es posible, cualesquiera que puedan ser los crime-
     nuevos" comunistas dirigirán ahora sus esfuezos a la infinita                 nes de Inglaterra fen la India], ello fue el, instrurnento lncons-
     tarea de Ia praxisrque anñ eilos no será otta cosa sino una libertad          ciente de la bistoria olrealiztr dicba reuolución" 6 (cursivas nues-
     consciente de la necesidad.                                                   tras). La seculariz¿ción del providencialismo agustiniano hace
                                                                                   acto de presencia por la vía planificante de Kant y Hegel. Tam-
                                                                                   bién Marx consideró la absorción de México y de toda Hispano-
          f.   er, rvrnsrnNlsMo JuDÍo DEL MANIFIESTo coMt¡NISTA
                                                                                   américa por los Estados Unidos, un crimen necesario por cuanto
     Marx, hijo de padre judío ---el cual abandonó b ley mosaicl F)ara             los norteamericanos eran también los instrumentos de que se
     poder ejércer ún importante puesto en el Estado -prusiano-, fue               valia Ia historia para consumar el plan revolucionario mundial.
     iducado en el luteranismo y, pese a esto' mostró desde muy joven
                                                                                  Una vez más y cuandi¡ ya podria suponerse atrumbada la vieja
                                                                                  tesis ilustrada de considerar que la historia se desenvuelve a im-
     un talante antirreligioso e incluso una marcada inclinación anti-
     semita. A pesar de Jllo, el ambiente familiar judío hubo de influir          pulsos de lo irracional, he aquí que la irracionalidad conquistante
     hondamenie sobre é1, porque nunca dejó de Poseer el talante y el             y explotadbra conducirá a la f.elicidad futura de la especie tras
     empaque físico y psíquico de un profeta bíblico del Viejo Tes-ta-            la cruenta y necesaria eclosión revolucionaria.
     *ettto El antiguo mesianismo y el profetismo judíos pueden                       En L924 el proletario Stalin, refiriéndose a él mismo y al prole-
     explicar la base idealista del materialismo de Marx.                          tarioLenin, en los funerales de éste, se expresaba así:' "Nosotros,
        it4arx exigía, no sin cierta fogosidad, la presencia de un horn-          los comunistas, somos individuos de una hechura aparte," Cierto
     bre nuevo: 7/, bornbre cornunista, el hombre regenerado moral-               es que la frase pudo ser alusiva a la originalidad de la acciín políti-
     mente, liberado de mda enajenación, de toda irracionalidad reii-             ca de los miembros del partido; pero la expresión también denora
     giosa y econórnica. ¿Y cómo y de dónde ha de surgir este -n-ueYo             la ínfima conciencia orgullosa de excepcionalidad y de misteriosa
     iipo h.r-"tto? El molde donde vaciarlo es precisa y patad'6jica-             elección.
     oi.rrt. la criatura más desgraciad¿ de la sociedad capitalista: el              ElManifiesto Com:u,nista (ts+a) conriene la filosofía del prole-
      proletariado, el ser más completamente enajenado de si mismo por-           tariado en cuanto pueblo elegido, y pu€sto que ese pueblo electo
     iue tiene que venderse poi el salario al capitalista, al dueño de            no es nada, posee, consecuentemente, los títulos para poseer y ser
      los medios de producción.                                                   todo. Tiene además, como justa compensación (justicia retribu-
         úPosteriormente excluirán del proceso la époct preliistórica (sociedad
                                                                                    6C. Marx, r, p. 330.
     comunista no clasista).
38                  JUANá"ORTEGAYMEDINÁ                                                     HrsToRrA DE LA r¡¡SrOnrocn¡rÍ¿                    39

tiva) a su inopia de origen, una misión universal dentro de la              Engels) el tránsito o adherencia desde una clase a orra: del noble
sociédad de la que ha surgido. Sólo el proletariadq no la bu-rgue-          al burgués y del burgués al proletario. Más aún, si el ser social
sía, tiene una riisión redóntora; es una nueva clase que no forma           determina la conciencia social, ¿cómo pudo el propio Marx engen-
parte de la sociedad actual; se halla fuera de    y por"ttciafmente        drar una conciencia sociocrítica anriLurguesu¡ Si re destieria er
lonstituye una sociedad absoluta, sin clases."lJ1 proletariado con-
                                               El                           amor al prójimo (trasunto del enajenado , o, a Dios), sólo cabe
c€ntra y resume en sí todas las contradicciones-y-antag-onismos             apelar al imperativo categórico kantiano, recurrir al mero inte-
sociales! es b clave del problema de la sociedad total de los              rés o recaer en el miserable e inhumano res€ntimiento.
hombres.                                                                      El Monif iesto Comunhta se rabre con una sentefrcia famosa, que
   Enla lileología alemana Marx define asi la importancia univer-          se enarbola resentida, casi vengativamente, no ya tan sólo conira
sal del proletariado:                                                      la inmoral sociedad capitalista, lo cual sería hasta justificadisimo,
                                                                           sino contra todas las pociedades existentes, lo cual ya no tiene
     Solamente los proletarios, completamente excluidos de todo            justificación histórica ni ética, porque el concepto d,e'exptótación
     ejercicio espontáneo de sus facultades human-as, son- caPaces         (especie de pecado original) oo-po.i" ser apücJdo a épocas histó-
     áe alcanza{vna emancipación total, no parcial, haciéndose due-       ricas que no con_ocieron el desarrollo de la sociedad burguesa. El
     ños de rcdos los mediós de producción. El proletariado, ese          hecho de que toda la historia hasta el presenre sea la expiesión del
     "productor impersonal de mercaderías", ese "asalariado"-Preo-                        clasista, no abona el que se interprete y valore este
     cupado en obténer dinero para poder vivir, es la única fse'za        -antagonismo
                                                                          hecho como explotación. Así, la estlavitud en el mundo clásico
     reiolucionaria que puede, a fin de cuentas' redimir a la socie-
     dad.                                                                 o e:a un hecho repulsivo, sino narural (contrariamenre a lo que
                                                                          fue la esclavitud en la épocamoderna) y san Agustín ra consideró
   El interés parricular de la clase proleteria coincide con el interés   un hecho social enrre muchos que la c"iid"d de6ía mitigar. Tam-
común de lJ sociedad y, por lo tanto, se yergue frente al inte-           poco la servidumbre feudal fue considerada y vivida como un
rés privadó del capital.'En- suma, desde la PersP-ectjva universal y      hecho antinatural y, pues, odioso, cuando *.rro, durante la alte
escalológica el pioletariado es el corazón de la historia futura          Edad Media. Es probable que en el futuro rranscurrir de los siglos,
v la filoíofia de'Itdarx su cer€bro y orientador. El curso entero de      y por causas muy diversas, la humanidad cambie de régimerali-
ia historia se modificará cuando el proletariado adquiera concien-        menticio y satisfaga su hambre consumiendo pildoras y vegetales;
cia de clase, se organice y se deje conducir por esa pequeña sección      mas esperamos, aunque no confiamos, en que no nos sentenciarán
de la clase intelectual dirigente, de la que el propio Marx (n-uevo       como inmorales por la dieta carnivora de ayer y de hoy (excep-
Moisés) se sentía su máximo rePresentante y guiar g-ue 9e echa aI         tuando sin duda de la condena a los vegetarianosr eü€ €o la India,
garete'y se alia a la clase revolucionaria, p-or-que es la únic-a- que    como se sabe, constiruyen la mayor paite de h plÉlación)
ii.tt. .i futuro en las manos. El burgués ideólogo que fue Marx,          de los inocentes animales que con su sacrificio han contribuido " "ori,
quien insistí¿ machaconamente en que él no era comunista, como
                                                                                    _presente, en gran parte y necesariamente, a la supervi-
                                                                          hasta el
de hecho nunca lo fue, se adhiere al proletariado porque barrunta,        vencia de la especie humana.
puede ver y penetrar teóricamente los movimientos históricos en
                                                                             La explotación {el hombre moderno, eso sí, encue ntra la expli_
ionjunto. Ef sintoma de la inminencia del cambio revolucionario
                                                                          cación empírico-científica más notable en la tearia marxista de la
es precisamente esa adhesión del pequeño sector burgués pen-
sanle. Y Marx nos recuerda, a guisa de ejemplo, que durante               plusvalia. La diferencia entre lo que recibe el obrero corno salario
la crisis anterior a la Revolución Francesa un sector de la nobleza       para atender a sus necesidades básicas y el beneficio que obtiene
se pasó a la burguesía. Empero, lo que hasta ahora nadie ha podido
                                                                          el capitalista a cventa de-las horas-trabajo extraordinarias, que
           por la vía dialéctica material es' cómo se opera en este       permiten la acumulación de cantidades progresivas de capitai. La
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Ortega y Medina

  • 1. l, l¡ Rgc.tÍo¡, rnor,ócrc¡, Los pensadores alemanes del siglo xvnr enfocaron la historia y la vieron como una rcvelación permanente de Dios. A pesar de la famosa consigna kantiana, qué incitaba aIa audacia áel pensa- miento (sapere aude!), de hecho los historiadores filósofos o, por mejor decir, los filósofos enfrascados en t¿reas históricas idealistas no pudieron, e4 verdad, desembarazarse del peso de su tradición agustino-luterana y fueron, pues, casi sin excepción, recorriendo el viacrucis de l¿s sucesivas recaidas teológicas. Por supuesto, Dios, molestísirno personaje para los filósofos ilustrados, sobre todo los franceses, fue decler¿do inoperante, procesado y conde- nhdo a ser desterr¿do de la historia; pero inútilmente, cuando menos por lo que toca a los filósofos alemanes de la historia, sobre quienes, en última instancia, pesó la esencia y presencia del Dios cristiano-protestante por encima de toda solución secu- larizante o disolutora. El tema capital de estos pensadores ilustrados alemanes es justa- mente el de la caída (peccatum origi.nale), que será reconocida con diversos nombres y que será considerada, asi sea e regafra- dientes, como la causa de la pecaminosidad, de la irracionalidad y de las.torrrrentosas pasiones que se mueven y mueven la historia. En un principio se rechaza el que por causa del pecado original haya perdido el hombre todas sus capacidades y eue, sin ayuda de la gracia divina, sea c^Frrz del bien y de la verdad. Para el siglo xvm la predestinación'protestante y el albedrío siervo han perdido mr¡cha de su antañon-a I dremá-tica fuetza lgustiniena; pero siguen aún operantes esclavizando la voluntad del hombre. Gottfried Guillermo Leibniz (1646-17L6) de Dios"- -"Sosiego que así fue como le pusieron sus padres, personas sin duda piadocas, postula una teodicea, de acuerdo con la cual este mundo es perfecto y el mejor de todos los posibles, puesto que es expresión de la bondad divina y defensa, al mismo tiempo, de la existencia del mal en dicho mundo. El mal existe porque
  • 2. L4 JUAN A. ORTBGA Y MEDINA HIsroRrA DB LA nrstonrocn¡rÍ¡. 15 lle trete de un mundo finito y limitado, histórico. La presencia tanto, incluida dentro de la unidad superior de la verdad conquis. del mal en él es necesaria corno castigo del pecado y consiguiente tada en los sucesivos periodos de la historia humana. Lessing purificación. Leibniz no puede eliminar, Pese a su optimisrno, intenta con su libro reconciLiar Ia religión con lo histórico, lo ia irracionalidad que se desprende de la mayor parte de los actos trascendental con lo inmanente, la salvación con la condena y el humanos por del lapso; es decir, las sinrazones de la pecado; más aún, 1o histórico es reconocido como un factor nece- historia. ""út" sario e imprescindible de lo religioso. En la historia asda en juego De acuerdo con su punto de vista, los problemas de la historia le mano de la Providencia Divina; pero Lessing no se atreve a son insolubles sin unalnterpretación filosófica. La existencia del descubrir el secreto por entero; una empresa que, como veremos, mal en el mundo no impliia que Dios sea el autor del pecado; estaba reservada a otro filósofo-historiador de mayor intuición el espíritu humano no puede comprender, Por causa de sus limi- histórica. taciones, que el mal es una parte indispensable en -el conju-nto De 1o que se trata, según lo veíros, es de cerrar la fisura provo- armónico áel mundo, el mejo?, repitamos, que Dios haya podido cada p,or la reforma luterana entre el ideal de la libertad (digni- crear. La imperfección que el hombre contempla, que sufr-e, dad humana) y Ia doctrina de la servidumbre y perdición de la sin duda, y que no compiende, es la presencia del pecado en la voluntad; entre la salvación y el pecado; entre la raz6n y la sin- historia; .i d"ti", la preseircia de lo imperfécto en el orden perfec- razón, El siglo alemin de la^Ilustración es el de la fusión de la to moral. Por coniiguiente, la supuesta deficiencie desempeña reforma religiosa con el humanis¡no; el de la reconciliación de un papel importante-en la comprensión de que los malgs de la l,utero con Erasmo, cediendo aquí el absolutismo del seruum históriá son ineludibles dentro de la armonía universal. Empero, arbitriuw a la humanista y evangéIica Pbi.losopbia Cbristi. eras- la aceptación histórica y metafísica del pecado en la construcción miana. Esta reconciliación con el humanismo permite que el del orten en el mundo equivale no sólo a la absolución del mal, protestantismo luterano dél siglo xvIII se convierta en religión sino a aceptar también que éste y su inexcusable secuela irracional de la libertad y que se dé paso a la secularizaciín de la historia. son forzosam€nte necesarios. En cierto modo de aquí parte su concepción pragmática, ejemplar, de la historia, que nos mues- tr¿ la virtud, la prudenciay el vicio repulsivo. 2. LA rrrsroRll ¡'rrosórrc¡, Gotthold Ephiaim Lessing (1729-l7sl) de Dios", llamado -"Sostén así por sus padres, y respondiendo el cognomento' corno En 1784 Juan Godofredo como Leibniz, "Sosiego -Gottfried, de Dios"- Herder (tz++-t*ol) comenzó a escribir sus lileas para en el caso anterior, a la costumbre pietista alemana de entonces- partiendo de la religión y de la filosofía de su tiempo escribió la filosofía de la hi.storia d,e ld bumani.d.ad., obn en la que, par- La educación ilel' géiero bumano (tzso), obra en la cual la histo- tiendo de las audacias crític¿s de la escuela filosófica ilustrada, ria es considerada como el proceso constante en la investigación censura (sin romper, no obstante, con la ilustración) el limitado de la verdad. Al hombre no le es dado descubrirla de una sola vez, espíritu histórico de ésta, alayez tan clásico, tan abstractamente ya por la vía de la revelación ya por la de la raz6n; sin embar- racionalista y tan desprovisto sentimental y románticamente de sentimiento por el pasado nacional. La concepción dinámica y io,'el sentido de la historia está de;erminado por la aspiración del particularista del hombre, la naturaleza transitoria de éste, su ) Éombre a alcanzar tal verdad. Lessing se preguntaba sobre la clase de certeza que correspondia a la fe religiosa. -¿Descansa tal esencia e inmersión en lo religioso, recaída teológica en que incurre f ¡ ¡ certeza sobre una base rácional-intemporal o sobre una base Flerder, presuponen una divinidad, un dios cuya voluntad rige I I j histórico-temporal? Lessing no puede renunciar a la racionalidad al mundo moral o humano a Ia par que ordena el universo natu- | de la religióo-ni tampoco puede dudar de su vinculación histórica. ral. Se trata de un organismo cósmico, todo él penetrado o comJ La solucién será coniiderar que lo histórico no constituye lo con- penetrado de un soplo sobrenatural. trario de lo racional; que lo racional se cumple en lo histórico, Fn la historia se manifiest* La naturaleza del hombre y en el con lo cual se adelanta'a Hegel. La propia revelación queda, por plano histórico es donde se proyectan las fuerzas instintiuas de éste ':l.:@lr'l
  • 3. t6 JUAN A. ORTBGA Y MEDINA HrsroRIA DE LA ¡rrsronroen¿r'Í¡ 17 sin que amañados, cargan consigo un plúrnbeo y perturbador gravamen y se realizen todas las posibilidades de perfeccionamiento, ,o .rto, sucesivos c"*6ios pierda el hombre su continuidad esen- de irracionalidad, de pasiones, sentimientos e instintos humanos cial. La histori¿¡e-+o¡ coisiguiente, para Flerder la marcha del desaforados qu,e, paradójicamente, son pneumatizados divinal, ffi#iffifi;áñ;mad"ü'"r &e"ci"I en e,l ordeg-e n!'g'9 racionalment+ pr"rto que los hechos históricos, perturbadores J' el p as ado I'isié;iea"a-al ?éóoi iiáó ióltió: e irracionales a causa de la caída, son vistos como etapas de un^" ;áifr-ru';"ri"-'""ti proceso rigurosamente racional. P4¡4-decirlo de otra maneru, l¡ ló;Ió. vital v salvador del hombre hacia el modelo de sí mismo; H"urnánitas (el hombre general). IJn camino de perfección a tta' io irracion"at se pqgle-eatendsr-'.Esmo emT-e6ia-t"en liltapa o I) vés de progresivas imperfecciones. El género humano no se marc¡ra racronal. desarrolfa fiáeal ptogtóin"*"nte, sino que cada cultur¿ nacional El problema qu€ se le presenta a Flerder, como el que estará es única y, pn"t,'floiece de modo distinro frente ¿l desenvolvi- presente en Kant, Schiller, Fichte, Schelling, Hegel, etcétera, es miento d! üs otras. Cada cultura desenvuelve su propio genio el de resolver la dificultad que la ilustración le había dejado al filósofo historiador: explicar dentro del proceso histórico abier- I en función de sus inherentes principios de crecimientor- y todas I y cadauna expresan la voluntád de Dios en una forma histórica to al futuro el vergonzante sector intimo de activa irracionali- ioica. Desde ista perspectiva Herder estudia las diversas civili- dad. Herder intenta, pues, la salvación (absolución) del vesto I zaciones en térmirios áe su propio estándar de valor y techaza sector de pecarninosidad human¿ (los crimenes de la historia, de 1 acuerdo con Voltaire) sin apelar al viejo Dios cristiano. Por j I la aplicabilidad de cualquier norrna universal,. humana y válida, en él avaliro de una situación histórica. Herder estaba conven- supuesto, no alcanzará del todo su aventurero propósito de 9u!- i cido de que lop pueblos son netamente distintos unos de los darse sin Dios ni tampoco logtará integrar la historia en su totali- otros, de que no existe una unidad humana, de que este idea dad. Pero la continuación de esta aventura espiritual pertenece ya a otro pensador. no es exacta . Cada pueblo tiene su individualidad propia, forma un todo distinto y original: Yol,kgei.st. Immanuel con nosotroe"- f(¿¡¡ (t724-1804) piensa -"pies que la historia constituye una suma de acciones humana-s que 9l Las fases históricas son tdas necesarias y se justifican. La pri- mera edal. es la infanci a de la humanidad y correspon de e la edad liistoriador observa especialmente desde afueru; es decir: fenomé- primitiva de los prtriarces (Oriente). Sigue a ésta lt en o edad nicamente, sin interesarse en la peculiar tarea nouménica del ile la ailo'l'escencia temProna (Egipto y Fenicia). Grecia rePre- filósofo, que consiste en resolver esencias. Como en el caso de senta la juuentuil: edad de la armonía, del saber, de las- artes Flerder, 6 historia es también para Kant movimiento' una mar- y, sobre todo, del patriotismo. Roma representa la uiril'idail la cha hacia una meta o final, un proceso teleológico. Esta marcha iereniilail y el ilominio político. Por último, los pueblos bárbaros o proceso dinámico es necesario y est^ regido por una ley o-p-or (los germanos), que a su vez han pasado por las fases primitivas lefes naturales. En la Crítica dei ¡uiclo ¡', sobre todo,- en la ld'ea oatriarcales. irrumoen v en el cristianismo se funden todas las dá una bhtoria unlaersal en sentid'o cosmopolita, la humanidad se ha descargado, según patece' de Dios; se ha quitado de encima lultor"s alcanzándis. trí t" edad prouecta, que se prolonga hasta el siglo xvlr o de las Luces (Auf kltirung). Por supuesto' estas al ser proviáencial pof Jxcelencia, rector de la historia. El hom- fases, eras o etapas, son ensa'yos hurmano's del organismo cósmico; bre queda simpleménte convertido en un ente natural-racional; intentos o caminos que el impulso divino inicia mediante la ade- pero sin que deje por ello de estar lastrado de impe-rfecciones -lirracionalidadeó: pecaminosidades) . La tarea inmediata a la cuada interacción del soplo y del hombre en su medio ambiente. que se ha de abocai Karrt es a la del deshuesamiento del hombre, El clima sólo coadyuva.; no compele sino predispone. Contraria- mente a lo que sostenían los racionalistas (Voltaire, Montesquieu) for decirlo así; es a saber: quedarse con un ser general, natural- la originalid ad no le debe un pueblo al medio físico, concreta- iacional y explicar o escamótear al mismo tiempo su entrañable mÉnt; el clima. Son así etapas culturales inacabadas, ensayos no sector de irracionalidad. plenos, que van apareciendo en la historia y que' como dados FIemos aludido líneas arriba a una norrna o normas naturales
  • 4. 18 JUAN A. ORTBOA Y MBDINA HrsroRrA DB LA Hlsromocn¡rÍa 19 que rigen la historia. La normativided rectora no em¿ne de Dios justifica la existencia y presencia del hombre y éste se realiza en porqué, como hemos dicho, la Providenci¿ Divina he sido de- ella a través del descubrimiento progresivo de la libertad humana. ótarada inexistente; tampoco proviene l¿ marcha de l¿ historia Sin embargo, el peligro de la irracionalidad acecha a Kant lo de una voluntad individual conscientemente interesada y determi- mismo que acechabe a Fferder y parr- conjurarlo, para evitar que nente. El hombre concreto, el individuo, al ejecutar lo particular las pasiones humanas pudieran alterar o detener, incluso, la mar- realiza precisamente esas leyes o norrnas. En los actos contingen- cha cósmica del proceso moral autónomo liberador, el filósofo tes poeáe observarse la normativa regularidad que los transciende. kónigsberguiano incorpon a la marcha racional de la historia lo Sin-darse cuenta, los hombres cumplen y siguen fielmente el irracional; verbigracia: la irracionalidad mueve, motiva y es causa saPuesto llamado plan de la naturaleza; verbigtacia: el que de la racionalidad mediante sucesivos rompimientos y revolucio- la naturaleza le impone a la historia o, 1o que viene a ser lo mismo, nes, porque a Ia naturaleza no le importa el equilibrio o bienestar las leyes históricas que constituyen las normas del plan -nltura_I. momentáneo; lo que de seguro le interesa es el mejoramiento No se trata, por conJiguiente, de acePtar una intencitnalidad en la moral paulatino de la especie humana. Desde el punto de vista naturaleza,iotq.r" reiír, co*o en el caso de F{erder, una recaída kantiano la tarca del historiador no consiste en mostrar cómo ha providencialista sino simplemente de suponer unas intencione-s. cobrado existencia el presente, sino predecir cómo será el futuro, Existe, por un lado, un pian de Ia natura,leza que es previo- a toda imaginando que para entonces desáparecerá,n del todo la pasión realizaftín; por el otrofuna rratvraleza humana apasionada, ma- y la ignorancia, o lo que viene a ser lo mismo: la irracionalidad terial, sobre el que ha de realizar Lef"orma anticipada en el plan. motora. Pero postulat rtfla meta e imaginar la posibilidad de La historia es, por consiguiente, la unión de dos abstracciones, alcanzarla significa la cancelación de la historia y su reemplazo sin que se haya demostrado la necesidad de ayuntar ambas. por una metahistoria. Kant sueña con una constitución polittca Se ha, pues, arbitrado por Kant un supuesto instrumento concep- eficaz y perfectamente cosmopolita como premio para la especie tual apriorístico que de hecho no explica el proceso histórico, si humana cuando pise ésta victoriosamente la meta de la paz perpe- bien no cae en Latrampa conclusiva. El providencialismo vergon- tua; es a saber: cuando finiquite la historia en tanro que racional zante del gue no pudo escapar Flerder ha sido al parecer evitado proceso de lo irracional o sinrazón racionalizada. por Kant. Federico Schiller $Z n-nOS), esrudioso de Kant, joven y exce- También, como en Fferder, estamos ante una teleología histó- lente poeta amén de mediano filósofo y aceptable historiador, al rlca, En el plan de la naturaleza existe indudablemente une meta tomar posesión de la cátedra de historia en la Universidad de Jena, que alcanzar; una finalidad que consiste enla realización plenaria dictó un famoso discurso académico (26-v-1V89), como profesor de la naturaleza del hombre, o culminación del esquema más per- de historia, afrte un espectante cónclave de juveniles ahimnos y fecto de la esencia humana: la plena autonomía moral mediante graves y solemnes colegas: "A qué se llama y con qué fin se estudia normas racionales autoimpuestas, de validez absoluta, imperativa- la historia universal", en donde, entre otras muchai cosas, establece mente categóricas. Yugo ético autónomo sin referencia trascen- con cierta rigidez kantiana y nominalista la linea divisoria entre dental alguna. La meta (Ziel,),haeiala que se encamina la huma- la historia universal y la particular. El tema de la conferencia y la nidad, consiste en alcanzar la máxima libertad o plena autonomía exposición de la misma, kantianos en su desarrollo y finalidad, moral, como ya se dijo. Hay que aíraÁu que meüante la liberadora establecen primeramente la distinción entre el historiador tradi- iluscación el hombre redime sus pecados; es decir, se desembaraza cional y rutinario, el mero erudiro g na-pan (Brotgelebrte) y el de su culpable incapacidad. En este proceso o marcha histórica, historiador poseedor de una firme y clara conciencia filosófica y, eI hombre va rcalizando el supuesto (mitológico) plan inten- en tal virtud, atento a la marcha del proceso racional que acon"- cional de la naturaleza; va alcanzand,o su plena gsencia humana tece en la historia. Frente a Ia tradición erudita Schiller declan en la historia; a saber: en rm proceso generacional liberante regido críticamente que el nuevo tipo de historiador tiene que preocu- por leyes naturales, necesarias I, por ende, racionales. La historia parse no sólo de saber acerca de hechos y fuentes, sino también,
  • 5. 20 JUAN A. ORTEGA Y MBDINA HrsroRrA DB LA ¡rrsron¡ocn¿¡'Í¿ 2L religiosos tradicionales de la túada dialéctica: paraíso, pecado y mucho más fundamentalmenre, de la reflexión filosófica, del --expulsión, regeneración- salvación. La exposición histórica de óomentario lógico y del juicio ético en los grandes lineamientos Schiller está deducida teológicamente y se halla montada sobre un históricos. concepto, que se desarrolla, por supuesto, dialécticamente y en la Por supuesto este discurso de Schiller no puede compararse, des- misma dirección conceptual alcanzada posteriorrnente por Fichte. d" oorito de vista de la reflexión filosófica, con las nueve rigu- Mediante la oposición entre el logos (razón) y la estofa histórica ;;;;;ó;ti"iorr., kantianas acerca dele lilea d'e una bistoria uni' "l (sinrazón) se va tejiendo el encaje dialéctico de la historie. ;;;;í;; t;"üdo cosmnfolita; empero los matices historiográficos La rnarcha de este programado proceso histórico tiene por meta de Schiler dan a su disiurso una laloración profesional y aconte- final la rcalización plena del hombre, el desarrollo de su libertad ;triil. la hace históricamente superior a las susocitadas proposi- rnoral" la cumplimentación de su esencia racional. Pero, si bien ciones de Kant. esta meta significaba para Kant, según expresamos, una incom- Las tareas y preocupaciones del historiador consisten en ir ex- prensión de la historie presente; para Schiller, por contra, connota olicarrdo de la historia mediante el estu- una intelección de ésta hic et nunc. El quehacer historiográfico "l "i*bi"ttte'espectáculo del plan áiil;il-t;;lt""tótt, pft parte del hombre-gener¡l'naturaLeza schilleriano consistirá, pues, en hacer ver cómo ha adquirido exis- Kant, Lt supuesto, que, según analizamos al referirnos a tencia el presente y no cómo se desplegará la historia en el futuro. ^impone o le a la historia. Es-te designio Programa lotT"ltl?',111 El objetivo de la historia universal consiste, de acuerdo con Schi- la nituraleza asigna a la histori¿' presuPone-.que los uldlvldüos' ller, en mostr¿r cómo el presente es como es. LJn rasgo más del eiecutando lo pa-rticular y contingente, tealizan lo regulado y filósofo e historiador que fue Schiller es el de no ver en los acon- i¿;;L ¿;.r'dá, poes, el hombre |ue a,t.úa con-libertad lo que tecimientos meros objetos de conocimiento científico, sino verlos hie cumplir-el propósito latente de la naturaleza; por tanto' y sentirlos, experimentarlos imaginativa, románticamente, como ;ñi; "t ;i;;;;""i¿náal cristiano ha sido secularizad-o v trocado propios. La simpatía cumple así un papel importante e integral ." d! 1" ,rrt,rrrlezaz Io trascendental ha cedido ante 1o supuesto que es la que proporciona al historiador la capacidad "f'pfr" secular e inmanente. para penetrar en los hechos que estudia y sentidos como suyos. La historia está constituida por una serie de acciones concate- El romanticismo fue la herencia roussoniana que tento Schiller nadas que tiene por mira última la f'ormaitín coherente de una como Flerder aportaron a la actividad y comprensión de la histo- totalidad recionai. Las acciones humanas que se dan en la historia dografia alemana, en su deseo de comprender el mundo desde el están determinadas de acuerdo con las leyes de la naturalez^ y., por alma de los hombres: el camino quedaba, pues, despej ado parala áirigoi"rrte, pueden ser conocidas por la relación de causa-efecto. endopatía (Einf iilclar,n g) historicista. un Aunque Schiller soñó también, como Kant, en un estado univer- Esta ñistoria'isí plaoteada se mueve o es autornovida gracias a insociabilidad. La igno- sal y en una constitución cosmopolita perfecta, sus ideas con refe- iio..ro inr€rno áe oposición, de sociable medios arbitrados para rencia a un¿ historia del presente son' pof un lado, el enlace con i^n"i^ ylas pasion.lt ho*ttttt son los Herder y Rousseau y, por el otro, con Fichte e incluso con Hegel. il" n h feiicidad racional de la especie, su perfeccionamiento El famoso aforisrno schilleriano, tan mechado de teología y teleo- rnor¿I.^í embargo, Schiller, Sin menos teólogo I: P9r tanto' menos logía, expresa los puntos extremos de este puente historiográfico Krit, postula un dialéctico en el que ó.rit"itr" qrre -mecanismo ideal y conceptual: "La historia universal es el Juicio Final" qu.d, sintitizada la oposición de lo racional e irracional. Este pro- (Die IÍleltgeschicbte ist das Veltgericbte). J.* i, desenvolvió $chiller en su otro ensayo intitr'¡'adoz Al'go al iobre la prfmera sociedad bumana segú,n el, d,ocwmento mo'saico, 3. LA INTERpRsrncróN orarÉcnca IDEALTsTA estadio de la inocencia (tesis) sigue eÍ de perversión (antítesis) y a *r"", estadio, adecuado a la verdadera naturaleza racional El problema fundanaental no resuelto, pese a todo, por Kant irr, es la presenci¿ de lo irracional en el "" ,ho*rrr" (síntesis). Claramente son perceptibles los fundamentos y semirresuelto por Schiller
  • 6. 't) JUAN ,{. ORTEGA Y MEDINA HISToRIA DB LA nrstonlocna¡'Íe 2' seno más profundo del hombre a consecuencia de la c-qí.da, Johann Si las ideas son lógicas, se deduce que sorl necesarias; lo irracio- Gottlieb Fichte Qzez-ttt+), que estudió en K6nigs- nal y contigente poseen de suyo ufr senrido, porque además de ser -Teófilo- berg y fue en cierto modo alumno de Kant y al que éste ayudó en conceptualmente lógicos son necesarios; es decir, tienen que haber sus primeros pasos por el campo de la filosofia, considera que su sido como fueron. El historiador se ericuentra ancorado en el pre- mrirtro redujo la liistoria a un mero concePto: la marcha pro- sente y sólo desde éste puede mírar al pasado y conocer, pues, la gresiva de la- humanidad hacia la meta futura de la liberrad o historia. Todo suceso histórico se encuentra en é1 pasado; piro esta áutonomía moral. La obra de Fichte, Características ile I'a edad generalización no es descubierta empíricamente por el historiador, contemporónea (1804-180i), que precede a sus patri{tic9,s y sino que es una condición a priori delconocimientohistórico; verbi- naciorralista s Dlsanrsos a la nación alemana, es el intento del filó- gracia: se trata de una representación esquemáticarlógica, concep- sofo, yn en cierto sentido, historiador de explicar precisa y ,tota- tual. Todo conocimiento histórico conriene conceptos y juicios litariamente la historia del presente; o' Por mejor decir, la es- apriorísticos; relación entre la secuencia temporal y la implica- tructura conceptual de éste: suma sintética de conceptos, la cual ción lógica. La historia queda así constituida por una serie o series lo aparta de Kant y lo aproxima a Schiller. Tales concePtos son necrsarias Ir por lo mismo, ya no es preciso comprobar empírica- inteligibles y pueden €ntenderse por separado y e-n conjunto: mente los hechos; en definitiva, no hay necesidad de conocerlos aislados y iotáIizad.os. Tienen, por consiguiente, dos sentidos: sino que, antes bien, de losnpropios conceptos esquemáticos se el propio y el de la serie en qué se dan. En cada fracción del irán deduciendo los meros hechos. presenle se halla la historia eniera y, además, el sentido peculiat La historia procede di¿lécticamenre a rravés de los siguienres ó propio de esa porción del presente. Ahora bien, 9i esto es asi' estadios o épocas: tesis: estado de inocencia o concepto puro (liber- l"- historia só hace compatible la causalidad del acontecer tad ciega); antítesii: estado de pecaminosidad (übertad mediari- "o presente con la libertad del mundo moral; cada concepto histó- zadapor el gobernante) y síntesls: estado de acabada pecamino- rico es rrreta y eslabón de una encadenada y beatificante meta sidad (libertad revolucionaria y, pues, caótica). Mas coino la idea suprema; o, dicho de otra suerte, se trata de una serie de conceP- lleva en sí misma el rnovimiento generador (o regenerador), esta toi lógicamente €structurados y vinculados. Los conceptos tienen, primera síntesis se presentará a sí misma como nuev¿ tesis a la por tanto, que pasar de uno a otro por la vialígica triple o dia- que se opondrá una antítesis, que será dinámicarnente superada léctica. El lonceptor QU€ €s primariamente una forma Pura o en una síntesis nueva. FIe aquí, pues, un dinámico e ininterrum- abstracta, genera luego su propio contrario y se rcaLiza como un¿ pido proceso histórico o movimiento asccndente que culminará antitesis entre si mismo y su oponente; luego se suPera. Ia anti' en la síntesis de la conciencia racional. La rneta de cada época tesis por la negación del contrario. Pero expresemos lo mismo está en ella misma I, por lo tanto, el presente será siempre per- en forma diferente: unconcepto o tesis (1o)' que se proPone a fecto si logra ser 1o que se había propuesto ser. sí mismo con libertad, implica necesariamente algo oPuesto' con- De nuevo encontramos aquí, como en Schiller, un proceso pre- trario o contradictorio, antitético (no-yo); mas Ia escisión de dialéctico sustentado en la lógica y enlatradición bíblico-cristiana. la realidad en una tesis que a sí misma se oPone o contraPone La síntesis racional última viene a ser como el paraíso reganado, una antítesis requiere por fuetza una síntesis que anule sin des- en donde la inocencia y la felicidad han de reinar nuevamente, truirlas las dos primeras. La síntesis suPera de este modo las dos puesto que la historia se encuentra ya liberada de toda irraciona- concepciones parciales que la lógica tradicional había considerado lidad (pecaminosidad). Fichte cree posible dicha liberación puesto estáticas. El mecanismo fichteano lógico-dialéctico explica diná- que los actos humanos, no importa su grado de pecaminosa irra- micamente la marcha de la historia, puesto que en el seno propio cionalidad, originan conceptos que se van superando lógicamente. de los conceptos se produce el movimiento, el cual se origina en De la hipótesis dialéctica fichteana se deduce, por consiguiente, las puras y vivas ideas, sin agentes externos impulsores como que los hechos históricos no pueden ser irracionales, puesto que en Flerder y como en Kant-Schiller. todos elios poseen su íntima y dinámica racionalidad lógico-dialéc-
  • 7. 24 JUAN A. ORTBGA Y MEDINA HrsroRrA DB LA ¡ustomoon¿r'Í¡ 25 tica. Setrata, sin embargo, de una hipótesis, de una teoria, de el Absoluto se concibe como historia, como un desarrollo continuo una deducción teorética y no de una comprobación empírica. en donde el hombre realiza los propósitos providenciales del Ab- Si los actos humanos criminosos no son a priorl irracionales tienen soluto, llevando a cabo el plan racionalmente Programado y dis- que ser a fortiori racionales; pero, si bien se mira, Ia irracionali- puesto. Es la época moderna, la vida humana está gobernada por dad tto ha sido del todo etiminada pese a los denodados esfuerzos él pensamiento cientifico, filosófico e histórico I, Por lo mismo, de Fichto en la dirección kantiana en este caso. las-muestras de irracionalidad se hallan en trance de total des- Federico Guillermo iosé Schelling (1775-18f4) -publicó sus aparición. meditaciones sobre la hiJtoria, incluidás ensasisterna ilel iclealisrno La historia es un proceso temporal en el que el conocimiento y trascenilental (tsOO), antes de que Hegel publicara elnla Enciclo- lo que es factible de conocei contribuyen a Ia autonealizaeiín bedia stt ensayo sobre filosof ía de la historia, que como Lecciones del hbsoluton y donde éste es al mismo tiempo razón cognoscible iobre ta fitosóf ía de lo hhtoria aparecieron después de su muerte, y razón cogtrorceot.. Empero, el estudioso de teologia que fue si bien comenzó a dictarlas en 1822. iiempre Sclielling, al identificar al universo con el Asoluto recae Partiendo de Kant y Fichte expuso que todo lo existente es .o n-r panteísmó cristiano, si es que se nos permite decirlo as-i, cognoscible por cuanto, se trata de una encarnación de la raciona- que qriiebra la identidad y da paso a la separación del mundo üdád, b cuil, p^t, decirlo conceptüalmente como é1, es teórica- finito histórico respecto del Absoluto. Se trata aquí, una vezmás, mente el sucesiio despliegue de lJ conciencia absoluta en su rela- de una recaida en el pecado provocada por el mal uso de la liber- ción con la dialéctica dela filosof ia naturaly, prácticemente, el tad. Al liberarse de lo absoluto 1o que es finito, incurre en el desarrollo de la conciencia en el curso de la.historia, la cual es pecado (caida); pero desde ese momento comienza a aspirar y concebida (simultaneidad en este Punto de Schelling corr Hegel) ácaso suspirar poi reincorporarse (salvarse en) al bien perdido, como una 'manifestación o revelición del absoluto. Éste es la lo cual se realiia a través de la evolución natural (el mundo) y total indiferenciación de sujeto y objeto; de naturaleza y espiritu; del proceso histórico (el hombre). La filosofía schellingiana de de identidad de los contrarios,-los cuales no ofrecen, en efecto, la historia tiene por misión relatar la paulatina reincorporación una oposición rcal sino una men€ra distinta de participación del hombre a la divinidad, al perdido edén. La evolución' tan- o identific¿ción con el Absoluto mismo. to del mundo natural como del histórico, se lleva a cabo a través de la trí¿da potencial procedente de Dios, lo cual da lugar La naturaleza y la historia (esta última en cuanto manifesta- sucesivamente a la natvraleza, al espíritu y aI alma universal. ción del espíritu)-constituyen dos reinos de inteligibilidad que se En la fase final de su pensamiento, Schelling sustituye la religión, manifiestari en el Absoluto, aunque, como dijimos, lo encarnan que él llama "positiva", y la filosofía de Ia razín_qor una reli- de modo distinto. La historia está constituida por Pensamientos gión espiritual, en la cual el íntimo e irreductible sector de y acciones menrales que son a la vez inteligentes e inteligibles sólo pecaminosidad queda, si no absuelto (cosa imposible para una para ellos rnismos; fot*"o la carne y é1 hueso del Absoluto conciencia protestante), cuando m€nos sí subsumido. po.q,r. son a la parsujeto y objeto del conocimiento. La actividad i" ü merrte huirana én b historia es necesaria y libre. En el curso El problema definitivo que le tocó resolver a Jorge Federico del desarrollo histórico adquiere la mente una completa c,onciencia Guillelmo Hegel (1770-1813), condiscípulo de Schelling en d. ri y * percibe al mismoi-iempo libre y tljft?.? laley' Siguiendo Tubinga yr como éstey estudiante de teología, fue el de eliminar tto^, Kant sino a Fichte, considera Schelling que, a grandes las pasionés, la pecaminosidad; en suma, la iracionalidad, puesto "hot" el desarrollo histórico Pasa conceptualmente por dos etapas ,rr*or, que et pensaba, recogiéndolo de Flerder, que en su _esencia la o fisr* en la primera el hombre pierrsa al Absoluto como natura- rialidad-misma es racional' o, Fnra decirlo más apegadamente e l"i^, la cuZI la realidad se concibe rota,-dispersa, como ocurre su pensamiento, que en la historia se tealiza la tesis de la raciona- en ól"n politeísmo, y donde las formas políticas viven y mueren üd;d de lo real y de la realidad de lo racional. Hegel ve la histo- ao*o otgtnismos íaturales (época antigua); en la segunda fase, ria como un unitario y tatalizante proceso emproado hacia el
  • 8. HrsroRIA DB LA xrsronrocnerÍ¡, 27 26 JUAN ,L ORTBGA Y MBDINA ment_almente a aquéllas para alcanzaf, sus fines. La razón posee puerro de la máxima racionalidad. Dado que la historia se nos Pre- realidad y se €ncarna en los hechos históricos. El hombre es siem- ít;;;-.;; l" irrrttttcit empirica que parece mostrar mejor el pre y al mismo tiempo pasional y racional; racionaliza sus pasio- ;l;" d"-i; iir"cional, Hegei propoodrf .tna nueva historia, a la nes y se apasiona de sus pensamientos. Así, pues, la posición o"" liam"r¿ filosofía de ta histo¿a,la .oa¡ no será, aIa manera racionalista de Hegel, frente al espectáculo enloquecedór de la i;lr;;i;ñ;""-r.ff""i¿" filosófica sobre aquélla (por ejemplo, historia, consiste en considerar esenciales para li razón misma i; ir;;¿í";^lidad inherente ¿ la misma a lo largo de su.penosa los elementos irracionales. De este modo cree Flegel eludir el ;r;;ú;;;;"J."* hac1o Ia ¡oz de la taz6n) sino una historia lo mrs- e_scollo de las pasiones en la historia, puesto que ellas mismas que- tornada filosófica, eleveda a una Potencia superior Y' P€r dan integradas a la armonía del absolúto cósmico p ar la vialógrca; Áq drti"t" uábiéo a la meiamente empírica' LJna nueva ' es decir: por la afirrnación de que no hay eventós irracionales en en averi- interes ada en compren¿er los hechos; irir*ti" fif*ófica la historia. l"rt ftt razones por las cuales aóntecieron los hechos como La filosofía de la historia de Hegel es una síntesis intencionada icorrteci"ron y rrdtrn sólo preocupada -en comprobarlos empí- de las ideas de Kant, Flerder, Schillir, Fichte y Schelling; de ceda ricamenre. De esta suerte, .1 ttn.oo historiador-filósofo estatá uno de estos pensadores extrae y úiliza Hegel ilgunas id-eas o tesis; €n interesado en saber 1o que pensaron las gentes que actuaron pero combinándolas hábilmente hasra consriruir una explicación en d,:- tales o cuales hechos y no tan sólo lo que bicieton; Porque totalizad,ora, rtna sulntna d,e la época moderna y un resumen glo- finitiva, los hechos históricos no pueden ni deben ser entench- bal de toda Ia historia. El método histórico hegéliano es dinámico, dos como puro aconrecer. La t"tá d.l historiador consistirá en dialéctico en un principio; pero congelante y Jstático en su evolu- í;úl;;; es decifi examinar en primer lugar de un "*ir"""t en segunclo ción final, como lo muesrra la historia de lafilosof ia, enla que se m,odo empírico los hechos-registrados en las fuentes; revela finalmente la verdad espiritual de la Idea Absolura o síntesis ;;;";;¿;";ide;lo;J;d. E.r,r'o v expresar cómo se ven iesde del espíritu subjetivo y del objetivo que se despliega y manifiesta ;;;;;t ¡e vista. ó ;' uer los páttt"iti"tttot,q":,t:i1l- Í::tut la en la historia. Como en Fichte, lalógióa hegeliana postula una tesis á" fit hechos prt" p.*iUir, inc-lusive en los máJ desaforados' es A (ser: -afirmación)r ([u€ un4 vez analizada dári lugar a una !á"*iá" r¿eiü ¿"f acontecer histórico' El ptoceso histórico antítesis No-A (no ser: negación) , que analizada a su vei nos lleva .rn o.o..ro iógi"o, dado que toda historia es historia del pensa- a-la síntesh Ar (devenir: negación de la negación). De la oposi- ;ir:*";"#ñ;;" asiñismo que muesrra el aurodesarrollo de la ción de los dos términos surge, pues, la síniesis que es .ro tti¡eoo Ia razón, Ahora bi.", si los econtecimientos que constituyen concepto o una nueya realidad; un nuevo enriquecimiento progre- accrdentales slno historia son lógicos, ello quiere decir que no son sivo pleno de contenido. por Parte necesarios; de-aquí q.t" ól conocimiento.de la historia también a prio- Si el pensamiento (no lo que se piensa sino aquello que el pen- del historiad", ,to r."'ri-plemente empírico' sino samiento piensa, de acuerdo con Hegel) hace a la historia, la hace rístico, supuesto qrr. poa"*os ver y palpat su necesidad' en grados de perfección. El punto de partida del pensamiento y Todo.lo qrr" hr-r.t"-.dido-y -sucederá en la historia' acontecií (mente o espíritu subjetivo) es el más bajo y menos periecro, puesto h ár"ti"¿' del hombre ,, .y la voluntad de éste ""o"."""tá i¡át que apenas si es conciencia sensorial del hombre; sigue luego una ;;;;;f.*Ái.itt rt"á""i¿o o bien porque tod'o "" """iótt' de un pensamiento escala superior, la del espíritu objetivo, creador del Derecho, de iÁ- (t^-i"al o irra.iottal) e.s. extetiotización es como puede la Moralidad y del Estado, o sea, expresiones de la divinidad en el v tiene tras de ti iiititción' De esta manera territorio histórico (humano) de lo finito, y remara por último en i{;i;;;¡*l" """ pl^n' Voltaire, al sostener que inclusive i; el Espíritu Absoluto o síntesis filosófica de los,dos anteriores. Por ^ ililffi#i. i"h"ána muestran la racionalidad circunstancial -l"t p"ti""ts son la materia de que está hecha lo que toca alproceso del devenir, éste se desarrolle dialécticamente de aquel momento. y por lo que concierne al desarrollo del estado en la fase segunda la historia; Pero sorr alLi'*o tiempo exhibicionesutiliza instru- racionales o creadora del espíritu objetivo, éste se mueve o pasa históricamente ÁiiríÁ-li li razón, Áediante las cuaLs esta última
  • 9. Y MBDINA HrsroRrA DB LA ¡¡rsronrocn¿rfu Zg 28 JUAN A. ORTBGA la voluntad liberada (liberum arütriam) los va a llevar, como i"i. H:H1' $'."i:'ü *|":#if i,.3mriili:.::';1 1 es patente en el caso de Schelling, a rtna teof.ania o revelación (autodesarrollo) de Dios en el universo narural v moral. en ,rg,rüil;;t d" el modelo herderiano' resoectivam.nr", ""t"" donde, para decirlo de una buena vez, eI hombre ;.jffi il;ü;jff*t"¿tilo'i" et r"¿i" v el Asia central Y'' sobre ,ro rambi:^:l cuenta o cuenta muy poco, pu€sto que no se relata"orr"r.tó un proceso i;á"; c'#;;i#p"'i'-';;;;; v .c'i'tl"nisryo, v Pfosresl- humano sino un proceso cósmico. evblucionan histórica ;i;;i";-á;i h,rpiriü Ábsoturo el modelo-generacional Esta recaída teológica, como ya se dijo, nos lleva también a ;#;;"il "r?., a. ""..ittio "o" reino de.la religión y éste a su Pi:Pl": Pensar que_estos historiadores filósofos imaginaran la historia de iJ:';;;;ron ,otrr"p"'¿tt pot el la humanidad como un giganresco guiñol, inyor hilos invisibles *"fi;;ü" i;;iil;i;;á"iá"¿" se da la plenitud de ra raz6n Absoluto' mueve el Dios-Naturaleza y en donde los hombres creen actuar o-reielación del Espíritu con übertad, autónomamente, cuando de hecho son meroe tite- la presencia del Dios En Hegel, al igual q* t; sus predecesol-es' Hegel res apasionados. La nz6n de esto reside, a nuestro modo de cristiano resulta o se prlsent" o"lJá**te oculta' ver interpretativor_en que la persona humana no puede ser libre "*p'Jo, rige a la historia; el Espiritu imaeina que la prooi-JJiti"Ui"i"" supuest-o que esa libertad menoscabaría, aunque fuere en ínfimo iiiJ.d;;; d." n¡'"i"i'' ;id;;Ú"i"ersal o la Razón v volun- grado, la omnipotencia divina, de acuerdo.oi L,rteto y el pietis- o concepto) deter- tad (distintos nombres para urr mismo sujeto mo posterior, o la de le naturaleza, de acuerdo con Kanr-Schiller. ffi);:il;;:;á;-i;;il'i" á""di"l'. ia historia es el reino u Inclusive la posición criptoteológica de Hegel (..astucias de la orden dond ," Ll''"i-Á¡t"r"to y éste' oor consiguiente' no raz6n"-) nos remite a una razón humana superioi y externa que " '" oodrá consu*.,r" rit*¡ ' tt''iét del conocimiento iiliár*t n"t-úiii*o, 'iil se nos ocurre'"Pensar oue como el hombre ""-"1 es fácilmente confundible con Dios: divinizáciindel hombre.' ¿Y a qué enr€ pertenece esta ruz6n caljficada de humana? irestricción luterana Hegel no puede t4";J;;áiiiLl"t'o¡tas A un hombre general privado ya de su cogollo de irracionalidad; v pietistolut erana),'i; dtT;;;-ttt pt"" optt"tttt.creado Po-t.tl a un hombre d-esprovisto de lo que más enirañablemente le perte- (que no ü'""?;il";b;; @-i;mediante iuvo 'umolimiento alcan- divina) se logra lege y autencifica: sus pasiones. Si esto es así, el hombre de iarne, esioluntad hrr*",,, 'i"íexclusivamente huesoy espíritu, comotecía Goethe y rcpetiria Lfnamuno, queda zar la rcvela"ió" (;I";;ñ;ñteTt filosófica' El motor irra- reducido a ser tan sólo un insrrumenlo del Absoluto. El hombre cional actuante *b;;;;;; Diot dtj" históricamente de operar concreto no cuenta; el hombre dueño de su libre albedrio no es (racionalidad plena); empero alatcanzars. u r."ii*i t?Jlu¿áá ni siquiera-protesrantemente pensable. A pesar de tan formidables en la historia se agota ;t di,,.""jü;frdr¿ hasta entonces operante el proceso se detiene y esfuerzos, la filosofía criptoteológica alernana no pudo resolver la v- Dues. cesa de J;;;;ü quiere dücir que aporía entre un enre que no posee libertad y que no obstante {#"t:'n;:"#; - ;;:',r"tüa se'á historia sino metahistoria' "o ya la va alcanzando a lo largo de su penoso y progresivo transitar Co-o puede ob"'o"i" "" ttdo' estos historiadores-filósofos histórico. En suma, si el hombre r-acionaháte abstracto no es se encuentra básicamente r'J"t, ü r""r"sr" I i"-"tipto*ot"gía- Frente t la dra- real, tampoco lo es el desprovisto de pasiones. "i susrenrando t" .rp"..iiiiá"'fiforáiiJo-histórice. alemanes' pro- miticaconciencia ptát*"t" de estos pensadores (set uu'nt"ar bitt iunt')' erigen 4. le rNrnnpnpT,rclów or¡,r,Écrrcn MATERTALTsTA vocacla por una "tilti;;q;t"áit"tt divino' fincada en un plan una salvación f""á"J"tr_"f po'u*n La consigna con que la nueva aventura histórica dará comienzo natural sustituto i;1; li"t"iiad 9 e1 t"t pio"tto dinámico-dia- será la rpcuperación del hombre concreto con sus sentidos, senti- Heider' schiller' Kant v léctico (tales las ';;#;fi;;ib4i;i mientos, pasiones, debilidades y grandezas. Este rescare dei hom- tui,tesenetándose espiritual' Fichte). r" h,'*"íá"J;; ;;9;;;;. bre ha 4e ir acompañado dé una comprensión totalitaria del del"pecado' de la contin- lógica y .orr".p.,'"'l'i;;il;;;;ída q"" el rechazo de proceso histórico. Lo que para elidealismo fue una empresa impo- gencia irracional. it'iitt¿ó,r"t átittt"tto'"'
  • 10. HISTORIA DE LA HTSTORIOGRAFIA ,L 30 JUAN A. ORTBGA Y MBDINA ración de las contradicciones implícitas en la masa gregaria y en sible. puesto que rescarar al hombre individual significaba pala el individuo privado, y Ludwig Feuerbach (1804-1872) con su él ren^unciat ,tot historia totalizante, lo llevarán a cabo las " l"""rr*"áiii."r.r-hirroriográficasz hallar sentido a la historia explicación antropológica de la teología. Ambos filósofos, ade- más del propio Flegel, influyeron en los jóvenes Marx,y Engels, rild.ttt"i" el sentido propro det individuo' Hay que interpretar los cuales, Jpücando el método dialéctico e invirtiendo la tesis la historia del hombre a pártir del hombre mismo' capital hegeliana, resquebrajaron criticamente los cimientos de la Pocos años después de la muerte de Hegel (1331) "obrlyini sociedad burguesa: "¿quién ha barrido la dialéctica de los con- Los drsc,i- el derrumbe del higetianismo y de la escuela hegeliana' ceptos, terminadas las guerras de los dioses? Feuerbach. ¿Quién oulos v seeuidoreJ del maestro se escindieron en una derecha colocó al hombre en el trono ocupado por el antiguo f.inagoy por ;;;á.;" u";i .rrr" izquierda tadical,las cuales se pola1izaton no la conciencia infinita? Feuerbach y sólo Feuerbach", escribió el ;áb;;i;p"-¿" 1"r ¿r.trinas políticas, sino también.en.el joven Marx. turiitorio perte^neciente al sistema filosófico y al método dialéc- Feuerbach fue entre los jóvenes hegelianos el que más con- tico. La áerecha hegeliana aceptó, sobre, todo, eI contentdo.;, Ia Heget sobre la racionalidad tribuyó a fundar la izquierda. A partir de 1836 se dedicó a estu- i"""i"t¿" "i-*¿todol--tr-..rir'de dios de historia y de crítica religiosa y filosófica que, en cier-to ilb;; de to raciorral reiultaba apropiada y efica- "lrl.iii¿á¿ sentido, resultaron demoledores para su época: La esencia ilel ;rtr";;;á-|" i""iii¿"ción del estado prusiano como existente' cristianismo (tS+t), Tesis proahionales paraunareforma cle la filo- ;;il;; ;"r" .t ,or*tt y-fortalecimienio.de las. posiciones, Polí- primarto es.el espr- sofía Qa+z), La esencia ile la rel,igión Qa+s) y Fil'osofía y cristia- ticas y iuriídicas conservadoras. Para Hegel lo tealidad exterior es una forma de teanzacron nisrno (ts¡g). Frente a la tesis hegeliana de la creación y rePro- ritu Éumanq y la d.i;;rtil ;' tL irqui"rda hegeliana sost€ndrá lo contrario' ducción del mundo por el espíritu, sostiene que este último no es - . más que una manifestación de la naturaleza, la cual es la reali- f^'izqui"rda heieliana, constituida por los llamados "jóvenes- hedelianos,,,," r inm ediata*.lrrt. por su oposición. teóri dad primaria. Esta inversión de la tesis hegeliana precede a la " ^"iriró r'.'t"ul;H;;¡;;f t Por su impugnacióh PI i:'l:1*t famosa de Marx, si bien Feuerbach no rechazatá el hecho de que """J der rompl- en el valor de lo espiritual se halla el mérito superior: la más elevada réeimen"prusiano neoabsolutista' La causa inmedlata ;il;;i;i;;t;;"; abs al hegelianismo {ug b publicación manifestación de la nataraleza. Sin la raz6n, piensa además ilüid;'l^'li¿i ¿i fesris, escútl por David Federico Strauss Feuerbach, no hay propiamente conocimiento; pero sin sensibilidad iisóá-iS7+).la cuat süóitó érr"otrrdai polémicas. Strauss, frente no es posibl e alcaizar el menor saber verdadero. Quiere sustituir )'il"i¿.r'¿.íi lrfJr"f" v teólogo Hegel-de considerar eternos los la religión por un nuevo humanismor .puesto que, según é1, el docmas cristianos, prágo.tt"ñ" cori crítica agudeza: ¿cómo .se único dios del hombre es el hombre mismo. "Los tiempos moder- ilil;;"t;;iüáoltr,i"¿Égmas históricamente ? A"t'qtt" mostraba nos ----escribe- han tenido Por tarea la realización y humaniza- 3;;;;;t ;.tpeto tradicioníLnte las normas,- no dejL de.reconocer ción de Dios; es decir, la transformación, ya indicada, de la Gñ Eiár¡gett*."rao "cre"ciones de la fantasia"' A pesar no de teología en antropol ogia." El hombre ha creado sus dioses a su esto v Dese a su rnclinación filosófica materialista, strauss imagén y semejanza, y los crea de acuerdo con sus necesidades, ür""iA ii ,rr, afectar el contenido espiritual del cris- "o*i"rrzos deseos y angustias: "Como es el hombre, asi son sus dioses", idea ,iriir*", .r cual seguía siendo para éI la más aha expresión moral como tenía que que con anterioridad habia ya expresado Spinoza en st Tratado A; i; h;;"idad. bbsérv.t. !o", una Yez más' teológico-políticoz "Así como uno es, así es su Dios." La religión a de la religión y dó h teología abúan la brecha en los *r. i" de cada cultura o de cada hombre particular rcÍleja sus tendencias ;;;;t "rf.i" filosofía i"dealista e ilustrada de e. le Alemania' intimas, su secreta intimidad; de aqui que el contenido de las En este rompimiento crítico izquierdista destacaron Bruno religiones no debe ser tan sólo criticado sino comprendido. La negativa", B"[, ¡iiJ0i-iS'821, con la denomináda "c¡í-tica p.uracomo supe- delhombre crítica del dogmatismo religioso lleva a Feuerbach a una especie ;il; ii."o doct¡inade la supremacia "i,
  • 11. ll 32 J'UAN A. ORTBGA Y MEDINA HISTORIA DE LII HISTORIOGRAFÍÁ 33 de ateismo ético-idealisra, que finalizatá, adelantándose en otros nos atrevemos a añ,adir, que sus ganas llegan hasta el deseo estc a Comte, en un culto a la humanidad' de ser santificado e incluso deificado. Así los oiientales comunis- La veidader a tarea de la filosofía no debe' ser abstraer y siste- tas, pata no ser menos y comp€tir en todos los campos con sus h"rt" el Punto en que lo hace F{egel, sino hacer entender c¿maradas (?) moscovitas, no han titubeado en momificar el ^uL^,misma; vivir al hilo de la vida conóreta, sensible' material' l" cuerpo de Ho Chi Min y levantarle un soberbio y rivalizante Ver la filosofía como pensamiento abstracto equivale-a vivir "i¿" mausoleo en la ciudad de Hanoi. ena- ienado, alciado de la vida y de la existencia. Si invertirnos el pen- Partiendo Feuerbach del materialismo francés del siglo xvm il;;;-d. e.".tU*lt y íeducimos la antropologia a la teologia' y vl- y del sensualismo inglés lockiano lleva su tesis a exrremos enaje- la enajenación vital significa tanto como vivir en el Pecado' riantes. La alimentación se convierte en sangre, ésta en corazón ;;;il;á; "quiv"lei"i más ni m9n9s, a un vivir irracional' La y éste en cerebro, en ideas y en materias de reflexión: el hombre filosofía, ptotigue Feuerbach, no-debe cmPezar,l ?oTo ""?lt::" es lo que corne (Der Menscl¡ htrwas isst).La comida constiruye Heeei.-por Ia noción del ser abstracto, sino debe hacerlo Por la base de la cultura y civilización humanas. Si se quiere mejorar ",, *t i"iti¡r".-Áhot, bien, el ser sensible es el hombre mismo .L al pueblo deben dársele alimentos más ricos en lugar de deciara- sentimiento' o, más precisamente, la conóiencia humana en cuanto ciones contra el pecado. Tiene en parte razón Feuerbach, porque ;i;;J y tazón. Élt"i.io de esa conciencia es el hombre indi- la miseria social, que trae aparejada la mala alimentación,- es ;tá;;ü Jtp."-in"o; ,., áb;".o es también el hombre' el hombre "El ser divino muchas veces, si no es que todas, el suelo nutricio de la inmora- d;;i;;á" ir,fioito, "orrrr.ríido en su pro-pio dios'o, mejor.{icfo' t!di.{ f del crimen; es decir: de la irracionaüdad. Sin embargo, ;;b; F;;;;b;th- "t .t-ti"o el ir ñumano el filósofo materialista alemán no podía prever que en sociedades .l ;;; d-i hoÁUt" liberado de los límites del hombre individual." modernas muy bien alimentadas pululalen el crimen y el vicio; iil;;i;a el hombre desalienado (lo que para nosotros.vale )', sobre todo, a sabiendas quería ignorar que no sólo de pan vive tanto como decir des-irracionalizado, regenerado) puede ]legar el hombre. rl.t t¡i"rt de su propio culto: no-el Dios-Hombre, sino elJ-Iorn- Huyel- Carlos Marx (tats-1883), en su Tssls sobre Feuerbacb (ts+s), bre, en í"rrt" qo" itpácie humana divinizada en la Tierra' usa y critica las idees del filósofo y, desde luego, sigue la ruta del áo h"""r¡""h^del Escila divinal cristiano, naufraga en el Caribdis materialismo dialéctico iniciada por éste, evitando, empero, algu- á. U ¿i"i"ización antropológica; 1o que ¿ la latga explica' tal nos de los excesos en que incurrió su colega. En la primera parte ;;r;l;thibi.i¿tt d.t.o*po áomificaáo de Lenin en el mausoleo dela ldeología alernana no asume Marx el humanismó abstracto de ¿i-ii pt^"^ Roja de Mosóú, pasándose así de la desalienación a Feuerbach, supuesto que el hombre no existe al margen de las ,rtr" t,r".r" alieíación; de la nó-irracionalidad a una más comPro- circunstancias de clase y producción social. Acepta que lo prima- po- ;;;;;t" irracionalidad, a la qúe sólo le f a¡atía el elementoena- rio es la naturaleza y lo secundario el espíritu; asimismo lo valioso pular rnilagrero (a lo mejor nos equivocamos)- para quedar que él extrae de Hegel es el método dialéctico y no el contenido xrrau' i"rr"d"rrr"rrie complet". Y es que, como escribe Ramón de la filosofía hegeliana. Coincide, ciertamenre, con Feuerbach ;;;;F;;;""1 io*o Marx v lí mavoúa de los filósofos del en el ataque que éste hace a la filosofía de Ftregel, ala ctaldefine i ilil";" "sufre[n] .rrr, ,ur.,róia de divinidad, de unaencontrar -t.t y- piensa[n] nostalgia c-omo religióntrocada en pensamiefrto abstracto; y el materialismo á3t divino que quiere[n] encontrar 1 Por su patte, con su de Marx es feuerbachiano sólo en la idea de que debe fundarse en la histori" t"tr.rtré de los hombres". -y. en una relación de hombre a hombre y en la coñsideración de que ;;;;;;; inimitable irónico estilo, o'Gorman expresó hace ya cl fin dei hombre es el hombre mismo. Marx sigue er *rroñ* ;;;; tres décadas, ![üe "el hombre de ciencia moderna siempre 2 aspectos críticos, como hemos dicho, la ruta marcada por Feuer- itt i""i¿" *nchítiÁrt ganas de suplantar al sacerdote"' Nos- bach (la enajenación religiosa, por ejemplo); p.ro no acepta la l Xirau, p. 164. idea feuerbachiana de un hombre fundarnental¡nenre paslno y 2O'Gorman,p. ff. receptivo, y trueca dicha concepción en la idea de un:hombre
  • 12. fi ,4 JUAN A' ORTBGA Y MEDINA HrstonrA DE LA HrsroRrocRAFÍA 3J Bacon y ectivo transformador del mundo. Inspirado en Francis "Das Betausstsein kann nie etwas anderes sein als das bewusste il;irü;-üt lii¿torot, principalmenfe a Hegel' expresaba Marx Sein" (la conciencia nunca puede ser otra cosa que eL ser cons- ;;;;;; t. tt"¡ir" deáicado i ittt"tpttt"r el mundo; peroentre que ciente). a En el primer tomo de El Capi.tal Marx arremete contra il;;;;;i"o se trataría de tranformaúo'La interacción Flegel, porqu€ para éste "el proceso del pensamiento, al cual lit*it ii v ho*bre, y hombre y natutaleza favorecenJ permi- transforma, bajo el nombre de idea, en objeto autónomo, es el ;;icamdio y la trrárfor*""ión del hombreptáctica' La teorie mismo' demiurgo de la realidad.'Para mí, a la inversá, el mundo de las ;;;;;pi.-ená, de acuerdo con Marx, con la ideas no es más que el mundó magerial traspuesto y traducido El espíritu no determina el proceso histórico ni las relaciones en el espíritu humano". La filosofía, que de acuerdo con Flegel t*i"f.t, sino que é'stas, e" cuanto que constituyen la era el mundo al revés, fue volteada por Marx, poniendo bo- ".á¿#i."tl de la historia, son el factor determinante sl bren no estructura légal carciba,_permítase la fórmula popular de la expiesión, lo que el marxismo.una ;;i;;. Ái""ibi.rr, er homo oeconomicu's es ParaeI correlato hrsto- el otro había considerado que estaba bocabajo. tendenciatry no une ficción; es realidad histórica de le estrucíva capitalista, dependi*t: 9" :11?J - Según_ Marx, Heggl tenia raz6n en pensar que la historia de la ;;;;ó;;J humanidad está hecha de contradicciónes; piro que no la tenía no posee ulna consistenpia humana intemporal' *::1lit1T'r:i:11 cuando pensaba que dichas contradicciones eran ábstractas y de o^Á tod^ época y sociedad. Conviene sostener' como lo hace et tipo puramente intelectual. Las contradicciones (lucha del hom- '*"r"i* ci'"mrci' sus Es c r i t o s p olí t ic o s, 9y 11 historia. lo,"t tt bre contra el hombre_mismo) iban a cesar, según Hegel, cuando "n l¿t""lo matemático, que en ella la cantidad deviene cualidad' rns- acabase la existencia humana sobre la tierra; é*p.ro-d" acuerdo iro-""¡o de acción ei manos de los hombres que son inteligencia; conMarx, el cese (desenajenación) de la lucÉa áJontecerá d."tio a, á"ai" de hombres que sufren, comprenden t gozln, aceptan o de l¿ historia misma, terminándose así los conflictos y divisiones Á"iuirn (Paris, r, o) l). un marxismo-ingenuo ha exagerado el con la desaparición de las clases y realizándose por primera vez adrede valor exclusivo de la estructura desconociendo o ignorando en la historia, tras la doble etapa rlvolucionaria sócialfsta y comu- ;;;;i* de Marx y c^rt'^sde éste a Engels en.que nista, la totalidad y unidad del hombre. "";respondencia el espíritu-humano no está exclusiva- ;;;;;;.r"É¿t¿ que La historia económica represenra paraMarx el ideal básico de *áir" ¿..*minado poi l" ".o,'omía' La religión,-el-arte' en curio- la su estudio y es alo que se ha llamado materialis¡no bistóri.co, que sidad cientí fica, la moda y el erotismo son influidos cierto no sólo ve a la historia, sino que fundamentalmente observá y cr€a- modo por lo económico; Pero no qued.e afirmarse que sean estudia las leyes de la evolución de la sociedad. La historia, que t"y". De la estructuri económica, hecha la salvedad anterior' era considerada por la escuela filosófica idealista como una reaüia- "iO" decir: La super- ¿;;;á;t t"t "U;"ti"* y creaciones cultu.rales; essu Conttibución ción progresiva de las ideas, primordialmente de las ideas prefe- estructura. Como el-píopio Marx describe en ridas por el filósofo en turno, inventaba la realidad en lugar de i li ,r¡t¡ro de I'a ec'eno*ío pot'ítl,o, en donde elPole su-tesis explicarla; por el contrario, la dialéctica materialista, descubrien- ú¿ri"" materialista, "no es la- conciencia de los hombres [tesis do las leyes generales del desenvolvimiento de la sociedad humana, iJ;;iú;i la que dárcrmina las condiciones reales de la existencia suprime lo artificial y encuenrra lo real. El materialismo dialéc- de los -ir*or, sino a la inversa, son sus condiciones reales de tico está abierto al influjo de las nuevas directrices de pensamiento; existencia (el 'ser social' .*o ,. escribe ahora rectificando a su originalidad así como su inapreciable valor metodológico resi- ü; t Er¡gels),t las que deftrminan-su conciencia"' En La den, según Marx, en su antidogmatismo, pu€sto que se trata tan ldrot'ogln nír*inn expresai lo mismo Marx y.Engels, acuñando sólo de un hilo conductor. El historiador marxista debe buscar las p.* Jff" un retruécino que resulta intraducible al castellano: f:uerzas motoras que consciente o inconscientemente (con dema- siada frecuencia mucho más esro último) se encuenrran detrás de 8Véa¡o la rectificaclón (?) marxista, por ejemplo, en González Rolo' p. 38 y tf. 4 cir. A. schaff, p. 198.
  • 13. ¡I JUAN .t" ORTBGA Y MBDINA HrsroRrA DB LA HrsroRrocRAríA 37 '6 Hay.que aclarer que no existe en Marx ningrln-romanticismo las acciones de los hombres en la historia. De acuerdo con el mate- rielismo dialéctico, el conflicto o Pugna entre las clases sociales compasivo, ninguna caridad humana por el destino individual por causa de los distintos intereses que las mueven' constituye la del proletariado; pero el proletariado viene a ser el nuevo pueblo ?uurr^ motriz de la historia; de lo cual se sigue, que al clausu- electo del materialismo histórico, porque él se halla excluido de rerse o disolverse la oposición clasista tras la victoria de la revo- todo privilegio en la sociedad actual (primera mitad del siglo xrx). lución proletaria, se iitaogurará el reino de la libertad, fundado Dicho proletariado es el nuevo insrrumento de la historia del ,o oJu en el ráino de 1á necesidad. De este modo' la sociedad mundo y, en cuanto tal, se ha de alcanzar con é1, mediante !a " burguesa-capitalista constituye "el capítulo final del estadio revolución, el fin escatológico de toda la historia mundial. Resul- prehistórico de la sociedad humana". ta curioso en Marx tal rezago del idealis¡no alemán. Refiriéndose ' La definición generatr marxista, aI declarut que la historia de éste en 18f3 a la inmisericorde explotación inglesa en la India,' toda sociedad existente hasta la actuaLidad es'; la historia de la no excusa pero si justifica his'tóricamente la acción depredadora lucha de clases, 5 terminaba al parecer en el callejón sin salida inglesa "La cuestión es |d¿¡¡¡- ¿puede la humanidad de la paralización de la historia,-dado que su motor' la lucha de -pregung realizar su destino sin una revolución a fondo en el estado social clases, de;ab a de actuat; pero no ocutrirá asi, porque los "hombres de Asia? Si no es posible, cualesquiera que puedan ser los crime- nuevos" comunistas dirigirán ahora sus esfuezos a la infinita nes de Inglaterra fen la India], ello fue el, instrurnento lncons- tarea de Ia praxisrque anñ eilos no será otta cosa sino una libertad ciente de la bistoria olrealiztr dicba reuolución" 6 (cursivas nues- consciente de la necesidad. tras). La seculariz¿ción del providencialismo agustiniano hace acto de presencia por la vía planificante de Kant y Hegel. Tam- bién Marx consideró la absorción de México y de toda Hispano- f. er, rvrnsrnNlsMo JuDÍo DEL MANIFIESTo coMt¡NISTA américa por los Estados Unidos, un crimen necesario por cuanto Marx, hijo de padre judío ---el cual abandonó b ley mosaicl F)ara los norteamericanos eran también los instrumentos de que se poder ejércer ún importante puesto en el Estado -prusiano-, fue valia Ia historia para consumar el plan revolucionario mundial. iducado en el luteranismo y, pese a esto' mostró desde muy joven Una vez más y cuandi¡ ya podria suponerse atrumbada la vieja tesis ilustrada de considerar que la historia se desenvuelve a im- un talante antirreligioso e incluso una marcada inclinación anti- semita. A pesar de Jllo, el ambiente familiar judío hubo de influir pulsos de lo irracional, he aquí que la irracionalidad conquistante hondamenie sobre é1, porque nunca dejó de Poseer el talante y el y explotadbra conducirá a la f.elicidad futura de la especie tras empaque físico y psíquico de un profeta bíblico del Viejo Tes-ta- la cruenta y necesaria eclosión revolucionaria. *ettto El antiguo mesianismo y el profetismo judíos pueden En L924 el proletario Stalin, refiriéndose a él mismo y al prole- explicar la base idealista del materialismo de Marx. tarioLenin, en los funerales de éste, se expresaba así:' "Nosotros, it4arx exigía, no sin cierta fogosidad, la presencia de un horn- los comunistas, somos individuos de una hechura aparte," Cierto bre nuevo: 7/, bornbre cornunista, el hombre regenerado moral- es que la frase pudo ser alusiva a la originalidad de la acciín políti- mente, liberado de mda enajenación, de toda irracionalidad reii- ca de los miembros del partido; pero la expresión también denora giosa y econórnica. ¿Y cómo y de dónde ha de surgir este -n-ueYo la ínfima conciencia orgullosa de excepcionalidad y de misteriosa iipo h.r-"tto? El molde donde vaciarlo es precisa y patad'6jica- elección. oi.rrt. la criatura más desgraciad¿ de la sociedad capitalista: el ElManifiesto Com:u,nista (ts+a) conriene la filosofía del prole- proletariado, el ser más completamente enajenado de si mismo por- tariado en cuanto pueblo elegido, y pu€sto que ese pueblo electo iue tiene que venderse poi el salario al capitalista, al dueño de no es nada, posee, consecuentemente, los títulos para poseer y ser los medios de producción. todo. Tiene además, como justa compensación (justicia retribu- úPosteriormente excluirán del proceso la époct preliistórica (sociedad 6C. Marx, r, p. 330. comunista no clasista).
  • 14. 38 JUANá"ORTEGAYMEDINÁ HrsToRrA DE LA r¡¡SrOnrocn¡rÍ¿ 39 tiva) a su inopia de origen, una misión universal dentro de la Engels) el tránsito o adherencia desde una clase a orra: del noble sociédad de la que ha surgido. Sólo el proletariadq no la bu-rgue- al burgués y del burgués al proletario. Más aún, si el ser social sía, tiene una riisión redóntora; es una nueva clase que no forma determina la conciencia social, ¿cómo pudo el propio Marx engen- parte de la sociedad actual; se halla fuera de y por"ttciafmente drar una conciencia sociocrítica anriLurguesu¡ Si re destieria er lonstituye una sociedad absoluta, sin clases."lJ1 proletariado con- El amor al prójimo (trasunto del enajenado , o, a Dios), sólo cabe c€ntra y resume en sí todas las contradicciones-y-antag-onismos apelar al imperativo categórico kantiano, recurrir al mero inte- sociales! es b clave del problema de la sociedad total de los rés o recaer en el miserable e inhumano res€ntimiento. hombres. El Monif iesto Comunhta se rabre con una sentefrcia famosa, que Enla lileología alemana Marx define asi la importancia univer- se enarbola resentida, casi vengativamente, no ya tan sólo conira sal del proletariado: la inmoral sociedad capitalista, lo cual sería hasta justificadisimo, sino contra todas las pociedades existentes, lo cual ya no tiene Solamente los proletarios, completamente excluidos de todo justificación histórica ni ética, porque el concepto d,e'exptótación ejercicio espontáneo de sus facultades human-as, son- caPaces (especie de pecado original) oo-po.i" ser apücJdo a épocas histó- áe alcanza{vna emancipación total, no parcial, haciéndose due- ricas que no con_ocieron el desarrollo de la sociedad burguesa. El ños de rcdos los mediós de producción. El proletariado, ese hecho de que toda la historia hasta el presenre sea la expiesión del "productor impersonal de mercaderías", ese "asalariado"-Preo- clasista, no abona el que se interprete y valore este cupado en obténer dinero para poder vivir, es la única fse'za -antagonismo hecho como explotación. Así, la estlavitud en el mundo clásico reiolucionaria que puede, a fin de cuentas' redimir a la socie- dad. o e:a un hecho repulsivo, sino narural (contrariamenre a lo que fue la esclavitud en la épocamoderna) y san Agustín ra consideró El interés parricular de la clase proleteria coincide con el interés un hecho social enrre muchos que la c"iid"d de6ía mitigar. Tam- común de lJ sociedad y, por lo tanto, se yergue frente al inte- poco la servidumbre feudal fue considerada y vivida como un rés privadó del capital.'En- suma, desde la PersP-ectjva universal y hecho antinatural y, pues, odioso, cuando *.rro, durante la alte escalológica el pioletariado es el corazón de la historia futura Edad Media. Es probable que en el futuro rranscurrir de los siglos, v la filoíofia de'Itdarx su cer€bro y orientador. El curso entero de y por causas muy diversas, la humanidad cambie de régimerali- ia historia se modificará cuando el proletariado adquiera concien- menticio y satisfaga su hambre consumiendo pildoras y vegetales; cia de clase, se organice y se deje conducir por esa pequeña sección mas esperamos, aunque no confiamos, en que no nos sentenciarán de la clase intelectual dirigente, de la que el propio Marx (n-uevo como inmorales por la dieta carnivora de ayer y de hoy (excep- Moisés) se sentía su máximo rePresentante y guiar g-ue 9e echa aI tuando sin duda de la condena a los vegetarianosr eü€ €o la India, garete'y se alia a la clase revolucionaria, p-or-que es la únic-a- que como se sabe, constiruyen la mayor paite de h plÉlación) ii.tt. .i futuro en las manos. El burgués ideólogo que fue Marx, de los inocentes animales que con su sacrificio han contribuido " "ori, quien insistí¿ machaconamente en que él no era comunista, como _presente, en gran parte y necesariamente, a la supervi- hasta el de hecho nunca lo fue, se adhiere al proletariado porque barrunta, vencia de la especie humana. puede ver y penetrar teóricamente los movimientos históricos en La explotación {el hombre moderno, eso sí, encue ntra la expli_ ionjunto. Ef sintoma de la inminencia del cambio revolucionario cación empírico-científica más notable en la tearia marxista de la es precisamente esa adhesión del pequeño sector burgués pen- sanle. Y Marx nos recuerda, a guisa de ejemplo, que durante plusvalia. La diferencia entre lo que recibe el obrero corno salario la crisis anterior a la Revolución Francesa un sector de la nobleza para atender a sus necesidades básicas y el beneficio que obtiene se pasó a la burguesía. Empero, lo que hasta ahora nadie ha podido el capitalista a cventa de-las horas-trabajo extraordinarias, que por la vía dialéctica material es' cómo se opera en este permiten la acumulación de cantidades progresivas de capitai. La "xplic"t n.revo camitro de Dam¿sco (materiaüsmo consciente de Marx y explotación del trabajador se rcalizabajola nueva fórmula o ley