Texto presentado en el Seminario internacional de formación de formadores en Educación de Calle con Enfoque de Derechos Humanos y Perspectiva de Género.
Informe Estudio de Opinión en Zapopan Jalisco - ABRIL
Retos incorporación DH
1. “Aprendizajes y retos en la incorporación del enfoque de Derechos de la Infancia en
Melel Xojobal”
Desde sus inicios en 1997 y durante los primeros nueve años, el quehacer educativo de Melel
Xojobal tuvo como base la pedagogía de Paulo Freire, es decir: la relación educando-educador, el
rechazo de la educación bancaria, el fomento del diálogo trasformador y la reflexión horizontal, la
práctica dialéctica, y toda la propuesta educativa popular que concibe a la niña y niña como
sujetos poseedores de saberes, con capacidades para transformar su realidad inmediata y
participar en todos los ámbitos de la vida social.
Desde entonces el trabajo de Melel Xojobal se enfocaba ya en la infancia y juventud indígena por
lo que una referencia permanente para la institución han sido Los Acuerdos de San Andrés,
firmados en febrero de 1996, los cuales reconocen a los pueblos indígenas como sujetos de
derechos y comprometen al gobierno mexicano a establecer una relación de respeto a la
diversidad, la no discriminación y al cumplimiento de sus derechos establecidos en el acuerdo 169
de la OIT.
Es a partir del 2006 que de manera explícita Melel Xojobal va incorporando paulatinamente el
lenguaje y enfoque de los Derechos de la Infancia como parte integrante de los derechos
humanos, lo que ha significado para la organización un largo proceso de replanteamientos,
incorporación y fortalecimiento de aspectos vinculantes con la Convención sobre los Derechos del
Niño.
Durante este proceso de transformación algunos planteamientos del enfoque de derechos
resultaron similares y/o complementarios con la perspectiva freiriana. Sin embargo, otros han
significado replanteamientos importantes en los diferentes aspectos del quehacer institucional;
por ejemplo la revisión del concepto y visión de la institución sobre la infancia, la propuesta
educativa de trabajo y el discurso institucional sobre la infancia y juventud indígena.
Incorporación del enfoque de derechos.
Identificar y reflexionar sobre la mirada proteccionista y/o victimizante se tradujo al interior de la
institución en amplios debates sobre las motivaciones de cada una y cada uno de los integrantes
del equipo para trabajar con la infancia. Este proceso resultó en grandes retos para todo el equipo,
pues ante los constantes cuestionamientos y señalamientos de prácticas que se debían ir
transformando, además de otros factores como mayor profesionalismo y redefinición del trabajo
educativo, varios integrantes del equipo optaron por retirarse de la organización.
Para quienes decidimos quedarnos y emprender la búsqueda y construcción de una mirada y
praxis que reconociesen a la infancia como plenos sujetos de derechos tampoco resultó sencillo,
pues concebir y tratar a las niñas y niños desde el marco de la Convención implicaba dejar de
“ayudarles” o “darles caridad”, y acompañarles en la construcción de estrategias para exigir el
cumplimiento de sus derechos.
Esto implicó mayores esfuerzos profesionales e institucionales para incorporar elementos teórico-
metodológicos acordes con la mirada de los Derechos Humanos y de la infancia. Para iniciar se
implementaron diversas capacitaciones para el equipo sobre el tema, sin embargo la
2. transformación apelaba a que cada integrante invirtiera en su formación específica sobre el
enfoque de derechos: hacer mayor lectura, ampliar las fuentes de consulta, conocer otras
metodologías, adaptar o construir las propias, incorporar en el discurso conceptos nuevos y, en
general, la adquisición de mayores herramientas profesionales; lo que en algún momento implicó
repensar el perfil de cada uno de los puestos dentro de la institución.
Entre los retos metodológicos iniciales se revisaron las actividades educativas con el fin de
intencionar explícitamente la participación de niñas, niños y adolescentes, fomentar la autonomía,
diseñar estrategias para dar a conocer la Convención y promover que las niñas, niños y jóvenes
indígenas de San Cristóbal de Las Casas se asuman como sujetos de derechos.
Como parte de los replanteamientos educativos, comenzamos a “dejar de buscar resolverle la
vida tanto a las niñas y niños como a sus familias”, o a hacer por ellos determinadas acciones;
poco a poco comprendimos que lo pertinente debiera ser ofrecerles herramientas y acompañarlos
para tomar y sostener sus propias decisiones. De esta manera, gradualmente fuimos revisando y
construyendo nuevas metodologías que permitieran fortalecer y diversificar sus habilidades para
la vida, evitar prácticas que generen dependencia, y promover la responsabilidad de los sujetos en
sus propios procesos.
Por otro lado, con la incorporación del enfoque de Derechos de la Infancia aparecieron otros
temas relevantes que implicaron transformaciones dentro de la estructura de la organización y las
funciones de los miembros del equipo. El tema de la ciudadanía de la infancia apareció en el
panorama y fue necesario fortalecer la formación de todas y todos en cuanto a las nociones de
ciudad, ciudadano, y ciudadanía, entre otros. Además, dentro de los programas educativos se
introdujeron líneas de acción específicas para la documentación sobre la violación sistemática de
algunos de los derechos de las niñas, niños, y jóvenes indígenas; esta documentación permitió a la
institución construir nuevas estrategias para la incidencia en las políticas locales y estatales a favor
de los Derechos de la Infancia.
A seis años de haber iniciado formalmente la incorporación del enfoque de derechos en Melel
Xojobal, identificamos algunos retos importantes que atender en el futuro próximo:
1. Transitar del conocimiento de los derechos a facilitar la exigencia, el ejercicio y la defensa de
estos – Si bien Melel lleva varios años trabajando bajo el enfoque de Derechos de la Infancia,
aún se trabaja en el desarrollo de nuevas estrategias que permitan a las niñas, niños, jóvenes y
sus familias ser protagonistas en el ejercicio de sus derechos.
2. Pasar de la asistencia a la autonomía – Constantemente identificamos en nuestro discurso y
acciones la sombra del asistencialismo, lo que nos indica que pasar de la mirada asistencial al
enfoque de derechos es un proceso largo de formación y transformación tanto institucional
como individual. Siempre estamos pendientes para identificar y transformar aquellas prácticas
que generan dependencia, así como fortalecer las que promueven la responsabilidad de los
sujetos en sus propios procesos.
3. Lograr que la participación sea un principio fundamental en la planeación, ejecución y
evaluación de las actividades educativas – Pasar del discurso y las pequeñas acciones
participativas a la promoción de la participación cotidiana de la infancia y juventud,
3. considerando las particularidades de cada sector, desde las y los más pequeños hasta las
madres y padres de familia.
4. Promover la equidad de género en todas las actividades – Involucrar a los padres (varones),
evitar prácticas y discursos discriminatorios, facilitar actividades educativas que promuevan la
participación equilibrada de mujeres y hombres.
5. Promover la organización de la infancia indígena trabajadora en la ciudad – Ejecutar procesos
a corto, mediano y largo que faciliten la reflexión, la vinculación y la acción organizada de los
sujetos para cambiar sus condiciones, trascendiendo coyunturas.
Finalmente es importante mencionar que cuando se trata de los Derechos de las infancias
indígenas en nuestro país, aún hay mucho por trabajar. A 21 años de que entrase en vigor en
México la Convención sobre los Derechos del Niño, y a 15 años de que el estado mexicano firmara
Los Acuerdos de San Andrés, resulta primordial conciliar los usos y costumbres de la infancia y
juventud indígena en el contexto urbano, con el interés superior del niño y el enfoque de Derechos
de la Infancia.