Un sencillo caso, que ilustra cómo a veces invertimos esfuerzos en sectores equivocados del mercado. Si antes de salir a vender, establecemos cuál es el perfil de nuestro cliente ideal, nos ahorraremos tiempo y dinero. En consecuencia, reduciremos el costo de nuestro proceso de ventas, y tendremos a cambio una mayor rentabilidad sobre nuestra operación.