1. José Diez-Canseco Pereyra (* Lima, 6 de octubre de 1904 - † 4 de marzo de 1949),
escritor y periodista peruano. Se le considera precursor del realismo urbano en el Perú.
Se educó en el colegio de los “Padres Jesuitas”, el cual abandonó antes de terminar sus
estudios para iniciar su carrera literaria en Barranco, ciudad donde vivió varios años como
empleado de una oficina de cable
En 1929 logró viajar en el crucero de verano en un barco de la Armada, experiencia que lo
puso en contacto con los hombres del mar. De este viaje nació su personaje “Gaviota”,
relato costumbrista cuya publicación lo situó entre los más veraces escritores de su
generación.
Este relato y el “Kilómetro 83” constituyeron, luego, la primera edición de “Estampas
Mulatas”, enriquecidas después con una serie de nuevos cuentos entre los cuales figuran
algunas piezas maestras como El Trompo.
A la caída de Augusto Leguía viajó a Europa, donde residió tres años. En diciembre de
1932 lo sorprendió en París la noticia que “La Prensa de Buenos Aires” había premiado uno
de sus cuentos entre 13.000 concursantes.
A su regreso de Europa participó vehemente en el periodismo y la política, acaso con
perjuicio de su verdadera vocación novelística que probó en “Duque”, corrosiva y brillante
crítica de la oligarquía de su país.
Ya dominaba los elementos de una técnica simple, pero vigorosa, y planeaba sus
verdaderas obras cuando, a mitad de su libro “El Mirador de los Ángeles”, la muerte lo
sorprendió una mañana de verano de 1949.
En sus obras muestra escenas de la vida cotidiana en Lima y otros parajes costeños y
emplea el lenguaje popular de un modo bastante novedoso.
Su obra más conocida, la novela Duque (1934), sobre la vida de un miembro de la élite
limeña, es señalada como precedente de Un mundo para Julius de Alfredo Bryce
Echenique. Otros títulos suyos son los libros de cuentos Estampas mulatas (1938), El
mirador de los ángeles (1974) que incluye "Las Urrutia", y Suzy(1979).
OBRAS:
Las obras más importantes de José Diez Canseco son:-El Gaviota o kilómetro 83 (1930).-
Estampas Mulatas (1930-1938), es una colección de cuentos.-Duque (1934 y 1937).-Lima,
coplas y guitarras (1949).-Mirador de los Ángeles (inconclusa)
GÉNERO: Narrativo
ESPECIE LITERARIA: Cuento.
TEMA PRINCIPAL: un trompo que sirve como reflexión y alegoría de la existencia humana.
PERSONAJE PRINCIPAL: El protagonista de la obra El Trompo es Chupitos, un zambito
de diez años
PERSONAJES SECUNDARIOS: El cholo Feliciano Mayta, el bizco Nicasio, Faustino
Zapata y elgran Ricardo.
RESUMEN DE EL TROMPO DE JOSE DIEZ CANSECO
El tesoro del protagonista del relato es un trompo, hermoso y pulido, hecho de naranjo al
cual le había adaptado un clavo filoso y brillante como las espuelas de los gallos de pelea
2. de su criadero.
Aquel trompo era el orgullo de “chupitos”, y los muchachos de la cuadra lo sabían, sobre
todo Carmona el líder de la gallada , quien lo retó taimado a la “cocina”, “ un juego que
consiste en ir empujando al trompo contrario hasta meterlo dentro de un círculo, donde el
perdedor tiene que entregar el trompo cocinado a quien tuvo la habilidad rastrera de
saberlo empujar”.
El fuerte de “chupitos” eran los “quiñes”, muchas veces su pulido trompo de naranja y
afilada punta había abierto en dos a su contrario y é l nunca se permitió una burla.
Apenas la sonrisa presuntuosa que delataba el orgullo de su sabiduría en el juego.
Ahora retado a ese juego zafio de empujones, quedaba en desventaja ante Glicerio
Carmona
El jefe, quien imponía, a la “cocina” a su contendor porque estaba seguro de ganar en ese
campo infame, sin gallardía de destreza, sin arrogancia de fuerza, como anota el narrador,
que en tercera persona recrea el lance que hirió con certera estocada el orgullo de zambo
en el momento que su tesoro estaba encerrado en el círculo que lo condujo a las manos
codiciosas de Carmona.
La pérdida del trompo sirve al narrador de puente perfecto para retroceder a la vida de
“chupitos” y adentrarse en la intimidad de su casa el día de su nacimiento en el callejón de
Nuestra Señora del Perpetua socorro. En aquella fecha un incendio por poco arrasa las
casuchas, debiendo Aurora su madre, salir en brazos de Demetrio su padre, recién parida
como estaba, para no ser consumida por las llamas. Una hermana del papá había sacado
al chiquillo medio envuelto en una sabana.
Después, ante el temor de lo que el susto hubiese podido causarle la leche depositada en
los senos de Aurora, “chupitos” había sido entregado a una vecina para que lo alimentara.
De este modo se había iniciado la vida del zambo que, no transcurrido mucho tiempo
sufriría un revés todavía peor. Aurora “zamba engreída había salido un poco volantusa y le
era infiel a Demetrio, su marido.
Uno de los días en que regresó tarde del mercado, cae en la cuenca de que no puede
continuar engañando a Demetrio y aprovechando que él sale en busca de una amiga de la
mujer (Juana rosa) con quien ella dijo haber estado hablando, Aurora recoge alguna ropa y
huye dejando a su hijo, aún muy pequeño, sumido en el pánico y el llanto.
Con la certeza de haber sido burlado, Demetrio regresa en busca de Aurora para cobrarle
con violencia su afrenta, pero solo encuentra al lloroso zambo que desde la oscuridad le
responde se fue, papacito.
La venganza de Demetrio Velásquez no ocurrió aquella noche, pero si algunos días
después, y aquel acto de hombre ofendido que apalea una buena ley a quienes lo burlaron,
lo lleva a la cárcel.
Según se desprende del relato, Aurora muere a causa de los golpes recibidos y quien pago
el pato fue el pobre “chupitos” que se quedo sin madre y con el padre preso, mal consolado
por la hospitalidad de la tía, la hermana de Demetrio, que todo el día no hacía si no hablar
de Aurora.
El lance entre “chupitos” y Carmona sirve al narrador para presentar el conflicto paralelo de
la infidelidad de aurora y las funestas consecuencias del engaño.
La marga experiencia de su familia deja en el zambo una enseñanza: “mujeres con quiñes
como si fueran trompos, ¡ni de vainas¡ luego los trompos debían tener quiñes…No , nada
de lo que el hombre posee, mujer o trompo -juguetes- podía estar maculado como nadie ni
3. nada.
Esta visión machista del mundo , explica la actitud del niño, que al igual que su padre lo
hiciera con su mujer y el amante , fraguó su vergüenza contra Carmona.
Con tres reales pedidos con vehemencia a Demetrio compro un trompo nuevo, lo pulió
como al perdido y lo armó con un clavo filoso que le hizo sangrar la palma de la mano al
momento de la prueba. Con sagacidad consiguió que Carmona aceptara jugar a los
“quiñes”:”el trompo que ahora tenia Carmona, el trompo que antes había sido de “chupitos”
se chanto ignominiosamente: en sus manos jamás se habría chantado! Y allí estaba,
entupido e inerte, esperando que las púas de los otros trompos se cebaran en su noble
madera de naranjo. Su nuevo juguete se encargo de abrir en dos el vientre de su antiguo
orgullo.
No seria para el ni para nadie: ¡los trompos con quiñes, como las mujeres, ni de vainas! Al
final, el zambo abandona ambos trompos, el nuevo y reluciente instrumento de su
vergüenza que era preciso eliminar. la narración de el trompo esta matizada con giros del
habla local de Lima, que dan al encuentro un sabor y un ritmo particulares. Ambos
conflictos, el del niño y el del padre, se resuelven de modo radical, pero no abrupto. la
solución es premeditada así en principio la ira dominase los actos iniciales: era preferible
perder definitivamente trompo y mujer, que conservarlos llevando el lastre de la vergüenza
sobre las espaldas varoniles.
Cuando “chupitos” abandona los dos trompos sobre la arena en la que en la que había
lavado su honor, deja también atrás la infancia. comienza a hacerse hombre entendiéndolo
que pare bien o para mal le enseñase su padre con actos, mas que con palabras. Podría
decirse que el niño asume una manera de ser hombre, la que le ofrece el espejo paterno,
macho honorable que lava con sangre la burla a su hombría. El zambo reproduce un
modelo , repite la historia y va aprendiendo a luchar solo a enfrentarse a sus propios
conflictos, a resolverlos sin ayuda de nadie , solo por la sutileza de su ingenio criollo o por
la pujanza viril de sus puños palomillas .
El lance del trompo no es más que una metáfora de la vida; una vida regida por una ley que
no es siempre justicia. Así como la zamba Aurora no seria mas ya de Demetrio, nunca seria
el suyo (de “chupitos”) ese trompo malamente estropeado ahora por la ley del juego que
tanto se parece a la ley de la vida.
MENSAJE
Nos aporta el gran mensaje de que ninguna guerra es buena.