8. Para realizar una obra tan
grande, Cristo está siempre
presente en su Iglesia, sobre
todo en la acción litúrgica. Está
presente en el sacrificio de la
Misa, sea en la persona del
ministro, "ofreciéndose ahora
por ministerio de los sacerdotes
el mismo que entonces se
ofreció en la cruz", sea sobre
todo bajo las especies
eucarísticas.
9. Está presente con su fuerza en los
Sacramentos, de modo que,
cuando alguien bautiza, es Cristo
quien bautiza. Está presente en su
palabra, pues cuando se lee en la
Iglesia la Sagrada Escritura, es Él
quien habla. Está presente, por
último, cuando la Iglesia suplica y
canta salmos, el mismo que
prometió: "Donde están dos o tres
congregados en mi nombre, allí
estoy Yo en medio de ellos" (Mt.,
18,20).
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16. Toda celebración litúrgica se vale de
elementos que le favorezcan a expresar,
comunicar y transmitir el mensaje de la
experiencia religiosa.
17.
18.
19.
20. al utilizar los
signos y
símbolos, que son
las mediaciones
de lo sagrado
para que el
hombre pueda
ponerse en
contacto con lo
divino.
26. El plan de Dios es a la vez historia y misterio.
Es historia porque se realiza en el
acontecimiento Cristo. Es misterio porque la
misma y única salvación se presencializa en la
persona de Cristo. La Iglesia, y, de modo
singular, los signos sacramentales de la liturgia,
dejan claro que misterio e historia son
inseparables. En efecto, la salvación es un
acontecimiento histórico que se perpetúa en el
espacio y el tiempo mediante la liturgia.
27. La liturgia es una acción que se
expresa mediante gestos
simbólicos. La acción litúrgica no
consiste en la reproducción
histórica del acontecimiento
salvífico. Tampoco consiste en la
repetición mimética de unos
gestos.
28. La Eucaristía no es la
reconstrucción de lo acaecido en
el cenáculo o en la cruz. En
primer lugar, porque el hecho
histórico es irrepetible y, en
segundo lugar, porque la acción
litúrgica es algo más que un
factor de experiencias
29. La liturgia actúa por vía simbólica. La
liturgia es el símbolo que une
conjuntamente las dos formas operativas,
histórica y mistérica, de la única acción
salvífica de Dios. El hecho de salvación
original se hace de nuevo presente no en
su realidad física sino en su realidad
nueva de misterio o de acto de salvación
de Dios, hoy.
30. La liturgia es una realidad de orden
sacramental y simbólico. La mediación de unos
gestos, de unos símbolos y de unas palabras,
tiene la
finalidad de
poner al
hombre en
contacto vital
con la
salvación, o
sea, con el
misterio de
Cristo muerto y
resucitado.
31. La eficacia salvadora de todos estos medios no
depende de los mismos sino del propio Cristo que
quiso servirse de este modo humano-divino de
presencia para entrar en contacto con todos los
hombres de todos los tiempos.
34. La liturgia cristiana es un
conjunto de signos (personas,
gestos, acciones, cosas, tiempos,
lugares, ...).
35. Todos estos signos no son cosas
puramente externas; son siempre
una realidad-puente entre un
significado ligado al signo mismo y
las personas para quienes el signo
significa algo.
36. El signo no es solamente una cosa
que nos lleva al conocimiento de
otra, es también un medio de
comunicación y de encuentro. El
signo nunca manifiesta por
completo la realidad que expresa y
comunica sino que de alguna
manera también la esconde.
37. Los signos elegidos por la Iglesia se
han convertido en signos históricos y
eficaces de la salvación y del encuentro
del hombre con Dios.
38. Están relacionados, muchas veces,
con los signos o gestos utilizados por el
mismo Cristo. Los signos
sacramentales son signos de la fe, como
explícitamente enseña el Vaticano II:
39. Los sacramentos están ordenados a la
santificación de los hombres, a la
edificación del Cuerpo de Cristo y, en
definitiva, a dar culto a Dios; pero, en
cuanto signos, también tienen un fin
pedagógico. No sólo suponen la fe, sino
que, a la vez, la alimentan, la robustecen y
la expresan por medio de palabras y de
cosas; por esto se llaman sacramentos de
la "fe"…
40. Por consiguiente, es de suma
importancia que los fieles comprendan
fácilmente los signos sacramentales y
reciban con la mayor frecuencia
posible aquellos sacramentos que han
sido instituidos para alimentar la vida
cristiana. (SC, 59)
41. Esto quiere decir varias cosas:
los signos expresan la fe de la Iglesia
que actúa como sacramento universal
de salvación.
42. suponen y exigen la presencia de la fe
en el hombre que celebra el signo
sagrado; esta fe es suscitada y se apoya
en la Palabra de Dios.
43. las acciones, los gestos y las palabras
sacramentales que constituyen la
celebración, también alimentan y
nutren la fe que, en definitiva, es un
don de Dios y acompaña a la acción
ministerial de la Iglesia.
44. la Iglesia está llamada a explicar a los
fieles los signos litúrgicos para que el
pueblo de Dios pueda participar
activamente, con profundidad. La
Iglesia debe introducir a sus hijos en la
vivencia del misterio: es lo que se
llama mistagogía.
45.
46. Todo signo litúrgico:
Rememora los hechos y palabras de
Cristo, los de la Antigua Alianza que
anunciaron y prepararon la plenitud
de la salvación.
55. •¿Cuál es la finalidad de la liturgia al
utilizar signos y símbolos en la celebración
de Fe?
•¿Por qué decimos que el Plan de Dios es
historia y misterio?
•¿Cuáles son las dimensiones del signo
litúrgico?
•Menciona los cuatro grupos en que se
pueden dividir los signos litúrgicos: