2. 1. El largo camino
de la renovación catequética
1.1. En la edad moderna: enseñanza del
catecismo
1.2. El movimiento catequético preconciliar:
del «catecismo» a la «catequesis
1.3. El giro del Vaticano II: revisión global de
la catequesis
1.4. Un abundante magisterio catequético
1.5. Necesidad de un esclarecimiento
A la luz de las reflexiones hechas sobre el conjunto de la acción
eclesial, nos concentramos ahora en la catequesis, en una primera
aproximación, a fin de precisar su colocación y su identidad en la
nueva perspectiva pastoral.
3. 1.1. En la edad moderna: enseñanza del catecismo
En la época moderna, desde el siglo XVI hasta la
mitad del XX, ha prevalecido la centralidad
pedagógica y doctrinal del catecismo como
compendio doctrinal e instrumento provilegiado
del ejercicio de la catequesis.
Tarea de la catequesis era:
hacer aprender de memoria, explicar y aplicar
a la vida estos compendios doctrinales,
redactados en forma sintética, a base de
preguntas y respuestas,
divididos por lo general en tres partes:
las verdades que hay que creer,
Los mandamientos que hay que practicar y
Los medios sobrenaturales que hay que
emplear (gracia y sacramentos).
4. 1.1. En la edad moderna: enseñanza del catecismo
Reparos:
articulación más teológica que catequética del
mensaje,
lenguaje abstracto,
pobreza bíblica y litúrgica,
método deductivo,
pedagogía «depositaria», etc
El estado de “cristiandad”
arropaba esta catequesis
con:
un ambiente familiar y
social que garantizaba la
comunicación de la fe.
Supliendo deficiencias del
método catequístico en
uso.
Con el avanzar del tiempo,
surge el «movimiento
catequético».
5. 1.2. El movimiento catequético preconciliar:
del «catecismo» a la «catequesis»
Hacia finales del siglo XIX se desarrolla el
«movimiento catequético»:
un vasto movimiento de ideas e iniciativas
que apunta a la renovación y potenciación de la
obra catequética en la Iglesia.
Estímulos y directrices que,
parten de Roma:
Acción promotora de San Pio
X (encíclica «Acerbo nimis»,
l905, y los catecismos de
l905 y l912),
El decreto «Provido sane» de
l935,
El Congreso Catequístico
Internacional de Roma (l950)
y, en muchas naciones, los
congresos catequísticos,
Elaboración de catecismos y
textos, trabajo incansable de
pioneros y promotores de la
renovación de la catequesis.
6. 1.2. El movimiento catequético preconciliar:
del «catecismo» a la «catequesis»
Una visión de conjunto del movimiento catequético europeo5 distingue tres impactos decisivos: el pedagógico, el litúrgico y el teológico-pastoral.
Impacto pedagógico: atención al método de la
enseñanza religiosa y el influjo de nuevas ideas
pedagógicas y psicológicas.
El impacto litúrgico que enriqueció la acción
catequética con muchas aportaciones y elementos
típicos de la liturgia:
canto, celebración, ritos, gestos simbólicos, etc.
El impacto teológico-pastoral:
una presentación más viva y evangélica de la
Buena Noticia, a la luz del «kerygma»
Se insistió en
el cristocentris
mo Catequéti-co,
en la histo
ria de la sal-vación,
en la
dimensión bíbli
ca y litúrgica
del mensaje y
en la concep-ción
de la cate
quesis como
educación de
la fe.
7. 1.3. El giro del Vaticano II: revisión global de la catequesis
El influjo del Vaticano II sobre la
catequesis ha sido y sigue siendo decisivo.
Aunque no se pudo tratar directamente el
tema de la catequesis, el influjo conciliar
ha sido determinante, al dar una visión
renovada de algunos puntos esenciales de
la catequesis,
como la Palabra de Dios, la fe y la Iglesia.
Ha sido un período muy fecundo, rico en realizaciones, lleno
de entusiasmo y creatividad:
se preparan nuevos catecismos, textos y programas,
nacen nuevos Institutos y Centros de catequesis.
Se descubren dimensiones nuevas del quehacer catequético:
aspecto antropológico, centralidad bíblica, dimensión socio-política,
prioridad de los adultos, importancia de la
comunicación y del audiovisual, redescubrimiento de la
comunidad, etc.
También fue un período atormentado y problemático,
Con frecuencia se vivió una situación tal de movilidad y de
problemática generalizada que parecía poner en tela de juicio
todos los elementos constitutivos de la catequesis:
contenidos, métodos, agentes, lenguaje, etc.
No faltaron momentos de fuerte conflictividad, tensiones y
polémicas, crisis personales y de instituciones.
8. 1.4. Un abundante Magisterio catequético
Numerosos documentos y manifestaciones
constituyen hoy día un verdadero «corpus»
magistral de gran importancia:
El Directorio Catequístico General
(DCG, 1971);
El «Ordo initiationis cristianae
adultorum» (OICA, 1972);
los Sínodos de 1974 y 1977, con las
respectivas Exhortaciones Apostólicas
«Evangelii nuntiandi» y «Catechesi
tradendae»;
la encíclica «Redemptoris missio»
(1990),
el «Catecismo de la Iglesia Católica»
(1992)
y el renovado «Directorio General para
la Catequesis» (DGC, 1997).
9. 1.5. Necesidad de un esclarecimiento
La catequesis pertenece al signo de la
«martyría»,
es decir, al servicio de la palabra o
ministerio profético,
junto con otras expresiones del
mismo, como
el anuncio misionero,
la predicación litúrgica,
la reflexión teológica, etc.
Es, pues, en este ámbito donde debe
precisar su misión y significado.
La proclamada prioridad de la evangelización en la misión de la
Iglesia parece eclipsar algunos cometidos tradicionales de la
catequesis, o al menos exigir su revisión.
Se diría que la actividad propiamente catequética está en
trance de quedar absorbida ante la actualidad dominante de la
evangelización y la misión.
Conviene por lo tanto esclarecer y perfilar las ideas.
Por otra parte existen formas muy diversas de catequesis
(catecumenado, iniciación sacramental, cursos de formación,
lectura de la Biblia, etc.) y la misma actividad catequética toma
nombres muy distintos (instrucción religiosa, educación de la fe,
catequesis, enseñanza religiosa, etc.).
Como se ve, la catequesis corre el peligro de estar en todas
partes y de perder su identidad en el conjunto de las acciones
eclesiales. También por esta razón se impone un intento de
clarificación.
10. 2. LA CATEQUESIS EN EL PROCESO DE
EVANGELIZACIÓN: IDENTIDAD Y PERSPECTIVAS
2.1. La evangelización: significado del
término
2.2. La catequesis en el ministerio de la
palabra
2.3. Identidad de la catequesis
Abordamos el tema de la
naturaleza e identidad de la
catequesis en el contexto
de la opción evangelizadora y
dentro de la función eclesial del
ministerio de la palabra
(martyría).
11. 2.1. Evangelización: significado del término
El término «evangelización», poco presente en los
documentos del Vaticano II, ha experimentado en el
posconcilio una verdadera explosión de actualidad.
Especialmente a partir del Sínodo de Obispos de 1974 y
el documento de Pablo VI «Evangelii nuntiandi» (1975).
«Con gran gozo y consuelo
hemos escuchado Nos, al final
de la Asamblea de octubre de
1974, estas palabras luminosas:
“Nosotros queremos confirmar,
una vez más, que la tarea de la
evangelización de todos los
hombres constituye la misión
esencial de la Iglesia”:
Una tarea y misión que los
cambios amplios y profundos de
la sociedad actual hacen cada
vez más urgentes.
Evangelizar constituye, en
efecto, la dicha y vocación
propia de la Iglesia, su iden-tidad
más profunda » (EN 14).
12. 2.1. Evangelización: significado del término
Ahora bien, el término «evangelización» no ha tenido
nunca un significado unívoco.
«Podemos concluir que el examen
del término “evangelización” en
los documentos conciliares nos
permite distinguir en ellos una
triple acepción:
o la sola predicación misionera
(AG 6,26),
o todo el ministerio de la palabra
(LG 35,18; CD 6,10; GS 44,13; AA
2,20; etc.)
o toda la actividad misionera de
la Iglesia (AG 23,6; 27.15; etc.).
En este último sentido evangeliza
todo el que promueve, organiza o
colabora con la acción de la
Iglesia para difundir el Evangelio
entre los pueblos que aún no lo
conocen».
en el Nuevo Testamento se constata
una fluctuación de significado del verbo
«evangelizar»
A veces indica la proclamación del «kerygma»,
• o bien la actividad de la Iglesia, que con la
palabra y la vida anuncia y hace operante la
salvación
Núcleo de la evangelización es siempre el
«Evangelio»,
• que es al mismo tiempo Buena
Nueva de salvación
13. 2.1. Evangelización: significado del término
Evangelii nuntiandi fruto del Sínodo de Obispos de 1974
ha ratificado el significado amplio del término,
explicitando su complejidad (n. 17) y la riqueza de sus
dimensiones (nn. 18-24):
«La evangelización, hemos dicho, es un proceso
complejo, con elementos variados:
renovación de la humanidad, testimonio, anuncio
explícito, adhesión del corazón, entrada en la comunidad,
acogida de los signos, iniciativas de apostolado». (EN 24)
Esta acepción amplia aparece también en el Directorio
General para la Catequesis:
«Anuncio, testimonio, enseñanza, sacramentos, amor
al prójimo, hacer discípulos:
todos estos aspectos son vías y medios para la
transmisión del único Evangelio
y constituyen los elementos de la evangelización.
[...] Los agentes de la evangelización han de saber
operar con una “visión global” de la misma e
identificarla con el conjunto de la misión de la Iglesia».
(DGC 46)
«Según esto, hemos de concebir la evangelización
como el proceso por el que la Iglesia, movida por el
Espíritu, anuncia y difunde el Evangelio en todo el
mundo» (DGC 48).
14. 2.2. La catequesis en el ministerio de la palabra
Al dinamismo de la evangelización y como «elemento
fundamental» del mismo (DGC 50) pertenece el
ministerio o «diaconía» de la palabra (Hch 6, 2-4),
que comprende las manifestaciones del signo eclesial de
la «martyría» o función profética.
La catequesis forma parte de este ministerio.
LAS DIVERSAS FORMAS DEL MINISTERIO
DE LA PALABRA.
Tradicionalmente se distinguen tres principales
momentos o funciones en el ministerio eclesial de la
palabra:
la predicación misionera (o kerygma o primer
anuncio), la catequesis y la predicación litúrgica (u
homilía o predicación comunitaria).
Esta triple división hace referencia:
ya sea a los distintos destinatarios de la palabra (no
creyentes, catecúmenos, comunidad cristiana);
ya sobre todo a tres etapas fundamentales del
proceso de interiorización de la fe (adherirse a la fe,
profundizar en la fe, vivir la fe).
15. 2.2. La catequesis en el ministerio de la palabra
El retorno al NT puede ser iluminador.
En las Iglesias apostólicas, en efecto,
consta un ejercicio muy variado y
espontáneo del ministerio de la
palabra.
La comunidad cris tiana, surgida de la
respuesta de la fe al anuncio de Cristo,
comunica y profundiza de varias
formas la pa labra que edifica la co
munidad y la convier te en testimonio
vivo
El Testimonio Bíblico e Histórico
En la fluctuación terminológica del NT se observa la distinción básica
entre
un primer momento de lanzamiento del mensaje, a través de verbos
como «gritar» (krazein), «anunciar» (kerussein), «evangelizar» (euan
guelizein), «testimoniar» (martyrein),
y un segundo momento de explicitación y profundización, expresado
por los verbos «enseñar» (didaskein), «catequizar» (katejein), «pre
dicar» (homilein), «transmitir» (paradidonai) y otros semejantes. A
este segundo momento pertenece la específica función catequética
(«katejein»):
«Kerussein está en tensión semántica con katejein. Indica la primera
vez, la modalidad fundamental de una Palabra, un mensaje, con
respecto al eco que prolonga su efecto y su comprensión».
El término «katejein», indica «hacer eco» a una Palabra que está en
alto, indisponible, soberana. Literalmente significa «resonar, hacer
resonar», con el sentido de: instruir, enseñar oralmente, narrar (cf Lc
1,4; Hch 18,25; 21,21; Rm 2,18; 1 Cor 14,19; Gal 6,6).
16. 2.2. La catequesis en el ministerio de la palabra
El Testimonio Bíblico e Histórico
En la época postapostólica y patrística la catequesis
adquiere el significado de enseñanza fundamental de la fe
cristiana dentro del catecumenado.
En la edad media desaparece prácticamente el término
«catequesis» y se adoptan otros, como «catechismus»,
«instructio», con referencia a veces a las preguntas y
respuestas previas al rito del bautismo.
En la edad moderna (siglos XVI-XIX) florece la actividad
catequística con otros instrumentos (los catecismos) y
otros nombres: catecismo, doctrina, instrucción religiosa,
enseñanza religiosa, etc.
Solamente gracias al movimiento catequético del siglo XX
será recuperado el término tradicional «catequesis», al ser
redescubierto su sentido original y reinterpretado en el
nuevo contexto cultural.
17. 2.3. Identidad de la Catequesis
La tradición de la Iglesia ofrece una gran variedad
de actividades designadas con el término
catequesis o alguno de sus derivados.
El término catequesis posee hoy día una acepción
más amplia, presente en la reflexión catequética y
en los documentos del magisterio.
¿Qué es la Catequesis?
La expresión conciliar: «la instrucción catequística,
cuyo fin es que la fe, ilustrada por la doctrina, se
torne viva, explícita y activa» (CD 14)
Descripción del Sínodo de 1977, según el cual la
catequesis es «la actividad que consiste en la
educación ordenada y progresiva de la fe y que está
ligada estrechamente al permanente proceso de
maduración de la misma fe».
Del Directorio Catequístico General, de 1971: «En el
ámbito de la actividad pastoral, la catequesis debe ser
considerada como la forma de acción eclesial que
conduce a la madurez de la fe tanto a las comunidades
como a cada fiel» (DCG [1971] 21).
18. 2.3. Identidad de la Catequesis
Según el nuevo DGC, la catequesis es el «período
en que se estructura la conversión a Jesucristo»
(n.63),
orientado a «poner los cimientos del edificio de la
fe» (n.64), «iniciación ordenada y sistemática a la
revelación» (n.66).
Especialmente la catequesis de iniciación es
descrita como «formación orgánica y sistemática
de la fe» (n.67), que no es solo enseñanza.
¿Qué es la Catequesis?
En la Iglesia actual, se vincula la identidad de la
catequesis a tres polos esenciales: la palabra de
Dios, la fe y la Iglesia:
‰ La catequesis es ante todo ministerio de la palabra,
y por lo tanto servicio al Evangelio, comunicación del
mensaje cristiano y anuncio de Jesucristo;
‰ La catequesis es educación de la fe, mediación
eclesial para suscitar y favorecer el crecimiento en la
fe de las personas y comunidades;
‰ La catequesis es acción eclesial, expresión de la
Iglesia y momento esencial de su misión.
19. 2.3 Identidad de la Catequesis
En definitiva, si tenemos presentes los datos del NT y los documentos eclesiales,
se puede llamar catequesis a toda forma de servicio eclesial de la palabra de Dios
orientada a profundizar y a hacer madurar la fe de las personas y de las comunidades.
20. 2.3 Identidad de la Catequesis
Algunas puntualizaciones
La catequesis constituye un momento
importante dentro del proceso de
evangelización y, en este sentido, la
catequesis es siempre una forma de
evangelización.
La catequesis constituye un momento
distinto y sucesivo al primer anuncio o
primera evangelización (DGC 61; CAL 97).
Presupone este primer momento
kerigmático, orientado a suscitar la
conversión inicial.
En consecuencia, adquiere un relieve espe
cial, dentro de la labor catequética, la
catequesis de iniciación en sus distintas
formas, como formación orgánica y funda
mental de la fe (DGC 67).
«La catequesis de iniciación es, así, el eslabón necesario entre la acción misionera,
que llama a la fe, y la acción pastoral, que alimenta constantemente a la comunidad
cristiana.
No es, por tanto, una acción facultativa, sino una acción básica y fundamental en la
construcción tanto de la personalidad del discípulo como de la comunidad» (DGC
64).
En este contexto se explica también la
prioridad de la catequesis de adultos:
«Recuerden también [los pastores] que la
catequesis de adultos, al ir dirigida a hombres
capaces de una adhesión plenamente
responsable, debe ser considerada como la
forma principal de catequesis, a la que todas
las demás, siempre ciertamente necesarias,
de alguna manera se ordenan» (DCG [1971]
20).
21. 3. CLARIFICACIÓN TERMINOLÓGICA
3.1. La terminología propiamente
«catequética»
3.2. La terminología relacionada
con la «fe»
3.3. La terminología vinculada con
«religión»
La catequesis se presenta de hecho con nombres diversos, según
las distintas áreas lingüísticas y culturales, y no siempre resulta
fácil captar los matices propios de cada denominación. Un intento
de esclarecimiento puede ser útil.
22. 3.1. La terminología propiamente «catequética»
Términos tradicionales derivados del verbo
«katejein» (hacer resonar):
Catequesis, catequístico, catequético,
catecismo. Indican las modalidades de la
función catequética de la Iglesia.
Conservan su validez y significación.
Hoy se habla de catecumenado y
catecumenal, o en sentido propio, con
respecto a los candidatos al bautismo, o
bien a propósito de actividades
catequéticas de talante evangelizador.
23. 3.2. La terminología relacionada con la «fe»
Esta terminología, reafirma, en
una visión renovada de la fe, el
verdadero objetivo de la función
catequética.
Las expresiones más usadas son
“Transmisión de la fe en
familia” y “educación en la fe”.
Entendida en un sentido
teológicamente correcto, es un
modo válido de identificar la
función de la catequesis.
24. 3.3. La terminología vinculada con «religión»
Hablando en general, la expresión «educación religiosa» ha adquirido hoy un
significado muy amplio, que abarca una gran variedad de prácticas y actividades:
catequesis, socialización
religiosa, enseñanza
religiosa escolar, acción
pastoral, educación religiosa
familiar, etc.
Tiende a indicar todo el
conjunto de procesos
educativos relacionados con
la dimensión religiosa, por lo
general con un significado
más amplio que el de la
catequesis.
26. 4. EL SIGNIFICADO DE LA OPCION POR LA CATEQUESIS
PARA EL FUTURO DE LA IGLESIA
Tras este primer esclarecimiento de la
identidad de la función catequética,
Conviene destacar ahora su alcance, en
perspectiva de futuro, para la actual
coyuntura eclesial.
27. 4. EL SIGNIFICADO DE LA OPCION POR LA
CATEQUESIS PARA EL FUTURO DE LA IGLESIA
La Catequesis participa de la
misma dignidad e importancia
de la Evangelización, por ser
momento esencial del
dinamismo evangelizador.
Es fácil vislumbrar la
importancia de una opción
pastoral que reafirma la
prioridad de la catequesis:
«En esta nueva situación, necesitada de
evangelización, el anuncio misionero y la catequesis,
sobre todo a jóvenes y adultos, constituyen una clara
prioridad» (DGC 26).
Puede ser incalculable el
alcance renovador de un
impulso decidido a la acción
catequética,
siempre que ésta no se cierre
en una actitud restauradora
para asumir un talante
promocional y transformador,
abierto a la creatividad con
nuevo ardor y nuevos métodos.