SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 11
Descargar para leer sin conexión
LOS INVASORES
     JOSÉ
EGON WOLFF

                                                                                              LOS INVASORES
©   Pehuén Editores, 1986
    María Luisa Santander 537
    Providencia, Santiago, Chile
    Fono: (56-2) 225 62 64 - 204 93 99
    editorial@pehuen.cl

    Inscripción N° 38.027
    ISBN 978-956-16-0208-3

    Primera edición, abril de 1990
    Quinta edición, mayo de 2007

    Diseño y diagramación
    Pehuén Editores

    Más información, actividades sobre este libro y otras lecturas recomendadas por
    edad en “Motivación para la lectura”, www.pehuen.cl

    Se prohíbe la reproducción o emisión total o parcial de este libro, ya sea a través de
    sistemas eléctricos, electrónicos, mecánicos, químicos, ópticos, de grabación, fotográ-
    ficos o de fotocopia, sin la autorización previa del editor.

    Impreso en los talleres de
    Imprenta Salesianos S.A.



    IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
LOS INVASORES




Esta obra fue estrenada en 1963, en el teatro Antonio Varas, por
el Instituto de la Universidad de Chile, de acuerdo al siguiente
reparto:

PIETÁ, esposa de Meyer                          María Cánepa
LUCAS MEYER                                     Héctor Maglio
CHINA                                        Tennyson Ferrada
TOLETOLE                                        Bélgica Castro
MARCELA; hija de Meyer                        Ximena Gallardo
BOBBY, hijo de Meyer                          Lucho Barahona
EL COJO                                        Alfredo Mariño
ALÍ BABÁ                                        Gonzalo Palta




                    Dirección: Víctor Jara
Toletole (Bélgica Castro) y China (Tennyson Ferrada).
                                                                           ACTO PRIMERO
                                                                               Cuadro Primero

                                                        Un living de alta burguesía. Cualquiera: son todos iguales.
                                                        Lo importante es que nada de lo que ahí se ve sea barato. A la
                                                        izquierda, un porche a mayor nivel, con la puerta de entrada
                                                        de la calle. Alfonso, la escala de subida al segundo piso. A
                                                        la derecha, una puerta que da a la cocina y una ventana que
                                                        mira al parque. Cuando se alza el telón, el escenario está en
                                                        penumbra. Es de noche. Después de un rato, ruido de voces
                                                        en el exterior, llaves en la cerradura, y luego, una mano que
                                                        prende las luces.
                                                        Entran Lucas Meyer y PIETÁ, su mujer. Visten de etiqueta,
                                                        con sobria elegancia. En cuanto se prenden las luces, PIETÁ
                                                        se lanza al medio de la habitación. Abre los brazos. Gira sobre
China (Bélgica Castro) y Lucas Meyer (Héctor Maglio)    sí misma.
10                                                   EGON WOLFF      LOS INVASORES                                                 11


PIETÁ (Radiante): ¡Oh, Lucas, es maravilloso... es maravillo-           y te pones grave, tal vez, pero de noche, eres eterno. Soy
   so! (Gira). ¡La vida es un sueño... un sueño! (Se lleva las          yo quien te lo aseguro... (Lo chasconea levemente). Vein-
   manos a las sienes y mira hacia el cielo). ¡Ven! (Meyer              tidós años casada contigo, Lucas, y no me has aburrido...
   se acerca a ella y la abraza por detrás; ella, sin mirarlo,          ¡Gracias!
   siempre con los ojos en el cielo). Alguna vez, ¿algún...          MEYER: Te compraría el mundo, si eso te entretuviera...
   “ruido” entre nosotros? Uno de esos ruidos terribles, sor-        PIETÁ: Lo sé... y eso me asusta un poco.
   dos..., ¿como entre los otros? (Meyer niega mudo). ¿Sólo          MEYER: ¿Te asusta?
   pequeños ruidos? (Meyer afirma. Pietá gira y lo besa con           PIETÁ (Alejándose un poco de él): Susto o temor, no sé. En
   fuerza). ¿Por qué? ¿Porque somos ricos?                              todo este aire de cosas resueltas con que me rodeas, esa
MEYER: Puede ser.                                                       sombra de tu... invulnerabilidad...
PIETÁ: Ricos, ricos, ricos, ricos, ricos... ¿Qué significa? ¡Ricos!   MEYER: Invulnerable... ¿yo?
   (Ambos ríen). ¿Qué significa?                                      PIETÁ: Nunca una duda, nunca un fracaso... Pones tus ojos en
MEYER: Felicidad.                                                       algo y vas y te lo consigues. Simplemente te lo consigues.
PIETÁ: Si... Libres como pájaros... Doce horas para llenarse            Nunca has dejado de hacerlo... Tal vez hasta me conseguiste
   la piel de sol, en la noche, perfumes... Pero, ¿es sólido            a mí, de esa manera.
   todo eso?                                                         MEYER (La abraza): ¡Oh, vamos!
MEYER: ¿Sólido? ¿Y por qué no?                                       PIETÁ: Es verdad... Te temo... Para qué lo voy a negar; o temo
PIETÁ: No sé... Me asusta... Cuando todo sale bien, me asusto.          por ti, no sé... Cuando nos casamos, tuve que preocupar-
MEYER: He gozado la noche, mirándote... Irradias. (La                   me del porvenir como cualquier mujer; partimos con tan
   besa).                                                               poco... Pero muy pronto, poco a poco, cada inversión, la
PIETÁ: Sí. Me siento hermosa. Eres tú, Lucas... Todo lo que             justa; cada disposición, la precisa; y, al fin, esta mansión:
   pones a mi alrededor, me embellece.                                  “la mansión de los Meyer”, y tu posición de ahora, in-
MEYER (Oprime su talle): El talle fino. (Toca sus caderas.               violable...
   Besa su cuello). Eres mujer, Pietá. Mujer, con mayúsculas.        MEYER: No todo me ha resultado tan fácil, como suena dicho
   Mi Mujer. Me haces olvidar que envejezco. Eso no está                por ti.
   bien; es contranatura.                                            PIETÁ: ¿Y por qué tengo, entonces, esa sensación de... vértigo?;
PIETÁ (Con sensual coquetería): ¿Me lo reprochas?                       ¿de peligroso desequilibrio? Creo en la justicia divina... Sí,
MEYER: Sabes que no, pero... son cincuenta años, mujer.                 sí, tal vez sea una supersticiosa, una primitiva, pero no todo
PIETÁ (Toca la punta de su nariz con su dedo enguantado):               les puede resultar bien siempre a los mismos.
   Durante el día en tu fábrica, cuando le dictas a tu secretaria    MEYER (Riendo): Les llegó el turno a los otros, ¿eh?
12                                                EGON WOLFF     LOS INVASORES                                                13


PIETÁ: No... te rías.                                            MEYER (Lentamente, midiendo las palabras): Ayer en
MEYER: ¿No es ése el pánico del día? ¿También llegó a ti la         la tarde estuvieron unas monjas de la caridad en mi
   cháchara idiota?                                                 oficina y les hice un cheque por una suma desmesura-
PIETÁ: No es eso...                                                 da; por poco hipoteco la fábrica a su favor. He estado
MEYER: ¿Por qué mencionas todo esto, entonces? Nunca                pensando mucho en eso, desde ayer... ¿Qué me impulsó
   hablamos de estas cosas.                                         a ello? Lo curioso es que ni siquiera abogaron mucho
PIETÁ: No sé... Tal vez, la gente de esta noche. Al verlos a        por mi ayuda... Simplemente se colaron en mi oficina
   todos tan... desfachatados. ¡Insolentes, sí! (Como recolec-      como salidas del muro y se plantaron ante mí con las
   tando recuerdos). De repente, pensé que era el fin. Risas         manos extendidas, y yo les hice el cheque... como si
   que celebraban el fin. Una perfección corrupta. (Se vuelve        estuviera previsto que no me iba a negar. Después se
   hacia él). Tengo miedo, Lucas.                                   retiraron haciendo pequeñas reverencias y sonriendo
MEYER: ¿Miedo...? Pero, ¿de qué?                                    irónicamente, casi con mofa..., como si toda la escena
PIETÁ: No sé... Miedo, simplemente. Un miedo animal. Esta           hubiera estado prevista.
   noche donde los Andreani, rodeada como estaba de toda         PIETÁ: ¿Fue miedo lo que sentiste?
   esa gente, sentí de pronto un escalofrío. Una sensación       MEYER: No... Lo hice simplemente, como si fuera lo natural.
   de vacío, como si me hundiera en un lago helado..., en un        En el fondo, sentí que si no lo hacía, esas monjas se habrían
   panorama de niebla y chillidos de pájaros.                       puesto a llorar por mí.
MEYER: ¡Absurdo!                                                 PIETÁ: ¿Llorar por ti?
PIETÁ: Sí, absurdo, pero ¿qué es ese miedo? Existe. Es como      MEYER: Sí. Creo que quise evitarles ese trance... penoso.
   un presagio.                                                     Extraño...
MEYER (Cortante, de pronto): No sé de qué estás hablando.        PIETÁ: Paralización... Como lo que le sucedió a Bobby el otro
   Deben ser tus insomnios.                                         día; el día helado y húmedo de la semana pasada, ¿recuer-
PIETÁ (Alarmada): No sufro de insomnios, Lucas.                     das? (Lucas asiente). Ese día le quemaron su casaca de
MEYER: ¡Niebla y chillidos de pájaros! ¿Cómo puedo inter-           cuero a Bobby en el patio de la universidad.
   pretar tamaña tontería?                                       MEYER: ¿Quemaron?... ¿Su casaca de cuero?
PIETÁ: Tú sabes. ¿Has sentido lo mismo? ¿Qué es?                 PIETÁ: Sí, no te lo quise contar, entonces, para evitarte mo-
MEYER: Te digo que no sé de qué estás hablando.                     lestias. Sucedió cuando los muchachos salieron de clases
PIETÁ: Sí, si sabes... Esta noche estabas insolente, lo mismo       por la tarde y pasaron por el guardarropía a recoger sus
   que ellos, la misma rudeza, la misma risa dolorosa. ¿Qué         abrigos... No había abrigos en ese guardarropía.
   va a pasar, Lucas?                                            MEYER: ¿Qué habían hecho con ellos?
14                                                   EGON WOLFF      LOS INVASORES                                              15


PIETÁ: Gran Jefe Blanco, el viejo portero albino, del que hacen      PIETÁ: Tu fábrica, esta casa, no las hemos robado, ¿no es
   burla los muchachos, porque con el frío del invierno se le           verdad?
   hinchan las articulaciones de los dedos y gime de dolor tras      MEYER: Todo ganado honestamente, en libre competencia.
   su puerta, había hecho una pira en el patio con los abrigos       PIETÁ: ¿Qué, entonces?
   y se calentaba las manos sobre la lumbre...                       MEYER: Te digo que es estúpido. Nadie puede perturbar el
MEYER (Ultrajado): ¡Pero, eso no es posible! ¿Qué hacían                orden establecido, porque todos están interesados en man-
   las autoridades de esa universidad para impedir ese atro-            tenerlo... Es el premio de los más capaces.
   pello?                                                            PIETÁ: Por otra parte, Lucas..., nuestros hijos. Al verlos, ¿a
PIETÁ: Nada. Estaban todos, el rector y el Consejo, mirando             quién le cabrían dudas de que son hijos perfectos de una
   el espectáculo desde las galerías. Algunos hasta aplau-              vida perfecta, no crees?
   dían...                                                           MEYER: Evidentemente, Marcela crece como una bella mujer;
MEYER: Imposible.                                                       Bobby, un poco loco de ideas, pero... está bien... No más
PIETÁ: Así fue...                                                       amenazas entonces, ¿eh?
MEYER: ¿Dónde vamos a parar, si no paramos esas insolen-             PIETÁ: Pobre niño... Me ha prometido ayudarme en mi jardín...
   cias? ¿Por qué no echaron a patadas a ese insolente?                 Odia podar las rosas, el pobre. ¿Has visto cómo cubren ya
PIETÁ: Por la misma razón que hiciste tu cheque.                        mi glorieta?
MEYER: ¡Pero si es idiota! ¿Dónde vamos a parar, repito?             MEYER (Besa sus manos): Sí... Tus manos milagrosas.
   Echarlos a patadas... ¡Eso es lo que voy a hacer con esas         PIETÁ: Es un hermoso jardín... Estoy orgullosa.
   monjas, si se vuelven a colar en mi oficina!                       MEYER: Y yo de ti. (La besa). Vamos, es tarde. Mañana es un
PIETÁ: Fue absolutamente de mal gusto de parte de la Renée              día de mucho trabajo... (Se encaminan hacía la escalera,
   salir a bailar con el garzón, hoy, durante la fiesta, ¿no te pa-      abrazados).
   rece? Se veía que lo hacía con repugnancia... Su condición        PIETÁ (Deteniéndolo al pie de la escalera): Dime, ¿tú viste
   de dueña de casa no la obligaba a ello, ¿no crees?                   también a esa gente extraña que andaba por las calles,
MEYER: La gente ha perdido sus nervios... Ha habido tanto               mientras veníamos a casa?
   palabreo, últimamente, de la plebe alborotada, que todos          MEYER: ¿Gente extraña?
   hemos perdido un poco el juicio. El mundo está perfecta-          PIETÁ: Sí. Como sombras, moviéndose a saltos entre los
   mente bien en sus casillas.                                          arbustos.
PIETÁ: Sí... Flota un espanto fácil, como el de los culpables.       MEYER: ¡Ah!, ¿quieres decir los harapientos de los basurales
   No somos culpables de nada, ¿no es cierto?                           del otro lado del río?
MEYER: Ya lo creo que no.                                            PIETÁ: ¿Eran ellos?
16                                                EGON WOLFF     LOS INVASORES                                               17


MEYER: Esos cruzan periódicamente para venir a hurgar en            (Se prende la luz y asoma Meyer en lo alto de la escala.
   nuestros tarros de basura. La policía ha sido incapaz de         Desciende cautelosamente. Ve a China y corre hacia la
   evitar que crucen a esta parte, de noche...                      consola, de la cual saca un revólver que apunta sobre el
PIETÁ: Podría jurar que vi a dos de ellos trepando al balcón        intruso).
   de los Andreani, como ladrones en la noche.                   MEYER: ¿Y usted? ¿Qué hace aquí? ¿Qué hace dentro de mi
MEYER (Algo impaciente, al fin): ¡Oh, vamos, Pietá! Esa gente        casa?
   es inofensiva; ninguno se atrevería a cruzar una verja y      CHINA (Lastimero): Un pan... un pedazo de pan.
   menos a trepar a un balcón. ¿Para qué crees que les deja-     MEYER: ¿Qué?
   mos nuestros tarros en las aceras? Mientras tengan donde      CHINA: Un pedazo de pan, ¡por amor de Dios!
   hozar, estarán tranquilos. ¿Vamos?                            MEYER: ¿Qué te pasa? ¿Estás loco? ¡Entrar en mi casa,
PIETÁ: Esta noche me dejarás dormir contigo, ¿quieres?              rompiendo las ventanas! ¡Fuera de esta casa! ¡Fuera de
MEYER: ¡Oh, vamos! Creo que exageras un poco. Si alguno             esta casa, inmediatamente! (Ante la impasividad del otro).
   de esos infelices se atreviera a entrar en esta casa, Nerón      ¡Fuera te digo! ¿No me oyes? ¿O quieres que llame a la
   daría buena cuenta de él, con sus dientes afilados.               policía? (Pausa penosa). ¿Qué te pasa, hombre? ¿Eres
PIETÁ: Sí, pero... me dejarás dormir contigo, ¿no es verdad?        sordo?
   (Se cobija en él, mientras desaparecen ascendiendo es-        CHINA: Un pedazo de pan.
   calera arriba. De pasada, Meyer apaga las luces y la          MEYER: Te descerrajo un tiro, si no sales de inmediato.
   habitación queda a oscuras; sólo una débil luz ilumina la        (Apunta).
   ventana que da al jardín. Después de un rato, se proyectan    CHINA: Era inevitable...
   unas sombras a través de ella y luego una mano manipula       MEYER: ¿Qué dices?
   torpemente la ventana, por fuera. Un golpe y cae un vidrio    CHINA: Que era inevitable que dijera “te descerrajo un tiro”,
   quebrado. La mano abre el picaporte y por la ventana cae         y que tuviera uno de ésos (indica el revólver) escondido
   China dentro de la habitación. Viste harapos. Forra sus          en alguna parte por ahí... Se lo dije al Mariscal.
   pies con arpillera y de sombrero luce un colero sucio, con    MEYER: ¡Te doy diez segundos! Cuento. Uno... dos... tres...
   un clavel en la cinta desteñida. Contradice sus andrajos      CHINA: ¿Todo por un pedazo de pan?
   un cuello blanco y tieso, inmaculadamente limpio. Desde       MEYER: Cuatro... cinco...
   el suelo observa la habitación con detenimiento. Arriba se    CHINA: Una bala de eso cuesta más que el pan que le pido.
   oyen pasos).                                                     El Mariscal discutió que era seguro que tendría “eso” (el
VOZ DE MEYER: ¿Qué hay? ¿Quién anda?... ¿Quién anda                 revólver) en casa, pero que seria práctico... y lógico. Aun-
   ahí?                                                             que fuera tan sólo pan duro; no me quejo.
18                                                EGON WOLFF     LOS INVASORES                                              19


MEYER: Está bien; te doy el pan, pero te vas de inmediato, por      el nombre. Parece que con saber el nombre de nuestros
   donde entraste, ¿entiendes? (Sale hacia la cocina y vuelve       enemigos se nos hace más fácil dar en el blanco... Me
   con un pan que lanza al otro). Y ahora, ¡fuera!                  llaman China, y usted es Lucas Meyer, el industrial... (Se
CHINA: ¿Ve?... El Mariscal tenía razón. (Sonriendo candorosa-       acomoda en el suelo). Y ahora que hemos cumplido con
   mente). Total... un harapiento. Nadie cambia un harapiento       esta primera formalidad, puede irse a la cama, si quiere...
   por una conciencia culpable. (Masca el pan). La culpa            Comprendo que es suficiente para usted para ser el primer
   de todo la tiene su empleada. No había más que papeles           encuentro. Que Dios acompañe a usted y a su bella esposa,
   sucios y restos de sardina en el tarro... No como sardinas;      en su sueño. Buenas noches.
   me producen urticaria. (Lanza un eructo fuerte).              MEYER (Ultrajado): ¿Qué se ha imaginado? ¡Salga de esta
MEYER: Seis... siete... ocho...                                     casa de inmediato! ¿Me oye? (China duerme impasible).
CHINA: Es inútil; no se exponga al ridículo.                        ¿Me oye?... ¡Fuera de mi casa! (Con ira impotente). ¡Fuera,
MEYER: ¿Qué es lo que es inútil?                                    digo! (Pausa). Está bien; puede dormir aquí esta noche,
CHINA: Que pretenda contar hasta diez.                              pero mañana, al alba, antes que nadie mueva un dedo en
MEYER: ¿Por qué?                                                    esta casa, usted sale por el mismo lugar que se coló, ¿en-
CHINA (Sonriendo ampliamente): Todos sabemos que sabe               tiende? ¡Que no lo encuentre dentro de la casa! (Se dirige
   contar hasta diez y más de eso...                                hacia la escala).
MEYER (Rugiendo): ¡Nueve!                                        CHINA (Sin levantar la cabeza): Ya le decía yo al Mariscal
CHINA: ¡No siga! ¡No va a disparar! Es mejor que no siga...         que usted era un buen hombre. Un hombre que da trabajo
   Evitemos la vergüenza...                                         a tanta gente en su fábrica no puede ser otra cosa que un
MEYER: ¡Diez! (El revólver tirita en su mano apuntando a            buen hombre... ¿Cómo iba a permitir que un harapiento
   China; no dispara).                                              muriera de frío, durmiendo bajo el rocío helado? ¡Gracias,
CHINA: ¿Ve? Es una lástima... Ahora nos será más difícil            buen hombre!
   entendernos. Ahora usted ya me odia... (Con fingida              (Meyer va a apagar las luces, cuando se oyen pasos arri-
   desazón). Yo sabía que no dispararía. En cuanto dijo “te         ba).
   descerrajaré un tiro”, lo supe. Los que saben matar no le     VOZ DE PIETÁ: Lucas, ¿por qué te demoras tanto? ¿Qué
   ponen nombre al acto. Simplemente aprietan el gatillo, y         pasa?
   alguien muere. Uno le pone nombre a las cosas para ganar      MEYER: ¡Nada, mujer! ¡Un gato que entró por la ventana! ¡Ya
   tiempo. (Saborea el pan).                                        lo eché a la calle!
MEYER (Algo perplejo): ¿Quién es usted?                          CHINA (Ante los gestos de Meyer, que lo conminan a hablar
CHINA: Sí, eso “es” lo que se hace acto seguido: averiguar          más bajo): ¡Eso fue inteligente! ¡Muy inteligente! ¡Nadie
20                                                 EGON WOLFF     LOS INVASORES                                               21


   habría sabido encontrar salida más honorable a la situación!   TOLETOLE (Después de permanecer un rato yerta y como
   ¡Estupendo!                                                       expectativa, respirando ruidosamente y tiritando): ¿Cómo
VOZ DE PIETÁ: ¿Qué pasa, Lucas?                                      lo tomó, China?
MEYER: Voy, mujer, voy.                                           CHINA: Duerme...
   (Sube y apaga la luz. La escena sigue un rato a oscuras.       TOLETOLE (Después de un rato): ¿Sacó revólver y te amenazó
   Luego se ve otra mano que asoma por fuera, en medio               con la autoridad, China?
   del haz de luz. Palpa el cerrojo. Tamborilea contra los        CHINA: Mmh... Es práctico; mostró misericordia.
   vidrios).                                                      TOLETOLE: El primer día es fácil; vamos a ver mañana, ¿no
VOZ DE TOLETOLE: ¡China! ¡Abre, China! (China muge).                 es cierto?
   ¡China, sé bueno! ¡Hace frío! (Sigue tamborileando los         CHINA: ¡Cierra la jeta! ¡Duerme!
   vidrios, débil e intermitentemente). ¡Ay, ay! ¡Chinita!        TOLETOLE (Tras pausa): ¿Cómo es la casa?... ¿Bonita?
CHINA (Levantándose, al fin, trabajosamente. Abre la ventana.         Está tan oscuro; no se ve nada. (Al no recibir respuesta).
   Gruñe): Te dije que no entraras hasta mañana...                   Tengo salame..., ¿quieres? (Saca de un bolsillo un trozo
TOLETOLE (Sólo su cara asoma afuera; plañidera): Hace                de salame, junto a dos girasoles de paño atados a tallos
   frío afuera, China.                                               de alambre, unas herramientas nuevas de carpintería,
CHINA: Con dos, de repente, se va a asustar.                         escofina, etcétera; unas matracas multicolores y un ca-
TOLETOLE (Tirita): ¡Ay! ¡Ay! ¡Por Diosito!                           lendario doblado en cuatro que representa un desnudo
CHINA: Está bien, entra... ¡Rápido!                                  de mujer. Amontona todo cuidadosamente junto a sí. El
TOLETOLE (Entrando torpemente): Dos no caben en la casu-             desnudo lo cuelga sobre un cuadro del muro. Mientras,
   cha del perro. (Casi llorando). Alí Babá se coló primero...       observa cada objeto con interés infantil). Para cuando te
   Traté de meterme, pero me patió la cara. ¡China! ¡Mira!           instales..., te arranches... Flores para mi pieza. Una mona
CHINA: ¡Ssht! ¡Cállate! ¿Quieres que nos oiga, estúpida? No          desnuda para Alí Babá.
   quiero que se nos asuste... Con uno bastaba para la primera       Se la quise dar en la casucha del perro, pero me patió la
   noche. Tiéndete ahí (indica) y calla la boca.                     cara. (Toma las matracas). Y esto, para los críos, si alguna
   (Toletole se acurruca donde le indican. Es joven. Fue             vez quieres que te los dé... (Hace girar las matracas, que
   rubia y hermosa. Viste harapos. Luce una rosa encarnada           suenan con gran algazara).
   de raso en el pelo desgreñado. Se cubre con un enorme          CHINA (Incorporándose de un salto, se las arrebata): ¿Qué
   vestón de hombre deshilachado. Los bolsillos abolsados            estás haciendo, estúpida? ¿No te dije que no hicieras ruido?
   están llenos de cosas. Se hace un atado animal junto a            ¡Ahora se va a asustar! (Mira las matracas), ¿Y esto? ¿De
   China).                                                           dónde las sacaste?
22                                                   EGON WOLFF      LOS INVASORES                                               23


TOLETOLE (Aterrada): De los Almacenes Generales de Plaza                una niñita educada, con una genuflexión hasta el suelo;
   Victoria.                                                            asustada).
CHINA: Saqueo... ¿No te dije que no saquearas?                       MEYER: ¿No pensará que además deberé soportar esto?
TOLETOLE: Estaba abierto, China... Habían arrancado las                 (Toletole comienza a vagar por la habitación, mirando
   puertas. Todos se metían...                                          arrobada los objetos. Los toca con la punta de los dedos
CHINA: ¡Imbéciles!                                                      y lanza pequeñas exclamaciones de estupor y encanto).
TOLETOLE: Yo no quise, pero me arrastraron dentro... Y               CHINA (En sordina): Claro que no. ¿Por qué iba usted a tener
   entonces, era llegar y agarrar. Trenes eléctricos, China.            que soportarlo? Es demasiado.
   Así, un montón... Y batas... batas de todos colores... Y          MEYER: ¿Entonces?
   muñecas, ¡así de grandes! Me amarré las manos, pero no            CHINA: Se lo advertí a ella, pero dijo que tenía frío afuera...
   pude, China, agarré.                                                 así que, si usted lo desea, la echamos afuera, con o sin
CHINA: Ahora tendrán ellos la última palabra.                           frío, ¿eh?
TOLETOLE: Pero todo el mundo estaba feliz; eso también es            MEYER: Bueno, es decir...
   bueno. Había gente en todas partes..., sentados en los me-        CHINA (Confidencialmente): Así, confidencialmente, le ase-
   sones, resbalando por las escaleras. Riendo y riendo, con            guro que no tiene nada puesto debajo del vestido, la sin-
   la boca así de grande. ¿Sabes lo que hizo el Tísico? Salió           vergüenza. Nada. Sólo la mitad de un traje de baño que se
   a la calle, bailando abrazado de un maniquí desnudo. Todo            “levantó” por ahí. (Más confidencial aún). Eso le pone la
   el mundo le hizo rueda, mientras bailaba mordiéndole los             carne azul, sobre todo en noches heladas como ésta. No es
   pechos de palo. (Ríe).                                               muy estimulante, pero, ¿qué quiere usted? Uno tiene que
CHINA (Se ablanda; sonríe): Lo malo es que ahora serán ellos los        conformarse con lo que le toca, ¿no le parece?
   ultrajados... Saqueo, dirán, e invocarán la legitimidad del or-   MEYER (Sin saber qué decir): Así me parece.
   den. (Como para sí, sabiendo que ella no entiende). Quisiera      CHINA (En tono de broma): A veces uno llega a creer que está
   que al final todo se hubiera hecho como envuelto en sábanas           acostado con un cadáver. (Se ríe). ¿La echamos fuera?
   blancas... limpio como el corazón de uno de nuestros muertos,     MEYER: Usted sabe muy bien que no puedo hacerlo.
   pero, tal vez no es justo. (Se oyen pasos en la escalera. Es      CHINA: ¿Por qué no? Después de todo, ésta es su casa, ca-
   Meyer, que se ha puesto bata. Se prende la luz).                     ballero.
MEYER (Perplejo): Y esto... ¿qué significa? (En sordina).             MEYER: Y después ustedes pueden decir que somos unos
   ¿Quién es esta mujer?                                                desalmados, ¿eh? No le daré ese gusto. Usted se queda
CHINA (Imitándole, también en sordina): Toletole... (A To-              con ella esta noche, y de madrugada salen por ahí, ¿en-
   letole). Saluda al señor. (Toletole se alza y saluda, como           tiende?

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Dentro de un círculo de amarillentos rosales final
Dentro de un círculo de amarillentos rosales finalDentro de un círculo de amarillentos rosales final
Dentro de un círculo de amarillentos rosales finalDaniel Dagna
 
Un largo bertedero con barquitos de papel
Un largo bertedero con barquitos de papelUn largo bertedero con barquitos de papel
Un largo bertedero con barquitos de papelDaniel Dagna
 
AñO 11 Nº 35 Enero 1998
AñO 11 Nº 35 Enero 1998AñO 11 Nº 35 Enero 1998
AñO 11 Nº 35 Enero 1998maranchon
 
Con cierto desconcierto
Con cierto desconcierto Con cierto desconcierto
Con cierto desconcierto Daniel Dagna
 
PENAL DE OCAÑA (Diario de una enfermera) (1954) María Josefa Canellada
PENAL DE OCAÑA (Diario de una enfermera) (1954) María Josefa CanelladaPENAL DE OCAÑA (Diario de una enfermera) (1954) María Josefa Canellada
PENAL DE OCAÑA (Diario de una enfermera) (1954) María Josefa CanelladaJulioPollinoTamayo
 
Dossier walking beer. de marta sanchez. dir. samuel señas. MICROTEATRO
Dossier walking beer. de marta sanchez. dir. samuel señas. MICROTEATRODossier walking beer. de marta sanchez. dir. samuel señas. MICROTEATRO
Dossier walking beer. de marta sanchez. dir. samuel señas. MICROTEATROwalkingbeer
 
Present De Kath
Present De KathPresent De Kath
Present De KathKath
 

La actualidad más candente (18)

Dentro de un círculo de amarillentos rosales final
Dentro de un círculo de amarillentos rosales finalDentro de un círculo de amarillentos rosales final
Dentro de un círculo de amarillentos rosales final
 
La Alambrada de Marco Canale - Opinión de M.A. Giella
La Alambrada de Marco Canale - Opinión de M.A. GiellaLa Alambrada de Marco Canale - Opinión de M.A. Giella
La Alambrada de Marco Canale - Opinión de M.A. Giella
 
Elena peralta
Elena peraltaElena peralta
Elena peralta
 
Novelacamushacker1
Novelacamushacker1Novelacamushacker1
Novelacamushacker1
 
Un largo bertedero con barquitos de papel
Un largo bertedero con barquitos de papelUn largo bertedero con barquitos de papel
Un largo bertedero con barquitos de papel
 
De pirujas
De pirujasDe pirujas
De pirujas
 
Guion radiofónico de espartaco
Guion radiofónico de espartacoGuion radiofónico de espartaco
Guion radiofónico de espartaco
 
AñO 11 Nº 35 Enero 1998
AñO 11 Nº 35 Enero 1998AñO 11 Nº 35 Enero 1998
AñO 11 Nº 35 Enero 1998
 
NO HAY MUROS
NO HAY MUROSNO HAY MUROS
NO HAY MUROS
 
Con cierto desconcierto
Con cierto desconcierto Con cierto desconcierto
Con cierto desconcierto
 
PENAL DE OCAÑA (Diario de una enfermera) (1954) María Josefa Canellada
PENAL DE OCAÑA (Diario de una enfermera) (1954) María Josefa CanelladaPENAL DE OCAÑA (Diario de una enfermera) (1954) María Josefa Canellada
PENAL DE OCAÑA (Diario de una enfermera) (1954) María Josefa Canellada
 
Cronopios y Famas. Tributo a Cortázar
Cronopios y Famas. Tributo a CortázarCronopios y Famas. Tributo a Cortázar
Cronopios y Famas. Tributo a Cortázar
 
Artefacto
ArtefactoArtefacto
Artefacto
 
Dossier walking beer. de marta sanchez. dir. samuel señas. MICROTEATRO
Dossier walking beer. de marta sanchez. dir. samuel señas. MICROTEATRODossier walking beer. de marta sanchez. dir. samuel señas. MICROTEATRO
Dossier walking beer. de marta sanchez. dir. samuel señas. MICROTEATRO
 
Epifanía en Berlín
Epifanía en BerlínEpifanía en Berlín
Epifanía en Berlín
 
Pinturas con cuento 2011-14
Pinturas con cuento  2011-14Pinturas con cuento  2011-14
Pinturas con cuento 2011-14
 
Present De Kath
Present De KathPresent De Kath
Present De Kath
 
La psicodelia de Bernat Galvany
La psicodelia de Bernat GalvanyLa psicodelia de Bernat Galvany
La psicodelia de Bernat Galvany
 

Similar a Egon wolff-los-invasores

La aventura del pensamiento
La aventura del pensamientoLa aventura del pensamiento
La aventura del pensamientobeuxyreena
 
Articles 65462 archivocasamuñecas
Articles 65462 archivocasamuñecasArticles 65462 archivocasamuñecas
Articles 65462 archivocasamuñecascmartinezp
 
DOZE Magazine Libidoh! | Verano 2009 | Número 2
DOZE Magazine Libidoh! | Verano 2009 | Número 2DOZE Magazine Libidoh! | Verano 2009 | Número 2
DOZE Magazine Libidoh! | Verano 2009 | Número 2Ángel Román
 
Cambia de Piel o Muere
Cambia de Piel o MuereCambia de Piel o Muere
Cambia de Piel o MuereZamir Gal
 
Clase_Castellano_5-09-04-23_taller de lectura 07.pdf
Clase_Castellano_5-09-04-23_taller de lectura 07.pdfClase_Castellano_5-09-04-23_taller de lectura 07.pdf
Clase_Castellano_5-09-04-23_taller de lectura 07.pdfIETI AJC Olga Lucía Lloreda
 
Lo maravilloso 10 6-1909, n.º 5
Lo maravilloso 10 6-1909, n.º 5Lo maravilloso 10 6-1909, n.º 5
Lo maravilloso 10 6-1909, n.º 5cienciaspsiquicas
 
EVA_EVA_Y_EVA_ano_2023.pdf
EVA_EVA_Y_EVA_ano_2023.pdfEVA_EVA_Y_EVA_ano_2023.pdf
EVA_EVA_Y_EVA_ano_2023.pdfMiguel Chauqui
 
Varios autores ciencia ficcion los pequenos monstruos
Varios autores ciencia ficcion   los pequenos monstruosVarios autores ciencia ficcion   los pequenos monstruos
Varios autores ciencia ficcion los pequenos monstruosEMPRESAS Y NEGOCIOS
 
Varios autores ciencia ficcion los pequenos monstruos
Varios autores ciencia ficcion   los pequenos monstruosVarios autores ciencia ficcion   los pequenos monstruos
Varios autores ciencia ficcion los pequenos monstruosEMPRESAS Y NEGOCIOS
 
70022893 completo-libro-de-seduccion-seductor-luis-le-bon-egoland-seduccionci...
70022893 completo-libro-de-seduccion-seductor-luis-le-bon-egoland-seduccionci...70022893 completo-libro-de-seduccion-seductor-luis-le-bon-egoland-seduccionci...
70022893 completo-libro-de-seduccion-seductor-luis-le-bon-egoland-seduccionci...jonathanjose11
 

Similar a Egon wolff-los-invasores (20)

Los invasores
Los  invasoresLos  invasores
Los invasores
 
La aventura del pensamiento
La aventura del pensamientoLa aventura del pensamiento
La aventura del pensamiento
 
Mensaje de un_pequeno_muerto
Mensaje de un_pequeno_muertoMensaje de un_pequeno_muerto
Mensaje de un_pequeno_muerto
 
Cuentos
Cuentos Cuentos
Cuentos
 
Articles 65462 archivocasamuñecas
Articles 65462 archivocasamuñecasArticles 65462 archivocasamuñecas
Articles 65462 archivocasamuñecas
 
DOZE Magazine Libidoh! | Verano 2009 | Número 2
DOZE Magazine Libidoh! | Verano 2009 | Número 2DOZE Magazine Libidoh! | Verano 2009 | Número 2
DOZE Magazine Libidoh! | Verano 2009 | Número 2
 
Cambia de Piel o Muere
Cambia de Piel o MuereCambia de Piel o Muere
Cambia de Piel o Muere
 
Clase_Castellano_5-09-04-23_taller de lectura 07.pdf
Clase_Castellano_5-09-04-23_taller de lectura 07.pdfClase_Castellano_5-09-04-23_taller de lectura 07.pdf
Clase_Castellano_5-09-04-23_taller de lectura 07.pdf
 
Lo maravilloso 10 6-1909, n.º 5
Lo maravilloso 10 6-1909, n.º 5Lo maravilloso 10 6-1909, n.º 5
Lo maravilloso 10 6-1909, n.º 5
 
EVA_EVA_Y_EVA_ano_2023.pdf
EVA_EVA_Y_EVA_ano_2023.pdfEVA_EVA_Y_EVA_ano_2023.pdf
EVA_EVA_Y_EVA_ano_2023.pdf
 
Cierto indice magico 05
Cierto indice magico 05Cierto indice magico 05
Cierto indice magico 05
 
Donjuantenorio
DonjuantenorioDonjuantenorio
Donjuantenorio
 
Varios autores ciencia ficcion los pequenos monstruos
Varios autores ciencia ficcion   los pequenos monstruosVarios autores ciencia ficcion   los pequenos monstruos
Varios autores ciencia ficcion los pequenos monstruos
 
Varios autores ciencia ficcion los pequenos monstruos
Varios autores ciencia ficcion   los pequenos monstruosVarios autores ciencia ficcion   los pequenos monstruos
Varios autores ciencia ficcion los pequenos monstruos
 
70022893 completo-libro-de-seduccion-seductor-luis-le-bon-egoland-seduccionci...
70022893 completo-libro-de-seduccion-seductor-luis-le-bon-egoland-seduccionci...70022893 completo-libro-de-seduccion-seductor-luis-le-bon-egoland-seduccionci...
70022893 completo-libro-de-seduccion-seductor-luis-le-bon-egoland-seduccionci...
 
Realismo
RealismoRealismo
Realismo
 
Cuadernillo primero
Cuadernillo primeroCuadernillo primero
Cuadernillo primero
 
Des tiempo
Des tiempoDes tiempo
Des tiempo
 
L.e -m.f
L.e  -m.fL.e  -m.f
L.e -m.f
 
24 cervezas +
24 cervezas +24 cervezas +
24 cervezas +
 

Más de Luis Velarde

Apuntedeestudioparaexamendelenguacastellanaycomunicacin 2
Apuntedeestudioparaexamendelenguacastellanaycomunicacin 2Apuntedeestudioparaexamendelenguacastellanaycomunicacin 2
Apuntedeestudioparaexamendelenguacastellanaycomunicacin 2Luis Velarde
 
Apuntesdeestudioparaelexamende2 121103160719-phpapp01 (1)
Apuntesdeestudioparaelexamende2 121103160719-phpapp01 (1)Apuntesdeestudioparaelexamende2 121103160719-phpapp01 (1)
Apuntesdeestudioparaelexamende2 121103160719-phpapp01 (1)Luis Velarde
 
Apunte para prueba de nivel segundos
Apunte para prueba de nivel segundosApunte para prueba de nivel segundos
Apunte para prueba de nivel segundosLuis Velarde
 
Apunte de estudio para examen de lengua castellana y comunicación
Apunte de estudio para examen de lengua castellana y comunicaciónApunte de estudio para examen de lengua castellana y comunicación
Apunte de estudio para examen de lengua castellana y comunicaciónLuis Velarde
 
Apuntes de estudio para el examen de 2
Apuntes de estudio para el examen de 2Apuntes de estudio para el examen de 2
Apuntes de estudio para el examen de 2Luis Velarde
 
Guía de texto argumentativo
Guía de texto argumentativoGuía de texto argumentativo
Guía de texto argumentativoLuis Velarde
 
Cuentos de-amor-de-locura-y-de-muerte
Cuentos de-amor-de-locura-y-de-muerteCuentos de-amor-de-locura-y-de-muerte
Cuentos de-amor-de-locura-y-de-muerteLuis Velarde
 
Guía de texto argumentativo
Guía de texto argumentativoGuía de texto argumentativo
Guía de texto argumentativoLuis Velarde
 

Más de Luis Velarde (11)

Apuntedeestudioparaexamendelenguacastellanaycomunicacin 2
Apuntedeestudioparaexamendelenguacastellanaycomunicacin 2Apuntedeestudioparaexamendelenguacastellanaycomunicacin 2
Apuntedeestudioparaexamendelenguacastellanaycomunicacin 2
 
Apuntesdeestudioparaelexamende2 121103160719-phpapp01 (1)
Apuntesdeestudioparaelexamende2 121103160719-phpapp01 (1)Apuntesdeestudioparaelexamende2 121103160719-phpapp01 (1)
Apuntesdeestudioparaelexamende2 121103160719-phpapp01 (1)
 
Apunte para prueba de nivel segundos
Apunte para prueba de nivel segundosApunte para prueba de nivel segundos
Apunte para prueba de nivel segundos
 
Apunte de estudio para examen de lengua castellana y comunicación
Apunte de estudio para examen de lengua castellana y comunicaciónApunte de estudio para examen de lengua castellana y comunicación
Apunte de estudio para examen de lengua castellana y comunicación
 
Apuntes de estudio para el examen de 2
Apuntes de estudio para el examen de 2Apuntes de estudio para el examen de 2
Apuntes de estudio para el examen de 2
 
Genero narrativo
Genero narrativoGenero narrativo
Genero narrativo
 
Guía de texto argumentativo
Guía de texto argumentativoGuía de texto argumentativo
Guía de texto argumentativo
 
Cuentos de-amor-de-locura-y-de-muerte
Cuentos de-amor-de-locura-y-de-muerteCuentos de-amor-de-locura-y-de-muerte
Cuentos de-amor-de-locura-y-de-muerte
 
Texto exp.
Texto exp.Texto exp.
Texto exp.
 
Texto expositivo
Texto expositivoTexto expositivo
Texto expositivo
 
Guía de texto argumentativo
Guía de texto argumentativoGuía de texto argumentativo
Guía de texto argumentativo
 

Egon wolff-los-invasores

  • 2. EGON WOLFF LOS INVASORES © Pehuén Editores, 1986 María Luisa Santander 537 Providencia, Santiago, Chile Fono: (56-2) 225 62 64 - 204 93 99 editorial@pehuen.cl Inscripción N° 38.027 ISBN 978-956-16-0208-3 Primera edición, abril de 1990 Quinta edición, mayo de 2007 Diseño y diagramación Pehuén Editores Más información, actividades sobre este libro y otras lecturas recomendadas por edad en “Motivación para la lectura”, www.pehuen.cl Se prohíbe la reproducción o emisión total o parcial de este libro, ya sea a través de sistemas eléctricos, electrónicos, mecánicos, químicos, ópticos, de grabación, fotográ- ficos o de fotocopia, sin la autorización previa del editor. Impreso en los talleres de Imprenta Salesianos S.A. IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
  • 3. LOS INVASORES Esta obra fue estrenada en 1963, en el teatro Antonio Varas, por el Instituto de la Universidad de Chile, de acuerdo al siguiente reparto: PIETÁ, esposa de Meyer María Cánepa LUCAS MEYER Héctor Maglio CHINA Tennyson Ferrada TOLETOLE Bélgica Castro MARCELA; hija de Meyer Ximena Gallardo BOBBY, hijo de Meyer Lucho Barahona EL COJO Alfredo Mariño ALÍ BABÁ Gonzalo Palta Dirección: Víctor Jara
  • 4. Toletole (Bélgica Castro) y China (Tennyson Ferrada). ACTO PRIMERO Cuadro Primero Un living de alta burguesía. Cualquiera: son todos iguales. Lo importante es que nada de lo que ahí se ve sea barato. A la izquierda, un porche a mayor nivel, con la puerta de entrada de la calle. Alfonso, la escala de subida al segundo piso. A la derecha, una puerta que da a la cocina y una ventana que mira al parque. Cuando se alza el telón, el escenario está en penumbra. Es de noche. Después de un rato, ruido de voces en el exterior, llaves en la cerradura, y luego, una mano que prende las luces. Entran Lucas Meyer y PIETÁ, su mujer. Visten de etiqueta, con sobria elegancia. En cuanto se prenden las luces, PIETÁ se lanza al medio de la habitación. Abre los brazos. Gira sobre China (Bélgica Castro) y Lucas Meyer (Héctor Maglio) sí misma.
  • 5. 10 EGON WOLFF LOS INVASORES 11 PIETÁ (Radiante): ¡Oh, Lucas, es maravilloso... es maravillo- y te pones grave, tal vez, pero de noche, eres eterno. Soy so! (Gira). ¡La vida es un sueño... un sueño! (Se lleva las yo quien te lo aseguro... (Lo chasconea levemente). Vein- manos a las sienes y mira hacia el cielo). ¡Ven! (Meyer tidós años casada contigo, Lucas, y no me has aburrido... se acerca a ella y la abraza por detrás; ella, sin mirarlo, ¡Gracias! siempre con los ojos en el cielo). Alguna vez, ¿algún... MEYER: Te compraría el mundo, si eso te entretuviera... “ruido” entre nosotros? Uno de esos ruidos terribles, sor- PIETÁ: Lo sé... y eso me asusta un poco. dos..., ¿como entre los otros? (Meyer niega mudo). ¿Sólo MEYER: ¿Te asusta? pequeños ruidos? (Meyer afirma. Pietá gira y lo besa con PIETÁ (Alejándose un poco de él): Susto o temor, no sé. En fuerza). ¿Por qué? ¿Porque somos ricos? todo este aire de cosas resueltas con que me rodeas, esa MEYER: Puede ser. sombra de tu... invulnerabilidad... PIETÁ: Ricos, ricos, ricos, ricos, ricos... ¿Qué significa? ¡Ricos! MEYER: Invulnerable... ¿yo? (Ambos ríen). ¿Qué significa? PIETÁ: Nunca una duda, nunca un fracaso... Pones tus ojos en MEYER: Felicidad. algo y vas y te lo consigues. Simplemente te lo consigues. PIETÁ: Si... Libres como pájaros... Doce horas para llenarse Nunca has dejado de hacerlo... Tal vez hasta me conseguiste la piel de sol, en la noche, perfumes... Pero, ¿es sólido a mí, de esa manera. todo eso? MEYER (La abraza): ¡Oh, vamos! MEYER: ¿Sólido? ¿Y por qué no? PIETÁ: Es verdad... Te temo... Para qué lo voy a negar; o temo PIETÁ: No sé... Me asusta... Cuando todo sale bien, me asusto. por ti, no sé... Cuando nos casamos, tuve que preocupar- MEYER: He gozado la noche, mirándote... Irradias. (La me del porvenir como cualquier mujer; partimos con tan besa). poco... Pero muy pronto, poco a poco, cada inversión, la PIETÁ: Sí. Me siento hermosa. Eres tú, Lucas... Todo lo que justa; cada disposición, la precisa; y, al fin, esta mansión: pones a mi alrededor, me embellece. “la mansión de los Meyer”, y tu posición de ahora, in- MEYER (Oprime su talle): El talle fino. (Toca sus caderas. violable... Besa su cuello). Eres mujer, Pietá. Mujer, con mayúsculas. MEYER: No todo me ha resultado tan fácil, como suena dicho Mi Mujer. Me haces olvidar que envejezco. Eso no está por ti. bien; es contranatura. PIETÁ: ¿Y por qué tengo, entonces, esa sensación de... vértigo?; PIETÁ (Con sensual coquetería): ¿Me lo reprochas? ¿de peligroso desequilibrio? Creo en la justicia divina... Sí, MEYER: Sabes que no, pero... son cincuenta años, mujer. sí, tal vez sea una supersticiosa, una primitiva, pero no todo PIETÁ (Toca la punta de su nariz con su dedo enguantado): les puede resultar bien siempre a los mismos. Durante el día en tu fábrica, cuando le dictas a tu secretaria MEYER (Riendo): Les llegó el turno a los otros, ¿eh?
  • 6. 12 EGON WOLFF LOS INVASORES 13 PIETÁ: No... te rías. MEYER (Lentamente, midiendo las palabras): Ayer en MEYER: ¿No es ése el pánico del día? ¿También llegó a ti la la tarde estuvieron unas monjas de la caridad en mi cháchara idiota? oficina y les hice un cheque por una suma desmesura- PIETÁ: No es eso... da; por poco hipoteco la fábrica a su favor. He estado MEYER: ¿Por qué mencionas todo esto, entonces? Nunca pensando mucho en eso, desde ayer... ¿Qué me impulsó hablamos de estas cosas. a ello? Lo curioso es que ni siquiera abogaron mucho PIETÁ: No sé... Tal vez, la gente de esta noche. Al verlos a por mi ayuda... Simplemente se colaron en mi oficina todos tan... desfachatados. ¡Insolentes, sí! (Como recolec- como salidas del muro y se plantaron ante mí con las tando recuerdos). De repente, pensé que era el fin. Risas manos extendidas, y yo les hice el cheque... como si que celebraban el fin. Una perfección corrupta. (Se vuelve estuviera previsto que no me iba a negar. Después se hacia él). Tengo miedo, Lucas. retiraron haciendo pequeñas reverencias y sonriendo MEYER: ¿Miedo...? Pero, ¿de qué? irónicamente, casi con mofa..., como si toda la escena PIETÁ: No sé... Miedo, simplemente. Un miedo animal. Esta hubiera estado prevista. noche donde los Andreani, rodeada como estaba de toda PIETÁ: ¿Fue miedo lo que sentiste? esa gente, sentí de pronto un escalofrío. Una sensación MEYER: No... Lo hice simplemente, como si fuera lo natural. de vacío, como si me hundiera en un lago helado..., en un En el fondo, sentí que si no lo hacía, esas monjas se habrían panorama de niebla y chillidos de pájaros. puesto a llorar por mí. MEYER: ¡Absurdo! PIETÁ: ¿Llorar por ti? PIETÁ: Sí, absurdo, pero ¿qué es ese miedo? Existe. Es como MEYER: Sí. Creo que quise evitarles ese trance... penoso. un presagio. Extraño... MEYER (Cortante, de pronto): No sé de qué estás hablando. PIETÁ: Paralización... Como lo que le sucedió a Bobby el otro Deben ser tus insomnios. día; el día helado y húmedo de la semana pasada, ¿recuer- PIETÁ (Alarmada): No sufro de insomnios, Lucas. das? (Lucas asiente). Ese día le quemaron su casaca de MEYER: ¡Niebla y chillidos de pájaros! ¿Cómo puedo inter- cuero a Bobby en el patio de la universidad. pretar tamaña tontería? MEYER: ¿Quemaron?... ¿Su casaca de cuero? PIETÁ: Tú sabes. ¿Has sentido lo mismo? ¿Qué es? PIETÁ: Sí, no te lo quise contar, entonces, para evitarte mo- MEYER: Te digo que no sé de qué estás hablando. lestias. Sucedió cuando los muchachos salieron de clases PIETÁ: Sí, si sabes... Esta noche estabas insolente, lo mismo por la tarde y pasaron por el guardarropía a recoger sus que ellos, la misma rudeza, la misma risa dolorosa. ¿Qué abrigos... No había abrigos en ese guardarropía. va a pasar, Lucas? MEYER: ¿Qué habían hecho con ellos?
  • 7. 14 EGON WOLFF LOS INVASORES 15 PIETÁ: Gran Jefe Blanco, el viejo portero albino, del que hacen PIETÁ: Tu fábrica, esta casa, no las hemos robado, ¿no es burla los muchachos, porque con el frío del invierno se le verdad? hinchan las articulaciones de los dedos y gime de dolor tras MEYER: Todo ganado honestamente, en libre competencia. su puerta, había hecho una pira en el patio con los abrigos PIETÁ: ¿Qué, entonces? y se calentaba las manos sobre la lumbre... MEYER: Te digo que es estúpido. Nadie puede perturbar el MEYER (Ultrajado): ¡Pero, eso no es posible! ¿Qué hacían orden establecido, porque todos están interesados en man- las autoridades de esa universidad para impedir ese atro- tenerlo... Es el premio de los más capaces. pello? PIETÁ: Por otra parte, Lucas..., nuestros hijos. Al verlos, ¿a PIETÁ: Nada. Estaban todos, el rector y el Consejo, mirando quién le cabrían dudas de que son hijos perfectos de una el espectáculo desde las galerías. Algunos hasta aplau- vida perfecta, no crees? dían... MEYER: Evidentemente, Marcela crece como una bella mujer; MEYER: Imposible. Bobby, un poco loco de ideas, pero... está bien... No más PIETÁ: Así fue... amenazas entonces, ¿eh? MEYER: ¿Dónde vamos a parar, si no paramos esas insolen- PIETÁ: Pobre niño... Me ha prometido ayudarme en mi jardín... cias? ¿Por qué no echaron a patadas a ese insolente? Odia podar las rosas, el pobre. ¿Has visto cómo cubren ya PIETÁ: Por la misma razón que hiciste tu cheque. mi glorieta? MEYER: ¡Pero si es idiota! ¿Dónde vamos a parar, repito? MEYER (Besa sus manos): Sí... Tus manos milagrosas. Echarlos a patadas... ¡Eso es lo que voy a hacer con esas PIETÁ: Es un hermoso jardín... Estoy orgullosa. monjas, si se vuelven a colar en mi oficina! MEYER: Y yo de ti. (La besa). Vamos, es tarde. Mañana es un PIETÁ: Fue absolutamente de mal gusto de parte de la Renée día de mucho trabajo... (Se encaminan hacía la escalera, salir a bailar con el garzón, hoy, durante la fiesta, ¿no te pa- abrazados). rece? Se veía que lo hacía con repugnancia... Su condición PIETÁ (Deteniéndolo al pie de la escalera): Dime, ¿tú viste de dueña de casa no la obligaba a ello, ¿no crees? también a esa gente extraña que andaba por las calles, MEYER: La gente ha perdido sus nervios... Ha habido tanto mientras veníamos a casa? palabreo, últimamente, de la plebe alborotada, que todos MEYER: ¿Gente extraña? hemos perdido un poco el juicio. El mundo está perfecta- PIETÁ: Sí. Como sombras, moviéndose a saltos entre los mente bien en sus casillas. arbustos. PIETÁ: Sí... Flota un espanto fácil, como el de los culpables. MEYER: ¡Ah!, ¿quieres decir los harapientos de los basurales No somos culpables de nada, ¿no es cierto? del otro lado del río? MEYER: Ya lo creo que no. PIETÁ: ¿Eran ellos?
  • 8. 16 EGON WOLFF LOS INVASORES 17 MEYER: Esos cruzan periódicamente para venir a hurgar en (Se prende la luz y asoma Meyer en lo alto de la escala. nuestros tarros de basura. La policía ha sido incapaz de Desciende cautelosamente. Ve a China y corre hacia la evitar que crucen a esta parte, de noche... consola, de la cual saca un revólver que apunta sobre el PIETÁ: Podría jurar que vi a dos de ellos trepando al balcón intruso). de los Andreani, como ladrones en la noche. MEYER: ¿Y usted? ¿Qué hace aquí? ¿Qué hace dentro de mi MEYER (Algo impaciente, al fin): ¡Oh, vamos, Pietá! Esa gente casa? es inofensiva; ninguno se atrevería a cruzar una verja y CHINA (Lastimero): Un pan... un pedazo de pan. menos a trepar a un balcón. ¿Para qué crees que les deja- MEYER: ¿Qué? mos nuestros tarros en las aceras? Mientras tengan donde CHINA: Un pedazo de pan, ¡por amor de Dios! hozar, estarán tranquilos. ¿Vamos? MEYER: ¿Qué te pasa? ¿Estás loco? ¡Entrar en mi casa, PIETÁ: Esta noche me dejarás dormir contigo, ¿quieres? rompiendo las ventanas! ¡Fuera de esta casa! ¡Fuera de MEYER: ¡Oh, vamos! Creo que exageras un poco. Si alguno esta casa, inmediatamente! (Ante la impasividad del otro). de esos infelices se atreviera a entrar en esta casa, Nerón ¡Fuera te digo! ¿No me oyes? ¿O quieres que llame a la daría buena cuenta de él, con sus dientes afilados. policía? (Pausa penosa). ¿Qué te pasa, hombre? ¿Eres PIETÁ: Sí, pero... me dejarás dormir contigo, ¿no es verdad? sordo? (Se cobija en él, mientras desaparecen ascendiendo es- CHINA: Un pedazo de pan. calera arriba. De pasada, Meyer apaga las luces y la MEYER: Te descerrajo un tiro, si no sales de inmediato. habitación queda a oscuras; sólo una débil luz ilumina la (Apunta). ventana que da al jardín. Después de un rato, se proyectan CHINA: Era inevitable... unas sombras a través de ella y luego una mano manipula MEYER: ¿Qué dices? torpemente la ventana, por fuera. Un golpe y cae un vidrio CHINA: Que era inevitable que dijera “te descerrajo un tiro”, quebrado. La mano abre el picaporte y por la ventana cae y que tuviera uno de ésos (indica el revólver) escondido China dentro de la habitación. Viste harapos. Forra sus en alguna parte por ahí... Se lo dije al Mariscal. pies con arpillera y de sombrero luce un colero sucio, con MEYER: ¡Te doy diez segundos! Cuento. Uno... dos... tres... un clavel en la cinta desteñida. Contradice sus andrajos CHINA: ¿Todo por un pedazo de pan? un cuello blanco y tieso, inmaculadamente limpio. Desde MEYER: Cuatro... cinco... el suelo observa la habitación con detenimiento. Arriba se CHINA: Una bala de eso cuesta más que el pan que le pido. oyen pasos). El Mariscal discutió que era seguro que tendría “eso” (el VOZ DE MEYER: ¿Qué hay? ¿Quién anda?... ¿Quién anda revólver) en casa, pero que seria práctico... y lógico. Aun- ahí? que fuera tan sólo pan duro; no me quejo.
  • 9. 18 EGON WOLFF LOS INVASORES 19 MEYER: Está bien; te doy el pan, pero te vas de inmediato, por el nombre. Parece que con saber el nombre de nuestros donde entraste, ¿entiendes? (Sale hacia la cocina y vuelve enemigos se nos hace más fácil dar en el blanco... Me con un pan que lanza al otro). Y ahora, ¡fuera! llaman China, y usted es Lucas Meyer, el industrial... (Se CHINA: ¿Ve?... El Mariscal tenía razón. (Sonriendo candorosa- acomoda en el suelo). Y ahora que hemos cumplido con mente). Total... un harapiento. Nadie cambia un harapiento esta primera formalidad, puede irse a la cama, si quiere... por una conciencia culpable. (Masca el pan). La culpa Comprendo que es suficiente para usted para ser el primer de todo la tiene su empleada. No había más que papeles encuentro. Que Dios acompañe a usted y a su bella esposa, sucios y restos de sardina en el tarro... No como sardinas; en su sueño. Buenas noches. me producen urticaria. (Lanza un eructo fuerte). MEYER (Ultrajado): ¿Qué se ha imaginado? ¡Salga de esta MEYER: Seis... siete... ocho... casa de inmediato! ¿Me oye? (China duerme impasible). CHINA: Es inútil; no se exponga al ridículo. ¿Me oye?... ¡Fuera de mi casa! (Con ira impotente). ¡Fuera, MEYER: ¿Qué es lo que es inútil? digo! (Pausa). Está bien; puede dormir aquí esta noche, CHINA: Que pretenda contar hasta diez. pero mañana, al alba, antes que nadie mueva un dedo en MEYER: ¿Por qué? esta casa, usted sale por el mismo lugar que se coló, ¿en- CHINA (Sonriendo ampliamente): Todos sabemos que sabe tiende? ¡Que no lo encuentre dentro de la casa! (Se dirige contar hasta diez y más de eso... hacia la escala). MEYER (Rugiendo): ¡Nueve! CHINA (Sin levantar la cabeza): Ya le decía yo al Mariscal CHINA: ¡No siga! ¡No va a disparar! Es mejor que no siga... que usted era un buen hombre. Un hombre que da trabajo Evitemos la vergüenza... a tanta gente en su fábrica no puede ser otra cosa que un MEYER: ¡Diez! (El revólver tirita en su mano apuntando a buen hombre... ¿Cómo iba a permitir que un harapiento China; no dispara). muriera de frío, durmiendo bajo el rocío helado? ¡Gracias, CHINA: ¿Ve? Es una lástima... Ahora nos será más difícil buen hombre! entendernos. Ahora usted ya me odia... (Con fingida (Meyer va a apagar las luces, cuando se oyen pasos arri- desazón). Yo sabía que no dispararía. En cuanto dijo “te ba). descerrajaré un tiro”, lo supe. Los que saben matar no le VOZ DE PIETÁ: Lucas, ¿por qué te demoras tanto? ¿Qué ponen nombre al acto. Simplemente aprietan el gatillo, y pasa? alguien muere. Uno le pone nombre a las cosas para ganar MEYER: ¡Nada, mujer! ¡Un gato que entró por la ventana! ¡Ya tiempo. (Saborea el pan). lo eché a la calle! MEYER (Algo perplejo): ¿Quién es usted? CHINA (Ante los gestos de Meyer, que lo conminan a hablar CHINA: Sí, eso “es” lo que se hace acto seguido: averiguar más bajo): ¡Eso fue inteligente! ¡Muy inteligente! ¡Nadie
  • 10. 20 EGON WOLFF LOS INVASORES 21 habría sabido encontrar salida más honorable a la situación! TOLETOLE (Después de permanecer un rato yerta y como ¡Estupendo! expectativa, respirando ruidosamente y tiritando): ¿Cómo VOZ DE PIETÁ: ¿Qué pasa, Lucas? lo tomó, China? MEYER: Voy, mujer, voy. CHINA: Duerme... (Sube y apaga la luz. La escena sigue un rato a oscuras. TOLETOLE (Después de un rato): ¿Sacó revólver y te amenazó Luego se ve otra mano que asoma por fuera, en medio con la autoridad, China? del haz de luz. Palpa el cerrojo. Tamborilea contra los CHINA: Mmh... Es práctico; mostró misericordia. vidrios). TOLETOLE: El primer día es fácil; vamos a ver mañana, ¿no VOZ DE TOLETOLE: ¡China! ¡Abre, China! (China muge). es cierto? ¡China, sé bueno! ¡Hace frío! (Sigue tamborileando los CHINA: ¡Cierra la jeta! ¡Duerme! vidrios, débil e intermitentemente). ¡Ay, ay! ¡Chinita! TOLETOLE (Tras pausa): ¿Cómo es la casa?... ¿Bonita? CHINA (Levantándose, al fin, trabajosamente. Abre la ventana. Está tan oscuro; no se ve nada. (Al no recibir respuesta). Gruñe): Te dije que no entraras hasta mañana... Tengo salame..., ¿quieres? (Saca de un bolsillo un trozo TOLETOLE (Sólo su cara asoma afuera; plañidera): Hace de salame, junto a dos girasoles de paño atados a tallos frío afuera, China. de alambre, unas herramientas nuevas de carpintería, CHINA: Con dos, de repente, se va a asustar. escofina, etcétera; unas matracas multicolores y un ca- TOLETOLE (Tirita): ¡Ay! ¡Ay! ¡Por Diosito! lendario doblado en cuatro que representa un desnudo CHINA: Está bien, entra... ¡Rápido! de mujer. Amontona todo cuidadosamente junto a sí. El TOLETOLE (Entrando torpemente): Dos no caben en la casu- desnudo lo cuelga sobre un cuadro del muro. Mientras, cha del perro. (Casi llorando). Alí Babá se coló primero... observa cada objeto con interés infantil). Para cuando te Traté de meterme, pero me patió la cara. ¡China! ¡Mira! instales..., te arranches... Flores para mi pieza. Una mona CHINA: ¡Ssht! ¡Cállate! ¿Quieres que nos oiga, estúpida? No desnuda para Alí Babá. quiero que se nos asuste... Con uno bastaba para la primera Se la quise dar en la casucha del perro, pero me patió la noche. Tiéndete ahí (indica) y calla la boca. cara. (Toma las matracas). Y esto, para los críos, si alguna (Toletole se acurruca donde le indican. Es joven. Fue vez quieres que te los dé... (Hace girar las matracas, que rubia y hermosa. Viste harapos. Luce una rosa encarnada suenan con gran algazara). de raso en el pelo desgreñado. Se cubre con un enorme CHINA (Incorporándose de un salto, se las arrebata): ¿Qué vestón de hombre deshilachado. Los bolsillos abolsados estás haciendo, estúpida? ¿No te dije que no hicieras ruido? están llenos de cosas. Se hace un atado animal junto a ¡Ahora se va a asustar! (Mira las matracas), ¿Y esto? ¿De China). dónde las sacaste?
  • 11. 22 EGON WOLFF LOS INVASORES 23 TOLETOLE (Aterrada): De los Almacenes Generales de Plaza una niñita educada, con una genuflexión hasta el suelo; Victoria. asustada). CHINA: Saqueo... ¿No te dije que no saquearas? MEYER: ¿No pensará que además deberé soportar esto? TOLETOLE: Estaba abierto, China... Habían arrancado las (Toletole comienza a vagar por la habitación, mirando puertas. Todos se metían... arrobada los objetos. Los toca con la punta de los dedos CHINA: ¡Imbéciles! y lanza pequeñas exclamaciones de estupor y encanto). TOLETOLE: Yo no quise, pero me arrastraron dentro... Y CHINA (En sordina): Claro que no. ¿Por qué iba usted a tener entonces, era llegar y agarrar. Trenes eléctricos, China. que soportarlo? Es demasiado. Así, un montón... Y batas... batas de todos colores... Y MEYER: ¿Entonces? muñecas, ¡así de grandes! Me amarré las manos, pero no CHINA: Se lo advertí a ella, pero dijo que tenía frío afuera... pude, China, agarré. así que, si usted lo desea, la echamos afuera, con o sin CHINA: Ahora tendrán ellos la última palabra. frío, ¿eh? TOLETOLE: Pero todo el mundo estaba feliz; eso también es MEYER: Bueno, es decir... bueno. Había gente en todas partes..., sentados en los me- CHINA (Confidencialmente): Así, confidencialmente, le ase- sones, resbalando por las escaleras. Riendo y riendo, con guro que no tiene nada puesto debajo del vestido, la sin- la boca así de grande. ¿Sabes lo que hizo el Tísico? Salió vergüenza. Nada. Sólo la mitad de un traje de baño que se a la calle, bailando abrazado de un maniquí desnudo. Todo “levantó” por ahí. (Más confidencial aún). Eso le pone la el mundo le hizo rueda, mientras bailaba mordiéndole los carne azul, sobre todo en noches heladas como ésta. No es pechos de palo. (Ríe). muy estimulante, pero, ¿qué quiere usted? Uno tiene que CHINA (Se ablanda; sonríe): Lo malo es que ahora serán ellos los conformarse con lo que le toca, ¿no le parece? ultrajados... Saqueo, dirán, e invocarán la legitimidad del or- MEYER (Sin saber qué decir): Así me parece. den. (Como para sí, sabiendo que ella no entiende). Quisiera CHINA (En tono de broma): A veces uno llega a creer que está que al final todo se hubiera hecho como envuelto en sábanas acostado con un cadáver. (Se ríe). ¿La echamos fuera? blancas... limpio como el corazón de uno de nuestros muertos, MEYER: Usted sabe muy bien que no puedo hacerlo. pero, tal vez no es justo. (Se oyen pasos en la escalera. Es CHINA: ¿Por qué no? Después de todo, ésta es su casa, ca- Meyer, que se ha puesto bata. Se prende la luz). ballero. MEYER (Perplejo): Y esto... ¿qué significa? (En sordina). MEYER: Y después ustedes pueden decir que somos unos ¿Quién es esta mujer? desalmados, ¿eh? No le daré ese gusto. Usted se queda CHINA (Imitándole, también en sordina): Toletole... (A To- con ella esta noche, y de madrugada salen por ahí, ¿en- letole). Saluda al señor. (Toletole se alza y saluda, como tiende?