1. EL MAPA LITOLÓGICO.
Los viejos materiales de la España herciniana son, con la excepción de las calizas
carboníferas de Asturias y Sierra Morena, de naturaleza SILÍCEA. Se trata de pizarras,
cuarcitas, gneis, etc cuya composición química da lugar a que los suelos formados a sus
expensas sean de carácter ácido. En cuanto a su naturaleza física, se caracterizan por su relativa
impermeabilidad, pero su respuesta ante la acción erosiva es variada. Los granitos, en las
altitudes medias y bajas se disgregan con facilidad y dan lugar a suelos arenosos entre los que
emergen caos de bloques redondeados (Berrocales), pues las aguas que se infiltran por sus
grietas o diaclasas individualizan tal suerte de monolitos. Las pizarras son fácilmente
erosionables y en ellas se han excavado los valles, mientras que las cuarcitas, más resistentes,
quedan realzadas formando crestones. Des este modo se han formado relieves invertidos o
apalachianos, discordantes con la estructura de los pliegues. La España silícea, coincide
aproximadamente con las penillanuras occidentales, las sierras interiores y el borde meridional
(Sierra Morena), de la Meseta, pero presenta importantes enclaves en el Pirineo, en las
cordilleras Costeras catalanas, en las sierra Penibéticas y en los macizos paleozoicos del sistema
Ibérico.
LA ESPAÑA CALIZA coincide casi exactamente con las cordilleras alpinas.
Químicamente, la roca caliza es básica y muy sensible a la acción corrosiva del gas carbónico
disuelto en el agua; físicamente, es una roca dura pero permeable. Como consecuencia de sus
características físicas y químicas, el relieve y las condiciones ecológicas de las áreas calizas son
muy peculiares y, en general, poco favorables. En primer lugar, la erosión fluvial corta casi
perpendicularmente los estratos calizos abriendo cañones u hoces profundas, casi intransitables,
con lo cual los valles son poco aptos para el poblamiento y la circulación. En segundo lugar, los
suelos que se forman a sus expensas son escasos, delgados y más secos de lo previsible a causa
de la porosidad de la roca. Por último, la erosión en estos terrenos da lugar a un rico repertorio
de formas singulares (modelado kárstico) tanto en superficie (lapiaz, dolinas, poljés), como en
profundidad (simas, grutas...) Donde los estratos calizos aparecen poco plegados se forma un
relieve de muelas de paredes casi verticales, separadas por valles profundos, estrechos y
laberínticos. La difícil topografía de la montaña caliza da lugar a que, salvo excepciones, los
terrenos hispanos de este tipo figuren entre los menos poblados y accesibles. La mayor parte de
las rocas calizas de España son mesozoicas, pero en el sector astur encontramos calizas
carboníferas (paleozoicas) en las que se han labrados los paisajes kásrticos más espectaculares
de España (Picos de Europa).
LA ESPAÑA ARCILLOSA es la de las grandes cuencas sedimentarias de la Meseta,
del Ebro y del Guadalquivir y de las llanuras litorales. Coincide aproximadamente con la
España constituida pro materiales terciarios y cuaternarios, pero no exactamente, pues en
dichas cuencas no faltan estratos calizos que por su dureza afloran como cobertera de los
páramos y éstos pueden ocupar vastas extensiones. Tampoco son raros los sectores yesosos en
algunas de las depresiones. Las arcillas son blandas e impermeables y eminentemente ácidas. Si
las condiciones pluviométricas son buenas dan lugar a excelentes suelos, pero en ámbitos
áridos, como es el caso de las depresiones interiores, pueden dar lugar a paisajes abarrancados y
también palustres (lagunas endorreicas), como en La Mancha. En principio la España arcillosa
debería ser la más favorable para el poblamiento y la agricultura pero, lamentablemente, a
excepción de la depresión del Guadalquivir y de las llanuras litorales, las grandes superficies
arcillosas son continentales y, por tanto, frías en invierno y resecas en verano. En la depresión
del Ebro y en sectores de las cuencas meseteñas existen grandes áreas abarrancadas y
esteparias de muy escaso valor agrario (Monegrós, Bárdenas).
2. EL RELIEVE ESPAÑOL.
El territorio español está integrado por un amplio y variado conjunto de montañas, mesetas y
llanuras labradas sobre rocas muy distintas pertenecientes a diversas Eras geológicas, que han
sufrido una larga y compleja evolución con el paso del tiempo (Ver apuntes sobre la “Evolución
geomorfológica de España”). Los terrenos que afloran en España pueden ser agrupados en
varios conjunto geológicos entre los que, esquemáticamente destacan:
materiales muy antiguos de edad precámbrica o arcaica afectados y desfigurados
por orogenias anteriores al Primario.
Regiones paleozoicas constituidas por terrenos del Primario (Cámbrico, Ordovícico,
Silúrico, etc.) deformadas a finales de los tiempos primarios (Carbonífero..) por la
orogenia hercínica.
Territorios integrados por roquedos y estratos de edad Secundaria y del Terciario
pliegados y dislocados por la orogenia alpina (Terciario medio).
Áreas constituidas por terrenos de distintas edades, apenas deformados o no
afectados por las orogenia alpina, asociados fundamentalmente a estratos
sedimentados con posterioridad a la etapa tectónica más violenta de esta orogenia.
Estos dominios geológicos se disponen en una placa litosférica de modestas
dimensiones, denominada placa ibérica. Presenta estructuralmente un núcleo o zócalo
(macizo hespérico o ibérico), formado por rocas muy antiguas (Precámbrico, y sobre
todo del Primario), engendrado por la orogenia hercínica. Con el paso del tiempo, este
núcleo ha ido incorporando terrenos de edades más modernas (Secundario y Terciario...)
LAS GRANDES UNIDADES MORFOESTRUCTURALES ESPAÑOLAS
(Ver esquema resumen)
Unidades morfoestructurales de la Meseta:
o El zócalo poligénico en las penillaruras del Oeste y Galicia
o Las Cuencas interiores: Duero, Tajo y Guadiana
o Los Sistemas montañosos interiores: Sistema Central, Sist. Galaico-leonés
Bordes montañosos de la Meseta:
o Borde Cantábrico: Cordillera Cantábrica y Montes Vascos
o Borde Ibérico: La Demanda, Cuenca Soria-Urbión, Fosa Calatayud-Teruel,
Área de Albarracín, Maestrazgo.
o Borde Meridional: Sierra Morena
Unidades exteriores:
o Depresiones: Guadalquivir o Bética, del Ebro o ibérica, Valenciana.
o Sistemas montañosos: Pirineos, Béticas, Costero-catalanas
Las Islas:
o Las Baleares: Mallorca y Menorca
o Las Canarias
3. 1.- UNIDADES MORFOESTRUCTURALES DE LA MESETA:
Este gran conjunto hercínico, que constituye el embrión de la placa ibérica, integra los
relieves asociados al antiguo macizo ibérico o hespérico, del que forma parte el territorio de la
Meseta española y que se subdivide en dos grandes subunidades: EL MACIZO IBÉRICO
SEPTENTRIONAL y EL MERIDIONAL.
Sobre el primero se alzan: el macizo galaico, las montañas del NW castellano y la
Penillanura de Zamora y Salamanca, las sierra paleozoicas del límite galaico-astur y las
montañas asturianas junto a los Picos de Europa.
A.- GALICIA:
Ubicado en el extremo NW del macizo ibérico, el macizo galaico está formado
por rocas muy antiguas, de tipo granitoide y metamórfico, que se generaron en varias etapas de
los tiempos PRECÁMBRICO y HERCÍNICO. Hacia oriente, estas litologías se encuentran
limitadas por los estratos de pizarras y de cuarcitas cámbricas y silúricas que se asocien a las
sierras paleozoicas próximas al valle del Alto Miño.
Desde el punto de vista morfológico, el solar gallego presenta un típico RELIEVE
GERMÁNICO, en el que se conjugan bloques montañosos (horst) y hundidos (graben)
originados por la fracturación de la orogenia alpina. Acompañan a estos elementos
morfoestructurales:
extensas penillanuras con algunos relieves residuales esculpidos por la erosión
diferencial
superficies planas asociadas a los rellenos sedimentarios de edad terciaria que
rellenan las cuencas
un modelado fluvial en el que los ríos han excavado sus valles.
Esquemáticamente, las unidades de relieve que conforman Galicia, de este a oeste, son:
- El conjunto de montañas de Galicia oriental y orensanas asociadas
a la vertiente occidental de las montañas castellano leonesas.
Destacan en él los bloques elevados por fallas de edad alpina de
Segundera (2.045m), Cabrera (2.021m) y sierra del Teleno (2.185).
- El sistema de cubetas y depresiones rellenas por sedimentos
terciarios (Monforte, As Pontes de García Rodríguez,etc.)
- La penillanura gallega (Chantada y Santiago) cuya superficie plana
ha sido labrada por una prolongada acción erosiva sobre el roquedo.
Sobre ella se alzan algunos relieves residuales, como la sierra de
Faro (1.171m).
- El bloque occidental o costero basculado hacia el Atlántico y
dislocado por un conjunto de fracturas en las que se han ubicado las
famosas rías gallegas del oeste.
4. B.- LAS PENILLANURAS:
Se corresponden con zonas de zócalo “poligénico”, en las tierras occidentales de
Zamora y Salamanca que muestran una extensa y ondulada llanura labrada sobre rocas
hercínicas (granitos y pizarras); se trata de una penillanura originada por el desarrollo de
diversas etapas de aplanamiento sobre el zócalo de este sector, que ha estado siempre emergido
desde finales del Paleozoico. Estas penillanuras podemos clasificarlas en tres tipos según el
material predominante sobre el que se asientan:
1.- Sobre material granítico: en la comarca de los Arribes del Duero, esta plataforma
erosiva ha sido bruscamente incidida por los cauces del Duero, Tormes y afluentes que han
excavado profundos y encajados valles, en los que se emplazan grandes presas hidroeléctricas
2.- Sobre pizarras: sobre su topografía destacan algunos relieves residuales y pequeños
resaltes, las llamadas “uñas del diablo”.
3.-Sobre material alternante (cuarcita, pizarra o granito) se produce por erosión
diferencial relieves del tipo apalachiense, similares a los que vemos en los Montes de Toledo,
como es el caso de la Sierra Culebra (1.243 m), donde se han resaltado los afloramientos de
rocas resistentes (cuarcitas) y ha excavado las depresiones y los valles allí donde asomaban
importantes espesores de rocas blandas (pizarras).
C.- LOS SITEMAS MONTAÑOSOS INTERIORES:
1.- Las montañas del ángulo castellano-galaico: muestran una estructura de bloques que
se alzan hasta los 2000 m. Están formados por rocas paleozoicas (granitos, cuarcitas y pizarras,
así como rocas metamórficas) que fueron fracturas por la orogenia alpina. Se distinguen tres
direcciones tectónicas: un, NS (Segundera: 2.045m); otra OE (La Cabrera: 2.1224m) y
finalmente,. NO-SE (sierra del Teleno: 2.185m). Sus cimas ofrecen una morfología plana,
resultado del arrasamiento que efectuaron antiguas superficies de erosión y han sido retocadas,
en el Cuaternario reciente, por la acción del hielo y los glaciares.
2.- El macizo asturiano: se dispone sobre un espeso roquedo paleozoico que se prolonga
por el este hacia los alrededores de Llanes, y constituye un enérgico relieve muy compacto y
compartimentado por un conjunto de fosas tectónicas alineadas de este a oeste, y por cuencas
fluviales de trazado NS. Por su posición geoestructural, se trata de una porción del macizo
ibérico ubicado en el borde de una cadena de plegamiento alpino compuesta por los Pirineos,
los montes Vacos y las montañas cántabras.
En este dominio pueden distinguirse de norte a sur los siguientes elementos
morfoestructurales:
a) El conjunto de sierras litorales. Destaca la sierra del Cuera (1.315m), con un
intenso modelado Kárstico y cuyo relieve queda delimitado hacia la costa
por una serie de fallas.
b) El surco prelitoral. Lo integran varias cubetas tectónicas, de dirección EO;
entre ellas la depresión de Cangas de Onís, la fosa de Oviedo y la cubeta de
Rebollada.
5. c) Los Picos de Europa. Relieve tectónico constituido por las “calizas de
montaña”, de edad carbonífera; su elevada configuración está determinada
tanto por su carácter de horst tectónico como también por la naturaleza de
su roquedo. Como formas de modelado que retocan enérgicamente su
relieve hay que citar las de origen kárstico (“Jous”), las de origen glaciar
(circos y valles, como los del Duje) y periglarciar, y las impresionantes
gargantas fluviales labradas por los ríos Deva, Cares y Sella.
d) Las cuencas intramontañosas. Su génesis ha estado motivada por el intenso
vaciado erosivo que se ha registrado en estos parajes. Entre ellas cabe citar
las depresiones de la Liébana y Valdeón.
e) Las sierras meridionales. Constituidas por Peña Prieta y Sierra de
Curavacas, así como por las alineaciones calizas occidentales de Mampodre
y Coriscao. Más al este se encuentra Peña Labra (2.018 m); al sur las sierras
de Brezo y Peña Corada.
f) Las sierras del occidente asturiano. Forman parte de una macroestructura
denominada a principios de siglo “La Rodilla Astúrica”. Se incluyen en ella
un conjunto de sierras constituidas por estratos de Paleozoico inferior y
litologías de cuarcitas y pizarras. Tectónicamente, se organizan en pliegues
de dirección NS, que se adaptan luego a una orientación E-O. Estas
estructuras fueron arrasadas por la erosión durante el Mesozoico y
dislocadas por fracturas con ocasión de la orogenia alpina. Hoy muestran un
típico relieve apalachiano.
3.- El Sistema Central. Sus enérgicos relieves se alzan a más de 2.000 m. – Somosierra
(2.250m), Guadarrama (2.430 m), Gredos (2.592) y sierra de Béjar (2.401 m) en el centro del
antiguo macizo ibérico al que fragmenta en dos compartimentos: el septentrional y el
meridional.
Geológicamente, está constituido por roquedos PREHERCÍNICOS, pero sobre todo por
materiales HERCÍNICOS (granitos, genises, cuarcitas, pizarras). Acompañan a estas litologías
afloramientos calizos de arenas que se alojan en algunas depresiones internas; son de edad
mesozoica y se asocian a la transgresión cretácica que se registró en su sector oriental.
Todos estos materiales fueron dislocados por la orogenia alpina, que es responsable de
la dirección general NNE-SSO y de la morfología que presenta este sistema montañoso. Ésta se
organiza en un conjunto de BLOQUES FALLADOS, unos levantados (HORST) y otros
hundidos (GRABEN). El conjunto se dispone en tres unidades: Somosierra, Guadarrama y
Gredos (sobre la fosa del Tiétar), donde encontramos el macizo de mayor altitud (Pico
Almanzor, 2.592 m) y mayor huella de acción glaciar cuaternaria y las Sierras Occidentales
(Peña de Francia y Gata).
4.- Los Montes de Toledo. En el macizo ibérico MERIDIONAL, se corresponden con un
conjunto de alineaciones serranas, muy compartimentadas y de modesta altitud, orientadas de
O-E, que se disponen entre las cuencas del Tajo, al norte, y la del Guadiana, al sur. Integran
esta unidad los macizos extremeños de Las Villuercas y de Guadalupe (donde este sistema
montañoso alcanza la altura máxima: 1.603 m) y los relieves, ya en Castilla-La Mancha, del
macizo de Rocigalgo (1.447 m) y Corral de Cantos (1.430 m). GEOLÓGICAMENTE, los
6. Montes de Toledo están formados por rocas muy antiguas (cuarcitas, pizarras y calizas
primarias) plegadas por la orogenia HERCÍNICA. Desde el punto de vista Geomorfológico, la
erosión diferencial ha modelado los relieves, de tipo apalachiano, que presentan los montes de
Toledo. Sus procesos han respetado las capas cuarcíticas, muy duras y resistentes, mientras que
se han cebado en los bancos de pizarras labrando en ellas las principales depresiones.
También es de destacar la existencia de importantes rampas al pie de los relieves
cubiertas por “RAÑAS”, elaboradas principalmente a finales del Terciario (Villafranquiense).
Al sur de los Montes de Toledo se entra en el Campo de Calatrava que comparte con
ellos idénticos roquedales y una evolución similar, pero que cuenta con un elemento
diferenciador: la presencia de una notable actividad VOLCÁNICA, en los tiempos terciarios,
que ha dado lugar a una gran cantidad de cráteres y conos volcánicos.
Al oeste de ambas unidades se halla la MESETA EXTREMEÑA, una amplia superficie
ubicada entre 300 – 500 m totalmente arrasada por la erosión y sobre la que se alzan algunos
relieves residuales (sierra de Montánchez, San Pedro y San Mamede: 1.025 m). En algunas
zonas, el zócalo se deprime suavemente y sus roquedos son cubiertos por materiales detríticos
de edad Terciaria (arcillas), como en La Tierra de Barros y llanadas de la Serena.
D.- LAS CUENCAS INTERIORES:
Se corresponden con grandes sectores que fueron deprimidos por la orogenia alpina.
Estas cuencas sedimentarias fueron colmatadas por materiales terciarios liberados por la erosión
en las áreas de montaña; se acumularon en distintos ambientes sedimentarios, y en su mayor
parte, con posterioridad a las fases más activas de la orogenia alpina. De aquí que, por lo
general, la disposición de sus capas sea horizontal o subhorizontal. Este hecho va a ocasionar
que los paisajes de este dominio se resuelvan a modo de RELIEVES TABULARES cuya
morfología será decidida por los roquedos que los formen y sobre todo por el grado de incisión
y excavación de la rede hidrográfica durante el Cuaternario (Duero, Tajo, Guadiana...)
1.- LA CUENCA DEL DUERO: llanuras escalonadas a diferentes alturas y que se
labran sobre los materiales terciarios (arcillas, margas, calizas ...) que rellenan esta cuenca
sedimentaria. La MORFOLOGÍA actual está condicionada por la disposición horizontal de las
capas, su diversidad litológica y la acción de incisión y ensanchamiento de valles dirigida por
el Duero y sus afluentes (TERRAZAS FLUVIALES) . Así en las proximidades de las montañas
que bordean la cuenca del Duero, existen PÁRAMOS formados sobre materiales detríticos
terciarios o sobre RAÑAS que han sido cortadas por la red del Esla (PÁRAMO LEONÉS) y del
Pisuerga (PÁRAMO PALENTINO); los páramos calizos (Montes Torozos) se instalan en el
centro de la depresión y se alzan de modo destacado sobres las suaves y llanas CAMPIÑAS de
los valles (Tierra de Campos, Tierra del Vino...).
2.- LA CUENCA DEL TAJO: ofrece una mayor complejidad geológica. Su basamento
paleozoico se hunda a pocos Km al norte de Madrid y a escasa distancia de la gran falla que
separa el Sistema Central de la cuenca que se encuentra a más de 2.000 m de profundidad; por
el flanco este, se alza el umbral mesozoico de la Sierra de Altomira, que con una dirección NS
divide la cuenca del Tajo en dos sectores. Desde el punto de vista GEOMORFOLÓGICO
presenta semejanzas con la cuenca del Duero: en su sector central y oriental se encuentran los
PÁRAMOS ALCARREÑOS (La Alcarria) cortados e incididos por la red del Tajo. Más al
norte del Henares aparecen rampas cubiertas por RAÑAS, también encajadas por los valles de
sus afluentes. Finalmente, al sur de los Montes de Toledo se encuentra la DEPRESIÓN
MANCHEGA, llanura sin apenas accidentes cuya morfología de tabla está ocasionada por la
nula eficacia erosiva de la red del río Guadiana. Aquí son frecuentes los fenómenos kársticos
que propician las circulación hídrica subterránea que aflora en ocasiones (Lagunas de Ruidera).
7. 2.- BORDES MONTAÑOSOS DE LA MESETA.
A.- EL BORDE CANTÁBRICO (Montañas cantábricas y montes vascos):
Se asientan en el borde norte (ACTIVO) del macizo ibérico y están formados por
MATERIALES MESOZOICOS (CRETÁCICO) que alcanzan en algunos puntos de este
dominio un espesor considerable. Se caracterizan por la ausencia total de metamorfismo de edad
alpina y por presentar unas estructuras tectónicas poco complejas.
En la MONTAÑA CANTÁBRICA, su tramo occidental enlaza con el elevado
macizo paleozoico de Asturias, que se hunde progresivamente hacia el este,
sepultado bajo la sedimentación del Mesozoico. Así en función de la profundidad a
la que se encuentre el zócalo puede distinguirse un sector occidental (con pliegues,
mantos de corrimiento y fallas) y un sector oriental en el que sólo predominan los
pliegues suaves y laxos.
De norte a sur pueden diferenciarse, por un lado, las SIERRAS COSTERAS (cuyas
cimas se localizan a unos 300 m (con calizas y margas) y por otro, la MONTAÑA
MERIDIONAL con relieves enérgicos (Peña Labra: 2.018 m; Valnera 1.707 m, con
cuarcitas y calizas donde se producen fenómenos KÁRSTICOS) que constituyen un
importante núcleo de dispersión hidrográfica (cabecera del Ebro, de los afluentes
del Pisuerga y de los ríos cántabros) y en cuyas cimas se advierten las huellas de la
actividad glaciar cuaternaria. Durante del Plioceno el encajamiento de la red fluvial
sobre unas estructuras de relieve de dirección W-E, en dirección Sur – Norte
provocó la aparición de grandes hoces y valles.
LOS MONTES VASCOS sirven de eslabón de enlace entre los Pirineos y la
montaña cantábrica. Sin embargo, sus relieves ofrecen una morfología
relativamente suave y no sobrepasan los 1.600 m (Aitzgorri, 1.544m, Peña Gorbea,
1.475m, y Aralar 1427). Están formados por CALIZAS del SECUNDARIO y
espesas masas de Flysch del TERCIARIO inferior que fosilizan un zócalo, de nuevo
hundido a gran profundidad, que sólo asoma en el macizo de Cinco Villas (Irún).
Con la orogenia alpina, estos potentes estratos se deformaron en pliegues,
generalmente regulares y sencillos. MORFOLÓGICAMENTE, los Montes Vascos
están configurados por varias alineaciones de sierras de corto trazado longitudinal y
paralelo a la costa y por la disposición perpendicular de numerosos valles que van a
desembocar al mar Cantábrico.
B.- EL BORDE IBÉRICO:
En el borde ibérico no hay una verdadera continuidad, sus relieves se prolongan
a lo largo de 400 Km por el borde ORIENTAL de la Mesata. Se extienden con una
dirección NO-SE, desde la sierra de la Demanda hasta levante, donde entra en contacto
con las alineaciones Béticas.
La ESTRUCTURA GEOLÓGICA evidencia todos los rasgos típicos de una
cordillera intermedia al adaptarse de modo muy nítido la cobertera mesozoica a las
deformaciones del zócalo. Abundan los pliegues, las fallas inversas y pequeños
cabalgamientos, en los que juegan un papel fundamental los materiales del Trias
superior (yesos, arcillas).
Entre los elementos MORFOESTRUCTURALES encontramos elementos de
zócalo levantado; de cobertera sobre zócalo y cuencas sedimentarias más o menos
tectonizadas. Todos estos elementos morfoestructurales ofrecen todos un hecho común:
la planitud de sus cimas labradas por superficies de erosión. Destacan los macizos del
Moncayo (2.316 m), La Demanda (2.256 m), Urbión (2.235 m), Sierra de Albarracín
8. (1.855m), Javalambre (2.020 m), Gúdar (2.024 m) ... Entre los tipos de morfoestructuras
cabe reseñar:
La “Cuenca de Cantabria”: de tectonizción débil, con sedimetación desde el
Triásico hasta el Terciario. Aparecen al norte relieves de CRESTAS
MONOCLINALES (Orduña), con materiales calizos del Turoniense y Santoniense
_ Cretácico superior -; al pie de estos relieves aparecen grandes ANTICLINALES y
SINCLINALES de amplio radio (Villarcayo); más hacia el sur fenómenos
DIAPÍRICOS (eyectivos, en la zona de Tesla); más hacia el SE pliegues apretados
en la zona de Las Loras. La erosión diferencial ha dado como resultado la aparición
de COMBES sobre los materiales blandos y CRESTAS y ANTICLINALES
DESVENTRADOS en materiales más rígidos.
La Demanda y la Tierra de Cameros : Afloramientos primarios (Cámbrico –
Silúricos, de unos 500 millones de años, con materiales cristalinos, como Pizarras
y Cuarcitas. El relieve fundamental de la Demanda podemos describirlo como un
“domo” fallado en su centro por el río Najerilla, en lo que se denomina la Depresión
central de la Demanda . Estos roquedos fueron afectados por la orogenia hercínica
y sus líneas de fracturación NO-SE tendrán luego gran influencia en la organización
del relieve al ser reactivadas por la orogenia alpina. En algunas cumbres existen
circos de origen glaciar y manifestaciones periglaciares del Cuaternario
(gelifracción...). También aprecen RELIEVES INVERTIDOS (sinclinales colgados
en las zonas de Carazo y San Carlos).
La Cuenca Soria – Urbión: con depósitos del Cretácico inferior y el Jurásico
superior. Aparecen sierras constituidas por capas mesozoicas entre las que abundan
las CALIZAS y DOLOMÍAS de origen marino; éstas han sido plegadas en el
Alpino en una sucesión de anticlinales y sinclinales que fueron arrasados
posteriormente. Estos arrasamientos han favorecido la ubicación de un
MODELADO KÁRSTICO (poljés, dolinas, hoces, “ciudades encantadas”) y
depósitos ALUVIALES.
Fosa Calatayud-Daroca - Teruel: depresión estructural de origen tectónico
formada por dos bloques levantados (Sierra de Ateca y Sierra de la Virgen) con una
depresión central colmatada por materiales terciarios.
Área de Albarracín: RELIEVE SAJÓNICO (Cobertera que traduce las
dislocaciones del zócalo). Aparecen elementos del zócalo en los Montes
Universales y el área de Albarracín con cuarcitas y pizarras; relieves invertidos en
el área de Sigüenza y grandes superficies de erosión en la Paramera de Molina de
Aragón.
9. El Maestrazgo: macizo tectonizado con intensidad en forma de pliegues de grandes
dimensiones con materiales sedimentarios del Cretácico inferior. Enlaza ya en
límite de la provincia de Valencia con el macizo de Javalambre.
C.- EL BORDE MERIDIONAL:
SIERRA MORENA constituye el reborde geológico y geomorfológico meridional de la
Meseta. Esta unidad está compuesta por capas PALEOZOICAS ( Cuarcitas, pizarras y calizas) y
rocas de procedencia magmática. El zócalo de la Meseta se hundió progresivamente a gran
profundidad hacia el sur, conformando la depresión del Guadalquivir; ello explica el carácter
disimétrico que presentan las laderas de esta unidad: en la vertiente norte, los relieves asociados
a Sierra Morena apenas se alzan sobre el dominio de la Meseta, mientras que la meridional,
hacia el valle del Guadalquivir, ofrece un brusco escalón, cuyo desnivel respecto a las tierras
andaluzas puede ser cercano a los 1.000 m. Se ha interpretado como una gigantesca falla , pero
parece que se trata de una gran flexión fracturada en muchos puntos, que se produjo por el
empuje desde el sur al levantarse las cordilleras béticas.
Los relieves que componen Sierra Morena han sido en muchos casos esculpidos por la
erosión diferencial (sector granítico de los Pedroches, en las sierras cuarcíticas alcudienses)
dando lugar al RELIEVE APALACHENSE (el mejor de la Península Ibérica). Estas montañas
no son elevadas pero resulta difícil de transitar por ellas debido a su anchura variable (40 – 80
km) y sobre todo a la inexistencia de valles transversales que la atraviesen. El paso más
importante que comunica la Submeseta sur con Andalucía es el de Despeñaperros . Es
importante señalar la riqueza en yacimientos metálicos (Riotinto, Linares, Peñarroya ...).
En algunos casos se suele hablar de un Borde occidental de la Meseta, que comprendería la
depresión del Sado – Tajo, con material más homogéneo.
10. 3.- UNIDADES MORFOESTRUCTURALES EXTERIORES A LA MESETA.
3.1. DEPRESIONES EXTERIORES:
En la península hay dos grandes y extensas zonas hundidas entre terrenos más elevados
que forman las depresiones del Ebro y del Guadalquivir. A pesar de sus particularidades ambas
compartes características semejantes:
ambas son depresiones antealpinas
de forma “triangular” y
rellenas de sedimentos terciarios.
3.1.1. DEPRESIÓN DEL EBRO ( IBÉRICA):
Está limitada al norte por los Pirineos, al sur por la cordillera Ibérica y al este
por las Costeras Catalana. Su historia geológica está vinculada a la orogenia alpina, con
la particularidad de que durante ella se invirtió la situación de la zona: el macizo del
Ebro fue hundiéndose mientras surgían los relieves alpinos que lo convertían en un mar
interior (Eoceno) y luego en una depresión endorreica (Oligoceno-Mioceno) hasta que
el Ebro se abre paso hacia el Mediterráneo (Plioceno).
La Depresión está compuesta por los siguientes materiales: conglomerados,
areniscas, margas, yesos y calizas y se distribuyen en función de su tamaño, quedando
los más gruesos en los píes de la serranía, a continuación las rocas detríticas y en el
centro los materiales de origen químico (yesos, calizas y sales). La zona pasa a ser
exorreica cuando el río Ebro atraviesa la Cordillera Prelitoral Catalana debido a un
fenómeno de sobreimpresión a finales del Mioceno o principios de Plioceno.
FORMAS DE RELIEVE
Se gestan a partir del momento en que este río se abre paso hacia el Mediterráneo y
comienza a encauzarse sobre materiales poco consistentes del Terciario. Las unidades
de relieve son las siguientes:
Somontano pirenaico
Se extiende por la margen izquierda del Ebro, se inicia en una altitud de 800 m
y desciende hasta los 300. Su máximo desarrollo está en el tramo central y tanto
hacia el oeste como hacia el noroeste desaparece por una serie de pliegues
arrumbada en dirección NO-SE. De N a S las primeras formas de relieve que
aparecen son los mallos, los más famosos son los de Riglos pero los hay en
todo el frente sur de las sierras Exteriores, donde los ríos acumulan potentes
conos de deyección. Otra actividad de los ríos fue horadar los materiales
blandos del somontano y así se formaron las hoyas. Hasta alcanzar las muelas
sureñas, han excavado las depresiones de las Cinco Villas, de Almudébar y
de Sariñena.
La Depresión Central Catalana es un réplica del somontano pirenaico pero
aquí tiene un desarrollo espectacular porque se trata de los pudingos
monserratinos que han originado las serranías de Montserrat y Sant Norma de
Munt en la Prelitoral Catalana, Comiols a la salida del Prepirineo Leridano y
Berga a las del Barcelonés.
Somontano ibérico
Tiene un desarrollo mucho menos que el pirenaico por la cercanía de la
Cordillera Ibérica al eje del valle. Sus formas son más sencillas debido a la
ausencia de una red fluvial que intensifique la erosión sobre los materiales
fluviales. Al O hay casos similares a los mallos norteños, unos sobre terrenos
calizos y otros sobre sílices
Las muelas
Son relieves estructurales amesetados originados por la erosión diferencial. Las
margas al ser menos resistentes que las calizas hacen que éstas sirvan de
11. tapadera. Las más destacables son entre otras: Plana de la Negra, el Castellar,
Los Monegros, etc. Todas oscilan entre 600 y 800 m adquiriendo un aspecto
montañoso.
Terrazas y glacis cuaternarios
La terraza es una forma de erosión fluvial de superficie plana y con un resalte
abrupto hacia el cauce del río. Su origen es del Cuaternario y guarda relación
con períodos lluviosos.
Glacis son superficies detríticas de escasa pendiente al pie de las estribaciones,
frente a las terrazas muestran grandes contrates. Existen en los somontanos
pirenaico e ibérico y a las muelas centrales.
3.1.2. DEPRESIÓN DEL GUADALQUIVIR (BÉTICA):
Limitada al N por Sierra Morena y al sur por la Cordillera Bética, la base NO-SE tiene
una longitud de 170 Km y 330 la altura SO-NE. Su aparición forma parte de la orogenia
alpina que elevó los materiales acumulados en el geosinclinal. Entre la cordillera Bética y el
zócalo paleozoico Sierra Morena se instala un brazo de mar cuyos sedimentos van
hundiéndose en la desembocadura del Guadiana. En esta depresión podemos distinguir las
siguientes unidades de relieve:
LOMA DE ÚBEDA Y CAMPIÑA DEL NE
Es un interfluvio mioceno erosionado al N por el Guadiana y por las del Guadalquivir al
S. Las campiñas del NE son materiales terciarios, se presentan como elevadas mesas.
LAS CAMPIÑAS CENTRALES
Están moldeadas sobre materiales arcillosos pero consistentes pero fértiles y los
materiales calizos que aparecen dan lugar a cerros testigos. Las terrazas se sitúan en la
margen izquierda del Guadalquivir y adquieren un gran desarrollo en tierras
cordobesas.
LAS MARISMAS Y LA COSTA
Las tierras al S de Sevilla son de una planitud casi absoluta. Es el dominio de las
marismas del Guadalquivir que ocupan una superficie de 2.000 Km2 y se hallan en
rápido retroceso, colmatadas por los sedimentos fluviales. Las aguas marinas, con
salinidad superior a lo normal, circulan por la zona a través de conductos de entrada
(esteros) y salida (caños). La costa se caracteriza por hallarse en pleno dinamismo, con
unos tramos donde el mar produce flechas litorales.
3.1.3. DEPRESIÓN VALENCIANA:
En la confluencia de las Béticas y el Borde Ibérico aparece una depresión de menor
tamaño e importancia que las anteriores. Está rellenas de materiales miocénicos y cuaternarios y
su máximo exponente es la Albufera valenciana (terreno ganado al mar). El relieve esta formado
por terrenos de Campiña y zonas acarcavadas.
3.2. CORDILLERAS ALPINAS EXTERIORES:
Dentro del dominio geoestructural alpino este dominio se inserta en el borde más
occidental del gran geosinclinal alpino que se extendía, a principios del Terciario desde Europa
(Alpes...) hasta los confines de Asia (Himalaya). Está integrado por capas mesozoicas
sedimentadas generalmente, en ambientes marinos más o menos profundos y del Terciario, a las
que se incorporan notables extensiones compuestas por rocas paleozoicas. Tectónicamente,
estos materiales se encuentran plegados o involucrados de un modo muy violento por la
orogenia alpina.
Tanto los Pirineos como las Béticas presentan una serie de características comunes: son
cadenas generadas por el plegamiento alpino o encuentro de placas; de intensa tectonización y
con una estructura similar ( zona axial, depresiones internas y relieves antealpinos – Prepirineos
y Subbéticas -).
12. 3.2.1. LOS PIRINEOS:
Los Pirineos, de orientación O-E, se extienden desde el golfo de Vizcaya hasta
el mar Mediterráneo. Sur relieves agrestes y vigorosos, que alcanzan altitudes superiores a los
3.000 m (Aneto: 3.404 m; Monte Perdido: 3.355 m) constituyen una barrera montañosa y
bioclimática que separa la cuenca francesa de Aquitania y la cuenca del Ebro, al sur.
El origen de esta cordillera debe vincularse a la serie de esfuerzos tectónicos que
tuvieron lugar en el Terciario, durante los llamandos “plegamientos alpídicos” ( o alpinos), que
se iniciaron hace 65 millones de años y produjeron sus últimos espasmos hace tan sólo 12
millones. (La fase pirenaica se desarrolló entre el Eoceno y el Oligoceno, es decir, entre hace 50
y 37 millones de años). Pero ¿cómo surgieron? El punto de partida, en el que todos los expertos
coinciden, es el de la existencia de un zócalo de rocas cristalinas supervivientes de la orogenia
herciniana (producida hace 300 millones de años), cubierto por sedimentos de la era secundaria.
Sobre esta conjunto original habría actuado el plegamiento alpino. Así el antiguo zócalo
(dividido en bloques) se fue dislocando y rellenando por depósitos que se adaptaban a las
nuevas fracturas según su plasticidad. A finales del Eoceno (hace 40 millones de años) se
levantará el primitivo basamento cristalino. Así se conformó la zona axial, el corazón de la
cadena. Los materiales sedimentarios se deslizaron pro ambos costados, formando una orla al
norte y al sur del eje central.
Los Pirineos pueden dividirse en varias subunidades morfoestructurales, organizadas en
bandas longitudinales. De norte a sur se distinguen:
PIRINEO AXIAL
Su configuración es una consecuencia de la orogenia alpina y de la acción de los hielos
cuaternarios. Recibe esta denominación el núcleo central donde se registran las
mayores alturas, se halla vinculado al plegamiento herciniano y está compuesto por
sedimentos paleozoicos y rocas metamórficas. Después del plegamiento herciniano, el
Pirineo Axial sufrió un largo y agresivo proceso de erosión. La orogenia alpina actuó
sobre unos sedimentos del Secundario. La morfología glaciar cuaternaria la que ha
dado los últimos retoques a las altas cumbres de la cordillera. Se superan los 3.353 m.
La fosa tectónica (Urgellet-Cerdeña) SO-NE separan el Pirineo Axial del Prepirineo.
SIERRAS INTERIORES
Pertenecen al Prepirineo, todo el conjunto que alcanza los 2.600 m es un gran relieve
estructural erigido sobre materiales mesozoicos que en la orogenia alpina se
desplegaron del núcleo por corrimientos vergentes hacia el sur. Los ríos abren
profundas depresiones transversales de N a S en los materiales calizos. Sin embargo, en
los pliegues tumbados calizos las aguas han tallado cañones espectaculares como los de
Ordesa y todo un muestrario de modelado cárstico de alta montaña.
DEPRESIÓN MEDIA
Está ubicada entre las Sierras Interiores y Exteriores del Prepirineo. Está considerada
como gran heterogeneidad morfológica. Los materiales son asimismo muy diversos en
composición y resistencia. La existencia de materiales blandos (margas azules) han
favorecido la excavación de surcos (Canal de Berdún y Val Ancha) y de depresiones
(Ainsa-Boltaña).
SIERRAS EXTERIORES
Tienen una situación marginal con respecto al eje pirenaico, rebasa en algún punto los
2.000 m y se extiende desde la Sierra del Perdón pasando por la Sierra de Balces en la
zona centro oscense. Su estructura es muy compleja y sobre ellas la erosión ha labrado
superficies erosivas, excavando numerosas formas kársticas, abierto amplias
depresiones y originado profundos caños fluviales (Vero Alcanadre, Flumen ...)
13. Tres son las singularidades que hacen de esta cordillera un caso único dentro de la
orogenia terciaria:
a) Su trazado rectilíneo (a lo largo de más de 400 km)
b) La ausencia de mantos de corrimiento (conjunto de pliegues arrastrados
lejos de su lugar de formación a lo largo de un sustrato rocoso de origen
más moderno). Son frecuentes en los Alpes y el Himalaya, pero en los
Pirineos han sido sustituidos por el tercer elemento original,
c) Estructuras en abanico donde las líneas de plegamiento son forzadas a
tomar direcciones oblicuas a la orientación Este-Oeste.
El último de los fenómenos que han contribuido a modelar el paisaje de los Pirineos es
el glaciarismo cuaternario. Hace unos 40.000 años los hielos (circos, lenguas,
cascadas...) cubrían cimas y hondonadas con recorridos de 50 km y espesores cercanos
a los 1.000 m.
Finalizado el período glacial los hielos se retiraron, pero su huella permanece en los
particulares valles en “U” (Ordesa o Piñeta) y los lagos. Hoy la superficie total de los
glaciares resulta testimonial (inferior a 40 Km2 º, por encima de los 2.500 m de altitud,
en los macizos centrales del sistema).
3.2.2. LAS CORDILLERAS BÉTCAS.
La Cordillera bética, se ubica en el ángulo SE de la Península y está integrada por un
conjunto de alineaciones montañosas de dirección OSO-ENE que se extienden desde el
estrecho de Gibraltar hasta el cabo de la Nao (Alicante), prolongándose todavía más hacia el
este y constituyendo el armazón del archipiélago balear.
Otro rasgo geográfico que presenta la cordillera Bética es la extremada anchura que
muestra y que abarca de norte a sur desde el zócalo de la Meseta, en la provincia de Albacete y
cuenca del Guadalquivir hasta el mar Mediterráneo.
GEOLÓGICAMENTE, ofrece la complejidad típica de las grandes cordilleras alpinas
con una estructura muy complicada de mantos tectónicos y un metamorfismo alpino bien
desarrollado en las zonas internas. Tradicionalmente, se han distinguido al norte la Zona
Externa compuesta por los relieves y alineaciones Prebéticas y Subbéticas y en las que nunca
aflora el zócalo paleozoico, y más al sur, la Zona Interna, propiamente dicha, y las Depresiones
intramontanas.
a) La Zona Externa:
Las alineaciones Prebéticas se ubican, exclusivamente, en la porción más oriental de
la cordillera, desde Martos (Jaén) hasta el cabo de la Nao. Sus relieves (Sierra de
Alcaraz, Calar del Mundo...) se desarrollan sobre sedimentos secundarios y
terciarios de origen casi siempre marino, acumulados a muy poca profundidad en el
borde del zócalo ibérico. Esta cobertera, tectónicamente, constituye una unidad
autóctona y su estructura es más o menos sencilla ya que muestra numerosas
escamas que se cabalgan unas a otras de modo progresivo hacia el norte. La edad de
plegamiento es algo tardía: Mioceno medio.
Las sierra Subbéticas se extienden con gran continuidad entre el Mediterráneo y
Cádiz (Espuña, Harana, Grazalema, 1.654 m); están formadas también, por
materiales mesozoicos y terciarios cuyo espesor es muchísimo mayor y que se han
sedimentado en un fondo marino ubicado a gran profundidad. Su estructura se
corresponde con mantos de cabalgamiento bastante complejos: esta cobertera
presenta el carácter de unidad alóctona, ya que fue desplazado unos 20 km. La fase
alpina de mayor intensidad se registró aquí en el Mioceno inferior. En cuanto al
MOELADO predominan las formas de origen kárstico.
14. b) Depresiones Intramontanas:
Al sur del dominio externo y separando sus sierras de los altos relieves de la
zona interna se localiza un rosario de depresiones de contornos variados (Hoyas de
Antequera, Granada, Guadix y Baza) que condiguran en conjunto la denominada
depresión Intrabética.
° Aparecen a finales del Mioceno y se instalan en sinclinales o fases tectónicas.
° Al principio están cubiertas por las aguas marinas, de ahí que haya sedimentos
pelágicos, luego por sedimentación para ser continental.
° Se extienden desde O a E desde Antequera a Baza con una longitud de 250 Km y
superficie de 13.000 Km2 .
° De O a E las depresiones van ganando altitud, Antequera 400, Guadix-Baza
1000, es zona propensa a los movimientos sísmicos.
° Finalmente la presencia de materiales blandos da energía a los relieves
periféricos, la pobreza del manto y la acción antrópica sobre los suelos se han
coaligado para desencadenar un proceso erosivo galopante. El abarrancamiento
es el fenómeno erosivo que mejor define al paisaje intramontano.
c) La Zona Interna:
Sistema Penibético va desde la Serranía de Ronda malagueña hasta el Cabo de
Palos murciano, registrándose las mayores alturas peninsulares (Mulhacén 3.478 m), los
mantos de corrimientos se desplazan 50 Km hacia el norte y en numerosos puntos
aparecen zonas paleozoicas (Ronda), mesozoicas (predominantes), metamórficas (Sierra
Nevada) y volcánicas (Cabo de Gata). Se han distinguido tres unidades que se
superponen tectónicamente y que se encuentran delimitadas entre sí por superficies de
corrimiento:
o nevado-filabride (Sierra Nevada y Filabrides): materiales palezoicos
o alpujárride (Las Alpujarras, surco sinclinal) capas triásicas
o malaguide (Montes Malacitanos): rocas paleozoicas y mesozoicas
o
El modelado de esta zona, a pesar de su altitud, se forma con formas
culminantes muy alomadas y poco enérgicas; ello se debe a la naturaleza del
roquedo con un comportamiento a la erosión poco resistente y a débil huella de los
glaciares cuaternarios en estos parajes del sur de España.
3.2.3. CORDILLERA COSTERO-CATALANA:
Muestra una acentuada dirección NE-SO y discurre paralelo, a lo largo de 200 Km, a la
costa mediterránea. Su constitución geológica no es homogénea, ni tampoco la apariencia de sus
paisajes.
Así en su sector septentrional la conexión con los relieves costeros se lleva a cabo a
través de un enlace, la Cadena Transversal Catalana con dirección SE, y está drenado por los
ríos Muga, Fluviá y Ter.
Como elementos del relieve, cabe distinguir dos alineaciones montañosas separadas
por un depresión o fosa.
La Cordillera Litoral: desde Gerona hasta el norte de Tarragona. Sus alturas no
sobrepasan los 500-700 m (Tibidabo 512 m, Garraf 643 m)
La Cordillera Prelitoral: de mayor envergadura y volumen (Montseny 1.712m;
Montserrat 1.224 y Montsant 1.175 m).
La Depresión Prelitoral: cuya altura no sobrepasa los 200m. Su origen se relaciona
con una larga y estrecha fosa tectónica de trazado paralelo a los relieves. Se
encuentra colmatada por materiales detríticos blandos de edad miocena, en los que
la erosión ha modelado valles amplios y de suaves laderas.