La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
2010 01 10 Powerpoint Sef
1. EL FRUTO DEL ESPÍRITU ES Lección 10 para el 6 de marzo de 2010 “ Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1ª Corintios 9:27)
2. * Dominio propio El dominio propio o templanza puede sonar negativo, pero es una parte integral de la gracia misma. Si no nos controlamos a nosotros mismos –nuestros sentimientos, nuestros apetitos, nuestros impulsos–, entonces ellos nos controlan a nosotros. Por lo tanto, o es dominio propio bajo la gracia y el poder del Espíritu Santo, o es ser controlado por alguna otra persona o cosa. En última instancia, nosotros decidimos. * Autodisciplina * Fortaleza de la mente * Poder de la voluntad
3.
4. “ Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo” (Romanos 7:18, NVI) El dominio propio es un fruto del Espíritu y solo con su ayuda podemos conseguirlo. “ Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1)
5. SANSÓN JOSÉ Teniendo todo a su favor, no quiso reprimir sus pasiones. Teniendo todo en su contra, determinó hacer lo correcto con la ayuda de Dios. ADÁN JESÚS Vs. Vs.
6. “ [Jesús] Estaba pasando por el terreno donde cayó Adán. Adán disponía de todo lo que requerían sus necesidades. Pero un hambre terrible oprimía a Cristo, y lo que necesitaba era alimento. El diablo fue frustrado en esa tentación” Elena G. de White, La temperancia , apéndice B
7. Por parte de Dios: Por parte del hombre: “ Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13) “ ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:24-27)
8. 1 er paso: Dejar el pecado y renunciar al viejo hombre. “ Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” (Hebreos 12:1) “ Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría… Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos” (Colosenses 3:5-9)
9. 2º paso: Siendo nuevas criaturas, buscar las cosas celestiales, dejando al Espíritu Santo que manifieste su fruto en nosotros. “ Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:1-2) “ Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza ; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22-23)
10. 3 er paso: Practicar diariamente el dominio propio y alejarnos de la tentación. “ No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús” (Filipenses 3:12) “ Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Romanos 13:13-14)
11. “ Se debe luchar contra cada pecado dominante hasta que sea vencido. En la medida en que el ser humano pecador obra su propia salvación con temor y temblor, el Señor le ayudará en sus esfuerzos; pero Dios no obrará sin la cooperación humana. El pecador debe poner todo su esfuerzo y poder, y a la vez debe capacitarse colocándose como un estudiante voluntario en la escuela de Cristo. Y mientras acepta la gracia que se le ofrece gratuitamente, la presencia de Cristo en el pensamiento y el corazón le darán la capacidad de decisión para dejar a un lado todo pecado, a fin de que el corazón se llene de Dios y de su amor” Elena G. de White, Fundamentals of Christian Education , p. 134)