dones

1. 1 Corintios 12:1
Ahora con respecto a - ahora es el momento de hablar de dotes espirituales. Sin duda había sido
consultado al respecto, y probablemente le habían propuesto varias preguntas, que ahora procedió a
responder.
Dones espirituales - La palabra “dones” no está en el original. El griego se refiere a cosas “espirituales” en
general, oa cualquier cosa que sea de naturaleza espiritual. Toda la discusión, sin embargo, muestra que él
se refiere a las diversas dotes, dones o gracias que se habían otorgado en diferentes grados a los miembros
de la iglesia, incluidas las distinciones en las gracias, y en los grados de oficio y rango, que se habían
otorgado. hecho en la iglesia cristiana en general 1 Cor. 12, así como las extraordinarias dotes del don de
lenguas que habían sido otorgadas a muchos, 1 Cor. 14
No quiero que lo ignoren - El tema es de tanta importancia que exige particular atención y especial cuidado;
compare la nota en 1Co_10:1. No quiero que ignores la naturaleza de esas dotaciones; el espíritu con que
deben ser recibidos; las reglas a que deben sujetarse los así favorecidos; y los sentimientos y puntos de
vista que deben albergar todos los miembros de la iglesia con respecto a ellos. Nada es más importante en
la iglesia que la doctrina respecto a las influencias y dones del Espíritu Santo.
1 Corintios 12:2
Ya sabéis... - Este verso es considerado por muchos como un paréntesis. Pero no es necesario suponer que
sea así, o que no concuerde con lo que sigue. El propósito parece ser recordarles su condición miserable
anterior como idólatras, para hacerlos más conscientes de sus ventajas como cristianos, y para que puedan
ser inducidos a apreciar más su condición presente. Pablo remite a menudo a los cristianos a su condición
anterior, para suscitar en ellos la gratitud por las misericordias que Dios les ha concedido en el evangelio;
vea la nota en 1Co_6:11, compare Rom_6:17; Efe_2:11-12; Tit_3:3.
que vosotros erais gentiles - paganos; adoradores de ídolos. La idea es que eran paganos; que no tenían
conocimiento del Dios verdadero, sino que estaban hundidos en la superstición miserable y la idolatría.
Llevado - Conducido a lo largo; es decir, engañados por vuestras pasiones, engañados por vuestros
sacerdotes, engañados por vuestros vanos y espléndidos ritos de culto. Todo el sistema apelaba a los
sentidos y "arrastraba" a sus seguidores como por un impulso extraño e irresistible. La palabra que se usa
ἀπαγόμενοι apagomenoi transmite apropiadamente la idea de ser llevado a la esclavitud, o ser conducido
al castigo, y se refiere aquí sin duda a los fuertes medios que habían usado los astutos políticos y sacerdotes
en su estado anterior para engañarlos y engañarlos.
A estos ídolos mudos - Estos ídolos que no podían hablar - un atributo que a menudo se les da, para
mostrar la locura de adorarlos; Sal_115:5; Sal_135:15; Hab_2:18-19. Los antiguos sacerdotes y políticos
engañaron a la gente con la idea de que los ídolos que adoraban pronunciaban oráculos, y así mantuvieron
la creencia en su divinidad. La idea de Patti aquí parece ser:
(1) Que sus ídolos nunca podrían haber pronunciado los oráculos que les fueron atribuidos, y en
consecuencia que habían sido engañados.
(2) que estos ídolos nunca podrían haberlos dotado de los privilegios espirituales que ahora tenían y, en
consecuencia, que su estado actual era mucho más preferible que su condición anterior.
Así como fuisteis conducidos - Fuisteis conducidos por los sacerdotes en los templos de los ídolos. Estaban
bajo fuertes engaños y las artes de gente astuta y sin principios. La idea es que habían estado bajo un
fuerte enamoramiento y estaban completamente bajo el control de sus líderes espirituales, una descripción
notablemente aplicable ahora a todas las formas de impostura en el mundo. Ningún sistema de paganismo
consulta la libertad e independencia de la mente. de hombre; pero en todas partes se caracteriza como un

2. sistema de "poder", y no de "pensamiento"; y todos sus arreglos están hechos para asegurar ese poder sin
un asentimiento inteligente del entendimiento y el corazón.
1 Corintios 12:3
Por lo cual os doy a entender, os lo hago saber. La fuerza de esta expresión es: “Os doy esta regla para
distinguir”, o por la cual podéis saber qué influencias y operaciones son de Dios. El propósito del pasaje es
darles alguna guía general simple por la cual puedan reconocer de inmediato las operaciones del Espíritu de
Dios, y determinar si quienes afirman estar bajo esa operación realmente lo están. Esa regla era que todos
los que estuvieran verdaderamente influenciados por el Espíritu Santo estarían dispuestos a reconocer y
conocer a Jesucristo; y donde existía esta disposición, era en sí misma una clara demostración de que era la
operación del Espíritu de Dios. La misma regla sustancialmente se da en Juan 1 Juan 4:2, por la cual se
prueba la naturaleza del espíritu por el cual la gente profesa ser influenciada. “En esto conoced el Espíritu
de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios,” compare también la
nota con Mat_16:17.
Que ningún hombre - Nadie οἰδεὶς oideis. Puede referirse a un hombre, a demonios, oa aquellos que
pretendían estar bajo cualquier tipo de inspiración. Y puede referirse a los judíos que pueden haber
pretendido estar bajo la influencia del Espíritu de Dios. y quienes aún anatematizaron y maldijeron el
nombre de Jesús. O puede pretenderse simplemente como una regla general; lo que significa que “si
alguien”, quienquiera que sea, blasfemara el nombre de Jesús, cualesquiera que fueran sus pretensiones,
ya sea que profesara estar bajo la influencia del Espíritu Santo entre los judíos, o ser inspirado entre los
gentiles, estaba lleno prueba de que era un impostor. El argumento es que el Espíritu Santo en todas las
instancias honraría a Jesucristo, e impulsaría a todos los que estaban bajo su influencia a amar y
reverenciar su nombre.
Hablando por el Espíritu de Dios - Bajo la influencia de la inspiración.
Calleth - Dice, o diría; es decir, ninguno de ellos usaría el lenguaje del anatema con respecto a él.
Maldito - Margen, “Anathema” (ἀνάθημα anathēma); ver la nota Act_23:14; Rom_9:3 nota; comparar
1Co_16:22; Gal_1:8-9. La palabra es de execración o maldición; y significa, que nadie bajo la influencia del
Espíritu Santo podría maldecir el nombre de Jesús, o denunciarlo como execrable e impostor. El efecto de
las influencias del Espíritu sería en todos los casos inspirar reverencia por su nombre y obra. Es probable
que aquí se pretendiera principalmente a los judíos, ya que hay una amargura y severidad en el lenguaje
que concuerda con todas sus expresiones de sentimiento hacia Jesús de Nazaret. Es posible, también, y de
hecho probable, que los sacerdotes y sacerdotisas de los dioses paganos que pretendían estar bajo la
influencia de la inspiración denunciaran el nombre de Jesús, porque todos se opondrían a la pureza de su
religión.
Y que nadie pueda decir... - Es decir, que no puede ocurrir, ni siquiera ocurrir, que alguien reconozca a Jesús
como el Mesías que no sea influido por el Espíritu Santo. El significado no es que nadie tenga la capacidad
física de decir que Jesús es el Señor a menos que sea ayudado por el Espíritu Santo, ya que todas las
personas pueden decir esto; pero que nadie estará dispuesto de todo corazón a decirlo; nadie lo
reconocerá como su Señor; nunca puede suceder que alguien lo confiese como el verdadero Mesías que no
haya sido traído a este estado por la agencia del Espíritu Santo.
Es el Señor - Es el Mesías; o lo reconocerán como su Señor.
Sino por el Espíritu Santo - A menos que sea influenciado por el Espíritu Santo. Este es un versículo muy
importante, no solo con respecto al tema particular bajo consideración en el tiempo de Pablo, sino también
en su aplicación práctica en la actualidad. Podemos aprender de ello:

3. (1) Que es una prueba de que está bajo la influencia del Espíritu Santo cualquier hombre que esté dispuesto
de todo corazón a honrar el nombre y la obra de Jesucristo.
(2) esas formas y modos de religión; esas opiniones y prácticas religiosas estarán más de acuerdo con los
designios del Espíritu de Dios, que hacen más para honrar el nombre y la obra de Jesucristo.
(3) es cierto que ningún hombre albergará una consideración apropiada por Jesucristo, ni amará su nombre
y obra, a menos que sea influenciado por el Espíritu Santo. Ningún hombre ama el nombre y la obra del
Redentor siguiendo simplemente las inclinaciones de su propio corazón corrupto. En todos los casos de
aquellos que han sido llevados a estar dispuestos a honrarlo, ha sido por la agencia del Espíritu Santo.
(4) si algún hombre, de alguna manera, está dispuesto a menospreciar la obra de Cristo, a hablar a la ligera
de su persona o de su nombre; o sostiene doctrinas que infringen la plenitud de la verdad con respecto a su
naturaleza divina, su pureza, su expiación, es prueba de que no está bajo la influencia del Espíritu de Dios.
Justamente en la medida en que menosprecie esa obra o nombre, solo en esa proporción da evidencia de
que no está influenciado por el Espíritu Divino; sino por razón soberbia, o por imaginación, o por un
corazón que no está reconciliado con Dios.
(5) toda religión verdadera es la producción del Espíritu Santo. Porque la religión consiste esencialmente en
la voluntad de honrar, amar y servir al Señor Jesucristo; y donde eso existe, es producido por el Espíritu
Santo.
(6) debe valorarse la influencia del Espíritu Santo. Entristecer a ese Espíritu es alejar del alma todo
conocimiento apropiado del Redentor; hacer esto es dejar el corazón a la frialdad, a la oscuridad, a la
esterilidad ya la muerte espiritual.
1 Corintios 12:4
Ahora bien, hay diversidad de dones - Hay diferentes dones conferidos a los cristianos. Para conocer el
significado de la palabra "dones", véase la nota en Rom_1:11; comparar Rom_5:15-16; Rom_6:23;
Rom_11:29; Rom_12:6; 1Co_1:7; 1Co_7:7.
Pero el mismo Espíritu - Producido por el mismo Espíritu - el Espíritu Santo. Cuáles son esas diversidades de
dones, el apóstol enumera en 1Co_12:8-11. El diseño por el cual se refiere a estas diversas dotes es
evidentemente para mostrar a aquellos a quienes se dirige, que puesto que todas son producidas por el
mismo Espíritu Santo, todas tienen el mismo origen divino, y todas están destinadas a responder a algún
propósito importante y terminan en la iglesia cristiana, que, por lo tanto, ninguno debe ser despreciado; ni
un hombre debe considerarse autorizado para tratar a otro con desprecio. El Espíritu ha dividido y
conferido esos dones según su voluntad soberana; y sus arreglos deben ser considerados con sumisión, y
los favores que concede deben ser recibidos con agradecimiento. Que el Espíritu Santo - la tercera persona
de la Trinidad adorable - se refiere aquí a la palabra "Espíritu", parece ser manifiesto en la faz del pasaje, y
ha sido la interpretación recibida de la iglesia hasta que fue puesto en duda por algunos comentaristas
alemanes recientes, a la cabeza de los cuales estaba Eichhorn. No es el diseño de estas notas entrar en un
examen de cuestiones de crítica, tal como implicaría una investigación como esta. Tampoco es necesario.
Algunos de los argumentos por los que se defiende la interpretación común son los siguientes:
(1) Es la interpretación obvia. Es lo que se le ocurre a la gran masa de lectores, como la exposición
verdadera y correcta.
(2) concuerda con el significado usual de la palabra Espíritu. No se le puede dar aquí ningún otro sentido
inteligible a la palabra. Decir, con Eichhorn, que significa “naturaleza”, que existen las mismas dotes
naturales, aunque cultivadas en diversas medidas por el arte y la educación, manifiesta una tontería y es
contrario a toda la estructura y alcance del pasaje.

4. (3) concuerda con todas las demás declaraciones en el Nuevo Testamento, donde las investiduras aquí
referidas a “sabiduría”, “conocimiento”, “fe”, “obra de milagros”, etc., se relacionan con el Espíritu Santo, y
son considerados como su regalo.
(4) la armonía, la concisión del pasaje se destruye al suponer que se refiere a algo más que al Espíritu Santo.
En este versículo se reconoce la agencia del Espíritu y se hace referencia a sus operaciones en la mente; en
el versículo siguiente se hace referencia a la agencia del Hijo de Dios (ver la nota en el versículo); y en el
siguiente versículo, la agencia de Dios - evidentemente el Padre - se pone de manifiesto; y así todo el pasaje
1Co_12:4-6 presenta una visión conectada de las operaciones realizadas por el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo en la obra de la redención. Negar que este versículo se refiere al Espíritu Santo es romper la armonía
de todo el pasaje y dejarlo sin sentido en gran medida. Pero si esto se refiere al Espíritu Santo, entonces es
un argumento incontrovertible a favor de su personalidad, y de que es igual al Padre y al Hijo.
1 Corintios 12:5
De administraciones - Margen, “Ministerios”. La palabra denota propiamente “ministerios”; de modo que
hay diferentes rangos y grados en los ministerios que Cristo ha designado, a saber, los especificados en
1Co_12:9-10, 1Co_12:28.
Pero el mismo Señor - Esto se refiere evidentemente al Señor Jesús, por quien fueron designados estos
diversos órdenes de ministros, y bajo cuyo control están; ver la nota en Act_1:24; comparar Ef_4:5. El
término “Señor”, cuando aparece solo en el Nuevo Testamento, generalmente se refiere al Señor Jesús, el
nombre por el cual los discípulos lo conocían comúnmente; ver Juan_20:25. El hecho también de que esto
se interpone entre la mención de la obra del Espíritu 1Co_12:4 y la obra de Dios 1Co_12:6, y el hecho de
que al Señor Jesús le correspondía el nombramiento de estos diversos grados de oficiales en la iglesia
(comparar Mat_10 :1 ff, y Luk_10:1 ff), es una prueba más de que esto se refiere a él. El diseño del verso es
mostrar que todos estos oficios fueron designados por él; y que puesto que todo era su nombramiento, y
todo era necesario, nadie debía enorgullecerse de una posición elevada; nadie debe estar deprimido, o
sentirse degradado, porque ha sido designado para un oficio más humilde.
1 Corintios 12:6
De operaciones - De obras; a saber, de milagros, como los que Dios produce en la iglesia, en el
establecimiento y defensa de su religión. Hay diferentes operaciones sobre la mente y el corazón; y
diferentes poderes dados al hombre, o diferentes calificaciones en la construcción y defensa de su causa. O
puede ser, posiblemente, que Pablo se refiera aquí a las obras de Dios principalmente como una mera
"ilustración", y con la palabra "operaciones" se refiera a las obras que Dios ha realizado en la creación y
providencia. Sus obras son varias. No son todos iguales, aunque vienen de la misma mano. El sol, la luna, las
estrellas, la tierra son diferentes; los árboles del bosque, las bestias del campo, las aves del cielo, los
habitantes de las profundidades son diferentes; las flores, los arbustos y las hierbas son diferentes entre sí;
aún. por mucho que varíen, están formados por la misma mano. son las producciones del mismo Dios,
deben ser consideradas como pruebas de la misma sabiduría y poder. Lo mismo debe esperarse de su
iglesia; y debemos anticipar que las dotaciones de sus miembros serían varias.
Pero es el mismo Dios - El mismo Padre; todas estas operaciones son producidas por el mismo Dios. No
deben, por tanto, ser menospreciados o despreciados; nadie debe estar indebidamente exaltado, ni debe
enorgullecerse de lo que ha sido conferido solo por Dios.
Con todo, todas estas operaciones deben atribuirse a él. Su agencia está en todas partes. Se ve tan
realmente en el ala del insecto como en las extremidades del mamut; tanto en la violeta más humilde como
en el roble más alto del bosque. Todos, por lo tanto, deben considerarse bajo su dirección y deben
someterse a sus arreglos. Si las personas consideran sus dotes como un don de Dios, estarán agradecidos

5. por ellas y no estarán dispuestas a despreciar o menospreciar a otros que han sido colocados en una
condición y rango más humildes en la iglesia.
1 Corintios 12:7
Pero la manifestación del Espíritu - La palabra “manifestación” (φανέρωτις fanerōtis) significa propiamente
aquello que hace manifiesto, conspicuo o claro; lo que ilustra, o hace que cualquier cosa sea vista o
conocida. Así, la conducta manifiesta el estado del corazón; y las acciones son una manifestación, o
"mostrar" de los sentimientos reales. La idea aquí es que se les da a aquellos a los que se hace referencia,
tales regalos. dotes o gracias que “manifiesten” la obra y la naturaleza de las operaciones del Espíritu en la
mente; dones tales como el Espíritu se da a conocer a la gente. Todo lo que produce en la mente es
manifestación de su carácter y obra, del mismo modo que las obras de Dios en la creación visible son
manifestación de sus perfecciones.
Es dado a cada hombre - A cada hombre cuyo caso está bajo consideración aquí. La idea no es en absoluto
que la manifestación del Espíritu se dé a todas las personas indistintamente, a los paganos, a los infieles, a
los escarnecedores tanto como a los cristianos. El apóstol está hablando sólo de aquellos que son
cristianos, y su declaración debe limitarse a ellos solamente. Cualquiera que sea la verdad de otras
personas, esta declaración debe limitarse por completo a los cristianos, y significa simplemente que el
Espíritu de Dios da a cada cristiano las gracias y dones que le plazca; que distribuye sus dones a todos, no
por igual, sino de la manera que él elija; y que el propósito de esto es que todos los cristianos usen sus
dones para el bien común. Este pasaje, por lo tanto, se aduce muy impropiamente para probar que los
dones y las gracias del Espíritu Santo se confieren por igual a todas las personas, y que los paganos, los
blasfemos y los pecadores en general están bajo sus influencias iluminadoras. No hace referencia a tal
doctrina, pero debe interpretarse como que se refiere únicamente a los cristianos y las diversas dotaciones
que se les confieren.
Para sacar provecho - (πρὸς τὸ συμθέρον pros to sumtheron). para beneficio; es decir, por utilidad o uso; o
para ser una ventaja para la iglesia; por el bien común de todos. Esto no quiere decir que cada uno deba
cultivar y mejorar sus gracias y dones, por verdaderos que sean, sino que deben ser usados para el bien
común de la iglesia; se otorgan “por utilidad” o “beneficio”; se confieren en las medidas y de la manera que
mejor se adaptan para ser útiles y para hacer el bien. No se otorgan a todos por igual, sino de tal manera
que sirvan mejor a los intereses de la piedad y de la iglesia, y que tiendan armoniosamente a llevar a cabo
los grandes intereses de la religión y fomentar el bienestar de todo el cuerpo cristiano. La doctrina de este
versículo es, por lo tanto:
(1) Que el Espíritu Santo otorga tales dones a todos los cristianos como le plazca; y,
(2) Que el diseño es, de la mejor manera para promover el bienestar común - la paz y la edificación de toda
la iglesia.
De esto se sigue:
(1) Que ningún cristiano debe exaltarse indebidamente, como si fuera más digno que los demás, ya que sus
dones son el simple don de Dios;
(2) Que ningún cristiano debe estar deprimido y descorazonado, como si ocupara una posición inferior o sin
importancia, ya que su lugar también le ha sido asignado por Dios;
(3) Que todos deben estar contentos y satisfechos con sus asignaciones en la iglesia, y deben esforzarse
solo por hacer el mejor uso de sus talentos y dotes; y,
(4) Que todos deberían emplear su tiempo y talentos para la utilidad común; para el avance del bienestar
común y el avance del reino de Cristo en la tierra.

6. 1 Corintios 12:8
Porque a uno le es dado - Para mostrar a qué dones se refiere, el apóstol aquí particulariza los varios dones
que el Espíritu Santo imparte en la iglesia.
Por el Espíritu - Por el Espíritu Santo; por su agencia en la mente y el corazón.
La palabra de sabiduría - Alguien a quien él ha dotado de sabiduría, o ha hecho que se distinga por puntos
de vista sabios, prudentes y comprensivos del esquema de la redención, y con la facultad de explicarlo
claramente a la comprensión de la gente. No es seguro que el apóstol quisiera decir que esta era la
investidura más importante o más elevada porque la coloca en primer lugar en el orden. Su propósito no
parece ser observar el orden de importancia y valor, sino declarar, como se le ocurrió, el hecho de que
estas diversas dotaciones habían sido conferidas a diferentes personas en la iglesia. El sentido es que un
hombre sería prominente y distinguido como un hombre sabio: un consejero, instructor y consejero
prudente.
A otro la palabra de conocimiento - Otro se distinguiría por conocimiento. Sería erudito; tendría una visión
clara del plan de salvación, y de las doctrinas y deberes de la religión. La misma variedad se observa en el
ministerio en todo tiempo. Un hombre es eminente como sabio; otro como hombre de inteligencia y
conocimiento; y ambos pueden ser igualmente útiles en su lugar en la iglesia.
Por el mismo Espíritu - Todo debe ser atribuido al mismo Espíritu; todo, pues, puede ser realmente útil y
necesario; y el uno no debe enorgullecerse de sus dotes por encima del otro.
1 Corintios 12:9
A otra fe - Otro se distinguirá por la simple confianza en Dios; y su investidura también es dada por el
mismo Espíritu. Muchas de las personas más útiles en la iglesia se distinguen principalmente por su sencilla
confianza en las promesas de Dios; ya menudo logran más por la oración y por su fe en Dios que otros que
se distinguen por su sabiduría y aprendizaje. Humilde piedad y confianza en las promesas divinas, y esa
medida de ardor, intrepidez y celo que resultan de tal confianza; esa creencia de que todos los obstáculos
deben ser y serán superados que se oponen al evangelio; y que Dios asegurará el avance de su causa, a
menudo hará infinitamente más en la promoción de su reino que las más espléndidas dotes de
conocimiento y talento. De hecho, si un hombre estuviera dispuesto a hacer el bien en la mayor escala
posible, a hacer todo lo posible para salvar a la gente, lo lograría mejor buscando la simple "fe" en la ayuda
y las promesas de Dios, y luego bajo la influencia de esto, se dedicó con ardor a hacer lo que pudo. La fe es
una de las más altas dotes de la vida cristiana; y sin embargo, aunque todos pueden obtenerlo, es una de
las dotes más raras. Quizás por muchos sea despreciado, porque puede ser obtenido por todos; porque es
una gracia en la que tanto pueden distinguirse los pobres y los humildes como el hombre de espléndidos
talentos y de profunda ciencia.
A otro, dones de sanidad - Ver Mar_16:18. Esto fue prometido a los discípulos del Salvador; y en la iglesia
primitiva fue conferida a muchos; comparar Act_5:12, Act_5:15-16; Act_19:12. Parecería por este pasaje
que el don de curación fue conferido a algunos en un grado más eminente que a otros.
1 Corintios 12:10
A otro el hacer milagros - Los comentaristas han sentido cierta perplejidad al distinguir esto de lo que se
menciona en 1Co_12:9, del don de sanidad. es evidente que el apóstol allí se refiere al poder de obrar
milagros en la curación de enfermedades inveteradas y violentas. La expresión utilizada aquí, “obra de
milagros” (ἐνεργήματα δυναμέων energēmata dunameōn) se refiere probablemente a los tipos de milagros
más “extraordinarios” e “inusuales”; a los que se consideraban adelantados al poder de curar
enfermedades. Es posible que pueda denotar lo que el Salvador se refirió en Mar_16:18, donde dijo que
debían tomar serpientes, y si bebían algo mortífero, no les haría daño; y posiblemente también al poder de

7. resucitar a los muertos. Es bien sabido que los apóstoles poseían este poder; y es posible que también lo
poseyeran otros de los primeros cristianos. Es claro por todo esto que había una diferencia incluso entre
aquellos que tenían el poder de hacer milagros, y que este poder se confería en un grado más eminente a
unos que a otros. De hecho, las dotes "extraordinarias" conferidas a los apóstoles y los primeros cristianos
parecen haber sido reguladas en un grado notable de acuerdo con la regla por la cual las dotes "ordinarias"
se confieren a las personas. Aunque todas las personas tienen entendimiento, memoria, imaginación,
fuerza corporal, etc., sin embargo, uno las tiene en un grado más eminente que otros; y uno se caracteriza
por la posesión de una de esas cualidades más que por otra. Sin embargo, todos son otorgados por el
mismo Dios. Así fue con respecto a las extraordinarias dotes conferidas a los primeros cristianos; comparar
1 Cor. 14, especialmente 1Co_14:32.
A otra profecía; - Ver la nota en Rom_12:6.
Para otro discernimiento de espíritus - compare 1Jo_4:1. Esto debe referirse a algún poder de escudriñar
los secretos del corazón; de saber cuáles eran los propósitos de un hombre. opiniones y sentimientos.
Puede relacionarse con el poder de determinar por qué espíritu habló un hombre que pretendía estar
inspirado, si estaba verdaderamente inspirado o si era un impostor; o puede referirse al poder de ver si un
hombre era sincero o no en su profesión cristiana. Que los apóstoles tenían este poder, se desprende del
caso de Ananías y Safira, Act_5:1-10, y del caso de Elimas, Act_13:9-11. Es evidente que donde se poseía el
don de profecía e inspiración, y donde conferiría tales ventajas a quienes lo poseían, habría muchos
pretendientes; y que sería de gran importancia para la iglesia naciente, a fin de evitar la imposición, que
hubiera un poder en la iglesia para detectar la impostura.
A otro diversos géneros de lenguas - El poder de hablar varios idiomas; ver Act_2:4, Act_2:7-11. Este pasaje
también parece implicar que las extraordinarias dotes del Espíritu Santo no fueron conferidas a todos por
igual.
A otro la interpretación de lenguas - El poder de interpretar lenguas extranjeras; o de interpretar el
lenguaje que pudieran usar los “profetas” en sus comunicaciones; vea la nota en 1Co_14:27. Esta era
evidentemente una facultad diferente del poder de hablar una lengua extranjera; y, sin embargo, podría ser
igualmente útil. Parecería posible que algunos pudieran haber tenido el poder de hablar lenguas
extranjeras que no estaban al tanto del significado, y que los intérpretes fueran necesarios para expresar el
sentido a los oyentes. O puede haber sido que en una asamblea promiscua, o en una asamblea formada por
los que hablaban lenguas diferentes, una parte hubiera entendido lo que se decía, y era necesario que un
intérprete se lo explicara a la otra parte; ver las notas en 1Co_14:28.
Romanos 12:6
Teniendo, pues, dones - Todas las dotes que tienen los cristianos son consideradas por el apóstol como
dones. Dios los ha conferido; y este hecho, cuando se siente correctamente, tiende mucho a impedir que
nos consideremos más elevados de lo que deberíamos pensar, Rom_12:3. Para el uso de la palabra
traducida como "dones", véase Rom_1:11; Rom_5:15-16; Rom_6:23; Rom_11:29; 1Co_7:7; 1Co_12:4,
1Co_12:9, 1Co_12:28, etc. Puede referirse tanto a las dotes naturales como a los favores de la gracia;
aunque en este lugar se refiere sin duda a las distinciones conferidas a los cristianos en las iglesias.

8. Diferente - Nunca fue diseñado que todos los cristianos deberían ser iguales. Dios diseñó que las personas
tuvieran diferentes dotes. La naturaleza misma de la sociedad supone esto. Nunca hubo un estado de
perfecta igualdad en nada; y sería imposible que existiera y, sin embargo, preservara la sociedad. En esto,
Dios ejerce una soberanía, y otorga sus favores como le place, sin dañar a nadie concediendo favores a
otros; y haciéndome responsable del buen uso de lo que tengo, y no de lo que pueda conferirse a mi
prójimo.
Según la gracia - Es decir, el favor, la misericordia que se nos concede. Como todo lo que tenemos es
cuestión de gracia, debe guardarnos del orgullo; y debe hacernos estar dispuestos a ocupar nuestro lugar
apropiado en la iglesia. El verdadero honor no consiste en dotes espléndidas, o gran riqueza y función.
Consiste en cumplir correctamente los deberes que Dios requiere de nosotros en nuestra esfera apropiada.
Si todas las personas tuvieran sus talentos como un don de Dios; si todos encontraran y ocuparan en la
sociedad el lugar para el que Dios los designó, se evitaría una parte no pequeña del malestar, la inquietud,
la ambición y la miseria del mundo.
Ya sea profecía: el apóstol ahora procede a especificar las diferentes clases de dones o dotes que tienen los
cristianos, y a exhortarlos a cumplir correctamente el deber que resulta del rango o función que tenían en
la iglesia. “La primera es la profecía”. Esta palabra propiamente significa predecir eventos futuros, pero
también significa declarar la voluntad divina; interpretar los propósitos de Dios; o para dar a conocer de
alguna manera la verdad de Dios, que está diseñada para influir en las personas. Su primer significado es
predecir o predecir eventos futuros; pero como quienes hacían esto eran mensajeros de Dios, y como
comúnmente se relacionaban con tales predicciones, instrucciones y exhortaciones con respecto a los
pecados, peligros y deberes de las personas, la palabra pasó a denotar a cualquiera que advirtiera o
amenazara, o de alguna manera comunicó la voluntad de Dios; e incluso aquellos que expresaron
sentimientos de devoción o alabanza. El nombre en el Nuevo Testamento se relaciona comúnmente con los
maestros; Act_13:1, “Había en la iglesia de Antioquía ciertos profetas y maestros, como Bernabé, etc.;”
Act_15:32, “y Judas y Silas, siendo ellos mismos profetas, etc.;” Act_21:10, “un profeta llamado Agabo.” En
1Co_12:28-29, los profetas son mencionados como una clase de maestros inmediatamente después de los
apóstoles, “Y a unos puso Dios en la iglesia; primeramente apóstoles, luego profetas; en tercer lugar
maestros, etc.”
La misma clase de personas se menciona nuevamente en 1Co_14:29-32, 1Co_14:39. En este lugar se habla
de ellos como si estuvieran bajo la influencia de la revelación: “Los profetas hablen dos o tres, y el otro
juzgue. Si algo le es revelado a otro que está sentado, que calle el primero. Y los espíritus de los profetas
están sujetos a los profetas;” 1Co_14:39, “Codiciad el profetizar, y no prohibáis hablar en lenguas.” En este
lugar se mencionan dotaciones bajo el nombre de profecía evidentemente antes incluso del poder de
hablar en lenguas. Sin embargo, todos estos debían estar sujetos a la autoridad del apóstol. 1Co_14:37. En
Efesios 4:11, se mencionan nuevamente en el mismo orden; “Y dio algunos apóstoles; y algunos profetas; y
algunos evangelistas; y algunos pastores, y maestros, etc.” De estos pasajes, las siguientes cosas parecen
claras en relación con esta clase de personas:
(1) Eran una orden de maestros distintos de los apóstoles, y junto a ellos en autoridad y rango.
(2) estaban bajo la influencia de la revelación, o inspiración en cierto sentido.
(3) tenían el poder de controlarse a sí mismos y de hablar o guardar silencio como quisieran. Tenían el
poder de usar sus dones proféticos como nosotros tenemos las facultades ordinarias de nuestra mente y,
por supuesto, también de abusar de ellos. Este abuso se manifestó también en el caso de los que tenían el
poder de hablar en lenguas, 1Co_14:2, 1Co_14:4, 1Co_14:6, 1Co_14:11, etc.
(4) estaban sujetos a los apóstoles.
(5) eran superiores a los demás maestros y pastores de la iglesia.

9. (6) el oficio o la investidura fue temporal, diseñado para el asentamiento y establecimiento de la iglesia; y
luego, como el oficio apostólico, habiendo cumplido su propósito, ser desuso y cesar. De estas
observaciones, también, se verá la conveniencia de regular esta función por la autoridad apostólica; o
declarando, como El apóstol hace aquí, la manera o regla por la cual este don debía ser ejercido.
Según la proporción: esta palabra ἀναλογίαν analogian no se usa en ningún otro lugar del Nuevo
Testamento. La palabra se aplica propiamente a las matemáticas (Scheusner), y significa la razón o
proporción que resulta de la comparación de un número o magnitud con otro. En un sentido amplio, por lo
tanto, cuando se aplica a otros temas, denota la medida de cualquier cosa. Para nosotros quiere decir
analogía, o la congruencia o semejanza descubierta entre una cosa y otra, como decimos que hay analogía
o semejanza entre las verdades enseñadas por la razón y la revelación. (Ver la analogía de Butler.) Pero este
no es su significado aquí. Significa la medida, la cantidad de fe que les fue otorgada, porque los estaba
exhortando a Rom_12:3. “Pensad sobriamente, conforme a la medida de la fe que Dios ha dado a cada
uno.” La palabra “fe” aquí significa evidentemente, no las verdades de la Biblia reveladas en otra parte; ni
su confianza en Dios; ni su piedad personal; sino la extraordinaria dote que les otorgan los dones de
profecía.
Debían limitarse estrictamente a eso; no debían usurpar la autoridad apostólica, ni intentar ejercer su
función especial; pero debían limitarse estrictamente a las funciones de su oficio según la medida de su fe,
es decir, la dotación extraordinaria que se les confería. La palabra "fe" se usa a menudo para denotar esa
extraordinaria confianza en Dios que acompañó la realización de milagros, etc., Mat_17:26; Mat_21:21;
Lucas 17:6. Si esta es la interpretación justa del pasaje, entonces está claro que la interpretación que lo
aplica a los sistemas de teología, y que exige que interpretemos la Biblia de acuerdo con el sistema, es
totalmente injustificada. Debe referirse únicamente a esta clase de maestros religiosos, sin referencia a
ningún sistema de doctrina, oa cualquier cosa que haya sido revelada a cualquier otra clase de personas; o
sin afirmar que haya alguna semejanza entre una verdad y otra. Todo eso puede ser cierto, pero no es la
verdad enseñada en este pasaje. Y es igualmente claro que el pasaje no debe aplicarse a los maestros
ahora, excepto como una ilustración del principio general de que incluso aquellos dotados de grandes y
espléndidos talentos no deben sobreestimarlos, sino considerarlos como el don de la Dios; ejercerlos con
sujeción a su designación y procurar emplearlos en la forma, el lugar y con el fin que sea conforme a su
voluntad. Deben emplearlos en el propósito para el cual Dios los dio; y para ningún otro.
Romanos 12:7
O ministerio - διακονίαν diakonian. Esta palabra propiamente significa servicio de cualquier tipo;
Luk_10:40. Se usa en religión para denotar el servicio que se rinde a Cristo como Maestro. Se aplica a todas
las clases de ministros en el Nuevo Testamento, indicando que son siervos de Cristo; y se usa
particularmente para denotar esa clase que de esta palabra fueron llamados diáconos, es decir, aquellos
que tenían el cuidado de los pobres, que proveían para los enfermos, y que velaban por los asuntos
externos de la iglesia. En los siguientes lugares se usa para denotar el ministerio o servicio que Pablo y los
demás apóstoles prestaron en su obra pública; Act_1:17, Act_1:25; Act_6:4; Act_12:25; Act_20:24;
Act_21:19; Rom_11:13; Rom_15:31; 2Co_5:18; 2Co_6:3; Efe_4:12; 1Ti_1:12. En unos pocos lugares se usa
esta palabra para denotar la función que cumplían los diáconos; Act_6:1; Act_11:29; 1Co_16:15; 2Co_11:8.
En este sentido, la palabra "diácono" διάκονος diakonos se usa más comúnmente, para denotar la función
que se realizaba para proveer a los pobres y administrar las limosnas de la iglesia. No es fácil decir en qué
sentido se usa aquí. Me inclino a la opinión de que no se refería a los que propiamente se llamaban
diáconos, sino a los que se ocupaban en la función del ministerio de la palabra; cuyo negocio era predicar, y
así servir a las iglesias. En este sentido, la palabra se usa a menudo en el Nuevo Testamento, y la conexión
parece exigir aquí la misma interpretación.

10. Sobre nuestro ministerio - Ocupémonos total y diligentemente en esto. Que éste sea nuestro gran negocio,
y prestémosle total atención. Particularmente la conexión requiere que entendamos esto como dirigiendo
a aquellos que ministraron a no aspirar al oficio y honores de aquellos que profetizaron. Que no piensen de
sí mismos más de lo que deberían, sino que se dediquen por completo a su propio trabajo apropiado.
El que enseña: esta palabra denota a aquellos que instruyen o comunican conocimiento. Está claro que se
usa para denotar una clase de personas diferentes, en algunos aspectos, de los que profetizaron y de los
que exhortaron. Pero en qué consistía esta diferencia, no está claro. Los maestros se mencionan en el
Nuevo Testamento en el grado junto a los profetas; Act_13:1; 1Co_12:28-29; Efe_4:11. Quizás la diferencia
entre los profetas, los ministros, los maestros y los exhortadores fue esta, que los primeros hablaron por
inspiración; el segundo se ocupaba de todas las funciones del ministerio propiamente dicho, incluida la
administración de los sacramentos; los maestros se dedicaban a comunicar la instrucción simplemente,
enseñando las doctrinas de la religión, pero sin asumir la función de ministros; y el cuarto exhortaba o
suplicaba a los cristianos que llevaran una vida santa, sin convertirla en un tema particular para enseñar, y
sin pretender administrar las ordenanzas de la religión.
El hecho de que los maestros se mencionen tan a menudo en el Nuevo Testamento muestra que eran una
clase en sí mismos. Puede ser digno de mención que las iglesias en Nueva Inglaterra tenían, al principio, una
clase de personas que eran llamadas maestros. En cada iglesia se nombraba a uno para este oficio, distinto
del pastor, cuya función propia era instruir a la congregación en las doctrinas de la religión. Lo mismo existe
sustancialmente ahora en la mayoría de las iglesias, en el nombramiento de maestros de escuela dominical,
cuyo principal negocio es instruir a los niños en las doctrinas de la religión cristiana. Es un oficio de gran
importancia para la iglesia; y se les puede aplicar la exhortación del apóstol: que sean asiduos, constantes,
diligentes en su enseñanza; que se confinaran en el lugar que les corresponda; y deben sentir que su oficio
es de gran importancia en la iglesia de Dios; y recuerda que este es su arreglo, diseñado para promover la
edificación de su pueblo.
Romanos 12:8
El que exhorta: esta palabra denota apropiadamente a alguien que insta a los deberes prácticos de la
religión, a diferencia de uno que enseña sus doctrinas. Aquel que presenta las advertencias y las promesas
de Dios para incitar a los hombres a cumplir con su deber. Está claro que hubo personas que fueron
reconocidas como dedicadas especialmente a este deber, y que fueron conocidas por este apelativo, a
diferencia de los profetas y maestros. Cuánto tiempo continuó esto, no hay forma de determinarlo; pero no
se puede dudar que todavía puede ser conveniente, en muchos tiempos y lugares, tener personas
designadas para este trabajo. En la mayoría de las iglesias, este deber ahora se combina con las otras
funciones del ministerio.
El que da - Margen, "impartir". La palabra denota la persona cuya función era distribuir; y probablemente
designa al que distribuía las limosnas de la iglesia, o al que era el diácono de la congregación. La conexión
requiere que se le dé este significado al pasaje: y la palabra traducida “da” puede denotar a alguien que
imparte o distribuye lo que se le ha encomendado para ese propósito, así como a alguien que da de su
propiedad privada. Como el apóstol está hablando aquí de oficios en la iglesia, el primero es evidentemente
lo que se pretende. Se consideró un asunto importante entre los primeros cristianos el impartir
generosamente de sus bienes para apoyar a los pobres y proveer para los necesitados: Act_2:44-47;
Act_4:34-37; Act_5:1-11; Gal_2:10; Rom_15:26; 2Co_8:8; 2Co_9:2, 2Co_9:12. Por tanto, se hizo necesario
nombrar personas sobre estas contribuciones, que deberían estar especialmente encargadas de su
administración, y que velarían por que fueran debidamente distribuidas; Act_6:1-6. Estas eran las personas
que se denominaban diáconos; fi_1:1; 1Ti_3:8, 1Ti_3:12.

11. Con sencillez - ver Mat_6:22, "Si tu ojo fuere bueno", etc.; Lucas_11:34. La palabra “simplicidad” ἁπλοτής
haplotēs se usa en un sentido similar para denotar unicidad, honestidad de objetivo, pureza, integridad, sin
ninguna mezcla de un fin bajo, egoísta o siniestro. Requiere el otorgamiento de un favor sin buscar fines
personales o egoístas; sin parcialidad; pero accionados únicamente por el deseo de otorgarlos de la mejor
manera posible para promover el objeto para el cual fueron entregados; 2Co_8:2; 2Co_9:11, 2Co_9:13;
2Co_1:12; Efe_6:5; Col_3:22. Es claro que cuando se les confiaba la propiedad, habría peligro de que se
sintieran tentados a emplearla para fines egoístas y siniestros, para promover su influencia y prosperidad; y
por eso, el apóstol los exhortó a hacerlo con un solo fin al objeto para el cual fue dado. Bien sabía él que no
había nada más tentador que la posesión de riquezas, aunque se dieran para que otros las apropiaran. Y
esta exhortación se aplica no solo a los diáconos de las iglesias, sino a todos los que en este día de
benevolencia cristiana se les confía dinero para hacer avanzar el reino del Señor Jesucristo.
El que gobierna - Esta palabra apropiadamente designa a alguien que está puesto sobre otros, o que
preside o gobierna, o uno que atiende con diligencia y cuidado a una cosa. En 1Tes_5:12, se usa en relación
con los ministros en general: “Y os rogamos, hermanos, que sepáis a los que trabajan entre vosotros, y
están sobre vosotros en el Señor;” 1Ti_3:4-5, 1Ti_3:12, se aplica al cabeza de familia, o al que diligente y
fielmente cumple el deber de un padre: “El que gobierna bien su casa;” 1Ti_5:17, se aplica a los “ancianos”
en la iglesia: “Los ancianos que gobiernen bien, etc.” No se usa en ninguna otra parte excepto en Tit_3:8,
Tit_3:14, en un sentido diferente, donde se traduce como "mantener buenas obras". El sentido
prevaleciente de la palabra, por lo tanto, es gobernar, presidir o tener la dirección de. Pero a qué clase de
personas se hace referencia aquí, y cuál era precisamente su deber, ha sido materia de controversia, y no
es fácil de determinar. Si esto se refiere a un oficio permanente en la iglesia, oa un presidente ocasional en
sus asambleas convocadas para negocios, etc., no se determina por el uso de la palabra. Tiene la idea de
gobernar, como en una familia, o de presidir, como en una asamblea deliberada; y cualquiera de estas ideas
transmitiría todo lo que está implícito en la palabra original; comparar 1Co_12:28.
Con diligencia - Esta palabra propiamente significa prisa Mar_6:25; Lucas_1:39; pero también denota
industria, atención, cuidado; 2Co_7:11, “¡Qué cuidado hizo en vosotros!”; 2Co_7:12, “Que nos
preocupemos por vosotros delante de Dios, etc.;” 2Co_8:7-8, (griego) Heb_6:11. Significa aquí que deben
estar atentos a los deberes de su vocación y comprometerse con ardor en lo que se les ha encomendado
hacer.
El que hace misericordia - Es probable, dice Calvino, que esto se refiera a aquellos que tenían el cuidado de
los enfermos y enfermos, los ancianos y los necesitados; no tanto para proveerles con caridad, cuanto para
asistirlos en su aflicción, y cuidarlos. A los diáconos se encomendó el deber de distribuir limosnas, pero a
otros el de asistencia personal. Esto difícilmente puede llamarse una oficina, en el sentido técnico; y, sin
embargo, no es improbable que fueran designados para esto por la iglesia, y se les pidiera que lo hicieran.
No había hospitales ni casas de beneficencia. Los cristianos sintieron que era su deber mostrar atención
personal a los débiles y enfermos; y tan importante era su función, que se consideró digno de mención en
una dirección general a la iglesia.
Con alegría - La instrucción dada a los que repartían limosnas era que lo hicieran con sencillez, con el
objetivo honesto de cumplir con el propósito para el cual se les había confiado. La dirección aquí varía
según el deber a realizar. Debe hacerse con alegría, agrado, gozo; con un temperamento amable, benigno y
alegre. La importancia de esta dirección para aquellos en esta situación es evidente. Nada tiende tanto a
realzar el valor de la asistencia personal a los enfermos y afligidos, como un temperamento amable y
alegre. Si en algún lugar se necesita una disposición apacible, amable, alegre y paciente, es cerca del lecho
de un enfermo, y cuando se atienden las necesidades de los que están en aflicción. Y siempre que seamos
llamados a tal servicio, debemos recordar que éste es indispensable. Si se descubre en nosotros malhumor,
impaciencia o irritabilidad, esto afligirá a aquellos a quienes tratamos de beneficiar, amargará sus
sentimientos y hará que nuestros servicios sean comparativamente de poco valor. Los necesitados y los
enfermos, los débiles y los ancianos, tienen bastante que soportar sin la impaciencia y la aspereza de los

12. amigos profesos. Puede agregarse que el ejemplo del Señor Jesucristo es el más brillante que el mundo ha
proporcionado de este temperamento. Aunque constantemente rodeado por los enfermos y los afligidos,
siempre fue amable, gentil y apacible, y nos ha dejado exactamente lo que quiso decir el apóstol cuando
dijo: “el que hace misericordia con alegría”. El ejemplo del buen samaritano es también otro ejemplo de lo
que se pretende con esta dirección; comparar 2Co_9:7. Esta dirección es particularmente aplicable a un
médico.
Tenemos aquí un relato del establecimiento, el orden y los deberes de los diferentes miembros de la iglesia
cristiana. La suma de todo esto es que desempeñemos con fidelidad los deberes que nos corresponden en
la esfera de la vida en que estamos colocados; y no menospreciar el rango que Dios nos ha asignado; no
pensar en nosotros mismos más alto de lo que deberíamos; sino hacer bien nuestra parte, de acuerdo con
la posición en que estamos colocados y los talentos con los que estamos dotados. Si se hiciera esto, se
pondría fin al descontento, la ambición y la lucha, y se producirían las bendiciones de la paz y el orden
universales.
1 Pedro 4:10
Como cada uno ha recibido el don - La palabra traducida como “el don” (χάρισμα charisma,) en griego, sin
el artículo, significa “dotación” de cualquier tipo, pero especialmente la conferida por el Espíritu Santo.
Aquí parece referirse a toda clase de dones por los cuales podemos hacer el bien a los demás;
especialmente toda clase de calificación provista por la religión por la cual podemos ayudar a otros. No se
refiere aquí particularmente al ministerio de la palabra -aunque es aplicable a eso, e incluye eso- sino a
todos los dones y gracias por los cuales podemos contribuir al bienestar de los demás. Todo esto se
considera como un don o carisma de Dios. No se debe a nosotros mismos, sino que debe atribuirse a él.
Vea la palabra explicada en las notas en 1Ti_4:14.
Así también ministrad lo mismo a otro - En cualquier cosa en que podáis beneficiar a otro. Considerad lo
que tenéis y lo que no tienen como un don que Dios os ha concedido para el bien común, y estad
dispuestos a impartirlo según lo exijan las necesidades de los éteres. La palabra “ministrar” aquí
(διακονοῦντες diakonountes) se referiría a cualquier tipo de ministerio, ya sea por consejo, por consejo, por
suplir las necesidades de los pobres, o por predicación. Aquí no se hace referencia a ninguno de estos
exclusivamente; sino que significa que en cualquier cosa que Dios nos haya favorecido más que a otros,
debemos estar listos para ministrar a sus necesidades. Véase 2Ti_1:18; 2Co_3:8; 2Co_8:19-20.
Como buenos administradores - Considerándoos a vosotros mismos como meros administradores de Dios;
es decir, designado por él para hacer este trabajo por él, y confiado por él con lo que es necesario para
beneficiar a otros. Él tiene la intención de hacerles bien, pero quiere hacerlo a través de tu instrumento, y
te ha confiado a ti como mayordomo lo que se propuso conferirles. Esta es la idea verdadera, con respecto
a cualquier dotación especial de talento, propiedad o gracia, que podamos haber recibido de Dios.
Compare las notas de 1Co_4:1-2; Luk_16:1-2, Luk_16:8 notas.
De la multiforme gracia de Dios - La gracia o favor de Dios manifestado de muchas maneras, o por una
variedad de dones. Sus favores no se limitan a una sola cosa; como, por ejemplo, al talento para hacer el
bien predicando; pero se extienden a muchas cosas por las cuales podemos hacer el bien a los demás:
influencia, propiedad, reputación, sabiduría, experiencia. Todos estos deben ser considerados como sus
dones; todo para ser empleado en hacer el bien a los demás según tengamos oportunidad.