El poema describe una tormenta, con truenos retumbando en la distancia y una brisa fresca soplando. Luego comienza a llover, haciendo florecer los cardos con azules vívidos. La lluvia cae fuerte, llenando cauces y arroyos. Después llega la calma, con los pájaros cantando y la tarde feliz. Los campos se llenan del aroma del romero y silban las perdices.

3. Salmo pluvial
Tormenta
Érase una caverna de agua sombría el cielo;
El trueno, a la distancia, rodaba su peñón.
Y una remota brisa de conturbado vuelo
Se acidulaba en tenue frescura de limón.
Como caliente polen exhaló el campo seco
Un relente de trébol lo empezó a llover.
Bajo la lenta sombra, colgada en denso fleco.
Se vio al cardal con vívidos azules florecer.
Una fulmínea verga rompió el aire al soslayo;
Sobre la tierra atónita cruzó un pavor mortal;
Y el firmamento entero se derrumbó en un rayo;
Como un inmenso techo de hierro y de cristal.

4. Lluvia
Y un mimbreral vibrante fue el chubasco resuelto
Que plantaba sus líquidas varillas al trasluz,
O en pajonales de agua se espesaba revuelto,
Descerrajando al paso su pródigo arcabuz.
Saltó la alegre lluvia por taludes y cauces;
Descolgó del tejado sonoro caracol;
Y luego, allá a lo lejos, se desnudó en los sauces,
Transparente y dorada bajo un rayo de sol.

5. Calma
Delicia de los árboles que abrevó al aguacero.
Delicia de los gárrulos raudales en desliz.
Cristalina delicia del trino del jilguero.
Delicia serenísima de la tarde feliz.

6. Plenitud
El cerro azul estaba fragante de romero,
Y en los profundos campos silbaba la perdiz.
Leopoldo Lugones (en El libro de los paisajes).

7. Se va con algo mío
Medardo Ángel Silva, Ecuador, 1898
Se va con algo mío la tarde que se aleja;
mi dolor de vivir es un dolor de amar;
y al son de la garúa, en la antigua calleja,
me invade un infinito deseo de llorar.

8. Que son cosas de niño, me dices; quién me diera
tener una perenne inconsciencia infantil;
ser del reino del día y de la primavera,
del ruiseñor que canta y del alba de Abril.

9. Ah, ser pueril, ser puro, ser canoro, ser suave;
trino, perfume o canto, crepúsculo o aurora!
Como la flor que aroma la vida y no lo sabe,
como el astro que alumbra las noches y lo ignora.

10. PARA CULMINAR MI
PRESENTACIÓN DESEO COMPARTIR
UNA POESIA DE MEDARDO ANGEL
SILVA CONVERTIDA EN UN ÉXITO
EN LA VOZ DEL INOLVIDABLE JULIO
JARAMILLO