Poemario de la gran poeta española INMACULADA ORTIZ LLEDÓ

1. DESDE TU IRIS,
TIERRA
(1986)
Inmaculada Ortiz Lledó
Edición:
Julio Tamayo
cinelacion@yahoo.es

2. 2

3. 3
INTRODUCCIÓN
Cuando entré en contacto contigo, “Desde tu Iris, Tierra”,
cientos de lunas circularon redescubriendo esos folios de papel
impresos (en antigua historia), y he sostenido tu alma en mis
manos: la actualidad ha taladrado mi sien, repitiendo la misma
sensación, el mismo latido y la misma dirección de tus
onduladas melenas.
Todo empezó alrededor de 1986, cuando los incendios de
bosques y arbolado emergían como una rapaz extraña y
aislada…
Mi niñez, adolescencia y juventud estuvieron marcadas por
un apasionado amor a la naturaleza; desde que mis pies
pudieron ser parte de la tierra, nuestros padres, como
aventureros, nos embarcaron a mis hermanos y a mí a una
sucesión de experiencias rústicas donde el espíritu despertaría
al compás del desarrollo.

4. 4
Pero a partir de aquel incendio que vivimos en Segart-
Sagunto (Valencia), y donde veraneaba con mi familia, fueron
engendrando una y otra vez las siniestras y brillantes
cegadoras láminas de fuego. Cada vez que esto ocurría mi
estado anímico se alteraba (en la actualidad, la repetición de
estas catástrofes me ha inmunizado, que no dormido), la
angustia y desazón me invadían y era como si mis
extremidades fueran leños ardiendo. Sólo unos años más
tardes, en un arranque visceral organizamos algunas madres,
jóvenes y niños una manifestación (con todos los requisitos
legales) en contra de los incendios. Y durante un tiempo más o
menos largo y en dos periodos distintos, en que los años
separaban dos generaciones, nos uníamos con un mismo
sentir, misión y fin: el análisis y motivo de esos cambios que
ya se veían venir como malos augurios.
Ahora, cuando el “cambio climático” es pregón diario,
cuando los tambores del cosmos suenan desesperados por el
ser humano y viviente del planeta, no queda nada más que
rastrear los últimos vestigios de vida para que, todos podamos
revertir la situación de agonía de esta nuestra Casa, que nos
muestra sus heridas en un último intento de frenar la alocada
carrera destructiva.
Este pequeño poemario es casi una sencilla obligación de
alguien que también es consciente de su pequeñez e
influencia, en aras de la futura vida de la Tierra.
Inmaculada Ortiz Lledó

5. 5
ORÁCULO DEL DÍA
Día,
moraleja del destino,
saeta del aire que traspasa.
Se clavan alfileres en nubes de hielo
y rezuma el agua en el corazón.
Hay paja en ojos miel
y salta el oráculo del día.

6. 6
AMANECER
Las pequeñas escamas
se pliegan en el horizonte;
la paleta azul crece
y
un pedazo de oro
se filtra por la ventana.

7. 7
TE CLAVO, DÍA
Te clavo, día,
para que seas testigo
del jadeo del aire entre moléculas enfermas.
Vuela pedazo de siglo
que paseas en el ajedrez de un cielo cuarteado;
sujeta el pensamiento a la tierra
y mira el chopo que crece
con alaridos en las hojas.

8. 8
LOS COLORES
Los colores entornan ojos esculpidos
en concha de incienso descubierta en la mañana.
Bailan luciérnagas en pista de gotas
y el grillo repite el estallido de su lenguaje.
El azul del agua alienta al junco.
Hay vetas en el horizonte pintado de grises pájaros
que dormitan en el entresijo de alas.

9. 9
NUBLADO
Retales de cielo azul
pintados de nubes de plomo,
con aire limpio,
nacidos de las entrañas
de un día lleno de misterio,
llenos de embrujo,
y de pensamientos enlazados
hechos de nudos de recuerdos;
en los que el espacio
y el cielo se unen,
formando un suelo cuerpo
de sonidos de sueño,
de un sueño de realidades,
con abrazos de universo.

10. 10
LAS NUBES
En tu perfil sobresalen cadenas azules.
Espera,
no traspases mis ojos con los tuyos,
nostálgica mujer,
no me raptes,
deja que poco a poco
vaya adentrándome en tu selva,
donde los árboles son rostros
petrificados,
donde el agua nace en flor,
donde el amor -transeúnte-
queda para degustar
la música que los faunos tocan.
Así, contigo,
Hasta que el día vuelva
hacia la dama que lo asiste,
olvidándote;
corona de coronas.
II
Algodonadas,
a veces blancas,
otras grises, opacas,
tormentosas.
Danzarinas, coquetas,
esbeltas, volatines,
veloces cuando el viento os besa.

11. 11
Humo frágil
con formas caprichosas.
Juegos de plata y oro,
cabellos galopando sin control.
Cuando quietas
acecháis nuestra vida,
entre retazos azules
permanecéis absortas.
Enmarcadas en cielo,
en cuadro viviente,
miráis, escucháis,
juzgáis a los hombres.
Vais y venís con el aire
como pista de patinaje,
y subís más allá de las montañas,
aterrizando en ocasiones con el asfalto.
Misteriosas aparecéis,
desaparecéis,
vapor, agua, niebla,
nieve.
Creía que libres
cruzabais los mares,
y en espacio erais una con el firmamento.
Pero, ceguera mía,
vuestra libertad es aparente,
fatua vuestra belleza y
efímera vuestra existencia.
Y sigo queriendo
Ser lo que soy,
porque pese a mi discutida libertad
soy dueña
de mi pensamiento.

12. 12
DESDE EL VÉRTIGO…
Estás oyéndote al estallar la risa
en el hemisferio,
en la realidad de tu verdad,
pese a las cosas que se amontonan
esperando la mano, la posesión.
Tú
estás aligerando la pena,
incapaz de salir,
porque
dejaste de creer,
y han asfixiado tu futuro.
Vacío
te diluyes
en la fiesta que suena
como una ola ajena a ti,
y ya
no puedes pertenecer al mundo
que se sonroja al pedirle continuidad
y sigues
sin poder rastrear
el trigo que te hará merecedor del pan.

13. 13
LOS PÁJAROS
Gorgoritos, melodías diversas
a través del rectángulo acristalado.
Inmersos en el azul suave, los árboles
prestan sus ramas a diminutos voladores,
que suben, bajan, revolotean
y picotean un no sé qué,
que vieron.
Dibujos en el aire
y un aterrizar en el suelo;
algunos se conjugan con las tejas
de un edificio soñoliento.
Y sus plumas como cóctel de colores
abrigan un cuerpecillo frágil y suave.
Se columpian y danzan con el viento,
en baños de sol, de arena y de prados.
Algunos se acercan saltarines,
sus ojillos vigilan recelosos.
Y de pronto
alcanzando eslabones de espacio,
más allá de los árboles, tejas y campanarios
remontan el vuelo.
¡No os vayáis, bajad!
¡No nos dejéis sin vuestro canto!

14. 14
SIEMPRE ME ENAMORARÉ
Hoy, mañana y siempre
me enamoraré.
De la inmensidad del mar y su puntilla blanca.
De la infinitud del cielo,
y su séquito de galaxias.
Hoy, mañana y siempre
me enamoraré.
De los campos tornasoles
preñados de oro.
Del gamo y la liebre,
del estallido del amanecer
y del atardecer ardiente.
Hoy, mañana y siempre
me enamoraré,
del sonido del arpa, inspiración del alma,
y de aquellas palabras, regalo de Misterio.
Y de esa mano prendida en el Universo,
con un amor completo
y capullos reventando en cielo.

15. 15
DESDE MI VENTANA
Mi ventana es caleidoscopio
donde veo tus minúsculas paredes agrietadas,
enfermas,
agónicas.
¡Oh pétalo amarillento!
Desde mi ventana
veo enmudecer el color en tus lagos,
el color arañado en su seno.
Tal vez un día
el hombre mirará desde el iris de tu cuerpo.

16. 16
VIENTO
Viento,
iracunda bestia depositándose en espejo azul.
Viento,
tejido de nada en todo.
Por tu talle
salpican las golondrinas sus plumas.
Doncel
recorriendo ánforas desde el rojo
como mensaje descifrado.
Planeta nuevo que sumerges ancla.
Viento,
quisiera ponerme
en tu crin de sendero raudo
y vagar -cicatriz contenida-
colgada en tus anillos.
Atrévete,
yo me remontaré a tu castillo de paredes móviles
y, desde él,
seré tapiz vistiéndote en espejo de tus rincones.
Así el lenguaje se abrirá en tu pecho.

17. 17
EL IRIS
Se multiplica el lince
en el archipiélago rojo y negro
de su lomo.
Galopa el ciervo como corcel del aire
y deambula por el vértice del bosque
donde acuna el gorrión en sus alas
el principio de la vida.
Los nenúfares bailan por las hojas y flechas
que rozan escamas de pez.
El espacio resucita al contacto del aire húmedo
en el grito de la noche,
con la estrella vestida de escarlata
recorriendo la tierra del futuro.
Despierto, entre las ramas
el búho conjuga astros,
el lobo recopila fechas
bajo nubes que destilan incienso;
la abeja liba una nueva reina,
y, del aleteo de palomas,
las cumbres
copian el blanco.
El aguilucho sombrea el azul con majestad
y se desangra el cielo.
El color forma capiteles,
cornisas con cristales de arco iris.
Es el iris del hombre
que recorre el misticismo de la naturaleza.

18. 18
VUELVES A MORIR
Vuelves a morir gota a gota
dejando en tierra el paso
de tu esqueleto,
el grito debilitado.
Vuelves
entre espinas que atraviesan carne.
Vuelves con repetición de muerte
con gacelas rojas subiendo
por tu costa.
A lo mejor un día
te vas para siempre
con ojos cambiados,
con el pincel de tus venas seco,
y el sol entonces perforará tus tímpanos
de mujer estéril.

19. 19
HASTAAYER YO CREÍA
Hasta ayer yo creía…
Creía en mi posibilidad
potenciando caminos,
modelando días intermitentes.
Hasta ayer yo creía…
Creía que era gigante
de mi espacio
y alcanzaba las nubes
con la altivez del tallo.
yo creía en el iris,
campo sin trillar.
Hasta ayer yo creía…
que bastaba un canto
y una mano para los anillos.
Hoy,
seguiré creyendo;
pero sé que no tengo la unidad,
y que concluir o seguir
no depende de mí
sino de “otros latidos”.

20. 20
PRIMAVERA
Mirad bien, me llamo primavera
y llevo condensada la energía del mundo.
Mis cabellos se trenzan con el aire
y envuelven
miles de perfumes que esparzo sin medida
llenando el campo de flores variadas.
Mis dedos son canales donde el agua corre
hasta el pensamiento de la tierra.
Se me atribuyen toda clase de dones,
y en los amantes fluye la savia de besos y romances
bajo mis alas, mientras el sol renueva su danza de oro.
Miradme bien y contemplar,
como las aves cantan su sinfonía diaria,
y picotean en el silencio del estanque.
No paséis de largo,
ni profanéis mi nombre,
ni cerréis, los ojos a mi magia.
Pero sabéis lo mejor que tengo:
que me preparan el camino.
Es que no estoy sola,
antes que yo,
el invierno asomó con sus moléculas de blanco
y arregló, el lecho de hojas transformadas en
bellas esfinges, con sus trajes de diferentes tonalidades ocres y
marrones, que encendieron mis venas de savia renovadora.
Y detrás de mí
el verano saltará como un acróbata.
Yo soy, la primavera,
y no estoy sola.
Mirad bien, mirad el Universo,
y aquel que lo diseñó,
¡¡ARTISTA DE LO BELLO!!

21. 21
NIEBLA
Un aliento indeciso
humedece la tierra.
Cada casa es hospedaje
para tu melena enmarañada
y el sol intenta
herir tu frente de plata.

22. 22
LLUVIA
Gotas que rozan el espacio nácar
en horizontes verdes,
hebras que bailan
en concierto de flores.
La tierra se prepara a escuchar tu sonido
que brota en diminutos corazones de blanco,
agolpándose,
jugando con el hombre.

23. 23
SENTIR
Sentir el aire
anidando como furtivo
en el aire.
El canto es mudo
y el sol aguarda.

24. 24
SOY CENIZA
Soy ceniza,
y dormito en la inconsciencia
de un vivir desesperanzado.

25. 25
INCENDIO
Noche cerrada;
un resplandor ciego,
el ramo de puntos celestes.
Lamentos.
Bocas de llama trepan
por los cuerpos de escamas
acorchadas.
Los arbustos agrietan la noche
con balidos de muerte escarlata.
El viento, las llamas y el humo
forman trino.
Luego, negro, negro, negro.
El negro de la noche,
el negro de los árboles,
el negro a la grupa
de una humanidad doliente.

26. 26
LA TARDE EN GOTAS
Se siente el aire en el estruendo de la hoja,
bajo el orbe,
con el nacimiento del otoño,
en el cuadrilátero humano;
con un golpe de vida
se lanza la tarde al dios.
Voy con el rostro talando la lluvia,
inclusión de lo insólito,
hora nueva en el cenáculo lunar.

27. 27
SENTADOS EN EL VERANO
Cuando en el dilatado espacio ocre
se oye el galope del pájaro,
con alas de incienso,
y enturbian su iris de peces,
el salto de lo sencillo es orgía;
crece la tierra en eclosión,
una fuerza serena ata la cordura;
el viento transita en balada verde
y el cielo se estrena en la roca.

28. 28
LA NOCHE
Es ella y viene lentamente,
poco a poco, sumergiéndonos
en su escaparate frío.
Está ya aquí,
y nosotros, con ella, en ella,
siendo figuras inmóviles
en su espacio negro,
en su vientre solitario y triste.
A veces lloramos, amparados
por su nombre;
otras reímos o cantamos;
pero, a menudo, enhebramos
el hilo enigmático
y tejemos nuestros sueños,
sueños sin soñar,
mezclados de realidades amargas,
y esperanzas de sol.
Así, todos hundidos en la
profundidad de su lobreguez,
cerramos los ojos,
ojos del alma,
en espera
de un nuevo día
azul y fuego.

29. 29
EL CAMPO VACÍO
El campo vacío,
huérfano de trigo
y de girasoles
lame un cielo de azul desteñido.
Y mi mente
en un instante de fuga
abarca el infinito de su ansia.

30. 30
…Y LA QUIETUD CRECE
La noche y sus luciérnagas
cubren el espacio celeste y
la tarde muerta suelta golpes de sangre;
golpes de sentimiento
se mezclan en el espacio finito,
del nacer y de la muerte,
y la losa de la quietud crece;
mientras yo vuelvo a degustar
la copa del vino agrio y dulce
de un caminar ya andado.

31. 31
TÚ, LUNA
Tú, luna, amarilla, blanca
manchada de sombras.
Apareciste grande, redonda, roja
con desafiante desvergüenza.
Soñando en tu reino de estrellas,
saliste en la tarde diluida,
para, calladamente, con tu timidez adulta,
bañarnos de luz púrpura.
Y dejar dormir a las estrellas una noche.

32. 32
ESTRELLAS
Gotas de cristal tallado,
en el cielo negro de mi ventana,
bañadas de aire,
de aire de noche,
de danzas de negros,
en bailes de disfraces.
Las estrellas
como claveles blancos rompen
los cristales de mi alcoba
y la luna
se acuesta en mi cama.

33. 33
CÉSPED
Promesas envueltas en tapiz
donde los ojos se incrustan
y las pupilas acarician su carne.
Cobijo de aves y plumas que
se restriegan en sus dientes, como
cálidos dedos.
Conciertos en lluvias de sinfonías y
marco para las flores que
presumen de su ropaje primaveral.

34. 34
ESTA MAÑANA
Esta mañana
un pájaro en
mi mano agonizaba.
Su cuello a un lado
desmadejado se balanceaba
al movimiento de mi mano.
Su pico se abría y cerraba
y yo sólo podía mirarlo.
En mis pestañas
una lagrima quedó presa
mientras el pájaro agonizaba.

35. 35
EL VIENTO AZOTA LA VENTANA
El viento azota la ventana
anclado al cielo puro que se abre a la noche.
Manchas azules, violetas, grises mezclan colores
y
un golpe de aire abre el rectángulo de cristales
y
el murmullo de tú nombre entra en la estancia.

36. 36
LA SIESTA
El sol incrusta sus rayos
en la tierra polvorienta.
Los grillos chillan,
mientras un aire seco y caliente,
aletarga las ideas,
y la hierba descolorida
muestra una sed insatisfecha.
El tiempo paró su espacio,
cuando las manecillas del reloj
señalaron la hora de la siesta.

37. 37
AHORA
Ahora
cuando el agua
escupe con furia
y corre
en pequeños riachuelos que
se multiplican…
Ahora en la tarde
llena de misterios,
el aire mece a la lluvia
que nos encadena
y nos ata a una tierra pobre
en esperanza;
ahora, aquí, conmigo
resurgiendo fantasmas, resucitando
recuerdos, labrando sueños.
Ahora,
en la calle bebiendo
y mis ojos llenos de grises
en el espacio agónico.
Ahora, sola frente a Dios
empiezan a desgranarse
mis pensamientos.

38. 38
TIERRA
Agrietada, sedienta,
anhelante de agua
que aplaque
tu ansia de humedad.
Fango, pantano,
masa resbaladiza,
blanda, viscosa.
Savia Madre
en cuyas entrañas
das vida a nuestro sustento.
Tú, tierra,
serás quien cubra
nuestro cuerpo inerte,
y sólo tú,
nos harás un lecho
en tus entrañas.

39. 39
YO SUEÑO
Sueño en mi sueño,
sueño que es sueño
la realidad.
Me despierto soñando,
duermo en sueños,
y sigo soñando
en mis sueños.
Y yo me pregunto.
¿Por qué no soñar?
Si la vida sin sueños
es un triste sueño.

40. 40
HOY, ABRÍ EL RECTÁNGULO
Hoy abrí el rectángulo
acristalado de mi alcoba;
quería desayunar:
renovación de día;
pero, el aire era tibio
y el sol estaba preso
en una tela de araña.
Las chimeneas elevaban
el humo de sus cigarros;
los coches esparcían
su jadeante aliento.
Y cuando acerque los ojos
al escaparate de cemento y asfalto
vi, sólo, un carro de estiércol
tirado por la miopía
de una ascensión sin peldaños.

41. 41
CHISPAZOS
Que ame hasta que las tiras
de mi alma
queden pegadas a la tierra
del camino.
-------------------
Suspiros de adioses profundos
teñidos de distancia
Y labrados de ojos rotos
por lágrimas.
-------------------
Quisiera encontrarme contigo,
allá donde tú te escondes.
Y bucear en tus ojos
de azul infinito.
-------------------
Suenan gritos de hojalata
en el espacio verde de la mañana.
-------------------
Nuestra vida en un andar
sin recodos
Y sin esperanza de retorno.
-------------------

42. 42
A lo lejos, es tu mancha un crepúsculo de universo
y tus lágrimas cristales
que hieren los pétalos de mi almohada.
-------------------
Los minutos eran saetas
nacidas de la carne,
que alargaban
el hilo de lamentos
y un abanico de negros
tejía dudas de ecuaciones.
-------------------
Las nubes se hicieron seda,
y la noche tejía redes;
yo dormitaba en el dolor
y en un laberinto de día.
Las luces relinchaban
en mi tormenta
y un panegírico nacía
en mi alma.
-------------------
Descorchó la noche sus ojos,
y en la almohada quedaron
sus racimos.
No hubo soledad,
ni cirios silenciosos.
Una mano estigmatizo
la mía azulada
y la duda cabalgaba
por un paisaje nuevo.

43. 43
TIEMPO DE SOLAZ
Juega el sol
con la corriente,
acaricia sus hilos y la detiene.
Calma en el aire
reflejos jugando
con el césped.
Color: verde, verde.
Aquí, flores rojas,
allá, blancas
en medio púrpuras.
Sintonía de un viento
callado, quieto, inerte.
Melodía de trinos,
ruido de alas.
Cabellos rubios brillantes,
negros cual noche,
castaños como la tierra.

44. 44
Risas, gritos inocentes.
Juegos infantiles,
manos de juguete.
Bancos, más bancos,
de ancianos que esperan
con rostros trenzados
de arrugas.
Jóvenes con caras
salpicadas de pecas,
se pierden en un macizo,
les riñen y se alejan.
Libros abiertos
regados por un sol inquieto.
Todos buscan
lo mismo del parque,
ese momento especial
que en cualquier lugar espera.
¡Tiempo de solaz y sueños!

45. 45
TORMENTA
Tierra invadida por la lluvia estival.
Verde, intenso verde,
verde charolado.
El cielo vuelca sus cántaros.
Y el agua cae fuerte
esparciéndose calle abajo.
El viento se balancea entre
las ramas de los árboles.
El agua y el viento
se abrazan fuerte.
Plomo, blanco,
chispa eléctrica.
El gigante de las nubes gruñe.
El aroma de un aire puro
embriaga cada molécula,
y un corazón nuevo
nace con la tarde.

46. 46
ANIMAL CAZADO
Arrinconado en tu eje,
revistes de paciencia tu
túnica mancillada,
enhebras retales con la esperanza
de un sol que deposita
en tu frente una chispa de mañana;
pero, tu espera, continua en amarguras,
deshoja presentes, enviste a la razón,
llora realidades,
araña sombras,
y callas para que el viento
no te oiga,
ni el árbol astille sus ramas.
Entonces,
violas el destino,
surcas los días cogiendo
el arcón de tus instintos
y muerdes el soplo del aire,
te ríes
desoyendo el ruido de los eslabones,
amarilleas tu espada,
y sueltas melenas de frialdad.
Así,
dejas de ser animal cazado,
te sientas en otro escalón,
derribas puertas,
aprisionando otro pedazo
y arqueas el espacio -el drama se repite-.

47. 47
OTOÑO
Esqueleto castigado por el viento,
por un viento
lleno de rostros de cera;
brazos cansados y almas llenas
de agonía; de una agonía encadenada.
Hoja solitaria que, todavía estás
unida al árbol de tu vivir;
ya no puedes más.
Un día, no lejano,
el nudo umbilical se deshará,
y caerás en el suelo;
disuelta hasta que tu cuerpo
copule en la tierra.
¡Qué poco te queda!
Y que triste te encuentras ahora.
¡Pobre hoja! de joven verde, brillante,
hermosa, admirada y acompañada;
Ahora, sola, ajada y medio muerta.
Eslabón eres de la cadena, mil veces
repetida de la vida.
Antes que tú, fueron otras,
después de ti, volverán otras nuevas.
Pero has sido testigo de una danza
donde la paleta de colores se mezclaba entre
diferentes eslabones: el verde más intenso se desteñía
goteando en un baile incesante de tonalidades diversas,
de pupilas, de duendes con diversos ropajes.

48. 48
EL CIELO
Suave mar azul
del techo de nuestras vidas.
¡Cuántas veces descansan
nuestros ojos en ese color tuyo
tan lleno de esperanza!
Y colmamos
nuestra sed, sed de paz,
de sentimientos encogidos,
de lágrimas reprimidas.
A menudo, nuestras plegarias
vuelan como palomas,
a ese nido profundo,
misterioso, inacabable,
que es tu color.
Otras veces, quisiéramos
ser pájaros para alzar el vuelo
y llegar a ti y bañarnos
en tu superficie atrayente
y misteriosa.
Pero, siempre, son nuestros ojos,
los que en un abrazo
de intimidad te buscan
día tras día,
y sueñan en todo aquello
que el mundo, con su mirada crónica,
es incapaz de vislumbrar.

49. 49
YO SUEÑO
Sueño en mi sueño
sueño que es sueño
la realidad.
Me despierto soñando,
duermo en sueños
y sigo soñando
en mis sueños.
Y yo me pregunto.
¿Por qué no soñar?
Si la vida sin sueños
es un triste sueño.
-------------------
No sé si brotará agua de mis ojos,
no sé si tu ausencia
vaciará mi alma.
No sé, ni siquiera, si podré
articular palabra.
Pero, seguro es, que mi corazón
ira donde tu estés.

50. 50
EL AIRE
Desde el cuadro pequeño y
acristalado de mi ventana
veo pasar nubes blancas;
Con prisas, sin paradas
intercaladas con retales
de un cielo vivo e intenso;
debajo, Madrid,
escalonamiento de torres
en pugna por ser la más alta.
Más abajo
los árboles mueven
sus ramas al compás
del aire que avanza.
Y las hojas
una tras otra
en forma de remolinos
se arrastran unas veces
otras se levantan
y corren, corren
atravesando calles y plazas.
Todo se mueve;
algunos papeles
suben y suben quedando prendidos…
es el viento que manda
el viento
que al son de su clarinete
llama.
Y de pronto me pregunto
¿Cuánta gente habrá
que como hojas ya muertas
se dejan llevar y traer
por este y aquel aire sin un destino ni un final?

51. 51
PUNTO-INFINITO-MUERTE
El vértigo de saberte,
punto infinito del hombre,
estela desconocida,
pernoctar en el comienzo,
no me asusta ni altera,
me prepara para el protagonismo.
El instante donde es eternidad,
donde el agua repite reflejo en luz.
No te temo,
voy a ti como bandera
para que el sol me asista.
Prendida de tu lóbulo,
serpiente encantada,
danzaré en tu mano, número final.
Guíame minuto descolgado de vida,
a ese escalofrío donde el pie se torna péndulo
y el sí y el no cabalgan en duda.
Yo
te elevo, punto infinito,
donde la sabiduría encarna
y en el trasluz del sentir eres la armonía.

52. 52
HOY LA MAÑANA ME HA SEPULTADO
Las noticias del ayer han sido sedimento
para la aurora de mi pena.
Siento como el rojo que devora la vida,
se arremolina en mis plantas.
Fuego, incendio, devastación, muerte.
Muerte de valientes que enarbolan la insignia
de la defensa de esta sociedad.
Galones que impregnan el alma
de esos hombres con casco y mangueras
que no llegan,
que no han podido llegar,
que han sucumbido a la imprudencia y villanía,
que sé han quedado en el vértice de esta
tierra,
que han muerto, que seguirán viviendo,
como estelas brillantes.
¡Oh, Señor! ¡Cómo me duele tu creación
abrasada, consumida!
Cientos y miles de pequeños corazones verdes
lloran o bien no lloran
porque están sepultados
en las cenizas de la sin razón.
Cientos y miles de pequeños corazones
y de ojos y de cantos han dejado de colorear la naturaleza.
Por eso, hoy lloro de impotencia,
de rabia, de coraje,
con todos los corajes del mundo,
con todos los gritos de la decencia.
¡Sé que mis lágrimas, Señor, son las tuyas!

53. 53
FRAGANCIAS ETERNAS
Fragancias eternas
caracoleando nuestro sentido.
Abrazamos la idea, la sensación.
Creemos que podrá ser cierto,
y tan solo nuestro querer
será capaz de conquistar
el trofeo de nuestro anhelo;
pero no es así,
y con burbujas en los ojos
y cadenas en el ala
deshacemos lentamente aquellas
quimeras,
porque tristemente
en este mundo
sólo pueden ser utopías
lo que como perla
se oculta en la concha
de nuestro yo.

54. 54
SOY EN MI SENTIR
Vibro haciendo
que la coraza de la piel
me golpee
y mis piernas muertas
crucen banderas.
Mis brazos sin savia
violenta a la naturaleza.
Una jauría de sentimientos
se mecen en mí,
y siento cada latido,
cada minuto del vivir,
y recuerdo amores
que se dan abrazos,
porque las palabras son gotas…
Me entrego
al arco iris
balanceándome en un
mar de sensaciones.
Me sumerjo
y aflora en una sola ráfaga
todo el placer
de ser mujer,
de ser verde,
molécula, agua, átomo:
sí, de ser
en la mente de Dios
algo más que una partícula
en el aire.

55. 55
NATURALEZA
Portal anguloso de bellas estatuas
donde la raíz es víscera o silencio.
Minúscula gaviota
que me convocas a perderme entre las nubes
con un grito en el ala.
Voy contigo
como libélula besando alturas,
como los siglos venideros.
¿Quieres que te cite
como atenta mirada que se enreda
en farolas de colores?
Deja que te sirva
en la solemnidad,
en tu carne incorrupta,
maravilla con que nos adornas.

56. 56
RETAZOS DE DÍA
El cielo azul apenas ribeteado
por el blanco de las nubes,
es un marco perfecto para esta mañana:
temperatura suave y ligero viento.
Los estanques y canales de agua pura
mueven suavemente su superficie.
Y hablan, no callan de escenas pasadas,
de recuerdos ya perdidos en el tiempo,
de tirabuzones de sentimientos,
que se me agolpan, penetran en mí,
en mi espacio tranquilo,
llenándome de colores.
Los niños dan sus primeros pasos de vida,
confiados en la solicitud y atención de sus madres.
Los jóvenes y menos jóvenes
pasean su vitalidad entre las ruedas
de sus máquinas sin motor.
Ancianos cuyas manos arrugadas
atrapan los rayos de sol,
y algún mendigo que arrastra
su pobreza como único equipaje.

57. 57
Fuerza, alegría y luz
bailan una danza
entre naranjos y almendros en flor.
La vida se abre entre los pétalos
de las flores
y los pájaros mueven sus alas,
al compás de sus trinos.
En este espacio de color
y de agua el corazón en alabanza se expande.
Dios es.
Y la esencia
de las esencias clama en una sola voz
“Al amor de los amores”
La vida preñada de misterio,
se desprende día a día,
como una bailarina de sus velos,
de cintura apretada y fina;
¿O Son los sueños que nos trasportan a otras fantasías?
¿Quién puede asegurar que no son más reales estos,
que los recogidos de la misma vida?

58. 58
LA SIEMBRA
Cada minuto cae del árbol de la vida
como gota tras otra,
como una oportunidad.
como un regalo de Dios para sembrar,
para plantar nuestra semilla,
para plantar la semilla de nuestra existencia
para plantar la Semilla.
¡Oh, ceguera del ser humano!
si no siembra con el tiempo,
si deja pasar los días sin que la semilla del amor,
se entierre en su tierra.
¡Oh, ceguera del ser humano!
si la vida nos alcanza a nosotros
en vez de nosotros ir a su encuentro,
si el torbellino de los acontecimientos
entorpece nuestra capacidad de sembrar.
Detente, “siembra a cada golpe de tiempo”.
No desperdicies el momento,
pues pasa y no vuelve.
Echa tu grano y no desesperes,
si no apunta cuando tú quieres;
eso no es cosa tuya, no te incumbe.
Espera, abre tus brazos y acoge.
Se esperanza pura,
no desfallezcas, aguanta, ten fe.
Si el amor fue el motor de tu siembra,
si no te buscaste a ti, si fuiste al
ritmo de los otros sembradores
y esperaste contra toda esperanza;
entonces el grano explotará a la vida,
el sol pondrá sus reflejos
y Dios su bendición.

59. 59
ÍNDICE
Introducción……………………………………...…..……….3
POEMAS
Oráculo del día……………………………………..........……5
Amanecer..................................................................................6
Te clavo, día..............................................................................7
Los colores................................................................................8
Nublado.....................................................................................9
Las nubes................................................................................10
Desde el vértigo......................................................................12
Los pájaros..............................................................................13
Siempre me enamoraré...........................................................14
Desde mi ventana....................................................................15
Viento.....................................................................................16
El Iris......................................................................................17
Vuelves a morir.......................................................................18
Hasta ayer yo creía..................................................................19
Primavera................................................................................20
Niebla......................................................................................21
Lluvia......................................................................................22
Sentir.......................................................................................23
Soy ceniza...............................................................................24
Incendio..................................................................................25
La tarde en gotas.....................................................................26
Sentados en el verano.............................................................27
La noche..................................................................................28

60. 60
El campo vacío.......................................................................29
...Y la quietud crece................................................................30
Tú, luna...................................................................................31
Estrellas...................................................................................32
Césped.....................................................................................33
Esta mañana............................................................................34
El viento azota la ventana.......................................................35
La siesta..................................................................................36
Ahora......................................................................................37
Tierra.......................................................................................38
Yo sueño.................................................................................39
Hoy, abrí el rectángulo...........................................................40
Chispazos................................................................................41
Tiempo de solaz......................................................................43
Tormenta.................................................................................45
Animal cazado........................................................................46
Otoño......................................................................................47
El cielo....................................................................................48
Yo sueño.................................................................................49
El aire......................................................................................50
Punto-infinito-muerte.............................................................51
Hoy la mañana me ha sepultado.............................................52
Fragancias eternas...................................................................53
Soy en mi sentir......................................................................54
Naturaleza...............................................................................55
Retazos de día.........................................................................56
La siembra..............................................................................58

61. 61