1. Wolfgang Amadeus Mozart
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Wolfgang Amadeus Mozart
Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart,
más conocido con el nombre de Wolfgang Amadeus
Mozart (Salzburgo, 27 de enero de 1756 ‐ Viena, 5 de
diciembre de 1791) es considerado como uno de los más
grandes compositores de música clásica del mundo
occidental.
Se mostró siempre como un gran teórico e innovador de la
composición musical. Su marcado perfeccionismo lo
manifestaría al escribir, a la edad de 22 años, la siguiente
frase: "Me gusta que un aria quede tan a la medida de un cantante como un traje bien
hecho". Según el testimonio de sus contemporáneos era, tanto al piano como al violín
y la viola, un virtuoso.
Posteriormente artistas de distintas épocas y géneros del arte han sido influenciados
por su música. Incluso el premio Nobel 1984, el poeta checo Jaroslav Seifert, llegaría a
afirmar que ésta inspiró a la composición de sus versos.
Estudios realizados durante la década pasada atribuyen a su música, en especial a la
sonata K.448, diversas cualidades como la de incrementar algunas capacidades del
cerebro, así como disminuir la actividad epileptógena. Esto ha sido calificado como el
"efecto Mozart".
A pesar de que murió muy joven (apenas a los 35 años), dejó una obra extensa que
abarca todos los géneros musicales de su época.
Las dotes prodigiosas de un niño (1756‐1791)
Mozart nació el 27 de enero de 1756 en Salzburgo (Austria). En esta época, Salzburgo
era un arzobispado independiente en el Sacro Imperio Romano Germánico. Fue
bautizado el día después de su nacimiento con los nombres de Johannes Chrysostomus
Wolfgangus Theophilus Mozart; a lo largo de su vida firmaría con diversas variaciones
sobre su nombre original, siendo una de las más recurrentes "Wolfgang Amadè
Mozart" y utilizando sólo esporádicamente la forma "Amadeus", casi siempre en plan
jocoso (una de sus cartas está firmada como Wolfgangus Amadeus Mozartus). A pesar
de ello ha sido esta última denominación la más favorecida, en especial a partir del
siglo XX.
Fue el último hijo de Leopold Mozart, músico al servicio del príncipe arzobispo de
Salzburgo. Su madre se llamaba Anna María Pertl. Debido a la altísima mortalidad
infantil en la Europa antigua, de los 7 hijos que tuvo el matrimonio sólo sobrevivieron
Anna Maria, apodada cariñosamente Nannerl, y Wolfgang Amadeus.
2. Wolfgang Amadeus Mozart
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La casa natal de Mozart se encuentra en la Getreidegasse
Nº 9 de la ciudad de Salzburgo. Se trata de una casa de
tres plantas que, actualmente, cuenta con una gran
cantidad de objetos de la época e instrumentos que
pertenecieron a Mozart durante su niñez. Es uno de los
lugares más visitados de Salzburgo y una especie de
santuario para músicos y aficionados a la música de todo
el mundo.
Casa natal de Mozart, en la calle Getreidegasse nº9, Salzburgo
Nannerl y Wolfgang Amadeus mostraron desde muy
pequeños asombrosas facultades para la música; para
Wolfgang, la música y las matemáticas eran tan
naturales como los juegos para cualquier otro niño.
A los 4 años practicaba el clavicordio y componía pequeñas obras de considerable
dificultad; a los 6, tocaba con destreza el clave y el violín. Podía leer música a primera
vista, tenía una memoria prodigiosa y una inagotable capacidad para improvisar frases
musicales.
Definitivamente, no era un niño común. Su progenitor era un hombre inteligente,
orgulloso y religioso. Creía que los dones musicales de su hijo eran un milagro divino
que él, como padre, tenía la obligación de cultivar.
Leopold componía y daba clases de música. El año del nacimiento de Wolfgang publicó
un libro sobre el arte del violín, que tuvo éxito y lo hizo famoso. Después del
nacimiento de Wolfgang, salvo las tareas propias de su cargo, abandonó todo para
dedicarse de manera exclusiva a la formación de su hijo. Fue exigente como padre y
como profesor, en todo momento estuvo al tanto de la formación de Wolfgang, para
guiarlo como hombre y como artista.
Cuando el niño iba cumplir 6 años de edad, Leopold
decidió exhibir las dotes musicales de sus hijos ante las
principales cortes de Europa. Según los primeros
biógrafos de Wolfgang, su padre «quiso compartir con
el mundo el milagroso talento de su hijo...»; en la
actualidad, algunos sostienen que más bien lo explotó.
Lo cierto es que su figura autoritaria y opresiva
marcaría al joven Amadeus para toda su vida.
W. A. Mozart hacia 1763
3. Wolfgang Amadeus Mozart
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Primer viaje (1762‐1763)
El 12 de enero de 1762, la familia entera partió hacia Múnich; tocaron ante el
emperador José II de Habsburgo y continuaron hasta Viena. La permanencia en esta
ciudad —uno de los centros principales de la música— culminó con dos recitales ante
la familia imperial en el palacio de Schönbrunn.
El pequeño Wolfgang causaba sensación en cada concierto. El dinero recolectado en
este viaje no fue tanto como los elogios recibidos. Podría decirse que éste fue un viaje
de prueba para Leopold. El 5 de enero de 1763, los Mozart retornaron a Salzburgo. El
viaje había durado poco menos de un año.
El gran viaje (1763‐1766)
Este gran viaje de los Mozart empezó el 9 de junio de 1763. Durante tres años y medio
recorrieron las principales ciudades de Europa, cosechando grandes éxitos. En Viena
fueron llamados al palacio por la emperatriz María Teresa. La emperatriz quedó
encantada con el niño Wolfgang Amadeus, tanto, que incluso lo sentaba en su regazo y
lo besaba.
En Versalles, los Mozart tocaron ante el monarca Luis XV. La anécdota cuenta que en
esa ocasión, la amante del rey, la altiva Madame de Pompadour, no permitió que el
niño Wolfgang la abrazara por temor a que se estropeara su traje.
En Londres causaron la admiración del rey Jorge III; durante este viaje el joven músico
compuso su primera sinfonía y conoció a Johann Christian Bach, hijo menor de Johann
Sebastian Bach (aunque en esa época tenía mucho más éxito que su padre, quien era
conocido como "el padre de Johann Christian Bach", Johann Sebastian ejercía gran
influencia sobre la obra de su hijo).
En Holanda deslumbró tocando el órgano más grande y complicado del mundo y
compuso su primer oratorio a los 9 años.
Cada representación del joven Wolfgang Amadeus era una exhibición de su
virtuosismo con el clave y el violín (se cuenta que ya en esa época podía tocar el
teclado con los ojos vendados), y dejaba a los espectadores maravillados improvisando
sobre cualquier tema que le proponían.
A esa edad ya sabía ser galante y dedicaba a las damas de la nobleza sus primeras
sonatas para violín y clave. La familia regresó a Salzburgo el 30 de noviembre de 1766.
Un caballero de 14 años (1769‐1770)
En 1769, Mozart ganó en Salzburgo la plaza de maestro de conciertos —gran honor
para un muchacho— ... pero sin sueldo. Se le financió un viaje de estudios a Italia,
donde Leopold pensaba que Wolfgang Amadeus triunfaría componiendo óperas.
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Padre e hijo llegaron a Roma el 11 de abril de 1770. En el Vaticano, Wolfgang Amadeus
escuchó el Miserere de Gregorio Allegri. Esta obra tenía carácter secreto, pues sólo
podía interpretarse en la Capilla Sixtina y su publicación estaba prohibida bajo pena de
excomunión.
Sin embargo, el joven compositor apenas llegó a la posada donde se alojaba, escribió
de memoria una versión muy aproximada de la partitura completa. El Papa Clemente
XIV, admirado ante el talento del músico de 14 años, no sólo no lo excomulgó, sino que
lo nombró Caballero de la Orden de la Espuela de Oro, título que —a pesar de los
privilegios que otorgaba— nunca interesó a Mozart.
Otro gran triunfo fue el estreno de la ópera Mitrídates, rey del Ponto, estrenada en
1770, en Milán. Resolviendo en media hora un examen que al resto de los postulantes
les llevó tres, fue admitido como compositor en la Academia Filarmónica de Bolonia,
considerada el centro de erudición musical de la época.
El ingreso de Mozart en la Academia fue extraordinario, ya que aún le faltaba mucho
para los veinte años, edad mínima exigida por el reglamento. En ese lugar conoció al
padre Giovanni Battista Martini, importante teórico de la música en aquel tiempo, y
por el cual Mozart siempre guardó un gran afecto.
El nuevo príncipe‐arzobispo (1770‐1772)
Mozart tocando el clavicordio y Thomas Linley (de la
misma edad) al violín. Florencia, 1770
Mozart realizó un segundo viaje a Italia para asistir al
estreno de su ópera Ascanio in Alba. En 1771 regresó
con su familia a Salzburgo, que por entonces era un
principado eclesiástico regido por un príncipe‐
arzobispo. Se enteraron de la muerte del arzobispo
Schrattenbach, que siempre los había apoyado.
Comenzó entonces una nueva etapa, mucho más difícil. Jerónimo de Colloredo‐
Mannsfeld, el nuevo príncipe‐arzobispo de Salzburgo, se mostró autoritario e inflexible
con el cumplimiento de las obligaciones impuestas a sus subordinados. Mozart fue
confirmado en su puesto de maestro de conciertos; ahora recibiría un modesto sueldo,
pero su libertad poco a poco disminuiría, hasta el punto de sentirse esclavizado. Este
hecho influyó en su carácter.
Años de lucha (1772‐1778)
Padre e hijo fueron a Italia por última vez en 1772. En Milán, Wolfgang estrenó una
ópera y escribió el motete Exultate‐jubilate. Buscó un puesto digno y estable, pero en
vano. Tuvo que regresar a Salzburgo. A los 17 años, Wolfgang ya no podía pasar por
«niño prodigio». Empezaba ahora la lucha por la vida.
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estaban de moda los temas turcos, máximo exponente del exotismo oriental y con
toques levemente eróticos.
Como anécdota, el emperador José II comentó al final del estreno: «Música
maravillosa para nuestros oídos, verdaderamente creo que tiene demasiadas notas», a
lo que el genio contestó: «Exactamente, ¿cuántas son menester?»
A pesar de que Mozart aún no lograba su madurez y profundidad definitiva, en esta
obra se expresa quizá por primera vez la dimensión dramática que veremos en las
posteriores operas del genio de Salzburgo. Esta ópera le dio a Mozart el mayor éxito
teatral que conocería en vida.
En este año conoció a través del barón Gottfried Van Swieten —un entusiasta
coleccionista y aficionado musical que tenía en su poder una biblioteca con gran
cantidad de obras de compositores barrocos— la obra de Georg Friedrich Händel y
Johann Sebastian Bach.
Tomó contacto con los oratorios de Händel y algunas obras de Bach, entre ellas El
clave bien temperado. Mozart asimiló los modos de composición de ambos,
fusionándolo con el propio, dando a la mayoría de las obras de este período un toque
contrapuntístico, apreciable en las
transcripciones que hizo de algunas fugas de
El clave bien temperado KV 405, las fugas
para piano KV 394, KV 401 y KV 426 (luego
transcrita para cuerdas con el número de
catálogo KV 546). Pero sobre todo, podremos
ver la influencia de Händel y Bach en la Misa
en do menor KV 427. El estudio de estos
autores fue para Mozart tan importante que
llegó a realizar arreglos para obras como El
Mesías (K.572) o Alexander´s Feast (K.591),
ambos oratorios de Händel.
W. A. Mozart, 1789
Tras su fracaso sentimental con Aloysa Weber, encontró consuelo en Constanze, la
hermana menor. Pero sabía que su padre Leopold no apreciaba a esa familia, puesto
que no sin razones creía que estos, fundamentalmente la madre, querían aprovecharse
del éxito de su hijo. Sin embargo, hay suficientes antecedentes de que Constanze
amaba verdaderamente a Mozart y nunca compartió las maquinaciones de su madre.
Como el consentimiento de su padre era fundamental para Mozart, quiso viajar a
Salzburgo para presentarle formalmente a la novia, pero varios eventos postergaron el
temido viaje para enfrentar a su progenitor.
7. Wolfgang Amadeus Mozart
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El 4 de agosto de 1782, sin el consentimiento paterno, Wolfgang Amadeus y Constanze
se casaron en Viena. Para celebrar la unión y para calmar a su moralista padre, Mozart
compuso la inconclusa Misa en do menor (KV 427). Pensaba estrenarla en Salzburgo
con Constanze como primera soprano solista. Sólo pudo hacerlo en agosto de 1783,
pero sería inútil. Deseaba demostrar a su familia que había sabido elegir, pero Leopold
y Nannerl jamás terminarían de aceptar a Constanze.
Para colmo de males, su primer hijo murió el 19 de agosto de 1783, al mes de nacido.
De los seis hijos que Wolfgang Amadeus tuvo con Constanze —Raimund Leopold
(1783), Karl Thomas Mozart (1784), Johann Leopold (1786), Theresia (1787), Anna
(1789) y Franz Xaver Wolfgang Mozart (1791)—, sólo dos sobrevivieron: Karl Thomas y
Franz Xaver Wolfgang.
Existe una anécdota en la que, según se cuenta, mientras Constanze daba a luz a un
niño muerto, Mozart se encontraba en la habitación contigua componiendo una
sinfonía. Buen ejemplo de cómo es la música clasicista, ya que, al contrario de la
romanticista (de la cual se atisban pequeños resquicios en los últimos años de vida del
compositor), éste no deja plasmados los sentimientos en las obras.
El más grande compositor (1784‐1787)
Para diciembre de 1784, Mozart ingresó en la francmasonería, en la que encontró un
ideal filosófico. 1785 fue un año de gran actividad artística y social. Wolfgang se sintió
entusiasmado ante el aplauso que los vieneses dispensaron a su música. Por entonces
dedicó a Joseph Haydn algunos cuartetos de cuerda.
La anécdota cuenta que, al oírlos, Haydn manifestó a Leopold que ante Dios, Wolfgang
Amadeus era el más grande compositor que hubiera conocido. Fue un gran periodo
creador. En 1786 Mozart estaba en la cumbre. Estrenó la ópera Le nozze di Figaro con
gran éxito, la cual no estaba exenta de polémica debido a su contenido político. Sin
embargo, Mozart y Da Ponte se las arreglaron para excluir de ésta todo aquello que
pudiese «poner nerviosas» a las autoridades vienesas. Así, la obra de Beaumarchais
logró pasar la censura y Mozart pudo estrenar su ópera. La preocupación del
Emperador residía en que la obra sugería la lucha de clases, y en Francia ya le había
generado no pocos disturbios a su hermana María Antonieta. En el aria de Figaro «Se
vuol Ballare» podemos notar parte de ese contenido que quiso minimizarse (Figaro,
con fina pero intensa ironía, entona una cavatina dirigida a su patrón el Conde de
Almaviva).
En 1787, estrenaría en Praga Don Giovanni también con gran éxito. Esta obra, que
narra las aventuras de Don Juan, había sido un tema recurrente en la literatura y el
teatro y, por lo tanto, Da Ponte no se basa en un texto particular, sino que recoge
información de múltiples fuentes. La ópera fue catalogada por Mozart como un
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«Dramma Giocoso» y su título original era «Il dissoluto punito o sia Il D. Giovanni». El
contenido dramático de esta obra está presente desde el comienzo, con la muerte del
comendador, hasta el final y contiene algunos de los pasajes más hermosos de la obra
de Mozart.
Sin embargo, en este mismo año, muere en Salzburgo su padre Leopold, quien había
sacrificado su carrera musical en pro del futuro musical de sus hijos. Esto lo sume en
una gran congoja, ya que su padre había sido su mejor consejero y amigo (y esto lo
podemos observar documentado en la numerosa correspondencia entre ambos).
La ópera Don Giovanni, al contrario de lo sucedido en Praga, resultó un rotundo
fracaso en Viena y, poco a poco, esta ciudad iría perdiendo el interés musical por
Mozart, probablemente por el advenimiento de otros pianistas con una técnica mucho
más aguerrida, como en el caso de Muzio Clementi, con escalas en terceras y acordes
más sonoros, ideales para los pianos de construcción inglesa de una sonoridad más
robusta, al contrario de los de sonoridad delicada vienesa, aptos para las escalas y
sutilezas del pianismo mozartiano. Sus Academias o conciertos por suscripción, que
habían sido en toda su estadía en Viena una de las mejores fuentes de ingreso (además
de inspiración y motivo de composición de sus conciertos para piano y orquesta a
partir del Nº 11, KV 413), comenzaron a perder audiencia, por lo que ya no le
reportaban beneficios económicos. Esto hizo que su situación económica empeorase
de modo que se vio obligado, a partir de entonces y hasta el final de su vida, a pedir
préstamos a Johann Michael Puchberg, un amigo y hermano de la misma logia
masónica. En 1789 recibe una oferta del empresario inglés Johann Peter Salomon,
quien le propone a él y a Haydn realizar una gira de conciertos por Inglaterra. Se
acordó que Haydn fuese el primero en ir (pasando allí la temporada 1791‐1792), y
Mozart iría a la vuelta de éste (aunque no le dio tiempo a ir, ya que falleció en 1791
antes de que Haydn volviese).
La misa para difuntos (1791) (Réquiem en re menor)
En marzo de 1791, Mozart ofreció en Viena uno de sus últimos conciertos públicos;
tocó el Concierto para piano n.º 27 (KV 595). Su último hijo, Franz Xaver, nació el 26 de
julio.
Pocos días antes se presentó en su casa un desconocido, vestido de gris, que rehusó
identificarse y que encargó a Mozart la composición de un réquiem. Le dio un adelanto
y quedaron en que regresaría en un mes. Pero el compositor fue llamado desde Praga
para escribir la ópera La clemencia de Tito, para festejar la coronación de Leopoldo II.
Cuando subía con su esposa al carruaje que los llevaría a esa ciudad, el desconocido se
presentó otra vez, preguntando por su encargo. Esto sobrecogió al compositor.
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Más tarde se supo que aquel sombrío personaje (al parecer, llamado Franz Anton
Leitgeb) era un enviado del conde Franz von Walsegg, cuya esposa había fallecido. El
viudo deseaba que Mozart compusiese la misa de réquiem para los funerales de su
mujer, pero quería hacer creer a los demás que la obra era suya y por eso permanecía
en el anonimato.
Mozart, obsesionado con la idea de la muerte desde la de su padre, debilitado por la
fatiga y la enfermedad, muy sensible a lo sobrenatural por su vinculación con la
francmasonería e impresionado por el aspecto del enviado, terminó por creer que éste
era un mensajero del Destino y que el réquiem que iba a componer sería para su
propio funeral.
Mozart al morir consiguió terminar tan sólo tres secciones con el coro y órgano
completo: Introito, Kyrie y Dies Irae. Del resto de la Secuencia sólo dejó las partes
instrumentales, el coro, voces solistas y el cifrado del bajo y del órgano incompletos,
además de anotaciones para su discípulo Franz Xaver Süssmayer. También había
indicaciones instrumentales y corales en el Domine Jesu y en el Agnus Dei. No había
dejado nada escrito para el Sanctus ni el Communio. Aunque en un principio Constanze
pidió al músico de la Corte Joseph Leopold Eybler que terminase el Réquiem, fue su
discípulo Süssmayer quien lo acabó (sigiendo las directrices de Mozart), completando
las partes faltantes de la instrumentación, agregando música en donde faltaba y
componiendo íntegramente el Sanctus. Para el Communio, simplemente utilizó los
temas del Introito y el Kyrie, a manera de reexposición, para darle cierta coherencia a
la obra.
Aunque al parecer se tocaron extractos del Réquiem en una misa en memoria de
Mozart celebrada el 10 de diciembre de 1791, el estreno de la obra completa tuvo
lugar en Viena el 2 de enero de 1793 en un concierto en beneficio de la viuda del
músico austríaco. Fue interpretado de nuevo el 14 de diciembre de 1793 durante la
misa que conmemoraba la muerte de la esposa del conde Walsegg, dirigido por el
propio conde.
El final de una vida trágica (1791)
La salud del genio empezó a declinar y su concentración disminuía. La clemenza di Tito
fue acogida con frialdad por el público. Al regresar a Viena, Mozart se puso a trabajar
en el réquiem y preparó, en compañía del empresario teatral y cantante Emanuel
Schikaneder, los ensayos de la ópera La flauta mágica. Ésta se estrenó con enorme
éxito el 30 de septiembre de 1791, con el propio Mozart como director.
Por entonces Mozart escribió el Concierto en la mayor para clarinete (KV 622),
compuesto para el gran clarinetista Anton Stadler. En octubre de 1791 su salud
empeoró; caminaba con su esposa por un parque cuando de pronto se sentó en un
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banco y muy agitado comentó a Constanze que alguien lo había envenenado. El 20 de
noviembre cayó postrado en cama.
Mozart, sabiendo que no iba a conseguir terminar su obra, dio a su discípulo Franz
Xaver Süssmayr las indicaciones para completar el Réquiem KV 626 según sus
intenciones.
El 5 de diciembre de 1791, aproximadamente a las doce de la madrugada, llegó el
doctor Closet (el médico que atendía a Mozart) de la ópera, y ordenó que se pusiesen
compresas frías sobre la frente para bajarle la fiebre (a pesar de que Sophie Haibel, la
cuñada de Mozart, se mostró reacia a hacer esto puesto que pensaba que no sería
bueno para el enfermo el cambio tan brusco de temperatura), lo que hizo tanto efecto
en él que perdió el conocimiento, que no volvió a recuperar hasta su muerte. Según
Sophie Haibel, los últimos suspiros de Mozart fueron <<como si hubiera querido, con la
boca, imitar los timbales de su Réquiem>>.
Alrededor de la una de la madrugada, Mozart falleció en Viena a la edad de 35 años, 8
meses y diez días, y su funeral tuvo lugar en la Catedral de San Esteban (donde
también se casara con Constanze), el día 6 de diciembre. Fue amortajado según el
ritual masónico (manto negro con capucha).
El entierro de Mozart fue de tercera, costando ocho florines con cincuenta y seis
kreutzer, lo usual para miembros de la burguesía media. Fue enterrado al anochecer,
siendo trasladado el féretro en coche de caballos hasta el cementerio de St. Marx en
Viena, en el que recibió sepultura en una tumba comunitaria simple (no en una fosa
común). El tiempo que hacía aquella noche era suave y con nieblas frecuentes (no
ventisca, como se ha pensado erróneamenete).
Recientes investigaciones han sugerido que Mozart murió por una fiebre reumática,
aunque existen múltiples conjeturas (Para ver un examen del cuadro médico de
Mozart, y las diferentes conjeturas sobre la causa de su muerte, véase la sección de
este artículo La enfermedad final). Existe la teoría de que el enterrador, conociendo de
quién se trataba, le anudó una soga al cuello, por encima del saco que envolvía el
cuerpo. También se sabe que nadie acompañó el cuerpo hasta el cementerio;
solamente lo acompañó hasta el final su perro.
En la actualidad, hay un supuesto cráneo de Mozart al que se le han hecho diversas
pruebas de ADN comparándolo con los de sus supuestas sobrina y abuela materna,
para poder así confirmar la autenticidad del mismo, pero no sólo encontraron que el
ADN del cráneo no coincidía con los de sus dos familiares, sino que el de ellas entre sí
tampoco concordaba.
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La enfermedad final
La inesperada y misteriosa muerte de Mozart ha suscitado gran interés desde el
principio. En el acta de defunción constaba que el compositor austríaco había fallecido
a causa de una "fiebre miliar aguda" (Hitziges fieber), pero este diagnóstico es
demasiado amplio e inexacto, ya que no se llevó a cabo la autopsia (debido al
avanzado estado de descomposición en que se encontraba el cadáver). Esto ha dado
lugar a numerosas hipótesis, siendo las más importantes las cuatro siguientes:
Una de las hipótesis más recientes y más aceptadas por los investigadores para
explicar la muerte del genio de Salzburgo fue formulada por el doctor Peter J. Davies,1
quien afirma que Mozart murió de una infección estreptocócica (contraída al parecer
mientras asistía a una reunión de su logia masónica en Viena el 18 de noviembre de
1791, durante una epidemia), que causó una exacerbación del síndrome de Schönlein‐
Henoch (que ya había padecido en otras ocasiones) y de la insuficiencia renal (cuyos
síntomas son fiebre, poliartritis, hinchazón especialmente en las extremidades,
malestar y vómitos), provocándose retenciones de líquido que hicieron que el cuerpo
se hinchase. El síndrome de Schönlein‐Henoch le provocó hipertensión, lo cual dio
lugar a un derrame. Este derrame dio lugar a una parálisis de un lado del cuerpo
(hemiplejia). Posteriormente apareció una bronconeumonía, la cual se manifiesta
cuando el enfermo está moribundo, que fue la causa directa de su muerte. Además,
pudieron practicársele una o varias flebotomías, que probablemente empeorasen su
insuficiencia renal.
Esta hipótesis podría explicar, entre otras cosas, los desmayos que sufrió Mozart
mientras componía el Réquiem y las depresiones que padeció durante sus últimos
meses (así como su obsesión con la idea de que su muerte estaba próxima), ambos
síntomas producidos por la insuficiencia renal crónica o uremia.
Otra de las hipótesis que se barajaron, propuesta por el doctor Carl Bär,2 fue que la
causa de su fallecimiento era una "fiebre reumática aguda" (Reumathic fieber). Sin
embargo, investigadores posteriores la han rechazado alegando que tanto los síntomas
neurológicos de su última enfermedad como el exantema (erupción cutánea) que
padeció no son comunes en una enfermedad de este tipo.
La hipótesis propuesta por el doctor Jan Hirschmann, explica que Mozart habría
fallecido de triquinosis, enfermedad corriente en la Viena de la época, por consumo de
carne de cerdo en mal estado. Para formularla, Hirschmann se basó en datos de una de
las últimas cartas de Mozart.
Esta hipótesis explicaría la excelente forma en que se encontraba el compositor
austríaco en otoño de 1791 (dos meses antes de su muerte) así como lo repentino de
su enfermedad y su fallecimiento.
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La sensacionalista hipótesis que se extendió inmediatamente tras la muerte de Mozart
fue la del envenenamiento, la cual está totalmente descartada en la actualidad. En sus
últimos días, el compositor confesó a Constanze que estaba seguro de que lo habían
envenenado (con acqua toffana). Además, tras la muerte del genio, se sospechó que
Mozart podía haber sido asesinado por Salieri (quien acabó sus días en un hospital
psiquiátrico, acusándose de la muerte de Mozart), cuya enemistad era conocida.
También se pensó que pudo ser envenenado por alguno de sus compañeros de la logia
masónica a la que Mozart pertenecía.
La leyenda
Se propagó el rumor de que Mozart había muerto envenenado por Antonio Salieri,
quien supuestamente odiaba su genio musical. Esto sirvió de inspiración para un
poema del poeta Puskin, en el que se inspiró el compositor Rimski‐Kórsakov para hacer
una ópera de nombre Mozart y Salieri; y posteriormente por el escritor británico Peter
Shaffer para escribir la obra de teatro Amadeus, llevada a la gran pantalla en 1984 con
éxito de público y crítica por el director Milos Forman en la película homónima que
recibió 8 premios Óscar.
No obstante, esta conocida obra, aunque inspirada en Mozart, es de ficción y no
pretende ser una biografía exacta del músico de Salzburgo. En ella la imagen de Mozart
(interpretado por Tom Hulce) aparece exagerada y deformada, poniéndolo, por
ejemplo, como un orgulloso bufón de risa bobalicona siempre dominado por su padre,
tópicos que no se corresponden con la realidad; así como tenemos a un perverso y
maquiavélico Salieri (interpretado por el actor estadounidense F. Murray Abraham), de
discutible historicidad.
Citando el artículo sobre Antonio Salieri en Wikipedia:
"Ocurrió en los años alrededor de 1790 que Mozart, entonces en la cúspide de la fama,
acusara a Salieri, cuya popularidad decaía, de plagio y de querer atentar contra su vida.
Según el historiador Alexander Wheelock Thayer, las sospechas de Mozart podrían
tener origen en un episodio ocurrido diez años antes, cuando Mozart vio cómo Salieri
le quitaba el puesto de profesor de música de la princesa de Wurtemberg. El año
siguiente, Mozart no consiguió ni siquiera el puesto de profesor de piano de la
princesa.
Cuando la ópera de Mozart Las Bodas de Fígaro tuvo en principio un juicio negativo
tanto del público como del propio Emperador, el compositor acusó a Salieri del fracaso
y de haber boicoteado el estreno ("Salieri y sus acólitos moverían cielo y tierra con tal
de hacerlo caer", comentará el padre de Mozart, Leopold, refiriéndose al primer
fracaso de su hijo, fracaso sólo temporal, como demostrará más adelante el éxito de
esta ópera). Pero en aquella época Salieri estaba ocupado en Francia con la
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representación de su ópera Les Horaces, lo que nos hace dudar sobre las posibilidades
que habría tenido de decidir a esa distancia el éxito o el fracaso de una ópera.
Mucho más probablemente (y siempre siguiendo a Thayer), quien debió de instigar a
Mozart contra Salieri podría haber sido el poeta Giovanni Battista Casti, rival del poeta
de la corte Lorenzo da Ponte, autor del libreto de Figaro. Una confirmación indirecta
de hasta qué punto esta disputa entre Mozart y Salieri pudo haber sido algo
artificialmente montado, está fundado en el hecho de que cuando en 1788 éste es
nombrado Kapellmeister, en lugar de proponer para la ocasión una de sus óperas,
prefirió reeditar Las Bodas de Fígaro.
Entre los pupilos de Salieri estuvo incluso uno de los hijos del propio Mozart, lo que
junta una vez más sus nombres.
En sus últimos años de vida, Salieri vio cómo su salud empeoraba repentinamente y de
modo irreversible. Quedó ciego y pasó los últimos años de su vida internado en un
manicomio. En ese período, el mismo Salieri se pudo haber autoacusado de la muerte
de Mozart, o al menos eso es lo que testimonian dos de sus enfermeras."
Valoración musical
Mozart aparece hoy como uno de los más grandes genios musicales del mundo. Era
capaz de concebir mentalmente obras enteras hasta en sus más mínimos detalles para
escribirlas después tranquilamente en medio de la conversación y el bullicio. Fue
excelente pianista, organista, violinista y director. Jamás se han superado sus
improvisaciones, que no solían faltar en sus conciertos y recitales. Como compositor
ocupa un elevadísimo lugar en todos los géneros; operístico, de cámara y religioso.
Cualquiera que fuera el instrumento o combinación de instrumentos para los que
compusiera, lo hacía con perfección insuperable. En su producción, la calidad igualó a
la cantidad.
Bajo la influencia del romanticismo, sus obras son con frecuencia erróneamente
comprendidas e interpretadas y suelen ejecutarse en un estilo denso,
majestuosamente emocional, tan lejos de su intención como lo están de la realidad los
retratos románticos que de él se hicieran. Sin embargo, su música perdura, mientras
mueren los vanos preciosismos. Su cualidad más imperecedera es la perfección.
Interpretada en el estilo adecuado, su música representa la quintaesencia de lo bello.
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Sus obras
La obra de Mozart fue catalogada por Ludwig von Köchel en 1862, en un catálogo que
comprende 626 opus, codificadas con un número del 1 al 626 precedido por el sufijo
KV
La producción sinfónica e instrumental consta de:
• 41 sinfonías, entre las que destacan la 35, Haffner (1782), la 36, Linz (1783), la 38,
Praga (1786) y las tres últimas (la 39, en mi bemol, la 40, en sol menor, K. 550, y la
41, en do mayor, K. 551 Júpiter compuestas en 1788;
• conciertos (27 para piano, 5 para violín y varios para otros instrumentos);
• sonatas para piano, piano y violín y otros instrumentos, que constituyen piezas
clave de la música mozartiana;
• música de cámara (dúos, tríos, cuartetos y quintetos);
• Adagios
• 61 divertimentos,
• serenatas,
• marchas y
• 22 óperas.
Mozart empezó a escribir su primera sinfonía en 1764, cuando contaba únicamente 8
años de edad. Esta obra está influida por la música italiana, al igual que todas las
sinfonías que compuso hasta mediados de la década de los setenta, época en que
alcanzó la plena madurez estilística. El ciclo sinfónico de Mozart concluye con una
trilogía de obras maestras formado por las sinfonías Nº 39 en mi bemol mayor, Nº 40
en sol menor y Nº 41 en do mayor "Júpiter", escritas en 1788. Tres años después, el
compositor morirá vencido por la enfermedad y el desaliento.
Con respecto a su producción operística, después de algunas obras «menores»
llegaron sus grandes títulos a partir de 1781: Idomeneo rey de Creta (1781); El rapto en
el serrallo (1782), la primera gran ópera cómica alemana; Las bodas de Fígaro (1786),
Don Giovanni (1787) y Così fan tutte ('Así hacen todas', 1790), escritas las tres en
italiano con libretos de Lorenzo da Ponte; La flauta mágica (1791), en la que se reflejan
los ritos e ideales masónicos, y La clemencia de Tito (1791).
El grueso de la música religiosa que escribió forma parte del período salzburgués,
donde encontramos gran cantidad de misas, como la Misa de Coronación, KV 317,
sonatas da chiesa y otras piezas para los diversos oficios de la iglesia católica. En el
período vienés disminuye su producción sacra. Sin embargo, las pocas obras de
carácter religioso de este período son claros ejemplos de la madurez del estilo
mozartiano. Compone la monumental misa en do menor KV 427 (la que queda
inconclusa, al igual que el Réquiem), el motete Ave Verum Corpus K.618 y el Réquiem
en re menor, K.626 Réquiem (Mozart).
15. Wolfgang Amadeus Mozart
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También compuso bellísimas canciones, tales como Abendempfindung an Laura KV
523 entre otras. Compuso asimismo bastantes arias de concierto de gran calidad,
muchas de las cuales fueron usadas en óperas de otros compositores a modo de
encargos. De sus arias de concierto se pueden destacar por su calidad y encanto:
Popoli di Tessaglia K.316, Vorrei spiegarvi K.418, ambas para soprano, o Per pietà
K.420 para tenor.
Información recopilada de Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Mozart