La resistencia aeróbica permite prolongar un esfuerzo a intensidad media o baja durante más de 3 minutos manteniendo la frecuencia cardíaca entre 120 y 160 pulsaciones por minuto. Se puede evaluar mediante pruebas como el Test Course-Navette, en el que el sujeto cambia de dirección al ritmo de una señal sonora que acelera progresivamente, o mediante entrenamiento intervalado que implica bloques cortos a largos de ejercicio intenso intercalados con descansos.