El sueño de Don Bosco a los nueve años en el que un hombre y una mujer le indican que debe tratar a los niños con amor y paciencia en lugar de castigarlos. Más tarde, la paciencia se identifica como el valor que el hombre y la mujer recomendaron a Don Bosco para guiar a los niños. En otra ocasión, una profesora aconseja a un grupo de estudiantes que deben animar a sus compañeros vagos a trabajar en lugar de amenazarlos, logrando que colaboren todos juntos.