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Situación cultural del siglo xviii
1. Daniel Alonso Camacho
Elena Redondo Crespo
Alfonso Peña Sánchez
Ana Izquierdo Garrido
SITUACIÓN CULTURAL DE ESPAÑA EN EL SIGLO XVIII.
CARLOS III.
Con respecto al tema de las reformas educativas del gobierno de Carlos III hay que decir
que se impulsó extraordinariamente el desarrollo científico mediante expediciones geográficas
y de divulgación científica, la construcción de edificios o lugares inculcados a la investigación
científica, como el observatorio astronómico, el jardín botánico, el Museo del Prado o el
Gabinete de Ciencias Naturales, y la fundación de las Reales Academias. Con todo esto, la
mentalidad de los españoles se renovó, y se combatieron las viejas costumbres y supersticiones.
Para Carlos III España debía modernizare, y esto solo lo conseguiría extendiendo la educación y
alentando el desarrollo científico. El objetivo del nuevo Rey en la política educativa era la
integración del indígena para convertir a los indios en súbditos de la monarquía y que
incorporasen la lengua, la cultura y los usos hispanos, por lo que en 1766 Carlos III dispuso que
los indios fueran recibidos en los colegios existentes en la Nueva España y fueran promovidos,
según su mérito, a todas las dignidades y oficios públicos. Tras la expulsión de la Compañía de
Jesús se cerraron algunos de estos colegios, pero Carlos III, apoyado por sus ministros, abrió dos
nuevos centros en 1770: uno de enseñanza primaria y media, y otro de enseñanza superior que
impartiría Derecho canónico y civil y Teología.
Las reformas educativas entorno a la universidad durante el reinado de Carlos III fueron
posibles gracias a la expulsión de los jesuitas en 1767, ya que éstos eran el mayor apoyo de los
Colegios Mayores durante la primera mitad del siglo XVIII. Esto es un dato importante puesto
que los directores de estos colegios mayores coincidían con ser los rectores de las Universidades
más importantes de España: Salamanca, Alcalá de Henares, Valladolid, Santiago de Compostela,
Valencia y Sevilla. Todas las universidades dependían de órdenes religiosas, por lo que el
dominio eclesiástico era total. Durante este periodo solo existían cuatro Facultades: la de Artes,
la de Teología, la de Medicina y la de Derecho. Gracias a los escritos de Manuel Lanz de
Casafornda y Manuel Roda contra los colegios mayores y su exceso de dominio en Consejos y
Audiencias, se investigó la educación universitaria, promulgándose la nueva ordenación de los
2. Colegios, la desaparición de la Junta Central de Colegios y las visitas anuales de inspección de los
Colegios, con lo que fue desapareciendo la casta colegial, democratizándose y uniformándose la
enseñanza universitaria.
Entre 1766 y 1767 se redactó un nuevo plan de estudios universitarios. Todas las
Universidades renovaron materias y textos a lo largo de la década de los 70; re añadieron cursos
de Matemáticas, Física, Geometría, Biología y Ciencias Naturales; se suprimieron los cursos
dictados y los apuntes de clase proponiéndose el uso de libros de texto. De esta manera se
centralizó y uniformó la universidad española, convirtiéndose en un servicio público en el año
1807.
PABLO DE OLIVADE
Durante el periodo de tiempo en el que ejerce como Asistente de la ciudad de
Sevilla, remitió a Madrid varios informes sobre la reforma universitaria y docente,
libertad de comercio, navegación del río, etc…
Estableció la primera escuela dramática del país.
Realizó una gran reforma en la enseñanza superior. A las múltiples actitudes de
inconformismo dentro del Claustro universitario, a las quejas, rivalidades y pleitos que
esterilizaban toda acción docente en la capital andaluza, se unían la firme intención
renovadora del Monarca, los ambiciosos planes progresistas de Campomanes y el
íntimo deseo del propio Olavide de conquistar fama y posición social, llevando a la
práctica en España las radicales mejoras culturales que había tenido oportunidad de
conocer en el extranjero.
Debido a la expulsión de los jesuitas, Olivade aprovechara para presentar un
Plan de reforma de la Universidad de Sevilla con una larga introducción sobre el estado
de la enseñanza universitaria en España.
CARRABÚS
Cabarrús propone que para la educación específicamente política se publique y se
imponga un “catecismo político” como parte del programa escolar. Este catecismo trata de
3. difundir los conceptos fundamentales sobre la sociedad que han de ser patrimonio común de
todos los ciudadanos. Es un proyecto de enseñanza laica, gratuita, igualitaria y obligatoria. Es
ésta la enseñanza nacional que debe unir la Nación política de los ciudadanos. Además, sugiere
una drástica reforma universitaria, en el que dice que tienen que cerrar algunas universidades
debido a la degradación a la que han llegado.
JOVELLANOS
Hasta la mitad del dieciocho no había establecimientos de enseñanza secundaria
dirigidos por el Estado; y aun después, la mayoría de ellos seguían en manos de cuerpos
independientes y de los municipios. Con el énfasis que venía dándose al trivio de gramática,
retórica y lógica, seguía predominando el estudio lengua latina, preparación necesaria para la
universidad, y se prescindía de la griega y de las modernas, como, por lo común, de la historia,
las ciencias naturales y la filosofía no aristotélica. Los colegios de los jesuitas se han considerado
los mejores de la época; en ellos aprendía el joven noble algo de historia, economía política,
matemáticas, física, navegación y balística, junto con las artes, quizá no menos útiles para él, del
baile y de la esgrima. Pero el latín, bien que corrompido a fuerza de ser hablado por los alumnos,
seguía formando el núcleo de esta enseñanza, cuyos métodos, a pesar del contenido, en parte
bastante moderno, eran en general los de siempre; mucha rutina y mucho aprender de
memoria. Al tiempo de su expulsión en 1767 tenían los jesuitas españoles 112 colegios; con su
partida descendió necesariamente el nivel educativo del país, bien que sus propiedades
confiscadas se aplicaron a creación de nuevas escuelas. El gobierno reformó el Seminario de
Nobles de Madrid, antes de la Compañía, y fundó para los plebeyos los Estudios Reales de San
Isidro (1770). Ambos establecimientos eran de carácter laico y ofrecían, junto con los estudios
tradicionales, cursos de matemáticas y ciencias naturales. Habían de servir de modelo ya que no
existía sistema oficial de enseñanza; pero de hecho tuvieron poco éxito.
El reinado de Carlos III se nos presenta, pues, como período en que estadistas
eminentes, entre ellos Aranda, Cabarrús, Campomanes y Olavide, se dedicaban a los problemas
educativos. Sin embargo, es también un período en el cual repetidamente se estrellaron las
reformas contra los escollos de la ignorancia, la inercia, la tradición y la suspicacia, y en la cual
una censura no muy rigurosa pero sí bastante caprichosa (lo que tal vez sea peor) impedía la
importación y la divulgación de las ideas. A la vista está que varias reformas propuestas, aparte
de excesivamente ambiciosas, eran francamente anticlericales; pero hay que reconocer al
4. mismo tiempo que a la dura oposición que encontraban en la Iglesia, la Inquisición y las
universidades se debe parte de la inquina que llegaron a sentir hacia estas instituciones algunos
de los reformadores desilusionados.
Aportaciones de Gaspar de Jovellanos a la educación.
Obras:
Memorias Pedagógicas. (1790- 1809).
Reforma de la ley agraria.
Reforma educativa.
Plan para arreglar los estudios de la Universidad. Madrid, 1798.
Plan de educación de la nobleza y de las clases pudientes. Aranjuez, 1798.
Memoria sobre la educación pública o sea tratado teórico- práctico de
enseñanza con aplicación a las escuelas y colegios de niños. Cartuja de Valdemosa.
Mallorca, 1802.
Bibliografía:
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/carlos_iii.htm
http://personal.us.es/alporu/historia/carlos_iii.htm
http://www.artehistoria.com/v2/personajes/5596.htm
http://www.nodulo.org/ec/2006/n047p21.htm
http://www.cervantesvirtual.com/portales/universidad_de_guadalajara/obra-visor-
din/jovellanos-y-la-educacin-0/html/fffa9866
http://personal.us.es/alporu/historia/olavide_informe.htm
http://personal.us.es/alporu/historia/pablo_de_olavide.htm