La Carta Europea del Agua establece principios para la conservación y uso sostenible del agua. Reconoce que el agua es un recurso limitado y esencial para la vida, por lo que es necesario preservarla y usarla de forma eficiente. Propone medidas como inventariar los recursos hídricos, fomentar la investigación, y gestionar el agua desde la cuenca hidrográfica y no desde fronteras políticas.