1. BIOGRAFÍA DE JUAN BOLIVAR CRESPO
“EL ZORZAL JAUJINO”
Juan Pablo Bolívar Crespo nació en la Provincia de Jauja, un 22 de Marzo de 1918. Su vida se desliza
entre el estudio, el deporte, el trabajo, el canto y la composición.
Se dedicó al comercio y a la ganadería; destacando con gran nitidez en el campo de la composición y el
canto de música folklórica del valle del Mantaro con el seudónimo de “El Zorzal Jaujino”.
Inicia su vida artística un mes de Octubre de 1945, cuando en la Plaza de Toros de Jauja, “Talavera de
la Reina”, se llevara a cabo un concurso de Mulizas Carnavalescas, el mismo que fue ganado por el
conjunto “La Rondalla Jaujina”, cuyo director era don Tobías Quintana y el guitarrista don Viterbo
Miranda. El premio consistió en actuar en Lima con los gastos pagados, con presentaciones en vivo en
las emisoras Central, San Cristóbal y en el recordado Coliseo Nacional del distrito de La Victoria; hoy ya
desaparecidos.
Las canciones de Juan Bolívar contienen los más elevados sentimientos y emociones del corazón. Le ha
dado renombre a Jauja, y ya se inmortalizó con ese himno.
En julio de 1998 falleció Juan Bolívar Crespo, «El Zorzal Jaujino», autor del huayno-muliza «Jauja», la
canción más representativa de nuestra provincia.
BIOGRAFÍA DE JULIO ROSALES HUATUCO
Hace cincuenta años Julio Rosales
Huatuco viajó a los Estados
Unidos en una gira artística, con su
saxo como carta de presentación.
No hacía mucho, (estamos
caminando por los años de 1957),
que este instrumento musical de
origen europeo había llegado al
valle del Mantaro y su aclimatación
fue inmediata.
El mestizaje musical en esta zona
es muy rico, algunas danzas como
la chonguinda tienen ritmos y pasos del minué y la contradanza europea. Don Julio Rosales Huatuco,
con sus saludables 78 años de edad, nos mira y en su recuerdo aparece su orquesta Los engreídos de
Jauja, tocando una Tunantada en la fiesta del 20 de enero en honor de los Patrones religiosos San
Sebastián y San Fabián en el distrito jaujino de Yauyos, capital, meca, de esta portentosa celebración.
El arpa y el violín juegan en cabriolas improvisadas abriendo el camino musical para los clarinetes y la
contundencia y afirmación de los saxos. El horizonte abierto y los aires ondulantes del anchuroso valle
son propicios para estas voces.
La orquesta Los engreídos de Jauja fue fundada por Julio Rosales hace cuarenta años, y cambió de
nombre en 1974 por Los engreídos del Perú. De ahí su vida cambió demasiado.
"Hace diez años que enseño música en Paterson, New Jersey, Estados Unidos, en la escuela 24, como
asistente de un profesor. Mis alumnos son niños muy espontáneos, imaginativos; es hermoso trabajar
con ellos y me entrego a la docencia en cuerpo y alma", dice quien es ahora protagonista del documental
El país de los saxos.
2. Como todos los músicos de su región, empezó a tocar desde niño, y de oídas. "De tanto escuchar fui
aprendiendo", dice. A los once años trabajaba en la chacra hasta las cuatro de la tarde, luego se ponía a
estudiar y después a tocar el saxo hasta entrada la noche.
Recuerdo que vinieron a buscarme unos señores, músicos de Acolla, y me dijeron "te hemos escuchado
cuando tocas en las noches, lo haces bien, por qué no trabajas con nosotros". Así se convirtió en
músico.
A los catorce años ingresó como alumno libre en el Conservatorio de Música de Acolla, filial del
Conservatorio de Lima.
"Pero donde me sentí más comprometido con mi saxo", dice, "fue en la gira que hice en 1978 por varios
países de Europa junto con el guitarrista Pepe Torres y Ezmila Zevallos, dueña de una hermosa voz.
Tenía necesidad de tocar a pleno pulmón como se toca el saxo en el valle del Mantaro, tomé conciencia
de esta relación del instrumento con el paisaje, con el espíritu del pueblo, con sus fiestas, con sus
bailes".
A la entrada de Acolla, el pueblo de Julio Rosales Huatuco, dos símbolos nos dan la bienvenida: sobre
un pedestal la pequeña escultura de un pentagrama y las felices y contundentes palabras: "Pueblo sin
analfabetos".
Acolla es el gran semillero de músicos de todo el valle, esta tradición musical hace que las bandas, por
ejemplo del Ejército o de la Policía, estén conformadas casi en su totalidad por acollinos. Esta es la tierra
de Julio Rosales, que un buen día de 1964 forma parte de la orquesta de Leonor Chávez Rojas, Flor
Pucarina , la más representativa cantante del valle del Mantaro.
Un año después graban el huayno "Ayrampito" de Emilio Alanya Carhuamaca, "Moticha", que rompe
todas las marcas de venta en discos e inicia el liderazgo de Flor Pucarina, como leyenda del folclore
huanca.
Desde su solitario refugio en Paterson, Julio Rosales sigue componiendo canciones con su saxo andino,
en permanente comunicación con su hija Elizabeth, violinista de la Sinfónica de Madrid, con su hijo Julio
Rosales Prechas, pianista de la sinfónica de Berlín y con su hermano Marcial, encargado de la dirección
de la orquesta Los Engreídos del Perú.
El país de los saxos: Este documental, dirigido por la antropóloga y periodista, Sonia Goldenberg, nos
introduce en el mundo de los saxofonistas de la sierra central del Perú, que adoptaron un instrumento
asociado al blues, jazz y rock and roll, para expresar los sentimientos más profundos de sus pueblos
nativos.
El film va del Valle del Mantaro -donde casi todos los días hay fiestas y el saxofón se ha convertido en el
instrumento musical más popular- a Nueva York, la "Gran Manzana", el lugar en el que muchos músicos
sueñan ir a tocar y donde el gran saxofonista Julio Rosales Huatuco vive en la más absoluta soledad.
Comparten los papeles protagónicos del documental, junto con Julio Rosales, Javier Unsihuay , director
de la orquesta Ases de Huayucachi, y Gady Mucha, de Selecta Mucha
Hermanos.
PICAFLOR DE LOS ANDES
Víctor Alberto Gil Mallma más conocido como Picaflor de Los Andes
(* Huancayo, 8 de abril de 1930, - La Oroya, 15 de julio de 1975) cantante
peruano de música vernacular, vendió1 aproximadamente 80 mil discos
3. del canción "Corazón Mañoso", en 1960 obtiene su carnet de artista por la Casa de La cultura, con el
nombre de "Picaflor de Los Andes", e hizo una presentación en la carpa el Coliseo Nacional.
Biografía:
Víctor Gil nació en la ciudad de Huancayo en 1930. Una tercera oleada de migrantes provincianos de
fuerte raigambre popular y clase media empobrecía a Lima durante los años sesenta. Los pueblos
jóvenes y los barrios populosos colindandtes con "La Parada" o el Mercado Mayorista recibieron a éstos
provincianos que llegaban en busca de trabajo. Era una marea humana que arribaba con toda su
existencia a cuestas; no sólo sus costumbres, enraizadas desde varias generaciones posteriores, sino un
afán indesmayable de sobrevivencia y superación. El gran intérprete de ésta conocida y nueva manera
de ser del provinciano andino en Lima, es sin duda alguna "Picaflor de los Andes". Gracias a Él, los miles
de migrante se identificaban entre ellos sus triunfos, derrotas y aspiraciones. Víctor Gil Mallma y sus
canciones lograron abrir las puertas de un mundo complejo y lleno de contradicciones. Gracias a su
música y persona, los provincianos sacudieron en gran parte sus complejos y vergüenzas. Sus
canciones era escuchadas, con nostalgia del terruño y ganas de vivir mejor, en pequeñas habitaciones
que poseían las empleadas del hogar, talleres, fábricas y mercados, así como también choferes de
ómnibus y camiones que viajaban por los distintos caminos del Perú. Ese multitudinario sentimiento se
extendía por la gran Lima, especialmente los días domingos. Era el encuentro semanal tan ansiado: Uno
se vestía con lo mejor y con algún dinero ahorrado y se dirigían a los coliseos a escuchar los huayños, a
reconocer en la letra y música de esas canciones todos los sueños guardados. Entonces en el Coliseo
Nacional, en el gran escenario, estaba El Picaflor de los Andes, cantando la música del centro en medio
de gritos y aplausos, acompañado siempre por diversas orquestas típicas. Fue un líder indiscutible de la
canción popular andina. Indentifcado con el agricultor, minero, chofer y músico, actividades que también
realizó desde joven, no sólo entonaba el huayno en sí, si no los diversos motivos costumbristas del
calendario agrícola y de las fiestas patronales y religiosas. El 15 de julio de 1975, en el distrito de la La
Oroya víctima de una Mielitis e infarto deja de existir éste máximo exponente de la música vernacular
peruana, a su entierro fueron más de 100 mil personas,2 todo un record para la época.
FLOR PUCARINA
Leonor Efigenia Chávez Rojas (Pucará, 22 de
septiembre de 1935 — Lima, 5 de octubre de 1987). Fue
una de los baluartes de la música andina peruana,
considerada como una de las mejores cantantes de la
música peruana. Es conocida en el ambiente musical
como La Faraona del Cantar Wanka.
Biografía
Nacida en el distrito de Pucará, a veinte kilómetros de la ciudad de Huancayo, pueblo que sirviera de
cuartel general al Mariscal Andrés Avelino Cáceres, durante la Guerra con Chile. Fue hija de los señores
Félix Chávez y Alejandrina Rojas con quien Leonor llegaría a Lima en 1944, radicándose en La Parada,
una zona comercial y verdadera capital de los provincianos marginados de ese entonces en el distrito de
La Victoria, la recibió como a una de sus hijas predilectas. Descubierta y bautizada como Flor Pucarina
por Teófilo y Alejandro Galván, debutó en el coliseo nacional ubicado también en La Victoria en el barrio
El Porvenir, el 8 de diciembre de 1958 con el huayno de Emilio Alanya, "Falsía".
De su adolescencia y juventud no se supo mucho, pero se empleó como doméstica en el Callao.
Inicialmente, le gustaba interpretar canciones de género ranchero en algunas radios locales.
4. Éxito e inicio en el medio musical
Firmó contrato para el Sello Virrey el 8 de diciembre de 1960, su primera grabación fue "Pueblo Huanca"
de su propia inspiración, le siguieron a ésta las grabaciones "Caminito de Huancayo", "Traición", "Soy
Pucarina", "Alma Andina", entre otras. Sin embargo, la canción que la internacionalizó fue el afamado
huayño "Ayrampito", el cual fue grabado aproximadamente en el año de 1965 y compuesto por los
destacados Emilio Alanya Carhuamaca y Tomás Palacios Fierro. Dicho tema alcanzó casi el millón de
copias vendidas. Cabe destacar también las piezas "Déjame no Mas", "Llorando a Mares", "Pichiusita",
"Sola, siempre Sola", "Pobre Peregrina", "Vocero Huanca", entre otros muchos huaiños, mulizas,
santiagos y huaylash. En su haber logra grabar quince álbumes. Flor Pucarina se convirtió en la más
famosa de las interpretes del folklore del país. Su voz sentimental y profunda, su belleza mestiza, su
imponente y coqueta presencia en los escenarios y su carácter temperamental, hicieron de la cantante
una verdadera diva. Durante sus grabaciones estuvo enmarcado por diferentes orquestas vernaculares
famosas de la serranía peruana es el caso de "Los Alegres de Huancayo", "Los Engreídos de Jauja",
"Los Rebeldes de Huancayo" hasta su propia banda a la cual denominó "Selección Huanca"; cabe
señalar también que participó en algunas grabaciones en conjunto con el grupo vernacular Los
Pacharacos. saavedra@peru.com
Últimos años
Consagrada definitivamente en su medio, hizo un recital en el Teatro Municipal, que la recibió
apoteósicamente, colmado por un público mayoritariamente provinciano. El escenario fue ambientado
como un bar popular, con una rockola incluida.
Su salud se vio afectada por una infección renal que luego se degenaría en cáncer, la postraría en una
cama del Hospital Edgardo Rebagliatti y presintiendo su muerte, grabó a inicios de 1987 el huayno "Mi
Ultimo Canto" de la composición de Paulino Torres, le siguieron también "Presentimiento", "Dile",
"Trencito Macho". Lamentablemente el 5 de octubre, falleció. El 7 de octubre sus restos recorrieron
durante todo un día las principales calles de la capital, acompañada por una multitud que cantaba y
lloraba. Llamando así la atención de la prensa, que buscó explicarse tal manifestación de dolor de miles
de peruanos ante la muerte de una persona, desconocida por el mundo "oficial" hasta pocas horas antes.
Su cuerpo reposa en el Cementerio de El Ángel de Lima.
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