1. 1
Cancionero Lagunero
Canciones y corridos históricos y de ficción, de la
Región Lagunera, de los estados de Coahuila y
Durango
Antonio Avitia Hernández
Ciudad de México, 2021
2. 2
Con cariño para mi resiliente hermana
María Guadalupe Avitia Hernández
y para sus hijos y nietos laguneros
3. 3
Prólogo
Croquies de los Municipios de la Región Lagunera de los estados de Coahuila y
Durango1
La Región Lagunera, también conocida como Comarca Lagunera o simplemente
como La Laguna; comprende los municipios de: Gómez Palacio, Lerdo, Mapimí y
Tlahualilo; en el estado de Durango, y los de: Torreón, San Pedro de las Colonias,
Matamoros, Viesca y Francisco I. Madero en el estado de Coahuila. De acuerdo con
Pastor Rouaix:
“Laguna La. Se conoce con este nombre a la extensa comarca que ocupa el
extremo meridional del Bolsón de Mapimí, a donde han convergido las aguas
de los Ríos Nazas y Aguanaval, desde los tiempos geológicos, colmando con
sus azolves la depresión de los terrenos para presentar ahora una inmensa
planicie de notable horizontalidad, con tierras de gran fertilidad para la
agricultura. En tiempos más recientes, cien años ha, el Río Nazas llevaba sus
aguas a la Laguna del Tlahualilo, en el Norte, la que, al ser colmada, lo obligó
1 REYES PIÍMENTEL, JOSÉ . Despertar lagunero, México, Talleres Gráficos de la Nación, 1937, p.22.
4. 4
a desviar su curso para ir a depositarlas en otra depresión, la de la Laguna
de Mayrán al Oriente, mientras el Río Aguanaval sigue llevando su corriente
a la Laguna de Viezca. Especialmente se conoce por La Laguna, o por
Comarca Lagunera, la zona que queda dominada por el sistema de riego de
ambos ríos, zona que tiene una elevación de 1,120 a 1,150 metros sobre el
mar. Su clima es caliente sin ser extremoso, siendo los meses más cálidos
de mayo a septiembre con temperaturas máximas de 38 a 39 grados. Las
fuertes heladas, sobre todo en enero, llegan a descender a más de ocho
grados bajo cero, pero rápidamente se eleva la temperatura que no per-
manece demasiado baja por largo tiempo. El ambiente es seco por lo general,
lo cual favorece el cultivo del algodonero, ya que la humedad persistente es
causa de desarrollo de plagas, que en otras regiones impiden tal cultivo y en
lo que, precisamente, está constituida la riqueza lagunera y la razón de su
desarrollo y progreso. Las precipitaciones pluviales han oscilado entre 110 y
470 mm., considerándose una precipitación media en Ciudad Lerdo de 220
mm. anuales. La evaporación es muy fuerte, por lo seco de la atmósfera y el
bajo grado de humedad relativa, sumándose a esto los veloces vientos que
dominan en los meses de febrero a mayo principalmente, que alcanzan
velocidades de 50 kilómetros por hora, y alguna vez vientos huracanados de
mayor intensidad. La evaporación en 1929, alcanzó a 2,978 metros en total
en el año, lo que es sencillamente enorme; el promedio anual considerando
17 años de observaciones, resulta de 2,688 metros por año.
La zona Lagunera se encuentra dividida entre los Estados de Durango y el
de Coahuila, estando en éste el depósito o vaso de Mayrán, término del Río
Nazas, lo que hace que la parte más extensa e interesante de la comarca se
encuentre en el Estado de Coahuila y precisamnte en los municipios de:
Torreón, San Pedro de las Colonias, Matamoros, Viesca y Francisco I.
Madero. Sin embargo, nada despreciable es la porción correspondiente a
Durango, que abarca el Municipio de Gómez Palacio en su totalidad y una
parte de los de Lerdo, Tlahualilo y Mapimí, conteniendo gran cantidad de
ranchos valiosos regados con el agua del Nazas por canales de enorme
5. 5
caudal e importancia. Asimismo, el río Aguanaval, que procede de los
macizos zacatecanos, se precipita en esta depresión de La Laguna, pero
entra a ella en terrenos de Coahuila exclusivamente, aunque sus aguas fuera
de la Región, fertilizan extensiones durangueñas importantes a partir de San
Juan de Guadalupe hasta los terrenos de Nazareno.
La superficie aproximada que abarca la zona dominada por los canales de
riego es de 150,000 hectáreas, que como es presumible, no pueden regarse
en su totalidad por no ser suficiente el agua de los ríos. Las tierras laguneras
se han regado hasta ahora, derramando sobre ellas las crecientes del Río
Nazas, para cubrirlas con una lámina de agua de un metro de espesor,
aproximadamente, cultivándolas después con procedimientos especiales
para que se conserve la humedad en la tierra y pueda ser aprovechada por
las plantas hasta la madurez del fruto. Para conseguir este resultado había
necesidad de una red de amplios canales que partían de las presas de
derivación levantadas en el cauce de los ríos; pero en un porvenir cercano
los riegos se harán con regularidad y a su debido tiempo por disponerse de
aguas almacenadas en la Presa del Palmito, que detendrá y conservará el
caudal del Río Nazas. Los terrenos agrícolas que riega el Nazas en el Estado
de Durango, dentro de La Laguna, tienen una superficie de 56,877 hectáreas,
de las que 40,795 corresponden a terrenos ejidales y 16,082 a propiedades
particulares.
A partir del acuerdo dictado por el Presidente Cárdenas, el 6 de octubre de
1936, que ordenó la dotación de tierras ejidales a los cascos de las fincas
rústicas de propiedad individual, y que trajo el reparto de las tierras en la
forma antes citada, ha venido una transformación en las condiciones sociales
y económicas de la Comarca, con resultados favorables para la Economía
Nacional, pues los productos de las cosechas que antes, en la porción
durangueña, se concentraban en un centenar de personas, dueños o
arrendatarios de la tierra, ahora se reparten en la gran masa campesina
radicada en el lugar, con evidente prosperidad para el comercio y para los
negocios. Los beneficios definitivos se recibirán cuando se implante el riego
6. 6
con las aguas almacenadas y desaparezca el procedimiento aleatorio de
cultivos con avenidas imprevisibles en el tiempo y en la cantidad.”2
El folklore musical mexicano tiene en, tanto en la lírica narrativa (el corrido) como
en la lírica de ficción, algunas de sus más ricas expresiones; tanto en lo musical,
como en lo poético, histórico y narrativo.
En la Región Laguera la lírica narrativa histórica y de ficciónn, se ha desarrollado
con dos tendencias: la tragedia y el corrido propiamente dicho. De acuerdo con la
ecritora y bailarina Nellie Campobello; "La música de la tragedia, además de estar
frecuentemente compuesta en modo menor, tiene una frase musical reposada,
majestuosa, profunda. Debe ejecutarse en tiempo lento y por cuanto a la métrica en
que se apoya, está concebida en compases de dos, tres o cuatro tiempos. El corrido,
en cambio, además de estar compuesto; la mayoría de las veces, en modo m
ayor, tiene frase musical juguetona y alegre, inquieta y viva. Su ejecución es lisa y
llana, casi carente de sentimiento, tal vez, por eso se titula corrido, porque se canta
sin interrupciones y de una manera fluida debiendo ejecutarse en tiempo movido.
Los compases que en él emplea más frecuentemente el pueblo, son los que usa en
todo caso para divertirse cantando: los de 3/8, 6/8, 9/8 y 2/4".3
En el año de 1846, el viajero inglés George F. Ruxton quien, a la sazón, realizaba
una travesía por el noreste del estado de Durango, al encontrarse de paso en el
poblado de San Pedro del Gallo, en su libro Aventuras en México, además de
informar sobre los ataques de los apaches y comanches, y sobre los defectos y
virtudes de las durangueñas y los durangueños, relató lo siguiente
2
PASTOR ROUAIX. Diccionario Geográficos, Históricoy Biográfico del Estado de Durango, México,
Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 1946, pp. 224 a 226.
En los últimos años se ha esparcido la especie en el sentido de que la Región Lagunera abarca los
municipios de: Torreón, Matamoros, San Pedro de las Colonias, Francisco I. Madero, Viesca y Parras
de la Fuente; en el estado de Coahuila, y los de: Gómez Palacio, Lerdo, Tlahualilo de Zaragoza,
Mapimí, San Pedro del Gallo, San Luis del Cordero, Nazas, General Simón Bolívar, San Juan de
Guadalupe, Cuencamé, Peñon Blanco, Santa Clara, Rodeo, Hidalgo e Indé. Sin embargo, al no
tratarse de una división territorial oficial, sino a capricho de quien la diseña, en este trabajo se optó
por adoptar la utilizada en los años treintas del siglo XX y que sirvió para el gran reparto de tierras
de la región, durante el periodo cardenista. Esta misma es la que coincide con la descripción de
Pastor Rouaix.
3
VICENTE T. MENDOZA.- El romance Español y El Corrido Mexicano, Estudio comparativo),
México, UNAM, 1936, p. 8.
7. 7
“Por la tarde trajeron una guitarra y se celebró un fandango en mi honor. Las danzas
de la gente del campo son graciosas, con buenas dosis de pantomima, pero sus
mejores cualidades están en las canciones que acompañan con música y que,
entonadas en voz baja, parecen novelas y son muy agradables.”4
Con respecto al origen del corrido, investigaciones anteriores han desatado una
gran polémica con cuatro tendencias principales: la hispanista, la indigenista, la
mestiza y la regionalista.
En el afán de afirmar la ascendencia hispánica directa del corrido y en general, de
la lírica mexicana, Vicente T. Mendoza aseguró que: "El corrido es no sólo un
descendiente directo del
romance español, sino aquel mismo romance trasplantado y florecido en nuestro
suelo.”5
Por su pate; Pedro Henriquez Ureña popuso que "El corrido es la prolongación del
romance español, florece tanto en la altiplanicie central como en el norte y traspasa
las fronteras para penetrar en los Estados Unidos, en las regiones donde se
conserva el idioma español”.6
La gran parcialidad de la tésis hispanista no permite cubrir el origen de la totalidad
de las formas del folklore musical, que se producen en el territorio nacional y ésto
dió lugar a la tésis indigenista.
Aún cuando no nos menciona ningún ejemplo de su tésis, el principal defensor de
la tésis indigenista, Celedonio Serrano Martínez nos dice que: "dirijamos la mirada
a nuestro pasado indígena, que ahí está la raíz de lo que somos; en ese pasado
épico y grandioso está la raíz de nuestro corrido. ¿Para qué buscarle su origen en
la épica española?, tan distante en el tiempo y en el espacio de nuestro pueblo, si
acá tuvimos otra tan realista y objetiva como aquella pero más en consonancia con
nuestro medio ambiente geográfico y social."7
La tésis indigenista resuelve el origen
de los corridos en lenguas indígenas, así como algunas formas de construcción
4
RUXTON, GEORGE F.. Aventuras en México, México, Ediciones El Caballito, 1974, p. 142.
5
VICENTE T. MENDOZA. El Corrido Mexicano, México, Fondo de Cultura Económica, Colección
Popular # 139, 1984, p. X.
6
PEDRO HENRIQUEZ UREÑA. Música Popular en México, México, INAH, 1981, p. 124.
7
CELEDONIO SERRANO MARTÍNEZ. El Corrido Mexicano no deriva del romance español, México,
Centro Cultural Guerrerense, 1973, p. 98.
8. 8
poética de los mismos y deja a un lado la parte hispánica de la producción corridista
y el folklore musical nacional en geneal, a pesar de que, en su sonido musical
explica; con las voces flacas de los indígenas y los mestizos, el canto alargado y
agudo de la mayoría de las composiciones del género.
Por otra parte, los seguidores de la idea de que el corrido es un producto mestizo o
sincrético; genuinamente nacional, se apoyan en el hecho de que la mayor
producción del folklore musical nacional surge, no entre la población indígena, ni
entre los criollos y peninsulares, sino entre la población mestiza y en tiempo
posterior a la independencia.
Si bien la campaña por eliminar las lenguas nativas y la cultura no europea no entró
en plena intensidad hasta la época de los Borbones en el siglo XVIII para continuar
hasta nuestros días en cierto sentido. Incluso el mismo teatro misionero ya no se
presentó en lenguas indígenas sino en español y en versificaciones más parecidas
a las del corrido octosilábico que, hasta el momento, es la métrica que conservan
las representaciones del teatro ritual católico, en sus series de Semana Santa y
Navidad.
Aun cuando la tésis mestiza es la menos apasionada y la más coherente, en su
relación con la evolución del género, no cubre la totalidad de las características en
las diferentes formas de
construcción del género.
Así, últimamente se ha madurado otra tésis, la regionalista: Si observamos
detenidamente; el género de corrido y las canciones en el territorio nacional recibe
múltiples denominaciones; Tragedia, Versos, Bola, Mañanas, Corrido, Danza,
Narración, Historia, Recuerdos, entre otros. Esta nomenclatura no es fortuita y casi
siempre corresponde a las diversas maneras con que se manifiesta el género
corrido y cada forma llevará el sello de la cultura misma del pueblo o grupo social
que lo ha producido, es decir; "El corrido, como expresión de la cultura popular,
permite abordársele en mayores complejidades que tienen que ver con funciones
sociales que integran determinada identidad de grupo o región."8
8
MIGUEL ANGEL GUTIERREZ AVILA.- Corrido y Violencia entre los Afromestizos de la Cosía Chica
de Guerrero y Oaxaca, Chilpancingo, Guerrero, Universidad Autónoma de Guerrero, 1988, p. 14.
9. 9
Si el desarrollo económico y la evolución étnica del país no ha sido homogénea,
sino más bien desigual y combinada, dependiendo de cada región, de igual manera,
las expresiones culturales de cada zona no se vieron ceñidas a un patrón común, la
poesía y el canto adoptaron los cartabones de construcción y lenguaje propios de
las regiones en que se desenvolvieron.
Por su parte, Georgina Trigos afirma que, "Los corridos son formas Je expresión
tradicional y popular que Integran un sistema de manifestaciones literario-musicales
con características propias dentro del que se forman subclases (o subsistemas) con
rasgos regionales y/o temporo/espaciaies que los diferencian entre si.¨9
Hasta el momento se han logrado definir las siguientes zonas productoras de
corridos: Afromestiza de la Costa Chica de Guerrero y de Oaxaca, La de las Bolas
Surianas de Morelos y Guerrero, La Gran zona de los Corridos mestizos del
Altiplano, La Región Cardenche de la Laguna, La Región de los corridos Chicano y
otros territorios influenciados, así como las zonas sin corridos.
En la presente compilación importa la región cardenche de La Laguna, en la que,
según la razón de Mendoza: "En la Región que corresponde a la Cuenca del río
Nazas, el corrido ha adquirido una manera muy especial de manifestarse: se ha
hecho, por decirlo así, más expresivo, más hondo; las inflexiones melódicas que
emplea usan mucho del potamento y del arabesco en forma de grupetto, tanto en
sentido ascendente como descendente, lo que hace pensar en su origen andaluz.
Pero ésto mismo hace inconfundibles las melodías de la región"10
Aun cuando las afirmaciones de Vicente T. Mendoza nos encaminan a pensar en
un origen andaluz, en el sonido de las melodías de la Cuenca de Nazas, se ha
encontrado un parecido extraordinario entre los cantos de alabados, canciones
funerarias y cantos de pastorelas y pasiones de los Estados de Durango y Coahuila
con las canciones cardenches; llamadas así por la similitud de sonido que el silbido
del viento del desierto produce al pasar por entre el tallo agujereado del cardenche.
9
GEORGINA TRIGOS. Los Corridos Agraristas Veracruzanos, Jalapa, Veracruz, Universidad
Veracruzana, Cuadernos del CIL-1, 1989, p.15.
10
VICENTE T. MENDOZA. El Romance Español y El Corrido Mexicano, Op. Cit. p. 152.
10. 10
-arbusto desértico de hojas espinosas, flores púrpuras y tallo agujereado, que se
usa para cardar lana-.
Tanto los corridos y canciones cardenches, como los cantos rituales del Estado de
Durango y el suroeste de Coahuila, están escritos en versos octosilábicos pero
guardan, en su sonido, la relación con el canto tepehuán, la etnia guerrera que
habitó parte de la región Lagunera y cuya toponimia aún existe; Mapimí, Jimulco,
Nazas, Tlahualilo, entre otros, si bien, para el siglo XVII la etnia Tepehuán fue
reducida y obligada a refugiarse en lo alto de las serranías del sur de Durango y el
sur de Chihuahua. La Cuenca del Nazas también fue habitada, aunque en menor
cuantía, por los Irritilas hasta el siglo XVI, y después La Laguna tuvo diversas In-
migraciones; españolas y tlaxcaltecas y, a fines del siglo XIX, con la construcción
de los ferrocarriles, la inmigración a La Laguna fue cosmopolita. Esta inmigración
de fines del siglo XIX y principios del XX, no parece haber afectado mucho a las
características del folklore musical regional y antes bien, los inmigrantes se
integraron a las costumbres de los nativos, sin dejar de aportar alguno que otro
elemento significativo; sobre todo en dotación instrumental, a las formas de
expresión popular.
De acuerd con Irene Vázquez Valle, en la Región Lagunera: "géneros como el
corrido, la llamada canción mexicana y los cantos de pastorelas perdieron su propio
estilo para tomar el de la reglón, el de la cardenche".11
La primera parte de la presente compilación se centra en los corridos históricos
laguneros desde la época de la Intervención Francesa, pasando por el período
revolucionario, la rebelión Escobabarista, los repartos agrarios cardenistas, hasta la
gran inundación de 1968 y se prolonga hasta el periodo de la Guerra sucia
desarrollada por el Estado Mexicano contra las guerrillas ciudadanas.
En la segunda parte se incluyen además algunos corridos y canciones populares
laguneros de ficción que enriquecen el acervo folklórico regional.
11
IRENE VAZQUEZ VALLE. Tradiciones Musicales de La Laguna, La Canción Cardenche, texto adicional, s/p.
disco I.N.A.H. # 20.
11. 11
La instrumentación más usual para la interpretación de las canciones y los corridos
laguneros es la del conjunto norteño: bajo sexto, acordeón, voces, tololoche,
guitarra y en algunos casos saxofón.
Es de agradecerse la valiosa colaboración, en lo que a localización de material
bibliográfico y hemerográfico se refiere al cineasta lagunero Fernando del Moral
González y el apasionado librero de viejo Francisco Javier Gómez Muñoa. Lo
anterior, aparte de contar, en todo momento, con su incondicional e invaluable
amistad.
13. 13
I Canciones y corridos históricos de La Laguna
En 1842, algunos colonos de la Región Lagunera, en los límites de los estados de
Durango y Coahuila, fundaron la población de Matamoros, Coahuila, afectando los
intereses del latifundista Leonardo Zuloaga. El litigio de papelería se convirtió en
guerra, en la época de la Reforma. Los matamorenses, organizados por Jesús
Herrera González, se afiliaron el Partido de los liberales, al tiempo qur Zuloaga
recibió el apoyo y las fuerzas del gobernador de Nuevo león y Coahuila; Santiago
Vidaurri, quien se adhirió al Segundo Imperio Mexicano, liderado por Maximiliano
de Habsbugo, en 1864.
Los matamorenses organizados, lograron vencer a las diversas fuerzas que fueron
enviadas para que desalojaran el territorio que habían ocupado y, debido a su
bravura, sus enemigos les acomodaron el mote de Tulises, que en ese entonces
significaba, en el estado de Durango, algo así como un sinónimo de bandidos o
valientes; aunque los matamorenses no tenían nada que ver con los verdaderos
bandidos Tulises quienes; en su calidad de criminales, lucharon a favor de los
conservadores. Los conservadores compusieron a los matamorenses el corrido de
Los Tulises de Matamoros del que sólo se pudo localizar la cuarteta que se
transcribe.
Luego de sufrir: persecuciones, arrestos y agravios en sus personas, familias y
posesiones, los matamorenses no habían logrado la dotación oficial de sus tierras;
sin embargo, el 4 de septiembre de 1864, con la mayor parle del país ocupado por
las fuerzas imperialistas, don Benito Juárez, presidente legítimo de la República
Mexicaa, llegó al rancho El Gatuño; hoy Congregación de Hidalgo, muy cercano a
Matamoros, junto con la caravana de sobrevivientes del Gobieno de la República,
llevando en su convoy, catorce carretas que contenían el Archivo del Gobierno
Republicano. Las carretas del Archivo, hacían más lento el avance de los juaristas
hacia el norte del país. Ante esta circunstancia, Juárez se entrevistó con Jesús
González Herrera, líder natural de los matamorenses, pidiéndole hombres de
14. 14
confianza para una difícil misión, Ante la petición, González Herrera recomendó ante
Juárez al matamorense Juan De la Cruz Borrego.
La misión que Juárez encomendó a De la Cruz Borrego fue la de custodiar el Archivo
de la Nación, poniendo vida de por medio. De I» Cruz se hizo cargo de los paquetes
y formó un grupo de custodios matamorenses quienes; en primera instancia,
llevaron el Archivo al Arroyo del Jabalí, donde lo enterraron. Pero pensando que,
con la creciente del Río Aguanaval; del cual el Arroyo del Jabalí es afluente, los
papeles se mojarían; siguiendo el consejo del salteador de caminos Vicente
Ramírez, optaron por trasladar el Archivo a la Cueva del Tabaco.
Juan De la Cruz Borrego, líder de los matamorenses custodios del Archivo
de la Nación, en la Cueva del Tabaco
La Cueva del Tabaco. Lugar donde los matamorenses escondieron el
Archivo de la Nación
15. 15
Los custodios hicieron voto de silencio a pesar de que; por ser, en su mayoría
analfabetas, no conocían el valor del contenido de lo que custodiaban. Por su parte,
los imperialistas tuvieron la equivocada idea de que; lo que las carretas
transpotaban, eran piezas de oro.
Los custodio» fueron hostigados por los conservadores imperialistas del general
Toribio Regalado Rosales y, aunque algunos de los custodios y habitantes de
Matamoros y El Gatuño fueron torturados y otros asesinados, el Archivo permaneció
intacto hasta que fue devuelto a Benito Juárez en persona, en 1867. Juárez, por su
parte, legalizó la tenencia de la tierra de los colonos de Matamoros, Coahuila.
La reconstrucción completa de esta fascinante historia se debe al esfuerzo de la
profesora Rosario Fernández quien, a principios de la década de los sesentas del
siglo XX, realizó una acuciosa investigación de campo, entrevistando a los
descendientes de los custodios del Archivo, en Congregación de Hidalgo y
Matamoros, Coahuila. El producto de la investigación de Rosario Fernández fue el
libro Pueblo héroe.
Portada de historieta sobre los Tulises de Matamoros
16. 16
Corrido de los Tulises de Matamoros12
Anónimo
(Fragmento)
Tulises de Matamoros
que de todos son asombro,
ya les quemaron sus casas,
les dejaron los escombros...
12
TAMAYO, JORGE L.. Escritos juaristas, Segunda parte, México, Centro de Investigación Científica
Jorge L. Tamayo, 1980, p. 73.
17. 17
Durante la rebelión porfirista en contra de la reelección de don Benito Juárez,
sustentada en el Plan de La Noria, en el estado de Durango, el ya entonces
general Tomás Borrego apoyó la rebelión, secundado por algunos jefes
guerreros locales entre los que se contaba a Toribio Regalado Rosales, quien
actuó en la Región Lagunera, irrigada por el Río Nazas y limítrofe con el estado
de Coahuila. Por su parte, el general Francisco Tolentino, quien había ocupado
por algún tiempo la comandancia militar de Durango, fue enviado a combatir a
los rebeldes porfiristas de Regalado en La Laguna y trabó combate contra los
insurrectos en la Hacienda de Aviléz, hoy Ciudad Juárez, en noviembre de 1871.
En el Corrido de Regalado y Tolentino, también denominado como Corrido
norteño, se da la razón poética de la derrota de los leales juaristas de Tolentino
ante las fuerzas porfiristas de Regalado. Previo a la batalla de Aviléz, el general
Borrego había entrado a la ciudad de Durango, el 15 de octubre del mismo año.
Sin embargo, al fracasar el Plan de La Noria, don Benito Juárez envió a Durango
al general Sóstenes Rocha para que recuperase la plaza, misma que le fue
entregada sin resistencia el 22 de marzo de 1872.
Corrido de Regalado y Tolentino 13
Anónimo
Amigos voy a contar
una horrible desventura,
que por poco es sepultura
de gloriosa libertad.
Los valientes generales:
Regalado y Tolentino,
de lo granado y muy fino,
sufrieron horribles males.
En un lugar inmediato
al famoso Tlahualilo,
bailaron como en un hilo
y pasaron un mal rato.
Caudaloso y bello río
con sus riberas hermosas,
13
PÉREZ MARTÍNEZ, HÉCTOR. Trayectoria del corrido, México, s.p.i., 1935, pp. 43 a 45.
18. 18
sólo fue sepulcro frío
de las victorias grandiosas.
Ese Nazas, que en sus vegas
riega maizales y flores,
fue entonces amigo a ciegas
y aliado de los traidores.
Los mochos en las alturas
por delante y por detrás,
estaban en las llanuras
juntándose más y más.
¡Adiós Chaparral florido,
de la Hacienda de Aviléz!
Donde peleó regalado
con rifles del dieciséis.
Los ojos de Tolentino
brillaban como la Luna,
gritándole al Santo Niño:
“¡Sácame de esta Laguna!”
En La Laguna anda un pato
vestido de colorado:
“No te asustes Tolentino,
que es Toribio Regalado”.
Terminada la batalla
y viéndose ya perdido,
quiso salir de la raya
exclamando: “¡Estoy molido!”
En un caballo lechero,
de modesto, humilde rango,
llegó el ilustre guerrero
a la ciudad de Durango.
19. 19
Las tropas del general Tomás Borrego, defensor del Gobierno de Benito Ju´rez,
fueron vencidas por los rebeldes porfiristas en l Hacieda de Avilez.
20. 20
Versos de un horrible drama acaecido en Torreón14
Anónimo
Señores les contaré
a toditos en reunión
lo que acaba de pasar
en la ciudad de Torreón.
El día 5 de noviembre
fecha que señalaremos
de mil novecientos nueve
que enseguida narraremos.
Pues lo que voy a escribir
me causa mucha impresión
de lo que voy a decir
de ese Barrio de La Unión.
Vecinos tengan presente
del caso que sucedió
que Ladislao Rodríguez
a su madre la golpeó
Es un hombre corpulento
y de buenos tamaños es
no se ocupa de nada
sino de la pura embriaguez
Como a las doce del día
que comenzó él a beber
él mismo se suponía
lo que iba a suceder
Pues salió de la cantina
como a las tres de la tarde
se dirigió hacia su casa
a donde estaba su madre.
Cuando llegó éste a su casa
que apareció su mujer,
la pobre mujer andaba
que ya no hallaba que hacer.
En seguida se encontró
con la autora de sus días
pues allí la maltrató
porque así le convendría.
14
ARRIETA SILVA, ENIQUE. Corridos Revolucionarios, Durango, Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del
Estado de Durango, Cuaderns #14, 1990, pp. 113 A 115.
21. 21
La señora le impedía
que a sus hijos maltratara
y en pago ella recibía
un fuerte golpe en la cara.
Ma. Alearía de León se llama
la víctima de este caso
que un hijo tan desgraciado
sobre ella descargó el brazo.
Varias personas me informan
y yo escribo lo que dicen
que, con una piedra bola,
le pegó éste en las narices.
Al empleado que ocurrieron
fue el número veintisiete
para que aprehendiera a éste
y enseguida se lo lleve.
Cuando lo fue éste a aprehender
por lo que había sucedido,
en su casa estaba él
fingiéndose bien dormido.
El guardia público informa
exacto de lo ocurrido
para pasar él su parte
del bárbaro maldecido.
Al entregarlo a la cárcel,
mandó traer a la señora,
para su declaración;
de los hechos en su contra.
La madre debe tener
sus sesenta años cumplidos
y ella manifiesta ser
lo mucho que ella ha sufrido.
Dice que su hijo es
ingrato de corazón pues
no es la primera vez
son varias con la ocasión.
Otro día salió el pedido
el infeliz Ladislao
y se puso enfurecido
por ver a su madre a un lado.
22. 22
El jefe le preguntó,
qué si la mujer era su madre
y él le contestó,
diciendo que él no sabe.
El jefe se levantó
por cierto muy enojado
y al momento le ordenó
que quedara consignado.
Por fin quedó consignado
al Juzgado Uno local;
quedó bien incumunícado
para compurgar su mal.
Ocho días de bartolina
fueron los que éste duró
y en los ocho días pensaba;
"¿Pero qué’s lo que he, hecho yo?"
El primer día que lo sacaron,
a primer declaración,
por segunda vez se juntaron
Rodríguez y la De León.
Al juez que instruye la causa
de tan horroroso drama
lo mandó incomunicar
los seis días de la semana.
En fin señores termino
los sucesos que han pasado,
aquí se acaban los versos
del horrible Ladislao.
Lo que escribo es para ejemplo
del público en general
y mis amados lectores
corregirán este mal.
En fin jóvenes queridos
de ese Barrio de La Unión
no digan que vivo engreido
aquí está la narración.
Adiós mi Torreón lucido,
también la bella Unión,
aquí tenemos los versos
de Rodríguez y De León.
23. 23
Pioquinto González. Talento de Torreón a Lerdo
El músico don Pioquinto González, nació en el año de 1870, en San Juan de
Guadalupe, Durango, en su infancia vivió una difícil situación económica, toda vez
que, en San Juan, había muy pocas posibilidades para su manutención. Así, el niño
Pioquinto emigró a Ciudad Lerdo, Durango, que en ese entonces era la ciudad más
importante de la región.
A la edad de once años, el futuro músico desempeñó diversos oficios como:
mandadero, barrendero y cargador, y vivió de la caridad de unas monjitas que le
permitían quedarse a dormir en el tempo de Guadalupe, a cambio de hacer el aseo
del templo.
Una de la ocupaciones de Pioquinto fue la de ayudar a cargar los instrumentos de
la Orquesta Típica de Durango, que dirigía el maestro Alberto M. Alvarado quien, al
ver lo acomedido, la gracia y disposición de aquel muchachito, le contrató para
realizar labores de aseo en la casa estudio donde ensayaba la orquesta, además
de su chamba de cargador de instrumentos, y le ofreció un salario, casa y comida a
cambio de su trabajo.
Pioquinto se ganó muy pronto el aprecio de los integrantes de la orquesta, entre
ellos el de un profesor de primaria quien, al término de los ensayos, le enseñó a leer
y a escribir, luego de otro músico; maestro en laudería, quien le enseñó los
rudimentos del oficio de reparador de instrumentos. No pasó mucho tiempo antes
de que Pioquinto también se afanara en aprender el oficio de músico y, en plena
adolescencia, se convirtió en el arpista titular de la orquesta.
Pioquinto González pronto comenzó a destacar en la orquesta por su facilidad de
aprendizaje y virtuosismo musical y llegó a ser un excelente compositor de marchas,
himnos, polkas y valses.
Así, para el año de 1898 era reconocido como un buen compositor, por lo que los
directivos de la Compañía de Tranvías de Lerdo a Torreón lo llamaron para que
compusiera la marcha conmemorativa del establecimiento de esta empresa, que
daba servicio de transporte de pasajeros de Ciudad Lerdo, Durango a la estación
de Torreón, Coahuila, donde ya entonces pasaba el Ferrocarril Central de México a
Ciudad Juárez.
El trabajo creativo de Pioquinto rindió frutos y aquella región llena de sembradíos,
tierras de cultivo y hortalizas, rápidamente se familiarizó, en 1901, con una hermosa
24. 24
Marcha llamada originalmente de Lerdo a Torreón y luego al título se le invirtieron
los nombres de las ciudades, conforme se le acrecentó la fama y fue interpretada
por las mejores orquestas de la República. Salvador es otro famoso vals del mismo
Pioquinto González quien dio a la Región Lagunera un himno para todos los
tiempos, la Marcha De Torreón a Lerdo.15
Al parecer el compositor lagunero falleció
en el año de 1942.
El caso de Pioquinto González es muy especial, toda vez que, sin formar parte de
la generación de músicos sinfónicos de Durango, con humildad y tal vez sin
proponérselo, mediante sus alegres y populares notas, logró establecer una
excelente comunicación con los escuchas de su música, sin la arrogancia de los
complicados y eruditos arreglos, que no logran conectar al oyente con el compositor.
Su música de orquesta tuvo la virtud de ser muy popular, tanto que ha trascendido
al paso del tiempo.
En la siguiente liga se puede escuchar la Marcha De Torreón a Lerdo:
http://mediateca.inah.gob.mx/islandora_74/islandora/object/musica%3A15416
El compositor lagunero Pioquinto González
15
RAMIREZ ADAME, LAURO GUADALUPE, MTRO. Pioquinto González un sanjuanense que le dio
el himno a la Región lagunera, en: https://www.facebook.com/Verdesierto/posts/544814562245101
16
IRENE VÁZQUEZ VALLE. Tradiciones musicales de La Laguna. La Canción Cardenche, México,
Disco MC-1071, Colección Testimonio musical de México, Volumen 22, INAH, 1981.
25. 25
De Torreón a Lerdo 17
Pioquinto González
Soy maquinista de Torreón a Lerdo,
donde se encuentran las maravillas mil,
gallardas jóvenes de faz hermosa,
y ¡ay! Cuando las veo, me siento morir,
y ¡ay! Cuando las veo, me siento morir.
Siento una delicia, siento un gran placer,
ver lindas creaturas, de radiante faz,
porque en esas tierras yo logré encontrar,
jóvenes hermosas, bellas de verdad.
Bastante he viajado, en la vía Central,
y en Ferrocarril Internacional,
de Torreón a Lerdo, logré encontrar,
jóvenes hermosas dignas de afección.
A México y Jalisco fui de Torreón a Lerdo,
logré encontrar ninfas puras de amor,
y recuerdo siempre, con satisfacción,
a esas bellas mozas de gran corazón.
17
VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Cantares mexicanos, México, Ediciones León Sánchez, s./f.p.
104.
27. 27
El corrido de Las fiestas del algodón, que tradicionalmente tienen lugar en la ciudad
de Torreón, en el mes de agosto de cada año, nos describe, de manera somera y
entusiasta, la vida en La Región Lagunera, durante el periodo porfirista; con sus
bonanzas por las pizcas de algodón que convetían a La Perla del Nazas, en zona
de atracción de trabajadores temporales, de los estados de: Durango, Coahuila,
Chihuahua y Nuevo León, duante los meses de julio y agosto. En esos tiempos,
Torreón era, de hecho, una ciudad cosmopolita, por la gran cantidad de inmigrantes
extanjeros que se establecieron en la joven urbe.
Las fiestas de algodón18
Anónimo
Voy a cantar un corrido
muy alegre y muy guasón;
voy a hacerles un recuerdo
de las pizcas de algodón.
Voy a cantar un corrido,
con muchísima atención
pues mucha gente ha venido
al trabajo de algodón.
Señoras y señoritas
escogiendo la semilla,
ganando los veinte reales
para toda su familia.
Señores pongan cuidado
y todos tengan presente,
que a la fiesta de algodón
ha ocurrido mucha gente.
Y ese tren de pasajeros
qué silbidos viene dando
trayendo trabajadores
del Estado de Durango.
Y el diecinueve de agosto,
se me alegra el corazón,
por cantar este corrido,
a todos los de Torreón.
18
Hoja Suelta, publicada por la Imprenta Popular de Antonio Vanegas Arroyo, s/f, colección de
hojas sueltas de la Biblioteca del Colegio de México.
28. 28
Yo les digo a mis amigos
yo les digo con valor,
para que no se entristezcan:
"Ahí les va esta canción".
“Muchachos, ¿qué no les gusta
a ustedes el vacilón?
pónganse muy agusados
llévense una de Torreón...”
Ese consejo les doy
a todos, con tal de que,
acabándose el trabajo
se vayan a descansar.
Vayan poniendo cuidado
todititos mis amigos,
que aquí se gana la plata
y es cierto lo que les digo.
Cada año, por este tiempo,
mucha gente tiene duelo
por venirse hasta Torreón
y ganar su buen dinero.
Yo le digo a mi familia,
que gozo de lo mejor
ganando los pesos duros
en las pizcas de algodón.
Paseando en el tren eléctrico
desde Lerdo a Torreón
se pasa la temporada
en un puro vacilón.
San Pedro de La Laguna
es muy rico, muy patriota,
ahí es donde el obrero
derrama la última gota.
El diecinueve de agosto
para no andar preguntando
ha llegado mucha gente
de la ciudad de Durango.
El veinticuatro de agosto
mucha gente ocurría
a ver torear a Gaona,
que en la plaza se lucía.
29. 29
De varias partes llegaba
mucha gente allí a Torreón
esperando la gran fiesta
anunciada de algodón.
Entraba bastante gente
a los cines de Torreón
porque se gana la plata
en las pizcas de algodón.
Toda la gente llegaba
con muchísima alegría,
salen ellos de sus ranchos
porque ya no les llovía.
El que compuso estos versos
se puso bien a pensarlos
porque se hallaba posando
en el Hotel de San Carlos.
Ya con ésta me despido,
con todo mi corazón,
éstos versos los dedico,
a las pizcas de algodón.
El que compuo estos versos,
no e las echa de paquete,
unos compan las hojitas,
y otros oyen el gollete.
31. 31
Melesio García de León Arguijo, fue uno de los primeros que, con un pequeño
contingente, se levantó en armas el 20 de noviembre de 1910.
La acción más importante de Melesio García fue en San Antonio de los Bravos,
municipio de Torreón, Coahuila, donde, sin ayuda cual ninguna, logró contener a
una avanzada porfirista.
En enero de 1911, Melesio García se incorporó con sus hombres a las fuerzas
rebeldes de Sixto Ugalde y el 9 de febrero, ambos grupos, intentaron la toma de
Matamoros de La Laguna, Coahuila y ante la ausencia de guarnición ocuparon la
plaza. Sin embargo, el avance de las tropas porfiristas hizo retroceder a los de Sixto
Ugalde y, en la refriega, murió el matamorense Melesio García.
Corrido de Melesio Garcia19
Jesús Cortinas Rosales
Decía Melesio García:
¡Viva Dios es lo primero!
¡Vivan los hombres valientes!
de don Francisco I. Madero.
Cuando Francisco I. Madero
hizo la revolución,
su nombre fue resonado,
por todita la nación.
El día veinte de noviembre
por toditito el país
que don Francisco I. Madero
destendió el Plan de San Luis.
El día 11 de diciembre
apenas me acuerdo yo,
en que Apolinar Villegas
en armas se levantó.
Enrique y Guillermo Rea
sentaron plaza ese día,
en las tropas maderistas
de don Melesio García.
Le decía Chon de la Rosa
al compadre de Baldomero:
19
SANTOS VALDEZ, JOSÉ. Matamoros, Ciudad Lagunera, México, EDINAP, 1973, pp. 383 a 384.
32. 32
"Ya se nos vino la bola
y nos vamos con Madero".
Decía Juan Jaramillo
y decía don Juan Valero:
"Otros compañeros más,
pa'tumbar al mal gobierno".
Les decía don Sixto Lomas,
que era muy hombre en sus brazos:
"ya se nos llegó ese día
de irnos a echar pajuelazos".
En San Antonio de los Bravos
pelió Melesio García
con las tropas federales
del señor Porfirio Díaz.
Se oían sonar los tambores,
se oian sonar los clarines,
quedando bastantes muertos
por toditos los fortines.
Jesús Guajardo e Ismael Ramos
diez mil pesos ofrecían
tan sólo porque mataran
a don Melesio García.
En la plaza Matamoros
mataron a don Melesio,
los mismos los traicionaron,
por amor a diez mil pesos.
Ya con ésta me despido,
acordarme más no quiero,
éstos fueron los principios
de la guerra de Madero.
33. 33
Para el mes de mayo de 1911, los revolucionarios maderistas durangueños y
coahuilenses habían ocupado varias poblaciones de sus respectivas
entidades, entre ellas las aledañas a Torreón y Matamoros, Coahuila, así
como Ciudad Lerdo y Gómez Palacio, Durango, entre otras. El 9 de mayo de
1911, las fuerzas unidas de los jefes revolucionarios: Emilio Madero, Jesús
Agustín Castro, Orestes Pereyra, Benjamín Argumedo, Sixto Ugalde y Calixto
Contreras, dieron inicio al asedio a la Perla del Nazas, importante por ser el
punto del cruce de las vías de los ferrocarriles Internacional Mexicano y
Central Mexicano. La ciudad de Torreón estaba defendida por 1,800 soldados
porfiristas bajo las órdenes del general Emiliano Lojero.
El sitio de Torreón se prolongó hasta el día 19, fecha en que los efectivos
porfiristas desalojaron la ciudad con rumbo al Cañón del Huarache, en el
municipio de Lerdo. Los 5,000 maderistas que el jefe gomezpalatino Castro
dirigía, fueron bautizados por Emilio Madero como la Segunda División del Norte.
En la ocasión, un lamentable incidente cuestionó los fundamentos ideológicos
democráticos que movían a los maderistas: Antes de la entrada de la Segunda
División del Norte a Torreón, el general Lojero había azuzado a los miembros de
la numerosa comunidad china radicada en Torreón, en contra de los
revolucionarios maderistas, argumentándoles que el ataque era dirigido
específicamente contra ellos. Sin medir las consecuencias, Lojero aprestó armas
a los colonos asiáticos. De esta manera, cuando los maderistas entraron en
Torreón recibieron las descargas de los temerosos chinos. De inmediato, los
maderistas repelieron la metralla y contraatacaron a sus agresores. El saldo de
la acción fue de 300 asiáticos muertos. Los maderistas se dieron al saqueo de
los comercios de Torreón. La xenófoba acción antichina de los maderistas
provocó la protesta diplomática del Imperio Chino.
Sobre la toma maderista de Torreón en 1911 se escribieron diversos corridos
como: Las hazañas del general Lojero y la toma de Torreón por el Ejército
Libertador, La toma de Torreón y El combate del 15 de mayo en Torreón, que a
continuación se transcriben.
34. 34
El combate del 15 de mayo en Torreón 20
Anónimo
Con fecha quince de mayo,
por fin Torreón se rindió,
después de dos días de lucha
que tanta sangre costó.
No creían los porfiristas
que tomaran a Torreón,
tenían ametralladoras
y una fuerte guarnición.
Murió allí don Jesús Flores,
dando pruebas de valor
y luto por él llevamos
todos en el corazón.
La valiente Petra Herrera
al combate se lanzó,
siendo siempre la primera
ella el fuego comenzó.
Y qué decir de los jefes
que, con sin igual ardor,
se batieron noblemente
dando ejemplo de valor.
Ibarra, Ugalde, Contreras,
Castro, Ramírez, Buitrón,
son nombres que el mexicano
recordará con amor.
El señor Doroteo Soto
y Benjamín Argumedo,
son hombres de gran valor
para pelear por Madero.
Siempre peleando con gusto
y aborreciendo a Corral,
20
LLANAS FERNÁNDEZ, ROBERTO. “Colección de las principales tragedias populares de la
Revolución”, en: Repertorio de la Revolución # 2, publicación bimestral de estudios y documentos
de la Historia de México, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora / Fuentes para el
estudio de la Historia de la Revolución Mexicana / Ediciones del Fondo de Cultura Económica, 1960,
pp. 56 y 57.
35. 35
fueron los hombres heroicos
que entraron al Pajonal.
Todos los jefes correctos,
se portaron al entrar,
jurando en nombre del Cielo,
que a Torreón debían tomar.
El pueblo que sus derechos
ha visto siempre ultrajados,
conservar debe los nombres
de sus heroicos soldados.
Por fin, esa plaza fuerte,
bella, rica y poderosa,
vio convertido su orgullo
en derrota ignominiosa.
Ese general Lojero,
que allí quería sucumbir,
huyó cobarde y rastrero,
sin resignarse a morir.
Lojero que prometía,
a Ciudad Lerdo quemar,
sólo pensó en esconderse,
el infame, y escapar.
Cuántos, cuántos maderistas,
los chinos asesinaban,
con el malvado pretexto
de que a robarles entraban.
Pero muy pronto el castigo,
sobre esos chinos cayó,
fueron muertos y sus tiendas
el pueblo entero saqueó.
El valeroso Macías
toda la noche peleó,
y hasta el centro de la plaza,
con los suyos penetró.
¡Que viva Petrita Herrera;
que vivan los maderistas,
que mueran con los pelones,
los cobardes porfiristas!
36. 36
Con entusiasmo sincero
digamos de corazón:
“¡Viva Francisco I. Madero
y abajo la reelección!”.
Carreta transportando a ciudadanos chinos masacrados en la ciudad de Torreón,
el 15 de mayo de 1911
37. 37
Corrido de las hazañas del General Lojero y la toma de Torreon por el Ejercito
Libertador 21
Anónimo
Cuando el general Lojero
se afortinó en Torreón
un invencible guerrero
creyó ser Napoleón.
Por sus pujos de valiente
alguien lo juzgó de ducho
pues dijo que con su gente
quemarían el postrer cartucho.
Y morirse defendiendo
la ciudad y su renombre
y que no saldría corriendo
dejando en mancha su nombre.
Pero el día trece de mayo,
como a las once del día,
Agustín Castro a caballo,
lo llamó la lid bravia.
Los maderistas leales
tras una lucha mortal
quitándole a los rurales
por la fuerza un hospital.
Y de victoria en victoria
a la alameda llegaron
y un cantar de bella gloria
en los árboles cantaron.
De las balas el saludo
con las balas contestaban
llevando por noble escudo
sus pechos que palpitaban
En cuarenta horas de guerra,
horas de muerte y de duelo,
tembló asustada la tierra
se puso lívido el cielo.
Rugió el proyectil que hiere,
cual ruge la tempestad
21
DE MARÍA Y CAMPOS, ARMANDO, La Revolución Mexicana a través de los corrido populares,
México, INEHRM, Tomo II, 1962, pp. 105 a 106.
38. 38
nomás porque un pueblo quiere
su bendita libertad.
Baldón para los caciques
-los infames porfiristas-
que mataron partidarios
de las huestes maderistas.
De pie junto a sus trincheras
cual mueren los lidiadores,
cayó por balas arteras
el heroico Jesús Flores.
Pero los que lo mataron
la nivea luz ya no vieron
pues con la bala que usaron
con la misma lo midieron.
La valiente Petra Herrera,
en el fragor del combate,
aunque cayó prisionera
ni se dobla ni se abate.
La llevaron los rurales
ante el general Lojero
y sin temores cervales
le dijo: "¡Viva Madero!".
Un sujeto presuntuoso
que se dice militar,
que de noche huye medroso:
¿Cómo se puede llamar?
Al retirarse la tropa
federal, más que de prisa,
se puso la paisana ropa
incluyendo la camisa.
¡Qué proceder tan rastrero!
de soldados inhumanos,
vivir del mismo dinero
del pueblo y matar hermanos.
Diosal oprimido escucha
Testigo fue de Torreón,
pues en dos días de cruel
lucha tuvo el triunfo la razón.
39. 39
Corrido de la toma de Torreon22
Anónimo
El día trece de mayo,
manda el jefe de Torreón,
que todos cierren sus casas,
para comenzar la acción.
Los amarillos corriendo
salen con rumbo al oriente,
atropellando al que encuentran
de la pacífica gente.
Se encuentra con Argumedo,
a orillas del Pajonal,
ahí comienza el combate,
que era de veras formal.
Para las doce del día
los hacen reconocer,
pues los meten a Torreón
venían a todo correr.
Salió con ellos el jefe,
Don Francisco del Palacio,
pero a las doce volvió:
piensen si vendría despacio.
El subteniente acompaña,
a ese jefe de Torreón,
diciendo que había vencido
a orillas de la población.
El jefe venia asustado,
pues venia muy amarillo,
nomás que disimulaba,
porque ya estaba tordillo.
Y traía su carabina,
muy brillante a la derecha,
pues no quería ni hablar,
venía como abriendo brecha.
No se les vió ya salir
en toditita la acción,
le pesó el haber venido
22
DE MARÍA Y CAMPOS, ARMANDO, La Revolución Mexicana a través de los corrido populares,
México, INEHRM, Tomo II, 1962, pp. 106 a 107.
40. 40
a la ciudad de Torreón.
El combate se entabló,
siguiendo también la noche,
siendo que hay muchos tranvias,
no se vió rodar ni un coche.
El domingo amaneció
y el combate no cesó,
balazos por todas partes,
hasta que ya anocheció.
En las calles de Torreón,
no permanecían los muertos,
la Cruz Roja levantaba
dejando todo desierto.
Los muertos de federales,
no se sabe en la ocasión,
pues pronto los levantaban,
y derechito al panteón.
Los maderistas, se sabe,
en la presente ocasión,
que fueron como dieciocho,
en la guerra de Torreón.
El catorce, a medianoche,
entraron con gran violencia,
Petra Herrera en adelante
a la mera presidencia.
El lunes que amaneció,
empezó a salir la gente,
y preguntaron algunos:
"¿Pues que hubo del presidente?”.
Los vecinos se acercaron,
a la cárcel de Torreón:
"¡Vamos quemando las puertas
y que salga la prisión!".
Los chinos hicieron fuego,
matándoles un caballo,
los maderistas se meten
y no queda ningún gallo.
Persiguen a los demás,
por la ofensa recibida,
trescientos tres fueron muertos,
41. 41
pues les quitaron la vida.
Las armas que éstos tenían
eran todas del gobierno,
Lojero se las dejó,
p’arrojarlos al infierno.
Sus casas fueron saqueadas,
por el pueblo de Torreón;
que se las pague Lojero,
que los metió en la cuestión.
¡Vivan pues los maderistas!
iviva Dios que es lo primero!,
¡viva la Guadalupana
y don Francisco I. Madero!.
Revolucionarios maderistas ocupan la ciudad de Torreón, luego de la matanza de
los ciudadanos chinos
42. 42
Una vez que el Plan de la Embajada dio como resultado el aseinato del presidente
Francisco I. Madero y el vicepesidente José María Pino Suárez, y que el general
Victoriano Huerta estableció su gobierno usurpador: El gobernador de Coahuila,
Venustiano Carranza, lanzó el Plan de Guadalupe, en el que descnoció al gobierno
usurpador y convocó a la revolución armada en contra del ilegitimo presidente. De
esa convocatoria surgió el revolucionario Ejército Constitucionalista
El infructuoso asedio a la ciudad de Torreón, Coahuila, por las tropas del Ejército
Constitucionalista, bajo las órdenes del jefe Venustiano Carranza, dio inicio el 22 de
julio de 1913. Sin poder ocupar la plaza, por la ruda resistencia de los efectivos
federales huertistas, los revolucionarios se vieron obligados a retirarse el 31 del
mismo mes, con dirección a los terrenos liberados en el estado de Durango.
Las fuerzas federales estaban agrupadas en la División del Nazas, cuyo jefe era el
general Ignacio A. Bravo, famoso por la dirección militar de la Guerra de Castas de
Yucatán. La División del Nazas, contaba con 4,000 hombres, 13 piezas de artillería
y 12 ametralladoras. Los soldados y el armamento fueron distribuidos en cuatro
sectores, de acuerdo con las condiciones del terreno y las posibilidades de ataque
de los carrancistas.
Por su parte, en lo militar, los hombres de Carranza reconocieron al durangueño
Tomás Urbina como su general en jefe y su número llegó a 8,000, entre
durangueños que recién habían ocupado la ciudad de Durango y coahuilenses
carrancistas que venían en retirada después de una fallida campaña en el estado
de Coahuila.
Los antihuertistas intentaron introducirse a Torreón por diversos puntos como: El
Cañón del Huarache, los cerros de La Constancia, la fábricas La Vencedora y La
Unión, así como el panteón. En la ocasión destacó el ataque a la Metalúrgica que
fue rechazado por los así llamados colorados; soldados irregulares auxiliares
contrarrevolucionaios huertistas que lideró Benjamín Argumedo.
Los principales jefes que participaron a favor del gobierno usurpador de Huerta
fueron: Eustiquio Munguía, Benjamín Argumedo y Emilio Ocampo. En las tropas
rebeldes constitucionalistas la dirección estuvo a cargo de los jefes: Orestes
Pereyra, Calixto Contreras, Andrés Arrieta, José Isabel Robles y Cándido Aguilar,
entre otros.
43. 43
Los combates de Torreón 23
Anónimo
Los combates de Torreón,
admiran por el valor,
que el soldado mexicano,
desplegó con grande ardor.
Actos de mucho heroismo
y de empuje sobrehumano,
se anotaban diariamente,
en los cerros y en el llano.
La sangre corrió a torrentes,
pero era sangre de hermanos,
que en esa lucha homicida,
empapáronse las manos.
Torreón es ciudad preciosa,
de riqueza sin igual,
y es el centro del comercio,
de esa Comarca fatal.
Es una perla engarzada,
entre el Nazas y el Mayrán,
con sus campos de algodones,
que gran cosecha les dan.
Es emporio del comercio,
de aquella inmensa región
y con sus cintas de acero,
es un buen lazo de unión.
Dos centinelas la guardan,
como sultana querida,
pues Lerdo y Gómez Palacio,
la completan y la cuidan.
Las tropas que defendían,
a la ciudad de Torreón,
eran gentes reclutadas
sin pedirles su opinión.
Muchos de ellos se pasaron,
sin que hicieran resistencia
23 MACAZAGA ORDOÑO, CÉSAR. Corridos de la Revolución Mexicana (edición facsimilar de
Corrido de la Revolución Mexicana de 1910 a 1930 y otros notables de varias épocas, colecci{on
de 100 corridos publicados por Eduardo Guerrero en 1930), México, Ed. Innovación, 1985, s. / p
44. 44
y otros murieron, los pobres,
sin tener de ello conciencia.
Se acercaron cautelosos,
después de ocupar Durango,
y cuando menos sintieron,
los atacaron de flanco.
Por la falta de cañones,
no tuvo éxito la empresa
y aunque perdían mucha gente,
(…)
En el cerro de La Cruz,
los asaltantes subían,
para quitar los cañones,
que desde allí los barrían.
Y así murieron por miles,
en ese cerro famoso,
los soldados carrancistas,
y allí quedan en reposo.
En el Cañón del Huarache
y en Metalúrgica quedo,
dio una carga muy notable
el general Argumedo.
El general Bravo estuvo,
muy acertado él también,
mandando a los federales
que se portaron muy bien.
Dentro de la misma plaza,
los rebeldes disfrazados,
desde techos y ventanas,
tiraban a los soldados.
Diez días de luchas terribles
y de esfuerzos valerosos,
donde triunfó la defensa,
con efectos desastrosos.
Los carrancistas se fueron,
a Chihuahua y a Durango,
dejando el campo regado,
con muertos de su peculio.
Los carrancistas se fueron,
el treinta y uno de julio,
45. 45
y quedaron unos pocos,
en Lerdo por tiempo largo.
El general Bravo enferma
y es cambiado por Munguía,
y éste mandó expediciones,
al rumbo de Picardías.
Las tropas del general huertista Ignacio A. Bravo rechazaron a los revolucionarios
constitucionalistas en Torreón, en julio de 1913
El General Tomás Urbina dirigió las acciones de los revolucionarios
cnstitucionalistas, durante los combates de Torreón de julio de 1913
46. 46
El 27 de septiembre de 1913, los revolucionarios constitucionalistas durangueños y
chihuahuenses, que dirigía Francisco Villa, se juntaron con los de la Región Lagunera,
que obedecían las órdenes de los jefes: Tomás Urbina y Calixto Contreras en la
Hacienda de La Loma, municipio de Lerdo, Durango y conformaron el poderoso cuerpo
guerrero de la División del Norte para el que nombraron como comandante en jefe al
general Francisco Villa.
Fuerte con 4000 hombres y cinco cañones, Villa inició sus operaciones para tomar la
ciudad de Torreón, el día 29, combatiendo en la Hacienda de Avilés; hoy Ciudad
Juárez, y Ciudad Lerdo, Durango. Para el día 30 de septiembre, la recién estrenada
División del Norte inició las cargas sobre Torreón.
Los ataques se prolongaron hasta el 1 de octubre, fecha en que los federales de la
División del Nazas, bajo mando del general Eutiquio Munguía, desalojaron la plaza,
después de perder: 1 500 hombres; entre muertos, heridos y prisioneros, además de
11 cañones y cinco ametralladoras, entre otros pertrechos.
La Tragedia Compuesta a la Revolución Maderista y a Torreón utiliza, en su
narración, los elementos y personajes de las pastorelas y pasiones rituales,
comparándolos con los de los jefes protagonistas de la acción.
En el corrido aparece el término; socialistas, que se refiere a los miembros de las
Defensas Sociales; auxiliares del Gobierno usurpador Huertista.
En la ciudad de México fue publicado, en hoja suelta, el corrido de La Toma de
Torreón, Primera Parle, que más bien se refiere a los Combates de Torreón (ver
corrido) de julio de 1913 y no a la toma de Torreón de octubre del mismo año, aunque,
por algunas cuartetas, donde se menciona a Villa, se creyó que se refería a la primera
toma de Torreón por la División del Norte.
47. 47
Bonita famosa tragedia de la toma de Torreon24
Donde triunfó el maderismo, perdió la Federación porque Francisco Villa allí les dió su
pilón.
Anonimo
En mil novecientos trece,
según es la información,
porque pudieron tomaron,
a ese famoso Torreón.
A las ocho de la noche,
del día primero de octubre,
entraron a fuego y fuego,
y los corrascó la lumbre.
Ya las palomas volaron,
las espantó una muchacha,
y a los pobres peloncitos
ya les zumbaron la hilacha.
Ya entraron los maderistas
a la ciudad de Torreón
y todos los federales
le avisaron al talón.
Pues tomaron a Torreón,
pues entraron de seguro,
luego que los maderistas
ya les tejieron de a duro
"Panchita, vengo a decirte:
que tomaron a Torreón
y que todos los soldados
se fueron en su calzón".
Y se fueron empachados,
malos de la barriguilla,
y yo los voy a curar,
con una olla de salvilla.
Para México se fueron,
con torzón y mucha basca,
a decirle a Victoriano,
que ahí viene la chorrasca.
A tí Victoriano Huerta,
24
ENRIQUE ARRIETA SILVA. Op. Cit, pp. 63 a 66
48. 48
voy que te echan en corrida,
con tu atajo de perritos,
como una chucha parida.
Y a mf que risa me da,
le digo a mi corazón,
que tomaron a Durango
y de botana a Torreón.
Ese mentado Torreón;
que estaba fortificado,
a la hora de la hora,
no supo dónde quedó colorado.
Francisco Villa decía:
"Viva el nombre de Madero,
plazas grandes he tomado
cuantimás este chinchero"
No me vayas a cambiar;
Prieta china por Simón
y te llevo pa’ que veas,
esa toma de Torreón.
Y cuando vuelvas de allá;
platicas cómo quedó,
que a ese general Alvirez,
su gallo se le durmió.
Y dejaron todo el parque,
con piezas de artillería,
por andarles carreriando,
ya les dejaron jolinas25
.
Para México se fueron,
se fueron empacotando,
todititas hechas bolas,
se fueron cacaraqueando.
Y después van a borrar
toditas sus desventuras,
porque en Torreón les tronaron
toditas las coyonturas.
Pues Huerta le dice a Diaz:
"¿Qué dice, se va o se queda?
pues ya agarraré el camino
y usté agarre su vereda".
25
Jolinas. Se le dice al animalque tiene cola corta o incompleta. Látigo o azote grande
49. 49
Y Blanquet también le dice,
a don Manuel Mondragón:
"Vámonos pronto de aquí,
porque nos tumban el pantalón".
Corre pues ferrocarril
y empiézate a atirantar
anda avisa que a Torreón
lo acaban de engargantar
Porque llegaron los gallos
ya se fueron las gallinas
le sonaron el tambor
a ese general Munguía.
Les digo a los federales
que no se hagan caracol
ahí está Francisco Villa
pa’ los que andan en el sol.
Teresita te lo ruego,
que no te andes salereando,
que no ves que a Huerta y Díaz
y a Blanquet agonizando.
Y luego que ya se mueran
les medimos sus hilados,
se los damos a los chinos,
para que hagan enchiladas
De las tripas hago un lazo,
que parezca surriagón,
para colgar del pescuezo
a don Manuel Mondragón.
Y dígale a don Porfirio
que lo venga a campanear,
y le estire de las patas
para que no lo acabe de ahorcar.
Echales más vaiedor,
al cabo estamos platicando,
Díaz, Blanquet y Mondragón
y Huerta salen zumbando.
Si se descuidan, el Diablo,
al hombro se los va echando,
vayan que los rivetén
que se andan deshilachando.
50. 50
Relincha el corcel en combate
estampe en medio del fragor
sus brillosas herraduras
en el pecho del traidor.
Pobrecitos de los cuícos,
ya les miraron sus cuentas,
ya les rascaron las costras,
a las borregas roñentas.
Ya se fueron los pelones;
ni adiós siquiera dijeron,
yo creo que ni se acordaron,
las pulgas les sacudieron.
Se fueron los tecolotes,
con las verijas cornadas,
haciéndose por la orilla,
como las chivas borradas.
Hacienda de La Loma, lugar en el que se integro el cuerpo revolucionario de la
Divisón del Norte y se nombró como general en jefe a Francisco Villa
51. 51
El general revolucionario Calixto Contreras, al centro, con su Estado Mayor
Tropas revolucinarias villistas, de la División del Norte, entran a la ciudad de
Torreón, Coahuila, en octubre de 1913
52. 52
Tragedia compuesta a la Revolucion Maderista y a Torreón26
T. S. D.
En mil novecientos trece,
pues esa es la realidad,
señores, qué les parece,
ya se supo la verdad.
Pues el día dos de los corrientes;
se supo ya la razón,
pero murió mucha gente,
en la toma de Torreón.
El rey de todo lo criado,
ha prestado protección,
para que fuera tomado,
ese punto de Torreón.
Ese gran repartidor,
de las leyes celestiales,
quiso darles gran amor,
a todos los generales.
Felicitamos a Villa,
en la presente ocasión,
que fue el general en jefe,
de la toma de Torreón.
Ya verán los socialistas,
el chasco que se han pegado,
Dios cuida a los maderistas,
y a ustedes les da el colgado.
Pues no se puede negar,
que mi Dios es justiciero,
porque tienen que pagar,
lo que hicieron con Madero.
Huerta, ya estás satisfecho,
ya se cansan de decir,
que todo lo que tú has hecho,
no pagas ni con morir.
Todavía no quieres creer,
tú eres el primer tirano,
porque serás Lucifer,
figura de Victoriano.
26
ENRIQUE ARRIETA SILVA. Op. Cit., pp. 109 a 112.
53. 53
Carranza, ángel Miguel,
que ha venido en buena hora,
que nos vino a defender,
desde lo alto de la gloria.
Ya verás qué asesino es,
que a él no le cuesta nada,
el humillarte a sus pies,
con su poderosa espada.
También Manuel Mondragón,
es una prueba eficaz,
en la presente ocasión,
es el mismo Satanás.
Ahí está Calixto Contreras,
que él es ángel Gabriel, p
orque él desea deveras,
el encontrarse con él.
Blanquet es el príncipe Augusto,
de las tropas infernales,
pero ni les causa susto,
a todos los generales.
Todos vinieron a ver,
por mandato del Eterno,
Huerta que es Lucifer,
lo confundan al infierno.
Félix Díaz es la sierpe,
pues es del siglo primero,
él fue el que le dio la muerte,
a don Francisco I. Madero.
San Jorge, también Santiago,
es el general Natera
que viene a darte tu pago.
esos cuatro personajes
Ahí está, con su bandera,
dicen que se han vuelto fieras,
pero ni le da coraje,
a Don Calixto Contreras.
“Pues me cabe la esperanza”,
dice Calixto Contreras:
“¿Qué dice señor Carranza?
deje ir a ver a esas fieras”.
54. 54
Pues dice el señor Carranza:
“¿Dónde están esos malvados?,
pues tenemos la esperanza,
dicen que están enjaulados”.
El pueblo que venga todo,
a función tan divertida,
pues a éstos, de cualquier modo,
se les quitará la vida.
Vamos a ver la función,
de gusto vamos cantando,
pues vamos a ver al león,
que se las come chillando.
En la presente ocasión,
pues esta ya es cosa cierta,
que en México existe un león
que es don Victoriano Huerta.
Luego le sale Zapata,
porque es un hombre formal,
y luego su rifle saca,
y queda muerto el animal.
Luego sale Félix Díaz,
pues es el tigre sangriento,
pero a ese lo mata Villa,
en menos que te lo cuento.
Luego se encontró Blanquet,
en figura de pantera,
pero le volteó al revés,
¡Ay! don Pánfilo Natera.
Luego el valiente leopardo,
que es don Manuel Mondragón,
pues se encontró con Contreras,
y le sacó el corazón.
Los Arrieta y los Pereyra,
a Urbina y más generales,
pues les encarga Carranza,
a los demás animales.
¡Que viva el señor Carranza!
y que le hagan los honores,
no perdemos la esperanza,
de acabar con los traidores.
55. 55
Mártir, si llevaste pena,
a la tumba donde estás,
pues peleará Maytorena,
hasta establecer la paz.
¡Viva el general Carranza!
¡que viva y vuelva a vivir!
que él defenderá la causa,
hasta el vencer o morir.
56. 56
En la primera acción de la División del Norte, en septiembre 1913, en la Hacienda
de Aviléz; hoy Ciudad Juárez, Durango, el general huertista Felipe Alvírez, observó
la destrucción total de sus efectivos y, al no asimilar el impacto, optó por suicidarse.
Por otra parte la Toma de Torreón de octubre de 1913, obligó al general Eutiquio
Munguía a retirarse de la plaza, por lo que las fuerzas del Ejército Huertista lo
aprehendieron y le formaron consejo de guerra.
Ante los fracasos militares del Ejército Huertista, logrados por las acciones bélicas
de la División del Norte, El general Victoriano Huerta dispuso que se conformara de
nuevo la División del Nazas; de filiación federal, y puso a las órdenes de la misma
al general José Refugio Velasco, quien, el 9 de diciembre de 1913, ocupó la ciudad
de Torreón que era defendida por la guarnición constitucionalista de las tropas de
Domingo Arrieta y Calixto Contreras, mismos que; ante la superioridad numérica de
la División del Nazas, abandonaron la plaza (ver corrido de La Toma de Torreón,
Segunda Parte). Mientras tanto, Francisco Villa y su División del Norte realizaban la
exitosa campaña del estado de Chihuahua en la que Villa fungió incluso como
gobernador del estado y pudo avituallar convenientmente a sus tropas.
La recuperación de Torreón, por las fuerzas revolucionarias, se veía ineludible, pues
la ciudad, en su momento, fue uno de los centros ferroviarios más importantes del
país. Así, el Estado Mayor de la División del Norte se propuso ocupar Torreón, para
el mes de marzo de 1914 y, a mediados de ese mes, se inició la concentración de
las tropas villitas, alrededor de La Perla del Nazas.
El día veinte de marzo los generales: Francisco Villa y Felipe Angeles, solicitaron al
general José Refugio Velasco, por la vía telefónica, la entrega pacífica de la plaza
de Torreón y Velasco la negó.
El día 21 se iniciaron las hostilidades en Mapimí, Durango, donde el general Tomás
Urbina y sus tropas lograron ocupar la población, mientras que, en Sacramento,
Coahuila, los guerreros del general Eugenio Aguirre Benavides comenzaron a
pelear contra la Brigada del general Juan Andrew Almazán.
El ataque a Sacramento se continuó el día 22 y, en la acción, fueron heridos los
coroneles villistas: Trinidad Rodríguez y Máximo García. El día 23 Sacramento cayó
ante el implacable avance de los villistas, gracias a la carga de la caballería y, el
mismo día, los villistas se posesionan de Ciudad Lerdo, Durango.
El día 24 se combatió en las afueras de Gómez Palacio, donde los villistas obligaron
a los huertistas regulares y a los soldados irregulares auxiliares
57. 57
contrarrevolucionarios conocidos como; los colorados, a reconsiderar su
permanencia en Gómez Palacio. Un segundo asalto a Gómez Palacio se produjo el
25 de marzo y los villistas se atrevieron a atacar el fortín del Cerro de La Pila
lograron ocuparlo momentáneamente; aunque, al día siguiente, las tropas huertistas
de José Refugio Velasco recuperaron el Cerro de La Pila y los villistas fracasaron
en su tercer intento de ocupr la ciudad de Gómez Palacio.
La eficaz artillería del general villista Felipe Ángeles bombardeó Gómez Palacio
durante el día 27, por lo que los huertistas se vieron obligados a reconcentrarse en
Torreón.
Para el día 28 de marzo, los ataques nocturnos a los fortines de Torreón se hicieron
cada vez más frecuentes y el 29, los revolucionarios ocuparon los fortines de: el
Cañón del Huarache, al Cerro de Calabazas y Santa Rosa.
En actitud parlamentaria, para ganar tiempo y lograr la llegada de refuerzos, el día
30, el general José Refugio Velasco ofreció rendirse y pidió una tregua, misma que
fue rechazada por los villistas. Así, la lucha continuó en el Fuerte de la Polvorera,
mientras que; al general José Carrillo, acusado de insubordinación durante el
ataque de ese día, se le inició juicio el día 31.
Las Brigadas de la División del Norte, habiendo cortado las fuentes de
abastecimiento y de ayuda a los federales huertistas, pusieron sitio a Torreón el 31
de marzo, mientras José Carrillo era enviado prisionero a la zona villista del estado
de Chihuahua.
La carga general sobre Torreón se dio el día primero de abril, por lo que; entre las
tropas de Velasco, se empezaron a observar actitudes de desalojo de la plaza.
Lo reñido de los combates por Torreón, hizo que los villistas dejaran una salida
franca a los huertistas y muchos de éstos lograron retirarse ordenadamente, el día
2 de abril, en medio de las tolvaneras del desierto coahuilense, con rumbo a San
Pedro de las Colonias.
La entrada triunfal a Torreón, por los villistas, tuvo lugar el día 3 de abril y, por la
tarde, el general Francisco Villa tuvo que decidir la suerte de los miembros de la
Colonia Española de Torreón, quienes habían ayudado a los huertistas con dinero
y armas; e incluso, algunos de ellos, peleando junto con la Defensa Social. Se creyó,
en un principio, que Villa mandaría fusilar a los españoles (gachupines), pero al
cabo de unas horas, el mismo Villa hizo saber su decisión de desterrarlos de la
Región Lagunera, embarcándolos en un tren especial.
58. 58
Para la importante Toma de Torreón, la División del Norte contó con 8 200 hombres
y 300 artilleros, integrados en diferentes Brigadas dirigidas por sus jefes naturales,
generales: José Rodríguez, Canuto Reyes, Tomás Urbina, Maclovio Herrera,
Toribio Ortega, Pánfilo Natera, José Isabel Robles, Eugenio Aguirre Benavides,
Rosalío Hernández, Orestes Pereyra, Calixto Contreras, Severino Ceniceros y José
Carrillo. Coroneles: Trinidad Rodríguez, Miguel González, Manuel Medinaveitia,
Felipe Ángeles, Raúl Madero, Martiniano Servín, Manuel García Santibáñez y
Máximo García. Tenientes coroneles: Martín y Pablo López y Rodolfo Fierro.
Por su parte, los huertistas contaron con 7 000 de tropa, 29 cañones, 11
ametralladoras y 24 fusiles ametralladoras. Los huertistas; regulares e irregularesb
contrarrevolucionarios colorados, fueron dirigidos principalmente por los generales:
Federico Reyna, Benjamín Argumedo, Juan Andrew Almazán, Ricardo Peña,
Joaquín Maas, Emilio Campa y Carlos García Hidalgo, entre otros, y por los
coroneles: Enrique Ovalle y Meraz, entre otros.
En su afán de recuperar Torreón, el general José Refugio Velasco, reorganizó sus
tropas en San Pedro de las Colonias, Coahuila, lugar donde, del 10 al 13 de abril,
los huertistas sufrieron la carga de los villistas, quienes los obligaron a dispersarse.
El último combate subsecuente de la Toma de Torreón se dio el 17 de mayo en
Estación Paredón, Coahuila, donde los villistas derrotaron a los 5 000 hombres del
general Ignacio Muñoz. Luego de esta última acción, la División del Norte se anotó
la posesión de los estados de: Chihuahua, Durango y Coahuila, al ocupar la ciudad
de Saltillo, Coahuila.
Los cinco corridos que a continuación se transcriben, complementándose entre sí,
ofrecen la versión versificada de los pormenores de la campaña de Villa en la
Región Lagunera y el estado de Coahuila, en 1914.
En la siguiente liga se puede escuchar el Corrido de La decena de Torreón:
https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/musica%3A78
59. 59
Revista de tropas federales en espera del ataque villista a Torreón
El General Francisco Villa; al mando de las tropas revolucionarias de la
División del Norte, ocupó la ciudad de Torreón en 1914
Corrido de la Decena de Torreón27
Anónimo
Mil novecientos catorce,
presente por la ocasión,
voy a cantarles a ustedes,
la Decena de Torreón.
Viva la estación de Yelmo,
donde hubo concentración,
27
IRENE VAZQUEZ VALLE Y JOSE SANTIAGO SILVA. Corrido» de la Revolución Mexlcana.
México, Disco MC/0552, INAH / DEMLO, Colección Testimonio Musical de México #16, INAH, pp. 9
y 10. Cantado por Manuel Valdez. 1981.
60. 60
Villa concentra sus tropas,
para atacar a Torreón.
Hablaron por el alambre,
entablan conversación,
Villa le pedía a Velasco;
la plaza o la rendición.
Velasco niega la plaza
y aunque se den de balazos,
porque él se atenía a Argumedo,
porque era hombre de sus brazos.
Ordena Francisco Villa:
"que avancen caballerías
y Robles y Benavides,
Natera por Picardías”.
Que avancen caballerías,
y avanzaron con afán;
en Sacramento derrotan
al general Almazán.
Con don Pánfilo Natera:
no se vayan a enredar
porque él se atiene a los brazos
de un valiente general.
Ese general valiente,
ese es don Santos Bañuelos,
el que está impuesto a pelear
en los planes y en los cerros.
Se arrendaron para atrás
y volvieron otra vez;
el general Ceniceros,
peleaba por Aviléz.
General Rosalío Hernández,
que se presentó al momento,
Villa lo destina luego
que ataque por Sacramento.
Robles les mandó la huida,
saliendo por La Piedrera,
a todas sus caballerías,
allá por la Polvorera.
Contreras hace otra huida,
saliendo por San Ignacio;
61. 61
Ángeles y Sandoval
tomaron Gómez Palacio.
Al grito de: “¡Viva Villa!”,
peleaban esos guerreros.
“¡Viva la Brigada Robles!
¡También don Raúl Madero!"
General Canuto Reyes
que nunca se hace a la orilla,
era el jefe de la escolta,
del general Pancho Villa.
Ese General Carrillo,
que quería tomar la plaza,
se hizo de las posiciones,
del cerro de Calabazas.
Pero el general Carrillo,
mala suerte le ha tocado;
Villa lo ha tomado preso,
a Chihuahua consignado.
Se oyen ametralladoras
y fuerte fusilería;
Ángeles estaba en Gómez,
con toda la artillería.
Toditos esos guerreros,
se expusieron a morir,
después de larga Decena,
entraron el dos de abril.
Dos Coroneles heridos,
pues así les convendría;
uno; el coronel Rodríguez
y dos; Máximo García.
Ya con ésta me despido,
por la sombra de un limón,
ya les canté a mis amigos:
la Decena de Torreón.
62. 62
La salida de los gachupines de la ciudad de Torreón28
Anónimo
Aquí me pongo a cantar,
con permiso de la gente,
tenemos que recordar,
mucho de este presidente.
¡Ay, famoso Victoriano,
cómo nos tienes contentos!
¡Ahí viene don Venustiano
a cumplirte tus intentos!
Dices que eres el terror,
de toditos tus contrarios,
y tienes a tu favor
28
VICENTE T. MENDOZA. El Corrido Mexicano, México, Fondo de Cultura Económica, Colección
Popular # 139, 1984, pp. 44 a 49.
63. 63
a todos los millonarios.
Dice don Francisco Villa.
“Eso no tiene que ver,
te hemos de buscar la orilla
hasta el vencer o morir .
Huerta, quisieras poder
salvar México de un brinco,
Villa te vendrá a poner
las peras a veinticinco.
Y si no lo quieres creer,
no te retires muy lejos,
no tardarás mucho en ver
ardiendo tus aparejos.
Tú y tus ricos millonarios
que vacilan con afán,
ellos temen que los dejes
abriendo las de caimán.
Ricos, malos corazones,
se han metido muy macizo;
se quedarán sin millones,
pero con el compromiso.
Dice el general Carranza:
“Hay que perseguir a Huerta,
no perdemos la esperanza
de remacharle la puerta”.
A el y a sus generales,
entre ellos es Argumedo,
quieren hacerse formales,
pero no los deja el miedo.
Van haciéndose temibles,
esos infames pelones,
atropellando familias,
incendiando poblaciones.
Dicen que son muy valientes,
se burlan de su trabajo,
han fusilado inocentes,
de esos que no dan trabajo.
Dicen que los federales,
tienen mucha disciplina,
les sirve pa' seguir males
64. 64
y dejar pueblos en ruina.
Dice el general Carranza:
“Mi gente no sabe nada,
pero tengo la confianza,
que no la traigo forzada”.
Generales maderistas,
se atienen a su canilla,
hasta tiemblan los huertistas,
nomás de oír mentar a Villa.
Con Villa no anda la infamia,
menos la calamidad;
antes socorre a los pobres
que le piden caridad.
Pero de ese presidente,
por dondequiera se ha dicho,
todo es perecer la gente,
por su maldito capricho.
En Torreón, Gómez y Lerdo,
pereció un sinfín de gente;
pero fue pior en San Pedro,
todos lo tienen presente.
Esto es de lo más presente,
sin lo que antes ha pasado,
por causa de ese traidor,
México se ha trastornado.
Ahí viene Francisco Villa,
a quitarte de decente,
te ha de repugnar la silla
y el cargo de presidente.
Ya tu corazón te late,
tus ojos tienes grandotes,
te fastidia el chocolate
y los finos marquesotes.
Ya tu dañada conciencia
te hace vivir sin consuelo,
ya no quieres presidencia,
sino salvar el repelo.
Acuérdate de las huelgas
que hiciste aquella ocasión,
¿no les decías a los ricos
65. 65
que no quitaban Torreón?
¿No que bailaban de gusto
y saltaban de contento?;
Villa les va a dar un susto,
en menos que se los cuento
Pónganse bien los botines
para que busquen la orilla,
ya verán los gachupines
lo que les pasa con Villa.
Ellos no querían salir,
le suplicaban a Villa:
“Entonces quedrán morir,
yo no quiero esa semilla”
“No quiero ser asesino,
ni seguirles a otros mal;
yo los pondré en el camino,
ahí hay tren especial”.
“Señor, tanto capital,
pues ¿a quién se lo dejamos?”
Pues hasta querían llorar,
apretándose las manos.
“Cuando a México vinieron”
—Villa les dijo formal—
“¿verdá que nada trajeron?
Eso mismo han de llevar”.
“Hay que salir con violencia,
yo no quiero averiguar,
obedecen mi sentencia
o comienzo a fusilar”.
Por nuestra Patria querida,
que nos cubre y nos mantiene
tenemos que dar la vida,
por derecho nos conviene.
Y como hijos mexicanos,
hay que luchar con valor,
para echar a los tiranos
y acabar con el traidor.
Ya volaron las palomas,
dejaron solos los nidos,
se fueron los gachupines
66. 66
entre llantos y suspiros.
Ahí México ha de arreglar,
tenemos fiel esperanza
en el jefe principal
don Venustiano Carranza.
Don Venustiano Carranza,
se ha dignado en la ocasión
de México ser la alianza
y padre de la Nación.
¡Viva Dios es lo primero!
¡Viva el pueblo mexicano!
¡Viva el nombre de Madero!
y ¡viva don Venustiano!
¡Viva don Francisco Villa!
le digo al que sea huertista.
¡Que vivan los generales
del partido maderista!
Han empuñado su acero,
como todos los habrán visto,
dicen: “Por México muero,
como murió Jesucristo”.
Cristo se quedó en la cruz,
por librarnos del contrario,
y nosotros en la guerra
combatiendo al sanguinario.
Si viene la Intervención,
con ella hemos de pelear,
aquí no ha de haber Nación,
que nos venga a pisotear.
Nuestra Patria ha de ser libre
y también nuestra bandera,
aquí no ha de producir
ninguna planta extranjera.
Ya se acabó la tragedia,
ya se le vieron sus fines,
ya se fueron pa’ su tierra
los traidores gachupines.
67. 67
La toma de Torreon. Segunda parte29
Anónimo
Una fue tan desastrosa
que Torreón se conmovió,
pues que Alvírez, sorprendido,
con su tropa allí murió.
Munguía creyó que llegaban,
los carrancistas ya luego,
y reuniéndose a su gente
se salió para San Pedro.
Al saberse tal noticia,
todo el país se asombró,
y a Munguía trajeron preso
y un consejo lo juzgó.
Huerta levantó un Ejército,
que Del Nazas se llamó,
y al frente puso a Velasco
y a Torreón luego lo envió.
Con acopio de elementos
y con muy grande pericia,
llegó muy bien la columna
a esa tierra de delicia.
Pocos combates se dieron,
porque huyeron los rebeldes,
que se fueron para el norte,
dejando varios rehenes.
Villa salió de Chihuahua,
al frente de sus legiones,
con muy buena artillería,
y bastantes municiones.
A bordo de muchos trenes,
llegaron a Bermejillo,
donde mandaba Argumedo,
con los charros de Saltillo.
Peña, el valiente soldado,
Argumedo, Reyna y Campa,
mandados se retiraron,
29
CESAR MACAZAGA ORDOÑO. Corridos de la Revolución Mexicana, México, Ed. Innovación,
1985, s/p.
68. 68
pues que el superior lo manda.
Antes de llegar a Gómez,
hicieron alto los trenes,
esperando a Pancho Villa,
general de operaciones.
Hicieron alto los trenes,
antes de llegar a Gómez,
para emplazar los cañones,
y reforzar los retenes.
Villa, con rabia y enojo,
atacó Gómez Palacio
y se dieron tres batallas,
sin quedarse nadie reacio.
Como a las tres de la tarde,
comenzaron cañonazos
y en menos de un cuarto de hora
tomaron Gómez Palacio.
Gritaban los federales,
gritaban despavoridos:
“Corrieron los colorados;
ahora sí somos perdidos’’.
Corrieron los colorados,
pa’ la ciudad de Torreón,
que se iban a afortinar,
con los de la federación.
Esa ciudad de Torreón,
tenía muy buenos fortines,
para defender a Huerta
y a todos los gachupines.
Gritaba el general Villa:
“A mí no me importa nada,
vamos a tomar Torreón;
acuérdense de Ojinaga”.
El cerrito de La Pila,
que defiende esa ciudad,
fue tomado por los bravos
carrancistas de verdad.
Al ver aquello Velasco,
mandólo recuperar,
y al bravo general Peña,
69. 69
allí le tocó acabar.
El cerro quedó cubierto,
de cadáveres y heridos
y en poder de los pelones,
con los baluartes derruidos.
La situación era grave
y al ver avanzar a Urbina,
Velasco evacuó la plaza
y allí comenzó la ruina.
Bien haya Francisco Villa,
su corazón no vacila,
tomó el fortín más pesado
por el rumbo de La Pila.
El general Argumedo,
era el que se hacía más roncha,
por interés del dinero,
de la Hacienda de La Concha.
El Cañón de Picardías,
tenía muy valientes hombres,
era el capitán Rodríguez,
también la Brigada Robles.
En Torreón se hicieron fuertes,
los valientes federales,
rechazando tres asaltos
terribles y desiguales.
La artillería carrancista,
hacía destrozos sin cuento,
pues que estaba dirigida,
por Angeles, que es portento.
Las municiones se agotan,
y no queda ya esperanza,
la retirada se impone,
porque el triunfo es de Carranza.
En Sacramento se encuentran,
con la Brigada Almazán,
en el preciso momento,
en que derrotados están.
Pues obedeciendo la orden,
de su jefe superior,
70. 70
iban a reconcentrarse,
marchando a paso veloz.
Los soldados del jefe Ortega,
los batieron con vigor,
y los hubieran destruido
si no llega el defensor.
Velasco salvó a esa tropa,
con su proverbial valor,
y juntos siguieron luego
a San Pedro, con ardor.
Allí encontraron a Maas
y otros muchos generales,
que en vez de salvar Torreón,
se divertían los venales.
Ante el general Velasco
}se inclinaron, como es uso,
y éste les dijo enojado;
lo que les dejó confusos:
“Municiones y soldados
era lo que yo esperaba,
por qué tantos generales,
esos nomás me estorbaban”.
Villa se unió con Ortega
y asaltaron a San Pedro,
volviéndose a dar batallas
que hasta erizaban el pelo.
En el viejo Camposanto
fue la batalla tan ruda,
que muertos había debajo
y más muertos había encima.
El lunes Pascua, en la noche,
evacuaron los federales
saliendo con sus heridos
en trenes y en animales.
Para Saltillo se fueron,
por el árido desierto,
quedando heridos tirados
por el camino ya muertos.
En cambio, los jefes todos,
en autos iban llegando,
71. 71
algunos con sus queridas
y otros, entre sí, brindando.
Los carrancistas llegaban,
ya muy cerca de Saltillo,
y Maas resolvió atacarlos
por el rumbo del Castillo.
Pero luego dio a Valdez
el encargo de batirlos
y en Paredón les dio Villa,
otra derrota al destruirlos.
Dicen que Wilson dio a Huerta,
la noticia perentoria;
que si se perdía Torreón,
allí acababa su historia.
Famosa Revolución,
has dejado este recuerdo:
se tomó Gómez Palacio,
Torreón y después a Lerdo.
Debido al habitual escamoteo y plagio de los corridos en la época; La Toma de
Torreón, Segunda Parle, en su hoja suelta, publicada por Eduardo Guerrero, en la
Ciudad de México, aparece con las cuartetas alteradas en el orden cronológico y
con cuartetas de otros corridos, como el de La Toma de Durando, el de La Toma de
Zacatecas y el de Venustiano Carranza, entre otros, por lo que; en esta
transcripción, se optó por dar orden cronológico a las cuartetas de la Toma de
Torreón y no incluir las cuartetas pertenecientes a otros corridos. De cualquier
manera, a continuación se reproduce la hoja suelta el corrido de La Toma de
Torreón . Segunda parte.
73. 73
Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro30
Anónimo.
Mil novecientos catorce,
año de Revolución,
tomaron los maderistas,
de nuevo, otra vez, Torreón.
Pues llegó el general Villa,
se acuarteló en El Vergel:
“Vamos metiendo la orilla
pa' que conozcan la miel”.
"Amontónense pelones,
pa' que se den bien la mano
prevengan bien sus cañones
y no se llamen a engaño”.
Generales maderistas,
todos se ponen de acuerdo:
"Vamos a echar los huertistas,
de ciudad Gómez y Lerdo”.
A los de Estado Mayor,
les dijo el general Villa:
"Ahora hay que entrar con valor
cada quien con su guerrilla”.
“A todos los oficiales
les voy a dar a saber:
llevan orden de tronarlos,
a los que quieran correr” .
“Si nos llegan a matar,
será porque nos conviene,
muchachos no hay que quitar,
el valor a quien lo tiene”.
Para que mejor me entiendan;
se empezó a mover la gente:
“Aquí hay con qué se defiendan
lleven parque suficiente”.
En Lerdo, también en Gómez,
guerra fue encarnizada,
30
Hoja suelta de la Colección de manuscitos y hojas sueltas del corridista Antonio Raymundo Muros,
facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango. Recogida por
Antonio Avitia Hernández, en 1987.
74. 74
las calles estaban todas
llenas de gente tirada.
“Avancen”, decían los jefes:
“A echarlos de los fortines”,
“Federales no se dejen”,
gritaban los gachupines.
“Ya no hay lugar que les cuadre”,
decía el general Contreras:
“Ya conocerán su padre
ya no andarán de panteras”.
Era un rugir de cañones
que se oía por el (...),
hasta el perder los pelones
en ciudad Gómez Palacio.
Ve perdiendo la esperanza,
Velasco que trais el mando,
ya te hirieron a Ocaranza
los valientes de Durango.
Murió Federico Reyna,
en la presente ocasión,
y también Ricardo Peña,
general de división.
Fortín Casa Colorada.
¡Oh! qué guerra tan fatal,
mucha sangre derramada,
también en el Hospital.
En ese ataque murieron,
señores que triste cosa:
mayor Virginio Romero,
coronel Pablo Mendoza.
Al mayor Jacques la muerte,
le dieron los federales,
y a Luis Cázares también;
eran hombres muy cabales.
Pues decía el general Villa:
"Ahora lo verán malvados,
qué caro les va a costar
la muerte de mis soldados”.
Pues las pruebas que les dio,
en el campo y en las casas,
75. 75
mucha gente les mató;
en Guarache y Calabazas.
¡Ay! pelones no hagan jila,
no están tan afortinados,
en el cerro de La Pila,
quedaron muchos tirados.
Nomás hasta el 2 de abril,
aguantaron los pelones,
para poderse salir,
tirotearon los cañones.
Una extensa polvareda,
les sirvió de protección,
para salir de carrera,
de la plaza de Torreón.
Les decían los gachupines,
apretándose las manos:
“Recuperen sus fortines,
nosotros les ayudamos”.
“Señores no hay nada de eso,
éste Villa no es cualquiera,
ya no queremos el queso,
salir de la ratonera”.
Federales, no decían;
que eran hombres invencibles
ya llegó el general Villa
el vencedor de imposibles.
Siempre evacuaron la plaza,
los de Huerta y Argumedo,
se fueron a incorporar,
con las fuerzas de San Pedro.
Velasco llegó a San Pedro,
cuando ya va de corrida,
luego que vio aquel refuerzo;
dijo: “Ya fuimos de vida”.
Ya somos doce mil hombres”
dijo ese cabecilla:
“con los que hay pa’ derrotar,
a ese gran general Villa”.
Estos creían ganar visto,
con dieciocho generales,
76. 76
señores no habíamos visto,
morir tantos federales.
Pues ya vale más huertistas,
que se dejen de pelear,
porque con los maderistas,
no han de echar una al ganar.
Ya verán, aquí en San Pedro,
se acrecentaron sus males,
mil trescientos prisioneros,
muertos muchos oficiales.
Vayan a avisarle a Huerta;
que se quite de la silla,
porque no ha de hallar la puerta,
cuando se le acerque Villa.
Cuando de nuevo evacuaron
esa plaza de San Pedro,
muchas fincas incendiaron,
para dejar su recuerdo.
Ya corrieron los pelones,
de nuevo echaron a huir,
ya dejaron los cañones,
mucho parque de fusil.
Velazco, esto siente más
y en lágrimas se atraganta,
porque murió Joaquín Maas
Arnoldo y Emilio Campa.
También de los maderistas
nos han muerto mucha gente;
coroneles y oficiales,
todos de armas y valientes.
Les dice el general Villa
a sus valientes guerreros:
“Hemos de vengar la sangre
de todos los compañeros”.
“Pues ya no hay que hacer favores,
ni a los que porten bombines,
hay que matar al traidor
y echar a los gachupines”.
“Todo aquel que es extranjero
tiene la fiel esperanza,
77. 77
a Huerta le dan dinero,
para que arruine a Carranza”.
Dice Huerta: “He de pelear;
contra todo el mundo entero,
al cabo me han de matar
como yo maté a Madero”.
“Métanle a marcha forzada,
ahora por la ocasión,
a mí no me importa nada,
que se acabe la Nación.
Ya se acabó la tragedia.
Huerta goza de placeres,
dice: “Yo sigo la guerra,
si no hay hombres, con mujeres”.
Las imprentas populares de las ciudades de provincia, tuvieron una gran producción
de corridos, aunque no podían competir en tiraje con las de la capital del país, razón
por la cual son más desconocidas, sin embargo las hojas sueltas de corridos de
localidades estatales, en su mayoría, fueron escritas con el lenguaje propio de las
zonas donde se produjeron. El corrido de la Nueva Toma de Torreón Convocada
con la de San Pedro, fue impreso, según su colector, en la ciudad de Torreón y nos
relata; en el lenguaje dialectal de la Región Lagunera de la época, los detalles de
las batallas de Torreón y San Pedro de las Colonias, Coahuila. en la copia que se
obtuvo, dado su estado físico, no fue posible leer algunos fragmentos.
79. 79
Honorable tragedia de la situacion en San Pedro de las Colonias31
J. P. Maciel
Año de mil novecientos,
catorce, apenas me acuerdo,
fue entre las ocho y las nueve,
cuando se tomó San Pedro.
San Pedro de las Colonias,
¡Ah! cómo quedaste feo,
no te había llegado a ver,
San Pedro, como hoy te veo.
Llegaron los defensores,
de Torreón, Gómez y Lerdo,
regados por las labores,
para tomar a San Pedro.
El fuego ha comenzado,
hasta el morir o vencer,
gritaban los inculpables:
“Qué nos quedrá suceder”.
En donde están esos leones,
que venían de devorar,
a todos los maderistas,
queriéndoselos tragar.
Llegó don Francisco Villa
y el Estado Mayor,
acercados a la orilla,
por San Pedro alrededor.
El primer grito que dieron,
fue el nombre de Madero,
porque lo traen presente,
por memoria y por recuerdo.
Decía el general Velasco:
“Mi general Argumedo,
ya nos pegaron un chasco,
vámonos, yo no me quedo”.
Pero ya cuando quisieron,
salir por alguna orilla,
¡Ay! se fueron encontrando
31
ENRIQUE ARRIETA SILVA. Op. Cit., pp. 67 a 69.
80. 80
con el valiente de Villa.
Dijo Argumedo a Velasco:
“Basta lo que va a decir,
pero si ya no se puede,
ya no hay por donde salir”.
Argumedo fue el primero
que salió por dispersión,
y los demás generales,
quedaron en la Estación.
A San Pedro le pasó,
Lo que le pasó a Durango;
para que vuelva a su ser,
sólo Dios sabe hasta cuando.
Quemaron los almacenes,
el mercado en situación,
quemaron la artillería,
por el lado de la Estación.
Andaban los federales,
que ya no hallaban la puerta
y entonces no se acordaban,
de don Victoriano Huerta.
Pobrecitos colorados,
qué mala vida pasaron,
que a todos los aprehendieron,
y a todos los fusilaron.
Cómo quedaron los ricos,
los que estaban comprometidos,
que se creían muy altos
y ahora se verán perdidos.
Por causa de sus caprichos,
ayudaron al gobierno,
gracias a Francisco Villa,
que nos quitó medio infierno.
Viva don Francisco Villa,
que peleó con su valor,
que liberta al hombre pobre
y fusila al que es traidor.
Fue mandado de Carranza,
llegado con su fortuna,
para que fuese ayudado,
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con gente de La Laguna.
Pelearon los chihuahueños,
junto con los laguneros,
en contra del gobierno,
deveras pruebas les dieron.
Madre mía de Guadalupe,
Virgen, la más concebida,
que, por aclamarte tanto,
nos has librado la vida.
Vuela, vuela palomita,
¡Viva Madero y Carranza!
que vengan justicia y paz,
no hay que perder la esperanza.
Ya con ésta me despido,
tributando mil honores,
¡Que viva la causa justa!
y mueran los que son traidores.
Es última y despedida
que doy con todo mi amor
con una tragedia alegre
para recuerdo y valor.
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Con la Expedición Punitiva, operada por el Ejército de los Estados Unidos,
siguiéndolo, y con tropas carrancistas tras él y sus guerrillas. A fines de 1916,
Francisco Villa reconcentró sus menguadas tropas, las municionó y se dirigió hacia
el sur del estado de Chihuahua, en el que ocupó: Satevó, La Joya y Parral. Desde
Parral, Villa lanzó su ataque a Santa Rosalía de Camargo, Chihuahua, donde el 13
de diciembre de 1916 los villistas derrotaron a las tropas constitucionalistas del
Segundo Batallón que comandaba el mayor Tirso Hernández.
En Santa Rosalía de Camargo, Chihuahua, se suscitó un grave incidente; los
viilistas habian registrado los trenes ocupados, carro por carro y luego de recoger
las vituallas útiles que encontraron embarcadas, dejaron a las mujeres soldaderas
de los constitucionalistas, ocupando el tren en que se hallaban. A la sazón, el
general Francisco Villa se detuvo a cierta distancia del tren ocupado por las
soldaderas, dictando órdenes a uno de sus oficiales; en un momento, otro oficial
viilista cruzó entre Francisco Villa y; del tren de las soldaderas, se escuchó un
disparo y el oficial que cruzaba cayó muerto, cerca del general Villa. Como el disparo
salió del tren de las soldaderas de los constitucionalistas.se corrió la voz de que
éstas trataban de dar muerte al general Villa, por lo que la escolta de Dorados de
Villa masacraron a las soldaderas de los constitucionalistas.
En esa ocasión murieron alrededor de 90 soldaderas y; según Francisco R. Almada,
el incidente fue provocado por la esposa del pagador de las fuerzas del general
Rosalío Hernández.
De Santa Rosalía de Camargo, Villa encarriló sus tropas hacia Torreón; ocupando:
Bermejillo, El Peronal, Gómez Palacio y Lerdo, Durango, siguiendo la vía de
ferrocarril de Camargo a Torreón.
Los combates de la tercera toma villista de Torreón se realizaron del 20 al 24 de
diciembre de 1916. En ese momento, de la lucha de facciones engre
convencionistas / villistas y constitucionalistas / carrancistas; la ciudad de Torreón
era defendida por las tropas de los generales constitucionalistas; Severiano A.
Talamantes, Fortunato Maycotte y Luis Herrera.
El general Luis Herrera murió en la acción de la toma de Torreón y el general
Severiano A. Talamantes, herido en su honor militar por la derrota, decidió
suicidarse.
83. 83
Por su parte, el autor anónimo del Romance Histórico Villista, cuyos fragmentos se
transcriben a continuación, nos da su punto de vista de soldado raso de la Brigada
Murga, sobre los movimientos y sentimientos de los villistas en esta campaña.
Luego de la tercera toma villista de Torreón, el movimiento de la guerrilla viilista
preocupó fuertemente al gobierno de Venustiano Carranza, mientras que los jefes
estadounidenses de la Expedición Punitiva veían cada vez más lejano el supuesto
objetivo de su misión; atrapar y liquidar a Francisco Villa.
Romance histórico villista32
(Fragmentos)
Anónimo
XIX - Avanzó hasta Bermejillo a correrlos a Patadas.
El dieciséis, a las ocho,
salimos a la estación,
nos Íbamos a embarcar
y salir para Torreón.
Los trenes no regresaron,
el jefe no lo sabía,
nos volvimos a acampar,
para salir otro día.
Como seis vacas matamos;
ya tirando la tantlada,
de oír lo que nos decían
que por allá no había nada.
José Arballo recordó;
de las hambres retrasadas,
mandó juntar las cabezas
y llevarlas tatemadas
El horno; como era ajeno,
no se quería calentar,
temiendo que las cabezas
crudas fueran a quedar.
32
Romance histórico villista. Diario en verso de un soldado villista, Chihuahua, Chihuahua, Librería
La Sorbona, 1975, pp. 117 a 133.
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El diecisiete a las ocho,
volvimos a regresar,
formados a la estación,
comenzamos a embarcar.
A las diez de la mañana
ya Murga se había embarcado
haciendo también balance
pieza de pan por pelado.
Como a las dos de la tarde
nos despachó el general
ordenando al maquinista
nos apeara en Peronal.
Por la tarde y por la noche
iba la tropa azorada
comiendo su pan con leche
y cabeza tatemada.
Como a las seis del dieciocho
llegamos a Peronal
allí nos desembarcamos
como ordenó el general
Don Nicolás que era el jefe
y general de Brigada
avanzó hasta Bermejlllo
a correrlos a patadas.
Los trenes del enemigo
nos salieron a encontrar
no creían que por detrás
los pudieran atacar.
I_a gente de Martín López
días antes se adelantó
les pudo quitar un tren
y el otro se les salió.
Como a las seis de la tarde
un correo mandó a avisar:
"Bermejillo está tomado:
no tienen que vacilar".
Fernández mandó ordenar
la tropa se organizará
y después de organizada
a Bermejilo avanzará
85. 85
Pasamos a la estación
como gatos en costales
preguntando dónde había agua
que darle a los animales.
Dormimos en un ranchito
en la miseria siguiente
sin pasturas la remuda
y sin comida la gente.
El diecinueve seguimos
a la estación Sacramento
era la orden de Fernández
de poner su campamento.
El día veinte nos dijeron
hoy descansan todo el día
mientras llega a Bermejillo
el general Pancho Villa.
El veintiuno recibieron
la orden para marchar
diciendo: "A Gómez Palacio
hoy nos vamos a tomar".
A Gómez hemos salido
y poco antes de llegar
nos pusieron un correo
que ya podíamos entrar.
En Gómez estaba Villa
porque éste nos la ganó
viendo los trenes que traía
el enemigo corrió.
Como cinco cañonazos
tiraron por dar la prueba
que otro día irían a quedar
sin pantalón y sin leva.
XX.- Veinticuatro horas son buenas para tomarles Torreón
Esa noche que llegamos
Villa ordenó a sus Brigadas
que así pasaran la noche
con las bestias enfrentadas.
A todos sus oficiales
les ordenó posesión
86. 86
veinticuatro horas son buenas
para tomarles Torreón.
El veintidós a las cinco
marchamos con ordenanza
con el general Fernández
por tenerle más confianza.
Villa le dijo a Fernández:
"A tí te voy a mandar p
or el cañón del Huarache
no te vayas a rajar".
"Te llevas a Aurelio Murga
Brigada de San Andrés
para que sepan en Torreón
que con ellos se dan tres".
Al llegar a un cerro grande
frente al de La Cruz está
nos tiramos cañonazos
que fue una barbaridad.
El cerro estaba tomado
por los mismos compañeros
tirándoles metrallazos
que parecían aguaceros.
Fernández le dijo a Aurelio
"Aquí rompemos la guerra
pasaremos en corrida
aunque se muera uno que otro.
Por el Cerro de Calabazas
sube el primer escuadrón
que quiten las posesiones
que dan vista hacia Torreón.
Al cuarto Escuadrón le mandan
que suban esos cerritos
no nos vayan a flaquear
porque somos muy poquitos.
Valdiviez, Murga y García
los tres en disposición
dispusieron que García
entrara por el cañón.
Estando García de acuerdo
que Murga le protegiera
87. 87
lo mandó subir al cerro
que le nombran Polvorera.
Murga subió con su escolta
a cumplir la comisión
con otros cuantos soldados
de uno y otro Escuadrón.
Murga avanzó medio cerro
luego se dió una parada
para apaciguar el fuego
de nuestra misma Brigada.
Aurelio sacó su anteojo
y se puso muy contento
para ver al enemigo
cogiendo las posiciones.
Al pie de los parapetos
han plantado su bandera
y al grito de: “¡Viva Villa!”
han corrido los Herrera.
Les cogimos su bandera
y se las hicimos pedazos
y al correr las codornices
les dimos muchos balazos.
Arballo mandó un correo
a Aurelio que le dijera:
"El enemigo corrió
dejándonos la bandera".
Aurelio llega y pregunta:
"¿Dónde van los correlones?
ahora lo que hay que hacer
no dejar las posesiones".
"Que venga el Cuarto Escuadrón
y que les eche la aullada
dejando abajo del cerro
todita la caballada".
Ya serían como las diez
no estabamos ni apurados
tocándoles mala suerte
a dos de nuestros soldados
Al encumbrar el cerrito
a Andrés Corral nos hicieron