2. La escuela es un lugar privilegiado de enseñanzas,
aprendizajes, crecimiento e interrelaciones, es el
escenario propicio para desarrollar el conocimiento
científico de nuestro alumnado. Enseñar ciencias
desde las primeras etapas educativas es vital: es una
manera de mirar el mundo y de pensar en él. Como
docente queremos ofrecer una formación científica
básica válida para interpretar los hechos cotidianos
que nos rodean, desde un espíritu crítico y
participativo.
3. Vamos convirtiendo las aulas y el centro en un
laboratorio científico natural, orientando el
aprendizaje y guiando a nuestro alumnado a
aprender las cosas por sí mismos, implicándose con
las plantas, el viento, la fricción, el sonido, la
gravedad. Todos
hemos usado la educación sensorial en el
aprendizaje por descubrimiento, desarrollando la
sensibilidad hacia el medio ambiente y la ciencia.
4. Coincidimos con Guijarro que el trabajo en equipo
tiene una enorme importancia: compartir las ideas
planteadas, planificar, reflexionar seriamente es
mejor
que el azar: estamos convencidas que todo lo que
vayamos avanzando en el campo científico será
positivo para nosotros, para nuestro alumnado y
para el futuro de este planeta. Nunca es pronto para
empezar una educación científica que tiene
implicaciones tan enriquecedoras para todos.
5. V.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
• AA.VV. (2002). Las ciencias en la escuela. Teorías y prácticas.
Barcelona: Graó.
• Abella, R. y otros (2009) Hacemos ciencia en la escuela.
Experiencias y
descubrimientos. Claves para la innovación educativa. Barcelona.
Graó.
• Benlloch, M. (1992). Ciencias en el parvulario. Una propuesta
psicopedagógica
para el ámbito de experimentación. Barcelona. Paidós Ibérica.
http://www.oei.es/seminarioctsm/PDF_automatico/F26textocompl
eto.pdf