Palabras pronunciadad por el Dr. Edgar Allan Delgado F., Presidente de la Asociación Colombiana de Bibliotecólogos y Documentalistas - ASCOLBI -, en la inauguración de Bibliotic 2009.
TUTORIA II - CIRCULO DORADO UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO
Encuentro de Bibliotecas en Tecnologías de Información y Comunicación
1. BIBLIOTIC 2009
1er. Encuentro de Bibliotecas en Tecnologías de Información y
Comunicación
Bogotá DC. 11 de mayo de 2009 - Biblioteca Virgilio Barco
Palabras pronunciadas en la sesión inaugural por Edgar Allan Delgado
F., Presidente de la Asociación Colombiana de Bibliotecólogos y Do-
cumentalistas –ASCOLBI–
Colegas y amigos todos,
Es verdad de Perogrullo que las bibliotecas y demás unidades de informa-
ción, dada su vocación de servicio en la intermediación entre la producción
documental y el usuario no es ajena a la utilización cada vez mayor de las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) definidas por Blurton
como “un conjunto heterogéneo de herramientas y recursos tecnológicos
utilizados para crear, diseminar, almacenar, y gestionar información, y para 1
comunicarla”, con el propósito de crear nuevos escenarios para el intercam-
bio de ideas y para generación de conocimiento. Así, estas instituciones de
información documental van a presentar más o menos informatizados sus
procesos y, de forma continua, en diferentes grados, participarán en la
construcción de la Sociedad Global de la Información, garantizando al
usuario el intercambio y el acceso a la información con el menor es-
fuerzo, tiempo y costo posibles.
La irrupción de la informática, con la aparición en 1941 del primer
computador electromagnético programable, tuvo sus primeras
aproximaciones en las bibliotecas con la experimentación entre 1966
y 1968 del formato MARC, en 16 bibliotecas estadounidenses, y el
cual fue concebido para el intercambio de datos con la capacidad de
almacenar información bibliográfica sobre toda clase de materiales;
tecnología que se difundió rápidamente ante su potencialidad en el
campo de las bibliotecas, ensanchando las vías de acceso a la infor-
2. mación y a la recuperación de la misma, y la posibilidad de ofrecer
valores agregados a los usuarios; con lo cual los bibliotecarios vieron
en su implementación la manera de trascender las rutinas meramen-
te técnicas de identificación, organización y custodia de la informa-
ción registrada, explorando la diversidad de caminos que ofrece la
tecnología en la prestación de servicios a los usuarios según necesi-
dades específicas, sin las limitantes de tiempo y lugar.
Dentro de este panorama, y sin haberse podido aun implementar a
cabalidad la automatización de los procesos en muchas bibliotecas,
aparece Internet en la década de los ochenta del siglo XX, y con ello
la inquietud de bibliotecarios ante la necesidad de incorporar de ma-
nera rápida los acelerados cambios tecnológicos, en unidades de in-
formación no preparadas técnicamente para afrontar dichos retos:
limitantes como la falta de normalización en la información registra-
da, la falta de preparación sobre el acceso y uso de las TIC, la exi- 2
gencia de los usuarios por obtener información que con las herra-
mientas y recursos tradicionales no era posible atender, la escasez de
recursos económicos, la exigencia de resultados rápidos y tangibles
por parte de las empresas, la débil cultura de trabajo cooperativo en-
tre servicios y unidades de información, el poco reconocimiento de la
institución bibliotecaria, entre otros; hechos que han incidido en la
efectividad de los servicios prestados, y en mayor medida en la posi-
bilidad de indagar en compañía de informáticos sobre el aprovecha-
miento de las potencialidades de las TIC en los procesos de recupera-
ción, organización, conservación y difusión de información, así como
en la implementación de herramientas que permitan al usuario en-
contrar, identificar, seleccionar y adquirir información que responda a
sus necesidades personales, laborales o profesionales, sin que nece-
sariamente incluso medie la presencia del bibliotecario.
3. El paradigma tecnológico, ha revolucionado el quehacer de los biblio-
tecarios, planteándoles nuevos retos que obligan a revisar y even-
tualmente replantear el accionar que tradicionalmente se ha llevado a
cabo en bibliotecas, centros de documentación u otras unidades de
información; accionar donde las TIC juegan un rol preponderante. En
esta perspectiva, se debe trabajar decididamente en lograr sistemas
de información capaces de gestionar la creciente explosión documen-
tal en función de las necesidades específicas de usuarios reales o po-
tenciales; convertir las unidades de información en verdaderos pro-
veedores de servicios donde haya especialistas de la información en
todos los ámbitos; utilizar las nuevas tecnologías en el acceso a la
información y el suministro de documentos que no están contenidos
físicamente en las unidades de información; y, conformar redes que
funjan como canales de cualquier tipo de suministrador de fuentes de
información.
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Sin embargo, las limitantes de acceso a las tecnologías, especialmen-
te en nuestros países, así como el desconocimiento de todas sus po-
tencialidades, conduce a que dichas tecnologías se asuman desde
perspectivas lineales y simplistas, que impiden su mejor aprovecha-
miento, minimizando el protagonismo de los bibliotecarios en la So-
ciedad de la Información y del Conocimiento, entendida esta como el
entorno resultante de la generación, apropiación y utilización de la
información a gran escala, donde el conocimiento se coloca en el cen-
tro de la vida social y económica del Planeta, y donde los procesos
sociales y económicos se organizan sobre la base de la informatiza-
ción.
Por otra parte, no obstante los beneficios de la incorporación de tec-
nologías en los servicios bibliotecarios es importante tener en cuenta
que esto conlleva ciertos riesgos: me refiero en primera instancia a
que la utilización de la tecnología no garantiza por sí misma la calidad
4. del servicio, como tampoco el acceso hacia los recursos pertinentes
para resolver necesidades de información. En consecuencia, sin me-
noscabo a su importancia en los procesos relacionados con la recupe-
ración, organización, conservación y difusión de la información bi-
bliográfica y documental, el éxito de los servicios radica en la mane-
ra como se utiliza el potencial de las TIC en su planificación, diseño,
prestación y evaluación, así como en las capacidades de los bibliote-
carios para desenvolverse en entornos virtuales, y en la disposición
del usuario ante estos medios. Por ello, los bibliotecarios deberán
contar con una gran capacidad para explorar y crear nuevos caminos,
implementando servicios dotados de los recursos necesarios para ob-
tener el máximo aprovechamiento de las TIC y además garantizar la
calidad de los mismos.
Viene a colación lo que en este sentido manifiesta James D. Finn: “no
son las tecnologías per se las que producen el cambio, sino que los 4
cambios se producen porque hay nuevas maneras de hacer cosas
gracias a las tecnologías”
En segunda instancia, otro de los riesgos que conlleva la utilización
de las tecnologías de la información y la comunicación en las prácti-
cas bibliotecarias, es privilegiar la atención en los aspectos tecnológi-
cos en perjuicio de los aspectos propiamente bibliotecológicos: el tipo
y grado de sofisticación de la tecnología tampoco garantiza la efecti-
vidad de los servicios. La propensión a adoptar tecnologías que no
consultan las necesidades ni grado de desarrollo de los servicios, co-
mo tampoco la proyección de otros nuevos, va en detrimento de los
objetivos trazados y de los escasos recursos disponibles.
Es necesario entonces, conocer y asesorarse acerca de las posibilida-
des de las tecnologías, para así planificar su incorporación en función
de mejores prácticas bibliotecarias específicas: una solución tecnoló-
5. gica adecuada para una biblioteca no necesariamente es adecuada
para otra, se debe consultar el grado de desarrollo bibliotecario de la
unidad de información, así como su proyección en materia de recur-
sos de información, servicios y público objetivo.
En todo este nuevo escenario adquiere un papel central el usuario
objeto de los servicios y unidades de información, toda vez que el be-
neficio que puede recibir por su participación en la Sociedad del Co-
nocimiento, está en proporción directa con las posibilidades de acceso
a la información en todas sus formas y en la competencia para hacer
un uso eficaz de las recursos de información. Aquí el reto de los bi-
bliotecarios está en coadyuvar a partir de su quehacer en la reducción
de la brecha informacional y digital que limita el libre acceso a la in-
formación, así como evitar toda forma de censura y exclusión social.
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Mil gracias