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¡Basta
de historias!
La obsesión latinoamericana con el pasado,
y las doce claves del futuro
ANDRÉS OPPENHEIMER
Basta de historias
/ .u ob1túó11 latmoamericana con dparado,
y las doce claw, delfuf/.lro
Primt:ra edición: septiembre, 201O
Primera reimpresión: ocrubre, 201 O
Segunda reimpresión: noviembre, 2010
Tercera reimpresión: noviembre, 201 O
D R.© 2010, 1ndrés Oppenheimcr
D. R.© 201(), derechos de edición mundiale� en lengua caqcllana:
Random House /1.fondadori, S. A. de C. V.
Av. Homero núm. S44, col. Chapultepec Moraks,
Delegación if1gucl Hidalgo, 11 S70, México, D f'
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cedimiento,comprendidos la reprografia, el tratamiento informático,
así como la di,r,-ibución de ejemplares de la mi,ma mediante alquiler
o préstamo públicos.
ISBN 97�-607-310-143-1
Impreso en México/ Pn'nted in Afe.>..1m
Índice
Prólogo 9
l. Hay que mirar para adelante . 13
2. Finlandia: los campeones del mundo 63
3. Singapur: el país más globalizado 91
4. India: ¿la nueva superpotencia mundial> 126
5. Cuando China enseña capitalismo 160
6. Israel: el país de las start-ups 183
7. Chile: rumbo al Primer Mundo 210
8. Brasil: una causa de todos 242
9. Argentina: el país de las oportunidades perdidas 270
10. Uruguay y Perú: Una Computadora para cada Niño 306
11. México: el reino de "la n1aestra" 321
l 2. Venezuela y Colorr1bia: can1inos opuestos 359
13. Las 12 claves del progreso 381
Prólogo
Este libro sale a la luz en n1omentos en que buena parte de Lati­
noan1érica está festejando el bicentenario de su independencia, y la
región está dedicada con mayor entusiasrno de lo habitual a con1ne­
morar, discutir y revisar su pasado. La pasión por la historia es visible
por donde uno n1ire. Los gobiernos -incluyendo el de Es;paña, que
creó una Comisión Nacional para la Conn1en1oración de los Bicen­
tenarios- han destinado millones de dólares a los festejos. En los
n1edios de con1unicación ha habido acalorados debates sobre cuáles
figuras del siglo XIX deberían ser consideradas próceres de la inde­
pendencia y cuáles enen1igas de la patria. En las librerías, los best-sellers
del rnon1ento son las novelas históricas sobre la vida de Sitnón Bolí­
var, Francisco de Miranda. Antonio José Sucre, José de San Martín,
Bernardo O'Higgins, Miguel Hidalgo, José María Morelos y otros
héroes de la en1a11cipación latinoa1nericana.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, acaba de desente­
rrar los restos de Bolívar en una solen1ne ceremonia difundida en
cadena nacional para iniciar una investigación sobre si el prócer fue
asesinado; hace sus discursos al país delante de un retrato del pró­
cer, y hasta le ha cambiado el nombre al país por el de "República
Bolivariana de Venezuela". Los presidentes de Bolivia y Ecuador se
proclan1an herederos de legados históricos que -siguiendo los pasos
de c=hávez- evocan constanten1ente para consolidar sus propios
proyectos de acaparan1icnto del poder yjustificar la "refundación" de
9
PRÓLOGO
sus países bajo nuevas reglas que les dan poderes absolutos. En todo el
continente, desde Argentina hasta México, hay una verdadera pasión
por redescubrir la historia.
La obsesión con el pasado es un fenómeno que, si bien está
exacerbado por los festejos de la independencia, es característico de
la región. Curiosan1ente, no he observado el 1nisn10 fenón1eno en
mis viajes recientes a China, la India y otros paíse.s asiáticos, a pesar
de que muchos de ellos tienen historias milenarias. Entonces, vale
la pena hacernos algunas preguntas políticamente incorrectas, pero
necesarias. ¿Es saludable esta obsesión con la historia que nos caracte­
riza a los latinoarnericanos? ¿Nos ayuda a prepararnos para el futuro?
¿O, por el contrario, nos distrae de la tarea cada vez más urgente de
prepararnos para competir mejor en la econorr1ía del conocin1iento
del siglo xxi?
Este libro argumenta que los países latinoamericanos están dema­
siado inmersos en una revisión constante de su historia, que los dis­
trae de lo que debería ser su principal prioridad: n1ejorar sus sisten1as
educativos. Sin poblaciones con altos niveles de educación, la región
no podrá competir en la nueva era de la econon1ía del conocin1iento,
donde los productos de alta tecnología �desde programas de soft­
ware hasta patentes de la industria farmacéutica- se cotizan n1ucho
más en los n1ercados 1nundiales que las n1aterias prin1as, o las n1anu­
facturas con poco valor agregado.
Para buscar ideas sobre cómo mejorar la calidad de la educación
en nuestros países, en los últin1os cinco años he viajado a países que
tienen en común el haberse destacado por sus avances enla educación,
la ciencia y la tecnología. Viajé a China, la India, Singapur, Finlandia,
Suecia, Israel y otros países de diferentes colores políticos, pero que
-cada uno a su manera- han logrado mejorar sus niveles educativos
yreducir dramáticamente la pobreza. Y luego viajé a México, Brasil,
Chile, Argentina y otros países iberoa1nericanos para ver qué esta1nos
haciendo -de bueno y de malo- en la región. Realicé más de 200
entrevistas a figuras clave del mundo �incluyendo el presidente
Barack Obama; el fundador de Microsoft, Bill Cates, y el premio
10
PRÓLOGO
Nobel de Economía, Joseph Stiglitz- y númerosos otros jefes de
Estado, ministros, rectores universitarios, científicos, profesores,
estudiantes y padres y madres de familia.
Para mi sorpresa, descubrí que mejorar sustancialmente la edu­
cación, la ciencia, la tecnología y la innovación no son tareas impo­
sibles. Hay cosas muy concretas, y relativan1ente fáciles, que se están
haciendo en otras partes del mundo, y que podemos emular en
nuestros países. Este libro está lleno de ejemplos al respecto.
La tarea es impostergable, porque el siglo xx1 es, y será, el de la
economía del conocimiento. Contrarian1ente al discurso de la vieja
izquierda y la vieja derecha en la región, los· recursos naturales ya
no son los que producen más crecin1iento: los países que 1nás están
avanzando en todo el n1undo son los que le apostaron a la innovación
y producen bienes y servicios de mayor valor agregado. No en vano
el país con el mayor ingreso per cápita del mundo es el din1inuto Lie­
chtenstein, que no tiene ninguna n1ateria prima, mientras que países
co·n enorme riqueza de materias primas, como Venezuela y Nigeria,
están entre los que tienen 1nás altas tas�s de pobreza. Y no en vano
los hombres n1ás ricos del mundo son en1presarios como Gates, el
rnexicano Carlos Slim o Warren Buffer, que producen de todo menos
rnaterias primas.
El mundo ha cambiado. Mientras en 1960 las materias prin1as
constituían 30 por ciento del producto bruto rnundial, en la década
de 2000 representaban apenas 4 por ciento del mismo. El grueso de
la econornía n1undial está en el sector servicios, que representa 68 por
ciento, y en el sector industrial, que representa 29 por ciento, según
el Banco Mundial.
Y esta tendencia se aEelerará cada vez más. La reciente crisis
económica rnundial hizo tan1balear los precios de las rnaterias pri­
n1as de Sudan1érica y las exportaciones de rnanufacturas de México
y Centroa1nérica. Aden1ás, la crisis ha reducido el tan1año del pastel
de la econon1ía rnundial, lo que deja mejor posicionados a los países
rnás cornpetitivos; o sea, los que pueden producir bienes y $ervi­
cios n1ás sofisticados a n1ejores precios. la receta para crecer y reducir
11
PR()LOGO
la pobreza en nuestros países ya no será sola1nente abrir nuevos merca­
dos -por ejemplo, firmando más acuerdos de libre comercio- sino
inventar nuevos productos. Y eso sólo se logra con una mejor calidad
educativa.
Ojalá este viaje periodístico alrededor del mundo sirva para
aportar ideas que nos ayuden a todos -gobiernos y ciudadanos
comunes- a ponernos las pilas y empezar a trabajar en la principal
asignatura pendiente de nuestros países, y la única que nos podrá sacar
de la mediocridad econón1ica e intelectual en la que vivimos.
Finalrr1ente, quisiera agradecer rnuy especialn1cnte a Bettina
Chouhy, Annamaría Muchník y Angelina Peralta, que durante los
últimos años n1e han ayudado en la investigación y la logístic,1 que
hicieron posible este libro. Sin ellas, esta obra hubiera sido irnposible.
ANDRÉS ()PPENHEI.l.1ER
12
1
Hay que mirar para adelante
C:uando le pregunté a Bill (;ates después de una entrevista televisi­
va, fuera de cárnara, qué opinaba sobre la creencia muy difundida en
n1uchos países latinoamericanos de que "nuestras universidades son
excelentes" y "nuestros científicos triunfan en la NASA", el fundador
de Microsoft y uno de los hon1bres rnás ricos del n1undo me miró
con ason1bro y estalló en una carcajada. Levantando las cejas, n1e pre­
guntó: "¿A quién estás bron1ean<lo?"
No fue una respuesta arrogante: rninutos antes, frente a las cárna­
ras, Gates 1ne había hablado con opti111isn10 sobre Arnérica Latina.
Según dijo, existen condiciones con10 para ponerse a la par de (:bi­
na e India en las próxirnas décadas.
l)ecía Cates, 1nientras nos alejába1nos del set de grabación, que a
Latinoarnérica le f1lta una dosis de huznildad para darse cuenta cuál es
la verdadera posición de sus grandes universidades y centi·os de in.es­
tigación en el contexto n1undial. Los países de la región sólo podrán
insertarse de lleno en la economía de la infOrn1ación del siglo XXI
-y producir bienes más sofisticados que les per1nitan crecer y redu­
cir la pobreza- si hacen un buen diagnóstico de la realidad y dejan
de creer que están así de bien, indicó.
"Si creen que ya han llegado a la meta, están fregados -me dijo
Gates rr1ovie11do la cabeza-. Todos los países deben cn1pezar con
hun1ildad. Lo que n1ás asusta sobre el ascenso de C:hina es su nivel
de hun1ildad. Están haciendo las co1,as ntuy bien y, sin e1nbargo, tie-
HAY QUE !vtIRAR PARA ADELANTE
nen una humildad asombrosa. Tú vas a China y escuchas: 'En India
están haciendo esto y lo otro mucho mejor que nosotros. ¡Caram­
ba! Tenemos que hacer lo mismo'. Esta tendencia a la humildad, que
algún día van a perder, les está ayudando enormemente."1
Su respuesta me dejó pensando. Yo acababa de regresar de
varios países latinoamericanos, y en todos me había encontrado con
una versión triunfalista sobre los logros de las grandes universida­
des latinoamericanas y sus sistemas educativos en general. No solo
los gobiernos alardeaban sobre los logros de sus países en el ca1npo
académico y científico, sino que la gente parecía convencida de la
competitividad de sus universidades -salvo en cuanto a los recur­
sos económicos- frente a las casas de estudio más prestigiosas del
mundo. Cada vez que daba una conf'erencia en alguna de las gran­
des capitales latinoamericanas, y criticaba la eficiencia de sus univer­
sidades estatales, siempre saltaba alguien en la audiencia para rebatir
mis co1nentarios con patriótica indignación. Las grandes universida­
des latinoamericanas, blindadas contra la rendición de cuentas a sus
respectivas sociedades gracias a la autonomía institucional de la que
gozan, muchas veces parecen estar a salvo de cualquier crítica, por
1nás fundan1entada que sea. Son las vacas sagradas de Atnérica Latina.
Según 1ne comentaba Gates, en China, y anterior1nente en Esta­
dos Unidos, había pasado exactamente lo opuesto: había sido preci­
samente la creencia de que se estaban quedando atrás del resto del
mundo lo que había despertado a sus sociedades e ünpulsado su des­
ar;:ollo. "Lo 111ejor que le pasó a Estado� Unidos fue que, en los años
ochenta, todos creían que losjaponeses nos iban superar en todo. Era
una idea estúpida, errónea, una tontería. Pero fue este sentimiento
de humildad lo que hizo que el país se pusiera las pilas."2
¿Y en Latinoamérica? Gates respondió que veía in1portantes avan­
ces y que aunque las universidades no son tan buenas con10 debe­
rían ser, son mejores que hace 1O años. Sín en1bargo, el disparador de
la modernización educativa en Latinoa1nérica debería ser el n1is1no
que en Estados Unidos, ag!egó. "La manera de despegar es sintien­
do que estás quedándote atrás", concluyó encogiéndose de hornbros.3
14
HAY QUE MERAR PARA ADELANTE
VIVIENDO EN LA ILUSIÓN
Lo cierto es que en la gran mayoría de los países de América Lati­
na está ocurriendo todo lo contrario: las encuestas (como la Gallup,
de 40000 personas en 24 países de la región, encargada por el Ban­
co lnterarnericano de Desarrollo, BID) muestran que los latinoan1eri­
canos están satisfechos con sus sistemas educativos. Paradójicamente,
lo están n1ucho 1nás con su educación pública que la gente de otras
regiones que obtienen mucho mejores resultados en los exámenes
estudiantiles y en los rankin.gs universitarios. El 85 por ciento de los
costarricenses, 84 por ciento de los venezolanos, 82 por ciento de
los cubanos, 80 por ciento de los nicaragüenses, 77 por ciento de los
salvadoreños y n1ás de 72 por ciento de colombianos, jan1aiquinos,
hondureños, bolivianos, panan1eños, uruguayos y paraguayos dijeron
estar satisfechos con la educación pública de sus respectivos paÍ'>es.
Comparativamente, sólo 66 por ciento de los encuestados en Ale­
n1ania, 67 por ciento de los estadounidenses y 70 por ciento de los
japoneses lo están en sus respectivos países, s�gún revela el estudio.4
"Los latinoamericanos en general están n1ás satisfechos con su edu­
cación pública de lo quejustifican los resultados de los exámenes inter­
nacionales. Están satisfechos sin fundamento", me dijo Eduardo Lora,
el economista del BID que coordinó el estudio. Cuando le pregunté por
qué tantos latinoamericanos tienen esta visión tan optimista, Lora res­
pondió que la rnayoría de la gente en la región tiende ajuzgar su siste-
1na educativo ¡.,orla calidad de los edificios escolares o por el trato que
reciben sus hijos en laescuela, n1ás que por lo que aprenden.
En otras palabras, ha habido un gran avance en cuanto a la expan­
sión de la educación -los índices de alfabetismo se han duplicado
desde la década de los años treinta, para llegar a 86 por ciento de la
población de la región�, pero no se ha producido un avance similar
en la calidad de laeducación. "El peligro es que, si la gente está satisfe­
cha, no existe la exigencia social de n1ejorar los estándares educativos.
Paradójicamente, esa den1anda sólo existe donde ya se han alcanzado
los estándares relativa1nente rnás altos de la región, co1no en Chile."5
15
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
NUESTRAS UNIVERSIDADES: ¡ENTRE LAS MEJORES DEL MUNDO'
Las universidades más prestigiosas de América Latina, a pesar de
logros esporádicos que sus sociedades celebran co1no grandes triunfos
nacionales, están en los últin1os puestos de los rankings internaciona­
les: el de las 200 mejores universidades del mundo, realizado por el
Suplemento de Educación Superior del Times de Londres, está enea�
bezado por la Universidad de Harvard, e incluye una sola universi­
dad latinoamericana, casi al final de la lista. Se trata de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), que está en el puesto 190.
() sea, aunque México y Brasil se ubican entre las 12 econo1nías rnás
grandes del mundo, sólo tienen una universidad en el ranking lon­
dinense, y está en uno de los últin1os lugares. En con1paración, hay
varias universidades de China, India, (:orea del Sur e Israel en la lisra.1
'
¿Cómo puede ser que México, un país con 110 n1illones de habi­
tantes, con un producto interno bruto (PIB) de 1600 billones de dóla­
res, tenga a su 1nejor universidad en un puesto tan por debajo de la
n1ejor universidad de Singapur, un país con n1enos de cinco rnillo­
nes de habitantes y un PIB que no llega a 225 01)1) millones de dólares'
Varios rectores de universidades estatales latinoarnericanas seña­
lan, con indignación, que el ranking londinense es tendencioso, por­
que favorece a los países angloparlantes al incluir entre sus criterios
de valoración el nú1nero de artículos publicados en las pr1ncipales
revistas acadéinicas internacionales, que están escritas en inglés. Sin
e1nbargo, el ranking difíciln1ente puede ser calificado corno dernasia­
do favorable para el Prin1er Mundo, porque una lista sitnilar, confec­
cionada por una de las principales universidades de ChinJ, llega a las
rnis1nas conclusiones. En ef"ecto, el rankin,f! de las n1ejores 500 univer­
sidades del mundo de la UniversidadJiao Tong de Shanghai, China,
pone a las universidades latinoarnericanas en lugares 1nuy parecidos.
Según este ranking, no hay ninguna universidad latinoa1nericana
entre las 100 1nejores del n1undo. La lista tarnbién está encabezada
por Harvard, y ocho de los prin1eros 1 O puestos están ocupados por
universidades nortearnericanas. Luego, hay varias chinas, japonesas,
16
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
australianas e israelíes entre el prin1er centenar. Las prin1eras institu­
ciones acadé1nicas latinoamericanas que aparecen son la Universidad
de Sao Paulo, que figura dentro del grupo identificado como "entre
el puesto 100 y 151". Más abajo están la Universidad de Buenos Aires
(UBA) y la UNAM de México, "entre el puesto 152 y 200".7
TRES PSICÓLOGOS POR CADA INGENIERO
Las grandes universidades latinoan1ericanas están repletas de estudian­
tes que cursan carreras hurnanísticas u otras que ofrecen poca salida
laboral o están totahnente divorciadas de la economía del conoci­
miento del siglo XXI. Hay den1asiados estudiantes universitarios lati­
noan1ericanos estudiando derecho, psicología, sociología, filosofía e
historia, y pocos estudiando ciencias e ingeniería. Actualrnente, 57
por ciento de los estudiantes de la región cursan carreras de ciencias
sociales, rnientras que apenas 16 por ciento cursan carreras de inge­
niería y tecnología, según cifras de la Organización de Estados Ibe­
roarnericanos (oLI), con sede en Madrid.
El nún1ero de graduados en ciencias sociales '1un1entó cspecta­
cularrncnte" desde fines de los años noventa, afirrna un estudio de la
O-EL Entre el conjunto de egresados de n1ae-;trías en Latinoa1nérica,
42 por ciento ha obtenido su título de po<.;grad.o en ciencias �ociales,
14 por ciento en ingeniería y tecnología, y 5 por ciento en ciencias
agrícolas, dice el infi:)rn1e.t;
En la Universidad de Buenos Aires, la principal universidad esta­
tal argentina, hay 29 000 estudiantes de psicología y 8 ()()() de inge�
niería. Es decir, los contribuyentes argentinos están pagando con sus
in1puestos la educación gratuita de tres terapeutas para curarle el coco
-con10 los argentinos suelen referirse a la cabeza- a cada ingenie­
ro. Lo n1isn10 ocurre en otros can1pos: la UBA tiene unos 3000 estu­
diantes de filosofía, contra 1 14-0 de física, ü casi tres filósofos por
cada fisico, y 3 200 estudiantes de historia, contra 1 088 de química,
o ea tres historiadores por cada quí,nico.9
17
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
Y en la UNAM de México hay unos 1 000 estudiantes de historia,
tres veces más que los de ciencias de la computación. A la hora de
egresar, anualmente se gradúan de la UNAM unos 188 licenciados en
historia, 59 en ciencias de la computación y 49 en ingeniería petra-
lera.10 O sea, los contribuyentes mexicanos están subVencionando los
estudios de más jóvenes dedicados a estudiar el pasado que a cursar
1nuchas de las carreras que incentivan las innovaciones del futuro.
Cuesta creerlo, pero países relativamentejóvenes como México y
Argentina tienen porcentajes n1ucho más altos de jóvenes estudiando
historia yf1losofia que países con10 China, que tienen unahistoriamile­
naria y filósofos como (�onfucio que han revolucionado el pensamiento
universal. Cuando viajé a China y entrevisté a varios funcionarios del
Ministerio de Educación, n1e dieron cifras como las siguientes: todos
los años ingresan en las universidades chinas casi 1242000 estudiantes
de ingeniería, contra 16300 de historia y 1520 de filosofia.11 En India,
me encontré con núrneros parecidos. En la mayoría de los casos, los
países asiáticos están privilegiando los estudios de ingeniería y las cien­
cias, lin1itando el acceso a las facultades de humanidades a los alu1n­
nos que obtienen las n1ejores calificaciones para entrar en las n1ismas.
LATINOAMÉRICA, MENOS DE 2 POR CIENTO
DE LA INVESTIGACIÓN MUNDIAL
No es casual que An1érica Latina sea -junto con África-- la región
del mundo con rnenos inversión en investigación y desarrollo de nue­
vos productos, y con rnenos patentes registradas en el mercado mundial.
Las cifras son escalofriantes: sólo 2 por ciento de la inversión mun­
dial en investigación y desarrollo tiene lugar en los países latinoame­
ricanos y caribeños. Comparativamente, 28 por ciento de la inversión
mundial en este rubro tiene lugar en los países asiáticos, 30 por ciento
en Europa, y 39 por ciento en Estados Unidos.12 Y casi la totalidad de
ese patético 2 por ciento de la inversión n1undial en investigación que
corresponde a Latinoan1érica tiene lugar en apenas cuatro países de la
18
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
región: Brasil, donde se invierte 62 por ciento de todo el gasto regio­
nal; México, donde se invierte 13 por ciento del total; Argentina, don­
de se invierte 12 por ciento, y Chile, donde se invierte 4 por ciento.13
Todos los países latinoamericanos y caribeños juntos invierten menos
en investigación y desarrollo que un solo país asiático: Corea del Sur.
¿Por qué invertimos tanto menos que otros países en investiga­
ción? La pobreza no puede ser una explicación, porque China, India y
otros países asiáticos tienen muchos más millones de pobres que Amé­
rica Latina, y eso no obsta para que inviertan más en investigación y
desarrollo de nuevos productos. Uno de los principales motivos del
rezago latinoan1ericano, según varios expertos, es que la mayor par­
te de la investigación en Latinoamérica se hace en el ámbito acadé­
rnico estatal, y está divorciada de las necesidades del n1ercado. Hasta
en la China comunista el grueso de la investigación tiene lugar en
el sector privado, que tiene mucho más olfato para detectar necesi­
dades de mercado y explotar oportunidades comerciales. Según un
estudio a nivel mundial de la OCDE, ''no hay países que jan1ás hayan
logrado un estatus tecnológico avanzado sin un porcentaje significa­
tivo de inversión privada en investigación y desarrollo".1
-1 Las cifras
son n1uy reveladoras. Mientras el porcentaje que ocupa el sector pri­
vado en el total de la investigación que se realiza en Corea del Sur es
de 74 por ciento, en Estados Unidos es de 64 por ciento y �lo que
es sorprendente- en la China comunista es de 60 por ciento, y en
los países latinoamericanos está por debajo de 50 por ciento.15
El por­
centaje de participación del sector privado en investigacié1n y desarro­
llo es de apenas 26 por ciento en Argentina, 41 por ciento en Brasil,
29 por ciento en Chile, 30 por ciento en México, 47 por ciento en
Colombia y 10 por ciento en Venezuela.
En total, China invierte el equivalente a 1.4 por ciento de su
producto interno bruto en investigación y desarrollo, contra 0.9 por
ciento de Brasil, 0.6 por ciento de Argentina, 0.4 por ciento de Méxi­
co, o 0.1 por ciento de Colombia y Perú. No es que falte pobreza en
China: hay todavía más de 800 millones de pobres en el gigantes­
co país asiático. Sin en1bargo, China ha sacado de la pobreza a cien-
19
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
tos de millones de personas en las últimas dos décadas, y todo parece
indicar que lo seguirá haciendo en los próximos años. China, al igual
que el resto de los países asiáticos, está mirando hacia adelante, con
una visión a largo plazo, mientras que rnuchos países latinoamerica­
nos están mirando hacia atrás.
·'NUESTROS CIENTÍFICOS TRIUNFAN AFUERA"
¿Es cierto aquel axion1a, que escuchan1os en n1uchos de nuestros paí­
ses, de que "nuestros científicos y técnicos triunfan en el exterior"?
Muchos, sin duda, lo hacen, y algunos de ellos han sido distinguidos
con preniios Nobel. Sin e1nbargo, no alcanzan a forrnar una masa
crítica que los distinga. Contrariamente a lo que solen1os escuchar
en Latinoamérica, si pregunta1nos en los grandes centros de inves­
tigación del mundo cuántos latinoamericanos hay en sus principales
centros de investigación, la respuesta no es n1uy alentadora.
(:uando le pregunté a un alto ejecutivo de Microsoft cuántos
investigadores latinoan1ericanos tiene la e1npresa en su principal cen­
tro de investigación, donde trabaja un equipo elite de 800 investiga­
dores generadores de patentes, estirnó que alrededor de 1 por ciento
son latinoamericanos, y 40 por ciento son asiáticos. En un e-,nail pos­
terior, corroboró que "la representación latinoan1cricana dentro de
los 800 investigadores del grupo elite es de 1 por ciento. Los cono­
cemos a todos. Es un grupo n1uy pequeüo y forn1ado la 111itad por
brasileños y la otra nütad por argentinos".16
¿Pero acaso no es cierto
que Microsoft tiene varios centros de investigación en Latinoan1éri­
ca? En rigor, se trata rnás bien de oficinas cornerciales, 1ne respondie­
ron. Los alrededor de 25 000 investigadores generadores de software
de Microsoft están repartidos en cinco laboratorios de Microsoft
llesearch, de los cuales tres están en Estados Unidos, uno en Gran
Bretaña, uno en C:hina y ctro en India.
Intrigado sobre si Microsoft es la regla o la excepción entre las
grandes ernpresas de alta tecnología, le hice la n1isn1a pregunta a
20
HAY QUE MIRAR. PARA ADELANTE
John Gage,Jefe de investigaciones de Sun Microsystems, b gigantes­
ca n1ultinacional con sede en Santa Clara, California, que es una de
las mayores competidoras de Microsoft. Según Gage, el departamen­
to de investigaciones, de unas 8 000 personas, tiene también 45 por
ciento de chinos e indios, y el porcentaje de latinoan1ericanos es aún
rnenor que en Microsoft. En cuanto a sus laboratorios de investiga­
ción, 65 por ciento de los investigadores de Sun Microsysten1s traba­
jan en cinco laboratorios: en Estados Unidos, en China, en India, en
Rusia y en la República Checa. ¿Y cuántos de los 8000 investigado­
res hay en A1nérica Latina?: 15. O sea, menos de 0.2 por ciento.17
COREA DEL SUR REGISTRA 7 500 PATENTES, BRASIL 100
No es casual que Corea del Sur haya pasado de la pobreza. a una sor­
prendente prosperidad en las últimas décadas. Los coreanos le han
apostado de lleno a la educación, y han elevado su nivel <le vida a un
ritn10 vertiginoso. En 1965, el producto interno bruto per cápita de
Argentina era n1ás de 10 veces n1ayor que el de Corea del Sur, el
de Venezuela tan1bién 10 veces 111ayor, y el <le México cinco veces
n1ayor que el del país asiático. Hoy los tér1ninos se han invertido:
Corea del Sur tiene un producto interno bruto per cápita de 27 000
dólares por año, casi el doble que el de México (14 300) y Argenti­
na (14 200), y el doble que el de Venezuela (13 500)." ¿Qué pasó' Los
can1inos se bifurcaron: los países latinoan1ericanos se dedicaron a ven­
der rnaterias prirnas con10 el petróleo o productos agrícolas. Corea del
Sur, al igual que años 111ás tarde lo harían China e India, se dedicó
a invertir en la educación de su gente para crear productos cada vez
n1ás sofisticados, y venderlos en los mercados más grandes clel n1undo.
La comparación entre el número de patentes que registra anual­
n1ente Corea del Sur y las de los países latinoarnericanos es escalo­
friante. (:orea del Sur registra unas i 500 patentes por año en Estados
Unidos, el 111ercado n1ás grande del n1undo. Brasil, el país latino­
an1er1cano que 1nás patentes registra en Estados Unidc)s, logra la
21
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
aprobación de unas 100 por año, México 55, Argentina 30, Vene­
zuela 14, Chile 13, Colombia 12 y Cuba 6.19
Lo que es más asombroso aún, cuando se compara el núme­
ro de patentes que registran al año las grandes multinacionales de la
industria de la informática, es enorme1nente n1ayor que el total de
las generadas en toda Latinoamérica. En 2009, IBM registró 4 900
patentes, la coreana Samsung 3 600 y Microsoft 2900,20 Todos los
países latinoamericanos juntos -incluyendo empresas y particula­
res- registraron, en cambio, n1enos de 500 patentes, si se incluyen
las que las co1npañías multinacionales registran en Bern1uda y Bar­
bados con fines impositivos. Si en lugar de mirar las patentes regis­
tradas en Estados Unidos niiramos las patentes registradas en todos
los países del mundo, los resultados son similares. En 2008, Corea
del Sur registró 80000 patentes a nivel mundial, contra 582 de Bra­
sil, 325 de México, 79 de Argentina, 87 de Cuba, 12 de Colombia,
9 de Costa Rica, 7 de Perú, y 2 de Ecuador.21
¿POR QUÉ NO HAY UN BILL GATES LATINOAMERICANO?
Aunque no tengatnos las rnejores universidades del n1undo, ni regis­
trernos tantas patentes como los países asiáticos, 2acaso no pueden
surgir innovadores de talla n1undial en Latinoan1érica, de la misma
forma en que surgieron varios pren1ios I'Jobel?, le pregunté a Bill
(;ates antes de terrninar la entrevista.
Pensé que Gates respondería que una empresa con10 la suya no
hubiera prosperado sin estabilidad econón1ica, seguridad jurídica y
otras variantes. Según estudios del Banco Mundial, los bajos niveles
de .innovación en Latinoamérica se deben en gran parte al hecho de
que Jos países de la región no ofrecen suficiente seguri<ladjurídica, no
hay capital de riesgo para financiar proyectos innovadores y las buro­
cracias estatales requieren tantos trán1ites para abrir una nueva en1pre­
sa que muchos emprendedores desisten. Sin en1bargo, lo prin1ero a lo
que Cates aludió fue a la falta de una buena preparación educativa.
22
HAY QUE MJP_AR PARA ADELANTE
"Creo que en la mayoría de los otros países del mundo donde
hubiera nacido, no habría tenido las mismas oportunidades que en
Estados Unidos. Tuve una educación de muy buena calidad y una
suerte increíble en cuanto a las circunstancias que me tocó vivir. De
n1anera que la respuesta a su pregunta es no. En la mayorparte de otros
lugares del n1undo yo hubiera sido un n1al agricultor", respondió.
Gates agregó: "Estados Unidos incentiva la innovación con10
ningún otro país en el n1undo. Me refiero a los niveles en que nos­
otros (los estadounidenses) estan1os dispuestos a invertir, a la forn1a en
que funciona nuestro sisterr1a de patentes, a la forrna en que funciona
nuestro siste1na legal. Es cierto que también hay rnuchos que juegan
en contra de la innovación: tenen1os altísin1os costos de defensa, lega­
les, de servicios, de salud. Sin ernbargo, ¿a qué se debe que nuestro
sistema funcione? A que hay algunas cosas que hacernos 1nuy bien".
Cates señaló que Estados Unidos está entre los países que rr1ás
invierten en investigación en las universidadt.'s, y en que las univer­
sidades tienen larelación n1ás estrecha con las incubadoras de nuevas
en1presas. Aden1ás, las universidades nortean1ericanas ofrecen incen­
tivos econón1icos a sus profesores para que investiguen y comercia­
licen nuevos productos, y se benefician de un sistema filantrópico
por el cual los egresados de las universidades contribuyen a sus casas
de estudio, dotándolas de fideicomisos inn1ensos. Gates explicó
que, aunque algunas universidades latinoan1ericanas han logrado
un gran apoyo de la en1presa privada -citó el caso del Tecnológico
de Monterrey y las donaciones que ese centro de estudios ha recibi­
do de en1presas como Cen1ex y Fernsa-, en la n1ayoría de las ins­
tituciones de educación terciaria de la región no existe la tradición
estadounidense de que los egresados contribuyan individualmente a
sus casas de estudio. "Estados Unidos ha sido bastante excepcional
en térrninos de las donaciones individuales de los egresados. Creo
que les tomará algún tiempo a otros países desarrollar esta tradi­
ción. Pero creo que es absolutamente necesaria, porque crea un cír­
culo virtuoso: la universidad produce profesionales exitosos, éstos
hacen rnás donacione<; a las universidades y pagan n1ás in1puestos, y
23
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
ese dinero regresa a las universidades para producir n1ás profesiona­
les exitosos", me dijo.
Todas ello ha contribuido a que Estados Unidos continúe siendo
un imán para los rnejores cerebros de todas partes del mundo, pro­
siguió Gates. "En términos netos, importamos más inteligencia que
nadie." En otras palabras, no era casualidad que 40 por ciento de los
investigadores de Microsoft en su grupo de investigación fuesen asiá­
ticos: al igual que durante la segunda Guerra Mundial, cuando Esta­
dos Unidosimportaba cerebros co1no Albert Einstein de Alemania, el
país estaba haciendo lo mismo actualn1ente con científicos asiáticos.
GATES, "LA CLAVE DE TODO ES LA EDUCACIÓN"
Pero cuando le preguncé a Gates qué cosas específicas deberían hacer
los países latinoamericanos para e�Liuiular la innovación, su respuesta
se centró en el mejoran1iento de la calidad de la educación. "En pri­
mer lugar, sería ofrecer una educación de n1ejor calidad en las e�cue­
las secundarias", dijo. Gates me contó que había tenido una excelente
educación en su escuela secundaria, y se había beneficiado de opor­
tunidades extraordinarias durante su adolescencia. Hijo de un exitoso
abogado y de la hija de un acaudalado banquero, Cates había ido a la
escuela pública hasta el séptimo grado, cuando sus padres -advirtien­
do que el joven era un excelente estudiante que se estaba en1pezando
a aburrir en la escuela- lo enviaron a la escuela privada Lakeside,
en Seattle, una de las n1ás exclusivas <le la ciudad.
Dos años después, pasó algo que habría de carnbiar la historia de
Gates, y del mundo. La historia es conocida, pero vale la pena recor­
darla: el Club de Madres de la escuela de Lakeside había hecho su
rifa anual de beneficencia, y había decidido -aden1ás de hacer sus
donaciones rituales a los niños pobres- destinar 3 000 dólares a la
C0!11pra de una con1putadora. En 1968 era una verdadera extravagan­
cia para una escuela secundaria tener una con1putadora: ni siguiera
la rnayoría de las universidades tenían computadoras. Sin e1nbargo,
24
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
cuando Cates entró en la escuela secundaria ya tenía una computadora
ASR-33 Teletipo, con la que se despertó su pasión por la informática,
Poco después, Gates y algunos de sus con1pañeros escolares estaban
tan entusiasmados con la computación que comenzaron a utilizar una
con1putadora 1nás sofisticada en el laboratorio de co1nputación de la
Universidad de Washington, a pocas calles de la escuela.
"Era mi obsesión. Faltaba a las clases de educación fisica. Me que­
daba hasta la noche en la computadora. Estában1os progran1ando hasta
durante los fines de semana. Era rara la sen1ana en que no pasáramos
veinte o treinta horas en la coniputadora.''22
Cuando (;ates rne dijo que había tenido· una "suerte increíble"
en su vida, no era por falsa modestia. Se debía a que era conscien­
te de que había tenido la fortuna de asistir a una escuela secundaria
donde se había instalado una con1putadora n1ucho antes que en la
n1ayoría de las den1ás escuelas del país. Claro, Lakeside era una escue­
la privilegiada, de estudiantes de clase inedia alta, pero la tnoraleja
de la historia es la n1isma para cualquier escuela pública de cualquier
parte del mundo: si se estimula la curiosidad intelectual de losjóvenes
por la ciencia y la ingeniería, los países pueden hacer 111.aravillas.
Eso ya se está haciendo en escuelas de n1uchas partes del mundo,
n1e dijo Gates. "Se está poniendo mucho énfasis en que los estudian­
tes hagan proyectos que sean divertidos. Por ejetnplo, que diseñen
un subrnarino o un pequeño robot. Y entonces los jóvenes entienden
que la ciencia es una herramienta para hacer algo que quieren hacer,
en lugJ.r de un desierto árido que hay que cruzar, para quizás llegar
al otro lado y encontrar un etnpleo intcre-;antc.''
Volviendo a tni pregunta anterior sobre qué aconsejaría para
incentivar la innovaciórt en Latinoan1érica, Gates continuó: "En
segundo lugar, hay que mejorar la calidad de la educación en las uni­
versidades. Y eso requiere ser n1uy selectivo. Un país puede decir que
todas sus universidades son buenas. Pero hay que escoger algunas
que sean únicas en sus áreas, con10 1a n1edicina y las ciencias. Porque
nadie puede lograr todo en todas las carreras". Cates adn1itió que es
polítican1ente difícil para los gobiernos privilegiar a algunas universi-
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
dades y convertirlas en centros de estudio para una elite, pero insistió
en que es necesario hacerlo, porque de lo contrario es difícil sobre­
salir en nada.
En síntesis, Gates afirmó que el apoyo gubernamental y privado,
la protección de la propiedad intelectual, el capital de riesgo y varios
otros factores son importantes para que los países puedan incentivar
la innovación. "Pero la clave de todo es la educación, la calidad de la
educación -dijo-. De otra n1anera, ¿cón10 se explica que Estados
Unidos, con todas sus desventajas en n1ateria de altos costos de defen­
sa, legales y de salud haya tenido tanto éxito' Se debe a la educación
secundaria y universitaria. Ése es el secreto."
STIGLITZ, "LA ESTRATEGIA MÁS IMPORTANTE"
Cuando entrevisté al premio Nobel de EconomíaJoseph Stiglitz, el
autor de El nialestar de la ,globalización y un ídolo de 1nuchos latinoa-
1nericanos por sus críticas al Fondo Monetario Internacional, el Ban­
co Mundial y al capitalismo desregulado de fines del siglo xx, estaba
curioso por saber si Stiglitz coincidía con la necesidad de aun1entar la
competitividad de los países en desarrollo n1ediante una rnayor inver­
sión en educación. ¿Estaba de acuerdo con la teoría de que l,a clave
del crecimiento y la reducción de la pobreza en Latinoan1érica era la
educación, o se trataba de otra de las tantas recetas equivocadas del
Fondo Monetario Internacional, los ecuno1nistas ortodoxos y n1ag­
nates con10 Bill Cates?
Para mi sorpresa, Stiglitz apoyó la idea sin reparos: en la econo­
mía global que vendrá después de la crisis que empezó en 2008, la
educación, la ciencia y la tecnología serán las claves del desarrollo
económico de la región.
"Todo parece indicar que la educación será aún n1ás in1portante
que antes -señaló�. Un aspecto oculto de esta crisis es que, adc­
n1ás de ser financiera y econórnica, rnarca un punto de quiebre en
la econon1ía global, un desplazan1iento en las vent:�as con1parativas.
26
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
Para prosperar, para ser competitiva, América Latina debe moder­
nizar sus habilidades y mejorar su tecnología. Creo que ese tipo de
estrategia es la más importante."23
Stiglitz continuó: "El mundo se ha vuelto más competitivo, por­
que la torta (de la economía mundial) se ha reducido, y los países se
están disputando ferozmente sus cuotas de mercado en el exterior.
Pero aun cuando nos recuperemos, la crisis será un punto de demar­
cación en la transición de la economía global. Hace 100 años pasa­
mos de la agricultura a la manufactura, y la Gran Depresión (de 1930)
es muchas veces vista como el punto de den1arcación entre an1bos
periodos. Ahora nos estan1os n1oviendo de la n1anufactura a una eco­
nomía de servicios, y esta crisis puede ser, nuevamente, un punto de
demarcación global. Y eso significa que los países realmente deben
prepararse, tener los conocimientos y habilidades para competir en
un mercado global".
SÓLO 27 POR CIENTO DE LOSJÓVENES EN LA UNIVERSIDAD
En Latinoan1érica, a pesar del enorme aumento de la población estu­
diantil en las últin1as décadas, la buena educación secundaria y uni­
versitaria es un fenómeno linlitado a unos pocos, y las buenas escuelas
son la excepción. Apenas 27 por ciento de los jóvenes en edad uni­
versitaria en América Latina están en la universidad y otras institucio­
nes de educación terciaria, cotnparado con 69 por ciento en los países
industrializados, según datos de la OCDE. Más específican1ente, sólo
20 por ciento de los jóvenes brasileños, 24 por ciento de los mexi­
canos, 25 por ciento de los colombianos, 31 por ciento de los perua­
nos, 40 por ciento de los venezolanos, 42 por ciento de los chilenos
y 60 por ciento de los argentinos se inscriben. Y en la mayoría de
los den1ás países latinoarnericanos se recibe un porcentaje n1ínitno.24
¿Por qué tan pocos llegan a la universidad? La respuesta es rela­
tivan1ente simple: por la 1nala calidad de la educación primaria y
secundaria. Aunque existe un consenso entre los expertos de que
27
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
la nueva economía del conocimiento requiere que los países tengan
poblaciones con por lo menos 12 años de educación formal para dar­
les las herramientas con que competir en la economía global, en Lati­
noamérica el promedio de escolaridad es de apenas seis años, o sea
la mitad.25 El estado edilicio de las escuelas primarias da una pauta
del problema: 20 por ciento de las escuelas latinoamericanas carecen
de agua potable, 33 por ciento no tienen baños suficientes, y 63 por
ciento no tiene sala de con1putación.:?ú
EXÁMENES INTERNACIONALES, ENTRE LOS ÚLTIMOS PUESTOS
Los exán1enes que corr1paran los niveles de conocin1iento de jóvenes
de la n1isn1a edad confirrnan que el promedio de los estudiantes lati­
noan1ericanos está entre los peores del n1undo. En el Progra111a Inter­
nacional par:1 la Evaluación de Estudiantes (PISA), un test estandarizado
que nlide a los estudiantes de 15 años en n1ate1náticas, lenguaje y cien­
cia, los estudiantes de Hong Kong, China, pron1ediaron 550 puntos en
1naterr1áticas, 510 en lenguaje y 539 en ciencias; los de (:orea del Sur
542, 534 y 538, respectivamente, y los niños de Estados Unidos pro­
n1ediaron 483, 495 y 491 puntos. Comparativamente, los estudiantes
de México, Brasil, Chile, Argentina y Perú pron1ediaron alrededor
de 400 puntos, y en algunos casos rnucho rnenos.
En el Estudio Internacional de Tendencias en Maten1áticas y
Ciencias (TIMSS), que 1nide a los estudiantes de octavo grado, los úni­
cos dos países latinoan1ericanos que participan -C:olo111bia y Chile­
tern1inan entre los últirr1os de la lista. En el Estudio del Progreso en
Alfabetización y Lectura Internacional (PIRLS), que cxan1ina a los estu­
diantes de cuarto grado en lectura, los únicos dos países de América
Latina que participaron son Argentina y Colombia. Argentina tern1i­
nó en el lugar número 30 de 35 participantes, y Colombia en el 31.
Para serjustos, hay que aplaudü a los países que participan en estos
exán1enes internacionales, aunque salgan nial parados en sus resulta­
dos. ()tros, con10 C:uba, se resisten a ser co1nparados con el resto del
28
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
rnundo y no permiten la realización de estos exán1enes en sus terri­
torios, privilegiando sólo los tests que les convienen.
"Hay que tener agallas políticas para participar en estos tests glo­
bales -me dijo Marcelo Cabro!, experto en educación del BID­
. Hay que darle crédito a México, por ejemplo, porque sabía que
le iba a ir n1al en el PISA, pero consideró que era muy in1portante,
para tener un diálogo educativo informado, mostrar hacia el inte­
rior de México cón10 le iba a los n1exicanos en este test global. Los
mexicanos han usado esa inforn1ación para mejorar lo que hacen
en n1ateria educativa, para generar un debate interno. Los países
que no participan no tienen este debate interno."27
¿Y para qué sir­
ve este debate interno? "Principaln1entc, para que los países tomen
conciencia del estado de sus sisten1as educativos y hagan algo al res­
pecto", agregó.
TENEMOS LAS VACACIONES MÁS LARGAS DEL MUNDO
¿Son n1ás inteligentes los jóvenes asiáticos? ¿Por qué sacan mucho
n1ejores notas que los latinoa1nericanos en estos exárnenes internacio­
nales? Los expertos han estado tratando de dilucidar durante décadas
si el secreto de la superioridad acadén1ica de los niños asiáticos está
en la cultura farniliar de la educación que reciben desde las épocas de
Confucio o en n1ejores sisten1as educativos. Sin en1barg0, cada vez
más, están llegando a una conclusión rnucho rnás sin1ple: los niños
asiáticos estudian rnás porque tienen n1enos vacaciones.
Mientras que el año escolar tiene 243 días en Japón, 220 en
Corea del Sur, 216 en Ismel, 200 en Holanda, 200 en Tailandia y
180 en Estados Unidos, en los países latinoamericanos el año escolar
-cuando se incluyen los días feriados, los "puentes" y las huelgas de
111aestros- suele ser de 160 días. En Uruguay el año escolar oficial
es de 155 días, en Argentina de 180, en Chile de 190, y en Brasil y
Iv1éxico c1, de 200 días. Pero en la realidad, en varios de estos países
no llega a 160 días, y en algunas provincias apenas alcanza los 130.�H
29
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
Cuando comencé ajuntar estas estadísticas, la conclusión de que
los países quemás rápido están progresando son los quetienen menos
vacaciones escolares me pareció un tanto simplista. No puede ser tan
sencillo, pensé. Sin embargo, los estudios de Karl Alexander, un pro­
fesor de sociología de la UniversidadJohns Hopkins que se ha dedi­
cado a investigar los motivos por los cuales algunos estudiantes sacan
mejores notas que otros, dan qué pensar. Alexander siguió durante
varios años el desempeño de 650 niños de primer grado de prima­
ria del distrito escolar de Baltimore, y comparó sus resultados en un
exa1nen anual que se les dio a todos ellos periódicamente.
Alexander descubrió que rriientras los niños de fan1ilias humildes
y de familias acaudaladas habían sacado notas muy parecidas en pri­
mer grado, con el tiernpo la brecha se iba ensanchando. En cuarto gra­
do, los niños de familias adineradas ya tenían una gran ventaja sobre
los que provenían de hogares pobres. ¿Dónde se producía el punto de
quiebre? Alexander descubrió que los niños de familias más adinera­
das no aumentaban su ventaja durante el año escolar, sino durante las
vacaciones. Sus exámenes n1ostraban que, 1nientras los niños de hoga­
res humildes regresaban a la escuela tras las vacaciones de verano con
el mismo puntaje en comprensión de lectura -o menor- que tenían
al finalizar el año lectivo anterior, los niños de hogares 1nás pudien­
tes volvían a la escuela con niveles de lectura que habían subido 52.49
puntos, porque sus padres los enviaban a cursos de verano o a c;:nnpa­
mentosjuveniles donde les daban tareas que incluían la lectura. O sea,
casi toda la ventaja de les niños de farnilias n1ás pudientes era produc­
to de lo que aprendían durante las vacaciones de verano.
«Estamos mirando este problen1a al revés -escribe Malcolm
Gladwell en su reciente libro Sobresalientes: La historia del éxito-.
Estamos dedicando una enorme cantidad de tiempo a discutir sobre
si hay que reducir el nún1ero de niños por clase, si hay que reescri­
bir los programas escolares, si hay que darle una nueva laptop a cada
niño y si hay que aumentar el presupuesto escolar, todo lo cual ton1a
por sentado que hay algo fundamentahnente erróneo en la n1anera
en que están funcionando las escuelas. Sin cn1bargo, si n1ira1nos lo
30
HAY QUE MIRAR PAR.A ADELANTE
que ocurre durante el año escolar, veremos que las escuelas funcio­
nan. El único problema con la escuela, para los niños que se están
quedando atrás, es que no hay suficiente tiempo de escolaridad."29
Si aceptarnos esta teoría, uno de los principales motivos por el
que los niños latinoamericano-: saé:an puntajes tan bajos en los exá-
111enes internacionales es porque tienen poquísin1os días de clase.
Si sus pares asiáticos -que en muchos casos tienen rnás de 60 días
por año de clases que el promedio latinoamericano- sacan mt1cho
n1ejores puntajes, no se puede descartar que haya una relación direc­
ta entre el rendin1iento acadén1ico de los niños y la duración del
año escolar.
EN CHINA, LOS NIÑOS ESTUDIAN 12 HORAS POR DÍA
Pero además de estudiar 1nás días por año, los jóvenes asiáticos estu­
dian n1ás horas por día. Con10 lo veren1os en los capítulos siguientes,
una de las cosas que n1ás n1e in1presionó en mis viajes a China, India
y Singapur para la investigación de este libro fue visitar escuelas priva­
das de tutoría nocturna, donde los niños van a estudiar después de la
escuela, hasta altas horas de la noche. Millones de niños chinos están
estudiando 12, 13 y hasta 14 horas por día. Para tni enorine sorpresa,
cuando les preguntaba a los nillos por qué estaban allí, n1uchas veces
rne encontré con que no era porque 1es estaba yendo n1al en la escue­
la, sino todo lo contrario. Ivlucho.:; de ellos iban a la escuela de tutoría
privada de noche porque querían n1ejorar sus notas y poder aspirar a
entrar en una n1ejor escuela secundaria o universidad.
En todas estas visitas, le pedí a los niños que n1e relataran un día
normal de su vida. En la mayoría de los casos me contaban que iban
a la escuela entre las 7:30 de la maüana y las 3:30 de la tarde, luego
tenían clases especiales después de su horario en la escuela hasta las
4:40 o cinco de la tarde, y posteriorn1ente iban a centros de tutoría
privados, donde estudiaban hasta las ocho, nueve o diez de la noche.
No era un cuento chino. Lo vi con n1is propios ojos: allí estaba11 los
31
HAY <::!UE MIRAR PARA ADELANTE
niños, estudiando en sus pupitres, en n1uchos casos con los misn1os
uniforn1es escolares con que habían salido de sus casas al a1nanecer.
América Latina aumentó significativamente la cobertura educati­
va en las últimas décadas, lo que es loable. Sin embargo, muchos países
no lo hicieron constn1yendo más escuelas, sino acortando las horas de
estudio y acon1odando más estudiantes en las ya existentes. (;anamos
en cantidad, pero perdimos en calidad, en lugar invertir en an1bas.
La brecha de horas dedicadas al estudio entre Asia y Latinoan1é­
rica debería ser un escándalo nacional en nuestros países. Sin ernbar­
go, hay rnuy pocos países de la región en que el rezago educativo es
un tema central de la agenda política nacional. ¿El n1otivo? Vivin1os
mirando el pasado.
LA OBSESIÓN LATINOAMERICANA CON LA HISTORIA
Al regreso de estos viajes no pude dejar de concluir: rnientras los asiá­
ticos están guiados por el prag1natisn10 y obsesiona<los con el futuro,
los latinoamericanos estan1os guiados por la ideología y obsesionados
con el pasado. La diferencia es asornbrosa. F,n los cientos de entre­
vistas que realicé en estos viajes, rara vez -en rigor, no recuerdo
ninguna vez- algún funcionario n1e señaló que su gobierno esta­
ba adoptando tal o cual política porque así lo había propuesto algún
prócer siglos atrás. La rrlirada <le los asiáticos está puesta en el futu­
ro. Su obsesión es córno volverse 1nás con1petitivos, gan�1r posiciones
en la economía mundial, reducir la pobreza y elevar el nivel de vida
de sus poblaciones. En A1nérica Latina está ocurriendo exacta111en­
te lo contrario. Tal con10 n1e dijo el ex presidente brasileño Fernan­
do Henrique Cardoso, "en Latinoamérica hay una obsesión con el
pasado. La idea de que los vivos están guiados por los muertos está
1nuy viva en la región".-'º
Estando en Hong Kong en 2009, me enteré· de que la ciudad
de Shanghai acababa de adoptar nuevo� libros de texto escolares de
historia que resaltan figuras con10 J. P. Morgan y Bill (�ates, insti-
HAY QUE J.t!RAR PARA ADELANTE
tuciones con10 el rnercado de valores de Wall Street y adelantos tec­
nológicos como el vi,�e a la Luna o el tren bala de Japón. En lugar
de estar enfocados en guerras o conflictos ideológicos del pasado,
los nuevos libros de texto de la China con1unista enfatizan el creci­
n1iento econón1ico, la innovación y la globalización. En los nuevos
textos escolares de Shanghai, la historia del co1nunisrno chino antes
de las reforn1as capitalista,;; de 1978 se reduce a un párrafo. Mao Tse­
Tung es n1encionado sólo una vez, tangcncialtncnte, en un capítu­
lo sobre buenos modales en la política. l ¡Qué ironía! Mientras los
cornunistas chinos estaban carnbiando sus libros de texto para cnfa­
tizar v:1lores corno la co111petitívidad y la innovación, en Venezuela
el presidente Hugo (�hávez estaba aprobando una ley para introducir
la "Educación Bolivariana", que can1biaría todos los libros de tex­
to para resaltar las ideas del héroe de la independencia venezolana o,
por lo n1enos, las ideas que Chávez pretendía in1poner en non1bre del
prócer de la independenci�l de su p,lÍs.
Hay pocos 111andatarios que ejernplifiquen esta obsesión con la
historia tan cabalrncnte corno Chávez, quien pronuncia sus inter111i­
nables di'icursos al país frente a un in111en50 retrato de Sin1ón BolívJ.r,
citándolo constanten1ente corno fuente de inspiración de casi todas
sus n1edidas de gobierno, y hasta can1bió el non1bre del país -inclu­
yendo toda la papelería del gobierno- por el ridículan1ente largo
"República Bolivariana de Venezuela". Según sus ex colaboradores,
incluso deja una silla vacía en sus reuniones de gabinete para que esté
presente "el espíritu del Libertador".
C::hJvez ha in1puesto el culto a L3olívar en todos los rincones de
la vida cotidiana en Venezuela, incluso en las jugueterías. En 2009
ordenó la fabricación de rnuñecos de Bolívar para re1nplazar a héroes
infantiles con10 Superrr1án, Batrnan y Barbie. En su progran1a de tele­
visión sen1anal Alá Presidente, transnütido desde el palacio presi<lencial
de Miraflores el 8 de 1narzo de ese año, n1ostró orgullosan1ente a las
cdn1aras bocetos de su propuesta para fabricar nn11lecos de Bolívar,
Sucre, Manuelita Sáenz, Francisco de i'v1iranda y varios otros héroes
nacionales, con10 parte de lo que calificó una "lucha cultural" para
HAY ()UE MIRAR PARA ADELANTE
"batallar" contra Supermán y otros agentes del in1perialisn10 norte­
an1ericano. Independienten1ente de los méritos o las falencias de Bolí­
var, los pobres venezolanos lo tienen hasta en la sopa.
DESENTERRANDO A LOS MUERTOS
En 2010, Chávez hizo desenterrar los restos de Bolívar, que habían
estado descansando durante ruás de un siglo en el Panteón Nacional,
para investigar las causas de su lllUt'Tte. "Hen1os visto los restos del
gran .Bolívar. Confieso que he111os llorado", anunciaba (�hávez horas
después, rnicntras tnostraba la ceren1onia de cxhun1ación de los restos
en cadena nacional. El rnan<latario anunció al país que, tras la apertura
del sarcó(1go, se habían encontrado adentro una bota y los restos de
una can1isa del Libertador, aden1ás de sn "dentadura perfecta". Días
después, C�hávez anunció que construiría un nuevo panteón con un
sarcófago de cristal y oro para Bolívar, que sería inaugurado en 2011,
según informó el periódico El U11ivcrsal el 16 de julio de 2010.
En 2008, Chávez había anunciado la creación de una Conl.Í­
sión Presidencial para hacer una "investigación científica e históri­
ca" sobre la n1uerte del Libertador. [)ecretó que la ruuerte <le Bolívar
el 17 de dicie111bre de 183() en la ciud,1d colon1biana de Sanca Mar­
ta había ocurrido en circunstancias "extrañas'', insinuando que no
había n1uerto de tuberculosis -con10 dicen los libros cie historia-,
.,ino que podría h;1ber sido asesinado por "la olig¡irquía colo1nbiana".
Chávez ordenó que la fla111ante coruisión exhun1ara los restos
de Bolívar, que habían sido trasladados de C_�olornbia a Venezuela en
1876, y verificara si eran auténticos o si Colon1bia había enviado los
despojos de algún otro mortal en lugar de los del Libertador. "Duran­
te rnucho tien1po pensan1os que Bolívar salió a 1norirse y que iba
doblado en la cabalgadura, por la vida y la enfCr111edad. Pues no, no
fue así, nada 1n;ls lejos de la verd1d", aseveró c:hávez en su discurso
de n1ás <le cinco horas en ocasión del 177 aniversario de la 1nuerte <le
Uolívar, en dicie1nbrc de 2007.
34
HAY QUE i11RAK PARA ADELANTE
La propensión a desenterrar n1uertos no era una particularidad del
1náxin10 líder venezolano. En Ecuador, el presidente Rafael Correa
-cuyo lema de carnpaña había sido "La Patria Vuelve", en referen­
cia a l os principios que habían guiado al ex presidente del siglo XIX
José Eloy Alfara- dedicó buena parte de sus energías durante sus
prin1eros meses en el poder a lograr el traslado de los restos de Alf..1ro
desde Guayaquil a Montecristi. El problema era que la hija de Alfa­
ro había dicho que la última voluntad del ex presidente había sido
que sus restos descansaran en Guayaquil y no en J.1ontecristi, su ciu­
dad natal. Durante 111cses, Ecuador estuvo pendiente del tenia.
Muchos colun1nistas de los principales periódicos ecuatorianos,
en lugar de estar discutiendo córno 111ejorar la educación, aun1en­
tar las exportaciones o atraer inversiones extranjeras, se enfrascaron
en virulentas disputas sobre el destino de los restos de Alf.:1.ro. Final­
n1ente, se llegó a una decisión salon1ónica: una parte de las cenizas
pern1anecerían en Guayaquil y otra parte sería trasladada a Monte­
cristi. "Con esto se terniinarán las confrontaciones", anunció triunfal­
n1ente el entonces n1inistro de Transportes y Obras Públicas, Héctor
Villagrán. El gobierno construyó un mausoleo de 350 000 dólares en
Montecristi, y el presidente Correa presidió la solernne cerernonia del
trJslado, que paralizó al país durante varias horas. ·12
En Argentina, el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner hizo
desenterrar los restos del generalJuan l)onlingo Perón -que n1urió en
1974- para trasladarlos de un cetnenterio en Buenos Aires a un nue­
vo 111ausoleo a unos 50 kilón1etros �11 suro:::stc de la ciudad. La solen1ne
caravana fúnebre, escoltada por 120 granad.eros a caballo, recorrió las
calles 1nientras n1iles de adrniradores saludaban el cortejo con cánticos
de "Perón vive". Durante LJ- caravana hubo disparos y varios heridos en
una conffontación entre grupos rivales. Los canales de televisión inte­
rru1npieron su progran1ación habitual y transrnitieron todos los detalles
del cortejo. No bien desaparecieron los titulares sobre la violencia des­
at,1da, surgió un debate en el país sobre si la nntier de Perón, la legen­
daria Evita, enterrada en el cernentcrio capitalino de la 1-lecoleta, no
tendría que estar enterrada con su 111ar1do, en su nueva 111orada.
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
En el vecino Uruguay, el gobierno del ex presidente Tabaré Váz­
quez envió al Congreso en 2009 un proyecto de ley para trasladar los
restos del prócer José G. Artigas de "su frío mausoleo de bronce y
n1ármol" a uno nuevo en lugar cercano, porque el actual había sido
construido durante la dictadura militar en 1977. Era urgente rescatar
a Artigas, que había nacido hacía 245 años, del "mausoleo al que lo
recluyó el autoritarismo", dijo el presidente al anunciar el proyecto.-.
De inrnediato se produjo un acalorado -y an1argo- debate nacio­
nal. Los opositores a la medida alegaron que los restos del prócer ya
habían sido trasladados cinco veces, y que el héroe n1erecía descan­
sar en paz. Hubo varias n1anifestaciones de protesta, incluyendo una
1narcha ecuestre de unos 100 jinetes representantes de varias socie­
dades criollas del país que cabalgaron 400 kilómetros en protesta por
la intención de 1nover los restos del prócer. Finalrnente, para aplacar
los ánirr1os, Vázquez anunció a fines de 2009 que se suspendería ten1-
poralmente el traslado de los restos con el objetivo de "avanzar con
el diálogo" hacia una "respuesta adecuada".
SACANDO A PASEAR ATAÚDES
En Centroamérica, los presidentes se piden prestados los restos de
sus próceres para enterrarlos te1nporaln1ente en sus países o <;acarlos a
pasear un rato por su territorio. No es bro1na. El 18 de n1ayo de 2009
el entonces presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en una ccrc111ot1Ía
de intercan1bio de condecoraciones, ·'solicitó a su hotnólogo sa.lv,H_io­
reño, Antonio Saca, que le entregara los restos del prócer de la unión
centroamericana Francisco Morazán" para sepultarlos te1nporahnente
en la capital hondureña de Tegucigalpa, según inforn1Ó la agencia Fran­
ce Press. "La idea de Zelaya es que los restos de Morazán recorran los
seis países centroamericanos", inforn1aba la agencia El'E el 1nisn10 día.
El general Morazán había nacido en Tegucigalpa en 1792, y fue tllsi­
]ado el 15 de septiembre de 1842 en Costa Rica, pero a petición suya
sus restos fueron sepultados en El Salvador, se1lalaba el cable 11otic1oso.
3<,
HAY QUE MIRAR. !-'ARA ADELANTE
Saca, el presidente salvadoreño, no soltó el ataúd. En su país, en
una rara rnuestra de unidad nacional, todos los líderes políticos salie­
ron en su respaldo, y semanifestaron airadamente en contra del "prés­
ta1no" de los restos de Morazán. La agencia France Press informaba
el 19 de mayo que "intelectuales y políticos de El Salvador califica­
ron de 'ilegal' e 'in1procedente' la petición del presidente hondureño,
Manuel Zelaya, de pedir que los restos del prócer de la unión cen­
troan1ericana sean llevados ten1porahnente a Honduras". El director
de la Iliblioteca Nacional, Manlio Argueta, dijo que la petición de
Zelaya no era justificable porque Morazán había dejado escrito en su
testan1ento que debería ser sepultado en El Salvador. El director del
111useo de la Universidad Tecnológica, Ilarnón Rivas, dijo que "si se
tratara de transportar los restos de 11orazán a una capilla, a una cate­
drcil, es otra cosa. Pero ya hablar de préstan10, eso tiene otro tinte.
No se puedejugar con los restos de un personaje histórico", decía un
cable de la AFP.
Muy pronto, el debate subió de tono. "¿Pode1nos regalar a Mora­
zin?", preguntaba el título de una colun1na indignada en el periódi­
co La J)re11sa c;r4fíca de El Salvador. El texto anunciaba que 111uchos
lectores estaban escribiendo cartas diciendo que si se entregaban los
restos de Morazán, nadie podría asegurar que Honduras no vendría a
exigir en préstarno el territorio del departan1ento de Morazán, en El
Salvador. Los hondure11os replicaron que Morazán -el prócer- era
patrin1onio "de todos los centroarnericanos". Lo que h;:ibía crr1pezJ­
do con10 un intcrca1nbio de condecoraci,)nes entre a1nbos presiden­
tes pronto se convirtió en un conflicto diplo1nático, que despertó
fi1ntasn1as de viejas disputas con10 las que habían llevado al conf1ic­
to arrnado, conocido con10 la Guerra del Futbol, entre an1bos países
en 1969. En lugar de estar discutiendo sobre cón10 pro1nover la inte­
gración centroa1nericana para crear un n1ercado n1ás grande y con1-
partir recursos para elevar las tasas de escolaridad de sus países, qne
están entre las n1ás bajas del inundo, los 1nandatarios estaban force­
jeando por el ataúd de un gener;:il que -1nás; allá de sus:; rnéritos­
había 1nuerto hacía casi dos siglos.
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
BOLÍVAR MURIÓ ANTES DE LA INVENCIÓN DEL TELÉFONO
El ex presidente brasileño Cardoso puso el tema sobre la fijación
latinoamericana con el pasado en su dimensión correcta. Según él,
"Perón, Bolívar, todos ellos eran gente quejugó un rol in1portantísi­
n10 en su tien1po. Pero, por I)ios, rrllremos para adelante. Mirar síen1-
pre hacia atrás produce n1uchas lin1itaciones. El inundo es otro, y la
gente no lo ve". Ef"ectivan1ente, aunque la historia es in1portante, y
todos los países necesitan saber <le dónde vienen -y a veces requie­
ren de n1itos cohesivos para ayudar a türjar su identidad nacional-,
es contraproducente tornar al pie de la letra la� recetas econón1icas y
políticas de los héroes de la independencia o de presidentes de siglos
pasados para to111ar decisiones nacionales de hoy. Vivi111os en otro
mundo, con realidades 111uy diferentes.
Bolívar probablen1ente fue un gran ho1nbre en <;U tie1npo, pero
n1urió en 1830, o sea rnás de 40 aüos antes de la invención del telé­
fono, y 150 aflos antes de la invención de la internet. Morazán
rnurió en 1842, tres décadas antes de que Alexandcr Graha1n Bell
hiciera el priiner lLunado teletünico a su asistente Tho1nas Vatson
en 1876 y le dijera: "Mr. Watson, venga aquí. Quiero verlo", y n1ás
de un siglo antes del surgin1iento de la internet. En tanto, el gene­
ral Lázaro C:árdcnas, de lvléxico, 1nurió en 1970, 14 allos antes de la
inserción de la intcrnet, y Perón, en 1974, 10 ari.os antes de la apa­
rición de la internet.
¿(�ué pueden decirnos ho�," Bolívar, Morazán, Perón, Cárdenas
Y t:intos otros en una econo111ía globaliz.1d.1 en que todo can1bia
en segundos por la revolución de las cornunicaciones? (�on10 pro­
puestas concretas, n1uy poco. No hay nada de malo en que los paí­
ses exan1inen su pasado, honren a sus héroes, y a veces idealicen a
sus próceres, pero si la pasión necrológica consun1e gran parte del
discurso político y la energía de sus gobiernos, se convierte en un
factor paralizante para la construcción del futuro, o por lo n1enos
uno que desvía la atención sobre los te1nas que deberían ser prio­
ritarios.
38
HAY QUE J111lAR
.. PARA ADELANTE
EL USO POLÍTICO DE LA HISTORIA
Está claro que buena parte de la obsesión con el pasado tiene una fina­
lidad política: justificar acciones que serían difíciles de explicar si no
estuvieran envueltas en un manto de presunta legitin1idad histórica.
Al igual que Fidel Castro to111ó lo que 111ás le convenía de los discur­
sos del prócer cubanoJosé Martí para avalar una dictadura en non1bre
de la defensa de la soberanía nacional, Chávez ha escogido selectiva­
n1ente los escritos de Bolívar con los 1nisn1os propósitos autoritarios.
Chávez invoca al Bolívar que en su célebre discurso de Angos­
tura, el 15 de febrero de 1819, expresaba: "T)ichoso el ciudadano que
bajo el escudo de las arn1as de su rnando ha convocado a la Sobera­
nía Nacional para que ejerza su voluntad absoluta". J:>ero no rnencio­
na que en ese 1nisn10 discurso Bolívar dijo: "La continuación de la
autoridad en un n1isn10 individuo frecuente111ente ha sido el térn1i­
no de los gobiernos deu1ocráticos [...j Nada es tan peligroso con10
dejar per111aneccr largo tien1po a un n1isn10 ciudadano en el poder.
El pueblo se acostun1bra a obedecerle y él se acostun1bra a rr1andar­
lo, de donde se origina la usurpación y la tiranía".
El uso político de la historia no es una estrategia exclusiva de los
caudillos 1nilitares. En Argentina, el ex presidente Néstor Kirchner y
su 111ttjer, Cristina Fernándcz de Kirchner, se presentan al país con10
los; legítin1os herederos Je Perón y Evita.. En ivléxico, el líder oposi­
tor Andrés Manuel López lJbrador evoca los discursos de (:árdenas
paraju�tificar su oposición a ia apertura del sector petrolero 1nexic:1-
no a la inici.itiva privada. (�on la excepción de Brasil, la 1nayoría de
los gobiernos latinoarnericanos buscan justificar su hoja de ruta en
los legados del pasado, n1á6 que en los requerirnientos del futuro.
La fijación con el pasado va rnucho n1ás allá de los gobiernos.
Se trata de algo firn1e111cnte enrai?ado en la cultura de n1uchos paí­
ses latinoan1cricanos. En la ciudad de l'v1éxico, basta n1irar los 110111-
bres de sus principales calles -l-léroes; de la Ttcvolución, RefOrrna
o Insurgentes- o ver el pro1nincnte lugar que ocupan los histori:i­
dores en los debates políticos de la tclc·isión para advertir el enor111e
HAY QUE MIR.AR PAR.A ADELANTE
peso de la historia en la vida cotidiana de los n1exicanos. Basta entrar
en cualquier librería de México, Argentina, Chile, Perú o Colombia
para ver que las secciones de novelas históricas y ensayos históricos
son mucho más grandes que otras. No en vano las listas de best-sellers
latinoamericanos están encabezados por novelas históricas.
No rne malentiendan: no subesti1110 la itnportancia de la histo­
ria ni de los historiadores. Al contrario, soy un asiduo consun1idor
de novelas históricas y de ensayos políticos que usan el pasado para
tratar de explicar el presente. Sin e1nbargo, se nos ha ido la n1ano.
(�uando las grandes universidades latinoa111ericanas tienen tres veces
n1ás estudiantes <le historia que de ciencias de cornputación, cuan­
do los gobiernos le dedican 111.ís atención a lo que decían los próce­
res que a quienes estudian las tendencias del futuro, cuando la prensa
-y la sociedad en general- se enfrasca en polé,nicas sobre dónde
enterrar a los héroes del siglo XIX en lugar de debatir dónde poner a
estudiar a los niños del siglo XXI, tene,nos un proble111a.
OílAMA, '·HE VENIDO AQUÍ A LIDIAR CON EL íUTURO"
No pude evitar aplaudir para n1is adentros cuando, en la cerernonia de
apertura de la Cun1brc de las An1ér1cas de 2009 en Trinidad y Toba­
go, n1e tocó escuch:�r cón10 Barack ()ba111a respondió a los presiden­
tes de Argentina y Nicaragua, que nunutos antes h:1bían pronunciado
apasionados discursos centrados en el pasado. La cu111brc. que era el
prin1er encuentro del f1a111ante pre'11dentc nortea,ncricano con líde­
res latinoainericanos y caribeños, se había iniciado el 17 de abril Je
ese año con tres discursos inaugurales: el de la presidenta de Argen­
tina, en su calidad de jefa de Estado del país donde se había realiza­
do la últi111a cumbre hemisférica, el del presidente de Nicaragua, en
su calidad de representante de Centroa,nérica, y el del prcs;identc de
Estados Unidos.
La presidenta argentina �que a pesar de los esfuerzos de su can­
cillería no había logrado una reunión privada con ()ban1a, quien en
40
HAY QUE l'vHRAR
.. PAl-l...A ADELANTE
can1bio se reuniría con los presidentes de Chile, Perú, Colon1bia y
Haití- habló durante 10 n1inutos, y su discurso se enfocó en la his­
toria de las relaciones de Latinoamérica con Estados Unidos. Tras un
repaso histórico que sugería que la culpa del atraso latinoamericano
no era de los latinoamericanos, ter1ninó con una defensa entusiasta
de la Cumbre de las Américas de Mar del Plata en 2005, uno de los
puntos n1ás bajos en las relaciones latinoan1ericanas con Washington,
en que su 111arido -el entonces presidente Kirchner- había hun1i­
llado públican1ente a su huésped (;corge W. Bush, que a pesar de su
desastrosa gestión no dejaba de ser un presidente invitado a la cu111bre.
Acto seguido, le tocó hablar al presidente nicaragüense Daniel
()rtega. Ignorando por co1npleto la agenda oficial, según la cual nin­
gún discurso debía exceder de 10 n1inutos, ()rtega se enfrascó en una
perorata <le 52 n1inutos, en que hizo un recuento de todas las injeren­
cias de Est;:1.dos Unidos en An1érica Latina y el Caribe desde conlÍen­
LOS del siglo XIX.
Cuando le tocó hablar, una vez finalizada la diatriba de ()rtega,
Oban1a subió al podio con una sonrisa cordial y con1enzó con una
bron1a de la invasión a Bahí:1 de C�ochinos. "Estoy n1uy agradeci­
do que el presidente ()rtega no n1e haya culpado personaltnente por
cosas que pasaron cuando yo tenía tres rneses de edad", dijo en tono
de carnaradcría, arrancando sonrisas en la sala. Acto seguido, C)barna
reconoció que Estados Unidos había hecho cosas buenas y n1alas en
e-1 pasado, pero anunció que había llegado el 111ornento de dejar atrás
debates cstt·riles y concentrar'ie en el futuro.
"No he venido aquí para debatir el pas,1do. lle venido aquí J lidiar
con el futuro", dijo, y dedicó el resto de su discurso -que duró ocho
111Ínutos en total, el tnás Gorto de todos- a proponer planes conti­
nentales para reducir la. pobreza y n1ejorar la calidad de vida. Cuan­
do lo escuché junto a otros periodistas que cstában1os observando la
escena en los rnonitores de un salón adjunto, n1uchos intercan1bian1os
una sonrisa de aprobación. c-:on una sola frase, lJban1a había desbara­
tad.o los discursos "retro" de Fcrn:u1dez de Kirchner, y C)rtega. (:¿ui­
z:í. sin proponé-rselo, h:1bía dado en el claYo.
�l
HAY CJUE i.11R.AR 1-'ARA ADELANTE
ÓSCAR ARIAS Y EL MODELO NARCISISTA-LENINISTA
Casi al finalizar la cumbre, el 18 de abril, el presidente de Costa Rica
y Premio Nobel, Óscar Arias, improvisó palabras rr1e111orables, y 111ás
explícitas que las de Obama. Acababa de hablar el presidente ecua­
toriano rlaf:1el Correa, quien había dado una intern1inable perorata
antiin1perialista; Oban1a, con10 lo había hecho durante to<la la cun1-
bre, escuchaba pacienten1ente y to1naba notas, inn1utable. Cuando le
tocó el turno a Arias, el presidente costJrricense con1enzú diciendo:
"Tengo la irnpresión de que cada vez que los países caribet1os y lati­
noa111ericanos se reúnen con el presidente de Estados Unidos[...] es
para culpar a Estados Unidos de nue,tros 111ales pasados, presentes y
futuros". Sin en1bargo, eso era un ejercicio estéril porque desviaba
la atención de las responsabilidades propias. "Algo habrernos hecho
mal los latinoan1ericanos -dijo Arias 111irando a sus colegas, y conti­
nuó-. No poden1os olvidar que A111érica Latina tuvo universidades
antes de que Estados Unidos creara Harvard y Willian1 & I'v1ary,
que son las prin1cras universidades de ese país. No podc111os olvi­
dar que en este continente, co1110 en el inundo entero, por lo incno,
hasta 1750 todos los an1ericanos eran 1uás o rnenos iguales: todos eran
pobres. c-:uando aparecela Revolución industrial en Inglaterra, otros
paÍ<;l'. se rnontan en ese vagón: llen1ania, Francia, Estado, Unidos,
Canadá, Australia, Nueva Zelanda -dijo-. Sin en1b1rgo, la Revo­
lución industrial pasó por Atnérica Latina corno un con1cta ·y no nos
din1os cui:.�11t1. C:icrtan1ente perdin1os l.1 oportunidad [.. .] Hace 50
aI1os, México era n1ás rico que Portugal. En 1950, un país con10 I-3ra­
sil tenía un ingreso pcr cápita n1ás elevado que el de (�orca del Sur.
Hace 60 años, Honduras tenía rnás riqueza per c(1pita que Singapur.
Bueno, algo hicin1os nial los latinoarr1ericanos."
"¿Qué hicirnos nial? -preguntó acto seguido-. Entre otras
cosas, An1érica Latina tiene un pron1edio de escolarización de apenas
siete allos, la región tiene uno de los índices de recaudación i111posi­
tiva más bajos del mundo y gasta la absunb cifra <le 50 000 mi1lones
de dólares al ailo en arrnas y otros ga�tos nlilitarcs."
42
HAY QUE !1!R.AR PAR.A ADELANTE
"¿Quién es nuestro enen1igo? -rniró nuevarnente alrededor de
la n1esa, y deteniéndose en el presidente ecuatoriano-: El enernigo
nuestro, presidente Correa, es esa desigualdad que usted apunta con
mucha razón, es la falta de educación. Es el analfabetismo. Es que no
gastan1os en la salud de nuestro pueblo. Es que no crean1os la infra­
estructura."
Adrnitiendo que el siglo xx1 será probablen1ente el siglo asiático
-y no latinoan1ericano-, Arias concluyó: "Mientras nosotros segui-
111os discutiendo sobre ideologías, sobre todos los 'is1nos' -¿cuál es el
n1ejor?, si el capitalisn10, el socialis1110, el con1unis1no, el liberalisrno,
el neoliberalisn10, el socialcristianisn10�, los asiáticos encontraron
un 'is1110' n1uy realista para el siglo XXI y el final del siglo XX, que es
el pragn1atisn10".
LA CEGUERA PERIFÉRICA
La obsesión con la historia es ;ipenas una parte de los proble1nas de tün­
do de nuestros países para ingresar de lleno en la econo1nía del cono­
cin1iento del siglo XXI. ()tro gran proble1na es el aislamiento cultural,
en el sentido a1nplio de la p;ilabra. Mientras que los chinos, los indios
y n1uchos otros pueblos que están reduciendo la pobreza a pasos agi­
gantados viven nlÍrando alrededor suyo, para ver qué se está haciendo
en el resto del inundo y copiar lo que 111:1s les conviene, en Latinoan1é­
rica lo usual es nurar hacia adentru. livirnos n1irá11donos e1 0111bligo.
Mientras que China e India le ponen una alfo1nbra roja a las uni­
versidades de Estados Unidos y Europa, para que abran sucursales en
sus territorios y cornpitan con las universidades locales, la n1ayoría de
los países latinoan1ericanos -incluyendo a Brasil, Argentina y Vene­
zuela- ponen todo tipo de trabas para que las universidades extran­
jeras no puedan instalarse y expedir títulos en su territorio. La China
co111unista, hasta hace poco uno de los países n1ás cerrados del n1un­
do, ya tiene -sin contar los 1nás de 1 000 progra111as de intercan1-
bio universitario- 1nás de 170 universidades extranjeras que están
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
autorizadas para dar diplomas válidos en el país.J4
India tiene 61 uni­
versidades extranjeras autorizadas para dar títulos conjuntan1.ente con
instituciones locales, incluidas 23 de Gran Bretaña y 15 de Estados
Unidos, además de ser el país que más estudiantes envía todos los años
a estudiar a las universidades norteamericanas.Js
El gobierno chino ha adoptado una política oficial de "interna­
cionalización de la educación" con el objetivo de que el país logre una
rnayor inserción en la econornía global. Corno vercn1os n1Js adelante,
la 1nayoría de las universidades nortearnericanas en China funcionan
con los 1nisinos profesores y prograrnas de estudios de sus casas cen­
trales. Según 1ne explicaron funcionarios de la Universidad Interna­
cional de Florida, que tiene un ca1npus con rnás de 1 000 alurnnos en
Tianjin para enseñar hotelería y turi�n10, la escuela no sólo fue inYita­
da por el gobierno chino para iniciar prograrnas conjuntos, sino que
recibió 40 rnillones de dólares de las JUtoridades n1is1nas para cons­
truir sus edificios y pagar a sus pro±Csores allí. Según los directÍU�
de la escuela, la licenciatura de cuatro años consta de los <los priine­
ros irr1partidos por profesores de la univer1,idad china, y los dos últi­
mos por profesores importados de Estados Unidos, que cnscrlan las
rnisn1as n1atcrias que en su sede central, y en inglés. Y al final de la
carrera, los estudiantes chinos reciben el 1nisn10 diplo1na que hubie­
sen recibido en Estados Unidos. Lo 1nisn10 ocurre con vari;1s carreras
de posgrado en adniinistración de en1presas, estudios internaciona­
les y regionales: los chinos identifican áreas en las que están atrás de
otros países e 1n1nediatan1entc buscan la for1na de atraer las n1cjores
universidades extranjeras que puedan trasladar conocitnientos a su
país, y proveer contactos internacionales para sus alun1nos.
EL AISLAMIENTO ACADÉMICO
En la n1ayoría de los países de An1érica Latina, por el contrario, l:i�
universidades extrar�eras están prohibidas o carecen de pcrrnisos p�1ra
<lar diplon1as habilitantes. Según Alan Adelinan, director del f)c.'p:1r-
I-JAY QUE /.1JllAR 1-'AKA ADELANTE
can1ento Latinoan1ericano del Instituto de Estudios Internacionales de
Nueva York, existen sólo unas 35 universidades extranjeras con pre­
sencia en laregión, y la mayoría de ellas operan corno sucursales para
los estudiantes de sus sedes centrales, ya que no están autorizadas
para dar títulos válidos a los alun1nos locales. Incluso los progran1as
de posgrados con1partidos con universidades extranjeras son raros.
Aunque la u NAN1, la 111ejor universidad de Latinoan1érica en el
ranking del Supll:'1nento de Educación Superior del Túncs de Lon­
dres, está tratando de recuperar años; de aislaniiento externo -corno
vcren1os en el capítulo sobre i'v1éxico, su rector José Narro llobles
está negociando a toda rnáquina acuerdos con universidades de Esta­
dos Unidos y Europa-, a n1ediados de 2009 la n1ayor universidad
de An1érica Latina todavía no tenía ningún posgrado conjunto con
universidades de Est.H_los Unidos. Al ser no1ubrado rector a fines de
2007, Narro, un rnédico con una visión 1115.s 111oderna del inundo que
sus antecesores, había heredado sólo ocho acuerdos de progran1as de
posgrado cornpartidos o conjuntos con un1vt-rsi(L1des extranjeras, y la
111ayoría de ellos era con países cotno Ecuador, GuaternaLt y Cuba.J"
¿Por qué no ,e perinite una rnayor pre::iencia de universidades
extrartjeras en la región, al igual que en China? Adeln1an, que vive
en México, n1e <lijo: ''Se debe en gran n1edida a la cultura política
latinoan1ericana, que está rnás enfocada en el 111ercado interno, y no
tan centrada co1110 la asiática en insertarse en la econon1í.1 global".3
i
Puede ser. Las autori<ladcs acadé111icas de la n1ayoria de los paÍ-;es
latinoarnericanos suffen de ccguer:-1 periférica: ,�n lugar de rnirar �1 su
alrededor y· acercarse a las tnejores universidad.L''i del rnundo, con10
hacen los chinos y los indios, están niirando hacia adentro.
EN ESTA[)OS UNil)C)S 980UO UNIVERSITARl()S C:I-IINOS,
S.3000 LATINC)A11ER
..ICANOS
()tra de las cosas que 111ás n1e in1prt's;ionaron en 111is viajes a (]1ina,
India y Singapur es có1110 estos paíse� política111cntc t:in distintos le- están
-5
HAY qUE MIRAR PARA ADELANTE
poniendo tanto en1peño a enviar a sus 1nejores estudiantes a las n1ejores
universidades del mundo. En los casos de C:hina e Indi;i, contrarian1en­
te a lo que uno podría in1aginar, no se trata de algo subvencionado por
el Estado. Es un fenón1eno cultural: las fJ.n1ilias chinas e indias aho­
rran durante toda su vida para enviar a sus hijos a estudiar al exterior,
convencidas de que van a lograr err1pleos rnucho 1nejores a su regreso.58
Pero en todos estos casos -y en varios otros países, incluyendo
Vietna1n- hay una inver-,ión social in1presionante para ro1nper el
aisla1niento acadénlico, ya sea trayendo universidades extranjeras al
país, o enviando estudiantes al exterior, o a111bas cosa�.
En estos n10111entos;, niientras las universidades nortea1nericanas
se ven inundadas por indios, chinos, coreano<; y vietnarnitas en bus­
ca de una 1nayor excelencia acadén1ica, el porcentaje de estudiantes
latinoan1ericanos está cayendo.
Según Puertas Abiertas, un infor1ne del Instituto de Educación
Internacional, con sede en Nueva York, los eres; paíse'.-> del rnundo y:ue
más estudiantes envían a las universidades nortea1neric;1nas anualrnen-
te son India (Jll3 000), China (98 000) y Corea del Sur (75 000). Com­
parativan1cnte, México envía 15 000 estudiantes por año a sn vecino
del ,wrte, llrasil 8700, C:olornbü 7 000. Venezuela 4 (,IJO, Perú 3 Gllll,
Argentina 2400 y (:'.hile 2000. En tot·Jl, los paí-;cs :1�iático<; tienen
-l-15 000 estudiantes en las uni·er:-.idadcs esLH.lounidenscs. nlientras que
los latinoarr1ericanos tienen 53 {)()() y los caribeiíos 13 000. Y n1ientra:-,
el nú1nero de cstudi:1ntes asiáticos en Estados Unidos aun1enta 9 por
ciento por aI1o. el del total de latinoc11nericanos y caribeI1os crece J un
ritn10 inferior, de alrededor Je S por ciento Jnu;1l. ''1
Se podría argu1nentar que es lúgico que lndi,1 y c:hina, con pobla­
ciones; rnucho n1ayores que las de los países latinoarnericanos, tengan
1nuchos 1nás estudiantes en el exterior. Sin en1bargo, ¿có1no expli­
car que Corea del Sur, con una población n1enor de la 111itad que la
de México, tenga cinco veces n1:1s e'.->tudiantes en las universidades de
Estados Unido que México? Y ¿cón10 explicar que Vit'tllaIIl, uri:1
dictadura co1nunis;ta que recién está cn1pezando a insertarse en la glo­
balización, con una población de n1enoc; de la n1itaJ que r�ra�1L ten-
HAY QUE ivtlRAR. PAl"Z.A ADELANTE
ga n1ás del doble de estudiantes en las universidades estadounidenses
que el gigante sudan1ericano? ¿Córno explicar que todos estos países
asiáticos, a pesar de la enorrne distancia geográfica que los separa, y
de tener culturas y alfabetos distintos a los de Estados Unidos, ten­
gan 111ás estudiantes en las universidades estadounidenses qi1e Méxi­
co, un país vecino, con una cultura n1ucho 111ás parecida y el n1isn10
alfabeto que el de Estados Unidos'
"En China n1uy cspecialn1ente, pero tan1bién en otras partes Je
Asia, los estudiantes ven la educación universitaria en Estad()S Unidcs
con10 un pasaporte a una adquisición de conocüniento y t111 estatus
que les va a ayudar enorn1e111ente en sus carreras -rne señaló Peggy
Noonan, gerente del Instituto de Educación Internacional�. Por
alguna razón, no ocurre lo niisrno en Latinoa1nérica."--111
')INGAPUI-t: HASTA L()S NIÑ()S f)E PRII.1AR.I: VAN AL EXTEl"Z..1()1-t
En Singapur, según contó el nlinistro de Educación Ng Eng Hen
en una entrevista en su despacho, todas las escuelas pritnarias deben
lograr que un tercio de 1,us alun1nos hayan realizado por lo 111c11os una
excursión guiadJ. al extr�11tjero. ¿Por reco111endación del gobierno?
"No, es una norn1a de cutnplinuento obligatorio", respondió. A nivel
universitario, el gobierno exige que 50 por ciento de los e5tLH.1iantes
hayan cursado una parte de sus estudio1, en el extranjero.
'Según decl:i.ró Ng, estos pará1netros se esLln CL1Inplien(lo, "'pero
nuestra 111eta es que 50 por ciento <le los alurnnos de la pri111aria ·via­
jen al exterior en 201-L incluyendo los de las Cunilias de 1net1()S recur­
sos. Quere111os que losjóvenes entiendan, desde n1uy pequcñ()S, cón10
funciona el n1undo y que desarrollen habilidades cornunicacionales
ade1115.s de las exclusivan1ente acadé111icas".--11
Hoy, la pequeña Singapur, con una población de apenas 4.6 millo­
nes de: habitante<.; y un pasado no 1nuy lejano de pobrez,1 y de<;csperan­
za, tlene unos 4000 estudiantes en las universidades de Estados Uni(ios,
casi el doble que Argentina, que tiene un:1 población nueve veces tn:Ís
.¡7
HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE
grande. Y además <le enviar a sus estudiantes al exterior, Singapur beca
a alumnos extranjeros -principalmente a superestudiantesde China­
para que se instruyan en el país. Según Ng, las escuelas prin1arias de
Singapur tienen un promedio <le 20 por ciento de estudiantes extran­
jeros. El gobierno les da subsidios a sus padres para que puedan pagar
los gastos de sus hijos, ya que, aunque la educación prin1aria e-: gr;i­
tuita, los niños deben pagar sus libros y otros útiles escolares. La idea,
al igual que con los viajes al extranjero, es que los niños de Singapur
aprendan desde tnuy tetnprano a convivir y aprender de otras culturas.
Y todo esto se co1nple1nenta con una presencia rnasiva de uni­
versidades extrat�eras habilitadas para dar diplotnas válidos en el país.
(:on10 veren1os n1ás adelante, tan :-.ólo la Univer-.idad de Singapur tie­
ne 66 progran1as de titulación conjunta o doble (en el prin1er caso,
las dos instituciones otorgan el 111is1no título, y en el :-.egundo dan
diplon1as separados) con universidades de Estados Unidos, la Unión
Europea, Anstralia y China.
A.iv1ÉRIC:A LATINA Y LA ECONC>MÍA DEL CC)NlJCIJr1JFNTC)
¿Pero dónde está escrito que Latinoan1érica tenga que registrar tan­
tas patentes con10 Corea del Sur o producir ingenieros y genios de
la co1nputación con10 llill (;ates para crecer rnás y reducir la pobre­
za?, se estarán preguntando n1uchos. ¿Acaso no se puede crecer con
base en los recursos naturales y las habilidades propias de cada país
de la región, que pueden no tener nada que ver con la con1putación,
la ciencia y la tecnología?
La respuesta es que, aunque los países pueden desarrollarse eco­
nómican1ente con base en sus materias primas y n1anufacturas tra­
dicionales -allí están los ejemplos de Chile y Nueva Zelanda, que
analizaren1os más adelante-, dificilmente podrán avanzar y reducir
la pobreza con mayor rapidez si no convierten sus n1aterias prin1as en
productos rnás sofisticados, con n1ayor valor agregado, o con nuevas
tecnologías de producción que les dan una vent:�a sobre �us co111pe-
48
HAY QUE l..liRAR PARA ADELA:,...¡TE
tidores en el resto del n1undo. Nos guste o no, cstan1os viviendo en
la era de la econon1ía del conocimiento, donde los países n1ás ricos
son los que producen servicios de todo tipo -cibernética, ingenie­
ría, far1nacéutica, entre otros- y donde algunos de los que tienen
n1ayores índices de pobreza son los que tienen n1ás n1aterias primas.
Quienes todavía creen en el viejo discurso sobre el futuro glorio­
so que supuestan1ente aguarda a los países duellos de grandes recur­
sos naturales harían bien echándole un vistazo J la tabla de los países
con n1ayor ingreso per cápita <lel rnundo. El país que ha encabeza­
do la tabla en los últin1os años ha sido Liechstenstein, y entre otros
que figuran en las prirneras posicione5 están Luxen1burgo, Singa­
pur, Irlanda, Honk Kong y Tai,van, países que tienen pocos o nin­
gún recurso natural, salvo el cerebro de su gente. Con1parativarnente,
Nigeria, Vc!lezuela, Ecuador, Boli,·ia y otros países con enorn1es
recursos naturales están en el fondo de la lista.-.2
Singapur, el octavo pa-Ís del n1undo con 1nayor ingreso per cápita
en 2010, dos puestos por encirna de Estados Unidos, no tiene absolu­
tan1ente ningún recurso natural. Debe itnportar no sólo sus alin1en­
tos, sino hasta el agua que consu111e. Sin en1bargo, gracias al énfasis
que puso para rnejorar su sisterna educativo, pasó de ser un país del
Tercer Mundo a uno de los 1nás avanzados del Pritner Mundo. Sin­
gapur hace cuatro décadas tenía un ingreso per cápita que era n1enos
de la n1itad del de Argentina e igual al de México yJan1aica. Hoy es
el principal exportador de plataforn1as petroleras subn1arinas y uno
de los 111ayores producton
..·1, de servicios de ingeniería y arquitectu­
ra del inundo, y en 2010 estaba en el octa'O puec;to en ingreso per
cápita del inundo, 1nicntras que Argentina estaba en el 80, México
en el 82 y Jamaica en el 1.15.41
GOOGLE VALE MÁS QUE EL PIB Die BOLIVIA
Aunque sea difícil de digerir, en la econornía del conocín1iento del
siglo XXI, un progra111a de co111putación puede 'aler 1nás que 1ni les
.¡<)
HAY QUE MIRAR PAR.A Al)ELANTE
de toneladas de rnaterias prin1as. Una en1prcsa corno (;oogle, que
no nació vendiendo ningún producto que pudiera ser tocado con las
n1anos, vale cuatro veces 1nás que el producto interno bruto de Boli­
via, con todos sus recursos naturales. A principios de 2010, el valor
de rnercado de (;oogle era de 200000 rnillones de dólares, según
Barran·, la revista financiera de Wall Strcet. C:0111parativ:in1ente, el
producto interno bruto de Uolivi:1 era de 45 000 nlillones de dólares.
En el libro C�ucntos chinos, cité el eje1nplo de una tasa de café con­
su1nida en Estados Unidos. De cada dólar que los consunlidores nor­
tearnericanos pagan por una tasa de café· en una tienda de Starbuck<;
en Estados Unidos, apena� el 3 por ciento va a p,1rar al cultivador de
café colornbiano, bL1sileri.o, costarricense, o de cualquier otro país
productor. El 97 por ciento restante va al bolsillo de quienes hicie­
ron la ingeniería genética del café, el procesa111ienro, bra11di11g, rntT­
cadeo, publicidad, y otras tareas de L1 econornL1 del conoci111iento,
escribí en su rnon1ento.
Y probablernente n1e qued[· corto. Poco tien1po después de publi­
cado ese libro, cuando cité este ejen1plo en una conferencia en El
Salvador, un sei1or n1uy bien vestido que estaba sentado en la pri111e­
ra fila se rnc acercó al final de la exposición, se presentó con10 uno
de los principales productores cafetaleros de El SalvaJ.or y n1e dijo:
"Estás equivocado. El porcentaje que queda para el productor no t'S
de 3 por ciento. La cifra real está 111:Í.s cerca de 1 por ciento''.
Lo 1nis1no ocurre con las flores que exporta Latinoa1nér1ca.
¿C:órno explicar que Holanda, un país nlinl1sctilo, con J-)oqubi1no
sol y n1:111u de obra carísi111a, es el prin1er productor de flores en el
n1undo, y produce 1nás f1orcs que (:olon1bia, un país 1nuchísirno 111:ís
grande, con sol todo el afio, enor1nes reservas de agua, y con n1ano de
obra 1nucho rnás barata? Al igual que con el cate, la clave del progreso
en la industria de las t1orcs está en la ingeniería genética, el br(111di11x,
el n1ercadeo y otras funciones de la econo111ía del conocirniento.
Mientras rnuchos políticos 1atinoa111cricanos siguen repitÍl'IH.lo
co1no loros las viejas ideas de que sus países tienen un gran futuro
gracias a sus re,;;ervas de petróleo, agua o aliinentos, lo cierto es que
:;o
HAY C)UE 11.l!RAIZ. l'ARA ADELANTE
en el siglo XXI el grueso de la econo111ía nu1ndiJl está en los produc­
tos del conocin1iento y los servicios para llevarlos al consun1idor. Los
países con rr1aterias prirnas sólo podrán progresar si les ponen valor
agregado o las producen con tecnologías cada vez rnás eficientes.
De otra n1anera, estarán condenados a quedarse cada vez n1ás atrás.
No es casualidad que en la lista de Forbcs de los ho111bres 111Js ricos
del inundo - encabezada por Bill (;ates, el 1nexicano Carlos Slitn,
Warren f�uffctt y Lavreuce Ellison- ninguno hizo su fOrtuna ven­
diendo 1naterias priinas. Cates hizo su fortuna vendiendo progran1as
de con1putación, Slin1 productos de telefi.)nÍa celub.r, Buffett con ope­
L1ciones burs:1tiles y Ellison, el fundador de ()racle, con progra111as
de softvare. Con los países pasa algo parecido: los que n1�í.s progre­
san son los que rnejor se insertan en la econon1ía del conocin1iento.
LAS CA!'vll)AS RALPH LAUIEN .1/lDE 1:·,: PERl_'
¿Y qué pasa con las n1anuE1cturas? Lo 111is1110 que con el cate o las tlo­
res, o con otras n1aterias prin1as. To1nen1os el cjen1plo de una carnisa
polo de [lalph Laurcn, la clásica, de tnangas cortas y con el escudo
del caballito con el polista. Por curiosidad, fui a la tiend:1. de Ralph
Laureu del centro cotncrcial l)adcL1nd de i;1 ian1i. escogí Ulld Ccltnisa
sport azul 111ari110 que llevaba la etiqueta ./adc in Pcru, y ,u1oté todos
los daros de la etiqueta para J':erigu,1r quién L:1 [1bric:iha eu Perú y
con cu:111to se quedalia.
Luego hice una búsquecL1 en (;oogle dL' los productores perua­
nos de caniisas polo de llalph Laurcn, y -después de algunas ave­
riguaciones telefónicas_____.,. contacté a Fernando l3adiola, el gerente
cotnercial y de desarrollo de 1'extil San (�ristóbal, una de las princi­
pales f1bricas productoras de carnisas sport para Ralph Lauren en Perú.
Según Iladioh, dependiendo de la calidad de la prenda, los produc­
tores latinoatnericanos o asiáticos de L1s canlisas sport reciben entre 7
y 13 por ciento del precio final pagado por el consun1idor en Esta­
dos Unidos.
:)1
HAY (�UE fl.11RAR PARA ADELAN íE
¿Y adónde va a parar casi el 90 por ciento restante? Según él, a
quienes desarrollan el producto, hacen el diseño, la publicidad, el mar­
keting, el transporte y la distribución. O sea, en la nueva econon1ía
del conoci1niento la rnayor parte de las ganancias no van a quienes
realizan el trabajo fisico de producción de la camisa, sino a quienes
hacen la labor intelectual de inventar el e1nblen1a del caballito con
el polista, toda la 1naquinaria publicitaria que lo rodea, y el <;Ísterr1a
para proveer el rnejor servicio a ,us clientes.
llalph Lauren no vende ca1nisas: vende lo que la err1presa descri­
be en su sitio de internet con10 "el estilo de vida Ralph Lauren". Los
consun1i<lores pagan1os 85 dólares por una canlisa con un ernblcrna
de un caballito con un polista a pesar de que pode1nos co111prar la
1nisn1a camisa -salida de la niisn1a fibrica, con los n1isn1os rnatcria­
les y el 1nisn10 diseño- por la n1itad del precio. Y lo haccn1os por­
que un equipo de publicistas, diseñadores y expertos en n1i1r.�eting nos
han convencido de que csta1nos adquii.ieuJo "un estilo de vida" que
va n1ucho rnás allá de la carr1isa. Se trata de un proceso que no está a
1nerced de la in1provisacióu, sino de la creatividad con�tante de pro­
f"esionales que n1odernizan constante1nente sus productos.
¿PC)DEl..1()5 E5CALAIZ. EN LA ECC)NCHllA l)EL C:()N()C:l111FNTC)?
¿Qué pueden h�;cer los países latinoan1ericanos para :tgrcg:trle valor
a sus exportaciones de café, cereales o c:1n1isas polo de IZ.alph La11-
re11? ¿Acaso no pueden tener 111ayor particip.ición en la) funciones
111ás sofisticadas de la cadena de producción, donde c<;tá el grueso de
las ganancias?
A juicio de Badiola, los exportadores peruanos están avanzando.
En la década de los ochenta, cuando los fabricantes peruanos en1pe­
za.ro11 a exportar camisas polo para 1-lalph Lauren, ,u ventaja con1-
petitiva era la. .ilta calidad del algodón peruano. C:on los ,11los, los
fabricantes peruanos se rnodernizaron y pudieron crecer ofrecien­
do una 1nayor diversificación en tipo, de tela, la posibilidad de hacer
52
HAY QUE l11RAR !'ARA ADELANTE
can1isas n1ulticolorcs y una 111ayor capacidad de reacción para cun1-
plir con nuevos pedidos de últirno n1inuto.
"Hen1os incren1entado n1ucho el valor agregado. Al principio
hacían1os la polo básica, que ahora se produce en Asia y se vende a
unos 5.25 dólares al precio 111ayorista. Ahora estan1os haciendo pro­
ductos en hilados tnuchísin10 tnás finos y co1nplicados, con diseños
en rayas, ron1bos y dibujos. Y hay otros atributos funcionales, con10
telas especiales que evitan que se sienta la incornodidad de la trans­
piración, porque evaporan la transpiración 111ás r5.pidan1ente y filtran
los rayos uv."
Sin en1bargo, Badiola adn1itió que los productores latinoame­
ricanos raran1cnte for111an parte de los equipos de diseño de Ralph
Lauren. La n1cjor oportunidad de crecin1iento para los textileros lati­
noa1nericanos serJ crear sus propias n1arcas, o venderle'.'. directa111en­
te a las grandes tiendas corno Macy's o Bloon1ingdales, para que las
vendan con sus propias n1arcas privadas a precios inferiores muy cer­
ca de los escaparates de Ralph Lauren, bajo su propio techo, seüa­
ló. Pero para eso los productores latinoan1ericanos necesitan buenos
ingenieros, diseñadores y trab:�adores especializados que sus univer­
sidades no '>ien1pre producen en núrneros suficientes. Y, por supues­
to, requieren una estabilidad política y econó1nica guc los convierta
en suplidores_ confiablc'i, agregó.
LC)SJE.-l.J'S LEVJ"S J)E R.EPÚBI.ICA l)()tv1!NICJ!',.;A
En los vi:�es a ltcpública Don1inicana, en �009 le hice la n1isrna
pregunta a Fernando Capellán, el presidente del c.;rupo M -una
en1presa que entre otras cosas produce prendas terniinadas para Ralph
lauren, (�alvin Klein, Levi's, Banana Republic, DKNY y otras gran­
des n1arcas nortean1ericanas-: ¿con qué porcentaje del precio final
se quedan los 1nanuf1ctureros latinoatneriranos, o a-;i.í.ticos, o de don­
de sea? C.�apcllán, cuyos jeans son exportados tJl cual ter111inan en las
grandes tiendas nortea111ericanas ·-etiqueta, precio y todo-. estiinó
5J
La obsesión con el pasado nos distrae del futuro
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La obsesión con el pasado nos distrae del futuro

  • 1.
  • 3.
  • 4. ¡Basta de historias! La obsesión latinoamericana con el pasado, y las doce claves del futuro ANDRÉS OPPENHEIMER
  • 5. Basta de historias / .u ob1túó11 latmoamericana con dparado, y las doce claw, delfuf/.lro Primt:ra edición: septiembre, 201O Primera reimpresión: ocrubre, 201 O Segunda reimpresión: noviembre, 2010 Tercera reimpresión: noviembre, 201 O D R.© 2010, 1ndrés Oppenheimcr D. R.© 201(), derechos de edición mundiale� en lengua caqcllana: Random House /1.fondadori, S. A. de C. V. Av. Homero núm. S44, col. Chapultepec Moraks, Delegación if1gucl Hidalgo, 11 S70, México, D f' w,;,w.rhmx.com.mx Comentario� sobre la edición y el contenido de esrc libro a literaria@rhmx.c()m.mx Queda rigurosamente prohibida, sin autoriiaciún escrita de los mu­ lares del copyri,ght, liaio las sanciones establecidas por las Jcyc<,, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o pro­ cedimiento,comprendidos la reprografia, el tratamiento informático, así como la di,r,-ibución de ejemplares de la mi,ma mediante alquiler o préstamo públicos. ISBN 97�-607-310-143-1 Impreso en México/ Pn'nted in Afe.>..1m
  • 6. Índice Prólogo 9 l. Hay que mirar para adelante . 13 2. Finlandia: los campeones del mundo 63 3. Singapur: el país más globalizado 91 4. India: ¿la nueva superpotencia mundial> 126 5. Cuando China enseña capitalismo 160 6. Israel: el país de las start-ups 183 7. Chile: rumbo al Primer Mundo 210 8. Brasil: una causa de todos 242 9. Argentina: el país de las oportunidades perdidas 270 10. Uruguay y Perú: Una Computadora para cada Niño 306 11. México: el reino de "la n1aestra" 321 l 2. Venezuela y Colorr1bia: can1inos opuestos 359 13. Las 12 claves del progreso 381
  • 7.
  • 8. Prólogo Este libro sale a la luz en n1omentos en que buena parte de Lati­ noan1érica está festejando el bicentenario de su independencia, y la región está dedicada con mayor entusiasrno de lo habitual a con1ne­ morar, discutir y revisar su pasado. La pasión por la historia es visible por donde uno n1ire. Los gobiernos -incluyendo el de Es;paña, que creó una Comisión Nacional para la Conn1en1oración de los Bicen­ tenarios- han destinado millones de dólares a los festejos. En los n1edios de con1unicación ha habido acalorados debates sobre cuáles figuras del siglo XIX deberían ser consideradas próceres de la inde­ pendencia y cuáles enen1igas de la patria. En las librerías, los best-sellers del rnon1ento son las novelas históricas sobre la vida de Sitnón Bolí­ var, Francisco de Miranda. Antonio José Sucre, José de San Martín, Bernardo O'Higgins, Miguel Hidalgo, José María Morelos y otros héroes de la en1a11cipación latinoa1nericana. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, acaba de desente­ rrar los restos de Bolívar en una solen1ne ceremonia difundida en cadena nacional para iniciar una investigación sobre si el prócer fue asesinado; hace sus discursos al país delante de un retrato del pró­ cer, y hasta le ha cambiado el nombre al país por el de "República Bolivariana de Venezuela". Los presidentes de Bolivia y Ecuador se proclan1an herederos de legados históricos que -siguiendo los pasos de c=hávez- evocan constanten1ente para consolidar sus propios proyectos de acaparan1icnto del poder yjustificar la "refundación" de 9
  • 9. PRÓLOGO sus países bajo nuevas reglas que les dan poderes absolutos. En todo el continente, desde Argentina hasta México, hay una verdadera pasión por redescubrir la historia. La obsesión con el pasado es un fenómeno que, si bien está exacerbado por los festejos de la independencia, es característico de la región. Curiosan1ente, no he observado el 1nisn10 fenón1eno en mis viajes recientes a China, la India y otros paíse.s asiáticos, a pesar de que muchos de ellos tienen historias milenarias. Entonces, vale la pena hacernos algunas preguntas políticamente incorrectas, pero necesarias. ¿Es saludable esta obsesión con la historia que nos caracte­ riza a los latinoarnericanos? ¿Nos ayuda a prepararnos para el futuro? ¿O, por el contrario, nos distrae de la tarea cada vez más urgente de prepararnos para competir mejor en la econorr1ía del conocin1iento del siglo xxi? Este libro argumenta que los países latinoamericanos están dema­ siado inmersos en una revisión constante de su historia, que los dis­ trae de lo que debería ser su principal prioridad: n1ejorar sus sisten1as educativos. Sin poblaciones con altos niveles de educación, la región no podrá competir en la nueva era de la econon1ía del conocin1iento, donde los productos de alta tecnología �desde programas de soft­ ware hasta patentes de la industria farmacéutica- se cotizan n1ucho más en los n1ercados 1nundiales que las n1aterias prin1as, o las n1anu­ facturas con poco valor agregado. Para buscar ideas sobre cómo mejorar la calidad de la educación en nuestros países, en los últin1os cinco años he viajado a países que tienen en común el haberse destacado por sus avances enla educación, la ciencia y la tecnología. Viajé a China, la India, Singapur, Finlandia, Suecia, Israel y otros países de diferentes colores políticos, pero que -cada uno a su manera- han logrado mejorar sus niveles educativos yreducir dramáticamente la pobreza. Y luego viajé a México, Brasil, Chile, Argentina y otros países iberoa1nericanos para ver qué esta1nos haciendo -de bueno y de malo- en la región. Realicé más de 200 entrevistas a figuras clave del mundo �incluyendo el presidente Barack Obama; el fundador de Microsoft, Bill Cates, y el premio 10
  • 10. PRÓLOGO Nobel de Economía, Joseph Stiglitz- y númerosos otros jefes de Estado, ministros, rectores universitarios, científicos, profesores, estudiantes y padres y madres de familia. Para mi sorpresa, descubrí que mejorar sustancialmente la edu­ cación, la ciencia, la tecnología y la innovación no son tareas impo­ sibles. Hay cosas muy concretas, y relativan1ente fáciles, que se están haciendo en otras partes del mundo, y que podemos emular en nuestros países. Este libro está lleno de ejemplos al respecto. La tarea es impostergable, porque el siglo xx1 es, y será, el de la economía del conocimiento. Contrarian1ente al discurso de la vieja izquierda y la vieja derecha en la región, los· recursos naturales ya no son los que producen más crecin1iento: los países que 1nás están avanzando en todo el n1undo son los que le apostaron a la innovación y producen bienes y servicios de mayor valor agregado. No en vano el país con el mayor ingreso per cápita del mundo es el din1inuto Lie­ chtenstein, que no tiene ninguna n1ateria prima, mientras que países co·n enorme riqueza de materias primas, como Venezuela y Nigeria, están entre los que tienen 1nás altas tas�s de pobreza. Y no en vano los hombres n1ás ricos del mundo son en1presarios como Gates, el rnexicano Carlos Slim o Warren Buffer, que producen de todo menos rnaterias primas. El mundo ha cambiado. Mientras en 1960 las materias prin1as constituían 30 por ciento del producto bruto rnundial, en la década de 2000 representaban apenas 4 por ciento del mismo. El grueso de la econornía n1undial está en el sector servicios, que representa 68 por ciento, y en el sector industrial, que representa 29 por ciento, según el Banco Mundial. Y esta tendencia se aEelerará cada vez más. La reciente crisis económica rnundial hizo tan1balear los precios de las rnaterias pri­ n1as de Sudan1érica y las exportaciones de rnanufacturas de México y Centroa1nérica. Aden1ás, la crisis ha reducido el tan1año del pastel de la econon1ía rnundial, lo que deja mejor posicionados a los países rnás cornpetitivos; o sea, los que pueden producir bienes y $ervi­ cios n1ás sofisticados a n1ejores precios. la receta para crecer y reducir 11
  • 11. PR()LOGO la pobreza en nuestros países ya no será sola1nente abrir nuevos merca­ dos -por ejemplo, firmando más acuerdos de libre comercio- sino inventar nuevos productos. Y eso sólo se logra con una mejor calidad educativa. Ojalá este viaje periodístico alrededor del mundo sirva para aportar ideas que nos ayuden a todos -gobiernos y ciudadanos comunes- a ponernos las pilas y empezar a trabajar en la principal asignatura pendiente de nuestros países, y la única que nos podrá sacar de la mediocridad econón1ica e intelectual en la que vivimos. Finalrr1ente, quisiera agradecer rnuy especialn1cnte a Bettina Chouhy, Annamaría Muchník y Angelina Peralta, que durante los últimos años n1e han ayudado en la investigación y la logístic,1 que hicieron posible este libro. Sin ellas, esta obra hubiera sido irnposible. ANDRÉS ()PPENHEI.l.1ER 12
  • 12. 1 Hay que mirar para adelante C:uando le pregunté a Bill (;ates después de una entrevista televisi­ va, fuera de cárnara, qué opinaba sobre la creencia muy difundida en n1uchos países latinoamericanos de que "nuestras universidades son excelentes" y "nuestros científicos triunfan en la NASA", el fundador de Microsoft y uno de los hon1bres rnás ricos del n1undo me miró con ason1bro y estalló en una carcajada. Levantando las cejas, n1e pre­ guntó: "¿A quién estás bron1ean<lo?" No fue una respuesta arrogante: rninutos antes, frente a las cárna­ ras, Gates 1ne había hablado con opti111isn10 sobre Arnérica Latina. Según dijo, existen condiciones con10 para ponerse a la par de (:bi­ na e India en las próxirnas décadas. l)ecía Cates, 1nientras nos alejába1nos del set de grabación, que a Latinoarnérica le f1lta una dosis de huznildad para darse cuenta cuál es la verdadera posición de sus grandes universidades y centi·os de in.es­ tigación en el contexto n1undial. Los países de la región sólo podrán insertarse de lleno en la economía de la infOrn1ación del siglo XXI -y producir bienes más sofisticados que les per1nitan crecer y redu­ cir la pobreza- si hacen un buen diagnóstico de la realidad y dejan de creer que están así de bien, indicó. "Si creen que ya han llegado a la meta, están fregados -me dijo Gates rr1ovie11do la cabeza-. Todos los países deben cn1pezar con hun1ildad. Lo que n1ás asusta sobre el ascenso de C:hina es su nivel de hun1ildad. Están haciendo las co1,as ntuy bien y, sin e1nbargo, tie-
  • 13. HAY QUE !vtIRAR PARA ADELANTE nen una humildad asombrosa. Tú vas a China y escuchas: 'En India están haciendo esto y lo otro mucho mejor que nosotros. ¡Caram­ ba! Tenemos que hacer lo mismo'. Esta tendencia a la humildad, que algún día van a perder, les está ayudando enormemente."1 Su respuesta me dejó pensando. Yo acababa de regresar de varios países latinoamericanos, y en todos me había encontrado con una versión triunfalista sobre los logros de las grandes universida­ des latinoamericanas y sus sistemas educativos en general. No solo los gobiernos alardeaban sobre los logros de sus países en el ca1npo académico y científico, sino que la gente parecía convencida de la competitividad de sus universidades -salvo en cuanto a los recur­ sos económicos- frente a las casas de estudio más prestigiosas del mundo. Cada vez que daba una conf'erencia en alguna de las gran­ des capitales latinoamericanas, y criticaba la eficiencia de sus univer­ sidades estatales, siempre saltaba alguien en la audiencia para rebatir mis co1nentarios con patriótica indignación. Las grandes universida­ des latinoamericanas, blindadas contra la rendición de cuentas a sus respectivas sociedades gracias a la autonomía institucional de la que gozan, muchas veces parecen estar a salvo de cualquier crítica, por 1nás fundan1entada que sea. Son las vacas sagradas de Atnérica Latina. Según 1ne comentaba Gates, en China, y anterior1nente en Esta­ dos Unidos, había pasado exactamente lo opuesto: había sido preci­ samente la creencia de que se estaban quedando atrás del resto del mundo lo que había despertado a sus sociedades e ünpulsado su des­ ar;:ollo. "Lo 111ejor que le pasó a Estado� Unidos fue que, en los años ochenta, todos creían que losjaponeses nos iban superar en todo. Era una idea estúpida, errónea, una tontería. Pero fue este sentimiento de humildad lo que hizo que el país se pusiera las pilas."2 ¿Y en Latinoamérica? Gates respondió que veía in1portantes avan­ ces y que aunque las universidades no son tan buenas con10 debe­ rían ser, son mejores que hace 1O años. Sín en1bargo, el disparador de la modernización educativa en Latinoa1nérica debería ser el n1is1no que en Estados Unidos, ag!egó. "La manera de despegar es sintien­ do que estás quedándote atrás", concluyó encogiéndose de hornbros.3 14
  • 14. HAY QUE MERAR PARA ADELANTE VIVIENDO EN LA ILUSIÓN Lo cierto es que en la gran mayoría de los países de América Lati­ na está ocurriendo todo lo contrario: las encuestas (como la Gallup, de 40000 personas en 24 países de la región, encargada por el Ban­ co lnterarnericano de Desarrollo, BID) muestran que los latinoan1eri­ canos están satisfechos con sus sistemas educativos. Paradójicamente, lo están n1ucho 1nás con su educación pública que la gente de otras regiones que obtienen mucho mejores resultados en los exámenes estudiantiles y en los rankin.gs universitarios. El 85 por ciento de los costarricenses, 84 por ciento de los venezolanos, 82 por ciento de los cubanos, 80 por ciento de los nicaragüenses, 77 por ciento de los salvadoreños y n1ás de 72 por ciento de colombianos, jan1aiquinos, hondureños, bolivianos, panan1eños, uruguayos y paraguayos dijeron estar satisfechos con la educación pública de sus respectivos paÍ'>es. Comparativamente, sólo 66 por ciento de los encuestados en Ale­ n1ania, 67 por ciento de los estadounidenses y 70 por ciento de los japoneses lo están en sus respectivos países, s�gún revela el estudio.4 "Los latinoamericanos en general están n1ás satisfechos con su edu­ cación pública de lo quejustifican los resultados de los exámenes inter­ nacionales. Están satisfechos sin fundamento", me dijo Eduardo Lora, el economista del BID que coordinó el estudio. Cuando le pregunté por qué tantos latinoamericanos tienen esta visión tan optimista, Lora res­ pondió que la rnayoría de la gente en la región tiende ajuzgar su siste- 1na educativo ¡.,orla calidad de los edificios escolares o por el trato que reciben sus hijos en laescuela, n1ás que por lo que aprenden. En otras palabras, ha habido un gran avance en cuanto a la expan­ sión de la educación -los índices de alfabetismo se han duplicado desde la década de los años treinta, para llegar a 86 por ciento de la población de la región�, pero no se ha producido un avance similar en la calidad de laeducación. "El peligro es que, si la gente está satisfe­ cha, no existe la exigencia social de n1ejorar los estándares educativos. Paradójicamente, esa den1anda sólo existe donde ya se han alcanzado los estándares relativa1nente rnás altos de la región, co1no en Chile."5 15
  • 15. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE NUESTRAS UNIVERSIDADES: ¡ENTRE LAS MEJORES DEL MUNDO' Las universidades más prestigiosas de América Latina, a pesar de logros esporádicos que sus sociedades celebran co1no grandes triunfos nacionales, están en los últin1os puestos de los rankings internaciona­ les: el de las 200 mejores universidades del mundo, realizado por el Suplemento de Educación Superior del Times de Londres, está enea� bezado por la Universidad de Harvard, e incluye una sola universi­ dad latinoamericana, casi al final de la lista. Se trata de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que está en el puesto 190. () sea, aunque México y Brasil se ubican entre las 12 econo1nías rnás grandes del mundo, sólo tienen una universidad en el ranking lon­ dinense, y está en uno de los últin1os lugares. En con1paración, hay varias universidades de China, India, (:orea del Sur e Israel en la lisra.1 ' ¿Cómo puede ser que México, un país con 110 n1illones de habi­ tantes, con un producto interno bruto (PIB) de 1600 billones de dóla­ res, tenga a su 1nejor universidad en un puesto tan por debajo de la n1ejor universidad de Singapur, un país con n1enos de cinco rnillo­ nes de habitantes y un PIB que no llega a 225 01)1) millones de dólares' Varios rectores de universidades estatales latinoarnericanas seña­ lan, con indignación, que el ranking londinense es tendencioso, por­ que favorece a los países angloparlantes al incluir entre sus criterios de valoración el nú1nero de artículos publicados en las pr1ncipales revistas acadéinicas internacionales, que están escritas en inglés. Sin e1nbargo, el ranking difíciln1ente puede ser calificado corno dernasia­ do favorable para el Prin1er Mundo, porque una lista sitnilar, confec­ cionada por una de las principales universidades de ChinJ, llega a las rnis1nas conclusiones. En ef"ecto, el rankin,f! de las n1ejores 500 univer­ sidades del mundo de la UniversidadJiao Tong de Shanghai, China, pone a las universidades latinoarnericanas en lugares 1nuy parecidos. Según este ranking, no hay ninguna universidad latinoa1nericana entre las 100 1nejores del n1undo. La lista tarnbién está encabezada por Harvard, y ocho de los prin1eros 1 O puestos están ocupados por universidades nortearnericanas. Luego, hay varias chinas, japonesas, 16
  • 16. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE australianas e israelíes entre el prin1er centenar. Las prin1eras institu­ ciones acadé1nicas latinoamericanas que aparecen son la Universidad de Sao Paulo, que figura dentro del grupo identificado como "entre el puesto 100 y 151". Más abajo están la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la UNAM de México, "entre el puesto 152 y 200".7 TRES PSICÓLOGOS POR CADA INGENIERO Las grandes universidades latinoan1ericanas están repletas de estudian­ tes que cursan carreras hurnanísticas u otras que ofrecen poca salida laboral o están totahnente divorciadas de la economía del conoci­ miento del siglo XXI. Hay den1asiados estudiantes universitarios lati­ noan1ericanos estudiando derecho, psicología, sociología, filosofía e historia, y pocos estudiando ciencias e ingeniería. Actualrnente, 57 por ciento de los estudiantes de la región cursan carreras de ciencias sociales, rnientras que apenas 16 por ciento cursan carreras de inge­ niería y tecnología, según cifras de la Organización de Estados Ibe­ roarnericanos (oLI), con sede en Madrid. El nún1ero de graduados en ciencias sociales '1un1entó cspecta­ cularrncnte" desde fines de los años noventa, afirrna un estudio de la O-EL Entre el conjunto de egresados de n1ae-;trías en Latinoa1nérica, 42 por ciento ha obtenido su título de po<.;grad.o en ciencias �ociales, 14 por ciento en ingeniería y tecnología, y 5 por ciento en ciencias agrícolas, dice el infi:)rn1e.t; En la Universidad de Buenos Aires, la principal universidad esta­ tal argentina, hay 29 000 estudiantes de psicología y 8 ()()() de inge� niería. Es decir, los contribuyentes argentinos están pagando con sus in1puestos la educación gratuita de tres terapeutas para curarle el coco -con10 los argentinos suelen referirse a la cabeza- a cada ingenie­ ro. Lo n1isn10 ocurre en otros can1pos: la UBA tiene unos 3000 estu­ diantes de filosofía, contra 1 14-0 de física, ü casi tres filósofos por cada fisico, y 3 200 estudiantes de historia, contra 1 088 de química, o ea tres historiadores por cada quí,nico.9 17
  • 17. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE Y en la UNAM de México hay unos 1 000 estudiantes de historia, tres veces más que los de ciencias de la computación. A la hora de egresar, anualmente se gradúan de la UNAM unos 188 licenciados en historia, 59 en ciencias de la computación y 49 en ingeniería petra- lera.10 O sea, los contribuyentes mexicanos están subVencionando los estudios de más jóvenes dedicados a estudiar el pasado que a cursar 1nuchas de las carreras que incentivan las innovaciones del futuro. Cuesta creerlo, pero países relativamentejóvenes como México y Argentina tienen porcentajes n1ucho más altos de jóvenes estudiando historia yf1losofia que países con10 China, que tienen unahistoriamile­ naria y filósofos como (�onfucio que han revolucionado el pensamiento universal. Cuando viajé a China y entrevisté a varios funcionarios del Ministerio de Educación, n1e dieron cifras como las siguientes: todos los años ingresan en las universidades chinas casi 1242000 estudiantes de ingeniería, contra 16300 de historia y 1520 de filosofia.11 En India, me encontré con núrneros parecidos. En la mayoría de los casos, los países asiáticos están privilegiando los estudios de ingeniería y las cien­ cias, lin1itando el acceso a las facultades de humanidades a los alu1n­ nos que obtienen las n1ejores calificaciones para entrar en las n1ismas. LATINOAMÉRICA, MENOS DE 2 POR CIENTO DE LA INVESTIGACIÓN MUNDIAL No es casual que An1érica Latina sea -junto con África-- la región del mundo con rnenos inversión en investigación y desarrollo de nue­ vos productos, y con rnenos patentes registradas en el mercado mundial. Las cifras son escalofriantes: sólo 2 por ciento de la inversión mun­ dial en investigación y desarrollo tiene lugar en los países latinoame­ ricanos y caribeños. Comparativamente, 28 por ciento de la inversión mundial en este rubro tiene lugar en los países asiáticos, 30 por ciento en Europa, y 39 por ciento en Estados Unidos.12 Y casi la totalidad de ese patético 2 por ciento de la inversión n1undial en investigación que corresponde a Latinoan1érica tiene lugar en apenas cuatro países de la 18
  • 18. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE región: Brasil, donde se invierte 62 por ciento de todo el gasto regio­ nal; México, donde se invierte 13 por ciento del total; Argentina, don­ de se invierte 12 por ciento, y Chile, donde se invierte 4 por ciento.13 Todos los países latinoamericanos y caribeños juntos invierten menos en investigación y desarrollo que un solo país asiático: Corea del Sur. ¿Por qué invertimos tanto menos que otros países en investiga­ ción? La pobreza no puede ser una explicación, porque China, India y otros países asiáticos tienen muchos más millones de pobres que Amé­ rica Latina, y eso no obsta para que inviertan más en investigación y desarrollo de nuevos productos. Uno de los principales motivos del rezago latinoan1ericano, según varios expertos, es que la mayor par­ te de la investigación en Latinoamérica se hace en el ámbito acadé­ rnico estatal, y está divorciada de las necesidades del n1ercado. Hasta en la China comunista el grueso de la investigación tiene lugar en el sector privado, que tiene mucho más olfato para detectar necesi­ dades de mercado y explotar oportunidades comerciales. Según un estudio a nivel mundial de la OCDE, ''no hay países que jan1ás hayan logrado un estatus tecnológico avanzado sin un porcentaje significa­ tivo de inversión privada en investigación y desarrollo".1 -1 Las cifras son n1uy reveladoras. Mientras el porcentaje que ocupa el sector pri­ vado en el total de la investigación que se realiza en Corea del Sur es de 74 por ciento, en Estados Unidos es de 64 por ciento y �lo que es sorprendente- en la China comunista es de 60 por ciento, y en los países latinoamericanos está por debajo de 50 por ciento.15 El por­ centaje de participación del sector privado en investigacié1n y desarro­ llo es de apenas 26 por ciento en Argentina, 41 por ciento en Brasil, 29 por ciento en Chile, 30 por ciento en México, 47 por ciento en Colombia y 10 por ciento en Venezuela. En total, China invierte el equivalente a 1.4 por ciento de su producto interno bruto en investigación y desarrollo, contra 0.9 por ciento de Brasil, 0.6 por ciento de Argentina, 0.4 por ciento de Méxi­ co, o 0.1 por ciento de Colombia y Perú. No es que falte pobreza en China: hay todavía más de 800 millones de pobres en el gigantes­ co país asiático. Sin en1bargo, China ha sacado de la pobreza a cien- 19
  • 19. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE tos de millones de personas en las últimas dos décadas, y todo parece indicar que lo seguirá haciendo en los próximos años. China, al igual que el resto de los países asiáticos, está mirando hacia adelante, con una visión a largo plazo, mientras que rnuchos países latinoamerica­ nos están mirando hacia atrás. ·'NUESTROS CIENTÍFICOS TRIUNFAN AFUERA" ¿Es cierto aquel axion1a, que escuchan1os en n1uchos de nuestros paí­ ses, de que "nuestros científicos y técnicos triunfan en el exterior"? Muchos, sin duda, lo hacen, y algunos de ellos han sido distinguidos con preniios Nobel. Sin e1nbargo, no alcanzan a forrnar una masa crítica que los distinga. Contrariamente a lo que solen1os escuchar en Latinoamérica, si pregunta1nos en los grandes centros de inves­ tigación del mundo cuántos latinoamericanos hay en sus principales centros de investigación, la respuesta no es n1uy alentadora. (:uando le pregunté a un alto ejecutivo de Microsoft cuántos investigadores latinoan1ericanos tiene la e1npresa en su principal cen­ tro de investigación, donde trabaja un equipo elite de 800 investiga­ dores generadores de patentes, estirnó que alrededor de 1 por ciento son latinoamericanos, y 40 por ciento son asiáticos. En un e-,nail pos­ terior, corroboró que "la representación latinoan1cricana dentro de los 800 investigadores del grupo elite es de 1 por ciento. Los cono­ cemos a todos. Es un grupo n1uy pequeüo y forn1ado la 111itad por brasileños y la otra nütad por argentinos".16 ¿Pero acaso no es cierto que Microsoft tiene varios centros de investigación en Latinoan1éri­ ca? En rigor, se trata rnás bien de oficinas cornerciales, 1ne respondie­ ron. Los alrededor de 25 000 investigadores generadores de software de Microsoft están repartidos en cinco laboratorios de Microsoft llesearch, de los cuales tres están en Estados Unidos, uno en Gran Bretaña, uno en C:hina y ctro en India. Intrigado sobre si Microsoft es la regla o la excepción entre las grandes ernpresas de alta tecnología, le hice la n1isn1a pregunta a 20
  • 20. HAY QUE MIRAR. PARA ADELANTE John Gage,Jefe de investigaciones de Sun Microsystems, b gigantes­ ca n1ultinacional con sede en Santa Clara, California, que es una de las mayores competidoras de Microsoft. Según Gage, el departamen­ to de investigaciones, de unas 8 000 personas, tiene también 45 por ciento de chinos e indios, y el porcentaje de latinoan1ericanos es aún rnenor que en Microsoft. En cuanto a sus laboratorios de investiga­ ción, 65 por ciento de los investigadores de Sun Microsysten1s traba­ jan en cinco laboratorios: en Estados Unidos, en China, en India, en Rusia y en la República Checa. ¿Y cuántos de los 8000 investigado­ res hay en A1nérica Latina?: 15. O sea, menos de 0.2 por ciento.17 COREA DEL SUR REGISTRA 7 500 PATENTES, BRASIL 100 No es casual que Corea del Sur haya pasado de la pobreza. a una sor­ prendente prosperidad en las últimas décadas. Los coreanos le han apostado de lleno a la educación, y han elevado su nivel <le vida a un ritn10 vertiginoso. En 1965, el producto interno bruto per cápita de Argentina era n1ás de 10 veces n1ayor que el de Corea del Sur, el de Venezuela tan1bién 10 veces 111ayor, y el <le México cinco veces n1ayor que el del país asiático. Hoy los tér1ninos se han invertido: Corea del Sur tiene un producto interno bruto per cápita de 27 000 dólares por año, casi el doble que el de México (14 300) y Argenti­ na (14 200), y el doble que el de Venezuela (13 500)." ¿Qué pasó' Los can1inos se bifurcaron: los países latinoan1ericanos se dedicaron a ven­ der rnaterias prirnas con10 el petróleo o productos agrícolas. Corea del Sur, al igual que años 111ás tarde lo harían China e India, se dedicó a invertir en la educación de su gente para crear productos cada vez n1ás sofisticados, y venderlos en los mercados más grandes clel n1undo. La comparación entre el número de patentes que registra anual­ n1ente Corea del Sur y las de los países latinoarnericanos es escalo­ friante. (:orea del Sur registra unas i 500 patentes por año en Estados Unidos, el 111ercado n1ás grande del n1undo. Brasil, el país latino­ an1er1cano que 1nás patentes registra en Estados Unidc)s, logra la 21
  • 21. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE aprobación de unas 100 por año, México 55, Argentina 30, Vene­ zuela 14, Chile 13, Colombia 12 y Cuba 6.19 Lo que es más asombroso aún, cuando se compara el núme­ ro de patentes que registran al año las grandes multinacionales de la industria de la informática, es enorme1nente n1ayor que el total de las generadas en toda Latinoamérica. En 2009, IBM registró 4 900 patentes, la coreana Samsung 3 600 y Microsoft 2900,20 Todos los países latinoamericanos juntos -incluyendo empresas y particula­ res- registraron, en cambio, n1enos de 500 patentes, si se incluyen las que las co1npañías multinacionales registran en Bern1uda y Bar­ bados con fines impositivos. Si en lugar de mirar las patentes regis­ tradas en Estados Unidos niiramos las patentes registradas en todos los países del mundo, los resultados son similares. En 2008, Corea del Sur registró 80000 patentes a nivel mundial, contra 582 de Bra­ sil, 325 de México, 79 de Argentina, 87 de Cuba, 12 de Colombia, 9 de Costa Rica, 7 de Perú, y 2 de Ecuador.21 ¿POR QUÉ NO HAY UN BILL GATES LATINOAMERICANO? Aunque no tengatnos las rnejores universidades del n1undo, ni regis­ trernos tantas patentes como los países asiáticos, 2acaso no pueden surgir innovadores de talla n1undial en Latinoan1érica, de la misma forma en que surgieron varios pren1ios I'Jobel?, le pregunté a Bill (;ates antes de terrninar la entrevista. Pensé que Gates respondería que una empresa con10 la suya no hubiera prosperado sin estabilidad econón1ica, seguridad jurídica y otras variantes. Según estudios del Banco Mundial, los bajos niveles de .innovación en Latinoamérica se deben en gran parte al hecho de que Jos países de la región no ofrecen suficiente seguri<ladjurídica, no hay capital de riesgo para financiar proyectos innovadores y las buro­ cracias estatales requieren tantos trán1ites para abrir una nueva en1pre­ sa que muchos emprendedores desisten. Sin en1bargo, lo prin1ero a lo que Cates aludió fue a la falta de una buena preparación educativa. 22
  • 22. HAY QUE MJP_AR PARA ADELANTE "Creo que en la mayoría de los otros países del mundo donde hubiera nacido, no habría tenido las mismas oportunidades que en Estados Unidos. Tuve una educación de muy buena calidad y una suerte increíble en cuanto a las circunstancias que me tocó vivir. De n1anera que la respuesta a su pregunta es no. En la mayorparte de otros lugares del n1undo yo hubiera sido un n1al agricultor", respondió. Gates agregó: "Estados Unidos incentiva la innovación con10 ningún otro país en el n1undo. Me refiero a los niveles en que nos­ otros (los estadounidenses) estan1os dispuestos a invertir, a la forn1a en que funciona nuestro sisterr1a de patentes, a la forrna en que funciona nuestro siste1na legal. Es cierto que también hay rnuchos que juegan en contra de la innovación: tenen1os altísin1os costos de defensa, lega­ les, de servicios, de salud. Sin ernbargo, ¿a qué se debe que nuestro sistema funcione? A que hay algunas cosas que hacernos 1nuy bien". Cates señaló que Estados Unidos está entre los países que rr1ás invierten en investigación en las universidadt.'s, y en que las univer­ sidades tienen larelación n1ás estrecha con las incubadoras de nuevas en1presas. Aden1ás, las universidades nortean1ericanas ofrecen incen­ tivos econón1icos a sus profesores para que investiguen y comercia­ licen nuevos productos, y se benefician de un sistema filantrópico por el cual los egresados de las universidades contribuyen a sus casas de estudio, dotándolas de fideicomisos inn1ensos. Gates explicó que, aunque algunas universidades latinoan1ericanas han logrado un gran apoyo de la en1presa privada -citó el caso del Tecnológico de Monterrey y las donaciones que ese centro de estudios ha recibi­ do de en1presas como Cen1ex y Fernsa-, en la n1ayoría de las ins­ tituciones de educación terciaria de la región no existe la tradición estadounidense de que los egresados contribuyan individualmente a sus casas de estudio. "Estados Unidos ha sido bastante excepcional en térrninos de las donaciones individuales de los egresados. Creo que les tomará algún tiempo a otros países desarrollar esta tradi­ ción. Pero creo que es absolutamente necesaria, porque crea un cír­ culo virtuoso: la universidad produce profesionales exitosos, éstos hacen rnás donacione<; a las universidades y pagan n1ás in1puestos, y 23
  • 23. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE ese dinero regresa a las universidades para producir n1ás profesiona­ les exitosos", me dijo. Todas ello ha contribuido a que Estados Unidos continúe siendo un imán para los rnejores cerebros de todas partes del mundo, pro­ siguió Gates. "En términos netos, importamos más inteligencia que nadie." En otras palabras, no era casualidad que 40 por ciento de los investigadores de Microsoft en su grupo de investigación fuesen asiá­ ticos: al igual que durante la segunda Guerra Mundial, cuando Esta­ dos Unidosimportaba cerebros co1no Albert Einstein de Alemania, el país estaba haciendo lo mismo actualn1ente con científicos asiáticos. GATES, "LA CLAVE DE TODO ES LA EDUCACIÓN" Pero cuando le preguncé a Gates qué cosas específicas deberían hacer los países latinoamericanos para e�Liuiular la innovación, su respuesta se centró en el mejoran1iento de la calidad de la educación. "En pri­ mer lugar, sería ofrecer una educación de n1ejor calidad en las e�cue­ las secundarias", dijo. Gates me contó que había tenido una excelente educación en su escuela secundaria, y se había beneficiado de opor­ tunidades extraordinarias durante su adolescencia. Hijo de un exitoso abogado y de la hija de un acaudalado banquero, Cates había ido a la escuela pública hasta el séptimo grado, cuando sus padres -advirtien­ do que el joven era un excelente estudiante que se estaba en1pezando a aburrir en la escuela- lo enviaron a la escuela privada Lakeside, en Seattle, una de las n1ás exclusivas <le la ciudad. Dos años después, pasó algo que habría de carnbiar la historia de Gates, y del mundo. La historia es conocida, pero vale la pena recor­ darla: el Club de Madres de la escuela de Lakeside había hecho su rifa anual de beneficencia, y había decidido -aden1ás de hacer sus donaciones rituales a los niños pobres- destinar 3 000 dólares a la C0!11pra de una con1putadora. En 1968 era una verdadera extravagan­ cia para una escuela secundaria tener una con1putadora: ni siguiera la rnayoría de las universidades tenían computadoras. Sin e1nbargo, 24
  • 24. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE cuando Cates entró en la escuela secundaria ya tenía una computadora ASR-33 Teletipo, con la que se despertó su pasión por la informática, Poco después, Gates y algunos de sus con1pañeros escolares estaban tan entusiasmados con la computación que comenzaron a utilizar una con1putadora 1nás sofisticada en el laboratorio de co1nputación de la Universidad de Washington, a pocas calles de la escuela. "Era mi obsesión. Faltaba a las clases de educación fisica. Me que­ daba hasta la noche en la computadora. Estában1os progran1ando hasta durante los fines de semana. Era rara la sen1ana en que no pasáramos veinte o treinta horas en la coniputadora.''22 Cuando (;ates rne dijo que había tenido· una "suerte increíble" en su vida, no era por falsa modestia. Se debía a que era conscien­ te de que había tenido la fortuna de asistir a una escuela secundaria donde se había instalado una con1putadora n1ucho antes que en la n1ayoría de las den1ás escuelas del país. Claro, Lakeside era una escue­ la privilegiada, de estudiantes de clase inedia alta, pero la tnoraleja de la historia es la n1isma para cualquier escuela pública de cualquier parte del mundo: si se estimula la curiosidad intelectual de losjóvenes por la ciencia y la ingeniería, los países pueden hacer 111.aravillas. Eso ya se está haciendo en escuelas de n1uchas partes del mundo, n1e dijo Gates. "Se está poniendo mucho énfasis en que los estudian­ tes hagan proyectos que sean divertidos. Por ejetnplo, que diseñen un subrnarino o un pequeño robot. Y entonces los jóvenes entienden que la ciencia es una herramienta para hacer algo que quieren hacer, en lugJ.r de un desierto árido que hay que cruzar, para quizás llegar al otro lado y encontrar un etnpleo intcre-;antc.'' Volviendo a tni pregunta anterior sobre qué aconsejaría para incentivar la innovaciórt en Latinoan1érica, Gates continuó: "En segundo lugar, hay que mejorar la calidad de la educación en las uni­ versidades. Y eso requiere ser n1uy selectivo. Un país puede decir que todas sus universidades son buenas. Pero hay que escoger algunas que sean únicas en sus áreas, con10 1a n1edicina y las ciencias. Porque nadie puede lograr todo en todas las carreras". Cates adn1itió que es polítican1ente difícil para los gobiernos privilegiar a algunas universi-
  • 25. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE dades y convertirlas en centros de estudio para una elite, pero insistió en que es necesario hacerlo, porque de lo contrario es difícil sobre­ salir en nada. En síntesis, Gates afirmó que el apoyo gubernamental y privado, la protección de la propiedad intelectual, el capital de riesgo y varios otros factores son importantes para que los países puedan incentivar la innovación. "Pero la clave de todo es la educación, la calidad de la educación -dijo-. De otra n1anera, ¿cón10 se explica que Estados Unidos, con todas sus desventajas en n1ateria de altos costos de defen­ sa, legales y de salud haya tenido tanto éxito' Se debe a la educación secundaria y universitaria. Ése es el secreto." STIGLITZ, "LA ESTRATEGIA MÁS IMPORTANTE" Cuando entrevisté al premio Nobel de EconomíaJoseph Stiglitz, el autor de El nialestar de la ,globalización y un ídolo de 1nuchos latinoa- 1nericanos por sus críticas al Fondo Monetario Internacional, el Ban­ co Mundial y al capitalismo desregulado de fines del siglo xx, estaba curioso por saber si Stiglitz coincidía con la necesidad de aun1entar la competitividad de los países en desarrollo n1ediante una rnayor inver­ sión en educación. ¿Estaba de acuerdo con la teoría de que l,a clave del crecimiento y la reducción de la pobreza en Latinoan1érica era la educación, o se trataba de otra de las tantas recetas equivocadas del Fondo Monetario Internacional, los ecuno1nistas ortodoxos y n1ag­ nates con10 Bill Cates? Para mi sorpresa, Stiglitz apoyó la idea sin reparos: en la econo­ mía global que vendrá después de la crisis que empezó en 2008, la educación, la ciencia y la tecnología serán las claves del desarrollo económico de la región. "Todo parece indicar que la educación será aún n1ás in1portante que antes -señaló�. Un aspecto oculto de esta crisis es que, adc­ n1ás de ser financiera y econórnica, rnarca un punto de quiebre en la econon1ía global, un desplazan1iento en las vent:�as con1parativas. 26
  • 26. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE Para prosperar, para ser competitiva, América Latina debe moder­ nizar sus habilidades y mejorar su tecnología. Creo que ese tipo de estrategia es la más importante."23 Stiglitz continuó: "El mundo se ha vuelto más competitivo, por­ que la torta (de la economía mundial) se ha reducido, y los países se están disputando ferozmente sus cuotas de mercado en el exterior. Pero aun cuando nos recuperemos, la crisis será un punto de demar­ cación en la transición de la economía global. Hace 100 años pasa­ mos de la agricultura a la manufactura, y la Gran Depresión (de 1930) es muchas veces vista como el punto de den1arcación entre an1bos periodos. Ahora nos estan1os n1oviendo de la n1anufactura a una eco­ nomía de servicios, y esta crisis puede ser, nuevamente, un punto de demarcación global. Y eso significa que los países realmente deben prepararse, tener los conocimientos y habilidades para competir en un mercado global". SÓLO 27 POR CIENTO DE LOSJÓVENES EN LA UNIVERSIDAD En Latinoan1érica, a pesar del enorme aumento de la población estu­ diantil en las últin1as décadas, la buena educación secundaria y uni­ versitaria es un fenómeno linlitado a unos pocos, y las buenas escuelas son la excepción. Apenas 27 por ciento de los jóvenes en edad uni­ versitaria en América Latina están en la universidad y otras institucio­ nes de educación terciaria, cotnparado con 69 por ciento en los países industrializados, según datos de la OCDE. Más específican1ente, sólo 20 por ciento de los jóvenes brasileños, 24 por ciento de los mexi­ canos, 25 por ciento de los colombianos, 31 por ciento de los perua­ nos, 40 por ciento de los venezolanos, 42 por ciento de los chilenos y 60 por ciento de los argentinos se inscriben. Y en la mayoría de los den1ás países latinoarnericanos se recibe un porcentaje n1ínitno.24 ¿Por qué tan pocos llegan a la universidad? La respuesta es rela­ tivan1ente simple: por la 1nala calidad de la educación primaria y secundaria. Aunque existe un consenso entre los expertos de que 27
  • 27. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE la nueva economía del conocimiento requiere que los países tengan poblaciones con por lo menos 12 años de educación formal para dar­ les las herramientas con que competir en la economía global, en Lati­ noamérica el promedio de escolaridad es de apenas seis años, o sea la mitad.25 El estado edilicio de las escuelas primarias da una pauta del problema: 20 por ciento de las escuelas latinoamericanas carecen de agua potable, 33 por ciento no tienen baños suficientes, y 63 por ciento no tiene sala de con1putación.:?ú EXÁMENES INTERNACIONALES, ENTRE LOS ÚLTIMOS PUESTOS Los exán1enes que corr1paran los niveles de conocin1iento de jóvenes de la n1isn1a edad confirrnan que el promedio de los estudiantes lati­ noan1ericanos está entre los peores del n1undo. En el Progra111a Inter­ nacional par:1 la Evaluación de Estudiantes (PISA), un test estandarizado que nlide a los estudiantes de 15 años en n1ate1náticas, lenguaje y cien­ cia, los estudiantes de Hong Kong, China, pron1ediaron 550 puntos en 1naterr1áticas, 510 en lenguaje y 539 en ciencias; los de (:orea del Sur 542, 534 y 538, respectivamente, y los niños de Estados Unidos pro­ n1ediaron 483, 495 y 491 puntos. Comparativamente, los estudiantes de México, Brasil, Chile, Argentina y Perú pron1ediaron alrededor de 400 puntos, y en algunos casos rnucho rnenos. En el Estudio Internacional de Tendencias en Maten1áticas y Ciencias (TIMSS), que 1nide a los estudiantes de octavo grado, los úni­ cos dos países latinoan1ericanos que participan -C:olo111bia y Chile­ tern1inan entre los últirr1os de la lista. En el Estudio del Progreso en Alfabetización y Lectura Internacional (PIRLS), que cxan1ina a los estu­ diantes de cuarto grado en lectura, los únicos dos países de América Latina que participaron son Argentina y Colombia. Argentina tern1i­ nó en el lugar número 30 de 35 participantes, y Colombia en el 31. Para serjustos, hay que aplaudü a los países que participan en estos exán1enes internacionales, aunque salgan nial parados en sus resulta­ dos. ()tros, con10 C:uba, se resisten a ser co1nparados con el resto del 28
  • 28. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE rnundo y no permiten la realización de estos exán1enes en sus terri­ torios, privilegiando sólo los tests que les convienen. "Hay que tener agallas políticas para participar en estos tests glo­ bales -me dijo Marcelo Cabro!, experto en educación del BID­ . Hay que darle crédito a México, por ejemplo, porque sabía que le iba a ir n1al en el PISA, pero consideró que era muy in1portante, para tener un diálogo educativo informado, mostrar hacia el inte­ rior de México cón10 le iba a los n1exicanos en este test global. Los mexicanos han usado esa inforn1ación para mejorar lo que hacen en n1ateria educativa, para generar un debate interno. Los países que no participan no tienen este debate interno."27 ¿Y para qué sir­ ve este debate interno? "Principaln1entc, para que los países tomen conciencia del estado de sus sisten1as educativos y hagan algo al res­ pecto", agregó. TENEMOS LAS VACACIONES MÁS LARGAS DEL MUNDO ¿Son n1ás inteligentes los jóvenes asiáticos? ¿Por qué sacan mucho n1ejores notas que los latinoa1nericanos en estos exárnenes internacio­ nales? Los expertos han estado tratando de dilucidar durante décadas si el secreto de la superioridad acadén1ica de los niños asiáticos está en la cultura farniliar de la educación que reciben desde las épocas de Confucio o en n1ejores sisten1as educativos. Sin en1barg0, cada vez más, están llegando a una conclusión rnucho rnás sin1ple: los niños asiáticos estudian rnás porque tienen n1enos vacaciones. Mientras que el año escolar tiene 243 días en Japón, 220 en Corea del Sur, 216 en Ismel, 200 en Holanda, 200 en Tailandia y 180 en Estados Unidos, en los países latinoamericanos el año escolar -cuando se incluyen los días feriados, los "puentes" y las huelgas de 111aestros- suele ser de 160 días. En Uruguay el año escolar oficial es de 155 días, en Argentina de 180, en Chile de 190, y en Brasil y Iv1éxico c1, de 200 días. Pero en la realidad, en varios de estos países no llega a 160 días, y en algunas provincias apenas alcanza los 130.�H 29
  • 29. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE Cuando comencé ajuntar estas estadísticas, la conclusión de que los países quemás rápido están progresando son los quetienen menos vacaciones escolares me pareció un tanto simplista. No puede ser tan sencillo, pensé. Sin embargo, los estudios de Karl Alexander, un pro­ fesor de sociología de la UniversidadJohns Hopkins que se ha dedi­ cado a investigar los motivos por los cuales algunos estudiantes sacan mejores notas que otros, dan qué pensar. Alexander siguió durante varios años el desempeño de 650 niños de primer grado de prima­ ria del distrito escolar de Baltimore, y comparó sus resultados en un exa1nen anual que se les dio a todos ellos periódicamente. Alexander descubrió que rriientras los niños de fan1ilias humildes y de familias acaudaladas habían sacado notas muy parecidas en pri­ mer grado, con el tiernpo la brecha se iba ensanchando. En cuarto gra­ do, los niños de familias adineradas ya tenían una gran ventaja sobre los que provenían de hogares pobres. ¿Dónde se producía el punto de quiebre? Alexander descubrió que los niños de familias más adinera­ das no aumentaban su ventaja durante el año escolar, sino durante las vacaciones. Sus exámenes n1ostraban que, 1nientras los niños de hoga­ res humildes regresaban a la escuela tras las vacaciones de verano con el mismo puntaje en comprensión de lectura -o menor- que tenían al finalizar el año lectivo anterior, los niños de hogares 1nás pudien­ tes volvían a la escuela con niveles de lectura que habían subido 52.49 puntos, porque sus padres los enviaban a cursos de verano o a c;:nnpa­ mentosjuveniles donde les daban tareas que incluían la lectura. O sea, casi toda la ventaja de les niños de farnilias n1ás pudientes era produc­ to de lo que aprendían durante las vacaciones de verano. «Estamos mirando este problen1a al revés -escribe Malcolm Gladwell en su reciente libro Sobresalientes: La historia del éxito-. Estamos dedicando una enorme cantidad de tiempo a discutir sobre si hay que reducir el nún1ero de niños por clase, si hay que reescri­ bir los programas escolares, si hay que darle una nueva laptop a cada niño y si hay que aumentar el presupuesto escolar, todo lo cual ton1a por sentado que hay algo fundamentahnente erróneo en la n1anera en que están funcionando las escuelas. Sin cn1bargo, si n1ira1nos lo 30
  • 30. HAY QUE MIRAR PAR.A ADELANTE que ocurre durante el año escolar, veremos que las escuelas funcio­ nan. El único problema con la escuela, para los niños que se están quedando atrás, es que no hay suficiente tiempo de escolaridad."29 Si aceptarnos esta teoría, uno de los principales motivos por el que los niños latinoamericano-: saé:an puntajes tan bajos en los exá- 111enes internacionales es porque tienen poquísin1os días de clase. Si sus pares asiáticos -que en muchos casos tienen rnás de 60 días por año de clases que el promedio latinoamericano- sacan mt1cho n1ejores puntajes, no se puede descartar que haya una relación direc­ ta entre el rendin1iento acadén1ico de los niños y la duración del año escolar. EN CHINA, LOS NIÑOS ESTUDIAN 12 HORAS POR DÍA Pero además de estudiar 1nás días por año, los jóvenes asiáticos estu­ dian n1ás horas por día. Con10 lo veren1os en los capítulos siguientes, una de las cosas que n1ás n1e in1presionó en mis viajes a China, India y Singapur para la investigación de este libro fue visitar escuelas priva­ das de tutoría nocturna, donde los niños van a estudiar después de la escuela, hasta altas horas de la noche. Millones de niños chinos están estudiando 12, 13 y hasta 14 horas por día. Para tni enorine sorpresa, cuando les preguntaba a los nillos por qué estaban allí, n1uchas veces rne encontré con que no era porque 1es estaba yendo n1al en la escue­ la, sino todo lo contrario. Ivlucho.:; de ellos iban a la escuela de tutoría privada de noche porque querían n1ejorar sus notas y poder aspirar a entrar en una n1ejor escuela secundaria o universidad. En todas estas visitas, le pedí a los niños que n1e relataran un día normal de su vida. En la mayoría de los casos me contaban que iban a la escuela entre las 7:30 de la maüana y las 3:30 de la tarde, luego tenían clases especiales después de su horario en la escuela hasta las 4:40 o cinco de la tarde, y posteriorn1ente iban a centros de tutoría privados, donde estudiaban hasta las ocho, nueve o diez de la noche. No era un cuento chino. Lo vi con n1is propios ojos: allí estaba11 los 31
  • 31. HAY <::!UE MIRAR PARA ADELANTE niños, estudiando en sus pupitres, en n1uchos casos con los misn1os uniforn1es escolares con que habían salido de sus casas al a1nanecer. América Latina aumentó significativamente la cobertura educati­ va en las últimas décadas, lo que es loable. Sin embargo, muchos países no lo hicieron constn1yendo más escuelas, sino acortando las horas de estudio y acon1odando más estudiantes en las ya existentes. (;anamos en cantidad, pero perdimos en calidad, en lugar invertir en an1bas. La brecha de horas dedicadas al estudio entre Asia y Latinoan1é­ rica debería ser un escándalo nacional en nuestros países. Sin ernbar­ go, hay rnuy pocos países de la región en que el rezago educativo es un tema central de la agenda política nacional. ¿El n1otivo? Vivin1os mirando el pasado. LA OBSESIÓN LATINOAMERICANA CON LA HISTORIA Al regreso de estos viajes no pude dejar de concluir: rnientras los asiá­ ticos están guiados por el prag1natisn10 y obsesiona<los con el futuro, los latinoamericanos estan1os guiados por la ideología y obsesionados con el pasado. La diferencia es asornbrosa. F,n los cientos de entre­ vistas que realicé en estos viajes, rara vez -en rigor, no recuerdo ninguna vez- algún funcionario n1e señaló que su gobierno esta­ ba adoptando tal o cual política porque así lo había propuesto algún prócer siglos atrás. La rrlirada <le los asiáticos está puesta en el futu­ ro. Su obsesión es córno volverse 1nás con1petitivos, gan�1r posiciones en la economía mundial, reducir la pobreza y elevar el nivel de vida de sus poblaciones. En A1nérica Latina está ocurriendo exacta111en­ te lo contrario. Tal con10 n1e dijo el ex presidente brasileño Fernan­ do Henrique Cardoso, "en Latinoamérica hay una obsesión con el pasado. La idea de que los vivos están guiados por los muertos está 1nuy viva en la región".-'º Estando en Hong Kong en 2009, me enteré· de que la ciudad de Shanghai acababa de adoptar nuevo� libros de texto escolares de historia que resaltan figuras con10 J. P. Morgan y Bill (�ates, insti-
  • 32. HAY QUE J.t!RAR PARA ADELANTE tuciones con10 el rnercado de valores de Wall Street y adelantos tec­ nológicos como el vi,�e a la Luna o el tren bala de Japón. En lugar de estar enfocados en guerras o conflictos ideológicos del pasado, los nuevos libros de texto de la China con1unista enfatizan el creci­ n1iento econón1ico, la innovación y la globalización. En los nuevos textos escolares de Shanghai, la historia del co1nunisrno chino antes de las reforn1as capitalista,;; de 1978 se reduce a un párrafo. Mao Tse­ Tung es n1encionado sólo una vez, tangcncialtncnte, en un capítu­ lo sobre buenos modales en la política. l ¡Qué ironía! Mientras los cornunistas chinos estaban carnbiando sus libros de texto para cnfa­ tizar v:1lores corno la co111petitívidad y la innovación, en Venezuela el presidente Hugo (�hávez estaba aprobando una ley para introducir la "Educación Bolivariana", que can1biaría todos los libros de tex­ to para resaltar las ideas del héroe de la independencia venezolana o, por lo n1enos, las ideas que Chávez pretendía in1poner en non1bre del prócer de la independenci�l de su p,lÍs. Hay pocos 111andatarios que ejernplifiquen esta obsesión con la historia tan cabalrncnte corno Chávez, quien pronuncia sus inter111i­ nables di'icursos al país frente a un in111en50 retrato de Sin1ón BolívJ.r, citándolo constanten1ente corno fuente de inspiración de casi todas sus n1edidas de gobierno, y hasta can1bió el non1bre del país -inclu­ yendo toda la papelería del gobierno- por el ridículan1ente largo "República Bolivariana de Venezuela". Según sus ex colaboradores, incluso deja una silla vacía en sus reuniones de gabinete para que esté presente "el espíritu del Libertador". C::hJvez ha in1puesto el culto a L3olívar en todos los rincones de la vida cotidiana en Venezuela, incluso en las jugueterías. En 2009 ordenó la fabricación de rnuñecos de Bolívar para re1nplazar a héroes infantiles con10 Superrr1án, Batrnan y Barbie. En su progran1a de tele­ visión sen1anal Alá Presidente, transnütido desde el palacio presi<lencial de Miraflores el 8 de 1narzo de ese año, n1ostró orgullosan1ente a las cdn1aras bocetos de su propuesta para fabricar nn11lecos de Bolívar, Sucre, Manuelita Sáenz, Francisco de i'v1iranda y varios otros héroes nacionales, con10 parte de lo que calificó una "lucha cultural" para
  • 33. HAY ()UE MIRAR PARA ADELANTE "batallar" contra Supermán y otros agentes del in1perialisn10 norte­ an1ericano. Independienten1ente de los méritos o las falencias de Bolí­ var, los pobres venezolanos lo tienen hasta en la sopa. DESENTERRANDO A LOS MUERTOS En 2010, Chávez hizo desenterrar los restos de Bolívar, que habían estado descansando durante ruás de un siglo en el Panteón Nacional, para investigar las causas de su lllUt'Tte. "Hen1os visto los restos del gran .Bolívar. Confieso que he111os llorado", anunciaba (�hávez horas después, rnicntras tnostraba la ceren1onia de cxhun1ación de los restos en cadena nacional. El rnan<latario anunció al país que, tras la apertura del sarcó(1go, se habían encontrado adentro una bota y los restos de una can1isa del Libertador, aden1ás de sn "dentadura perfecta". Días después, C�hávez anunció que construiría un nuevo panteón con un sarcófago de cristal y oro para Bolívar, que sería inaugurado en 2011, según informó el periódico El U11ivcrsal el 16 de julio de 2010. En 2008, Chávez había anunciado la creación de una Conl.Í­ sión Presidencial para hacer una "investigación científica e históri­ ca" sobre la n1uerte del Libertador. [)ecretó que la ruuerte <le Bolívar el 17 de dicie111bre de 183() en la ciud,1d colon1biana de Sanca Mar­ ta había ocurrido en circunstancias "extrañas'', insinuando que no había n1uerto de tuberculosis -con10 dicen los libros cie historia-, .,ino que podría h;1ber sido asesinado por "la olig¡irquía colo1nbiana". Chávez ordenó que la fla111ante coruisión exhun1ara los restos de Bolívar, que habían sido trasladados de C_�olornbia a Venezuela en 1876, y verificara si eran auténticos o si Colon1bia había enviado los despojos de algún otro mortal en lugar de los del Libertador. "Duran­ te rnucho tien1po pensan1os que Bolívar salió a 1norirse y que iba doblado en la cabalgadura, por la vida y la enfCr111edad. Pues no, no fue así, nada 1n;ls lejos de la verd1d", aseveró c:hávez en su discurso de n1ás <le cinco horas en ocasión del 177 aniversario de la 1nuerte <le Uolívar, en dicie1nbrc de 2007. 34
  • 34. HAY QUE i11RAK PARA ADELANTE La propensión a desenterrar n1uertos no era una particularidad del 1náxin10 líder venezolano. En Ecuador, el presidente Rafael Correa -cuyo lema de carnpaña había sido "La Patria Vuelve", en referen­ cia a l os principios que habían guiado al ex presidente del siglo XIX José Eloy Alfara- dedicó buena parte de sus energías durante sus prin1eros meses en el poder a lograr el traslado de los restos de Alf..1ro desde Guayaquil a Montecristi. El problema era que la hija de Alfa­ ro había dicho que la última voluntad del ex presidente había sido que sus restos descansaran en Guayaquil y no en J.1ontecristi, su ciu­ dad natal. Durante 111cses, Ecuador estuvo pendiente del tenia. Muchos colun1nistas de los principales periódicos ecuatorianos, en lugar de estar discutiendo córno 111ejorar la educación, aun1en­ tar las exportaciones o atraer inversiones extranjeras, se enfrascaron en virulentas disputas sobre el destino de los restos de Alf.:1.ro. Final­ n1ente, se llegó a una decisión salon1ónica: una parte de las cenizas pern1anecerían en Guayaquil y otra parte sería trasladada a Monte­ cristi. "Con esto se terniinarán las confrontaciones", anunció triunfal­ n1ente el entonces n1inistro de Transportes y Obras Públicas, Héctor Villagrán. El gobierno construyó un mausoleo de 350 000 dólares en Montecristi, y el presidente Correa presidió la solernne cerernonia del trJslado, que paralizó al país durante varias horas. ·12 En Argentina, el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner hizo desenterrar los restos del generalJuan l)onlingo Perón -que n1urió en 1974- para trasladarlos de un cetnenterio en Buenos Aires a un nue­ vo 111ausoleo a unos 50 kilón1etros �11 suro:::stc de la ciudad. La solen1ne caravana fúnebre, escoltada por 120 granad.eros a caballo, recorrió las calles 1nientras n1iles de adrniradores saludaban el cortejo con cánticos de "Perón vive". Durante LJ- caravana hubo disparos y varios heridos en una conffontación entre grupos rivales. Los canales de televisión inte­ rru1npieron su progran1ación habitual y transrnitieron todos los detalles del cortejo. No bien desaparecieron los titulares sobre la violencia des­ at,1da, surgió un debate en el país sobre si la nntier de Perón, la legen­ daria Evita, enterrada en el cernentcrio capitalino de la 1-lecoleta, no tendría que estar enterrada con su 111ar1do, en su nueva 111orada.
  • 35. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE En el vecino Uruguay, el gobierno del ex presidente Tabaré Váz­ quez envió al Congreso en 2009 un proyecto de ley para trasladar los restos del prócer José G. Artigas de "su frío mausoleo de bronce y n1ármol" a uno nuevo en lugar cercano, porque el actual había sido construido durante la dictadura militar en 1977. Era urgente rescatar a Artigas, que había nacido hacía 245 años, del "mausoleo al que lo recluyó el autoritarismo", dijo el presidente al anunciar el proyecto.-. De inrnediato se produjo un acalorado -y an1argo- debate nacio­ nal. Los opositores a la medida alegaron que los restos del prócer ya habían sido trasladados cinco veces, y que el héroe n1erecía descan­ sar en paz. Hubo varias n1anifestaciones de protesta, incluyendo una 1narcha ecuestre de unos 100 jinetes representantes de varias socie­ dades criollas del país que cabalgaron 400 kilómetros en protesta por la intención de 1nover los restos del prócer. Finalrnente, para aplacar los ánirr1os, Vázquez anunció a fines de 2009 que se suspendería ten1- poralmente el traslado de los restos con el objetivo de "avanzar con el diálogo" hacia una "respuesta adecuada". SACANDO A PASEAR ATAÚDES En Centroamérica, los presidentes se piden prestados los restos de sus próceres para enterrarlos te1nporaln1ente en sus países o <;acarlos a pasear un rato por su territorio. No es bro1na. El 18 de n1ayo de 2009 el entonces presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en una ccrc111ot1Ía de intercan1bio de condecoraciones, ·'solicitó a su hotnólogo sa.lv,H_io­ reño, Antonio Saca, que le entregara los restos del prócer de la unión centroamericana Francisco Morazán" para sepultarlos te1nporahnente en la capital hondureña de Tegucigalpa, según inforn1Ó la agencia Fran­ ce Press. "La idea de Zelaya es que los restos de Morazán recorran los seis países centroamericanos", inforn1aba la agencia El'E el 1nisn10 día. El general Morazán había nacido en Tegucigalpa en 1792, y fue tllsi­ ]ado el 15 de septiembre de 1842 en Costa Rica, pero a petición suya sus restos fueron sepultados en El Salvador, se1lalaba el cable 11otic1oso. 3<,
  • 36. HAY QUE MIRAR. !-'ARA ADELANTE Saca, el presidente salvadoreño, no soltó el ataúd. En su país, en una rara rnuestra de unidad nacional, todos los líderes políticos salie­ ron en su respaldo, y semanifestaron airadamente en contra del "prés­ ta1no" de los restos de Morazán. La agencia France Press informaba el 19 de mayo que "intelectuales y políticos de El Salvador califica­ ron de 'ilegal' e 'in1procedente' la petición del presidente hondureño, Manuel Zelaya, de pedir que los restos del prócer de la unión cen­ troan1ericana sean llevados ten1porahnente a Honduras". El director de la Iliblioteca Nacional, Manlio Argueta, dijo que la petición de Zelaya no era justificable porque Morazán había dejado escrito en su testan1ento que debería ser sepultado en El Salvador. El director del 111useo de la Universidad Tecnológica, Ilarnón Rivas, dijo que "si se tratara de transportar los restos de 11orazán a una capilla, a una cate­ drcil, es otra cosa. Pero ya hablar de préstan10, eso tiene otro tinte. No se puedejugar con los restos de un personaje histórico", decía un cable de la AFP. Muy pronto, el debate subió de tono. "¿Pode1nos regalar a Mora­ zin?", preguntaba el título de una colun1na indignada en el periódi­ co La J)re11sa c;r4fíca de El Salvador. El texto anunciaba que 111uchos lectores estaban escribiendo cartas diciendo que si se entregaban los restos de Morazán, nadie podría asegurar que Honduras no vendría a exigir en préstarno el territorio del departan1ento de Morazán, en El Salvador. Los hondure11os replicaron que Morazán -el prócer- era patrin1onio "de todos los centroarnericanos". Lo que h;:ibía crr1pezJ­ do con10 un intcrca1nbio de condecoraci,)nes entre a1nbos presiden­ tes pronto se convirtió en un conflicto diplo1nático, que despertó fi1ntasn1as de viejas disputas con10 las que habían llevado al conf1ic­ to arrnado, conocido con10 la Guerra del Futbol, entre an1bos países en 1969. En lugar de estar discutiendo sobre cón10 pro1nover la inte­ gración centroa1nericana para crear un n1ercado n1ás grande y con1- partir recursos para elevar las tasas de escolaridad de sus países, qne están entre las n1ás bajas del inundo, los 1nandatarios estaban force­ jeando por el ataúd de un gener;:il que -1nás; allá de sus:; rnéritos­ había 1nuerto hacía casi dos siglos.
  • 37. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE BOLÍVAR MURIÓ ANTES DE LA INVENCIÓN DEL TELÉFONO El ex presidente brasileño Cardoso puso el tema sobre la fijación latinoamericana con el pasado en su dimensión correcta. Según él, "Perón, Bolívar, todos ellos eran gente quejugó un rol in1portantísi­ n10 en su tien1po. Pero, por I)ios, rrllremos para adelante. Mirar síen1- pre hacia atrás produce n1uchas lin1itaciones. El inundo es otro, y la gente no lo ve". Ef"ectivan1ente, aunque la historia es in1portante, y todos los países necesitan saber <le dónde vienen -y a veces requie­ ren de n1itos cohesivos para ayudar a türjar su identidad nacional-, es contraproducente tornar al pie de la letra la� recetas econón1icas y políticas de los héroes de la independencia o de presidentes de siglos pasados para to111ar decisiones nacionales de hoy. Vivi111os en otro mundo, con realidades 111uy diferentes. Bolívar probablen1ente fue un gran ho1nbre en <;U tie1npo, pero n1urió en 1830, o sea rnás de 40 aüos antes de la invención del telé­ fono, y 150 aflos antes de la invención de la internet. Morazán rnurió en 1842, tres décadas antes de que Alexandcr Graha1n Bell hiciera el priiner lLunado teletünico a su asistente Tho1nas Vatson en 1876 y le dijera: "Mr. Watson, venga aquí. Quiero verlo", y n1ás de un siglo antes del surgin1iento de la internet. En tanto, el gene­ ral Lázaro C:árdcnas, de lvléxico, 1nurió en 1970, 14 allos antes de la inserción de la intcrnet, y Perón, en 1974, 10 ari.os antes de la apa­ rición de la internet. ¿(�ué pueden decirnos ho�," Bolívar, Morazán, Perón, Cárdenas Y t:intos otros en una econo111ía globaliz.1d.1 en que todo can1bia en segundos por la revolución de las cornunicaciones? (�on10 pro­ puestas concretas, n1uy poco. No hay nada de malo en que los paí­ ses exan1inen su pasado, honren a sus héroes, y a veces idealicen a sus próceres, pero si la pasión necrológica consun1e gran parte del discurso político y la energía de sus gobiernos, se convierte en un factor paralizante para la construcción del futuro, o por lo n1enos uno que desvía la atención sobre los te1nas que deberían ser prio­ ritarios. 38
  • 38. HAY QUE J111lAR .. PARA ADELANTE EL USO POLÍTICO DE LA HISTORIA Está claro que buena parte de la obsesión con el pasado tiene una fina­ lidad política: justificar acciones que serían difíciles de explicar si no estuvieran envueltas en un manto de presunta legitin1idad histórica. Al igual que Fidel Castro to111ó lo que 111ás le convenía de los discur­ sos del prócer cubanoJosé Martí para avalar una dictadura en non1bre de la defensa de la soberanía nacional, Chávez ha escogido selectiva­ n1ente los escritos de Bolívar con los 1nisn1os propósitos autoritarios. Chávez invoca al Bolívar que en su célebre discurso de Angos­ tura, el 15 de febrero de 1819, expresaba: "T)ichoso el ciudadano que bajo el escudo de las arn1as de su rnando ha convocado a la Sobera­ nía Nacional para que ejerza su voluntad absoluta". J:>ero no rnencio­ na que en ese 1nisn10 discurso Bolívar dijo: "La continuación de la autoridad en un n1isn10 individuo frecuente111ente ha sido el térn1i­ no de los gobiernos deu1ocráticos [...j Nada es tan peligroso con10 dejar per111aneccr largo tien1po a un n1isn10 ciudadano en el poder. El pueblo se acostun1bra a obedecerle y él se acostun1bra a rr1andar­ lo, de donde se origina la usurpación y la tiranía". El uso político de la historia no es una estrategia exclusiva de los caudillos 1nilitares. En Argentina, el ex presidente Néstor Kirchner y su 111ttjer, Cristina Fernándcz de Kirchner, se presentan al país con10 los; legítin1os herederos Je Perón y Evita.. En ivléxico, el líder oposi­ tor Andrés Manuel López lJbrador evoca los discursos de (:árdenas paraju�tificar su oposición a ia apertura del sector petrolero 1nexic:1- no a la inici.itiva privada. (�on la excepción de Brasil, la 1nayoría de los gobiernos latinoarnericanos buscan justificar su hoja de ruta en los legados del pasado, n1á6 que en los requerirnientos del futuro. La fijación con el pasado va rnucho n1ás allá de los gobiernos. Se trata de algo firn1e111cnte enrai?ado en la cultura de n1uchos paí­ ses latinoan1cricanos. En la ciudad de l'v1éxico, basta n1irar los 110111- bres de sus principales calles -l-léroes; de la Ttcvolución, RefOrrna o Insurgentes- o ver el pro1nincnte lugar que ocupan los histori:i­ dores en los debates políticos de la tclc·isión para advertir el enor111e
  • 39. HAY QUE MIR.AR PAR.A ADELANTE peso de la historia en la vida cotidiana de los n1exicanos. Basta entrar en cualquier librería de México, Argentina, Chile, Perú o Colombia para ver que las secciones de novelas históricas y ensayos históricos son mucho más grandes que otras. No en vano las listas de best-sellers latinoamericanos están encabezados por novelas históricas. No rne malentiendan: no subesti1110 la itnportancia de la histo­ ria ni de los historiadores. Al contrario, soy un asiduo consun1idor de novelas históricas y de ensayos políticos que usan el pasado para tratar de explicar el presente. Sin e1nbargo, se nos ha ido la n1ano. (�uando las grandes universidades latinoa111ericanas tienen tres veces n1ás estudiantes <le historia que de ciencias de cornputación, cuan­ do los gobiernos le dedican 111.ís atención a lo que decían los próce­ res que a quienes estudian las tendencias del futuro, cuando la prensa -y la sociedad en general- se enfrasca en polé,nicas sobre dónde enterrar a los héroes del siglo XIX en lugar de debatir dónde poner a estudiar a los niños del siglo XXI, tene,nos un proble111a. OílAMA, '·HE VENIDO AQUÍ A LIDIAR CON EL íUTURO" No pude evitar aplaudir para n1is adentros cuando, en la cerernonia de apertura de la Cun1brc de las An1ér1cas de 2009 en Trinidad y Toba­ go, n1e tocó escuch:�r cón10 Barack ()ba111a respondió a los presiden­ tes de Argentina y Nicaragua, que nunutos antes h:1bían pronunciado apasionados discursos centrados en el pasado. La cu111brc. que era el prin1er encuentro del f1a111ante pre'11dentc nortea,ncricano con líde­ res latinoainericanos y caribeños, se había iniciado el 17 de abril Je ese año con tres discursos inaugurales: el de la presidenta de Argen­ tina, en su calidad de jefa de Estado del país donde se había realiza­ do la últi111a cumbre hemisférica, el del presidente de Nicaragua, en su calidad de representante de Centroa,nérica, y el del prcs;identc de Estados Unidos. La presidenta argentina �que a pesar de los esfuerzos de su can­ cillería no había logrado una reunión privada con ()ban1a, quien en 40
  • 40. HAY QUE l'vHRAR .. PAl-l...A ADELANTE can1bio se reuniría con los presidentes de Chile, Perú, Colon1bia y Haití- habló durante 10 n1inutos, y su discurso se enfocó en la his­ toria de las relaciones de Latinoamérica con Estados Unidos. Tras un repaso histórico que sugería que la culpa del atraso latinoamericano no era de los latinoamericanos, ter1ninó con una defensa entusiasta de la Cumbre de las Américas de Mar del Plata en 2005, uno de los puntos n1ás bajos en las relaciones latinoan1ericanas con Washington, en que su 111arido -el entonces presidente Kirchner- había hun1i­ llado públican1ente a su huésped (;corge W. Bush, que a pesar de su desastrosa gestión no dejaba de ser un presidente invitado a la cu111bre. Acto seguido, le tocó hablar al presidente nicaragüense Daniel ()rtega. Ignorando por co1npleto la agenda oficial, según la cual nin­ gún discurso debía exceder de 10 n1inutos, ()rtega se enfrascó en una perorata <le 52 n1inutos, en que hizo un recuento de todas las injeren­ cias de Est;:1.dos Unidos en An1érica Latina y el Caribe desde conlÍen­ LOS del siglo XIX. Cuando le tocó hablar, una vez finalizada la diatriba de ()rtega, Oban1a subió al podio con una sonrisa cordial y con1enzó con una bron1a de la invasión a Bahí:1 de C�ochinos. "Estoy n1uy agradeci­ do que el presidente ()rtega no n1e haya culpado personaltnente por cosas que pasaron cuando yo tenía tres rneses de edad", dijo en tono de carnaradcría, arrancando sonrisas en la sala. Acto seguido, C)barna reconoció que Estados Unidos había hecho cosas buenas y n1alas en e-1 pasado, pero anunció que había llegado el 111ornento de dejar atrás debates cstt·riles y concentrar'ie en el futuro. "No he venido aquí para debatir el pas,1do. lle venido aquí J lidiar con el futuro", dijo, y dedicó el resto de su discurso -que duró ocho 111Ínutos en total, el tnás Gorto de todos- a proponer planes conti­ nentales para reducir la. pobreza y n1ejorar la calidad de vida. Cuan­ do lo escuché junto a otros periodistas que cstában1os observando la escena en los rnonitores de un salón adjunto, n1uchos intercan1bian1os una sonrisa de aprobación. c-:on una sola frase, lJban1a había desbara­ tad.o los discursos "retro" de Fcrn:u1dez de Kirchner, y C)rtega. (:¿ui­ z:í. sin proponé-rselo, h:1bía dado en el claYo. �l
  • 41. HAY CJUE i.11R.AR 1-'ARA ADELANTE ÓSCAR ARIAS Y EL MODELO NARCISISTA-LENINISTA Casi al finalizar la cumbre, el 18 de abril, el presidente de Costa Rica y Premio Nobel, Óscar Arias, improvisó palabras rr1e111orables, y 111ás explícitas que las de Obama. Acababa de hablar el presidente ecua­ toriano rlaf:1el Correa, quien había dado una intern1inable perorata antiin1perialista; Oban1a, con10 lo había hecho durante to<la la cun1- bre, escuchaba pacienten1ente y to1naba notas, inn1utable. Cuando le tocó el turno a Arias, el presidente costJrricense con1enzú diciendo: "Tengo la irnpresión de que cada vez que los países caribet1os y lati­ noa111ericanos se reúnen con el presidente de Estados Unidos[...] es para culpar a Estados Unidos de nue,tros 111ales pasados, presentes y futuros". Sin en1bargo, eso era un ejercicio estéril porque desviaba la atención de las responsabilidades propias. "Algo habrernos hecho mal los latinoan1ericanos -dijo Arias 111irando a sus colegas, y conti­ nuó-. No poden1os olvidar que A111érica Latina tuvo universidades antes de que Estados Unidos creara Harvard y Willian1 & I'v1ary, que son las prin1cras universidades de ese país. No podc111os olvi­ dar que en este continente, co1110 en el inundo entero, por lo incno, hasta 1750 todos los an1ericanos eran 1uás o rnenos iguales: todos eran pobres. c-:uando aparecela Revolución industrial en Inglaterra, otros paÍ<;l'. se rnontan en ese vagón: llen1ania, Francia, Estado, Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda -dijo-. Sin en1b1rgo, la Revo­ lución industrial pasó por Atnérica Latina corno un con1cta ·y no nos din1os cui:.�11t1. C:icrtan1ente perdin1os l.1 oportunidad [.. .] Hace 50 aI1os, México era n1ás rico que Portugal. En 1950, un país con10 I-3ra­ sil tenía un ingreso pcr cápita n1ás elevado que el de (�orca del Sur. Hace 60 años, Honduras tenía rnás riqueza per c(1pita que Singapur. Bueno, algo hicin1os nial los latinoarr1ericanos." "¿Qué hicirnos nial? -preguntó acto seguido-. Entre otras cosas, An1érica Latina tiene un pron1edio de escolarización de apenas siete allos, la región tiene uno de los índices de recaudación i111posi­ tiva más bajos del mundo y gasta la absunb cifra <le 50 000 mi1lones de dólares al ailo en arrnas y otros ga�tos nlilitarcs." 42
  • 42. HAY QUE !1!R.AR PAR.A ADELANTE "¿Quién es nuestro enen1igo? -rniró nuevarnente alrededor de la n1esa, y deteniéndose en el presidente ecuatoriano-: El enernigo nuestro, presidente Correa, es esa desigualdad que usted apunta con mucha razón, es la falta de educación. Es el analfabetismo. Es que no gastan1os en la salud de nuestro pueblo. Es que no crean1os la infra­ estructura." Adrnitiendo que el siglo xx1 será probablen1ente el siglo asiático -y no latinoan1ericano-, Arias concluyó: "Mientras nosotros segui- 111os discutiendo sobre ideologías, sobre todos los 'is1nos' -¿cuál es el n1ejor?, si el capitalisn10, el socialis1110, el con1unis1no, el liberalisrno, el neoliberalisn10, el socialcristianisn10�, los asiáticos encontraron un 'is1110' n1uy realista para el siglo XXI y el final del siglo XX, que es el pragn1atisn10". LA CEGUERA PERIFÉRICA La obsesión con la historia es ;ipenas una parte de los proble1nas de tün­ do de nuestros países para ingresar de lleno en la econo1nía del cono­ cin1iento del siglo XXI. ()tro gran proble1na es el aislamiento cultural, en el sentido a1nplio de la p;ilabra. Mientras que los chinos, los indios y n1uchos otros pueblos que están reduciendo la pobreza a pasos agi­ gantados viven nlÍrando alrededor suyo, para ver qué se está haciendo en el resto del inundo y copiar lo que 111:1s les conviene, en Latinoan1é­ rica lo usual es nurar hacia adentru. livirnos n1irá11donos e1 0111bligo. Mientras que China e India le ponen una alfo1nbra roja a las uni­ versidades de Estados Unidos y Europa, para que abran sucursales en sus territorios y cornpitan con las universidades locales, la n1ayoría de los países latinoan1ericanos -incluyendo a Brasil, Argentina y Vene­ zuela- ponen todo tipo de trabas para que las universidades extran­ jeras no puedan instalarse y expedir títulos en su territorio. La China co111unista, hasta hace poco uno de los países n1ás cerrados del n1un­ do, ya tiene -sin contar los 1nás de 1 000 progra111as de intercan1- bio universitario- 1nás de 170 universidades extranjeras que están
  • 43. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE autorizadas para dar diplomas válidos en el país.J4 India tiene 61 uni­ versidades extranjeras autorizadas para dar títulos conjuntan1.ente con instituciones locales, incluidas 23 de Gran Bretaña y 15 de Estados Unidos, además de ser el país que más estudiantes envía todos los años a estudiar a las universidades norteamericanas.Js El gobierno chino ha adoptado una política oficial de "interna­ cionalización de la educación" con el objetivo de que el país logre una rnayor inserción en la econornía global. Corno vercn1os n1Js adelante, la 1nayoría de las universidades nortearnericanas en China funcionan con los 1nisinos profesores y prograrnas de estudios de sus casas cen­ trales. Según 1ne explicaron funcionarios de la Universidad Interna­ cional de Florida, que tiene un ca1npus con rnás de 1 000 alurnnos en Tianjin para enseñar hotelería y turi�n10, la escuela no sólo fue inYita­ da por el gobierno chino para iniciar prograrnas conjuntos, sino que recibió 40 rnillones de dólares de las JUtoridades n1is1nas para cons­ truir sus edificios y pagar a sus pro±Csores allí. Según los directÍU� de la escuela, la licenciatura de cuatro años consta de los <los priine­ ros irr1partidos por profesores de la univer1,idad china, y los dos últi­ mos por profesores importados de Estados Unidos, que cnscrlan las rnisn1as n1atcrias que en su sede central, y en inglés. Y al final de la carrera, los estudiantes chinos reciben el 1nisn10 diplo1na que hubie­ sen recibido en Estados Unidos. Lo 1nisn10 ocurre con vari;1s carreras de posgrado en adniinistración de en1presas, estudios internaciona­ les y regionales: los chinos identifican áreas en las que están atrás de otros países e 1n1nediatan1entc buscan la for1na de atraer las n1cjores universidades extranjeras que puedan trasladar conocitnientos a su país, y proveer contactos internacionales para sus alun1nos. EL AISLAMIENTO ACADÉMICO En la n1ayoría de los países de An1érica Latina, por el contrario, l:i� universidades extrar�eras están prohibidas o carecen de pcrrnisos p�1ra <lar diplon1as habilitantes. Según Alan Adelinan, director del f)c.'p:1r-
  • 44. I-JAY QUE /.1JllAR 1-'AKA ADELANTE can1ento Latinoan1ericano del Instituto de Estudios Internacionales de Nueva York, existen sólo unas 35 universidades extranjeras con pre­ sencia en laregión, y la mayoría de ellas operan corno sucursales para los estudiantes de sus sedes centrales, ya que no están autorizadas para dar títulos válidos a los alun1nos locales. Incluso los progran1as de posgrados con1partidos con universidades extranjeras son raros. Aunque la u NAN1, la 111ejor universidad de Latinoan1érica en el ranking del Supll:'1nento de Educación Superior del Túncs de Lon­ dres, está tratando de recuperar años; de aislaniiento externo -corno vcren1os en el capítulo sobre i'v1éxico, su rector José Narro llobles está negociando a toda rnáquina acuerdos con universidades de Esta­ dos Unidos y Europa-, a n1ediados de 2009 la n1ayor universidad de An1érica Latina todavía no tenía ningún posgrado conjunto con universidades de Est.H_los Unidos. Al ser no1ubrado rector a fines de 2007, Narro, un rnédico con una visión 1115.s 111oderna del inundo que sus antecesores, había heredado sólo ocho acuerdos de progran1as de posgrado cornpartidos o conjuntos con un1vt-rsi(L1des extranjeras, y la 111ayoría de ellos era con países cotno Ecuador, GuaternaLt y Cuba.J" ¿Por qué no ,e perinite una rnayor pre::iencia de universidades extrartjeras en la región, al igual que en China? Adeln1an, que vive en México, n1e <lijo: ''Se debe en gran n1edida a la cultura política latinoan1ericana, que está rnás enfocada en el 111ercado interno, y no tan centrada co1110 la asiática en insertarse en la econon1í.1 global".3 i Puede ser. Las autori<ladcs acadé111icas de la n1ayoria de los paÍ-;es latinoarnericanos suffen de ccguer:-1 periférica: ,�n lugar de rnirar �1 su alrededor y· acercarse a las tnejores universidad.L''i del rnundo, con10 hacen los chinos y los indios, están niirando hacia adentro. EN ESTA[)OS UNil)C)S 980UO UNIVERSITARl()S C:I-IINOS, S.3000 LATINC)A11ER ..ICANOS ()tra de las cosas que 111ás n1e in1prt's;ionaron en 111is viajes a (]1ina, India y Singapur es có1110 estos paíse� política111cntc t:in distintos le- están -5
  • 45. HAY qUE MIRAR PARA ADELANTE poniendo tanto en1peño a enviar a sus 1nejores estudiantes a las n1ejores universidades del mundo. En los casos de C:hina e Indi;i, contrarian1en­ te a lo que uno podría in1aginar, no se trata de algo subvencionado por el Estado. Es un fenón1eno cultural: las fJ.n1ilias chinas e indias aho­ rran durante toda su vida para enviar a sus hijos a estudiar al exterior, convencidas de que van a lograr err1pleos rnucho 1nejores a su regreso.58 Pero en todos estos casos -y en varios otros países, incluyendo Vietna1n- hay una inver-,ión social in1presionante para ro1nper el aisla1niento acadénlico, ya sea trayendo universidades extranjeras al país, o enviando estudiantes al exterior, o a111bas cosa�. En estos n10111entos;, niientras las universidades nortea1nericanas se ven inundadas por indios, chinos, coreano<; y vietnarnitas en bus­ ca de una 1nayor excelencia acadén1ica, el porcentaje de estudiantes latinoan1ericanos está cayendo. Según Puertas Abiertas, un infor1ne del Instituto de Educación Internacional, con sede en Nueva York, los eres; paíse'.-> del rnundo y:ue más estudiantes envían a las universidades nortea1neric;1nas anualrnen- te son India (Jll3 000), China (98 000) y Corea del Sur (75 000). Com­ parativan1cnte, México envía 15 000 estudiantes por año a sn vecino del ,wrte, llrasil 8700, C:olornbü 7 000. Venezuela 4 (,IJO, Perú 3 Gllll, Argentina 2400 y (:'.hile 2000. En tot·Jl, los paí-;cs :1�iático<; tienen -l-15 000 estudiantes en las uni·er:-.idadcs esLH.lounidenscs. nlientras que los latinoarr1ericanos tienen 53 {)()() y los caribeiíos 13 000. Y n1ientra:-, el nú1nero de cstudi:1ntes asiáticos en Estados Unidos aun1enta 9 por ciento por aI1o. el del total de latinoc11nericanos y caribeI1os crece J un ritn10 inferior, de alrededor Je S por ciento Jnu;1l. ''1 Se podría argu1nentar que es lúgico que lndi,1 y c:hina, con pobla­ ciones; rnucho n1ayores que las de los países latinoarnericanos, tengan 1nuchos 1nás estudiantes en el exterior. Sin en1bargo, ¿có1no expli­ car que Corea del Sur, con una población n1enor de la 111itad que la de México, tenga cinco veces n1:1s e'.->tudiantes en las universidades de Estados Unido que México? Y ¿cón10 explicar que Vit'tllaIIl, uri:1 dictadura co1nunis;ta que recién está cn1pezando a insertarse en la glo­ balización, con una población de n1enoc; de la n1itaJ que r�ra�1L ten-
  • 46. HAY QUE ivtlRAR. PAl"Z.A ADELANTE ga n1ás del doble de estudiantes en las universidades estadounidenses que el gigante sudan1ericano? ¿Córno explicar que todos estos países asiáticos, a pesar de la enorrne distancia geográfica que los separa, y de tener culturas y alfabetos distintos a los de Estados Unidos, ten­ gan 111ás estudiantes en las universidades estadounidenses qi1e Méxi­ co, un país vecino, con una cultura n1ucho 111ás parecida y el n1isn10 alfabeto que el de Estados Unidos' "En China n1uy cspecialn1ente, pero tan1bién en otras partes Je Asia, los estudiantes ven la educación universitaria en Estad()S Unidcs con10 un pasaporte a una adquisición de conocüniento y t111 estatus que les va a ayudar enorn1e111ente en sus carreras -rne señaló Peggy Noonan, gerente del Instituto de Educación Internacional�. Por alguna razón, no ocurre lo niisrno en Latinoa1nérica."--111 ')INGAPUI-t: HASTA L()S NIÑ()S f)E PRII.1AR.I: VAN AL EXTEl"Z..1()1-t En Singapur, según contó el nlinistro de Educación Ng Eng Hen en una entrevista en su despacho, todas las escuelas pritnarias deben lograr que un tercio de 1,us alun1nos hayan realizado por lo 111c11os una excursión guiadJ. al extr�11tjero. ¿Por reco111endación del gobierno? "No, es una norn1a de cutnplinuento obligatorio", respondió. A nivel universitario, el gobierno exige que 50 por ciento de los e5tLH.1iantes hayan cursado una parte de sus estudio1, en el extranjero. 'Según decl:i.ró Ng, estos pará1netros se esLln CL1Inplien(lo, "'pero nuestra 111eta es que 50 por ciento <le los alurnnos de la pri111aria ·via­ jen al exterior en 201-L incluyendo los de las Cunilias de 1net1()S recur­ sos. Quere111os que losjóvenes entiendan, desde n1uy pequcñ()S, cón10 funciona el n1undo y que desarrollen habilidades cornunicacionales ade1115.s de las exclusivan1ente acadé111icas".--11 Hoy, la pequeña Singapur, con una población de apenas 4.6 millo­ nes de: habitante<.; y un pasado no 1nuy lejano de pobrez,1 y de<;csperan­ za, tlene unos 4000 estudiantes en las universidades de Estados Uni(ios, casi el doble que Argentina, que tiene un:1 población nueve veces tn:Ís .¡7
  • 47. HAY QUE MIRAR PARA ADELANTE grande. Y además <le enviar a sus estudiantes al exterior, Singapur beca a alumnos extranjeros -principalmente a superestudiantesde China­ para que se instruyan en el país. Según Ng, las escuelas prin1arias de Singapur tienen un promedio <le 20 por ciento de estudiantes extran­ jeros. El gobierno les da subsidios a sus padres para que puedan pagar los gastos de sus hijos, ya que, aunque la educación prin1aria e-: gr;i­ tuita, los niños deben pagar sus libros y otros útiles escolares. La idea, al igual que con los viajes al extranjero, es que los niños de Singapur aprendan desde tnuy tetnprano a convivir y aprender de otras culturas. Y todo esto se co1nple1nenta con una presencia rnasiva de uni­ versidades extrat�eras habilitadas para dar diplotnas válidos en el país. (:on10 veren1os n1ás adelante, tan :-.ólo la Univer-.idad de Singapur tie­ ne 66 progran1as de titulación conjunta o doble (en el prin1er caso, las dos instituciones otorgan el 111is1no título, y en el :-.egundo dan diplon1as separados) con universidades de Estados Unidos, la Unión Europea, Anstralia y China. A.iv1ÉRIC:A LATINA Y LA ECONC>MÍA DEL CC)NlJCIJr1JFNTC) ¿Pero dónde está escrito que Latinoan1érica tenga que registrar tan­ tas patentes con10 Corea del Sur o producir ingenieros y genios de la co1nputación con10 llill (;ates para crecer rnás y reducir la pobre­ za?, se estarán preguntando n1uchos. ¿Acaso no se puede crecer con base en los recursos naturales y las habilidades propias de cada país de la región, que pueden no tener nada que ver con la con1putación, la ciencia y la tecnología? La respuesta es que, aunque los países pueden desarrollarse eco­ nómican1ente con base en sus materias primas y n1anufacturas tra­ dicionales -allí están los ejemplos de Chile y Nueva Zelanda, que analizaren1os más adelante-, dificilmente podrán avanzar y reducir la pobreza con mayor rapidez si no convierten sus n1aterias prin1as en productos rnás sofisticados, con n1ayor valor agregado, o con nuevas tecnologías de producción que les dan una vent:�a sobre �us co111pe- 48
  • 48. HAY QUE l..liRAR PARA ADELA:,...¡TE tidores en el resto del n1undo. Nos guste o no, cstan1os viviendo en la era de la econon1ía del conocimiento, donde los países n1ás ricos son los que producen servicios de todo tipo -cibernética, ingenie­ ría, far1nacéutica, entre otros- y donde algunos de los que tienen n1ayores índices de pobreza son los que tienen n1ás n1aterias primas. Quienes todavía creen en el viejo discurso sobre el futuro glorio­ so que supuestan1ente aguarda a los países duellos de grandes recur­ sos naturales harían bien echándole un vistazo J la tabla de los países con n1ayor ingreso per cápita <lel rnundo. El país que ha encabeza­ do la tabla en los últin1os años ha sido Liechstenstein, y entre otros que figuran en las prirneras posicione5 están Luxen1burgo, Singa­ pur, Irlanda, Honk Kong y Tai,van, países que tienen pocos o nin­ gún recurso natural, salvo el cerebro de su gente. Con1parativarnente, Nigeria, Vc!lezuela, Ecuador, Boli,·ia y otros países con enorn1es recursos naturales están en el fondo de la lista.-.2 Singapur, el octavo pa-Ís del n1undo con 1nayor ingreso per cápita en 2010, dos puestos por encirna de Estados Unidos, no tiene absolu­ tan1ente ningún recurso natural. Debe itnportar no sólo sus alin1en­ tos, sino hasta el agua que consu111e. Sin en1bargo, gracias al énfasis que puso para rnejorar su sisterna educativo, pasó de ser un país del Tercer Mundo a uno de los 1nás avanzados del Pritner Mundo. Sin­ gapur hace cuatro décadas tenía un ingreso per cápita que era n1enos de la n1itad del de Argentina e igual al de México yJan1aica. Hoy es el principal exportador de plataforn1as petroleras subn1arinas y uno de los 111ayores producton ..·1, de servicios de ingeniería y arquitectu­ ra del inundo, y en 2010 estaba en el octa'O puec;to en ingreso per cápita del inundo, 1nicntras que Argentina estaba en el 80, México en el 82 y Jamaica en el 1.15.41 GOOGLE VALE MÁS QUE EL PIB Die BOLIVIA Aunque sea difícil de digerir, en la econornía del conocín1iento del siglo XXI, un progra111a de co111putación puede 'aler 1nás que 1ni les .¡<)
  • 49. HAY QUE MIRAR PAR.A Al)ELANTE de toneladas de rnaterias prin1as. Una en1prcsa corno (;oogle, que no nació vendiendo ningún producto que pudiera ser tocado con las n1anos, vale cuatro veces 1nás que el producto interno bruto de Boli­ via, con todos sus recursos naturales. A principios de 2010, el valor de rnercado de (;oogle era de 200000 rnillones de dólares, según Barran·, la revista financiera de Wall Strcet. C:0111parativ:in1ente, el producto interno bruto de Uolivi:1 era de 45 000 nlillones de dólares. En el libro C�ucntos chinos, cité el eje1nplo de una tasa de café con­ su1nida en Estados Unidos. De cada dólar que los consunlidores nor­ tearnericanos pagan por una tasa de café· en una tienda de Starbuck<; en Estados Unidos, apena� el 3 por ciento va a p,1rar al cultivador de café colornbiano, bL1sileri.o, costarricense, o de cualquier otro país productor. El 97 por ciento restante va al bolsillo de quienes hicie­ ron la ingeniería genética del café, el procesa111ienro, bra11di11g, rntT­ cadeo, publicidad, y otras tareas de L1 econornL1 del conoci111iento, escribí en su rnon1ento. Y probablernente n1e qued[· corto. Poco tien1po después de publi­ cado ese libro, cuando cité este ejen1plo en una conferencia en El Salvador, un sei1or n1uy bien vestido que estaba sentado en la pri111e­ ra fila se rnc acercó al final de la exposición, se presentó con10 uno de los principales productores cafetaleros de El SalvaJ.or y n1e dijo: "Estás equivocado. El porcentaje que queda para el productor no t'S de 3 por ciento. La cifra real está 111:Í.s cerca de 1 por ciento''. Lo 1nis1no ocurre con las flores que exporta Latinoa1nér1ca. ¿C:órno explicar que Holanda, un país nlinl1sctilo, con J-)oqubi1no sol y n1:111u de obra carísi111a, es el prin1er productor de flores en el n1undo, y produce 1nás f1orcs que (:olon1bia, un país 1nuchísirno 111:ís grande, con sol todo el afio, enor1nes reservas de agua, y con n1ano de obra 1nucho rnás barata? Al igual que con el cate, la clave del progreso en la industria de las t1orcs está en la ingeniería genética, el br(111di11x, el n1ercadeo y otras funciones de la econo111ía del conocirniento. Mientras rnuchos políticos 1atinoa111cricanos siguen repitÍl'IH.lo co1no loros las viejas ideas de que sus países tienen un gran futuro gracias a sus re,;;ervas de petróleo, agua o aliinentos, lo cierto es que :;o
  • 50. HAY C)UE 11.l!RAIZ. l'ARA ADELANTE en el siglo XXI el grueso de la econo111ía nu1ndiJl está en los produc­ tos del conocin1iento y los servicios para llevarlos al consun1idor. Los países con rr1aterias prirnas sólo podrán progresar si les ponen valor agregado o las producen con tecnologías cada vez rnás eficientes. De otra n1anera, estarán condenados a quedarse cada vez n1ás atrás. No es casualidad que en la lista de Forbcs de los ho111bres 111Js ricos del inundo - encabezada por Bill (;ates, el 1nexicano Carlos Slitn, Warren f�uffctt y Lavreuce Ellison- ninguno hizo su fOrtuna ven­ diendo 1naterias priinas. Cates hizo su fortuna vendiendo progran1as de con1putación, Slin1 productos de telefi.)nÍa celub.r, Buffett con ope­ L1ciones burs:1tiles y Ellison, el fundador de ()racle, con progra111as de softvare. Con los países pasa algo parecido: los que n1�í.s progre­ san son los que rnejor se insertan en la econon1ía del conocin1iento. LAS CA!'vll)AS RALPH LAUIEN .1/lDE 1:·,: PERl_' ¿Y qué pasa con las n1anuE1cturas? Lo 111is1110 que con el cate o las tlo­ res, o con otras n1aterias prin1as. To1nen1os el cjen1plo de una carnisa polo de [lalph Laurcn, la clásica, de tnangas cortas y con el escudo del caballito con el polista. Por curiosidad, fui a la tiend:1. de Ralph Laureu del centro cotncrcial l)adcL1nd de i;1 ian1i. escogí Ulld Ccltnisa sport azul 111ari110 que llevaba la etiqueta ./adc in Pcru, y ,u1oté todos los daros de la etiqueta para J':erigu,1r quién L:1 [1bric:iha eu Perú y con cu:111to se quedalia. Luego hice una búsquecL1 en (;oogle dL' los productores perua­ nos de caniisas polo de llalph Laurcn, y -después de algunas ave­ riguaciones telefónicas_____.,. contacté a Fernando l3adiola, el gerente cotnercial y de desarrollo de 1'extil San (�ristóbal, una de las princi­ pales f1bricas productoras de carnisas sport para Ralph Lauren en Perú. Según Iladioh, dependiendo de la calidad de la prenda, los produc­ tores latinoatnericanos o asiáticos de L1s canlisas sport reciben entre 7 y 13 por ciento del precio final pagado por el consun1idor en Esta­ dos Unidos. :)1
  • 51. HAY (�UE fl.11RAR PARA ADELAN íE ¿Y adónde va a parar casi el 90 por ciento restante? Según él, a quienes desarrollan el producto, hacen el diseño, la publicidad, el mar­ keting, el transporte y la distribución. O sea, en la nueva econon1ía del conoci1niento la rnayor parte de las ganancias no van a quienes realizan el trabajo fisico de producción de la camisa, sino a quienes hacen la labor intelectual de inventar el e1nblen1a del caballito con el polista, toda la 1naquinaria publicitaria que lo rodea, y el <;Ísterr1a para proveer el rnejor servicio a ,us clientes. llalph Lauren no vende ca1nisas: vende lo que la err1presa descri­ be en su sitio de internet con10 "el estilo de vida Ralph Lauren". Los consun1i<lores pagan1os 85 dólares por una canlisa con un ernblcrna de un caballito con un polista a pesar de que pode1nos co111prar la 1nisn1a camisa -salida de la niisn1a fibrica, con los n1isn1os rnatcria­ les y el 1nisn10 diseño- por la n1itad del precio. Y lo haccn1os por­ que un equipo de publicistas, diseñadores y expertos en n1i1r.�eting nos han convencido de que csta1nos adquii.ieuJo "un estilo de vida" que va n1ucho rnás allá de la carr1isa. Se trata de un proceso que no está a 1nerced de la in1provisacióu, sino de la creatividad con�tante de pro­ f"esionales que n1odernizan constante1nente sus productos. ¿PC)DEl..1()5 E5CALAIZ. EN LA ECC)NCHllA l)EL C:()N()C:l111FNTC)? ¿Qué pueden h�;cer los países latinoan1ericanos para :tgrcg:trle valor a sus exportaciones de café, cereales o c:1n1isas polo de IZ.alph La11- re11? ¿Acaso no pueden tener 111ayor particip.ición en la) funciones 111ás sofisticadas de la cadena de producción, donde c<;tá el grueso de las ganancias? A juicio de Badiola, los exportadores peruanos están avanzando. En la década de los ochenta, cuando los fabricantes peruanos en1pe­ za.ro11 a exportar camisas polo para 1-lalph Lauren, ,u ventaja con1- petitiva era la. .ilta calidad del algodón peruano. C:on los ,11los, los fabricantes peruanos se rnodernizaron y pudieron crecer ofrecien­ do una 1nayor diversificación en tipo, de tela, la posibilidad de hacer 52
  • 52. HAY QUE l11RAR !'ARA ADELANTE can1isas n1ulticolorcs y una 111ayor capacidad de reacción para cun1- plir con nuevos pedidos de últirno n1inuto. "Hen1os incren1entado n1ucho el valor agregado. Al principio hacían1os la polo básica, que ahora se produce en Asia y se vende a unos 5.25 dólares al precio 111ayorista. Ahora estan1os haciendo pro­ ductos en hilados tnuchísin10 tnás finos y co1nplicados, con diseños en rayas, ron1bos y dibujos. Y hay otros atributos funcionales, con10 telas especiales que evitan que se sienta la incornodidad de la trans­ piración, porque evaporan la transpiración 111ás r5.pidan1ente y filtran los rayos uv." Sin en1bargo, Badiola adn1itió que los productores latinoame­ ricanos raran1cnte for111an parte de los equipos de diseño de Ralph Lauren. La n1cjor oportunidad de crecin1iento para los textileros lati­ noa1nericanos serJ crear sus propias n1arcas, o venderle'.'. directa111en­ te a las grandes tiendas corno Macy's o Bloon1ingdales, para que las vendan con sus propias n1arcas privadas a precios inferiores muy cer­ ca de los escaparates de Ralph Lauren, bajo su propio techo, seüa­ ló. Pero para eso los productores latinoan1ericanos necesitan buenos ingenieros, diseñadores y trab:�adores especializados que sus univer­ sidades no '>ien1pre producen en núrneros suficientes. Y, por supues­ to, requieren una estabilidad política y econó1nica guc los convierta en suplidores_ confiablc'i, agregó. LC)SJE.-l.J'S LEVJ"S J)E R.EPÚBI.ICA l)()tv1!NICJ!',.;A En los vi:�es a ltcpública Don1inicana, en �009 le hice la n1isrna pregunta a Fernando Capellán, el presidente del c.;rupo M -una en1presa que entre otras cosas produce prendas terniinadas para Ralph lauren, (�alvin Klein, Levi's, Banana Republic, DKNY y otras gran­ des n1arcas nortean1ericanas-: ¿con qué porcentaje del precio final se quedan los 1nanuf1ctureros latinoatneriranos, o a-;i.í.ticos, o de don­ de sea? C.�apcllán, cuyos jeans son exportados tJl cual ter111inan en las grandes tiendas nortea111ericanas ·-etiqueta, precio y todo-. estiinó 5J