2024t203.pptx Leccion de Escuela Sabatica 20/4/24 PPT
19 EL ESPÍRITU NUNCA TE ABANDONA
1. EL ESPÍRITU NUNCA TE ABANDONA…
¡JAMAS LO HIZO, NI LO HARÁ!
El sol no puede rechazar sus rayos, ni el mar sus olas.
El Todo permanece unido para siempre como uno, sin embargo
aquellos con una mente amedrentada pueden sentirse
separados de su fuente, porque es a través de la culpa que han
abandonado al Espíritu como Causa. Se han dado a sí mismos
al mundo de los efectos y así han negado al único Poder, al
amoroso Perdón y a la Benevolencia en acción.
Dios ha dijo: “No te desampararé, ni te dejaré”. (Heb 13:5)
No, el Espíritu no abandona; más bien es al revés. Renunciamos a Dios
cuando creemos que nuestras plegarias no han sido respondidas —
cuando nada parece funcionar y todo parece estar en un limbo— o
2. cuando estamos tan atrapados en “este mundo”, que olvidamos dónde
está el poder.
Es cuando nos volvemos hacia el ego para “hacer que las cosas
sucedan”, y claro comúnmente terminamos con la boca llena de
cenizas.
Mira de nuevo hacia la verdad y date cuenta de que no hay sitio donde
nosotros terminamos y comienza Dios. El Alma y el Espíritu son una
sola mente. Seamos plenamente conscientes de nosotros mismos, de
la vida y de que Dios es esa única mente actuando en una vibración
diferente —en el modo de reconocimiento como distinto al modo ES.
No hay separación; nunca la ha habido; todo es Dios.
“...y sin embargo aquellos con una mente amedrentada
pueden sentirse separados de su fuente, porque es a través de
la culpa que han abandonado al Espíritu como Causa”.
¿Y cuál es la razón principal de esto? Regresa a nuestra dependencia
del mundo exterior para nuestra felicidad. Si creemos que todo en el
mundo que hemos creado es necesario para nuestro bienestar,
estamos transfiriendo nuestro poder al mundo de los efectos.
Hacer esto es afirmar una vida de hartazgo y hambruna. ¿Por qué?
Porque hemos desertado de la Causa, nuestra Fuente, estamos mental
y emocionalmente volviéndonos hacia un mundo que percibimos está
saturado de bien y mal, de placer y dolor —y así es.
Esta búsqueda de alivio en el mundo objetivo proviene de seguir los
dictados del ego en vez de aceptar la guía del Espíritu y usualmente
comienza con sentimientos de culpa —una palabra que también denota
baja autoestima, vergüenza y humillación. Y la culpa cargada sobre
nosotros mismos por nosotros mismos acerca de cualquier cosa,
resulta siempre en un llamado, generalmente a nivel inconsciente, para
recibir un castigo. Tal petición nos aleja de la corriente de
manifestación del reino, de la Madre-Sustancia, de la provisión donde
todo se incluye — Y ciertamente nos sentimos abandonados y
temerosos.
La culpa es una emoción del ego, así que el primer ingrediente para
poder curamos es perdonar. Perdonar es renunciar al resentimiento
3. hacia algo o hacia alguien, recordemos que el resentimiento equivale a
ira, indignación, amargura, sentimientos heridos y venganza.
Primero, perdonamos cualquier error que pensamos que hemos
cometido alguna vez, que es lo mismo que perdonar a nuestro ego por
conducirnos a la tentación a través de sus percepciones erróneas.
Después enviamos la luz del perdón a través del mundo,
particularmente a cada persona que se nos viene a la mente como
alguien que pensamos nos ha lastimado de cualquier forma.
En nuestra oración a menudo le pedimos a Dios cosas materiales, que
prosperen nuestros asuntos, que cure nuestro cuerpo, o que nos
encuentre la pareja perfecta. Y cuando no obtenemos resultados, nos
sentimos abandonados y dudamos si la forma de vida espiritual
realmente funciona. Y sí realmente funciona, pero nuestro error fue
pedir, es decir orar por un cambio en el efecto, ignorando así el falso
pensamiento que produjo el efecto negativo en primer lugar.
En vez de pedir a Dios que arregle nuestra cuenta bancaria y nuestro
cuerpo, o traiga a nuestra alma gemela a nuestra puerta, deberíamos
pedir y meditar por una curación de la conciencia para que podamos
percibir la realidad en vez del error- ilusión. Observemos al Espíritu y
dejemos que su Luz disuelva la oscuridad. Entonces aceptamos la
curación y retornamos todo hacia la Presencia interior.
Hagamos que suene tan simple como lo es.
El secreto de la vida no es cambiar lo que ocurre en nuestro mundo,
sino cambiar nuestra mente y nuestros pensamientos con respecto a lo
que nos parece estar faltando, amenazando o intimidando.
Pregúntate a ti mismo Con respecto a cualquier situación que estés
enfrentando: ¿Cómo mira esto mi único Ser, el Espíritu de Dios? La Luz
no ve a la oscuridad. La plenitud no reconoce al vacío. El Espíritu no ve
problemas, Sólo soluciones. Sí, el Espíritu sabe que en el modo
consciente, las necesidades pueden ser percibidas, pero Él mira a
dichas necesidades como ya satisfechas, la pregunta respondida, el
problema resuelto. Pide y acepta una curación de la mente y las
emociones, perdónate a ti mismo, a los demás, y ve como el Espíritu
ve.
¿Qué diría Jesús acerca de esa situación que está llamando tu
atención?
Él te diría que los dones de Dios han sido dados y sólo necesitan ser
aceptados. Pero señalaría que esos dones no son materiales; sino que
4. son espirituales. Los dones de Dios son vida, amor, dicha y paz —
armonía y orden divino, la fe sólo en la absoluta bondad de la vida. Y
te recordaría que es tu mente la que traduce estos dones en forma y
experiencia cuando te enfocas en la verdad que eres, en el reino
celestial de la causa interior y no en el mal creado mundo de los
efectos.
No pierdas el punto.
Creamos el mundo material con nuestros pensamientos, y seguimos
creándolo.
Nuestras mentes lo están haciendo ahora dependiendo en qué nivel
estemos de la conciencia. A través de la baja vibración del ego, mal
creamos y sufrimos en y por nuestras propias creaciones, después nos
preguntamos por qué hemos sido abandonados.
Pero cuando estamos en conciencia espiritual —una conciencia, de
comprensión, conocimiento profundo y permanente de nuestra
verdadera Identidad— la mente se eleva a una frecuencia más alta,
donde interpreta como expresión sólo aquello que es bueno, verdadero
y hermoso.
La mujer que tocó con fe la túnica de Jesús fue curada. Al hombre
sordo, él le dijo “escucha”. Cuando aún no había sido atrapado ningún
pez, sus instrucciones al pescador fueron “tiende tus redes para que
caigan”.
Al hombre de manos temblorosas le dijo: “Extiende tu mano”. Y
cuando fue necesario pagar impuestos, él dijo que “ve al mar y lanza
un anzuelo, y toma el primer pez que salga, y cuando abras su boca
encontrarás un siclo”.
En cada milagro que se recuerda, Jesús representa a cada uno de
nosotros como nuestro Ser Completo, también al recipiente de las
bendiciones —la mente desalentada sintonizada con el ego.
Cada vez que un efecto auto-creado parezca amenazarnos,
recordemos volvernos hacia adentro y tocar a la Presencia en
meditación, abrirnos a la voz del Espíritu interior, ver nuestra
conciencia como la “red” de la sustancia, la provisión que todo lo
incluye. Y la “mano” es el poder de la manifestación, así que a través
de los pensamientos asumimos el poder, la voluntad y la extendemos
hacia fuera para curar las condiciones débiles viendo la radiación de la
mente-energía ir delante de nosotros para renovar todas las cosas.
5. Si es tiempo de impuestos y no hay dinero. Si nos enfrentamos a ese
dilema, recordemos irnos hacia adentro con la mente abierta, sabiendo
que todas nuestras necesidades son conocidas por el Espíritu y así
tomamos la primera idea que viene a nosotros. En ella encontraremos
la forma de enfrentar la situación.
Recuerda…
¡Dios nos encuentra en cualquier punto de la conciencia!
Entendamos que “el cielo en la tierra” —vivir una vida dichosa y
plena— es parte del proceso natural. Todo lo que fluye de la mente a
la manifestación tiene lugar a cada momento, lo cual significa que la
única razón por la que no estamos viviendo vidas plenas y completas
son nuestras falsas creencias.
Y recuerda que el problema no está “allá afuera” está dentro, en la
mente. Pero al pedir al Espíritu que sane nuestra mente y después
perdonar a nuestro ego y a cualquiera que sintamos que ha impedido
nuestro bienestar esa es (otra falsa creencia), estamos despejando el
camino para el proceso natural.
Y al mantenemos enfocados en la Presencia interior, estaremos
llenando nuestras mentes con la energía de la Verdad, que es entonces
expresada en el mundo material como suficiencia TOTAL.
“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda
gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo
lo suficiente, abundéis para toda buena obra”. (2 Cor 9:8)
CIRIOANGELDELUZ