1. RAZONA EN LA NATURALEZA TÚ ALMA
Y el Yo, la Personalidad Consciente de Dios como Espíritu
Íntimo, se contempló a Sí mismo, de esa contemplación surgió
una Conciencia de Sí Mismo. Chispas de la Flama Universal en
unidades individuales y casi infinitas de Autoconciencia,
Almas, todavía unidas y conteniendo al Todo.
Él permanece universal. Cada uno de nosotros es el Yo, omnipresente
pero individual, es decir una particularización del Yo. El Yo es nuestra
realidad, nuestro Sí Mismo. Si pudieras dar un paso atrás y mirar tu
Ser, verías una luz cegadora en, alrededor y a través de ti —un
radiante campo áurico de
Infinita inteligencia, poder, sabiduría y amor— universal y plenamente
presente en el punto donde estás. Y… ¡Tú eres esa Luz!
Lo que nosotros consideramos como nuestra conciencia personal es
nuestro Ser en expresión enfocada de Auto-conciencia. No somos una
mente mortal o carnal.
Esas palabras significan sólo un montón de falsas creencias.
2. Somos centros de conciencia del Espíritu-Yo, no separadas del Yo,
sino el Yo contemplándose a Sí Mismo desde una vibración distinta
de la Mente. El papel o función de la mente es estar plenamente
consciente de la Realidad Divina, tener pensamientos de Verdad y
visualizar un mundo de perfección. Entonces, el Yo-Ser se manifiesta,
se forma y se experimenta en, a través y como dicha conciencia.
La creación es constante; nunca se detiene.
Jesús habló de esto cuando dijo, refiriéndose a su conocimiento-de-la-
Conciencia interior: “No puedo yo hacer nada por mí mismo” (Juan
5:30) y: “Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es
verdadero” (Juan 5:31). Pero más tarde, al hablar como el lo Divino
—el Yo de todos—, dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan
14:6) y: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre (la Divina
Conciencia en acción)” (Juan 14:9).
Otro punto que debemos considerar aquí: el Espíritu de Dios es el
principio creativo del universo y ese mismo Espíritu es la Causa en
acción en y a través de nuestra mente y nuestra naturaleza sensible.
“En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y el Verbo era
DIOS” (Juan 1:1)
Una Creación del orden más alto está en acción cuando somos
conscientes, entendernos y conocemos la Presencia interior —nuestro
Ser Sagrado— y vemos con nuestras facultades imaginativas la
plenitud de una vida más abundante. (Vemos la verdad y no la
mentira).
Entonces el Ser vive en nosotros y llegará un tiempo en que la
conciencia y la Personalidad del Yo serán una y la misma, como
ejemplo de esto es Jesús y él Cristo.
No hay yo o tú, sólo hay Yo. Y como la repetición es tan importante
para la comprensión, revisemos nuevamente nuestra Constitución
Divina.
Primero: Yo soy, nosotros somos, el Espíritu-Ser de Dios incorporando
la plenitud de la Divinidad.
Reflexiona sobre esto. El Dios Todopoderoso, el Poder Primigenio, él
ES Eterno, el Primer Principio, que habita dentro de nosotros. Cuando
vemos y sentirnos la Presencia interior, no es sólo nuestra elevada
3. naturaleza lo que estamos percibiendo, sino el Todo de Dios —Padre-
Madre-Espíritu-Ser como Uno.
Segundo: el aspecto de nuestro Ser es el alma de la Auto- conciencia,
nuestra personalidad, aquella que los antiguos llamaron la “Luz del
Señor”. Es el transmisor de la sustancia que crea forma y experiencia,
el medio de expresión del Espíritu, y la mente de la identificación
personal.
Así que el todo que somos es un “ser individual que reúne cuerpo,
personalidad, mente, sentimientos y espíritu”. Incluso a estas alturas
tal vez te preguntes… ¿Y qué hay acerca del ego? Sólo es una forma de
pensamiento del miedo —el asiento de todas las falsas creencias— que
creamos en nuestra mente cuando comenzamos a percibir una
separación de nuestra verdadera naturaleza. No posee realidad alguna,
y su garra imaginaria comienza a aflojarse con cada paso que damos
hacia la luz.
“Yo soy la única Presencia que existe, infinita, omnipresente;
Soy tu propio Ser, el único Ser que existe. No hay otro”
Una ola no puede ser separada del océano, ni un rayo del sol.
Sólo existo Yo, universal e individual. Vuelve a esa gloria que
te pertenece desde siempre —una Mente, una Presencia, un
Poder. Yo soy tu Espíritu; Tú eres la conciencia de Mí Mismo a
través de la cual funciono para revelar la plenitud en todas las
áreas de la vida.
Ahora soy consciente del Poderoso Yo que existe en el centro de mí,
mi único Yo expresándose como una vida perfecta y un perfecto
mundo.
Renuncio a la falsa creencia de que soy un ser humano y acepto la
verdad de que soy ESPÍRITU PURO expresándose como cuerpo y
alma.
Dios es mi único Ser, mi única Existencia.
No soy una mente humana, porque sólo hay una Mente —Mente-
Dios— y Dios no creó nada que fuera opuesto a Sí mismo.
Soy consciente de mi único Yo, la Verdad de mi Yo. Yo Soy consciente
de Mí Cristo, el Único, pues a través de esta conciencia del Cristo en mi
Ser, el Reino fluye en forma y experiencia perfectas.
4. Soy como Jesús —física, mental, emocional y espiritualmente.
¡Soy un ser completo!
CIRIOANGELDELUZ