El documento describe cómo vivir como seres espirituales en el Reino de Dios, donde no existen limitaciones o imperfecciones. Al estar espiritualmente dispuestos, todo lo que experimentamos es ideal y abundante, sin falta de salud, paz o provisiones. Se insta al lector a vivir de forma espontánea donde las necesidades se satisfacen naturalmente sin esfuerzo consciente, y a reconocer que no existe dualidad sino sólo vida perfecta. Al aceptar esto, las creencias limitantes comenzarán a cambiar para revelar la grandeza del Espírit
"Lo que tú quieras", biografía ilustrada de Montse Grases.
Somos el Reino de Dios
1. SOMOS EL REINO DE DIOS
Cuando estamos espiritualmente dispuestos, en nuestro verdadero
estado, nos vemos a nosotros mismos como un Campo de Fuerza de
pura energía, el mismo Reino de Dios. Sabemos que somos seres
espirituales viviendo en un universo espiritual donde no existen
limitaciones, ni imperfecciones, ni estados incompletos.
En dicho estado mental, todo lo que se hace visible en nuestras vidas,
sea forma o experiencia, es ideal. No hay insuficiencias con las cuales
contender, porque sólo existe la abundancia total. No hay “salud” de
la cual preocuparse, porque sólo existe la plenitud. Y tampoco hay paz
ni conflicto, sólo calma universal.
Ser espiritualmente dispuesto es ser uno en mente con la sustancia, la
provisión que lo incluye todo de la Madre Amor y esta conciencia-de-la-
sustancia aparece como cada forma y experiencia sin que tengamos
que proyectar mentalmente una condición deseada.
No tenemos que hacer que algo suceda; todo surge en forma y
experiencia manifiesta a través de una actividad de la conciencia
espiritual.
Pero si vamos al interior del Espíritu para obtener salud, riquezas, una
relación o un éxito profesional, estamos afirmando la dualidad -que
2. algo en nuestro mundo no está bien y que debe ser arreglado por el
Espíritu.
Este tipo de pensamiento está completamente fuera de la Realidad.
“En el Espíritu, nada falta, nada está ausente”.
Y nosotros somos el Espíritu en el Absoluto y en expresión.
Quiero moverme más allá del tipo de vida donde estoy operando los
principios espirituales específicamente para cambiar algo en el mundo
fenomenal. Quiero vivir una vida espontánea donde cosas maravillosas
sucedan naturalmente, donde todas las necesidades sean satisfechas
sin que yo tenga que pensar en ellas, o sin siquiera orar, meditar o
tratando espiritualmente de engrasar los rodillos para que ocurra un
bien manifiesto.
Esta es la forma en que se supone que sea y para muchos de
nosotros, ha habido tiempos en nuestras vidas donde esto era la
norma.
Fue cuando estábamos más sintonizados espiritualmente, pero estoy
seguro de que podemos recordar esas benditas experiencias.
Pero no quiero acontecimientos felices que sólo sean ocasionales y no
creo que tú quieras eso tampoco. Queremos una vida siempre dichosa,
en donde cada día es literalmente el cielo en la tierra, en donde cada
actividad de la vida está en armonía y orden divino, ahí es donde
estamos.
¡No existe la dualidad!
Si puedo estar de acuerdo en que ahora mismo estamos viviendo en
un mundo perfecto —sin opuestos— entonces las creencias en
contrario comenzarán, a cambiar. No hay salud ni enfermedad, tan
sólo vida, pura y perfecta. La prosperidad y la escasez no coexisten,
sólo la sustancia en la que nuestra conciencia se manifiesta para
revelar la grandeza de la provisión que todo lo incluye.
¿Podemos afianzar la importancia de esto? Si podemos, daremos un
gran salto hacia delante en nuestro escape de la llamada condición
humana.
Si todo nos ha sido dado, y como seres espirituales, el “todo” sólo
puede ser aquello que es espiritual —amor, vida, voluntad, inteligencia
3. creativa, sustancia— una corriente de energía viva que representa los
atributos de Dios. Somos conciencia y mientras recibimos, aceptamos
y encarnamos la plenitud del Espíritu, volvemos al estado original del
conocimiento. Aquí sabemos que DIOS ES, YO SOY, nuestro
mundo nos devuelve el reflejo de esta Verdad de Ser. Nos elevamos
por encima del mundo de la dualidad hacia una nueva dimensión
donde “la Tierra es del Señor” —y cada manifestación del reino
invisible que se expresa en visibilidad es conciencia espiritual siendo
esa forma o experiencia.
Cuando vivimos en y como conciencia espiritual, todo en la vida es
espontáneo, natural, automático y no planeado por la previsora
naturaleza del ego. Todas las relaciones son armoniosas; nuestros
cuerpos reflejan la vida perfecta; nuestro trabajo es una expresión de
la más elevada visión, el plan divino y nuestro visible
aprovisionamiento es una manifestación continua de acuerdo con
cualquier cosa que sea necesitada.
Es una vida completa sin forma alguna de oposición.
ELEVEMOS NUESTRO ESPÍRITU
MEDITANDO JUNTOS…
Miro mi vida, mi mundo, a través de los ojos
espirituales ahora y veo sólo la Verdad de Ser. Todo
aquel etiquetado como hombre o mujer es en realidad
el Espíritu de Dios hecho visible a través de la acción
mental. Detrás de esta apariencia física está el único
Ser radiante, el Cristo. Es esta Presencia que veo en
cada encuentro. No puede haber otro; Dios es todo lo
que hay.
La Verdad que veo en mi vida, mi mundo, es Mente en
manifestación perfecta, ya sea en estructura, cosa,
forma de vida, condición o experiencia. Nada que sea
4. bueno o hermoso falta y todo aquello que no sea de
Dios, no existe.
Veo una vida perfecta y un mundo perfecto, porque
nada existe opuesto a Dios y la Verdad no tiene
opuesto.
Sé esto ahora y estoy siendo elevado cada vez más
alto en la conciencia espiritual.
CIRIOANGELDELUZ