2. Hemos llamado Triduo Eudista a tres acontecimientos
fundamentales en los cuales san Juan Eudes tiene una
amplia participación. En primer lugar, recordamos la
Jornada mundial de oración por la santificación de los
sacerdotes, la cual se celebra el mismo día de la
Solemnidad del Corazón de Jesús (en algunos países
el jueves previo es la Solemnidad de Jesucristo Sumo y
Eterno Sacerdote). Para destacarla, proponemos
celebrar esta Jornada el jueves previo a la Solemnidad.
En segundo lugar, hacemos eco de la Solemnidad del
Corazón de Jesús que, como comunidad eudista,
celebramos también el 20 de octubre. Y finalmente,
en tercer lugar, celebramos la memoria del
Inmaculado Corazón de María, que también
celebramos como comunidad el 08 de febrero.
San Juan Eudes, cuando habla del Corazón de Jesús,
nos dice que este es un horno de amor ardiente que
lanza llamas de amor hacia el Padre: en estas llamas
de amor está su sacrificio, está su sacerdocio, está el
ejercicio de su liturgia, el único sacrificio que ofrece en
la cruz y queda presente a través de la Eucaristía. De
por sí, la Eucaristía es el Corazón de Jesús.
El mismo Corazón de Jesús es presentado como aquel
que contiene todas las demás realidades del mundo:
de la tierra, de los seres insensibles e irracionales,
también de la humanidad, y también del cielo. Todo
está envuelto en el Corazón de Jesús, que quiere
entregárnoslo para que nosotros lo tengamos como
propiedad y para que él sea nuestro corazón.
Finalmente, el Corazón de María es Jesús y, en el
fondo, es la gran unión que existe en un solo Corazón
de Jesús y María. Por eso estamos ante tres fiestas
profundamente articuladas. Los invitamos a meditar
con algunos textos de san Juan Eudes.
PRESENTACIÓN
Para su realización, se propone la siguiente
metodología:
1. Invocación de la Santa Trinidad: En el Nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
2. Oración inicial.
3. Meditación con san Juan Eudes.
4. Momento de interiorización.
5. Compromiso final.
3. Adoremos a Jesús en su cruz,
como soberano sacerdote que se
inmola a sí mismo, y como hostia
santa que es inmolada para la
gloria de su Padre y para nuestra
salvación. Démosle gracias por
haberse sacrificado a sí mismo, y
por habernos comunicado estas
dos cualidades de sacerdote y de
hostia. Pidámosle perdón por
todas las faltas que hemos
cometido en las funciones del
sacerdocio. Démonos a Él y
supliquémosle que nos dé el
Espíritu de su divino sacerdocio;
que nos haga dignos de ser otras
tantas víctimas que sean
sacrificadas con Él a la gloria de su
padre, y que nos consuma en las
sagradas llamas de su santo Amor.
(O.C. III, 293)
JUEVES:
JORNADA DE ORACIÓN POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES
2. ORACIÓN
1. INVOCACIÓN INICIAL
En el Nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
4. Ustedes, sacerdotes, son la parte más noble del cuerpo místico del Hijo de Dios. Son los
ojos, la boca, la lengua y el corazón de su iglesia, más aún, del mismo Jesús.
Son sus ojos: mediante ustedes el Buen Pastor vela continuamente sobre su rebaño;
por ustedes lo ilumina y lo conduce, por ustedes llora sobre las ovejas que se hallan
entre las garras del lobo infernal.
Son su boca y su lengua: por ustedes Cristo habla a los hombres y continúa anunciando
la misma palabra, el mismo Evangelio que Él proclamó en la tierra.
Son su corazón: mediante ustedes comunica la vida verdadera, de la gracia en la tierra
y de la gloria en el cielo, a todos los miembros de su cuerpo místico.
Los contemplo y venero como asociados con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo de
manera célebre y admirable. (O.C. III, 14-15)
JUEVES:
JORNADA DE ORACIÓN POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES
4. MOMENTO DE
INTERIORIZACIÓN
¿Mis ojos, mi boca, mi lengua y mi
corazón están en coherencia con lo
que Jesús me pide hoy?
3. MEDITACIÓN CON SAN JUAN EUDES
Durante el día recordaré y oraré por
los sacerdotes que me han ayudado
en mi camino de fe.
5. COMPROMISO FINAL
5. ¡Qué excesivos y admirables son, Dios, tu bondad y tu amor por nosotros! Eres
infinitamente digno de ser amado, alabado y glorificado. Pero como no tenemos
corazón ni espíritu digno y capaz de llenar estas obligaciones, tu sabiduría ha
inventado y tu inmensa bondad nos ha dado un medio admirable para
cumplirlas plena y perfectamente. Porque nos has dado el Espíritu y el Corazón
de tu Hijo, que es tu propio Espíritu y Corazón, para que sea también el nuestro,
según la promesa que nos hiciste por boca del profeta: Les daré un corazón
nuevo y les infundiré un Espíritu nuevo (Ez 36, 26). Y para que supiéramos cuáles
eran ese espíritu y ese corazón nuevos que nos prometías, agregaste: Pondré mi
Espíritu, que es mi Corazón, en medio de ustedes. Sólo el Espíritu y el Corazón
de Dios son dignos y capaces de amar, bendecir y alabar a Dios como él lo
merece. Por eso, Señor mío, nos diste tu Corazón, que es el de tu Hijo Jesús,
como también el de su divina madre y los corazones de todos tus ángeles y
santos que reunidos forman un solo corazón. (O.C. VI, 261-262)
VIERNES:
SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
2. ORACIÓN
1. INVOCACIÓN INICIAL
En el Nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
6. ¡Llamas sagradas del Corazón de mi Salvador, vengan a encender mi corazón y el de
todos mis hermanos y conviértelos en hogueras de amor hacia mi amado Jesús!
Si toda la caridad, afectos, ternura que se encontraran en todos los corazones que la
omnipotencia de Dios podría formar se reunieran en un inmenso corazón capaz de
contenerlos como una inmensa hoguera de amor, todos los fuegos y llamas de esta
hoguera no serían siquiera una mínima chispa del amor inmenso que arde en el
Corazón de Jesús por nosotros.
¡Quién me diera fundirme en este fuego! ¡Madre de Jesús, ángeles, santos y santas de
Jesús, me entrego a todos ustedes y los entrego también a todos mis hermanos y
hermanas y a todos los habitantes de la tierra para que nos sumerjan en lo más
profundo de esta hoguera de amor! (O.C. VIII, 352-353)
VIERNES:
SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
4. MOMENTO DE
INTERIORIZACIÓN
¿Mi corazón está
encendido en amor hacia Jesús y
hacia mis hermanos?
3. MEDITACIÓN CON SAN JUAN EUDES
Durante la jornada, tendré
un tiempo personal para hacer un
examen de conciencia sobre las
situaciones de
mi vida que me pueden apartar del
amor de Dios.
5. COMPROMISO FINAL
7. ¡Jesús, Hijo único de Dios e hijo
único de María! Te contemplo y
adoro viviendo en tu santa Madre.
Tú vives y reinas en ella como que
lo eres todo y lo realizas todo en
ella. Porque si, según la palabra
apostólica, eres todo y haces todo
en todas las cosas (Ef. 1, 23; 1Co 12,
6), con mayor razón en tu santa
Madre. Tú eres Jesús, su vida, su
alma, su corazón, su espíritu, su
tesoro. Tú estás en ella,
santificándola en la tierra y
glorificándola en el cielo.
(O.C. I, 432-433)
SÁBADO:
MEMORIA DEL INMACULADO CORAZÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN
2. ORACIÓN
1. INVOCACIÓN INICIAL
En el Nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
8. El Corazón de María es todo amor por Dios. Porque nunca ha amado nada fuera de
Dios y lo que Dios quiso que amara en él y por él. Porque lo ha amado siempre con
todo su corazón, con toda su alma, y con todas sus fuerzas. Porque no solamente ha
querido siempre lo que Dios quería, sino que ha puesto en ello su gozo y felicidad.
El Corazón de María es todo amor por nosotros. Ella nos ama con el mismo amor con
que ama a Dios porque es a él a quien mira y ama en nosotros. Nos ama con el mismo
amor con que ama al Hombre Dios porque sabe que Cristo es nuestra Cabeza y
nosotros sus miembros y por lo mismo somos una sola cosa con él. Por eso nos mira y
ama en cierta manera como a su Hijo y como a hijos propios. Llevamos esta gloriosa
condición por dos razones: porque si es madre de la Cabeza lo es de sus miembros y
porque nuestro Salvador, en la cruz, nos entregó a su madre en calidad de hijos.
(O.C. VII, 461)
SÁBADO:
MEMORIA DEL INMACULADO CORAZÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN
4. MOMENTO DE
INTERIORIZACIÓN
¿Qué importancia tiene
María en mi vida? ¿Imito sus virtudes?
3. MEDITACIÓN CON SAN JUAN EUDES
Consideraré las
principales virtudes de María e
imitaré de ahora en adelante una de
ellas.
5. COMPROMISO FINAL