Triduo al Santísimo Corazón de María
(05 al 07 de febrero)
Con gran alegría, la Unidad de Espiritualidad Eudista sigue difundiendo la espiritualidad de san Juan Eudes de distintas formas. Una de ellas, es la importancia de descubrir su amor profundo a Jesús y María, de quienes dice son un solo Corazón.
Este año les proponemos algunas reflexiones de san Juan Eudes que tienen como objetivo demostrar la importancia de la fiesta del Corazón de María. En el primer día, se expone cuál será la preparación del cristiano para esta fiesta; en el segundo, la importancia de esta fiesta y, finalmente, en tercer lugar, el contenido de la fiesta.
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PRESENTACIÓN
Con gran alegría, la Unidad de Espiritualidad Eudista
sigue difundiendo la espiritualidad de san Juan Eudes
de distintas formas. Una de ellas, es la importancia de
descubrir su amor profundo a Jesús y María, de quie-
nes dice son un solo Corazón.
San Juan Eudes hizo celebrar, inicialmente, la fiesta del
Corazón de María el 20 de octubre, fecha que trasladó
después al 08 de febrero, porque, por una parte, en es-
ta época del año litúrgico es más fácil celebrar una oc-
tava, y por otra parte, porque después del relato de los
misterios de la santa infancia de Nuestro Señor, san Lu-
cas hace el elogio del Corazón de María: “María conser-
vaba todas estas cosas meditándolas en su corazón” (Lc 2,
19). (Introducción a este Triduo del año 2016). Recor-
demos que en la espiritualidad eudesiana el Corazón de
María es Jesús: “¿No saben ustedes que Jesús...es el Corazón
de María?”(O.C.VI, 189)
Este año les proponemos algunas reflexiones de san
Juan Eudes que tienen como objetivo demostrar la im-
portancia de la fiesta del Corazón de María. En el pri-
mer día, se expone cuál será la preparación del cris-
tiano para esta fiesta; en el segundo, la importancia de
esta fiesta y, finalmente, en tercer lugar, el contenido
de la fiesta.
P. Álvaro DuarteTorres
Director Unidad de Espiritualidad Eudista
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PRIMER DÍA
PREPAREMOS NUESTRO CORAZÓN
PARA CELEBRAR LA FIESTA DEL
CORAZÓN DE MARÍA
Inicio:
En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu San-
to.Amén.
Ave cor Sanctissimum
Alégrate, Corazón santo
Alégrate, Corazón manso
Alégrate, Corazón humilde
Alégrate, Corazón puro
Alégrate, Corazón ferviente
Alégrate, Corazón sabio
Alégrate, Corazón paciente
Alégrate, Corazón obediente
Alégrate, Corazón solícito
Alégrate, Corazón fiel
Alégrate, Corazón fuente de
toda felicidad
Alégrate, Corazón misericordioso
Alégrate, Corazón, lleno de amor, de Jesús y de María.
Te adoramos,
te alabamos,
te glorificamos,
te damos gracias.
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Te amamos con todo nuestro corazón,
con toda nuestra alma,
con todas nuestras fuerzas.
Te ofrecemos nuestro corazón,
te lo entregamos,
te lo consagramos,
te lo inmolamos.
Acéptalo y poséelo plenamente,
purifícalo,
ilumínalo
y santifícalo,
para que en él vivas y reines,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.Amén.
Meditación
Para celebrar debidamente la fiesta del
Corazón de María
(San Juan Eudes, El CorazónAdmirable,
Libro XI, Cap. II, Meditaciones, Preparación en la vís-
pera,Tercer punto)
Para celebrar debidamente esta fiesta del Corazón sa-
grado de la Madre del amor hermoso, es poco o mejor
nada, si empleamos solamente todos los afectos de
nuestro corazón. Apliquemos a ella todos los corazones
del cielo y la tierra, en cuanto es posible. En efecto, el
Espíritu Santo por boca de san Pablo nos asegura que
todo nos pertenece: todo es de ustedes (1 Cor 3, 21), y
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nuestro Padre celestial nos dio todo al darnos a su Hi-
jo: con él nos lo dio todo (Ro 8, 32). Tenemos derecho,
por tanto, de hacer uso de todos estos corazones como
de algo nuestro, para celebrar las alabanzas del biena-
venturado Corazón de nuestra divina Madre.
Debemos en especial pedir a nuestros ángeles de la
guarda y a todos los de-
más ángeles especial-
mente a los serafines,
que, junto con los santos
patriarcas, profetas,
apóstoles, mártires, con-
fesores, vírgenes y todos
los santos, en especial a
los santos sacerdotes y
levitas y a todos los san-
tos que han tenido devoción especial al Corazón sagra-
do de la reina del cielo, unan nuestros corazones con
los suyos y nos hagan partícipes de su devoción a esta
gran princesa; que empleen todas sus fuerzas para ayu-
darnos a celebrar dignamente esta amable solemnidad,
en cuanto es posible a la humana flaqueza.
Sobre todo ofrezcamos y entreguemos nuestros cora-
zones, nuestros cuerpos y almas, y cuanto somos, al
amor infinito del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
al amor de la Madre del Salvador; y supliquémosles
que nos asocien con ellos a este divino amor y nos pre-
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paren para celebrar esta fiesta de la manera que les sea
más agradable.
Jaculatoria: Dispuesto esta mi corazón, Dios de mi
corazón, dispuesto esta mi corazón.
Oración final
Omnipotente Dios, tú has querido que el Corazón
amantísimo de laVirgen María sea sagrario de la Divi-
nidad, trono de las virtudes, tesoro de toda santidad;
concédenos, por los méritos y oraciones de ese mismo
santísimo Corazón, llevar por siempre en nuestro cora-
zón su imagen, para que a su imitación, hagamos siem-
pre lo que sea de tu agrado y merezcamos asemejarnos
por siempre a tu Corazón.Amén.
SEGUNDO DÍA
LA IMPORTANCIA DE LA FIESTA DEL
CORAZÓN DE MARÍA
Inicio:
En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu San-
to.Amén.
Ave cor Sanctissimum (P.3)
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Lectura
El corazón y la reina de todas las fiestas
(San Juan Eudes, El CorazónAdmirable, Libro XI, Cap.
II, Meditaciones, Preparación en laVíspera, Primer
punto)
Consideremos que todas las
fiestas que se celebran en la
Iglesia son fuentes de gra-
cias, especialmente las de
nuestro Señor y las de su
bienaventurada Madre. En-
tre las fiestas de esta Madre
admirable la de su muy sa-
grado Corazón es como el
corazón y la reina de las de-
más.
Porque el corazón es la sede del amor y la caridad, y
esta es la reina de todas las otras virtudes y la fuente de
todas las gracias. Por esto, esta solemnidad es océano
de gracias y de bendiciones, no para toda clase de per-
sonas, sino solo para las que se disponen a recibirlas.
Porque nuestro Señor habiéndolas adquirido a precio
de su sangre con infinidad de tormentos hizo de ella
algo que le es infinitamente querido y precioso. Por es-
ta razón quiere que tengamos también gran estimación
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y veneración muy singular a estas gracias y por tanto
aportemos atención y diligencia particular a preparar-
nos a recibir las que el Señor nos quiere dar en esta
gran solemnidad para hacer buen uso de ellas y cele-
brarla debidamente.
Con este fin hagamos lo que sigue.
Primero, humillémonos infinitamente reconociendo
que somos del todo indignos de participar en está santa
fiesta. Primeramente, porque es fiesta de un Corazón
del todo encendido en el fuego del divino amor que
pertenece más a los serafines que a hombres pecadores
como nosotros; esta condición de pecadores nos debe
abismar en profunda humillación.
Segundo, somos además infinita-
mente indignos de participar en las
bendiciones y gracias de esta fiesta
por el mal uso que hemos hecho de
las que Dios nos ha dado en ella y
por los obstáculos que hemos apor-
tado a las que nos hubiera dispensa-
do; humillémonos, pues, ante Dios
muy profundamente a la vista de
verdades tan evidentes.
Jaculatoria: Gracias infinitas se
den a Jesús y María por el don inenarrable de sí mis-
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mos.
Oración final
Dios todopoderoso, que hiciste del Corazón de María
Virgen tu digna mansión y el trono de todas las virtu-
des; concédenos, por su intercesión, llevar en nosotros
su semejanza, para que, cumpliendo siempre tus desig-
nios, seamos conformes a tu propio Corazón. Por Cris-
to nuestro Señor.Amén.
TERCER DÍA
CONTENIDO DE LA FIESTA DEL
CORAZÓN DE MARÍA
Inicio:
En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu San-
to.Amén.
Ave cor Sanctissimum (P. 3)
Lectura
El contenido de la Fiesta del Corazón de María,
muy grande y admirable
(San Juan Eudes, El CorazónAdmirable, Libro XI, Cap.
II, Meditaciones, Para el día de la Fiesta, Contenido de
la fiesta, Primer y Segundo punto)
Consideremos atentamente cuál es el contenido de esta
solemnidad. Es el Corazón sagrado de la reina del cielo
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y de la tierra; el Corazón de la soberana emperatriz del
universo; el Corazón de la hija
única del amadísimo Padre
eterno; el Corazón de la Madre
de Dios; el Corazón de la esposa
del Espíritu santo; el Corazón
de la bondadosa madre de todos
los fieles. Es el Corazón más
digno y noble, augusto y gene-
roso, magnifico y caritativo, el
más amable, amado y amante de
los corazones de las puras cria-
turas.
Es un Corazón encendido en amor a Dios y del todo
inflamado en caridad a nosotros, merecedor de tantas
fiestas como ha producido de actos de amor a Dios y
de caridad a nosotros.
Añade a esto también el divino Corazón de Jesús que
no tiene sino un Corazón con su amadísima Madre en
unidad de espíritu, de afecto y de voluntad. Añade ade-
más los corazones de los ángeles y de los santos que no
tienen sino un solo corazón entre sí, y con su Padre y
su Madre.
Este es el contenido de esta fiesta muy grande y admi-
rable que merece veneraciones y alabanzas infinitas.
Abriga gran deseo de celebrarla con toda la devoción
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que te sea posible.
Considera que esta fiesta es día de gozo extraordinario
para nosotros pues el Corazón de nuestra divina Madre
nos pertenece por cuatro títulos:
Primero, nos pertenece porque el Padre eterno nos lo
ha dado. Segundo, nos pertenece porque el Hijo de
Dios nos lo ha dado. Tercero, nos pertenece porque el
Espíritu santo nos lo ha dado. Cuarto, nos pertenece
porque ella misma nos lo ha dado.
Consiguientemente el Corazón de Jesús y los corazo-
nes de los ángeles y los santos nos pertenecen porque
todos esos corazones hacen uno solo corazón que es
del todo nuestro.
¡Que tesoro! ¡Qué dicha y qué
provecho para nosotros! ¡Cuán
ricos somos! ¡Qué motivo de
gozo y de arrobamiento para
nosotros!
Querido Jesús mío, ¿qué te voy
a dar por tantos favores como
recibo de continuo de tu infi-
nita bondad y de la caridad in-
comparable de tu sacratísima Madre? Te ofrezco mi co-
razón. Él te pertenece por infinidad de títulos. Pero
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¿qué es ofrecerte el corazón de una nada? Te ofrezco
los corazones de todos los ángeles y de todos los san-
tos. Pero todavía es muy poco comparado con el tesoro
inmenso que me has dado al darme el Corazón de tu
santa Madre. Te ofrezco ese mismo Corazón. Él te es
más agradable que todos los corazones del universo.
Pero esto no es suficiente para cumplir enteramente
mis obligaciones. Te ofrezco tu Corazón adorable del
todo encendido en amor inmenso e infinito a ti y a tu
divino Padre.
Reina de mi corazón, te ofrezco también el corazón
muy amable y todo el amor de tu Hijo en acción de
gracias por el tesoro inestimable que me has dado al
darme tu Corazón maternal.
Jaculatoria: Corazón de Jesús y María, norma del co-
razón fiel, reina por siempre en nuestro corazón.
Oración final
¡Oh Madre de amor, une nuestros corazones con tu
Corazón maternal tan íntimamente que no puedan se-
pararse jamás; y que los corazones de los hijos no ten-
gan otros sentimientos que los del sagrado Corazón de
su muy buena Madre! Amén.
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“María no amó jamás
nada fuera de Dios y lo
que Dios quiso que
amara en él y por él.”
Director:
P. Álvaro Duarte Torres CJM
Diseño y compilación:
Hermes Flórez Pérez