La Unidad de Espiritualidad Eudista se une al sentimiento de toda la Iglesia Universal y de modo especial la Familia Eudista en la Solemnidad de la Anunciación del Señor.
La Unidad de Espiritualidad Eudista se une al sentimiento de toda la Iglesia Universal y de modo especial la Familia Eudista en la Solemnidad de la Anunciación del Señor.
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La Unidad de Espiritualidad Eudista se une al sentimiento de toda la Iglesia Universal y de modo especial la Familia Eudista en la Solemnidad de la Anunciación del Señor.
2. 1
Presentación
La Unidad de Espiritualidad Eudista se une al
sentimiento de toda la Iglesia Universal y de modo
especial la Familia Eudista en la Solemnidad de la
Anunciación del Señor.
En este folleto queremos recordar algunas de las
meditaciones de San Juan Eudes con motivo del
misterio de la Encarnación, eje central de la
espiritualidad eudista, que este año de modo particular
celebramos el lunes 8 de abril, después de celebrar la
Octava de Pascua, por coincidir la fecha del 25 de
marzo con la Semana Santa.
3. Jesús, te adoro en el momento de tu encarnación, en el
primer instante de tu vida temporal y pasible. Adoro los
portentos que entonces tuvieron lugar en ti. ¡Cuántas
grandezas se acumularon en ti y por ti en ese dichoso
instante, en relación con tu Padre, con tu Espíritu Santo,
con tu sagrada humanidad y con tu santa Madre! Qué
maravillosos pensamientos, afectos, amor y aplicación
de tu alma santa a tu Padre, en ese instante, para
adorarlo, glorificarlo y sacrificarte enteramente a su
gloria y al cumplimiento de sus designios.
La Encarnación
(O.C. I, 421)
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4. Adoro, buen Jesús, los primeros pensamientos y
actos de adoración, de oblación, de amor y de
alabanza que en ese momento diste a tu Padre.
Ciertamente, en ese solo instante, le diste más
honor y amor que todos los ángeles y los hombres
en los miles de años que antecedieron a tu
encarnación y en toda la eternidad. ¡Qué alegría
siento, Padre de Jesús, al verte tan amado y
glorificado por tu Hijo! Seas por siempre bendito,
amado y adorado, Jesús, por el honor y el amor que
diste a tu Padre en el feliz momento de tu
encarnación.
Gracias, Jesús, Amén.
3
5. 4
PROFESIONES Y VOTOS SOLEMNES DE
JESÚS EN LA ENCARNACIÓN
Podemos decir que Jesús, desde el primer instante de su
Encarnación, hizo tres profesiones y votos solemnes que
cumplió a la perfección en su vida y en su muerte.
1. Al iniciar su Encarnación hizo su profesión de obediencia a
su Padre, dejando de hacer su propia voluntad para agradarle
a Él, y en ello puso su felicidad y su alegría.
2. Hizo profesión de servidumbre a su Padre. Porque fue la
condición de siervo la que su Padre le asignó por medio del
Profeta: Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso (Is 49,3).
Y esa condición de siervo (Flp 2,7) la asumió él mismo
rebajándose a un estado y manera de vida humilde de
servicio a sus criaturas, hasta el suplicio cruel y oprobioso de
la cruz, por amor a nosotros y para gloria de su Padre.
6. 3. Hizo profesión de hostia y de víctima consagrada e
inmolada a la gloria del Padre, desde el primero hasta el
último instante de su vida.
En eso consistió la devoción de Jesús. Y si nuestra vida
es continuación de la suya, debemos incluir los mismos
elementos. Por esta razón, es indispensable que
mantengamos una unión estrecha e íntima con Jesús,
que nos adhiramos y apliquemos perfectamente
a él, en toda nuestra vida, en nuestros ejercicios y
actividades.
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(O.C. I, 266-267)
7. 6
1. ¿De qué manera prepararé y viviré la Solemnidad
de la Anunciación del Señor?
2. ¿Qué aspectos señalados por san Juan Eudes
asumiré para que el misterio de la Encarnación se
impregne en mi vida cristiana?
3. Repite a lo largo de la jornada a modo de oración:
Meditemos
"Jesús encárnate en mí, como te encarnaste en el
Corazón de María"