Este documento es una compilación de mitos y leyendas de la región de Sonora en 2014 realizada por estudiantes de primer año. Incluye siete relatos breves como "La excursión", "El último mensaje", "El Aguasa Guasu" y "Alguien bajo tu cama", entre otros, que buscan transmitir historias de terror y misterio. El prólogo presenta el objetivo de la antología.
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Mitos y leyendas de Sonora
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COLEGIO JOSE SARTO
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Compilación de mitos y leyendas
Sonora, 2014
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Mónica Abigail Rojas Reyes
Alexia Ma. Manjarrez
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Valeria de María Gutiérrez Moreno
José Manuel Ramos Machado
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2. INDICE
» Presentación……………………………….1
» La excursión………………………………..2
» El último mensaje………………………….3
» El Aguasa Guasu………………………….4
» La leyenda de Martita……………………5
» La pulsera negra…………………………...6
» La leyenda de la bañera
con hielos…………………………………..11
» Alguien bajo tu cama……………………12
3. PRESENTACIÓN
Hemos escrito y seleccionado algunas
leyendas urbanas de diferentes partes del
mundo. Al momento de escribir y leer nos
llamó la atención el terror y el misterio. Con
esta compilación queremos transmitir
algunos relatos. Esperemos y les guste
nuestra antología.
Alumnos de 1º “A”
4. La excursión
(Leyenda)
Era hace una vez un niño que iba paseando por un bosque en una excursión
familiar, pero él se alejó demasiado de ellos y se perdió. Al ya estar perdido
grita con desesperación pero es en vano, escucha ruidos que provienen de lo
más oscuro del bosque, el se acerca para ver y se encuentra con una señora
llorando le pregunta que le pasa y ella no responde, el niño se fue alejando y
cuando menos lo esperaba estaba detrás de él, la señora le pregunta: ¿Qué
pasa mi niño? Y él respondió: Estoy perdido. Ella lo ayudó a regresar con su
familia. Al momento de llegar con su familia llego solo. Los días pasaron y ya
iban de camino a casa, al pasar por un puente el niño dice: Ahí murió la
señora que me ayudó a llegar. Y apunto a un carro viejo que se había
revolcado hace tiempo.
5. El último mensaje
(Leyenda)
Hay una persona parada enfrente de mi ventana igual a ti, Justin
Pero yo estoy en mi casa viendo Peppa, Abby
Justin, se está acercando
Corre Abby Corre, escóndete en el armario, llega a Narnia y vuela en un
unicornio
Justin, tengo mucho miedo
Abby , llama a la policía
Justin, está aquí
Abby!
Abby, ¿cómo se que eres tú la que me está escribiendo esto?
Abby!!
| Abby se ha desconectado |
6. El Aguasa Guasu
(Leyenda)
Hace miles de años atrás existió un animal como un perro llamado “Aguasa
Guasu” al que los padres primerizo le daban sus hijos para que los lamiera y en
ese momento los bebes se hacían nahuales. Si en algún momento los padres
quisiera recuperar a sus hijos el Aguasa Guasu se convertía en un enorme zorro
y no devolvía a los bebes pero asesinaba a sus familiares.
7. La leyenda de Martita
(Leyenda)
Una vez en un lugar de Tokio una niña había muerto en un carrusel por querer
salir cuando estuvo en movimiento ella saltó y un caballo de carrusel le pego
en la cabeza y se la quito y sus padres ni le importo nomás se fueron y es
cuando el cuerpo de la niña llamada Martita se levanta no hay nadie y con
los ojos rojos llenos de sangre y maldad como se le cayó la cabeza se la llevo
cargando por todo Tokio y cada noche a las 2:00 am. Sale por la calle y al que
encuentre le corta la cabeza o lo persigue y lo tortura ella ha matado y
torturado a casi todo Tokio por culpa de sus padres que no les importaba.
8. La pulsera negra
(Leyenda)
Thomas era un joven médico que trabajaba de interno en un frío hospital de
Dakota del Norte. Su vocación y sus ganas de salvar vidas eran el único motivo
por el que no caía rendido de cansancio en unas interminables guardias que
podían prolongarse hasta 36 horas y que le dejaban exhausto.
Aquella noche había sido especialmente dura, el servicio de urgencias no tuvo
ni un respiro y Thomas había tenido que encargarse por primera vez de una
paciente sin el respaldo de otro doctor. Luchó por la vida de la chica, que no
debía tener más de 22 años, durante más de dos horas, pero desde que llegó
se había considerado un caso perdido y en el hospital decidieron priorizar a
otros pacientes que tenían más posibilidades de sobrevivir. Los daños que
había sufrido la joven en ese accidente de tráfico múltiple eran tan graves,
que incluso si Thomas hubiese conseguido obrar un milagro y la chica hubiese
sobrevivido, las secuelas hubiesen sido tan graves que probablemente habría
quedado en estado vegetativo.
Los médicos más experimentados del hospital habían acudido en la ayuda de
los otros accidentados y decidieron “bautizar” a Thomas con un caso
imposible para que un primer “fracaso” le hiciera comprender lo dura que es
su profesión y no empezara a creérselo demasiado. Además priorizando a
otros de los heridos habían conseguido salvar la vida de tres personas, en lo
que había sido el peor accidente de tráfico que habían registrado las
carreteras de la región en meses.
Thomas era consciente de que la chica probablemente nunca tuvo
posibilidades de sobrevivir, pero aún así se sentía destrozado por dentro y tuvo
que tragar saliva para contenerse las ganas de llorar cuando le puso una
pulsera negra a la fallecida. La pulsera negra era un protocolo de su hospital
que servía para marcar a un difunto y señalar la hora y causas de su muerte.
9. Normalmente eran las enfermeras quienes se encargaban de rellenar los datos
y ponerle la pulsera antes de mandar a un cadáver a la morgue. Pero Thomas
pensó que haciéndolo él, el recuerdo de su primer “fracaso” le serviría para
aprender y avanzar en la que puede llegar a ser una de las profesiones más
duras. Memorizó cada una de las facciones de la chica y la cubrió con una
sábana para que uno de los celadores se la llevara en una camilla por un
interminable pasillo que conducía al depósito de cadáveres.
Al finalizar su turno, Thomas parecía un zombi, su cara demacrada por el
cansancio y el fuerte impacto emocional de perder a su primer paciente le
habían dejado destrozado. No era la primera vez que alguien se moría en una
mesa de operaciones frente a él, pero esta era la primera vez que él era el
doctor al mando y el “único responsable”. En su mente repasaba todos y cada
uno de sus movimientos y trataba de buscar cual fue su error o si había algo
más que pudiera haber hecho. Pero incluso él mismo, sabía que su proceder
había sido impecable y que cuando a alguien le llega la hora es imposible
luchar contra el destino.
Cabizbajo y caminando casi dormido entró en el ascensor. Se dirigía a la
séptima planta donde tenía su ropa, lo único que quería era cambiarse e irse a
dormir a la residencia que estaba a pocas calles del edificio del hospital. Eran
las cuatro de la mañana y el hospital parecía vacío, tan absorto estaba en sus
pensamientos que casi ni se dio cuenta de que había alguien dentro del
ascensor cuando entró. Una mujer le saludó:
-Uff y yo que creía que tenía mala cara, ¿chico pero que te ha pasado?
Thomas se giró y vio a una mujer de unos cuarenta años que le sonreía, estaba
casi tan pálida como él y aunque no tenía muchas ganas de conversar la
contestó.
-Hoy ha sido un día muy duro, no se ni como estoy todavía de pie. Además he
perdido a mi primer paciente – le dijo mientras ponía un gesto que denotaba
que estaba a punto de echarse a llorar.
-Pues por la cara que pones estoy seguro que has hecho todo lo que podías,
no seas tan duro contigo mismo.
-Muchas gracias, probablemente mañana pueda verlo de otra forma – dijo
Thomas mientras se giraba a ver porque se había abierto la puerta del
ascensor en una planta que ninguno de los dos había marcado.
Al mirar fuera vio la silueta de una joven en mitad del pasillo, al terminar de
abrirse la puerta del ascensor comenzó a girarse lentamente hacia ellos.
Thomas al ver la cara de la chica dio un salto hacia atrás y pegó la espalda a
la pared del ascensor mientras señalaba a la chica que había fuera y trataba
de decir algo sin conseguir articular palabra. De repente pareció recuperar el
control de su cuerpo y se abalanzó hacia el panel del ascensor presionando
10. repetidamente el botón que cerraba las puertas. La mujer que había en el
interior del ascensor se quedó mirándole perpleja cuando la puerta se cerró
cuando faltaba menos de un metro para que la joven que había fuera entrara
en el ascensor.
-E… e… esa chica – dijo tartamudeando del susto – yo mismo la vi morir, no
pude hacer nada para salvarla y le puse esa pulsera negra.
La mujer que se había mantenido pegada a la pared sonrió y mientras
levantaba el brazo le preguntó:
- ¿Una pulsera cómo esta?
Thomas se giró a mirarla y vió como en su muñeca había una pulsera de color
negro, idéntica a las que usan en el hospital. El joven médico se desmayó del
susto y en su caída agarró fugazmente el brazo que le mostraba la mujer con
la que había compartido la charla en el ascensor.
Minutos después encontraron a Thomas aún desfallecido en el suelo del
ascensor. Todos atribuyeron su desmayo al cansancio. Pero él sabía que lo que
había pasado era real, en su mano tenía una pulsera negra que había
arrancado sin querer del brazo de la mujer que había en el ascensor mientras
caía desmayado. Al revisar la pulsera pudo comprobar que la mujer había
fallecido dos años antes en un accidente de tráfico muy similar al de la chica
que quiso salvar.
Recuperado de: http://www.leyendas-urbanas.com/la-pulsera-negra/
Consultado el 10 de septiembre de 2014
11. La leyenda de la bañera con hielo
(Leyenda)
Un joven tímido y retraído decide pasar una noche con sus amigos, que tras
mucho insistir, consiguen que los acompañe a una discoteca. El joven se
llamaba Ariel y apenas ingresó al local, se maravilló por el ambiente y la
algarabía que se vivía en el lugar. Se quedo en un rincón mientras sus amigos
se divertían pero vio como una hermosa muchacha lo observaba sin disimulo.
Esto se extendió por media hora, tras la cual y beber un par de tragos para
envalentonarse, decidió ir a charlar con ella. Inmediatamente entablaron
conversación y tras un par de besos, la chica lo invitó a ir a su departamento.
Sin ninguna duda, Ariel se dirigió con la joven hacia su domicilio, donde le
ofreció un trago mientras ella se fue al baño.
Al cabo de unos minutos comenzó a sentirse mareado y se desvaneció para
despertarse a la mañana siguiente. En medio de una nebulosa pudo
reconocer que estaba en una bañera llena de hielo y unas extrañas cicatrices
en su espalda. A un costado había un papel que decía: “Llama urgente a
emergencias si no quieres morir en pocas horas ya que te hemos extirpado los
riñones”… Se trataba de una banda de traficantes de órganos que utilizaba a
una bella joven para lograr su macabro cometido.
Recuperado de: http://www.leyendasdeterror.net/dos-leyendas-cortas-de-terror/
Consultado el 10 de septiembre de 2014
12. Alguien bajo tu cama
(Leyenda)
La citada historia le sucedió a una niña de 9 años, hija única de padres de
gran influencia en la política local; esta niña tenía todo lo que hubiese querido
y deseado una niña normal, con buena educación, pero con una soledad
incomparable. Sus padres solían salir a fiestas de caridad y reuniones del
ámbito político, y la dejaban sola.
Todo cambió cuando le compraron un cachorro de raza grande para que
cuidase a la niña cuando creciera, pasaron los años y la niña y el perro se
volvieron inseparables. Una noche como cualquier otra los padres fueron a
despedirse de la niña; el perro, ya acostumbrado a dormir con la niña, se
tumbaba bajo de la cama.
Los padres se fueron y pronto la niña se sumió en un sueño profundo,
aproximadamente a las 2:30 de la madrugada, un fuerte ruido la despertó,
eran como rasguños leves y luego más fuertes. Entonces, temerosa, bajó la
mano para que el perro la lamiese (era como un código entre ella y el perro)
al sentir su lengua en la mano se tranquilizó y durmió otra vez.
Cuando se despertó por la mañana descubrió algo espantoso: En el espejo del
tocador había algo escrito con letras rojas. Cuando se acercó, vio que era un
rastro de sangre que decía así:
“NO SÓLO LOS PERROS LAMEN”.
13. Entonces dio un grito de terror al ver a su perro desangrado en el suelo de su
habitación.
Se dice que cuando los padres la encontraron ella no decía otra cosa más
que:
“¿Quién me lamió?” y decía el nombre de su perro, se volvió loca y hasta la
fecha está en un manicomio y sus padres, tratando de olvidar lo que hallaron
en el cuarto y a su hija, se fueron al extranjero.
La incógnita más grande es: según los que fueron a investigar al cuarto de la
niña, el perro ya estaba muerto, desangrado en el suelo, desde hace horas.
¿Quién le lamió la mano a la niña debajo de la cama?
Recuperado de: http://www.leyendas-urbanas.com/alguien-bajo-tu-cama/
Consultado el 10 de septiembre del 2014