Las úlceras por presión son una preocupación común en la población geriátrica debido a la inmovilidad y la pérdida de sensibilidad. Sin embargo, las enfermeras pueden tomar medidas preventivas como revisar a los pacientes con frecuencia, cambiar sus posiciones y usar colchones especiales para redistribuir la presión sobre la piel. Estas estrategias simples pueden ayudar a prevenir lesiones graves y mejorar la calidad de vida de los ancianos.