2. Los apetitos contrarios
entre ángeles buenos
y malos nacen de la
variedad de sus
voluntades y deseos.
La naturaleza de los
La bienaventuranza
Ángeles es una misma, de los unos es unirse
por conveniencia. con Dios y la causa de
la miseria y desgracia
es el no unirse con él.
Ángeles y Hombres
forman una sociedad.
Cap. I
Fundan dos ciudades
una en los buenos y
otra en los malos.
3. “Yo soy el que soy” Ninguna esencia es
contraria a Dios.
Porque Dios es sumo,
inmutable y divina
majestad.
Él es quién distribuye el
ser en más o menos; y
ordena por sus grados
la naturaleza de las
esencias, y por
consiguiente, a la
naturaleza, de donde
proceden todas los
entes.
4. Los enemigos de Dios
por voluntad contraria
contradicen y resisten
a su mandato, a
causa de sus vicios.
Se dañan a sí mismos y
no al señor en cosa
alguna.
Son enemigos por la Dios es inmutable y
voluntad que tienen totalmente incorruptible
de resistir, y no por la
potestad. Cap. III
5. La naturaleza de las cosas irracionales o que
carecen de vida en genero y orden, no
desmerecen de la hermosura y el decoro del
universo
No deben igualarse las cosas celestiales ni
terrenas, ni deben éstas faltar en el universo, por
que las otras son mejores. Si no porque convenía
que las menores se rindiesen a las mayores.
6. El Creador es loable
en todos los modos y
especies de la
naturaleza.
Toda esencia es
obra de sus manos.
Ni por la ofensa de
vicio alguno debe
ser reprendido;
antes, por la
consideración de
toda la naturaleza,
debe ser alabado.
7. La causa de la
bienaventuranza y la
miseria de los
ángeles, se infiere
porque:
Los ángeles buenos
están unidos al
Sumo.
Los ángeles malos le La soberbia, primer
dieron la espalda al defecto, primera falta
Sumo Dios mediante y primer vicio de la
el vicio de la naturaleza angélica.
soberbia, que es el
origen de todo
Cap. VI
pecado.
8. La causa eficiente de la
mala voluntad no debe
buscarse, por cuanto no es
eficiente, sino deficiente,
supuesto que ella tampoco
es efecto, sino defecto.
Querer hallar las causas de
estas defecciones es como
si uno quisiese ver las
tinieblas u oír el silencio, esto
no se conoce por medio de
su espacio, sino por su
privación.
9. El amor perverso con La avaricia no es el vicio
que la voluntad se del oro, sino del hombre
aparta del bien que ama perversamente
inmutable y se inclina al oro dejando la justicia.
al bien mudable.
No porque se inclina a
las cosas malas, sino
porque malamente se
inclina; esto es, no a
las naturalezas malas,
sino porque
malamente pasa
contra el orden de las
naturalezas.
De lo que es Sumo a lo
que es menos.
10. Los seres formados
de la nada cuando
más son y obran el
bien tienen causas
eficientes, pero
cuando faltan, y con
esto obran
perversamente
tienen causas
deficientes.
11. Los santos ángeles,
al que tienen por
Creador de su
naturaleza, lo tienen
también por autor
de su buena
voluntad,
difundiendo en ellos
su caridad por el
Espíritu Santo.
12. Dios derramó en sus
santos ángeles el
amor y caridad por
lo que le tributan la
debida alabanza y
gloria al Creador; y
en aquel sumo bien
de la Sagrada
Escritura: “Mi bien y
bienaventuranza es Componiendo la
unirme con Dios”. ciudad de Dios.
13. La opinión de aquellos que creen que así como el
mundo existió por siempre, los hombres también
existieron.
Estas son vanas conjeturas de los hombres que
ignoran lo que dicen de la naturaleza o creación
del género humano.
Dicen lo que imaginan, y no lo que saben.
14. La falsedad de la historia
plasmada en algunos
escritos (egipcios y
griegos)., dicen que la
historia contiene millares de
años.
Mientras que en la Sagrada
Escritura, consta no haber
transcurrido desde la
creación del mundo hasta
la actualidad más de 6 mil
años.
Pero, la orbe había de
darles crédito a sus
engaños.
15. Los que opinan que el mundo se
reproduce y pretenden que con pocos
hombres se pueden reparar generaciones
extinguidas.
El mundo no es eterno
16. Los que tienen por
inconveniente la
creación tardía del
mundo.
Al igual que cuando
se trató el principio y el
origen del mundo a
los que no quieren
creer que no fue o
existió siempre, sino
que empezó a ser.
Lo mismo se les
responderá sobre la
creación del hombre.
17. Algunos filósofos
incluyen la revolución
de los siglos dentro de
un cierto y limitado fin.
Creen que todas las
cosas volvían siempre
a un mismo orden y a
una misma especie.
Tratan de resolver esta
controversia mediante
el circuito y la
revolución de tiempos.
18. “Los impíos andan en
circuito”
No porque ha de
venir a dar la vuelta su
vida por los circuitos
imaginarios que cree,
sino por el camino
errado que llevan su
falsa doctrina.
19. La temporal
creación del
hombre, la cual hizo
Dios, y se ignora que
principio tuvo, ni que
final tendrá el linaje
humano.
Esta grandeza y
majestad de Dios no
se puede ser
comprendida por
ningún
entendimiento
humano.
20. El Señor fue siempre
Señor así como siempre
fue Dios.
No se debe dudar de los
altos decretos de Dios.
Pues los pensamientos
de los mortales son falsos
y tímidos, inciertos y
engañosos sus discursos.
Su cuerpo es corruptible “En el principio hizo Dios
agrava el alma y oprime el cielo y la tierra”
el espíritu.
21. Dios prometió al hombre
vida eterna.
La verdadera fe sostiene
que en ninguna ciencia
pueden comprenderse
los designios de Dios, ni
las cosas que son
infinitas.
Los infieles procuran
torcer el camino recto a
nuestra sencilla y piadosa
fe.
22. Contra los que dicen
que las cosas que son
infinitas no las puede
comprender ni aún la
ciencia de Dios.
Pero, si lo que
comprende la ciencia
se limita a la
comprensión del que
posee la sabiduría, sin
duda que cualquiera
infinidad en cierto “todo lo dispuso según
modo inefable es medida, número y peso”
infinita y limitada para
Dios, pues no es “todos nuestros cabellos,
incomprensible a su dice, están contados”
ciencia.
23. Contra la impiedad de
los que dicen que las
almas que gozan de la
suma y verdadera
bienaventuranza han de
tornar una y otra vez por
los circuitos de los
tiempos a las mismas
miserias y aflicciones
pasadas.
Más, si en la eternidad
nuestra desdicha será
dichosa, y no hemos de
tener memoria, hay que
darse por
bienaventurado en Dios.
Sin caer en los engaños.
24. Dios crio al principio a un solo
hombre, del cual multiplicó al
género humano.
Y cuya naturaleza la criaba en
cierto modo intermedia entre
los ángeles y las bestias.
Si se sujetase a su Criador,
hubiese alcanzado la
bienaventurada inmortalidad
sin fin.
Más, si usando su libre
voluntad con soberbia esta
destinado a la muerte y la
pena eterna.
25. Supo y previó Dios que
el primer hombre que
crio había de pecar.
Estando sujeto a
muerte , había de
procrear y propagar
hombres asimismo
sujetos a muerte.
Pero la gracia de Dios,
los absolvió de los
pecados y justificado
por el Espíritu Santo, le
había de unir en la
paz eterna.
26. Del primer hombre nació
toda la plenitud del linaje
humano.
En el linaje humano hay dos
congregaciones de
hombres como dos
ciudades:
De él habían de nacer,
unos que se juntarían con
los ángeles malos en las
penas y tormentos.
Otros con los buenos en el
premio eterno por oculto,
pero justo juicio de Dios.
27. “Estando todas las sendas y disposiciones
del Señor llenas de misericordia y verdad”, ni
su gracia puede ser injusta, ni cruel su
justicia.
GRACIELA CARRO MIRANDA.
2 “A”