Este documento analiza el mandamiento de Jesús de amarnos los unos a los otros como Él nos amó. Explica que este mandamiento es nuevo porque requiere que nos amemos con el mismo amor divino con que el Padre ama al Hijo. También destaca que donde haya amor mutuo entre los cristianos, allí estará presente Jesús y a través de esa comunidad continuará revelándose al mundo.
2. «Os doy un mandamiento nuevo:
que os améis unos a otros;
como yo os he amado,
amaos también unos a otros“
(Jn 13,34)
3. Querrás saber cuándo dijo Jesús estas palabras.
Pues bien, habló así antes de iniciar su pasión.
Fue entonces cuando pronunció un discurso de despedida que
constituye su testamento, del que estas palabras forman parte.
5. Si lo que dice un padre antes de morir,
es algo que nunca se olvida, ¿qué ocurrirá con las palabras de
un Dios? Así pues, tómatelas muy en serio y tratemos
juntos de entenderlas profundamente.
6. "Os doy un mandamiento nuevo:
que os améis unos a otros;
como yo os he amado, amaos también unos a otros“.
7. Jesús se dispone a morir, y todo lo que dice refleja
este próximo evento. En efecto, su marcha inminente requiere
ante todo resolver un problema. ¿Cómo puede Él permanecer entre
los suyos para poner en marcha la Iglesia?
8. Ya sabes que Jesús está presente, por ejemplo,
en los actos sacramentales:
en la Eucaristía de la misa Él se hace presente.
9. Pues bien, también donde se vive el amor mutuo está presente
Jesús, pues Él dijo: "Donde dos o tres están reunidos en mi
nombre (y esto es posible mediante el amor recíproco),
allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20).
10. O sea, en una comunidad cuya vida profunda es el amor
recíproco, Él puede permanecer eficazmente presente.
11. Y a través de la comunidad puede seguir revelándose al mundo,
puede continuar influyendo en el mundo.
12. ¿No te parece espléndido?
¿No te dan ganas de vivir inmediatamente este amor
junto con los demás cristianos, tus prójimos?
13. Juan, que relata las palabras que estamos meditando,
ve en el amor recíproco el mandamiento por excelencia de la
Iglesia, cuya vocación es precisamente ser comunión, ser unidad.
14. «Os doy un mandamiento nuevo:
que os améis unos a otros;
como yo os he amado,
amaos también unos a otros“.
16. De modo que si quieres buscar la verdadera marca de
autenticidad de los discípulos de Cristo, si quieres conocer su
distintivo, debes detectarlo en el amor recíproco puesto en
práctica. Los cristianos se reconocen por este signo. Y, si éste
falta, el mundo dejará de descubrir a Jesús en la Iglesia.
17. «Os doy un mandamiento nuevo:
que os améis unos a otros;
como yo os he amado,
amaos también unos a otros“.
18. El amor recíproco crea la unidad.
Y ¿qué es lo que obra la unidad?
" Que sean uno... Para que el mundo crea"(Jn 17,21),
Sigue diciendo Jesús.
19. La unidad, que revela la presencia de Cristo,
arrastra al mundo detrás de Él.
Ante la unidad, ante el amor recíproco, el mundo
cree en Él.
20. «Os doy un mandamiento nuevo:
que os améis unos a otros;
como yo os he amado,
amaos también unos a otros».
21. En este mismo discurso de despedida,
Jesús llama suyo a este mandamiento.
Es suyo, y como tal le importa especialmente.
22. No debes entenderlo simplemente como una norma,
una regla o un mandamiento como los demás.
Aquí Jesús quiere revelarte un modo de vivir,
quiere decirte cóme plantear tu existencia.
23. En efecto, los primeros cristianos ponían este
mandamiento como base de sus vidas. Decía Pedro:
«Ante todo, mantened un amor intenso entre vosotros»
(1 P 4,8).
24. Antes de trabajar, antes de estudiar,
antes de ir a misa, antes de cualquier actividad,
comprueba si reina el amor mutuo entre tú y quien vive contigo.
Si es así, sobre esta base todo tiene valor.
Sin este fundamento nada es agradable a Dios.
25. Jesús te dice además que
este mandamiento
es nuevo.
«Os doy un mandamiento
nuevo».
¿Qué quiere decir?
¿Tal vez que
este mandamiento no era
conocido?
No.
Nuevo significa
hecho para los tiempos
nuevos.
Entonces ¿de qué
se trata?
26. Mira: Jesús murió por
nosotros. Es decir, nos amó
hasta la medida extrema.
Y ¿qué tipo de amor era?
Ciertamente no como el
nuestro.
Su amor era divino.
Él dice: «Como el Padre
me ha amado, así os he
amado yo» (Jn 15,9).
Es decir, nos amó con el
mismo amor
con que se
aman el Padre y Él.
27. Y con ese mismo amor debemos amarnos mutuamente
para poner en práctica el mandamiento nuevo.
Ahora bien, semejante amor, tú hombre o mujer, no lo tienes.
28. Pero alégrate, porque lo recibes como cristiano.
Y ¿quién te lo dá?
El Espíritu Santo lo infunde en tu corazón y
en el corazón de todos los que creen.
29. De modo que hay una afinidad entre el Padre, el Hijo y
nosotros, los cristianos, gracias al mismo amor divino
que poseemos. Este amor nos introduce en la Trinidad. Y es
este amor el que nos hace hijos de Dios.
30. Por este amor, el cielo y la tierra están conectados
como por una gran corriente.
Por este amor la comunidad cristiana es elevada a
la esfera de Dios y la realidad divina vive en la tierra
donde los creyentes se aman.
31. ¿No te parece divinamente bello todo esto y
extraordinariamente fascinante la vida cristiana?
32. «Os doy un mandamiento
nuevo: que os améis
unos a otros;
como yo os he amado,
amaos también unos a
otros». (Jn 13,34).
“Palabra de Vida”,
Texto de: Chiara Lubich, publicado en Ciudad Nuerva, n. 299 (5/1994), p.33.
Este comentario de la Palabra de Vida se traduce a 96 lenguas e idiomas,
incluido el gallego, y llega a varios millones de personas en todo el mundo
a través de prensa, radio, televisión e internet.
33. Nota de los Secretariados de Catequesis de Galicia
“A PALABRA DE DEUS, CORAZÓN DA CATEQUESE”:
“Hemos comprendido que nuestras diócesis y el mundo necesita una
cura de Evangelio porque sólo la Buena Nueva puede devolverle la vida
que le falta. Por eso se nos invita a vivir la Palabra de Vida, o de
cualquier otro modo la Palabra de Dios, por ejemplo la que se proclama
cada domingo en la celebración de la Eucaristía”.
¡Seamos evangelios vivos, palabras de vida, otro Jesús¡
Y así imitaremos a María Santísima, la Madre de la Luz, del Verbo: la
palabra viva.
“A nosotros no nos basta con vivirla cada uno por su cuenta; es necesario además
que nos comuniquemos mutuamente nuestras experiencias sobre ella. Así nos
evangelizaremos como individuos y como comunidad: somos Jesús cada vez más,
individualmente y colectivamente” (C.L.).
Comunicarnos la luz que recibís desde la Palabra y la vida que se va
construyendo en vosotros desde ella (podéis hacerlo por correo electrónico:
eugonz5@gmail.com; catequese@planalfa.es).