2. No desear nada malo al otro de la misma manera que
no quieras nada malo para ti.
Ama al prójimo como a ti mismo.
ES FACIL SEGUIR ESTA RELIGIÓN
Este tipo de religión no exige
nada, no desea ni quiere nada
malo, pero si sucede no tiene
obligación de ayudar.
3. Perdona a todos, incluso a tus enemigos.
Ama al prójimo como yo te he amado. en esto
conocerán que sois mis discípulos.
LA EXIGENCIA DEL VERDADERO AMOR CRISTIANO
Este tipo de religión es
exige e involucra a sus
integrantes, va hacia los
demás con amor.
4. Ya en el Antiguo Testamento Dios había dicho:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lv
19,18), pero la novedad de Cristo consiste en
el hecho de que amar como Él nos ha amado
significa amar a todos, sin distinción, incluso a
los enemigos, “hasta el extremo” (Jn 13,1).
AMAR AL PRÓJIMO COMO CRISTO
NOS AMA.
5. EL AMOR DE DIOS EN EL A.T.
Para darse a conocer a la
humanidad, Dios eligió
al pueblo de Israel.
Fue conociendo a Dios de un modo
progresivo, conforme se lo iba
desvelando Dios por medio de
acontecimientos de su historia y por
las enseñanzas de los profetas, que
se recogieron en los libros sagrados.
6. “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de
Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”
(Ex 3,6). Asi se presenta Dios al hablarle a
Moisés, al cual le pide liberar a su pueblo.
Moisés quiere conocer el nombre de quien lo
envía, y Dios le responde: Yavé, palabra hebrea
que significa “yo soy el que soy”, “el que es” o
simplemente “yo soy”.
Nombre misterioso y lleno de significado, nos
muestra que Dios. De esta manera Él toma
nuevamente la iniciativa para salvar al
hombre.
DIOS EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO
7. A lo largo de los siglos:
Israel se da cuenta de que Dios siempre ha actuado con
un amor gratuito:
Los profetas comparan el amor de dios a Israel con el
amor de un padre y de una madre a su hijo (Os 11, 1;
Is 49, 14-15) o del esposo a su amada (Is 62, 4-5).
8. Al llegar al Nuevo Testamento,
ese amor llegará a su máxima
expresión: Tanto amó Dios al
mundo que dio a su Hijo único,
para que todo el que crea en él
no perezca, sino que tenga vida
eterna. (Jn 3, 16). Y como cumbre
de toda la Revelación bíblica san
Juan escribe estas palabras: Dios
es amor (1 Jn 4, 8)
9. Tarea
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del amor de Dios hacia los hombres.
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