4. Esta unión hoy se nos manifiesta en el
mandamiento del amor.
5. El evangelio de este día es continuación de la alegoría
de la vid y los sarmientos. Podemos decir que es una
conclusión o consecuencia. Así les decía Jesús, cuando
estaban en la “Última Cena”: (Juan 15,9-17).
6. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Como el
Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en
mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en
mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos
de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de
esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría
llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis
unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más
grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois
mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo
siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a
vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi
Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que
me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he
destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros."
7. Hoy Jesús nos
enseña que, si nos
tenemos que amar,
es principalmente
porque Dios es
amor. Esta ha sido
la gran revelación
de Jesús. Dios, más
que otra cosa, es
amor. De ahí viene
toda la existencia
del mundo y de
nosotros.
8. A veces los
técnicos
expresan el
origen del
mundo por
medio de
una
explosión
cósmica. Si
hay
explosión de
materia,
Alguien la
tiene que
haber
puesto.
El hecho
es que
todo el
universo
Dios lo ha
hecho con
inmenso
amor.
9. El amor es la
esencia de Dios. No
puede hacer otra
cosa sino amar. Es
una fuente de amor
que circula ardiente
entre el Padre, el
Hijo y el Espíritu
Santo. Es como una
hoguera viva de
amor. Es la canción
eterna del amor.
10. Desde esta
verdad todo se
va iluminando.
Por eso todo
debe ser
comprendido e
interpretado
desde esta
realidad del
amor de Dios y
en Dios.
11. Todo ese amor de Dios está en Jesucristo. Él es nuestro
ejemplo para todo amor. Por eso nos dice Jesús:
26. El amor de Jesucristo
es la expresión
humana del amor de
Dios. Ha venido para
enseñarnos el amor
del Padre, amando
como el Padre nos ha
amado, con toda la
fuerza, la intensidad y
la generosidad del
amor de Dios. Así es el
corazón de Jesucristo.
27. El amor de Jesucristo es un amor que salva, que libera.
32. Es un amor
de amigo,
de esposo,
de madre,
de padre,
de salvador
y sobre
todo de
Dios.
33. El amor grande
de Jesús se
mostró, sobre
todo, dando su
vida por
nosotros,
muriendo en la
cruz.
34. Jesús nos enseñó la predilección de su amor: por los
pequeños, los pobres, los débiles, los que sufren, los
marginados.
35. En la parábola del buen samaritano nos muestra su
misericordia, que se acerca y cuida de nosotros.
36. Ante ese ideal, que es el amor más perfecto posible,
nos dio el mandamiento del amor.
37. El amor entre
nosotros debería
provenir de la
misma esencia
humana, ya que
hemos sido creados
“a imagen y
semejanza de Dios”.
Pero como somos
débiles y nuestra
libertad nos puede
jugar una mala
pasada, Jesús lo ha
tenido que hacer un
mandamiento.
38. Y en este tiempo de resurrección, ya cercana la
Ascensión, la Iglesia nos recuerda este mandamiento
del amor para que vivamos resucitados. Para ello Jesús
nos dice:
47. Jesús, como
mandamiento
principal, no
nos dice que
recemos
mucho, que
ayunemos,
que
trabajemos o
produzcamos,
sino que nos
amemos.
Porque, si nos
amamos, viene
lo demás.
48. No debería ser un
mandamiento, sino
una necesidad:
para ser, para
crecer. Pues cuanto
más uno ama, es
más en su
personalidad, en su
esencia humana,
que tiende a la
divina.
49. Ya hemos
dicho que no
se trata de un
amor
cualquiera,
sino imitando
en esencia, en
ideal, al de
Jesucristo. Es
un amor hasta
el fin.
50. Por eso el amor
debe ser
progresivo: Debe
ir creciendo con
el trato a los
demás. Debe ser
concreto y
liberador. Y debe
llevar a una
alegría
verdadera.
51. Y debe llegar hasta dar la vida por los demás. En
realidad ha habido muchos que han dado su vida por
sus semejantes.
Por eso
nos dice
Jesús que
no hay
mayor
amor que
dar la vida
por sus
amigos.
52. Y es que no hay mayor amor que dar la
vida, que dar la vida por amor.
Automático
67. Ante tanta
generosidad de
Jesús ¿qué
vamos a hacer
nosotros? Por lo
menos
demostremos
nuestra verdadera
amistad con Él,
que debe
repercutir hacia
todos.
68. Este amor de Jesús es gratuito, por eso merece
nuestra gratitud ante tantas maravillas. Una de ella es
el habernos elegido para pertenecer a su Iglesia.
69. Hoy en la 1ª lectura
san Pedro va a
sentirse llamado o
elegido para llevar la
buena nueva del
amor a otras
personas que antes
no habían conocido
a Dios.
Hechos de los
apóstoles 10,25-
26.34-35.44-48
70. Cuando iba a entrar Pedro, salió Cornelio a su encuentro
y se echó a sus pies a modo de homenaje, pero Pedro lo
alzó, diciendo: "Levántate, que soy un hombre como tú."
Pedro tomó la palabra y dijo: "Está claro que Dios no
hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la
justicia, sea de la nación que sea." Todavía estaba
hablando Pedro, cuando cayó el Espíritu Santo sobre
todos los que escuchaban sus palabras. Al oírlos hablar
en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios, los
creyentes circuncisos, que habían venido con Pedro, se
sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se
derramara también sobre los gentiles. Pedro añadió: "¿Se
puede negar el agua del bautismo a los que han recibido
el Espíritu Santo igual que nosotros?" Y mandó
bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Le rogaron que se
quedara unos días con ellos.
71. San Pedro se ve
llamado por Dios
para anunciar el
Evangelio a gentes
de otras razas, de
otros pueblos. Y no
lo entiende hasta que
viene el Espíritu
Santo sobre ellos y
se da cuenta que
ellos también son
elegidos de Dios.
72. Algo muy importante en esta primera lectura es que se
aprecia la dignidad del ser humano. Aquel Cornelio no
era israelita, pero era buena persona y era amado por
Dios.
73. San Pedro no sabía que el Espíritu Santo podría venir
sobre esa familia. y siente que aquel es un hombre igual.
74. Por eso Pedro le levanta
y le dice que es un
hombre igual que él.
75. Es el sentido de la dignidad humana. Nadie ha nacido
para ser esclavo. Todos podemos ser iguales ante
Dios, porque “todo hombre es mi hermano”.
79. Todo hombre es mi hermano
de cualquier raza o color.
Hacer click
80. En verdad Dios no
ha venido para que
nos postremos
ante Él, sino para
levantarnos. Dios
no quiere
achicarnos, sino
elevarnos. Cuando
más cerca de Dios,
más crece el ser
humano.
81. Si nos queremos
postrarnos ante
Dios, quiere que
nos postremos ante
el necesitado. Es
como postrarse ante
Dios. Por eso, si
queremos imitar a
Jesús, debemos
ocuparnos en
levantar a los caídos
y devolver la
dignidad a las
personas que la
hayan perdido.
82. El evangelista san Juan nos viene a decir lo mismo,
algo más condensado en su primera carta. Es la 2ª
lectura de hoy que dice así: (1Juan 4,7-10).
83. Queridos hermanos, amémonos unos a
otros, ya que el amor es de Dios, y todo el
que ama ha nacido de Dios y conoce a
Dios. Quien no ama no ha conocido a
Dios, porque Dios es amor. En esto se
manifestó el amor que Dios nos tiene: en
que Dios envió al mundo a su Hijo único,
para que vivamos por medio de él. En esto
consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que él
nos amó y nos envió a su Hijo como
víctima de propiciación por nuestros
pecados.
84. Dios es amor, nos dice claramente san Juan.
Muchas veces se ha manchado la imagen de
Dios, como si fuese un guerrero que pretende
matar. Dios es amor y quiere la vida.
85. Jesús nos enseñó que Dios es Padre. También
podríamos decir que es Madre. Es todo lo mejor del
amor. Y como Dios es amor, todo lo que hizo y hace, la
creación, es un acto continuo de amor.