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Semana Santa 2016 | 1
La nueva
evangelización
a Semana Santa es una gran película de la Pasión,
no tan dolorosa como la de Mel Gibson aunque
sí tan estremecedora como la de Carlos Colón.
Es un gran estreno con un gran reparto. Con
imágenes que tallaran artistas y artesanos, devotos de un Dios
que esculpieron en la madera. Con una banda sonora en forma
de ‘Al Señor de la Cañilla’ o ‘Mi
Amargura’. Con un guión que
han escrito durante todo un año
numerosos cofrades que con su
trabajo consiguen una gran
puesta en escena. Esta
gran película conmue-
ve a los espectadores.
La Semana Santa
es el testimonio de
la nueva evange-
lización. Estamos
ante una sociedad que
olvida y elude a Dios. Según
defienden, no hay sitio para Él
en un mundo “avanzado y con
estudios”. Según explican, es
ilógico creer en un Dios que
sólo permite injusticias y bar-
baridades. Normal decir eso,
porque la lógica de Dios no
entra en la cabeza hu-
mana. Cristina López
Schlichting –directora
de Fin de Semana Cope–
escribe en estas páginas
que “en Semana Santa
celebramos que Dios se
ha hecho hombre y nos ha abrazado tanto, tanto, que hasta se ha
echado la muerte a las espaldas, la peor muerte. Y que luego la ha
vencido en nombre de todos, resucitando”.
Las hermandades están llamadas a ser el instrumento de san-
tidad para tantas personas que huyen de las iglesias; el foco que
alumbre a unos corazones apagados y que se encienden al ver la
‘chicotá’ de un misterio a los sones de un banda de cornetas y tam-
bores en la mágica noche granadina. Son los nazarenos y costaleros
los nuevos apóstoles, encargados de llevar el testimonio que Cristo
nos da en la Pasión a las gentes de Granada, que como hace siglos
desconocen la imagen de Dios. Los costaleros, con su oración al
compás de una marcha, y los penitentes, con su oración callada y
anónima demuestran que su vida es un único gran camino hacia
Dios, algo posible hoy en día en la vida cotidiana de cada nazareno.
Especialmente en este Año de la Misericordia que la Iglesia
propone, las hermandades deben ser las “islas de la misericordia en
medio del mar de la indiferencia”, como indicó el Papa Francisco
en su carta al comienzo de esta Cuaresma. En Granada la Miseri-
cordia de Dios se llama Silencio. El crucificado de José de Mora
es el mejor ejemplo para el cristiano de la misericordia del Salva-
dor, del que lo entrega todo para no recibir nada a cambio. De su
imagen aprendemos que la terrible cruz de cada día es en realidad
una oportunidad para amar y
ser feliz.
Con un cirio, con un
incensario, con un tambor
o con un costal en la cabeza
estamos llamados a cambiar
el mundo, a demostrar que
la misericordia de Dios no
tiene límites y que todos
tenemos cabida en una her-
mandad de nazarenos que se
llama Iglesia.
Índice
Editorial y créditos ...................1
Firmas ........................................2
Cruz de Guía...........................17
Misterios..................................35
Amargura.................................54
Historia ....................................63
Misericordia............................91
Bajo el capillo....................... 109
EDITA:
COPE GRANADA
DIRECTOR:
LUIS GUIJARRO
DIRECTOR COMERCIAL:
GABINO GARCÍA
COORDINADOR:
LAUREANO SANTANA
COPE GRANADA no participa
necesariamente de las opiniones que se
han podido verter en los artículos de esta
publicación
87.6 F.M. - 900 O.M. @COPEGranada
FIRMAS COLABORADORAS:
Monseñor Javier Martínez, Monseñor Ginés
García, José Torres, José Entrena, Fernando
G. Barriocanal, Luis Guijarro, Jorge de la
Chica, Mariano S. Pantoja, Fernando Egea,
Alfonso Valenzuela, Nelson J. Cea, Felipe
Cañizares, Cristina L. Schlichting, Joseba
Aguado, Antonio M. Molina, Juan M.
Cañizares, Manuel Ocón, José Mª Valverde,
Jesús J. Gómez, Francisco J. Pinto, David R.
Jiménez Muriel, Antonio Entrena, Hermano
Hdad. Silencio, Álvaro Barea, Fray Juan J.
Hernández O.H., Ángel Henares, Manuel
Cociña, Mª Mar Peña, Cecilio Aguilar, Juan
A. Ortiz, Alvaro Lirio
FOTOGRAFIA PORTADA:
Fernando López
FOTOGRAFIAS: Fernando López, José
Velasco, Efrén Cea, José Castro, Jorge
Fernández, archivo de Manuel Ocón, archivo
de José Carvajal, Antonio Orantes, Francisco
L. Porcel, EGC, Hermandad Jesús Despojado
y Hermandad Señor Meditación.
DISEÑO, MAQUETACIÓN E IMPRESIÓN:
DEPÓSITO LEGAL: GR-760-2014
IMPRESO EN GRANADA-ESPAÑA
EJEMPLAR DE DIFUSIÓN GRATUITA
L
2 | Semana Santa 2016
ay que salir de nuestro
mundo para entrar en el
mundo de Dios. Nues-
tro mundo es el mundo
de la justicia, de la acusación, del echar
en cara, del reproche. El mundo de Dios
es el mundo del abrazo más fuerte. Don-
de abundó el pecado, sobreabundó la
gracia: el abrazo más fuerte que Dios nos
da a cada uno porque quiere, por encima
de todo, que participemos de su vida, de
su alegría, de su gozo, de la belleza infi-
nita de su amor”. En la apertura del Año
de la Misericordia el Arzobispo de Gra-
nada explicaba qué es el Año de la Mise-
ricordia, que, en este tiempo de Cuares-
ma y Semana Santa, adquiere aún más
relevancia.
¡Qué delicia cuando todos los her-
manos están unidos! “Alégrate, hija de
Sión, disfruta con todas tus fuerzas, Je-
rusalén”. Iglesia del Señor. Esas palabras
van dirigidas a ti, van dirigidas a cada
uno de nosotros y a ese cuerpo, a esa
unidad, a esa familia que formamos to-
dos nosotros. ¿Por qué? Porque el Señor
está en medio de nosotros, viene a no-
sotros. Y viene a nosotros no en el gesto
pequeño, minúsculo, del agua bendeci-
da que en memoria del Bautismo hemos
recibido al comienzo de la Eucaristía.
Viene a nosotros para unirse a nosotros
y para transformar nuestras vidas.
El comienzo del Año de la Miseri-
cordia es una provocación a esa trans-
formación, que nos es dada, que nos es
ofrecida, que nos viene en Cristo, y que
el mundo necesita como aire fresco para
respirar.
Hay dos categorías, dos palabras,
que han desaparecido del vocabulario
del mundo moderno, que no tienen, casi
no tienen significado para el hombre de
hoy. Una es la palabra Sacramento, que
lo que pensamos es una ceremonia rara
que se hace en la Iglesia, poco más o me-
nos. Y un Sacramento es, en cambio, el
don fiel y permanente de Cristo a nues-
tra humanidad, en las múltiples formas
en las que Él se lo ha entregado, en los
signos, en los que Él se lo ha entrega-
do a la Iglesia. Pero es el don de Cris-
to a nosotros, el don de la vida divina, el
don que nos hace hijos de Dios o cuida
de nuestro ser hijos de Dios o nos per-
dona los pecados, o en el matrimonio,
por ejemplo, hace posible la profundi-
dad abismal que puede tener el amor es-
ponsal de un hombre y una mujer a la
luz y con la fuerza y la gracia del amor
de Jesucristo.
Siempre, los Sacramentos son un
gesto de Cristo en favor nuestro, en bien
Año de la Misericordia:
una oportunidad de conversión
y de luz para el mundo
Mons. Javier Martínez. Arzobispo de Granada
H
A b d G d
Firmas
4 | Semana Santa 2016
nuestro; no cosas que nosotros hacemos
por Dios, cosas que Dios hace por no-
sotros. La palabra es una palabra desco-
nocida y eso hace, debilita nuestra vida
cristiana porque sólo cuando uno en-
tiende lo que son los Sacramentos em-
pieza a entender la vida entera como un
signo de Dios, a la luz de esos dones de
Cristo en los que Él comunica su vida a
nosotros, nos comunica, se nos da, ín-
tegramente a nosotros, en cada Comu-
nión, en cada Bautismo, en el Perdón de
los pecados, siempre, en cada Sacramen-
to. A la luz de eso, se empieza a entender
la belleza del amanecer de esta maña-
na, o la belleza de un bosque, o la be-
lleza de un rostro humano, del que de-
cía ese gran director de cine danés, que
fue Dreyer, es el único paisaje que los
hombres jamás se cansarán de explorar:
la belleza del rostro humano, donde está
impresa, como en una obra de arte úni-
ca, la imagen y la semejanza de Dios, la
apertura al Misterio infinito de Dios.
Dios mío, todo eso perdemos la capa-
cidad de comprenderlo en cuanto per-
demos el concepto de Sacramento. Pero
no me paro ahí.
El otro concepto que es extrañísimo
a nuestro mundo del mundo cristiano,
que hemos perdido, y hemos perdido
muchas veces incluso los cristianos, es
que la categoría más importante de la re-
lación humana es la de misericordia por-
que Dios es amor. Y por lo tanto, nues-
tras relaciones o están fundamentadas
sobre el amor o no están fundamentadas
sobre nada, y entonces son relaciones
que acaban en violencia, siempre: vio-
lencia dentro del matrimonio, violencia
entre los hermanos, violencia entre los
padres y los hijos, los hijos y los padres,
violencia entre la familia más extendida,
o la familia política, violencia en la con-
vivencia en el pueblo, violencia entre las
naciones y los pueblos y las lenguas. Co-
sas que separan. Ésa es la obra del ene-
migo. Ésa es la obra de satán siempre:
separar, dividir. Eso es lo que significa la
palabra “diablo”, etimológicamente en
griego, el que divide, el que separa. En
cambio, Dios es el que une. Dios es el
que hace florecer el amor en nosotros,
en todas sus diferentes formas. No es lo
mismo un amor esponsal que un amor
fraterno entre hermanos, o el amor de
los amigos. No es lo mismo el amor de
los padres a los hijos, o el amor de la fa-
milia extendida, pero todos son partici-
paciones, todo son formas de participar,
en la vida de Dios, que es amor. Sólo que
porque somos limitados y porque somos
pecadores, el amor en esta tierra se llama
misericordia, se llama perdón.
Dice por ahí un refrán: “No hay paz
sin paciencia”. Algo parecido: No hay
amor verdadero si no es capaz de per-
donar. Lo espontáneo entre nosotros es
la justicia, pero la justicia pone siem-
pre una medida. Ponemos una medida
a los demás, una perfección que quere-
mos que tengan, o que nos parece a no-
sotros que tendrían que tener y les me-
dimos por esa perfección. Muchas veces
nos medimos a nosotros mismo por esa
perfección y nos pasamos la vida azotán-
donos a nosotros mismos, cuando eso
no es lo que Dios quiere. Dios conoce
nuestra pequeñez. Dios conoce nuestra
pobreza. Dios conoce la fragilidad de la
condición humana, y sin embargo no ha
tenido ninguna vergüenza de acercarse a
nuestras llagas, de pringarse con nuestra
pus para limpiarnos, para lavarnos, para
abrazarnos, para hacernos uno con Él,
para comunicarnos la luz y el esplendor
de la vida divina.
El Dios que es amor es el Dios que
es misericordia. Y el secreto de las rela-
ciones humanas, porque estamos todos
hechos para el amor, no puede ser mas
que misericordia. Qué gracia tan grande
que el Señor nos dé al pueblo cristiano,
a todos nosotros, la posibilidad de recor-
dar esto, que por encima de cosas que
son muy justas, que son muy razonables,
que estarían muy bien, está ese amor que
es misericordia, que acoge al otro como
es, que a la luz del amor de Dios es ca-
paz de amar al otro como es, de alegrarse
en que exista tal y como es. Y el otro soy
yo mismo muchas veces. Es decir, que
pueda acercarme al Señor diciendo: “Se-
ñor, Tú lo sabes todo. Tú sabes que te he
negado cuando más falta probablemen-
te hacía que no te negara, y sin embargo,
Tú sabes que te quiero”. Esa frase de Pe-
dro resume muchas veces la actitud que
teníamos que pedirLe al Señor tener con
nosotros mismos.
Decía un escritor del siglo XX, muy
bueno, muy bueno: “Odiarse a sí mismo
es facilísimo -pero es obra del enemigo
(esto lo añado yo, aunque él lo pensa-
ba)-. Lo difícil es olvidarse, vivir como
los lirios del campo y las aves del cielo.
Lo difícil es olvidarse”. Dice: “Pero si el
orgullo estuviera muerto en nosotros,
es decir, si no hubiera orgullo”, que es
un pecado, que es el pecado de los peca-
Semana Santa 2016 | 5
dos, “la gracia de las gracias sería amar-
se humildemente a sí mismo como a to-
dos los demás miembros dolientes del
cuerpo de Cristo”. Todos somos miem-
bros dolientes del cuerpo de Cristo pero
el Señor nos ha rescatado con su mise-
ricordia.
Por eso, “alégrate, ¡disfruta con to-
das tus fuerzas, hija de Sión! Goza, Je-
rusalén”. Viene el Señor a ti, viene el
Señor a nosotros. Sólo pide que le abra-
mos, sólo pide que no le pongamos tra-
bas para cambiar nuestro corazón, y que
pueda florecer en medio de este mundo
una flor, una flor de amor, de perdón, de
misericordia, es la misma flor.
Para ayudarnos a vivir eso, el Santo
Padre ha convocado este Año de la Mi-
sericordia y vamos a entrar en él. Hemos
entrado porque era necesario entrar. Es
decir, hay que salir de nuestro mundo
para entrar en el mundo de Dios. Nues-
tro mundo es el mundo de la justicia.
Nuestro mundo es el mundo de la acu-
sación, del echar en cara, del reproche.
El mundo de Dios es el mundo del abra-
zo más fuerte. Donde abundó el peca-
do, sobreabundó la gracia: el abrazo más
fuerte que Dios nos da a cada uno por-
que quiere, por encima de todo, que
participemos de su vida, de su alegría, de
su gozo, de la belleza infinita de su amor.
Hay una distribución de los meses
con las obras de misericordia para que
hagamos un esfuerzo juntos que pueda
ser visible a lo largo del año. Haremos
cosas. Habrá iniciativas a nivel diocesa-
no.
Empieza un año precioso. Empieza
una oportunidad de conversión y em-
pieza una oportunidad de luz para el
mundo. No la dejemos pasar. No per-
damos esta ocasión que el Señor nos
da, que es un bien para nosotros en pri-
mer lugar, porque amando se crece en el
amor. Quien ama es más capaz de dis-
frutar el amor; quien derrocha su vida la
gana, y quien trata de protegerla y de es-
conderla, la pierde.
Estamos aquí porque queremos jus-
tamente vivir este Año y vivirlo a tope.
Vamos a darLe gracias al Señor y vamos
a pedirLe que cuando Él venga a noso-
tros transforme nuestro corazón de pie-
dra en un corazón de carne, cuyos lími-
tes sean los límites del mundo, es decir,
ninguno, como el de Dios.
Sólo que, porque somos limitados y porque
somos pecadores, el amor en esta tierra se llama
misericordia, se llama perdón
6 | Semana Santa 2016
os recuerda el Papa Fran-
cisco en la Bula de con-
vocatoria del Año Santo
que estamos celebran-
do, que la misericordia
“es la viga maestra que sostiene la vida de
la Iglesia” (Bula Misericordae Vultus, 10).
Está afirmación es esencial para entender
que la Iglesia no vive para sí, y por ello,
no puede estar encerrada en sí misma. La
Iglesia hace presente a Cristo, existe para
anunciar a todos el Evangelio, que es el
amor del Padre manifestado en su Hijo.
La misericordia manifiesta lo más pro-
fundo del corazón de Dios, sus entrañas;
es su nombre. La misericordia de Dios se
nos ha manifestado definitivamente en
su Hijo que ha abrazado nuestra humani-
dad. “Jesucristo es el rostro de la miseri-
cordia del Padre. El misterio de la fe cris-
tiana parece encontrar su síntesis en esta
palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha
alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret
(..) Jesús de Nazaret con su palabra, con
sus gestos y con toda su persona revela la
misericordia de Dios” (MV, 1).
Jesucristo en su encarnación y en su
Pascua nos ha introducido en el misterio
de la misericordia. Cada escena del Evan-
gelio manifiesta el rostro Dios, y en él,
el del hombre pensado y querido por el
Creador, y el del mundo que Él había so-
ñado antes de la creación. En el Evange-
lio todos tenemos parte, somos protago-
nistas.
Es fácil hacer un ejercicio de sentir-
se protagonista en el Evangelio. San Ig-
nacio de Loyola, en el libro de los Ejerci-
cios Espirituales, nos ofrece unos criterios
para contemplar los misterios de la vida
del Señor: “Ver las personas, oír lo que
hablan, mirar lo que hacen”. Son conse-
jos muy oportunos para vivir la Semana
Santa y contemplar las imágenes de la pa-
sión que recorren nuestras calles y plazas
en estos días.
Haríamos bien si este año al parti-
cipar en las celebraciones litúrgicas, al
asistir a las manifestaciones de la piedad
popular, o en la oración callada, nos de-
tuviéramos a contemplar los rostros de la
pasión como rostros que manifiestan la
misericordia.
Cada personaje del Evangelio de la
Pascua nos habla de misericordia. La mi-
sericordia aceptada o no aceptada; la mi-
sericordia hecha perdón o consolación.
La misericordia que es cercanía y com-
pasión. La misericordia manifestación
de un amor más grande, de un amor que
no evita el peligro ni la herida para libe-
rar a la persona amada. Es la misericordia
que acepta la voluntad divina en la pleni-
tud de la libertad humana, que es vivir en
el bien y la verdad. La misericordia pue-
de ser incomprendida y hasta perseguida,
puede ser ignorada o rechazada, pero al
final todos somos vencidos por la fuerza
de la misericordia, y en la ternura de sus
brazos descansamos.
Pedro negó al Maestro. No le faltó el
amor, pero la fragilidad humana quebró
la fidelidad al amigo. Pedro muestra la
debilidad que todos hemos mascado mu-
chas veces en nuestra propia vida. Como
nos recuerda San Pablo: “No entiendo mi
comportamiento, pues no hago lo que
quiero, sino que hago lo que aborrezco”
(Rom 7,15). Pero bastaron las lágrimas,
el arrepentimiento, para encontrar otra
vez al amigo perdido. Sólo una mirada de
Jesús, una mirada de misericordia, curó
el corazón de Pedro. La mirada de Jesús
y el arrepentimiento del apóstol encie-
rran una gran y hermosa lección: es Dios
quien salva, nosotros no podemos salvar-
nos a nosotros mismos. Pedro ha caído
del caballo de su soberbia para refugiarse
en la misericordia.
Simón, el Cireneo y las mujeres de Je-
rusalén son el rostro de la misericordia
que se compadece. Ayudar a llevar la cruz
es sostener al que cae, permitirle que se
levante, hacer posible la esperanza. Aquel
hombre de Cirene no tenía muchas posi-
bilidades de evitar el dolor del que carga-
N
Rostro de la
pasión, rostro de la
misericordia
Ginés García Beltrán. Obispo de Guadix
Firmas
Semana Santa 2016 | 7
ba con la cruz, pero hizo lo que
pudo, lo que estaba en su mano.
La misericordia es enemiga de
los condicionales: Si tuviera.. Si
pudiera.. Si fuera. La misericordia es con-
creta y activa, es amor visceral. Y las lágri-
mas de las buenas mujeres que acompa-
ñan a Jesús en su Vía Crucis también son
signos de misericordia. Llora quien tiene
corazón, quien padece con el que sufre.
Llora el que no pasa por el lado del otro
regalándole su indiferencia y mirando
para el otro lado. No son lágrimas com-
placientes, sino lágrimas comprometidas.
La cercanía, la ayuda y la compasión tie-
nen siempre su fruto: el rostro de Cris-
to. La hermosa tradición que pone como
protagonista a la Verónica nos enseña que
nuestra misericordia para con los demás
nos regala el rostro de Cristo. Quien ayu-
da a los demás siempre termina viendo en
ellos el rostro del Señor.
Otro rostro claro de la misericordia es
María Magdalena, la mujer que porque
amó mucho se le perdonó mucho. El per-
dón, expresión privilegiada de la miseri-
cordia, nos hace hombres y mujeres nue-
vos. Un hombre reconciliado es capaz de
afrontar las dificultades y llegar a la cruz,
como hizo aquella mujer. El amor expe-
rimentado en la vaciedad del pecado es
una invitación constante a no perder la
gracia que se ha recibido. El que ha co-
nocido el amor de Dios ya no puede vi-
vir sin él, tiene que vivir para él. La Mag-
dalena es el rostro que nos hace visible el
paso del Calvario al sepulcro vacío, y al
Señor Resucitado.
Rostro precioso de la misericordia es
el del Buen Ladrón. El único santo cano-
nizado por Jesús. Es la misericordia hecha
confianza y abandono. Este hombre reco-
noce que su condena es justa, que ha de-
linquido y ha obrado mal. Su única tabla
de salvación es Jesús. Nada se merece pero
todo lo espera de la misericordia de Dios.
Bastaron unas breves palabras: “Acuérda-
te de mí…”. Es la verdadera conversión,
la del corazón, la que no tiene límites ni
de espacio ni de tiempo. Y escuchó las pa-
labras que todos quisiéramos escuchar al
final de nuestra vida: “Hoy estarás con-
migo en el Paraíso”.
Y para terminar, no dejemos de mi-
rar al rostro de la misericordia hecho for-
taleza, ternura y belleza. El rostro de la
Madre. La Virgen Santísima es la Madre
de Misericordia. En cada una de las imá-
genes de nuestra devoción nos encontra-
mos con la misericordia hecha mujer, he-
cha esposa, hecha madre. Sólo
hace falta mirarla y dejarse mi-
rar por ella para sentirnos cura-
dos y para obrar con misericor-
dia.
La contemplación del rostro de Cris-
to nos ha de llevar al compromiso de mi-
sericordia con los hermanos. La contem-
plación cristiana nunca es complaciente
ni aletargante, sino comprometida y pa-
sional.
“En este Jubileo la Iglesia será llamada
a curar aún más estas heridas, a aliviarlas
con el óleo de la consolación, a vendarlas
con la misericordia y a curarlas con la so-
lidaridad y la debida atención. No caiga-
mos en la indiferencia que humilla, en la
habitualidad que anestesia el ánimo e im-
pide descubrir la novedad, en el cinismo
que destruye. Abramos nuestros ojos para
mirar las miserias del mundo, las heridas
de tantos hermanos y hermanas privados
de la dignidad, y sintámonos provocados
a escuchar su grito de auxilio. Nuestras
manos estrechen sus manos, y acerqué-
moslos a nosotros para que sientan el ca-
lor de nuestra presencia, de nuestra amis-
tad y de la fraternidad. Que su grito se
vuelva el nuestro y juntos podamos rom-
per la barrera de la indiferencia que sue-
le reinar campante para esconder la hipo-
cresía y el egoísmo” (MV, 15).
8 | Semana Santa 2016
ranada y los granadi-
nos anhelamos con fer-
vor durante todo el año
la llegada de nuestra
gran Semana de Pasión.
Nuestra ciudad se prepara para vivir una
de las más emotivas y bellas manifesta-
ciones artísticas y religiosas
de nuestro país. Sé que de-
trás de la Cuaresma de Gra-
nada hay muchas noches
de largos ensayos, de duros
entrenamientos, de conver-
saciones sin fin para ulti-
mar cada detalle, para que
todo esté milimétricamente
preparado y los granadinos
volvamos a disfrutar de una
Semana Santa majestuosa.
Durante ocho días, las
calles y rincones de Gra-
nada volverán a disfrutar
de sus estaciones de pe-
nitencia y de sus actos de
culto. Todos volveremos a
ensoñar con la mirada per-
dida en nuestro pasado, en
nuestro inagotable patri-
monio artístico y paisajís-
tico, con la explosión de
colores, brillos, aromas, so-
nidos y olores que se entre-
mezclan como por arte de
una magia insondable en
cada uno de nuestros Pa-
sos. Arte y belleza; hondu-
ra y pasión; elegancia y re-
cogimiento, con el silencio
del paso retenido por el úl-
timo aliento de nuestros
costaleros, se agolpan ya en
nuestras mentes. Ésa es nuestra Semana
Santa, una auténtica explosión de senti-
miento y belleza, de culto popular y reli-
gioso que le han convertido en Fiesta de
Interés Turístico Internacional.
Sobran, ante tanto prodigio de belle-
za, las palabras para recordar que nues-
tro Ayuntamiento volverá un año más a
brindar toda su colaboración para que
Granada brille como hasta ahora du-
rante estos días festivos. Quiero a tra-
vés de estas líneas agradecer el esfuerzo
y el entusiasmo que día tras día dedicáis
los grandes protagonistas de la Semana
Santa, los miembros de las
hermandades y cofradías
bajo el manto protector de
la Federación de Herman-
dades y Cofradías. Vaya
también mi aplauso y cari-
ño a los miles de visitantes
que se agolpan en los rinco-
nes más insospechados para
disfrutar de esas imágenes
que traspasarán, una vez
más, nuestras retinas, como
máxima expresión artística
de todo un pueblo.
Enhorabuena también
a cadena Cope que facilita
con esta publicación la in-
formación necesaria para
que todos podamos disfru-
tar con todo detalle de la
gran oferta cultural y artís-
tica de nuestra Semana de
Cuaresma.
Sean estas fiestas una
oportunidad única para
compartir con nuestros se-
res más queridos estas fe-
chas tan entrañables, donde
el espíritu religioso se mez-
clará con el fervor festivo y
nuestra tradición popular.
Mis mayores deseos a
todos.
G
Saluda del
Alcalde de Granada
José Torres Hurtado. Alcalde de Granada
Firmas
10 | Semana Santa 2016
ienvenidos a la Semana
Santa de Granada. Una
provincia que, al igual
que el resto de Andalu-
cía, vive con iguales do-
sis de recogimiento y alegría la semana
de pasión y resurrección. Tanto la capital
como el resto de municipios conservan
tradiciones centenarias.
Son días de fiesta favorecidos por el
comienzo de la primavera, donde el am-
biente se impregna de olor a incienso,
del lamento de las saetas cantadas a Cris-
tos y Vírgenes, del redoble de tambores
y de la cálida luz de los cirios.
Esta guía ofrece un amplio recorrido
por la Semana Santa de Granada, con
información general de sus cofradías, así
como de los lugares y momentos más
interesantes para presenciar sus desfiles
procesionales. Pretende ser un instru-
mento útil para que el visitante conozca
la singularidad de nuestra Semana de
Pasión y pueda sacarle el mayor partido
a su estancia en estas fechas.
La Semana Santa es, desde el punto
de vista turístico, el momento más im-
portante de todo el año para Granada.
En el mes en el que recae la Semana San-
ta, ya sea marzo o abril, se produce tradi-
cionalmente el mayor pico de ocupación
hotelera. El Instituto Nacional de Esta-
dística no nos ofrece datos desagregados
de los días de Semana Santa, pero el mes
en el que recae suele rondar los 225.000
viajeros alojados en nuestros hoteles.
Durante estos días, la Oficina de In-
formación del Patronato registra el ma-
yor número de consultas de todo el año,
más de cinco mil, la mayoría centradas
en los desfiles procesionales y la oferta
complementaria.
Las previsiones para este año son
muy buenas. La Semana Santa recae a
finales de marzo y, si el tiempo acompa-
ña, la estación de esquí de Sierra Nevada
se podrá sumar como reclamo turístico
para los visitantes potenciales.
La celebración garantiza también, a
priori, una buena ocupación en la Costa
Tropical. En las zonas rurales, las mejo-
res ocupaciones suelen registrarse habi-
tualmente en la Alpujarra y el Altiplano.
Y, como es norma, habrá dos periodos
de ocupación. De lunes a miércoles san-
to la ocupación será ligeramente inferior
que de jueves a sábado, los días festivos.
La Semana Santa granadina está de-
clarada de Interés Turístico Internacio-
nal y es una de las tradiciones más arrai-
B
La Semana Santa,
reclamo turístico
José Entrena. Presidente de la Diputación de Granada
Firmas
Semana Santa 2016 | 11
gadas en la ciudad y la que cuenta con
mayor número de visitantes. Treinta y
dos cofradías realizan su salida procesio-
nal de Domingo de Ramos a Domingo
de Resurrección. Su gran característica
es la valía artística e iconográfica de las
imágenes que se procesionan.
Otra seña de identidad de la Sema-
na Santa granadina son sus escenarios.
La Catedral, una joya de la arquitectu-
ra renacentista, de Diego de Siloé, es el
centro de la parte religiosa. Pero durante
las procesiones se pueden ver y recorrer
entornos que le aportan un valor esté-
tico extra: el Albaicín, el Paseo de los
Tristes, la Carrera del Darro y hasta la
Alhambra.
Internacionalmente conocidas son
las procesiones de los Gitanos, con la
subida al Sacromonte de las imágenes
entre saetas y hogueras; la del Silencio,
en la que se apaga el alumbrado público
de las calles por las que pasa; y la de la
Alhambra, con su recorrido por el mo-
numento nazarí y el paso por la conoci-
da Puerta de la Justicia.
La parte religiosa y festiva se com-
plementa con una gastronomía especial
para esta semana, con los tradicionales
dulces (roscos, pestiños, leche frita, em-
panadillas) y los platos guisados con ba-
calao, imprescindibles en esta fiesta.
Pero además de la capital, la Semana
Santa es la fiesta religiosa de mayor rai-
gambre en la provincia y tiene en cada
lugar su modo de vivir estos días de de-
voción y recogimiento. Los municipios
de la provincia de Granada atesoran tra-
diciones centenarias que se inician tras
la conquista por parte de los Reyes Ca-
tólicos. Algunas, como la de Almuñécar,
Loja y Guadix, están catalogadas como
Fiestas de Interés Turístico Nacional de
Andalucía. Otras, como la de Cuevas del
Campo, representan la Pasión viviente,
y en general todas ofrecen momentos
de gran plasticidad durante los desfiles
procesionales por los lugares más emble-
máticos de las poblaciones.
La Semana Santa granadina está declarada de
Interés Turístico Internacional y es una de las
tradiciones más arraigadas en la ciudad y la que
cuenta con mayor número de visitantes
12 | Semana Santa 2016
a Semana Santa cobra
un relieve muy espe-
cial en el marco de este
Año Santo de la Mise-
ricordia que ha con-
vocado el Papa Francis-
co para que entendamos
quién es nuestro Padre,
de modo que en ningu-
na circunstancia perda-
mos la esperanza. Sólo
en Jesús se desvela plena-
mente el rostro y el cora-
zón de Dios, y en estos
días santos le vemos he-
rido y desarmado, vulne-
rable en su humanidad,
obediente hasta la muer-
te. Jesús con su sacrificio
ha transformado la mayor
iniquidad en el amor más
grande, y así ha salvado al
mundo, nos ha salvado a
cada uno.
Quizás llegamos a es-
tas fiestas (¡porque real-
mente lo son!) abruma-
dos y cansados. El Papa
Francisco ha dicho que
la imagen más honda de
cómo trata el Señor nues-
tro cansancio la encon-
tramos en el lavatorio de
los pies. Jesús se involu-
cra con nosotros, se en-
carga en persona de lim-
piar todo lo que se nos ha
pegado en el camino. Y
como si fueran heridas de
guerra, Él las besa, lava la
suciedad que hemos acu-
mulado en nuestras relaciones, en nues-
tro trabajo.
Ante tantos miedos e incertidumbres
como nos asaltan, es fácil preguntarnos
cómo podemos caminar, cómo hacerlo sin
caer en el escepticismo, en la desidia, en la
indiferencia… Francisco nos propone una
forma bien sencilla, al alcance de cualquie-
ra: “adorando a la cruz, mirando a Jesús,
practicando el amor y el servicio en nues-
tra vida, mirando el testi-
monio de los santos y los
mártires que nos acompa-
ña también hoy día…”
Todo esto lo vemos be-
llísimamente plasmado en
los pasos de nuestras pro-
cesiones, en los cantos del
pueblo, en la liturgia cele-
brada sencillamente y con
hondura en cualquiera de
nuestras comunidades, en
la caridad que se ofrece co-
tidianamente para respon-
der a las mil necesidades,
próximas o lejanas, que
nos circundan.
En COPE trabajamos
para contar estas historias
de ayer y de hoy, en rea-
lidad una misma historia
que empezó hace más de
dos mil años, y que atra-
viesa siglos y continen-
tes. Nos sentimos felices
y agradecidos de poder se-
guir haciéndolo, también
en las hermosas tierras de
Granada, bajo la protec-
ción de Nuestra Señora de
las Angustias, una imagen
tan expresiva de estos días,
con la certeza de que Ella
lleva siempre ante su Hijo
todos nuestros desvelos y
necesidades.
L
Granada y su
Semana Santa
Fernando Giménez Barriocanal.
Presidente y Consejero Delegado Cadena COPE
Firmas
Semana Santa 2016 | 13
14 | Semana Santa 2016
emanas a lo largo del
año hay muchas, la
gran mayoría son mo-
nótonas, con jornadas
casi clavadas una detrás
de otra; suena el despertador, encien-
do la radio para ver que dice Herrera en
COPE, ducha, café rápido, lucha diaria
con los críos para que se vistan, el cola-
cao, jornada laboral maratoniana…y así
hasta cerrar una jornada más.
Hay otras semanas más agradables
como las que tienen algún festivo en
medio y nos posibilitan conformar un
‘agradable’ puente para desconectar e ir-
nos con los nuestros de viaje y salir de
los rigores de la ciudad.
También están los septenarios de
las vacaciones de verano, esas en las
que el tiempo, ojalá y no se moviera,
pero casualmente lo hace más rápido
que nunca.
Y por último aquí en Granada está la
semana más importante del año, aque-
lla que miles y miles de granadinos es-
peramos con esmero, con ansia, esa en
la que miramos al cielo más que nunca,
estamos pendientes de todos los partes
meteorológicos y sobre todo, esperamos
con un recogimiento y fe que nada tiene
que ver con las semanas que he descrito
antes. Es Semana Santa, 7 días que año a
año se hacen inolvidables, donde se jun-
ta la fe de los días más importantes en
el calendario católico con la tradición, la
cultura y el sentimiento de unas jorna-
das especialmente significativas para una
ciudad que se engalana, que se viste, que
sufre con el calvario del señor y que goza
con su resurrección.
Por este motivo, un año más COPE
Granada te ofrece esta revista que está he-
cha desde la fe, el sentimiento, la devo-
ción y el respeto por unos días que para
nosotros no solo ocupan 168 horas sino
8760, este año 8784 giros completos de
la manecilla del reloj de los minutos.
Por este motivo, amigo lector no
puedo olvidarme de todos aquellos que
han trabajado a destajo para que esta
obra que tienes en tus manos siga con-
virtiéndose año a año en referente en la
ciudad y orgullo para esta casa. Desde
el departamento comercial a Jorge de la
Chica con sus transmisiones cofrades y
todos aquellas firmas, las mejores del pa-
norama cofrade, que Laureno Santana se
ha encargado de cuadrar y encuadernar
en esta publicación.
Ojalá y estos días supongan un antes
y un después en todos nosotros y nos ha-
gan ver la vida desde un punto de vista
más católico, más cofrade.
No es una
Semana más
Luis Guijarro Santos.
Director Provincial Grupo COPE Granada
S
Firmas
16 | Semana Santa 2016
osé Torres, Alcalde de
Granada, hizo entrega
el pasado lunes 8 de fe-
brero, de las tapas del
Pregón de la Semana
Santa que cada año ofrece COPE Gra-
nada. José Cecilio Cabello las recibió en
el transcurso de la ceremonia que tuvo
lugar en el Teatro Isabel la Católica. La
encuadernación reproducía al Cristo del
Silencio en la portada y fueron descritas
de la siguiente manera por Manuel Pra-
dos, su autor: “Unas cubierta de aire ro-
mántico, de tonos pastel, simulación de
estucado veneciano y trabajo de minia-
tura”. Portada con el Cristo de la Miseri-
cordia, sobre Cruz naturista, que arran-
ca sobre un cáliz de San Juan y ramas de
olivo que brotan del mismo. A la altura
del cáliz, un crespón haciendo ondas re-
lata: Pregón Semana Santa Granada año
2016. En su interior, ramilletes de flores
de algodón a modo de margen y el nom-
bre del Pregonero”.
Antes de recibir las tapas Cabello re-
cogió el aliento, en forma de palabras,
por parte del Director de COPE-Grana-
da, Luis Guijarro, y del Presidente de la
Federación de Cofradías, Jesús Muros,
como también lo hizo el Alcalde des-
pués de entregarle la artística encuader-
nación.
A continuación se celebró un con-
cierto a cargo de la Banda Municipal y el
Coro Clásico, dirigidos por Miguel Sán-
chez Ruzafa. Se repasaron algunos de los
momentos más significativos de la bio-
grafía del Pregonero, como la recupe-
ración de la Cofradía de la Cabeza de
Granada, que se evocó mediante la inter-
pretación de Aires de Romería de Díaz, o
sus devociones por la Virgen de las An-
gustias, con Al paso de la Procesión Alon-
so-Ruzafa, y la Divina Pastora con Pasto-
ra de Capuchinos-Juan José Puntas.
Se quiso que las hermandades de pe-
nitencia a las que pertenece José Cecilio,
estuvieran representadas. Así la del Des-
pojado se encargó de montar el espacio
donde se expusieron las tapas antes de su
entrega, el Silencio se hizo presente en
La muerte no es el final Gabarain-Ru-
zafa, la Soledad de San Jerónimo con
Soledad de Descendimiento de Higue-
ro y el Huerto, con Amarguras de Font
de Anta, precedida de la interpretación
de una versión de aires “morentiano” a
cargo de David Sorroche al cante y José
Amador al toque.
Concluyó el espectáculo con Y te ba-
jaron los ángeles-Ruzafa, recordando la
residencia en Sevilla del Pregonero, su-
poniendo el estreno en Granada de esta
obra, y Virgen de Andalucía, dada su
vocación andalucista, precedida de una
grabación con la voz del Padre Iniesta
en referencia al himno autonómico en el
que se basa esta marcha.
J
Las tapas del
pregón de José
Cecilio Cabello
Jorge de la Chica
Firmas
Cruz de Guía
“Ante la gravedad del pecado, Dios
responde con la plenitud del perdón”
Papa Francisco
18 | Semana Santa 2016
l patrimonio de las co-
fradías es objeto de una
atención permanente.
Unas veces se trata de
restauraciones, con el
objetivo de preservar elementos de va-
lor histórico y artístico. Otras son nue-
vas realizaciones, algunas especialmente
relevantes, como las que nos ocupan en
este artículo, en el que nos referimos a
tres nuevos pasos, para otras tantas imá-
genes marianas. Uno de ellos se verá por
primera vez (D.m.) en la procesión de
Los Estudiantes: el palio de los Reme-
dios. Otro está todavía en ejecución y
probablemente podamos disfrutarlo du-
rante la próxima Semana Santa. Nos re-
ferimos al del Dulce Nombre (Despo-
jado). Y un tercero ha sido aprobado,
como proyecto, durante esta Cuaresma,
con destino a la Soledad de San Jeróni-
mo. En pocos años comenzará a poderse
disfrutar de este trono mariano.
Estreno del paso de los Remedios
(Estudiantes)
Desde su refundación en 2005, la
Cofradía de los Estudiantes ha esta-
do trabajando en su nuevo paso de pa-
lio para la Virgen de los Remedios. Ese
mismo año se había encargado la ac-
tual imagen con esta advocación a Israel
Cornejo.
Fue en el año 2008 cuando se con-
vocó un concurso para elegir el proyec-
to de un diseño de palio, resultando de-
signado el presentado por Ramón León,
orfebre que ya ha realizado varios tra-
bajos para cofradías granadinas como
las del Vía Crucis y el Despojado. Aun-
que todavía el conjunto no está conclui-
do, faltando los bordados y algunos ele-
mentos de la orfebrería, la Hermandad
ha decidido que se incluya este año en
el cortejo, de tal manera que por prime-
ra vez salga en la procesión del Miérco-
les Santo. El trabajo se está desarrollan-
do al ritmo que han ido aconsejando las
posibilidades económicas. La escultura,
a la que rinden culto en su sede canóni-
ca, sólo ha salido, hasta el momento, en
la procesión del Vía Lucis de Reglas que
tiene lugar durante el mes de octubre,
para lo que se porta en unas andas que
continuarán utilizándose con este fin.
El trabajo de Ramón León combina
el metal dorado y plateado, con la made-
ra de caoba. Este último elemento será
conjugado en todos los elementos, me-
nos en la candelería. Por ahora se verán
en madera distinta a la caoba la creste-
ría y la peana de la Virgen, que son otras
de las labores que deben de completar-
se en el futuro, siendo forradas con los
mismos materiales que el resto de la la-
bor de orfebrería. Igualmente faltan por
ejecutar los brazos de luz que se ubicarán
junto al manto.
Respiraderos, varales y candelería
Los respiraderos, que se desarrollan
de acuerdo con el estilo neobarroco, tan
utilizado por las cofradías, recogen en el
centro de su frontal el martirio de San
Justo y Pastor, titulares del templo sede
de la corporación, y sobre ellos una In-
maculada similar a la que se ubica en el
mismo recinto religioso. A sus lados apa-
recen las escenas de la Natividad y Asun-
ción-Coronación, principio y fin del rela-
to sobre la Vida de la Virgen que se narra
en los laterales, reflejando otros pasajes,
hasta completar doce: Presentación de
María en el templo, Encarnación, Des-
posorios, Nacimiento de Jesús, Epifanía,
Presentación en el templo de Jesús, Bo-
das de Caná, María al pie de la Cruz, las
Angustias y Pentecostés. Se completan los
respiraderos con referencias a las Letanías
Lauretanas. Las maniguetas se inspiran,
como las caídas, en el mencionado balda-
quino de la Basílica de San Pedro.
E
Las grandes obras
que se van a realizar
en la Semana Santa
de Granada
Jorge de la Chica
Cruz de Guía
20 | Semana Santa 2016
Todo está elegido cuidando el deta-
lle y el símbolo. Así por ejemplo con las
Bodas de Caná, se desea hacer referencia
al carácter sacramental de la Cofradía y
la presencia de la Inmaculada, recuerda
la defensa del Dogma que hizo la Uni-
versidad de Granada en 1617.
Los varales han encontrado su ins-
piración en el retablo mayor del templo
donde reside la Hermandad, la Parro-
quia de San Justo y Pastor. Concreta-
mente reflejan las columnas salomóni-
cas que realzan este elemento. En ellos
se aprecian además querubines de aspec-
to canesco, inspirados en los de las lám-
paras de la Catedral granadina.
La candelería también se fija en el
templo metropolitano, concretamente
en unos candelabros que suelen situarse
sobre la mesa del altar mayor de la Cate-
dral, procedentes de una donación. Es-
tán labrados en Roma durante el barro-
co, lo que los dota de gran originalidad.
Bordados
Junto al diseño de Ramón León hay
que mencionar la intervención del ar-
quitecto Ignacio Fernández Aragón,
quien trabaja en el dibujo de las caídas
que serán ejecutadas por Cristóbal Casa-
res, sobre terciopelo granate. Este año ya
se aprecian algunos detalles de su labor,
como la caída de las bambalinas, que no
acentúan las curvas y están rematadas
por borlos y lambrequín o guardaballe-
ta, de clara inspiración en el baldaqui-
no de la Basílica de San Pedro (Roma)
de Bernini. Por el momento sólo se ex-
hibe el tejido con sus formas. Ambos ar-
tistas también se encargarán en el futuro
de los faldones y el manto.
Nuevo paso para la Soledad de
San Jerónimo
Durante esta Cuaresma, la Cofradía
de la Soledad de San Jerónimo ha ele-
gido, mediante concurso, el diseño del
que será su nuevo paso que debe susti-
tuir al que en 1972 realizó para su do-
lorosa de vestir el taller de Moreno,
utilizando metal plateado, el cual fue
enriquecido en distintas ocasiones, con
obras del mismo material. Este paso a su
vez sustituyó al que tallara Navas Pare-
jo a principios del siglo XX, actualmen-
te utilizado en altares de culto, precisa-
mente el mismo destino que tendrá en el
futuro el actual.
Programa iconográfico
El modelo elegido es de Patricio Car-
mona y se inspira en Monasterio de San
Jerónimo. Concretamente el frontal del
respiradero reproduce la Inmaculada,
advocación titular del templo, eligiendo
para ello la que se ubica sobre la puerta
que desde el compás da acceso al ceno-
bio. Aparece escoltada por las figuras de
San Jerónimo y Santa Paula, tan vincu-
ladas a la Orden promotora del comple-
jo monumental, según la versión de las
tallas que se custodian en el crucero de la
iglesia. Dos orlas, similares a las de la fa-
chada principal del templo, se ubican en
los extremos, albergando en este caso a
San Joaquín y Santa Ana, para acentuar
el carácter mariano del diseño.
El canasto tiene en el frontal un re-
lieve con el Entierro de Cristo de Ja-
cobo Florentino, conjunto escultórico
que se realizó para San Jerónimo, aun-
que actualmente se conserva en el Mu-
seo de Bellas Artes y que formó parte de
los desfiles procesionales de principios
de siglo.
Las capillas laterales recogen horna-
cinas, cuyo programa iconográfico está
todavía por definir. Concretamente cada
uno de los lados dispone de espacio para
ocho esculturas.
El Monasterio en un paso
Especialmente llama la atención la
decoración, de estilo plateresco, casi
toda repitiendo motivos decorativos del
Monasterio de San Jerónimo, actual re-
sidencia de esta varias veces centena-
ria corporación penitencial. Es por ello
que se reproducen los tenantes heráldi-
cos del ábside en las maniguetas, la cua-
les irán rematadas con las iniciales de los
Reyes Católicos, fundadores del recinto
y las columnas de los arcángeles y ánge-
les de los pilares del templo, entre otros
elementos.
Las decoraciones de las portadas o las
pinturas del recinto, están reproducidas
en otros elementos ornamentales y tam-
bién en los faldones, ofreciendo un sin-
gular aspecto, que se remata con cuatro
faroles que recuerdan los de las esquinas
del claustro.
Singular peana
Llama también la atención la peana
sobre la que se situará la Virgen, alza-
da en patas, muy del gusto habitual du-
rante otros tiempos en la Semana San-
ta de Granada. Así, por ejemplo, era la
que tuvo la Victoria y la que sirvió du-
rante décadas para la salida procesional
de Rescate.
La madera barnizada en caoba para
la decoración, el bronce dorado para las
figuras y el bordado de los faldones en
hilo de plata y sedas de color sobre ter-
ciopelo negro, dan tonalidad a este ori-
ginal diseño.
Todavía no se han definido que artis-
tas intervendrán en su ejecución y la Co-
fradía no se atreve a dar plazos para su
realización, aunque en una primera esti-
mación, el año próximo podría ser el úl-
timo en el que saliera el actual trono y
el siguiente ya se verían los primeros re-
Semana Santa 2016 | 21
sultados de una labor que dependerá de
lo que permitan los presupuestos de esta
asociación de fieles.
Un palio para el Dulce Nombre
La Cofradía del Despojado rinde
culto desde 1998 a una talla de Gon-
zález Jurado, bajo la advocación María
Santísima del Dulce Nombre. Desde su
fundación, en 1986, la incluyó como ti-
tular y su intención es poderla sacar en
la procesión de Domingo de Ramos. Ac-
tualmente sale en Vía Crucis, sobre sen-
cillas andas, acompañada de una escul-
tura de San Juan Evangelista.
En 2006 la Cofradía aprobó un pro-
yecto para que la Virgen y el Apóstol
puedan salir en la comitiva de Semana
Santa, de acuerdo con el decoro que ac-
tualmente está al uso. El autor fue Igna-
cio Fernández Aragón, al que ya nos he-
mos también referido al hablar de Los
Estudiantes. Este artista fue fundador de
la corporación penitencial, su Hermano
Mayor durante varios años y uno de sus
cofrades más significativos, siendo autor
de numerosos diseños para el patrimo-
nio del Despojado.
María corredentora
Los dibujos de Fernández para este
palio, están repletos de numerosos asun-
tos con acentuado carácter mariano, ha-
ciendo referencia a la Virgen como Co-
rredentora, aunque su discurso comienza
en el Antiguo Testamento, representado
en los faldones, donde se reflejan los seis
días de la creación, mientras que en los
respiraderos aparecen las doce tribus de
Israel. Los varales, en cuyos basamen-
tos podemos ver a doce mujeres del ve-
terotestamentarias que prefiguran a la
Madre de Cristo, están repletos de azu-
cenas, que se refieren al Dogma de la In-
maculada, mientras que las bambalinas
reproducen catorce escenas de la vida de
la María en la zona exterior y sus corres-
pondientes textos bíblicos en el interior.
En la peana la imagen apocalíptica de la
luna representando a la Corredentora y
la serpiente como el pecado y el demo-
nio, a los que vence la Virgen.
El orfebre Ramón León, también re-
ferido en el caso de Los Estudiantes, ha
sido el requerido para trabajar el metal del
paso. Su labor comenzó en 2012 y ya ha
concluido los varales, seis tandas de can-
delería y diez de las veinticuatro violete-
ras que configuran un conjunto que ten-
drá tejido de color azul en manto y palio.
Todavía se desconoce cuándo se pro-
ducirá su primera salida, que probable-
mente tendrá lugar, como es habitual en
algunos casos, incluso sin disponer de la
totalidad de los elementos. Pudiera ser
el año próximo, pero la celebración de
elecciones en la Cofradía una vez con-
cluida la Semana Santa, hace que sea
la próxima directiva la que tenga que
adoptar la decisión.
22 | Semana Santa 2016
a realidad religiosa de
nuestro pueblo, al me-
nos en Andalucía, no
puede entenderse sin
la aportación secular
de las Hermandades y Cofradías: “Es-
tas asociaciones religiosas han aportado un
importante caudal a la vida espiritual de
nuestro pueblo”. (“Hermandades y Cofra-
días en el Sur de España hoy”), Carta Pas-
toral de los Obispos del Sur.
Una hermandad es una asociación
de fieles, un conjunto de cristianos con
una vocación similar para vivir la fe. Su
principal característica viene de su pro-
pio nombre: fraternidad. Es necesario
que todos sus componentes se conoz-
can y estén dispuestos a ayudarse mu-
tuamente. El asociarse en una cofradía,
precisa de una serie de normas, objeti-
vos, fines y actividades que todos han de
respetar, y que da personalidad propia a
cada cofradía y quedando reflejados en
los Estatutos. La iglesia, por otra parte,
la formamos todos, cofrades, fieles, gru-
pos parroquiales, clero, religiosos, cári-
tas, grupos de catequesis, etc…, todos
los bautizados formamos parte de ella.
La diversidad de estos grupos nos en-
riquecen a todos y Jesucristo es el ele-
mento que nos une, siendo el principio
y la finalidad de una cofradía. Las cofra-
días por otra parte, no se entienden sin
su estética y su manera de vivir la fe, sin
ella no seríamos una cofradía, sino una
asociación de fieles, pero no una cofra-
día. Sin fe las cofradías no serían lo que
son, serían una asociación histórico-cul-
tural.
Las cofradías no son entes “angéli-
cos o beatones”, que viven en un lim-
bo barroco perdido en el tiempo y que
se dedican a sacar santos a las calles. Las
cofradías están íntimamente ligadas a
la sociedad, al barrio, a su ciudad, a los
problemas, luces y sombras, de las per-
sonas que asisten a las actividades de
todo tipo que se organizan y que parti-
cipan en el culto público fundamental,
dando testimonio de fe: la estación de
penitencia.
Los parámetros que mueven la so-
ciedad actual es de todos conocida: se-
cularización, alejamiento de los sa-
cramentos, posiciones en contra de la
estructura eclesial, desconocimiento de
la Fe, de la propia historia de nuestra re-
ligión, etc…,para contraatacar todos es-
tos fenómenos hay que tener una acti-
tud misionera, una actitud que nos lleve
a evangelizar y formar a los miembros
de las cofradías. Somos un cauce riquísi-
mo de cristianos que de buena fe, prac-
ticamos los principios de culto, caridad
y formación, que son nuestros ejes fun-
damentales. La capacidad de atracción
de las cofradías es enorme, podríamos
decir que entre 15 y 20 mil ciudadanos
de Granada participan de una manera
u otra en las cofradías. La formación es
L
La formación
en las cofradías
Mariano Sánchez PantojaS h
Cruz de Guía
24 | Semana Santa 2016
necesaria y debe ser obligatoria, al me-
nos para los que tienen responsabilidad
y para los que en el círculo mas cerca-
no, desarrollan tareas propias y específi-
cas de los cofrades.
Desde el Magisterio de la Iglesia se
llama frecuentemente a la necesidad de
una formación adecuada de los laicos,
“para que los laicos, puedan desempeñar
adecuadamente y con celo sostenido esta
misión, necesaria e ineludible hoy mas que
nunca, tenemos que ofrecerles instrumen-
tos de formación de su ser cristiano y de su
vocación peculiar. Hay que reconocer a los
laicos el derecho a recibir formación en la
Iglesia. Ellos a su vez tienen la obligación
de esforzarse y formarse mas y mejor con la
ayuda de los pastores y con los medios que
cuenta la comunidad cristiana a este res-
pecto”. Apostolicam Actuositatem n. 29.
La iglesia necesita católicos bien pre-
parados y con las ideas claras. Necesita-
mos una fe adulta, una formación pro-
funda, que tiene que ser permanente y
metódica.
Una cosa es la formación a concien-
cia, organizada y documentada, y otra la
práctica de los cultos, convivencias, reti-
ros, etc…Todo es necesario en una co-
fradía. Pero es evidente que una cofradía
no tiene un plan de formación, si este se
sustenta en cuatro charlas por muy im-
portante que sean los temas que se tra-
ten en ellas.
Voy a esbozar una propuesta de ac-
tuación muy en línea argumental, que
de llevarla a un programa metódico y
eficaz, habría que enriquecer, contrastar
y completar, hasta lograr un instrumen-
to que sea atractivo para las diferentes ti-
pos de personas que forman las cofra-
días, partiendo, de que la formación, ha
de ser una opción libre, en la que el co-
frade participa o deja de hacerlo, en fun-
ción del interés que le despierte y del
grado de concienciación que logremos
transmitirle.
Hay que pensar que esta formación
pueda ser organizada de forma concén-
trica, partiendo de la base de que sea
mas completa y profunda en el núcleo
central, formado por los miembros de
las juntas de gobierno, un segundo cír-
culo estaría formado por esos hermanos,
que sabemos interesados en estos temas
y que asisten con regularidad a los actos
cultuales y formativos que se organizan,
en un tercer nivel estaría una formación
básica para todos los hermanos.
La Iglesia necesita
católicos bien
preparados y con las
ideas claras….pero
es evidente que una
Cofradía no tiene plan
de formación….
Paralelo a estos niveles estaría toda
una estructura al servicio de la forma-
ción de los jóvenes y de los acólitos de
los cuerpos litúrgicos de las cofradías
que participarían de programas similares
pero adaptados a su propia dinámica y
cometido que desempeñan. En este mis-
mo sentido habría que tener en cuenta a
26 | Semana Santa 2016
los más pequeños, desde los 7 u 8 años,
hasta los 16 años, en unas edades en que
son numerosos los hermanos en nuestras
cofradías y no todos reciben educación
religiosa en los centros docentes.
En primer lugar el plan de forma-
ción debería tener una duración varia-
ble en función de su intensidad y ha de
contener una serie de temas que profun-
dizaran las realidades de fe en las que es-
tamos inmersos:
a) Las cofradías, su historia, patrimo-
nio, fines y objetivos, caridad, cul-
tos y formación, la estación de peni-
tencia, la devoción a los titulares, el
misterio que representan, significado
eclesial de la cofradía, forma y órga-
nos de gobierno, derechos y deberes
de los cofrades, actividades, ritos y
tradiciones importantes, significado
de ser cofrade y su sentido en la ac-
tualidad, relaciones con otras cofra-
días, etc….
b) La Iglesia, estructura, significado, Je-
sucristo, la Virgen María, las sagra-
das escrituras, la comunidad/fraterni-
dad, los santos, las órdenes religiosas,
el Magisterio eclesiástico: el Párroco,
el Obispo, el Santo Padre. La Iglesia
universal, la liturgia, los sacramentos,
la oración, cultos, Vida, Pasión Muer-
te y Resurrección de Jesucristo, los
dogmas de la Iglesia, etc...
En torno a estas dos grandes áreas
ha de girar la elaboración de un tema-
rio que convenientemente desglosado se
pueda transmitir a todos los miembros
de una cofradía. Las cofradías han de te-
ner en sus vocales de formación a per-
sonas comprometidas, en contacto con
los consiliarios, contando con personas
formadas, y que sepan organizar todo
este caudal de materias, indispensables
para un crecimiento cristiano y cofra-
de, de una forma obligatoria y metódi-
ca, de una forma amena y sin acogotar,
pero de una forma eficaz y comprometi-
da. Lo contrario nos convertiría en unos
“sacapasos”, vacíos de contenido cristia-
no y cofrade.
A cada sector de la cofradía (Jun-
ta de Gobiernos, hermanos activos, jó-
venes, acólitos, costaleros, nazarenos,
camareras, niños), hay que organi-
zar de la forma mas convenientes para
que interiormente la cofradía experi-
mente en unos pocos años una verda-
dera conversión y pueda dar con con-
vicción, testimonio de fe no solamente
en la calle el día de la Estación de Pe-
nitencia, sino cada cofrade en el entor-
no, laboral, familiar y social en el que
se inserta.
¿Por que no crear estructuras inci-
pientes y sencillas para lograr estos fines:
Aulas de Formación Cofrade, Escuela de
Formación, etc…?
Habría que intentarlo, una cofradía,
o varias cofradías coordinadas, pero in-
tentarlo. Nos va en ello nuestro más pro-
fundo y auténtico carisma de cofrades.
“Todos ellos (asociaciones, movimien-
tos y agrupaciones de fieles) alcanzarán
tanto mejor sus objetivos propios y servi-
rán tanto mejor a la iglesia, cuanto mas
importante sea el espacio que dediquen en
su organización interna y en su método de
acción, a una seria formación religiosa de
sus miembros. En este sentido, toda asocia-
ción de fieles en la iglesia debe ser, por de-
finición educadora de la fe”.
Catechesi tradendae. N.70.
28 | Semana Santa 2016
l Padre Enrique Iniesta
(1930-2010), sacerdote
escolapio y cofrade gra-
nadino, nació en Ma-
drid aunque su infancia
se desarrolló en Marchena y casi toda su
vida en Andalucía. Tierra a la que ama
profundamente y la estudia con detalle.
Es biógrafo de Blas Infante y de San José
de Calasanz. Pero lo que más nos inte-
resa a los cofrades es su profundo cono-
cimiento de la religiosidad popular an-
daluza. Hombre cercano y simpático,
era muy culto y atesoraba profundos co-
nocimientos de historia, arte, filosofía
y teología. Fue pregonero de la Sema-
na Santa de Granada de 1997. En di-
cho pregón, que merecería otro artícu-
lo, se le recuerda con la famosa frase “los
santos a la calle”. Igualmente pregonó al
costalero y a numerosas hermandades
granadinas. A lo largo de los años no-
venta escribe una serie de artículos en la
Guía de Jesús Despojado que se convier-
ten en base formativa y en defensa de
nuestra Semana Santa. Escritos que hoy
día forman parte del imaginario colecti-
vo cofrade. Voy a recoger aquí un extrac-
to de algunos de ellos para que el lector
pueda seguir aprendiendo y disfrutando
con sus reflexiones.
En 1992 comenzaba la saga con un
título muy llamativo que hacía referen-
cia a que los cofrades andaluces necesi-
tamos al Dios encarnado y que gracias a
las imágenes se consigue acercar el men-
saje a las gentes. El titulo era: Dios no es
un triángulo o la teología cofradiera.
Entre otras cosas escribía: “Andalu-
cía es una manera de creer y expresar la
Fe. Esa forma particular y propia alcan-
za un mundo entero y llega a uno de sus
puntos críticos en la Semana santa, en el
Rocío, en la romería de la Virgen de la
Cabeza. No cabe. Lo andaluz no cabe…
NO cabe el paso de la Expiración por
la puerta de los Escolapios y ha de ha-
cer su milagro. NO cabe. No. Andalu-
cía no cabe. ¿Por qué? ¡Sería tan cómodo
caber…! Quizás no quepa porque An-
dalucía “no solo piensa como Europa y
su Descartes, sino que siente (Infante)”.
Al año siguiente, en 1993, en Di-
gan lo que Digan (El Octavo sacramento),
Iniesta se daba cuenta como sacerdote
de que el pueblo vivía con una vigor in-
usitado sus estaciones de penitencia aun-
que permanecía relativamente alejado
de la Iglesia. También veía cómo las co-
fradías suponían un acercamiento inten-
so y trascendente del pueblo con Dios,
el Jesús encarnado y su Madre: “La ma-
nera andaluza de revivir la muerte del
Señor, lo confesamos es una forma muy
discutible, muy rara, muy contradicto-
ria. Pero… Pero algo tendrá, algo tendrá
el pan cuando dicen bien de él, cuando
lo están bendiciendo unos 30.000 gra-
nadinos que se agolpan en las calles para
ver venir los pasos de cada cofradía. Por
lo menos, los treinta mil. Y sumen en las
demás Andalucías”.
E
Recordando el
pensamiento
cofrade del
Padre
Iniesta
Fernando Egea Fernándezd d
Cruz de Guía
Semana Santa 2016 | 29
Continuaba, “como escribo para
cristianos (desde nuestra Fe) y para an-
daluces sin excluir-desde la conciencia
andaluza… La manera cofradiera de ce-
lebrar Granada-Andalucía la Pasión es
un octavo sacramento. Trento prohi-
bió hablar de más de siete. Bien. Es un
como sacramento. Lo llaman sacramen-
tal. Sacramental: medallita, agua bendi-
ta o… golpes de pecho. ¿Puede ponerse
en igual nivel un dedo mojado en agua y
una Virgen entre llamas y flores, varales,
amores y saetas, bajo el palio, sobre los
dolores de sus costaleros, por las cuestas
de Granada? Pero vale, vale… Para ser
bien ortodoxos y tridentinos, la Semana
Santa andaluza es solo relativamente, un
sacramento. La presencia de Dios en la
calle por medio de su Hijo, de su Madre,
en la calle atea, es un imponente sacra-
mental. Hermoso, desconcertante, con-
tradictorio. Pero, Dios y su Madre ven-
cen por las calles que les olvidaron tanto
como les necesitan”. Terminaba el artí-
culo emocionado recreando el momen-
to trascendente que vive un cofrade o un
espectador ocasional cuando se cruza en
cualquier rincón ante Cristo o la Virgen:
“Digan lo que digan -y con razón- nos
hemos encontrado esta noche, Dios, su
Madre y yo, en una calle de Granada”.
En 1994 el título era Ser Serios, ade-
más de hacer un balance de los datos es-
tadísticos de los seguidores que tiene la
Semana Santa andaluza, impresionantes
por cierto, señalaba con acierto cómo la
pastoral, la relación con los cofrades y
hasta las eucaristías deben de adaptarse
a este colectivo para conseguir acercar-
lo y formarlo en el mensaje evangélico.
Observaba su singularidad y aconse-
jaba como llevarlos a La Iglesia. Según
un estudio de Cajasur: “a las procesio-
nes acude el 80,2% de la población an-
daluza. Hay en nuestra tierra un total de
800.000 cofrades… En todo esto hay
que tener en cuenta que el mundo co-
fradiero es complejo, popular, y tan an-
daluz que tiene su punto anárquico, su
mijita de anticlerical. Esta en la esfera de
la pastoral de alejados más que de cate-
cúmenos. Y esa pastoral casi por inven-
tar, lo primero que exige es verles con
respeto a su misterio, con paciencia cris-
tiana, sin pretender los sacramentos ya a
la vuelta de unos pocos días y todos por
igual en formación. Un sabio escolapio
me decía: Imita en el trato con la gente
la infinita paciencia de Jesucristo. De una
vez: marcar para una cofradía el ritmo y
los estilos de una comunidad “de Kikos”
será igual error a obligar a un cuarteto
de cuerda a tocar “Jazz”. (Pero tenemos
muy fijos los esquemas. Escleróticos)”.
Defendía sobre este tema que “si una
persona es cofrade -cura o seglar- entien-
de al punto, por ejemplo, que la medi-
da es otra (no mejor, no peor) y de otro
aire, otro el lenguaje, el ritmo y el esti-
lo entre una cofradía y lo demás. Tendrá
30 | Semana Santa 2016
una pastoral diferenciada y bien servida
de estilo andaluz y cofradismo. Su misa
aparte, (abierta a todos, sí, pero co-fra-
de), su copa (una) después, mucha pa-
ciencia”.
La manera cofradiera
de celebrar Granada-
Andalucía la Pasión es
un octavo sacramento
En 1995 publicó: Heredar, completar,
conservar, restaurar (¿), ¿Innovar? Por una
parte hablaba de las prisas de algunas co-
fradías en sacar sus pasos o imágenes y
de otra también de que una vez conse-
guidos unos mínimos estéticos debe de-
dicarse a conservar su legado y sobretodo
a las personas, lo formativo y a lo social.
Y se fijaba en los cofrades, lo más impor-
tante, diciendo: “Una vez completado,
se para la novedad. Comienza la vigilan-
cia para conservar el legado. De todo él,
lo más frágil es el cristianismo de los co-
frades. “Sed sobrios y andad alerta, her-
manos”. Lo dice la Escritura. Un dedo
quebrado de un Cristo, un varal herido,
un estofado o un terciopelo perdidos, se
pueden renovar. Pero el corazón de un
cofrade guarda la fe como un vaso de ba-
rro. La fe anda siempre en riesgo”. Y más
adelante continuaba: “Un hermano ma-
yor que quiera restaurar, restaure el co-
razón de los cofrades. La vida les hiere,
las cosas de la vida les duelen, la fe se les
aja. Restaure ahí:
experiencias de oración y de silencio y
paz, experiencias de catequesis, de ayu-
da asistencial, cursillos de historia de la
Iglesia, de iniciación bíblica, retiros en
lugares apropiados, peregrinaciones a la
Tierra del Señor o a monasterios y san-
tuarios.”
En 1998 con el título: Opiniones a
media voz, nos pedía paciencia a los co-
frades: “La cofradía es un ejercicio de
paciencia y de ritmo. El mismo que ca-
mina en la serenidad con que un olivo se
hace y crece en la campiña…Jesucristo
es radical en la exigencia (buena semilla
en el surco), radical en el perdón y gra-
dual en el proceso. Sembrar calidad y es-
perar rezando.”
En 1996 escribía La Máquina de la
Belleza: El paso de palio. Pasaje que des-
pués adaptado recreó en su pregón del
año siguiente y recibió un aplauso histó-
rico. Es también ya otro clásico. Trasla-
dando la palabra italiana usada para ca-
lificar el paso de palio juega con ella para
hacer uno de los cantos cofrades más be-
llos que se conozcan: “Un paso de pa-
lio es el trono en que ELLA reina, es el
compás de su andar, el landó en que nos
llega, una ración de cielo, la ermita ca-
minante, el rincón de su huerto, su mi-
rador, su reja, su ventana encendida, su
jardín floreciendo, la sala en que recibe,
su balcón para vernos, su casa, su joye-
ro, su tocador privado, es el Carmen en
el que vive, las velas de su torre, la ofici-
na en que atiende, la puerta de los cie-
los, un resumen de gloria, un piropo cre-
yente, un incendio entre flores, todos los
mayos juntos, el fanal de la gracia, la
máquina de plata, un soneto de lujos, la
oración de los ojos, el sitio de la amada,
el Tabór de la Virgen, su primera Asun-
ción, su sagrario custodia, su peso com-
partido, la ampliación del Rosario.”
Estas palabras no han perdido actuali-
dad. El padre Iniesta está presente, lo recor-
damos, lo queremos, no lo olvidamos.
32 | Semana Santa 2016
s muy frecuente, por
desgracia, el caso del
“cofrade” que por dis-
tintos caminos se acer-
ca a una Cofradía, digo
una, porque es igual para todas, es de-
cir, la exclusiva no la tiene nadie, es un
mal generalizado y en expansión. Nor-
malmente, el referido cofrade llega tími-
damente de la mano de algún conoci-
do o bien, espontáneamente, diciendo,
“Mire, yo salía en la procesión cuando
era pequeño y desde siempre me ha gus-
tado mucho; lo que pasa es que desde
hace unos años me apunté a tal cofradía,
E
Del amor fraterno
al odio eterno
Alfonso Valenzuela EntralaAlf l l l
Cruz de Guía
34 | Semana Santa 2016
pero a mí la que me gusta es esta porque
es muy seria y muy bonita”
Hasta aquí todo es normal y la nueva
Cofradía lo acoge bien pues a todos nos gus-
ta crecer en número de hermanos y si vienen
dispuestos a colaborar, pues mejor todavía.
Asiste a los cultos, participa en todos
los actos, sale en la Estación de Peniten-
cia, vende lotería y en algunos casos has-
ta hace algún pequeño donativo: es en
definitiva, un primor. Ocurre entonces
que la Junta de Gobierno, al ver tanta
voluntad y colaboración, le propone for-
mar parte de la misma: el cofrade acep-
ta, por supuesto, y más gustoso todavía
redobla sus esfuerzos en pro de la Co-
fradía. Es, por qué no decirlo, el núme-
ro uno, voluntaria para todo, dispuesto
a dar su sangre si hace falta; demuestra
un amor hacia los Titulares que ni los
más antiguos del lugar recuerdan en na-
die. Son su Cristo y su Virgen, su Cofradía
y, todo lo que uno se pueda imaginar.
También los compañeros de su Junta
son extraordinarios; sus hermanos, los
mejores del mundo. Es lo que podría-
mos decir el AMOR FRATERNO.
Pero llega un día en que, ya más con-
solidado entre la Junta de Gobierno y
asentado en la Cofradía, piensa que el
Paso de Cristo, que siempre ha ido en
silencio o con música, iría mejor con lo
contrario. Piensa que la Saya de la Vir-
gen que él encargó es mejor que la que
normalmente saca el día de la Estación
de Penitencia. Piensa que al Paso de
Cristo se le podía añadir otra figura de la
pasión. Piensa que las túnicas de nazare-
nos verdes, rojas o del color que quieras,
podrían ser negras. Piensa que la Cruz
Guía tendría que ser de orfebrería y no
de talla como siempre ha sido. Piensa,
en definitiva, cambiar toda la Cofradía,
pues nada de lo que tanto antes le gusta-
ba ahora le gusta.
...se inicia una etapa
de recelo y aislamiento
progresivo que
desencadena en una
crisis del cofrade…
Así pues, como todo lo que él preten-
de cambiar no se puede cambiar, ocurre
que la Junta de Gobierno no apoya sus
propuestas y se inicia una etapa de recelo
y aislamiento progresivo que desencade-
na en una crisis del “cofrade” que, pien-
sa que solo él sabe de “cofradías”; que
aquellos que eran buenísimos y excelen-
tes compañeros, dignos de admiración
por su extensa labor cofrade, ya no tiene
ni idea de nada; que su Cristo ya no es el
mismo; que su Virgen no es la más “gua-
pa” y que su Cofradía no es la mejor ni
la más bonica.
Al poco tiempo, deja de asistir a
los actos organizados por la Herman-
dad; no puede vender lotería y, si aca-
so vende, cuesta mucho trabajo cobrarle
el importe de la misma; el cobrador no
le encuentra nunca ni en su casa ni en
el trabajo para cobrarle la cuota anual;
por supuesto, deja de salir en la Proce-
sión y no para de hablar mal, no solo
de los miembros de la Junta de Gobier-
no, sino de la Cofradía en general. De-
jan hasta de saludarte por la calle y aque-
llos abrazos y lágrimas tan emocionados
tras la Estación de Penitencia, o en cual-
quier otra emotiva ocasión, pasan a ser
un recuerdo tan extraño como inaudi-
to. Pues, ahora, te ven por la calle y ni te
saludan, no te conocen, sufren amnesia
total; pasan del AMOR FRATERNO
AL ODIO ETERNO por no haberles
dado el gusto en sus ideas cofrades.
Misterios
“La misericordia se ha vuelto viva y
visible en Jesús de Nazaret”
Papa Francisco
36 | Semana Santa 2016
icen que la lejanía hace
olvidar, que enfría, que
dejas de sentirte cerca-
no e identificado con
aquel o aquello que de-
jas lejos. Que la falta de roce olvida el ca-
riño y lo que un día uno tuvo. Yo digo
que no solo están equivocados todos
ellos pues, si quieres, potencia y acerca
aun más lo que dejas.
Desde mi nacimiento el Realejo ha
sido el centro de mi vida, y postrarme
ante el Señor el Viernes Santo a las tres
de la tarde una cita a la que por nada po-
día faltar y hasta hoy así ha sido con la
tan sola excepción de un año, 2011.
Ese año del 2011 no estaría en mi
cita, no era algo accidental y repenti-
no que ocurriera, sino algo para lo que
me había hecho el cuerpo desde cuatro
años antes. Y es que ese año mi navega-
ción a bordo del buque escuela de la Ar-
mada Juan Sebastián de Elcano impedi-
ría el poder estar cerca de los míos, estar
cerca de Él. Pero no iba a quedar así sin
más, dejando que pasara el Viernes San-
to como pasa una jornada de festivo en
la mar, sin madrugar con la sola asisten-
cia a la guardia y contemplando el mar
en su más extensa e infinita definición
allá por aguas alejadas unas cuantas mi-
les de millas del Campo del Príncipe.
Empezaba la Semana más grande
para cualquier cofrade y lo más pareci-
do a ese mundo que tuviera cerca eran
unos cuantos discos de marchas en el
iPod, una estampa del Señor en mi car-
tera y la medalla con el rostro de La Gre-
ñúa colgando de mi cuello por deseo de
mi hermano que se la quitara de su ca-
dena el mismo día de mi partida a tan
largo y aventurado viaje. Volviendo al
tema, comenzaba la Semana Santa y lle-
garía la ansiada madrugá seguida por el
Viernes Santo, había que hacer algo. Le
propuse pues al Páter organizar en la mi-
núscula capilla de a bordo una adora-
ción nocturna en la que de forma orga-
nizada, hay que tener en cuenta guardias
en la mar y descansos obligados y nece-
sarios, voluntarios del buque hicieran
guardia ante el Santísimo. La propuesta
fue acogida por todo el buque con éxito
llegando a duplicarse las guardias desde
el Comandante al último marinero, to-
dos se quitaron tiempo de su descanso
para Adorarlo, iniciativa que después de
tantos años en la mar no había constan-
cia que se hubiese llevado a cabo nunca.
Como curiosidad decir que la capi-
lla era la mínima expresión de un altar
y un solo banco donde para dar misa, si
había más de tres fieles, había que abrir
las puertas de par en par y asistir desde
fuera, y aunque sea y presuma de ser an-
daluz ésta no es una exageración. Ese al-
tar constaba de una vidriera, apagada esa
noche, un sencillo Sagrario, dos velas y
mi estampa de la cartera.
Toda la noche hice guardia y en con-
tra de lo que se puede imaginar, pasó rá-
pida y no precisamente vacía. Pude ver
como se acercaban, mudos por las ho-
ras, los que guardaran al Señor ese tur-
no y cómo oraban sin descanso durante
el tiempo que les correspondía, y cómo
D
Mi Semana Santa
desde el Elcano
Nelson J. Cea Francol C
Misterios
38 | Semana Santa 2016
algunos doblaban turno. Era una noche
dura, la noche más grande en un cristia-
no y concretamente en un cofrade y no
podía pasarla sin más.
Amanecía e imaginaba lo que se esta-
ría viviendo en el corazón de Granada, el
devenir de la gente hasta el Campo y los
nervios y disfrute en la Capilla de la Pla-
ceta y anhelaba ese olor greñúo de mez-
cla de incienso, garrapiñadas, roscos de
mi abuela y el buen perfume que todo el
mundo ese día usa, porque al Señor hay
que ir a verlo limpio por fuera, Él ya nos
limpiará por dentro.
Este año el Señor ha
visto que faltaba alguien
y no ha querido salir, tu
carta estuvo a sus pies
cerrada como indicaste
Se acercaban las tres de la tarde y me
puse nervioso, era la primera vez que no
estaría allí pero en esa minúscula capilla
tenía todo lo que necesitaba en ese mo-
mento. Las tres en punto, la corneta re-
sonó en mi cabeza y de rodillas no falta-
ron mis tres peticiones que hoy digo que
escuchó como hace siempre.
Esa tarde el mar estaba revuelto,
atravesábamos una tormenta, a más de
14 millas de tierra se pierde la cobertu-
ra móvil y la señal de televisión, imagí-
nense a cientos de millas de tierra. En
esa situación y sin preguntarme qué me
llevó a ello le di al botón del mando de
la televisión que se oculta detrás de una
marina no esperando la más mínima se-
ñal, y mi sorpresa, y la de todos los que
se encontraban en ese momento conmi-
go en el comedor, cuando un fotograma
se quedó congelado por tres segundos en
la pantalla, lo único que se veía en toda
una semana sin señal alguna, en medio
de una tormenta en el mar con el barco
escorado y la tarde que ya caía. ¿La ima-
gen? La delantera de un paso dorado,
unas camareras que lloraban y unos cos-
taleros cabizbajos con sudadera burdeos,
sí señores tan solo tres segundos basta-
ron para reconocerlo, eran los míos. Llá-
menlo coincidencia pero aunque sea un
solo detalle hoy aún me sorprendo de
tanta coincidencia, lo siento, no creo en
las coincidencias. Pasada mi gran sorpre-
sa me pregunté qué habría pasado pues
con tan solo ese fotograma me tenía que
quedar aunque la situación era de imagi-
nar. Dos días después llegó al barco una
carta por radio, remitente: mi hermano,
que decía: “Este año el Señor ha visto
que faltaba alguien y no ha querido salir,
tu carta estuvo a sus pies cerrada como
indicaste.”
Que alguien me diga que el estar le-
jos hace extrañar, extraña el que olvida,
el que encuentra las cosas cambiadas,
cuando volví al Realejo no tenía la sen-
sación de todo el tiempo que había pa-
sado tan lejos físicamente, porque cada
ángulo de Su Cruz, cada bordado de su
manto, cada rasgos de sus rostros los di-
bujaba en mi mente en las noches en
blanco que solo el mar y la noche acom-
paña y hasta el sonido de ese palio sue-
na perfectamente en mi cabeza, así que
nada extrañé. Todo ello hoy día sigo re-
viviendo y nunca me faltará en el cama-
rote allá donde vaya la Misericordia he-
cha Piedad con el Señor de los Favores
en sus brazos que pintara Díaz Losa-
da siendo cartel de 1998 y que aún hoy
digo que en toda Andalucía no ha habi-
do cartel que lo supere.
El próximo Viernes Santo será espe-
cial, será el primero de un nuevo greñúo,
mi greñúo, al que como mis padres me
educaron e inculcaron a mí como católi-
co, yo le enseñaré a él, que no importa la
distancia, mil kilómetros no serán excu-
sa, mar y tierra moverá para en la tarde
del Viernes Santo llevar la rodilla al sue-
lo y bajar la cabeza ante Él.
40 | Semana Santa 2016
a primera luna llena de
la primavera, la llamada
Luna de Nisan, fija cada
año la fecha de la Sema-
na Santa, final del tiem-
po de preparación de
la cuaresma y meta soñada desde hace
más de 12 años para el grupo humano
que tengo el gusto de coordinar musi-
calmente, la Agrupación Musical Dul-
ce Nombre de Jesús, formación musical
perteneciente a la Cofradía de Nues-
tro Señor de la Humildad y Soledad de
Nuestra Señora. Hacer que la gente “es-
cuche lo que ve y vea lo que escuche”
será nuestra tarea tras los pasajes evangé-
licos que tenemos el honor de acompa-
ñar por nuestras calles.
Pero la Semana Santa no es sino el
culmen de todo un año de ensayos casi
diarios, jornadas agotadoras de traba-
jo y/o estudios que finalizamos junto a
otros compañeros intentando que el so-
nido de los metales y la percusión nos
ayude a encontrar el sentido a muchas
de nuestras continuas preguntas sin res-
puesta. No es fácil de explicar, pero los
L
Luna de Nisan
Felipe Cañizares Navarrol C
Misterios
Semana Santa 2016 | 41
días no son días si no acaban con un rato
de ensayo.
Cuando en 1994 al amparo de un
colegio algunos de nosotros comenzába-
mos a “jugar” con nuestros instrumen-
tos no soñábamos de ninguna manera
con llegar al lugar desde el que hoy día,
no sin un esfuerzo diario y continua-
do, disfrutamos. Han sido años de lucha
constante, de esfuerzo colectivo e indivi-
dual, de responsabilidad e ilusión y, so-
bre todo, de AMOR. Amor por lo que
hacemos, Amor por nuestros titulares,
Amor por nuestra hermandad, Amor
por nuestra tierra, Amor por la Música.
Los mejores actos sólo son posibles si se
hacen desde el Amor...
...intentando que el
sonido de los metales y
la percusión os ayude
a encontrar el sentido
a muchas de nuestras
continuas preguntas sin
respuesta
Pero el trabajo de una banda no
profesional o “de aficionados” como la
nuestra no es fácil, es como una mara-
tón sin fin, en la que cada año la meta
se coloca un poco más lejos. La rotación
continua de componentes, los cambios
de voz o el no poder conjugar otras ocu-
paciones con la banda son quebraderos
de cabeza con los que nos encontramos
diariamente. El poder conformar una
plantilla fija con la que trabajar es algo
casi utópico, es más, cuando crees que
estás en el mejor momento, el día a día
te demuestra que faltan muchas cosas
por hacer. Trabajo, trabajo y más traba-
jo, no hay otra.
Nuestras temporadas en la ban-
da cada año comienzan antes, en Mayo
ponemos nuestra música a Hermanda-
des de Gloria y estaremos comenzando
a preparar las primeras actuaciones del
verano. Septiembre, Octubre y Noviem-
bre se pasan entre certámenes y proce-
siones en diferentes localidades de toda
Andalucía. En Diciembre cada año or-
ganizamos nuestra “Semana de la Músi-
ca” que cerramos con un gran concierto,
el Memorial Francisco González Arcas.
En Enero, Febrero y Marzo estamos me-
tidos de lleno en la vorágine de la cua-
resma, cargada de actos. Y, casi sin dar-
nos cuenta, llegará una nueva Semana
Santa...
Se acercarán momentos de dudas, de
responsabilidad, de intentar plasmar en
la calle el trabajo diario y callado de to-
dos nuestros componentes, de acordar-
nos de nuestras familias, esas que deja-
mos en nuestra casa cada noche y que
son los que realmente sufren nuestra afi-
ción. Se acercarán momentos también
de rituales, de volver a los mismos luga-
res de cada año, de tradiciones íntimas,
e incluso, porqué no decirlo, de nervios,
de muchos nervios. Nunca tenemos
todo asegurado, el interpretar nuestra
música en la calle no es fácil, son mu-
chas horas las que tenemos por delante
y toda preparación parece poca cuando
comienzas el pasacalles previo a tu esta-
ción de penitencia y ves que el momen-
to se acerca...
Pero cuando el Martes Santo, nues-
tro Martes Santo, al caer la tarde, el pri-
mer guardabrisas del paso de miste-
rio del Señor de la Humildad atraviesa
el dintel del pórtico de Santo Domin-
go es cuando empiezas a comprender el
porqué de toda esta locura. En esa no-
che, cargada de momentos irrepetibles
y únicos, todas las piezas encajan, una
por una, sin prisa. Y será bajo la Luna
de Nisan, al abrigo de una estrechu-
ra llamada “Jesús y María” en el barrio
del Realejo donde ese grupo de músi-
cos volvamos a renovar nuestra ilusión
y seamos capaces de hipotecar otro año
de trabajo solo por volver a encontrar-
nos allí una vez más…
¡Que así sea!
42 | Semana Santa 2016
a Semana Santa es un
sueño, el anhelo de un
acontecimiento pasado.
Algo que ocurrió hace
siglos, y que sigue ocu-
rriendo una primavera tras otra. Aunque
no para todos, la renovación de aquel
misterio de los Evangelios va más allá de
una simple marcha y una ‘chicotá’, tras-
pasa las fronteras de lo racional. No se
basa en la locura de unos cuantos que
cuentan con el apoyo económico de las
instituciones. Se basa en la fe, algo fuera
del alcance de la mente humana.
La Semana Santa es la eternidad de
un instante: una noche de Martes San-
to en la estrechez de la calle Jesús y Ma-
ría. Suenan los sones de una banda que
se une en perfecta armonía al andar del
paso de misterio. Puede que sea la dispo-
sición de las figuras la que invite a hablar
con Él. O puede que sea simplemente su
belleza. Pero en la elegante estampa de
un altar dorado, sin otra luz que la que
irradian sus guardabrisas, hay algo que
inunda y remueve los sentidos.
Dos sayones y un romano se burlan
del Señor. No hay otra palabra que pue-
da definir mejor el instante: Humildad.
Es la humildad de un Dios humillado.
“Porque el que se enaltece será humillado,
y el que se humilla será enaltecido” (Mateo
23, 12). La humildad del Dios que se
ha hecho hombre, porque quería reba-
jarse a nuestro nivel y ser uno de noso-
tros. “Cristo, a pesar de su condición divi-
na, no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango y tomó
la condición de esclavo, pasando por uno
de tantos” (Flp 3, 6-8).
La humildad del Dios que, pese a ser
Rey de Reyes, se conforma con una caña
como cetro, una corona de espinas y una
clámide de color púrpura como capa. La
humildad de su gesto, de sus manos en-
trecruzadas. La humildad de su rostro,
de su dulce mirada cargada de amor. Es
el Padre, callado, ofendido y maltrecho.
Humildad la del hombre que lo en-
trega todo. Del que desnudo, sedente en
una roca, con la mirada baja, se presenta
al mundo. Él es “el camino, y la verdad,
y la vida” (Jn 14, 6). Humildad del que
pudiendo nacer en un inmenso palacio,
nace en un pesebre.
No es necesario que sea Martes San-
to para fijarnos en Él. Siempre es mar-
tes cuando vemos la cara del Señor de la
Humildad. También cuando guipamos
a la persona que entre cartones pasa los
días; cuando escuchamos el llanto del
enfermo; cuando ignoramos al que es
víctima de la indiferencia, centro de las
críticas. No debemos buscarlo solo en
el esplendor y grandiosidad de un paso
de misterio dorado. También está en el
día a día, en la calle, en la vida. Puede
que por eso, por esperar eternamente un
nueva primavera para acercarnos a Él,
nos olvidemos de su imagen. Pero Dios
es Humildad y siempre está esperando
en la intimidad y sencillez de una capilla
de Santo Domingo.
Pocos se paran a verle. Solo ven el
paso, el conjunto, el andar de sus costa-
leros. Pero pocos miran su rostro. Lásti-
ma porque aquellos que lo hacen, saben
realmente que se recibe algo a cambio.
Mirar la cara del Señor de la Humildad
conlleva comprender la misericordia de
Dios. Su ensangrentada mirada desbor-
da amor, dulzura, fortaleza, servidum-
bre, esperanza. Pocos se paran a con-
templarle, pocos piensan en Él. Todos
le olvidamos alguna vez, o siempre. Así
de humilde es Dios, conocedor de nues-
L
Humildad
Carlos SantanaC l S
Misterios
Semana Santa 2016 | 43
tra debilidad humana y que aún así si-
gue queriéndonos con el amor infinito
que un padre tiene a su hijo.
En su figura está todo, es pura teo-
logía. En su espalda dolorida radican el
Antiguo y el Nuevo Testamento, la pala-
bra de los profetas y las enseñanzas del
Maestro. Su imagen recoge los pensa-
mientos de los Doctores, de San Agus-
tín, de San Jerónimo, de San Gregorio,
de San Ambrosio. La sangre que cae por
su cara es la que derramaron y siguen de-
rramando aquellos cristianos que com-
prendieron lo que era seguir a Cristo.
En su expresión se encierra el verdade-
ro significado de la Pasión. “Él mismo lle-
vó nuestros pecados en su cuerpo sobre la
cruz, a fin de que muramos al pecado y vi-
vamos a la justicia, porque por sus heridas
fuisteis sanados” (1 P 2, 24). Es un com-
pendio del amor de Dios. Por eso en su
misterio está en el centro, como centro
es del mundo.
El que se indigne por las penalida-
des de este mundo, que no le pregun-
te a Dios el porqué de tanta injusticia.
Que vaya un Martes Santo a una calle
del Realejo y a oscuras, con el rumor de
la banda, le contemple. O que acuda a
una capilla de Santo Domingo en la co-
tidianeidad de cualquier día y allí, a so-
las, en silencio, le aprecie y le hable. Por-
que Él lo comprende todo. Entiende la
angustia de una madre que ha perdido a
su hijo; las lágrimas del que llora por la
muerte de un ser querido y por el vacío
que este deja. Comprende al enfermo,
al condenado, al desahuciado, al que lo
pasa mal. Es comprensivo, y es que Él
lo tiene todo perdido y a la vez todo ga-
nado.
El que lo entienda y traslade a su
vida lo que el Señor transmite conocerá
hasta qué punto puede llegar la fortale-
za en los duros momentos; sabrá ser hu-
milde en la vida, afrontando con natu-
ralidad las victorias y con esperanza las
derrotas. Con la Humildad seremos sen-
cillos y grandes de corazón, como nos
enseña cada vez que le miramos o vemos
su imagen en el móvil o el ordenador.
Si se piensa que esto no es cierto,
acudamos al hospital, al cementerio, al
banco, al parque. Allí está presente. Sin
embargo, la sociedad no se para a pensar
en Él. Excusan falta de tiempo. No solo
no le miran, incluso le atacan, le ofen-
den, se mofan. El misterio de la Cañilla
no lo conforman solo cuatro figuras, es-
tamos todos cuando nos olvidamos o le
ignoramos. Pero Él humildemente sigue
con nosotros, a nuestro lado, ayudándo-
nos y amándonos. Dios de toda bondad,
Señor de la Humildad.
No es necesario que sea Martes Santo para
fijarnos en Él. Siempre es martes cuando vemos la
cara del Señor de la Humildad
44 | Semana Santa 2016
engo un amigo que,
para animarme a vi-
vir cuando no me que-
dan fuerzas, me desa-
fía a imaginar el mundo
como el primer hombre que lo miró. O
como un niño, que pudiese contemplar-
lo por vez primera, pero con todo el co-
nocimiento del adulto. ¡Qué sorpresa el
sol, rodando por el cielo de este a oes-
te; rosa primero, fuego en el cenit, cre-
púsculo al final! ¡Qué alucinante la luna
de plata, colgada en lo alto por la no-
che! ¿Y el mar? Agua, agua, agua sin fin
y en movimiento, atormentada de furia
y viento y rayos; balsa de aceite otras ve-
ces. Para apreciar las cosas, es mejor ale-
jarse un poco de ellas, tomar perspecti-
va. Lo familiar puede llegar a parecernos
obvio. Lo cercano puede ser tedioso. Y
todo porque perdemos la capacidad de
asombrarnos, como si el aliento verti-
do sobre el espejo brillante que tenemos
al filo de los labios, lo empañase hasta
ocultarlo.
Les propongo el juego de ponerse en
los ojos y el corazón de un extranjero,
un turista japonés o escandinavo. Para
ustedes no es difícil, porque Granada es
capital del mundo de los buscadores de
hermosura. Imaginemos un niño asiáti-
co, por ejemplo, al que los padres en-
señen nuestras procesiones sin más ex-
plicaciones, quedaría impresionado por
el cuerpo destrozado de nuestros cris-
tos, por las lágrimas de nuestras vírge-
nes, la crueldad de los castigos represen-
tados. Y si el crío preguntase, sería tal
vez más complicado, porque habría que
explicarle que en Semana Santa celebra-
mos que Dios se ha hecho hombre y nos
ha abrazado tanto, tanto, que hasta se ha
echado la muerte a las espaldas, la peor
muerte. Y que luego la ha vencido en
nombre de todos, resucitando.
Con estos ejemplos, sólo quiero po-
ner en evidencia dos cosas. La primera,
que no todos hemos tenido el privilegio
de crecer rodeados de bandas restallan-
tes de sonidos, brocados deliciosamente
tejidos, imaginería espectacular. Yo, por
ejemplo, en mi infancia madrileña, no
tuve cerca esa maravilla. Las procesiones
eran en el centro de la gran ciudad, le-
jos de mi casa, y la mayoría no nos inte-
resábamos por ellas. Me ha dado mucha
envidia, por ejemplo, leer en la revis-
ta Cope Granada de la Semana Santa
2015, cómo Pedro López Carvajal rela-
ta que, de niño, montaba parihuelas con
su hermano utilizando la banqueta del
cuarto de baño, cubierta con una jarapa.
¡Es el detalle de una infancia familiariza-
da con las procesiones! La segunda cues-
tión, es que las procesiones no son algo
obvio ni natural. A mí me hacen sentir,
literalmente, estupefacta. Son realmen-
te raras, si se piensa. Gentes que se jun-
tan en largas filas y pasean por las calles
llevando estatuas rodeadas de cientos de
velas, flores y música. Hombres y muje-
res con hábitos y capirotes. Este enorme
aparato, que cuesta millones, supone un
esfuerzo grandísimo y paraliza la ciudad,
merece una pregunta simple y compleja
a la vez: ¿Qué es? ¿Qué es una procesión,
por qué nace?
El problema de la “carne”
Las Fallas son una fiesta de luz, que
saluda la llegada de la primavera, por
ejemplo. La Feria de abril nació en Se-
villa en torno a la compraventa de ga-
nado y el buen tiempo. En Munich se
bebe cerveza en octubre y en América
comen pavo para conmemorar la colo-
nización de los Estados Unidos. La cele-
bración de la Semana Santa con proce-
siones es cosa típicamente española, que
nace al calor del concilio de Trento, que
reacciona contra el protestantismo. Exis-
te porque los españoles se tomaron en
serio la llamada de sus teólogos y pasto-
res a comprender y proclamar que Dios
se había hecho hombre y había creado
en el mundo su Iglesia, para salvación de
los hombres.
Las iglesias protestantes están desier-
tas. Son hermosas a su modo, pero en
ellas se abomina de la imaginería. Lutero
quería la salvación por la mera fe, sin ne-
cesidad de mediaciones eclesiales. Se ale-
jó deliberadamente de las tallas, porque
T
Misterios
El clavel
y
la sangre
Cristina López SchlichtingC S hl h
46 | Semana Santa 2016
no quería que la salvación se identificase
con la carne. Por el contrario, el catoli-
cismo es sobre todo carne. Es el bebé de
María, concebido en su seno de mujer e
implantado tras su muerte en la Eucarís-
tica, verdadera carne y sangre de Jesús.
Es la Iglesia: los misioneros, las familias,
los religiosos. Uno se “topa” a Cristo en
personas concretas, como Zaqueo o la
Samaritana se toparon con Jesús bajo
un árbol o junto a un pozo. San Francis-
co entendió esto muy bien, de ahí su es-
fuerzo por potenciar el pesebre, el belén,
tradición también muy española. Las fi-
guras ayudan a representarse la fisono-
mía física de Jesús, María, José. Por esto
y sólo por esto, nacen las procesiones.
Por el deseo de representar lo que pasó
en Palestina, en la Historia real.
Vuestras hermosas tallas no ahorran
sangre ni lágrima ni gesto ni carne por-
que Dios no se los ahorró a Sí Mismo.
Él pasó por todo esto. Y para entender-
lo e incorporarlo y felicitarnos por esta
salvación real, se esforzaron los grandio-
sos imagineros españoles, pagaron con
esfuerzo las cofradías y trabajan los co-
frades.
El misterio del arte
Y hay algo más. Cuando una perso-
na quiere expresar algo, lo hace a su es-
tilo, bien distinto del de los demás. Los
españoles proclamamos los misterios de
la Semana Santa a nuestro especialísimo
modo. Julio Iglesias me dio una buena
definición de España: “Es un país lleno
de mares y de luz, una país de grandes
pintores”. Es una verdad luminosa, nun-
ca mejor dicho. Los alemanes, por ejem-
plo, son un pueblo de músicos y filóso-
fos. Pero los españoles somos un pueblo
de pintores y poetas nacidos de la luz.
Esta es la tierra de Goya y Velázquez,
que pintaron las oscuridades tremendas
y los cielos más diáfanos. Y la tierra de
los Machado, Lorca, Quevedo, Góngo-
ra o el mayor poeta de todos, Miguel de
Cervantes. Toda la fuerza creativa, todo
el arte de España se pusieron al servicio
de la “carnalidad” del cristianismo. Las
mejores manos esculpieron, pintaron, te-
jieron, cantaron saetas, hasta parir la Se-
mana Santa española. Una belleza plás-
tica andante, móvil. Una expresividad
conmovedora, delicada y fuerte a la vez.
A la verdad se llega por distintos ca-
minos. Uno de ellos es la razón, pero de
su mano vienen los afectos y los senti-
dos. Escojamos algo fácil, el amor de
una madre, por ejemplo ¿Cómo lo per-
cibe el hijo? El crío detecta los desvelos
y las caricias de esa mujer, y va desarro-
llando un apego a lo que siente como
bueno y deseable.
Toda la teología del mundo no sus-
tituye la experiencia del afecto. Son las
manos y los pies de los cristianos los que
conmueven el corazón de tantos. Del
mismo modo, la belleza, el arte, con-
tribuyen a la percepción del amor. Eso
exactamente es para mí la procesión o
un paso de Semana Santa. Un dedo que
señala al Amor. Una flecha fulgurante y
hermosísima, imposible de soslayar, que
te hace pararte en mitad de una calle y
preguntarte: Pero esto ¿qué es?
Tras un largo camino, creo que he
comprendido un poco, tan sólo un poco,
esta joya de la Semana Santa. Veo la rela-
ción entre las montoneras de claveles ro-
jos y la sangre del Señor; los lirios mo-
rados y el luto; los claveles blancos y la
inmaculada pureza de María. Compren-
do que lo sale de una garganta en forma
de saeta es un pueblo, que gime, pide,
llora rastreando a su Dios, expresando su
necesidad de Él. Entiendo que los niños
que crecen en derredor y corren por en-
tre los nazarenos y hacen parihuelas con
taburetes y jarapas, están educándose en
teología profunda y en la pertenencia a
un pueblo cofrade cristiano.
Es inteligente y bella esta pedagogía.
Sois afortunados y nos hacéis afortuna-
dos. Gracias.
Vuestras hermosas tallas no ahorran sangre ni
lágrima ni gesto ni carne porque Dios no se los
ahorró a Sí Mismo
48 | Semana Santa 2016
uando me propusieron
hacer este artículo me
sugirieron como conte-
nido sobre el que arti-
cular esta breve reseña,
hacer una reflexión sobre mis vivencias,
tanto en el fútbol como en la Semana
Santa y pensé, que era un gran reto unir
mis dos pasiones.
Hace ya muchos años que comenza-
ron mis primeros pasos, con mi familia
descubrí la tradición y cultura de nues-
tra Semana Santa.
Pero mi vivencia cofrade, tan rica
en matices, experiencias, sentimientos
y emociones surge en la Parroquia de
Regina Mundi, con el nacimiento de la
Cofradía del Stmo. Cristo Resucitado y
Ntra. Sra. de la Alegría. Allí descubro
un sentimiento que, aunque difícil com-
prender por algunos, junto el asombro
de otros, pone el punto de partida a un
camino personal como costalero.
Los inicios en el fútbol fueron simi-
lares a la Semana Santa. También la fa-
milia influyó en el arranque en este de-
porte. La visita al antiguo los Cármenes
fue el nacimiento de mi pasión por el
deporte rey.
Me considero uno de esos locos que,
sin que nadie le obligara, se ciñó una
faja, me calcé unas zapatillas y emplean-
do tiempo, sudor, ilusión y cariño me
fijé a unas trabajaderas portando mi fe
durante largos años. No encuentro ar-
gumentos razonables ante aquellos que
preguntan por el sentido de mi esfuerzo.
Es precisamente la falta de palabras
y explicaciones, de lo que se experimen-
ta bajo un paso, lo que me hizo compar-
tir con otras cuadrillas sus experiencias
y vivencias.
La misma locura me hace desarro-
llar, concienzudamente, mi otra pasión
como entrenador de fútbol. Con la mis-
ma laboriosidad que me ceñía una faja,
desarrollaba una metodología de entre-
namientos. Así mis dos pasiones, viaja-
ban de la mano.
Con el paso de los años fui descu-
briendo dentro de las diferentes cuadri-
llas que viví, todo lo necesario para hacer
Mis dos pasiones
Joseba Aguadob A d
C
Misterios
Semana Santa 2016 | 49
inolvidable y apasionante cada momen-
to que pasé bajo la trabajadera.
Se arrimaron a mí, sentimientos de
miedo, pasión, ilusión, disfrute, supera-
ción, compromiso, plegaria, compañe-
rismo, hermandad… y muchos más que
seguro que se me olvidan.
En este recorrido encontré, dentro
de los vestuarios unos sentimientos re-
conocidos por cualquiera de mis jugado-
res: superación, ilusión, unión, esfuerzo,
colaboración… etc.
Mi experiencia a lo largo de todos es-
tos años, me ha hecho adquirir un cono-
cimiento que me ha formado como co-
frade y persona.
En la cuadrilla de la Virgen de los
Remedios, encontré la amistad, la fide-
lidad a un grupo, después en el Cristo
de los Favores, llegó la profesionalidad,
la actitud y sobre todo descubrí el costal,
un cambio total a la hora de andar. Por
último Gran Poder y Esperanza, todo
se hace uno. Mi madurez como cofrade
y costalero me hacen vivir mis mejores
momentos en la trabajadera y en ella da
comienzo mi vida como nazareno.
Mi experiencia en el fútbol la pue-
do dividir en dos etapas. Una primera
donde destacaría un aprendizaje en diri-
gir, gestionar, leer y crear un método de
trabajo y una segunda donde desarrollo
todo lo aprendido dando un giro y una
profesionalidad a mi carrera.
A día de hoy, no puedo más que
agradecer todo lo que mi Semana San-
ta y el fútbol han aportado en mi vida,
como los siguientes valores:
• El esfuerzo que ha supuesto llevar
un paso.
• El compromiso para el bien del
equipo.
• El trabajo conjunto y su sincro-
nización para que todo marche
bien.
• La amistad que genera el esfuerzo
común entre todos los costaleros.
• La satisfacción por el deber cum-
plido.
• El éxito y la derrota en los partidos.
Todo esto me ha hecho crecer, ma-
durar y tener raíces. Ahora me queda un
largo camino para seguir aprendiendo y
a la vez, poder utilizar la sabiduría ad-
quirida en el pasado para devolver a, mis
dos pasiones, lo que un día ellas me die-
ron.
Es precisamente la falta de palabras y explicaciones, de lo
que se experimenta bajo un paso, lo que me hizo compartir
con otras cuadrillas sus experiencias y vivencias
Revista Semana Santa 2016 Cope Granada
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Revista Semana Santa 2016 Cope Granada

  • 1.
  • 2.
  • 3. Semana Santa 2016 | 1 La nueva evangelización a Semana Santa es una gran película de la Pasión, no tan dolorosa como la de Mel Gibson aunque sí tan estremecedora como la de Carlos Colón. Es un gran estreno con un gran reparto. Con imágenes que tallaran artistas y artesanos, devotos de un Dios que esculpieron en la madera. Con una banda sonora en forma de ‘Al Señor de la Cañilla’ o ‘Mi Amargura’. Con un guión que han escrito durante todo un año numerosos cofrades que con su trabajo consiguen una gran puesta en escena. Esta gran película conmue- ve a los espectadores. La Semana Santa es el testimonio de la nueva evange- lización. Estamos ante una sociedad que olvida y elude a Dios. Según defienden, no hay sitio para Él en un mundo “avanzado y con estudios”. Según explican, es ilógico creer en un Dios que sólo permite injusticias y bar- baridades. Normal decir eso, porque la lógica de Dios no entra en la cabeza hu- mana. Cristina López Schlichting –directora de Fin de Semana Cope– escribe en estas páginas que “en Semana Santa celebramos que Dios se ha hecho hombre y nos ha abrazado tanto, tanto, que hasta se ha echado la muerte a las espaldas, la peor muerte. Y que luego la ha vencido en nombre de todos, resucitando”. Las hermandades están llamadas a ser el instrumento de san- tidad para tantas personas que huyen de las iglesias; el foco que alumbre a unos corazones apagados y que se encienden al ver la ‘chicotá’ de un misterio a los sones de un banda de cornetas y tam- bores en la mágica noche granadina. Son los nazarenos y costaleros los nuevos apóstoles, encargados de llevar el testimonio que Cristo nos da en la Pasión a las gentes de Granada, que como hace siglos desconocen la imagen de Dios. Los costaleros, con su oración al compás de una marcha, y los penitentes, con su oración callada y anónima demuestran que su vida es un único gran camino hacia Dios, algo posible hoy en día en la vida cotidiana de cada nazareno. Especialmente en este Año de la Misericordia que la Iglesia propone, las hermandades deben ser las “islas de la misericordia en medio del mar de la indiferencia”, como indicó el Papa Francisco en su carta al comienzo de esta Cuaresma. En Granada la Miseri- cordia de Dios se llama Silencio. El crucificado de José de Mora es el mejor ejemplo para el cristiano de la misericordia del Salva- dor, del que lo entrega todo para no recibir nada a cambio. De su imagen aprendemos que la terrible cruz de cada día es en realidad una oportunidad para amar y ser feliz. Con un cirio, con un incensario, con un tambor o con un costal en la cabeza estamos llamados a cambiar el mundo, a demostrar que la misericordia de Dios no tiene límites y que todos tenemos cabida en una her- mandad de nazarenos que se llama Iglesia. Índice Editorial y créditos ...................1 Firmas ........................................2 Cruz de Guía...........................17 Misterios..................................35 Amargura.................................54 Historia ....................................63 Misericordia............................91 Bajo el capillo....................... 109 EDITA: COPE GRANADA DIRECTOR: LUIS GUIJARRO DIRECTOR COMERCIAL: GABINO GARCÍA COORDINADOR: LAUREANO SANTANA COPE GRANADA no participa necesariamente de las opiniones que se han podido verter en los artículos de esta publicación 87.6 F.M. - 900 O.M. @COPEGranada FIRMAS COLABORADORAS: Monseñor Javier Martínez, Monseñor Ginés García, José Torres, José Entrena, Fernando G. Barriocanal, Luis Guijarro, Jorge de la Chica, Mariano S. Pantoja, Fernando Egea, Alfonso Valenzuela, Nelson J. Cea, Felipe Cañizares, Cristina L. Schlichting, Joseba Aguado, Antonio M. Molina, Juan M. Cañizares, Manuel Ocón, José Mª Valverde, Jesús J. Gómez, Francisco J. Pinto, David R. Jiménez Muriel, Antonio Entrena, Hermano Hdad. Silencio, Álvaro Barea, Fray Juan J. Hernández O.H., Ángel Henares, Manuel Cociña, Mª Mar Peña, Cecilio Aguilar, Juan A. Ortiz, Alvaro Lirio FOTOGRAFIA PORTADA: Fernando López FOTOGRAFIAS: Fernando López, José Velasco, Efrén Cea, José Castro, Jorge Fernández, archivo de Manuel Ocón, archivo de José Carvajal, Antonio Orantes, Francisco L. Porcel, EGC, Hermandad Jesús Despojado y Hermandad Señor Meditación. DISEÑO, MAQUETACIÓN E IMPRESIÓN: DEPÓSITO LEGAL: GR-760-2014 IMPRESO EN GRANADA-ESPAÑA EJEMPLAR DE DIFUSIÓN GRATUITA L
  • 4. 2 | Semana Santa 2016 ay que salir de nuestro mundo para entrar en el mundo de Dios. Nues- tro mundo es el mundo de la justicia, de la acusación, del echar en cara, del reproche. El mundo de Dios es el mundo del abrazo más fuerte. Don- de abundó el pecado, sobreabundó la gracia: el abrazo más fuerte que Dios nos da a cada uno porque quiere, por encima de todo, que participemos de su vida, de su alegría, de su gozo, de la belleza infi- nita de su amor”. En la apertura del Año de la Misericordia el Arzobispo de Gra- nada explicaba qué es el Año de la Mise- ricordia, que, en este tiempo de Cuares- ma y Semana Santa, adquiere aún más relevancia. ¡Qué delicia cuando todos los her- manos están unidos! “Alégrate, hija de Sión, disfruta con todas tus fuerzas, Je- rusalén”. Iglesia del Señor. Esas palabras van dirigidas a ti, van dirigidas a cada uno de nosotros y a ese cuerpo, a esa unidad, a esa familia que formamos to- dos nosotros. ¿Por qué? Porque el Señor está en medio de nosotros, viene a no- sotros. Y viene a nosotros no en el gesto pequeño, minúsculo, del agua bendeci- da que en memoria del Bautismo hemos recibido al comienzo de la Eucaristía. Viene a nosotros para unirse a nosotros y para transformar nuestras vidas. El comienzo del Año de la Miseri- cordia es una provocación a esa trans- formación, que nos es dada, que nos es ofrecida, que nos viene en Cristo, y que el mundo necesita como aire fresco para respirar. Hay dos categorías, dos palabras, que han desaparecido del vocabulario del mundo moderno, que no tienen, casi no tienen significado para el hombre de hoy. Una es la palabra Sacramento, que lo que pensamos es una ceremonia rara que se hace en la Iglesia, poco más o me- nos. Y un Sacramento es, en cambio, el don fiel y permanente de Cristo a nues- tra humanidad, en las múltiples formas en las que Él se lo ha entregado, en los signos, en los que Él se lo ha entrega- do a la Iglesia. Pero es el don de Cris- to a nosotros, el don de la vida divina, el don que nos hace hijos de Dios o cuida de nuestro ser hijos de Dios o nos per- dona los pecados, o en el matrimonio, por ejemplo, hace posible la profundi- dad abismal que puede tener el amor es- ponsal de un hombre y una mujer a la luz y con la fuerza y la gracia del amor de Jesucristo. Siempre, los Sacramentos son un gesto de Cristo en favor nuestro, en bien Año de la Misericordia: una oportunidad de conversión y de luz para el mundo Mons. Javier Martínez. Arzobispo de Granada H A b d G d Firmas
  • 5.
  • 6. 4 | Semana Santa 2016 nuestro; no cosas que nosotros hacemos por Dios, cosas que Dios hace por no- sotros. La palabra es una palabra desco- nocida y eso hace, debilita nuestra vida cristiana porque sólo cuando uno en- tiende lo que son los Sacramentos em- pieza a entender la vida entera como un signo de Dios, a la luz de esos dones de Cristo en los que Él comunica su vida a nosotros, nos comunica, se nos da, ín- tegramente a nosotros, en cada Comu- nión, en cada Bautismo, en el Perdón de los pecados, siempre, en cada Sacramen- to. A la luz de eso, se empieza a entender la belleza del amanecer de esta maña- na, o la belleza de un bosque, o la be- lleza de un rostro humano, del que de- cía ese gran director de cine danés, que fue Dreyer, es el único paisaje que los hombres jamás se cansarán de explorar: la belleza del rostro humano, donde está impresa, como en una obra de arte úni- ca, la imagen y la semejanza de Dios, la apertura al Misterio infinito de Dios. Dios mío, todo eso perdemos la capa- cidad de comprenderlo en cuanto per- demos el concepto de Sacramento. Pero no me paro ahí. El otro concepto que es extrañísimo a nuestro mundo del mundo cristiano, que hemos perdido, y hemos perdido muchas veces incluso los cristianos, es que la categoría más importante de la re- lación humana es la de misericordia por- que Dios es amor. Y por lo tanto, nues- tras relaciones o están fundamentadas sobre el amor o no están fundamentadas sobre nada, y entonces son relaciones que acaban en violencia, siempre: vio- lencia dentro del matrimonio, violencia entre los hermanos, violencia entre los padres y los hijos, los hijos y los padres, violencia entre la familia más extendida, o la familia política, violencia en la con- vivencia en el pueblo, violencia entre las naciones y los pueblos y las lenguas. Co- sas que separan. Ésa es la obra del ene- migo. Ésa es la obra de satán siempre: separar, dividir. Eso es lo que significa la palabra “diablo”, etimológicamente en griego, el que divide, el que separa. En cambio, Dios es el que une. Dios es el que hace florecer el amor en nosotros, en todas sus diferentes formas. No es lo mismo un amor esponsal que un amor fraterno entre hermanos, o el amor de los amigos. No es lo mismo el amor de los padres a los hijos, o el amor de la fa- milia extendida, pero todos son partici- paciones, todo son formas de participar, en la vida de Dios, que es amor. Sólo que porque somos limitados y porque somos pecadores, el amor en esta tierra se llama misericordia, se llama perdón. Dice por ahí un refrán: “No hay paz sin paciencia”. Algo parecido: No hay amor verdadero si no es capaz de per- donar. Lo espontáneo entre nosotros es la justicia, pero la justicia pone siem- pre una medida. Ponemos una medida a los demás, una perfección que quere- mos que tengan, o que nos parece a no- sotros que tendrían que tener y les me- dimos por esa perfección. Muchas veces nos medimos a nosotros mismo por esa perfección y nos pasamos la vida azotán- donos a nosotros mismos, cuando eso no es lo que Dios quiere. Dios conoce nuestra pequeñez. Dios conoce nuestra pobreza. Dios conoce la fragilidad de la condición humana, y sin embargo no ha tenido ninguna vergüenza de acercarse a nuestras llagas, de pringarse con nuestra pus para limpiarnos, para lavarnos, para abrazarnos, para hacernos uno con Él, para comunicarnos la luz y el esplendor de la vida divina. El Dios que es amor es el Dios que es misericordia. Y el secreto de las rela- ciones humanas, porque estamos todos hechos para el amor, no puede ser mas que misericordia. Qué gracia tan grande que el Señor nos dé al pueblo cristiano, a todos nosotros, la posibilidad de recor- dar esto, que por encima de cosas que son muy justas, que son muy razonables, que estarían muy bien, está ese amor que es misericordia, que acoge al otro como es, que a la luz del amor de Dios es ca- paz de amar al otro como es, de alegrarse en que exista tal y como es. Y el otro soy yo mismo muchas veces. Es decir, que pueda acercarme al Señor diciendo: “Se- ñor, Tú lo sabes todo. Tú sabes que te he negado cuando más falta probablemen- te hacía que no te negara, y sin embargo, Tú sabes que te quiero”. Esa frase de Pe- dro resume muchas veces la actitud que teníamos que pedirLe al Señor tener con nosotros mismos. Decía un escritor del siglo XX, muy bueno, muy bueno: “Odiarse a sí mismo es facilísimo -pero es obra del enemigo (esto lo añado yo, aunque él lo pensa- ba)-. Lo difícil es olvidarse, vivir como los lirios del campo y las aves del cielo. Lo difícil es olvidarse”. Dice: “Pero si el orgullo estuviera muerto en nosotros, es decir, si no hubiera orgullo”, que es un pecado, que es el pecado de los peca-
  • 7. Semana Santa 2016 | 5 dos, “la gracia de las gracias sería amar- se humildemente a sí mismo como a to- dos los demás miembros dolientes del cuerpo de Cristo”. Todos somos miem- bros dolientes del cuerpo de Cristo pero el Señor nos ha rescatado con su mise- ricordia. Por eso, “alégrate, ¡disfruta con to- das tus fuerzas, hija de Sión! Goza, Je- rusalén”. Viene el Señor a ti, viene el Señor a nosotros. Sólo pide que le abra- mos, sólo pide que no le pongamos tra- bas para cambiar nuestro corazón, y que pueda florecer en medio de este mundo una flor, una flor de amor, de perdón, de misericordia, es la misma flor. Para ayudarnos a vivir eso, el Santo Padre ha convocado este Año de la Mi- sericordia y vamos a entrar en él. Hemos entrado porque era necesario entrar. Es decir, hay que salir de nuestro mundo para entrar en el mundo de Dios. Nues- tro mundo es el mundo de la justicia. Nuestro mundo es el mundo de la acu- sación, del echar en cara, del reproche. El mundo de Dios es el mundo del abra- zo más fuerte. Donde abundó el peca- do, sobreabundó la gracia: el abrazo más fuerte que Dios nos da a cada uno por- que quiere, por encima de todo, que participemos de su vida, de su alegría, de su gozo, de la belleza infinita de su amor. Hay una distribución de los meses con las obras de misericordia para que hagamos un esfuerzo juntos que pueda ser visible a lo largo del año. Haremos cosas. Habrá iniciativas a nivel diocesa- no. Empieza un año precioso. Empieza una oportunidad de conversión y em- pieza una oportunidad de luz para el mundo. No la dejemos pasar. No per- damos esta ocasión que el Señor nos da, que es un bien para nosotros en pri- mer lugar, porque amando se crece en el amor. Quien ama es más capaz de dis- frutar el amor; quien derrocha su vida la gana, y quien trata de protegerla y de es- conderla, la pierde. Estamos aquí porque queremos jus- tamente vivir este Año y vivirlo a tope. Vamos a darLe gracias al Señor y vamos a pedirLe que cuando Él venga a noso- tros transforme nuestro corazón de pie- dra en un corazón de carne, cuyos lími- tes sean los límites del mundo, es decir, ninguno, como el de Dios. Sólo que, porque somos limitados y porque somos pecadores, el amor en esta tierra se llama misericordia, se llama perdón
  • 8. 6 | Semana Santa 2016 os recuerda el Papa Fran- cisco en la Bula de con- vocatoria del Año Santo que estamos celebran- do, que la misericordia “es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia” (Bula Misericordae Vultus, 10). Está afirmación es esencial para entender que la Iglesia no vive para sí, y por ello, no puede estar encerrada en sí misma. La Iglesia hace presente a Cristo, existe para anunciar a todos el Evangelio, que es el amor del Padre manifestado en su Hijo. La misericordia manifiesta lo más pro- fundo del corazón de Dios, sus entrañas; es su nombre. La misericordia de Dios se nos ha manifestado definitivamente en su Hijo que ha abrazado nuestra humani- dad. “Jesucristo es el rostro de la miseri- cordia del Padre. El misterio de la fe cris- tiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret (..) Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios” (MV, 1). Jesucristo en su encarnación y en su Pascua nos ha introducido en el misterio de la misericordia. Cada escena del Evan- gelio manifiesta el rostro Dios, y en él, el del hombre pensado y querido por el Creador, y el del mundo que Él había so- ñado antes de la creación. En el Evange- lio todos tenemos parte, somos protago- nistas. Es fácil hacer un ejercicio de sentir- se protagonista en el Evangelio. San Ig- nacio de Loyola, en el libro de los Ejerci- cios Espirituales, nos ofrece unos criterios para contemplar los misterios de la vida del Señor: “Ver las personas, oír lo que hablan, mirar lo que hacen”. Son conse- jos muy oportunos para vivir la Semana Santa y contemplar las imágenes de la pa- sión que recorren nuestras calles y plazas en estos días. Haríamos bien si este año al parti- cipar en las celebraciones litúrgicas, al asistir a las manifestaciones de la piedad popular, o en la oración callada, nos de- tuviéramos a contemplar los rostros de la pasión como rostros que manifiestan la misericordia. Cada personaje del Evangelio de la Pascua nos habla de misericordia. La mi- sericordia aceptada o no aceptada; la mi- sericordia hecha perdón o consolación. La misericordia que es cercanía y com- pasión. La misericordia manifestación de un amor más grande, de un amor que no evita el peligro ni la herida para libe- rar a la persona amada. Es la misericordia que acepta la voluntad divina en la pleni- tud de la libertad humana, que es vivir en el bien y la verdad. La misericordia pue- de ser incomprendida y hasta perseguida, puede ser ignorada o rechazada, pero al final todos somos vencidos por la fuerza de la misericordia, y en la ternura de sus brazos descansamos. Pedro negó al Maestro. No le faltó el amor, pero la fragilidad humana quebró la fidelidad al amigo. Pedro muestra la debilidad que todos hemos mascado mu- chas veces en nuestra propia vida. Como nos recuerda San Pablo: “No entiendo mi comportamiento, pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco” (Rom 7,15). Pero bastaron las lágrimas, el arrepentimiento, para encontrar otra vez al amigo perdido. Sólo una mirada de Jesús, una mirada de misericordia, curó el corazón de Pedro. La mirada de Jesús y el arrepentimiento del apóstol encie- rran una gran y hermosa lección: es Dios quien salva, nosotros no podemos salvar- nos a nosotros mismos. Pedro ha caído del caballo de su soberbia para refugiarse en la misericordia. Simón, el Cireneo y las mujeres de Je- rusalén son el rostro de la misericordia que se compadece. Ayudar a llevar la cruz es sostener al que cae, permitirle que se levante, hacer posible la esperanza. Aquel hombre de Cirene no tenía muchas posi- bilidades de evitar el dolor del que carga- N Rostro de la pasión, rostro de la misericordia Ginés García Beltrán. Obispo de Guadix Firmas
  • 9. Semana Santa 2016 | 7 ba con la cruz, pero hizo lo que pudo, lo que estaba en su mano. La misericordia es enemiga de los condicionales: Si tuviera.. Si pudiera.. Si fuera. La misericordia es con- creta y activa, es amor visceral. Y las lágri- mas de las buenas mujeres que acompa- ñan a Jesús en su Vía Crucis también son signos de misericordia. Llora quien tiene corazón, quien padece con el que sufre. Llora el que no pasa por el lado del otro regalándole su indiferencia y mirando para el otro lado. No son lágrimas com- placientes, sino lágrimas comprometidas. La cercanía, la ayuda y la compasión tie- nen siempre su fruto: el rostro de Cris- to. La hermosa tradición que pone como protagonista a la Verónica nos enseña que nuestra misericordia para con los demás nos regala el rostro de Cristo. Quien ayu- da a los demás siempre termina viendo en ellos el rostro del Señor. Otro rostro claro de la misericordia es María Magdalena, la mujer que porque amó mucho se le perdonó mucho. El per- dón, expresión privilegiada de la miseri- cordia, nos hace hombres y mujeres nue- vos. Un hombre reconciliado es capaz de afrontar las dificultades y llegar a la cruz, como hizo aquella mujer. El amor expe- rimentado en la vaciedad del pecado es una invitación constante a no perder la gracia que se ha recibido. El que ha co- nocido el amor de Dios ya no puede vi- vir sin él, tiene que vivir para él. La Mag- dalena es el rostro que nos hace visible el paso del Calvario al sepulcro vacío, y al Señor Resucitado. Rostro precioso de la misericordia es el del Buen Ladrón. El único santo cano- nizado por Jesús. Es la misericordia hecha confianza y abandono. Este hombre reco- noce que su condena es justa, que ha de- linquido y ha obrado mal. Su única tabla de salvación es Jesús. Nada se merece pero todo lo espera de la misericordia de Dios. Bastaron unas breves palabras: “Acuérda- te de mí…”. Es la verdadera conversión, la del corazón, la que no tiene límites ni de espacio ni de tiempo. Y escuchó las pa- labras que todos quisiéramos escuchar al final de nuestra vida: “Hoy estarás con- migo en el Paraíso”. Y para terminar, no dejemos de mi- rar al rostro de la misericordia hecho for- taleza, ternura y belleza. El rostro de la Madre. La Virgen Santísima es la Madre de Misericordia. En cada una de las imá- genes de nuestra devoción nos encontra- mos con la misericordia hecha mujer, he- cha esposa, hecha madre. Sólo hace falta mirarla y dejarse mi- rar por ella para sentirnos cura- dos y para obrar con misericor- dia. La contemplación del rostro de Cris- to nos ha de llevar al compromiso de mi- sericordia con los hermanos. La contem- plación cristiana nunca es complaciente ni aletargante, sino comprometida y pa- sional. “En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la so- lidaridad y la debida atención. No caiga- mos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e im- pide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerqué- moslos a nosotros para que sientan el ca- lor de nuestra presencia, de nuestra amis- tad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos rom- per la barrera de la indiferencia que sue- le reinar campante para esconder la hipo- cresía y el egoísmo” (MV, 15).
  • 10. 8 | Semana Santa 2016 ranada y los granadi- nos anhelamos con fer- vor durante todo el año la llegada de nuestra gran Semana de Pasión. Nuestra ciudad se prepara para vivir una de las más emotivas y bellas manifesta- ciones artísticas y religiosas de nuestro país. Sé que de- trás de la Cuaresma de Gra- nada hay muchas noches de largos ensayos, de duros entrenamientos, de conver- saciones sin fin para ulti- mar cada detalle, para que todo esté milimétricamente preparado y los granadinos volvamos a disfrutar de una Semana Santa majestuosa. Durante ocho días, las calles y rincones de Gra- nada volverán a disfrutar de sus estaciones de pe- nitencia y de sus actos de culto. Todos volveremos a ensoñar con la mirada per- dida en nuestro pasado, en nuestro inagotable patri- monio artístico y paisajís- tico, con la explosión de colores, brillos, aromas, so- nidos y olores que se entre- mezclan como por arte de una magia insondable en cada uno de nuestros Pa- sos. Arte y belleza; hondu- ra y pasión; elegancia y re- cogimiento, con el silencio del paso retenido por el úl- timo aliento de nuestros costaleros, se agolpan ya en nuestras mentes. Ésa es nuestra Semana Santa, una auténtica explosión de senti- miento y belleza, de culto popular y reli- gioso que le han convertido en Fiesta de Interés Turístico Internacional. Sobran, ante tanto prodigio de belle- za, las palabras para recordar que nues- tro Ayuntamiento volverá un año más a brindar toda su colaboración para que Granada brille como hasta ahora du- rante estos días festivos. Quiero a tra- vés de estas líneas agradecer el esfuerzo y el entusiasmo que día tras día dedicáis los grandes protagonistas de la Semana Santa, los miembros de las hermandades y cofradías bajo el manto protector de la Federación de Herman- dades y Cofradías. Vaya también mi aplauso y cari- ño a los miles de visitantes que se agolpan en los rinco- nes más insospechados para disfrutar de esas imágenes que traspasarán, una vez más, nuestras retinas, como máxima expresión artística de todo un pueblo. Enhorabuena también a cadena Cope que facilita con esta publicación la in- formación necesaria para que todos podamos disfru- tar con todo detalle de la gran oferta cultural y artís- tica de nuestra Semana de Cuaresma. Sean estas fiestas una oportunidad única para compartir con nuestros se- res más queridos estas fe- chas tan entrañables, donde el espíritu religioso se mez- clará con el fervor festivo y nuestra tradición popular. Mis mayores deseos a todos. G Saluda del Alcalde de Granada José Torres Hurtado. Alcalde de Granada Firmas
  • 11.
  • 12. 10 | Semana Santa 2016 ienvenidos a la Semana Santa de Granada. Una provincia que, al igual que el resto de Andalu- cía, vive con iguales do- sis de recogimiento y alegría la semana de pasión y resurrección. Tanto la capital como el resto de municipios conservan tradiciones centenarias. Son días de fiesta favorecidos por el comienzo de la primavera, donde el am- biente se impregna de olor a incienso, del lamento de las saetas cantadas a Cris- tos y Vírgenes, del redoble de tambores y de la cálida luz de los cirios. Esta guía ofrece un amplio recorrido por la Semana Santa de Granada, con información general de sus cofradías, así como de los lugares y momentos más interesantes para presenciar sus desfiles procesionales. Pretende ser un instru- mento útil para que el visitante conozca la singularidad de nuestra Semana de Pasión y pueda sacarle el mayor partido a su estancia en estas fechas. La Semana Santa es, desde el punto de vista turístico, el momento más im- portante de todo el año para Granada. En el mes en el que recae la Semana San- ta, ya sea marzo o abril, se produce tradi- cionalmente el mayor pico de ocupación hotelera. El Instituto Nacional de Esta- dística no nos ofrece datos desagregados de los días de Semana Santa, pero el mes en el que recae suele rondar los 225.000 viajeros alojados en nuestros hoteles. Durante estos días, la Oficina de In- formación del Patronato registra el ma- yor número de consultas de todo el año, más de cinco mil, la mayoría centradas en los desfiles procesionales y la oferta complementaria. Las previsiones para este año son muy buenas. La Semana Santa recae a finales de marzo y, si el tiempo acompa- ña, la estación de esquí de Sierra Nevada se podrá sumar como reclamo turístico para los visitantes potenciales. La celebración garantiza también, a priori, una buena ocupación en la Costa Tropical. En las zonas rurales, las mejo- res ocupaciones suelen registrarse habi- tualmente en la Alpujarra y el Altiplano. Y, como es norma, habrá dos periodos de ocupación. De lunes a miércoles san- to la ocupación será ligeramente inferior que de jueves a sábado, los días festivos. La Semana Santa granadina está de- clarada de Interés Turístico Internacio- nal y es una de las tradiciones más arrai- B La Semana Santa, reclamo turístico José Entrena. Presidente de la Diputación de Granada Firmas
  • 13. Semana Santa 2016 | 11 gadas en la ciudad y la que cuenta con mayor número de visitantes. Treinta y dos cofradías realizan su salida procesio- nal de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección. Su gran característica es la valía artística e iconográfica de las imágenes que se procesionan. Otra seña de identidad de la Sema- na Santa granadina son sus escenarios. La Catedral, una joya de la arquitectu- ra renacentista, de Diego de Siloé, es el centro de la parte religiosa. Pero durante las procesiones se pueden ver y recorrer entornos que le aportan un valor esté- tico extra: el Albaicín, el Paseo de los Tristes, la Carrera del Darro y hasta la Alhambra. Internacionalmente conocidas son las procesiones de los Gitanos, con la subida al Sacromonte de las imágenes entre saetas y hogueras; la del Silencio, en la que se apaga el alumbrado público de las calles por las que pasa; y la de la Alhambra, con su recorrido por el mo- numento nazarí y el paso por la conoci- da Puerta de la Justicia. La parte religiosa y festiva se com- plementa con una gastronomía especial para esta semana, con los tradicionales dulces (roscos, pestiños, leche frita, em- panadillas) y los platos guisados con ba- calao, imprescindibles en esta fiesta. Pero además de la capital, la Semana Santa es la fiesta religiosa de mayor rai- gambre en la provincia y tiene en cada lugar su modo de vivir estos días de de- voción y recogimiento. Los municipios de la provincia de Granada atesoran tra- diciones centenarias que se inician tras la conquista por parte de los Reyes Ca- tólicos. Algunas, como la de Almuñécar, Loja y Guadix, están catalogadas como Fiestas de Interés Turístico Nacional de Andalucía. Otras, como la de Cuevas del Campo, representan la Pasión viviente, y en general todas ofrecen momentos de gran plasticidad durante los desfiles procesionales por los lugares más emble- máticos de las poblaciones. La Semana Santa granadina está declarada de Interés Turístico Internacional y es una de las tradiciones más arraigadas en la ciudad y la que cuenta con mayor número de visitantes
  • 14. 12 | Semana Santa 2016 a Semana Santa cobra un relieve muy espe- cial en el marco de este Año Santo de la Mise- ricordia que ha con- vocado el Papa Francis- co para que entendamos quién es nuestro Padre, de modo que en ningu- na circunstancia perda- mos la esperanza. Sólo en Jesús se desvela plena- mente el rostro y el cora- zón de Dios, y en estos días santos le vemos he- rido y desarmado, vulne- rable en su humanidad, obediente hasta la muer- te. Jesús con su sacrificio ha transformado la mayor iniquidad en el amor más grande, y así ha salvado al mundo, nos ha salvado a cada uno. Quizás llegamos a es- tas fiestas (¡porque real- mente lo son!) abruma- dos y cansados. El Papa Francisco ha dicho que la imagen más honda de cómo trata el Señor nues- tro cansancio la encon- tramos en el lavatorio de los pies. Jesús se involu- cra con nosotros, se en- carga en persona de lim- piar todo lo que se nos ha pegado en el camino. Y como si fueran heridas de guerra, Él las besa, lava la suciedad que hemos acu- mulado en nuestras relaciones, en nues- tro trabajo. Ante tantos miedos e incertidumbres como nos asaltan, es fácil preguntarnos cómo podemos caminar, cómo hacerlo sin caer en el escepticismo, en la desidia, en la indiferencia… Francisco nos propone una forma bien sencilla, al alcance de cualquie- ra: “adorando a la cruz, mirando a Jesús, practicando el amor y el servicio en nues- tra vida, mirando el testi- monio de los santos y los mártires que nos acompa- ña también hoy día…” Todo esto lo vemos be- llísimamente plasmado en los pasos de nuestras pro- cesiones, en los cantos del pueblo, en la liturgia cele- brada sencillamente y con hondura en cualquiera de nuestras comunidades, en la caridad que se ofrece co- tidianamente para respon- der a las mil necesidades, próximas o lejanas, que nos circundan. En COPE trabajamos para contar estas historias de ayer y de hoy, en rea- lidad una misma historia que empezó hace más de dos mil años, y que atra- viesa siglos y continen- tes. Nos sentimos felices y agradecidos de poder se- guir haciéndolo, también en las hermosas tierras de Granada, bajo la protec- ción de Nuestra Señora de las Angustias, una imagen tan expresiva de estos días, con la certeza de que Ella lleva siempre ante su Hijo todos nuestros desvelos y necesidades. L Granada y su Semana Santa Fernando Giménez Barriocanal. Presidente y Consejero Delegado Cadena COPE Firmas
  • 16. 14 | Semana Santa 2016 emanas a lo largo del año hay muchas, la gran mayoría son mo- nótonas, con jornadas casi clavadas una detrás de otra; suena el despertador, encien- do la radio para ver que dice Herrera en COPE, ducha, café rápido, lucha diaria con los críos para que se vistan, el cola- cao, jornada laboral maratoniana…y así hasta cerrar una jornada más. Hay otras semanas más agradables como las que tienen algún festivo en medio y nos posibilitan conformar un ‘agradable’ puente para desconectar e ir- nos con los nuestros de viaje y salir de los rigores de la ciudad. También están los septenarios de las vacaciones de verano, esas en las que el tiempo, ojalá y no se moviera, pero casualmente lo hace más rápido que nunca. Y por último aquí en Granada está la semana más importante del año, aque- lla que miles y miles de granadinos es- peramos con esmero, con ansia, esa en la que miramos al cielo más que nunca, estamos pendientes de todos los partes meteorológicos y sobre todo, esperamos con un recogimiento y fe que nada tiene que ver con las semanas que he descrito antes. Es Semana Santa, 7 días que año a año se hacen inolvidables, donde se jun- ta la fe de los días más importantes en el calendario católico con la tradición, la cultura y el sentimiento de unas jorna- das especialmente significativas para una ciudad que se engalana, que se viste, que sufre con el calvario del señor y que goza con su resurrección. Por este motivo, un año más COPE Granada te ofrece esta revista que está he- cha desde la fe, el sentimiento, la devo- ción y el respeto por unos días que para nosotros no solo ocupan 168 horas sino 8760, este año 8784 giros completos de la manecilla del reloj de los minutos. Por este motivo, amigo lector no puedo olvidarme de todos aquellos que han trabajado a destajo para que esta obra que tienes en tus manos siga con- virtiéndose año a año en referente en la ciudad y orgullo para esta casa. Desde el departamento comercial a Jorge de la Chica con sus transmisiones cofrades y todos aquellas firmas, las mejores del pa- norama cofrade, que Laureno Santana se ha encargado de cuadrar y encuadernar en esta publicación. Ojalá y estos días supongan un antes y un después en todos nosotros y nos ha- gan ver la vida desde un punto de vista más católico, más cofrade. No es una Semana más Luis Guijarro Santos. Director Provincial Grupo COPE Granada S Firmas
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  • 18. 16 | Semana Santa 2016 osé Torres, Alcalde de Granada, hizo entrega el pasado lunes 8 de fe- brero, de las tapas del Pregón de la Semana Santa que cada año ofrece COPE Gra- nada. José Cecilio Cabello las recibió en el transcurso de la ceremonia que tuvo lugar en el Teatro Isabel la Católica. La encuadernación reproducía al Cristo del Silencio en la portada y fueron descritas de la siguiente manera por Manuel Pra- dos, su autor: “Unas cubierta de aire ro- mántico, de tonos pastel, simulación de estucado veneciano y trabajo de minia- tura”. Portada con el Cristo de la Miseri- cordia, sobre Cruz naturista, que arran- ca sobre un cáliz de San Juan y ramas de olivo que brotan del mismo. A la altura del cáliz, un crespón haciendo ondas re- lata: Pregón Semana Santa Granada año 2016. En su interior, ramilletes de flores de algodón a modo de margen y el nom- bre del Pregonero”. Antes de recibir las tapas Cabello re- cogió el aliento, en forma de palabras, por parte del Director de COPE-Grana- da, Luis Guijarro, y del Presidente de la Federación de Cofradías, Jesús Muros, como también lo hizo el Alcalde des- pués de entregarle la artística encuader- nación. A continuación se celebró un con- cierto a cargo de la Banda Municipal y el Coro Clásico, dirigidos por Miguel Sán- chez Ruzafa. Se repasaron algunos de los momentos más significativos de la bio- grafía del Pregonero, como la recupe- ración de la Cofradía de la Cabeza de Granada, que se evocó mediante la inter- pretación de Aires de Romería de Díaz, o sus devociones por la Virgen de las An- gustias, con Al paso de la Procesión Alon- so-Ruzafa, y la Divina Pastora con Pasto- ra de Capuchinos-Juan José Puntas. Se quiso que las hermandades de pe- nitencia a las que pertenece José Cecilio, estuvieran representadas. Así la del Des- pojado se encargó de montar el espacio donde se expusieron las tapas antes de su entrega, el Silencio se hizo presente en La muerte no es el final Gabarain-Ru- zafa, la Soledad de San Jerónimo con Soledad de Descendimiento de Higue- ro y el Huerto, con Amarguras de Font de Anta, precedida de la interpretación de una versión de aires “morentiano” a cargo de David Sorroche al cante y José Amador al toque. Concluyó el espectáculo con Y te ba- jaron los ángeles-Ruzafa, recordando la residencia en Sevilla del Pregonero, su- poniendo el estreno en Granada de esta obra, y Virgen de Andalucía, dada su vocación andalucista, precedida de una grabación con la voz del Padre Iniesta en referencia al himno autonómico en el que se basa esta marcha. J Las tapas del pregón de José Cecilio Cabello Jorge de la Chica Firmas
  • 19. Cruz de Guía “Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón” Papa Francisco
  • 20. 18 | Semana Santa 2016 l patrimonio de las co- fradías es objeto de una atención permanente. Unas veces se trata de restauraciones, con el objetivo de preservar elementos de va- lor histórico y artístico. Otras son nue- vas realizaciones, algunas especialmente relevantes, como las que nos ocupan en este artículo, en el que nos referimos a tres nuevos pasos, para otras tantas imá- genes marianas. Uno de ellos se verá por primera vez (D.m.) en la procesión de Los Estudiantes: el palio de los Reme- dios. Otro está todavía en ejecución y probablemente podamos disfrutarlo du- rante la próxima Semana Santa. Nos re- ferimos al del Dulce Nombre (Despo- jado). Y un tercero ha sido aprobado, como proyecto, durante esta Cuaresma, con destino a la Soledad de San Jeróni- mo. En pocos años comenzará a poderse disfrutar de este trono mariano. Estreno del paso de los Remedios (Estudiantes) Desde su refundación en 2005, la Cofradía de los Estudiantes ha esta- do trabajando en su nuevo paso de pa- lio para la Virgen de los Remedios. Ese mismo año se había encargado la ac- tual imagen con esta advocación a Israel Cornejo. Fue en el año 2008 cuando se con- vocó un concurso para elegir el proyec- to de un diseño de palio, resultando de- signado el presentado por Ramón León, orfebre que ya ha realizado varios tra- bajos para cofradías granadinas como las del Vía Crucis y el Despojado. Aun- que todavía el conjunto no está conclui- do, faltando los bordados y algunos ele- mentos de la orfebrería, la Hermandad ha decidido que se incluya este año en el cortejo, de tal manera que por prime- ra vez salga en la procesión del Miérco- les Santo. El trabajo se está desarrollan- do al ritmo que han ido aconsejando las posibilidades económicas. La escultura, a la que rinden culto en su sede canóni- ca, sólo ha salido, hasta el momento, en la procesión del Vía Lucis de Reglas que tiene lugar durante el mes de octubre, para lo que se porta en unas andas que continuarán utilizándose con este fin. El trabajo de Ramón León combina el metal dorado y plateado, con la made- ra de caoba. Este último elemento será conjugado en todos los elementos, me- nos en la candelería. Por ahora se verán en madera distinta a la caoba la creste- ría y la peana de la Virgen, que son otras de las labores que deben de completar- se en el futuro, siendo forradas con los mismos materiales que el resto de la la- bor de orfebrería. Igualmente faltan por ejecutar los brazos de luz que se ubicarán junto al manto. Respiraderos, varales y candelería Los respiraderos, que se desarrollan de acuerdo con el estilo neobarroco, tan utilizado por las cofradías, recogen en el centro de su frontal el martirio de San Justo y Pastor, titulares del templo sede de la corporación, y sobre ellos una In- maculada similar a la que se ubica en el mismo recinto religioso. A sus lados apa- recen las escenas de la Natividad y Asun- ción-Coronación, principio y fin del rela- to sobre la Vida de la Virgen que se narra en los laterales, reflejando otros pasajes, hasta completar doce: Presentación de María en el templo, Encarnación, Des- posorios, Nacimiento de Jesús, Epifanía, Presentación en el templo de Jesús, Bo- das de Caná, María al pie de la Cruz, las Angustias y Pentecostés. Se completan los respiraderos con referencias a las Letanías Lauretanas. Las maniguetas se inspiran, como las caídas, en el mencionado balda- quino de la Basílica de San Pedro. E Las grandes obras que se van a realizar en la Semana Santa de Granada Jorge de la Chica Cruz de Guía
  • 21.
  • 22. 20 | Semana Santa 2016 Todo está elegido cuidando el deta- lle y el símbolo. Así por ejemplo con las Bodas de Caná, se desea hacer referencia al carácter sacramental de la Cofradía y la presencia de la Inmaculada, recuerda la defensa del Dogma que hizo la Uni- versidad de Granada en 1617. Los varales han encontrado su ins- piración en el retablo mayor del templo donde reside la Hermandad, la Parro- quia de San Justo y Pastor. Concreta- mente reflejan las columnas salomóni- cas que realzan este elemento. En ellos se aprecian además querubines de aspec- to canesco, inspirados en los de las lám- paras de la Catedral granadina. La candelería también se fija en el templo metropolitano, concretamente en unos candelabros que suelen situarse sobre la mesa del altar mayor de la Cate- dral, procedentes de una donación. Es- tán labrados en Roma durante el barro- co, lo que los dota de gran originalidad. Bordados Junto al diseño de Ramón León hay que mencionar la intervención del ar- quitecto Ignacio Fernández Aragón, quien trabaja en el dibujo de las caídas que serán ejecutadas por Cristóbal Casa- res, sobre terciopelo granate. Este año ya se aprecian algunos detalles de su labor, como la caída de las bambalinas, que no acentúan las curvas y están rematadas por borlos y lambrequín o guardaballe- ta, de clara inspiración en el baldaqui- no de la Basílica de San Pedro (Roma) de Bernini. Por el momento sólo se ex- hibe el tejido con sus formas. Ambos ar- tistas también se encargarán en el futuro de los faldones y el manto. Nuevo paso para la Soledad de San Jerónimo Durante esta Cuaresma, la Cofradía de la Soledad de San Jerónimo ha ele- gido, mediante concurso, el diseño del que será su nuevo paso que debe susti- tuir al que en 1972 realizó para su do- lorosa de vestir el taller de Moreno, utilizando metal plateado, el cual fue enriquecido en distintas ocasiones, con obras del mismo material. Este paso a su vez sustituyó al que tallara Navas Pare- jo a principios del siglo XX, actualmen- te utilizado en altares de culto, precisa- mente el mismo destino que tendrá en el futuro el actual. Programa iconográfico El modelo elegido es de Patricio Car- mona y se inspira en Monasterio de San Jerónimo. Concretamente el frontal del respiradero reproduce la Inmaculada, advocación titular del templo, eligiendo para ello la que se ubica sobre la puerta que desde el compás da acceso al ceno- bio. Aparece escoltada por las figuras de San Jerónimo y Santa Paula, tan vincu- ladas a la Orden promotora del comple- jo monumental, según la versión de las tallas que se custodian en el crucero de la iglesia. Dos orlas, similares a las de la fa- chada principal del templo, se ubican en los extremos, albergando en este caso a San Joaquín y Santa Ana, para acentuar el carácter mariano del diseño. El canasto tiene en el frontal un re- lieve con el Entierro de Cristo de Ja- cobo Florentino, conjunto escultórico que se realizó para San Jerónimo, aun- que actualmente se conserva en el Mu- seo de Bellas Artes y que formó parte de los desfiles procesionales de principios de siglo. Las capillas laterales recogen horna- cinas, cuyo programa iconográfico está todavía por definir. Concretamente cada uno de los lados dispone de espacio para ocho esculturas. El Monasterio en un paso Especialmente llama la atención la decoración, de estilo plateresco, casi toda repitiendo motivos decorativos del Monasterio de San Jerónimo, actual re- sidencia de esta varias veces centena- ria corporación penitencial. Es por ello que se reproducen los tenantes heráldi- cos del ábside en las maniguetas, la cua- les irán rematadas con las iniciales de los Reyes Católicos, fundadores del recinto y las columnas de los arcángeles y ánge- les de los pilares del templo, entre otros elementos. Las decoraciones de las portadas o las pinturas del recinto, están reproducidas en otros elementos ornamentales y tam- bién en los faldones, ofreciendo un sin- gular aspecto, que se remata con cuatro faroles que recuerdan los de las esquinas del claustro. Singular peana Llama también la atención la peana sobre la que se situará la Virgen, alza- da en patas, muy del gusto habitual du- rante otros tiempos en la Semana San- ta de Granada. Así, por ejemplo, era la que tuvo la Victoria y la que sirvió du- rante décadas para la salida procesional de Rescate. La madera barnizada en caoba para la decoración, el bronce dorado para las figuras y el bordado de los faldones en hilo de plata y sedas de color sobre ter- ciopelo negro, dan tonalidad a este ori- ginal diseño. Todavía no se han definido que artis- tas intervendrán en su ejecución y la Co- fradía no se atreve a dar plazos para su realización, aunque en una primera esti- mación, el año próximo podría ser el úl- timo en el que saliera el actual trono y el siguiente ya se verían los primeros re-
  • 23. Semana Santa 2016 | 21 sultados de una labor que dependerá de lo que permitan los presupuestos de esta asociación de fieles. Un palio para el Dulce Nombre La Cofradía del Despojado rinde culto desde 1998 a una talla de Gon- zález Jurado, bajo la advocación María Santísima del Dulce Nombre. Desde su fundación, en 1986, la incluyó como ti- tular y su intención es poderla sacar en la procesión de Domingo de Ramos. Ac- tualmente sale en Vía Crucis, sobre sen- cillas andas, acompañada de una escul- tura de San Juan Evangelista. En 2006 la Cofradía aprobó un pro- yecto para que la Virgen y el Apóstol puedan salir en la comitiva de Semana Santa, de acuerdo con el decoro que ac- tualmente está al uso. El autor fue Igna- cio Fernández Aragón, al que ya nos he- mos también referido al hablar de Los Estudiantes. Este artista fue fundador de la corporación penitencial, su Hermano Mayor durante varios años y uno de sus cofrades más significativos, siendo autor de numerosos diseños para el patrimo- nio del Despojado. María corredentora Los dibujos de Fernández para este palio, están repletos de numerosos asun- tos con acentuado carácter mariano, ha- ciendo referencia a la Virgen como Co- rredentora, aunque su discurso comienza en el Antiguo Testamento, representado en los faldones, donde se reflejan los seis días de la creación, mientras que en los respiraderos aparecen las doce tribus de Israel. Los varales, en cuyos basamen- tos podemos ver a doce mujeres del ve- terotestamentarias que prefiguran a la Madre de Cristo, están repletos de azu- cenas, que se refieren al Dogma de la In- maculada, mientras que las bambalinas reproducen catorce escenas de la vida de la María en la zona exterior y sus corres- pondientes textos bíblicos en el interior. En la peana la imagen apocalíptica de la luna representando a la Corredentora y la serpiente como el pecado y el demo- nio, a los que vence la Virgen. El orfebre Ramón León, también re- ferido en el caso de Los Estudiantes, ha sido el requerido para trabajar el metal del paso. Su labor comenzó en 2012 y ya ha concluido los varales, seis tandas de can- delería y diez de las veinticuatro violete- ras que configuran un conjunto que ten- drá tejido de color azul en manto y palio. Todavía se desconoce cuándo se pro- ducirá su primera salida, que probable- mente tendrá lugar, como es habitual en algunos casos, incluso sin disponer de la totalidad de los elementos. Pudiera ser el año próximo, pero la celebración de elecciones en la Cofradía una vez con- cluida la Semana Santa, hace que sea la próxima directiva la que tenga que adoptar la decisión.
  • 24. 22 | Semana Santa 2016 a realidad religiosa de nuestro pueblo, al me- nos en Andalucía, no puede entenderse sin la aportación secular de las Hermandades y Cofradías: “Es- tas asociaciones religiosas han aportado un importante caudal a la vida espiritual de nuestro pueblo”. (“Hermandades y Cofra- días en el Sur de España hoy”), Carta Pas- toral de los Obispos del Sur. Una hermandad es una asociación de fieles, un conjunto de cristianos con una vocación similar para vivir la fe. Su principal característica viene de su pro- pio nombre: fraternidad. Es necesario que todos sus componentes se conoz- can y estén dispuestos a ayudarse mu- tuamente. El asociarse en una cofradía, precisa de una serie de normas, objeti- vos, fines y actividades que todos han de respetar, y que da personalidad propia a cada cofradía y quedando reflejados en los Estatutos. La iglesia, por otra parte, la formamos todos, cofrades, fieles, gru- pos parroquiales, clero, religiosos, cári- tas, grupos de catequesis, etc…, todos los bautizados formamos parte de ella. La diversidad de estos grupos nos en- riquecen a todos y Jesucristo es el ele- mento que nos une, siendo el principio y la finalidad de una cofradía. Las cofra- días por otra parte, no se entienden sin su estética y su manera de vivir la fe, sin ella no seríamos una cofradía, sino una asociación de fieles, pero no una cofra- día. Sin fe las cofradías no serían lo que son, serían una asociación histórico-cul- tural. Las cofradías no son entes “angéli- cos o beatones”, que viven en un lim- bo barroco perdido en el tiempo y que se dedican a sacar santos a las calles. Las cofradías están íntimamente ligadas a la sociedad, al barrio, a su ciudad, a los problemas, luces y sombras, de las per- sonas que asisten a las actividades de todo tipo que se organizan y que parti- cipan en el culto público fundamental, dando testimonio de fe: la estación de penitencia. Los parámetros que mueven la so- ciedad actual es de todos conocida: se- cularización, alejamiento de los sa- cramentos, posiciones en contra de la estructura eclesial, desconocimiento de la Fe, de la propia historia de nuestra re- ligión, etc…,para contraatacar todos es- tos fenómenos hay que tener una acti- tud misionera, una actitud que nos lleve a evangelizar y formar a los miembros de las cofradías. Somos un cauce riquísi- mo de cristianos que de buena fe, prac- ticamos los principios de culto, caridad y formación, que son nuestros ejes fun- damentales. La capacidad de atracción de las cofradías es enorme, podríamos decir que entre 15 y 20 mil ciudadanos de Granada participan de una manera u otra en las cofradías. La formación es L La formación en las cofradías Mariano Sánchez PantojaS h Cruz de Guía
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  • 26. 24 | Semana Santa 2016 necesaria y debe ser obligatoria, al me- nos para los que tienen responsabilidad y para los que en el círculo mas cerca- no, desarrollan tareas propias y específi- cas de los cofrades. Desde el Magisterio de la Iglesia se llama frecuentemente a la necesidad de una formación adecuada de los laicos, “para que los laicos, puedan desempeñar adecuadamente y con celo sostenido esta misión, necesaria e ineludible hoy mas que nunca, tenemos que ofrecerles instrumen- tos de formación de su ser cristiano y de su vocación peculiar. Hay que reconocer a los laicos el derecho a recibir formación en la Iglesia. Ellos a su vez tienen la obligación de esforzarse y formarse mas y mejor con la ayuda de los pastores y con los medios que cuenta la comunidad cristiana a este res- pecto”. Apostolicam Actuositatem n. 29. La iglesia necesita católicos bien pre- parados y con las ideas claras. Necesita- mos una fe adulta, una formación pro- funda, que tiene que ser permanente y metódica. Una cosa es la formación a concien- cia, organizada y documentada, y otra la práctica de los cultos, convivencias, reti- ros, etc…Todo es necesario en una co- fradía. Pero es evidente que una cofradía no tiene un plan de formación, si este se sustenta en cuatro charlas por muy im- portante que sean los temas que se tra- ten en ellas. Voy a esbozar una propuesta de ac- tuación muy en línea argumental, que de llevarla a un programa metódico y eficaz, habría que enriquecer, contrastar y completar, hasta lograr un instrumen- to que sea atractivo para las diferentes ti- pos de personas que forman las cofra- días, partiendo, de que la formación, ha de ser una opción libre, en la que el co- frade participa o deja de hacerlo, en fun- ción del interés que le despierte y del grado de concienciación que logremos transmitirle. Hay que pensar que esta formación pueda ser organizada de forma concén- trica, partiendo de la base de que sea mas completa y profunda en el núcleo central, formado por los miembros de las juntas de gobierno, un segundo cír- culo estaría formado por esos hermanos, que sabemos interesados en estos temas y que asisten con regularidad a los actos cultuales y formativos que se organizan, en un tercer nivel estaría una formación básica para todos los hermanos. La Iglesia necesita católicos bien preparados y con las ideas claras….pero es evidente que una Cofradía no tiene plan de formación…. Paralelo a estos niveles estaría toda una estructura al servicio de la forma- ción de los jóvenes y de los acólitos de los cuerpos litúrgicos de las cofradías que participarían de programas similares pero adaptados a su propia dinámica y cometido que desempeñan. En este mis- mo sentido habría que tener en cuenta a
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  • 28. 26 | Semana Santa 2016 los más pequeños, desde los 7 u 8 años, hasta los 16 años, en unas edades en que son numerosos los hermanos en nuestras cofradías y no todos reciben educación religiosa en los centros docentes. En primer lugar el plan de forma- ción debería tener una duración varia- ble en función de su intensidad y ha de contener una serie de temas que profun- dizaran las realidades de fe en las que es- tamos inmersos: a) Las cofradías, su historia, patrimo- nio, fines y objetivos, caridad, cul- tos y formación, la estación de peni- tencia, la devoción a los titulares, el misterio que representan, significado eclesial de la cofradía, forma y órga- nos de gobierno, derechos y deberes de los cofrades, actividades, ritos y tradiciones importantes, significado de ser cofrade y su sentido en la ac- tualidad, relaciones con otras cofra- días, etc…. b) La Iglesia, estructura, significado, Je- sucristo, la Virgen María, las sagra- das escrituras, la comunidad/fraterni- dad, los santos, las órdenes religiosas, el Magisterio eclesiástico: el Párroco, el Obispo, el Santo Padre. La Iglesia universal, la liturgia, los sacramentos, la oración, cultos, Vida, Pasión Muer- te y Resurrección de Jesucristo, los dogmas de la Iglesia, etc... En torno a estas dos grandes áreas ha de girar la elaboración de un tema- rio que convenientemente desglosado se pueda transmitir a todos los miembros de una cofradía. Las cofradías han de te- ner en sus vocales de formación a per- sonas comprometidas, en contacto con los consiliarios, contando con personas formadas, y que sepan organizar todo este caudal de materias, indispensables para un crecimiento cristiano y cofra- de, de una forma obligatoria y metódi- ca, de una forma amena y sin acogotar, pero de una forma eficaz y comprometi- da. Lo contrario nos convertiría en unos “sacapasos”, vacíos de contenido cristia- no y cofrade. A cada sector de la cofradía (Jun- ta de Gobiernos, hermanos activos, jó- venes, acólitos, costaleros, nazarenos, camareras, niños), hay que organi- zar de la forma mas convenientes para que interiormente la cofradía experi- mente en unos pocos años una verda- dera conversión y pueda dar con con- vicción, testimonio de fe no solamente en la calle el día de la Estación de Pe- nitencia, sino cada cofrade en el entor- no, laboral, familiar y social en el que se inserta. ¿Por que no crear estructuras inci- pientes y sencillas para lograr estos fines: Aulas de Formación Cofrade, Escuela de Formación, etc…? Habría que intentarlo, una cofradía, o varias cofradías coordinadas, pero in- tentarlo. Nos va en ello nuestro más pro- fundo y auténtico carisma de cofrades. “Todos ellos (asociaciones, movimien- tos y agrupaciones de fieles) alcanzarán tanto mejor sus objetivos propios y servi- rán tanto mejor a la iglesia, cuanto mas importante sea el espacio que dediquen en su organización interna y en su método de acción, a una seria formación religiosa de sus miembros. En este sentido, toda asocia- ción de fieles en la iglesia debe ser, por de- finición educadora de la fe”. Catechesi tradendae. N.70.
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  • 30. 28 | Semana Santa 2016 l Padre Enrique Iniesta (1930-2010), sacerdote escolapio y cofrade gra- nadino, nació en Ma- drid aunque su infancia se desarrolló en Marchena y casi toda su vida en Andalucía. Tierra a la que ama profundamente y la estudia con detalle. Es biógrafo de Blas Infante y de San José de Calasanz. Pero lo que más nos inte- resa a los cofrades es su profundo cono- cimiento de la religiosidad popular an- daluza. Hombre cercano y simpático, era muy culto y atesoraba profundos co- nocimientos de historia, arte, filosofía y teología. Fue pregonero de la Sema- na Santa de Granada de 1997. En di- cho pregón, que merecería otro artícu- lo, se le recuerda con la famosa frase “los santos a la calle”. Igualmente pregonó al costalero y a numerosas hermandades granadinas. A lo largo de los años no- venta escribe una serie de artículos en la Guía de Jesús Despojado que se convier- ten en base formativa y en defensa de nuestra Semana Santa. Escritos que hoy día forman parte del imaginario colecti- vo cofrade. Voy a recoger aquí un extrac- to de algunos de ellos para que el lector pueda seguir aprendiendo y disfrutando con sus reflexiones. En 1992 comenzaba la saga con un título muy llamativo que hacía referen- cia a que los cofrades andaluces necesi- tamos al Dios encarnado y que gracias a las imágenes se consigue acercar el men- saje a las gentes. El titulo era: Dios no es un triángulo o la teología cofradiera. Entre otras cosas escribía: “Andalu- cía es una manera de creer y expresar la Fe. Esa forma particular y propia alcan- za un mundo entero y llega a uno de sus puntos críticos en la Semana santa, en el Rocío, en la romería de la Virgen de la Cabeza. No cabe. Lo andaluz no cabe… NO cabe el paso de la Expiración por la puerta de los Escolapios y ha de ha- cer su milagro. NO cabe. No. Andalu- cía no cabe. ¿Por qué? ¡Sería tan cómodo caber…! Quizás no quepa porque An- dalucía “no solo piensa como Europa y su Descartes, sino que siente (Infante)”. Al año siguiente, en 1993, en Di- gan lo que Digan (El Octavo sacramento), Iniesta se daba cuenta como sacerdote de que el pueblo vivía con una vigor in- usitado sus estaciones de penitencia aun- que permanecía relativamente alejado de la Iglesia. También veía cómo las co- fradías suponían un acercamiento inten- so y trascendente del pueblo con Dios, el Jesús encarnado y su Madre: “La ma- nera andaluza de revivir la muerte del Señor, lo confesamos es una forma muy discutible, muy rara, muy contradicto- ria. Pero… Pero algo tendrá, algo tendrá el pan cuando dicen bien de él, cuando lo están bendiciendo unos 30.000 gra- nadinos que se agolpan en las calles para ver venir los pasos de cada cofradía. Por lo menos, los treinta mil. Y sumen en las demás Andalucías”. E Recordando el pensamiento cofrade del Padre Iniesta Fernando Egea Fernándezd d Cruz de Guía
  • 31. Semana Santa 2016 | 29 Continuaba, “como escribo para cristianos (desde nuestra Fe) y para an- daluces sin excluir-desde la conciencia andaluza… La manera cofradiera de ce- lebrar Granada-Andalucía la Pasión es un octavo sacramento. Trento prohi- bió hablar de más de siete. Bien. Es un como sacramento. Lo llaman sacramen- tal. Sacramental: medallita, agua bendi- ta o… golpes de pecho. ¿Puede ponerse en igual nivel un dedo mojado en agua y una Virgen entre llamas y flores, varales, amores y saetas, bajo el palio, sobre los dolores de sus costaleros, por las cuestas de Granada? Pero vale, vale… Para ser bien ortodoxos y tridentinos, la Semana Santa andaluza es solo relativamente, un sacramento. La presencia de Dios en la calle por medio de su Hijo, de su Madre, en la calle atea, es un imponente sacra- mental. Hermoso, desconcertante, con- tradictorio. Pero, Dios y su Madre ven- cen por las calles que les olvidaron tanto como les necesitan”. Terminaba el artí- culo emocionado recreando el momen- to trascendente que vive un cofrade o un espectador ocasional cuando se cruza en cualquier rincón ante Cristo o la Virgen: “Digan lo que digan -y con razón- nos hemos encontrado esta noche, Dios, su Madre y yo, en una calle de Granada”. En 1994 el título era Ser Serios, ade- más de hacer un balance de los datos es- tadísticos de los seguidores que tiene la Semana Santa andaluza, impresionantes por cierto, señalaba con acierto cómo la pastoral, la relación con los cofrades y hasta las eucaristías deben de adaptarse a este colectivo para conseguir acercar- lo y formarlo en el mensaje evangélico. Observaba su singularidad y aconse- jaba como llevarlos a La Iglesia. Según un estudio de Cajasur: “a las procesio- nes acude el 80,2% de la población an- daluza. Hay en nuestra tierra un total de 800.000 cofrades… En todo esto hay que tener en cuenta que el mundo co- fradiero es complejo, popular, y tan an- daluz que tiene su punto anárquico, su mijita de anticlerical. Esta en la esfera de la pastoral de alejados más que de cate- cúmenos. Y esa pastoral casi por inven- tar, lo primero que exige es verles con respeto a su misterio, con paciencia cris- tiana, sin pretender los sacramentos ya a la vuelta de unos pocos días y todos por igual en formación. Un sabio escolapio me decía: Imita en el trato con la gente la infinita paciencia de Jesucristo. De una vez: marcar para una cofradía el ritmo y los estilos de una comunidad “de Kikos” será igual error a obligar a un cuarteto de cuerda a tocar “Jazz”. (Pero tenemos muy fijos los esquemas. Escleróticos)”. Defendía sobre este tema que “si una persona es cofrade -cura o seglar- entien- de al punto, por ejemplo, que la medi- da es otra (no mejor, no peor) y de otro aire, otro el lenguaje, el ritmo y el esti- lo entre una cofradía y lo demás. Tendrá
  • 32. 30 | Semana Santa 2016 una pastoral diferenciada y bien servida de estilo andaluz y cofradismo. Su misa aparte, (abierta a todos, sí, pero co-fra- de), su copa (una) después, mucha pa- ciencia”. La manera cofradiera de celebrar Granada- Andalucía la Pasión es un octavo sacramento En 1995 publicó: Heredar, completar, conservar, restaurar (¿), ¿Innovar? Por una parte hablaba de las prisas de algunas co- fradías en sacar sus pasos o imágenes y de otra también de que una vez conse- guidos unos mínimos estéticos debe de- dicarse a conservar su legado y sobretodo a las personas, lo formativo y a lo social. Y se fijaba en los cofrades, lo más impor- tante, diciendo: “Una vez completado, se para la novedad. Comienza la vigilan- cia para conservar el legado. De todo él, lo más frágil es el cristianismo de los co- frades. “Sed sobrios y andad alerta, her- manos”. Lo dice la Escritura. Un dedo quebrado de un Cristo, un varal herido, un estofado o un terciopelo perdidos, se pueden renovar. Pero el corazón de un cofrade guarda la fe como un vaso de ba- rro. La fe anda siempre en riesgo”. Y más adelante continuaba: “Un hermano ma- yor que quiera restaurar, restaure el co- razón de los cofrades. La vida les hiere, las cosas de la vida les duelen, la fe se les aja. Restaure ahí: experiencias de oración y de silencio y paz, experiencias de catequesis, de ayu- da asistencial, cursillos de historia de la Iglesia, de iniciación bíblica, retiros en lugares apropiados, peregrinaciones a la Tierra del Señor o a monasterios y san- tuarios.” En 1998 con el título: Opiniones a media voz, nos pedía paciencia a los co- frades: “La cofradía es un ejercicio de paciencia y de ritmo. El mismo que ca- mina en la serenidad con que un olivo se hace y crece en la campiña…Jesucristo es radical en la exigencia (buena semilla en el surco), radical en el perdón y gra- dual en el proceso. Sembrar calidad y es- perar rezando.” En 1996 escribía La Máquina de la Belleza: El paso de palio. Pasaje que des- pués adaptado recreó en su pregón del año siguiente y recibió un aplauso histó- rico. Es también ya otro clásico. Trasla- dando la palabra italiana usada para ca- lificar el paso de palio juega con ella para hacer uno de los cantos cofrades más be- llos que se conozcan: “Un paso de pa- lio es el trono en que ELLA reina, es el compás de su andar, el landó en que nos llega, una ración de cielo, la ermita ca- minante, el rincón de su huerto, su mi- rador, su reja, su ventana encendida, su jardín floreciendo, la sala en que recibe, su balcón para vernos, su casa, su joye- ro, su tocador privado, es el Carmen en el que vive, las velas de su torre, la ofici- na en que atiende, la puerta de los cie- los, un resumen de gloria, un piropo cre- yente, un incendio entre flores, todos los mayos juntos, el fanal de la gracia, la máquina de plata, un soneto de lujos, la oración de los ojos, el sitio de la amada, el Tabór de la Virgen, su primera Asun- ción, su sagrario custodia, su peso com- partido, la ampliación del Rosario.” Estas palabras no han perdido actuali- dad. El padre Iniesta está presente, lo recor- damos, lo queremos, no lo olvidamos.
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  • 34. 32 | Semana Santa 2016 s muy frecuente, por desgracia, el caso del “cofrade” que por dis- tintos caminos se acer- ca a una Cofradía, digo una, porque es igual para todas, es de- cir, la exclusiva no la tiene nadie, es un mal generalizado y en expansión. Nor- malmente, el referido cofrade llega tími- damente de la mano de algún conoci- do o bien, espontáneamente, diciendo, “Mire, yo salía en la procesión cuando era pequeño y desde siempre me ha gus- tado mucho; lo que pasa es que desde hace unos años me apunté a tal cofradía, E Del amor fraterno al odio eterno Alfonso Valenzuela EntralaAlf l l l Cruz de Guía
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  • 36. 34 | Semana Santa 2016 pero a mí la que me gusta es esta porque es muy seria y muy bonita” Hasta aquí todo es normal y la nueva Cofradía lo acoge bien pues a todos nos gus- ta crecer en número de hermanos y si vienen dispuestos a colaborar, pues mejor todavía. Asiste a los cultos, participa en todos los actos, sale en la Estación de Peniten- cia, vende lotería y en algunos casos has- ta hace algún pequeño donativo: es en definitiva, un primor. Ocurre entonces que la Junta de Gobierno, al ver tanta voluntad y colaboración, le propone for- mar parte de la misma: el cofrade acep- ta, por supuesto, y más gustoso todavía redobla sus esfuerzos en pro de la Co- fradía. Es, por qué no decirlo, el núme- ro uno, voluntaria para todo, dispuesto a dar su sangre si hace falta; demuestra un amor hacia los Titulares que ni los más antiguos del lugar recuerdan en na- die. Son su Cristo y su Virgen, su Cofradía y, todo lo que uno se pueda imaginar. También los compañeros de su Junta son extraordinarios; sus hermanos, los mejores del mundo. Es lo que podría- mos decir el AMOR FRATERNO. Pero llega un día en que, ya más con- solidado entre la Junta de Gobierno y asentado en la Cofradía, piensa que el Paso de Cristo, que siempre ha ido en silencio o con música, iría mejor con lo contrario. Piensa que la Saya de la Vir- gen que él encargó es mejor que la que normalmente saca el día de la Estación de Penitencia. Piensa que al Paso de Cristo se le podía añadir otra figura de la pasión. Piensa que las túnicas de nazare- nos verdes, rojas o del color que quieras, podrían ser negras. Piensa que la Cruz Guía tendría que ser de orfebrería y no de talla como siempre ha sido. Piensa, en definitiva, cambiar toda la Cofradía, pues nada de lo que tanto antes le gusta- ba ahora le gusta. ...se inicia una etapa de recelo y aislamiento progresivo que desencadena en una crisis del cofrade… Así pues, como todo lo que él preten- de cambiar no se puede cambiar, ocurre que la Junta de Gobierno no apoya sus propuestas y se inicia una etapa de recelo y aislamiento progresivo que desencade- na en una crisis del “cofrade” que, pien- sa que solo él sabe de “cofradías”; que aquellos que eran buenísimos y excelen- tes compañeros, dignos de admiración por su extensa labor cofrade, ya no tiene ni idea de nada; que su Cristo ya no es el mismo; que su Virgen no es la más “gua- pa” y que su Cofradía no es la mejor ni la más bonica. Al poco tiempo, deja de asistir a los actos organizados por la Herman- dad; no puede vender lotería y, si aca- so vende, cuesta mucho trabajo cobrarle el importe de la misma; el cobrador no le encuentra nunca ni en su casa ni en el trabajo para cobrarle la cuota anual; por supuesto, deja de salir en la Proce- sión y no para de hablar mal, no solo de los miembros de la Junta de Gobier- no, sino de la Cofradía en general. De- jan hasta de saludarte por la calle y aque- llos abrazos y lágrimas tan emocionados tras la Estación de Penitencia, o en cual- quier otra emotiva ocasión, pasan a ser un recuerdo tan extraño como inaudi- to. Pues, ahora, te ven por la calle y ni te saludan, no te conocen, sufren amnesia total; pasan del AMOR FRATERNO AL ODIO ETERNO por no haberles dado el gusto en sus ideas cofrades.
  • 37. Misterios “La misericordia se ha vuelto viva y visible en Jesús de Nazaret” Papa Francisco
  • 38. 36 | Semana Santa 2016 icen que la lejanía hace olvidar, que enfría, que dejas de sentirte cerca- no e identificado con aquel o aquello que de- jas lejos. Que la falta de roce olvida el ca- riño y lo que un día uno tuvo. Yo digo que no solo están equivocados todos ellos pues, si quieres, potencia y acerca aun más lo que dejas. Desde mi nacimiento el Realejo ha sido el centro de mi vida, y postrarme ante el Señor el Viernes Santo a las tres de la tarde una cita a la que por nada po- día faltar y hasta hoy así ha sido con la tan sola excepción de un año, 2011. Ese año del 2011 no estaría en mi cita, no era algo accidental y repenti- no que ocurriera, sino algo para lo que me había hecho el cuerpo desde cuatro años antes. Y es que ese año mi navega- ción a bordo del buque escuela de la Ar- mada Juan Sebastián de Elcano impedi- ría el poder estar cerca de los míos, estar cerca de Él. Pero no iba a quedar así sin más, dejando que pasara el Viernes San- to como pasa una jornada de festivo en la mar, sin madrugar con la sola asisten- cia a la guardia y contemplando el mar en su más extensa e infinita definición allá por aguas alejadas unas cuantas mi- les de millas del Campo del Príncipe. Empezaba la Semana más grande para cualquier cofrade y lo más pareci- do a ese mundo que tuviera cerca eran unos cuantos discos de marchas en el iPod, una estampa del Señor en mi car- tera y la medalla con el rostro de La Gre- ñúa colgando de mi cuello por deseo de mi hermano que se la quitara de su ca- dena el mismo día de mi partida a tan largo y aventurado viaje. Volviendo al tema, comenzaba la Semana Santa y lle- garía la ansiada madrugá seguida por el Viernes Santo, había que hacer algo. Le propuse pues al Páter organizar en la mi- núscula capilla de a bordo una adora- ción nocturna en la que de forma orga- nizada, hay que tener en cuenta guardias en la mar y descansos obligados y nece- sarios, voluntarios del buque hicieran guardia ante el Santísimo. La propuesta fue acogida por todo el buque con éxito llegando a duplicarse las guardias desde el Comandante al último marinero, to- dos se quitaron tiempo de su descanso para Adorarlo, iniciativa que después de tantos años en la mar no había constan- cia que se hubiese llevado a cabo nunca. Como curiosidad decir que la capi- lla era la mínima expresión de un altar y un solo banco donde para dar misa, si había más de tres fieles, había que abrir las puertas de par en par y asistir desde fuera, y aunque sea y presuma de ser an- daluz ésta no es una exageración. Ese al- tar constaba de una vidriera, apagada esa noche, un sencillo Sagrario, dos velas y mi estampa de la cartera. Toda la noche hice guardia y en con- tra de lo que se puede imaginar, pasó rá- pida y no precisamente vacía. Pude ver como se acercaban, mudos por las ho- ras, los que guardaran al Señor ese tur- no y cómo oraban sin descanso durante el tiempo que les correspondía, y cómo D Mi Semana Santa desde el Elcano Nelson J. Cea Francol C Misterios
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  • 40. 38 | Semana Santa 2016 algunos doblaban turno. Era una noche dura, la noche más grande en un cristia- no y concretamente en un cofrade y no podía pasarla sin más. Amanecía e imaginaba lo que se esta- ría viviendo en el corazón de Granada, el devenir de la gente hasta el Campo y los nervios y disfrute en la Capilla de la Pla- ceta y anhelaba ese olor greñúo de mez- cla de incienso, garrapiñadas, roscos de mi abuela y el buen perfume que todo el mundo ese día usa, porque al Señor hay que ir a verlo limpio por fuera, Él ya nos limpiará por dentro. Este año el Señor ha visto que faltaba alguien y no ha querido salir, tu carta estuvo a sus pies cerrada como indicaste Se acercaban las tres de la tarde y me puse nervioso, era la primera vez que no estaría allí pero en esa minúscula capilla tenía todo lo que necesitaba en ese mo- mento. Las tres en punto, la corneta re- sonó en mi cabeza y de rodillas no falta- ron mis tres peticiones que hoy digo que escuchó como hace siempre. Esa tarde el mar estaba revuelto, atravesábamos una tormenta, a más de 14 millas de tierra se pierde la cobertu- ra móvil y la señal de televisión, imagí- nense a cientos de millas de tierra. En esa situación y sin preguntarme qué me llevó a ello le di al botón del mando de la televisión que se oculta detrás de una marina no esperando la más mínima se- ñal, y mi sorpresa, y la de todos los que se encontraban en ese momento conmi- go en el comedor, cuando un fotograma se quedó congelado por tres segundos en la pantalla, lo único que se veía en toda una semana sin señal alguna, en medio de una tormenta en el mar con el barco escorado y la tarde que ya caía. ¿La ima- gen? La delantera de un paso dorado, unas camareras que lloraban y unos cos- taleros cabizbajos con sudadera burdeos, sí señores tan solo tres segundos basta- ron para reconocerlo, eran los míos. Llá- menlo coincidencia pero aunque sea un solo detalle hoy aún me sorprendo de tanta coincidencia, lo siento, no creo en las coincidencias. Pasada mi gran sorpre- sa me pregunté qué habría pasado pues con tan solo ese fotograma me tenía que quedar aunque la situación era de imagi- nar. Dos días después llegó al barco una carta por radio, remitente: mi hermano, que decía: “Este año el Señor ha visto que faltaba alguien y no ha querido salir, tu carta estuvo a sus pies cerrada como indicaste.” Que alguien me diga que el estar le- jos hace extrañar, extraña el que olvida, el que encuentra las cosas cambiadas, cuando volví al Realejo no tenía la sen- sación de todo el tiempo que había pa- sado tan lejos físicamente, porque cada ángulo de Su Cruz, cada bordado de su manto, cada rasgos de sus rostros los di- bujaba en mi mente en las noches en blanco que solo el mar y la noche acom- paña y hasta el sonido de ese palio sue- na perfectamente en mi cabeza, así que nada extrañé. Todo ello hoy día sigo re- viviendo y nunca me faltará en el cama- rote allá donde vaya la Misericordia he- cha Piedad con el Señor de los Favores en sus brazos que pintara Díaz Losa- da siendo cartel de 1998 y que aún hoy digo que en toda Andalucía no ha habi- do cartel que lo supere. El próximo Viernes Santo será espe- cial, será el primero de un nuevo greñúo, mi greñúo, al que como mis padres me educaron e inculcaron a mí como católi- co, yo le enseñaré a él, que no importa la distancia, mil kilómetros no serán excu- sa, mar y tierra moverá para en la tarde del Viernes Santo llevar la rodilla al sue- lo y bajar la cabeza ante Él.
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  • 42. 40 | Semana Santa 2016 a primera luna llena de la primavera, la llamada Luna de Nisan, fija cada año la fecha de la Sema- na Santa, final del tiem- po de preparación de la cuaresma y meta soñada desde hace más de 12 años para el grupo humano que tengo el gusto de coordinar musi- calmente, la Agrupación Musical Dul- ce Nombre de Jesús, formación musical perteneciente a la Cofradía de Nues- tro Señor de la Humildad y Soledad de Nuestra Señora. Hacer que la gente “es- cuche lo que ve y vea lo que escuche” será nuestra tarea tras los pasajes evangé- licos que tenemos el honor de acompa- ñar por nuestras calles. Pero la Semana Santa no es sino el culmen de todo un año de ensayos casi diarios, jornadas agotadoras de traba- jo y/o estudios que finalizamos junto a otros compañeros intentando que el so- nido de los metales y la percusión nos ayude a encontrar el sentido a muchas de nuestras continuas preguntas sin res- puesta. No es fácil de explicar, pero los L Luna de Nisan Felipe Cañizares Navarrol C Misterios
  • 43. Semana Santa 2016 | 41 días no son días si no acaban con un rato de ensayo. Cuando en 1994 al amparo de un colegio algunos de nosotros comenzába- mos a “jugar” con nuestros instrumen- tos no soñábamos de ninguna manera con llegar al lugar desde el que hoy día, no sin un esfuerzo diario y continua- do, disfrutamos. Han sido años de lucha constante, de esfuerzo colectivo e indivi- dual, de responsabilidad e ilusión y, so- bre todo, de AMOR. Amor por lo que hacemos, Amor por nuestros titulares, Amor por nuestra hermandad, Amor por nuestra tierra, Amor por la Música. Los mejores actos sólo son posibles si se hacen desde el Amor... ...intentando que el sonido de los metales y la percusión os ayude a encontrar el sentido a muchas de nuestras continuas preguntas sin respuesta Pero el trabajo de una banda no profesional o “de aficionados” como la nuestra no es fácil, es como una mara- tón sin fin, en la que cada año la meta se coloca un poco más lejos. La rotación continua de componentes, los cambios de voz o el no poder conjugar otras ocu- paciones con la banda son quebraderos de cabeza con los que nos encontramos diariamente. El poder conformar una plantilla fija con la que trabajar es algo casi utópico, es más, cuando crees que estás en el mejor momento, el día a día te demuestra que faltan muchas cosas por hacer. Trabajo, trabajo y más traba- jo, no hay otra. Nuestras temporadas en la ban- da cada año comienzan antes, en Mayo ponemos nuestra música a Hermanda- des de Gloria y estaremos comenzando a preparar las primeras actuaciones del verano. Septiembre, Octubre y Noviem- bre se pasan entre certámenes y proce- siones en diferentes localidades de toda Andalucía. En Diciembre cada año or- ganizamos nuestra “Semana de la Músi- ca” que cerramos con un gran concierto, el Memorial Francisco González Arcas. En Enero, Febrero y Marzo estamos me- tidos de lleno en la vorágine de la cua- resma, cargada de actos. Y, casi sin dar- nos cuenta, llegará una nueva Semana Santa... Se acercarán momentos de dudas, de responsabilidad, de intentar plasmar en la calle el trabajo diario y callado de to- dos nuestros componentes, de acordar- nos de nuestras familias, esas que deja- mos en nuestra casa cada noche y que son los que realmente sufren nuestra afi- ción. Se acercarán momentos también de rituales, de volver a los mismos luga- res de cada año, de tradiciones íntimas, e incluso, porqué no decirlo, de nervios, de muchos nervios. Nunca tenemos todo asegurado, el interpretar nuestra música en la calle no es fácil, son mu- chas horas las que tenemos por delante y toda preparación parece poca cuando comienzas el pasacalles previo a tu esta- ción de penitencia y ves que el momen- to se acerca... Pero cuando el Martes Santo, nues- tro Martes Santo, al caer la tarde, el pri- mer guardabrisas del paso de miste- rio del Señor de la Humildad atraviesa el dintel del pórtico de Santo Domin- go es cuando empiezas a comprender el porqué de toda esta locura. En esa no- che, cargada de momentos irrepetibles y únicos, todas las piezas encajan, una por una, sin prisa. Y será bajo la Luna de Nisan, al abrigo de una estrechu- ra llamada “Jesús y María” en el barrio del Realejo donde ese grupo de músi- cos volvamos a renovar nuestra ilusión y seamos capaces de hipotecar otro año de trabajo solo por volver a encontrar- nos allí una vez más… ¡Que así sea!
  • 44. 42 | Semana Santa 2016 a Semana Santa es un sueño, el anhelo de un acontecimiento pasado. Algo que ocurrió hace siglos, y que sigue ocu- rriendo una primavera tras otra. Aunque no para todos, la renovación de aquel misterio de los Evangelios va más allá de una simple marcha y una ‘chicotá’, tras- pasa las fronteras de lo racional. No se basa en la locura de unos cuantos que cuentan con el apoyo económico de las instituciones. Se basa en la fe, algo fuera del alcance de la mente humana. La Semana Santa es la eternidad de un instante: una noche de Martes San- to en la estrechez de la calle Jesús y Ma- ría. Suenan los sones de una banda que se une en perfecta armonía al andar del paso de misterio. Puede que sea la dispo- sición de las figuras la que invite a hablar con Él. O puede que sea simplemente su belleza. Pero en la elegante estampa de un altar dorado, sin otra luz que la que irradian sus guardabrisas, hay algo que inunda y remueve los sentidos. Dos sayones y un romano se burlan del Señor. No hay otra palabra que pue- da definir mejor el instante: Humildad. Es la humildad de un Dios humillado. “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mateo 23, 12). La humildad del Dios que se ha hecho hombre, porque quería reba- jarse a nuestro nivel y ser uno de noso- tros. “Cristo, a pesar de su condición divi- na, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos” (Flp 3, 6-8). La humildad del Dios que, pese a ser Rey de Reyes, se conforma con una caña como cetro, una corona de espinas y una clámide de color púrpura como capa. La humildad de su gesto, de sus manos en- trecruzadas. La humildad de su rostro, de su dulce mirada cargada de amor. Es el Padre, callado, ofendido y maltrecho. Humildad la del hombre que lo en- trega todo. Del que desnudo, sedente en una roca, con la mirada baja, se presenta al mundo. Él es “el camino, y la verdad, y la vida” (Jn 14, 6). Humildad del que pudiendo nacer en un inmenso palacio, nace en un pesebre. No es necesario que sea Martes San- to para fijarnos en Él. Siempre es mar- tes cuando vemos la cara del Señor de la Humildad. También cuando guipamos a la persona que entre cartones pasa los días; cuando escuchamos el llanto del enfermo; cuando ignoramos al que es víctima de la indiferencia, centro de las críticas. No debemos buscarlo solo en el esplendor y grandiosidad de un paso de misterio dorado. También está en el día a día, en la calle, en la vida. Puede que por eso, por esperar eternamente un nueva primavera para acercarnos a Él, nos olvidemos de su imagen. Pero Dios es Humildad y siempre está esperando en la intimidad y sencillez de una capilla de Santo Domingo. Pocos se paran a verle. Solo ven el paso, el conjunto, el andar de sus costa- leros. Pero pocos miran su rostro. Lásti- ma porque aquellos que lo hacen, saben realmente que se recibe algo a cambio. Mirar la cara del Señor de la Humildad conlleva comprender la misericordia de Dios. Su ensangrentada mirada desbor- da amor, dulzura, fortaleza, servidum- bre, esperanza. Pocos se paran a con- templarle, pocos piensan en Él. Todos le olvidamos alguna vez, o siempre. Así de humilde es Dios, conocedor de nues- L Humildad Carlos SantanaC l S Misterios
  • 45. Semana Santa 2016 | 43 tra debilidad humana y que aún así si- gue queriéndonos con el amor infinito que un padre tiene a su hijo. En su figura está todo, es pura teo- logía. En su espalda dolorida radican el Antiguo y el Nuevo Testamento, la pala- bra de los profetas y las enseñanzas del Maestro. Su imagen recoge los pensa- mientos de los Doctores, de San Agus- tín, de San Jerónimo, de San Gregorio, de San Ambrosio. La sangre que cae por su cara es la que derramaron y siguen de- rramando aquellos cristianos que com- prendieron lo que era seguir a Cristo. En su expresión se encierra el verdade- ro significado de la Pasión. “Él mismo lle- vó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vi- vamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados” (1 P 2, 24). Es un com- pendio del amor de Dios. Por eso en su misterio está en el centro, como centro es del mundo. El que se indigne por las penalida- des de este mundo, que no le pregun- te a Dios el porqué de tanta injusticia. Que vaya un Martes Santo a una calle del Realejo y a oscuras, con el rumor de la banda, le contemple. O que acuda a una capilla de Santo Domingo en la co- tidianeidad de cualquier día y allí, a so- las, en silencio, le aprecie y le hable. Por- que Él lo comprende todo. Entiende la angustia de una madre que ha perdido a su hijo; las lágrimas del que llora por la muerte de un ser querido y por el vacío que este deja. Comprende al enfermo, al condenado, al desahuciado, al que lo pasa mal. Es comprensivo, y es que Él lo tiene todo perdido y a la vez todo ga- nado. El que lo entienda y traslade a su vida lo que el Señor transmite conocerá hasta qué punto puede llegar la fortale- za en los duros momentos; sabrá ser hu- milde en la vida, afrontando con natu- ralidad las victorias y con esperanza las derrotas. Con la Humildad seremos sen- cillos y grandes de corazón, como nos enseña cada vez que le miramos o vemos su imagen en el móvil o el ordenador. Si se piensa que esto no es cierto, acudamos al hospital, al cementerio, al banco, al parque. Allí está presente. Sin embargo, la sociedad no se para a pensar en Él. Excusan falta de tiempo. No solo no le miran, incluso le atacan, le ofen- den, se mofan. El misterio de la Cañilla no lo conforman solo cuatro figuras, es- tamos todos cuando nos olvidamos o le ignoramos. Pero Él humildemente sigue con nosotros, a nuestro lado, ayudándo- nos y amándonos. Dios de toda bondad, Señor de la Humildad. No es necesario que sea Martes Santo para fijarnos en Él. Siempre es martes cuando vemos la cara del Señor de la Humildad
  • 46. 44 | Semana Santa 2016 engo un amigo que, para animarme a vi- vir cuando no me que- dan fuerzas, me desa- fía a imaginar el mundo como el primer hombre que lo miró. O como un niño, que pudiese contemplar- lo por vez primera, pero con todo el co- nocimiento del adulto. ¡Qué sorpresa el sol, rodando por el cielo de este a oes- te; rosa primero, fuego en el cenit, cre- púsculo al final! ¡Qué alucinante la luna de plata, colgada en lo alto por la no- che! ¿Y el mar? Agua, agua, agua sin fin y en movimiento, atormentada de furia y viento y rayos; balsa de aceite otras ve- ces. Para apreciar las cosas, es mejor ale- jarse un poco de ellas, tomar perspecti- va. Lo familiar puede llegar a parecernos obvio. Lo cercano puede ser tedioso. Y todo porque perdemos la capacidad de asombrarnos, como si el aliento verti- do sobre el espejo brillante que tenemos al filo de los labios, lo empañase hasta ocultarlo. Les propongo el juego de ponerse en los ojos y el corazón de un extranjero, un turista japonés o escandinavo. Para ustedes no es difícil, porque Granada es capital del mundo de los buscadores de hermosura. Imaginemos un niño asiáti- co, por ejemplo, al que los padres en- señen nuestras procesiones sin más ex- plicaciones, quedaría impresionado por el cuerpo destrozado de nuestros cris- tos, por las lágrimas de nuestras vírge- nes, la crueldad de los castigos represen- tados. Y si el crío preguntase, sería tal vez más complicado, porque habría que explicarle que en Semana Santa celebra- mos que Dios se ha hecho hombre y nos ha abrazado tanto, tanto, que hasta se ha echado la muerte a las espaldas, la peor muerte. Y que luego la ha vencido en nombre de todos, resucitando. Con estos ejemplos, sólo quiero po- ner en evidencia dos cosas. La primera, que no todos hemos tenido el privilegio de crecer rodeados de bandas restallan- tes de sonidos, brocados deliciosamente tejidos, imaginería espectacular. Yo, por ejemplo, en mi infancia madrileña, no tuve cerca esa maravilla. Las procesiones eran en el centro de la gran ciudad, le- jos de mi casa, y la mayoría no nos inte- resábamos por ellas. Me ha dado mucha envidia, por ejemplo, leer en la revis- ta Cope Granada de la Semana Santa 2015, cómo Pedro López Carvajal rela- ta que, de niño, montaba parihuelas con su hermano utilizando la banqueta del cuarto de baño, cubierta con una jarapa. ¡Es el detalle de una infancia familiariza- da con las procesiones! La segunda cues- tión, es que las procesiones no son algo obvio ni natural. A mí me hacen sentir, literalmente, estupefacta. Son realmen- te raras, si se piensa. Gentes que se jun- tan en largas filas y pasean por las calles llevando estatuas rodeadas de cientos de velas, flores y música. Hombres y muje- res con hábitos y capirotes. Este enorme aparato, que cuesta millones, supone un esfuerzo grandísimo y paraliza la ciudad, merece una pregunta simple y compleja a la vez: ¿Qué es? ¿Qué es una procesión, por qué nace? El problema de la “carne” Las Fallas son una fiesta de luz, que saluda la llegada de la primavera, por ejemplo. La Feria de abril nació en Se- villa en torno a la compraventa de ga- nado y el buen tiempo. En Munich se bebe cerveza en octubre y en América comen pavo para conmemorar la colo- nización de los Estados Unidos. La cele- bración de la Semana Santa con proce- siones es cosa típicamente española, que nace al calor del concilio de Trento, que reacciona contra el protestantismo. Exis- te porque los españoles se tomaron en serio la llamada de sus teólogos y pasto- res a comprender y proclamar que Dios se había hecho hombre y había creado en el mundo su Iglesia, para salvación de los hombres. Las iglesias protestantes están desier- tas. Son hermosas a su modo, pero en ellas se abomina de la imaginería. Lutero quería la salvación por la mera fe, sin ne- cesidad de mediaciones eclesiales. Se ale- jó deliberadamente de las tallas, porque T Misterios El clavel y la sangre Cristina López SchlichtingC S hl h
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  • 48. 46 | Semana Santa 2016 no quería que la salvación se identificase con la carne. Por el contrario, el catoli- cismo es sobre todo carne. Es el bebé de María, concebido en su seno de mujer e implantado tras su muerte en la Eucarís- tica, verdadera carne y sangre de Jesús. Es la Iglesia: los misioneros, las familias, los religiosos. Uno se “topa” a Cristo en personas concretas, como Zaqueo o la Samaritana se toparon con Jesús bajo un árbol o junto a un pozo. San Francis- co entendió esto muy bien, de ahí su es- fuerzo por potenciar el pesebre, el belén, tradición también muy española. Las fi- guras ayudan a representarse la fisono- mía física de Jesús, María, José. Por esto y sólo por esto, nacen las procesiones. Por el deseo de representar lo que pasó en Palestina, en la Historia real. Vuestras hermosas tallas no ahorran sangre ni lágrima ni gesto ni carne por- que Dios no se los ahorró a Sí Mismo. Él pasó por todo esto. Y para entender- lo e incorporarlo y felicitarnos por esta salvación real, se esforzaron los grandio- sos imagineros españoles, pagaron con esfuerzo las cofradías y trabajan los co- frades. El misterio del arte Y hay algo más. Cuando una perso- na quiere expresar algo, lo hace a su es- tilo, bien distinto del de los demás. Los españoles proclamamos los misterios de la Semana Santa a nuestro especialísimo modo. Julio Iglesias me dio una buena definición de España: “Es un país lleno de mares y de luz, una país de grandes pintores”. Es una verdad luminosa, nun- ca mejor dicho. Los alemanes, por ejem- plo, son un pueblo de músicos y filóso- fos. Pero los españoles somos un pueblo de pintores y poetas nacidos de la luz. Esta es la tierra de Goya y Velázquez, que pintaron las oscuridades tremendas y los cielos más diáfanos. Y la tierra de los Machado, Lorca, Quevedo, Góngo- ra o el mayor poeta de todos, Miguel de Cervantes. Toda la fuerza creativa, todo el arte de España se pusieron al servicio de la “carnalidad” del cristianismo. Las mejores manos esculpieron, pintaron, te- jieron, cantaron saetas, hasta parir la Se- mana Santa española. Una belleza plás- tica andante, móvil. Una expresividad conmovedora, delicada y fuerte a la vez. A la verdad se llega por distintos ca- minos. Uno de ellos es la razón, pero de su mano vienen los afectos y los senti- dos. Escojamos algo fácil, el amor de una madre, por ejemplo ¿Cómo lo per- cibe el hijo? El crío detecta los desvelos y las caricias de esa mujer, y va desarro- llando un apego a lo que siente como bueno y deseable. Toda la teología del mundo no sus- tituye la experiencia del afecto. Son las manos y los pies de los cristianos los que conmueven el corazón de tantos. Del mismo modo, la belleza, el arte, con- tribuyen a la percepción del amor. Eso exactamente es para mí la procesión o un paso de Semana Santa. Un dedo que señala al Amor. Una flecha fulgurante y hermosísima, imposible de soslayar, que te hace pararte en mitad de una calle y preguntarte: Pero esto ¿qué es? Tras un largo camino, creo que he comprendido un poco, tan sólo un poco, esta joya de la Semana Santa. Veo la rela- ción entre las montoneras de claveles ro- jos y la sangre del Señor; los lirios mo- rados y el luto; los claveles blancos y la inmaculada pureza de María. Compren- do que lo sale de una garganta en forma de saeta es un pueblo, que gime, pide, llora rastreando a su Dios, expresando su necesidad de Él. Entiendo que los niños que crecen en derredor y corren por en- tre los nazarenos y hacen parihuelas con taburetes y jarapas, están educándose en teología profunda y en la pertenencia a un pueblo cofrade cristiano. Es inteligente y bella esta pedagogía. Sois afortunados y nos hacéis afortuna- dos. Gracias. Vuestras hermosas tallas no ahorran sangre ni lágrima ni gesto ni carne porque Dios no se los ahorró a Sí Mismo
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  • 50. 48 | Semana Santa 2016 uando me propusieron hacer este artículo me sugirieron como conte- nido sobre el que arti- cular esta breve reseña, hacer una reflexión sobre mis vivencias, tanto en el fútbol como en la Semana Santa y pensé, que era un gran reto unir mis dos pasiones. Hace ya muchos años que comenza- ron mis primeros pasos, con mi familia descubrí la tradición y cultura de nues- tra Semana Santa. Pero mi vivencia cofrade, tan rica en matices, experiencias, sentimientos y emociones surge en la Parroquia de Regina Mundi, con el nacimiento de la Cofradía del Stmo. Cristo Resucitado y Ntra. Sra. de la Alegría. Allí descubro un sentimiento que, aunque difícil com- prender por algunos, junto el asombro de otros, pone el punto de partida a un camino personal como costalero. Los inicios en el fútbol fueron simi- lares a la Semana Santa. También la fa- milia influyó en el arranque en este de- porte. La visita al antiguo los Cármenes fue el nacimiento de mi pasión por el deporte rey. Me considero uno de esos locos que, sin que nadie le obligara, se ciñó una faja, me calcé unas zapatillas y emplean- do tiempo, sudor, ilusión y cariño me fijé a unas trabajaderas portando mi fe durante largos años. No encuentro ar- gumentos razonables ante aquellos que preguntan por el sentido de mi esfuerzo. Es precisamente la falta de palabras y explicaciones, de lo que se experimen- ta bajo un paso, lo que me hizo compar- tir con otras cuadrillas sus experiencias y vivencias. La misma locura me hace desarro- llar, concienzudamente, mi otra pasión como entrenador de fútbol. Con la mis- ma laboriosidad que me ceñía una faja, desarrollaba una metodología de entre- namientos. Así mis dos pasiones, viaja- ban de la mano. Con el paso de los años fui descu- briendo dentro de las diferentes cuadri- llas que viví, todo lo necesario para hacer Mis dos pasiones Joseba Aguadob A d C Misterios
  • 51. Semana Santa 2016 | 49 inolvidable y apasionante cada momen- to que pasé bajo la trabajadera. Se arrimaron a mí, sentimientos de miedo, pasión, ilusión, disfrute, supera- ción, compromiso, plegaria, compañe- rismo, hermandad… y muchos más que seguro que se me olvidan. En este recorrido encontré, dentro de los vestuarios unos sentimientos re- conocidos por cualquiera de mis jugado- res: superación, ilusión, unión, esfuerzo, colaboración… etc. Mi experiencia a lo largo de todos es- tos años, me ha hecho adquirir un cono- cimiento que me ha formado como co- frade y persona. En la cuadrilla de la Virgen de los Remedios, encontré la amistad, la fide- lidad a un grupo, después en el Cristo de los Favores, llegó la profesionalidad, la actitud y sobre todo descubrí el costal, un cambio total a la hora de andar. Por último Gran Poder y Esperanza, todo se hace uno. Mi madurez como cofrade y costalero me hacen vivir mis mejores momentos en la trabajadera y en ella da comienzo mi vida como nazareno. Mi experiencia en el fútbol la pue- do dividir en dos etapas. Una primera donde destacaría un aprendizaje en diri- gir, gestionar, leer y crear un método de trabajo y una segunda donde desarrollo todo lo aprendido dando un giro y una profesionalidad a mi carrera. A día de hoy, no puedo más que agradecer todo lo que mi Semana San- ta y el fútbol han aportado en mi vida, como los siguientes valores: • El esfuerzo que ha supuesto llevar un paso. • El compromiso para el bien del equipo. • El trabajo conjunto y su sincro- nización para que todo marche bien. • La amistad que genera el esfuerzo común entre todos los costaleros. • La satisfacción por el deber cum- plido. • El éxito y la derrota en los partidos. Todo esto me ha hecho crecer, ma- durar y tener raíces. Ahora me queda un largo camino para seguir aprendiendo y a la vez, poder utilizar la sabiduría ad- quirida en el pasado para devolver a, mis dos pasiones, lo que un día ellas me die- ron. Es precisamente la falta de palabras y explicaciones, de lo que se experimenta bajo un paso, lo que me hizo compartir con otras cuadrillas sus experiencias y vivencias