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César Castro
UNA SILENCIOSA
REVOLUCIÓN
Experiencias de promoción de lectura en la
región central del Perú
Una silenciosa revolución. Experiencias de promoción de lectura en la región
central del Perú
© César Castro
© Biblioteca Nacional del Perú
Av. De la Poesía 160
www.bnp.gob.pe
Jefe Institucional de la Biblioteca Nacional del Perú
Ezio Neyra Magagna
Directora de la Dirección de Acceso y Promoción de la Información
Fabiola Vergara Rodríguez
Jefa del Equipo de Gestión Cultural, Investigaciones y Ediciones
Kristel Best Urday
Edición: Gracia Angulo
Diseño de línea gráfica: Rodolfo Loyola
Diagramación: Karina Haro
Corrección de estilo: Sandra Arbulú
Primera edición: noviembre de 2020
Tiraje: 1,000 ejemplares
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº2020-08147
ISBN 978-612-4045-50-9
Castro Aliaga, César, 1947-
Una silenciosa revolución : experiencias de promoción de lectura
en la región central del Perú / César Castro.-- 1a ed.-- Lima :
Biblioteca Nacional del Perú, 2020.
100 p. : il. col. ; 18 cm.-- (Lectura, biblioteca y comunidad)
Bibliografía: p. 49-52.
D.L. 2020-08147
ISBN 978-612-4045-50-9
1. Promoción de la lectura - Ensayos, conferencias, etc. 2.
Promoción de la lectura - Perú - Junín - Estudio de casos. 3.
Lectura I. Biblioteca Nacional del Perú II. Título III. Serie
BNP: 2020-034		 BNP-DGC
028
C356
5
***
La colección Lectura, Biblioteca y Comunidad nace con
el objetivo de promover la reflexión en torno a la lectu-
ra como práctica sociocultural, a las bibliotecas como
espacios de encuentro que posibilitan el desarrollo y a
las políticas públicas que inciden en el gran ecosistema
formado por las bibliotecas, la lectura, la escritura, el
libro y el acceso a la información. En esta colección se
publicarán conferencias, ensayos, entrevistas, conversa-
ciones, entre otros textos, de investigadores e investiga-
doras y profesionales de reconocida trayectoria. De esta
manera, la Biblioteca Nacional del Perú espera contri-
buir a la reflexión y a la generación de conocimiento
sobre prácticas y espacios que son de gran valor para la
construcción de una ciudadanía crítica y de una socie-
dad democrática.
6
Lectura, Biblioteca y Comunidad busca propiciar el
diálogo y el encuentro a través de miradas que recogen
y trascienden lo local y nos llevan a reconocer experien-
cias e iniciativas exitosas que evidencian la manera en
que las bibliotecas son instituciones transformadoras
que pueden llegar a ser verdaderos motores de desarrollo
de las comunidades a las que atienden.
7
Sobre este libro
«Una silenciosa revolución»
Experiencias de promoción de lectura en la
región central del Perú
«La asociación Achikyay: Un sueño y un
proyecto para construir una comunidad
modelo de lectores»
Anexos
Índice
9
13
53
89
8
9
Sobre este libro1
El presente volumen describe, por un lado, una estrate-
gia de promoción de la lectura denominada «30 minu-
tos de oro para leer en familia». En palabras del autor, se
trata de una iniciativa que logró vincular la experiencia
educativa escolarizada con la vida familiar y comunita-
ria, al convertir a la lectura en un espacio de reunión
familiar y en una actividad que articuló a diversas co-
munidades andinas de la región Junín, ubicada en la
región central del Perú.
En esta experiencia, César Castro encuentra el posi-
ble germen de una revolución social en tanto el acceso
a la información, el conocimiento y la cultura por parte
de familias y comunidades del entorno rural, poco fa-
miliarizadas con estas herramientas, ha contribuido al
1 Nota de la editora: en este libro optamos por usar el género
masculino como forma no marcada para referirse a personas
de distintos géneros. Esta decisión se basa solo en la necesidad
de simplificar las estructuras utilizadas con el fin de construir
un discurso comprensible y garantizar su lectura fluida. La Bi-
blioteca Nacional del Perú asegura que esta opción lingüística
considera la diversidad de género y valora la importancia del
lenguaje inclusivo.
10
progreso personal, familiar y colectivo de los entornos
en los que se ha desarrollado. Este sentido transforma-
dor de la estrategia descrita es el que lleva al autor a
definirla como una «silenciosa revolución de la lectura»,
expresión acuñada por el historiador colombiano Jorge
Orlando Melo, en un artículo publicado en 2004, al
referirse al movimiento que por aquel entonces se estaba
gestando en Colombia en materia de lectura. Así como
en el vecino país, el entusiasmo y la dedicación de los
docentes, padres de familia y estudiantes de la región
por poner a la lectura en un lugar central de su vida
cotidiana ha permitido alcanzar valiosos objetivos y una
sustancial mejora en las habilidades comunicativas, no
solo del alumnado, sino de todo el entorno social.
Por otro lado, el autor presenta a la asociación de
la que forma parte, Achickyay, y narra los ideales que
fundamentaron su origen, así como las distintas estrate-
gias y actividades que este colectivo ha impulsado en la
región central del país desde su fundación en el 2015.
A través de la caracterización y sistematización de los
aportes de la citada experiencia, y de las actividades de-
sarrolladas por Achikyay, Castro nos invita a reflexionar
sobre la importancia de buscar soluciones creativas al
problema del acceso al libro y la lectura, así como la de
considerar la necesaria adecuación que deben tener las
distintas estrategias y actividades al entorno social y cul-
11
tural en el que se inscriben. De la atención que se brinde
a estas consideraciones dependerá el impacto positivo
y «revolucionario» de las estrategias de promoción de
la lectura en la vida de las comunidades en las que se
desarrollan.
12
13
«Una silenciosa revolución»
Experiencias de promoción de lectura en
la región central del Perú
Las discusiones y las reflexiones en torno a la lectura
en el Perú suelen asociarse a ciertos hechos recurrentes,
como la publicación de resultados de la prueba PISA
o la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE). Ambos
informes suscitan diversos comentarios; algunos atribu-
yen los lentos progresos en lectura de los estudiantes a
los profesores, a la escuela y a su deficitaria infraestruc-
tura bibliotecaria; y otros, a los medios de comunica-
ción y a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, estos
comentarios no trascienden la coyuntura que los des-
pierta y, pasados unos días, la preocupación por el nivel
de compresión de lectura de niños y jóvenes se diluye.
Asimismo, muchas de estas reflexiones se concentran en
los docentes y en los expertos, cuando deberían generar
inquietud en la ciudadanía en general pues, querámoslo
o no, el problema de la lectura atañe a todos.
Como sostiene Carmen Pérez-Lanzac (22 de mayo
de 2020), la lectura es una capacidad humana que debe
14
ser ejercitada permanentemente para que no se pierda.
Además, cuanto más temprano se inicie ese ejercicio,
más temprano ocurrirá también la esperada conexión
del niño con la lectura, y se hará sostenible en el tiem-
po. Es decir, una vez formado el «cerebro lector» en los
primeros años, el ser humano se relacionará mediante la
lectura, de manera constante y fecunda, con un univer-
so ilimitado de conocimientos. De ahí que intelectuales
peruanos, como Jorge Basadre, Mario Vargas Llosa, Ju-
lio Ramón Ribeyro, entre muchos otros, atribuyan su
vocación por la lectura al temprano influjo de sus pa-
dres y a la existencia de una biblioteca familiar. Así, es
innegable que una sincera y perdurable amistad con los
libros y la lectura es aquella que se inicia en el hogar y se
fortalece en la escuela.
Por eso, señalar a la escuela como la única responsa-
ble del bajo nivel de lectura que acusan los estudiantes
peruanos no es del todo justo. Desde luego, no debe
minimizarse su importante y a veces decisivo papel, es-
pecialmente en las zonas rurales donde las familias no
reúnen las condiciones materiales ni educativas para in-
centivar el desarrollo y la práctica de la lectura de sus hi-
jos. Sin embargo, la adquisición del hábito de la lectura
es un proceso cognitivo y emocional (Rodríguez, 2016),
en el que intervienen diferentes factores y actores: la fa-
milia, la escuela y el entorno social.
15
Ahora bien, es sabido que la escuela, sobre todo la
pública, presenta múltiples carencias materiales y con-
ceptuales. Una de ellas es la escasa valoración que se
asigna a la biblioteca y al bibliotecario escolar, dos ele-
mentos imprescindibles si se quiere ofrecer al estudiante
un entorno idóneo para la práctica de la lectura, práctica
constante y progresivamente exigente que, ciertamente,
la escuela está obligada a incentivar.
A pesar de todos los inconvenientes descritos, desde
siempre, incluso en los lugares más alejados y recóndi-
tos del país, hay esfuerzos plausibles de promoción de
la lectura, impulsados generalmente por iniciativa de
ingeniosos profesores. Desafortunadamente, estas expe-
riencias son poco difundidas y menos aún reconocidas
por el sistema educativo, por lo que muchas veces se
quedan confinadas, olvidadas y truncas, no obstante, su
originalidad y valor formativo.
Precisamente, este artículo tiene el propósito de reva-
lorar dos experiencias desarrolladas en torno al proyecto
«30 minutos de oro para leer en familia», una estrate-
gia de promoción de lectura dispuesta por la Dirección
Regional de Educación de Junín, como parte del Plan
Lector. Se trata de iniciativas llevadas a cabo por institu-
ciones educativas de las comunidades de San Pedro de
Sulcán y de San Blas, ambas pertenecientes al ámbito
16
de acción de la Unidad de Gestión Educativa Local
(UGEL) de Chupaca.
1. Entorno social de las experiencias
Las experiencias que se detallarán en este artículo se de-
sarrollaron en dos comunidades campesinas enclavadas
en los andes centrales del Perú, entre los 3500 y 3900
m.s.n.m. Como es evidente, ambas arrastran desventajas
históricas en cuanto a servicios básicos e infraestructura,
y no cuentan con ningún tipo de espacio público de
lectura o de información. Hasta estos pueblos no llegan
vendedores de diarios y revistas ni mucho menos de li-
bros. En suma, la cultura escrita no ha logrado penetrar
totalmente en la vida de estas comunidades (Aguirre y
Salvatore, 2018, p. 25).
A pesar de los inconvenientes señalados, los habitan-
tes de esta zona se caracterizan por ser incansables lucha-
dores que buscan superar los graves problemas sociales y
económicos que les agobian, y por poseer un invaluable
patrimonio cultural inmaterial conformado, entre otras
cosas, por sus conocimientos y saberes originarios que
son, en gran medida, los que inspiran y orientan sus
actividades cotidianas. Ellos son conscientes del impor-
tante papel que juega la escuela en la formación de sus
hijos y por ello están dispuestos a apoyarla de las más
17
diversas formas posibles, incluso involucrándose en las
propias acciones educativas. Cabe resaltar que este espí-
ritu participativo en favor de la lectura no es exclusivo
de las dos instituciones educativas a las que haré referen-
cia, sino que es un atributo que caracteriza a la mayoría
de los pueblos y las escuelas de esa zona2
.
En cuanto a las actividades de subsistencia de las fa-
milias, la mayoría de ellas se dedica a la agricultura y a
la ganadería tradicionales, sin mayor apoyo técnico ni
financiero. Asimismo, enfrentan problemas de salud por
falta de agua y desagüe, así como un persistente y ele-
vado índice de analfabetismo con mayor incidencia en
las mujeres. Los niños padecen desnutrición, anemia y
las familias, en general, no están exentas de situaciones
de violencia.
Lo anterior es solo una somera descripción de la rea-
lidad social y cultural de las comunidades en las que
2 En diciembre de 2012 el diario El Comercio dio cuenta de unas
jornadas de lectura denominadas «Padres que leen, niños que
leen», en la zona de Nor Yauyos Cochas, en las que participa-
ron padres de familia de seis comunidades campesinas. Lo más
llamativo de esta experiencia fue que ellos, junto con sus hijos,
habían leído por varios meses y rindieron exámenes de cono-
cimientos de comprensión lectora, propiamente. El programa
de lectura, según la nota periodística, lo dirigía el profesor Ed-
mundo Ravichagua.
18
discurren las dos experiencias de promoción de lectura
que se exponen en este artículo.
2. Pertinencia de las estrategias y los materiales
de lectura para la comunidad
Uno de los errores del sistema educativo en general y
de los planes y programas de lectura en particular ha
sido normar ambas acciones, aun en sus especificidades,
desde Lima. Esta política centralista no ha permitido
que se promuevan estrategias de cambio o de renova-
ción desde las bases de la educación, de las instituciones
educativas y de las propias comunidades, en función a
su realidad social, cultural y lingüística. Las experiencias
de promoción de lectura que se exponen en este libro
responden precisamente a un enfoque distinto, descen-
tralizado e intercultural pues, aunque ellas son resulta-
do de normas emitidas desde una instancia intermedia
del sistema educativo, la estrategia en sí fue concebida y
desarrollada por docentes de base, a partir de la obser-
vación de problemas cotidianos en el aula, la familia y
la comunidad.
Tal vez sea temprano para anunciar los éxitos de las
estrategias de promoción de lectura aquí expuestas, pero
los resultados obtenidos hasta el momento demuestran
su correspondencia con las necesidades de la comuni-
19
dad o, en todo caso, su flexibilidad para ser adaptadas a
cada realidad. Igualmente, se podrá apreciar, casi como
un clamor de quienes las han aplicado, manifestada con
espíritu crítico pero constructivo, la necesidad de pro-
veer a las instituciones educativas de material de lectura
pertinente a las comunidades de las que forman parte,
que son los que convocan con mayor facilidad el interés
no solo de los estudiantes sino de los padres de familia y,
cómo no, de los profesores. Y en materia de promoción
de lectura, se sabe que la pertinencia del libro para el
mundo del lector es clave para lograr ese primer y acaso
definitivo «enganche» con la lectura. Todo esto es parte
de la literatura sobre el tema, incluso de las propias nor-
mas educativas que señalan la necesidad de adecuarlas a
las distintas realidades. A pesar de las recomendaciones
en este sentido, los otros órganos del sistema educati-
vo suelen resistirse a flexibilizar su decisión a la hora
de aplicarlas de acuerdo con las características sociales y
culturales de su zona.
En educación, igual que en la promoción de la lectu-
ra, quizá deberían recordarse ahora viejos pero efectivos
esquemas de aprendizaje que, cual círculos concéntri-
cos, parten del entorno más inmediato del lector, que
es su familia, su escuela y su comunidad, y luego se van
abriendo progresivamente a horizontes más amplios,
hasta el infinito. Es decir, es tiempo de recordar al padre
20
Gustavo Gutiérrez y a su memorable expresión: «Mi-
sión local y visión global», para aplicarla a la promoción
de la lectura, en un país tan diverso como el Perú.
3. «30 minutos de oro para leer en familia»3
Los orígenes de la estrategia de promoción de la lectura
denominada «30 minutos de oro para leer en familia» se
remontan a 2012. En aquel año, Dennis Mucha Mon-
toya4
, a la sazón profesor de la Institución Educativa
Antonio Raimondi de la provincia de Satipo, en la re-
gión Junín, junto con sus colegas de la escuela, luego de
3 Se agradece a los siguientes profesores y miembros de la comu-
nidad que han ofrecido su valioso testimonio sobre la aplicación
de «30 minutos de oro para leer en familia»: Ever Hinostroza,
especialista del Área de Comunicaciones de la UGEL de Chu-
paca; Dennis Mucha, Jefe de Gestión Educativa de la UGEL de
Jauja; Lizet Ramírez, directora de la IE San Pedro, de San Pedro
de Sulcán; Norma Adela Diestra, directora de la escuela de San
Blas, Chambará. Del mismo modo, a Susy Baquerizo, madre de
familia de la escuela de San Blas.
4 Profesor de Matemáticas, natural de la provincia de Jauja, re-
gión Junín. De larga y prolífica trayectoria profesional como
docente y funcionario. Convencido de la viabilidad de la estra-
tegia y del impacto positivo en la educación, difunde y promue-
ve la aplicación de «30 minutos de oro para leer en familia» en
las instituciones educativas de la región.
21
analizar los resultados negativos obtenidos por su plan-
tel en las pruebas ECE de ese y otros años, entendió que
una de las principales causas del problema en cuestión
era el bajo nivel de comprensión lectora de los estudian-
tes. Frente a ello, y tras varias jornadas de discusión en
busca de una solución, acordaron implementar una es-
trategia basada en el mejor aprovechamiento del tiempo
libre de los estudiantes. Para ello, diagnosticaron qué
tipo de actividades realizaban los alumnos habitualmen-
te después de las jornadas diarias de clases, a partir de lo
cual llegaron a recabar la información que se detalla en
la siguiente tabla:
Tabla 1
Tipo de actividades y tiempo libre de estudiantes
Actividades N.° horas %
Ver televisión 4 40
Jugar con amigos 2 20
Jugar en computadora 2 20
Hacer tareas escolares 1 10
Ayudar a los padres 1 10
Total 10 100
Fuente: elaboración propia del equipo de profesores de la I. E. Antonio
Raimondi de Satipo, Junín.
22
Posteriormente, después de analizar los datos de la
mencionada tabla y compulsar otros factores, los profe-
sores acordaron añadir a esa variada gama de actividades
extraescolares de los estudiantes la actividad de lectu-
ra en casa, con una duración diaria de treinta minutos,
bajo la supervisión de los padres de familia. Ese tiempo
representaba apenas el 0,5% del total de las horas fuera
de clases de los estudiantes y, por tanto, la propuesta era
viable.
Así nació, en una institución educativa del centro
del Perú, la exitosa estrategia de promoción de lectu-
ra que entonces se denominó «Media hora de lectura
para aprovechar el tiempo libre del estudiante», y que
se replicaría en otras escuelas de la misma región. Mien-
tras tanto, el profesor Mucha y sus colegas, estimulados
por los primeros resultados de la estrategia, continuaron
difundiéndola en las diferentes provincias y ciudades,
como Jauja, Tarma y otras, hasta llegar a la propia Di-
rección Regional de Educación de Junín, entidad que
acogió la propuesta y la volcó en sus directivas vincula-
das con el Plan Lector, con la denominación «30 minu-
tos de oro para leer en familia»5
.
5 Consultar la Directiva N°023-2017-DREJ-DGP-EES. La de-
nominación final de la estrategia incluye el valor intrínseco del
tiempo (al equipararlo al oro, el metal más preciado), que debe
ser considerado como tal y, por tanto, aprovechado en forma
23
La UGEL de Chupaca haría lo propio dos años des-
pués, en 2019, con énfasis en varios de los objetivos de
la estrategia, en especial aquellos relacionados con la
participación de la familia en el mejor uso del tiempo
libre y el desarrollo de acciones significativas desde el
hogar, con la finalidad de elevar el nivel de lectura no
solo de los estudiantes, sino también de los padres de
familia6
.
En la región Junín, «30 minutos de oro para leer en
familia» constituye una estrategia orientada a fortale-
cer el Plan Lector de las instituciones educativas jun-
to con otras sugeridas por el Ministerio de Educación,
como el «Festival de la lectura» o la «Fiesta del libro», las
«Bibliotecas ambulantes o itinerantes» y las «Tertulias
literarias».
Como se puede advertir, las normas educativas espe-
cíficas sobre promoción de la lectura, desde la instan-
cia superior donde son concebidas —la sede central del
Ministerio de Educación— hasta el escenario concreto
de su aplicación, que son las instituciones educativas,
siguen un largo y tedioso recorrido, sin sufrir, muchas
veces, mayores adecuaciones, como debería ser. Por ello,
resulta plausible que una instancia intermedia como la
óptima por todos, en especial por los estudiantes.
6 Consultar la Directiva N° 007-2019-AGP-UGEL-Chupaca
24
Dirección Regional de Educación de Junín haya aco-
gido y luego incorporado en sus normas sobre el Plan
Lector una estrategia surgida en las bases del sistema
educativo para hacerla extensiva a todas las instituciones
educativas de su jurisdicción.
Un elemento político que de algún modo pudo ha-
ber favorecido la difusión y la aplicación de esta estra-
tegia ha sido una disposición emitida por el Gobierno
Regional de Junín —algo inusual en otras regiones del
país—, en la que se declara de interés público y priori-
dad regional la participación de los padres de familia en
la vida académica de sus hijos para elevar la calidad de
su rendimiento académico7
.
Con todo ello, en el caso de la región Junín, podría
decirse que la articulación entre las diferentes instancias
del Estado peruano —primero el Ministerio de Educa-
ción, luego el gobierno regional y los niveles interme-
dios, como la Dirección Regional de Educación y las
Unidades de Gestión Educativa Local, hasta las insti-
tuciones educativas de base y las comunidades educati-
vas— hizo posible la exitosa aplicación de la estrategia
y sus resultados.
Respecto de los objetivos de la iniciativa descrita
cabe señalar que, desde sus inicios, buscó asegurar que
7 Consultar O.R. N°363-2016/GRJ-CR
25
los estudiantes leyeran más en casa y, por ende, apro-
vecharan eficazmente su tiempo libre con apoyo de los
padres, madres o apoderados (Mucha, 2020). La UGEL
de Jauja, mediante directivas y normas institucionales,
apuntaba también al cambio actitudinal de la comu-
nidad respecto a la lectura; esto es, a la formación de
una cultura lectora en el hogar, mediante la promoción
de los valores de solidaridad, responsabilidad, respeto y
honestidad, para construirse como personas libres que
ejerzan una ciudadanía plena, propositiva, proactiva y
con un mejor conocimiento del mundo8
.
Por su parte, la Dirección Regional de Educación de
Junín, mediante el conjunto de actividades enmarcadas
en el Plan Lector, consignaba como objetivo fomentar e
implementar el hábito lector en las instituciones educa-
tivas públicas y privadas de la educación básica regular,
superior y de los órganos intermedios de su ámbito de
acción. Es decir, involucraba a toda la comunidad edu-
cativa, incluyendo a trabajadores y funcionarios de los
diferentes órganos técnico-administrativos.
En cuanto a la metodología empleada en la estrate-
gia, las diversas directivas sugieren una serie de pasos o
procedimientos por seguir. Entre otros, se pueden men-
cionar los siguientes:
8 Consultar la Directiva N° 004-2019-D-UGEL-AGP/EES-Jauja
26
• La selección del material de lectura le correspon-
de al estudiante.
• El horario de lectura es propuesto por los padres
de familia y va de lunes a domingo.
• Cada familia habilita en su casa un espacio para
la lectura, con una mesa y una silla para el estu-
diante, y un mueble para los libros.
• Los profesores garantizan la lectura diaria y pre-
sentan los resultados en el «Día del Logro»9
.
• Como mecanismo de seguimiento de la activi-
dad, los estudiantes reciben un cuaderno de con-
trol diario en casa y un cuestionario para evaluar
sus lecturas.
• Los profesores realizan visitas a los hogares para
recoger evidencias.
• En cuanto a la dinámica de la lectura, el alumno
lee y el padre o la madre acompaña a su hijo para
que este cumpla con la lectura. Después, ambos
interactúan y comentan el texto leído.
• La Unidad de Gestión Educativa Local emite re-
soluciones de felicitación a las instituciones edu-
cativas que destaquen, así como a los directores,
docentes y tutores.
9 Establecido por el Ministerio de Educación como fecha o fe-
chas para la presentación, en acto público, de la evidencia de
los aprendizajes logrados por los alumnos durante un periodo.
27
Entre las medidas internas en el ámbito de cada ins-
titución educativa, se prescribe también la organización
de la biblioteca escolar y la implementación de un sis-
tema de préstamo de libros a los alumnos, mediante la
presentación del documento nacional de identidad o
carné escolar. Del mismo modo, se considera la posibi-
lidad de capacitar a los padres de familia y de elaborar
un diagnóstico de su situación en materia de lectura.
Finalmente, las UGEL, a través del área de Gestión
Pedagógica, supervisan el desarrollo de la estrategia de
promoción de lectura y, al finalizar el año lectivo, previa
evaluación, hacen efectiva la entrega de los respectivos
estímulos a las instituciones educativas y a sus respecti-
vos directores y docentes.
Hasta la fecha, no se han encontrado informes de
evaluación general sobre la aplicación de «30 minutos
de oro para leer en familia» en el ámbito regional10
o de
la UGEL de Chupaca, salvo informes de profesores res-
ponsables de la estrategia en el ámbito de la institución
educativa, ponencias en eventos locales o regionales y
testimonios de estudiantes y padres de familia respec-
10 Para el profesor Mucha, la estrategia «30 minutos de oro para
leer en familia» ha impactado en todas las áreas curriculares,
especialmente en conocimientos y capacidad comunicativa. Se-
gún él, sus logros ya se pueden apreciar en los resultados de las
pruebas ECE-2018, en el ámbito de la UGEL de Jauja.
28
to a sus beneficios. Sin embargo, pese a no contar con
resultados y evidencias «formales», resulta encomiable
el esfuerzo que realizan las instituciones educativas por
extender su acción formativa a los hogares de los estu-
diantes y a la comunidad en general.
Estas apreciaciones iniciales fueron corroboradas en
el II Encuentro Nacional de Bibliotecas Escolares: ex-
periencias y propuestas para construir una comunidad
de lectores, organizado en Chupaca por la asociación
Achikyay y la UGEL de Chupaca, que tuvo lugar del 21
al 23 de noviembre de 2019. En este evento, seis institu-
ciones educativas de las provincias de Chupaca y Con-
cepción11
, invitadas a presentar sus experiencias sobre
promoción de lectura, resaltaron la importancia de «30
minutos de oro para leer en familia», especialmente en
11 Las experiencias sobre promoción de lectura presentadas en este
evento, además de las que se incluyen en este artículo, fueron:
«La vaquita lectora», de la I.E. San José de Quero, a cargo de
las profesoras Marlene Huayre y Elizabeth Quintanilla; y las de
la I.E. de San Roque de Chambará, representada por la profe-
sora Janet Santana Aliaga (ambas pertenecientes a la provincia
de Concepción). «La chocita lectora», de la I.E. Amauta de
Ahuac, presentada por los profesores Edith D. Chaca Vélez y
Walter Camargo; y «WhatsApp lector», de la I.E. 31425 de
Chupaca, por la profesora Analía Aguilar Hinostroza. Todas
estas experiencias están directamente relacionadas con la estra-
tegia «30 minutos de oro para leer en familia».
29
escuelas del medio rural, en las que fueron evidentes los
beneficios de la lectura compartida entre padres e hijos.
En cuanto a la influencia de esta estrategia en la for-
mación, la frecuencia y la comprensión de lectura, aun-
que los comentarios vertidos son auspiciosos, tal vez sea
prematuro llegar a conclusiones pues, hasta la fecha, los
resultados disponibles son parciales. Por tanto, en el ám-
bito regional todavía no se cuenta con evidencias sobre su
impacto en el nivel de lectura de los estudiantes, salvo el
caso de la UGEL de Jauja, una de las primeras en aplicar
en forma sistemática la citada estrategia. Al respecto, los
resultados de la prueba ECE 2018, en cuanto a lectura,
revelan datos esperanzadores en lo que concierne a com-
prensión de lectura, como se aprecia en la siguiente tabla:
Tabla 2
Progreso de estudiantes de la UGEL-Jauja en lectura (ECE
2018)
4.° grado de primaria 2.° grado de secundaria
Meta 36,1 Alcanzada 38,3 Meta k15,4 Alcanzada 16,7
Fuente: elaboración del profesor Dennis Mucha a partir de datos
de la ECE 2018, DRE-Junín.
30
Finalmente, como ya se comentó líneas arriba, en
toda la región Junín existen evidencias sobre otras expe-
riencias igualmente exitosas respecto a la aplicación de
la estrategia «30 minutos de oro para leer en familia».
Sin embargo, dada las limitaciones en la extensión de
este artículo, se incluyen solo dos de ellas, las que se
circunscriben a una zona especial de la jurisdicción de la
UGEL de Chupaca, caracterizada por problemas socia-
les, culturales y económicos comunes.
3.1. Experiencia de la Institución Educativa San
Pedro
La Institución Educativa San Pedro está ubicada en la co-
munidad de San Pedro de Sulcán situada a cincuenta ki-
lómetros, aproximadamente, de la ciudad de Chupaca y a
3900 m.s.n.m. Es un centro poblado del distrito de San
José de Quero, provincia de Concepción, región Junín.
Cuenta con cerca de cuatrocientos sesenta y un habitantes,
la mayoría de ellos dedicados a la agricultura y la ganadería.
Esta institución educativa, de nivel secundario, cuen-
ta con ochenta y cinco estudiantes, y nueve profesores.
Aunque dispone de una pequeña biblioteca escolar, esta
no tiene personal responsable de su atención.
La promoción de la lectura es una de las prioridades
para esta institución y en torno a ella, anualmente, se
organiza la plana docente de las diferentes áreas curricu-
31
lares para planificar el Plan Lector, del que forma parte
la estrategia «30 minutos de oro para leer en familia».
Cabe señalar que la participación de todo el profesora-
do en el desarrollo del Plan Lector ha sido posible gra-
cias al liderazgo de la directora de la institución, lo que
constituye uno de los factores decisivos para el exitoso
desarrollo de la estrategia y del Plan Lector en general
(Ramírez, 2019, p. 2).
En este afán por involucrar a las familias, en 2016
se instituyó la actividad denominada «Lecturas matina-
les», en la que los padres convinieron leer en horas muy
tempranas de la mañana en lugar de hacerlo en la tarde,
luego de sus labores cotidianas. Años después, en 2018
se introdujo la teatralización de lecturas por parte de los
padres de familia, en vista de que muchos de ellos no
sabían leer o no dominaban la habilidad de la lectura.
La presentación de estas evidencias tenía lugar en la es-
cuela, en un salón de clases o en una ceremonia especial
con motivo de la celebración de una fecha cívica.
En 2019 se incorporó en el Plan Lector de la ins-
titución la estrategia «30 minutos de oro para leer en
familia», con el objetivo de mejorar la comprensión lec-
tora de los estudiantes, problema que persistía a pesar de
las actividades que se estaban realizando hasta entonces.
Con esta medida se buscó afianzar la participación de
los padres de familia en la práctica de la lectura.
32
Esta estrategia se implementó de acuerdo con la di-
rectiva N°007-2019-AGP-UGEL-Chupaca, norma que
fue previamente adecuada a la realidad del entorno so-
cial del plantel y de la comunidad, en especial a la diná-
mica de los padres de familia, mayoritariamente campe-
sinos, quienes deben alejarse de sus casas por varios días,
a veces semanas, para cumplir con las labores propias
del campo. Para el caso, se diseñó el siguiente flujo de
actividades en el ámbito de la institución educativa (Ra-
mírez y Caso, 23 al 25 de noviembre de 2019, p. 1):
• Los estudiantes leen los lunes, miércoles y viernes, de
8:00 a 8:30 a. m. (lecturas matinales).
• El material de lectura está compuesto por textos
cortos propuestos por los profesores de las diferen-
tes áreas y por algunos coordinados con la UGEL
de Chupaca.
• Los profesores evalúan las lecturas a través de una
serie de procedimientos: autoevaluaciones, elabora-
ción de organizadores del conocimiento, escritura
de conclusiones, entre otros.
• Los padres tienen la responsabilidad de acompañar
y de hacer el seguimiento de la lectura de sus hijos.
Eventualmente, por teléfono celular, el profesor se
comunica con los padres de familia para recordarles
la lectura pendiente de sus hijos.
33
• Los resultados del proceso de evaluación se dan a
conocer el mismo día en que esta se realiza.
• Adicionalmente, los profesores organizan «marato-
nes de lectura», en el campo, en contacto con la na-
turaleza, para reforzar las lecturas.
Como se puede advertir, los padres participan acom-
pañando y supervisando la lectura de sus hijos en casa,
en coordinación con los profesores. Por esta razón, se
establecieron pasos que deben seguirse para el desarrollo
de la actividad en el espacio familiar:
• Habilitación de un ambiente especial, en la entrada
del plantel, al que se le denominó «Casita lectora».
En este espacio podían leer alumnos, padres de fa-
milia y profesores, antes o después de las actividades
lectivas.
• Selección de material de lectura pertinente para las
familias de la comunidad en coordinación con la
UGEL de Chupaca.
• Establecimiento de una frecuencia de lectura en las
familias de, por lo menos, un texto cada semana.
• Establecimiento de una dinámica en la que los hijos
leen para sus padres, porque muchos de ellos no es-
tán familiarizados con la lectura.
34
• Elaboración de maquetas y realización de exposicio-
nes, narraciones y dramatizaciones con la finalidad
de demostrar la adecuada comprensión de los textos
leídos.
• Presentación de evidencias, a manera de socializa-
ción de la lectura.
		
De esta forma, «30 minutos de oro para leer en fa-
milia» demostró ser una buena estrategia para fortalecer
la lectura de los estudiantes y extender su práctica a la
familia y, después, a la comunidad.
Finalmente, en cuanto a las lecciones aprendidas, se-
gún el reporte de la directora del plantel, más del 80%
de padres de familia participó activamente de la lectu-
ra compartida, lo cual tuvo una influencia positiva en
el mejoramiento de la comprensión de lectura en los
estudiantes. Del mismo modo, el 100% de profesores
estuvo comprometido con el Plan Lector y con la estra-
tegia de lectura en familia (Ramírez y Caso, 23 al 25 de
noviembre de 2019, p. 2).
En este sentido, la institución educativa reconoce
como principales logros de la aplicación de esta estrate-
gia un mejor cumplimiento de los objetivos del área de
Comunicación y el triunfo de los alumnos del primer
grado en las Olimpiadas de Lectura Literaria 2019, en el
ámbito de la UGEL de Chupaca. Lo anterior se puede
35
atribuir a la continuidad y al esfuerzo compartido del
personal directivo, profesores, padres de familia y estu-
diantes en torno al Plan Lector institucional.
Otro resultado igualmente importante fue la moti-
vación de los padres de familia respecto a la práctica de
la lectura en casa, pese al poco tiempo del que disponen
debido a sus quehaceres cotidianos lejos del hogar. Los
padres se han reafirmado en su voluntad de participar
decididamente en los esfuerzos del colegio por mejorar
la comprensión lectora no solo de sus hijos, sino de la
propia, independientemente de si contaban o no con
la habilidad necesaria para leer. Esto se evidenció en las
presentaciones en las que participaron activamente in-
cluso aquellos que no sabían leer y los analfabetos por
desuso, a través de exposiciones en las que plasmaban
lo aprendido en sus lecturas frente a los profesores y al
alumnado.
Del mismo modo, la predisposición de los padres
para apoyar a sus hijos es el resultado de un trabajo de
sensibilización y motivación por parte de los profesores,
no solo antes de la aplicación de la estrategia, sino en
la presentación de resultados. El reconocimiento de la
institución educativa al trabajo realizado por los padres
fue otro punto fundamental para mantener y afianzar su
motivación, lo que les ha permitido compartir sus expe-
riencias con otras comunidades a través de la narración
36
de cuentos y las dramatizaciones. Aquí se pudo cons-
tatar igualmente la validez o la pertinencia de la frase
«Padres que leen, hijos que leen», lema divulgado por la
Dirección Regional de Educación de Junín y replicado
por cada una de las UGEL y las instituciones educativas
de su jurisdicción.
Por último, este movimiento a favor de la lectura,
con participación de los padres de familia, no hubiese
sido posible sin el liderazgo de la directora del plantel y
la participación comprometida de la plana docente de
todas las áreas curriculares. Esta conjunción de visiones
y de esfuerzos —fruto de la reflexión, del diálogo per-
manente y del espíritu de innovación que animó a toda
la comunidad educativa— fue un factor decisivo para el
éxito del Plan Lector en este plantel. Sin la convicción
de los maestros, no hubiese sido fácil adecuar la directi-
va de la UGEL de Chupaca al medio social y cultural de
esta comunidad ni introducir cambios en las actividades
escolares y extraescolares como, por ejemplo, transfor-
mar la celebración de las fechas cívicas en oportunida-
des para la presentación de las experiencias de padres de
familia. No hay mejor estímulo para los hijos que ver
leer a sus padres o leer en forma compartida y verlos
actuar en torno a una obra literaria, frente al público,
dentro de la institución educativa y fuera de ella.
37
El desarrollo del Plan Lector y la estrategia «30
minutos de oro para leer en familia» evidenciaron un
problema que afrontan la mayoría de las instituciones
educativas, sobre todo las del medio rural: la imperiosa
necesidad de contar con una mayor variedad de mate-
rial de lectura, accesible a los estudiantes y a los padres
de familia. De ahí que sea importante que se incluyan
en los módulos bibliográficos, que con cierta frecuencia
distribuye el Ministerio de Educación, libros de cuentos,
mitos, leyendas e historia local o regional, material que,
a la luz de esta experiencia, es preferida por los padres
de familia. En efecto, la lectura se convierte también en
un mecanismo de revaloración de la literatura local y de
reafirmación de la identidad cultural.
3.2. Experiencia de la Institución Educativa
N°30308
La Institución Educativa N°30308 está ubicada en la
comunidad de San Blas, anexo del distrito de Chamba-
rá, provincia de Concepción, región Junín. Dicha co-
munidad se sitúa a veintiséis kilómetros de la ciudad de
Chupaca, sobre una altitud de 3550 m.s.n.m. Su pobla-
ción asciende a unos seiscientos habitantes, mayoritaria-
mente agricultores.
Se trata de una escuela integrada (educación inicial y
primaria), con treinta y ocho alumnos, y cinco profeso-
38
res. En dicha comunidad no existe institución educativa
de nivel secundario ni superior. Tampoco tiene biblio-
teca pública, salvo la pequeña biblioteca de la escuela.
La comunidad dispone de un local comunal —donde
inicialmente funcionó la escuela mientras se construía
su actual local— sin las mínimas condiciones para al-
bergar a la escuela.
La institución educativa estuvo a cargo de una des-
tacada y experimentada profesora, gestora tanto de la
construcción del nuevo local como de una serie de me-
joras e innovaciones, siempre con el apoyo de profeso-
res, padres de familia y la comunidad. En 2019, la ins-
titución educativa acogió con entusiasmo la estrategia
«30 minutos de oro para leer en familia». La aplicación
de esta estrategia tuvo un gran impacto en los niños y
también en los padres de familia, debido a varias me-
didas internas que la ingeniosa y tenaz directora puso
en marcha con la finalidad de preparar las condiciones
materiales del plantel y también para contextualizar la
iniciativa a la realidad social y cultural de la comunidad
de San Blas.
Según la versión de la directora, la profesora Norma
Adela Diestra, las acciones a favor de la lectura en esta
escuela son, como en el caso de San Pedro, anteriores a
la implementación de la estrategia «30 minutos de oro
para leer en familia»; por ello, bien vale la pena des-
39
tacar los principales cambios concretos que supuso su
aplicación en el plantel, sobre todo en un intento de
superar sus carencias en cuanto a infraestructura y equi-
pamiento del nuevo local. Concretamente, en cuanto
a la biblioteca —componente ineludible de cualquier
proyecto de promoción de lectura—, esta no contaba
con un espacio predeterminado, mobiliario ni mucho
menos, libros. Estos y otros problemas, en lugar de in-
salvables dificultades, resultaron ser los mejores alicien-
tes para generar nuevas y mayores energías para afron-
tarlos creativamente.
Ante la falta del espacio específico para albergar el
material bibliográfico y no bibliográfico, se optó por
distribuir los libros entre las diferentes aulas y, adicio-
nalmente, en todo espacio libre y accesible que hubiera
en el local, incluidos los pasadizos y corredores, para
ponerlos al alcance de quienes lo necesitaran: estudian-
tes, profesores y padres de familia. Es decir, toda la ins-
titución educativa terminó transformándose en un gran
espacio que estimula y anima a leer a todos, en vez de
un espacio frío y muchas veces distante para los padres
de familia.
Las limitaciones presupuestales tampoco fueron un
obstáculo para la ambientación del espacio pues para
la confección del mobiliario mínimo que se requería se
utilizó material reciclado. En algunas esquinas se po-
40
dían ver, al pie de pequeños estantes hechos de cajas
de frutas, cojines confeccionados con bolsas de plástico.
De esta forma, la escuela de San Blas se convirtió en
un centro de recursos de lectura, de investigación y de
aprendizaje; en suma, un centro generador de nuevos
conocimientos.
Esta apertura, en la práctica, cuestiona el modelo de
biblioteca escolar vigente en el país, de estantería cerra-
da, inaccesible para los lectores, irracional y contradic-
torio con la necesidad de formar lectores desde la más
temprana edad, pues promueve una relación de con-
fianza con los materiales y los espacios de lectura.
Aquí, quienes visitan la escuela, solo al trasponer sus
umbrales, de pronto, se sienten inmersos en un ambien-
te realmente familiar, rodeado además de libros, folletos
y otros materiales, a su entero alcance, para tomarlos,
ojearlos y disfrutarlos mientras aguardan el momento
de la entrevista con la profesora de su hijo o con la direc-
tora, quien también se presentará como un miembro del
equipo docente, dispuesta al diálogo abierto y sincero,
que es política acordada por la institución. Esta relación
franca entre profesores, estudiantes y padres de familia
es la que define a una comunidad realmente educativa,
condición sine qua non para generar un auténtico cam-
bio en la educación, de abajo hacia arriba.
41
Como si lo anterior no fuera suficiente para fami-
liarizar a los niños y a sus padres con los materiales de
lectura, el plantel adoptó otra medida igualmente au-
daz: el préstamo de pequeñas dotaciones de libros a
las familias. De esta forma, en aquellos hogares donde
no hay costumbre de adquirir libros —que en la zona
rural son mayoría— estos podían contar con varios de
ellos, de los que, tanto el estudiante como sus padres,
podían seleccionar los títulos de su interés. Esta acción
de desprendimiento de la escuela, inusual en el sistema
educativo peruano, dio lugar también a que las familias
se motivaran más adelante a adquirir algunos materia-
les, incluso los más sencillos y asequibles, como revistas,
diarios y folletos, para así ampliar las opciones de lectu-
ra en casa.
También destaca la pertinencia de los libros que se
pusieron al alcance de los alumnos y de la comunidad,
así como la presencia de mediadores de lectura, agen-
tes fundamentales de cualquier proyecto o programa de
promoción de lectura.
En el contexto que se describe, si bien las familias,
en coordinación con los profesores, cumplían con las
disposiciones de la UGEL de Chupaca, puede deducir-
se que hubo cierta flexibilización en el desarrollo de las
sesiones de lectura que, en la mayoría de los casos, ex-
cedían a los treinta minutos de lectura prescritos por la
42
respectiva norma. Dentro de esa amplitud, hubo opor-
tunidad para un mayor diálogo en torno al texto leído
entre todos los miembros de la familia que compartían
la lectura. Es decir, al hacerse más flexible y menos es-
colarizada, la lectura se hizo más participativa y, consi-
guientemente, más variada y enriquecedora.
En cuanto al horario de lectura, este fue fijado en
asamblea de padres de familia y se acordó que fuera por
la tarde, después de clases y cuando los padres hubieran
retornado a casa después de su jornada diaria. El acuer-
do fue cumplido por la mayoría de las familias, aun-
que no era del todo conveniente establecer un horario
uniforme para todos, pues no favorecía la participación
de todos los miembros de la familia en la sesión de lec-
tura. Frecuentemente, para muchos padres, el horario
generalmente propuesto después de las labores diarias,
cuando se encontraban cansados y fatigados, no era el
mejor momento para leer. Felizmente, las familias fue-
ron ajustando su horario de lectura a las horas que les
convenían, sin abandonar el objetivo ni las pautas esta-
blecidas. Después de todo, una actividad como la lec-
tura, fuera de la escuela, debería realizarse en el horario
que mejor se ajustaba a cada familia, incluso para que
la lectura no fuera percibida como pura imposición de
la escuela.
43
De otro lado, como ya se ha mencionado, la directiva
de los «30 minutos de oro para leer en familia» prescri-
be las características del espacio físico que cada familia
debe organizar para la lectura y se especifica hasta el mo-
biliario (una mesa y una silla), con la idea de que solo
el niño debe leer y los padres deben ser una especie de
inspectores, con lo cual se olvida que la estrategia tam-
bién los involucra. En este sentido, podría decirse que
este intento por escolarizar la lectura debería analizarse
y evaluarse desde una perspectiva integral en la que se
contemple y considere la apreciación y las contribucio-
nes de los propios padres.
En cuanto a las lecciones aprendidas, resultan inne-
gables los aportes de esta estrategia tanto a la escuela
como a la familia y a la comunidad. Para la escuela, en
el desarrollo de las competencias comunicativas que
es transversal a todas las materias de la malla curricu-
lar; y para la familia y la comunidad, en haber logrado
incorporar el libro y la lectura en la vida cotidiana de
las familias, como no había ocurrido antes. Este últi-
mo aspecto, sin duda, puede ser el germen de toda una
revolución social, pues las familias premunidas de esas
dos herramientas, el libro y la lectura, estarán habilita-
das para acceder a la información, el conocimiento y a
la cultura, y con ello ejercer plenamente su ciudadanía
y convertirse en protagonistas del progreso personal, fa-
44
miliar y colectivo. Precisamente, este propósito sirvió de
inspiración para el título de este artículo.
De la experiencia de «30 minutos de oro para leer
en familia», vivida por la comunidad educativa de San
Blas, se pueden extraer varias lecciones adicionales a
las ya comentadas hasta el momento. Por ejemplo, ha
quedado demostrado que cuando la escuela y la familia
forman una alianza convincente alrededor de la promo-
ción del libro y la lectura, en ambos espacios brota una
actitud favorable a la lectura que invita a hacer un me-
jor uso de los libros. Queda superado así aquel viejo y
recurrente prejuicio, lamentablemente vigente en gran
parte del sistema educativo, de conceder una mayor pre-
ocupación al cuidado y a la conservación del libro, que
por alentar su uso; se dinamiza su circulación y se diluye
la desconfianza que generalmente guarda la biblioteca
escolar por el servicio de préstamo, por temor a que se
pierdan los materiales.
A partir de estos comentarios, no se puede ocultar la
realidad de muchas instituciones educativas de la región
y del país que, por prejuicios como los mencionados,
mantienen sus bibliotecas escolares subutilizadas, y a sus
recursos bibliográficos y no bibliográficos, en estanterías
inaccesibles. Este inconveniente no se supera con una
norma o directiva ministerial sino con una mínima do-
sis de ingenio, y con el impulso de una voluntad local
45
o institucional, del director del plantel, en consulta con
profesores, padres de familia y los propios estudiantes,
al estilo de la comunidad educativa de San Blas.
De otro lado, aunque parezca obvio, una bibliote-
ca, independientemente de su tamaño, pero abierta y
accesible a todos, es un factor decisivo en la formación
de un lector autónomo, crítico, capaz de seleccionar li-
bremente, entre tantas posibilidades que se le ofrecen, el
libro que mejor responda a sus intereses y necesidades.
Este principio —que muchas bibliotecas escolares olvi-
dan por mantener sistemas obsoletos— es el que debe-
ría generalizarse en las bibliotecas de todos los niveles
educativos.
Ahora bien, en cuanto al impacto de la lectura en la
familia, es posible hacer mediciones siempre que se sepa
de dónde se partió (línea de base) y con qué dirección,
es decir, sabiendo sus objetivos. Sin embargo, en el caso
de la estrategia «30 minutos de oro para leer en fami-
lia», aplicada en esta institución educativa, solo se han
recogido testimonios de los propios involucrados. En el
II Encuentro Nacional de Bibliotecas Escolares: expe-
riencias y propuestas para construir una comunidad de
lectores, desarrollado en noviembre de 2019, Susy Ba-
querizo, madre de familia de esta institución educativa,
compartió sus experiencias sobre el impacto de la lectu-
ra en su vida y en el entorno familiar. Manifestó que la
46
lectura estaba cambiando a su familia, compuesta por
cuatro miembros: su esposo, dos hijos menores y ella.
Sobre su esposo, de ocupación albañil, ella manifestó
que cuando empezó el programa, él llegaba a casa tarde
y muy cansado, sin ánimos de participar en la actividad,
por lo que la responsabilidad de dirigir la sesión recayó
solo en ella. Sin embargo, con el transcurrir de los días,
sobre todo cuando escuchó pasajes del libro que estaban
leyendo, Hombre rico y hombre pobre, él comenzó a in-
teresarse y después a engancharse con la lectura (Baque-
rizo, 23 al 25 de noviembre de 2019). Este testimonio
fue una valiosa evidencia de los efectos de la lectura en
el entorno familiar.
Finalmente, otro de los resultados positivos de la
experiencia de San Blas es la propagación o efecto social
de la lectura entre los vecinos de las familias, lo que dio
lugar a una incipiente red de intercambio de material de
lectura y, opcionalmente, de lectura en grupo, en este
caso, de vecinos. Y a estas alturas de la experiencia se
percibe con mayor claridad la falta que hace —y que
hará cuando la escuela entre de vacaciones— un siste-
ma de distribución de material de lectura; esto es, una
biblioteca municipal, biblioteca comunal u otro espacio
no convencional, para mantener vivo el interés por la
lectura de los padres y de los propios estudiantes.
47
4. Reflexiones finales
Un elemento presente en las dos experiencias aquí ex-
puestas fue que ambas no siguieron al pie de la letra
las medidas específicas consignadas en las directivas que
orientaban el desarrollo de la estrategia «30 minutos de
oro para compartir en familia» sino que, sin abando-
nar sus objetivos primigenios, lograron adecuar dichas
normas a la realidad social y cultural de cada una de las
comunidades.
La estrategia «30 minutos de oro para leer en fami-
lia» ha calado mejor en las instituciones educativas de
las zonas rurales donde, al parecer, los padres de familia
tienen una mayor disposición para involucrarse en la
educación de sus hijos y donde es más fácil —y hasta se
torna natural— su integración con la escuela, gracias a
lo cual se puede materializar el concepto de comunidad
educativa.
Sobre la base de estos primeros resultados, parciales
aún, se puede adelantar que «30 minutos de oro para leer
en familia» cuenta con un enorme potencial innovador
de las actividades y estrategias aplicadas por las institu-
ciones educativas en su afán de promover la lectura no
solo internamente, entre sus estudiantes, sino también
en los ámbitos de la familia. De esta forma se estaría
generando aquella anhelada «silenciosa revolución de la
48
lectura»; es decir, un movimiento social y cultural que
envuelve a toda la comunidad. Para ello, es necesaria
la preexistencia de ciertos factores como la actitud de
cambio al interior de las instituciones educativas, la
provisión de material de lectura variado —pertinente
a la zona y accesible—, el estímulo y la orientación, así
como el liderazgo en la conducción y el reconocimiento
a sus actores, entre otros.
En ese esfuerzo por asegurar la continuidad de la es-
trategia de lectura, una medida indispensable será la de
otorgar a las comunidades educativas —directores, pro-
fesores, padres de familia y autoridades locales— una
mayor autonomía para hacer adecuaciones a las normas
nacionales y regionales de acuerdo con las diferentes
realidades sociales, culturales y lingüísticas.
Sin embargo, las comunidades educativas, al parecer,
no son conscientes del valor intrínseco de sus respecti-
vas experiencias, pues no las documentan ni las difun-
den —salvo los informes administrativos que se generan
en las instituciones educativas, dirigidos a las instancias
superiores, sin un correlato pedagógico o formativo—,
para retroalimentarlas y enriquecerlas y, si fuera el caso,
transferirlas a otras regiones del país, en otros contextos.
Es recomendable, igualmente, continuar con la iden-
tificación y el análisis de experiencias similares, también
exitosas como la descrita, desarrolladas por las institu-
49
ciones educativas de la extensa y variada configuración
geográfica y social de la región Junín, con la finalidad de
sistematizarlas, difundirlas y asegurar su continuidad.
Experiencias como las expuestas demuestran que,
con acciones sencillas, pero innovadoras —y, a veces,
osadas— en lo pedagógico y en lo social, se puede avan-
zar con pasos seguros en este largo proceso que supone
la formación lectores dentro y fuera de las instituciones
educativas, en la perspectiva de construir una comuni-
dad de lectores.
Del mismo modo, sobre la base de aquellas experien-
cias relevantes se deberían formular políticas de promo-
ción de lectura más eficaces, tal vez diversificadas por
regiones, que promuevan la participación de la familia,
la escuela y la comunidad, fórmula que ha resultado
efectiva para encarar y superar el bajo nivel de compren-
sión lectora de los estudiantes e incentivar el hábito de
la lectura en la población en general.
Finalmente, otro de los grandes aportes de «30 mi-
nutos de oro para compartir en familia» es el hecho de
haber logrado, en las zonas donde se aplicó esta estrate-
gia, incorporar en la vida de las familias campesinas y,
en general, del medio rural, el libro y la lectura como
fuentes de aprendizaje y de acceso al conocimiento y a
la cultura.
50
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Directiva N°007-2019-AGP-UGEL-Chupaca. Unidad
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Directiva N°004-2019-D-UGEL-AGP/EES-Jauja. Uni-
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Dirección Regional de Educación de Junín, 2019.
Ordenanza Regional N°363-.2016/GRJ-CR. Gobierno
Regional de Junín, 2016.
53
La asociación Achikyay: un sueño y un
proyecto para construir una comunidad
modelo de lectores
					
Cualquier cosa que puedas hacer o sueñes
que puedes, comiénzala. La audacia tiene
genio, poder y magia en sí misma
Johann Wolfgang Von Goethe
Chupaca, la localidad donde nació Achikyay, es un
antiguo y pintoresco pueblo enclavado en la mar-
gen derecha del río Mantaro, en la región central del
Perú. Heredera de una larga historia que se remonta
a los orígenes del hombre andino; después, capital
del legendario Hananhuanca (pueblos de Huanca
Alta) y, más tarde, protagonista de hechos heroicos
durante la gesta libertaria. La placa que la Comisión
del Sesquicentenario de la Independencia del Perú le
dedicara en mayo de 1971 resume muy bien su im-
portancia histórica: «Al heroico pueblo de Chupaca,
inmolado por la Independencia en mayo de 1821».
Por este motivo, apenas transcurridos dos años de la
Independencia, el 12 de noviembre de 1823, sería
elevada a la categoría de distrito y, como corolario de
54
todo lo anterior, reconocida como provincia en enero
de 1995. Chupaca es actualmente una de las nueve
provincias de la región Junín; la más joven y acaso la
más vigorosa.
Ubicada a una altura de 3237 msnm y a solo once
kilómetros de la ciudad de Huancayo, goza de un
clima templado, con moderadas lluvias durante los
meses de enero a marzo y un frío seco en los meses de
invierno. Cuenta con una población estimada de 20
341 habitantes —según datos de 2017 del INEI—,
dedicada a la agricultura, la ganadería y el comercio.
Su feria sabatina está considerada como una de las
más importantes del valle del Mantaro, después de
la de Huancayo. De tierras fértiles y abundante agua,
su enorme y diversificada producción agrícola cons-
tituye la principal despensa de la región central y de
Lima, la capital del país.
Chupaca posee un valioso bagaje cultural, mate-
rial e inmaterial, en el que destacan sus conocidas
festividades, como la Fiesta de las Cruces en el mes de
mayo y su famosa danza guerrera del Shapish —de-
clarada Patrimonio Cultural de la Nación el 2006—;
la Fiesta de Santiago, en los meses de julio y agosto; y
la fiesta de carnavales, que se desarrolla entre enero y
marzo; entre muchas otras.
55
La consecución del estatus de provincia cambió
por completo su antiguo carácter de pueblo y la con-
virtió en un núcleo económico y social de impresio-
nante dinamismo. Sin embargo, en contraste con este
auge, se advierte un clamoroso retraso en el ámbito
cultural. Chupaca no cuenta con instituciones dedi-
cadas a la difusión del arte y la cultura; tampoco, con
espacios públicos, convencionales y no convenciona-
les, de promoción del libro y la lectura. Su Biblioteca
Municipal «Jorge Basadre», anteriormente reconoci-
da como una de las mejores del país a escala distri-
tal, se encuentra venida a menos. En este contexto, la
cadena promocional del libro sufre la falta de varios
eslabones, entre ellos: editoriales, librerías, bibliote-
cas y lectores. Los pocos autores chupaquinos se ven
obligados a publicar sus libros en la ciudad de Huan-
cayo o incluso en Lima. En suma, su preocupante
nivel de desarrollo educativo y cultural no se condice
con su desarrollo económico y social.
Frente a esta realidad compleja, y a veces incom-
prensible, en 2015 surgió en Chupaca un incipiente
movimiento a favor de la promoción del libro y la
lectura, por iniciativa de un bibliotecario nacido en
el lugar y antiguo voluntario de su biblioteca mu-
nicipal. Con el correr de los años, aquel pequeño
movimiento fue afianzándose progresivamente, hasta
56
convertirse en lo que hoy es: una institución cultural,
formalmente constituida y con un programa de tra-
bajo orientado a concretar el ansiado sueño colectivo
de construir una comunidad de lectores con la parti-
cipación de la familia, la escuela, las bibliotecas y de-
más agentes de la comunidad. Entonces, como ahora,
ese fue el imperativo mayor que movió la conciencia
del primer grupo de bibliotecarios voluntarios reuni-
dos en torno a Achikyay.
Este artículo trata sobre Achikyay, su formación,
crecimiento y programa de actividades. Así pues, el
objetivo de este texto es alentar el nacimiento de
otros grupos que trabajen por la misma causa: la difu-
sión del libro, la lectura y las bibliotecas. No obstan-
te, cabe recalcar que, en este caso, Achikyay ha sido
pensado desde la visión del interior del país, desde
el mundo andino, como un proyecto esencialmente
descentralizado. Se trata, asimismo, de un colectivo
integrado por personas de diferentes carreras profe-
sionales —bibliotecólogos, bibliotecarios, profesores
de los distintos niveles educativos, comunicadores,
entre otros—, deseosas de aportar, con sus ideas, tra-
bajo y experiencias, a la materialización de ese gran
sueño colectivo que es, al mismo tiempo, susceptible
de ser replicado en otros contextos sociales y cultu-
rales.
57
1. Sobre Achikyay
Achikyay primero fue una idea, un bosquejo, y luego,
gracias a un puñado de idealistas que lo hicieron suyo,
un proyecto de equipo. La chispa inicial fue la observa-
ción de un problema público, como la inactividad de
la biblioteca municipal de Chupaca y la falta de otros
espacios públicos que alentaran la lectura, así como la
evidente indiferencia de la comunidad y de las autorida-
des frente a este problema. La intención no fue buscar
soluciones fáciles —como hacerle llegar a la autoridad
un pedido simple de reactivación de la Biblioteca—,
sino analizar detenidamente las causas, en un contexto
más amplio. El objetivo fue concebir y proponer medi-
das a mediano y largo plazo, pues el camino más corto
no siempre es el que conduce a una solución duradera;
por ello, se optó por otras rutas alternativas que, aunque
más tediosas o complejas, resultan finalmente las más
sostenibles en el tiempo, siempre y cuando la propia
comunidad sea su principal protagonista. Esta posición
es congruente con la misión de Achikyay: construir un
modelo de comunidad de lectores en la que confluyan
los esfuerzos de la familia, la escuela y la comunidad.
El nombre de la asociación proviene del vocablo que-
chua achikllay o achikyay, como se pronuncia un poco
más al sur, y hace referencia a ese primer resplandor del
58
día con el que la población de Chupaca, sobre todo la
campesina, inicia su faena diaria. Esas primeras luces
son las que iluminan el andar raudo, ya sea para regar
sus sembríos, cultivarlos, cosecharlos o simplemente
para emprender la jornada. Por esta razón, este es el
nombre que mejor respondía a los propósitos del co-
lectivo, sobre todo por su sentido de echar luz, median-
te la lectura, al camino de todos los que desean forjar
un mejor porvenir para su comunidad. Achikyalamun
suele decir el poblador andino, con optimismo, cuando
percibe que el camino se va aclarando con los primeros
rayos solares. Esta sensación es la que produce la lectura
en la vida de la gente, y no solo en la del ande. Es luz la
información, el conocimiento y la cultura, a los que se
accede mediante la práctica de esa habilidad. En sínte-
sis, Achikyay es claridad, luz, alborada de un nuevo día.
Los primeros miembros de la asociación fueron bi-
bliotecarios residentes en Lima que compartían el deseo
de descentralizar las actividades profesionales, concen-
tradas casi siempre en la capital. Para apuntalar mejor
los objetivos de la organización, fue indispensable que el
grupo viajara a Chupaca a conocer y a reconocer el me-
dio, a dialogar con los agentes clave de un proyecto cul-
tural: los profesores de todos los niveles educativos. Para
facilitar este proceso de diálogo, se realizaron pequeños
eventos —como seminarios y talleres de capacitación—,
59
lo que permitió el intercambio de ideas y de experien-
cias. Fue así como se logró reunir a personas realmente
interesadas en el tema y a nuevos socios locales, además
de identificar a instituciones como potenciales aliadas.
Después de la estrategia de organizar pequeños eventos
locales, se escaló a actividades de mayor participación y
envergadura, que implicaban la coordinación con diver-
sas instituciones locales, regionales y nacionales. Igual-
mente, se incursionó en certámenes internacionales,
cuya organización requiere mayores recursos. En ambos
casos se midió la capacidad de convocatoria de la na-
ciente institución.
El camino no fue fácil. Los miembros del equipo te-
nían que trasladarse necesariamente a la sede de Achik-
yay en Chupaca, lo que muchas veces implicó desafiar
los rigores del clima y las consabidas sorpresas de la na-
turaleza, sobre todo en las temporadas de lluvias. A ese
grupo se le debe el impulso inicial y la propuesta de pro-
yectos y actividades; es decir, las bases de la institución.
Posteriormente se fueron sumando nuevos miembros,
de Lima y de la misma localidad, con nuevas ideas y
propuestas derivadas de sus propias experiencias pro-
fesionales. Casi todos los que conformaban este nuevo
contingente provenían del ámbito de bibliotecas escola-
res o de centros dedicados a la promoción o mediación
de lectura, tema central de la agenda institucional. En
60
esta parte del camino fue crucial el importante apoyo de
nuestros asesores externos, todos ad honorem1
, así como
el establecimiento de alianzas con diversas instituciones
educativas, culturales y sociales, sobre todo locales2
.
Otra acción iniciada tan pronto se decidió crear la
asociación fue la construcción de su local institucional.
Luego de algunos años de trabajo sostenido se logró
erigir una pequeña pero acogedora sede que constituye
un centro académico y de divulgación de conocimien-
tos sobre la lectura y las disciplinas relacionadas con
este tema. Esta sede es y será siempre la casa de los
promotores de lectura, así como de quienes se animen
a integrarse al grupo o deseen visitar la institución.
Hoy en día se puede decir que, en gran medida,
Achikyay ya cuenta con el local que necesitaba para
cumplir con su misión, pues tiene una biblioteca es-
pecializada en lectura y temas afines, conformada por
1 Entre ellos, el doctor Nelson Rodríguez Trujillo, exdirector del
Banco del Libro de Venezuela, institución decisiva en el históri-
co desarrollo de las bibliotecas en ese país y en otros. Igualmen-
te, la bibliotecaria chilena Lucía Abello, incansable impulsora
de proyectos bibliotecarios y de lectura.
2 Como la Institución Educativa Excellentia, la Municipalidad
Provincial de Chupaca, la UGEL-Chupaca, el Instituto de
Educación Superior Pedagógico Teodoro Peñaloza, la Radio
Chupaca, entre otras.
61
libros, revistas y recursos digitales, destinados a inves-
tigadores, docentes y promotores de lectura en general.
Esta biblioteca se formó inicialmente con la colección
personal de su promotor, reunida durante su carrera
profesional. A ella se sumó luego la valiosa colección
de la bibliotecóloga Martha Fernández de López, ex-
directora de la Biblioteca Nacional del Perú, quien
encargó a sus hijos el destino que debían darles a sus
libros profesionales, cuidados por ella con tanto amor
y celo. En reconocimiento a este noble gesto y a su in-
desmayable trabajo en favor de las bibliotecas del país,
la biblioteca de Achikyay lleva su nombre. Actualmen-
te, proyectamos el crecimiento de esta biblioteca con
los aportes de colegas profesionales de todas partes, de
las instituciones académicas, sobre todo las escuelas de
Bibliotecología e instituciones dedicadas a la investi-
gación. Además, es necesario acopiar las experiencias
de fomento y promoción de lectura y para ello se tiene
previsto organizar un repositorio de experiencias, pro-
yecto propuesto en la primera reunión del colectivo,
en la sede de Achikyay, por la bibliotecóloga Jacqueli-
ne Medina, su primera socia.
La sede cuenta también con un ambiente para acti-
vidades académicas, como seminarios, talleres y cursos
de capacitación; y con un alojamiento para visitantes,
investigadores y mediadores, así como para volunta-
62
rios que decidan compartir sus experiencias o apoyar
las actividades de la institución. Achikyay, institución
formalizada como una asociación sin fines de lucro, se
enfoca en metas proyectadas a largo plazo, las que se
logran progresivamente, como una revolución silencio-
sa, paso a paso, como diría Basadre, «sin prisa, pero sin
pausa».
El volumen de actividades concretadas hasta el mo-
mento, varias de ellas con reconocimiento de la comu-
nidad, es prueba de que Achikyay se encuentra en el
rumbo correcto. Desde luego, todavía queda un gran
trecho que recorrer y muchas dificultades que superar,
pero con el espíritu de trabajo de sus miembros, el apo-
yo incondicional de sus aliados y el reconocimiento de
la comunidad, creemos que todo será posible. Por el
momento, aun en medio de la crisis, la mente y los bra-
zos de Achikyay no se detienen. Las líneas estratégicas
de trabajo orientan su accionar hacia la consecución de
sus metas y objetivos: el acceso a la información signifi-
cativa —como sostiene la IFLA—, el impulso de la in-
vestigación especializada, la promoción de la lectura en
los diferentes ámbitos de la comunidad, el fomento de
la formación y el desarrollo de capacidades, y la difusión
de experiencias y conocimientos, todo ello en un país
multicultural y plurilingüe como el Perú.
63
2. Observación y estudio del entorno
En paralelo a las actividades mencionadas, se avanzó en
la labor de observación de la dinámica de funcionamien-
to de las instituciones locales —desde las municipalida-
des distritales y educativas, hasta las comerciales—, para
identificar posibles espacios de lectura o simplemente
para recoger información relevante para el programa
de Achikyay. En algunos casos, se hicieron estudios ex-
ploratorios sobre los mecanismos de información más
utilizados por la población, en vista de la comprobada
ausencia de espacios públicos convencionales de acceso
a la lectura, como las bibliotecas. Todo ello, para dis-
poner de información confiable que sirva de sustento a
sus próximas actividades y proyectos, como se explicará
más adelante.
2.1. Situación de las bibliotecas en la provincia
Una de las primeras acciones de los promotores de Achi-
kyay fue visitar los nueve distritos3
de la provincia de
Chupaca con la finalidad de conocer la situación de sus
bibliotecas, sobre todo, de las bibliotecas públicas mu-
3 Chupaca (distrito capital), Ahuac, Chongos Bajo, Huáchac,
Huamancaca Chico, San Juan de Yscos, San Juan de Jarpa, Tres
de Diciembre y Yanacancha.
64
nicipales. Se comprobó que solo dos de ellos —Chu-
paca y Huáchac— contaban con biblioteca, aunque no
funcionando plenamente.
La Biblioteca Municipal «Jorge Basadre» de Chupa-
ca, creada en 1967, es un caso especial que justificaría un
estudio aparte pues, en sus primeras décadas de funcio-
namiento, fue considerada como la mejor biblioteca del
país en el ámbito distrital, por su organización, servicios
y gestión basada en el voluntariado. En virtud de ello
fue reconocida como Centro Coordinador del Sistema
Nacional de Bibliotecas, en el ámbito provincial, igual
que por Promolibro, por aquel entonces un programa
del Ministerio de Educación, que la tomó como una de
sus bibliotecas coordinadoras. Sin embargo, en 2015, si
bien aún contaba con personal, ya no tenía lectores a los
que atender, salvo los niños y los adolescentes que asis-
tían a su breve programa de vacaciones útiles, en enero
y febrero. Más tarde, la otrora prestigiosa biblioteca se
convertiría en un depósito de libros, muchos de ellos
desactualizados, ya casi sin actividades ni servicios regu-
lares, situación que sigue hasta ahora.
Una suerte parecida a la de Chupaca corría la bi-
blioteca del distrito de Huachac, que también tenía un
local propio denominado «Casa de la cultura y de la
juventud», construido con el aporte internacional del
proyecto español Altamiros. Al momento de la visita, su
65
colección de libros se encontraba sin uso, en completo
desorden, en un lugar poco visible y nada accesible para
los lectores. El espacio más amplio de la primera planta
se había convertido en una cabina pública de internet.
Visitas posteriores solo sirvieron para comprobar su
transformación en academia de preparación de jóvenes
en distintas disciplinas; y pocas relacionadas con las ac-
tividades de una biblioteca pública.
Años más tarde, en 2019, nos enteramos de un in-
teresante proyecto de biblioteca en la Municipalidad
Distrital de Ahuac, que aprovecharía el edificio que se
había construido durante gestiones anteriores en la pla-
za principal y que sería destinado a las instalaciones de
un centro cultural. Al saber que allí podría instalarse
una biblioteca pública, los docentes del Instituto Peda-
gógico «Teodoro Peñaloza» de Chupaca y los miembros
de Achikyay ofrecieron asesorar técnicamente al alcalde
para perfilar mejor la idea, con énfasis en la metodología
CLIA (Community-Library Inter-Action)4
, de la que se
hablará más adelante. Sin embargo, cuando terminó el
año no se tenían resultados concretos, salvo la habilita-
ción de una pequeña sala, en el propio palacio munici-
pal, para el servicio de biblioteca.
4 Inter-Acción Comunidad-Biblioteca.
66
Con todo, el panorama de las bibliotecas públicas
en la provincia no era nada alentador. En 2016, solo
el distrito capital, con su Biblioteca Municipal «Jorge
Basadre», participaba en el programa de incentivos con-
vocado por el Ministerio de Cultura y el Ministerio de
Economía y Finanzas, conocido como Meta 06.
En cuanto a las bibliotecas escolares, la situación no
era muy distinta. Algunas instituciones educativas de
nivel secundario contaban con bibliotecas y varias, con
personal responsable. Sin embargo, la mayoría se estaba
convirtiendo en depósitos de textos escolares que poco
aportaban a la formación de lectores. Las instituciones
educativas de nivel primario, como ocurre actualmente,
no contaban con biblioteca; por su parte, los módulos
de libros distribuidos por el Ministerio de Educación,
en la mayoría de los casos, los administraba el director
del plantel.
De todas las instituciones educativas, la excepción es
la biblioteca del Instituto Pedagógico «Teodoro Peña-
loza» de Chupaca, aunque en este caso tampoco había
logrado modernizarse, razón por la cual el número de
lectores que atendía no era significativo. Pero en 2019,
la biblioteca fue sometida a un proceso de renovación,
mediante la metodología CLIA. Con ello se iniciaron
diversos cambios, como la redistribución de espacios y
colecciones, así como la implantación del sistema de es-
67
tantería abierta para la atención al público y la automa-
tización de los procesos técnicos. Una particularidad del
proyecto fue la participación de profesores y estudiantes
en la decisión de estos cambios.
2.2. ¿Dónde y qué lee la población de Chupaca?
En un contexto como el descrito, sin bibliotecas ni es-
pacios públicos de lectura, la pregunta que había que
hacerse entonces era: ¿dónde y qué lee la población?
Para responderla se realizaron algunos estudios explora-
torios en busca de información que permitiera entender
el problema.
En primer lugar, se estudió el consumo de periódi-
cos. De acuerdo con las observaciones, sobre todo en
el medio urbano, se detectó que parte de la población
adquiere con frecuencia periódicos del día. En efecto, se
observó a las personas, especialmente adultas, hojeando
o leyendo diarios, en diferentes momentos y en distintos
lugares como parques, peluquerías, consultorios, restau-
rantes y otros espacios. Lo mismo ocurría en los puestos
de mercado y en los negocios, sobre todo cuando baja-
ba la demanda de compradores o en los momentos de
espera de algún servicio. Es decir, la falta de bibliotecas
y de servicio público de lectura se estaba supliendo, de
alguna manera, con el servicio alternativo de lectura de
diarios o periódicos.
68
Con el propósito de conocer mejor este fenómeno,
se decidió estudiar el expendio de periódicos en Chu-
paca. Según datos de 2017, cuando Chupaca contaba
con veinte mil habitantes, aproximadamente, la pobla-
ción consumía diariamente un total de 2379 unidades
de periódicos, algunos de circulación nacional y otros
impresos en la ciudad de Huancayo. La mayoría de los
diarios tenían un precio económico (0,50 o 0,70 soles);
los de circulación nacional y de mayor precio tenían una
menor demanda.
Con esta cantidad de diarios se atendía a cerca del
12% de la población del distrito. Sin embargo, se sabe
que un periódico, una vez adquirido, se lee en forma
compartida, cuando menos por tres personas, ya sea en
casa, en el negocio o en cualquier puesto de mercado.
Con esta consideración, el número de personas que leía
diariamente un periódico superaría el 30% de la pobla-
ción.
Adicionalmente a esta información cuantitativa, se
obtuvo, a través de los propios vendedores, otros da-
tos interesantes respecto al comportamiento de algunos
grupos de lectores. Por ejemplo, los jóvenes, en general,
preferían diarios deportivos, mientras que las personas
jubiladas, especialmente profesores, adquirían hasta
tres títulos de periódicos no deportivos, de preferencia
aquellos con páginas de entretenimiento, como cruci-
69
gramas. También se nos dijo que algunos pobladores
del campo —agricultores en su mayoría, con personal a
cargo— adquirían hasta ocho diarios de distintos títulos
para leer durante la jornada completa y probablemente
para compartir con algunos de sus trabajadores en los
momentos de descanso. Finalmente, los padres de fami-
lia, sobre todo los domingos, preferían los diarios con
suplemento, para apoyar a sus hijos en la solución de
sus tareas escolares. En cuanto a otro tipo de publica-
ciones periódicas, a través de las mismas fuentes se supo
también del consumo de algunos semanarios, principal-
mente regionales.
El citado estudio demostró que la población de Chu-
paca, como cualquier otra de la región, sí lee —en este
caso periódicos— y lo hace de manera frecuente. Y que,
si hubiera una o más bibliotecas activas en la ciudad,
que no solo ofrecieran lectura interna, sino que presta-
ran libros a domicilio, ello mejoraría la calidad y la can-
tidad de lecturas; incluso, sus usuarios tendrían acceso a
diarios y semanarios de Lima.
En segundo lugar, se llevó a cabo un estudio sobre el
papel de las cabinas públicas de internet. Se buscaba co-
nocer a los usuarios que utilizaban este tipo de servicios
y los motivos que los impulsaban a hacerlo, así como ex-
plorar si el auge de estos lugares significaba la negación
del papel que cumplen las bibliotecas.
70
Chupaca, no se sabe desde cuándo, experimentó la
proliferación de estas cabinas. Para un buen número de
personas, internet suple largamente los servicios de una
biblioteca, incluso para muchas autoridades municipa-
les. Y es probable que este pensamiento constituya una
de las principales causas de la subvaloración que sufren
hoy las bibliotecas y de la escasa atención que estas re-
ciben de las autoridades. Sucede que, en estos espacios,
ubicados muy cerca de sus casas, los usuarios de todas
las edades son atendidos rápidamente sin requisitos ni
mucho menos carné de lector. A ello se suma el amplio
horario en el que atienden, valor añadido que, muchas
veces, las bibliotecas no brindan.
El estudio se realizó sobre la base de unas cuarenta
cabinas, estratégicamente ubicadas en la plaza principal
y en otras arterias del cercado de Chupaca y barrios cir-
cunvecinos, muy cerca de las instituciones educativas.
Como en el anterior estudio, aquí también se utilizaron
encuestas y entrevistas y, a través de ellas, se acopió in-
formación relevante.
A la luz de la información recabada se puede deducir
que las cabinas públicas de internet no son la causa de
la inactividad de las pocas bibliotecas existentes o de la
disminución ostensible de sus lectores, sino más bien, su
consecuencia. Es decir, la poca atención que han recibi-
do las bibliotecas escolares y públicas por parte del Esta-
71
do les ha impedido modernizarse y satisfacer las necesi-
dades y expectativas de sus lectores, lo que ha generado
la expansión de las cabinas. Los pocos lectores leales que
quedaban de la biblioteca municipal han debido migrar
a las cabinas públicas de internet, donde ahora encuen-
tran la solución a sus necesidades de información, sin
restricciones ni contratiempos.
De otro lado, se evidenció que un considerable por-
centaje de ellos, sobre todo niños, adolescentes y jóve-
nes, no tienen recuerdos de haber asistido antes a una
biblioteca. Este grupo es el que se desenvuelve con total
normalidad en internet y en las redes sociales, e incluso
demuestra cierta autonomía y dominio de habilidades
en el uso de las diferentes funcionalidades del sistema.
Con todo, debemos admitir que el estudio realizado
no permitió conocer el verdadero impacto de internet
o de las cabinas en la actividad lectora de la población
escolar. Para ello es indispensable realizar otras inves-
tigaciones cuyos resultados seguramente ayudarían a
fortalecer y a mejorar el Plan Lector de las institucio-
nes educativas e, incluso, a rediseñar las bibliotecas, me-
diante la modernización de sus servicios de acuerdo con
las necesidades y la demanda de sus potenciales lectores.
Finalmente, el estudio reveló algunos aspectos in-
teresantes en relación con la forma en la que estos es-
pacios han pasado a suplir algunos de los servicios de
72
la biblioteca pública. Por ejemplo, que la mayoría de
los administradores de las cabinas ofrecen a sus usua-
rios orientaciones prácticas en cuanto al acceso y uso
de internet y otras herramientas tecnológicas, según sus
necesidades particulares. Es decir, de alguna forma, los
usuarios reciben lo que en el ámbito bibliotecológico se
denomina «alfabetización informacional». Este servicio,
que no tiene costo adicional, se ofrece igualmente a los
usuarios mayores que no están habituados totalmente a
las tecnologías de la información. Respecto a los moti-
vos por los que los usuarios iban a estos espacios, se ob-
servó que la mayoría lo hacía para satisfacer necesidades
de comunicación (a través de sus cuentas de correo y las
redes sociales); entretenimiento, sobre todo los escolares
que acudían en busca de juegos; y la búsqueda de infor-
mación para resolver problemas específicos relacionados
con tareas escolares o de investigación. Asimismo, un
buen número de cabinas reciben la visita frecuente de
profesores, quienes van para poder cumplir con algunas
tareas propias de su quehacer docente.
2.3. Plan Municipal del libro y la lectura
En 2017, la Municipalidad Provincial de Chupaca, de
acuerdo con la directiva de la Dirección del Libro y la
Lectura del Ministerio de Cultura, elaboró su «Plan Mu-
nicipal del libro y la lectura, 2017-2021», con la finali-
73
dad de impulsar la lectura mediante el recurso estraté-
gico de la biblioteca municipal, y con la participación
de diferentes actores de la comunidad, las entidades del
Estado, la sociedad civil y las organizaciones de base.
La elaboración del mencionado plan supuso contar
con información actualizada sobre las bibliotecas y los
distintos componentes de la cadena del libro y, a partir
de esa realidad, se plantearon diversas actividades de
promoción y fomento de la lectura en los diferentes
ámbitos de la comunidad. Un componente central del
referido plan era, como corresponde, la reorganización
y modernización de la Biblioteca Municipal «Jorge Ba-
sadre», con participación de la comunidad.
Desafortunadamente, luego de su aprobación me-
diante una ordenanza municipal, el plan no fue im-
plementado. En consecuencia, la situación deficitaria
descrita se mantiene, tanto de la biblioteca municipal
como en las bibliotecas escolares.
Todo hace pensar que la crisis que atraviesan las bi-
bliotecas de Chupaca no es algo particular sino más
bien un problema que afecta a todo tipo de bibliote-
cas, principalmente a las públicas municipales que, se-
gún los datos del INEI de 2017, están experimentan-
do una notable disminución en relación con los años
recientes. Naturalmente, frente a una etapa regresiva,
profunda y compleja, se requerirá un plan integral que
74
exceda a la sola asignación presupuestal para adquirir
libros. Deberá examinarse antes el propio modelo de
biblioteca vigente, que se ha pretendido generalizar en
todas las comunidades, sin un previo análisis del con-
texto social y cultural y, lo que es igualmente grave, sin
la participación de la comunidad de usuarios.
En concreto, el mencionado plan ya no es una he-
rramienta capaz de posibilitar el renacimiento de la bi-
blioteca municipal y la creación de otros espacios con-
vencionales y no convencionales de acceso al libro, la
lectura y la cultura. Aún en estas circunstancias, es pre-
ciso señalar las acciones perentorias que deben ponerse
en marcha; por ejemplo, la recuperación de todos los
ambientes de su actual local y proponer su completa
refacción. Otra de las acciones más importantes que
deben marcar el punto de inflexión entre lo que fue y
lo que debe ser en materia de biblioteca es la definición
del nuevo modelo de biblioteca pública, basado en las
necesidades y en las expectativas de la comunidad. En
un contexto por demás complejo —no solo por la pan-
demia, sino por el largo tiempo de inacción—, la bi-
blioteca municipal de Chupaca necesitará igualmente
la orientación y el efectivo apoyo de los organismos
especializados del Estado.
75
3. Programa de actividades de promoción y fo-
mento de la lectura
Lo que viene enseguida es un recuento de las principales
actividades de promoción de la lectura que Achikyay or-
ganiza periódicamente y que han generado valiosas ex-
periencias, muchas de ellas, susceptibles de ser compar-
tidas o transferidas a otros contextos o realidades. Estas
son, en cierta forma, evidencias de su progresiva con-
solidación como institución y como una sociedad civil
empeñada en contribuir a la promoción de la lectura en
la región central del país, gracias al invalorable traba-
jo de sus miembros, al apoyo incondicional de diversas
instituciones aliadas, y al respaldo y reconocimiento de
la propia comunidad.
3.1. La maratón de lectura
La maratón de lectura es una jornada pública de lectu-
ra con un determinado número de horas de duración,
llevada a cabo por personas de diferentes edades y ocu-
paciones, organizadas en grupos. El objetivo principal
de esta actividad es sensibilizar a la población sobre la
importancia de la lectura y la necesidad de promover su
práctica en la familia, la escuela y en otros espacios de
la comunidad.
76
La primera maratón de lectura organizada por Achi-
kyay, denominada «Chupaca, comunidad de lectores
que progresa», tuvo lugar en la plaza principal de la pro-
vincia el 23 de abril de 2016, fecha declarada por la
Unesco como el Día Mundial del Libro y del Derecho
de Autor. La convocatoria fue impresionante y se logró
cumplir con las diez horas de duración previstas. Fue la
primera y gratificante experiencia de promoción de lec-
tura que, de inmediato, dio pie a pensar en las siguien-
tes versiones. Esta iniciativa ya va por su quinta versión
y constituye parte del calendario de actividades de la
municipalidad y de otras instituciones locales, como la
UGEL.
Como resultado de todas sus versiones, actualmente
la maratón de lectura cuenta con bases metodológicas
ya concordadas por el comité organizador. Estas son las
que orientan su organización, desarrollo y evaluación,
edición tras edición. En principio, el comité organiza-
dor es el que se encarga de conducir toda la actividad,
su dinámica y la logística. Por su naturaleza educativa,
es importante que en cada edición de la maratón se in-
troduzcan algunas variantes, sobre todo aquellas que
conciten el interés de sus potenciales participantes, por
ejemplo, en lo relacionado con los temas de lectura, la
presentación de los grupos, los estímulos que deben en-
77
tregarse a los participantes —tanto en forma individual
como institucional—, entre otros aspectos.
Los resultados de las cuatro últimas ediciones son
alentadores, tanto por la diversidad y el número de
instituciones participantes, como por la calidad de
lecturas y la presentación de actividades complementa-
rias (como la musicalización y teatralización de las lec-
turas). Así, la maratón de Chupaca, como se la conoce
ahora, ha evolucionado hasta convertirse en una verda-
dera fiesta del libro y en un espacio de reconocimiento y
de valoración social de la lectura por parte de la comu-
nidad. Su duración supera ya las doce horas continuas
y en los próximos años seguirá creciendo y mejorando,
gracias al esfuerzo de los propios lectores, que son final-
mente sus protagonistas.
3.2. Seminarios y talleres
Desde sus inicios, Achikyay ha realizado diversas activi-
dades, algunas de ellas fundamentales en su progresivo
posicionamiento, porque estuvieron dirigidas a abordar
temas que interesaban sobre todo a los docentes. Con ello
se promovió el diálogo, el intercambio de experiencias y la
propuesta de soluciones.
La primera actividad académica organizada por la insti-
tución fue el I Seminario Taller de Promoción de Lectura:
78
construyendo una comunidad de lectores, desarrollado en
marzo de 2016, con el objetivo de fomentar actividades
de promoción y comprensión lectora en las instituciones
educativas de la región central y, complementariamente,
difundir experiencias relevantes en el ámbito escolar, tanto
de la región como de Lima.
Ese mismo año, en setiembre, se llevó a cabo el Semi-
nario Internacional sobre Promoción de Lectura: nuevos
enfoques y desafíos, en la ciudad de Huancayo. Con este
evento se buscó, además de reflexionar sobre las nuevas
tendencias en promoción de la lectura, divulgar experien-
cias exitosas en el país y en el extranjero. Se buscó también
insertar en el debate los temas relacionados con la influen-
cia que ejercen la familia, la escuela y la comunidad en la
promoción y la práctica de la lectura. Las ponencias de los
expositores nacionales y extranjeros se centraron en los pla-
nes nacionales de lectura, las experiencias en promoción de
lectura desde las bibliotecas públicas y escolares, así como
en los proyectos de lectura en áreas rurales y zonas de ries-
go; además, hubo talleres especializados5
.
5 Para la realización de estos talleres fue fundamental el apoyo
de muchas personas. En el plano internacional, Nelson Ro-
dríguez, experto en lectura y director de Psicoconsult, en Pa-
namá; Lucía Abello y Paola Zúñiga, experimentadas biblio-
tecólogas de Chile; Luiza Monteiro Soares, Patricia Lacombe
y a María Soares, todas ellas expertas en proyectos sociales en
Brasil. En el plano nacional, Milagros Saldarriaga, directora
79
Tres años más tarde, en noviembre de 2019, tuvo lugar
en Chupaca el II Encuentro Nacional de Biblioteca Escolar
y Lectura: experiencias y propuestas para construir una co-
munidad de lectores, evento que tomó la posta de los orga-
nizadores del primer encuentro realizado un año antes en
la ciudad de Arequipa. Esta actividad contó con destacados
ponentes nacionales y extranjeros, lo que enriqueció el te-
mario. Entre los asistentes hubo delegaciones de Arequipa,
Lima, Huánuco, Cajamarca y una nutrida participación
de docentes de las instituciones educativas de la UGEL de
Chupaca.
A estos encuentros se suman diversos talleres y capacita-
ciones organizadas por la asociación, entre los que destacan
un taller editorial para contribuir a mejorar los proyectos
de edición; las Jornadas de colaboración en Bibliotecología
(Yanapanakusun), con participación de bibliotecólogos y
bibliotecarios del centro del Perú, como una modalidad de
de la Casa de Literatura de Lima; Liubenka Obranobich, de
CEDRO; los profesores Renzo Pérez, César Cóndor y Kiko
Astete, exitosos líderes al frente de las instituciones educativas
de Chupaca; y Gabriela Tenicela e Isbel García, jóvenes im-
pulsoras de proyectos de promoción de lectura en zonas vul-
nerables de Piura y Lima, respectivamente. Finalmente, fue
decisivo el apoyo permanente de Cecilia Justino, directora de
la biblioteca de la Universidad Continental de Huancayo, al
programa de talleres especializados, programados como parte
de este evento.
80
capacitación en el trabajo, que ayudó también a la organi-
zación técnica de la biblioteca especializada de Achikyay;
y los talleres de capacitación para el personal de bibliote-
cas escolares y los talleres demostrativos de mediación de
lectura, con madres de familia y con niños para afianzar
la identidad cultural. Con todo, tenemos como objetivo
pendiente divulgar las experiencias y los conocimientos
expuestos y generados en cada uno de estos espacios for-
mativos y, por ello, estamos trabajando en la mejora del
equipamiento técnico y tecnológico de nuestra biblioteca
especializada, que es la depositaria de todo ese bagaje.
3.3. Proyectos en curso y en cartera
Entre los proyectos en curso destaca «Libros vivientes», que
surge de la necesidad de registrar, documentar, preservar y
difundir muchos conocimientos de la comunidad que, a
pesar de su enorme importancia, se encuentran solo en el
ámbito oral, razón por la cual corren el riesgo de perderse
irremediablemente. La puesta en valor de estos saberes es
urgente pues inciden en la formación de la identidad cul-
tural y en el desarrollo del sentido de pertenencia de sus
habitantes. Por esta razón, Achikyay, en coordinación con
profesores de Chupaca y amigos de la institución, elaboró
el proyecto desde la perspectiva de la biblioteca pública, de
su plan de recuperación de la memoria oral y del fomento
81
de la lectura, que es parte de sus funciones, tal como lo se-
ñala el propio Manifiesto de la Unesco sobre la Biblioteca
Pública. Así concebido, el proyecto evidencia avances en
cuanto a diseño y metodología, a partir de su aplicación en
la provincia de Chupaca, así como en otras realidades (Ver
Anexo N°1).
El producto final de este proyecto podrá tener dife-
rentes presentaciones, ya sea como material audiovisual
(CD, DVD) o como material impreso (libro, folleto,
etcétera). Un subproducto debería ser un directorio de
libros vivientes de la comunidad, además del catálogo
en el que aparezca cada uno de los personajes. De este
modo, si los investigadores o los lectores que frecuentan
la biblioteca pública, luego de consultar un documen-
to de alguno de los libros vivientes que figuran en el
catálogo, se interesan en conocer al personaje, puedan
entablar un diálogo directo con él, para complementar
la información registrada.
Una vez concluido el proceso de recuperación de la
memoria oral, corresponderá al bibliotecario completar
las demás tareas inherentes al quehacer bibliotecológico,
que deberá incluir medidas de preservación y conserva-
ción, previas a su difusión y puesta en servicio, razón de
ser de la biblioteca.
Otra iniciativa en curso es el ya mencionado Pro-
yecto CLIA. Entre 2018 y 2019, a instancias de Ana
82
María Talavera, decana del Colegio de Bibliotecólogos
del Perú, y de Clara Chu, de la Mortenson Center for
International Library Programms (EE.UU) y coordina-
dora del programa CLIA (Community and Library In-
ter Action), Achikyay tuvo la oportunidad de participar
en los proyectos CLIA-Iberoamérica, desarrollados por
Colombia, Costa Rica y Perú.
CLIA, en esencia, es una metodología que tiene la
virtud de buscar y encontrar soluciones innovadoras a
problemas de una biblioteca pública, con participación
de los propios lectores y los miembros de la comunidad.
De ahí que la fórmula en la que se basa sea la interacción
entre la biblioteca y su comunidad.
Achikyay, en alianza con el Instituto Superior de
Educación Superior Pedagógico «Teodoro Peñaloza» y
la Biblioteca Municipal «Jorge Basadre», logró formular
tres pequeños proyectos, en escenarios diferentes de la
provincia. El primero está relacionado con la biblioteca
municipal, para reactivar sus servicios con la participa-
ción de jóvenes músicos del lugar. El segundo, propues-
to por el mencionado instituto superior, para replantear
la distribución de espacios de su biblioteca y modernizar
su sistema de atención al público para extender sus ser-
vicios a la comunidad, con participación de los direc-
tivos, los docentes y el alumnado. Un tercer proyecto
fue presentado por el mismo centro de estudios, para
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UNA SILENCIOSA REVOLUCIÓN

  • 1.
  • 2.
  • 3. César Castro UNA SILENCIOSA REVOLUCIÓN Experiencias de promoción de lectura en la región central del Perú
  • 4. Una silenciosa revolución. Experiencias de promoción de lectura en la región central del Perú © César Castro © Biblioteca Nacional del Perú Av. De la Poesía 160 www.bnp.gob.pe Jefe Institucional de la Biblioteca Nacional del Perú Ezio Neyra Magagna Directora de la Dirección de Acceso y Promoción de la Información Fabiola Vergara Rodríguez Jefa del Equipo de Gestión Cultural, Investigaciones y Ediciones Kristel Best Urday Edición: Gracia Angulo Diseño de línea gráfica: Rodolfo Loyola Diagramación: Karina Haro Corrección de estilo: Sandra Arbulú Primera edición: noviembre de 2020 Tiraje: 1,000 ejemplares Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº2020-08147 ISBN 978-612-4045-50-9 Castro Aliaga, César, 1947- Una silenciosa revolución : experiencias de promoción de lectura en la región central del Perú / César Castro.-- 1a ed.-- Lima : Biblioteca Nacional del Perú, 2020. 100 p. : il. col. ; 18 cm.-- (Lectura, biblioteca y comunidad) Bibliografía: p. 49-52. D.L. 2020-08147 ISBN 978-612-4045-50-9 1. Promoción de la lectura - Ensayos, conferencias, etc. 2. Promoción de la lectura - Perú - Junín - Estudio de casos. 3. Lectura I. Biblioteca Nacional del Perú II. Título III. Serie BNP: 2020-034 BNP-DGC 028 C356
  • 5. 5 *** La colección Lectura, Biblioteca y Comunidad nace con el objetivo de promover la reflexión en torno a la lectu- ra como práctica sociocultural, a las bibliotecas como espacios de encuentro que posibilitan el desarrollo y a las políticas públicas que inciden en el gran ecosistema formado por las bibliotecas, la lectura, la escritura, el libro y el acceso a la información. En esta colección se publicarán conferencias, ensayos, entrevistas, conversa- ciones, entre otros textos, de investigadores e investiga- doras y profesionales de reconocida trayectoria. De esta manera, la Biblioteca Nacional del Perú espera contri- buir a la reflexión y a la generación de conocimiento sobre prácticas y espacios que son de gran valor para la construcción de una ciudadanía crítica y de una socie- dad democrática.
  • 6. 6 Lectura, Biblioteca y Comunidad busca propiciar el diálogo y el encuentro a través de miradas que recogen y trascienden lo local y nos llevan a reconocer experien- cias e iniciativas exitosas que evidencian la manera en que las bibliotecas son instituciones transformadoras que pueden llegar a ser verdaderos motores de desarrollo de las comunidades a las que atienden.
  • 7. 7 Sobre este libro «Una silenciosa revolución» Experiencias de promoción de lectura en la región central del Perú «La asociación Achikyay: Un sueño y un proyecto para construir una comunidad modelo de lectores» Anexos Índice 9 13 53 89
  • 8. 8
  • 9. 9 Sobre este libro1 El presente volumen describe, por un lado, una estrate- gia de promoción de la lectura denominada «30 minu- tos de oro para leer en familia». En palabras del autor, se trata de una iniciativa que logró vincular la experiencia educativa escolarizada con la vida familiar y comunita- ria, al convertir a la lectura en un espacio de reunión familiar y en una actividad que articuló a diversas co- munidades andinas de la región Junín, ubicada en la región central del Perú. En esta experiencia, César Castro encuentra el posi- ble germen de una revolución social en tanto el acceso a la información, el conocimiento y la cultura por parte de familias y comunidades del entorno rural, poco fa- miliarizadas con estas herramientas, ha contribuido al 1 Nota de la editora: en este libro optamos por usar el género masculino como forma no marcada para referirse a personas de distintos géneros. Esta decisión se basa solo en la necesidad de simplificar las estructuras utilizadas con el fin de construir un discurso comprensible y garantizar su lectura fluida. La Bi- blioteca Nacional del Perú asegura que esta opción lingüística considera la diversidad de género y valora la importancia del lenguaje inclusivo.
  • 10. 10 progreso personal, familiar y colectivo de los entornos en los que se ha desarrollado. Este sentido transforma- dor de la estrategia descrita es el que lleva al autor a definirla como una «silenciosa revolución de la lectura», expresión acuñada por el historiador colombiano Jorge Orlando Melo, en un artículo publicado en 2004, al referirse al movimiento que por aquel entonces se estaba gestando en Colombia en materia de lectura. Así como en el vecino país, el entusiasmo y la dedicación de los docentes, padres de familia y estudiantes de la región por poner a la lectura en un lugar central de su vida cotidiana ha permitido alcanzar valiosos objetivos y una sustancial mejora en las habilidades comunicativas, no solo del alumnado, sino de todo el entorno social. Por otro lado, el autor presenta a la asociación de la que forma parte, Achickyay, y narra los ideales que fundamentaron su origen, así como las distintas estrate- gias y actividades que este colectivo ha impulsado en la región central del país desde su fundación en el 2015. A través de la caracterización y sistematización de los aportes de la citada experiencia, y de las actividades de- sarrolladas por Achikyay, Castro nos invita a reflexionar sobre la importancia de buscar soluciones creativas al problema del acceso al libro y la lectura, así como la de considerar la necesaria adecuación que deben tener las distintas estrategias y actividades al entorno social y cul-
  • 11. 11 tural en el que se inscriben. De la atención que se brinde a estas consideraciones dependerá el impacto positivo y «revolucionario» de las estrategias de promoción de la lectura en la vida de las comunidades en las que se desarrollan.
  • 12. 12
  • 13. 13 «Una silenciosa revolución» Experiencias de promoción de lectura en la región central del Perú Las discusiones y las reflexiones en torno a la lectura en el Perú suelen asociarse a ciertos hechos recurrentes, como la publicación de resultados de la prueba PISA o la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE). Ambos informes suscitan diversos comentarios; algunos atribu- yen los lentos progresos en lectura de los estudiantes a los profesores, a la escuela y a su deficitaria infraestruc- tura bibliotecaria; y otros, a los medios de comunica- ción y a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, estos comentarios no trascienden la coyuntura que los des- pierta y, pasados unos días, la preocupación por el nivel de compresión de lectura de niños y jóvenes se diluye. Asimismo, muchas de estas reflexiones se concentran en los docentes y en los expertos, cuando deberían generar inquietud en la ciudadanía en general pues, querámoslo o no, el problema de la lectura atañe a todos. Como sostiene Carmen Pérez-Lanzac (22 de mayo de 2020), la lectura es una capacidad humana que debe
  • 14. 14 ser ejercitada permanentemente para que no se pierda. Además, cuanto más temprano se inicie ese ejercicio, más temprano ocurrirá también la esperada conexión del niño con la lectura, y se hará sostenible en el tiem- po. Es decir, una vez formado el «cerebro lector» en los primeros años, el ser humano se relacionará mediante la lectura, de manera constante y fecunda, con un univer- so ilimitado de conocimientos. De ahí que intelectuales peruanos, como Jorge Basadre, Mario Vargas Llosa, Ju- lio Ramón Ribeyro, entre muchos otros, atribuyan su vocación por la lectura al temprano influjo de sus pa- dres y a la existencia de una biblioteca familiar. Así, es innegable que una sincera y perdurable amistad con los libros y la lectura es aquella que se inicia en el hogar y se fortalece en la escuela. Por eso, señalar a la escuela como la única responsa- ble del bajo nivel de lectura que acusan los estudiantes peruanos no es del todo justo. Desde luego, no debe minimizarse su importante y a veces decisivo papel, es- pecialmente en las zonas rurales donde las familias no reúnen las condiciones materiales ni educativas para in- centivar el desarrollo y la práctica de la lectura de sus hi- jos. Sin embargo, la adquisición del hábito de la lectura es un proceso cognitivo y emocional (Rodríguez, 2016), en el que intervienen diferentes factores y actores: la fa- milia, la escuela y el entorno social.
  • 15. 15 Ahora bien, es sabido que la escuela, sobre todo la pública, presenta múltiples carencias materiales y con- ceptuales. Una de ellas es la escasa valoración que se asigna a la biblioteca y al bibliotecario escolar, dos ele- mentos imprescindibles si se quiere ofrecer al estudiante un entorno idóneo para la práctica de la lectura, práctica constante y progresivamente exigente que, ciertamente, la escuela está obligada a incentivar. A pesar de todos los inconvenientes descritos, desde siempre, incluso en los lugares más alejados y recóndi- tos del país, hay esfuerzos plausibles de promoción de la lectura, impulsados generalmente por iniciativa de ingeniosos profesores. Desafortunadamente, estas expe- riencias son poco difundidas y menos aún reconocidas por el sistema educativo, por lo que muchas veces se quedan confinadas, olvidadas y truncas, no obstante, su originalidad y valor formativo. Precisamente, este artículo tiene el propósito de reva- lorar dos experiencias desarrolladas en torno al proyecto «30 minutos de oro para leer en familia», una estrate- gia de promoción de lectura dispuesta por la Dirección Regional de Educación de Junín, como parte del Plan Lector. Se trata de iniciativas llevadas a cabo por institu- ciones educativas de las comunidades de San Pedro de Sulcán y de San Blas, ambas pertenecientes al ámbito
  • 16. 16 de acción de la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) de Chupaca. 1. Entorno social de las experiencias Las experiencias que se detallarán en este artículo se de- sarrollaron en dos comunidades campesinas enclavadas en los andes centrales del Perú, entre los 3500 y 3900 m.s.n.m. Como es evidente, ambas arrastran desventajas históricas en cuanto a servicios básicos e infraestructura, y no cuentan con ningún tipo de espacio público de lectura o de información. Hasta estos pueblos no llegan vendedores de diarios y revistas ni mucho menos de li- bros. En suma, la cultura escrita no ha logrado penetrar totalmente en la vida de estas comunidades (Aguirre y Salvatore, 2018, p. 25). A pesar de los inconvenientes señalados, los habitan- tes de esta zona se caracterizan por ser incansables lucha- dores que buscan superar los graves problemas sociales y económicos que les agobian, y por poseer un invaluable patrimonio cultural inmaterial conformado, entre otras cosas, por sus conocimientos y saberes originarios que son, en gran medida, los que inspiran y orientan sus actividades cotidianas. Ellos son conscientes del impor- tante papel que juega la escuela en la formación de sus hijos y por ello están dispuestos a apoyarla de las más
  • 17. 17 diversas formas posibles, incluso involucrándose en las propias acciones educativas. Cabe resaltar que este espí- ritu participativo en favor de la lectura no es exclusivo de las dos instituciones educativas a las que haré referen- cia, sino que es un atributo que caracteriza a la mayoría de los pueblos y las escuelas de esa zona2 . En cuanto a las actividades de subsistencia de las fa- milias, la mayoría de ellas se dedica a la agricultura y a la ganadería tradicionales, sin mayor apoyo técnico ni financiero. Asimismo, enfrentan problemas de salud por falta de agua y desagüe, así como un persistente y ele- vado índice de analfabetismo con mayor incidencia en las mujeres. Los niños padecen desnutrición, anemia y las familias, en general, no están exentas de situaciones de violencia. Lo anterior es solo una somera descripción de la rea- lidad social y cultural de las comunidades en las que 2 En diciembre de 2012 el diario El Comercio dio cuenta de unas jornadas de lectura denominadas «Padres que leen, niños que leen», en la zona de Nor Yauyos Cochas, en las que participa- ron padres de familia de seis comunidades campesinas. Lo más llamativo de esta experiencia fue que ellos, junto con sus hijos, habían leído por varios meses y rindieron exámenes de cono- cimientos de comprensión lectora, propiamente. El programa de lectura, según la nota periodística, lo dirigía el profesor Ed- mundo Ravichagua.
  • 18. 18 discurren las dos experiencias de promoción de lectura que se exponen en este artículo. 2. Pertinencia de las estrategias y los materiales de lectura para la comunidad Uno de los errores del sistema educativo en general y de los planes y programas de lectura en particular ha sido normar ambas acciones, aun en sus especificidades, desde Lima. Esta política centralista no ha permitido que se promuevan estrategias de cambio o de renova- ción desde las bases de la educación, de las instituciones educativas y de las propias comunidades, en función a su realidad social, cultural y lingüística. Las experiencias de promoción de lectura que se exponen en este libro responden precisamente a un enfoque distinto, descen- tralizado e intercultural pues, aunque ellas son resulta- do de normas emitidas desde una instancia intermedia del sistema educativo, la estrategia en sí fue concebida y desarrollada por docentes de base, a partir de la obser- vación de problemas cotidianos en el aula, la familia y la comunidad. Tal vez sea temprano para anunciar los éxitos de las estrategias de promoción de lectura aquí expuestas, pero los resultados obtenidos hasta el momento demuestran su correspondencia con las necesidades de la comuni-
  • 19. 19 dad o, en todo caso, su flexibilidad para ser adaptadas a cada realidad. Igualmente, se podrá apreciar, casi como un clamor de quienes las han aplicado, manifestada con espíritu crítico pero constructivo, la necesidad de pro- veer a las instituciones educativas de material de lectura pertinente a las comunidades de las que forman parte, que son los que convocan con mayor facilidad el interés no solo de los estudiantes sino de los padres de familia y, cómo no, de los profesores. Y en materia de promoción de lectura, se sabe que la pertinencia del libro para el mundo del lector es clave para lograr ese primer y acaso definitivo «enganche» con la lectura. Todo esto es parte de la literatura sobre el tema, incluso de las propias nor- mas educativas que señalan la necesidad de adecuarlas a las distintas realidades. A pesar de las recomendaciones en este sentido, los otros órganos del sistema educati- vo suelen resistirse a flexibilizar su decisión a la hora de aplicarlas de acuerdo con las características sociales y culturales de su zona. En educación, igual que en la promoción de la lectu- ra, quizá deberían recordarse ahora viejos pero efectivos esquemas de aprendizaje que, cual círculos concéntri- cos, parten del entorno más inmediato del lector, que es su familia, su escuela y su comunidad, y luego se van abriendo progresivamente a horizontes más amplios, hasta el infinito. Es decir, es tiempo de recordar al padre
  • 20. 20 Gustavo Gutiérrez y a su memorable expresión: «Mi- sión local y visión global», para aplicarla a la promoción de la lectura, en un país tan diverso como el Perú. 3. «30 minutos de oro para leer en familia»3 Los orígenes de la estrategia de promoción de la lectura denominada «30 minutos de oro para leer en familia» se remontan a 2012. En aquel año, Dennis Mucha Mon- toya4 , a la sazón profesor de la Institución Educativa Antonio Raimondi de la provincia de Satipo, en la re- gión Junín, junto con sus colegas de la escuela, luego de 3 Se agradece a los siguientes profesores y miembros de la comu- nidad que han ofrecido su valioso testimonio sobre la aplicación de «30 minutos de oro para leer en familia»: Ever Hinostroza, especialista del Área de Comunicaciones de la UGEL de Chu- paca; Dennis Mucha, Jefe de Gestión Educativa de la UGEL de Jauja; Lizet Ramírez, directora de la IE San Pedro, de San Pedro de Sulcán; Norma Adela Diestra, directora de la escuela de San Blas, Chambará. Del mismo modo, a Susy Baquerizo, madre de familia de la escuela de San Blas. 4 Profesor de Matemáticas, natural de la provincia de Jauja, re- gión Junín. De larga y prolífica trayectoria profesional como docente y funcionario. Convencido de la viabilidad de la estra- tegia y del impacto positivo en la educación, difunde y promue- ve la aplicación de «30 minutos de oro para leer en familia» en las instituciones educativas de la región.
  • 21. 21 analizar los resultados negativos obtenidos por su plan- tel en las pruebas ECE de ese y otros años, entendió que una de las principales causas del problema en cuestión era el bajo nivel de comprensión lectora de los estudian- tes. Frente a ello, y tras varias jornadas de discusión en busca de una solución, acordaron implementar una es- trategia basada en el mejor aprovechamiento del tiempo libre de los estudiantes. Para ello, diagnosticaron qué tipo de actividades realizaban los alumnos habitualmen- te después de las jornadas diarias de clases, a partir de lo cual llegaron a recabar la información que se detalla en la siguiente tabla: Tabla 1 Tipo de actividades y tiempo libre de estudiantes Actividades N.° horas % Ver televisión 4 40 Jugar con amigos 2 20 Jugar en computadora 2 20 Hacer tareas escolares 1 10 Ayudar a los padres 1 10 Total 10 100 Fuente: elaboración propia del equipo de profesores de la I. E. Antonio Raimondi de Satipo, Junín.
  • 22. 22 Posteriormente, después de analizar los datos de la mencionada tabla y compulsar otros factores, los profe- sores acordaron añadir a esa variada gama de actividades extraescolares de los estudiantes la actividad de lectu- ra en casa, con una duración diaria de treinta minutos, bajo la supervisión de los padres de familia. Ese tiempo representaba apenas el 0,5% del total de las horas fuera de clases de los estudiantes y, por tanto, la propuesta era viable. Así nació, en una institución educativa del centro del Perú, la exitosa estrategia de promoción de lectu- ra que entonces se denominó «Media hora de lectura para aprovechar el tiempo libre del estudiante», y que se replicaría en otras escuelas de la misma región. Mien- tras tanto, el profesor Mucha y sus colegas, estimulados por los primeros resultados de la estrategia, continuaron difundiéndola en las diferentes provincias y ciudades, como Jauja, Tarma y otras, hasta llegar a la propia Di- rección Regional de Educación de Junín, entidad que acogió la propuesta y la volcó en sus directivas vincula- das con el Plan Lector, con la denominación «30 minu- tos de oro para leer en familia»5 . 5 Consultar la Directiva N°023-2017-DREJ-DGP-EES. La de- nominación final de la estrategia incluye el valor intrínseco del tiempo (al equipararlo al oro, el metal más preciado), que debe ser considerado como tal y, por tanto, aprovechado en forma
  • 23. 23 La UGEL de Chupaca haría lo propio dos años des- pués, en 2019, con énfasis en varios de los objetivos de la estrategia, en especial aquellos relacionados con la participación de la familia en el mejor uso del tiempo libre y el desarrollo de acciones significativas desde el hogar, con la finalidad de elevar el nivel de lectura no solo de los estudiantes, sino también de los padres de familia6 . En la región Junín, «30 minutos de oro para leer en familia» constituye una estrategia orientada a fortale- cer el Plan Lector de las instituciones educativas jun- to con otras sugeridas por el Ministerio de Educación, como el «Festival de la lectura» o la «Fiesta del libro», las «Bibliotecas ambulantes o itinerantes» y las «Tertulias literarias». Como se puede advertir, las normas educativas espe- cíficas sobre promoción de la lectura, desde la instan- cia superior donde son concebidas —la sede central del Ministerio de Educación— hasta el escenario concreto de su aplicación, que son las instituciones educativas, siguen un largo y tedioso recorrido, sin sufrir, muchas veces, mayores adecuaciones, como debería ser. Por ello, resulta plausible que una instancia intermedia como la óptima por todos, en especial por los estudiantes. 6 Consultar la Directiva N° 007-2019-AGP-UGEL-Chupaca
  • 24. 24 Dirección Regional de Educación de Junín haya aco- gido y luego incorporado en sus normas sobre el Plan Lector una estrategia surgida en las bases del sistema educativo para hacerla extensiva a todas las instituciones educativas de su jurisdicción. Un elemento político que de algún modo pudo ha- ber favorecido la difusión y la aplicación de esta estra- tegia ha sido una disposición emitida por el Gobierno Regional de Junín —algo inusual en otras regiones del país—, en la que se declara de interés público y priori- dad regional la participación de los padres de familia en la vida académica de sus hijos para elevar la calidad de su rendimiento académico7 . Con todo ello, en el caso de la región Junín, podría decirse que la articulación entre las diferentes instancias del Estado peruano —primero el Ministerio de Educa- ción, luego el gobierno regional y los niveles interme- dios, como la Dirección Regional de Educación y las Unidades de Gestión Educativa Local, hasta las insti- tuciones educativas de base y las comunidades educati- vas— hizo posible la exitosa aplicación de la estrategia y sus resultados. Respecto de los objetivos de la iniciativa descrita cabe señalar que, desde sus inicios, buscó asegurar que 7 Consultar O.R. N°363-2016/GRJ-CR
  • 25. 25 los estudiantes leyeran más en casa y, por ende, apro- vecharan eficazmente su tiempo libre con apoyo de los padres, madres o apoderados (Mucha, 2020). La UGEL de Jauja, mediante directivas y normas institucionales, apuntaba también al cambio actitudinal de la comu- nidad respecto a la lectura; esto es, a la formación de una cultura lectora en el hogar, mediante la promoción de los valores de solidaridad, responsabilidad, respeto y honestidad, para construirse como personas libres que ejerzan una ciudadanía plena, propositiva, proactiva y con un mejor conocimiento del mundo8 . Por su parte, la Dirección Regional de Educación de Junín, mediante el conjunto de actividades enmarcadas en el Plan Lector, consignaba como objetivo fomentar e implementar el hábito lector en las instituciones educa- tivas públicas y privadas de la educación básica regular, superior y de los órganos intermedios de su ámbito de acción. Es decir, involucraba a toda la comunidad edu- cativa, incluyendo a trabajadores y funcionarios de los diferentes órganos técnico-administrativos. En cuanto a la metodología empleada en la estrate- gia, las diversas directivas sugieren una serie de pasos o procedimientos por seguir. Entre otros, se pueden men- cionar los siguientes: 8 Consultar la Directiva N° 004-2019-D-UGEL-AGP/EES-Jauja
  • 26. 26 • La selección del material de lectura le correspon- de al estudiante. • El horario de lectura es propuesto por los padres de familia y va de lunes a domingo. • Cada familia habilita en su casa un espacio para la lectura, con una mesa y una silla para el estu- diante, y un mueble para los libros. • Los profesores garantizan la lectura diaria y pre- sentan los resultados en el «Día del Logro»9 . • Como mecanismo de seguimiento de la activi- dad, los estudiantes reciben un cuaderno de con- trol diario en casa y un cuestionario para evaluar sus lecturas. • Los profesores realizan visitas a los hogares para recoger evidencias. • En cuanto a la dinámica de la lectura, el alumno lee y el padre o la madre acompaña a su hijo para que este cumpla con la lectura. Después, ambos interactúan y comentan el texto leído. • La Unidad de Gestión Educativa Local emite re- soluciones de felicitación a las instituciones edu- cativas que destaquen, así como a los directores, docentes y tutores. 9 Establecido por el Ministerio de Educación como fecha o fe- chas para la presentación, en acto público, de la evidencia de los aprendizajes logrados por los alumnos durante un periodo.
  • 27. 27 Entre las medidas internas en el ámbito de cada ins- titución educativa, se prescribe también la organización de la biblioteca escolar y la implementación de un sis- tema de préstamo de libros a los alumnos, mediante la presentación del documento nacional de identidad o carné escolar. Del mismo modo, se considera la posibi- lidad de capacitar a los padres de familia y de elaborar un diagnóstico de su situación en materia de lectura. Finalmente, las UGEL, a través del área de Gestión Pedagógica, supervisan el desarrollo de la estrategia de promoción de lectura y, al finalizar el año lectivo, previa evaluación, hacen efectiva la entrega de los respectivos estímulos a las instituciones educativas y a sus respecti- vos directores y docentes. Hasta la fecha, no se han encontrado informes de evaluación general sobre la aplicación de «30 minutos de oro para leer en familia» en el ámbito regional10 o de la UGEL de Chupaca, salvo informes de profesores res- ponsables de la estrategia en el ámbito de la institución educativa, ponencias en eventos locales o regionales y testimonios de estudiantes y padres de familia respec- 10 Para el profesor Mucha, la estrategia «30 minutos de oro para leer en familia» ha impactado en todas las áreas curriculares, especialmente en conocimientos y capacidad comunicativa. Se- gún él, sus logros ya se pueden apreciar en los resultados de las pruebas ECE-2018, en el ámbito de la UGEL de Jauja.
  • 28. 28 to a sus beneficios. Sin embargo, pese a no contar con resultados y evidencias «formales», resulta encomiable el esfuerzo que realizan las instituciones educativas por extender su acción formativa a los hogares de los estu- diantes y a la comunidad en general. Estas apreciaciones iniciales fueron corroboradas en el II Encuentro Nacional de Bibliotecas Escolares: ex- periencias y propuestas para construir una comunidad de lectores, organizado en Chupaca por la asociación Achikyay y la UGEL de Chupaca, que tuvo lugar del 21 al 23 de noviembre de 2019. En este evento, seis institu- ciones educativas de las provincias de Chupaca y Con- cepción11 , invitadas a presentar sus experiencias sobre promoción de lectura, resaltaron la importancia de «30 minutos de oro para leer en familia», especialmente en 11 Las experiencias sobre promoción de lectura presentadas en este evento, además de las que se incluyen en este artículo, fueron: «La vaquita lectora», de la I.E. San José de Quero, a cargo de las profesoras Marlene Huayre y Elizabeth Quintanilla; y las de la I.E. de San Roque de Chambará, representada por la profe- sora Janet Santana Aliaga (ambas pertenecientes a la provincia de Concepción). «La chocita lectora», de la I.E. Amauta de Ahuac, presentada por los profesores Edith D. Chaca Vélez y Walter Camargo; y «WhatsApp lector», de la I.E. 31425 de Chupaca, por la profesora Analía Aguilar Hinostroza. Todas estas experiencias están directamente relacionadas con la estra- tegia «30 minutos de oro para leer en familia».
  • 29. 29 escuelas del medio rural, en las que fueron evidentes los beneficios de la lectura compartida entre padres e hijos. En cuanto a la influencia de esta estrategia en la for- mación, la frecuencia y la comprensión de lectura, aun- que los comentarios vertidos son auspiciosos, tal vez sea prematuro llegar a conclusiones pues, hasta la fecha, los resultados disponibles son parciales. Por tanto, en el ám- bito regional todavía no se cuenta con evidencias sobre su impacto en el nivel de lectura de los estudiantes, salvo el caso de la UGEL de Jauja, una de las primeras en aplicar en forma sistemática la citada estrategia. Al respecto, los resultados de la prueba ECE 2018, en cuanto a lectura, revelan datos esperanzadores en lo que concierne a com- prensión de lectura, como se aprecia en la siguiente tabla: Tabla 2 Progreso de estudiantes de la UGEL-Jauja en lectura (ECE 2018) 4.° grado de primaria 2.° grado de secundaria Meta 36,1 Alcanzada 38,3 Meta k15,4 Alcanzada 16,7 Fuente: elaboración del profesor Dennis Mucha a partir de datos de la ECE 2018, DRE-Junín.
  • 30. 30 Finalmente, como ya se comentó líneas arriba, en toda la región Junín existen evidencias sobre otras expe- riencias igualmente exitosas respecto a la aplicación de la estrategia «30 minutos de oro para leer en familia». Sin embargo, dada las limitaciones en la extensión de este artículo, se incluyen solo dos de ellas, las que se circunscriben a una zona especial de la jurisdicción de la UGEL de Chupaca, caracterizada por problemas socia- les, culturales y económicos comunes. 3.1. Experiencia de la Institución Educativa San Pedro La Institución Educativa San Pedro está ubicada en la co- munidad de San Pedro de Sulcán situada a cincuenta ki- lómetros, aproximadamente, de la ciudad de Chupaca y a 3900 m.s.n.m. Es un centro poblado del distrito de San José de Quero, provincia de Concepción, región Junín. Cuenta con cerca de cuatrocientos sesenta y un habitantes, la mayoría de ellos dedicados a la agricultura y la ganadería. Esta institución educativa, de nivel secundario, cuen- ta con ochenta y cinco estudiantes, y nueve profesores. Aunque dispone de una pequeña biblioteca escolar, esta no tiene personal responsable de su atención. La promoción de la lectura es una de las prioridades para esta institución y en torno a ella, anualmente, se organiza la plana docente de las diferentes áreas curricu-
  • 31. 31 lares para planificar el Plan Lector, del que forma parte la estrategia «30 minutos de oro para leer en familia». Cabe señalar que la participación de todo el profesora- do en el desarrollo del Plan Lector ha sido posible gra- cias al liderazgo de la directora de la institución, lo que constituye uno de los factores decisivos para el exitoso desarrollo de la estrategia y del Plan Lector en general (Ramírez, 2019, p. 2). En este afán por involucrar a las familias, en 2016 se instituyó la actividad denominada «Lecturas matina- les», en la que los padres convinieron leer en horas muy tempranas de la mañana en lugar de hacerlo en la tarde, luego de sus labores cotidianas. Años después, en 2018 se introdujo la teatralización de lecturas por parte de los padres de familia, en vista de que muchos de ellos no sabían leer o no dominaban la habilidad de la lectura. La presentación de estas evidencias tenía lugar en la es- cuela, en un salón de clases o en una ceremonia especial con motivo de la celebración de una fecha cívica. En 2019 se incorporó en el Plan Lector de la ins- titución la estrategia «30 minutos de oro para leer en familia», con el objetivo de mejorar la comprensión lec- tora de los estudiantes, problema que persistía a pesar de las actividades que se estaban realizando hasta entonces. Con esta medida se buscó afianzar la participación de los padres de familia en la práctica de la lectura.
  • 32. 32 Esta estrategia se implementó de acuerdo con la di- rectiva N°007-2019-AGP-UGEL-Chupaca, norma que fue previamente adecuada a la realidad del entorno so- cial del plantel y de la comunidad, en especial a la diná- mica de los padres de familia, mayoritariamente campe- sinos, quienes deben alejarse de sus casas por varios días, a veces semanas, para cumplir con las labores propias del campo. Para el caso, se diseñó el siguiente flujo de actividades en el ámbito de la institución educativa (Ra- mírez y Caso, 23 al 25 de noviembre de 2019, p. 1): • Los estudiantes leen los lunes, miércoles y viernes, de 8:00 a 8:30 a. m. (lecturas matinales). • El material de lectura está compuesto por textos cortos propuestos por los profesores de las diferen- tes áreas y por algunos coordinados con la UGEL de Chupaca. • Los profesores evalúan las lecturas a través de una serie de procedimientos: autoevaluaciones, elabora- ción de organizadores del conocimiento, escritura de conclusiones, entre otros. • Los padres tienen la responsabilidad de acompañar y de hacer el seguimiento de la lectura de sus hijos. Eventualmente, por teléfono celular, el profesor se comunica con los padres de familia para recordarles la lectura pendiente de sus hijos.
  • 33. 33 • Los resultados del proceso de evaluación se dan a conocer el mismo día en que esta se realiza. • Adicionalmente, los profesores organizan «marato- nes de lectura», en el campo, en contacto con la na- turaleza, para reforzar las lecturas. Como se puede advertir, los padres participan acom- pañando y supervisando la lectura de sus hijos en casa, en coordinación con los profesores. Por esta razón, se establecieron pasos que deben seguirse para el desarrollo de la actividad en el espacio familiar: • Habilitación de un ambiente especial, en la entrada del plantel, al que se le denominó «Casita lectora». En este espacio podían leer alumnos, padres de fa- milia y profesores, antes o después de las actividades lectivas. • Selección de material de lectura pertinente para las familias de la comunidad en coordinación con la UGEL de Chupaca. • Establecimiento de una frecuencia de lectura en las familias de, por lo menos, un texto cada semana. • Establecimiento de una dinámica en la que los hijos leen para sus padres, porque muchos de ellos no es- tán familiarizados con la lectura.
  • 34. 34 • Elaboración de maquetas y realización de exposicio- nes, narraciones y dramatizaciones con la finalidad de demostrar la adecuada comprensión de los textos leídos. • Presentación de evidencias, a manera de socializa- ción de la lectura. De esta forma, «30 minutos de oro para leer en fa- milia» demostró ser una buena estrategia para fortalecer la lectura de los estudiantes y extender su práctica a la familia y, después, a la comunidad. Finalmente, en cuanto a las lecciones aprendidas, se- gún el reporte de la directora del plantel, más del 80% de padres de familia participó activamente de la lectu- ra compartida, lo cual tuvo una influencia positiva en el mejoramiento de la comprensión de lectura en los estudiantes. Del mismo modo, el 100% de profesores estuvo comprometido con el Plan Lector y con la estra- tegia de lectura en familia (Ramírez y Caso, 23 al 25 de noviembre de 2019, p. 2). En este sentido, la institución educativa reconoce como principales logros de la aplicación de esta estrate- gia un mejor cumplimiento de los objetivos del área de Comunicación y el triunfo de los alumnos del primer grado en las Olimpiadas de Lectura Literaria 2019, en el ámbito de la UGEL de Chupaca. Lo anterior se puede
  • 35. 35 atribuir a la continuidad y al esfuerzo compartido del personal directivo, profesores, padres de familia y estu- diantes en torno al Plan Lector institucional. Otro resultado igualmente importante fue la moti- vación de los padres de familia respecto a la práctica de la lectura en casa, pese al poco tiempo del que disponen debido a sus quehaceres cotidianos lejos del hogar. Los padres se han reafirmado en su voluntad de participar decididamente en los esfuerzos del colegio por mejorar la comprensión lectora no solo de sus hijos, sino de la propia, independientemente de si contaban o no con la habilidad necesaria para leer. Esto se evidenció en las presentaciones en las que participaron activamente in- cluso aquellos que no sabían leer y los analfabetos por desuso, a través de exposiciones en las que plasmaban lo aprendido en sus lecturas frente a los profesores y al alumnado. Del mismo modo, la predisposición de los padres para apoyar a sus hijos es el resultado de un trabajo de sensibilización y motivación por parte de los profesores, no solo antes de la aplicación de la estrategia, sino en la presentación de resultados. El reconocimiento de la institución educativa al trabajo realizado por los padres fue otro punto fundamental para mantener y afianzar su motivación, lo que les ha permitido compartir sus expe- riencias con otras comunidades a través de la narración
  • 36. 36 de cuentos y las dramatizaciones. Aquí se pudo cons- tatar igualmente la validez o la pertinencia de la frase «Padres que leen, hijos que leen», lema divulgado por la Dirección Regional de Educación de Junín y replicado por cada una de las UGEL y las instituciones educativas de su jurisdicción. Por último, este movimiento a favor de la lectura, con participación de los padres de familia, no hubiese sido posible sin el liderazgo de la directora del plantel y la participación comprometida de la plana docente de todas las áreas curriculares. Esta conjunción de visiones y de esfuerzos —fruto de la reflexión, del diálogo per- manente y del espíritu de innovación que animó a toda la comunidad educativa— fue un factor decisivo para el éxito del Plan Lector en este plantel. Sin la convicción de los maestros, no hubiese sido fácil adecuar la directi- va de la UGEL de Chupaca al medio social y cultural de esta comunidad ni introducir cambios en las actividades escolares y extraescolares como, por ejemplo, transfor- mar la celebración de las fechas cívicas en oportunida- des para la presentación de las experiencias de padres de familia. No hay mejor estímulo para los hijos que ver leer a sus padres o leer en forma compartida y verlos actuar en torno a una obra literaria, frente al público, dentro de la institución educativa y fuera de ella.
  • 37. 37 El desarrollo del Plan Lector y la estrategia «30 minutos de oro para leer en familia» evidenciaron un problema que afrontan la mayoría de las instituciones educativas, sobre todo las del medio rural: la imperiosa necesidad de contar con una mayor variedad de mate- rial de lectura, accesible a los estudiantes y a los padres de familia. De ahí que sea importante que se incluyan en los módulos bibliográficos, que con cierta frecuencia distribuye el Ministerio de Educación, libros de cuentos, mitos, leyendas e historia local o regional, material que, a la luz de esta experiencia, es preferida por los padres de familia. En efecto, la lectura se convierte también en un mecanismo de revaloración de la literatura local y de reafirmación de la identidad cultural. 3.2. Experiencia de la Institución Educativa N°30308 La Institución Educativa N°30308 está ubicada en la comunidad de San Blas, anexo del distrito de Chamba- rá, provincia de Concepción, región Junín. Dicha co- munidad se sitúa a veintiséis kilómetros de la ciudad de Chupaca, sobre una altitud de 3550 m.s.n.m. Su pobla- ción asciende a unos seiscientos habitantes, mayoritaria- mente agricultores. Se trata de una escuela integrada (educación inicial y primaria), con treinta y ocho alumnos, y cinco profeso-
  • 38. 38 res. En dicha comunidad no existe institución educativa de nivel secundario ni superior. Tampoco tiene biblio- teca pública, salvo la pequeña biblioteca de la escuela. La comunidad dispone de un local comunal —donde inicialmente funcionó la escuela mientras se construía su actual local— sin las mínimas condiciones para al- bergar a la escuela. La institución educativa estuvo a cargo de una des- tacada y experimentada profesora, gestora tanto de la construcción del nuevo local como de una serie de me- joras e innovaciones, siempre con el apoyo de profeso- res, padres de familia y la comunidad. En 2019, la ins- titución educativa acogió con entusiasmo la estrategia «30 minutos de oro para leer en familia». La aplicación de esta estrategia tuvo un gran impacto en los niños y también en los padres de familia, debido a varias me- didas internas que la ingeniosa y tenaz directora puso en marcha con la finalidad de preparar las condiciones materiales del plantel y también para contextualizar la iniciativa a la realidad social y cultural de la comunidad de San Blas. Según la versión de la directora, la profesora Norma Adela Diestra, las acciones a favor de la lectura en esta escuela son, como en el caso de San Pedro, anteriores a la implementación de la estrategia «30 minutos de oro para leer en familia»; por ello, bien vale la pena des-
  • 39. 39 tacar los principales cambios concretos que supuso su aplicación en el plantel, sobre todo en un intento de superar sus carencias en cuanto a infraestructura y equi- pamiento del nuevo local. Concretamente, en cuanto a la biblioteca —componente ineludible de cualquier proyecto de promoción de lectura—, esta no contaba con un espacio predeterminado, mobiliario ni mucho menos, libros. Estos y otros problemas, en lugar de in- salvables dificultades, resultaron ser los mejores alicien- tes para generar nuevas y mayores energías para afron- tarlos creativamente. Ante la falta del espacio específico para albergar el material bibliográfico y no bibliográfico, se optó por distribuir los libros entre las diferentes aulas y, adicio- nalmente, en todo espacio libre y accesible que hubiera en el local, incluidos los pasadizos y corredores, para ponerlos al alcance de quienes lo necesitaran: estudian- tes, profesores y padres de familia. Es decir, toda la ins- titución educativa terminó transformándose en un gran espacio que estimula y anima a leer a todos, en vez de un espacio frío y muchas veces distante para los padres de familia. Las limitaciones presupuestales tampoco fueron un obstáculo para la ambientación del espacio pues para la confección del mobiliario mínimo que se requería se utilizó material reciclado. En algunas esquinas se po-
  • 40. 40 dían ver, al pie de pequeños estantes hechos de cajas de frutas, cojines confeccionados con bolsas de plástico. De esta forma, la escuela de San Blas se convirtió en un centro de recursos de lectura, de investigación y de aprendizaje; en suma, un centro generador de nuevos conocimientos. Esta apertura, en la práctica, cuestiona el modelo de biblioteca escolar vigente en el país, de estantería cerra- da, inaccesible para los lectores, irracional y contradic- torio con la necesidad de formar lectores desde la más temprana edad, pues promueve una relación de con- fianza con los materiales y los espacios de lectura. Aquí, quienes visitan la escuela, solo al trasponer sus umbrales, de pronto, se sienten inmersos en un ambien- te realmente familiar, rodeado además de libros, folletos y otros materiales, a su entero alcance, para tomarlos, ojearlos y disfrutarlos mientras aguardan el momento de la entrevista con la profesora de su hijo o con la direc- tora, quien también se presentará como un miembro del equipo docente, dispuesta al diálogo abierto y sincero, que es política acordada por la institución. Esta relación franca entre profesores, estudiantes y padres de familia es la que define a una comunidad realmente educativa, condición sine qua non para generar un auténtico cam- bio en la educación, de abajo hacia arriba.
  • 41. 41 Como si lo anterior no fuera suficiente para fami- liarizar a los niños y a sus padres con los materiales de lectura, el plantel adoptó otra medida igualmente au- daz: el préstamo de pequeñas dotaciones de libros a las familias. De esta forma, en aquellos hogares donde no hay costumbre de adquirir libros —que en la zona rural son mayoría— estos podían contar con varios de ellos, de los que, tanto el estudiante como sus padres, podían seleccionar los títulos de su interés. Esta acción de desprendimiento de la escuela, inusual en el sistema educativo peruano, dio lugar también a que las familias se motivaran más adelante a adquirir algunos materia- les, incluso los más sencillos y asequibles, como revistas, diarios y folletos, para así ampliar las opciones de lectu- ra en casa. También destaca la pertinencia de los libros que se pusieron al alcance de los alumnos y de la comunidad, así como la presencia de mediadores de lectura, agen- tes fundamentales de cualquier proyecto o programa de promoción de lectura. En el contexto que se describe, si bien las familias, en coordinación con los profesores, cumplían con las disposiciones de la UGEL de Chupaca, puede deducir- se que hubo cierta flexibilización en el desarrollo de las sesiones de lectura que, en la mayoría de los casos, ex- cedían a los treinta minutos de lectura prescritos por la
  • 42. 42 respectiva norma. Dentro de esa amplitud, hubo opor- tunidad para un mayor diálogo en torno al texto leído entre todos los miembros de la familia que compartían la lectura. Es decir, al hacerse más flexible y menos es- colarizada, la lectura se hizo más participativa y, consi- guientemente, más variada y enriquecedora. En cuanto al horario de lectura, este fue fijado en asamblea de padres de familia y se acordó que fuera por la tarde, después de clases y cuando los padres hubieran retornado a casa después de su jornada diaria. El acuer- do fue cumplido por la mayoría de las familias, aun- que no era del todo conveniente establecer un horario uniforme para todos, pues no favorecía la participación de todos los miembros de la familia en la sesión de lec- tura. Frecuentemente, para muchos padres, el horario generalmente propuesto después de las labores diarias, cuando se encontraban cansados y fatigados, no era el mejor momento para leer. Felizmente, las familias fue- ron ajustando su horario de lectura a las horas que les convenían, sin abandonar el objetivo ni las pautas esta- blecidas. Después de todo, una actividad como la lec- tura, fuera de la escuela, debería realizarse en el horario que mejor se ajustaba a cada familia, incluso para que la lectura no fuera percibida como pura imposición de la escuela.
  • 43. 43 De otro lado, como ya se ha mencionado, la directiva de los «30 minutos de oro para leer en familia» prescri- be las características del espacio físico que cada familia debe organizar para la lectura y se especifica hasta el mo- biliario (una mesa y una silla), con la idea de que solo el niño debe leer y los padres deben ser una especie de inspectores, con lo cual se olvida que la estrategia tam- bién los involucra. En este sentido, podría decirse que este intento por escolarizar la lectura debería analizarse y evaluarse desde una perspectiva integral en la que se contemple y considere la apreciación y las contribucio- nes de los propios padres. En cuanto a las lecciones aprendidas, resultan inne- gables los aportes de esta estrategia tanto a la escuela como a la familia y a la comunidad. Para la escuela, en el desarrollo de las competencias comunicativas que es transversal a todas las materias de la malla curricu- lar; y para la familia y la comunidad, en haber logrado incorporar el libro y la lectura en la vida cotidiana de las familias, como no había ocurrido antes. Este últi- mo aspecto, sin duda, puede ser el germen de toda una revolución social, pues las familias premunidas de esas dos herramientas, el libro y la lectura, estarán habilita- das para acceder a la información, el conocimiento y a la cultura, y con ello ejercer plenamente su ciudadanía y convertirse en protagonistas del progreso personal, fa-
  • 44. 44 miliar y colectivo. Precisamente, este propósito sirvió de inspiración para el título de este artículo. De la experiencia de «30 minutos de oro para leer en familia», vivida por la comunidad educativa de San Blas, se pueden extraer varias lecciones adicionales a las ya comentadas hasta el momento. Por ejemplo, ha quedado demostrado que cuando la escuela y la familia forman una alianza convincente alrededor de la promo- ción del libro y la lectura, en ambos espacios brota una actitud favorable a la lectura que invita a hacer un me- jor uso de los libros. Queda superado así aquel viejo y recurrente prejuicio, lamentablemente vigente en gran parte del sistema educativo, de conceder una mayor pre- ocupación al cuidado y a la conservación del libro, que por alentar su uso; se dinamiza su circulación y se diluye la desconfianza que generalmente guarda la biblioteca escolar por el servicio de préstamo, por temor a que se pierdan los materiales. A partir de estos comentarios, no se puede ocultar la realidad de muchas instituciones educativas de la región y del país que, por prejuicios como los mencionados, mantienen sus bibliotecas escolares subutilizadas, y a sus recursos bibliográficos y no bibliográficos, en estanterías inaccesibles. Este inconveniente no se supera con una norma o directiva ministerial sino con una mínima do- sis de ingenio, y con el impulso de una voluntad local
  • 45. 45 o institucional, del director del plantel, en consulta con profesores, padres de familia y los propios estudiantes, al estilo de la comunidad educativa de San Blas. De otro lado, aunque parezca obvio, una bibliote- ca, independientemente de su tamaño, pero abierta y accesible a todos, es un factor decisivo en la formación de un lector autónomo, crítico, capaz de seleccionar li- bremente, entre tantas posibilidades que se le ofrecen, el libro que mejor responda a sus intereses y necesidades. Este principio —que muchas bibliotecas escolares olvi- dan por mantener sistemas obsoletos— es el que debe- ría generalizarse en las bibliotecas de todos los niveles educativos. Ahora bien, en cuanto al impacto de la lectura en la familia, es posible hacer mediciones siempre que se sepa de dónde se partió (línea de base) y con qué dirección, es decir, sabiendo sus objetivos. Sin embargo, en el caso de la estrategia «30 minutos de oro para leer en fami- lia», aplicada en esta institución educativa, solo se han recogido testimonios de los propios involucrados. En el II Encuentro Nacional de Bibliotecas Escolares: expe- riencias y propuestas para construir una comunidad de lectores, desarrollado en noviembre de 2019, Susy Ba- querizo, madre de familia de esta institución educativa, compartió sus experiencias sobre el impacto de la lectu- ra en su vida y en el entorno familiar. Manifestó que la
  • 46. 46 lectura estaba cambiando a su familia, compuesta por cuatro miembros: su esposo, dos hijos menores y ella. Sobre su esposo, de ocupación albañil, ella manifestó que cuando empezó el programa, él llegaba a casa tarde y muy cansado, sin ánimos de participar en la actividad, por lo que la responsabilidad de dirigir la sesión recayó solo en ella. Sin embargo, con el transcurrir de los días, sobre todo cuando escuchó pasajes del libro que estaban leyendo, Hombre rico y hombre pobre, él comenzó a in- teresarse y después a engancharse con la lectura (Baque- rizo, 23 al 25 de noviembre de 2019). Este testimonio fue una valiosa evidencia de los efectos de la lectura en el entorno familiar. Finalmente, otro de los resultados positivos de la experiencia de San Blas es la propagación o efecto social de la lectura entre los vecinos de las familias, lo que dio lugar a una incipiente red de intercambio de material de lectura y, opcionalmente, de lectura en grupo, en este caso, de vecinos. Y a estas alturas de la experiencia se percibe con mayor claridad la falta que hace —y que hará cuando la escuela entre de vacaciones— un siste- ma de distribución de material de lectura; esto es, una biblioteca municipal, biblioteca comunal u otro espacio no convencional, para mantener vivo el interés por la lectura de los padres y de los propios estudiantes.
  • 47. 47 4. Reflexiones finales Un elemento presente en las dos experiencias aquí ex- puestas fue que ambas no siguieron al pie de la letra las medidas específicas consignadas en las directivas que orientaban el desarrollo de la estrategia «30 minutos de oro para compartir en familia» sino que, sin abando- nar sus objetivos primigenios, lograron adecuar dichas normas a la realidad social y cultural de cada una de las comunidades. La estrategia «30 minutos de oro para leer en fami- lia» ha calado mejor en las instituciones educativas de las zonas rurales donde, al parecer, los padres de familia tienen una mayor disposición para involucrarse en la educación de sus hijos y donde es más fácil —y hasta se torna natural— su integración con la escuela, gracias a lo cual se puede materializar el concepto de comunidad educativa. Sobre la base de estos primeros resultados, parciales aún, se puede adelantar que «30 minutos de oro para leer en familia» cuenta con un enorme potencial innovador de las actividades y estrategias aplicadas por las institu- ciones educativas en su afán de promover la lectura no solo internamente, entre sus estudiantes, sino también en los ámbitos de la familia. De esta forma se estaría generando aquella anhelada «silenciosa revolución de la
  • 48. 48 lectura»; es decir, un movimiento social y cultural que envuelve a toda la comunidad. Para ello, es necesaria la preexistencia de ciertos factores como la actitud de cambio al interior de las instituciones educativas, la provisión de material de lectura variado —pertinente a la zona y accesible—, el estímulo y la orientación, así como el liderazgo en la conducción y el reconocimiento a sus actores, entre otros. En ese esfuerzo por asegurar la continuidad de la es- trategia de lectura, una medida indispensable será la de otorgar a las comunidades educativas —directores, pro- fesores, padres de familia y autoridades locales— una mayor autonomía para hacer adecuaciones a las normas nacionales y regionales de acuerdo con las diferentes realidades sociales, culturales y lingüísticas. Sin embargo, las comunidades educativas, al parecer, no son conscientes del valor intrínseco de sus respecti- vas experiencias, pues no las documentan ni las difun- den —salvo los informes administrativos que se generan en las instituciones educativas, dirigidos a las instancias superiores, sin un correlato pedagógico o formativo—, para retroalimentarlas y enriquecerlas y, si fuera el caso, transferirlas a otras regiones del país, en otros contextos. Es recomendable, igualmente, continuar con la iden- tificación y el análisis de experiencias similares, también exitosas como la descrita, desarrolladas por las institu-
  • 49. 49 ciones educativas de la extensa y variada configuración geográfica y social de la región Junín, con la finalidad de sistematizarlas, difundirlas y asegurar su continuidad. Experiencias como las expuestas demuestran que, con acciones sencillas, pero innovadoras —y, a veces, osadas— en lo pedagógico y en lo social, se puede avan- zar con pasos seguros en este largo proceso que supone la formación lectores dentro y fuera de las instituciones educativas, en la perspectiva de construir una comuni- dad de lectores. Del mismo modo, sobre la base de aquellas experien- cias relevantes se deberían formular políticas de promo- ción de lectura más eficaces, tal vez diversificadas por regiones, que promuevan la participación de la familia, la escuela y la comunidad, fórmula que ha resultado efectiva para encarar y superar el bajo nivel de compren- sión lectora de los estudiantes e incentivar el hábito de la lectura en la población en general. Finalmente, otro de los grandes aportes de «30 mi- nutos de oro para compartir en familia» es el hecho de haber logrado, en las zonas donde se aplicó esta estrate- gia, incorporar en la vida de las familias campesinas y, en general, del medio rural, el libro y la lectura como fuentes de aprendizaje y de acceso al conocimiento y a la cultura.
  • 50. 50 Referencias Aguirre, C. y Salvatore, R. (eds.) (2018). Biblioteca y cultura letrada en América Latina: siglos XIX y XX. Lima: Fondo Editorial PUCP. Baquerizo, S. (23 al 25 de noviembre de 2019). Dis- curso de clausura. En II Encuentro Nacional de Bibliotecas Escolares; experiencias y propuestas para construir una comunidad de lectores. Achi- kyay, Centro de Investigaciones y Promoción de Lectura. Chupaca, Junín, Perú. Bernal, I. (16 de enero de 2017). Razones científicas para leer más de lo que leemos. Recuperado de https://elpais.com/elpais/2017/01/11/cien- cia/1484155657_662258.html Diagnóstico del anexo de Sulcán. (s/f). [Material impre- so inédito]. Junín: s.e. Diestra, N. (2109). Experiencia lectora de la I. E. 30038 de San Blas. En II Encuentro Nacional de Biblio- tecas Escolares: experiencias y propuestas para construir una comunidad de lectores. Achikyay, Centro de Investigaciones y Promoción de lectu- ra. Chupaca, Junín, Perú. [Ponencia no editada] Manguel, A. (1999). Una historia de la lectura. Bogotá: Norma.
  • 51. 51 Mucha, D. (2020). Treinta minutos de oro para leer en familia: línea del tiempo [documento en soporte electrónico]. s.l.: s.e. Pérez-Lanzac, C. (22 de mayo de 2020). El confina- miento ha aumentado la lectura en pantallas. ¿Es eso bueno para nuestro cerebro? Recuperado de https://elpais.com/ideas/2020-05-22/leemos-dis- tinto-leemos-peor.html Ramírez, L. (2019). Informe de la aplicación del Plan lec- tor institucional. San Pedro de Sulcán [documento impreso]. s.l: s.e. Ramírez, L. (2020). Cuestionario sobre “30 minutos de oro para leer en familia”. Chupaca. [Documento impreso]. Ramírez, L. y Caso, O. (23 al 25 de noviembre de 2019). Propuesta: Padres que leen, hijos lectores. En II Encuentro Nacional de Bibliotecas Escolares: experiencias y propuestas para construir una co- munidad de lectores. Chupaca, Achikyay, Centro de Investigaciones y Promoción de lectura. Chu- paca, Junín, Perú. [Ponencia no editada]. Rodríguez, N. (2016). Lectura en la escuela y la comu- nidad: proyecto para un curso de diplomatura en la ciudad de Chupaca. Junín: Achikyay, Centro de investigaciones y promoción de lectura.
  • 52. 52 Warnken, C. (7 de junio de 2020). En Persona: en- trevista a Carlos Peña. ICARE TV. Recuperado de https://www.icaretv.cl/video/en-persona-cris- tian-warnken-y-carlos-pena-cuna-rrss-1 Documentos legales Directiva N°023-2017-DREJ-DGP-EES, «30 minutos de oro para leer en familia». Dirección Regional de Educación de Junín, 2017. Directiva N°007-2019-AGP-UGEL-Chupaca. Unidad de Gestión Educativa Local, UGEL-Chupaca, 2019. Directiva N°004-2019-D-UGEL-AGP/EES-Jauja. Uni- dad de Gestión Educativa Local, UGEL-Jauja, 2019. Directiva N°012-2019-GRJ-DREJ/DGP-EES, “Pro- moviendo el hábito lector en la Región Junín”, Dirección Regional de Educación de Junín, 2019. Ordenanza Regional N°363-.2016/GRJ-CR. Gobierno Regional de Junín, 2016.
  • 53. 53 La asociación Achikyay: un sueño y un proyecto para construir una comunidad modelo de lectores Cualquier cosa que puedas hacer o sueñes que puedes, comiénzala. La audacia tiene genio, poder y magia en sí misma Johann Wolfgang Von Goethe Chupaca, la localidad donde nació Achikyay, es un antiguo y pintoresco pueblo enclavado en la mar- gen derecha del río Mantaro, en la región central del Perú. Heredera de una larga historia que se remonta a los orígenes del hombre andino; después, capital del legendario Hananhuanca (pueblos de Huanca Alta) y, más tarde, protagonista de hechos heroicos durante la gesta libertaria. La placa que la Comisión del Sesquicentenario de la Independencia del Perú le dedicara en mayo de 1971 resume muy bien su im- portancia histórica: «Al heroico pueblo de Chupaca, inmolado por la Independencia en mayo de 1821». Por este motivo, apenas transcurridos dos años de la Independencia, el 12 de noviembre de 1823, sería elevada a la categoría de distrito y, como corolario de
  • 54. 54 todo lo anterior, reconocida como provincia en enero de 1995. Chupaca es actualmente una de las nueve provincias de la región Junín; la más joven y acaso la más vigorosa. Ubicada a una altura de 3237 msnm y a solo once kilómetros de la ciudad de Huancayo, goza de un clima templado, con moderadas lluvias durante los meses de enero a marzo y un frío seco en los meses de invierno. Cuenta con una población estimada de 20 341 habitantes —según datos de 2017 del INEI—, dedicada a la agricultura, la ganadería y el comercio. Su feria sabatina está considerada como una de las más importantes del valle del Mantaro, después de la de Huancayo. De tierras fértiles y abundante agua, su enorme y diversificada producción agrícola cons- tituye la principal despensa de la región central y de Lima, la capital del país. Chupaca posee un valioso bagaje cultural, mate- rial e inmaterial, en el que destacan sus conocidas festividades, como la Fiesta de las Cruces en el mes de mayo y su famosa danza guerrera del Shapish —de- clarada Patrimonio Cultural de la Nación el 2006—; la Fiesta de Santiago, en los meses de julio y agosto; y la fiesta de carnavales, que se desarrolla entre enero y marzo; entre muchas otras.
  • 55. 55 La consecución del estatus de provincia cambió por completo su antiguo carácter de pueblo y la con- virtió en un núcleo económico y social de impresio- nante dinamismo. Sin embargo, en contraste con este auge, se advierte un clamoroso retraso en el ámbito cultural. Chupaca no cuenta con instituciones dedi- cadas a la difusión del arte y la cultura; tampoco, con espacios públicos, convencionales y no convenciona- les, de promoción del libro y la lectura. Su Biblioteca Municipal «Jorge Basadre», anteriormente reconoci- da como una de las mejores del país a escala distri- tal, se encuentra venida a menos. En este contexto, la cadena promocional del libro sufre la falta de varios eslabones, entre ellos: editoriales, librerías, bibliote- cas y lectores. Los pocos autores chupaquinos se ven obligados a publicar sus libros en la ciudad de Huan- cayo o incluso en Lima. En suma, su preocupante nivel de desarrollo educativo y cultural no se condice con su desarrollo económico y social. Frente a esta realidad compleja, y a veces incom- prensible, en 2015 surgió en Chupaca un incipiente movimiento a favor de la promoción del libro y la lectura, por iniciativa de un bibliotecario nacido en el lugar y antiguo voluntario de su biblioteca mu- nicipal. Con el correr de los años, aquel pequeño movimiento fue afianzándose progresivamente, hasta
  • 56. 56 convertirse en lo que hoy es: una institución cultural, formalmente constituida y con un programa de tra- bajo orientado a concretar el ansiado sueño colectivo de construir una comunidad de lectores con la parti- cipación de la familia, la escuela, las bibliotecas y de- más agentes de la comunidad. Entonces, como ahora, ese fue el imperativo mayor que movió la conciencia del primer grupo de bibliotecarios voluntarios reuni- dos en torno a Achikyay. Este artículo trata sobre Achikyay, su formación, crecimiento y programa de actividades. Así pues, el objetivo de este texto es alentar el nacimiento de otros grupos que trabajen por la misma causa: la difu- sión del libro, la lectura y las bibliotecas. No obstan- te, cabe recalcar que, en este caso, Achikyay ha sido pensado desde la visión del interior del país, desde el mundo andino, como un proyecto esencialmente descentralizado. Se trata, asimismo, de un colectivo integrado por personas de diferentes carreras profe- sionales —bibliotecólogos, bibliotecarios, profesores de los distintos niveles educativos, comunicadores, entre otros—, deseosas de aportar, con sus ideas, tra- bajo y experiencias, a la materialización de ese gran sueño colectivo que es, al mismo tiempo, susceptible de ser replicado en otros contextos sociales y cultu- rales.
  • 57. 57 1. Sobre Achikyay Achikyay primero fue una idea, un bosquejo, y luego, gracias a un puñado de idealistas que lo hicieron suyo, un proyecto de equipo. La chispa inicial fue la observa- ción de un problema público, como la inactividad de la biblioteca municipal de Chupaca y la falta de otros espacios públicos que alentaran la lectura, así como la evidente indiferencia de la comunidad y de las autorida- des frente a este problema. La intención no fue buscar soluciones fáciles —como hacerle llegar a la autoridad un pedido simple de reactivación de la Biblioteca—, sino analizar detenidamente las causas, en un contexto más amplio. El objetivo fue concebir y proponer medi- das a mediano y largo plazo, pues el camino más corto no siempre es el que conduce a una solución duradera; por ello, se optó por otras rutas alternativas que, aunque más tediosas o complejas, resultan finalmente las más sostenibles en el tiempo, siempre y cuando la propia comunidad sea su principal protagonista. Esta posición es congruente con la misión de Achikyay: construir un modelo de comunidad de lectores en la que confluyan los esfuerzos de la familia, la escuela y la comunidad. El nombre de la asociación proviene del vocablo que- chua achikllay o achikyay, como se pronuncia un poco más al sur, y hace referencia a ese primer resplandor del
  • 58. 58 día con el que la población de Chupaca, sobre todo la campesina, inicia su faena diaria. Esas primeras luces son las que iluminan el andar raudo, ya sea para regar sus sembríos, cultivarlos, cosecharlos o simplemente para emprender la jornada. Por esta razón, este es el nombre que mejor respondía a los propósitos del co- lectivo, sobre todo por su sentido de echar luz, median- te la lectura, al camino de todos los que desean forjar un mejor porvenir para su comunidad. Achikyalamun suele decir el poblador andino, con optimismo, cuando percibe que el camino se va aclarando con los primeros rayos solares. Esta sensación es la que produce la lectura en la vida de la gente, y no solo en la del ande. Es luz la información, el conocimiento y la cultura, a los que se accede mediante la práctica de esa habilidad. En sínte- sis, Achikyay es claridad, luz, alborada de un nuevo día. Los primeros miembros de la asociación fueron bi- bliotecarios residentes en Lima que compartían el deseo de descentralizar las actividades profesionales, concen- tradas casi siempre en la capital. Para apuntalar mejor los objetivos de la organización, fue indispensable que el grupo viajara a Chupaca a conocer y a reconocer el me- dio, a dialogar con los agentes clave de un proyecto cul- tural: los profesores de todos los niveles educativos. Para facilitar este proceso de diálogo, se realizaron pequeños eventos —como seminarios y talleres de capacitación—,
  • 59. 59 lo que permitió el intercambio de ideas y de experien- cias. Fue así como se logró reunir a personas realmente interesadas en el tema y a nuevos socios locales, además de identificar a instituciones como potenciales aliadas. Después de la estrategia de organizar pequeños eventos locales, se escaló a actividades de mayor participación y envergadura, que implicaban la coordinación con diver- sas instituciones locales, regionales y nacionales. Igual- mente, se incursionó en certámenes internacionales, cuya organización requiere mayores recursos. En ambos casos se midió la capacidad de convocatoria de la na- ciente institución. El camino no fue fácil. Los miembros del equipo te- nían que trasladarse necesariamente a la sede de Achik- yay en Chupaca, lo que muchas veces implicó desafiar los rigores del clima y las consabidas sorpresas de la na- turaleza, sobre todo en las temporadas de lluvias. A ese grupo se le debe el impulso inicial y la propuesta de pro- yectos y actividades; es decir, las bases de la institución. Posteriormente se fueron sumando nuevos miembros, de Lima y de la misma localidad, con nuevas ideas y propuestas derivadas de sus propias experiencias pro- fesionales. Casi todos los que conformaban este nuevo contingente provenían del ámbito de bibliotecas escola- res o de centros dedicados a la promoción o mediación de lectura, tema central de la agenda institucional. En
  • 60. 60 esta parte del camino fue crucial el importante apoyo de nuestros asesores externos, todos ad honorem1 , así como el establecimiento de alianzas con diversas instituciones educativas, culturales y sociales, sobre todo locales2 . Otra acción iniciada tan pronto se decidió crear la asociación fue la construcción de su local institucional. Luego de algunos años de trabajo sostenido se logró erigir una pequeña pero acogedora sede que constituye un centro académico y de divulgación de conocimien- tos sobre la lectura y las disciplinas relacionadas con este tema. Esta sede es y será siempre la casa de los promotores de lectura, así como de quienes se animen a integrarse al grupo o deseen visitar la institución. Hoy en día se puede decir que, en gran medida, Achikyay ya cuenta con el local que necesitaba para cumplir con su misión, pues tiene una biblioteca es- pecializada en lectura y temas afines, conformada por 1 Entre ellos, el doctor Nelson Rodríguez Trujillo, exdirector del Banco del Libro de Venezuela, institución decisiva en el históri- co desarrollo de las bibliotecas en ese país y en otros. Igualmen- te, la bibliotecaria chilena Lucía Abello, incansable impulsora de proyectos bibliotecarios y de lectura. 2 Como la Institución Educativa Excellentia, la Municipalidad Provincial de Chupaca, la UGEL-Chupaca, el Instituto de Educación Superior Pedagógico Teodoro Peñaloza, la Radio Chupaca, entre otras.
  • 61. 61 libros, revistas y recursos digitales, destinados a inves- tigadores, docentes y promotores de lectura en general. Esta biblioteca se formó inicialmente con la colección personal de su promotor, reunida durante su carrera profesional. A ella se sumó luego la valiosa colección de la bibliotecóloga Martha Fernández de López, ex- directora de la Biblioteca Nacional del Perú, quien encargó a sus hijos el destino que debían darles a sus libros profesionales, cuidados por ella con tanto amor y celo. En reconocimiento a este noble gesto y a su in- desmayable trabajo en favor de las bibliotecas del país, la biblioteca de Achikyay lleva su nombre. Actualmen- te, proyectamos el crecimiento de esta biblioteca con los aportes de colegas profesionales de todas partes, de las instituciones académicas, sobre todo las escuelas de Bibliotecología e instituciones dedicadas a la investi- gación. Además, es necesario acopiar las experiencias de fomento y promoción de lectura y para ello se tiene previsto organizar un repositorio de experiencias, pro- yecto propuesto en la primera reunión del colectivo, en la sede de Achikyay, por la bibliotecóloga Jacqueli- ne Medina, su primera socia. La sede cuenta también con un ambiente para acti- vidades académicas, como seminarios, talleres y cursos de capacitación; y con un alojamiento para visitantes, investigadores y mediadores, así como para volunta-
  • 62. 62 rios que decidan compartir sus experiencias o apoyar las actividades de la institución. Achikyay, institución formalizada como una asociación sin fines de lucro, se enfoca en metas proyectadas a largo plazo, las que se logran progresivamente, como una revolución silencio- sa, paso a paso, como diría Basadre, «sin prisa, pero sin pausa». El volumen de actividades concretadas hasta el mo- mento, varias de ellas con reconocimiento de la comu- nidad, es prueba de que Achikyay se encuentra en el rumbo correcto. Desde luego, todavía queda un gran trecho que recorrer y muchas dificultades que superar, pero con el espíritu de trabajo de sus miembros, el apo- yo incondicional de sus aliados y el reconocimiento de la comunidad, creemos que todo será posible. Por el momento, aun en medio de la crisis, la mente y los bra- zos de Achikyay no se detienen. Las líneas estratégicas de trabajo orientan su accionar hacia la consecución de sus metas y objetivos: el acceso a la información signifi- cativa —como sostiene la IFLA—, el impulso de la in- vestigación especializada, la promoción de la lectura en los diferentes ámbitos de la comunidad, el fomento de la formación y el desarrollo de capacidades, y la difusión de experiencias y conocimientos, todo ello en un país multicultural y plurilingüe como el Perú.
  • 63. 63 2. Observación y estudio del entorno En paralelo a las actividades mencionadas, se avanzó en la labor de observación de la dinámica de funcionamien- to de las instituciones locales —desde las municipalida- des distritales y educativas, hasta las comerciales—, para identificar posibles espacios de lectura o simplemente para recoger información relevante para el programa de Achikyay. En algunos casos, se hicieron estudios ex- ploratorios sobre los mecanismos de información más utilizados por la población, en vista de la comprobada ausencia de espacios públicos convencionales de acceso a la lectura, como las bibliotecas. Todo ello, para dis- poner de información confiable que sirva de sustento a sus próximas actividades y proyectos, como se explicará más adelante. 2.1. Situación de las bibliotecas en la provincia Una de las primeras acciones de los promotores de Achi- kyay fue visitar los nueve distritos3 de la provincia de Chupaca con la finalidad de conocer la situación de sus bibliotecas, sobre todo, de las bibliotecas públicas mu- 3 Chupaca (distrito capital), Ahuac, Chongos Bajo, Huáchac, Huamancaca Chico, San Juan de Yscos, San Juan de Jarpa, Tres de Diciembre y Yanacancha.
  • 64. 64 nicipales. Se comprobó que solo dos de ellos —Chu- paca y Huáchac— contaban con biblioteca, aunque no funcionando plenamente. La Biblioteca Municipal «Jorge Basadre» de Chupa- ca, creada en 1967, es un caso especial que justificaría un estudio aparte pues, en sus primeras décadas de funcio- namiento, fue considerada como la mejor biblioteca del país en el ámbito distrital, por su organización, servicios y gestión basada en el voluntariado. En virtud de ello fue reconocida como Centro Coordinador del Sistema Nacional de Bibliotecas, en el ámbito provincial, igual que por Promolibro, por aquel entonces un programa del Ministerio de Educación, que la tomó como una de sus bibliotecas coordinadoras. Sin embargo, en 2015, si bien aún contaba con personal, ya no tenía lectores a los que atender, salvo los niños y los adolescentes que asis- tían a su breve programa de vacaciones útiles, en enero y febrero. Más tarde, la otrora prestigiosa biblioteca se convertiría en un depósito de libros, muchos de ellos desactualizados, ya casi sin actividades ni servicios regu- lares, situación que sigue hasta ahora. Una suerte parecida a la de Chupaca corría la bi- blioteca del distrito de Huachac, que también tenía un local propio denominado «Casa de la cultura y de la juventud», construido con el aporte internacional del proyecto español Altamiros. Al momento de la visita, su
  • 65. 65 colección de libros se encontraba sin uso, en completo desorden, en un lugar poco visible y nada accesible para los lectores. El espacio más amplio de la primera planta se había convertido en una cabina pública de internet. Visitas posteriores solo sirvieron para comprobar su transformación en academia de preparación de jóvenes en distintas disciplinas; y pocas relacionadas con las ac- tividades de una biblioteca pública. Años más tarde, en 2019, nos enteramos de un in- teresante proyecto de biblioteca en la Municipalidad Distrital de Ahuac, que aprovecharía el edificio que se había construido durante gestiones anteriores en la pla- za principal y que sería destinado a las instalaciones de un centro cultural. Al saber que allí podría instalarse una biblioteca pública, los docentes del Instituto Peda- gógico «Teodoro Peñaloza» de Chupaca y los miembros de Achikyay ofrecieron asesorar técnicamente al alcalde para perfilar mejor la idea, con énfasis en la metodología CLIA (Community-Library Inter-Action)4 , de la que se hablará más adelante. Sin embargo, cuando terminó el año no se tenían resultados concretos, salvo la habilita- ción de una pequeña sala, en el propio palacio munici- pal, para el servicio de biblioteca. 4 Inter-Acción Comunidad-Biblioteca.
  • 66. 66 Con todo, el panorama de las bibliotecas públicas en la provincia no era nada alentador. En 2016, solo el distrito capital, con su Biblioteca Municipal «Jorge Basadre», participaba en el programa de incentivos con- vocado por el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Economía y Finanzas, conocido como Meta 06. En cuanto a las bibliotecas escolares, la situación no era muy distinta. Algunas instituciones educativas de nivel secundario contaban con bibliotecas y varias, con personal responsable. Sin embargo, la mayoría se estaba convirtiendo en depósitos de textos escolares que poco aportaban a la formación de lectores. Las instituciones educativas de nivel primario, como ocurre actualmente, no contaban con biblioteca; por su parte, los módulos de libros distribuidos por el Ministerio de Educación, en la mayoría de los casos, los administraba el director del plantel. De todas las instituciones educativas, la excepción es la biblioteca del Instituto Pedagógico «Teodoro Peña- loza» de Chupaca, aunque en este caso tampoco había logrado modernizarse, razón por la cual el número de lectores que atendía no era significativo. Pero en 2019, la biblioteca fue sometida a un proceso de renovación, mediante la metodología CLIA. Con ello se iniciaron diversos cambios, como la redistribución de espacios y colecciones, así como la implantación del sistema de es-
  • 67. 67 tantería abierta para la atención al público y la automa- tización de los procesos técnicos. Una particularidad del proyecto fue la participación de profesores y estudiantes en la decisión de estos cambios. 2.2. ¿Dónde y qué lee la población de Chupaca? En un contexto como el descrito, sin bibliotecas ni es- pacios públicos de lectura, la pregunta que había que hacerse entonces era: ¿dónde y qué lee la población? Para responderla se realizaron algunos estudios explora- torios en busca de información que permitiera entender el problema. En primer lugar, se estudió el consumo de periódi- cos. De acuerdo con las observaciones, sobre todo en el medio urbano, se detectó que parte de la población adquiere con frecuencia periódicos del día. En efecto, se observó a las personas, especialmente adultas, hojeando o leyendo diarios, en diferentes momentos y en distintos lugares como parques, peluquerías, consultorios, restau- rantes y otros espacios. Lo mismo ocurría en los puestos de mercado y en los negocios, sobre todo cuando baja- ba la demanda de compradores o en los momentos de espera de algún servicio. Es decir, la falta de bibliotecas y de servicio público de lectura se estaba supliendo, de alguna manera, con el servicio alternativo de lectura de diarios o periódicos.
  • 68. 68 Con el propósito de conocer mejor este fenómeno, se decidió estudiar el expendio de periódicos en Chu- paca. Según datos de 2017, cuando Chupaca contaba con veinte mil habitantes, aproximadamente, la pobla- ción consumía diariamente un total de 2379 unidades de periódicos, algunos de circulación nacional y otros impresos en la ciudad de Huancayo. La mayoría de los diarios tenían un precio económico (0,50 o 0,70 soles); los de circulación nacional y de mayor precio tenían una menor demanda. Con esta cantidad de diarios se atendía a cerca del 12% de la población del distrito. Sin embargo, se sabe que un periódico, una vez adquirido, se lee en forma compartida, cuando menos por tres personas, ya sea en casa, en el negocio o en cualquier puesto de mercado. Con esta consideración, el número de personas que leía diariamente un periódico superaría el 30% de la pobla- ción. Adicionalmente a esta información cuantitativa, se obtuvo, a través de los propios vendedores, otros da- tos interesantes respecto al comportamiento de algunos grupos de lectores. Por ejemplo, los jóvenes, en general, preferían diarios deportivos, mientras que las personas jubiladas, especialmente profesores, adquirían hasta tres títulos de periódicos no deportivos, de preferencia aquellos con páginas de entretenimiento, como cruci-
  • 69. 69 gramas. También se nos dijo que algunos pobladores del campo —agricultores en su mayoría, con personal a cargo— adquirían hasta ocho diarios de distintos títulos para leer durante la jornada completa y probablemente para compartir con algunos de sus trabajadores en los momentos de descanso. Finalmente, los padres de fami- lia, sobre todo los domingos, preferían los diarios con suplemento, para apoyar a sus hijos en la solución de sus tareas escolares. En cuanto a otro tipo de publica- ciones periódicas, a través de las mismas fuentes se supo también del consumo de algunos semanarios, principal- mente regionales. El citado estudio demostró que la población de Chu- paca, como cualquier otra de la región, sí lee —en este caso periódicos— y lo hace de manera frecuente. Y que, si hubiera una o más bibliotecas activas en la ciudad, que no solo ofrecieran lectura interna, sino que presta- ran libros a domicilio, ello mejoraría la calidad y la can- tidad de lecturas; incluso, sus usuarios tendrían acceso a diarios y semanarios de Lima. En segundo lugar, se llevó a cabo un estudio sobre el papel de las cabinas públicas de internet. Se buscaba co- nocer a los usuarios que utilizaban este tipo de servicios y los motivos que los impulsaban a hacerlo, así como ex- plorar si el auge de estos lugares significaba la negación del papel que cumplen las bibliotecas.
  • 70. 70 Chupaca, no se sabe desde cuándo, experimentó la proliferación de estas cabinas. Para un buen número de personas, internet suple largamente los servicios de una biblioteca, incluso para muchas autoridades municipa- les. Y es probable que este pensamiento constituya una de las principales causas de la subvaloración que sufren hoy las bibliotecas y de la escasa atención que estas re- ciben de las autoridades. Sucede que, en estos espacios, ubicados muy cerca de sus casas, los usuarios de todas las edades son atendidos rápidamente sin requisitos ni mucho menos carné de lector. A ello se suma el amplio horario en el que atienden, valor añadido que, muchas veces, las bibliotecas no brindan. El estudio se realizó sobre la base de unas cuarenta cabinas, estratégicamente ubicadas en la plaza principal y en otras arterias del cercado de Chupaca y barrios cir- cunvecinos, muy cerca de las instituciones educativas. Como en el anterior estudio, aquí también se utilizaron encuestas y entrevistas y, a través de ellas, se acopió in- formación relevante. A la luz de la información recabada se puede deducir que las cabinas públicas de internet no son la causa de la inactividad de las pocas bibliotecas existentes o de la disminución ostensible de sus lectores, sino más bien, su consecuencia. Es decir, la poca atención que han recibi- do las bibliotecas escolares y públicas por parte del Esta-
  • 71. 71 do les ha impedido modernizarse y satisfacer las necesi- dades y expectativas de sus lectores, lo que ha generado la expansión de las cabinas. Los pocos lectores leales que quedaban de la biblioteca municipal han debido migrar a las cabinas públicas de internet, donde ahora encuen- tran la solución a sus necesidades de información, sin restricciones ni contratiempos. De otro lado, se evidenció que un considerable por- centaje de ellos, sobre todo niños, adolescentes y jóve- nes, no tienen recuerdos de haber asistido antes a una biblioteca. Este grupo es el que se desenvuelve con total normalidad en internet y en las redes sociales, e incluso demuestra cierta autonomía y dominio de habilidades en el uso de las diferentes funcionalidades del sistema. Con todo, debemos admitir que el estudio realizado no permitió conocer el verdadero impacto de internet o de las cabinas en la actividad lectora de la población escolar. Para ello es indispensable realizar otras inves- tigaciones cuyos resultados seguramente ayudarían a fortalecer y a mejorar el Plan Lector de las institucio- nes educativas e, incluso, a rediseñar las bibliotecas, me- diante la modernización de sus servicios de acuerdo con las necesidades y la demanda de sus potenciales lectores. Finalmente, el estudio reveló algunos aspectos in- teresantes en relación con la forma en la que estos es- pacios han pasado a suplir algunos de los servicios de
  • 72. 72 la biblioteca pública. Por ejemplo, que la mayoría de los administradores de las cabinas ofrecen a sus usua- rios orientaciones prácticas en cuanto al acceso y uso de internet y otras herramientas tecnológicas, según sus necesidades particulares. Es decir, de alguna forma, los usuarios reciben lo que en el ámbito bibliotecológico se denomina «alfabetización informacional». Este servicio, que no tiene costo adicional, se ofrece igualmente a los usuarios mayores que no están habituados totalmente a las tecnologías de la información. Respecto a los moti- vos por los que los usuarios iban a estos espacios, se ob- servó que la mayoría lo hacía para satisfacer necesidades de comunicación (a través de sus cuentas de correo y las redes sociales); entretenimiento, sobre todo los escolares que acudían en busca de juegos; y la búsqueda de infor- mación para resolver problemas específicos relacionados con tareas escolares o de investigación. Asimismo, un buen número de cabinas reciben la visita frecuente de profesores, quienes van para poder cumplir con algunas tareas propias de su quehacer docente. 2.3. Plan Municipal del libro y la lectura En 2017, la Municipalidad Provincial de Chupaca, de acuerdo con la directiva de la Dirección del Libro y la Lectura del Ministerio de Cultura, elaboró su «Plan Mu- nicipal del libro y la lectura, 2017-2021», con la finali-
  • 73. 73 dad de impulsar la lectura mediante el recurso estraté- gico de la biblioteca municipal, y con la participación de diferentes actores de la comunidad, las entidades del Estado, la sociedad civil y las organizaciones de base. La elaboración del mencionado plan supuso contar con información actualizada sobre las bibliotecas y los distintos componentes de la cadena del libro y, a partir de esa realidad, se plantearon diversas actividades de promoción y fomento de la lectura en los diferentes ámbitos de la comunidad. Un componente central del referido plan era, como corresponde, la reorganización y modernización de la Biblioteca Municipal «Jorge Ba- sadre», con participación de la comunidad. Desafortunadamente, luego de su aprobación me- diante una ordenanza municipal, el plan no fue im- plementado. En consecuencia, la situación deficitaria descrita se mantiene, tanto de la biblioteca municipal como en las bibliotecas escolares. Todo hace pensar que la crisis que atraviesan las bi- bliotecas de Chupaca no es algo particular sino más bien un problema que afecta a todo tipo de bibliote- cas, principalmente a las públicas municipales que, se- gún los datos del INEI de 2017, están experimentan- do una notable disminución en relación con los años recientes. Naturalmente, frente a una etapa regresiva, profunda y compleja, se requerirá un plan integral que
  • 74. 74 exceda a la sola asignación presupuestal para adquirir libros. Deberá examinarse antes el propio modelo de biblioteca vigente, que se ha pretendido generalizar en todas las comunidades, sin un previo análisis del con- texto social y cultural y, lo que es igualmente grave, sin la participación de la comunidad de usuarios. En concreto, el mencionado plan ya no es una he- rramienta capaz de posibilitar el renacimiento de la bi- blioteca municipal y la creación de otros espacios con- vencionales y no convencionales de acceso al libro, la lectura y la cultura. Aún en estas circunstancias, es pre- ciso señalar las acciones perentorias que deben ponerse en marcha; por ejemplo, la recuperación de todos los ambientes de su actual local y proponer su completa refacción. Otra de las acciones más importantes que deben marcar el punto de inflexión entre lo que fue y lo que debe ser en materia de biblioteca es la definición del nuevo modelo de biblioteca pública, basado en las necesidades y en las expectativas de la comunidad. En un contexto por demás complejo —no solo por la pan- demia, sino por el largo tiempo de inacción—, la bi- blioteca municipal de Chupaca necesitará igualmente la orientación y el efectivo apoyo de los organismos especializados del Estado.
  • 75. 75 3. Programa de actividades de promoción y fo- mento de la lectura Lo que viene enseguida es un recuento de las principales actividades de promoción de la lectura que Achikyay or- ganiza periódicamente y que han generado valiosas ex- periencias, muchas de ellas, susceptibles de ser compar- tidas o transferidas a otros contextos o realidades. Estas son, en cierta forma, evidencias de su progresiva con- solidación como institución y como una sociedad civil empeñada en contribuir a la promoción de la lectura en la región central del país, gracias al invalorable traba- jo de sus miembros, al apoyo incondicional de diversas instituciones aliadas, y al respaldo y reconocimiento de la propia comunidad. 3.1. La maratón de lectura La maratón de lectura es una jornada pública de lectu- ra con un determinado número de horas de duración, llevada a cabo por personas de diferentes edades y ocu- paciones, organizadas en grupos. El objetivo principal de esta actividad es sensibilizar a la población sobre la importancia de la lectura y la necesidad de promover su práctica en la familia, la escuela y en otros espacios de la comunidad.
  • 76. 76 La primera maratón de lectura organizada por Achi- kyay, denominada «Chupaca, comunidad de lectores que progresa», tuvo lugar en la plaza principal de la pro- vincia el 23 de abril de 2016, fecha declarada por la Unesco como el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. La convocatoria fue impresionante y se logró cumplir con las diez horas de duración previstas. Fue la primera y gratificante experiencia de promoción de lec- tura que, de inmediato, dio pie a pensar en las siguien- tes versiones. Esta iniciativa ya va por su quinta versión y constituye parte del calendario de actividades de la municipalidad y de otras instituciones locales, como la UGEL. Como resultado de todas sus versiones, actualmente la maratón de lectura cuenta con bases metodológicas ya concordadas por el comité organizador. Estas son las que orientan su organización, desarrollo y evaluación, edición tras edición. En principio, el comité organiza- dor es el que se encarga de conducir toda la actividad, su dinámica y la logística. Por su naturaleza educativa, es importante que en cada edición de la maratón se in- troduzcan algunas variantes, sobre todo aquellas que conciten el interés de sus potenciales participantes, por ejemplo, en lo relacionado con los temas de lectura, la presentación de los grupos, los estímulos que deben en-
  • 77. 77 tregarse a los participantes —tanto en forma individual como institucional—, entre otros aspectos. Los resultados de las cuatro últimas ediciones son alentadores, tanto por la diversidad y el número de instituciones participantes, como por la calidad de lecturas y la presentación de actividades complementa- rias (como la musicalización y teatralización de las lec- turas). Así, la maratón de Chupaca, como se la conoce ahora, ha evolucionado hasta convertirse en una verda- dera fiesta del libro y en un espacio de reconocimiento y de valoración social de la lectura por parte de la comu- nidad. Su duración supera ya las doce horas continuas y en los próximos años seguirá creciendo y mejorando, gracias al esfuerzo de los propios lectores, que son final- mente sus protagonistas. 3.2. Seminarios y talleres Desde sus inicios, Achikyay ha realizado diversas activi- dades, algunas de ellas fundamentales en su progresivo posicionamiento, porque estuvieron dirigidas a abordar temas que interesaban sobre todo a los docentes. Con ello se promovió el diálogo, el intercambio de experiencias y la propuesta de soluciones. La primera actividad académica organizada por la insti- tución fue el I Seminario Taller de Promoción de Lectura:
  • 78. 78 construyendo una comunidad de lectores, desarrollado en marzo de 2016, con el objetivo de fomentar actividades de promoción y comprensión lectora en las instituciones educativas de la región central y, complementariamente, difundir experiencias relevantes en el ámbito escolar, tanto de la región como de Lima. Ese mismo año, en setiembre, se llevó a cabo el Semi- nario Internacional sobre Promoción de Lectura: nuevos enfoques y desafíos, en la ciudad de Huancayo. Con este evento se buscó, además de reflexionar sobre las nuevas tendencias en promoción de la lectura, divulgar experien- cias exitosas en el país y en el extranjero. Se buscó también insertar en el debate los temas relacionados con la influen- cia que ejercen la familia, la escuela y la comunidad en la promoción y la práctica de la lectura. Las ponencias de los expositores nacionales y extranjeros se centraron en los pla- nes nacionales de lectura, las experiencias en promoción de lectura desde las bibliotecas públicas y escolares, así como en los proyectos de lectura en áreas rurales y zonas de ries- go; además, hubo talleres especializados5 . 5 Para la realización de estos talleres fue fundamental el apoyo de muchas personas. En el plano internacional, Nelson Ro- dríguez, experto en lectura y director de Psicoconsult, en Pa- namá; Lucía Abello y Paola Zúñiga, experimentadas biblio- tecólogas de Chile; Luiza Monteiro Soares, Patricia Lacombe y a María Soares, todas ellas expertas en proyectos sociales en Brasil. En el plano nacional, Milagros Saldarriaga, directora
  • 79. 79 Tres años más tarde, en noviembre de 2019, tuvo lugar en Chupaca el II Encuentro Nacional de Biblioteca Escolar y Lectura: experiencias y propuestas para construir una co- munidad de lectores, evento que tomó la posta de los orga- nizadores del primer encuentro realizado un año antes en la ciudad de Arequipa. Esta actividad contó con destacados ponentes nacionales y extranjeros, lo que enriqueció el te- mario. Entre los asistentes hubo delegaciones de Arequipa, Lima, Huánuco, Cajamarca y una nutrida participación de docentes de las instituciones educativas de la UGEL de Chupaca. A estos encuentros se suman diversos talleres y capacita- ciones organizadas por la asociación, entre los que destacan un taller editorial para contribuir a mejorar los proyectos de edición; las Jornadas de colaboración en Bibliotecología (Yanapanakusun), con participación de bibliotecólogos y bibliotecarios del centro del Perú, como una modalidad de de la Casa de Literatura de Lima; Liubenka Obranobich, de CEDRO; los profesores Renzo Pérez, César Cóndor y Kiko Astete, exitosos líderes al frente de las instituciones educativas de Chupaca; y Gabriela Tenicela e Isbel García, jóvenes im- pulsoras de proyectos de promoción de lectura en zonas vul- nerables de Piura y Lima, respectivamente. Finalmente, fue decisivo el apoyo permanente de Cecilia Justino, directora de la biblioteca de la Universidad Continental de Huancayo, al programa de talleres especializados, programados como parte de este evento.
  • 80. 80 capacitación en el trabajo, que ayudó también a la organi- zación técnica de la biblioteca especializada de Achikyay; y los talleres de capacitación para el personal de bibliote- cas escolares y los talleres demostrativos de mediación de lectura, con madres de familia y con niños para afianzar la identidad cultural. Con todo, tenemos como objetivo pendiente divulgar las experiencias y los conocimientos expuestos y generados en cada uno de estos espacios for- mativos y, por ello, estamos trabajando en la mejora del equipamiento técnico y tecnológico de nuestra biblioteca especializada, que es la depositaria de todo ese bagaje. 3.3. Proyectos en curso y en cartera Entre los proyectos en curso destaca «Libros vivientes», que surge de la necesidad de registrar, documentar, preservar y difundir muchos conocimientos de la comunidad que, a pesar de su enorme importancia, se encuentran solo en el ámbito oral, razón por la cual corren el riesgo de perderse irremediablemente. La puesta en valor de estos saberes es urgente pues inciden en la formación de la identidad cul- tural y en el desarrollo del sentido de pertenencia de sus habitantes. Por esta razón, Achikyay, en coordinación con profesores de Chupaca y amigos de la institución, elaboró el proyecto desde la perspectiva de la biblioteca pública, de su plan de recuperación de la memoria oral y del fomento
  • 81. 81 de la lectura, que es parte de sus funciones, tal como lo se- ñala el propio Manifiesto de la Unesco sobre la Biblioteca Pública. Así concebido, el proyecto evidencia avances en cuanto a diseño y metodología, a partir de su aplicación en la provincia de Chupaca, así como en otras realidades (Ver Anexo N°1). El producto final de este proyecto podrá tener dife- rentes presentaciones, ya sea como material audiovisual (CD, DVD) o como material impreso (libro, folleto, etcétera). Un subproducto debería ser un directorio de libros vivientes de la comunidad, además del catálogo en el que aparezca cada uno de los personajes. De este modo, si los investigadores o los lectores que frecuentan la biblioteca pública, luego de consultar un documen- to de alguno de los libros vivientes que figuran en el catálogo, se interesan en conocer al personaje, puedan entablar un diálogo directo con él, para complementar la información registrada. Una vez concluido el proceso de recuperación de la memoria oral, corresponderá al bibliotecario completar las demás tareas inherentes al quehacer bibliotecológico, que deberá incluir medidas de preservación y conserva- ción, previas a su difusión y puesta en servicio, razón de ser de la biblioteca. Otra iniciativa en curso es el ya mencionado Pro- yecto CLIA. Entre 2018 y 2019, a instancias de Ana
  • 82. 82 María Talavera, decana del Colegio de Bibliotecólogos del Perú, y de Clara Chu, de la Mortenson Center for International Library Programms (EE.UU) y coordina- dora del programa CLIA (Community and Library In- ter Action), Achikyay tuvo la oportunidad de participar en los proyectos CLIA-Iberoamérica, desarrollados por Colombia, Costa Rica y Perú. CLIA, en esencia, es una metodología que tiene la virtud de buscar y encontrar soluciones innovadoras a problemas de una biblioteca pública, con participación de los propios lectores y los miembros de la comunidad. De ahí que la fórmula en la que se basa sea la interacción entre la biblioteca y su comunidad. Achikyay, en alianza con el Instituto Superior de Educación Superior Pedagógico «Teodoro Peñaloza» y la Biblioteca Municipal «Jorge Basadre», logró formular tres pequeños proyectos, en escenarios diferentes de la provincia. El primero está relacionado con la biblioteca municipal, para reactivar sus servicios con la participa- ción de jóvenes músicos del lugar. El segundo, propues- to por el mencionado instituto superior, para replantear la distribución de espacios de su biblioteca y modernizar su sistema de atención al público para extender sus ser- vicios a la comunidad, con participación de los direc- tivos, los docentes y el alumnado. Un tercer proyecto fue presentado por el mismo centro de estudios, para