LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD-Berger y Luckmann
vida
1. Situación de
Calle adultos
CONCEPTOS
Integrantes:
Da Costa Rodrigo 4.496.985-4
Dimitriadis Thetis 4.542.744-1
Klimavicius Diego 4.462.249-4
Martínez Déborah 4.647.561-5
Pérez Carolina 4.684.469-8
Romano Ana Clara 4.699.538-2
Profesor tutor: Daniel Fagundez
Entrega: 28/08/12
2. 1) SITUACION DE CALLE, HOMELESS.
Para comenzar a trabajar sobre situación de calle es importante poner y contraponer distintas concepciones
que se han construido sobre este fenómeno. La concepción europea utilizada por la FEANTSA (Federación
Europea de Asociaciones Nacionales que Trabajan con personas sin hogar) define a la persona sin hogar
como "aquella persona que no puede acceder o bien conservarlo, a un alojamiento adecuado, adaptado a
su situación personal, permanente y que le proporcione un estado estable de convivencia, ya sea por falta
de recursos, ya sea por dificultades personales o sociales para llevar una vida autónoma". Por otro en el
término sinhogarismo se incluiría también las pautas de movilidad, es decir, el individuo deambula sin
rumbo ni destino en donde el movimiento parecería ser el fin en sí mismo. También se puede considerar
como proceso de movilidad forzada, ya sea por acción policial o movimientos vecinales.
Sin hogarismo supone entonces una traducción literal del término homelessness. Vale marcar que en
Estados Unidos se han realizado importantes trabajos sobre el tema, donde además de lo dicho anteriormente
notan otra característica importante del homeless que sería un cambio en el estatus o en la trayectoria vital
del sujeto. Mayormente los sujetos sin hogar son individuos sin cualificación laboral, excluidos del
mercado de trabajo, sin la posibilidad de acceder a un salario estable que permita su subsistencia. En algunos
puntos se comparten valores sociales con la cultura dominante, en otras ocasiones existe un rechazo frente a
los mismos o se adoptan nuevos valores más acordes con el grupo y contexto de residencia.
Por otro lado se ha tratado de hacer una distinción entre dos figuras, las personas sin techo y las de
situación de calle.
Tomando a Baggio y Verón (2010), las personas sin techo se definen como excluidas de todo sistema
social; y por otro lado las personas o familias en situación de calle son aquellas quienes atraviesan
situaciones de vulnerabilidad social que conducen a la inestabilidad de sus arreglos residenciales.
Pero en nuestro país (al igual que en Chile y Argentina) las personas que duermen a la intemperie o en
refugios nocturnos son denominadas indistintamente: “sin techo o en situación de calle”.
Como denominador común de estos dos conceptos vemos que se aplica el poseer algún tipo de privación
habitacional y tener, como estrategia de subsistencia, acceso a algún refugio.
Así el debate en torno al modo en que la exclusión social y residencial se conjugan lleva, una vez más, a que
la delimitación conceptual de la noción homelessness resulte clave para establecer los rangos posibles de
variación en la extensión y profundidad de las diferentes formas de transitar por la “situación de calle” o “sin
techo”. (Chouhy 2006).
3. 2) EFECTOS de LUGAR
En “La miseria del mundo”, Bourdieu (1993) plantea como desde el surgimiento de las sociedades de
consumo, en las urbes se ha ido organizando la vida en torno a la posibilidad de obtener bienes de consumo.
Aunque en este texto el autor no pretende enfocarse en las grades miserias de los excluidos sociales sin
posibilidad de satisfacción de las necesidades básicas, sino en las “pequeñas miserias” de personas que
pertenecen a diversas franjas sociales, en él aparece el concepto de efecto de lugar que parece aportar al
pensamiento de los lugares que ocupan los sujetos dentro del espacio social que se configura en las ciudades.
En relación a los lugares plantea que los seres humanos, al igual que las cosas, en tanto cuerpos se
encuentran en un lugar ocupando un sitio, siendo el lugar el “espacio físico” que estos ocupan. El lugar sería:
“el punto del espacio físico en que un agente o cosa están situados, tienen lugar, existen”.
Los agentes sociales se configuran en relación al espacio social que ocupan, a su lugar en él y su posición
está determinada en relación a los otros lugares y a la distancia que hay entre ellos.
El espacio físico se define por la “exterioridad reciproca” de las partes y el espacio social se define por la
exclusión mutua o distinción de las posiciones en una estructura en donde aparecen éstas en forma
yuxtapuesta.
Plantea que no hay espacio en esta sociedad jerarquizada que no se exprese de tal manera, apareciendo en él
las distancias sociales y siendo representante este del poder que da la posesión del capital sobre la
configuración del mismo. De esta manera el espacio social se “retraduce” en el espacio físico pues hay una
relación entre la estructura espacial de los agentes sociales y la distribución de bienes y servicios, etc.
Es así que la posición de un agente social se da en el espacio físico en que este se sitúa, de esta manera una
persona sin hogar no poseería existencia social.
El espacio físico oficia de mediador por razón del cual las estructuras sociales y el espacio social se van
transformando en estructuras mentales, siendo así el espacio uno de los lugares donde se ejerce el poder y la
“violencia simbólica”. Esta violencia pasa de forma inadvertida debido a la incorporación de dichos
espacios en las estructuras mentales y a la naturalización de las estructuras espaciales.
Por otro lado, y en relación a espacio social, tenemos el concepto de Hábitat que significa “Lugar de
condiciones apropiadas para que viva un organismo, especie o comunidad animal o vegetal.” (Real
Academia Española, 2009).
Según Bourdieu (1979) el Habitus se entiende por esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a la posición
social, dados por la interiorización de las estructuras sociales.
El autor plantea que el Hábitat configura al Habitus y viceversa y que de esta manera es dudoso pensar que
el acercamiento de agentes sociales espacialmente muy distanciados pueda tener un efecto de acercamiento
social pues “…no habría nada mas intolerable que la proximidad física (experimentada como
promiscuidad) de individuos socialmente muy distantes”.
4. 3) IMAGINARIO SOCIAL:
Castoriadis plantea en su teorización que existe un imaginario que es siempre simbólico. Se refiere a este
como la capacidad de inventar-imaginar significaciones, construyéndose en el modo de ser de lo histórico-
social. El imaginario visto desde esta capacidad imaginante, tiene para Castoriadis dos vertientes:
- Psíquica: La imaginación radical y la psique.
- Histórico social: Imaginarios sociales Instituyentes o Imaginario Radical.
Refiriéndonos a esta primera sub-división Castoriadis sostiene que la psique humana, tiene la propiedad y
capacidad de imaginar, de hacerse una representación que no corresponde ni a lo racional ni a lo existente.
Es esta imaginación radical quien crea el siguiente dominio, el dominio Histórico- social como dominio
ontológico.
Aquí Podemos entonces introducir y analizar los imaginarios sociales en tanto dimensión histórico-social,
haciendo una distinción entre imaginario social efectivo (instituido) e imaginario social radical
(instituyente).
Al primero pertenecerían aquellos conjuntos de significaciones que se encargan de consolidar lo
establecido, porque es lo que ya esta creado. En esta dimensión los universos de significaciones actúan como
organizadores de sentido de los actos humanos, estableciendo líneas de demarcación de lo permitido y lo
prohibido, de lo bello, lo feo, etc.
Cabe resaltar, que lo histórico- social no crea, ni inventa de una sola vez y para siempre significaciones
imaginarias, sino que además crea nuevos organizadores de sentido. Es aquí cuando podemos comenzar a
hablar de Imaginario social Radical. Este surge de lo natural, nos permite pensar en lo no imaginado.
Aparece acá la creación como obra de lo imaginario social, de la sociedad instituyente, como esa capacidad
de crear instituciones enmarcadas en un momento histórico determinado.
Para Castoriadis el imaginario social, o lo social instituyente es creación de significaciones imaginarias
sociales y de la institución.
Estas significaciones imaginarias sociales son aquellas que operan en lo implícito. Son aquello por medio
de lo cual y a partir de lo cual los sujetos son producidos como sujetos sociales, y por lo tanto pueden
representar, accionar y pensar de manera compatible y coherente en el conflicto. La institución es lo que
mantiene unida a una sociedad. Castoriadis plantea entonces que la sociedad le impone a la psique la
socialización a través de sus instituciones, por lo que la psique asigna una exigencia esencial a la institución
social: la institución social debe proveerla de sentido.
Mientras que para Daniel Cabrera (2010) quien retoma la conceptualización de Castoriadis, el imaginario
social es el fundamento ilimitado e insondable en el cual toda sociedad dada descansa. Es la condición de
posibilidad que nunca se da directamente y que permite pensar la relativa indeterminación de las
significaciones sociales y de la institución. Para este el imaginario social es el conjunto de significaciones
que no tiene por fin representar “otra cosa”, sino que es la articulación última de la sociedad, de su mundo y
de sus necesidades.
5. Podemos trabajar también la concepción de imaginario social desde Ana María Fernández (2007) quien
plantea que esta noción hace alusión al conjunto de significaciones por las cuales un colectivo- grupo-
institución-sociedad se instituye como tal, para que como tal advenga, al mismo tiempo que construye los
modos de sus relaciones sociales-materiales y delimita sus formas contraculturales, instituye a la vez sus
universos de sentidos. Estas significaciones sociales inventan- imaginan el mundo en que se despliegan.
Postula además que abarcando la concepción desde este sentido es importante interrogar sobre la inscripción
de los dispositivos de poder tanto en la producción macro de una sociedad como sobre su producción en la
subjetividad de hombres y mujeres.
Cegarra (2012) en su trabajo “Fundamentos Teóricos Epistemológicos de los Imaginarios Sociales” cita a
Pintos el cual considera a los imaginarios sociales como esquemas, construidos socialmente que nos
permiten percibir algo como real, explicarlo e intervenir operativamente en lo que en cada sistema social
entienda como realidad. Es así que los imaginarios hacen “visible lo invisible”. Deben entonces, ser
asumidos como toda aquella mediación entre lo que asume como realidad y lo que percibe, acepta, legitima
de esa relación. Plantea una metáfora donde los imaginarios sociales son como lentes que se tienen pero sin
sentirlos como tales, ya que solo permite “ver” mejor el mundo.
Para finalizar queremos resaltar los trabajos de Carretero (otro autor citado por Cegarra) quien se ha
interesado por encontrar las relaciones entre lo imaginario social y los procesos de construcción social,
tratando por ende de analizar los efectos producidos en el terreno de la creación de las realidades.
Además de los planteos de Bronislaw Baczko (en Cegarra 2012) quien inicia sus planteamientos recordando
que la valoración de los imaginarios pone en duda la tradición intelectual del “cientificismo realista”, como
también problematiza el rol que juega la alfabetización y los medios de comunicación en la difusión de los
imaginarios sociales. También considera que es por medio del imaginario que se pueden alcanzar las
aspiraciones, los miedos y las esperanzas de un pueblo.
4) CUESTION SOCIAL
La cuestión social es un concepto que empezó a ser utilizado con el surgimiento del capitalismo industrial
hasta los tiempos de hoy. En relación a este concepto Alejandra Pastorini (2000) plantea que es el
conjunto de problemas sociales, económicos y políticos que se generan en el surgimiento de la clase obrera
dentro de la sociedad capitalista. Deriva del proceso de constitución y desarrollo del capitalismo.
Marilda Iamamoto (1997) dice que no es otra cosa que expresiones del proceso de desarrollo de la clase
obrera y de su ingreso en el escenario político de la sociedad, exigiendo su reconocimiento como clase por
parte del empresario y del Estado. Es la manifestación, en el cotidiano de la vida social, de la contradicción
entre el proletariado y la burguesía, la cual pasa a exigir otros tipos de intervención, más allá de la caridad y
la represión.
Por su parte Robert Castel (1997) entiende a la cuestión social como una aporía fundamental en la cual una
sociedad experimenta el enigma de su cohesión y trata de conjurar el riesgo de su fractura. Es un desafío que
6. interroga, pone de nuevo en cuestión la capacidad de una sociedad (lo que en términos políticos se denomina
una nación) para existir como un conjunto vinculado por relaciones de interdependencia.
A su vez el mismo utiliza el concepto de La Metamorfosis de la cuestión social, haciendo referencia a la
dialéctica de lo igual y lo diferente, donde a lo largo de este proceso capitalista se van dando
transformaciones históricas de este modelo, por lo cual lo “permanente” va mostrando nuevas formas. Por
ejemplo nociones como las de estabilidad, precariedad, expulsión del empleo, fragilidad de los soportes
protectores de ahora son diferentes a los del siglo XIX, o incluso en comparación a 20 años atrás. Por eso ve
la necesidad de referirse a la Nueva Cuestión Social que hace hincapié en las nuevas formas que se
manifiestan las problemáticas de hoy, por ejemplo el tema que nos compete que es la situación de calle.
5) EXCLUSION SOCIAL –INTEGRACIÓN SOCIAL
A la hora de hablar del concepto de exclusión social es importante poder contextualizar su surgimiento
como fenómeno.
Ana Esmeralda Rizo López (2006) ubica su surgimiento tras una serie de crisis a nivel político, económico,
social en la segunda parte del siglo XX.
Esta autora nos habla de que para centrarnos en el concepto de exclusión social no debemos olvidar el
referirnos también a la integración social. Plantea cuatro tipos diferentes de integración y nos parece
relevante mencionarlos y tenerlos claros para luego poder abocarnos a la exclusión social en sí misma; estos
son: la integración cultural que tiene que ver con las normas de una cultura, la normativa que se relaciona
con la conducta que el sujeto adquiere frente a esas normas en grados de conformidad o disconformidad, la
comunicativa que tiene que ver con el intercambio de significados con el grupo y la funcional que se
relaciona con la interdependencia que se produce por los intercambios de servicios dentro de la división de
trabajo.
Se plantea que la integración tiene una clara relación con la ciudadanía, con la participación, la toma de
decisiones dentro de una sociedad y esto tiene que ver con tener determinados derechos y deberes como
ciudadanos.
Es importante esta mención a los derechos y deberes que realiza la autora a la hora de referirse a integración
social porque nos ayuda a pensar justamente en aquellos que no están integrados o incluidos en la sociedad,
¿qué pasa con sus deberes, con sus derechos, con sus posibilidades de participar y ser parte de las decisiones
dentro de una sociedad?.
El concepto de exclusión social aparece entonces como ya dijimos relacionado al de ciudadanía y por lo
tanto excluido será aquél que no pueda gozar de sus derechos y obligaciones plenamente.
Para Ana Esmeralda Rizo López el concepto de exclusión social tiene que ver con la fractura de los
elementos básicos de integración y la aparición del individualismo como nuevo factor que lo aleja del viejo
conflicto de exclusión por un tema de clases sociales.
La autora cita también a Robert Castel que en su obra” De la exclusión como estado a la vulnerabilidad
como proceso” (1995) nos habla de la exclusión social ( o desafiliación social) como un proceso dinámico y
7. complejo que se divide en diferente fases o zonas. Dichas zonas serían: de integración, de vulnerabilidad
que tiene que ver con la precariedad del trabajo y fragilidad de los soportes relacionales y una tercera zona
de marginalidad o exclusión.
La autora nos plantea la existencia de agentes de la exclusión social, que serían por un lado el Estado y la
Administración Publica en su conjunto, sobre todo en lo que tiene que ver con el ámbito jurídico.
Por otro lado menciona a la economía en lo que refiere al mercado y el empleo, un mercado que con sus
leyes de producción excluye a quienes no producen ni pueden consumir. Otro agente que menciona es la
propia sociedad como factor de exclusión y por último nombra los agentes individuales como causantes de la
exclusión por motivos personales que le impiden al sujeto la integración plena a la sociedad.
Por otro lado a Castel le parece pertinente hablar de desafiliación social y no de exclusión. No hay nadie
que esté fuera de la sociedad sino un conjunto de posiciones cuyas relaciones con un centro son más o menos
laxas: ex trabajadores victimas del desempleo prolongado, jóvenes que no encuentran trabajo, problemas de
vivienda, mala escolarización, mala asistencia sanitaria entre otros. Por lo tanto podemos pensar que no
existe ninguna línea divisoria clara entre sujetos en este tipo de situaciones y otros un poco menos
vulnerables que trabajan sin tener la seguridad de ser despedidos al mes, de ser desalojados al siguiente mes
de la vivienda, o de abandonar las instituciones escolares por falta de recursos.
Otra diferenciación sería que la exclusión es inmóvil, designa un estado de privación. En cambio el término
desafiliación lo utiliza para designar el desenlace de este proceso.
Robert Castel (1997) dice que hablar de desafiliación no es confirmar una ruptura, sino retrasar un recorrido.
El concepto pertenece al mismo campo semántico que la disociación, la descalificación o la invalidación
social. Desafiliado, disociado, invalidado, descalificado, ¿con relación a qué? y justamente para el autor
este es precisamente el problema. Por lo tanto para él es más adecuado hablar de desafiliados que de
excluidos.
6) RED SOCIAL:
El concepto de red social es un término “nuevo” el cual ha sido trabajado por diversos autores. Para
comenzar a lograr algún tipo de definición –si es posible esto- mencionaremos a Manuel Castells (citado
por Najmanovich y Dabas) donde en su obra “La era de la información” en el primero de tres tomos
llamado “La sociedad en red”, nos define el concepto de red social como un conjunto de nodos conectados.
Estos nodos van a tomar diversas formas ya sea que nos referimos a algo corpóreo como ser un ser humano
o a algo abstracto como un gobierno, una institución educativa, entre otras. La toma como estructuras
abiertas con capacidad de expandirse, donde nada escapa de ella, todo forma parte de la red social.
Por su parte siguiendo a Denise Najmanovich y Elina Dabas (2007) en el articulo “Una, Dos, Muchas
redes: Itinerarios y afluentes del pensamiento y abordaje en redes” nos plantean que el concepto de M.
Castells es un poco ambicioso al dar una definición tan estricta. Dice que el concepto de red ha existido
desde siempre ya que la “forma red” da cuenta de un modo de conexión no formalizado ni instituido. Toma
la definición de Castells como abstracta y excesivamente restrictiva ya que –dice Najmanovich- no da cuenta
8. de la multiplicidad de las redes y de sus modos de articulación con otras formas organizativas con la que
coexisten, co-evolucionan e interactúan.
Najmanovich plantea por otra parte tomar el concepto de Rizoma que lo encontramos en la obra de Gilles
Deleuze y Felix Guattari (2002) este –dice- nos sirve como una analogía para enriquecer la noción de red
social. Podemos entender el Rizoma como un modo de extensión superficial ramificada en todos los sentidos
con concreciones en los bulbos y tubérculos. Este concepto resulta interesante cuando hablamos de red
social ya que tiene algunas características particulares como por ejemplo, principio de conexión (cualquier
punto del rizoma puede ser conectado con cualquiera); principio de heterogeneidad (es por naturaleza
heterogéneo, diverso en su itinerario pudiendo conectar eslabones semióticos, organizaciones de poder, arte,
ciencias, luchas sociales entre otras); principio de multiplicidad (la multiplicidad no tiene sujeto ni objeto,
sino tan solo determinaciones, grandezas, dimensiones que no pueden crecer sin que ella cambie de
naturaleza); principio de ruptura asignificante (todo rizoma contiene líneas de segmentariedad, según las
cuales es estratificado, territorializado, organizado, significado, atribuido, etc.; pero también líneas de
desterritorialización por la que huye sin cesar).
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