3. Para S. Freud el sueño es
el resultado de nuestras
propia actividad
anímica, representado por
imágenes visuales surgidas
por representaciones
involuntarias y por
imágenes auditivas
proyectadas en su espacio
exterior.
4. Fase N° 1:
(fase del sueño ligero) es la
transición desde la vigilia al
sueño; se la reconoce por la
aparición del patrón regular α
(alfa de amplitud de onda
alta y regular) e instauración
de un patrón de amplitud baja
y de frecuencia
mixta, predominantemente en
el intervalo theta (2 a 7
Hz), con movimientos oculares
lentos "en balancín".
5. Fase N° 2:
NMOR se define por la
aparición de complejos K y
de husos de sueño
superpuestos a una actividad
de base similar a la del
estado 1. Los husos de
sueño son descargas de alta
frecuencia de corta duración
que presentan una amplitud
característica con subidas y
bajadas. No hay actividad
ocular y el EMG da un
resultado similar al estado
1.
6. Fase N° 3:
Se caracteriza por ser un
sueño con más del 20%
(pero menos del 50%) de
actividad delta de amplitud
elevada (> 75 microV)(0,5
a 2 Hz). Los husos del
sueño pueden persistir,
sigue sin haber actividad
ocular, y la actividad del
EMG permanece en un nivel
reducido.
7. Fase N° 4:
Corresponden al sueño más
profundo porque durante
ellas aparecen las ondas
delta, que son muy lentas.
El tono muscular es débil y
la frecuencia cardiaca y
respiratoria disminuyen.
Durante ellas ocurren los
sueños, así como los
episodios de terror
nocturno en el niño y los
episodios de sonambulismo.
Los movimientos oculares,
si existen, son lentos.
8. Conocido también como "sueño
paradójico", desincronizado o D. Se
caracteriza por un EEG de baja
amplitud y de frecuencia mixta similar
al de la fase 1 del NMOR. El EOG da
muestras de MOR similares a las que
se observan cuando la persona en
cuestión permanece despierta y con los
ojos abiertos. La actividad del EMG
permanece ausente reflejando la atonía
muscular completa de la parálisis
motora descendente característica de
este estado.
9. La privación de sueño en el hombre
afecta a diferentes aspectos de la conducta: disminuye el nivel
de activación y alerta
durante la vigilia, por tanto, decae el rendimiento y se produce
un mayor riesgo de
accidentes laborales y de tráfico, también
puede disminuir la motivación y las capacidades cognitivas.
10. El insomnio. Consiste en la
dificultad para conciliar el sueño o
en despertarse frecuentemente.
Sus causas son múltiples como
el envejecimiento, el estilo de vida
o los fármacos, pero también la
patología psicológica. Los insomnes
crónicos presentan un perfil de
depresión, ansiedad, inhibición de
las emociones y carácter obsesivo.
11. Está implicado en la “recarga
de baterías” del organismo:
Durante esta horas es
segregada la hormona del
crecimiento que permite a
nuestro organismo desarrollarse
en la pubertad y sincronizar los
ritmos biológicos según el
ambiente externo.
12. Esto llevaba a considerar que el
sueño es una conducta pasiva,
cuyo comienzo sería facilitado
por la desaparición de estímulos
externos que provocarían una
caída de la vigilia. Se trataría
de una desconexión del
encéfalo, en particular de las
áreas sensoriales cerebrales del
resto del organismo.
13.
14. El hemisferio izquierdo controla la parte derecha de nuestro
cuerpo, y el hemisferio derecho controla la parte izquierda del
mismo.
El 90 % de la población es diestra y el restante zurda. Esto significa
que cosas tan importantes como el escribir, el comer, o utilizar el ratón
de un ordenador se realizan con el hemisferio izquierdo (nuestro lado
lógico y analítico recordemos). Vemos como así, se ve ejercitado o
potenciado el hemisferio izquierdo por algunas de nuestras actividades
más cotidianas.
15. Nuestro hemisferio izquierdo es
secuencial, y el derecho simultáneo
El hemisferio izquierdo es bueno en el
reconomiento de secuencias, de hechos que
ocurren uno después del otro, en
comportamientos secuenciales. Algunos
ejemplos serían la capacidad humana de
hablar, entender lo que escuchas de otros
individuos. Por otro lado el hemisferio
derecho es el que nos capacita para
interpretar cosas de forma simultánea y
relacionarlas. Por ejemplo es el hemisferio
derecho el que nos da las claves para
interpretar la cara de la gente.
16. El hemisferio izquierdo es especialista en texto, y el derecho en el
contexto
En la mayoría de las personas el lenguaje esta controlado por el
hemisferio izquierdo, es el que controla el qué se dice. En cambio es el
derecho el que nos ayuda a contextualizar el leguaje, a entender por
ejemplo una metáfora en un texto o en una conversación. Recordemos
que el lado izquierdo es analítico y “simplemente” analiza series de
elementos, el derecho, en el caso del leguaje por ejemplo, se centra en
cómo se dicen las cosas y no en el qué se dice, y es el que nos brinda la
posibilidad de entender el mensaje que nos hacen llegar.
17. El hemisferio izquierdo analiza los detalles mientras el
derecho sintetiza y muestra una foto global de las cosas
El hemisferio izquierdo es capaz de analizar la información, pues
bien, es el derecho quién nos da la capacidad de sintetizar la
misma, de coger varios elementos y ponerlos todos juntos para
que tengan un significado. El hemisferio derecho establece
relaciones entre diferentes elementos. No analiza una nariz, una
boca, unas cejas, luego los ojos y después la orejas, simplemente
relaciona y sintetiza todos los elementos de un rostro y lo ve
como un todo.