2. La Religión y su Percepción inicial
Primera impresión: Ilimitado pluralismo que hace
que la verdad parezca ilusoria y que da paso a una
segunda impresión: la identidad oculta de los
espacios religiosos que no se diferencian en los
grandes símbolos fundamentales y en su significado
pareciendo que todas ellas se relacionan con la misma
estructura del pensar que resulta evidente en algunos
contextos, álguien puede ser a la vez budista y
confusionista.
3. Aparentemente tienen su punto de partida en la
experiencia interior de lo místico: de allí que luego
surja la forma indirecta de conocimiento
“proporcionado” únicamente por el “místico”.
En realidad hay un número limitado de estructuras
encuadradas en un determinado desarrollo intelectual.
4. El Hecho Religioso y su secuencia
Experiencias
Primitivas
Religiones
Míticas
Triple
evasión del
Mito
Mística
Revolución
monoteísta
Ilustración
5. Diferencias
En la Mística la primacía está en la interioridad considerada
como lo absoluto de la experiencia espiritual:
Dios es lo puramente pasivo en relación con el hombre: El
contenido de la Religión consiste en sumergirse en Dios,
sin que exista ninguna acción de Dios.
Es una experiencia espiritual del hombre que se convierte
en lo único, lo absoluto en la historia de la religión
La Revolución Monoteísta surge de una convicción opuesta:
Dios actúa primero: el hombre no es capaz de nada por sí
mismo. Parte de la Revelación y de un llamamiento de Dios
que se constituye en absoluto, universal de donde proviene
la salvación del hombre: su plena realización como
persona.
6. Carácter Histórico de la Religión
1. En lo “místico”, lo decisivo reside en la vivencia del hombre, de
donde se deriva su ausencia de sentido histórico: su núcleo es
idéntico para todos los tiempos, lo importante no es su
vivencia sino sólo su contenido que sobrepasa y relativiza todo
lo temporal. Sus fundadores como Laotsé, Confusio o Buda
eran auténticos líderes que presumen –como Buda- pervivir en
el tiempo.
2. En el camino monoteísta, Dios hace un llamamiento al
hombre, en un tiempo y un espacio, donde comienza una
relación personal con un carácter histórico: los patriarcas y
profetas, eran seres humanos contextualizados, imperfectos,
pobres, ignorantes y en la mayoría de casos sin condiciones de
líderes. La revelación de Dios no es intuición, es un camino de
esperanza, descubrimiento y acción.