SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 15
Descargar para leer sin conexión
.... (
~o'-~ó~.~-
. . ----
r·' f-,; 1'-v_"'~
( ---
,i_,:;~!J_.
- ~ -~
SEGUNDA PARTE
LA EXPANSIÓN EUROPEA E~ EL S[GLO X'I
Gi11seppe Braceo
Escaneado con CamScanner
1. LA DEMOGRAFÍA
1. 1. LA EVOLUCIÓN DE LA roBLACIÓ!'I EUROPEA
El término ·expansión se puede aplicar a la economía europea del siglo xv1
considerándolo en 1odas sus acepciones y en casi todos los parj,metros económi-
cos en su conjunto. Ciertamente, la llegada de los europeos a todos los rincones
del mundo engrandece el uso y privilegia la referencia topográfica. pero también
los fenómenos que tuvieron lugar en el curso del siglo en el interior del continen-
te justifican aún más su empleo. En particular, prestando aten:ión a los actores
que operan en el escenario de Europa, a sus hombres. se cap~a inmediaL?mente la
señal de lo que puede considerarse uno de los elementos funda.•nenU!~ del pro-
ceso que los llevar:i a asumir un papel dominante, esto es. la vitalidad. Refirién-
dose a los temas demográfkos, la observación puede parecer ray:i.na e:i el límite
de lo ingenuo o de lo vulgar, porque precisamente en el desarrollo der:,ogr:if1co
se descubre la primera eitpresión de la vitalidad. pero est:i universahnente reco-
nocido que con el inicio del siglo XVI cobró impulso un crecimiento ccnst:l!lte de
la población europea, si bien con algun:i.s diferencias y dis=p:mci~ e:: cada una
de las áreas nacionales.
La documentación disponible es divers:i y no pu::-de ref::rirse .! los censos cli-
sicos. para los cuales se encuentran solamente algunos ejemples r~curso~s y
primordiales en sus característic:i.s, de cualquier modo dict:idos sol:-~ todo por
exigencias fiscales y formados consider:mdo segmentos parciales de la pobilci6n
y de sus agregaciones, como los núcleos famili:ires. y e"<cluyendo h:ibitualmente
en su mayoría a los menores en edad infanttl. : falta de ~sistros del estado ci-
vil. en muchas áreas europeas se descubren registros p:i...,.c,quiale · de b:iutismos,
matrimonios y enterramientos. realizados en el seno de 1:1.s r:im.'Quias. católicas
o no. Italia e Inglaterra fueron las dos ircas en l:is que los re~istto,; p:irroquiales
arraigaron fuertemente a lo l:u-~o del siglo xv1. t:1mt:-ién come- consecuencia de a
Contrarrcform:1 para unn y del n:.i..:imiento de l:1 l¡::ksia :mglic:uu p:u-a In otra. Los
dcm:s p.lfscs de traclici<-n cristi:ma, en las diver·:H c,mfesic-n..-s. si¡::uieron más
adelante.
Además de ll,s datc,s t·strictuml'nll· dcnws:r.ifico~ St' h:m descubierto los sig-
no~ ck la cxp:msión de la población l·uropt•n l·n cnsi t"'-los los campos de la vida
ccon6mica. Las in'cstii.:aciones tcnitorinks dc11111c:-str.1.n. adem:is. que tanto las
l":m~:i~ como los efecto: de la c:-tp:msión dctlll'!!r.fic:i iueron distintas en las di-
Escaneado con CamScanner
44 HISTORIA ECONÓMICA DE EUROI'A, SIGLOS XV-XX
versas zonas, confirmando en todo caso la tendencia de conjunto. Se calcula que
<.:on el siglo xv1 la pobl:ición europea recuperó totalmente las enonnes pérdidas
de la epidemia del siglo x1v y superó el límite anterior, oscilando en torno a los
cien millones de individuos.
En un siglo que representa el auténtico momento de transición de la sociedad
europea desde el mundo medieval hasta la Edad Moderna, la distribución de la
población en el territorio presenta todavía gran parte de las características de la
época anterior. En resumidas cuentas, se asiste a la permanencia de una disper-
sión de !ºs asentamientos, con la preponderancia de pequeños centros pero sin la
presencia de las que podrían definirse como grandes ciudades, aunque puede se-
ñalarse el siglo xv1 como el momento en que comienza el crecimiento de las fu-
turas metrópolis de la Edad Moderna. Algunas estimaciones reducen a cuatro ciu-
dades las que tendrían una población igual o superior a los cien mil habitantes:
Milán, Nápoles y Venecia en Italia, y París a principios del siglo xv1; mientras
que a finales del siglo se computan ocho: Milán, Venecia, Roma, Nápoles, Paler-
mo, París, Londres y Lisboa. Con cincuenta mil habitantes o más habría, respec-
tivamente, siete ciudades al comenzar el siglo y trece al terminar. Las mismas es-
timaciones calculan en un 5,6 por 100 el porcentaje de la población europea que
puede definirse como urbana a principios del siglo, la cual habría alcanzado el 7,6
por 100 a finales del mismo.
En reaHdad, la evolución de la población en las diversas áreas geográficas fue
inevitablemente diferente y se resintió de los acontecimientos poHticos y milita-
res que afligieron a los países europeos con una distinción bastante clara entre las
dos mitades del siglo, encontrando una separación en el tratado de Cateau Cam-
brésis (1559), sobre todo por la pane que había sido teatro de las principales vi-
cisitudes militares.
El examen de los índices demográficos de la natalidad y de la mortalidad
pone de manifiesto valores elevados, que en épocas de normalidad habrían
asegurado un saldo ampliamente positivo, pero q~e en tie~pos po~o comunes
tropezaron con las antiguas dificultades de la sociedad preindustrial..Los tres
males fundamentales, carestías, guerras y epidemias, a lo largo del siglo ~ro-
dujcron todavía sus efectos nefastos, pero comenz_
aron a c~contrar correc~i~os
que limitaron los retrocesos. Puede identificarse cierta meJora_
d~ las con~1c10-
nes alimentarias y la aparición de las primeras normas sobre intervenciones
sanitarias, al mismo tiempo que las guerras tuvieron un peso sob~e los ~conte:
cimientos demográficos que fue más allá de los meros ~fcctos natural~s, pro .
vacando en gran medida desplazamientos de la población entre los diversos
territorios.
1.2. LAS MIGRACIONES ENTRP. EL VmJO y EL Nu1wo MUNDO
La población europea se presenta en movimiento a lo largo del >.iglo "·VI ~i-
guiendo varias directrices. . . . .
1 · d· d en el fenómeno de la url>aniz,1t.:i611 111c1p1c111t:. 1:11 l'.~t,·
Del campo a a c1u a ,
LA EXPANSIÓN EUROPEA EN EL SIGLO XVI
sentido se presenta como paradigmático el caso inglés, que demuesuaunai:.:.:.
formación de los campos con la realización de los cercamientos y el COl i~ui,:..
te -aunque no fuera del todo debido a ellos- crecimiento de Londrc, lu:
quintuplica su población en el curso de un siglo. Las estimaciones hab11u:1
i~;
calculan una variación del porcentaje de la población urbana de Inglaterra !!el
3,t al 5,8 por t 00, de España del 6, l al l I,4, de Portugal del 3 al I4,1, y de los
Países Bajos septentrionales del 15,8 al 24,3. Fue diferente el comportamiento
de los italianos, los cuales en la primera mitad del siglo parecieron dispersarse
en los pequeños centros, para retomar el flujo de la urbanización en la segunda
mitad del siglo.
En el movimiento entre ciudad y campo se asiste, además, a un fenómeno ca-
racterístico de la economía agrícola por lo que se refiere a los individuos despro-
vistos de medios de subsistencia, que se definen de modo genérico e indistinto
como «pobres». Los estudios de los efectos de las épocas de crisis sobre la distri-
bución de la población están de acuerdo en destacar que los pobres se mueven en-
tre la ciudad y el campo, entre el núcleo ciudadano y el área :ural. según ritmo~
estacionales, dictados por la sucesión de las cosechas y por los Jugares de alma-
cenamiento de las provisiones. Los momentos de crisis de1erminan también un
cierto movimiento de los pobres entre los centros urbmos, en busca de lugares
donde se experimentara una menor carencia de recursos. :-:o en vano una cons-
tante de las intervenciones frente a las crisis es la definición y el censo de )05 lla-
mados pobres forasteros, a los cuales se obligab:i a regresa::- a sus lugare~d: ori-
gen o de residencia estable.
En cada país la migración tuvo lugar según esquem:i.s diferenci:ido;. L"no d::
los más singulares es el que ofrecen los suizos, que c:n este ¡::eríodv em1gr:uon a
muchos países como militares al servicio de l:is divers:is eones europe.Js. a m1,•.:s
de una auténtica y propia institución pública que gestionaba c:I frnóm::nc- a ni, d
cantonal y federal. Las guemis de religión desemp::ñaron un papel imp.;:,nJmc: c:n
las emigraciones hacia los Países Bajos con grupos completament: h~•mog.!n.:os.
como los valones, y hacia Inglaterra de manera m.is variad:i. Los ejercite, impe-
riales y del rey de España no fueron mc:nos en su despli::guc: gen.:r,1.hzaJ.;:,. Ade-
más, las políticas mercanlilistas de los Estados euro¡x·os _
fJ,·ore:1cron d d.;-sp_la-
z.amiento de los t~cnicos de los diversos oficios} produ :iones. k•s cu:iks deb1.U1
moverse entre los incentivos ofrcddos por los p.1ises anlltn011<"3 ~ l.1; ¡,.:-nas pre-
vistas con las que amt-nazaban los países dt- ori~cn. . . .•
De un continente a otro las emigraci,,nes ofre,c..-n car.1,tensu.::as partl:Ulares.
Eícctivamentc, si es inneg:iM,· d :11ra,1i,·o J..-.los nue'OS 1cmtonos.que se e~:
Colltr·ib·i11 •
111isposici0n de los europ..-os, .:1 tli1JC" h:i.:1.1 i.,s nue, os ~aise~ no P
1
r
• ' ' · rJ S t pusieron mue 1Os
scntll his características ck 1111 mo'imic:nto d,fum I o. . t'
111 cr . . ~. od
· 1 .t ... 1· · ti• lr, · n.1Jes l:tn:os e m~om os,
obst:lculos Ante todo l:1s d1fic:u tac l'~ ''"J" l:ts < '' • • • •
. , , .'. . . •s.: sa n·..:,· itivi,lad el,• t,,s lu¡:.1rt·s ,·n 1t1s que era necesario
aco111p,1i,HIOs ~m.!~;,,~-
1,·spiri:u el,• p1<>11,•l'('l, .11 nit·n,,s hasta que comenzaron .1
adaptarse a v1,·1r ~ g · .
1 1 1
n•
11•
,,t.i•l s,• or••anizaron en d siglo
r
' ) I • · ' '111 l c."S •llll" l'I "• • " o -
eslilr disp,m1b es ,Is
1111
"' ª~ '. '· .· . .. ... ,11111~111ó sobr..- tocio cte hombrt'S
· '  I I TI 1S • 11<.'fl ti> Sl •• • '
~lguknll'. La •·nugrn,·1111 1
· ' ..", ·_- ·.. , ,1ll:unadt> cmm:rcio de ulm1mar. d~d1·
e
1 . 1,111 <>L
··1~1,,n,·s ,k m g,i. "" <l n,
q1ll' lll ; I • ' · ' •
Escaneado con CamScanner
.:
r
...:
,,,,
...
..
•'
,.
'"·~ l IJ/ll, ECONÓMICA DE EUROPA, SIGLOS XV-XX
, .111d,lc .i_ la explotación de los recursos que poco a poco ofrecían las
1
•
11e, en el 111rer' ¡ 1 • exp oracm-
1or e e continente. Por tanto, se trató de un tipo de persona·es ue
11
;
1 1
·r_
n:s~ntaha necesariamente toda la tipología de las ocupaciones prese~te:1en
e
1
~
1
' '.tono europeo. Hombres de mar Y comerciantes, con toda la retahíla de es-
pecralicla~le,; n:lacionadas, junto con los representantes de las burocracias de las
1
'.
1
º'.1
'.'~q1_11as que poseía~ las coloni~s, constituyeron el núcleo fundamental de la
cmt¡~t~crón__e,~r?pea hacia las Américas. Todavía es preciso distinguir entre la emi-
J'rac1on dcf111111va y la temporal puesto que muchos de los que 1· ·
1 . , e 1g1eron empren-
eereI camino ele la aventura y de la fortuna volvieron a su lugar de origen, al paso
que h:ntame~te se fue formando una población definitiva, alimentada también
por las ncccs1dnclcs que, naturalmente, se fueron presentando. De todos mod J
· -6 os, a
c1111v.rnc1 n entre continentes contribuyó de forma dctermimintc a la creación de
una rnic~•'. cl:1se de ~mprendedorcs, que se alinearon con las correspondientes cla-
ses trad1c1onales, s, no es que las sustituyeron sin más.
Ent~ las e~igrac_ion_
e~ hacia América a lo largo del siglo xv1 hay que consi-
<ft:ra'. .iun 1m fi1110 de md1v1duos --que ciertamente no eran europeos-; pero que
se al111c:iron con éstos los esclavos, trafdos por lo general de África para satisfo-
L'er las exigencias del trabajo en lns nuevas plantaciones de caña de azúcar. Hacia
Asia Y África no se produjeron corrientes de auténtica emigración, en el sentido
ele despla1.amicnto.s de grupos de personas con la intención de establecerse de
manera definitiva. A los dos continentes se desplazaron los hombres indispensa-
bles para In gestión de las bases comerciales y militares que los países europeos,
sobre todo Portugal, organizaron como puntos de referencia de su tráfico.
1.3. LA C/ LIOID DE VJD/1
Si en el siglo x1v Europa había vivido la espantosa tragedia de la epidemia ele
;1 peste negra, que había reducido el número de sus habitantes de una manera to-
talmente desconocida con anterioridad, puede decirse que en el curso del siglo
xv1 l:i~ enfermedades contagiosas marcaron la vida cotidiana, en el sentido de
que las epidemias de peste, y no sólo éstas, se repitieron con notable frecuencia,
castigando a distimos territorios.
_El fenómeno ha sido ampliamenté estudiado, se han ofrecido diversas expli-
c:1c1ones. a fin de cuentas. giran todas alrededor de algunos elementos de fondo
comunes. La peste ya se encontraba firmemente establecida en Europa de fonna
r::nd¿_
mica, Yperiódicamente, con una marcada frecuencia, explotaba en forma cpi-
dém1cn. Lo~ lugares más afectados son siempre los centros urbanos --donde se
c?ncc:ntran numero.sos individuo en condiciones higiénicas penosns--, en la me-
cl1~J en que al aumento de la pobl<1ción no le corresponde una expansión consi-
guiente de la.s viviendas. El primer puesto cnlre las cnusas de la.~ epidemias co-
rresponde, pues, a las pésimas condicione~ higic'.:nicas. Pero tstas se daban de
lonna pcm1ancnte, por lo c¡ue tenía que ser otra la causa desenc.idcr1an1c.
En este sentido se ha observado que los grupos de individuos que se velan
:ifcctaclos por las epidemia~ dcbfan de hallarse en tales .!>ituaciones de <lcliilit:1-
LA EXPANSTÓN EUROPEA JJN llL SrGLO XVl 47
· · · d ,. d I anismo Las épocas de esca-
m1en10 f1srco que se les reducían las e,ensas e org · • .
scz habrían provocado este debilitamiento. Efectivamente, el siglo XVI presenció
· · d manifiesto el problema del
una succs16n de épocas de carestía que pusieron e .
· · · b'é o man1·fcstación posterior del au-
aprov1s1onam1cnto de cereales, tam I n com • . .
mt.!nto de la población en Jos centros urb~nos. A lo largo del s1gl? las c1u~ades s~
vieron obligadas a dotarse de organizaciones estables para gestionar los probl~
mas de abastecimiento y los Estados promulgaron poco a poco ~o-~as encami-
nadas a garantizar la disponibilidad de cereales, altema~do prob1b1crones de_
~x-
portaci6n e iniciativas de aprovisionamiento. El comercio de granos fue ocas16n
de grandes operaciones comerciales, con desembolsos onerosos por parte de las
administraciones públicas. Comerciantes de granos y _naves de carga _recorrf~n to-
1 los mares de Europa desde las regiones del Bált1co basta las orillas onenta-
cos • . .
Jes del Mediterráneo, mientras que se realizaban esfuerzos orgamzauvos_excep-
cionales para transportar los cereales desde los pue_rtos de mar hasta las CJU~ades
d ¡ interior a lomos de mulos. Fue ésta una de las mnovac,ones en las corrientes
d;inffico d~l Mediterráneo, que en los siglos anteriores había sido pr.ícticamen-
re au1osuficiente.
Las épocas de escasez, por su parte, tenían su_ origen en d!versas causas. L:ª
productividad de las tierras era estructural a la agncultura del uempo. con una l~-
mitada relación entre la semilla y el producto, por lo que cada vez que las condi-
ciones ambientales determinaban una crisis, la escasez era inevitable. La escasn
capacidad de germinación de las semillas -arruinadas por los parisitos y por la~
dificultades de conservación en los almacenes- y la falta de abonos, hacían casi
imposible una absorción de los acontecimientos atmosféricos. Las g~err:is con-
tribuían notablemente a la dcstnicción de las cosechas y de los culuvos en los
campos o n la desaparición de las provisiones, debido al p:iso de los ejércitos, los
cuales, carentes de un sistema autónomo de abastecimiento, vh'ían de los recur-
sos del ten·itorio en el que se encontraban, por amigo o enemigo que fuese.
Aún más, si las condiciones higiénicas en las vi'iendns y en los centros urba-
nos eran malas, eran pésimas las de los ejércitos empleados en las numerosas
guerras que afligieron a Europa en el siglo xv1. Los cuerpos milit:ires hab:ían
sido los difusores de gérmenes y parásitos que alimentaron l:i.s numerosas epide-
mias del siglo. En esencia se habría formado un círculo vicioso que partiendo de
situaciones de escasez. y dt> tr:'.ínsito de los ejércitos, habrfa hecho posible que las
enfermedades castigaran con intensid::id a organismos de todos modos debilita-
dos por las dificultades contingentes.
Un papel nada secund:irio en J:i propagación de las cnfem1edades lo desarro-
llaron, ele 1oclns maneras, los mo'in,ientos de hombres determin:idos por la ex-
pansión ele los europeos desde su continente h::ici:i 01r:1s :'.íreas del globo. En este
sentido se dieron c:1s0s de epidemi:is impNl:idn~ a tr:wés de- las ciud:ides marÍli-
ma~. pl'ro hay tambié'n un :-ispecto toda'fa m.is imr0rt:1nte de la dif~sión de en-
frnnc-da<ks de un continente a otro: <'nfem1eclncks europeas desconocidas en otros
e1111ti11,•11t1·s ful'ron lkv:idas a ~stos, así com1, d<•sdc éstos se transmitieron otras
1k,c11mll'iclns pt1r.1lo· <·11ropc.•<>s.
Escaneado con CamScanner
2. LA AGRICULTURA
2.1. LAS RELACIONES CON LA TIERRA
El mundo agrícola del siglo xv1 se presenta extremadamente variado 00 so-
lamente por las inevitables diferencias en los cultivos ligadas, a las: condiciones
am~ientales, sino tam~ién y sobre todo por las transformaciones que llegaron a
venficarse en _las relac1one_s con la tierra por parte.de los hombres que se dedica-
ban a ella. E,uste un amplio debate sobre la cuestión, que critica.el mismo con-
cepwde propiedad y la definición de los llamados pactos agrari.os o regulaciones,
que dictaban las normas de explotación del suelo por parte de los trabajadores de
los campos respecto a la propiedad de los mismos.
Tierras feudales. eclesiásticas, comunales, libres, se combi,naban entre sí en el
territorio, con un gran bagaje de usos y costumbres. La disgregación del poder feu-
dal. la crisis de las instituciones eclesiásticas. sobre todo monásticas,.y la consoli-
dación de las tierras libres, de propiedad privada,"tuvieron su efecto sobre la orga-
nización de la explotación agraria de la tierra. El caso de la confiscación de: Ins
tierras de la Iglesia Católica en Inglaterra, realizada por Enrique VTII. es solamen-
te el más espectacular e imponente en términos de importancia. No, es muy dife-
rente la confiscación llevada a cabo por los Vasa en Sueda: Son de destacar los
efectos del proceso que desde el último cuano del siglo xv ha.bía afectado a gran
parte de las mayores abadías monásticas del continente. Sus tiecras habían comen-
zad.o a ser divididas en dos partes distintas. la claustral y la comendmicia, dejando
a los monjes la primera, en dimensiones conformes a las necesidades de su reduci-
do número, y confiando la segunda a supuptos abades comendadores, que la COli'I·
sideraron sobre tod.o por las rentas que podían extraer. A lo largo dd siglo se reor-
ganizaron y reanudaron, si no se fundaron directamente ex novo, algunas órc!enes
de caballería, que ya no podían referirse a los primitivos orígenes rc.J.acionados co11.
la reconquista de Jerusalén, pero que propiciaron la organiiación de fincas agraria~
en términos de nuevas ventaja'> en su relación con los poderes sober:mos.
La disponibilidad de tierras cultivables había representado uno de los pti111.;ipa•
les problemas para la agricultura de los siglo~ :itlleriorc~ a la caída denmr,1:ífica pro-
vocada por la peste negra del siglo x1v. f'or ello ~e liabía rec.:urrído a amplia inicia-
tivas de roturación de las tierras vírgenes y .~e /J:1bfo lrnlm.Jo de ;id,¡uírir 1rncv1
1~
tierras con la expansión generalizada má., ;,J/á del vir.:jo 111ic/cc1 rlc fa d vili1ac:ic111 c11-
ropea. La disminución del consumo. que sigui6 al descew,o dc la d ·manda por f':111; -
LA EXPANSIÓl'o' EUROPEA EN EL SIGLO XVI
ducción forzada de la población, había hecho disminuir los ingresos. Con la nueva.
aunque lenta, expansión demográfica del siglo xv1 el problema se plantea en tt:rmi-
nos nuevos, en busca de una nueva productividad para apoyar la producción glob;i.l.
El viejo esquema feudal ya se ha visto roto en gran parte de Europa, pero 5¡.
guen vigentes, por lo menos al comenzar el siglo, antiguas prácticas dc culti,·o.
La tierra suministra lo necesario para la alimentación y para los productos 111;;im1-
facturados básicos, pero no se advierten todavía signos puntuales de una revisión
profunda de las técnicas de cultivo. que se evidenciarán en los siglos posteriores.
Se percibe una modificación en las prácticas de cultivo en la medida en que se in-
troducen y difunden cultivos que, aunque eran conocidos con anterioridad, no ha-
bían sido objeto de panicular atención.
Esto se tuvo que confrontar justamente con las reglas de la relación que c.istía
con la tierra, en cuanto que el cultivo de los campos se convinió en ocasión de inver-
sión, y se incluía en la búsqueda generalizada de oportunidades rentabks. que supe-
raba la vieja necesidad de proveer para la subsistencia en términos de supervivencia.
La consolidación de las ciudades y su mayor incidencia en términos de mer-
cado de consumo de los productos agrícolas, pero también en términos decapita-
listas en busca de inversiones, sencilla.mente por una renta directa o también para
garantizar el aprovisionamiento de materias primas para las actividades manu-
factureras, contribuyó a modificar las tradicionales relaciones con la tierra. No en
vano el siglo xv1 puede considerarse como el siglo en que se reafimi:ui los ince-
reses fiscales sobre la tierra, con la difusión de la contribución ter.itoriJI y el ini-
cio de una especie de competencia fiscal entre el Estado y l:i ciudad p.!ra g:ir.:inti-
zarse los ingresos correspondientes.
Aun en presencia de todas las formas de propiedad y de conr:r:i.tos agnrios y su
correspondiente transformación, es preciso considerar que gr.in ¡:-:1ru .:!e l:is riem1s
europeas se organizó en unidades de posesión forzosamente Jimitad.!S en sus di-
mensiones por la forma con que oeces:iri:unente debín des.irrol!irsc: el trabajo en
los campos. Propietarios directos. arrendat:irios. cJ.mpesinos y Js:il.lriados encon-
traban un límite espacial en su trabJ.jo. que d~pendía de l.:is r,:,sibilij.1des d~ des-
plazamiento respecto a su resid,~n ia habitual y de !J. col.1bor:i.:icin de tc-dl la fa.
milia. Se observa precisamente a lo tarso del siblo x,·t. sobre tC'do hJ.:il ml!dia<los
del siglo, la aparición de un nue,·o modele> de :isent::uniento c:,n IL'S c.1rnpos. Es cier-
tamente fruto del nuevo interés en tinninos de inversion::s y d.· mejoras de la 1ic-
1Ta, pero sobre todo con unn referencia JI núclw fon1i!i1r dd rr.it-.1_jador ;i.grícola.
Un aspecto pnrti ul:1r de 1: b1ísqu,·d.1 d,· nm·,•:i~ 1i.-rr.1, cul1i,·abks se presen-
ta ,:n el si~lo xvt 1,•currkncl0 a l.tS obras .l.-. :111.-.1mienll'. que ··n :ilsun:is áreas t:u•
ropeíls alcnnzuron nlllat,trs dinu.
•nsi,in,·s. tus1., d punw el.: nwdificar radicalmen-
t,: t') pa1wrama ck ,·xll·ns1,, l<'rriwric,·. 11:ili:i. Fr.1m:i 1.,.. ln!!l:1tc.'ITJ fueron 1
c:11ro de
i111port:1111c~obra~ ,k ~l111c:imi,·1111,, p,•n, ...-! c.,so d,· l,1s País<.':< [fajos r~prc_!'t'llta un
111odd,, t•1tct"r,·11111.1l. N,1 s,- trn1,, ck .111k'nt1..:.1s i11111,1·;1.wnes, smo mas b1c:n de la
clifllsinn v dd ,·111plt•,1 t>11,1:r.111 <"SC':l!.1 dt' sist,·1110~ .'ª co0<1ciJos, con instrurn1c•1110~
y n·cwsc,:, ,•11,·r~..•ticc1s 111u·1 '·'· Pc-rr,·11c,e11 .1
.l:1 gr:m l'.isrori.1 el empeño de Lc,,-
11:irdo d:i 'i11ri ,·11 lr:ilia y d p.ird d,· /¡,_, 111,,fmos de nc:nro holandeses.
Escaneado con CamScanner
i
..j
"
r
IIISTORIA l,CONÓ~IICA DE EUROrA, SIGLOS XV-XX
L,~ NI E'AS rl<ODUCCIONES AGltA){IAS
Al c'.1111cn-1.ar el ,;iglo el sislema ngrario europeo estaba dedicado tod , 1
('~orluc.:c1011cs tradicionales de los siglos anteriores con una capac·d d dav1ad a as
n (111 -·1 11 . . • . • 1 a e a apta-
. .'. '¡.~
1~cu_rsos ex1ste~tes que !e permitía sacar todas las oponunidades posibles
su,-
~
e re ,1de1 as y~randes mnovac,ones. Los agricultores europeos continuaban de-
d,c,mdosc ni cultivo de los productos alimentarios, con una gran variedad d
1
_
t;i,;. l'a,a la alimentación se cultiva toda clase de cereales y frutos comest'bl e p a_n_
ro.:nlcs 1ncl111uos en In ~xpresión ge_neralizad.i de granos, con un catá/o~o~u:x~:
todos rno~o~ corre el nes?.º de ser incompleto, del trigo al centeno, pero también
cebada: a, ena, es~elta, m1Jo, sorgo, castañas y otros. Aceitunas y uvas son objeto
de panic~ares cuidados y comienzan a suscitar la atención de quienes cultivan la
ar.rnnom,~, los cuales ~e inclinan por utilizar el nuevo instrumento de Ja imprenta
para pn~hcar s~1s estudios. En el campo textil, lino y cáñamo son objeto de exten-
so~ cultivos, mientras que el algodón se ve relegado a las áreas meridionales.
Uno de los elementos más llamativos de las consecuencias de las exploracio-
nes geográficas se halla en el conocimiento de nuevos productos de la tierra. En
realidad. en el siglo xv1 se adquirió más el conocimiento que no la difusión de es-
tos nuevos productos, los cuales solamente en los siglos posteriores pasaron len-
tamente .1 fonnar parte de las tradiciones agrícolas europeas, contribuyendo a
modificar profundamente los hábitos alimentarios y a suavizar los efectos de las
épocas de escasez. Patata, maíz, tomate, tabaco, té, café, cacao, son solamente los
m:s significativos y los primeros de una larga lista de productos que a lo largo del
siglo xv, fueron IJcvados a Europa, vistos en un principio con curiosidad y pues-
tos a disposición de los apasionados por la botánica o suministrados para satisfa-
cer consumos de lujo o extravagantes. Mayor interés parecieron suscitar las hier-
bas a las qm: se atribuían propiedades curativas, pero ésta.~ alimentaron más un
comercio de importación que no su puesta en cultivo, como es el caso de las nue-
vas materias tintóreas de origen vegetal.
Surgieron nuevas ocasiones de producción agrícola a panir de productos co-
nocidos cle,;de tiempo atrás en Europa y que se difundieron en plantaciones más
amplias, capaces de originar corrientes de exportación. El arroz, herencia de la
ocupación .irabe de la península Jbérica:se difundió en la Italia septentrional, ha-
llando oc.'.lsión de consumo en los barcos que topaban con dificultades para pro-
veerse de otros cereale~. de difícil conservación por la presencia de materias gra-
-~.'.IS f:kilrnente pen:cedera,; en lo~ largos viajes transoceánicos. La morera, de
nuevo en ftalia, para pasar después a Francia, dio ocasión a la difusión de la cría
clt:1 gusano de seda, estableciendo las premisas para el futuro desarrollo de la
se<la. Comienza la gran aventura de la caña de azúcar, escasamente presenle en
Europa excepto en algunas zonas meridionales pequeñas. Con un lento viaje ha-
ci. América Central y del Sur, controlado por portugueses y españoles, a través
<le Madera y las Canarias, la caña impulsó en el Nuevo Mundo una de las pro-
ducciones m{ts importantes de los siglo~ postcriórcs, heraldo de :1contecimicn1os
Ctraorclin:1rios y dramáticos como la esclavitud. Arroz, morera y caila de az.tíc.:ar
LA EXl'AN!>IÓN P.Ul'Ol'l!A l!N EL SIGLO XVI
47
51
ofrecen frutos ele la tierra que precisan ele una larga elab<Jración para llegar al pro-
duc.;10 final, exigiendo inversiones importantes. Canales y molinos deben acom-
pafiar ni arroz crías e hilanderías se alinean con lo~ morales muchos hombres Y
compli<.:adas transforrnacioncs garantizan el azú_car. ·
Las nave~ en viaje entre América, Asia y Africa fueron un instrumento ex-
traordinario para intercambiar y difundir el conocimiento de los frutos de la tierra.
Contriliuyó a ello In voluntad de enriquecer el patrimonio disponible, pero a me-
nudo acontecimientos casuales provocaron efectos importantes. Las provisiones
c:mbarcadas en los diversos puertos para garantizar la alimentación de los pasaje-
ros, que ya no eran sol:imenrc europeos, sino a menudo asiáticos y africanos, so-
bre todo en el comercio de esclavos, llevaron por el mundo semillas y plantas que
se procuró implantar y climatizar en una alternancia de é:dtos Y fracasos. Por lo
dem:is, el aprovisionamiento de los barcos europeos provocó una demanda espe-
dfica de suminisÍros que dio lugar a algunos efectos sobre el Viejo Continente y
sobre los dem:is con los que progresivamente se estableció contacto. Los europeos
procuraron garantizarse también en las tierras de ultramar la posibilidad de dispo-
ner de los alimentos propios de la madre patria. En este conte'ltO se encuentra, por
ejemplo, la evolución de la vid y del olivo para los dos productos específicos del
vino y del aceite. Los resulLados fueron frustrantes para los intentos de e,_porur las
plantaciones, pero se produjo un deterrninado efecto sobre los dis_
tritos europeos.
con aumento de la producción y algunas mejoras, aunque fueran hm1tad1;.
El encuentro con los demás continentes provocó también una importante
transformación en la cría del ganado. Las naves europeas y los hombres de rumas
embarcados se desplazaban transponando numerosos anima.les vivos. Dos exi-
gencias fund:i.mentales se encontraban en la base de tal comporumiento: b pri-
mera derivaba de la necesidad de garantizarse la presencia de los c:ibalJos p:ir3
los transportes y las batallas; la segunda provenía de l:is necesid:ides alim~nta.rias.
A bordo no era conveniente transportar carne __¿e difícil si no impo;ible conser-
vación-, mientras que los animales vivos permitían asimismo dispon~r de u_
lle-
riores alimentos como la leche y los huevos. Además, el objetivo de la colomza-
ción requería la reproducción, en l:i medida de lo posibk, de l1S con~iciones d_
e
vida de los países de origen. Equinos, bovinos, ovinos. porcinos, con:!:JOS Ygalh-
n.ceas acompañaron a las tripulaciones en las trJ.vesí:i.s y se estat-kcieron en las
nuevas áreas de presencia europe:i detemiina.ndo un:i difusión que en muchos ca-
sos alc:inzó notables dimensiones. .
Del resto del mundo llc~:mm pocos :mim:iles de tipo de~conocido suscep11-
blcs tk utilización y cmpl.:o en la crfa europea, como por ejemplo c:l pav~. ~os
animales exóticos fucmn ocasión sobre iodo dt· curiusid.ld Yn-creo. lftl.s s~gmfi-
c:itivo fue l!I rcsulraclo lk diversos cruzamientos qu.: nutui::tlmente se_re:ihzaron
entre animales d.: In misma cs~cie y de distint:1 proce-denc1l, ac~mpanados de la
espcciali;,
~
1ci611 en el empleo que, junto cc,n la· condkiones ambientales, acelera-
. · 1· · 1 · ,. din!rsific•1das Valga por to-
11111 la crin 1lt• 1111imales lk o.::irat'lCrtSIICas <ISllll !b 1 ' . • . b
d •n~llo en 1:1 agncultura-so re
dn~ el ejL·mpln d •I c
·aballo, cuyo uso 111vo un <"~....,. .
1 · . I· 1 . tiL·rr·,s Lk los Países BaJos- Y
l!Hlo p.1ra d arrnstrL' ,k lns ar:ic os, a partil e< as · ·
para (ll ,11mH·irn1:1r lllll'' a l'lll'rr,fo.
Escaneado con CamScanner
IIJS'I ORlA ECONÓ!l!tCA DE EUROPA. SWLOS XV•XX
.- J:i~ minas modificn.sÜ importancia ·1sí como el · t , et 1
,,r~k~ P.:ro no . •' • . 111 ('rt's e os poseedores ele ca-
/ · : ·
1
por esto deJn de crecer en la fase subsiguiente l:i elaboración de
0
1
s:lnun~rn es Yel empleo de los productos c,htcnidos a 11nr1ir de ellos Se. pcrc
1
·•·c
<' l csanollo de t' d . · · • u
. 1·d • 1 u~ tpo e mano de obra que habría encontrado In manera de con-
~o I arse en os siglos pc,steri res f: d 1 · •
, . o . a ;wor e a ola de mnovaciones tecnolóoicas
que se habnnn prnduc1do. ,,
. ~l sect~r secundario muestTa un _!!ran movimiento. La producción manufac-
lLII ei a del s,_
glo X'I parece hacer uso de una miríada de tipologías de ocupación
ofrece o~as,one_
s de trab:ijo que se encuentran entre lo tradicional y Jo innovado;
cara~t;nzando J~stamente en esto uno de los aspectos m:1s significativos de la ex~
pans'.on ec~nóm1c: de Europ:1 y sefialando, al mismo tiempo, el paso de la eco-
nom1a medieval a b de la Edad }.1odema.
El tr:.bajo en los establecimientos artesanales, que había sostenido las fortu-
nas de los mer~:i~e~::s. d~sarroll6 todavía un papel determin:inte, si bien los gre-
1mos exhiben.md1~10s d~ todos los riesgos relacionados con sus reglamentacio-
nes. por consl.ltucion obli¡;ados a recibir con dificultad y retraso las innovaciones
sobre toc!_
o en el ~ector textil lanero tradicional. Algunos sectores requieren nota~
b!es can11d:td<:!s O.! mano de obra. como los astilleros navales y los arsenales ma-
n11mos. c¡ue todJvía hoy siguen testimoniando, con lo que queda de sus estructu-
rns. una~ mstalaciones de grandes dimensiones. Elas satisfacen las demandas de
todas las es?eci:llidades relacionadas, como el trabajo de la madera, del cordaje,
d:! la lence:-1:i. de los instrumentos de navegación, de la cartografía, de las annas,
en una lis~:i qt.:e :?.!:;arca un amplio abanico.
Una b:Jena pane de la producción manufacturera de bienes de consumo y de
semielabo:-:1.dos viene garantizada por la utilización del trabajo disponible entre
los hombres del ca.:npo. Por definición, los trabajos agrícolas son estacionales y
dejan amplios es¡n.cios temporales para actividades diferenciadas. En este terre-
no tuvo h ma:1':::-a de desarrollarse el trabajo a domicilio, en las casas de los agri-
cultores, que !e podían dedicar el mucho tiempo libre de que disponían.
Se han ofrecido muchas interpretaciones para comprender las fases a través
de las cuales, co:1 t.:n p:-oceso multisecular, se ha llegado a la economía de la pri-
mera sociedad incustrial. Protoindu.stria y preindustria han sido los términos
m!'is utili7.:ido ;,a:2. definir el conjunto de las organizaciones productivas que han
garantizado lo$ productos manufacturados que, de todos modos, han sido necesa-
rios ¡,ara satisfacer h,s exigencias del con~umo a todos los niveles. En la expan-
sión general que experimenta la Europa del siglo xv1 se podría afirmar, tal ve7.,
que se encuentran casi todas las tipología~ administrativa5 que ya habían sido ex-
perimentadas en Jo~ siglos anteriorer, y comienzan a vi<;(umbrarse casos ele orga-
nizaciones más comi5tentes en la comtrucci6n naval, en las mina~ y en las ex-
plotaciones agraria~. En panicular, se dc~arrollan producciones en las cuales los
capitales fijos revi<;ten un papel mayor que en el paado, con una mayor deman-
da de energía, obtenida ~obre todo por medio de la utilización de los molinos, de
agua y de viento, que exp~rimi::ntan una mejora en los rnccani~rnos ele rrnni,for-
mación del movimiento circular d'! sur, ejes de rnración en la.-. diversa, fnnna, de
movimiento necesarias para su funcionamiento.
4. LOS INTERCAMBIOS
lNTERNACIONALES
4. 1. Los l'LUJOS
~ t-
Las exploraciones geográficas provocaron cambios profundos e:i 11 e~truct'J·
ra de los intercambios internacionales, tanto desde el punto de vista de 11 c~nti-
dad como de las líneas de tráfico. El viejo mundo mercantil s~ido del r:1ed.:evc se
vio trastornado por un progresivo cambio que tuvo múltiples conse~er:.::i:ls. ~
dos áreas tradicionalmente fuertes del comercio. la Eu:-opa :nediterrá::e1
~on Italia- y la Europa septentrional --entre la H~s:i gerr:iin:ca 'j !:is ?z.is:s
Dajos- tuvieron que replantearse sus esquemas de acción. El tr
..fü:c se e:i:c::._t."6
privilegiando cada vez más el transpone por vía marítirr.a. h:i.ciendo u;o ti.T.l:-:.fo
de J:is tr:insformaciones incorporadas a las naves, con !.:is cu.:iles e~ ¡::,osib!e mo-
ver mercancías de escaso valor y de gran volumen. que hasu er.:on::es ne, h:i~í:i
sido posible transponar habitualmente por vía terrestr::. lnevi:ab!e:::eme. ~! =~-
cimiento del comercio determinó nuevos centros de Jtraccié:t. m::..-os ::::-J:?.ces
con polos organizados para responder a l:i.s ,:_
-;is::n ·1as surgic!.ls de e::¡~1¡:-os :
oportunidades de financiación e inversión. No en vanc- el fenóm:::-:o de b u!t-1.,1-
7.ación, con el crecimiento de la población res1dem~. se desar:-ol!ó $Ol:-r-: te-do e::
las ciudades situadas junto :ti mar o comunicad:i; c n c:1 !!:edi:m:::: n.:-; C' ·:i...,11:s
apropiados.
La cuenca del lvteditcrr5neo perdió su pa~l centr:i.l O Ll ta:1tc P..'~ hl't-er cismi-
nuido las corrientes de trá!ko tradicionJks, rcr los mt::rc:tmt-ic-$ 1:t:ericr:s e!:::
productos locales que sip1kmn con ~iena, h·a.:id!ld, sino !"-'r b. ,lism:-'luó~r:. c!::: un:i
parte d! las mercancías de Así: y Afric.1, qui: ~'!l ¡x,-J1.1n r.1.>J.T .1 tr:l ..', d::: b :-uta
del cabo tk Duena Esperanza, llegando din:~ tJ.mcnte a I.i.,; r::~i,,n:::~ ,entr.tles ~
seplenlrionalcs 1k Eumpa ..in l.1 intt•mtl',h.1,·i..Sn dd '.kJ1terr.in••~•
A la 1ramfon11aci,n ,Id .-.,m,•rdt' v tk ·us , Í.1~ d.- tr~
1ii..:,, conmt-u~ eron tam-
hicn la~ polítirns de lo~ :st.td,,~ 11.1.-i,,;1.11 ·s l"m.-r~t"nh:~. (,,.,; .:u;1ks. en :iplkación
1k la q11,• se¡.:11id;Ulll'ntr s,· 1.kfini,, Cl'llh' "l'olíti.:. m:::n:.uttilist.1-... rr-.it:lrl'n d::: asu-
mi1 ,·ada ,.,.,. uuh ,·l ,·,,ntr.,I d,· l.b aL·ti, i,I.Jt"s l",,,1i.,m1,·.1~ ,·11 t:::m1mos d,: pro-
t,'L'i.:Íoni-;1110. lo l(llt" pn,,·,,;o dl<>llll<-'~ indu~,, v1,,(:::nt," en t--us,·., d::: una supn:rna-
d,11·a,i ¡.'h•bal. ..
u ~i¡.>l,, x,· "'hn1'1.1 ,·,·n.,.t,, ••n ,•l 11.tt.1 t,, .t.· T,,rd<-".,.ill.1:< ( t.lo.n, que dw1df:i
•
1
J
1
1
1
1
"
1
1
1
1
1
•
Escaneado con CamScanner
HISTORIA ECONÓMICA DE EUROPA, SIGLOS XV-XX
el mundo en las dos zonas de influencia para los portugueses y los españoles,
pero los efectos de los intercambios comerciales con el Nuevo Mundo tardaron
t'n a_
lca.nzar ~na '.·ele~ancia generalizada. A partir de 1503, los espafioles crearon en
Sevilla una mst1tuc1ón, la Casa de Contratación, con la precisa intención de re-
servar para España el monopolio de todo el tráfico con América y garantizar el
control_sobre tod_o_ cuanto se moviera hacia el otro lado del Atlántico O
llegara de
él. _Sevilla conoc10 un desarrollo prodigioso y de cada viaje de las naves que arri-
ba1on a su puerto se llevó cuenta en convenientes anotaciones, los «registros»,
que conte~ían todos los datos aptos para identificar el nombre de la embarcación,
el del capitán, el armamento de a_bordo, la carga y su valor, y los derechos paga-
dos; Se tomaba_buen~ nota también de los pasajeros. Los «registros» de Sevilla
ten1an una finahdad fiscal y de control del flujo de metales preciosos, pero no se-
ría sólo es!º• ~n cuanto los españoles ampliasen su atención a todo to que se trans-
portaba, eJercuando un oneroso control político.
Durante casi todo el siglo xv1 el comercio y el tráfico oficiales con América
fueron prácticamente monopolizados por España, con la única excepción de Portu-
gal con Brasil'. aunque en este caso se trataba de un tráfico de menor importancia.
En una pnmera fase, durante unas pocas décadas, preponderaron los envíos
desde Europa, sobre todo de manufacturas y de artículos alimentarios, para sos-
tener el asentamiento de los colonizadores. Poco después comenzaron a prevale-
cer en los intercambios los productos americanos. Entre éstos ocupan un puesto
de absoluta relevancia, desde el punto de vista económico, los metales preciosos,
sobre todo la plata. Inicialmente dichos metales eran fruto de las depredaciones
perpetradas en los imperios de los indios, y seguidamente procedieron de la ex-
plotación de las minas de plata mejicanas, en- Zacatecas, y bolivianas, en Potosí,
a panir de mediados de siglo, utilizando un nuevo método de extracción basado
en la amalgama con el mercurio.
Tomaron cuerpo, pues, los intercambios de mercancías producidas in silll, so-
bre todo en Brasil, con la caña de azúcar y la madera llamada precisamente bra-
sil, y en las Antillas, en panicular pieles procedentes de la cría de ganado allí im-
portado.
Las exportaciones del Viejo Continente aumentaron de manera paralela a la
presencia de los europeos, que necesitaban tejidos, equipos metálicos, armas Y
manufacturas diversas. Fue en este período que los europeos, con una preponde-
rancia de los portugueses que dominaban las relaciones con la costa africam1 del
Atlántico, comenzaron la exportación de esclavos. El comercio de éstos presen-
ció muy pronto la intervención de negreros de varias nacionalidades, sobre lodo
ingleses y holandeses.
El siglo XVI debía enfrentarse a la disminución de las vías tradicionales de las
corrientes de comercio y de tráfico con Asia. La caída del imperio romano de
Oriente, la expansión del imperio otomano por la~ costas africana~ del Medite-
rráneo y los choques violentos, ha5ta la batalla de Lepanto (1571 ), hahía11 anula-
do casi por completo el tráfico directo de las mercancías asiática~ a trav6 del
Jvlediterráneo. Después de la circunnavegación ck África llevada a caho por lo~
porrugueses (1497) Y el viaje de Magallanc~ (151 CJ-1521 ), las a111ig11a~ vía q11l"
LA EXPANSIÓN EUROPEA EN EL SIGLO XVI
atravesaban Jos continentes se hicieron muy difíciles Y fueron sustituidas pn1 i,
vías que atravesaban los océanos, contribuyendo también_
en este caso a mod1Jt.
car las estructuras comerciales y los centros de referencia. Algunos producto,
asiáticos, como el azúcar y las materias tintóreas fueron abandonados y sustitui-
dos por suministros americanos, pero las especias, la seda, las perlas, las _piedras
preciosas y los tejidos de algodón continuaron ll~gando, puestos ~n movm11~11to
por nuevos operadores, sobre todo holandeses e mglcses, que a finales del siglo
xv1 dieron vida a las grandes compañías comerciales, la East India Company y
las compañías holandesas, predecesoras de la Vereinigde Oostindische Compag-
nie del siglo xvn. Más tarde llegarían también los nuevos productos, como el té.
La balanza comercial de Europa con Oriente se mantuvo negativa, pero pudo llli-
lizar la plata americana para saldar los déficits.
4.2. LA MONEDA
Hasta el siglo xv la escasa disponibilidad de metales preciosos para la acuI1a-
ción de monedas había representado una dificultad notable para la creación de un
sistema monetario eficiente. En la segunda mitad de este siglo comenzaron a apa-
recer signos de un ajuste diferente de los diversos sistemas monetarios. los cua-
les, a partir del siglo xm, habían presenciado la consolidación, aunque fuern len-
tamente, del bimetalismo con oro y plata. Hacia finales del siglo xv comenzaron
a percibirse los efectos de los nuevos flujos de oro africano, garJ..11úzados por los
portugueses, y de las primeras llegadas de dicho metal procedemes de la Améri-
ca colombina. Junto con el oro se alineaban en el Viejo Contin::me las principa-
les producciones de plata procedentes de fuentes de extra::cicír. ,onsoüdadas,
como las alemanas, tirolesas y húng.iras. Sin embargo. el desJ.ITOUo económico
requería cantidades cada vez mayores de moneda, anre el cre.:::i~ientc- de los in-
tercambios interiores e internacionales, que reducían c:ida vez mas IJ parre regu-
lada con los mecanismos de compens:ición, en 1:1s distinr:!.s for:nJS propias de la
época medieval. _ __
En Europa existía un sistema extrem:id:unente v:ui:ido en l.1 .1.:::un.1c1on r en la
circulación de las monedas, las cuales. si por un:i parte de~ndlln para su cant'.·
dad de la disponibilid:id de metal. por otra represent.:1.t,.lll un instrumento d~ ~oh-
tica económica que utiliz:iba la devaluación o la rev,llu.1.:1ó_
n ~omo opor_iumdad
de reglamentación de las necesidades de 13 administhl~ión pubhca en_se_
nud? am-
plio. En estas condicionc-s resultab.1 obligaJ:1 Li elec.:1,,n de operar diStr~guicoclo
t'ntre mont'clns renks acuíl.adas y llll
1 tl<.'das <k c~~nt.1, sot,re la base de T
clac,ones
t·stabkcidas de- acuerdo con 1111:is n.:-nn:1s ,1pr0piajJ_
s. _. • .
, p·ir1ir de la st·~uncl;, mitad tkl si~h, :-.:v 1,,s s1~temas moneta110s europ<:O>
tuvi~n11
; q11t· enfrL•nt;rse con !:is rL'l:id,1nr; J<' ',1!,)r t'ntr~ o_
ro y plata Yplata Yc~-
1
· · · · te esr.:.:-ulac1on en un sistema en -
!in; s111·okndo con su var1a,•i.111. l,.::1s1,1ne, ' d d •..,_ " b
• · .., ' _. . ,sit•t~ ,·,plNar los retrasos e a eculch,n •
que por In fu<-'rlt d,•_ las cos.,~ <rll r~1
· .:.. ~wr,·,ldo y las rel:iciones cst.1bkc1dJ,
· · 1 1~stas ·s t'IIIR' L' '·1 ,,r u, ·
pers1st.:rn:1a t t· l •· • . l . .
1
.
1
•· 1,. mercados europeos de mt.>ta!es p1.:•
11firi;1l11w11tl'. p,,r 1,, d,·111.1s. l'I t 11_1•' l.lLl,1 '"
Escaneado con CamScanner
HISl"OHIA r.CONÓMICA DE EUROPA, SIGLOS XV-XX
•"'" 111rlc~ para la acuñación no fue y no podía ser homog¿neo. El oro de Áfii-
' ¡u11,·t1,·,·
, un p1 irner desequilibrio, sobn: todo en la primera mitad del siglo XVI,
.,· l.1 pl:11:1 americana lo aumentó en la segunda mitad. Puesto que existen los da-
¡,,, nl1c1ales tic las importaciones en los Jugares oficialmente dispuestos para la
rn·l·pci,·lll de las cargas de metales preciosos procedentes de los diversos países,
L'llos solos son suficientes para ciar cuenta de las dimensiones del fenómeno. Pero
t:m1hién se puede pensar, como se ha hecho, que ulteriores cantidades importan-
tl'-; de metales preciosos hayan escapado a los controles oficiales a través de di-
versas formas de contrabando, incluyendo la piratería y el corso, que se organizó
precisamente en este periodo.
Las monedas y 1os metales preciosos invadieron en el siglo XVI la economía
europea y suscitaron ciertamente c:l interés de los hombres de negocios, pero
crearon numerosas ocasiones de intervención también por parte de muchos otros
personajes. de los gobernantes a los estudiosos que con diversos títulos comen-
7..iron n dedicar obras a los diferentes temas económicos. No en vano es en este
período que se encuentran las formulaciones de las llamadas leyes monetarias,
desde la de Thomas Gresham a la de la teoría cuantitativa. Las políticas mercan-
tilistas de los Estados determinaron intervenciones efectivas en los asuntos mo-
netarios. en tal medida que algunas de estas políticas se definen expresamente
como ,,bullonistas». La mítica búsqueda de la riqueza de las naciones a través de
l:1 clisponibilidad de oro y plata conducía a la adopción de la técnica de la sobre-
valoración de las monedas que se quería atraer, así como a In de la subvaloración
en el caso contrario.
Las consecuencias de las grandes variaciones en la cantidad de monedas acu-
íiadas y en el metal empleado, determinadas por la disponibilidad de metal, pero
sobre todo por las políticas de los tipos de cambio oficiales, eran sensibles tam-
bi~n en la~ transacciones de la vida ordinaria a nivel local. En efecto, también
ante un:i abundancia sustancial de monedas, éstas entraban en las transacciones
con icntes en función de la citada sobrevaloración o subvaloración aplicadas. En
b pdctica una subvaloración del oro facilitaba la presencia de las monedas de
plata y de cobre. permitiendo una circulación monetaria que se hacía difícil en el
caso opuesto, por la ausencia de las monedas de oro a nivel local.
La evolución de las monedas a lo largo del siglo XVI viene marcada por un
cierto desorden, aun en presencia de la consolidación de cuños de grandes mone-
d;is tanto de oro corno de plata, entre las cuales debe asignarse un lugar destaca-
do al «cruzado» portugués y a la pieza de ocho ,<reales» espai'loles, que se convir-
tieron, sobre todo la segunda, en auténticas monedas de referencia. Las grandes
moned:is constituyeron una base de garantía para la alta finanza y para las r'ela-
dones internacionales, que necesitaban una cierta estabilidad. Lo.~ problemas se
presentaban en las transacciones más generalizadas, cuando, por las necesidades
de dinero par:i sostener la expansión económica y para satisfacer las exigencias de
los gnstos extraordinarios de los presupuestos públicos, sobre todo por la guerra,
pcrn tambifo para los momento~ tic crisis de las épocas de escase:1. y de epide-
mias, fue necesario crear liquidez con aumentc>s de la cantidad de mo11cda co-
rnen1c.
LA EXPANSió:-: EUROPEA EN EL SIGLO XVI
01
. . d' arios que marcaron las
•ó de ¡05 acontcc1m1cntos extraor in
De la observac1_ n íd algunas consideraciones sobre la
vicisitudes monet~nas europeas se _
han~=~= lo~ recios, hasta e} punto de definir
cvo1u:ión nccesanamente ':orrelac1~n~o XVI co:C el de la llamada revolución de
el penodo de la segunda mitad del s1g 6 . con re~erencia a la teoría cuanti-
. E é · 5 de modelo econ mico, '' '
los precios. n t nnmo t de la cantidad de moneda en
. d h·ty duda de que un aumen o
tauva de la mane a, no ' . d d d' •oncs a una modificación del
. . d d c·r en igualda e con ic1 • '
eirculac1ón pue e con u 1
• • d I h'pótcsis sobre la base de algu-
. 1d I recios También se ha plantea o a i •
~~:ecas:sosu~ efectívamente se han verificado, de que _se ha):ª producido un des-
fa¡e entre{a evolución de los precios y la de los salanos, Sm emb~rgo, el fenó-
haber a~ectado en la época a toda Europa, también porque el
meno no parece '' . · '6 ·
d l ·d d de metal precioso dispomble para la monet1zac1 n com-
aumento e a canu a . , 6 ·
cidió en muchos lugares con los momentos en los que las acuvtdades econ micas
se encontraban en una fase de expansión.
Escaneado con CamScanner
6. LOS DIVERSOS PAPELES EN EUROPA
6.1. LAS ÁREAS DOll'llNANTES: PORTUGAL y ESPAÑA
_Cri~tóbal Colón y Vasco de Gam:i representan los símbolos de Ja expansión
lcrnton:il de los europeos. Ellos llevaron a América, África y Asia, a finales del
siglo xv. las banderas de dos Estados, Espatia y Portugal, que encontraron en el
nuevo siglo todas las opornmidades para un desarrollo de sus actividades econó-
micas. El citado tratado de Tordesillas había levantado acta de una realidad y
puesto las premisas de un comportamiento que, aunque en medio de diversas vi-
cisitudes, permitió que los hombres de los dos países controlasen el comercio y
las lfneas de tráfico durante la casi totalidad del siglo xv1, hasta que la interven-
ción de otras potencias europeas modificó las relaciones de fuerza que operaban
en el gran escenario mundial.
Los portugueses se ocuparon primordialmente del comercio con África y
Asia, desarrollando un modelo de relaciones navales de gran importancia. Ante
todo, el peso de la realización de las expediciones de los primeros ai'los del siglo
recayó enteramente en la Corona. Grandes flotas, de grandes naves, fueron apres-
tadas para llegar a las costas de África oriental y de Asia, sosteniéndolas con un
nutrido conjunto de ejércitos, para hacer frente a las hostilidades que muy pronto
tuvieron que afrontar. En efecto, alcanzar el este a través de la circunnavegación
de África significaba introducirse en un esquema consolidado de relaciones co-
merciales que hacía fluir las mercancías en Europa utilizando las antiguas vías de
comunicación que atravesaban Asia Menor y África, controladas por el mundo
árabe y esenciales para los centros del Mediterráneo, como Venecia. Es natural
que existiese cierta resistencia a la entrada de los nuevos actores. Además, los
portugueses no se plantearon -y por lo demás no podían plantearse- el objeti-
vo de conquistar los países de Oriente y de colonizarlos. Ellos se movían para ga-
rantizarse el comercio, pero tenían que defenderlo, como lo hicieron, con un
enorme esfuerzo militar, que era t.anto má~ oneroso a causa de la distancia de la
madre patria. En África y en A~ia tendieron a constituir ba~es de rcfcrcnci:i, c¡uc
por una parte servían para la~ necesari~ pcnnancncias de las nnvcs y por otra
rara reunir y almacenar las mercancía que ctaban destinarlas al comercio de Eu-
rora, las cuales también tenían que ser defendida. Desde Mozambique a C'nlicut,
ele Goa a Macao, los purtugucse!> llcv:iron a cab,, la u111strucc:i611 de puerto y ch!
establecimientos esenciales para su domini,,.
LA llXPANSIÓN F.IJIWl'P.A l'.N 13L SIGLO XVI 67
Las cxpcúidicioncs que organizaba Portugal para los viajes ::i Oriente er.:in
anuales, y duraban más de un año, hasta año y medio. Las naves, a comienzos del
siglo, partían con carga de minerales y metales, cobre, cinabrio, coral, plomo y.
sobre todo, plata y monedas. A la vuelta llevaban las bodegas rebosantes de pi-
mienta y otras especias, como jengibre, canela, nuez moscada, clavo, alcanfor,
con cantidades que oscilaban alrededor de las mil quinientas toneladas métricas.
Se calcula que dos tercios eran de pimienta y preci~amente el comercio de la pi-
mienta experimentó en toda Europa una fuerta oscilación del precio. A medida
que progresaba el comercio aumentaron las tipologías de las mercancías exporta-
das y de las importadas. hasta el punto de que a finales del período de oro del co-
mercio po1tugués con Oriente y antes de la unión con la Corona española -es de-
cir, hasta 1580- también se encuentra en las naves portuguesas que parten aceite,
vinos y tejidos, mientras que éstas traían a Europa sedas, porcelanas. perlas y pie-
dras preciosas, y esencias para perfumería, además de las acostumbradas especias.
Desde el principio el comercio portugu~s con Oriente atrajo el interés de los
comerciantes y banqueros europeos, que encontraron el modo de int:-oducirse en
las expediciones organizadas por la Corona. Los italianos fueron de los primeros
que estuvieron presentes en las expediciones que partieron entre 1500 y 1505,
con grupos guiados por los florentinos y genoveses, seguidos muy pronto por los
alemanes. La participación de los extranjeros en los ,;ajes de Ponup.J tenía que
compaginarse con algunas reglas impuestas por la Corona. que aunque con mo-
mentos de suspensión, disfrutó por Jo gener.ll de una especie de e.,clusiva. y ejer-
ció de todos modos un control riguroso, bien en el momento de L1 adqws:ción en
los mercados orientales o bien en el de la venta en los mercados euroros. A pe-
sar de los elcvadfsimos costes de las expediciones navales, deri,·ado· t:l..rnbién de
la pérdida de muchos navíos en el curso de los viajes. Jo que determ:..-ió un notable
desarrollo de la construcción na,·al en Lisbo1. Oporto. Setúbal y en 1.:!..s Azores. el
comercio de las especias garantizaba un:is gananci:i.s imronen:es, con frecuencia
superiores al cien por 100 del capital empleado. A la Coro:i:i. se 1: r::s.:rnba una
cuota del treinta por I00 de la carga de pimienta, hasta que en 1514 se le reservó
el monopolio. En parte, la intervención del Estado en el comercio c!e l:ls esp<.:cias
fue necesaria por las oscilaciones ne¡:ati'as que 1J. cle,·ada cmtid:i.d que llegaba
determinaba de modo inevitable. Adem~. 1J. Coron::i ponufues:i. L":lt:i.ba de ga-
rantizar a Lisboa un puesto de primer p!Jno en el cont~'tto d.: !J., ciudades mer-
cantiles europeas. en competencia c0n Amt-eres y Ll,ndres. donde l:ls naves por-
tuguesas llegaban tambi.:n directamt'nte. En el último cu:uto d::l siglo Ponugal
comcnzlÍ a cnfn:ntarse con los riesgos de 1:1 pirat::rb in~l::s:i. fr.mce.sa u holande-
sa, y los ,·c,stcs U<' J.1s e l'<'dichmes a Orit'ntc lk¡:;mm n ser in.sostenibles para las
linanns ¡lliMira~ ¡wm1guc:sas. En IS7!i d cumer.:io ck l.1s especias fu<" adjudica-
dn a un comcrd:11111·. 'onrnd Roth. •llenun llri~in.1ril, d,• Augsburgo. la ciudad de
lo~ Fu)!gl't, c¡ut· asumi<'> lllS gastl,. y los rit-s~1,.,;, rt"St"í'.tndo l.1 disponibilidnd de
la 111itad tk• In~ merl·:111das importa,!., :il Rt"). d .:u.ti el_. todos modos la dcvol fa
,, 1111 ('ICl'ill fijmh, lk antl·t1111110
f',ir,u·tl·rl~tk;,~ 1o1.,1tm·nlll ditt·tt·ntc., 111,•1.-run la~1t"l:1ciones de los portugue-
"-'~ , -,,11 11r.,~il. 1.1part<" clt' Aml•rkn l)llt' '"""' a r :11.u- a su disposición con el trata-
Escaneado con CamScanner
do d~ Tordesillas. L:1s primeras disposiciones demo:araron l.ii1.:11 pronto qu1; de
Br:lSl_l ~o podían llegar riquezas dd tipo de Iris que los cspril'íoles estu'icron en
cond1c1ones de obtener de los países conquistados por ellos. Más rillá de 1: rim-
plia disponibilidad de madern c.'n condiciones de suministrar materia tintórea.
hasta el punto de dar nombre a la rep:ión, precisamente la madera de Brasil, pron-
to se puso de manifiesto que la mayor riqueza se encontraba en sus característi-
cas ambientales y en l:i posibilidad de desarrollar formas de explotación agríco-
la. Pero se presentaron numerosos problemas; ante todo, la propensión de los
hombres que desde Ponugal se movían por los mares y que no eran portadores de
una cultura agrícola. Además, estaban las caracteristicas de las poblaciones indí-
gen_a~, _tampoco ~llas preparadas para la realización de producciones agrarias. En
defimuva, el régimen de relaciones con el suelo.
Por medio de procedimientos complejos los resultados fueron alcanzados con
un sistema de concesión de las tierras con el pacto de la puesta en cultivo y con J:i
disponibilidad de mano de obra importada. esencialmente con la esclavitud, faci-
litada por los portugueses por cierto hábito suyo de recurrir a los esclavos ya en
la madre patria y al hecho de frecuentar, ya casi secularmente, las costas de Áfri-
ca, donde los escl:wos les eran ofrecidos ni más ni menos que como las demás
mercancías procedentes del interior. O sea, fue identificada la producción más
conveniente para el territorio en la caña de azúcar, seguid:i después por el algo-
dón. El comercio de esclavos africanos se convirtió en sí mismo en una fuente de
ganancias para los portugueses, que aprovechando su monopolio del tráfico con
la costa atlántica africana. se convirtieron en proveedores de los españoles de
América.
Muy distintas fueron las complejas vicisitudes de la expansión americana de
los españoles. Ésta se había iniciado con el espejismo de conquistar el comercio
con las Indias, pero pronto se puso de manifiesto que América no era en absolu-
to el lugar del que sacar las mercancías esperadas y conocidas. De todas maneras.
se hallaron grandes riquezas, junto con grandes civilizaciones, que provocaron un
largo período de choques y conquistas. Si los portugueses habían tenido que pro-
gramar su presencia en África y Asia a través de la constitución de cabezas de
puente, que no podían sino limitar su papel en el encuentro_con las fonnas ~a or-
ganizadas desde hacía tiempo a nivel local para la producción y el comcrc10,_lo~
españoles, contrariamente, se encontráron realizando toda una obr~ de conquista
y de colonización de los territorios, que los llcv:iron a lo largo d~I s1~lo a la cons•
trucción de un imperio que ocupaba la mayor parte del Nuevo Conlmcntc.
La conquista de las tierras americanas y su coloniz_
aci6n ha alr~ído In ~•c_n·
ción de los estudiosos y se han analizado cau~a-,, modalldadc~ Yefectos, que 1_1
·111
puesto el acento en la miríada de iniciativas Jlcvad~s a cabo. El a~p.:cl~ _
<1~1
c cici_-
tamente ha dejado la huella más relevante para el ~1glo xv1 r~ la orgamz,icióu <Id
flujo de los metales precio~os hacia Sevilla. Pero cu el Sl/'.lo xv11>c han Ira:,'.''.'º_Y
seguido líneas de polftica colonial que han influido de 111cJ1(11 c·xclulvo •·11 1
·•'".
d. J; 1·1 ·11 1111 11rol'('I) C)lll
laciones entre América y E~pafia, y pr,r wnro co11 ro ,1 .uro >, • ~.
· . ·J 1 ,Je, Suh11· iodo ,·11 l,1,
se extendió a un período bastanrc rná~ arnpllo que ,iquc ' 1 · · . _ .
primeras décadas el esfuer
t.o e•,p:u1ol luc ah 1,rhiúo por la~11c1.c~1elatln el, 1·• '"
.,.,,. L.n• ,,. ""'•...,,• • ....... , ....... -•,. - • • -- ..,.,_.._.... ·• • ..
Ionización. mientras que los primeros productos. además de oro y p!Jta. s:: C)oi .
vieron sobre todo de las Antillas, primera área de asencamiento de los colonos t  .
pal'íoles. fue c:I momento en el ~u_
c dcsd: España_se envia_ron pa_
nidas d~ semillas
de cereales, de plantas aliment1c1as, cana de azucar, agrios, olivos y vides, ms-
trnmentos para el trabajo de los campos y animales desconocidos en América.
como equinos, bovinos y ovinos. De l~s Antillas las prácticas ~e_
l ~ultivo y de ~a
cría de ganado se transmitieron al continente. Después de las v1c1s1tudes trauma-
ticas de la conquista militar, los españoles tuvieron que enfrentarse _
c~n la nece-
sidad de llegar a una organización estructurada de los nu~vos dom1mos,_ con la
creación de dos virreinatos y la constitución de una clase drngente y administra-
tiva a imitación del modelo aplicado en España.
Este proceso influyó en las características de los hombres que emigraron de
España y de Europa, comprometiendo a los soberanos españoles e_
n un:i atent.l re-
glamentación de los flujos, preocupados como esta~:in por gar:int1zar un ~esarro-
llo adecuado de su dominio, sin olvidar las exigencias de l:i Iglesia Caróhca. que
asimismo había participado en la promoción del descubrimiento y de 1.:is JlegadJs
al Nuevo Continente.
Una interpretación corriente cree que prevalecieron. entre los ¡:mrr.eros euro-
peos que llegaron con las naves espanolas. hombres atraídos p~r l.1 es;,e:.l.-izJ de
una fonuna fácil, que provenían en su mayor parte de AndJJuc1:i. de E~tremJdu-
ra y de las clases dominantes de Castilla, zona de España fue:re:nen:e c:u-a::en-
zada por la gran propiedad agraria. en manos de b. Corona. de 13 f'-1-'1 ~o;J;:za Y
del clero. Después de haberse desvanecido en todo o en p.i::e _
el es¡;~1:;:no d~I
oro, estos hombres habrían privilegi:ldo la posibilid.ld de ad.qu.tr.: dor:-.m:os t:=rrr-
toriales. y éstos se vieron garantizados por l:ls concesiones !":echas ¡;,e: l.! Co:-.'n:i
española, que se consideraba propietJ.rÜ de bs nue :is t1:!T.ls. En pr.~ se ~rro-
du·o en América el esquema d~ 1:1 ~r:in p:upied:id CJSte!!:ll"'.J. deter.-:-1~.J.nd· !.l."T!·
biin las modalidades del empleo de !J. m::rno de 0br-. qu::- en un r:i:r.er r.,,,m::r.10
debía estar garantizad:i por los h;ibit:i.ntes ori~inJ.:"10; y dc-spd, ~e sos:u," r,'r ll
llegada ele los negros :ifric:mos. _
El control rígidc> del tr:ifico 0n Aml."ri.::;i lle-, ac..:i 3 cat:-,, F'-': E;¡:-.1.,:1 -=•~~ L,
C·in de Contrataci6n ,. el Cl1n~ej0 d::- lnJ1.1.,. 1mpi,!i.> un tluJo s,:,ltJ.:- e- tnJ1,,n-
•·' · · · . - • l · r¡ ••n~1.1~ d.: c;:-~rc10 111•
· do de comcrc1antes mc.11..mtc- d m,trum.nto ui:: :u• 1.. " - • .
mma d • , . •e-me- •·•n,H e,es ,
lll
.'id1nlcs ' tcm1ior.1k::. l"CSl'rJd.1s 3 l0s m::n:.1· -=~· 3 m 1~~•.1. .. r· _ .;_
' - ..1 • • • • di su · ne ·cs1J.1~s 11:1.1:id .-
·ilcmancs, de los qu. 1:1 c,,rl,1
1.1n.11'''"1.1 r~,.cm r r-'r . ., " 'erl ·nu
• · ._. j, ruenl'S .lffi:!rJC':nl''• e !.J C'S, • • •
r·,s El control fue l'::lhz;iclc> t.mi.·i..-n l"!I ' ' . • ¡ - 1
.1 •,·.~,1•, on
• • 1 ' • . t) •J ~ •< r.1r.1 ' n: • V O ,
1'011ohdln ,. Cart.1~,·11.1, ,1u.- ,·r.111 ,,s um,.:-, .iu 'r'.. ,., . 11»r ·.111t•~ pr ·i::c
Lnres
· . - 1 1 . •r.11' ,1-, IJ, nl, .:-, -- •
Sl•,·illa. Sl•~111 l.1~ 1111<·n..·i,,n.-,': ''' "'' ·' • · t . -~1
11ur.- · n:i, ec.an·
· ~ ¡ - M' •mr uru, ru l> ,,. .. • •
tk Améri,·a )' COll ,k,lllll' a olJ lt"fll,111 l u. . !- . l ·u.-rn Jlln~u.:-  i11J,III·
... 1 1 rr ,¡ •• ·1,,11 ,'<" ,,,, n.1, "'' 't' !- • • .
do en ílnms que ~01a..Jn ,_
( .1 _ l e~<.: t-. • , . ,nir:1t-.1nd,•, IJ pir.1terf.1 clom1-
,1., a ,•xp.-11~¡1, ,k hh p1,,pu:t,1r1,,s; "" .-111 .1ri;1." • .
u:unu I," .¡.,, ,,1111.h d.-1 .1l.1111,·,,
Escaneado con CamScanner
HISTORIA IXONÓJIICA OE EUROl'A, SIGLOS XV-XX
6.2. LAS ,REAS EN EQUILIDRIO: LOS ESTADOS ITll.lJt-:OS
Una de las interpretaciones m:is difundid , b .
cfad_
es económicas en la península italiana a ,;1:a:;/; ~a ~~oluc1ó1~ de las a~t!v!-
cl siglo en dos períodos bastante nítidos L . e ~,g o xv1 ~•ende a dividir
J • • • ª pnmera mitad es1an,1 marcada por
:1s cns1s que provocaron fas guerras libradas en su territorio a las ' '
r1aron una se ·e d d t • , que acompa-
' , n ~ e~ rucc1ones y de caída de los par:'imetros productivos en los
sectores ~ue hab1~ sido sus tradicionales puntos fuertes, como el textil. La se-
gun~a mitad del _s1!_!o habría presenciado una especie de recuperación, que sin
cmb,lfgo se habna encontrado con las modificaciones realizadas a nivel europeo
tanto en la pr_od~cción c?mo en a venta de aquellos productos que se habían arre-
b_atado a los 1tahanos. S1 puede aceptarse esta imagen como primera impresión y
sin prcten~er_qu~ tenga u~ carácter exhaustivo, hay que decir que la realidad de
la econorma italiana del siglo xv1 se presenta extremadamente diversificada, así
como extremadamente variado era e cuadro de los Estados entre los que estaba
tli'idida la península.
Si se profundiza en los diferentes sectores, se advierte claramente que las ac-
ti'idades manufactureras se resintieron de los acontecimientos bélicos, con una
pi=rdida generalizada de las producciones, sobre todo en el área centro-septen-
trional. aquella que había sido la zona fuerte en los siglos anteriores. La distribu-
ción de la población en el territorio se había resentido claramente de las tensiones
y habí:i disminuido la concentración en los centros urbanos, con la consiguiente
contracción de los centros productivos y la disminución del número de estableci-
mientos especializados, hasta el punto de que no sólo no se conseguía seguir la
evolución del consumo interno, aunque en disminución, sino que no se lograba ni
siquiera p.oducir para sostener el flujo de las exportaciones. Además, en las difi-
cultades generales se tenían que incluir los gastos provocados por las guerras, que
habían erosionado fuertemente las finanzas públicas, determinando un aumento
de la carga fiscal >' en consecuencia un aumento de los costes de producción, ac-
tivando así un círculo peligroso para el mercado europeo, que en cambio tendía
claramente a un 2umento de las producciones en competencia.
Sin emb2rbo, la crisis de la organización tradicional no afectó tanto la capa-
cidad de iniciativa de los hombres de negocios, los cuales se introdujeron en el
proceso de expansión europea por el mundo de modo significativo, más allá de la
visión romántica del que recuerda que algunos de los navegantes europeos m;ís
grandes eran iraliano~. •
La vocación internacional de los comerciantes italianos había construido una
sólida red de intereses y de capacidad emprendedora, que fue sumamente precio-
sa en el momento en que la ampliación de los mercados y de la~oportunidades de
negocio a través de los océano-; exigía unos conocimientos y una profesionalidad
mercantiles y financiera~. En otros término~. mien1ras Jtalia se encm11ra1Ja pr:kti-
camente sometida a hierro y fuego por los ejército,; ex1ranjcros hdi,:crnn1c Y
muchas ciudades --entre ellas Ure~cia, Roma, Pavfo y Génova-, erar, ~aquca-
das, los hombre!> de negocios ilali:1110~•.e cncr111traro11 op ·rarnlo prá<.:lit'arm·nh· 1·11
1.1 l:Xl'IN~J/1N .UHOPEA EN EL SIGLO XVI 71
ludas la,; partes del mundo, poniendo en práctica sus consolidadas técnicas de ne-
gocio. No en vano todavía a principios del siglo xv1 se iba a Italia a aprender el
arle de la rnntabilidad y de la profesión mercantil.
Lns italianos ocupan todavía un pue~to de primer plano en las grandes ferias
europeas, en l,1s que se intercambian mercancía-~. pero sobre iodo donde se colo-
can l.1s gr.rndcs iniciillivas financieras, con el comercio de los títulos de crédito
procedentes ele los empréstitos públicos de los Estados europeos. Amberes, Lyon,
Dcsan~on y Piacenza son, incluso en orden cronológico, los lugares donde los ita•
lianos desarrollan su actividad financiera a lo largo del siglo xv1. Besan~on y Pia-
<.:cnza en particular fueron el teatro de la actividad financiera de los banqueros ge-
noveses, que las especializaron precisamente como ferias de cambio.
Bajo este punto de vista puede considerarse que el siglo XVI presenció una
cierta transformación en la especialjzación. de los hombres de negocios italianos,
que de comerciantes que siempre habían sido, privilegiaron sucesivamente las
actividades más específicamente financieras, explotando tambi::n la distinta acti-
tud de la Iglesia ante este tipo de actividad y situándose como interlocutores pri•
vilegiados pan:1 la colocación de títulos de la deuda pública, sob~ todo de la Co-
rona española y de la francesa. Para esta última, en particular. operando en Lyon,
fueron determinantes los banqueros ílorentinos.
Fueron los ílujos de mercancías que pasaban por los puenos y líneas de tráfi-
co de la península los que vivieron en el siglo xv1 c:imbios si~nificath·os, más
que los tipos de las. mismas mercancías. La cuenca del _:1.[editerr:ineo veía mover-
se los productos locales de lo.s países riberenos: productos alimenu..
,;os, como los
cereales, el aceite y el vino, la sal de extracción ma:i.na de las islas, azúcar, lana
hruta, algodón, alumbres y colorantes, cueros y pieles, hierro. Cerno manufactu-
rados, los tejidos toscanos y lombardos. las :irm:i.s siempre lomb:rrd:i.s, libros, vi-
drios venecianos, papel. por citar sólo los mó.!< signific.11i~·o.s.
En el último cuarto de siglo las galer.is genovesas comrolJb:m un tráfico
completamente nue'o: el tr:insporte de ingentes cantidades de met:ues preciosos,
sobre todo plata amonedada. que se tr:msportab.1 desde EspJ."1J a ltalia, como
consecuencia de complejas transaccion:'.'s financieras. EstJS venfa.n impuestas por
las dificultades de la Coron:i esp:iñola. que en 1575 se decl:m; por segunda vez en
banc:mota, después de la primera en 1557, e hizo posibk el :iumemo excepcional
de las llcr,adas de plata procedentes de Améri a, los cu:tles superaron amplia-
mente las cic.n toneladas anuales entre 1570 ,. l 5SO, ,. 1.15 dos::ientas toneladas en
las décadas sicuicntcs. Adem:í~. el li<-'S:.lITOII~:,, el C'tito de las ferias de cambio de
Pi;K
•cnza, con;rolmla~ por los ~•·no,·t•sl'S, h:tcí.111 del puerto de Génova la terminal
ideal para las fcrias.
Vc11l'da Sl' cn~·ont~.5 ;1 su vez 'ivil·n lo ciclos d1frrenciados, oscilantes en re-
lachn l'C1n Ja evohu:i1
,11 dd tr:Hir:o cc>n Orknte, sob~ todo por las especias, tras
la ,.ó(ida inter'cnción de los pr,rtuguese,s. Después 1k una crisis en la primera par-
1t· d ,¡ ~iglo, que 1: nbligl a hacer uso, por e-jcmplo. de la pimienta traída_a_Euro-
pa 11111 ¡0, portucuc•-t•,, rc;inud,, _-c,nt.ic-1os dm.·ctos a tmvés de Egipto, uuhza~do
1•11<1, pwd11t·h1, :1, los 11ujl,s proc<"dentt'S cid interior de Europa. como lo_s mm!:'-
. 1 ¡ , ¡- • • •1· •111~ eran exportados por  em.•ct:i.
,ah-, ,k In" 111111.1~ ,·,pl11t:1, as p,•r ,,s ·ti,!!.~• , • •
Escaneado con CamScanner
La notable cantidad~te-estaño y de plomo que de esta manera estaba disponi_ble
favoreció la especialización de la ciudad en la producción de los tipos de lnl·
prenta y la difusión de la tipografía.
Los puertos meridionales, sobre todo sicilianos, y la dálmata Ragusa se vic•
ron gestionando el comercio de los granos, según una antigua tradición, pero en
respuesta a la mayor demanda de consumo y a la búsqueda de nuevas fuentes de
aprovisionamiento, y también para hacer frente a las graves escaseces de la se-
gunda mitad del siglo. En este sector se produjeron las primeras presencias im-
portantes de la..s marinas inglesa y holandesa en el Mediuerráneo.
Considerando la variedad del cuadro de las áreas territoriales italianas,, como
se ha señalado, los estudios sobre la economía del siglo xvr han identificado zo•
nas de crisis y zonas de crecimiento, con desfases temporales. No hay duda de
que las guerras de la primera mitad del siglo pusieron en graves dificultades el te•
jido productivo anterior, pero los cambios institucionales, con las nuevas in-
fluencias españolas, y las relaciones internacionales de los hombres de negocios
italianos desempeñaron un papel fundamental en la determinac.ión cte·ti'n nuevo
desarrollo, cuyas señales son evidentes también en los testimonios físicos que
han llegado hasta nosotros. Grandes iglesias y palacios, con sus obras de arte, son
fruto de notables inversiones, que dan cuenta de la existencia y de la vitalidad de
algunas grandes cortes principescas italianas. Para todo ello valen las referencias
que se han dado sobre la evolución de las finanzas públicas, con la expansión de
la deuda pública y de los instrumentos que la sostuvieron, fiscales y financieros,
corno en el caso paradigmático de la corte papal.
En definitiva, en la Italia del siglo XVI se manifiestan muchas tradiciones que
afectaron prácticamente a todos los sectores de la vida económica, modificando
profundamente los esquemas que habían garantizado el despliegue, de la vida
económica y social de los siglos anteriores. Ello dio lugar a un equilibrio dife-
rente entre las diversas _regiones. Algunas, como las de la zona.centro-septentrio•
nal, parecieron decaer (al menos en una comparación re'1ativa con otras áreas
fuertes europeas) mientras que otras se adueñaron de espacios de gran desarrollo,
como Génova. Y otras, corno Venecia, mantuvieron un papel importante, mien-
tras que el Mezzogiomo se vio pagando un elevado precio para sostener los gra-
vámenes impuestos por la política de Felipe 11. Queda un área tradicionalmente
débil en el noroeste, que siri embargo·halló en el desplazamiento hacia Italia del
centro d~ los dominios de los Saboya el germen de un p1irner desarrollo.
6.3. LAS ÁllEAS E!,IE.P.GP.!'."TP.S: IKGLAlERl<A Y LOS PAfSES BAJO
Inglaterra y los Paítes Bajo!> ~eptentrionalcs son las do~ área~ europea~ que
pusieron de manifiesto en el siglo XVI formas y tiempo'> ele un desarrollo original,
que representa un notable s;.ltc, cualit.itivo re!>pecto a los c~qucmas que carac:ll·r i-
zan a los siglos antcriore~. Los dos países ctuvieron implic:iclo en vki~i111cli.:,
políticas importantes, que tuvieron en el 1eino inglés de Jo, Tuclor y en la, !'lll' ·•
rras de religión de Flande~ Ir,~acontecimiento~m:1~ cspcctarnlarc~. f'.11 l"I plil110
LA EXl'ANSJON EUROPEA EN EL SIGLO XVI
6 ·colas modalidades con las que éste se manifestó'º " ri1
clcl desarrollo econ m1 rd .•
. . ·1mente pueden resumirse en un esquema cump i o. .
tiples y d1fíc1 . 1 ter1
·ores al xvr se habfo desarrollado, en los Pa1ses Bajo; ,
Ya en los s1g osan . . . 1 h l
-6 l llamados Pafscs BaJ0S mend1ona es. asta e punto de
arte de la rcg1 n, os
una P · . Brujas como centro y Amberes como puerto, uno de los
podérsela consd1delrar, con mía europea comparable con el italiano, mientras que
1 fuertes e a econo ' . . d ¡·
po os óximas se habían consolidado centros comerciales e re iev~.
en las zonas más prB y Hamburgo Su situación en el mar del Norte hab1a
como Amsterdam, remen . . . 1 . 1
• 'd d" f tar de dos grandes líneas de comunicación, onentadas 1ac1a e
perm1tt o 1s ru , á ·
h
• 1 ·nteri
·or con una supremacía de los transportes por v1a acu t1ca,
mar y ac1a e 1 , M
utilizando el curso de ]os ríos, como el Rhin. el Elba, el Escalda, el osa, q.ue co-
municaban el mar con las regiones interiores de la Europa central. ~asta 1~ épo-
ca de los descubrimientos geográficos y el desarrollo de la n~vegactó~ oceamca,
los puertos del mar del Norte habían desempeñado un papel de ~tercamb10 entre los
productos procedentes del mar Báltico y de Inglaterra, esencialmente grano, lana
bmta, lino, pieles, madera y sal, con los productos del interior, procedentes del
desarrollo de las actividades mineras, industriales y textiles, sin olvidar las opor-
tunidades ofrecidas por las ferias alemanas.
Cuando los portugueses iniciaron su actividad con Oriente. se encontraba
Lisboa en una posición que no era central respecto al tráfico europeo. por lo que
se vieron obligados a apoyarse en los puenos del mar del Norte y hallaron en Am·
beres el mercado ópúmo para el destino de los productos de las Indias Orientales,
sobre todo la pimienta y las especias, dirigiéndose después tambitn a Amsrerdam
y Hamburgo. En el mismo período, a principios del siglo X"I, ya era consisrenre
el flujo en los mismos puertos de los paños de Inglaterr:i. Así se fue creando un
conjunto de centros donde se concentraban y estaban disponibles c.lli todos los
productos objeto del tráfico intemacion:il. los cuales arreb.:it:u-on SL: espacio a un:i
parte de las bases comerciales del mar Báltico y del m:ir MediterrJnec-.
La actividad marinera en las costas de los P:i.ises Bajos ak:inz6. p:.:es. una no•
table intensidad, facilitando la proyección sobre el mar del trab:i.jo de los hombres
que vivían en ellas. En particular, continu:mdo al comenzar el siilo ll suerte de
los Países Bajos meridionales, en los Países Bajos septentrion.1les tuvh:ron que en•
frentarse con las estrecheces de-! territorio y con l:i <"5-C:tse.! de los recursos que se·
pod(an extraer. Después de h:.t-er rc:iliz:td,... intensos tr.1b:ijcs ce re~ulaciJn de las
:ig,u:is y de haber encontrad0 hl e•ners:í.1 neces:i.rfa en 1.1 diiu,ion d~l molino de
viento -verdadero motor litil p ar: s.1tisfa~a c.1s1 toJas l.l.s 11;.>t·c·s1dJ.d;."S de movi-
miento para tocio tipo d.:- tr:1b:1jo y d<" bc,n1b.is-. los h.1°t'it,uHe-s de los P.1iscs Ua-
jt1s Sl'plcntrionaks oh111vit·n,11 dt"I n1.1r k1~ rrn:-Ji0s p.u-.1 un d..-~.1rn,~1,, económico
sin~ular. Esto ya Sl' 111:mif,·st:11it1 dur::1111,• hi ludu p,,r l.1 " :1ut1tu.:H'':_ d.: un E$t~-
do imlcpt.>mli,•nt<.- de las Pnwin.:ia~ llnida, ,t.: le s P.use~ B:1Jl15. c•ntrt:>_!males d~l S1•
f:lo x'I y principios dd :, ·11, l.1 iutura H,,l!m,l.1 tre.:01w,·1da .:orno mdepend1en1e
l'II L'I trntlll0 tk Wcstfalin d<." 164S), y ,·s1.1ll.m.1 m1, t.ml~ .l k• largL> del siglo xvu.
El lHtimo ruarto ,lt-1 si¡;lc- :-., 1 rn-sen,·1,' a.,i l.1 ck,::.1:l<•n.:i.'.I d:.> Amberes Y t::1
ci,·c-iini,•nL> ,1,• .'lll~t,·rcl.1111 cllmCl ,·tntr,> rrin.:-ipJI ,l.• lls ::i.:tiv1d:1des económicas
,k his 1'.ií"·s H:ijc,). .111!•,·1,·, ,·,t.1t-.1 l'r~.m1::1,l.1 ,t"!!111 l:i :111t1gua mod:ilid:id de
Escaneado con CamScanner
lll'IOHIA l :C<JNÚMICA DE EUROl'A, SIGLOS XV-XX
·i//,11/m impuc.slo.~ a las actividades económicas por I Es d .
.,, " ' . . . . os ta os centrahza-
1
11,. con 1111 ~,~rema d c pnvileg10s y concesiones que lt'rn•t b
1
' . . · , , 1a a por a fuerza de las
,-,,.,.n , I ,dl111u de 1,ts nuevas energías que se estaban ·r .
<l 1 , man11estando. En cambio
: 111s fl•1d;1111 a >a unas mayores posibilidades de acció · •
•· r -1- d . . ' n con una actitud más per-
1111',l'a, ;1c1 rlan o, s1 no incentivando la entrad" de h b · ·
. • ... orn res, actividades y ca-
p11:ilc.s. A veces se ha tratado de atribuir a la refonn.. t t .
I1 1 ti . ... pro es ante, vencedora en
o an a, el origen de la fortuna económica de la región ·
.. . , _ . , y, ciertamente, la ruptu-
r,1 r1 o, oeada por las guerras de religión desarrolló su papel penn·t· d
· 1 , 1 ten o que se
111:.la aran en l lolanda bastantes personajes que se habían aleJ'ad d 1 , d
l. ·(í 61" o e os pa1ses e
lr:11 1c1 ,n cat tea, muchos de 1os cuales eran portadores de un · bl
. . a aprecia e corn-
pelcnci:1 y preparación profesional. Pero parece ser más concreta la constatación
de que la_
l·lola11da de las últimas d~eadas del siglo xvr se encontró disfrutando de
la:; vc11l:1j:t.S procedentes de algunas situaciones objetivas.
l~ny _
articular, la_ruptura defir?itiva con España y Portugal y la consiguiente
prnl11bu:16n de relaciones comcrc1ales obligaron a los holandeses a buscar su vía
:111l(>tH!111a para procurarse los productos que procedían de América y de las In-
dias. Estos hasta entonces habían venido sobre todo por mediación de los ibéri-
cos, pero a menudo también a través de operadores de otros países europeos. Los
últimos aíios del siglo XVI vieron a los holandeses empeñados en la organización
de sólidas expediciones hacia las Indias orientales, que les llevaron n compararse
con las experiencias de los portugueses y a buscar un nuevo modelo de expansión
económica. Si los portugueses habían asumido inmediatamente un estrecho con-
lrnl estatal sobre las expediciones a Oriente, los holandeses dejaron espacio, por
así decirlo, a la iniciativa privada, la cual se expresó en la constitución de diver-
sos tipos .de compafüas apropiadas, que encontrarían, a principios del siglo xvn,
fonnas más estables y reglamentadas. La intervención directa de los holandeses
en América vendría después.
De todos modos, las mayores corrientes de tráfico para los holandeses del si-
glo XVl se mantendrían con el mar Báltico, hasta el punto·de que los registros de
raso por el estrecho de Sund, enlace obligado con el mar del Norte, dan testimo-
nio ele que, e~tre todas las naves que lo atravesaron, ya en las últimas décadas del
siglo m~s del cincuenta por 100 eran holandesas.
En los puertos y mercados de Holanda ya era posible encon_
trar todas las mer-
cancías objeto de tráfico marftimo. Los holandeses a finales del siglo xvr estaban
en condiciones de mantener relaciones comerciales con cualquier parte de Euro-
pa, implantar nuevos procesos de elaboración para la transformación de las ma-
terias primas disponibles, desarrollar técnicas mercantiles y contables evolucio-
nadas, y en definitiva moverse de una manera completamente innovadora, con la
disponibilidad de capitales importantes.
Las vicisitudes económicas de Inglaterra a lo largo del siglo xvr exhiben a su
'ez aspectos diferentes de los de los demás países europeos, en la medida en que
sus condiciones geográficas y la organización del Estado determinaron transfor-
maciones particulares, que contribuyeron a instrumentar un conjunto de oportu-
nidades. También en el caso inglés han sido muchas las interpretaciones ofreci-
das por los estudiosos que en cada circunstancia han puesto el acento en aspectos
LA EXl'ANS[ÓN EUROPEA EN EL SlOLO XVJ 7S
particulares y generales de su economía. La producción de lana, las transforma-
ciones de 1a agricultura, el desarrollo de las manufacturas, la disponibilidad de
materias primas, las relaciones co.n el continente europeo, los transportes maríti-
mos, la monarquía absoluta y la participación de las clases sociales, la reforma
anglicana, son un conjunto de aspectos que se presentan en movimiento a lo lar-
go del siglo xvr, contribuyendo todos ellos.de diversas maneras a construir un
cuadro general que llevó a Inglaterra a enfrentarse con éxito con los siglos poste-
riores.
La lana .inglesa había sido uno de los productos con mayor presencia en el co-
mercio exterior del país y había alimentado una sólida corriente de exportación
hacia el continente europeo y los centros tradicionales de la .industria textil lane-
ra, corno Italia y los Pafses Bajos. Los derechos aduaneros sobre la exportación
de la lana habían garantizado unas nota~les rentas desde finales del siglo xm,
pero con una política proteccionista se había intentado desde mucho antes desa-
rrollar una producción manufacturera local, de modo que se pudieran aprove-
char las ventajas inherentes. Aun encontrando dicha polftica todas las dificulta-
des derivadas de la oposición de los productores de lana, que preferían explotar
las oportunidades que les ofrecfan los precios de un mercado libre para buscar las
mejores condiciones, el sector había contribuido a establecer relaciones con los
comerciantes europeos, que se movían para aprovisionarse de lana y, al propio
tiempo, para hacer llegar a Inglaterra los productos de calidad de los que había
demanda. Por lo demás, los ingleses habían disfrutado de la posibilidad de un
punto de referencia en el continente, conservando el dominio de algunos territo-
rios en la orilla continental del canal de la Mancha, que se acabó precisamente al
llegar el siglo xvr. A comienzos de siglo, las estadísticas oficiales de las exporta-
ciones inglesas, sin tener en cuenta, por tanto, el contrabando, dan testimonio de que
los paños de lana ya habían superado runpliamente, en peso, a la cantidad de lana
bruta. A lo largo del siglo se produjo un aumento apreciable de la cantidad de te-
jidos exportados, sobre todo en forma de short-cloths, los cuales encontraron en
Amberes el lugar ideal para difundirse en el resto de Europa. En esta difusión de
los paíios ingleses se ha visto una de las causas y uno de los efectos de la crisis
con la que se encontraron los paños italianos. El mecanismo considera la caída de
la producción italiana en la primera mitad del siglo, como consecuencia de las
destmcciones provocadas por las guerras que se libraron en Italia, y la suerte de
los short-cloths, que se habrfan introducido en este mercado aprovechando la es-
casez de la oferta y sus precios competitivos, aunque con una calidad intrínseca
muy diferente.
El aumento de la producción de lana en Inglaterra determinó una cierta trans-
fonuación en la esrrctura de In producción a~rícol:t, con un aumento de los pas-
tos y el aumento del tejido, que a su vez requiere un:i aportación de trabajadores.
Loi; clos fenómenos provocaron consecuencias que se encuentran en la base de al-
gunas interpretaciones históricas generalizadas. Por un lado las e:ogencias del
pastoreo habrían ampliado el proceso de las llamndas rnclosures, o cercamientos
de los campCJs, que hahría ocasionado la expulsión lk I:is clases más débiles del
campo, y por utrn l:ido se habrí:i producido un :n1011:nto de las personas expues-
Escaneado con CamScanner
-... ·-
tas a los riesgos de las ,·iole.nta~ oscilaciones de la ocupación en las actividades
manuf~ctureras. A los efecros provocados en el cnmpo por la expansión de la cría
de oveJas se habrían a,hdido los de la supresión de In propiedad eclcsi:stica, in-
cautada_
P~~ la Corona. y los del cambio en la organización de lns fincas agrarias,
con perJu1c10 para los pequelios cultivadores.
Ciertamente, este proceso tuvo lugar, aunque no parece haber afectado a todo
e~ pa(s, al paso que habría sido más general el incremento demográfico, que exi-
gió transfonnac1ones en el sector agrícola para garantizar el aprovisionamiento
de los artículos alimentarios, como los granos, por las necesidades de los centros
urbanos en expansión.
Ingl~te_
rra estaba vinculada al mar, pero había quedado fuera de los grandes
descubnm1entos ~eográfieos de_ los portugueses y de los españoles, aunque toda-
vía ªrfinales ~el siglo xv naves inglesas habían realizado un viaje hacia América
del Norte, b_
aJo el m~do del veneciano Juan Cabot, sin-que del mismo resultasen
con~ecuenc1~s apreciable~. Casi por la fuerza de )as cosas los marineros ingleses
se vieron ob!1gados ª.dedicarse a la navegación del mar del Norte y a emprender
toda una sene de acciones para conquistar condiciones de factibilid:id en Jos de-
~ás mares europeos, sobre todo el mar Blanco, el Báltico y el Mediterráneo. Los
ins_
trumentos para la penetración en estos mares y la gestión del tráfico consi-
guiente fueron las compañías, siguiendo el ejemplo de los Merchant Adventurers
que desde 1467 gestionaba las exportaciones en el continente europeo. Las nue~
vas com~añías que iban hacia aquellos mares se constituyeron a partir de media-
dos del siglo xv1: la Moscovy Company (1554), la Eastland Company (1579) y la
Leva!11 Company (1592). A finales del siglo xv1 se establecieron las relaciones
con Africa a través de la Guinea Company (1588) y la Morocco Company (1595).
Más tarde nacieron las organizaciones establecidas para las relaciones con
Oriente }' con Am1frica, donde fue necesario, respectivamente, aprovecharse de
las dificultades de los portugueses y atacar las posiciones españolas. Fue con Isa-
bel I que los ingleses emprendieron de forma consistente la lucha contra España.
La flota inglesa había crecido en la primera mitad del siglo y ya Enrique Vlll ha-
biadedicado irances tecurso'!I,hasta e -punto de erosionar e valor de la i.'ora. es-
ttfa'~,(le ~ln.6 l'( cittU()H) (t U'(), ett()!'o.S CO':ia':i,un eeCQ )QSÚ/0 SO·
bteac; et)Ottac.onesni,ec;as. . .
Hacia e continente americano os ingleses se movieron en pos de a conqms-
ta de territorios, como sucedió efectivamente con la isla de!erranov_a Ycon lar~_-
gión a la que se impuso el nombre de Virginia, en homcnaJe a la rema que habi.i
concedido los privilegios necesarios para la navegación Ylas conquiSlas; per~ die
d · d' t Sólo en el stg u
estos territorios no se obtuvieron ventajas de un mo O inme 13 o. • é. •
· · d N érica Mayor ·xllo
siguiente se reanudaría la obra de colomzac1ón e ortcam ·
tuvo la llamada guerra de corso, esto es, la caza de las naves españolas <JUe tr;m~-
. · b . . . amnchs que operaban
P
or1aban las riquezas amencanas, llevada a ca O por n,,vc~ ' · .
1 1
.
. I· e ia ingles·, A finales e e ~•-
con las patentes otorgadas Justamente por ,, oro1 • · . . . . . ,
glo xv1 la marina inglesa había asumido un papel fundamental pracuc.mi~•~~c. e•:
todos los mares del mundo y se dispuso a convertirse en d 111, trumento 1
~~c•:-
1
v
1
para el desarrollo dtd país. Londres era ya la segunda ciud;nl curop ·a en lclllllllm
demográficos, con una población estimada alre~edor de los doscie~t~s cincucma
mil habitantes, que había vivido a lo largo del siglo un des~rrollo un~co, cor:ien-
zando con unos setenta mil habitantes, y que ya se encammaba hacia el primer
puesto en importancia económica.
A espaldas de los ingleses orientados hacia el mar había un país que logró
transformarse profundamente. Toda la política económica desarrollada por In-
glaterra en este periodo tendió al proteccionismo de la producción interior, con la
aplicación de derechos aduaneros a la importación. Por lo demás puede decirse
que con el siglo xv1 los ingleses abandonaron definitivamente la intermediación
de los comerciantes extranjeros y tendieron a garantizarse de forma autónoma su
propio comercio.
Si las vicisitudes de los paños de lana son las más llamativas en el contexto
europeo, mucho$ otros productos conocieron una expansión y tuvieron éxito a lo
largo del siglo. La metalurgia del hierro experimentó un aumento notable. El hie-
rro fue esencial también para garantizar nuevos cañones, que resolvieron en par-
te el problema de la escasez de bronce por la falta de cobre en Inglaterra. y para
sostener por tanto el armamento de las naves, tanto mercantes como par:i la guer-
ra de corso. El problema del combustible, dada la escasez de madera en la isla. se
resolvió progresivamente mediante la utilización de carbón. Se incentivaron las
construcciones navales. Paralelamente se desarrollaron nu::,·os sectores aprove-
chando la inmigración, que se dirigió a Inglaterra a consecuencia de las relacio-
nes internacionales y de las guerras de religión. Con la inmigración se desarrolló
en Londres una vocación a la internacionalidad de sus habitantes que, con sus
conocimientos culturales y tecnológicos, encontrarían un 1erreno f.!rtil p:ira su
expansión. Londres, como Amsterdam, vivió el crecimiento de las profrsion.:s
vinculadas a la pura actividad mercantil, con las técnicas de administración y s~-
guros. No es preciso añadir que la gran exp:msión demogr.ifica provocó un desa-
rrollo de la construcción de edificios y de todo lo relacionado con ::lb.
La competencia con Españ:i encontró su momento culminan!.: .:n el encuen-
tro nava con la Armada lnvcncibe (588), la gr:in flota preparad:i. por Fehp:: ll
pata aiustar cuentas e hwadi.t di.rcc,amcme lng'lena. L:i ,·i.ctoria 'm~e,a m:m:ó
)táci.camente e )rtCÍ.)Í.O de deci.ve de ')()dcr de b. m:i.frr.~~ csvaioa 'J : con-
saitaci.(:mueamaúnai.n¡;e,¡.a,i.nstromento fomamcnt:i. de tutuo desanoo 'ilº·
úco 'i econ6mi.co de paí'!..
.
,,
'
Escaneado con CamScanner

Más contenido relacionado

Similar a Giussepe Bracco La expansión europea.pdf

Europa durante los siglos XIII y XV
Europa durante los siglos XIII y XVEuropa durante los siglos XIII y XV
Europa durante los siglos XIII y XVkikapu8
 
Revoluciones Modernas - Dos revoluciones que inician el mundo contemporaneo
Revoluciones Modernas - Dos revoluciones que inician el mundo contemporaneoRevoluciones Modernas - Dos revoluciones que inician el mundo contemporaneo
Revoluciones Modernas - Dos revoluciones que inician el mundo contemporaneoATEstadoyPPdeSalud
 
El EspañOl En El Siglo Rocio
El EspañOl En El Siglo RocioEl EspañOl En El Siglo Rocio
El EspañOl En El Siglo Rociofloresitajan
 
Tema 1 El Antiguo Régimen
Tema 1 El Antiguo RégimenTema 1 El Antiguo Régimen
Tema 1 El Antiguo RégimenLuis Pueyo
 
Historia de la Revolucion de Inglaterra
Historia de la Revolucion de InglaterraHistoria de la Revolucion de Inglaterra
Historia de la Revolucion de InglaterraRegularizacinConcn
 
Apuntes geografía humana
Apuntes geografía humanaApuntes geografía humana
Apuntes geografía humanajuan770349
 
La Economia Y Las Ciudades De La Edad Media
La Economia Y Las Ciudades De La Edad MediaLa Economia Y Las Ciudades De La Edad Media
La Economia Y Las Ciudades De La Edad Mediadokand1
 
PEO ASJKSDFASKJDFAL IDH ñlkasjfasldkfdfañsifj
PEO ASJKSDFASKJDFAL IDH ñlkasjfasldkfdfañsifj PEO ASJKSDFASKJDFAL IDH ñlkasjfasldkfdfañsifj
PEO ASJKSDFASKJDFAL IDH ñlkasjfasldkfdfañsifj dieku
 
“Globalización y medios de comunicación en américa latina”
“Globalización y medios de comunicación en américa latina”“Globalización y medios de comunicación en américa latina”
“Globalización y medios de comunicación en américa latina”pedrito21
 
1 transito de la edad media a la edad moderna
1 transito de la edad media a la edad moderna1 transito de la edad media a la edad moderna
1 transito de la edad media a la edad modernaCarlos Parraga Navarrete
 
EL MUNDO ENTRE LAS DOS GUERRAS
EL MUNDO ENTRE LAS DOS GUERRASEL MUNDO ENTRE LAS DOS GUERRAS
EL MUNDO ENTRE LAS DOS GUERRASTALLARIN
 

Similar a Giussepe Bracco La expansión europea.pdf (20)

Sociales
SocialesSociales
Sociales
 
Europa durante los siglos XIII y XV
Europa durante los siglos XIII y XVEuropa durante los siglos XIII y XV
Europa durante los siglos XIII y XV
 
Revoluciones Modernas - Dos revoluciones que inician el mundo contemporaneo
Revoluciones Modernas - Dos revoluciones que inician el mundo contemporaneoRevoluciones Modernas - Dos revoluciones que inician el mundo contemporaneo
Revoluciones Modernas - Dos revoluciones que inician el mundo contemporaneo
 
El EspañOl En El Siglo Rocio
El EspañOl En El Siglo RocioEl EspañOl En El Siglo Rocio
El EspañOl En El Siglo Rocio
 
Tema 1 El Antiguo Régimen
Tema 1 El Antiguo RégimenTema 1 El Antiguo Régimen
Tema 1 El Antiguo Régimen
 
Historia de la Revolucion de Inglaterra
Historia de la Revolucion de InglaterraHistoria de la Revolucion de Inglaterra
Historia de la Revolucion de Inglaterra
 
migracion
migracionmigracion
migracion
 
Apuntes geografía humana
Apuntes geografía humanaApuntes geografía humana
Apuntes geografía humana
 
La Economia Y Las Ciudades De La Edad Media
La Economia Y Las Ciudades De La Edad MediaLa Economia Y Las Ciudades De La Edad Media
La Economia Y Las Ciudades De La Edad Media
 
Tarea de Fundamentos del Diseño
Tarea de Fundamentos del DiseñoTarea de Fundamentos del Diseño
Tarea de Fundamentos del Diseño
 
Siglo X I X
Siglo X I XSiglo X I X
Siglo X I X
 
PEO ASJKSDFASKJDFAL IDH ñlkasjfasldkfdfañsifj
PEO ASJKSDFASKJDFAL IDH ñlkasjfasldkfdfañsifj PEO ASJKSDFASKJDFAL IDH ñlkasjfasldkfdfañsifj
PEO ASJKSDFASKJDFAL IDH ñlkasjfasldkfdfañsifj
 
Powerinstitucional
PowerinstitucionalPowerinstitucional
Powerinstitucional
 
“Globalización y medios de comunicación en américa latina”
“Globalización y medios de comunicación en américa latina”“Globalización y medios de comunicación en américa latina”
“Globalización y medios de comunicación en américa latina”
 
1 transito de la edad media a la edad moderna
1 transito de la edad media a la edad moderna1 transito de la edad media a la edad moderna
1 transito de la edad media a la edad moderna
 
Adriana
AdrianaAdriana
Adriana
 
EL MUNDO ENTRE LAS DOS GUERRAS
EL MUNDO ENTRE LAS DOS GUERRASEL MUNDO ENTRE LAS DOS GUERRAS
EL MUNDO ENTRE LAS DOS GUERRAS
 
Imperialismo
ImperialismoImperialismo
Imperialismo
 
PDN I 2012 1S
PDN I 2012 1SPDN I 2012 1S
PDN I 2012 1S
 
Inseguridad
InseguridadInseguridad
Inseguridad
 

Último

30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf
30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf
30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdfgimenanahuel
 
Dinámica florecillas a María en el mes d
Dinámica florecillas a María en el mes dDinámica florecillas a María en el mes d
Dinámica florecillas a María en el mes dstEphaniiie
 
Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...
Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...
Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...Lourdes Feria
 
proyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niño
proyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niñoproyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niño
proyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niñotapirjackluis
 
ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...
ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...
ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...JAVIER SOLIS NOYOLA
 
Curso = Metodos Tecnicas y Modelos de Enseñanza.pdf
Curso = Metodos Tecnicas y Modelos de Enseñanza.pdfCurso = Metodos Tecnicas y Modelos de Enseñanza.pdf
Curso = Metodos Tecnicas y Modelos de Enseñanza.pdfFrancisco158360
 
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdad
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdadLecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdad
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdadAlejandrino Halire Ccahuana
 
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docx
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docxSesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docx
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docxMaritzaRetamozoVera
 
Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...
Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...
Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...Carlos Muñoz
 
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.José Luis Palma
 
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativo
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativoHeinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativo
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativoFundación YOD YOD
 
Ecosistemas Natural, Rural y urbano 2021.pptx
Ecosistemas Natural, Rural y urbano  2021.pptxEcosistemas Natural, Rural y urbano  2021.pptx
Ecosistemas Natural, Rural y urbano 2021.pptxolgakaterin
 
Neurociencias para Educadores NE24 Ccesa007.pdf
Neurociencias para Educadores  NE24  Ccesa007.pdfNeurociencias para Educadores  NE24  Ccesa007.pdf
Neurociencias para Educadores NE24 Ccesa007.pdfDemetrio Ccesa Rayme
 
Historia y técnica del collage en el arte
Historia y técnica del collage en el arteHistoria y técnica del collage en el arte
Historia y técnica del collage en el arteRaquel Martín Contreras
 
Ejercicios de PROBLEMAS PAEV 6 GRADO 2024.pdf
Ejercicios de PROBLEMAS PAEV 6 GRADO 2024.pdfEjercicios de PROBLEMAS PAEV 6 GRADO 2024.pdf
Ejercicios de PROBLEMAS PAEV 6 GRADO 2024.pdfMaritzaRetamozoVera
 
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fisca
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fiscala unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fisca
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fiscaeliseo91
 
Qué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativaQué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativaDecaunlz
 

Último (20)

30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf
30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf
30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf
 
Medición del Movimiento Online 2024.pptx
Medición del Movimiento Online 2024.pptxMedición del Movimiento Online 2024.pptx
Medición del Movimiento Online 2024.pptx
 
Unidad 3 | Metodología de la Investigación
Unidad 3 | Metodología de la InvestigaciónUnidad 3 | Metodología de la Investigación
Unidad 3 | Metodología de la Investigación
 
Dinámica florecillas a María en el mes d
Dinámica florecillas a María en el mes dDinámica florecillas a María en el mes d
Dinámica florecillas a María en el mes d
 
Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...
Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...
Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...
 
proyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niño
proyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niñoproyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niño
proyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niño
 
ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...
ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...
ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...
 
Curso = Metodos Tecnicas y Modelos de Enseñanza.pdf
Curso = Metodos Tecnicas y Modelos de Enseñanza.pdfCurso = Metodos Tecnicas y Modelos de Enseñanza.pdf
Curso = Metodos Tecnicas y Modelos de Enseñanza.pdf
 
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdad
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdadLecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdad
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdad
 
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docx
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docxSesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docx
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docx
 
Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...
Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...
Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...
 
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
 
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativo
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativoHeinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativo
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativo
 
Ecosistemas Natural, Rural y urbano 2021.pptx
Ecosistemas Natural, Rural y urbano  2021.pptxEcosistemas Natural, Rural y urbano  2021.pptx
Ecosistemas Natural, Rural y urbano 2021.pptx
 
Sesión de clase: Fe contra todo pronóstico
Sesión de clase: Fe contra todo pronósticoSesión de clase: Fe contra todo pronóstico
Sesión de clase: Fe contra todo pronóstico
 
Neurociencias para Educadores NE24 Ccesa007.pdf
Neurociencias para Educadores  NE24  Ccesa007.pdfNeurociencias para Educadores  NE24  Ccesa007.pdf
Neurociencias para Educadores NE24 Ccesa007.pdf
 
Historia y técnica del collage en el arte
Historia y técnica del collage en el arteHistoria y técnica del collage en el arte
Historia y técnica del collage en el arte
 
Ejercicios de PROBLEMAS PAEV 6 GRADO 2024.pdf
Ejercicios de PROBLEMAS PAEV 6 GRADO 2024.pdfEjercicios de PROBLEMAS PAEV 6 GRADO 2024.pdf
Ejercicios de PROBLEMAS PAEV 6 GRADO 2024.pdf
 
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fisca
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fiscala unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fisca
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fisca
 
Qué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativaQué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativa
 

Giussepe Bracco La expansión europea.pdf

  • 1. .... ( ~o'-~ó~.~- . . ---- r·' f-,; 1'-v_"'~ ( --- ,i_,:;~!J_. - ~ -~ SEGUNDA PARTE LA EXPANSIÓN EUROPEA E~ EL S[GLO X'I Gi11seppe Braceo Escaneado con CamScanner
  • 2. 1. LA DEMOGRAFÍA 1. 1. LA EVOLUCIÓN DE LA roBLACIÓ!'I EUROPEA El término ·expansión se puede aplicar a la economía europea del siglo xv1 considerándolo en 1odas sus acepciones y en casi todos los parj,metros económi- cos en su conjunto. Ciertamente, la llegada de los europeos a todos los rincones del mundo engrandece el uso y privilegia la referencia topográfica. pero también los fenómenos que tuvieron lugar en el curso del siglo en el interior del continen- te justifican aún más su empleo. En particular, prestando aten:ión a los actores que operan en el escenario de Europa, a sus hombres. se cap~a inmediaL?mente la señal de lo que puede considerarse uno de los elementos funda.•nenU!~ del pro- ceso que los llevar:i a asumir un papel dominante, esto es. la vitalidad. Refirién- dose a los temas demográfkos, la observación puede parecer ray:i.na e:i el límite de lo ingenuo o de lo vulgar, porque precisamente en el desarrollo der:,ogr:if1co se descubre la primera eitpresión de la vitalidad. pero est:i universahnente reco- nocido que con el inicio del siglo XVI cobró impulso un crecimiento ccnst:l!lte de la población europea, si bien con algun:i.s diferencias y dis=p:mci~ e:: cada una de las áreas nacionales. La documentación disponible es divers:i y no pu::-de ref::rirse .! los censos cli- sicos. para los cuales se encuentran solamente algunos ejemples r~curso~s y primordiales en sus característic:i.s, de cualquier modo dict:idos sol:-~ todo por exigencias fiscales y formados consider:mdo segmentos parciales de la pobilci6n y de sus agregaciones, como los núcleos famili:ires. y e"<cluyendo h:ibitualmente en su mayoría a los menores en edad infanttl. : falta de ~sistros del estado ci- vil. en muchas áreas europeas se descubren registros p:i...,.c,quiale · de b:iutismos, matrimonios y enterramientos. realizados en el seno de 1:1.s r:im.'Quias. católicas o no. Italia e Inglaterra fueron las dos ircas en l:is que los re~istto,; p:irroquiales arraigaron fuertemente a lo l:u-~o del siglo xv1. t:1mt:-ién come- consecuencia de a Contrarrcform:1 para unn y del n:.i..:imiento de l:1 l¡::ksia :mglic:uu p:u-a In otra. Los dcm:s p.lfscs de traclici<-n cristi:ma, en las diver·:H c,mfesic-n..-s. si¡::uieron más adelante. Además de ll,s datc,s t·strictuml'nll· dcnws:r.ifico~ St' h:m descubierto los sig- no~ ck la cxp:msión de la población l·uropt•n l·n cnsi t"'-los los campos de la vida ccon6mica. Las in'cstii.:aciones tcnitorinks dc11111c:-str.1.n. adem:is. que tanto las l":m~:i~ como los efecto: de la c:-tp:msión dctlll'!!r.fic:i iueron distintas en las di- Escaneado con CamScanner
  • 3. 44 HISTORIA ECONÓMICA DE EUROI'A, SIGLOS XV-XX versas zonas, confirmando en todo caso la tendencia de conjunto. Se calcula que <.:on el siglo xv1 la pobl:ición europea recuperó totalmente las enonnes pérdidas de la epidemia del siglo x1v y superó el límite anterior, oscilando en torno a los cien millones de individuos. En un siglo que representa el auténtico momento de transición de la sociedad europea desde el mundo medieval hasta la Edad Moderna, la distribución de la población en el territorio presenta todavía gran parte de las características de la época anterior. En resumidas cuentas, se asiste a la permanencia de una disper- sión de !ºs asentamientos, con la preponderancia de pequeños centros pero sin la presencia de las que podrían definirse como grandes ciudades, aunque puede se- ñalarse el siglo xv1 como el momento en que comienza el crecimiento de las fu- turas metrópolis de la Edad Moderna. Algunas estimaciones reducen a cuatro ciu- dades las que tendrían una población igual o superior a los cien mil habitantes: Milán, Nápoles y Venecia en Italia, y París a principios del siglo xv1; mientras que a finales del siglo se computan ocho: Milán, Venecia, Roma, Nápoles, Paler- mo, París, Londres y Lisboa. Con cincuenta mil habitantes o más habría, respec- tivamente, siete ciudades al comenzar el siglo y trece al terminar. Las mismas es- timaciones calculan en un 5,6 por 100 el porcentaje de la población europea que puede definirse como urbana a principios del siglo, la cual habría alcanzado el 7,6 por 100 a finales del mismo. En reaHdad, la evolución de la población en las diversas áreas geográficas fue inevitablemente diferente y se resintió de los acontecimientos poHticos y milita- res que afligieron a los países europeos con una distinción bastante clara entre las dos mitades del siglo, encontrando una separación en el tratado de Cateau Cam- brésis (1559), sobre todo por la pane que había sido teatro de las principales vi- cisitudes militares. El examen de los índices demográficos de la natalidad y de la mortalidad pone de manifiesto valores elevados, que en épocas de normalidad habrían asegurado un saldo ampliamente positivo, pero q~e en tie~pos po~o comunes tropezaron con las antiguas dificultades de la sociedad preindustrial..Los tres males fundamentales, carestías, guerras y epidemias, a lo largo del siglo ~ro- dujcron todavía sus efectos nefastos, pero comenz_ aron a c~contrar correc~i~os que limitaron los retrocesos. Puede identificarse cierta meJora_ d~ las con~1c10- nes alimentarias y la aparición de las primeras normas sobre intervenciones sanitarias, al mismo tiempo que las guerras tuvieron un peso sob~e los ~conte: cimientos demográficos que fue más allá de los meros ~fcctos natural~s, pro . vacando en gran medida desplazamientos de la población entre los diversos territorios. 1.2. LAS MIGRACIONES ENTRP. EL VmJO y EL Nu1wo MUNDO La población europea se presenta en movimiento a lo largo del >.iglo "·VI ~i- guiendo varias directrices. . . . . 1 · d· d en el fenómeno de la url>aniz,1t.:i611 111c1p1c111t:. 1:11 l'.~t,· Del campo a a c1u a , LA EXPANSIÓN EUROPEA EN EL SIGLO XVI sentido se presenta como paradigmático el caso inglés, que demuesuaunai:.:.:. formación de los campos con la realización de los cercamientos y el COl i~ui,:.. te -aunque no fuera del todo debido a ellos- crecimiento de Londrc, lu: quintuplica su población en el curso de un siglo. Las estimaciones hab11u:1 i~; calculan una variación del porcentaje de la población urbana de Inglaterra !!el 3,t al 5,8 por t 00, de España del 6, l al l I,4, de Portugal del 3 al I4,1, y de los Países Bajos septentrionales del 15,8 al 24,3. Fue diferente el comportamiento de los italianos, los cuales en la primera mitad del siglo parecieron dispersarse en los pequeños centros, para retomar el flujo de la urbanización en la segunda mitad del siglo. En el movimiento entre ciudad y campo se asiste, además, a un fenómeno ca- racterístico de la economía agrícola por lo que se refiere a los individuos despro- vistos de medios de subsistencia, que se definen de modo genérico e indistinto como «pobres». Los estudios de los efectos de las épocas de crisis sobre la distri- bución de la población están de acuerdo en destacar que los pobres se mueven en- tre la ciudad y el campo, entre el núcleo ciudadano y el área :ural. según ritmo~ estacionales, dictados por la sucesión de las cosechas y por los Jugares de alma- cenamiento de las provisiones. Los momentos de crisis de1erminan también un cierto movimiento de los pobres entre los centros urbmos, en busca de lugares donde se experimentara una menor carencia de recursos. :-:o en vano una cons- tante de las intervenciones frente a las crisis es la definición y el censo de )05 lla- mados pobres forasteros, a los cuales se obligab:i a regresa::- a sus lugare~d: ori- gen o de residencia estable. En cada país la migración tuvo lugar según esquem:i.s diferenci:ido;. L"no d:: los más singulares es el que ofrecen los suizos, que c:n este ¡::eríodv em1gr:uon a muchos países como militares al servicio de l:is divers:is eones europe.Js. a m1,•.:s de una auténtica y propia institución pública que gestionaba c:I frnóm::nc- a ni, d cantonal y federal. Las guemis de religión desemp::ñaron un papel imp.;:,nJmc: c:n las emigraciones hacia los Países Bajos con grupos completament: h~•mog.!n.:os. como los valones, y hacia Inglaterra de manera m.is variad:i. Los ejercite, impe- riales y del rey de España no fueron mc:nos en su despli::guc: gen.:r,1.hzaJ.;:,. Ade- más, las políticas mercanlilistas de los Estados euro¡x·os _ fJ,·ore:1cron d d.;-sp_la- z.amiento de los t~cnicos de los diversos oficios} produ :iones. k•s cu:iks deb1.U1 moverse entre los incentivos ofrcddos por los p.1ises anlltn011<"3 ~ l.1; ¡,.:-nas pre- vistas con las que amt-nazaban los países dt- ori~cn. . . .• De un continente a otro las emigraci,,nes ofre,c..-n car.1,tensu.::as partl:Ulares. Eícctivamentc, si es inneg:iM,· d :11ra,1i,·o J..-.los nue'OS 1cmtonos.que se e~: Colltr·ib·i11 • 111isposici0n de los europ..-os, .:1 tli1JC" h:i.:1.1 i.,s nue, os ~aise~ no P 1 r • ' ' · rJ S t pusieron mue 1Os scntll his características ck 1111 mo'imic:nto d,fum I o. . t' 111 cr . . ~. od · 1 .t ... 1· · ti• lr, · n.1Jes l:tn:os e m~om os, obst:lculos Ante todo l:1s d1fic:u tac l'~ ''"J" l:ts < '' • • • • . , , .'. . . •s.: sa n·..:,· itivi,lad el,• t,,s lu¡:.1rt·s ,·n 1t1s que era necesario aco111p,1i,HIOs ~m.!~;,,~- 1,·spiri:u el,• p1<>11,•l'('l, .11 nit·n,,s hasta que comenzaron .1 adaptarse a v1,·1r ~ g · . 1 1 1 n• 11• ,,t.i•l s,• or••anizaron en d siglo r ' ) I • · ' '111 l c."S •llll" l'I "• • " o - eslilr disp,m1b es ,Is 1111 "' ª~ '. '· .· . .. ... ,11111~111ó sobr..- tocio cte hombrt'S · ' I I TI 1S • 11<.'fl ti> Sl •• • ' ~lguknll'. La •·nugrn,·1111 1 · ' ..", ·_- ·.. , ,1ll:unadt> cmm:rcio de ulm1mar. d~d1· e 1 . 1,111 <>L ··1~1,,n,·s ,k m g,i. "" <l n, q1ll' lll ; I • ' · ' • Escaneado con CamScanner
  • 4. .: r ...: ,,,, ... .. •' ,. '"·~ l IJ/ll, ECONÓMICA DE EUROPA, SIGLOS XV-XX , .111d,lc .i_ la explotación de los recursos que poco a poco ofrecían las 1 • 11e, en el 111rer' ¡ 1 • exp oracm- 1or e e continente. Por tanto, se trató de un tipo de persona·es ue 11 ; 1 1 ·r_ n:s~ntaha necesariamente toda la tipología de las ocupaciones prese~te:1en e 1 ~ 1 ' '.tono europeo. Hombres de mar Y comerciantes, con toda la retahíla de es- pecralicla~le,; n:lacionadas, junto con los representantes de las burocracias de las 1 '. 1 º'.1 '.'~q1_11as que poseía~ las coloni~s, constituyeron el núcleo fundamental de la cmt¡~t~crón__e,~r?pea hacia las Américas. Todavía es preciso distinguir entre la emi- J'rac1on dcf111111va y la temporal puesto que muchos de los que 1· · 1 . , e 1g1eron empren- eereI camino ele la aventura y de la fortuna volvieron a su lugar de origen, al paso que h:ntame~te se fue formando una población definitiva, alimentada también por las ncccs1dnclcs que, naturalmente, se fueron presentando. De todos mod J · -6 os, a c1111v.rnc1 n entre continentes contribuyó de forma dctermimintc a la creación de una rnic~•'. cl:1se de ~mprendedorcs, que se alinearon con las correspondientes cla- ses trad1c1onales, s, no es que las sustituyeron sin más. Ent~ las e~igrac_ion_ e~ hacia América a lo largo del siglo xv1 hay que consi- <ft:ra'. .iun 1m fi1110 de md1v1duos --que ciertamente no eran europeos-; pero que se al111c:iron con éstos los esclavos, trafdos por lo general de África para satisfo- L'er las exigencias del trabajo en lns nuevas plantaciones de caña de azúcar. Hacia Asia Y África no se produjeron corrientes de auténtica emigración, en el sentido ele despla1.amicnto.s de grupos de personas con la intención de establecerse de manera definitiva. A los dos continentes se desplazaron los hombres indispensa- bles para In gestión de las bases comerciales y militares que los países europeos, sobre todo Portugal, organizaron como puntos de referencia de su tráfico. 1.3. LA C/ LIOID DE VJD/1 Si en el siglo x1v Europa había vivido la espantosa tragedia de la epidemia ele ;1 peste negra, que había reducido el número de sus habitantes de una manera to- talmente desconocida con anterioridad, puede decirse que en el curso del siglo xv1 l:i~ enfermedades contagiosas marcaron la vida cotidiana, en el sentido de que las epidemias de peste, y no sólo éstas, se repitieron con notable frecuencia, castigando a distimos territorios. _El fenómeno ha sido ampliamenté estudiado, se han ofrecido diversas expli- c:1c1ones. a fin de cuentas. giran todas alrededor de algunos elementos de fondo comunes. La peste ya se encontraba firmemente establecida en Europa de fonna r::nd¿_ mica, Yperiódicamente, con una marcada frecuencia, explotaba en forma cpi- dém1cn. Lo~ lugares más afectados son siempre los centros urbanos --donde se c?ncc:ntran numero.sos individuo en condiciones higiénicas penosns--, en la me- cl1~J en que al aumento de la pobl<1ción no le corresponde una expansión consi- guiente de la.s viviendas. El primer puesto cnlre las cnusas de la.~ epidemias co- rresponde, pues, a las pésimas condicione~ higic'.:nicas. Pero tstas se daban de lonna pcm1ancnte, por lo c¡ue tenía que ser otra la causa desenc.idcr1an1c. En este sentido se ha observado que los grupos de individuos que se velan :ifcctaclos por las epidemia~ dcbfan de hallarse en tales .!>ituaciones de <lcliilit:1- LA EXPANSTÓN EUROPEA JJN llL SrGLO XVl 47 · · · d ,. d I anismo Las épocas de esca- m1en10 f1srco que se les reducían las e,ensas e org · • . scz habrían provocado este debilitamiento. Efectivamente, el siglo XVI presenció · · d manifiesto el problema del una succs16n de épocas de carestía que pusieron e . · · · b'é o man1·fcstación posterior del au- aprov1s1onam1cnto de cereales, tam I n com • . . mt.!nto de la población en Jos centros urb~nos. A lo largo del s1gl? las c1u~ades s~ vieron obligadas a dotarse de organizaciones estables para gestionar los probl~ mas de abastecimiento y los Estados promulgaron poco a poco ~o-~as encami- nadas a garantizar la disponibilidad de cereales, altema~do prob1b1crones de_ ~x- portaci6n e iniciativas de aprovisionamiento. El comercio de granos fue ocas16n de grandes operaciones comerciales, con desembolsos onerosos por parte de las administraciones públicas. Comerciantes de granos y _naves de carga _recorrf~n to- 1 los mares de Europa desde las regiones del Bált1co basta las orillas onenta- cos • . . Jes del Mediterráneo, mientras que se realizaban esfuerzos orgamzauvos_excep- cionales para transportar los cereales desde los pue_rtos de mar hasta las CJU~ades d ¡ interior a lomos de mulos. Fue ésta una de las mnovac,ones en las corrientes d;inffico d~l Mediterráneo, que en los siglos anteriores había sido pr.ícticamen- re au1osuficiente. Las épocas de escasez, por su parte, tenían su_ origen en d!versas causas. L:ª productividad de las tierras era estructural a la agncultura del uempo. con una l~- mitada relación entre la semilla y el producto, por lo que cada vez que las condi- ciones ambientales determinaban una crisis, la escasez era inevitable. La escasn capacidad de germinación de las semillas -arruinadas por los parisitos y por la~ dificultades de conservación en los almacenes- y la falta de abonos, hacían casi imposible una absorción de los acontecimientos atmosféricos. Las g~err:is con- tribuían notablemente a la dcstnicción de las cosechas y de los culuvos en los campos o n la desaparición de las provisiones, debido al p:iso de los ejércitos, los cuales, carentes de un sistema autónomo de abastecimiento, vh'ían de los recur- sos del ten·itorio en el que se encontraban, por amigo o enemigo que fuese. Aún más, si las condiciones higiénicas en las vi'iendns y en los centros urba- nos eran malas, eran pésimas las de los ejércitos empleados en las numerosas guerras que afligieron a Europa en el siglo xv1. Los cuerpos milit:ires hab:ían sido los difusores de gérmenes y parásitos que alimentaron l:i.s numerosas epide- mias del siglo. En esencia se habría formado un círculo vicioso que partiendo de situaciones de escasez. y dt> tr:'.ínsito de los ejércitos, habrfa hecho posible que las enfermedades castigaran con intensid::id a organismos de todos modos debilita- dos por las dificultades contingentes. Un papel nada secund:irio en J:i propagación de las cnfem1edades lo desarro- llaron, ele 1oclns maneras, los mo'in,ientos de hombres determin:idos por la ex- pansión ele los europeos desde su continente h::ici:i 01r:1s :'.íreas del globo. En este sentido se dieron c:1s0s de epidemi:is impNl:idn~ a tr:wés de- las ciud:ides marÍli- ma~. pl'ro hay tambié'n un :-ispecto toda'fa m.is imr0rt:1nte de la dif~sión de en- frnnc-da<ks de un continente a otro: <'nfem1eclncks europeas desconocidas en otros e1111ti11,•11t1·s ful'ron lkv:idas a ~stos, así com1, d<•sdc éstos se transmitieron otras 1k,c11mll'iclns pt1r.1lo· <·11ropc.•<>s. Escaneado con CamScanner
  • 5. 2. LA AGRICULTURA 2.1. LAS RELACIONES CON LA TIERRA El mundo agrícola del siglo xv1 se presenta extremadamente variado 00 so- lamente por las inevitables diferencias en los cultivos ligadas, a las: condiciones am~ientales, sino tam~ién y sobre todo por las transformaciones que llegaron a venficarse en _las relac1one_s con la tierra por parte.de los hombres que se dedica- ban a ella. E,uste un amplio debate sobre la cuestión, que critica.el mismo con- cepwde propiedad y la definición de los llamados pactos agrari.os o regulaciones, que dictaban las normas de explotación del suelo por parte de los trabajadores de los campos respecto a la propiedad de los mismos. Tierras feudales. eclesiásticas, comunales, libres, se combi,naban entre sí en el territorio, con un gran bagaje de usos y costumbres. La disgregación del poder feu- dal. la crisis de las instituciones eclesiásticas. sobre todo monásticas,.y la consoli- dación de las tierras libres, de propiedad privada,"tuvieron su efecto sobre la orga- nización de la explotación agraria de la tierra. El caso de la confiscación de: Ins tierras de la Iglesia Católica en Inglaterra, realizada por Enrique VTII. es solamen- te el más espectacular e imponente en términos de importancia. No, es muy dife- rente la confiscación llevada a cabo por los Vasa en Sueda: Son de destacar los efectos del proceso que desde el último cuano del siglo xv ha.bía afectado a gran parte de las mayores abadías monásticas del continente. Sus tiecras habían comen- zad.o a ser divididas en dos partes distintas. la claustral y la comendmicia, dejando a los monjes la primera, en dimensiones conformes a las necesidades de su reduci- do número, y confiando la segunda a supuptos abades comendadores, que la COli'I· sideraron sobre tod.o por las rentas que podían extraer. A lo largo dd siglo se reor- ganizaron y reanudaron, si no se fundaron directamente ex novo, algunas órc!enes de caballería, que ya no podían referirse a los primitivos orígenes rc.J.acionados co11. la reconquista de Jerusalén, pero que propiciaron la organiiación de fincas agraria~ en términos de nuevas ventaja'> en su relación con los poderes sober:mos. La disponibilidad de tierras cultivables había representado uno de los pti111.;ipa• les problemas para la agricultura de los siglo~ :itlleriorc~ a la caída denmr,1:ífica pro- vocada por la peste negra del siglo x1v. f'or ello ~e liabía rec.:urrído a amplia inicia- tivas de roturación de las tierras vírgenes y .~e /J:1bfo lrnlm.Jo de ;id,¡uírir 1rncv1 1~ tierras con la expansión generalizada má., ;,J/á del vir.:jo 111ic/cc1 rlc fa d vili1ac:ic111 c11- ropea. La disminución del consumo. que sigui6 al descew,o dc la d ·manda por f':111; - LA EXPANSIÓl'o' EUROPEA EN EL SIGLO XVI ducción forzada de la población, había hecho disminuir los ingresos. Con la nueva. aunque lenta, expansión demográfica del siglo xv1 el problema se plantea en tt:rmi- nos nuevos, en busca de una nueva productividad para apoyar la producción glob;i.l. El viejo esquema feudal ya se ha visto roto en gran parte de Europa, pero 5¡. guen vigentes, por lo menos al comenzar el siglo, antiguas prácticas dc culti,·o. La tierra suministra lo necesario para la alimentación y para los productos 111;;im1- facturados básicos, pero no se advierten todavía signos puntuales de una revisión profunda de las técnicas de cultivo. que se evidenciarán en los siglos posteriores. Se percibe una modificación en las prácticas de cultivo en la medida en que se in- troducen y difunden cultivos que, aunque eran conocidos con anterioridad, no ha- bían sido objeto de panicular atención. Esto se tuvo que confrontar justamente con las reglas de la relación que c.istía con la tierra, en cuanto que el cultivo de los campos se convinió en ocasión de inver- sión, y se incluía en la búsqueda generalizada de oportunidades rentabks. que supe- raba la vieja necesidad de proveer para la subsistencia en términos de supervivencia. La consolidación de las ciudades y su mayor incidencia en términos de mer- cado de consumo de los productos agrícolas, pero también en términos decapita- listas en busca de inversiones, sencilla.mente por una renta directa o también para garantizar el aprovisionamiento de materias primas para las actividades manu- factureras, contribuyó a modificar las tradicionales relaciones con la tierra. No en vano el siglo xv1 puede considerarse como el siglo en que se reafimi:ui los ince- reses fiscales sobre la tierra, con la difusión de la contribución ter.itoriJI y el ini- cio de una especie de competencia fiscal entre el Estado y l:i ciudad p.!ra g:ir.:inti- zarse los ingresos correspondientes. Aun en presencia de todas las formas de propiedad y de conr:r:i.tos agnrios y su correspondiente transformación, es preciso considerar que gr.in ¡:-:1ru .:!e l:is riem1s europeas se organizó en unidades de posesión forzosamente Jimitad.!S en sus di- mensiones por la forma con que oeces:iri:unente debín des.irrol!irsc: el trabajo en los campos. Propietarios directos. arrendat:irios. cJ.mpesinos y Js:il.lriados encon- traban un límite espacial en su trabJ.jo. que d~pendía de l.:is r,:,sibilij.1des d~ des- plazamiento respecto a su resid,~n ia habitual y de !J. col.1bor:i.:icin de tc-dl la fa. milia. Se observa precisamente a lo tarso del siblo x,·t. sobre tC'do hJ.:il ml!dia<los del siglo, la aparición de un nue,·o modele> de :isent::uniento c:,n IL'S c.1rnpos. Es cier- tamente fruto del nuevo interés en tinninos de inversion::s y d.· mejoras de la 1ic- 1Ta, pero sobre todo con unn referencia JI núclw fon1i!i1r dd rr.it-.1_jador ;i.grícola. Un aspecto pnrti ul:1r de 1: b1ísqu,·d.1 d,· nm·,•:i~ 1i.-rr.1, cul1i,·abks se presen- ta ,:n el si~lo xvt 1,•currkncl0 a l.tS obras .l.-. :111.-.1mienll'. que ··n :ilsun:is áreas t:u• ropeíls alcnnzuron nlllat,trs dinu. •nsi,in,·s. tus1., d punw el.: nwdificar radicalmen- t,: t') pa1wrama ck ,·xll·ns1,, l<'rriwric,·. 11:ili:i. Fr.1m:i 1.,.. ln!!l:1tc.'ITJ fueron 1 c:11ro de i111port:1111c~obra~ ,k ~l111c:imi,·1111,, p,•n, ...-! c.,so d,· l,1s País<.':< [fajos r~prc_!'t'llta un 111odd,, t•1tct"r,·11111.1l. N,1 s,- trn1,, ck .111k'nt1..:.1s i11111,1·;1.wnes, smo mas b1c:n de la clifllsinn v dd ,·111plt•,1 t>11,1:r.111 <"SC':l!.1 dt' sist,·1110~ .'ª co0<1ciJos, con instrurn1c•1110~ y n·cwsc,:, ,•11,·r~..•ticc1s 111u·1 '·'· Pc-rr,·11c,e11 .1 .l:1 gr:m l'.isrori.1 el empeño de Lc,,- 11:irdo d:i 'i11ri ,·11 lr:ilia y d p.ird d,· /¡,_, 111,,fmos de nc:nro holandeses. Escaneado con CamScanner
  • 6. i ..j " r IIISTORIA l,CONÓ~IICA DE EUROrA, SIGLOS XV-XX L,~ NI E'AS rl<ODUCCIONES AGltA){IAS Al c'.1111cn-1.ar el ,;iglo el sislema ngrario europeo estaba dedicado tod , 1 ('~orluc.:c1011cs tradicionales de los siglos anteriores con una capac·d d dav1ad a as n (111 -·1 11 . . • . • 1 a e a apta- . .'. '¡.~ 1~cu_rsos ex1ste~tes que !e permitía sacar todas las oponunidades posibles su,- ~ e re ,1de1 as y~randes mnovac,ones. Los agricultores europeos continuaban de- d,c,mdosc ni cultivo de los productos alimentarios, con una gran variedad d 1 _ t;i,;. l'a,a la alimentación se cultiva toda clase de cereales y frutos comest'bl e p a_n_ ro.:nlcs 1ncl111uos en In ~xpresión ge_neralizad.i de granos, con un catá/o~o~u:x~: todos rno~o~ corre el nes?.º de ser incompleto, del trigo al centeno, pero también cebada: a, ena, es~elta, m1Jo, sorgo, castañas y otros. Aceitunas y uvas son objeto de panic~ares cuidados y comienzan a suscitar la atención de quienes cultivan la ar.rnnom,~, los cuales ~e inclinan por utilizar el nuevo instrumento de Ja imprenta para pn~hcar s~1s estudios. En el campo textil, lino y cáñamo son objeto de exten- so~ cultivos, mientras que el algodón se ve relegado a las áreas meridionales. Uno de los elementos más llamativos de las consecuencias de las exploracio- nes geográficas se halla en el conocimiento de nuevos productos de la tierra. En realidad. en el siglo xv1 se adquirió más el conocimiento que no la difusión de es- tos nuevos productos, los cuales solamente en los siglos posteriores pasaron len- tamente .1 fonnar parte de las tradiciones agrícolas europeas, contribuyendo a modificar profundamente los hábitos alimentarios y a suavizar los efectos de las épocas de escasez. Patata, maíz, tomate, tabaco, té, café, cacao, son solamente los m:s significativos y los primeros de una larga lista de productos que a lo largo del siglo xv, fueron IJcvados a Europa, vistos en un principio con curiosidad y pues- tos a disposición de los apasionados por la botánica o suministrados para satisfa- cer consumos de lujo o extravagantes. Mayor interés parecieron suscitar las hier- bas a las qm: se atribuían propiedades curativas, pero ésta.~ alimentaron más un comercio de importación que no su puesta en cultivo, como es el caso de las nue- vas materias tintóreas de origen vegetal. Surgieron nuevas ocasiones de producción agrícola a panir de productos co- nocidos cle,;de tiempo atrás en Europa y que se difundieron en plantaciones más amplias, capaces de originar corrientes de exportación. El arroz, herencia de la ocupación .irabe de la península Jbérica:se difundió en la Italia septentrional, ha- llando oc.'.lsión de consumo en los barcos que topaban con dificultades para pro- veerse de otros cereale~. de difícil conservación por la presencia de materias gra- -~.'.IS f:kilrnente pen:cedera,; en lo~ largos viajes transoceánicos. La morera, de nuevo en ftalia, para pasar después a Francia, dio ocasión a la difusión de la cría clt:1 gusano de seda, estableciendo las premisas para el futuro desarrollo de la se<la. Comienza la gran aventura de la caña de azúcar, escasamente presenle en Europa excepto en algunas zonas meridionales pequeñas. Con un lento viaje ha- ci. América Central y del Sur, controlado por portugueses y españoles, a través <le Madera y las Canarias, la caña impulsó en el Nuevo Mundo una de las pro- ducciones m{ts importantes de los siglo~ postcriórcs, heraldo de :1contecimicn1os Ctraorclin:1rios y dramáticos como la esclavitud. Arroz, morera y caila de az.tíc.:ar LA EXl'AN!>IÓN P.Ul'Ol'l!A l!N EL SIGLO XVI 47 51 ofrecen frutos ele la tierra que precisan ele una larga elab<Jración para llegar al pro- duc.;10 final, exigiendo inversiones importantes. Canales y molinos deben acom- pafiar ni arroz crías e hilanderías se alinean con lo~ morales muchos hombres Y compli<.:adas transforrnacioncs garantizan el azú_car. · Las nave~ en viaje entre América, Asia y Africa fueron un instrumento ex- traordinario para intercambiar y difundir el conocimiento de los frutos de la tierra. Contriliuyó a ello In voluntad de enriquecer el patrimonio disponible, pero a me- nudo acontecimientos casuales provocaron efectos importantes. Las provisiones c:mbarcadas en los diversos puertos para garantizar la alimentación de los pasaje- ros, que ya no eran sol:imenrc europeos, sino a menudo asiáticos y africanos, so- bre todo en el comercio de esclavos, llevaron por el mundo semillas y plantas que se procuró implantar y climatizar en una alternancia de é:dtos Y fracasos. Por lo dem:is, el aprovisionamiento de los barcos europeos provocó una demanda espe- dfica de suminisÍros que dio lugar a algunos efectos sobre el Viejo Continente y sobre los dem:is con los que progresivamente se estableció contacto. Los europeos procuraron garantizarse también en las tierras de ultramar la posibilidad de dispo- ner de los alimentos propios de la madre patria. En este conte'ltO se encuentra, por ejemplo, la evolución de la vid y del olivo para los dos productos específicos del vino y del aceite. Los resulLados fueron frustrantes para los intentos de e,_porur las plantaciones, pero se produjo un deterrninado efecto sobre los dis_ tritos europeos. con aumento de la producción y algunas mejoras, aunque fueran hm1tad1;. El encuentro con los demás continentes provocó también una importante transformación en la cría del ganado. Las naves europeas y los hombres de rumas embarcados se desplazaban transponando numerosos anima.les vivos. Dos exi- gencias fund:i.mentales se encontraban en la base de tal comporumiento: b pri- mera derivaba de la necesidad de garantizarse la presencia de los c:ibalJos p:ir3 los transportes y las batallas; la segunda provenía de l:is necesid:ides alim~nta.rias. A bordo no era conveniente transportar carne __¿e difícil si no impo;ible conser- vación-, mientras que los animales vivos permitían asimismo dispon~r de u_ lle- riores alimentos como la leche y los huevos. Además, el objetivo de la colomza- ción requería la reproducción, en l:i medida de lo posibk, de l1S con~iciones d_ e vida de los países de origen. Equinos, bovinos, ovinos. porcinos, con:!:JOS Ygalh- n.ceas acompañaron a las tripulaciones en las trJ.vesí:i.s y se estat-kcieron en las nuevas áreas de presencia europe:i detemiina.ndo un:i difusión que en muchos ca- sos alc:inzó notables dimensiones. . Del resto del mundo llc~:mm pocos :mim:iles de tipo de~conocido suscep11- blcs tk utilización y cmpl.:o en la crfa europea, como por ejemplo c:l pav~. ~os animales exóticos fucmn ocasión sobre iodo dt· curiusid.ld Yn-creo. lftl.s s~gmfi- c:itivo fue l!I rcsulraclo lk diversos cruzamientos qu.: nutui::tlmente se_re:ihzaron entre animales d.: In misma cs~cie y de distint:1 proce-denc1l, ac~mpanados de la espcciali;, ~ 1ci611 en el empleo que, junto cc,n la· condkiones ambientales, acelera- . · 1· · 1 · ,. din!rsific•1das Valga por to- 11111 la crin 1lt• 1111imales lk o.::irat'lCrtSIICas <ISllll !b 1 ' . • . b d •n~llo en 1:1 agncultura-so re dn~ el ejL·mpln d •I c ·aballo, cuyo uso 111vo un <"~....,. . 1 · . I· 1 . tiL·rr·,s Lk los Países BaJos- Y l!Hlo p.1ra d arrnstrL' ,k lns ar:ic os, a partil e< as · · para (ll ,11mH·irn1:1r lllll'' a l'lll'rr,fo. Escaneado con CamScanner
  • 7. IIJS'I ORlA ECONÓ!l!tCA DE EUROPA. SWLOS XV•XX .- J:i~ minas modificn.sÜ importancia ·1sí como el · t , et 1 ,,r~k~ P.:ro no . •' • . 111 ('rt's e os poseedores ele ca- / · : · 1 por esto deJn de crecer en la fase subsiguiente l:i elaboración de 0 1 s:lnun~rn es Yel empleo de los productos c,htcnidos a 11nr1ir de ellos Se. pcrc 1 ·•·c <' l csanollo de t' d . · · • u . 1·d • 1 u~ tpo e mano de obra que habría encontrado In manera de con- ~o I arse en os siglos pc,steri res f: d 1 · • , . o . a ;wor e a ola de mnovaciones tecnolóoicas que se habnnn prnduc1do. ,, . ~l sect~r secundario muestTa un _!!ran movimiento. La producción manufac- lLII ei a del s,_ glo X'I parece hacer uso de una miríada de tipologías de ocupación ofrece o~as,one_ s de trab:ijo que se encuentran entre lo tradicional y Jo innovado; cara~t;nzando J~stamente en esto uno de los aspectos m:1s significativos de la ex~ pans'.on ec~nóm1c: de Europ:1 y sefialando, al mismo tiempo, el paso de la eco- nom1a medieval a b de la Edad }.1odema. El tr:.bajo en los establecimientos artesanales, que había sostenido las fortu- nas de los mer~:i~e~::s. d~sarroll6 todavía un papel determin:inte, si bien los gre- 1mos exhiben.md1~10s d~ todos los riesgos relacionados con sus reglamentacio- nes. por consl.ltucion obli¡;ados a recibir con dificultad y retraso las innovaciones sobre toc!_ o en el ~ector textil lanero tradicional. Algunos sectores requieren nota~ b!es can11d:td<:!s O.! mano de obra. como los astilleros navales y los arsenales ma- n11mos. c¡ue todJvía hoy siguen testimoniando, con lo que queda de sus estructu- rns. una~ mstalaciones de grandes dimensiones. Elas satisfacen las demandas de todas las es?eci:llidades relacionadas, como el trabajo de la madera, del cordaje, d:! la lence:-1:i. de los instrumentos de navegación, de la cartografía, de las annas, en una lis~:i qt.:e :?.!:;arca un amplio abanico. Una b:Jena pane de la producción manufacturera de bienes de consumo y de semielabo:-:1.dos viene garantizada por la utilización del trabajo disponible entre los hombres del ca.:npo. Por definición, los trabajos agrícolas son estacionales y dejan amplios es¡n.cios temporales para actividades diferenciadas. En este terre- no tuvo h ma:1':::-a de desarrollarse el trabajo a domicilio, en las casas de los agri- cultores, que !e podían dedicar el mucho tiempo libre de que disponían. Se han ofrecido muchas interpretaciones para comprender las fases a través de las cuales, co:1 t.:n p:-oceso multisecular, se ha llegado a la economía de la pri- mera sociedad incustrial. Protoindu.stria y preindustria han sido los términos m!'is utili7.:ido ;,a:2. definir el conjunto de las organizaciones productivas que han garantizado lo$ productos manufacturados que, de todos modos, han sido necesa- rios ¡,ara satisfacer h,s exigencias del con~umo a todos los niveles. En la expan- sión general que experimenta la Europa del siglo xv1 se podría afirmar, tal ve7., que se encuentran casi todas las tipología~ administrativa5 que ya habían sido ex- perimentadas en Jo~ siglos anteriorer, y comienzan a vi<;(umbrarse casos ele orga- nizaciones más comi5tentes en la comtrucci6n naval, en las mina~ y en las ex- plotaciones agraria~. En panicular, se dc~arrollan producciones en las cuales los capitales fijos revi<;ten un papel mayor que en el paado, con una mayor deman- da de energía, obtenida ~obre todo por medio de la utilización de los molinos, de agua y de viento, que exp~rimi::ntan una mejora en los rnccani~rnos ele rrnni,for- mación del movimiento circular d'! sur, ejes de rnración en la.-. diversa, fnnna, de movimiento necesarias para su funcionamiento. 4. LOS INTERCAMBIOS lNTERNACIONALES 4. 1. Los l'LUJOS ~ t- Las exploraciones geográficas provocaron cambios profundos e:i 11 e~truct'J· ra de los intercambios internacionales, tanto desde el punto de vista de 11 c~nti- dad como de las líneas de tráfico. El viejo mundo mercantil s~ido del r:1ed.:evc se vio trastornado por un progresivo cambio que tuvo múltiples conse~er:.::i:ls. ~ dos áreas tradicionalmente fuertes del comercio. la Eu:-opa :nediterrá::e1 ~on Italia- y la Europa septentrional --entre la H~s:i gerr:iin:ca 'j !:is ?z.is:s Dajos- tuvieron que replantearse sus esquemas de acción. El tr ..fü:c se e:i:c::._t."6 privilegiando cada vez más el transpone por vía marítirr.a. h:i.ciendo u;o ti.T.l:-:.fo de J:is tr:insformaciones incorporadas a las naves, con !.:is cu.:iles e~ ¡::,osib!e mo- ver mercancías de escaso valor y de gran volumen. que hasu er.:on::es ne, h:i~í:i sido posible transponar habitualmente por vía terrestr::. lnevi:ab!e:::eme. ~! =~- cimiento del comercio determinó nuevos centros de Jtraccié:t. m::..-os ::::-J:?.ces con polos organizados para responder a l:i.s ,:_ -;is::n ·1as surgic!.ls de e::¡~1¡:-os : oportunidades de financiación e inversión. No en vanc- el fenóm:::-:o de b u!t-1.,1- 7.ación, con el crecimiento de la población res1dem~. se desar:-ol!ó $Ol:-r-: te-do e:: las ciudades situadas junto :ti mar o comunicad:i; c n c:1 !!:edi:m:::: n.:-; C' ·:i...,11:s apropiados. La cuenca del lvteditcrr5neo perdió su pa~l centr:i.l O Ll ta:1tc P..'~ hl't-er cismi- nuido las corrientes de trá!ko tradicionJks, rcr los mt::rc:tmt-ic-$ 1:t:ericr:s e!::: productos locales que sip1kmn con ~iena, h·a.:id!ld, sino !"-'r b. ,lism:-'luó~r:. c!::: un:i parte d! las mercancías de Así: y Afric.1, qui: ~'!l ¡x,-J1.1n r.1.>J.T .1 tr:l ..', d::: b :-uta del cabo tk Duena Esperanza, llegando din:~ tJ.mcnte a I.i.,; r::~i,,n:::~ ,entr.tles ~ seplenlrionalcs 1k Eumpa ..in l.1 intt•mtl',h.1,·i..Sn dd '.kJ1terr.in••~• A la 1ramfon11aci,n ,Id .-.,m,•rdt' v tk ·us , Í.1~ d.- tr~ 1ii..:,, conmt-u~ eron tam- hicn la~ polítirns de lo~ :st.td,,~ 11.1.-i,,;1.11 ·s l"m.-r~t"nh:~. (,,.,; .:u;1ks. en :iplkación 1k la q11,• se¡.:11id;Ulll'ntr s,· 1.kfini,, Cl'llh' "l'olíti.:. m:::n:.uttilist.1-... rr-.it:lrl'n d::: asu- mi1 ,·ada ,.,.,. uuh ,·l ,·,,ntr.,I d,· l.b aL·ti, i,I.Jt"s l",,,1i.,m1,·.1~ ,·11 t:::m1mos d,: pro- t,'L'i.:Íoni-;1110. lo l(llt" pn,,·,,;o dl<>llll<-'~ indu~,, v1,,(:::nt," en t--us,·., d::: una supn:rna- d,11·a,i ¡.'h•bal. .. u ~i¡.>l,, x,· "'hn1'1.1 ,·,·n.,.t,, ••n ,•l 11.tt.1 t,, .t.· T,,rd<-".,.ill.1:< ( t.lo.n, que dw1df:i • 1 J 1 1 1 1 " 1 1 1 1 1 • Escaneado con CamScanner
  • 8. HISTORIA ECONÓMICA DE EUROPA, SIGLOS XV-XX el mundo en las dos zonas de influencia para los portugueses y los españoles, pero los efectos de los intercambios comerciales con el Nuevo Mundo tardaron t'n a_ lca.nzar ~na '.·ele~ancia generalizada. A partir de 1503, los espafioles crearon en Sevilla una mst1tuc1ón, la Casa de Contratación, con la precisa intención de re- servar para España el monopolio de todo el tráfico con América y garantizar el control_sobre tod_o_ cuanto se moviera hacia el otro lado del Atlántico O llegara de él. _Sevilla conoc10 un desarrollo prodigioso y de cada viaje de las naves que arri- ba1on a su puerto se llevó cuenta en convenientes anotaciones, los «registros», que conte~ían todos los datos aptos para identificar el nombre de la embarcación, el del capitán, el armamento de a_bordo, la carga y su valor, y los derechos paga- dos; Se tomaba_buen~ nota también de los pasajeros. Los «registros» de Sevilla ten1an una finahdad fiscal y de control del flujo de metales preciosos, pero no se- ría sólo es!º• ~n cuanto los españoles ampliasen su atención a todo to que se trans- portaba, eJercuando un oneroso control político. Durante casi todo el siglo xv1 el comercio y el tráfico oficiales con América fueron prácticamente monopolizados por España, con la única excepción de Portu- gal con Brasil'. aunque en este caso se trataba de un tráfico de menor importancia. En una pnmera fase, durante unas pocas décadas, preponderaron los envíos desde Europa, sobre todo de manufacturas y de artículos alimentarios, para sos- tener el asentamiento de los colonizadores. Poco después comenzaron a prevale- cer en los intercambios los productos americanos. Entre éstos ocupan un puesto de absoluta relevancia, desde el punto de vista económico, los metales preciosos, sobre todo la plata. Inicialmente dichos metales eran fruto de las depredaciones perpetradas en los imperios de los indios, y seguidamente procedieron de la ex- plotación de las minas de plata mejicanas, en- Zacatecas, y bolivianas, en Potosí, a panir de mediados de siglo, utilizando un nuevo método de extracción basado en la amalgama con el mercurio. Tomaron cuerpo, pues, los intercambios de mercancías producidas in silll, so- bre todo en Brasil, con la caña de azúcar y la madera llamada precisamente bra- sil, y en las Antillas, en panicular pieles procedentes de la cría de ganado allí im- portado. Las exportaciones del Viejo Continente aumentaron de manera paralela a la presencia de los europeos, que necesitaban tejidos, equipos metálicos, armas Y manufacturas diversas. Fue en este período que los europeos, con una preponde- rancia de los portugueses que dominaban las relaciones con la costa africam1 del Atlántico, comenzaron la exportación de esclavos. El comercio de éstos presen- ció muy pronto la intervención de negreros de varias nacionalidades, sobre lodo ingleses y holandeses. El siglo XVI debía enfrentarse a la disminución de las vías tradicionales de las corrientes de comercio y de tráfico con Asia. La caída del imperio romano de Oriente, la expansión del imperio otomano por la~ costas africana~ del Medite- rráneo y los choques violentos, ha5ta la batalla de Lepanto (1571 ), hahía11 anula- do casi por completo el tráfico directo de las mercancías asiática~ a trav6 del Jvlediterráneo. Después de la circunnavegación ck África llevada a caho por lo~ porrugueses (1497) Y el viaje de Magallanc~ (151 CJ-1521 ), las a111ig11a~ vía q11l" LA EXPANSIÓN EUROPEA EN EL SIGLO XVI atravesaban Jos continentes se hicieron muy difíciles Y fueron sustituidas pn1 i, vías que atravesaban los océanos, contribuyendo también_ en este caso a mod1Jt. car las estructuras comerciales y los centros de referencia. Algunos producto, asiáticos, como el azúcar y las materias tintóreas fueron abandonados y sustitui- dos por suministros americanos, pero las especias, la seda, las perlas, las _piedras preciosas y los tejidos de algodón continuaron ll~gando, puestos ~n movm11~11to por nuevos operadores, sobre todo holandeses e mglcses, que a finales del siglo xv1 dieron vida a las grandes compañías comerciales, la East India Company y las compañías holandesas, predecesoras de la Vereinigde Oostindische Compag- nie del siglo xvn. Más tarde llegarían también los nuevos productos, como el té. La balanza comercial de Europa con Oriente se mantuvo negativa, pero pudo llli- lizar la plata americana para saldar los déficits. 4.2. LA MONEDA Hasta el siglo xv la escasa disponibilidad de metales preciosos para la acuI1a- ción de monedas había representado una dificultad notable para la creación de un sistema monetario eficiente. En la segunda mitad de este siglo comenzaron a apa- recer signos de un ajuste diferente de los diversos sistemas monetarios. los cua- les, a partir del siglo xm, habían presenciado la consolidación, aunque fuern len- tamente, del bimetalismo con oro y plata. Hacia finales del siglo xv comenzaron a percibirse los efectos de los nuevos flujos de oro africano, garJ..11úzados por los portugueses, y de las primeras llegadas de dicho metal procedemes de la Améri- ca colombina. Junto con el oro se alineaban en el Viejo Contin::me las principa- les producciones de plata procedentes de fuentes de extra::cicír. ,onsoüdadas, como las alemanas, tirolesas y húng.iras. Sin embargo. el desJ.ITOUo económico requería cantidades cada vez mayores de moneda, anre el cre.:::i~ientc- de los in- tercambios interiores e internacionales, que reducían c:ida vez mas IJ parre regu- lada con los mecanismos de compens:ición, en 1:1s distinr:!.s for:nJS propias de la época medieval. _ __ En Europa existía un sistema extrem:id:unente v:ui:ido en l.1 .1.:::un.1c1on r en la circulación de las monedas, las cuales. si por un:i parte de~ndlln para su cant'.· dad de la disponibilid:id de metal. por otra represent.:1.t,.lll un instrumento d~ ~oh- tica económica que utiliz:iba la devaluación o la rev,llu.1.:1ó_ n ~omo opor_iumdad de reglamentación de las necesidades de 13 administhl~ión pubhca en_se_ nud? am- plio. En estas condicionc-s resultab.1 obligaJ:1 Li elec.:1,,n de operar diStr~guicoclo t'ntre mont'clns renks acuíl.adas y llll 1 tl<.'das <k c~~nt.1, sot,re la base de T clac,ones t·stabkcidas de- acuerdo con 1111:is n.:-nn:1s ,1pr0piajJ_ s. _. • . , p·ir1ir de la st·~uncl;, mitad tkl si~h, :-.:v 1,,s s1~temas moneta110s europ<:O> tuvi~n11 ; q11t· enfrL•nt;rse con !:is rL'l:id,1nr; J<' ',1!,)r t'ntr~ o_ ro y plata Yplata Yc~- 1 · · · · te esr.:.:-ulac1on en un sistema en - !in; s111·okndo con su var1a,•i.111. l,.::1s1,1ne, ' d d •..,_ " b • · .., ' _. . ,sit•t~ ,·,plNar los retrasos e a eculch,n • que por In fu<-'rlt d,•_ las cos.,~ <rll r~1 · .:.. ~wr,·,ldo y las rel:iciones cst.1bkc1dJ, · · 1 1~stas ·s t'IIIR' L' '·1 ,,r u, · pers1st.:rn:1a t t· l •· • . l . . 1 . 1 •· 1,. mercados europeos de mt.>ta!es p1.:• 11firi;1l11w11tl'. p,,r 1,, d,·111.1s. l'I t 11_1•' l.lLl,1 '" Escaneado con CamScanner
  • 9. HISl"OHIA r.CONÓMICA DE EUROPA, SIGLOS XV-XX •"'" 111rlc~ para la acuñación no fue y no podía ser homog¿neo. El oro de Áfii- ' ¡u11,·t1,·,· , un p1 irner desequilibrio, sobn: todo en la primera mitad del siglo XVI, .,· l.1 pl:11:1 americana lo aumentó en la segunda mitad. Puesto que existen los da- ¡,,, nl1c1ales tic las importaciones en los Jugares oficialmente dispuestos para la rn·l·pci,·lll de las cargas de metales preciosos procedentes de los diversos países, L'llos solos son suficientes para ciar cuenta de las dimensiones del fenómeno. Pero t:m1hién se puede pensar, como se ha hecho, que ulteriores cantidades importan- tl'-; de metales preciosos hayan escapado a los controles oficiales a través de di- versas formas de contrabando, incluyendo la piratería y el corso, que se organizó precisamente en este periodo. Las monedas y 1os metales preciosos invadieron en el siglo XVI la economía europea y suscitaron ciertamente c:l interés de los hombres de negocios, pero crearon numerosas ocasiones de intervención también por parte de muchos otros personajes. de los gobernantes a los estudiosos que con diversos títulos comen- 7..iron n dedicar obras a los diferentes temas económicos. No en vano es en este período que se encuentran las formulaciones de las llamadas leyes monetarias, desde la de Thomas Gresham a la de la teoría cuantitativa. Las políticas mercan- tilistas de los Estados determinaron intervenciones efectivas en los asuntos mo- netarios. en tal medida que algunas de estas políticas se definen expresamente como ,,bullonistas». La mítica búsqueda de la riqueza de las naciones a través de l:1 clisponibilidad de oro y plata conducía a la adopción de la técnica de la sobre- valoración de las monedas que se quería atraer, así como a In de la subvaloración en el caso contrario. Las consecuencias de las grandes variaciones en la cantidad de monedas acu- íiadas y en el metal empleado, determinadas por la disponibilidad de metal, pero sobre todo por las políticas de los tipos de cambio oficiales, eran sensibles tam- bi~n en la~ transacciones de la vida ordinaria a nivel local. En efecto, también ante un:i abundancia sustancial de monedas, éstas entraban en las transacciones con icntes en función de la citada sobrevaloración o subvaloración aplicadas. En b pdctica una subvaloración del oro facilitaba la presencia de las monedas de plata y de cobre. permitiendo una circulación monetaria que se hacía difícil en el caso opuesto, por la ausencia de las monedas de oro a nivel local. La evolución de las monedas a lo largo del siglo XVI viene marcada por un cierto desorden, aun en presencia de la consolidación de cuños de grandes mone- d;is tanto de oro corno de plata, entre las cuales debe asignarse un lugar destaca- do al «cruzado» portugués y a la pieza de ocho ,<reales» espai'loles, que se convir- tieron, sobre todo la segunda, en auténticas monedas de referencia. Las grandes moned:is constituyeron una base de garantía para la alta finanza y para las r'ela- dones internacionales, que necesitaban una cierta estabilidad. Lo.~ problemas se presentaban en las transacciones más generalizadas, cuando, por las necesidades de dinero par:i sostener la expansión económica y para satisfacer las exigencias de los gnstos extraordinarios de los presupuestos públicos, sobre todo por la guerra, pcrn tambifo para los momento~ tic crisis de las épocas de escase:1. y de epide- mias, fue necesario crear liquidez con aumentc>s de la cantidad de mo11cda co- rnen1c. LA EXPANSió:-: EUROPEA EN EL SIGLO XVI 01 . . d' arios que marcaron las •ó de ¡05 acontcc1m1cntos extraor in De la observac1_ n íd algunas consideraciones sobre la vicisitudes monet~nas europeas se _ han~=~= lo~ recios, hasta e} punto de definir cvo1u:ión nccesanamente ':orrelac1~n~o XVI co:C el de la llamada revolución de el penodo de la segunda mitad del s1g 6 . con re~erencia a la teoría cuanti- . E é · 5 de modelo econ mico, '' ' los precios. n t nnmo t de la cantidad de moneda en . d h·ty duda de que un aumen o tauva de la mane a, no ' . d d d' •oncs a una modificación del . . d d c·r en igualda e con ic1 • ' eirculac1ón pue e con u 1 • • d I h'pótcsis sobre la base de algu- . 1d I recios También se ha plantea o a i • ~~:ecas:sosu~ efectívamente se han verificado, de que _se ha):ª producido un des- fa¡e entre{a evolución de los precios y la de los salanos, Sm emb~rgo, el fenó- haber a~ectado en la época a toda Europa, también porque el meno no parece '' . · '6 · d l ·d d de metal precioso dispomble para la monet1zac1 n com- aumento e a canu a . , 6 · cidió en muchos lugares con los momentos en los que las acuvtdades econ micas se encontraban en una fase de expansión. Escaneado con CamScanner
  • 10. 6. LOS DIVERSOS PAPELES EN EUROPA 6.1. LAS ÁREAS DOll'llNANTES: PORTUGAL y ESPAÑA _Cri~tóbal Colón y Vasco de Gam:i representan los símbolos de Ja expansión lcrnton:il de los europeos. Ellos llevaron a América, África y Asia, a finales del siglo xv. las banderas de dos Estados, Espatia y Portugal, que encontraron en el nuevo siglo todas las opornmidades para un desarrollo de sus actividades econó- micas. El citado tratado de Tordesillas había levantado acta de una realidad y puesto las premisas de un comportamiento que, aunque en medio de diversas vi- cisitudes, permitió que los hombres de los dos países controlasen el comercio y las lfneas de tráfico durante la casi totalidad del siglo xv1, hasta que la interven- ción de otras potencias europeas modificó las relaciones de fuerza que operaban en el gran escenario mundial. Los portugueses se ocuparon primordialmente del comercio con África y Asia, desarrollando un modelo de relaciones navales de gran importancia. Ante todo, el peso de la realización de las expediciones de los primeros ai'los del siglo recayó enteramente en la Corona. Grandes flotas, de grandes naves, fueron apres- tadas para llegar a las costas de África oriental y de Asia, sosteniéndolas con un nutrido conjunto de ejércitos, para hacer frente a las hostilidades que muy pronto tuvieron que afrontar. En efecto, alcanzar el este a través de la circunnavegación de África significaba introducirse en un esquema consolidado de relaciones co- merciales que hacía fluir las mercancías en Europa utilizando las antiguas vías de comunicación que atravesaban Asia Menor y África, controladas por el mundo árabe y esenciales para los centros del Mediterráneo, como Venecia. Es natural que existiese cierta resistencia a la entrada de los nuevos actores. Además, los portugueses no se plantearon -y por lo demás no podían plantearse- el objeti- vo de conquistar los países de Oriente y de colonizarlos. Ellos se movían para ga- rantizarse el comercio, pero tenían que defenderlo, como lo hicieron, con un enorme esfuerzo militar, que era t.anto má~ oneroso a causa de la distancia de la madre patria. En África y en A~ia tendieron a constituir ba~es de rcfcrcnci:i, c¡uc por una parte servían para la~ necesari~ pcnnancncias de las nnvcs y por otra rara reunir y almacenar las mercancía que ctaban destinarlas al comercio de Eu- rora, las cuales también tenían que ser defendida. Desde Mozambique a C'nlicut, ele Goa a Macao, los purtugucse!> llcv:iron a cab,, la u111strucc:i611 de puerto y ch! establecimientos esenciales para su domini,,. LA llXPANSIÓN F.IJIWl'P.A l'.N 13L SIGLO XVI 67 Las cxpcúidicioncs que organizaba Portugal para los viajes ::i Oriente er.:in anuales, y duraban más de un año, hasta año y medio. Las naves, a comienzos del siglo, partían con carga de minerales y metales, cobre, cinabrio, coral, plomo y. sobre todo, plata y monedas. A la vuelta llevaban las bodegas rebosantes de pi- mienta y otras especias, como jengibre, canela, nuez moscada, clavo, alcanfor, con cantidades que oscilaban alrededor de las mil quinientas toneladas métricas. Se calcula que dos tercios eran de pimienta y preci~amente el comercio de la pi- mienta experimentó en toda Europa una fuerta oscilación del precio. A medida que progresaba el comercio aumentaron las tipologías de las mercancías exporta- das y de las importadas. hasta el punto de que a finales del período de oro del co- mercio po1tugués con Oriente y antes de la unión con la Corona española -es de- cir, hasta 1580- también se encuentra en las naves portuguesas que parten aceite, vinos y tejidos, mientras que éstas traían a Europa sedas, porcelanas. perlas y pie- dras preciosas, y esencias para perfumería, además de las acostumbradas especias. Desde el principio el comercio portugu~s con Oriente atrajo el interés de los comerciantes y banqueros europeos, que encontraron el modo de int:-oducirse en las expediciones organizadas por la Corona. Los italianos fueron de los primeros que estuvieron presentes en las expediciones que partieron entre 1500 y 1505, con grupos guiados por los florentinos y genoveses, seguidos muy pronto por los alemanes. La participación de los extranjeros en los ,;ajes de Ponup.J tenía que compaginarse con algunas reglas impuestas por la Corona. que aunque con mo- mentos de suspensión, disfrutó por Jo gener.ll de una especie de e.,clusiva. y ejer- ció de todos modos un control riguroso, bien en el momento de L1 adqws:ción en los mercados orientales o bien en el de la venta en los mercados euroros. A pe- sar de los elcvadfsimos costes de las expediciones navales, deri,·ado· t:l..rnbién de la pérdida de muchos navíos en el curso de los viajes. Jo que determ:..-ió un notable desarrollo de la construcción na,·al en Lisbo1. Oporto. Setúbal y en 1.:!..s Azores. el comercio de las especias garantizaba un:is gananci:i.s imronen:es, con frecuencia superiores al cien por 100 del capital empleado. A la Coro:i:i. se 1: r::s.:rnba una cuota del treinta por I00 de la carga de pimienta, hasta que en 1514 se le reservó el monopolio. En parte, la intervención del Estado en el comercio c!e l:ls esp<.:cias fue necesaria por las oscilaciones ne¡:ati'as que 1J. cle,·ada cmtid:i.d que llegaba determinaba de modo inevitable. Adem~. 1J. Coron::i ponufues:i. L":lt:i.ba de ga- rantizar a Lisboa un puesto de primer p!Jno en el cont~'tto d.: !J., ciudades mer- cantiles europeas. en competencia c0n Amt-eres y Ll,ndres. donde l:ls naves por- tuguesas llegaban tambi.:n directamt'nte. En el último cu:uto d::l siglo Ponugal comcnzlÍ a cnfn:ntarse con los riesgos de 1:1 pirat::rb in~l::s:i. fr.mce.sa u holande- sa, y los ,·c,stcs U<' J.1s e l'<'dichmes a Orit'ntc lk¡:;mm n ser in.sostenibles para las linanns ¡lliMira~ ¡wm1guc:sas. En IS7!i d cumer.:io ck l.1s especias fu<" adjudica- dn a un comcrd:11111·. 'onrnd Roth. •llenun llri~in.1ril, d,• Augsburgo. la ciudad de lo~ Fu)!gl't, c¡ut· asumi<'> lllS gastl,. y los rit-s~1,.,;, rt"St"í'.tndo l.1 disponibilidnd de la 111itad tk• In~ merl·:111das importa,!., :il Rt"). d .:u.ti el_. todos modos la dcvol fa ,, 1111 ('ICl'ill fijmh, lk antl·t1111110 f',ir,u·tl·rl~tk;,~ 1o1.,1tm·nlll ditt·tt·ntc., 111,•1.-run la~1t"l:1ciones de los portugue- "-'~ , -,,11 11r.,~il. 1.1part<" clt' Aml•rkn l)llt' '"""' a r :11.u- a su disposición con el trata- Escaneado con CamScanner
  • 11. do d~ Tordesillas. L:1s primeras disposiciones demo:araron l.ii1.:11 pronto qu1; de Br:lSl_l ~o podían llegar riquezas dd tipo de Iris que los cspril'íoles estu'icron en cond1c1ones de obtener de los países conquistados por ellos. Más rillá de 1: rim- plia disponibilidad de madern c.'n condiciones de suministrar materia tintórea. hasta el punto de dar nombre a la rep:ión, precisamente la madera de Brasil, pron- to se puso de manifiesto que la mayor riqueza se encontraba en sus característi- cas ambientales y en l:i posibilidad de desarrollar formas de explotación agríco- la. Pero se presentaron numerosos problemas; ante todo, la propensión de los hombres que desde Ponugal se movían por los mares y que no eran portadores de una cultura agrícola. Además, estaban las caracteristicas de las poblaciones indí- gen_a~, _tampoco ~llas preparadas para la realización de producciones agrarias. En defimuva, el régimen de relaciones con el suelo. Por medio de procedimientos complejos los resultados fueron alcanzados con un sistema de concesión de las tierras con el pacto de la puesta en cultivo y con J:i disponibilidad de mano de obra importada. esencialmente con la esclavitud, faci- litada por los portugueses por cierto hábito suyo de recurrir a los esclavos ya en la madre patria y al hecho de frecuentar, ya casi secularmente, las costas de Áfri- ca, donde los escl:wos les eran ofrecidos ni más ni menos que como las demás mercancías procedentes del interior. O sea, fue identificada la producción más conveniente para el territorio en la caña de azúcar, seguid:i después por el algo- dón. El comercio de esclavos africanos se convirtió en sí mismo en una fuente de ganancias para los portugueses, que aprovechando su monopolio del tráfico con la costa atlántica africana. se convirtieron en proveedores de los españoles de América. Muy distintas fueron las complejas vicisitudes de la expansión americana de los españoles. Ésta se había iniciado con el espejismo de conquistar el comercio con las Indias, pero pronto se puso de manifiesto que América no era en absolu- to el lugar del que sacar las mercancías esperadas y conocidas. De todas maneras. se hallaron grandes riquezas, junto con grandes civilizaciones, que provocaron un largo período de choques y conquistas. Si los portugueses habían tenido que pro- gramar su presencia en África y Asia a través de la constitución de cabezas de puente, que no podían sino limitar su papel en el encuentro_con las fonnas ~a or- ganizadas desde hacía tiempo a nivel local para la producción y el comcrc10,_lo~ españoles, contrariamente, se encontráron realizando toda una obr~ de conquista y de colonización de los territorios, que los llcv:iron a lo largo d~I s1~lo a la cons• trucción de un imperio que ocupaba la mayor parte del Nuevo Conlmcntc. La conquista de las tierras americanas y su coloniz_ aci6n ha alr~ído In ~•c_n· ción de los estudiosos y se han analizado cau~a-,, modalldadc~ Yefectos, que 1_1 ·111 puesto el acento en la miríada de iniciativas Jlcvad~s a cabo. El a~p.:cl~ _ <1~1 c cici_- tamente ha dejado la huella más relevante para el ~1glo xv1 r~ la orgamz,icióu <Id flujo de los metales precio~os hacia Sevilla. Pero cu el Sl/'.lo xv11>c han Ira:,'.''.'º_Y seguido líneas de polftica colonial que han influido de 111cJ1(11 c·xclulvo •·11 1 ·•'". d. J; 1·1 ·11 1111 11rol'('I) C)lll laciones entre América y E~pafia, y pr,r wnro co11 ro ,1 .uro >, • ~. · . ·J 1 ,Je, Suh11· iodo ,·11 l,1, se extendió a un período bastanrc rná~ arnpllo que ,iquc ' 1 · · . _ . primeras décadas el esfuer t.o e•,p:u1ol luc ah 1,rhiúo por la~11c1.c~1elatln el, 1·• '" .,.,,. L.n• ,,. ""'•...,,• • ....... , ....... -•,. - • • -- ..,.,_.._.... ·• • .. Ionización. mientras que los primeros productos. además de oro y p!Jta. s:: C)oi . vieron sobre todo de las Antillas, primera área de asencamiento de los colonos t . pal'íoles. fue c:I momento en el ~u_ c dcsd: España_se envia_ron pa_ nidas d~ semillas de cereales, de plantas aliment1c1as, cana de azucar, agrios, olivos y vides, ms- trnmentos para el trabajo de los campos y animales desconocidos en América. como equinos, bovinos y ovinos. De l~s Antillas las prácticas ~e_ l ~ultivo y de ~a cría de ganado se transmitieron al continente. Después de las v1c1s1tudes trauma- ticas de la conquista militar, los españoles tuvieron que enfrentarse _ c~n la nece- sidad de llegar a una organización estructurada de los nu~vos dom1mos,_ con la creación de dos virreinatos y la constitución de una clase drngente y administra- tiva a imitación del modelo aplicado en España. Este proceso influyó en las características de los hombres que emigraron de España y de Europa, comprometiendo a los soberanos españoles e_ n un:i atent.l re- glamentación de los flujos, preocupados como esta~:in por gar:int1zar un ~esarro- llo adecuado de su dominio, sin olvidar las exigencias de l:i Iglesia Caróhca. que asimismo había participado en la promoción del descubrimiento y de 1.:is JlegadJs al Nuevo Continente. Una interpretación corriente cree que prevalecieron. entre los ¡:mrr.eros euro- peos que llegaron con las naves espanolas. hombres atraídos p~r l.1 es;,e:.l.-izJ de una fonuna fácil, que provenían en su mayor parte de AndJJuc1:i. de E~tremJdu- ra y de las clases dominantes de Castilla, zona de España fue:re:nen:e c:u-a::en- zada por la gran propiedad agraria. en manos de b. Corona. de 13 f'-1-'1 ~o;J;:za Y del clero. Después de haberse desvanecido en todo o en p.i::e _ el es¡;~1:;:no d~I oro, estos hombres habrían privilegi:ldo la posibilid.ld de ad.qu.tr.: dor:-.m:os t:=rrr- toriales. y éstos se vieron garantizados por l:ls concesiones !":echas ¡;,e: l.! Co:-.'n:i española, que se consideraba propietJ.rÜ de bs nue :is t1:!T.ls. En pr.~ se ~rro- du·o en América el esquema d~ 1:1 ~r:in p:upied:id CJSte!!:ll"'.J. deter.-:-1~.J.nd· !.l."T!· biin las modalidades del empleo de !J. m::rno de 0br-. qu::- en un r:i:r.er r.,,,m::r.10 debía estar garantizad:i por los h;ibit:i.ntes ori~inJ.:"10; y dc-spd, ~e sos:u," r,'r ll llegada ele los negros :ifric:mos. _ El control rígidc> del tr:ifico 0n Aml."ri.::;i lle-, ac..:i 3 cat:-,, F'-': E;¡:-.1.,:1 -=•~~ L, C·in de Contrataci6n ,. el Cl1n~ej0 d::- lnJ1.1.,. 1mpi,!i.> un tluJo s,:,ltJ.:- e- tnJ1,,n- •·' · · · . - • l · r¡ ••n~1.1~ d.: c;:-~rc10 111• · do de comcrc1antes mc.11..mtc- d m,trum.nto ui:: :u• 1.. " - • . mma d • , . •e-me- •·•n,H e,es , lll .'id1nlcs ' tcm1ior.1k::. l"CSl'rJd.1s 3 l0s m::n:.1· -=~· 3 m 1~~•.1. .. r· _ .;_ ' - ..1 • • • • di su · ne ·cs1J.1~s 11:1.1:id .- ·ilcmancs, de los qu. 1:1 c,,rl,1 1.1n.11'''"1.1 r~,.cm r r-'r . ., " 'erl ·nu • · ._. j, ruenl'S .lffi:!rJC':nl''• e !.J C'S, • • • r·,s El control fue l'::lhz;iclc> t.mi.·i..-n l"!I ' ' . • ¡ - 1 .1 •,·.~,1•, on • • 1 ' • . t) •J ~ •< r.1r.1 ' n: • V O , 1'011ohdln ,. Cart.1~,·11.1, ,1u.- ,·r.111 ,,s um,.:-, .iu 'r'.. ,., . 11»r ·.111t•~ pr ·i::c Lnres · . - 1 1 . •r.11' ,1-, IJ, nl, .:-, -- • Sl•,·illa. Sl•~111 l.1~ 1111<·n..·i,,n.-,': ''' "'' ·' • · t . -~1 11ur.- · n:i, ec.an· · ~ ¡ - M' •mr uru, ru l> ,,. .. • • tk Améri,·a )' COll ,k,lllll' a olJ lt"fll,111 l u. . !- . l ·u.-rn Jlln~u.:- i11J,III· ... 1 1 rr ,¡ •• ·1,,11 ,'<" ,,,, n.1, "'' 't' !- • • . do en ílnms que ~01a..Jn ,_ ( .1 _ l e~<.: t-. • , . ,nir:1t-.1nd,•, IJ pir.1terf.1 clom1- ,1., a ,•xp.-11~¡1, ,k hh p1,,pu:t,1r1,,s; "" .-111 .1ri;1." • . u:unu I," .¡.,, ,,1111.h d.-1 .1l.1111,·,, Escaneado con CamScanner
  • 12. HISTORIA IXONÓJIICA OE EUROl'A, SIGLOS XV-XX 6.2. LAS ,REAS EN EQUILIDRIO: LOS ESTADOS ITll.lJt-:OS Una de las interpretaciones m:is difundid , b . cfad_ es económicas en la península italiana a ,;1:a:;/; ~a ~~oluc1ó1~ de las a~t!v!- cl siglo en dos períodos bastante nítidos L . e ~,g o xv1 ~•ende a dividir J • • • ª pnmera mitad es1an,1 marcada por :1s cns1s que provocaron fas guerras libradas en su territorio a las ' ' r1aron una se ·e d d t • , que acompa- ' , n ~ e~ rucc1ones y de caída de los par:'imetros productivos en los sectores ~ue hab1~ sido sus tradicionales puntos fuertes, como el textil. La se- gun~a mitad del _s1!_!o habría presenciado una especie de recuperación, que sin cmb,lfgo se habna encontrado con las modificaciones realizadas a nivel europeo tanto en la pr_od~cción c?mo en a venta de aquellos productos que se habían arre- b_atado a los 1tahanos. S1 puede aceptarse esta imagen como primera impresión y sin prcten~er_qu~ tenga u~ carácter exhaustivo, hay que decir que la realidad de la econorma italiana del siglo xv1 se presenta extremadamente diversificada, así como extremadamente variado era e cuadro de los Estados entre los que estaba tli'idida la península. Si se profundiza en los diferentes sectores, se advierte claramente que las ac- ti'idades manufactureras se resintieron de los acontecimientos bélicos, con una pi=rdida generalizada de las producciones, sobre todo en el área centro-septen- trional. aquella que había sido la zona fuerte en los siglos anteriores. La distribu- ción de la población en el territorio se había resentido claramente de las tensiones y habí:i disminuido la concentración en los centros urbanos, con la consiguiente contracción de los centros productivos y la disminución del número de estableci- mientos especializados, hasta el punto de que no sólo no se conseguía seguir la evolución del consumo interno, aunque en disminución, sino que no se lograba ni siquiera p.oducir para sostener el flujo de las exportaciones. Además, en las difi- cultades generales se tenían que incluir los gastos provocados por las guerras, que habían erosionado fuertemente las finanzas públicas, determinando un aumento de la carga fiscal >' en consecuencia un aumento de los costes de producción, ac- tivando así un círculo peligroso para el mercado europeo, que en cambio tendía claramente a un 2umento de las producciones en competencia. Sin emb2rbo, la crisis de la organización tradicional no afectó tanto la capa- cidad de iniciativa de los hombres de negocios, los cuales se introdujeron en el proceso de expansión europea por el mundo de modo significativo, más allá de la visión romántica del que recuerda que algunos de los navegantes europeos m;ís grandes eran iraliano~. • La vocación internacional de los comerciantes italianos había construido una sólida red de intereses y de capacidad emprendedora, que fue sumamente precio- sa en el momento en que la ampliación de los mercados y de la~oportunidades de negocio a través de los océano-; exigía unos conocimientos y una profesionalidad mercantiles y financiera~. En otros término~. mien1ras Jtalia se encm11ra1Ja pr:kti- camente sometida a hierro y fuego por los ejército,; ex1ranjcros hdi,:crnn1c Y muchas ciudades --entre ellas Ure~cia, Roma, Pavfo y Génova-, erar, ~aquca- das, los hombre!> de negocios ilali:1110~•.e cncr111traro11 op ·rarnlo prá<.:lit'arm·nh· 1·11 1.1 l:Xl'IN~J/1N .UHOPEA EN EL SIGLO XVI 71 ludas la,; partes del mundo, poniendo en práctica sus consolidadas técnicas de ne- gocio. No en vano todavía a principios del siglo xv1 se iba a Italia a aprender el arle de la rnntabilidad y de la profesión mercantil. Lns italianos ocupan todavía un pue~to de primer plano en las grandes ferias europeas, en l,1s que se intercambian mercancía-~. pero sobre iodo donde se colo- can l.1s gr.rndcs iniciillivas financieras, con el comercio de los títulos de crédito procedentes ele los empréstitos públicos de los Estados europeos. Amberes, Lyon, Dcsan~on y Piacenza son, incluso en orden cronológico, los lugares donde los ita• lianos desarrollan su actividad financiera a lo largo del siglo xv1. Besan~on y Pia- <.:cnza en particular fueron el teatro de la actividad financiera de los banqueros ge- noveses, que las especializaron precisamente como ferias de cambio. Bajo este punto de vista puede considerarse que el siglo XVI presenció una cierta transformación en la especialjzación. de los hombres de negocios italianos, que de comerciantes que siempre habían sido, privilegiaron sucesivamente las actividades más específicamente financieras, explotando tambi::n la distinta acti- tud de la Iglesia ante este tipo de actividad y situándose como interlocutores pri• vilegiados pan:1 la colocación de títulos de la deuda pública, sob~ todo de la Co- rona española y de la francesa. Para esta última, en particular. operando en Lyon, fueron determinantes los banqueros ílorentinos. Fueron los ílujos de mercancías que pasaban por los puenos y líneas de tráfi- co de la península los que vivieron en el siglo xv1 c:imbios si~nificath·os, más que los tipos de las. mismas mercancías. La cuenca del _:1.[editerr:ineo veía mover- se los productos locales de lo.s países riberenos: productos alimenu.. ,;os, como los cereales, el aceite y el vino, la sal de extracción ma:i.na de las islas, azúcar, lana hruta, algodón, alumbres y colorantes, cueros y pieles, hierro. Cerno manufactu- rados, los tejidos toscanos y lombardos. las :irm:i.s siempre lomb:rrd:i.s, libros, vi- drios venecianos, papel. por citar sólo los mó.!< signific.11i~·o.s. En el último cuarto de siglo las galer.is genovesas comrolJb:m un tráfico completamente nue'o: el tr:insporte de ingentes cantidades de met:ues preciosos, sobre todo plata amonedada. que se tr:msportab.1 desde EspJ."1J a ltalia, como consecuencia de complejas transaccion:'.'s financieras. EstJS venfa.n impuestas por las dificultades de la Coron:i esp:iñola. que en 1575 se decl:m; por segunda vez en banc:mota, después de la primera en 1557, e hizo posibk el :iumemo excepcional de las llcr,adas de plata procedentes de Améri a, los cu:tles superaron amplia- mente las cic.n toneladas anuales entre 1570 ,. l 5SO, ,. 1.15 dos::ientas toneladas en las décadas sicuicntcs. Adem:í~. el li<-'S:.lITOII~:,, el C'tito de las ferias de cambio de Pi;K •cnza, con;rolmla~ por los ~•·no,·t•sl'S, h:tcí.111 del puerto de Génova la terminal ideal para las fcrias. Vc11l'da Sl' cn~·ont~.5 ;1 su vez 'ivil·n lo ciclos d1frrenciados, oscilantes en re- lachn l'C1n Ja evohu:i1 ,11 dd tr:Hir:o cc>n Orknte, sob~ todo por las especias, tras la ,.ó(ida inter'cnción de los pr,rtuguese,s. Después 1k una crisis en la primera par- 1t· d ,¡ ~iglo, que 1: nbligl a hacer uso, por e-jcmplo. de la pimienta traída_a_Euro- pa 11111 ¡0, portucuc•-t•,, rc;inud,, _-c,nt.ic-1os dm.·ctos a tmvés de Egipto, uuhza~do 1•11<1, pwd11t·h1, :1, los 11ujl,s proc<"dentt'S cid interior de Europa. como lo_s mm!:'- . 1 ¡ , ¡- • • •1· •111~ eran exportados por em.•ct:i. ,ah-, ,k In" 111111.1~ ,·,pl11t:1, as p,•r ,,s ·ti,!!.~• , • • Escaneado con CamScanner
  • 13. La notable cantidad~te-estaño y de plomo que de esta manera estaba disponi_ble favoreció la especialización de la ciudad en la producción de los tipos de lnl· prenta y la difusión de la tipografía. Los puertos meridionales, sobre todo sicilianos, y la dálmata Ragusa se vic• ron gestionando el comercio de los granos, según una antigua tradición, pero en respuesta a la mayor demanda de consumo y a la búsqueda de nuevas fuentes de aprovisionamiento, y también para hacer frente a las graves escaseces de la se- gunda mitad del siglo. En este sector se produjeron las primeras presencias im- portantes de la..s marinas inglesa y holandesa en el Mediuerráneo. Considerando la variedad del cuadro de las áreas territoriales italianas,, como se ha señalado, los estudios sobre la economía del siglo xvr han identificado zo• nas de crisis y zonas de crecimiento, con desfases temporales. No hay duda de que las guerras de la primera mitad del siglo pusieron en graves dificultades el te• jido productivo anterior, pero los cambios institucionales, con las nuevas in- fluencias españolas, y las relaciones internacionales de los hombres de negocios italianos desempeñaron un papel fundamental en la determinac.ión cte·ti'n nuevo desarrollo, cuyas señales son evidentes también en los testimonios físicos que han llegado hasta nosotros. Grandes iglesias y palacios, con sus obras de arte, son fruto de notables inversiones, que dan cuenta de la existencia y de la vitalidad de algunas grandes cortes principescas italianas. Para todo ello valen las referencias que se han dado sobre la evolución de las finanzas públicas, con la expansión de la deuda pública y de los instrumentos que la sostuvieron, fiscales y financieros, corno en el caso paradigmático de la corte papal. En definitiva, en la Italia del siglo XVI se manifiestan muchas tradiciones que afectaron prácticamente a todos los sectores de la vida económica, modificando profundamente los esquemas que habían garantizado el despliegue, de la vida económica y social de los siglos anteriores. Ello dio lugar a un equilibrio dife- rente entre las diversas _regiones. Algunas, como las de la zona.centro-septentrio• nal, parecieron decaer (al menos en una comparación re'1ativa con otras áreas fuertes europeas) mientras que otras se adueñaron de espacios de gran desarrollo, como Génova. Y otras, corno Venecia, mantuvieron un papel importante, mien- tras que el Mezzogiomo se vio pagando un elevado precio para sostener los gra- vámenes impuestos por la política de Felipe 11. Queda un área tradicionalmente débil en el noroeste, que siri embargo·halló en el desplazamiento hacia Italia del centro d~ los dominios de los Saboya el germen de un p1irner desarrollo. 6.3. LAS ÁllEAS E!,IE.P.GP.!'."TP.S: IKGLAlERl<A Y LOS PAfSES BAJO Inglaterra y los Paítes Bajo!> ~eptentrionalcs son las do~ área~ europea~ que pusieron de manifiesto en el siglo XVI formas y tiempo'> ele un desarrollo original, que representa un notable s;.ltc, cualit.itivo re!>pecto a los c~qucmas que carac:ll·r i- zan a los siglos antcriore~. Los dos países ctuvieron implic:iclo en vki~i111cli.:, políticas importantes, que tuvieron en el 1eino inglés de Jo, Tuclor y en la, !'lll' ·• rras de religión de Flande~ Ir,~acontecimiento~m:1~ cspcctarnlarc~. f'.11 l"I plil110 LA EXl'ANSJON EUROPEA EN EL SIGLO XVI 6 ·colas modalidades con las que éste se manifestó'º " ri1 clcl desarrollo econ m1 rd .• . . ·1mente pueden resumirse en un esquema cump i o. . tiples y d1fíc1 . 1 ter1 ·ores al xvr se habfo desarrollado, en los Pa1ses Bajo; , Ya en los s1g osan . . . 1 h l -6 l llamados Pafscs BaJ0S mend1ona es. asta e punto de arte de la rcg1 n, os una P · . Brujas como centro y Amberes como puerto, uno de los podérsela consd1delrar, con mía europea comparable con el italiano, mientras que 1 fuertes e a econo ' . . d ¡· po os óximas se habían consolidado centros comerciales e re iev~. en las zonas más prB y Hamburgo Su situación en el mar del Norte hab1a como Amsterdam, remen . . . 1 . 1 • 'd d" f tar de dos grandes líneas de comunicación, onentadas 1ac1a e perm1tt o 1s ru , á · h • 1 ·nteri ·or con una supremacía de los transportes por v1a acu t1ca, mar y ac1a e 1 , M utilizando el curso de ]os ríos, como el Rhin. el Elba, el Escalda, el osa, q.ue co- municaban el mar con las regiones interiores de la Europa central. ~asta 1~ épo- ca de los descubrimientos geográficos y el desarrollo de la n~vegactó~ oceamca, los puertos del mar del Norte habían desempeñado un papel de ~tercamb10 entre los productos procedentes del mar Báltico y de Inglaterra, esencialmente grano, lana bmta, lino, pieles, madera y sal, con los productos del interior, procedentes del desarrollo de las actividades mineras, industriales y textiles, sin olvidar las opor- tunidades ofrecidas por las ferias alemanas. Cuando los portugueses iniciaron su actividad con Oriente. se encontraba Lisboa en una posición que no era central respecto al tráfico europeo. por lo que se vieron obligados a apoyarse en los puenos del mar del Norte y hallaron en Am· beres el mercado ópúmo para el destino de los productos de las Indias Orientales, sobre todo la pimienta y las especias, dirigiéndose después tambitn a Amsrerdam y Hamburgo. En el mismo período, a principios del siglo X"I, ya era consisrenre el flujo en los mismos puertos de los paños de Inglaterr:i. Así se fue creando un conjunto de centros donde se concentraban y estaban disponibles c.lli todos los productos objeto del tráfico intemacion:il. los cuales arreb.:it:u-on SL: espacio a un:i parte de las bases comerciales del mar Báltico y del m:ir MediterrJnec-. La actividad marinera en las costas de los P:i.ises Bajos ak:inz6. p:.:es. una no• table intensidad, facilitando la proyección sobre el mar del trab:i.jo de los hombres que vivían en ellas. En particular, continu:mdo al comenzar el siilo ll suerte de los Países Bajos meridionales, en los Países Bajos septentrion.1les tuvh:ron que en• frentarse con las estrecheces de-! territorio y con l:i <"5-C:tse.! de los recursos que se· pod(an extraer. Después de h:.t-er rc:iliz:td,... intensos tr.1b:ijcs ce re~ulaciJn de las :ig,u:is y de haber encontrad0 hl e•ners:í.1 neces:i.rfa en 1.1 diiu,ion d~l molino de viento -verdadero motor litil p ar: s.1tisfa~a c.1s1 toJas l.l.s 11;.>t·c·s1dJ.d;."S de movi- miento para tocio tipo d.:- tr:1b:1jo y d<" bc,n1b.is-. los h.1°t'it,uHe-s de los P.1iscs Ua- jt1s Sl'plcntrionaks oh111vit·n,11 dt"I n1.1r k1~ rrn:-Ji0s p.u-.1 un d..-~.1rn,~1,, económico sin~ular. Esto ya Sl' 111:mif,·st:11it1 dur::1111,• hi ludu p,,r l.1 " :1ut1tu.:H'':_ d.: un E$t~- do imlcpt.>mli,•nt<.- de las Pnwin.:ia~ llnida, ,t.: le s P.use~ B:1Jl15. c•ntrt:>_!males d~l S1• f:lo x'I y principios dd :, ·11, l.1 iutura H,,l!m,l.1 tre.:01w,·1da .:orno mdepend1en1e l'II L'I trntlll0 tk Wcstfalin d<." 164S), y ,·s1.1ll.m.1 m1, t.ml~ .l k• largL> del siglo xvu. El lHtimo ruarto ,lt-1 si¡;lc- :-., 1 rn-sen,·1,' a.,i l.1 ck,::.1:l<•n.:i.'.I d:.> Amberes Y t::1 ci,·c-iini,•nL> ,1,• .'lll~t,·rcl.1111 cllmCl ,·tntr,> rrin.:-ipJI ,l.• lls ::i.:tiv1d:1des económicas ,k his 1'.ií"·s H:ijc,). .111!•,·1,·, ,·,t.1t-.1 l'r~.m1::1,l.1 ,t"!!111 l:i :111t1gua mod:ilid:id de Escaneado con CamScanner
  • 14. lll'IOHIA l :C<JNÚMICA DE EUROl'A, SIGLOS XV-XX ·i//,11/m impuc.slo.~ a las actividades económicas por I Es d . .,, " ' . . . . os ta os centrahza- 1 11,. con 1111 ~,~rema d c pnvileg10s y concesiones que lt'rn•t b 1 ' . . · , , 1a a por a fuerza de las ,-,,.,.n , I ,dl111u de 1,ts nuevas energías que se estaban ·r . <l 1 , man11estando. En cambio : 111s fl•1d;1111 a >a unas mayores posibilidades de acció · • •· r -1- d . . ' n con una actitud más per- 1111',l'a, ;1c1 rlan o, s1 no incentivando la entrad" de h b · · . • ... orn res, actividades y ca- p11:ilc.s. A veces se ha tratado de atribuir a la refonn.. t t . I1 1 ti . ... pro es ante, vencedora en o an a, el origen de la fortuna económica de la región · .. . , _ . , y, ciertamente, la ruptu- r,1 r1 o, oeada por las guerras de religión desarrolló su papel penn·t· d · 1 , 1 ten o que se 111:.la aran en l lolanda bastantes personajes que se habían aleJ'ad d 1 , d l. ·(í 61" o e os pa1ses e lr:11 1c1 ,n cat tea, muchos de 1os cuales eran portadores de un · bl . . a aprecia e corn- pelcnci:1 y preparación profesional. Pero parece ser más concreta la constatación de que la_ l·lola11da de las últimas d~eadas del siglo xvr se encontró disfrutando de la:; vc11l:1j:t.S procedentes de algunas situaciones objetivas. l~ny _ articular, la_ruptura defir?itiva con España y Portugal y la consiguiente prnl11bu:16n de relaciones comcrc1ales obligaron a los holandeses a buscar su vía :111l(>tH!111a para procurarse los productos que procedían de América y de las In- dias. Estos hasta entonces habían venido sobre todo por mediación de los ibéri- cos, pero a menudo también a través de operadores de otros países europeos. Los últimos aíios del siglo XVI vieron a los holandeses empeñados en la organización de sólidas expediciones hacia las Indias orientales, que les llevaron n compararse con las experiencias de los portugueses y a buscar un nuevo modelo de expansión económica. Si los portugueses habían asumido inmediatamente un estrecho con- lrnl estatal sobre las expediciones a Oriente, los holandeses dejaron espacio, por así decirlo, a la iniciativa privada, la cual se expresó en la constitución de diver- sos tipos .de compafüas apropiadas, que encontrarían, a principios del siglo xvn, fonnas más estables y reglamentadas. La intervención directa de los holandeses en América vendría después. De todos modos, las mayores corrientes de tráfico para los holandeses del si- glo XVl se mantendrían con el mar Báltico, hasta el punto·de que los registros de raso por el estrecho de Sund, enlace obligado con el mar del Norte, dan testimo- nio ele que, e~tre todas las naves que lo atravesaron, ya en las últimas décadas del siglo m~s del cincuenta por 100 eran holandesas. En los puertos y mercados de Holanda ya era posible encon_ trar todas las mer- cancías objeto de tráfico marftimo. Los holandeses a finales del siglo xvr estaban en condiciones de mantener relaciones comerciales con cualquier parte de Euro- pa, implantar nuevos procesos de elaboración para la transformación de las ma- terias primas disponibles, desarrollar técnicas mercantiles y contables evolucio- nadas, y en definitiva moverse de una manera completamente innovadora, con la disponibilidad de capitales importantes. Las vicisitudes económicas de Inglaterra a lo largo del siglo xvr exhiben a su 'ez aspectos diferentes de los de los demás países europeos, en la medida en que sus condiciones geográficas y la organización del Estado determinaron transfor- maciones particulares, que contribuyeron a instrumentar un conjunto de oportu- nidades. También en el caso inglés han sido muchas las interpretaciones ofreci- das por los estudiosos que en cada circunstancia han puesto el acento en aspectos LA EXl'ANS[ÓN EUROPEA EN EL SlOLO XVJ 7S particulares y generales de su economía. La producción de lana, las transforma- ciones de 1a agricultura, el desarrollo de las manufacturas, la disponibilidad de materias primas, las relaciones co.n el continente europeo, los transportes maríti- mos, la monarquía absoluta y la participación de las clases sociales, la reforma anglicana, son un conjunto de aspectos que se presentan en movimiento a lo lar- go del siglo xvr, contribuyendo todos ellos.de diversas maneras a construir un cuadro general que llevó a Inglaterra a enfrentarse con éxito con los siglos poste- riores. La lana .inglesa había sido uno de los productos con mayor presencia en el co- mercio exterior del país y había alimentado una sólida corriente de exportación hacia el continente europeo y los centros tradicionales de la .industria textil lane- ra, corno Italia y los Pafses Bajos. Los derechos aduaneros sobre la exportación de la lana habían garantizado unas nota~les rentas desde finales del siglo xm, pero con una política proteccionista se había intentado desde mucho antes desa- rrollar una producción manufacturera local, de modo que se pudieran aprove- char las ventajas inherentes. Aun encontrando dicha polftica todas las dificulta- des derivadas de la oposición de los productores de lana, que preferían explotar las oportunidades que les ofrecfan los precios de un mercado libre para buscar las mejores condiciones, el sector había contribuido a establecer relaciones con los comerciantes europeos, que se movían para aprovisionarse de lana y, al propio tiempo, para hacer llegar a Inglaterra los productos de calidad de los que había demanda. Por lo demás, los ingleses habían disfrutado de la posibilidad de un punto de referencia en el continente, conservando el dominio de algunos territo- rios en la orilla continental del canal de la Mancha, que se acabó precisamente al llegar el siglo xvr. A comienzos de siglo, las estadísticas oficiales de las exporta- ciones inglesas, sin tener en cuenta, por tanto, el contrabando, dan testimonio de que los paños de lana ya habían superado runpliamente, en peso, a la cantidad de lana bruta. A lo largo del siglo se produjo un aumento apreciable de la cantidad de te- jidos exportados, sobre todo en forma de short-cloths, los cuales encontraron en Amberes el lugar ideal para difundirse en el resto de Europa. En esta difusión de los paíios ingleses se ha visto una de las causas y uno de los efectos de la crisis con la que se encontraron los paños italianos. El mecanismo considera la caída de la producción italiana en la primera mitad del siglo, como consecuencia de las destmcciones provocadas por las guerras que se libraron en Italia, y la suerte de los short-cloths, que se habrfan introducido en este mercado aprovechando la es- casez de la oferta y sus precios competitivos, aunque con una calidad intrínseca muy diferente. El aumento de la producción de lana en Inglaterra determinó una cierta trans- fonuación en la esrrctura de In producción a~rícol:t, con un aumento de los pas- tos y el aumento del tejido, que a su vez requiere un:i aportación de trabajadores. Loi; clos fenómenos provocaron consecuencias que se encuentran en la base de al- gunas interpretaciones históricas generalizadas. Por un lado las e:ogencias del pastoreo habrían ampliado el proceso de las llamndas rnclosures, o cercamientos de los campCJs, que hahría ocasionado la expulsión lk I:is clases más débiles del campo, y por utrn l:ido se habrí:i producido un :n1011:nto de las personas expues- Escaneado con CamScanner
  • 15. -... ·- tas a los riesgos de las ,·iole.nta~ oscilaciones de la ocupación en las actividades manuf~ctureras. A los efecros provocados en el cnmpo por la expansión de la cría de oveJas se habrían a,hdido los de la supresión de In propiedad eclcsi:stica, in- cautada_ P~~ la Corona. y los del cambio en la organización de lns fincas agrarias, con perJu1c10 para los pequelios cultivadores. Ciertamente, este proceso tuvo lugar, aunque no parece haber afectado a todo e~ pa(s, al paso que habría sido más general el incremento demográfico, que exi- gió transfonnac1ones en el sector agrícola para garantizar el aprovisionamiento de los artículos alimentarios, como los granos, por las necesidades de los centros urbanos en expansión. Ingl~te_ rra estaba vinculada al mar, pero había quedado fuera de los grandes descubnm1entos ~eográfieos de_ los portugueses y de los españoles, aunque toda- vía ªrfinales ~el siglo xv naves inglesas habían realizado un viaje hacia América del Norte, b_ aJo el m~do del veneciano Juan Cabot, sin-que del mismo resultasen con~ecuenc1~s apreciable~. Casi por la fuerza de )as cosas los marineros ingleses se vieron ob!1gados ª.dedicarse a la navegación del mar del Norte y a emprender toda una sene de acciones para conquistar condiciones de factibilid:id en Jos de- ~ás mares europeos, sobre todo el mar Blanco, el Báltico y el Mediterráneo. Los ins_ trumentos para la penetración en estos mares y la gestión del tráfico consi- guiente fueron las compañías, siguiendo el ejemplo de los Merchant Adventurers que desde 1467 gestionaba las exportaciones en el continente europeo. Las nue~ vas com~añías que iban hacia aquellos mares se constituyeron a partir de media- dos del siglo xv1: la Moscovy Company (1554), la Eastland Company (1579) y la Leva!11 Company (1592). A finales del siglo xv1 se establecieron las relaciones con Africa a través de la Guinea Company (1588) y la Morocco Company (1595). Más tarde nacieron las organizaciones establecidas para las relaciones con Oriente }' con Am1frica, donde fue necesario, respectivamente, aprovecharse de las dificultades de los portugueses y atacar las posiciones españolas. Fue con Isa- bel I que los ingleses emprendieron de forma consistente la lucha contra España. La flota inglesa había crecido en la primera mitad del siglo y ya Enrique Vlll ha- biadedicado irances tecurso'!I,hasta e -punto de erosionar e valor de la i.'ora. es- ttfa'~,(le ~ln.6 l'( cittU()H) (t U'(), ett()!'o.S CO':ia':i,un eeCQ )QSÚ/0 SO· bteac; et)Ottac.onesni,ec;as. . . Hacia e continente americano os ingleses se movieron en pos de a conqms- ta de territorios, como sucedió efectivamente con la isla de!erranov_a Ycon lar~_- gión a la que se impuso el nombre de Virginia, en homcnaJe a la rema que habi.i concedido los privilegios necesarios para la navegación Ylas conquiSlas; per~ die d · d' t Sólo en el stg u estos territorios no se obtuvieron ventajas de un mo O inme 13 o. • é. • · · d N érica Mayor ·xllo siguiente se reanudaría la obra de colomzac1ón e ortcam · tuvo la llamada guerra de corso, esto es, la caza de las naves españolas <JUe tr;m~- . · b . . . amnchs que operaban P or1aban las riquezas amencanas, llevada a ca O por n,,vc~ ' · . 1 1 . . I· e ia ingles·, A finales e e ~•- con las patentes otorgadas Justamente por ,, oro1 • · . . . . . , glo xv1 la marina inglesa había asumido un papel fundamental pracuc.mi~•~~c. e•: todos los mares del mundo y se dispuso a convertirse en d 111, trumento 1 ~~c•:- 1 v 1 para el desarrollo dtd país. Londres era ya la segunda ciud;nl curop ·a en lclllllllm demográficos, con una población estimada alre~edor de los doscie~t~s cincucma mil habitantes, que había vivido a lo largo del siglo un des~rrollo un~co, cor:ien- zando con unos setenta mil habitantes, y que ya se encammaba hacia el primer puesto en importancia económica. A espaldas de los ingleses orientados hacia el mar había un país que logró transformarse profundamente. Toda la política económica desarrollada por In- glaterra en este periodo tendió al proteccionismo de la producción interior, con la aplicación de derechos aduaneros a la importación. Por lo demás puede decirse que con el siglo xv1 los ingleses abandonaron definitivamente la intermediación de los comerciantes extranjeros y tendieron a garantizarse de forma autónoma su propio comercio. Si las vicisitudes de los paños de lana son las más llamativas en el contexto europeo, mucho$ otros productos conocieron una expansión y tuvieron éxito a lo largo del siglo. La metalurgia del hierro experimentó un aumento notable. El hie- rro fue esencial también para garantizar nuevos cañones, que resolvieron en par- te el problema de la escasez de bronce por la falta de cobre en Inglaterra. y para sostener por tanto el armamento de las naves, tanto mercantes como par:i la guer- ra de corso. El problema del combustible, dada la escasez de madera en la isla. se resolvió progresivamente mediante la utilización de carbón. Se incentivaron las construcciones navales. Paralelamente se desarrollaron nu::,·os sectores aprove- chando la inmigración, que se dirigió a Inglaterra a consecuencia de las relacio- nes internacionales y de las guerras de religión. Con la inmigración se desarrolló en Londres una vocación a la internacionalidad de sus habitantes que, con sus conocimientos culturales y tecnológicos, encontrarían un 1erreno f.!rtil p:ira su expansión. Londres, como Amsterdam, vivió el crecimiento de las profrsion.:s vinculadas a la pura actividad mercantil, con las técnicas de administración y s~- guros. No es preciso añadir que la gran exp:msión demogr.ifica provocó un desa- rrollo de la construcción de edificios y de todo lo relacionado con ::lb. La competencia con Españ:i encontró su momento culminan!.: .:n el encuen- tro nava con la Armada lnvcncibe (588), la gr:in flota preparad:i. por Fehp:: ll pata aiustar cuentas e hwadi.t di.rcc,amcme lng'lena. L:i ,·i.ctoria 'm~e,a m:m:ó )táci.camente e )rtCÍ.)Í.O de deci.ve de ')()dcr de b. m:i.frr.~~ csvaioa 'J : con- saitaci.(:mueamaúnai.n¡;e,¡.a,i.nstromento fomamcnt:i. de tutuo desanoo 'ilº· úco 'i econ6mi.co de paí'!.. . ,, ' Escaneado con CamScanner