Este documento presenta tres leyendas originarias de la ciudad de Cochabamba, Bolivia. La primera habla sobre la historia y leyenda del barrio de La Recoleta, incluyendo detalles sobre su pasado rural y cambios a través del tiempo. La segunda describe la Fiesta de Urkupiña, una celebración religiosa anual que combina tradiciones andinas y católicas. La tercera es la leyenda de origen de esta fiesta, la cual involucra a una niña pastoril y apariciones marianas.
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Leyendas originarias de la ciudad de cochabamba
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LEYENDAS ORIGINARIAS DE LA CIUDAD DE COCHABAMBA
INTRODUCCIÓN
Un mito (relato falso con sentido oculto, narración, discurso, palabra emotiva) se refiere a
un relato que tiene una explicación o simbología muy profunda para una cultura en el cual
se presenta una explicación divina del origen, existencia y desarrollo de una civilización
(GASSET & Ortega, 2001, pág. 96).
En este contexto, puede considerarse a un mito como un tipo de creencia establecida,
habitualmente a través de varias generaciones, con relación a ciertos hechos improbables
y sorprendentes que, de acuerdo al mito, han sucedido en la realidad, los cuales no son
posibles de ser verificados de manera objetiva. Pero incluso los hechos históricos pueden
servir como mitos si son importantes para una cultura determinada.
Una leyenda es una narración oral o escrita, en prosa o verso, de apariencia más o menos
histórica, con una mayor o menor proporción de elementos imaginativos (GASSET &
Ortega, 2001, pág. 67).
Pueden ser religiosas, profanas o mixtas, según el tema del cual traten. Las leyendas
también pueden ser populares (de formación más o menos espontánea o inconsciente),
eruditas o fruto de una combinación de elementos de ambos orígenes. Pueden haber sido
inicialmente eruditas y haber conseguido, después, una gran popularidad.
Sin importar la extensión que tenga -aunque por lo general es corta- el rasgo que la define
es su tema. La leyenda siempre es un relato que pretende explicar un fenómeno natural -
como las tempestades, los lagos, los terremotos-, contando una historia fantástica. Como
ejemplo, la leyenda de la Laguna del Inca, de intenso color verde, dice que en el fondo de
sus aguas está enterrado el cuerpo de una princesa inca, cuyos ojos eran de ese color,
quien murió el día en que acababa de casarse.
EL VACIÓ NARRATIVO EN LAS LEYENDAS ORGINARIAS DE COCHABAMBA
La preocupación sobre la calidad de vida en Cochabamba está presente en los pasillos de
las oficinas públicas, en las calles, en los medios de comunicación y en la corporeidad de
los propios cochabambinos que cotidianamente, lo sepamos o no, interactuamos y
transportamos físicamente en nuestras células los problemas del contexto inmediato en el
que habitamos.
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De ahí que la leyenda urbana de Cochabamba una de las características de las leyendas o
mitos urbanos es que suelen basarse en situaciones históricas previas que luego son
exaltadas, agrandadas o distorsionadas. En el caso de Cochabamba, la relación del mito
con la realidad actual es débil o prácticamente inexistente.
También desde hace varios años se ha pensado en distintas iniciativas para mejorar la
calidad de vida urbana y acercarla a sus viejos imaginarios históricos mediante decisiones,
o normativas que preserven el aire limpio, la regulación del parque automotor, la promoción
del uso de bicicletas, el control de la tala de árboles entre muchas otras; no obstante las
buenas intenciones, normativas y acciones resultan limitadas pues no han logrado
neutralizar la tendencia creciente del deterioro de la calidad de vida urbana convirtiéndola
en muchos casos en un problema político.
Con el fin de posicionar algunos de estos temas críticos en el debate sobre la región
metropolitana, el Observatorio Ciudadano Cochabamba Nos Une, presentará hoy una
publicación, la primera de una serie de Revistas sobre aspectos que afectan a la vida
cotidiana de los y las cochabambinas para generar, a través de estudios fundamentados
breves una corriente de análisis y debate sobre una realidad que pretende reencontrarse
con los mitos anhelados.
HISTORIAY LEYENDADE LARECOLETA
Si bien La Recoleta es una OTB nueva, según su documento de constitución, su historia se
remonta a muchas décadas, cuando la modernidad aún era un sueño y reinaba la
tranquilidad de sus habitantes que se transportaban a pie y se oía el trinar de las aves, el
relajante sonido del río Rocha y la risa de los niños que compartían juegos en las calles.
Los recuerdos de sus antiguos habitantes dan cuenta que La Recoleta estaba llena de
árboles frutales, sembradíos de verduras y haciendas típicas de la época, caminos de tierra
y el templo que tuvo varios cambios con el paso del tiempo.
Uno de los recoleteños más antiguos, Francisco Mancilla, describe la vida en la zona en los
años 1930, en su texto “Reminiscencias demi infancia y posteriores”. Mancilla nació en una
vivienda ubicada a la entrada de la hoy plazuela de La Recoleta, denominada Ubaldo Anze,
a pocos pasos del puente metálico, que unía este sector con el casco viejo.
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Relata cómo eran las casas en ese tiempo, hechas de adobe con techo de teja de arcilla
cocida. En su memoriaestá muy marcada cómo era el río Rocha: “Resultaba siendo nuestro
balneario con agua cristalina en invierno y turbiones frecuentes en la época de lluvia”.
Desbordaba trayendo consigo basura, víboras y toda clase de alimañas, además, causaba
desastres en las vetustas casas próximas a sus riberas, la corriente del río también cobró
la vida de niños y personas mayores. La iluminación era escasa, sólo había dos focos, uno
cerca de su casa y el otro en el centro de la plazuela, en las viviendas sólo había velas que
daban una luz tenue.
Mancilla recuerda que en ese entonces había una escuelita que funcionaba donde hoy está
el Gran Hotel Cochabamba, que tenía un solo curso. Había varias chicherías, entre ellas
“Las Cañahuequitas” y todas las casas de la zona tenían grandes sembradíos y gozaban
de mitas de agua que provenían de vertientes, entre ellas “manzana pila”, “waca mik’u” y
“peras pilas”. Según cuenta, existía una pileta pública que se encontraba casi en la puerta
del templo, que funcionaba las 24 horas, provista por la familia Anze (LOSTIEMPOS, 2017).
Entre otro de sus recuerdos importantes está el del hotel Cochabamba, que fue construido
en 1940, el mismo adquirió un colectivo que recorría el sector y que no sólo recogía
huéspedes, sino también a algunos pobladores. Hace referencia que este punto en la
historia pudo haber influido en la desaparición de los sombreros de chola de copa alta,
debido a que las mujeres de pollera, no lograban pasar por la puerta del colectivo con sus
sombreros puestos y se veían obligadas a llevarlos en el brazo y por el poco espacio que
había se arruinaban y su reparación era costosa, entonces muchas dejaron de usarlo o
acortaron el tamaño de la copa.
Recuerda que el templo de La Recoleta, cuando vivía en la zona, ya no tenía el muro frontal
de adobe con arco al centro del ingreso del atrio, que se ve en las fotos antiguas de éste.
El puente metálico, que unía este sector (La Recoleta) con el casco viejo (el centro de la
ciudad) era angosto y tenía unas hermosas protecciones en la parte posterior de los
costados, con arcos en los que jugábamos con frecuencia, dada la escasa circulación
vehicular (1932). (LOSTIEMPOS, 2017)
FIESTADE URKUPIÑA
Una pequeña niña pastoreaba sus ovejas en el cerro Cota cerca de Quillacollo, cuando se
le apareció una mujer muy atrayente con un niño en brazos. La niña conversó con ella y
quedaron de encontrarse al día siguiente. Esto sucedió durante varios días, por lo que ella
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decidió contárselo a sus padres. No convencidos, sus padres y otras personas del pueblo
la acompañaron al cerro para comprobar lo que ella decía. A medida que se acercaban, ya
se podía ver a la mujer que esperaba con el niño en brazos. Al verla la niña gritaba uruk
piña, uruk piña (en quechua “ya está en el cerro”), pero al llegar a la cima donde se
encontrarían la mujer, esta había desaparecido dejando su imagen marcada en la roca.
Esta es la historia, que data desde el siglo XVIII, y que da origen a la Fiesta de la Virgen de
Urkupiña que se celebra cada 15 de agosto, donde participaban fundamentalmente
campesinos con grandes tropas de bailes, tinkus, bandas, sikuriadas, tarqueadas,
diabladas y tantos más.
Actualmente la fiesta es un fenómeno que abarca muchos más aspectos además de la
propia celebración. Varios días antes del 15 de agosto ya se nota la presencia de la fiesta
en las calles de Quillacollo (a 15 Km de Cochabamba, Bolivia). El comercio, que es una de
las expresiones más palpables de la fiesta, empieza a hervir en las calles, los vendedores
ambulantes y callejeros ofrecen infinitos tipos de comidas, vestuarios, artesanías y
prácticamente todo lo que uno se pueda imaginar, desde cuyes asados hasta televisores,
conformando la otra cara de la fiesta, la bulla, el ruido, el regateo, los olores, los petardos y
la multitud que se amontona en un lento y congestionado fluir que se derrama por todos los
espacios del pueblo.
La fiesta en si dura cuatro días. El primer día es la “Entrada Autóctona”, y consiste en el
desfile de las tropas y fraternidades de bailes indígenas o más tradicionales, que
insatisfechos por la gran cantidad de grupos foráneos que se presentaban en la fiesta,
quisieron un día para ofrendar a la Virgen de Urkupiña con su música y bailes típicos de
distintas zonas de Bolivia. En este primer día de fiesta, lleno de colorido, baile y devoción.
Ondea por sobretodo la multicolor bandera del Tiwantinsuyo.
El segundo y el tercer día son las entradas del resto de las fraternidades, y desde temprano
en la mañana comienza el baile, que se prolonga por varios kilómetros en un circuito al
interior del pueblo, hasta llegar al Templo de San Ildefonso, donde cada grupo saluda a la
Virgen y es bendecido por ella. A lo largo del trayecto el público ovaciona a los bailarines,
ya sea desde las graderías instaladas en las aceras o desde la mismacalle, ya que en cada
acera hay grupos de compadres y mamitas riendo al son de la fiesta, bailando y bebiendo
cerveza, dejándose llevar por el alcohol, por la música y por la virgen, deleitándose con el
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festival de colores y ofreciéndoles a los bailarines un vaso de chicha para reponer las
fuerzas y poder continuar.
El cuarto día es completamente diferente, se inicia a la medianoche del tercer día, cuando
miles de devotos de la virgen inician la peregrinación desde Cochabamba hasta el cerro
Cota, a 18 kilómetros de distancia. Antes de que se asomen los primeros rayos de sol se
realiza la misa de gallos en el Templo de San Ildefonso, en la que una inmensidad de velas
ilumina la iglesia y la plaza de Quillacollo mientras el cielo pacientemente comienza a
clarear. Desde el pueblo hasta el cerro, en los últimos tres kilómetros, no queda ni un metro
sin puestos callejeros, entre los que destacan los que ofrecen desayuno a los peregrinos y
los que venden alasitas, miniaturas que se compran para representar lo que se le quiere
pedir a la virgen, ya sea una casa, un bebé, un auto, un título universitario, un novio o un
pasaje de avión.
Ya en el cerroestán las minas,que son lugares de los que extraen rocas a golpe de martillo,
roca que después de bendecida y challada por sahumadoras que las rocían con cerveza,
alcohol y plegarias (en castellano y quechua), pasa a representar los favores materiales
pedidos a la virgen, por lo que el tamaño de la roca extraída representa el tamaño del favor
o la cantidad de dinero que se ha pedido, entonces cada devoto debe llevarse la roca a su
casa. Al año siguiente la roca debe ser devuelta, se debe traer al cerro y ser entregada a la
virgen, cumpliendo así con la promesa de devolver el favor pedido el año anterior. Al
momento de devolver las piedras se reinicia el ciclo, se entregan las antiguas y se toman
nuevas, rogando otra vez por favores a la virgen.
Así concluye la fiesta de la virgen de Urkupiña, después de cuatro días de fervor y devoción
popular, después de cuatro días en que se mezclan, se sobreponen y se funden los más
antiguos rituales andinos con la tradición católica, después de cuatro días, y de cinco siglos,
en los que la pachamama ha sido la virgencita, y la virgencita ha sido la pachamama.
Leyenda de la Virgen de Urkupiña
El profundo afecto que este pueblo profesa a su “mamita” de Urkupiña tiene su bellísima
explicación. Cuando Quillacollo, era apenas un pueblito miserable, mucho menor que
Tapacari, Tiquipaya y el Paso, una niña pastorcita de minúsculo rebaño se pasaba días y
más días pastando sus ovejas al pie de un promontorio del cerro llamado "El Calvario" frente
al rancherío de Cota. Cuando un día se dirigió hacia ella una hermosa dama con un niño
en su regazo para sentarse junto a ella. Así pasaba las horas ella conversando con la
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Señora, no una sino muchas veces. A la niña le parecía este hecho lo más natural, pero no
así a sus padres quienes, cuando su hija les hablaba de tales conversaciones, juegos y
entretenimientos con madre e hija, fueron a dar parte probablemente al Párroco de
entonces que tenía el humilde título de doctrinero, (la parroquia se llamaba Doctrina,
conforme reza en los antiguos libros sacramentales), y a los principales vecinos del pueblo
quienes intrigados por tal noticia pidieron al campesino que apenas se repita el hecho, de
aviso inmediato para cerciorarse de su veracidad. Un día de esos, probablemente el 15 de
agosto, fiesta patronal de la Virgen en su advocación de la Asunción al cielo, vuelve la
Señora a visitar a su predilecta, la misma que de inmediato pidió licencia y se fue corriendo
a dar aviso a sus progenitores, los mismos que corren a su vez hacia el Calvario y ven con
sus ojos, desde la distancia a la Virgen y su niño que no eran otros los amantes de la feliz
niña. La pequeña, apenas aviso a sus padres y al pueblo en masa gritaba mostrándoles a
la Señora con el dedo, mientras esta se levanta el lugar donde finalmente estaba sentada
quizás sobre una roca y se dirige hacia la cima donde actualmente se hallan aún unas
ruinas de la capilla, mientras clamaba ¡allí está, ya está en el cerro! ¡Orccopiña!. El lugar
ocupado por la Virgen en su visita es el objeto de su amor, la niña feliz, encontraron los
pobladores la Imagen actualmente venerada desde ese día memorable con el título
especialísimo de VIRGEN DE URCUPINA, castellanización de Orccopiña. (ARTEAGA,
2012, pág. 215)
La Leyenda de Toro-laguna
Toro – Laguna es una hermosa laguna que existe en las alturas del Tunari. Posee aguas
cristalinas que provienen del deshielo de las eternas nieves de la cima de esta cordillera.
Hace muchísimos años, cuando los conquistadores españoles, no solo sometier
on a la esclavitud a los incas y a otros pueblos originarios, sino también, llevados por la
ambición, cometieron muchos abusos con el afán de aprovecharse de todas sus riquezas,
trataron de apoderarse de un valioso tesoro incaico. Se trataba de un hermoso toro tallado
en oro puro. Los indios escapaban llevando el toro, pero ya cansados al ver que faltaba
poco para que los alcanzaran, decidieron esconderlo en una parte alta del Tunari. Entonces,
cuenta la leyenda que esanoche llovió tanto en ese lugar que seformó una laguna, tapando
completamente el tesoro, que de ese modo se salvó de las manos codiciosas de los
invasores. Desde entonces, según el relato de los habitantes del lugar, dice que cuando
brilla la Luna llena, el toro sale de las profundidades del lago y se empareja con una vaca
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del lugar. Cuando esto ocurre, el aumento del ganado será abundante. (ARTEAGA, 2012,
pág. 228)
BIBLIOGRAFÍA
ARTEAGA, D. M. (2012). LEYENDAS DE BOLIVIA. La Paz: Los amigos del libro.
GASSET, & Ortega. (2001). Historia de la Filosofía. Buenos Airés: Paidós.
LOSTIEMPOS. (2017). La Recoleta una leyenda. Cultura y Arte, 4.