2. La cirrosis del hígado se refiere a la fibrosis
extensa que deriva de una enfermedad
(como la hepatitis) o del consumo de
alcohol. El daño hepático ocasionado por
la cirrosis es irreversible y las consecuencias
pueden ser mortales. No obstante, cuando
se diagnostica pronto la cirrosis y se trata su
causa, es posible limitar la aparición de
más daños. Las personas que padecen
cirrosis avanzada podrían requerir un
trasplante de hígado.
3. Es posible que no haya síntomas o que se presenten lentamente, según qué
tan bien esté funcionando el hígado.
Los síntomas iniciales abarcan:
Fatiga y desaliento
Inapetencia y pérdida de peso
Náuseas o dolor abdominal
Vasos sanguíneos pequeños, rojos y aracniformes en la piel
A medida que el funcionamiento del hígado empeora, los síntomas pueden
abarcar:
Acumulación de líquido en las piernas (edema) y en el abdomen (ascitis)
Coloración amarillenta en la piel, las membranas mucosas o los ojos
(ictericia)
Enrojecimiento de las palmas de las manos
En los hombres, impotencia, encogimiento de los testículos e hinchazón de
las mamas
Tendencia a la formación de hematomas y sangrado anormal
Confusión o problemas para pensar
Heces de color pálido o color arcilla
4. Las personas con cirrosis hepática en
etapa inicial normalmente no presentan
síntomas. Por lo general, la cirrosis se
detecta primero en algún análisis de
sangre o revisión médica habitual. Los
especialistas de Mayo Clinic están
alertas a las primeras señales de cirrosis
del hígado.
5. El tratamiento para la cirrosis del hígado depende de
la extensión y causa del daño hepático. Los
especialistas de Mayo aplican las siguientes terapias
para la cirrosis hepática en etapa inicial:
Cambios en el estilo de vida. Perder peso y recibir
tratamiento para el alcoholismo puede evitar más
daños en el hígado.
Medicamentos. Se podrían recetar fármacos para
hacer más lento el avance de ciertos tipos de cirrosis
hepática. Otros medicamentos alivian los síntomas
de comezón, cansancio y dolor. Además, se podrían
recetar vitaminas para contrarrestar deficiencias
nutricionales y prevenir la osteoporosis
(debilitamiento de los huesos).
6. Infecciones. Se podrían recetar antibióticos para prevenir
o tratar infecciones derivadas del mal funcionamiento
hepático.
Hipertensión portal. La cirrosis puede aumentar la presión
sanguínea en la vena porta (vena principal que
transporta sangre al hígado), lo que conduce a
problemas de retención de líquido y sangrado venoso en
el estómago y esófago. Los especialistas de Mayo
pueden colocar endoprótesis vasculares (pequeños
dispositivos cilíndricos o "stents") en las venas para
disminuir la presión sanguínea en el hígado.
Encefalopatía hepática. Se pueden recetar
medicamentos para disminuir la acumulación de toxinas
en la sangre por el mal funcionamiento del hígado
7. Beba alcohol con moderación. Si usted es un hombre, no beber
más de dos bebidas al día. Si usted es una mujer o alguien de 65
años, no beber más de una bebida al día.
Mantenga una dieta saludable. Elija una dieta a base de
plantas que está lleno de frutas y verduras. Seleccione granos
enteros y fuentes de proteína magra. Reducir la cantidad de
alimentos grasos y fritos que consume.
Mantenga un peso saludable. Una cantidad excesiva de grasa
en el cuerpo pueden dañar el hígado. Hable con su médico
acerca de un plan para bajar de peso si usted es obeso o tiene
sobrepeso.
Utilice productos químicos con moderación y cuidado. Siga las
instrucciones de los productos químicos del hogar, como
productos de limpieza e insecticidas. Si usted trabaja con
productos químicos, siga todas las precauciones de seguridad.
El hígado elimina las toxinas de su cuerpo, por lo que darle un
descanso al limitar la cantidad de toxinas que debe procesar.