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Seminario Diocesano “Nuestra Señora de la Esperanza”
Escritos Joánicos
Oswaldo Ábalos
Diego Molina
Ágape (
En griego hay distintos términos para expresar lo que nosotros llamamos amor;  y
son los más usados para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que
el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado.1 Algunos filósofos griegos del tiempo de
Platón emplearon el término para designar, por contraposición al amor personal, el amor
universal, entendido como amor a la verdad, o a la humanidad. Aunque el término no tiene
necesariamente una relación religiosa, este ha sido usado por una variedad de fuentes antiguas
y contemporáneas incluidas la Biblia especialmente en el Evangelio de Juan. Filósofos
griegos contemporáneos de Platón y otros autores clásicos han usado en diferentes formas la
palabra ágape ( para expresar, amor esponsales y por la familia, o vocación por una
actividad en particular. En contraste con philos (s) para designar una amistad,
hermandad o un amor no sexual y eros (s), una afección de naturaleza sexual.
El ágape caridad, lo emplearon los primeros cristianos para referirse al amor especial por
Dios, al amor de Dios para con el hombre, e incluso a un amor "auto-sacrificante" que cada
ser humano debía sentir hacia los demás. Como nos dice el evangelio: "Porque tanto amó
Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree no se pierda, sino
que tenga vida eterna". (Juan, 3,16). En los primeros tiempos del cristianismo, ágape también
significaba una comida en común, que es el significado que conserva en la actualidad:
comida, banquete. En este sentido, significa el amor que devora al amante, por ser este capaz
de entregar todo sin esperar nada a cambio. El amor ágape es el amor divino de Dios.
El amor en las Sagrada Escritura
1 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ágape (Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 110.
La mirada hacia la categoría “amor” en las Sagradas Escrituras, reviste dos puntos
importantes: el primero, el significado que tiene esta palabra y segundo el conjunto de
símbolos que es empleado para expresar esta experiencia. “amor” es una categoría que posee
diversas acepciones y significados relacionados con los contextos en los cuales es
pronunciada. Hay pues entre la palabra y el contexto una relación importante que enmarca la
comprensión y el significado; es en relación con el lugar, a la situación o al relato, mediante el
cual se puede comprender.
Hay pues una relación muy importante entre la palabra, su pronunciación y el uso de la
misma. Este conjunto de elementos anteriormente presentados permite configurar el
sentido mismo de la palabra y el significado que ella tiene dentro de todo el escrito. En este
sentido, si el término “amor”, expresaría mediante la pronunciación de un conjunto de
símbolos la experiencia particular y universal situada en el ámbito relacional, entonces en
las Sagradas Escrituras el amor es el modo particular de ser de Dios para con el hombre.2
Es en el Antiguo Testamento donde describe el sentir propio de El Señor para con el pueblo
y la causa de la elección de Israel como su heredad. En el libro del Deuteronomio el amor
muestra la relación del hombre para con El Señor (Dt 6,5). Y por ello, si el amor de Adonai,
lleva a la liberación de la esclavitud de Egipto a los Israelitas (Os 11,1), es pues solamente el
amor el que mueve a Dios hacia su pueblo (Os 11,4).
El Nuevo Testamento muestra cómo Dios se hace humano solamente por amor (Jn 13,16).
Describe la manera en la cual se manifiesta Dios como El Señor del Antiguo Testamento en
Jesús, su Hijo (Mt 17,5). El amor, aparece no solamente como el origen de la acción de Jesús
(Jn 3,16), sino también como el sello propio de los discípulos (Jn 13,45). Y en este sentido, el
amor del Padre es manifestado en Jesús hacia los discípulos. En este punto, si la presentación
del amor encuentra su plenitud en Jesús que da a conocer el amor al Padre, entonces cada
acción vincula al amor del Padre manifestado en el Hijo; el amor establece una comunión
entre el Padre y el Hijo con los hombres. El amor al Padre tiene como consecuencia el amor al
prójimo; es por esto que no se puede decir que “ama a Dios a quien no ve y aborrece a su
prójimo a quien ve” (1 Jn 4, 20), porque es el amor que vincula a la persona con Dios, no
excluye al prójimo. El amor del Padre, en Jesús, muestra la identificación con el sufriente, con
el pobre (Mt 25, 34-36). El amor es para los discípulos y los primeros cristianos la presencia
2 Cfr. MORENO, Isaac CASAS, Juan. El modo de amar de Jesús y el modo de querer de Simón Pedro:
aporte pedagógico desde la aproximación al relato de Jn 21, 15-19. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá-
Colombia. Facultad de Teología. 2018. Pág. 41.
del Dios “que nadie ha podido ver” (1 Jn 4,12). Así mismo, la concepción del amor en las
Sagradas Escrituras es unitaria en cuanto que la experiencia de amor entre Dios e Israel, y
continúa porque la encarnación de Jesús muestra la plenitud de la revelación cuando el amor
se manifiesta a todos, cuando el amor se hace carne.3
En el Nuevo Testamento tanto el verbo  como el sustantivo  tienen un
significado especial, en cuanto que se emplean para expresar el amor de Dios o la vida que
está basada en dicho amor y que deriva de él. Ahora desarrollaremos un estudio dentro de la
Sagrada Escritura sobre el 
a) Amor es uno de los conceptos más centrales del Nuevo Testamento, que da expresión al
contenido total de la fe (Jn 3, 16) El actuar de Dios es amor, que espera como respuesta el
amor del hombre (1Jn 4,19). Incluso la ética está fundada en el amor de Dios y cobra de ahí
su significado (1 Jn 4,7). El amor está por encima de la fe y de la esperanza (1 Cor 13, 13), y
finalmente el mismo Dios es designado como Amor (1 Jn 4, 8.16).4
b) Es de notar, que en todo el Nuevo Testamento  aparece a menudo, incluso en
palabras compuestas, pero en cuanto al contenido, queda reducido a un significado más pálido
y menos lleno. Un caso típico lo tenemos en el compuesto  conel significado de
amor de amigo, o amor de hermano (2 Pe 1, 7). El acento principal de  recae sobre el
amor hacia hombres que están unidos por lazos de sangre o de fe; en (Jn 21, 15)  y
 se usan como sinónimos; únicamente en (1 Cor 16, 22) se emplea claramente 
para significar el amor hacia Jesús, el Señor.5
c) De la misma manera, en el Nuevo Testamento y  se refieren, en casi
todos los pasajes, a las relaciones entre Dios y el hombre. Dicho uso ya está preparado en el
Antiguo Testamento. Por el contrario, cuando se refiere claramente a una cosa (Lc
11,43), justamente el empleo del verbo  evidenciará que en este caso el amor va en
sentido inverso, o sea, que no se dirige hacia Dios. En este sentido hay que interpretar pasajes
como (Jn 3,19 el amor a las tinieblas, s), Jn 12, 43 (a la gloria de los hombres,
3 Cfr. MORENO, Isaac CASAS, Juan. El modo de amar de Jesús y el modo de querer de Simón Pedro:
aporte pedagógico desde la aproximación al relato de Jn 21, 15-19. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá-
Colombia. Facultad de Teología. 2018 Pág. 41.
4 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 113.
5 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 113.
), 2 Tim 41, 10 (al mundo presente, ). Conel sustantivo 
no se encuentra, en el Nuevo Testamento, semejante uso “negativo”; se trata siempre del
 tomado como genitivo subjetivo, genitivo objetivo, o en el sentido de amor
divino, es decir, amor hacia los demás hombres que procede de la proximidad de Dios. De
este modo,  aparece directamente junto a otros conceptos como  (fe),
 (justicia),  (gracia) y otros, que reciben igualmente su motivación
solamente de Dios. 6
En la tradición sinóptica, se puede decir que:
a) El punto central se coloca en la proclamación del reino de Dios inaugurado con y en
Jesús, y en el nuevo comportamiento que él exige. Dios envía a su único, amado Hijo, cuya
voz debe ser escuchada para salvarse (Mc 9, 7. Este es mi Hijo amado Escuchadle.Mt 3, 17. Este
es mi Hijo amado en quien me complazco. Jn 1, 34. Yo he visto y doy testimonio de que ese es el
Elegido de Dios). El amor de Dios como motivo de este hecho apenas viene expresado con la
palabra , sino que se utilizan otras palabras, o bien imágenes y comparaciones
oiktírmon): Lc 6, 36; s (éleos): Lc 1, 50 ss;  (eleéo): Mt 18, 33 y
otros). La misericordia y el amor de Dios se manifiestan a los hombres en la acción de Jesús.
Él mismo ama hasta el punto de acoger a los pobres, a los enfermos y a los pecadores.
Aunque la palabra  no se encuentre en los relatos de la pasión, aparece claramente la
misericordia y el amor como voluntad salvadora para los hombres; así, en expresiones como
hypér pollón), del relato de la última cena (Mc 14,24; Mt 26,28) y en el
 (paradidónai), en la entrega de Jesús a la muerte (Mc 14, 41). El sermón de la
montaña, finalmente, se interpreta correctamente si las bienaventuranzas se entienden ante
todo como afirmaciones en las que Jesús se expresa a sí mismo. Jesús es el primero que
realiza las exigencias radicales del seguimiento y con esto cumple la ley. El amor al enemigo
(Mt 5, 44), las palabras de la cruz (Lc 23, 34) y las palabras al malhechor (Lc 23, 43) están en
la misma línea. 7
b) Dentro de esta perspectiva, aflora una interpretación del amor al prójimo y al hermano,
desconocida por los rabinos y los griegos. El amor de Dios, que entre los hombres crea la
6 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 113.
7 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 113.
nueva realidad, es también el fundamento del amor interhumano. Nuevamente hay que
mencionar aquí el doble precepto. La conexión de (Dt 6, 5 y Lv 19, 18) solamente aparece en
(Mc 12, 28). La segunda parte del doble precepto, el amor al prójimo, la encontramos además
en (Rom 13, 9; Gal 5, 14; St 2, 8). Los dos preceptos serán también puestos de relieve por los
rabinos, al mandato del amor al prójimo de (Lv 19,18), un principio fundamental de la Tora,
es decir, una afirmación que lo abarca todo (Mt 22, 36-40). No obstante, la síntesis y la
motivación del precepto en el amor de Dios pertenecen al Nuevo Testamento. Decididamente
Jesús traspone la frontera de la tradición judía en la radicalización del amor al enemigo: (Mt 5,
44. Pues yo os digo,amad a vuestros enemigos y rogad por los que ospersigan). Es verdad que el
principio fundamental del amor universal a los hombres, como también del amor a todos los
seres creados, era ya conocido. Pero la radicalidad de la frase lapidaria, de que hay que amar
al enemigo, era ignorada por los rabinos. Jesús, como Hijo de Dios, ama a aquellos que le
crucifican, es más, él muere por ellos. La interpretación que Jesús hace del precepto en la
parábola del buen samaritano amplía en adelante el ámbito del amor a todos los hombres (cf.
Lc 7, 47).8
Dentro de la tradición paulina.
a) Pablo habla del amor de Dios, se sitúa totalmente en la línea de la tradición
veterotestamentaria. Ágape ( es para él, el amor de predilección (esto lo demuestra el
uso de s, que designa al escogido). Este adjetivo usado tan a menudo por Pablo falta
en Juan, así como también el verbo  (kaléo). En (Rom 9, 13; 11, 28) demuestra hasta
qué punto Pablo depende de la tradición israelítica sobre la elección. Los eklétoí-
seleccionados) son los  (egapétoí-amados) (Rom 1, 7; Col 3,12). Como en el
Antiguo Testamento, el motivo de la elección es el amor de Dios. Dicho amor puede ser
expresado también con la palabra éleos o eleéo. Dicho amor se convierte en un hecho patente,
en la obra de salvación de Jesucristo (Rom 5, 8). El círculo formado por culpa, cólera y juicio
se rompe cuando Dios, en Jesucristo, como el amor, entra en escena. Cristo mismo aparece
también como sujeto de este amor (Gal 2, 20; 2 Tes 2,13; Ef 5, 2). El concepto contrario, en
Pablo, es  (orge-ira). Los hombres que se hallan bajo la ley están en el camino que lleva
directo al juicio de la ira de Dios. El amor de elección de Dios arranca a los creyentes de este
destino (1 Tes 1,10). Si, pues, el actuar de Dios es definido como amor (en 2 Cor 13,11.13 se
8 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 113.
emplean como sinónimos Dios y su amor), entonces, el himno al amor de 1 Cor 13, no es
simplemente un capítulo de ética, sino juntamente una descripción del actuar divino. Con
esto, Dios no se convierte en manera alguna en el “buen Dios”, que todo lo consiente. La
posibilidad de la incredulidad subsiste; el juicio llega. Pero la justicia de Dios se cumple por
el hecho de que el Hijo amado se coloca en el lugar de los injustos.9
b) En Pablo, el amor al prójimo, (amor al hermano), está constituido en la fe (Gal 5, 6). En
1 Cor 13 está resumido cuanto hay que decir aquí. Agápe es a la vez amor de Dios y amor del
hombre. El amor está, como compendio y síntesis, sobre todas las fuerzas y poderes.
propheteía) y spístis), 1 Cor 13, 2, s (elpís) (v. 7) y gnósis (v. 8) le
están subordinadas, no en el sentido de una gradación, sino como fuerzas parciales de una
potencia poderosa que lo penetra y vivifica todo. En el contexto de 1 Cor, el amor es el mayor
de los dones del espíritu; otras veces pneuma (espíritu) y agápe se colocan uno junto al otro
(Gal 5, 13.22; 1 Cor 14, 1). También mostrando Pablo su propio amor hacia la comunidad, les
exhorta continuamente a progresar en la comunión del amor de Dios (2 Cor 2, 4; 8, 7).
Pablo realiza una síntesis del mandato del amor del Antiguo Testamento y del Nuevo
Testamento dado por Jesús (Rom 13, 8 ss; Gal 5, 14). Con ello coloca s (fe)y
amor)  juntos frente a la s (nomos-ley). Puesto que Jesús es el amor y como
tal murió por los pecadores,la ley queda cumplida. Siempre que los cristianos se aman
mutuamente, cumplen también la ley, no en el sentido de un cumplimiento, sino en cuanto
que ellos viven en la nueva realidad de Dios por la fuerza del perdón. Él  es una
manifestación de lo que ha de venir (1 Cor 13, 9.12.13).10
Dentro del evangelio de Juan
a) En el evangelio de Juan, el ser y el actuar de Dios se describen, con especial énfasis,
mediante la palabra . Esto se debe también a que en Juan se usa , con mayor
frecuencia que en Pablo. Además en Juan, hay conceptos paralelos como 
(dikaiosyne), s (cháris), s (éleos), etc., los cuales reducen en favor de . Así,
puede Juan hablar del amor preexistente, tal como nos habla en (Jn 1, 1ss) de la preexistencia
del s (lógos-palabra). Dios es esencialmente amor (1 Jn 4,8), y su designio fue, desde el
9 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 114.
10 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 115.
principio, el amor. Por esta razón, el amor del Padre hacia el Hijo es el prototipo de todo
amor. Este estado de cosas se hace patente en el envío y entrega del Hijo (1 Jn 3,1.16). El
“ver” y “reconocer” este amor significa para el hombre la salvación. La voluntad
fundamental de Dios, que se dirige al mundo, es el amor compasivo y capaz de perdonar, el
cual se mantiene firme contra todo rechazo del mundo hostil. En él  se manifiesta al
mismo tiempo la  , la gloria de Dios (Jn 1, 14). El triunfo del amor se manifiesta en
el hecho de ser glorificado  (doxasthénai) Jesús; por tanto, en su glorificación,
que no sólo incluye su muerte, sino también la vuelta al Padre (Jn 12,16.23). El creyente toma
parte también en este triunfo. El recibe la zde-vida) (1 Jn 4, 9; Jn 3, 36; 11, 25).11
b) El concepto principal, para Pablo, al expresar la orientación del hombre hacia Dios es
pístis; en cambio, en Juan es agápe. La relación entre el Padre y el Hijo es amor (Jn 14, 31);
en esta relación de amor serán introducidos también los creyentes (Jn 14,21ss; 17,26; 15,
9s). Ellos deben amar con el mismo amor a Jesús y al Padre (Jn 8,42; 14, 21ss; 1 Jn 4,
16.20). El continuo cambio del sujeto y del objeto del amor demuestra que, para Juan, el
Padre, el Hijo y el creyente se unen en la realidad del amor divino. Lo contrario es la muerte
(1 Jn 3,14; 4, 7).
El típico  (ménein en-permaneceren) de Juan,puede referirse igualmente a Jesús
que al amor (Jn 15, 4; 1 Jn 4, 12). En Juan,el amor mutuo está fundamentado, de una
manera todavía más clara que en Pablo, en el amor de Dios (Jn 13, 34; 1 Jn 4, 21). Elamor
se convierte en signo y prueba de la fe (1 Jn 3,10; 4,7). Elamor hacia el hermano procede
del amor divino. Sin amor al prójimo, no existe relación con Dios. También, se basa en el
mandamiento del amor (Jn 13, 34; 15, 12.17; 2 Jn 5). La observancia de los mandamientos
consiste en agapán, elamor (Jn 14, 23).12
En definitiva Agápé designa también, en el cristianismo primitivo, una acción litúrgica que
sólo a grandes rasgos conocemos. Como muestra (1 Cor 11), la auténtica acción litúrgica de
la cena, que estuvo unida con una comida normal. Más tarde, el ágape, se separó de la
celebración de la cena, y se tuvo como un acto litúrgico aparte (Jds 12; quizá 2 Pe 2, 13).
Mientras que en la liturgia de la palabra y en la cena estaba en primer plano la afirmación en
11 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 116.
12 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 116.
la fe, parece que esa celebración se centraba en la comida en común como signo de una
solidaridad especial en el ágape.
El término Phileo (
Philéo, este término es usado desde Homero, la palabra conveniente para designar la simpatía,
el amor, la hospitalidad. La nueva comunidad fundada en el ágape se consideraba como la
familia de Dios, lo demuestra el uso de los nombres hermano y hermana en el cristianismo
primitivo (hermano, s,adelphós). Ahora nos referiremosa los términos philéo)
apreciar,amar; s (phílos) pariente,amigo;  (philía) amistad, amor; 
(kataphiléo) besar;  (philéma) beso.13
1. En el Nuevo Testamento, el verbophiléo - apreciar, amar) lo encontramos
preferentemente en Mateo y Juan; en los otros escritos, sólo esporádicamente. La diferencia
con  no se mantiene rigurosamente. El sustantivo s se emplea para designar al
amigo, pero también a otras personas con quienes se está vinculado por la misma fe; como
adjetivo no se encuentra,  es el beso; en las cartas, la ceremonia cristiana del saludo se
denomina el ósculo santo. El sustantivo , en todo el Nuevo Testamento, sólo se halla en
(St 4, 4).
a) Juan distingue entre el amor en el mundo como creación de Dios, (como esfera hostil a
Dios). Siempre que el mundo se considera como creación de Dios, tiene en él también un
lugar legítimo el amor creador; en (Jn 11, 3.36) se alude a los lazos de amistad de Jesús con
Lázaro. Por otra parte Juan considera al cosmos como la esfera de las tinieblas hostiles a
Dios. En este contexto, el amor en y hacia el cosmos es equivalente a la hostilidad contra la
revelación de Dios (Jn 15, 19, cf. St 4, 4). Pero, como Dios ama a su creación, que le es hostil,
para salvarla (3, 16), de ahí que quede en pie el imperativo: “Y éste es precisamente el
mandamiento que hemos recibido de él: quien ama a Dios, ame también a su hermano” (1 Jn
4, 21). En el amor a los hermanos como creaturas de Dios, se concretiza el amor hacia el
mundo como creación de Dios.14
b) En las cartas Pablo encontramos el verbo ( philéd) solamente en un pasaje,
aunque muy importante (1 Cor 16, 22). El amor hacia el (s – kyrios) es condición para
13 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 117.
14 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 118.
la salvación. Partiendo de la historia del concepto, aquí uno esperaría agapád. Una vez más
queda de manifiesto la imposibilidad de una separación rigurosa. En todo caso, en cuanto al
contenido se quiere expresar lo mismo que generalmente se describe con agápé. También (Tit
3, 15) sólo puede entenderse correctamente, si uno tiene en cuenta que, mediante el amor de
Dios manifestado en la revelación del Hijo, el amor humano adquiere una nueva significación
como amor en la fe.15
2. El término (s – phílos) en el Nuevo Testamento es también el amigo, entendiendo
como tal aquella persona hacia la cual uno, ante todo, siente afecto; así (Lc 7, 6; Jn 11, 11;
Hech 10, 24; 19, 31). A menudo se mencionan juntos los parientes (s – syngeneis) y
amigos (s – phílos). No obstante, tanto en la tradición griega como en la judía, apenas si
hay distinción entre ambos conceptos. Es cierto que, aún mencionando únicamente a los
phíloi, amigos, se piensa también a menudo en los parientes. Phílos se usa, para indicar una
persona con la que se simpatiza, también en (Lc 16, 9), donde Jesús exhorta a conseguir
amigos regalando el injusto dinero. En el mismo plano hay que colocar el que, en (Jn 19, 12),
Pilato sea amenazado con perder su título de “amigo del César”.
Por el contrario, phílos expresa teológicamente el amor divino hacia los impíos, cuando
(Mt 11, 19 y Lc 7, 34) llaman a Jesús “amigo de pecadores y publícanos”. Ellos aman,
siendo como son enemigos, del mismo modo que Dios ama al cosmos que le es hostil. Lo
mismo se quiere expresar, cuando Jesús llama a sus discípulos “amigos” (Lc 12, 4; Jn 15, 15).
Ellos llegaron a él como pecadores. Mediante su amor de entrega se convertirán en sus
amigos (Jn 15, 13). Así ellos, que pertenecen al cosmos (St 4, 4), al que se ama y del que se es
amigo, pasan a ser pertenencia de la nueva comunidad del reino de Dios o de la familia de
Dios, en cuanto son hermanos, amigos de Jesús e hijos del Padre (Lc 21,16); (St 2, 23, donde
Abrahán es designado como phílos theoi-Hijo de Dios, gracias a su fe). Así, en (3 Jn 15), los
hermanos en la fe pueden ser saludados como  – amigos.
3. Para expresar la acción de besar se emplean en el Nuevo Testamento los verbos philéd y
kataphiléd. El beso es usual en los rabinos como señal de respeto. Así hay que entender
también el beso de Judas (Mc 14, 44). Según esto Judas se dirige respetuosamente a Jesús,
como rabino. En el relato de la pecadora (Lc 7, 38), el beso es asimismo un homenaje a Jesús.
El que al mismo tiempo se juegue aquí con un significado que recuerde el beso de despedida
15 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 118.
de los judíos, depende de la opinión que se tenga de la comparación de esta escena con la
unción de Betania en (Mc 14, 3ss). El beso era corriente en la antigüedad como signo de un
saludo amistoso y de una despedida emocionada; así en (Lc 15, 20 y en Hech 20, 37)
(kataphiléd). En la primitiva comunidad cristiana se convirtió en el phílema hagen, en el
ósculo santo Los que han sido admitidos en la comunidad del amor de Dios se encuentran
como (hágioi-) santo, en la filiación de Dios, y como tales se saludan mutuamente.16
Un desarrollo sobre Ágape.
1. Agape, agapan
Ágape ( aparece en el Nuevo Testamento 108 veces. 70 En Pablo, por lo que
podemos decir que es una palabra paulina; una vez en Mateo (24, 12), una en Lucas (11, 42),
cinco en Juan (3, 16; 13, 35; 15, 9. 13; 21, 15-17), doce en 1 Jn, una en 2Jn, una en 3 Jn y dos
en Ap. Ágape se suele traducir por caridad, (aquí preferimos emplear la palabra amo). El
verbo amar, ágapan, aparece en el Nuevo Testamento 107 veces. 17 en los evangelios
sinópticos, ocho en Mateo, cuatro en Marcos, 47 en el Corpus Joánico (28 en el evangelio, 16
en la primera carta, dos en la segunda y una en la tercera. 30 en el Corpus Paulino, dos en
Heb, cuatro en St, cuatro en 1 Pe, una en 2 Pe y dos en Ap. Por tanto, podemos decir que
ágapan es un verbo fundamentalmente joánico.17
2. Necesidad del amor
El amor abarca una gran complejidad de sentimientos: pasionales, carnales, religiosos,
espirituales, místicos. Es la fuerza motriz del hombre, la más noble y rica esencia de la
persona. La grandeza del hombre se mide por su capacidad de amar. El amor brota
espontáneamente de la naturaleza humana. Oponerse a su nacimiento y a su curso es querer
impedir el desarrollo de la persona, la cual se realiza en plenitud amando a Dios y amando a
los hombres. 18 El hombre y la mujer se han hecho para amar y para ser amados. Sin amor
todo se reduce a la nada, nada tiene sentido, ni la misma vida.
La Biblia no es otra cosa que una historia de amores y desamores entre Dios y el hombre.
Amores y lealtades por parte de Dios y amores e infidelidades por parte del hombre, aunque
16 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 118.
17Cfr. GARCÍA, Maximiliano. Teología de la Biblia, Nuevo Testamento. Madrid: B.A.C. 1972. Vol. III.
18 Cfr. BULTMANN, Rudolf, El Mandamiento Cristiano del amor al Prójimo, en Creer y comprender Ed.
Primera, Madrid, Studium. 1974.
también lágrimas y arrepentimientos, a los que responde siempre el amor misericordioso y
perdonador por parte de Dios. ¿Qué es el evangelio y la vida de Jesús, sino la predicación y la
manifestación más sublime del amor?
3. El amor cristiano
Para hablar del amor cristiano, hay que partir de esta definición de Dios: "Dios es amor" (1
Jn 4, 8; 2 Cor 13, 11). Dios y amor son sinónimos, pues Dios es el amor mismo, tanto en su
ser, como en su obrar. San Juan llegó a esa definición psicológica de Dios a través de las
innumerables manifestaciones divinas motivadas por el amor. El cristiano, como hijo de
Dios, participa de su propia naturaleza, es decir, tiene una naturaleza de amor, es la
encarnación del amor de Dios. Un cristiano, sin amor, es una contradicción en sus términos,
es un imposible. Este amor tiene su fundamento y su culminación en la fe, la cual se
manifiesta en el amor, el cual, a su vez, da vida a la fe. Sin fe no hay vida nueva, pero, sin
amor, la fe se muere. En la Biblia conocer es amar. Sólo desde el amor se alcanza el
conocimiento perfecto del misterio de Dios (Col 2, 2).19
El amor cristiano, consiste en amar a Dios por sí mismo y al prójimo por Dios y desde
Dios. La mejor definición del cristiano puede ser esta: "Una persona que ama". Existe porque
ama, si no ama es un cadáver espiritual. Un cristiano en el límite es sólo amor, se guía por el
amor, todo lo hace por amor. La ley constituyente de la Iglesia es el amor, el mandamiento
nuevo (Jn 13, 34). La Iglesia es una comunidad de amor, está integrada por personas que
aman y se aman, se desarrolla con el amor (1 Cor 8, 1), crece a medida que el amor aumenta y
se propaga (Ef 4, 15-16).20
4. El amor de Dios y de Jesucristo
4.1. El amor del Padre y del Hijo
El amor más grande constatado en los evangelios es el amor de Dios Padre a su Hijo
Jesucristo. Un amor eterno que Jesús se complace en proclamar frecuentemente: "Antes de la
creación del mundo ya me amabas" (Jn 17, 24). Por encima del amor de Dios a todas sus
criaturas, está el amor a su Hijo querido, el predilecto, el más amado. Así lo proclamó el
Padre en el bautismo (Mc 1, 11) y en la transfiguración (Mc 9, 7), y así aparece en la parábola
19 Cfr. CARRETO, Carlo. Lo que importa es Amar. Ed. Cuarta. Madrid-España. Paulinas. 1974. Pág. 108.
20 Cfr. LEON-DUFOUR, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica. Ed. Decimoquinta, Barcelona-España,
Herder.1990. Vol. LXVI. Pág. 81.
de los viñadores (Mc 12, 6) y en el Siervo de El Señor, que prefiguraba al Mesías (Mt 12, 18).
El Padre ama tanto al Hijo que ha puesto en él todas las cosas (Jn 3, 35), y le ha hecho
heredero absoluto de todo (Heb 1, 2). Le ama y le muestra todo lo que hace (Jn 5, 20). Y le
ama, sobre todo, porque Jesús es capaz de dar su vida, porque así lo quiere él (Jn 10, 17). La
reciprocidad del amor de Jesús para con el Padre, se manifiesta en que no busca su querer,
sino el querer del Padre (Jn 5, 30); su alimento es hacer la voluntad del Padre (Jn 4, 34), vino
a este mundo, no para hacer su propia voluntad, sino la del Padre (Jn 6, 38) que cumplió hasta
el final, hasta su muerte en cruz (Mt 26, 42). Así dio al mundo la muestra más grande de su
amor infinito a su Padre querido: "Debe ser así para que el mundo conozca lo que yo amo al
Padre" (Jn 14, 31). Jesús dijo siempre lo que había oído al Padre (Jn 8, 26).
4.2. El amor de Dios y de Jesús al hombre
Dios ama al hombre. Pero, ¿cómo él, el infinito, el Santo, puede tener tanta generosidad,
hasta abajarse para amar al que es la nada y el pecado? Esto sólo puede ser debido a que
"Dios es amor" (1 Jn 4, 8. 10), la fuente del amor (1 Jn 4, 7), es el amor mismo. Dios tiene
necesariamente que amar. Si renunciara a amar, dejaría de ser Dios. Él ama a todos, sin
distinción de raza, de sexo e incluso de religión.21 Nos ama tanto que nos ha hecho hijos
suyos (1 Jn 3, 1), nos ha hecho hijos en el Hijo: "Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que quien crea en él no perezca; sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).
Esto significa que el amor de Dios al hombre se encuentra en Cristo; que la prueba de ese
amor está en el hecho histórico de la encarnación de su Hijo (Jn 3, 35; 10, 17; 15, 9), el cual,
con su venida a este mundo abre un tiempo de amor misericordioso, la proclamación de un
año de gracia, perdonador y liberador, que durará hasta su segunda venida en gloria (Lc 4, 18-
19). El amor de Dios entra en el corazón del hombre a través del corazón de Cristo: "Dios nos
ha manifestado su amor en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rom 8, 39). Quiere que le
devolvamos ese amor a través de su Hijo: "El Padre os ama, porque vosotros me habéis
amado" (Jn 16, 27).
Jesucristo nos ama igual que el Padre le ama a él (Jn 15, 9). Amó a sus discípulos, a los
que llamó amigos (Jn 15, 14-15); amó al joven rico aunque no se atreviera a dejar por él sus
riquezas (Mc 10, 17-21); amó a los publicanos y a los pecadores (Mc 2, 13-16), ellos eran sus
amigos (Mt 11, 19); amó a la pecadora (Lc 7, 36-50), a las prostitutas (Mt 21, 32).
21 Cfr. LEON-DUFOUR, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica. Ed. Decimoquinta, Barcelona-España,
Herder.1990. Vol. LXVI. Pág. 78.
Es el Buen Pastor que conoce por su nombre a cada una de sus ovejas, es decir, las ama de
tal manera que está dispuesto a dar su vida por ellas (Jn 10, 1-6); que busca con amor a la
oveja extraviada (Lc 15, 4). Ama a todos, pero tiene predilección por algunos: entre sus
discípulos hay tres preferidos (Pedro, Santiago y Juan: Lc 9, 28; Mc 14, 33) y uno que es el
más amado (Jn 13, 23; 19, 26; 21, 7. 20); amó de manera especial a Marta, a María y a su
amigo Lázaro (Jn 11, 5). No se substrae a lo que pertenece a la esencia del amor: las
preferencias concretas por alguno.22
Jesús se siente amado por el Padre y se lo ha manifestado a sus discípulos para que el amor
que Dios le tiene esté también en ellos, juntamente con él (Jn 17, 26), para que se realice la
triple inmanencia, del Padre, del Hijo y de los hijos. Así el mundo reconocerá que el Padre
ama a los hombres como ama a su propio Hijo (Jn 17, 23). La cruz es la expresión del amor
perfecto, pues nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos (Jn 15, 13). Y eso
hizo Jesús: "Amó a los suyos hasta el colmo" (Jn 13, 1). La locura de la cruz es la locura del
amor. Jesús murió en la cruz perdonando a los que dictaron su sentencia de muerte y a los que
la ejecutaron, perdonando a todos, porque el amor todo lo perdona (Lc 23, 34).
5. El amor a Dios y a Jesucristo
El objeto primero del amor es Dios, de quien procede todo bien. Este es el mandamiento
principal: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus
fuerzas" (Mt 6, 5; Mt 12, 28-30. 33). Hay que amarle con el corazón, no sólo con los labios,
como hacían los fariseos: "Muy bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está
escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí" (Mc 7, 6). "Yo
sé bien que no amáis a Dios" (Jn 5, 42), "pagáis el diezmo... y olvidáis el amor" (Lc 11, 42).
No tienen a Dios por Padre, por eso no le aman (Jn 8, 42).
Nuestro amor a Dios es una consecuencia del amor que él nos tiene. "Le amamos, porque
él nos amó primero" (1 Jn 4, 19). "Dios nos ama para que le amemos mediante el amor que
nos tiene" (San Juan de la Cruz). El amor a Dios es, por tanto, un don que él nos regala y que
Jesucristo le pide para sus discípulos: "Les he manifestado tu nombre para que el amor que tú
me tienes esté en ellos y yo en ellos" (Jn 17, 26). Mediante al amor el hombre entra en
comunión con Dios y se hace uno con él: "La cosa amada se hace una cosa con el amante, y
así hace Dios con quien le ama" (San Juan de la Cruz).
22 Cfr. LEON-DUFOUR, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica. Ed. Decimoquinta, Barcelona-España,
Herder.1990. Vol. LXVI. Pág. 78.
Jesús quiere que le amemos a él por encima de la propia familia: "El que ama a su padre o
a su madre, a sus hijos o a sus hijas, más que a mí, no es digno de mí" (Mt 10, 37; Lc 14, 26).
Quiere que le amemos incluso por encima de nuestra propia vida: "El que ama a su vida, la
perderá, y el que odia su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna" (Jn 14, 25). Él
se nos da por entero, por eso exige, en reciprocidad, la misma radical entrega. Hay que dejarlo
todo por él, no sólo los bienes de este mundo, sino a la misma familia (Mc 10, 7), hay que
negarse a sí mismo y cargar con la cruz por amor a él que cargó con todas las cruces del
mundo (Lc 9, 23).23
Un modelo de amor a Jesús es la Magdalena, la discípula amada, que le siguió en entrega
absoluta durante su vida pública (Lc 8, 2), que le lloró en la cruz (Jn 19, 25), que fue la más
madrugadora para ir al sepulcro (Jn 20, 1) y la primera a la que Cristo se aparece y constituye
en el primer testigo de la resurrección y en apóstol de los mismos apóstoles (Jn 20, 11-18).
Otro modelo de amor es el discípulo amado (Jn 13, 23) que le siguió hasta el calvario (Jn 18,
15) y fue el primero, al llegar al sepulcro tras el anuncio de la Magdalena (Jn 20, 4). Y es
también un modelo de amor la pecadora arrepentida (Lc 7, 36-50) que le amó mucho más,
más que nadie, porque le había perdonado mucho, pues a más pecado, más perdón y a más
perdón, más amor: "A quien se le perdona mucho ama mucho y al que se le perdona poco
ama poco" (Lc 7, 47). Seguramente el modelo más grande es Pedro que ama a Jesús más que
los demás discípulos y así lo profesa por tres veces (Jn 21, 15-17). El sobrenombre de "roca"
que le impone Jesús (Mt 16, 18), es el símbolo de su amor firme, total e impasible hacia él.
El amor a Jesús se demuestra cumpliendo sus mandamientos: "Si me aman, guardarán mis
mandamientos" (Jn 14, 15. 21), haciendo de sus enseñanzas norma de vida (Jn 14, 23), para
permanecer en su amor, igual que él cumple los mandamientos de su Padre y permanece en su
amor (Jn 15, 9-10). El que ama a Jesús es amado por Dios y se convierte en santuario de la
Santísima Trinidad (Jn 14,23).
6. El amor fraterno
Los hombres tienen la obligación de amarse, como una consecuencia de su naturaleza de
amor. "El que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios; el que no ama no ha conocido a Dios,
porque Dios es amor" (1 Jn 4, 7-8). Sin amor a los hombres, no hay amor a Dios. Y el amor a
los hombres, hay que hacerlo desde el amor a Dios. "Quien a su prójimo no ama, a Dios
23 Cfr. LEON-DUFOUR, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica.Ed. Decimoquinta, Barcelona-España,
Herder.1990. Vol. LXVI. Pág. 79.
aborrece" (San Juan de la Cruz). El fundamento de nuestro amor es, al mismo tiempo, el
amor que Dios nos tiene: "Si Dios nos ha amado, también nosotros debemos amarnos unos a
otros" (1 Jn 4, 11), y el amor que nosotros debemos tenerle a él: "Hemos recibido de él este
mandato: que el que ama a Dios, ame también a su hermano" (1 Jn 4,21).
6.1. El amor-comunión
Este es el mandamiento de Jesús: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Jn
15, 12. 17). Es su mandamiento nuevo. Y es nuevo, porque nadie, hasta Jesús, había llegado
tan lejos en la formulación del amor, por su motivación y por sus exigencias. Nos amamos
porque él nos ha amado, y debemos amarnos como él nos ha amado. Esta es una característica
propia del cuarto evangelio. El mandamiento nuevo es la síntesis de todo el evangelio.24 El
amor es un don del Padre que nos viene dado por el Hijo para que se lo repongamos al Padre a
través de sus hijos, nuestros hermanos. La vida cristiana exige pensar en los demás y en Dios
hasta olvidarse de uno mismo.
San Juan lo ve todo en el plano de la unión con Cristo, de la vida nueva. Para entender el
mandamiento nuevo, hay que tener en cuenta la dicotomía de los dos mundos que él
distingue: el mundo de arriba y el mundo de abajo. El mandamiento nuevo se centra y tiene
sus exigencias en el mundo de arriba, en el nacimiento nuevo. Este amor-comunión no se
extiende al mundo de abajo, no es un amor universal, sino un amor puramente cristiano
referido a los hermanos en la fe, a los que tienen también el nacimiento nuevo mediante su
unión con Cristo25. Pero en este mundo de arriba, el amor tiene unos postulados absolutos, las
mismas dimensiones que tiene el amor de Cristo. Tenemos que amarnos como él nos amó,
hasta morir unos por otros. Esa es la situación límite del cristiano con referencia a los demás
cristianos. "Hemos conocido el amor en que él ha dado su vida por nosotros; y nosotros
debemos dar también la vida por nuestros hermanos" (1 Jn 3, 16).
Esta disponibilidad a dar la vida por los hermanos es una fuerza que el cristiano posee por
estar unido a Jesús y vivir en su amor. La apertura del amor queda así limitada al mundo de
arriba. De una manera negativa san Juan advierte a los cristianos que no amen al mundo de
abajo, ni a las cosas que hay en él. Porque "si alguno ama al mundo, el amor del Padre no
está en él" (1 Jn 2, 15).
24 Cfr. CARRETO, Carlo. Lo que importa es Amar. Ed. Cuarta. Madrid-España. Paulinas. 1974. Pág. 118.
25 Cfr. CARRETO, Carlo. Lo que importa es Amar. Ed. Cuarta. Madrid-España. Paulinas. 1974. Pág. 120.
De todo esto se deduce que el amor fraterno cristiano difiere esencialmente del amor
fraterno mundano. Porque el cristiano parte de un principio sobrenatural: pertenece a una
familia de creyentes, en la que está integrado en plenitud, hasta dar su vida por los demás
miembros.
Estas motivaciones del amor nos encierran en el círculo de los cristianos, de los que viven
en el mundo nuevo, y así podríamos hablar del exclusivismo que san Juan pone en el amor. Es
verdad que san Juan habla también del amor universal, pues el "mundo", con su complejidad
de significado, al que también hay que amar, significa, a veces, el campo enemigo. Pero este
amar desinteresado, que se impone sin motivación alguna, es tan reducido que prácticamente
queda eclipsado por el amor-comunión. En todo caso, cuando san Juan habla del amor-
comunión, está hablando de la fuerza vital que sostiene e impulsa la marcha religiosa del
cristianismo. La Iglesia se mantiene viva por el amor y en el amor.
San Juan habla de una manera positiva y no restrictiva. El no excluye nunca el otro amor,
el amor a los que no tienen comunión con los cristianos. Por otra parte este amor, motivado
desde la fe, se abre a la universalidad, pues el mandamiento nuevo se promulga en una
perspectiva escatológica. Jesús lo proclama como su testamento, en un discurso que se refiere
íntegramente al mundo futuro, en el que hay cabida para todos los hombres, al que todos están
llamados y en el que todos deben realmente entrar. La universalidad del amor está implícita
en que Cristo murió "por los pecados del mundo entero" (1 Jn 2, 2).
Hay que decir, por fin, que para san Juan la señal inequívoca de poseer ya la vida eterna
está en el amor: "Sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida en que amamos a los
hermanos; el que no ama permanece en la muerte" (1 Jn 3, 14; Jn 13, 35). Esta misma idea la
repite bajo el símbolo de la luz y de las tinieblas. Unas veces en lenguaje positivo: "El que
ama a sus hermanos permanece en la luz" (1 Jn 2, 10) y otras de manera negativa: "El que
odia a su hermano está en las tinieblas" (1 Jn 2, 11). El que no ama no es discípulo de Cristo,
pues un cristiano que no ama es un imposible.
6.2. El amor universal
Cuando los evangelios sinópticos hablan del amor, parten de la ley mosáica: "Amarás al
Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas... amarás a tu prójimo como a ti
mismo, éstos dos mandamientos se resume toda la ley y los profetas" (Dt 6, 5; Mt 22, 38-39).
Pero en el Antiguo Testamento se entiende, en general, que el "prójimo" es el
conciudadano, el israelita: "No tomarás venganza, ni guardarás rencor a los de tu pueblo.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Lev 19, 18). En el concepto de "prójimo" tenía
también cabida el extranjero residente que estuviera plenamente incorporado a Israel,
mediante un conocimiento perfecto de la ley y el compromiso de cumplirla, que hubiera sido
circuncidado y hubiera recibido el bautismo, con lo que quedaba igualado a cualquier
ciudadano israelita. El extranjero de paso, por el contario, era considerado como un gentil, al
que hay que odiar y cuyo trato hay que evitar.26
Para los fariseos, "prójimo" era sólo un fariseo, todos los demás quedaban excluidos. Para
muchos, los apóstatas, los herejes y los delatores no eran considerados como prójimos: "Oh
Señor, ¿no odio yo a quien te odia? ¿No desprecio a quienes se alzan contra ti? Sí, los odio
con un odio implacable, los tengo para mí como enemigos" (Sal 139, 21-22). Para la
generalidad tampoco lo eran, como lo demuestran estas palabras: "Sabéis que se dijo: Ama a
tu prójimo y odia a tu enemigo" (Mt 5, 43); aunque la frase "odia a tu enemigo" no está en el
original de (Lev 19, 18), expresa el común sentir del pueblo judío.
Para Pablo la ley se resume en un solo precepto: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo"
(Gal 5, 14; Rom 13, 9). Amar al hombre es ya amar a Dios. Para él, como para los evangelios
sinópticos, "prójimo" son todos los seres humanos, judíos y gentiles. El amor cristiano está
abierto al mundo entero.
Pero, ¿quién es mi prójimo? Esta es la pregunta que el doctor de la ley hizo a Jesucristo, el
cual le contestó con la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 30-37). Prójimo es cualquier
persona, sea de la nacionalidad que sea, todo el que esté necesitado y al que hay obligación de
socorrer, como aquel hombre al que los bandidos dejaron medio muerto en el camino y al que
sólo atendió el samaritano, un enemigo mortal de los judíos, y, en cierto sentido, un
extranjero, pues los samaritanos eran judíos con sangre pagana. Prójimo, al que hay que amar,
es también el enemigo: "Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen" (Mt 5,
44). Jesús da tres razones para este amor a nuestros enemigos, perseguidores y
calumniadores: 1) Dios distribuye sus bienes, el sol y la lluvia, sobre todos, sin distinción
alguna, buenos y malos, justos y pecadores (Mt 5, 45). 2) Si amamos sólo a los que nos aman,
¿qué mérito podemos tener? ¿No es eso proceder de manera egoísta? ¿No hacen eso los
26 Cfr. CARRETO, Carlo. Lo que importa es Amar. Ed. Cuarta. Madrid-España. Paulinas. 1974. Pág. 120
publicanos y los gentiles? 3) Si los publicanos y los gentiles, a los que se les consideraba
como pecadores públicos, habrá que proceder de otra manera, habrá que imitar a nuestro
Padre que está en los cielos, obrar con imparcialidad, pues así demostrarán que son
efectivamente hijos de Dios.
En los evangelios sinópticos el amor es desinteresado, no está motivado como en Juan.
Hay que amar, sin más. Se fijan, acaso con espectacularidad, en el amor a los enemigos, en el
samaritano, en la oveja perdida, en la pecadora, en los publicanos, en las prostitutas. Juan se
fija en Lázaro, en Marta, en María, en los discípulos. En Juan el círculo se reduce, pero el
lazo de amor se aprieta, pues por los hermanos en la fe hay que dar la vida, exigencia que no
piden los sinópticos.27
Se ha dicho que el acento hay que ponerlo en la motivación del amor o del desamor, como
si se tratara únicamente del amor al prójimo por amor a Dios, y no simplemente de amar, sin
más referencias, contraponiendo el amor cristiano a la mera filantropía. Esto puede ser así,
pero el texto no admite esa diferenciación. El hombre es juzgado únicamente por su
comportamiento con el prójimo, sin hacer referencia alguna a Dios. Dios, además, no necesitó
nada del hombre. O si se quiere, lo necesita todo, pero en el hombre necesitado que es su
propia imagen. El texto dice claramente que el que atiende al necesitado está atendiendo a
Jesucristo, aunque esto no se le pase por la imaginación. El hombre es imagen de Dios, en
cierto sentido, la encarnación de Dios. Por tanto, lo que se hace con el hombre, con cualquier
hombre, pero de una manera especial con los más pobres, a los que Jesucristo, en este texto,
nombra sus vicarios ("tuve hambre y me disteis de comer..."), se hace con Dios.
Advirtamos, por fin, que la condenación es una consecuencia del desamor, de un pecado de
omisión: "Tuve hambre y no me disteis de comer...". Esto significa que, en definitiva, todos
los pecados lo son contra el amor. El pecado está en no amar. Sin amor operativo no hay
salvación. No hay nada que pueda suplir a este amor práctico.
La perfección cristiana no está en el cumplimiento de ciertos legalismos y fórmulas
externas de carácter religioso que terminarían por asfixiar el espíritu auténtico de la vida
espiritual, sino en la práctica constante del amor fraterno. 28 Esta perdurable fidelidad al amor
es la señal de la pertenencia a Jesucristo: "En esto conocerán que sois mis discípulos, en que
os amáis unos a otros" (Jn 13, 35). El carnet de identidad del cristiano es el amor.
27 Cfr. GARCÍA, Maximiliano. Teología de la Biblia, Nuevo Testamento. Madrid: B.A.C. 1972. Vol. III.
28 Cfr. GARCÍA, Maximiliano. Teología de la Biblia, Nuevo Testamento. Madrid: B.A.C. 1972. Vol. III.
Relación y Analogía entre Agapao y Fileo  en el evangelio de
Juan (21,15-19)29
El relato del capítulo 21 del evangelio según Juan, presenta en el dialogo de Jesús y de
Simón Pedro la alternancia entre los verbos  y. En la traducción hecha por
Max Zerwick, el afirma que la alternancia de los verbos “en los vv. 15-17 no tienen otra
finalidad que la de evitar la repetición de la misma palabra.”30Sin embargo, es posible hacer
un contraste que se demuestra entre los dos verbos  y no haya un cambio para
evitar la repetición de términos o palabras, sino que teniendo un significado distinto ambos
verbos, puedan dar una interpretación al relato.
Hasta este punto, se ha podido hablar primariamente de que ambos verbos se relacionan
con la categoría “amor” pero con contrastes distintos: aunque ambos se alejan de la manera en
la cual parten, que es distinta del interés y del deseo en su concepción de amor,  en
comparación con supone una preferencia de ayuda, de apoyo como una inclinación
hacia la persona que más lo necesita. En este sentido , aunque guarda la orientación
de amistad () no contempla la relación de iguales. El diálogo en donde se emplean estos
verbos ( y) conserva algunas características propias: una de ellas es que Jesús,
a comparación de Simón Pedro, emplea ambos términos, tanto  como , aunque
emplee con más frecuencia el primero que el segundo. Y si bien es en tres ocasiones dirigida
la pregunta a Simón Pedro, solamente es en la tercera en la cual coinciden tanto el verbo en la
pregunta de Jesús, como en la respuesta de Simón Pedro Jn 21, 17).31
¿Cómo poder comprender la alternancia de estas dos palabras? Posiblemente esta pregunta
pueda ser respondida dentro de la manera en la cual son empleados ambos términos en el
evangelio según Juan. El uso de los dos términos ( y) es uniforme durante los
capítulos, solamente con excepción el capítulo 13 la palabra  aparece al inicio,
indicando la relación que Jesús había establecido con sus discípulos. Dentro de este capítulo,
encontramos en reiteradas ocasiones la aparición del término ; esta palabra aparece en
expresiones como la invitación a permanecer en el amor (Jn 15,9) o a la de amarse como Él
mismo ha amado (Jn 15,12). Particularmente en palabras de Jesús aparecen alternados ambos
términos ( y) como, por ejemplo: llamándolos no siervos sino amigos ()
29 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de
Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 40.
30 Cfr. ZERWICK Max. GROSVENOR, Mary. Análisis gramatical del griego del Nuevo Testamento. Ed.
Roma, Instituto Bíblico. 1966. Pág. 412
31 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de
Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 55.
y haciendo alusión al amor () que les tiene (Jn 15,13). La alternancia de las palabras
permite observar que cuando Jesús emplea  es para designar la relación que hay de él
con El Padre. En cambio, el amor que tienen los discípulos por Jesús está descrito como
 (Jn 16,27).32
Otra característica importante que se puede obtener es haciendo un rastreo entre la última
mención del término antes del capítulo 21. La palabra  aparece en la oración de Jesús
(Jn 17,26). Este silencio en torno a la palabra más o menos de tres capítulos,
pueden evidenciar la realización del amor desde los hechos narrados en la pasión. Después
de estos hechos, parece obvio y no necesario recordar el amor porque está presente en medio
de ellos. La aparición de  y en el capítulo 21 no es casual. Ambos términos,
aparecen en dos niveles: a nivel memorístico,  durante el evangelio (y en este
capítulo) ha podido describir la comunión ofrecida “por el Padre al Hijo, por el Padre a los
discípulos, por el Hijo a los discípulos, por los discípulos unos con otros y por los discípulos
al Hijo.”33 Probablemente la comunidad dentro de la cual está escrito el capítulo 21 relee la
relación de los términos de  y como la vuelta a las enseñanzas de Jesús hechas
a través del discípulo amado.
A modo de significado es él  elque permite la comunión de los discípulos y la
unión con Jesús. La comunidad, así como los discípulos en el capítulo 21 probablemente se
encuentre en un momento crítico en el cual la acción que están realizando tiene muchas más
dificultades que luces. Esto es posible observarlo si se mira que el plano inicial del relato en el
capítulo 21 es la oscuridad, para que luego sea la mañana con la llegada de Jesús la que les
permite encontrar alimento y poderse congregar nuevamente todos. Por consiguiente, la
alternancia entre los verbos  y en el diálogo con Simón Pedro hacen volver la
comunidad al amor como enseñanza fundante del discipulado. Si los términos empleados por
Jesús son  y y si esta alternancia se encuentra en el discurso sobre el
mandamiento del amor (Jn 13,34), entonces con la comida y con las preguntas hechas a
Simón Pedro, Jesús busca reestablecer la comunión en dos niveles: Comunión entre los
discípulos con lo que realizan y la comunión entre Jesús y Simón Pedro. Esta frecuencia con
la que son empleados ambos términos permite comprender qué tipo de acento que tiene el
relato. La palabra  aparece en los labios de Jesús, muestra hasta el capítulo 21 que
32 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de
Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 56.
33 Cfr. VOUGA, Francois. Una Teología del Nuevo Testamento. Ed. Primera. Navarra-España. Verbo
Divino, Estella 2003. Pág. 224.
Jesús mismo es la encarnación del amor del Padre como . Esta manera singular y
propia, se convierte en un misterio propio de la kénosis de Dios en Jesús.34
Aunque  y puedan converger en la traducción como “amar y querer”,
ambas muestran dos significados distintos y por ende maneras distintas de expresión de la
categoría “amor”. Desde los relatos del Nuevo Testamento, es posible encontrar en los labios
de Jesús ambas referencias de la categoría “amor”. “Entre las referencias, es posible citarno
solamente el relato de Jn 21, sino también el de Jn 11 donde se muestra la relación entre Jesús y
Lázaro. Allí, es posible encontrarcomo son empleados ἀγαπάω y φιλέω en relación a diversos
sujetos”. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, en los relatos referentes al amor en
labios de Jesús, el término más empleado es . No obstante, en el cuarto evangelio,
Dios envía al mundo a su Hijo único por  (Jn 3,16). En este sentido, Jesús se
convierte en muestra viviente del amor del Padre porque Él ha sido enviado desde el amor del
Padre por el mundo.
Si en Jesús encontramos el amor del Padre, y el verbo  es empleado para referirse
a este tipo de amor, entonces en  se resume el porqué de la acción de Jesús. Y por
ello, la manera en la cual Jesús comunica al Padre es mediante el amor y su mayor expresión
será siempre la entrega de su vida en la cruz. Ahora bien, en el capítulo 21, aparecen también
empleados ambos verbos  y, este contraste entre ambos verbos hace evidente
que, aun siendo un escrito posterior a la conclusión del evangelio, aborda la temática central
de los escritos joánicos: la categoría “amor”.35 Este relato, se sitúa en la playa, donde han
encontrado una comida que silenciosamente se convierte en evidencia de la presencia del
Señor, del amor () que les tiene. Esto es factible si se recuerda que ellos no tenían
que comer (Jn 21,5, 9). Y, por lo tanto, la tercera manifestación a los discípulos puede tener la
finalidad de hacer evidente el amor del Padre () en ese momento en el cual se
encontraban los discípulos.
Él  ha sido demostrado a los discípulos de múltiples maneras, ya la sola
manifestación del capítulo 21 pareciera tenerlos como sujeto de ese amor. El afectuoso
llamado hecho de parte de Jesús hacia los discípulos (Jn 21,4), la pesca (Jn 21, 6) y la comida
(Jn 21,9) hacen referencia al . De ser así, sobran las palabras y por la misma acción
de Jesús brotan las preguntas para Simón Pedro “después de que han desayunado” (Jn 21,15).
34 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de
Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 57.
35 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de
Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 58.
Ahora bien, la manera en que Jesús cuestiona a Simón Pedro evidencia la referencia amor,
no como un reclamo, sino más bien a la posibilidad misma de la transformación del amor en
Simón Pedro. Esto se debe a que el verbo  ofrece ante nuestros ojos no una estructura
sino la pregunta por lo más medular de la relación con Jesús. La categoría amar es parte
inseparable del mensaje Joánico, de la relación entre Jesús y el Padre y así mismo de Él para
con los discípulos (Jn 15, 9-17). Por lo tanto, la pregunta referida en  yen  no
ofrece una perspectiva de amor libre y universal si antes no está dirigida a lo más medular del
hombre y por ello apunta a la “necesidad de ser transformado, ser recreado, nacer de nuevo;
y para ello es preciso ayudarlo mediante el testimonio del amor.”36
La respuesta de Simón Pedro, particularmente siempre con el verbo  parece no
concordar con la pregunta hecha por Jesús en términos de . Simón Pedro puede estar
recordando la relación de amistad que hay entre ellos, ya que Jesús no los ha considera sus
s (siervos) sino sus s (amigos) (Jn 15, 15). Sin embargo, Jesús a través de la
pregunta con  busca que el amor del Padre, dado a través de él, pueda estar siempre
en los discípulos (Jn 17, 26).
La parte del relato de (Jn 21, 17-19) resulta aún interesante. Esta sección es posible
dividirla en dos apartados: el primero, la pregunta dirigida a Simón Pedro por tercera vez. El
segundo apartado, las palabras de Jesús referidas a la respuesta dada por Simón Pedro. En la
primera sección, la pregunta hecha por tercera ocasión contrasta con las dos preguntas
anteriores porque los términos empleados anteriormente han sido  y. Ya Jesús
emplea , y por ser la tercera vez que le pregunta a Simón Pedro, él se entristece.
Sin embargo, en las palabras de Simón Pedro ( s) es posible encontrar una
referencia afectiva importante; Simón Pedro ha estado con Jesús y ha sido él quien ha lavado
sus pies (Jn 13, 1-20), Simón Pedro le manifiesta querer poner su vida por Él (Jn 13, 36-37)
pero ha sido él quien lo ha negado tres veces (Jn 18, 15-27). El amor de Simón Pedro como
 indica una relación afectivapara con el Señor, siempre dispuesta hacia él.37
El segundo apartado no está aislado del análisis anterior. Jesús sabe que él (Simón Pedro)
le ama, aunque sea con ese amor , como poniendo en duda la respuesta de Pedro, “este
se llena de tristeza y vuelve a confesar lo que Jesús sabe, que él le ama aunque sea con ese
amor, capaz de prometer con vehemencia que no le negaría y poco después, olvidado de lo
36 Cfr. GNILKA, Joaquin. Teología del Nuevo Testamento. Ed. Madrid-España. Trotta.1998. Pág. 276
37 Cfr. SPICQ, Ceslas. Agape en el Nuevo Testamento. Ed. Madrid-España. Cares, Madrid. 1977. Pág. 1092
que prometió y negándolo”.38 El Señor más que nadie conoce a Simón Pedro y por ello la
referencia a dos momentos importantes en la vida: la juventud y la vejez. En otras palabras,
Simón Pedro, en su manera de amar como , se encuentra con la manera de amar de
Jesús como , donde la nota afectiva está menos acentuada, designando más bien una
manifestación de benevolencia y de donación desinteresada.39
A modo de conclusión
Nuestro breve recorrido por el cuarto evangelio nos ha permitido comprobar el relieve que
cobra en él, la caridad. Y es que, como hemos afirmado desde el principio, está en su mismo
centro. El objetivo del evangelista es que “todos creamos que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios” y que “creyendo tengamos vida en su nombre” (Jn 20,31); se hace eco así de la causa
última del envío del Hijo: “Yo he venido par que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn
10,10). Juan escribe, por tanto, para que los lectores tengamos vida. Pero esta vida hace
referencia necesaria al Amor. La comunidad joánica, representada por el discípulo amado,
acepta la autoridad de Pedro, sin renunciar a su propia tradición; así se integra en la Iglesia,
aportando la revelación contenida en el Evangelio.40
El don de la vida responde a la iniciativa de amor del Padre (Jn 3,16) y se manifiesta en el
amor del discípulo: “Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque
amamos a los hermanos” (1 Jn 3,14). De manera que Juan escribe para que conozcamos el
amor de Jesús y permanezcamos en él (Jn 15,9-10): sólo así tendremos vida. Ya hemos
indicado que el amor de Jesús hacia sus discípulos es el modelo (externo) y sobre todo el
origen (interno) de su amor mutuo. La narración evangélica, representa por tanto una eficaz
instrucción sobre el amor; no sólo por su insistente enseñanza acerca de la caridad, sino
porque en sí misma constituye una descripción dramática en clave de  de la vida,
muerte y resurrección de Aquel que “habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,
los amó hasta el extremo” (Jn 13,1).41
38 Cfr. García-Moreno, Temas teológicosdel evangelio de san Juan. Pág. 68
39 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de
Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 59.
40 Cfr. GUIJARRO, Santiago. Los Cuatro Evangelios. Ed. Salamanca-España. Sígueme, 2010. Pág. 511.
41 Cfr. SANCHEZ, Luis. Agape en el evangelio de san Juan. Facultad de Teología san Dámaso. Madrid.
2007. Pág. 184.
Acción pastoral
1. El resultado de nuestro estudio del Nuevo Testamento nos ha mostrado que, en toda la
multitud de sus estratos semánticos, los conceptos experimentan en el Nuevo Testamento una
cierta delimitación, salvo algunas excepciones, reproducen el amor que echa sus raíces en la
acción salvífica de Dios con los hombres. Todo amor en la Biblia está relacionado, directa o
indirectamente, positiva o negativamente, con esta inclinación amorosa de Dios hacia los
hombres.
2. Ahora se plantea, para los hombres de hoy, una pregunta decisiva ¿podemos hoy todavía
afirmar, convencidos y convenciendo, que Dios es amor? Para muchos, al hacerse fragmentos
una determinada imagen del mundo y del hombre, la afirmación de un “Dios de amor”
resulta increíble; en vista de lo que Dios tolera en nuestro tiempo y de lo que los hombres
dicen y hacen en su nombre, ante la crueldad, el odio, las guerras y el hambre, muchos creen
no poder hablar ya más del amor de Dios.
Sin embargo, nos encontramos aquí frente al error de pensar que es posible hacer
afirmaciones sobre lo que es propio de Dios (amor, libertad, fidelidad, cólera, etc.) Semejante
manera de pensar, ¿no presupone una idea de Dios que nada tiene que ver con las
afirmaciones bíblicas? De la misma manera que nosotros únicamente tenemos acceso a Dios
a través de la realidad de Cristo, así también solamente podemos hablar del amor de Dios si
nos volvemos hacia Cristo, en la entrega amorosa y misericordiosa de Jesús por los hombres
(incluso por sus enemigos y por contemporáneos más depravados moralmente), es
reconocible para la fe el amor de Dios. Es aquí donde se levanta la señal, válida también para
hoy Jesucristo superó la duda y la incredulidad en el abandono de su muerte por parte de Dios
y en su resurrección. En ello se hace visible el amor de Dios desde la creación y más allá de
la muerte de este modo, las potencias enemigas no tienen la última palabra, pues a partir de
Cristo se puede volver a hablar de Dios y de su amor, que es al mismo tiempo dispensador de
bienes, de misericordia y de indulgencia.
3. Partamos con una pregunta ¿Cómo es capaz ahora el hombre de responder
adecuadamente al amor de Dios, que le sale al encuentro liberándole y ofreciéndole nueva
vida en Jesucristo? Ciertamente que no basta con abrir a Dios un radio de acción para las
circunstancias religiosas, dentro del cual él es honrado como el “redentor amoroso”, mientras
los otros aspectos de la vida se abandonan al capricho de una dura y despiadada lucha por la
existencia. Tan incondicional como es el amor de Dios, así de ilimitada tiene que ser también
la respuesta del hombre: una entrega continúa y sin reserva de todo el hombre a Dios, es
decir, al seguimiento de Cristo. Esta respuesta posee una doble vertiente: la existencia para
Dios del hombre que está a la escucha y que responde en la plegaria, en la alabanza, etc., y la
existencia para los demás.
4. El amor de Dios en el mundo, en el destino de los cristianos y en la vida de la
comunidad es, la mayoría de las veces, indemostrable e indescifrable. En el precepto del amor
fracasamos una y otra vez. Sin embargo, la fe en la cruz y en la resurrección se apoya
firmemente en el amor de Dios que permanece siempre (Rom 8, 31-39). Esta certeza da
esperanza y abre camino a las fuerzas de la nueva vida.
5. El  como modo de amar, significa la entrega total, desinteresada y sin ninguna
medida. Hace referencia a una consagración vital, que encuentra en Jesús el modo y el modelo
mediante el cual se pone práctica. Por lo tanto, el amor como  es el modo de amar de
Jesús. Además, como último principio, es posible plantear el verbo “cuidar” que muestra
evidentemente una relación en una de las maneras desde las cuales se puede llevar a cabo el
modo de “amar” de Jesús expresado desde los dos verbos,  (cuidar o guardar), y
 (apacentar).
Bibliografía
BIBLIA DE JERUSALÉN. Ed. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2009
BULTMANN,Rudolf, El Mandamiento Cristiano del amor al Prójimo,en Creer y comprender Ed.
Primera, Madrid, Studium. 1974
COENEN,Lothar. BEYREUTHER,Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del
Nuevo Testamento.Ed. Tercera, Salamanca:Sígueme. (1990) Vol. I.
CARRETO, Carlo. Lo que importa es Amar. Ed. Cuarta. Madrid-España. Paulinas. 1974
GUIJARRO OPORTO,Santiago. Los Cuatro Evangelios. Ed. Salamanca-España. Sígueme,2010.
GARCÍA, Maximiliano. Teología de la Biblia, Nuevo Testamento. Madrid:B.A.C. 1972
GNILKA, Joaquin. Teología del Nuevo Testamento. Ed. Madrid-España. Trotta.1998
LEON-DUFOUR,Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica. Ed. Decimoquinta, Barcelona-España,
Herder.1990. Vol. LXVI.
MORENO,Isaac CASAS,Juan. El modo de amar de Jesús y el modo de querer de Simón Pedro.
Bogotá-Colombia. Facultad de Teología. 2018
SANCHEZ, Luis. Agape en el evangelio de san Juan.Facultad de Teología san Dámaso. Madrid.
2007
SPICQ, Ceslas. Agape en el Nuevo Testamento. Ed. Madrid-España. Cares,Madrid. 1977
VOUGA, Francois. Una Teología del Nuevo Testamento. Ed. Primera. Navarra-España.Verbo
Divino, Estella 2003
ZERWICK Max. GROSVENOR, Mary. Análisis gramatical del griego del Nuevo Testamento.
Ed. Roma, Instituto Bíblico. 1966

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Agape, escritos joánicos - copia.docx

  • 1. Seminario Diocesano “Nuestra Señora de la Esperanza” Escritos Joánicos Oswaldo Ábalos Diego Molina Ágape ( En griego hay distintos términos para expresar lo que nosotros llamamos amor;  y son los más usados para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado.1 Algunos filósofos griegos del tiempo de Platón emplearon el término para designar, por contraposición al amor personal, el amor universal, entendido como amor a la verdad, o a la humanidad. Aunque el término no tiene necesariamente una relación religiosa, este ha sido usado por una variedad de fuentes antiguas y contemporáneas incluidas la Biblia especialmente en el Evangelio de Juan. Filósofos griegos contemporáneos de Platón y otros autores clásicos han usado en diferentes formas la palabra ágape ( para expresar, amor esponsales y por la familia, o vocación por una actividad en particular. En contraste con philos (s) para designar una amistad, hermandad o un amor no sexual y eros (s), una afección de naturaleza sexual. El ágape caridad, lo emplearon los primeros cristianos para referirse al amor especial por Dios, al amor de Dios para con el hombre, e incluso a un amor "auto-sacrificante" que cada ser humano debía sentir hacia los demás. Como nos dice el evangelio: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree no se pierda, sino que tenga vida eterna". (Juan, 3,16). En los primeros tiempos del cristianismo, ágape también significaba una comida en común, que es el significado que conserva en la actualidad: comida, banquete. En este sentido, significa el amor que devora al amante, por ser este capaz de entregar todo sin esperar nada a cambio. El amor ágape es el amor divino de Dios. El amor en las Sagrada Escritura 1 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ágape (Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 110.
  • 2. La mirada hacia la categoría “amor” en las Sagradas Escrituras, reviste dos puntos importantes: el primero, el significado que tiene esta palabra y segundo el conjunto de símbolos que es empleado para expresar esta experiencia. “amor” es una categoría que posee diversas acepciones y significados relacionados con los contextos en los cuales es pronunciada. Hay pues entre la palabra y el contexto una relación importante que enmarca la comprensión y el significado; es en relación con el lugar, a la situación o al relato, mediante el cual se puede comprender. Hay pues una relación muy importante entre la palabra, su pronunciación y el uso de la misma. Este conjunto de elementos anteriormente presentados permite configurar el sentido mismo de la palabra y el significado que ella tiene dentro de todo el escrito. En este sentido, si el término “amor”, expresaría mediante la pronunciación de un conjunto de símbolos la experiencia particular y universal situada en el ámbito relacional, entonces en las Sagradas Escrituras el amor es el modo particular de ser de Dios para con el hombre.2 Es en el Antiguo Testamento donde describe el sentir propio de El Señor para con el pueblo y la causa de la elección de Israel como su heredad. En el libro del Deuteronomio el amor muestra la relación del hombre para con El Señor (Dt 6,5). Y por ello, si el amor de Adonai, lleva a la liberación de la esclavitud de Egipto a los Israelitas (Os 11,1), es pues solamente el amor el que mueve a Dios hacia su pueblo (Os 11,4). El Nuevo Testamento muestra cómo Dios se hace humano solamente por amor (Jn 13,16). Describe la manera en la cual se manifiesta Dios como El Señor del Antiguo Testamento en Jesús, su Hijo (Mt 17,5). El amor, aparece no solamente como el origen de la acción de Jesús (Jn 3,16), sino también como el sello propio de los discípulos (Jn 13,45). Y en este sentido, el amor del Padre es manifestado en Jesús hacia los discípulos. En este punto, si la presentación del amor encuentra su plenitud en Jesús que da a conocer el amor al Padre, entonces cada acción vincula al amor del Padre manifestado en el Hijo; el amor establece una comunión entre el Padre y el Hijo con los hombres. El amor al Padre tiene como consecuencia el amor al prójimo; es por esto que no se puede decir que “ama a Dios a quien no ve y aborrece a su prójimo a quien ve” (1 Jn 4, 20), porque es el amor que vincula a la persona con Dios, no excluye al prójimo. El amor del Padre, en Jesús, muestra la identificación con el sufriente, con el pobre (Mt 25, 34-36). El amor es para los discípulos y los primeros cristianos la presencia 2 Cfr. MORENO, Isaac CASAS, Juan. El modo de amar de Jesús y el modo de querer de Simón Pedro: aporte pedagógico desde la aproximación al relato de Jn 21, 15-19. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá- Colombia. Facultad de Teología. 2018. Pág. 41.
  • 3. del Dios “que nadie ha podido ver” (1 Jn 4,12). Así mismo, la concepción del amor en las Sagradas Escrituras es unitaria en cuanto que la experiencia de amor entre Dios e Israel, y continúa porque la encarnación de Jesús muestra la plenitud de la revelación cuando el amor se manifiesta a todos, cuando el amor se hace carne.3 En el Nuevo Testamento tanto el verbo  como el sustantivo  tienen un significado especial, en cuanto que se emplean para expresar el amor de Dios o la vida que está basada en dicho amor y que deriva de él. Ahora desarrollaremos un estudio dentro de la Sagrada Escritura sobre el  a) Amor es uno de los conceptos más centrales del Nuevo Testamento, que da expresión al contenido total de la fe (Jn 3, 16) El actuar de Dios es amor, que espera como respuesta el amor del hombre (1Jn 4,19). Incluso la ética está fundada en el amor de Dios y cobra de ahí su significado (1 Jn 4,7). El amor está por encima de la fe y de la esperanza (1 Cor 13, 13), y finalmente el mismo Dios es designado como Amor (1 Jn 4, 8.16).4 b) Es de notar, que en todo el Nuevo Testamento  aparece a menudo, incluso en palabras compuestas, pero en cuanto al contenido, queda reducido a un significado más pálido y menos lleno. Un caso típico lo tenemos en el compuesto  conel significado de amor de amigo, o amor de hermano (2 Pe 1, 7). El acento principal de  recae sobre el amor hacia hombres que están unidos por lazos de sangre o de fe; en (Jn 21, 15)  y  se usan como sinónimos; únicamente en (1 Cor 16, 22) se emplea claramente  para significar el amor hacia Jesús, el Señor.5 c) De la misma manera, en el Nuevo Testamento y  se refieren, en casi todos los pasajes, a las relaciones entre Dios y el hombre. Dicho uso ya está preparado en el Antiguo Testamento. Por el contrario, cuando se refiere claramente a una cosa (Lc 11,43), justamente el empleo del verbo  evidenciará que en este caso el amor va en sentido inverso, o sea, que no se dirige hacia Dios. En este sentido hay que interpretar pasajes como (Jn 3,19 el amor a las tinieblas, s), Jn 12, 43 (a la gloria de los hombres, 3 Cfr. MORENO, Isaac CASAS, Juan. El modo de amar de Jesús y el modo de querer de Simón Pedro: aporte pedagógico desde la aproximación al relato de Jn 21, 15-19. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá- Colombia. Facultad de Teología. 2018 Pág. 41. 4 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 113. 5 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 113.
  • 4. ), 2 Tim 41, 10 (al mundo presente, ). Conel sustantivo  no se encuentra, en el Nuevo Testamento, semejante uso “negativo”; se trata siempre del  tomado como genitivo subjetivo, genitivo objetivo, o en el sentido de amor divino, es decir, amor hacia los demás hombres que procede de la proximidad de Dios. De este modo,  aparece directamente junto a otros conceptos como  (fe),  (justicia),  (gracia) y otros, que reciben igualmente su motivación solamente de Dios. 6 En la tradición sinóptica, se puede decir que: a) El punto central se coloca en la proclamación del reino de Dios inaugurado con y en Jesús, y en el nuevo comportamiento que él exige. Dios envía a su único, amado Hijo, cuya voz debe ser escuchada para salvarse (Mc 9, 7. Este es mi Hijo amado Escuchadle.Mt 3, 17. Este es mi Hijo amado en quien me complazco. Jn 1, 34. Yo he visto y doy testimonio de que ese es el Elegido de Dios). El amor de Dios como motivo de este hecho apenas viene expresado con la palabra , sino que se utilizan otras palabras, o bien imágenes y comparaciones oiktírmon): Lc 6, 36; s (éleos): Lc 1, 50 ss;  (eleéo): Mt 18, 33 y otros). La misericordia y el amor de Dios se manifiestan a los hombres en la acción de Jesús. Él mismo ama hasta el punto de acoger a los pobres, a los enfermos y a los pecadores. Aunque la palabra  no se encuentre en los relatos de la pasión, aparece claramente la misericordia y el amor como voluntad salvadora para los hombres; así, en expresiones como hypér pollón), del relato de la última cena (Mc 14,24; Mt 26,28) y en el  (paradidónai), en la entrega de Jesús a la muerte (Mc 14, 41). El sermón de la montaña, finalmente, se interpreta correctamente si las bienaventuranzas se entienden ante todo como afirmaciones en las que Jesús se expresa a sí mismo. Jesús es el primero que realiza las exigencias radicales del seguimiento y con esto cumple la ley. El amor al enemigo (Mt 5, 44), las palabras de la cruz (Lc 23, 34) y las palabras al malhechor (Lc 23, 43) están en la misma línea. 7 b) Dentro de esta perspectiva, aflora una interpretación del amor al prójimo y al hermano, desconocida por los rabinos y los griegos. El amor de Dios, que entre los hombres crea la 6 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 113. 7 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 113.
  • 5. nueva realidad, es también el fundamento del amor interhumano. Nuevamente hay que mencionar aquí el doble precepto. La conexión de (Dt 6, 5 y Lv 19, 18) solamente aparece en (Mc 12, 28). La segunda parte del doble precepto, el amor al prójimo, la encontramos además en (Rom 13, 9; Gal 5, 14; St 2, 8). Los dos preceptos serán también puestos de relieve por los rabinos, al mandato del amor al prójimo de (Lv 19,18), un principio fundamental de la Tora, es decir, una afirmación que lo abarca todo (Mt 22, 36-40). No obstante, la síntesis y la motivación del precepto en el amor de Dios pertenecen al Nuevo Testamento. Decididamente Jesús traspone la frontera de la tradición judía en la radicalización del amor al enemigo: (Mt 5, 44. Pues yo os digo,amad a vuestros enemigos y rogad por los que ospersigan). Es verdad que el principio fundamental del amor universal a los hombres, como también del amor a todos los seres creados, era ya conocido. Pero la radicalidad de la frase lapidaria, de que hay que amar al enemigo, era ignorada por los rabinos. Jesús, como Hijo de Dios, ama a aquellos que le crucifican, es más, él muere por ellos. La interpretación que Jesús hace del precepto en la parábola del buen samaritano amplía en adelante el ámbito del amor a todos los hombres (cf. Lc 7, 47).8 Dentro de la tradición paulina. a) Pablo habla del amor de Dios, se sitúa totalmente en la línea de la tradición veterotestamentaria. Ágape ( es para él, el amor de predilección (esto lo demuestra el uso de s, que designa al escogido). Este adjetivo usado tan a menudo por Pablo falta en Juan, así como también el verbo  (kaléo). En (Rom 9, 13; 11, 28) demuestra hasta qué punto Pablo depende de la tradición israelítica sobre la elección. Los eklétoí- seleccionados) son los  (egapétoí-amados) (Rom 1, 7; Col 3,12). Como en el Antiguo Testamento, el motivo de la elección es el amor de Dios. Dicho amor puede ser expresado también con la palabra éleos o eleéo. Dicho amor se convierte en un hecho patente, en la obra de salvación de Jesucristo (Rom 5, 8). El círculo formado por culpa, cólera y juicio se rompe cuando Dios, en Jesucristo, como el amor, entra en escena. Cristo mismo aparece también como sujeto de este amor (Gal 2, 20; 2 Tes 2,13; Ef 5, 2). El concepto contrario, en Pablo, es  (orge-ira). Los hombres que se hallan bajo la ley están en el camino que lleva directo al juicio de la ira de Dios. El amor de elección de Dios arranca a los creyentes de este destino (1 Tes 1,10). Si, pues, el actuar de Dios es definido como amor (en 2 Cor 13,11.13 se 8 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 113.
  • 6. emplean como sinónimos Dios y su amor), entonces, el himno al amor de 1 Cor 13, no es simplemente un capítulo de ética, sino juntamente una descripción del actuar divino. Con esto, Dios no se convierte en manera alguna en el “buen Dios”, que todo lo consiente. La posibilidad de la incredulidad subsiste; el juicio llega. Pero la justicia de Dios se cumple por el hecho de que el Hijo amado se coloca en el lugar de los injustos.9 b) En Pablo, el amor al prójimo, (amor al hermano), está constituido en la fe (Gal 5, 6). En 1 Cor 13 está resumido cuanto hay que decir aquí. Agápe es a la vez amor de Dios y amor del hombre. El amor está, como compendio y síntesis, sobre todas las fuerzas y poderes. propheteía) y spístis), 1 Cor 13, 2, s (elpís) (v. 7) y gnósis (v. 8) le están subordinadas, no en el sentido de una gradación, sino como fuerzas parciales de una potencia poderosa que lo penetra y vivifica todo. En el contexto de 1 Cor, el amor es el mayor de los dones del espíritu; otras veces pneuma (espíritu) y agápe se colocan uno junto al otro (Gal 5, 13.22; 1 Cor 14, 1). También mostrando Pablo su propio amor hacia la comunidad, les exhorta continuamente a progresar en la comunión del amor de Dios (2 Cor 2, 4; 8, 7). Pablo realiza una síntesis del mandato del amor del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento dado por Jesús (Rom 13, 8 ss; Gal 5, 14). Con ello coloca s (fe)y amor)  juntos frente a la s (nomos-ley). Puesto que Jesús es el amor y como tal murió por los pecadores,la ley queda cumplida. Siempre que los cristianos se aman mutuamente, cumplen también la ley, no en el sentido de un cumplimiento, sino en cuanto que ellos viven en la nueva realidad de Dios por la fuerza del perdón. Él  es una manifestación de lo que ha de venir (1 Cor 13, 9.12.13).10 Dentro del evangelio de Juan a) En el evangelio de Juan, el ser y el actuar de Dios se describen, con especial énfasis, mediante la palabra . Esto se debe también a que en Juan se usa , con mayor frecuencia que en Pablo. Además en Juan, hay conceptos paralelos como  (dikaiosyne), s (cháris), s (éleos), etc., los cuales reducen en favor de . Así, puede Juan hablar del amor preexistente, tal como nos habla en (Jn 1, 1ss) de la preexistencia del s (lógos-palabra). Dios es esencialmente amor (1 Jn 4,8), y su designio fue, desde el 9 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 114. 10 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 115.
  • 7. principio, el amor. Por esta razón, el amor del Padre hacia el Hijo es el prototipo de todo amor. Este estado de cosas se hace patente en el envío y entrega del Hijo (1 Jn 3,1.16). El “ver” y “reconocer” este amor significa para el hombre la salvación. La voluntad fundamental de Dios, que se dirige al mundo, es el amor compasivo y capaz de perdonar, el cual se mantiene firme contra todo rechazo del mundo hostil. En él  se manifiesta al mismo tiempo la  , la gloria de Dios (Jn 1, 14). El triunfo del amor se manifiesta en el hecho de ser glorificado  (doxasthénai) Jesús; por tanto, en su glorificación, que no sólo incluye su muerte, sino también la vuelta al Padre (Jn 12,16.23). El creyente toma parte también en este triunfo. El recibe la zde-vida) (1 Jn 4, 9; Jn 3, 36; 11, 25).11 b) El concepto principal, para Pablo, al expresar la orientación del hombre hacia Dios es pístis; en cambio, en Juan es agápe. La relación entre el Padre y el Hijo es amor (Jn 14, 31); en esta relación de amor serán introducidos también los creyentes (Jn 14,21ss; 17,26; 15, 9s). Ellos deben amar con el mismo amor a Jesús y al Padre (Jn 8,42; 14, 21ss; 1 Jn 4, 16.20). El continuo cambio del sujeto y del objeto del amor demuestra que, para Juan, el Padre, el Hijo y el creyente se unen en la realidad del amor divino. Lo contrario es la muerte (1 Jn 3,14; 4, 7). El típico  (ménein en-permaneceren) de Juan,puede referirse igualmente a Jesús que al amor (Jn 15, 4; 1 Jn 4, 12). En Juan,el amor mutuo está fundamentado, de una manera todavía más clara que en Pablo, en el amor de Dios (Jn 13, 34; 1 Jn 4, 21). Elamor se convierte en signo y prueba de la fe (1 Jn 3,10; 4,7). Elamor hacia el hermano procede del amor divino. Sin amor al prójimo, no existe relación con Dios. También, se basa en el mandamiento del amor (Jn 13, 34; 15, 12.17; 2 Jn 5). La observancia de los mandamientos consiste en agapán, elamor (Jn 14, 23).12 En definitiva Agápé designa también, en el cristianismo primitivo, una acción litúrgica que sólo a grandes rasgos conocemos. Como muestra (1 Cor 11), la auténtica acción litúrgica de la cena, que estuvo unida con una comida normal. Más tarde, el ágape, se separó de la celebración de la cena, y se tuvo como un acto litúrgico aparte (Jds 12; quizá 2 Pe 2, 13). Mientras que en la liturgia de la palabra y en la cena estaba en primer plano la afirmación en 11 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 116. 12 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 116.
  • 8. la fe, parece que esa celebración se centraba en la comida en común como signo de una solidaridad especial en el ágape. El término Phileo ( Philéo, este término es usado desde Homero, la palabra conveniente para designar la simpatía, el amor, la hospitalidad. La nueva comunidad fundada en el ágape se consideraba como la familia de Dios, lo demuestra el uso de los nombres hermano y hermana en el cristianismo primitivo (hermano, s,adelphós). Ahora nos referiremosa los términos philéo) apreciar,amar; s (phílos) pariente,amigo;  (philía) amistad, amor;  (kataphiléo) besar;  (philéma) beso.13 1. En el Nuevo Testamento, el verbophiléo - apreciar, amar) lo encontramos preferentemente en Mateo y Juan; en los otros escritos, sólo esporádicamente. La diferencia con  no se mantiene rigurosamente. El sustantivo s se emplea para designar al amigo, pero también a otras personas con quienes se está vinculado por la misma fe; como adjetivo no se encuentra,  es el beso; en las cartas, la ceremonia cristiana del saludo se denomina el ósculo santo. El sustantivo , en todo el Nuevo Testamento, sólo se halla en (St 4, 4). a) Juan distingue entre el amor en el mundo como creación de Dios, (como esfera hostil a Dios). Siempre que el mundo se considera como creación de Dios, tiene en él también un lugar legítimo el amor creador; en (Jn 11, 3.36) se alude a los lazos de amistad de Jesús con Lázaro. Por otra parte Juan considera al cosmos como la esfera de las tinieblas hostiles a Dios. En este contexto, el amor en y hacia el cosmos es equivalente a la hostilidad contra la revelación de Dios (Jn 15, 19, cf. St 4, 4). Pero, como Dios ama a su creación, que le es hostil, para salvarla (3, 16), de ahí que quede en pie el imperativo: “Y éste es precisamente el mandamiento que hemos recibido de él: quien ama a Dios, ame también a su hermano” (1 Jn 4, 21). En el amor a los hermanos como creaturas de Dios, se concretiza el amor hacia el mundo como creación de Dios.14 b) En las cartas Pablo encontramos el verbo ( philéd) solamente en un pasaje, aunque muy importante (1 Cor 16, 22). El amor hacia el (s – kyrios) es condición para 13 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 117. 14 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 118.
  • 9. la salvación. Partiendo de la historia del concepto, aquí uno esperaría agapád. Una vez más queda de manifiesto la imposibilidad de una separación rigurosa. En todo caso, en cuanto al contenido se quiere expresar lo mismo que generalmente se describe con agápé. También (Tit 3, 15) sólo puede entenderse correctamente, si uno tiene en cuenta que, mediante el amor de Dios manifestado en la revelación del Hijo, el amor humano adquiere una nueva significación como amor en la fe.15 2. El término (s – phílos) en el Nuevo Testamento es también el amigo, entendiendo como tal aquella persona hacia la cual uno, ante todo, siente afecto; así (Lc 7, 6; Jn 11, 11; Hech 10, 24; 19, 31). A menudo se mencionan juntos los parientes (s – syngeneis) y amigos (s – phílos). No obstante, tanto en la tradición griega como en la judía, apenas si hay distinción entre ambos conceptos. Es cierto que, aún mencionando únicamente a los phíloi, amigos, se piensa también a menudo en los parientes. Phílos se usa, para indicar una persona con la que se simpatiza, también en (Lc 16, 9), donde Jesús exhorta a conseguir amigos regalando el injusto dinero. En el mismo plano hay que colocar el que, en (Jn 19, 12), Pilato sea amenazado con perder su título de “amigo del César”. Por el contrario, phílos expresa teológicamente el amor divino hacia los impíos, cuando (Mt 11, 19 y Lc 7, 34) llaman a Jesús “amigo de pecadores y publícanos”. Ellos aman, siendo como son enemigos, del mismo modo que Dios ama al cosmos que le es hostil. Lo mismo se quiere expresar, cuando Jesús llama a sus discípulos “amigos” (Lc 12, 4; Jn 15, 15). Ellos llegaron a él como pecadores. Mediante su amor de entrega se convertirán en sus amigos (Jn 15, 13). Así ellos, que pertenecen al cosmos (St 4, 4), al que se ama y del que se es amigo, pasan a ser pertenencia de la nueva comunidad del reino de Dios o de la familia de Dios, en cuanto son hermanos, amigos de Jesús e hijos del Padre (Lc 21,16); (St 2, 23, donde Abrahán es designado como phílos theoi-Hijo de Dios, gracias a su fe). Así, en (3 Jn 15), los hermanos en la fe pueden ser saludados como  – amigos. 3. Para expresar la acción de besar se emplean en el Nuevo Testamento los verbos philéd y kataphiléd. El beso es usual en los rabinos como señal de respeto. Así hay que entender también el beso de Judas (Mc 14, 44). Según esto Judas se dirige respetuosamente a Jesús, como rabino. En el relato de la pecadora (Lc 7, 38), el beso es asimismo un homenaje a Jesús. El que al mismo tiempo se juegue aquí con un significado que recuerde el beso de despedida 15 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 118.
  • 10. de los judíos, depende de la opinión que se tenga de la comparación de esta escena con la unción de Betania en (Mc 14, 3ss). El beso era corriente en la antigüedad como signo de un saludo amistoso y de una despedida emocionada; así en (Lc 15, 20 y en Hech 20, 37) (kataphiléd). En la primitiva comunidad cristiana se convirtió en el phílema hagen, en el ósculo santo Los que han sido admitidos en la comunidad del amor de Dios se encuentran como (hágioi-) santo, en la filiación de Dios, y como tales se saludan mutuamente.16 Un desarrollo sobre Ágape. 1. Agape, agapan Ágape ( aparece en el Nuevo Testamento 108 veces. 70 En Pablo, por lo que podemos decir que es una palabra paulina; una vez en Mateo (24, 12), una en Lucas (11, 42), cinco en Juan (3, 16; 13, 35; 15, 9. 13; 21, 15-17), doce en 1 Jn, una en 2Jn, una en 3 Jn y dos en Ap. Ágape se suele traducir por caridad, (aquí preferimos emplear la palabra amo). El verbo amar, ágapan, aparece en el Nuevo Testamento 107 veces. 17 en los evangelios sinópticos, ocho en Mateo, cuatro en Marcos, 47 en el Corpus Joánico (28 en el evangelio, 16 en la primera carta, dos en la segunda y una en la tercera. 30 en el Corpus Paulino, dos en Heb, cuatro en St, cuatro en 1 Pe, una en 2 Pe y dos en Ap. Por tanto, podemos decir que ágapan es un verbo fundamentalmente joánico.17 2. Necesidad del amor El amor abarca una gran complejidad de sentimientos: pasionales, carnales, religiosos, espirituales, místicos. Es la fuerza motriz del hombre, la más noble y rica esencia de la persona. La grandeza del hombre se mide por su capacidad de amar. El amor brota espontáneamente de la naturaleza humana. Oponerse a su nacimiento y a su curso es querer impedir el desarrollo de la persona, la cual se realiza en plenitud amando a Dios y amando a los hombres. 18 El hombre y la mujer se han hecho para amar y para ser amados. Sin amor todo se reduce a la nada, nada tiene sentido, ni la misma vida. La Biblia no es otra cosa que una historia de amores y desamores entre Dios y el hombre. Amores y lealtades por parte de Dios y amores e infidelidades por parte del hombre, aunque 16 Cfr. COENEN, Lothar. BEYREUTHER, Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Ed. Tercera, Salamanca: Sígueme. 1990. Vol. I. Pág. 118. 17Cfr. GARCÍA, Maximiliano. Teología de la Biblia, Nuevo Testamento. Madrid: B.A.C. 1972. Vol. III. 18 Cfr. BULTMANN, Rudolf, El Mandamiento Cristiano del amor al Prójimo, en Creer y comprender Ed. Primera, Madrid, Studium. 1974.
  • 11. también lágrimas y arrepentimientos, a los que responde siempre el amor misericordioso y perdonador por parte de Dios. ¿Qué es el evangelio y la vida de Jesús, sino la predicación y la manifestación más sublime del amor? 3. El amor cristiano Para hablar del amor cristiano, hay que partir de esta definición de Dios: "Dios es amor" (1 Jn 4, 8; 2 Cor 13, 11). Dios y amor son sinónimos, pues Dios es el amor mismo, tanto en su ser, como en su obrar. San Juan llegó a esa definición psicológica de Dios a través de las innumerables manifestaciones divinas motivadas por el amor. El cristiano, como hijo de Dios, participa de su propia naturaleza, es decir, tiene una naturaleza de amor, es la encarnación del amor de Dios. Un cristiano, sin amor, es una contradicción en sus términos, es un imposible. Este amor tiene su fundamento y su culminación en la fe, la cual se manifiesta en el amor, el cual, a su vez, da vida a la fe. Sin fe no hay vida nueva, pero, sin amor, la fe se muere. En la Biblia conocer es amar. Sólo desde el amor se alcanza el conocimiento perfecto del misterio de Dios (Col 2, 2).19 El amor cristiano, consiste en amar a Dios por sí mismo y al prójimo por Dios y desde Dios. La mejor definición del cristiano puede ser esta: "Una persona que ama". Existe porque ama, si no ama es un cadáver espiritual. Un cristiano en el límite es sólo amor, se guía por el amor, todo lo hace por amor. La ley constituyente de la Iglesia es el amor, el mandamiento nuevo (Jn 13, 34). La Iglesia es una comunidad de amor, está integrada por personas que aman y se aman, se desarrolla con el amor (1 Cor 8, 1), crece a medida que el amor aumenta y se propaga (Ef 4, 15-16).20 4. El amor de Dios y de Jesucristo 4.1. El amor del Padre y del Hijo El amor más grande constatado en los evangelios es el amor de Dios Padre a su Hijo Jesucristo. Un amor eterno que Jesús se complace en proclamar frecuentemente: "Antes de la creación del mundo ya me amabas" (Jn 17, 24). Por encima del amor de Dios a todas sus criaturas, está el amor a su Hijo querido, el predilecto, el más amado. Así lo proclamó el Padre en el bautismo (Mc 1, 11) y en la transfiguración (Mc 9, 7), y así aparece en la parábola 19 Cfr. CARRETO, Carlo. Lo que importa es Amar. Ed. Cuarta. Madrid-España. Paulinas. 1974. Pág. 108. 20 Cfr. LEON-DUFOUR, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica. Ed. Decimoquinta, Barcelona-España, Herder.1990. Vol. LXVI. Pág. 81.
  • 12. de los viñadores (Mc 12, 6) y en el Siervo de El Señor, que prefiguraba al Mesías (Mt 12, 18). El Padre ama tanto al Hijo que ha puesto en él todas las cosas (Jn 3, 35), y le ha hecho heredero absoluto de todo (Heb 1, 2). Le ama y le muestra todo lo que hace (Jn 5, 20). Y le ama, sobre todo, porque Jesús es capaz de dar su vida, porque así lo quiere él (Jn 10, 17). La reciprocidad del amor de Jesús para con el Padre, se manifiesta en que no busca su querer, sino el querer del Padre (Jn 5, 30); su alimento es hacer la voluntad del Padre (Jn 4, 34), vino a este mundo, no para hacer su propia voluntad, sino la del Padre (Jn 6, 38) que cumplió hasta el final, hasta su muerte en cruz (Mt 26, 42). Así dio al mundo la muestra más grande de su amor infinito a su Padre querido: "Debe ser así para que el mundo conozca lo que yo amo al Padre" (Jn 14, 31). Jesús dijo siempre lo que había oído al Padre (Jn 8, 26). 4.2. El amor de Dios y de Jesús al hombre Dios ama al hombre. Pero, ¿cómo él, el infinito, el Santo, puede tener tanta generosidad, hasta abajarse para amar al que es la nada y el pecado? Esto sólo puede ser debido a que "Dios es amor" (1 Jn 4, 8. 10), la fuente del amor (1 Jn 4, 7), es el amor mismo. Dios tiene necesariamente que amar. Si renunciara a amar, dejaría de ser Dios. Él ama a todos, sin distinción de raza, de sexo e incluso de religión.21 Nos ama tanto que nos ha hecho hijos suyos (1 Jn 3, 1), nos ha hecho hijos en el Hijo: "Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que quien crea en él no perezca; sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16). Esto significa que el amor de Dios al hombre se encuentra en Cristo; que la prueba de ese amor está en el hecho histórico de la encarnación de su Hijo (Jn 3, 35; 10, 17; 15, 9), el cual, con su venida a este mundo abre un tiempo de amor misericordioso, la proclamación de un año de gracia, perdonador y liberador, que durará hasta su segunda venida en gloria (Lc 4, 18- 19). El amor de Dios entra en el corazón del hombre a través del corazón de Cristo: "Dios nos ha manifestado su amor en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rom 8, 39). Quiere que le devolvamos ese amor a través de su Hijo: "El Padre os ama, porque vosotros me habéis amado" (Jn 16, 27). Jesucristo nos ama igual que el Padre le ama a él (Jn 15, 9). Amó a sus discípulos, a los que llamó amigos (Jn 15, 14-15); amó al joven rico aunque no se atreviera a dejar por él sus riquezas (Mc 10, 17-21); amó a los publicanos y a los pecadores (Mc 2, 13-16), ellos eran sus amigos (Mt 11, 19); amó a la pecadora (Lc 7, 36-50), a las prostitutas (Mt 21, 32). 21 Cfr. LEON-DUFOUR, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica. Ed. Decimoquinta, Barcelona-España, Herder.1990. Vol. LXVI. Pág. 78.
  • 13. Es el Buen Pastor que conoce por su nombre a cada una de sus ovejas, es decir, las ama de tal manera que está dispuesto a dar su vida por ellas (Jn 10, 1-6); que busca con amor a la oveja extraviada (Lc 15, 4). Ama a todos, pero tiene predilección por algunos: entre sus discípulos hay tres preferidos (Pedro, Santiago y Juan: Lc 9, 28; Mc 14, 33) y uno que es el más amado (Jn 13, 23; 19, 26; 21, 7. 20); amó de manera especial a Marta, a María y a su amigo Lázaro (Jn 11, 5). No se substrae a lo que pertenece a la esencia del amor: las preferencias concretas por alguno.22 Jesús se siente amado por el Padre y se lo ha manifestado a sus discípulos para que el amor que Dios le tiene esté también en ellos, juntamente con él (Jn 17, 26), para que se realice la triple inmanencia, del Padre, del Hijo y de los hijos. Así el mundo reconocerá que el Padre ama a los hombres como ama a su propio Hijo (Jn 17, 23). La cruz es la expresión del amor perfecto, pues nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos (Jn 15, 13). Y eso hizo Jesús: "Amó a los suyos hasta el colmo" (Jn 13, 1). La locura de la cruz es la locura del amor. Jesús murió en la cruz perdonando a los que dictaron su sentencia de muerte y a los que la ejecutaron, perdonando a todos, porque el amor todo lo perdona (Lc 23, 34). 5. El amor a Dios y a Jesucristo El objeto primero del amor es Dios, de quien procede todo bien. Este es el mandamiento principal: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas" (Mt 6, 5; Mt 12, 28-30. 33). Hay que amarle con el corazón, no sólo con los labios, como hacían los fariseos: "Muy bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí" (Mc 7, 6). "Yo sé bien que no amáis a Dios" (Jn 5, 42), "pagáis el diezmo... y olvidáis el amor" (Lc 11, 42). No tienen a Dios por Padre, por eso no le aman (Jn 8, 42). Nuestro amor a Dios es una consecuencia del amor que él nos tiene. "Le amamos, porque él nos amó primero" (1 Jn 4, 19). "Dios nos ama para que le amemos mediante el amor que nos tiene" (San Juan de la Cruz). El amor a Dios es, por tanto, un don que él nos regala y que Jesucristo le pide para sus discípulos: "Les he manifestado tu nombre para que el amor que tú me tienes esté en ellos y yo en ellos" (Jn 17, 26). Mediante al amor el hombre entra en comunión con Dios y se hace uno con él: "La cosa amada se hace una cosa con el amante, y así hace Dios con quien le ama" (San Juan de la Cruz). 22 Cfr. LEON-DUFOUR, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica. Ed. Decimoquinta, Barcelona-España, Herder.1990. Vol. LXVI. Pág. 78.
  • 14. Jesús quiere que le amemos a él por encima de la propia familia: "El que ama a su padre o a su madre, a sus hijos o a sus hijas, más que a mí, no es digno de mí" (Mt 10, 37; Lc 14, 26). Quiere que le amemos incluso por encima de nuestra propia vida: "El que ama a su vida, la perderá, y el que odia su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna" (Jn 14, 25). Él se nos da por entero, por eso exige, en reciprocidad, la misma radical entrega. Hay que dejarlo todo por él, no sólo los bienes de este mundo, sino a la misma familia (Mc 10, 7), hay que negarse a sí mismo y cargar con la cruz por amor a él que cargó con todas las cruces del mundo (Lc 9, 23).23 Un modelo de amor a Jesús es la Magdalena, la discípula amada, que le siguió en entrega absoluta durante su vida pública (Lc 8, 2), que le lloró en la cruz (Jn 19, 25), que fue la más madrugadora para ir al sepulcro (Jn 20, 1) y la primera a la que Cristo se aparece y constituye en el primer testigo de la resurrección y en apóstol de los mismos apóstoles (Jn 20, 11-18). Otro modelo de amor es el discípulo amado (Jn 13, 23) que le siguió hasta el calvario (Jn 18, 15) y fue el primero, al llegar al sepulcro tras el anuncio de la Magdalena (Jn 20, 4). Y es también un modelo de amor la pecadora arrepentida (Lc 7, 36-50) que le amó mucho más, más que nadie, porque le había perdonado mucho, pues a más pecado, más perdón y a más perdón, más amor: "A quien se le perdona mucho ama mucho y al que se le perdona poco ama poco" (Lc 7, 47). Seguramente el modelo más grande es Pedro que ama a Jesús más que los demás discípulos y así lo profesa por tres veces (Jn 21, 15-17). El sobrenombre de "roca" que le impone Jesús (Mt 16, 18), es el símbolo de su amor firme, total e impasible hacia él. El amor a Jesús se demuestra cumpliendo sus mandamientos: "Si me aman, guardarán mis mandamientos" (Jn 14, 15. 21), haciendo de sus enseñanzas norma de vida (Jn 14, 23), para permanecer en su amor, igual que él cumple los mandamientos de su Padre y permanece en su amor (Jn 15, 9-10). El que ama a Jesús es amado por Dios y se convierte en santuario de la Santísima Trinidad (Jn 14,23). 6. El amor fraterno Los hombres tienen la obligación de amarse, como una consecuencia de su naturaleza de amor. "El que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios; el que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor" (1 Jn 4, 7-8). Sin amor a los hombres, no hay amor a Dios. Y el amor a los hombres, hay que hacerlo desde el amor a Dios. "Quien a su prójimo no ama, a Dios 23 Cfr. LEON-DUFOUR, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica.Ed. Decimoquinta, Barcelona-España, Herder.1990. Vol. LXVI. Pág. 79.
  • 15. aborrece" (San Juan de la Cruz). El fundamento de nuestro amor es, al mismo tiempo, el amor que Dios nos tiene: "Si Dios nos ha amado, también nosotros debemos amarnos unos a otros" (1 Jn 4, 11), y el amor que nosotros debemos tenerle a él: "Hemos recibido de él este mandato: que el que ama a Dios, ame también a su hermano" (1 Jn 4,21). 6.1. El amor-comunión Este es el mandamiento de Jesús: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Jn 15, 12. 17). Es su mandamiento nuevo. Y es nuevo, porque nadie, hasta Jesús, había llegado tan lejos en la formulación del amor, por su motivación y por sus exigencias. Nos amamos porque él nos ha amado, y debemos amarnos como él nos ha amado. Esta es una característica propia del cuarto evangelio. El mandamiento nuevo es la síntesis de todo el evangelio.24 El amor es un don del Padre que nos viene dado por el Hijo para que se lo repongamos al Padre a través de sus hijos, nuestros hermanos. La vida cristiana exige pensar en los demás y en Dios hasta olvidarse de uno mismo. San Juan lo ve todo en el plano de la unión con Cristo, de la vida nueva. Para entender el mandamiento nuevo, hay que tener en cuenta la dicotomía de los dos mundos que él distingue: el mundo de arriba y el mundo de abajo. El mandamiento nuevo se centra y tiene sus exigencias en el mundo de arriba, en el nacimiento nuevo. Este amor-comunión no se extiende al mundo de abajo, no es un amor universal, sino un amor puramente cristiano referido a los hermanos en la fe, a los que tienen también el nacimiento nuevo mediante su unión con Cristo25. Pero en este mundo de arriba, el amor tiene unos postulados absolutos, las mismas dimensiones que tiene el amor de Cristo. Tenemos que amarnos como él nos amó, hasta morir unos por otros. Esa es la situación límite del cristiano con referencia a los demás cristianos. "Hemos conocido el amor en que él ha dado su vida por nosotros; y nosotros debemos dar también la vida por nuestros hermanos" (1 Jn 3, 16). Esta disponibilidad a dar la vida por los hermanos es una fuerza que el cristiano posee por estar unido a Jesús y vivir en su amor. La apertura del amor queda así limitada al mundo de arriba. De una manera negativa san Juan advierte a los cristianos que no amen al mundo de abajo, ni a las cosas que hay en él. Porque "si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él" (1 Jn 2, 15). 24 Cfr. CARRETO, Carlo. Lo que importa es Amar. Ed. Cuarta. Madrid-España. Paulinas. 1974. Pág. 118. 25 Cfr. CARRETO, Carlo. Lo que importa es Amar. Ed. Cuarta. Madrid-España. Paulinas. 1974. Pág. 120.
  • 16. De todo esto se deduce que el amor fraterno cristiano difiere esencialmente del amor fraterno mundano. Porque el cristiano parte de un principio sobrenatural: pertenece a una familia de creyentes, en la que está integrado en plenitud, hasta dar su vida por los demás miembros. Estas motivaciones del amor nos encierran en el círculo de los cristianos, de los que viven en el mundo nuevo, y así podríamos hablar del exclusivismo que san Juan pone en el amor. Es verdad que san Juan habla también del amor universal, pues el "mundo", con su complejidad de significado, al que también hay que amar, significa, a veces, el campo enemigo. Pero este amar desinteresado, que se impone sin motivación alguna, es tan reducido que prácticamente queda eclipsado por el amor-comunión. En todo caso, cuando san Juan habla del amor- comunión, está hablando de la fuerza vital que sostiene e impulsa la marcha religiosa del cristianismo. La Iglesia se mantiene viva por el amor y en el amor. San Juan habla de una manera positiva y no restrictiva. El no excluye nunca el otro amor, el amor a los que no tienen comunión con los cristianos. Por otra parte este amor, motivado desde la fe, se abre a la universalidad, pues el mandamiento nuevo se promulga en una perspectiva escatológica. Jesús lo proclama como su testamento, en un discurso que se refiere íntegramente al mundo futuro, en el que hay cabida para todos los hombres, al que todos están llamados y en el que todos deben realmente entrar. La universalidad del amor está implícita en que Cristo murió "por los pecados del mundo entero" (1 Jn 2, 2). Hay que decir, por fin, que para san Juan la señal inequívoca de poseer ya la vida eterna está en el amor: "Sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida en que amamos a los hermanos; el que no ama permanece en la muerte" (1 Jn 3, 14; Jn 13, 35). Esta misma idea la repite bajo el símbolo de la luz y de las tinieblas. Unas veces en lenguaje positivo: "El que ama a sus hermanos permanece en la luz" (1 Jn 2, 10) y otras de manera negativa: "El que odia a su hermano está en las tinieblas" (1 Jn 2, 11). El que no ama no es discípulo de Cristo, pues un cristiano que no ama es un imposible. 6.2. El amor universal Cuando los evangelios sinópticos hablan del amor, parten de la ley mosáica: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas... amarás a tu prójimo como a ti mismo, éstos dos mandamientos se resume toda la ley y los profetas" (Dt 6, 5; Mt 22, 38-39).
  • 17. Pero en el Antiguo Testamento se entiende, en general, que el "prójimo" es el conciudadano, el israelita: "No tomarás venganza, ni guardarás rencor a los de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Lev 19, 18). En el concepto de "prójimo" tenía también cabida el extranjero residente que estuviera plenamente incorporado a Israel, mediante un conocimiento perfecto de la ley y el compromiso de cumplirla, que hubiera sido circuncidado y hubiera recibido el bautismo, con lo que quedaba igualado a cualquier ciudadano israelita. El extranjero de paso, por el contario, era considerado como un gentil, al que hay que odiar y cuyo trato hay que evitar.26 Para los fariseos, "prójimo" era sólo un fariseo, todos los demás quedaban excluidos. Para muchos, los apóstatas, los herejes y los delatores no eran considerados como prójimos: "Oh Señor, ¿no odio yo a quien te odia? ¿No desprecio a quienes se alzan contra ti? Sí, los odio con un odio implacable, los tengo para mí como enemigos" (Sal 139, 21-22). Para la generalidad tampoco lo eran, como lo demuestran estas palabras: "Sabéis que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo" (Mt 5, 43); aunque la frase "odia a tu enemigo" no está en el original de (Lev 19, 18), expresa el común sentir del pueblo judío. Para Pablo la ley se resume en un solo precepto: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Gal 5, 14; Rom 13, 9). Amar al hombre es ya amar a Dios. Para él, como para los evangelios sinópticos, "prójimo" son todos los seres humanos, judíos y gentiles. El amor cristiano está abierto al mundo entero. Pero, ¿quién es mi prójimo? Esta es la pregunta que el doctor de la ley hizo a Jesucristo, el cual le contestó con la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 30-37). Prójimo es cualquier persona, sea de la nacionalidad que sea, todo el que esté necesitado y al que hay obligación de socorrer, como aquel hombre al que los bandidos dejaron medio muerto en el camino y al que sólo atendió el samaritano, un enemigo mortal de los judíos, y, en cierto sentido, un extranjero, pues los samaritanos eran judíos con sangre pagana. Prójimo, al que hay que amar, es también el enemigo: "Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen" (Mt 5, 44). Jesús da tres razones para este amor a nuestros enemigos, perseguidores y calumniadores: 1) Dios distribuye sus bienes, el sol y la lluvia, sobre todos, sin distinción alguna, buenos y malos, justos y pecadores (Mt 5, 45). 2) Si amamos sólo a los que nos aman, ¿qué mérito podemos tener? ¿No es eso proceder de manera egoísta? ¿No hacen eso los 26 Cfr. CARRETO, Carlo. Lo que importa es Amar. Ed. Cuarta. Madrid-España. Paulinas. 1974. Pág. 120
  • 18. publicanos y los gentiles? 3) Si los publicanos y los gentiles, a los que se les consideraba como pecadores públicos, habrá que proceder de otra manera, habrá que imitar a nuestro Padre que está en los cielos, obrar con imparcialidad, pues así demostrarán que son efectivamente hijos de Dios. En los evangelios sinópticos el amor es desinteresado, no está motivado como en Juan. Hay que amar, sin más. Se fijan, acaso con espectacularidad, en el amor a los enemigos, en el samaritano, en la oveja perdida, en la pecadora, en los publicanos, en las prostitutas. Juan se fija en Lázaro, en Marta, en María, en los discípulos. En Juan el círculo se reduce, pero el lazo de amor se aprieta, pues por los hermanos en la fe hay que dar la vida, exigencia que no piden los sinópticos.27 Se ha dicho que el acento hay que ponerlo en la motivación del amor o del desamor, como si se tratara únicamente del amor al prójimo por amor a Dios, y no simplemente de amar, sin más referencias, contraponiendo el amor cristiano a la mera filantropía. Esto puede ser así, pero el texto no admite esa diferenciación. El hombre es juzgado únicamente por su comportamiento con el prójimo, sin hacer referencia alguna a Dios. Dios, además, no necesitó nada del hombre. O si se quiere, lo necesita todo, pero en el hombre necesitado que es su propia imagen. El texto dice claramente que el que atiende al necesitado está atendiendo a Jesucristo, aunque esto no se le pase por la imaginación. El hombre es imagen de Dios, en cierto sentido, la encarnación de Dios. Por tanto, lo que se hace con el hombre, con cualquier hombre, pero de una manera especial con los más pobres, a los que Jesucristo, en este texto, nombra sus vicarios ("tuve hambre y me disteis de comer..."), se hace con Dios. Advirtamos, por fin, que la condenación es una consecuencia del desamor, de un pecado de omisión: "Tuve hambre y no me disteis de comer...". Esto significa que, en definitiva, todos los pecados lo son contra el amor. El pecado está en no amar. Sin amor operativo no hay salvación. No hay nada que pueda suplir a este amor práctico. La perfección cristiana no está en el cumplimiento de ciertos legalismos y fórmulas externas de carácter religioso que terminarían por asfixiar el espíritu auténtico de la vida espiritual, sino en la práctica constante del amor fraterno. 28 Esta perdurable fidelidad al amor es la señal de la pertenencia a Jesucristo: "En esto conocerán que sois mis discípulos, en que os amáis unos a otros" (Jn 13, 35). El carnet de identidad del cristiano es el amor. 27 Cfr. GARCÍA, Maximiliano. Teología de la Biblia, Nuevo Testamento. Madrid: B.A.C. 1972. Vol. III. 28 Cfr. GARCÍA, Maximiliano. Teología de la Biblia, Nuevo Testamento. Madrid: B.A.C. 1972. Vol. III.
  • 19. Relación y Analogía entre Agapao y Fileo  en el evangelio de Juan (21,15-19)29 El relato del capítulo 21 del evangelio según Juan, presenta en el dialogo de Jesús y de Simón Pedro la alternancia entre los verbos  y. En la traducción hecha por Max Zerwick, el afirma que la alternancia de los verbos “en los vv. 15-17 no tienen otra finalidad que la de evitar la repetición de la misma palabra.”30Sin embargo, es posible hacer un contraste que se demuestra entre los dos verbos  y no haya un cambio para evitar la repetición de términos o palabras, sino que teniendo un significado distinto ambos verbos, puedan dar una interpretación al relato. Hasta este punto, se ha podido hablar primariamente de que ambos verbos se relacionan con la categoría “amor” pero con contrastes distintos: aunque ambos se alejan de la manera en la cual parten, que es distinta del interés y del deseo en su concepción de amor,  en comparación con supone una preferencia de ayuda, de apoyo como una inclinación hacia la persona que más lo necesita. En este sentido , aunque guarda la orientación de amistad () no contempla la relación de iguales. El diálogo en donde se emplean estos verbos ( y) conserva algunas características propias: una de ellas es que Jesús, a comparación de Simón Pedro, emplea ambos términos, tanto  como , aunque emplee con más frecuencia el primero que el segundo. Y si bien es en tres ocasiones dirigida la pregunta a Simón Pedro, solamente es en la tercera en la cual coinciden tanto el verbo en la pregunta de Jesús, como en la respuesta de Simón Pedro Jn 21, 17).31 ¿Cómo poder comprender la alternancia de estas dos palabras? Posiblemente esta pregunta pueda ser respondida dentro de la manera en la cual son empleados ambos términos en el evangelio según Juan. El uso de los dos términos ( y) es uniforme durante los capítulos, solamente con excepción el capítulo 13 la palabra  aparece al inicio, indicando la relación que Jesús había establecido con sus discípulos. Dentro de este capítulo, encontramos en reiteradas ocasiones la aparición del término ; esta palabra aparece en expresiones como la invitación a permanecer en el amor (Jn 15,9) o a la de amarse como Él mismo ha amado (Jn 15,12). Particularmente en palabras de Jesús aparecen alternados ambos términos ( y) como, por ejemplo: llamándolos no siervos sino amigos () 29 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 40. 30 Cfr. ZERWICK Max. GROSVENOR, Mary. Análisis gramatical del griego del Nuevo Testamento. Ed. Roma, Instituto Bíblico. 1966. Pág. 412 31 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 55.
  • 20. y haciendo alusión al amor () que les tiene (Jn 15,13). La alternancia de las palabras permite observar que cuando Jesús emplea  es para designar la relación que hay de él con El Padre. En cambio, el amor que tienen los discípulos por Jesús está descrito como  (Jn 16,27).32 Otra característica importante que se puede obtener es haciendo un rastreo entre la última mención del término antes del capítulo 21. La palabra  aparece en la oración de Jesús (Jn 17,26). Este silencio en torno a la palabra más o menos de tres capítulos, pueden evidenciar la realización del amor desde los hechos narrados en la pasión. Después de estos hechos, parece obvio y no necesario recordar el amor porque está presente en medio de ellos. La aparición de  y en el capítulo 21 no es casual. Ambos términos, aparecen en dos niveles: a nivel memorístico,  durante el evangelio (y en este capítulo) ha podido describir la comunión ofrecida “por el Padre al Hijo, por el Padre a los discípulos, por el Hijo a los discípulos, por los discípulos unos con otros y por los discípulos al Hijo.”33 Probablemente la comunidad dentro de la cual está escrito el capítulo 21 relee la relación de los términos de  y como la vuelta a las enseñanzas de Jesús hechas a través del discípulo amado. A modo de significado es él  elque permite la comunión de los discípulos y la unión con Jesús. La comunidad, así como los discípulos en el capítulo 21 probablemente se encuentre en un momento crítico en el cual la acción que están realizando tiene muchas más dificultades que luces. Esto es posible observarlo si se mira que el plano inicial del relato en el capítulo 21 es la oscuridad, para que luego sea la mañana con la llegada de Jesús la que les permite encontrar alimento y poderse congregar nuevamente todos. Por consiguiente, la alternancia entre los verbos  y en el diálogo con Simón Pedro hacen volver la comunidad al amor como enseñanza fundante del discipulado. Si los términos empleados por Jesús son  y y si esta alternancia se encuentra en el discurso sobre el mandamiento del amor (Jn 13,34), entonces con la comida y con las preguntas hechas a Simón Pedro, Jesús busca reestablecer la comunión en dos niveles: Comunión entre los discípulos con lo que realizan y la comunión entre Jesús y Simón Pedro. Esta frecuencia con la que son empleados ambos términos permite comprender qué tipo de acento que tiene el relato. La palabra  aparece en los labios de Jesús, muestra hasta el capítulo 21 que 32 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 56. 33 Cfr. VOUGA, Francois. Una Teología del Nuevo Testamento. Ed. Primera. Navarra-España. Verbo Divino, Estella 2003. Pág. 224.
  • 21. Jesús mismo es la encarnación del amor del Padre como . Esta manera singular y propia, se convierte en un misterio propio de la kénosis de Dios en Jesús.34 Aunque  y puedan converger en la traducción como “amar y querer”, ambas muestran dos significados distintos y por ende maneras distintas de expresión de la categoría “amor”. Desde los relatos del Nuevo Testamento, es posible encontrar en los labios de Jesús ambas referencias de la categoría “amor”. “Entre las referencias, es posible citarno solamente el relato de Jn 21, sino también el de Jn 11 donde se muestra la relación entre Jesús y Lázaro. Allí, es posible encontrarcomo son empleados ἀγαπάω y φιλέω en relación a diversos sujetos”. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, en los relatos referentes al amor en labios de Jesús, el término más empleado es . No obstante, en el cuarto evangelio, Dios envía al mundo a su Hijo único por  (Jn 3,16). En este sentido, Jesús se convierte en muestra viviente del amor del Padre porque Él ha sido enviado desde el amor del Padre por el mundo. Si en Jesús encontramos el amor del Padre, y el verbo  es empleado para referirse a este tipo de amor, entonces en  se resume el porqué de la acción de Jesús. Y por ello, la manera en la cual Jesús comunica al Padre es mediante el amor y su mayor expresión será siempre la entrega de su vida en la cruz. Ahora bien, en el capítulo 21, aparecen también empleados ambos verbos  y, este contraste entre ambos verbos hace evidente que, aun siendo un escrito posterior a la conclusión del evangelio, aborda la temática central de los escritos joánicos: la categoría “amor”.35 Este relato, se sitúa en la playa, donde han encontrado una comida que silenciosamente se convierte en evidencia de la presencia del Señor, del amor () que les tiene. Esto es factible si se recuerda que ellos no tenían que comer (Jn 21,5, 9). Y, por lo tanto, la tercera manifestación a los discípulos puede tener la finalidad de hacer evidente el amor del Padre () en ese momento en el cual se encontraban los discípulos. Él  ha sido demostrado a los discípulos de múltiples maneras, ya la sola manifestación del capítulo 21 pareciera tenerlos como sujeto de ese amor. El afectuoso llamado hecho de parte de Jesús hacia los discípulos (Jn 21,4), la pesca (Jn 21, 6) y la comida (Jn 21,9) hacen referencia al . De ser así, sobran las palabras y por la misma acción de Jesús brotan las preguntas para Simón Pedro “después de que han desayunado” (Jn 21,15). 34 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 57. 35 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 58.
  • 22. Ahora bien, la manera en que Jesús cuestiona a Simón Pedro evidencia la referencia amor, no como un reclamo, sino más bien a la posibilidad misma de la transformación del amor en Simón Pedro. Esto se debe a que el verbo  ofrece ante nuestros ojos no una estructura sino la pregunta por lo más medular de la relación con Jesús. La categoría amar es parte inseparable del mensaje Joánico, de la relación entre Jesús y el Padre y así mismo de Él para con los discípulos (Jn 15, 9-17). Por lo tanto, la pregunta referida en  yen  no ofrece una perspectiva de amor libre y universal si antes no está dirigida a lo más medular del hombre y por ello apunta a la “necesidad de ser transformado, ser recreado, nacer de nuevo; y para ello es preciso ayudarlo mediante el testimonio del amor.”36 La respuesta de Simón Pedro, particularmente siempre con el verbo  parece no concordar con la pregunta hecha por Jesús en términos de . Simón Pedro puede estar recordando la relación de amistad que hay entre ellos, ya que Jesús no los ha considera sus s (siervos) sino sus s (amigos) (Jn 15, 15). Sin embargo, Jesús a través de la pregunta con  busca que el amor del Padre, dado a través de él, pueda estar siempre en los discípulos (Jn 17, 26). La parte del relato de (Jn 21, 17-19) resulta aún interesante. Esta sección es posible dividirla en dos apartados: el primero, la pregunta dirigida a Simón Pedro por tercera vez. El segundo apartado, las palabras de Jesús referidas a la respuesta dada por Simón Pedro. En la primera sección, la pregunta hecha por tercera ocasión contrasta con las dos preguntas anteriores porque los términos empleados anteriormente han sido  y. Ya Jesús emplea , y por ser la tercera vez que le pregunta a Simón Pedro, él se entristece. Sin embargo, en las palabras de Simón Pedro ( s) es posible encontrar una referencia afectiva importante; Simón Pedro ha estado con Jesús y ha sido él quien ha lavado sus pies (Jn 13, 1-20), Simón Pedro le manifiesta querer poner su vida por Él (Jn 13, 36-37) pero ha sido él quien lo ha negado tres veces (Jn 18, 15-27). El amor de Simón Pedro como  indica una relación afectivapara con el Señor, siempre dispuesta hacia él.37 El segundo apartado no está aislado del análisis anterior. Jesús sabe que él (Simón Pedro) le ama, aunque sea con ese amor , como poniendo en duda la respuesta de Pedro, “este se llena de tristeza y vuelve a confesar lo que Jesús sabe, que él le ama aunque sea con ese amor, capaz de prometer con vehemencia que no le negaría y poco después, olvidado de lo 36 Cfr. GNILKA, Joaquin. Teología del Nuevo Testamento. Ed. Madrid-España. Trotta.1998. Pág. 276 37 Cfr. SPICQ, Ceslas. Agape en el Nuevo Testamento. Ed. Madrid-España. Cares, Madrid. 1977. Pág. 1092
  • 23. que prometió y negándolo”.38 El Señor más que nadie conoce a Simón Pedro y por ello la referencia a dos momentos importantes en la vida: la juventud y la vejez. En otras palabras, Simón Pedro, en su manera de amar como , se encuentra con la manera de amar de Jesús como , donde la nota afectiva está menos acentuada, designando más bien una manifestación de benevolencia y de donación desinteresada.39 A modo de conclusión Nuestro breve recorrido por el cuarto evangelio nos ha permitido comprobar el relieve que cobra en él, la caridad. Y es que, como hemos afirmado desde el principio, está en su mismo centro. El objetivo del evangelista es que “todos creamos que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios” y que “creyendo tengamos vida en su nombre” (Jn 20,31); se hace eco así de la causa última del envío del Hijo: “Yo he venido par que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). Juan escribe, por tanto, para que los lectores tengamos vida. Pero esta vida hace referencia necesaria al Amor. La comunidad joánica, representada por el discípulo amado, acepta la autoridad de Pedro, sin renunciar a su propia tradición; así se integra en la Iglesia, aportando la revelación contenida en el Evangelio.40 El don de la vida responde a la iniciativa de amor del Padre (Jn 3,16) y se manifiesta en el amor del discípulo: “Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos” (1 Jn 3,14). De manera que Juan escribe para que conozcamos el amor de Jesús y permanezcamos en él (Jn 15,9-10): sólo así tendremos vida. Ya hemos indicado que el amor de Jesús hacia sus discípulos es el modelo (externo) y sobre todo el origen (interno) de su amor mutuo. La narración evangélica, representa por tanto una eficaz instrucción sobre el amor; no sólo por su insistente enseñanza acerca de la caridad, sino porque en sí misma constituye una descripción dramática en clave de  de la vida, muerte y resurrección de Aquel que “habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo” (Jn 13,1).41 38 Cfr. García-Moreno, Temas teológicosdel evangelio de san Juan. Pág. 68 39 Cfr. MORENO, Isaac. Trabajo de Licenciatura en Teología.Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teología. Bogota-Colombia. 2018. Pág. 59. 40 Cfr. GUIJARRO, Santiago. Los Cuatro Evangelios. Ed. Salamanca-España. Sígueme, 2010. Pág. 511. 41 Cfr. SANCHEZ, Luis. Agape en el evangelio de san Juan. Facultad de Teología san Dámaso. Madrid. 2007. Pág. 184.
  • 24. Acción pastoral 1. El resultado de nuestro estudio del Nuevo Testamento nos ha mostrado que, en toda la multitud de sus estratos semánticos, los conceptos experimentan en el Nuevo Testamento una cierta delimitación, salvo algunas excepciones, reproducen el amor que echa sus raíces en la acción salvífica de Dios con los hombres. Todo amor en la Biblia está relacionado, directa o indirectamente, positiva o negativamente, con esta inclinación amorosa de Dios hacia los hombres. 2. Ahora se plantea, para los hombres de hoy, una pregunta decisiva ¿podemos hoy todavía afirmar, convencidos y convenciendo, que Dios es amor? Para muchos, al hacerse fragmentos una determinada imagen del mundo y del hombre, la afirmación de un “Dios de amor” resulta increíble; en vista de lo que Dios tolera en nuestro tiempo y de lo que los hombres dicen y hacen en su nombre, ante la crueldad, el odio, las guerras y el hambre, muchos creen no poder hablar ya más del amor de Dios. Sin embargo, nos encontramos aquí frente al error de pensar que es posible hacer afirmaciones sobre lo que es propio de Dios (amor, libertad, fidelidad, cólera, etc.) Semejante manera de pensar, ¿no presupone una idea de Dios que nada tiene que ver con las afirmaciones bíblicas? De la misma manera que nosotros únicamente tenemos acceso a Dios a través de la realidad de Cristo, así también solamente podemos hablar del amor de Dios si nos volvemos hacia Cristo, en la entrega amorosa y misericordiosa de Jesús por los hombres (incluso por sus enemigos y por contemporáneos más depravados moralmente), es reconocible para la fe el amor de Dios. Es aquí donde se levanta la señal, válida también para hoy Jesucristo superó la duda y la incredulidad en el abandono de su muerte por parte de Dios y en su resurrección. En ello se hace visible el amor de Dios desde la creación y más allá de la muerte de este modo, las potencias enemigas no tienen la última palabra, pues a partir de Cristo se puede volver a hablar de Dios y de su amor, que es al mismo tiempo dispensador de bienes, de misericordia y de indulgencia. 3. Partamos con una pregunta ¿Cómo es capaz ahora el hombre de responder adecuadamente al amor de Dios, que le sale al encuentro liberándole y ofreciéndole nueva vida en Jesucristo? Ciertamente que no basta con abrir a Dios un radio de acción para las circunstancias religiosas, dentro del cual él es honrado como el “redentor amoroso”, mientras los otros aspectos de la vida se abandonan al capricho de una dura y despiadada lucha por la
  • 25. existencia. Tan incondicional como es el amor de Dios, así de ilimitada tiene que ser también la respuesta del hombre: una entrega continúa y sin reserva de todo el hombre a Dios, es decir, al seguimiento de Cristo. Esta respuesta posee una doble vertiente: la existencia para Dios del hombre que está a la escucha y que responde en la plegaria, en la alabanza, etc., y la existencia para los demás. 4. El amor de Dios en el mundo, en el destino de los cristianos y en la vida de la comunidad es, la mayoría de las veces, indemostrable e indescifrable. En el precepto del amor fracasamos una y otra vez. Sin embargo, la fe en la cruz y en la resurrección se apoya firmemente en el amor de Dios que permanece siempre (Rom 8, 31-39). Esta certeza da esperanza y abre camino a las fuerzas de la nueva vida. 5. El  como modo de amar, significa la entrega total, desinteresada y sin ninguna medida. Hace referencia a una consagración vital, que encuentra en Jesús el modo y el modelo mediante el cual se pone práctica. Por lo tanto, el amor como  es el modo de amar de Jesús. Además, como último principio, es posible plantear el verbo “cuidar” que muestra evidentemente una relación en una de las maneras desde las cuales se puede llevar a cabo el modo de “amar” de Jesús expresado desde los dos verbos,  (cuidar o guardar), y  (apacentar).
  • 26. Bibliografía BIBLIA DE JERUSALÉN. Ed. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2009 BULTMANN,Rudolf, El Mandamiento Cristiano del amor al Prójimo,en Creer y comprender Ed. Primera, Madrid, Studium. 1974 COENEN,Lothar. BEYREUTHER,Erich. BIETENHARD Hans. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento.Ed. Tercera, Salamanca:Sígueme. (1990) Vol. I. CARRETO, Carlo. Lo que importa es Amar. Ed. Cuarta. Madrid-España. Paulinas. 1974 GUIJARRO OPORTO,Santiago. Los Cuatro Evangelios. Ed. Salamanca-España. Sígueme,2010. GARCÍA, Maximiliano. Teología de la Biblia, Nuevo Testamento. Madrid:B.A.C. 1972 GNILKA, Joaquin. Teología del Nuevo Testamento. Ed. Madrid-España. Trotta.1998 LEON-DUFOUR,Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica. Ed. Decimoquinta, Barcelona-España, Herder.1990. Vol. LXVI. MORENO,Isaac CASAS,Juan. El modo de amar de Jesús y el modo de querer de Simón Pedro. Bogotá-Colombia. Facultad de Teología. 2018 SANCHEZ, Luis. Agape en el evangelio de san Juan.Facultad de Teología san Dámaso. Madrid. 2007 SPICQ, Ceslas. Agape en el Nuevo Testamento. Ed. Madrid-España. Cares,Madrid. 1977 VOUGA, Francois. Una Teología del Nuevo Testamento. Ed. Primera. Navarra-España.Verbo Divino, Estella 2003 ZERWICK Max. GROSVENOR, Mary. Análisis gramatical del griego del Nuevo Testamento. Ed. Roma, Instituto Bíblico. 1966