1. Calentamiento global
DERRETIMIENTO DE GLACIARES
El cambio climático está amenazando los sistemas vitales de la región, que ya se acercan a
condiciones críticas, lo que podría causar daños irreversibles.
Los glaciares están desapareciendo, y el ritmo al que lo hacen es cada vez mayor. Nos
equivocamos al pensar que estos sucesos no nos afectan, ya que
los glaciares acumulan más del 60% del agua dulce de la Tierra. Cuando se derriten,
aumentan el nivel del mar, elevan la erosión costera, cambian los ecosistemas y
provocan que haya más tormentas en nuestro planeta.
El Ártico se está calentando el doble de rápido que cualquier otro lugar del mundo.
Estamos perdiendo un ecosistema vital, cuyos efectos se hacen eco en todo el planeta.
Independientemente de lo que creemos que sabemos sobre el Ártico y el cambio
climático, la realidad es mucho peor de lo que pensamos.
Si observamos de cerca los glaciares del Ártico, observamos los terribles efectos en
forma de deshielo que provoca el cambio climático. Mercurio tóxico, emisiones de
carbono y metano e incluso enfermedades que se creían erradicadas. El deshielo del
Ártico está destapando los secretos que esconde el permafrost, los cuales son muy
peligrosos.
2. Más de 1.500 millones de toneladas de carbono se esconden en el hielo del Ártico. Los
expertos hablan sobre una bomba de carbono, que, al entrar en contacto con los
microorganismos, se transformaría en CO2 o metano, ambos gases de efecto
invernadero, que afectarían a la temperatura del planeta.
El Ártico también esconde la mayor reserva de mercurio del mundo. Si fuera liberado,
un millón y medio de toneladas de mercurio se introducirían en la cadena alimentaria,
y perjudicarían gravemente la salud de todos los seres vivos de la Tierra.
“Para muchas ciudades andinas, el derretimiento de los glaciares representa la pérdida de
una importante fuente de agua dulce que actualmente se utiliza para uso doméstico, riego
y energía hidroeléctrica”, dijo el jefe de la OMM.
DEFORESTACIÓN Y LLUVIAS PELIGROSAS
La pérdida de bosques en Ecuador
La pérdida de bosques es un problema que afecta gravemente al Ecuador desde
hace casi tres décadas. Según Bolier Torres, doctor en Ciencias Forestales por la
Munich University of Technology de Alemania, en los últimos 26 años el país ha
perdido más de 2 millones de hectáreas de bosque tropical, es decir, cerca del
3. 7,8 % de la superficie total del Ecuador. Carolina Zambrano, líder de justicia climática
en Hivos —una organización que trabaja para resolver problemas globales— dice
que esto ha sucedido debido a una profundización del extractivismo como base del
modelo económico ecuatoriano. “Cada vez más dependemos de la explotación de
bienes primarios como el petróleo, los minerales y la agricultura, y esto no es
sostenible”, asegura. La dependencia que el país tiene en esta clase de bienes no
solo está deforestando los bosques, sino también degradándolos y, según
Zambrano, esto podría causar un colapso de la biodiversidad.
En Ecuador la causa más común de la deforestación es la expansión de la frontera
agrícola. Los investigadores del proyecto LaForeT encontraron que la población que
vive en los bosques tropicales, o cerca de ellos, se ha visto obligada a convertir ciertas
áreas forestales en sistemas agropecuarios. Según la investigación, esto se debe a
que la mayoría de las personas en estas zonas viven en pobreza extrema —con
menos de 47,37 dólares al mes— y utilizan los recursos de los bosques para
satisfacer sus necesidades más básicas. Además, un estudio publicado en 2014, en
la revista indexada World Development, asegura que los ingresos forestales y las
actividades agrícolas representan entre el 20 y el 40 % del ingreso total de los
hogares en el mundo que viven cerca de los bosques.
La presión por tener medios para sobrevivir y por aprovechar los abundantes
recursos naturales ha causado una gran pérdida de vegetación en Ecuador. El doctor
Bolier Torres, uno de los líderes de la investigación de LaForeT, afirma que en la
provincia costera de Esmeraldas había bosques muy abundantes pero que la
presión por extraer madera y por convertirlos en plantaciones ha causado que
se pierdan casi en su totalidad.
4. Si la deforestación avanza…
Perder los bosques tropicales en Ecuador no significaría solo perder uno de los
lugares más biodiversos del mundo sino también perder miles de especies únicas en
el planeta. Carolina Zambrano dice que esto traería varios problemas ambientales y
resalta que Ecuador es un país megadiverso cuyos bosques alojan a miles de
especies endémicas de flora y fauna. Según cuenta, la pérdida de especies podría
alterar los flujos de energía del ecosistema y modificar el ambiente. Por ejemplo, al
deforestar el bosque, la cadena alimenticia se altera y el ecosistema es más propenso
a sufrir plagas, enfermedades o climas extremos.
Pero no solo eso. Preocupa la destrucción de plantas endémicas, que pueden ser
muy importantes para el futuro de la humanidad debido a su utilización para
medicamentos y otros productos. Bolier Torres asegura que en los bosques
tropicales de Ecuador hay más de 5000 especies de plantas nativas que tienen
diversos usos y que podrían extinguirse si los bosques del país continúan
5. desapareciendo o deteriorándose. “No podemos perder estas especies porque tal
vez ahí está el verdadero desarrollo sostenible del Ecuador”, afirma Torres.
Por otro lado, la pérdida de árboles altera enormemente la densidad de los bosques
y esto, a su vez, podría cambiar el ciclo del agua. Zambrano explica que normalmente
los árboles atraen lluvias, así que si se pierden, desaparecen las lluvias en la zona y
esto podría ser muy grave. “Sin lluvias, habrá sequías, y por lo tanto, lo que ahora
son bosques se podrían convertir en una especie de desierto”, dice.
El efecto no solo sería a nivel local. La bióloga asegura que en los últimos 20 años se
ha determinado que la deforestación influye en el cambio climático que afecta a todo
el planeta. Según dice, los suelos del bosque son reservas de dióxido de carbono.
“Entonces, cuando este se destruye o se deteriora, este dióxido de carbono se
descompone y se libera a la atmósfera, contribuyendo al cambio climático”.
Mientras tanto, las precipitaciones récord del año pasado provocaron inundaciones y
deslizamientos de tierra que causaron cientos de muertes, dejaron decenas de miles de
viviendas destruidas o dañadas y cientos de miles de personas desplazadas.
Las inundaciones y deslizamientos de tierra solo en los estados brasileños de Bahía y Minas
Gerais provocaron una pérdida estimada de $3.1 mil millones.
6. AUMENTO DEL NIVEL DEL MAR
Los niveles regionales del mar aumentaron a un ritmo más rápido que en otras partes del
mundo, especialmente a lo largo de la costa atlántica de América del Sur al sur del ecuador,
y el Atlántico norte subtropical y el Golfo de México.
El aumento del nivel del mar contamina los acuíferos de agua dulce, erosiona las costas,
inunda las zonas bajas y aumenta los riesgos de marejadas ciclónicas, lo que amenaza a las
poblaciones costeras.
“Se espera que el aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos continúen
afectando los medios de vida costeros, el turismo, la salud, los alimentos, la energía y la
seguridad del agua, particularmente en las islas pequeñas y los países de América Central”,
advirtió el Sr. Taalas.
LA CRISIS DE POBREZA EMPEORA
“El empeoramiento del cambio climático… no solo ha impactado la biodiversidad de la
región, sino que también ha estancado décadas de progreso contra la pobreza, la inseguridad
alimentaria y la reducción de la desigualdad en la región”, dijo Mario Cimoli de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe ( CEPAL).