El documento describe el arte de callar como más que simplemente cerrar la boca. Callar libera del ego y la necesidad de hablar, permitiendo que la mirada y los gestos hablen. Callar es la pareja de la palabra en conversaciones y la nota que resalta otros colores. El silencio puede expresar lo indecible de manera más profunda que las palabras. El arte de callar viene del corazón, no de mandatos, y habla el lenguaje del corazón.
El arte de callar: el silencio habla con el corazón
1. El arte de callar.
Callar es mucho más que un simple cerrar la boca.
El silencio no es un amordazar nuestra lengua sino un liberarnos del
ego y de la necesidad compulsiva de decir algo, de manifestar algo
sobre nosotros o sobre el mundo que consideramos “propio”.
Callar es ceder la palabra a nuestro rostro, a nuestra mirada, a
nuestra postura, a nuestro movimiento, sobre todo cuando éste
acaba conformando el gesto de la quietud.
Callar es la pareja por excelencia de la palabra en la danza de la
conversación, la nota relevante en la sinfonía de las relaciones, la
no pincelada que resalta los otros colores del lienzo.
El arte de callar es un paradójico arte de hablar: el arte de un
silencio que significa, que expresa, que comunica, que toca al otro,
“tras-tocándolo”. El silencio toca en una hondura a la que las
palabras no pueden alcanzar.
2. Lo indecible, lo difícil de decir, puede
decirse simplemente callando.
Callar nunca puede ser el resultado de un mandato o de una
imposición.
Callar es un latido del corazón que no se precipita, que late en
calma; el silencio es un imperativo del alma.
Hay un aforismo ya clásico que dice: “sólo se debe dejar de callar
cuando se tiene algo que decir más valioso que el silencio”.
En las palabras que no brotan y son abrazadas por el silencio uno
está ante el riesgo de perderse, de derramarse y disiparse.
El silencio es un cerrar la boca que mantiene el corazón bien abierto
y la mente bien despejada y libre: libre de toda pretensión, afán o
expectativa.
Ya en el siglo XVII,el abate Dinouart escribía: “Hay formas de callar
sin cerrar el corazón;de ser discreto,sin ser sombrío y taciturno; de
ocultaralgunas verdades,sin cubrirlas de mentiras”. Y en la escala
de la sabiduría, el grado más bajo sería “hablar mucho, sin hablar
mal ni demasiado”; el segundo grado consistiría en “saber hablar
poco y moderarse en el discurso”. El primer grado de la sabiduría
hace referencia a “saber callar”.
3. El silencio habla el lenguaje del corazón. El arte de callar es un arte
del corazón: “lo esencial es indecible. Sólo se habla y se escucha
bien con el corazón”.
JOSÉ MARÍA TORO
Del libro LA SABIDURÍA DE VIVIR (3ª ed.) Editorial Desclée
Video presentación del libro La Sabiduría de Vivir.