1. “Yo no puedo enseñaros nada, sólo puedo ayudaros a buscar el
conocimiento dentro de vosotros mismos, lo cual es mucho mejor que
traspasaros mi poca sabiduría.”
Sócrates
Fomentar el pensamiento crítico
¿Qué hace falta para que un alumno aprenda algo? ¿Que sea capaz de repetir la
información que le llega? ¿Que pueda memorizarla para transcribirla en un examen?
¿Que entienda el valor y la utilidad de lo que está introduciendo en su memoria?
Para APRENDER, no para memorizar, hace falta comprender, e incluso para poder
almacenar en la memoria ayuda mucho el entender y dar significado a lo que se está
almacenando.
Comprender es utilizar el PENSAMIENTO CRÍTICO, y dar respuestas no es la
forma de promover este modo de pensar, sino HACER PREGUNTAS.
El profesor, maestro o formador sólo debe cambiar su situación en el plano: ya no
es un transmisor, ya no se trata de un monólogo en el que él habla y los demás
escuchan, sino que se convierte en un guía, en un mentor de un proceso de
búsqueda de aprendizajes significativos por parte de los alumnos. Se convierte en
un “coach“, anglicismo muy manido ya a estas alturas, pero que describe una forma
de trabajo realmente útil.
Como dice Ignacio Andrío, director del proyecto Educoach: “Nuestra misión, en
contra de lo que quizá nos enseñaron, no consiste en dar respuestas correctas, sino
en saber formular preguntas que estimulen la creatividad de los alumnos de
modo que generen respuestas diferentes a las ya dadas.”
En la misma línea se encuentra el concepto de Escuela Inteligente, de David
Perkins, doctor en Matemáticas e Inteligencia Artificial por el Instituto de Tecnología
de Massachusetts (MIT) y profesor en la Escuela de Educación de la Universidad
de Harvard, dirige el Proyecto Zero junto a Howard Gardner:“Escuelas inteligentes
son las que introducen todo posible progreso en el campo de la enseñanza y el
aprendizaje para que los estudiantes no sólo conozcan, sino que piensen a
partir de lo que conocen….”
Existen estrategias de enseñanza que favorecen que gran parte de la
responsabilidad del proceso de aprendizaje recaiga sobre el alumno, y que su
trabajo sea el de APRENDER, no sólo el de estudiar. Son estrategias que se pueden
aplicar con éxito a cualquier asignatura y a cualquier actividad en el aula, adaptarse
a todas las edades y contextos, y que tienen como finalidad PENSAR PARA
2. ENTENDER las cosas, entender COMPARTIENDO conocimientos
y REFLEXIONAR y ANALIZAR lo que se aprende.
10 Técnicas sencillas para utilizar en el aula
1. Hacer preguntas durante las clases, para estimular la curiosidad: “¿Qué
pasaría si…”?, “¿Cómo es posible que…?”, “¿Qué harías tú en ese
caso…?”, “¿Qué sabéis acerca de…?, y diseñar preguntas guía, que
ayuden a reflexionar y clarificar los conceptos más importantes.
2. Utilizar gráficos y oraciones sencillas que introduzcan o enfoquen el
tema planteado.
3. Exponer distintos puntos de vista acerca de un mismo tema. Por
ejemplo un conflicto bélico contado desde la visión de cada uno de los
bandos implicados.
4. Activar la participación de todos los alumnos utilizando alguna técnica
de “participación al azar”. Por ejemplo, escribir tarjetas con los nombres e
ir eligiendo de una en una para contestar, preguntar o comentar durante
la clase.
5. Fomentar que los alumnos se conozcan entre ellos, que trabajen
juntos y que utilicen la escucha activa, pidiendo que resuman con sus
palabras lo dicho por otro compañero.
6. Hablar menos para hacer que los alumnos piensen más, mediante
paros en la clase para que trabajen y reflexionen sobre los temas que se
han tratado.
7. Utilizar el método socrático para hacer preguntas y organizar debates
entre los alumnos sobre temas que generan controversia.
8. Fomentar el trabajo colaborativo, a través de trabajos en pequeños
grupos, donde a parte de completar la tarea solicitada tengan que
previamente describir los objetivos, exponer qué estrategias utilizaron y
cómo resolvieron sus problemas.
9. Promover la “revisión por pares” de trabajos escritos, de manera que
puedan recibir retroalimentación no sólo del profesor, sino de los
compañeros,y así aprovechar los beneficios de la escritura y lectura
activas.
10. Utilizar la técnica de la clase invertida, donde los trabajos de lectura,
documentación y búsqueda de información se realizan en casa, utilizando
el espacio del aula para investigar, profundizar, practicar, resolver dudas
y debatir sobre el tema tratado.
Conocer cuáles son las competencias que favorecen el desarrollo del pensamiento
crítico, ayuda a profesores de todas las etapas a determinar en qué medida están
interiorizando los alumnos estas formas de pensar y permite intervenir
adecuadamente en este proceso.
Una guía que recoge de forma muy completa estos estándares y su forma de
evaluarlos es la guía para educadores “Estándares de Competencias para el
Pensamiento Crítico” de R. Paul y L.Elder, que podéis encontrar
3. en www.criticalthinking.org, donde existen numerosos recursos en español para
educadores de todas las etapas.
Y es que ese debe ser el fin de la educación: