Este documento define las adicciones no químicas y explica cómo se puede detectar un problema de adicción. Una conducta solo se considera adictiva si la persona pierde el control sobre ella y la actividad se convierte en el eje central de su vida. Se pueden detectar problemas de adicción cuando alguien dedica todo su tiempo a una actividad a expensas de otras áreas importantes de su vida y experimenta consecuencias negativas que no puede detener. Con el tiempo, la adicción invade todas las facetas de la vida de la persona y solo el ejercicio de la
2. ¿QUÉ ES UNA CONDUCTA ADICTIVA?
• Los términos “adictivo” o “adictiva” son hoy día muy utilizados en el lenguaje común, sin que en
muchos casos reflejen su verdadero significado. Así, decimos por ejemplo que somos adictos
al cine, al fútbol, a los helados, a la ópera… etc., para expresar que nos gusta o que
disfrutamos mucho realizando dichas actividades o tomando determinados alimentos.
3. • Sin embargo, para que una conducta pueda ser considerada adictiva, deben darse otras
circunstancias que hora veremos. Es verdad que muchas conductas y muchos objetos de
deseo o de satisfacción pueden convertirse en adictivos, pero para que eso suceda tienen que
intervenir múltiples factores y, desde luego, va a depender del uso que hagamos de ellas, del
modo en que las vamos a utilizar.
4. • Podemos decir que una conducta o actividad se convierte en adictiva cuando la persona pierde el
control sobre la misma, cuando deja de poder decidir libremente acerca del uso que hace de la
actividad de que se trate, cuando es la propia conducta o el propio “objeto de deseo” el que toma
el control sobre la persona, privando a ésta de la capacidad de decidir acerca, por ejemplo, del
tiempo que le dedica, del dinero que se gasta en ello o de la cantidad de otras posibles cosas que
abandona para poder dedicar más tiempo y atención a la conducta adictiva.
5. • Podríamos, por lo tanto, hablar de adicción a partir del momento en que una conducta se
manifiesta de un modo preponderante en la vida de una persona, impidiendo a ésta decidir
libremente y convirtiéndose en el eje central de su vida, en aquello que confiere incluso una
identidad a esa persona. Así, una persona adicta, por ejemplo a los juegos de azar, puede
percibirse como un ludópata o una ludópata antes que como un padre o una madre de familia,
confiriéndole el hecho de jugar de forma patológica una identidad “prestada”, que contribuye a
mantener el hábito.
6. ¿CÓMO PODEMOS DETECTAR UN
PROBLEMA DE ADICCIÓN?
• Las características de este tipo de trastornos hacen que muchas veces la persona afectada no
sea consciente de que tiene un problema, sobre todo si la conducta objeto de adicción es una
conducta aceptada o, incluso, muy valorada socialmente. Es el caso, por ejemplo, de personas
adictas al trabajo, al deporte o a otras actividades, que gozan de un prestigio social. Dedicar
tiempo y esfuerzo a este tipo de actividades es, por lo general, algo muy positivo para la gran
mayoría de las personas y suele indicar un alto nivel de autocontrol y de estabilidad y equilibrio
emocionales.
7. • Ahora bien, cuando alguien convierte en el eje principal de su vida una determinada conducta,
ya sea consumir una sustancia, estar con una persona o realizar una determinada actividad,
cuando ninguna otra cosa le interesa, cuando pasa todo el tiempo posible dedicado a esa
actividad a expensas de las demás facetas importantes de su vida, entonces estamos ya ante
un problema de adicción.
8. COMO ELEMENTOS ORIENTATIVOS PARA PODER
DETECTAR Y DISCRIMINAR ENTRE UN USO MÁS O
MENOS RACIONAL O NORMALIZADO Y UNA
ADICCIÓN PODEMOS TENER EN CUENTA LOS
SIGUIENTES:
9. • La persona adicta siente un deseo irrefrenable de realizar la
conducta objeto de adicción (consumir un producto,
conectarse a la red, entrar en contacto con… etc)
10. • Una vez iniciada la conducta de que se trate, se produce una
sensación de pérdida de control para autolimitarse, para dedicarle un
tiempo limitado y previsto de antemano (no puede dejar de hacer lo
que está haciendo, a pesar de haberse propuesto inicialmente una
limitación)
11. • A medida que va pasando el tiempo, suelen aparecer en la vida del adicto consecuencias
negativas relacionadas con su adicción (problemas familiares, económicos, laborales,
sociales.. etc.), a pesar de los cuales no es capaz de detener la actividad, aunque desee
hacerlo.
12. • Se produce una progresiva expansión de la conducta adictiva, que pasa a ocupar el lugar más
importante de la vida de la persona, desplazando otros intereses y otras actividades, hasta el
punto de llegar a descuidar aspectos tan importantes como las obligaciones familiares o
laborales e, incluso, los hábitos básicos de cuidado personal, como la alimentación o el sueño.
Se trata de una invasión el hábito en todas las facetas de la vida empobreciendo ésta hasta
extremos de riesgo para la salud física y psíquica.
13. • Este proceso suele ir aparejado, al menos en sus primeras fases, a lo que se denomina “negación
del problema”, es decir que el adicto tiene dificultades para reconocer que algo va mal, a pesar de
los cambios ocurridos en su vida y a pesar de lo que perciben y le transmiten las personas de su
entorno cercano. Al igual que la persona dependiente del alcohol o de otras drogas niega la
dependencia de las mismas diciendo “puedo dejarlo cuando quiera”, la persona que presenta una
o más conductas adictivas, niega su falta de libertad ante las mismas y se autoengaña, pensando
que todo está bajo control.
14. • Poco a poco, y a medida que la adicción va ganando terreno en la vida del adicto, se van
produciendo otros cambios y circunstancias. La conducta adictiva es al principio una fuente de
placer para la persona que la ejercita; sin embargo, con el transcurrir del tiempo se produce un
displacer, una sensación de malestar, desasosiego o sufrimiento que solo cede con un nuevo
episodio de conducta adictiva (por ejemplo, volviendo a jugar en el caso de un ludópata). De esta
forma, el alivio del malestar o del sufrimiento va sustituyendo poco a poco al placer inicial.
Podríamos hablar, por lo tanto, de un síndrome de abstinencia que se manifiesta de muchas
formas en función del tipo de conducta adictiva y de la intensidad de la adicción.
15. • Otro de los cambios y nuevas situaciones que se van produciendo es el hecho de que la
persona adicta necesite dedicar un tiempo cada vez mayor a su adicción o de aumentar la
intensidad o la frecuencia de la conducta para obtener el efecto deseado, o bien se produce
una disminución del efecto placentero de la conducta mantenida con la misma intensidad. Esto
es lo que se denomina el efecto de tolerancia