2. La libertad de expresión que tienen los
alumnos de escuelas de educación básica y
media es realmente fácil de suprimir o
suplantar por las participaciones y la
normativa por la que estos deben regirse,
tanto por los profesores pues estos como los
alumnos pueden sufrir una
“deshumanización” en una relación de poder
y sumisión pues los profesores son quienes
están arriba en la jerarquía de autoridad
sobre todo en las escuelas de educación
básica. (Freire, 2005)
3. Una de las modalidades de bullying que más se han puesto en
práctica últimamente (o al menos que más notoriedad han
cobrado, porque existe como tal desde que hay educación
institucional) es la que se denomina como acoso escolar de
profesores a alumnos, a veces pasada por alto o disfrazada
como ejercicio de poder o de autoridad. Pero esto se ha ido
convirtiendo en un auténtico problema para varios alumnos
que ven día tras día como son sometidos por sus propios
docentes, sin motivos aparentes.
4. El acoso escolar por parte de profesores hacia los
alumnos es doblemente agravado. Si bien el bullying
que se practica entre compañeros supone una
relación de poder dialéctica entre dominador y
dominado, el problema se establece entre pares,
entre dos de una misma condición. No es el mismo
caso cuando sucede de esta manera, ya que la
equiparación de fuerzas es imposible. El poder es
todo de uno. Y el docente es quien decide en última
instancia. (Cabezas Lopez, 2008)
5. Además de la violencia entre iguales, en
los institutos de Educación Secundaria
existe una gran conflictividad en el aula
que afecta muy negativamente no solo
al proceso de enseñanza-aprendizaje,
sino también al profesorado, y esa
conflictividad que llega a alcanzar cotas
de la violencia real, de alta intensidad,
puede hacer que el acoso entre iguales
quede como algo periférico.
6. La casi total ausencia de la autoridad docente ha traído
como consecuencia, que bastantes alumnos durante las
clases presenten conductas inadecuadas, como es el
comer chucherías o escuchar música mostrando total
desinterés hacia las explicaciones y figura de su profesor,
cuando no, interrumpiendo las clases por su frecuente
impuntualidad, llamando en voz alta a algún compañero,
haciendo comentarios inoportunos a voz en grito,
levantándose de su sitio sin el permiso del profesor,
enzarzándose con algún compañero dialéctica o
físicamente, e incluso humillando descaradamente a su
profesor. (Conflictividad en el aula. Violencia contra el
profesor/a, 2007)
7. La crisis actual ha logrado que sea una
tarea fácil atacar a la escuela. La
escuela, después de todo, rígida y
autoritaria; produce a la vez conformidad
y conflictos; discrimina a los pobres y
libera de compromisos a los privilegiados.
Estos hechos no son nada nuevos, mas
señalarlos solía ser un signo de audacia.
Ahora se requiere de verdadero valor
para defender la escuela. (Illich, 1977)
8. La libertad de expresión tanto de los alumnos
como de los docentes puede ser
interrumpida de distintas formas en una lucha
de poder entre estos, tomando uno de estos
el poder y colocándose sobre el otro
impidiéndole expresarse o defenderse
abusando de su ventaja ya sea jerárquica
por parte del profesor o de conveniencia por
parte de los alumnos, es importante que
ambas partes consigan una igualdad en
base a la jerarquía o al menos una
convivencia saludable y sin abusos.
9. Bibliografía
Freire, P. (2005). La pedagogia del oprimido.
México, D.F.: Siglo XXI.
Illich, I. (1977). Un mundo sin escuelas. México,
D.F.: Nueva Imagen.
Conflictividad en el aula. Violencia contra el
profesor/a. (2007). Recuperado el 14 de Abril de
2015, de Bullyng: Acoso Escolar:
http://www.conflictoescolar.es/conflictividad-en-
el-aula-violencia-contra-el-profesora/
Cabezas Lopez, C. (2008). Violencia escolar: El
acoso del profesor hacia el alumno. Madrid:
CERSA.