(2024-25-04) Epilepsia, manejo el urgencias (doc).docx
Fisioterapia, calidad de vida
1. Volumen 15 • Número 1
Enero-Abril 2012
ISSN: 1575-4847
Volumen 15 • Número 1
Enero-Abril 2012
ISSN: 1575-4847
• Reeducación del control postural en bipedestación a través del pie.
Reducacion of the control postural in standing across to the foot.
Beatriz María Mula Melenchón y María José Macías Cruces
• Fisioterapia en la fractura de cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano. Revisión
bibliográfica.
Physiotherapy in hip fracture surgery in the elderly. Literature review.
E. Marqués Sulé y Emilia Andrea Medina Higuera
• Ejercicio físico en la Esclerosis Lateral Amiotrófica.
Exercise in Amyotrophic Lateral Sclerosis.
Ana Isabel Macías-Jiménez y Miguel Avenza-Jaén
• Evidencias cientificas sobre Fisioterapia en las Tendinitis del Manguito Rotador y
Sindrome de Rozamiento Subacromial.
Cientific evidences about Fisiotherapy in Rotator cuff Tendonitis and Inpingement
Syndrome.
Isabel Vilar Gálvez
2. LA NUEVA GENERACIÓN EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
El perfil de los fisioterapeutas que trabajan en la administración pública ha cambiado desde que comenzaran
su andadura los primeros fisioterapeutas, que se iniciaron como una especialidad de enfermería. Quizás hayamos
perdido mucho al desligarnos de la enfermería y emanciparnos como una carrera propia, ya que nuestra
representación en todas las negociaciones es escasa o nula, por no decir de las controversias en el uso de agujas
de acupuntura para diferentes técnicas como punción seca, EPI, acupuntura, etc.
El caso es que, aquellos fisioterapeutas, pudieron tener una estabilidad laboral a corto-medio plazo (en su
mayoría), ya que, al ser pocos, la lucha en las oposiciones era menor y la bolsa de trabajo se movía mucho. La
mayoría tenían, y tienen, clínicas propias donde continúan desarrollando su labor profesional en el ámbito privado;
ya que la demanda al inicio iba creciendo y los fisioterapeutas no eran muchos.
En la actualidad la mayoría de los fisioterapeutas que trabajan en la administración pública no obtienen
estabilidad laboral a corto-medio plazo, la mayoría encadenan contratos eventuales que, en muchas ocasiones, la
administración se resiste a convertir en interinidades. Además estos fisioterapeutas deben luchar muy duro por
intentar sacar una plaza en oposición, puesto que la competencia es amplia y fuerte. Un detalle a tener en cuenta
es que, en su mayoría, sólo trabajan para la administración pública, lo que disipa cualquier conflicto de intereses
que sí tienen (o pueden tener) los profesionales sanitarios que tienen empresa propia y que desarrollan su labor
como sanitarios también en el ámbito privado. Pero esta generación, que decide apostar sus cartas a una incierta
sanidad pública, no deja de formarse, aunque sólo pueda desarrollar lo nuevo aprendido en un ámbito en el que
no van a sacar un rendimiento económico del nuevo conocimiento adquirido.
En este momento en el que tantos fisioterapeutas deciden cursar otras carreras para intentar tener un porvenir
profesional, o para mejorar su presente, sigue existiendo una vocación por hacer las cosas bien hechas aún no
obteniendo ningún beneficio económico a determinados esfuerzos.
Precisamente ahora el sistema público tiende a naufragar porque no le dejan otra opción, porque, me atrevo a
decir, que los trabajadores del mismo no son el problema, ya que la tendencia es a trabajar en exclusividad para
la administración, con más precariedad en los contratos y con mejor formación. Pero los intereses económicos
derivados de las posibles privatizaciones harán sombra al esfuerzo de tanta gente que día a día da lo mejor en su
trabajo, aunque los llamen, a veces con desprecio: funcionarios.
Esther García Delgado
Editorial
2 Fisioter calid vida.2012;15(1)
4. D. Pedro Marín Carratalá. Murcia (España).
D. Antonio T. Ríos Cortés. Murcia (España).
Dª. Mª Eulalia Martínez Fernández. Murcia (España).
D. Alejandro Garrido Vallés. Murcia (España).
D. Victor Jiménez Ruiz. Murcia (España).
D. César Fernández de las Peñas. Madrid (España).
D. Jaime Espinosa Carrasco. Murcia (España).
D. Fulgencio Buendía López. Murcia (España).
D. Javier Meroño Gallut. Murcia (España).
D. José Manuel Ortiz Marín. Murcia (España).
D. Juan Martínez Fuentes. Murcia (España).
Dª. María Antonia Murcia González. Murcia (España).
D. Adalbert I. Kapandji. París (Francia).
D. Ángel Martínez Carrasco. Murcia (España).
D. Antón De Wijer. Utrecht (Holanda).
Dª. Antonia Jiménez Conesa. Murcia (España).
Dª. Carolina Vázquez Villa. Murcia (España).
Dª. Cristina Aramburu de Vega. Valencia (España).
D. David G. Simons. Covington (EEUU).
D. Diego Albaladejo Monreal. Murcia (España).
D. Francisco Checa Olmos. Almería (España).
D. Francisco Javier Jimeno Serrano. Murcia (España).
D. Gary Heir. New Jersey (EEUU).
D. Iban Arrien Celaya. Pais Vasco (España).
D. José Luis García Madrid. Murcia (España).
D. Joseph Benítez Martínez. Valencia (España).
D. Jorge Rodrigo Rodríguez. Madrid (España).
D. Juan Antonio Montaño Munuera. Murcia (España).
D. Julián Maya Martín. Sevilla (España).
D. Leon Chaitow. Inglaterra (Gran Bretaña).
D. Leopold Busquet. Pau (Francia).
D. Marc Van Zuilen. Madrid (España).
D. Manuel Albornoz Cabello. Sevilla (España).
D. Manuel Valls Barberá. Valencia (España).
D. Mariano Martínez González. Murcia (España).
Dª. Michèle Esnault. (Francia).
D. Orlando Mayoral del Moral. Toledo. (España).
D. Rafael Aleixandre Benavent. Valencia (España).
D. Robert Gerwing. Bethesda, Maryland. (EEUU).
D. Tomás Alías Aguiló. Islas Baleares (España).
D. Víctor Zamora Conesa. Murcia (España).
D. Victorino de la Fuente Crespo. Madrid (España).
D. José Luis de la Hoz Aizpurua. Madrid (España).
D. Andrzej Pilat. (Venezuela).
D. Mariano Rocabado Seaton. Santiago de Chile (Chile)
D. Juan Madrid Conesa. Mucia (España)
D. Francisco Checa Olmos. Almería (España)
D. Nils Ove Andersson Silva. (España)
DIRECCIÓN EDITORIAL
Dña. Esther García Delgado Murcia (España)
SUBDIRECCIÓN
D. Antonio Tomás Ríos Cortés. Murcia (España)
COORDINADOR
D. Francisco Ruiz Salmerón. Murcia (España)
Revista de Fisioterapia y Calidad de Vida
Comité de Redacción
Comité de Científico
4 Fisioter calid vida.2012;15(1)
FE DE ERRATAS: Por error no se habían incluido entre los nombres del Comité Científico a: D. Ángel Martínez Carrasco, D. Mariano Martínez González,
D. Francisco Javier Jimeno Serrano, D.Víctor Zamora Conesa, Dña. Antonia Gómez Conesa y D. Juan Antonio Montaño Munuera.
6. RESUMEN
Normalmente concebimos el cuerpo humano y sus
estructuras de modo aislado, error que no se debe
cometer en el análisis del control postural de la
bipedestación, donde vemos que intervienen musculatura
como: abductor del V dedo, interóseos plantares y
dorsales, tríceps sural, isquiosurales, multífidos,
isquiococcigeos y elevador del ano. Observamos tras la
revisión bibliográfica realizada en las bases de datos
Pubmed, Souchard, Sutherland, Busquet y GDS,
diferencias que muestran los diferentes autores en cuanto
a la responsabilidad de dichos músculos en el control
postural. Pero es clara la importancia del pie y sus
estrechas relaciones con el sistema vestibular que
transfiere el estimulo a la musculatura estática que busca
la extensión de nuestro cuerpo.
Objetivos: Evaluar si existen cambios morfológicos del
apoyo plantar y de la estática tras la realización del
tratamiento propuesto.
Material y método: En una muestra de 15 personas se
realizará los siguientes procedimientos: 1) firma del
consentimiento informado, 2) formalización de la historia
clínica basada en el ICF, 3) marcación de los puntos de
referencia cineantropométricos para la posterior
medición, 4) realización de la fotografía en el plano
sagital, 5) toma de muestra del apoyo plantar, 6)
realización del tratamiento, 7) repetición de los pasos 4 y
5. Todas las imágenes serán tratadas a través del
programa de análisis de imagen Image J v.1.36. y se
realizara una comparativa de los datos obtenidos previa y
posteriormente a la intervención terapéutica.
Conclusiones: El tratamiento fisioterápico del pie, según
el concepto Bobath, mejora el equilibrio. Podemos intuir
la eficacia de dicho tratamiento sobre todo en persona
con el pie cavo.
Palabras claves: Equilibrio postural, extremidad inferior,
pie, fisioterapia, fotografía.
Beatriz María Mula Melenchón.
Fisioterapeuta del Hospital Virgen del Alcázar en Lorca.
María José Macías Cruces
Fisioterapeuta del Centro de Fisioterapia y Rehabilitación Physios en Estepona (Málaga).
Dirección para correspondencia:
Beatriz María Mula Melenchón.
C/ Eulogio Periago nº 11 - 30800 Lorca (Murcia)
Teléfono: 669 58 48 91 - E-mail:beatrizmula@gmail.com
Reeducación del control postural en bipedestación a través del pie.
Reducacion of the control postural in standing across to the foot.
6 Fisioter calid vida.2012;15(1)
7. 7Fisioter calid vida.2012;15(1)
Beatriz María Mula Melenchón y María José Macías CrucesReeducación del control postural en bipedestación a través del pie
ABSTRACT
Normally we conceived the human body and its structures
of isolated way, error that is not due to commit in the
analysis of the postural control of the bipedestación,
where we see that they take part musculature like:
abductor of the V plantar and dorsal, triceps sural,
isquiosurales finger, interóeos, multífidos, isquiococcigeos
and elevating of the anus. We observed after the
bibliography revision made in the data bases Pubmed,
Souchard, Sutherland, Busquet and GDS, differences that
show the different authors as far as the responsibility from
these muscles in the postural control. But importance of
the foot and its narrow relations with the system of
vestibular that it transfers I stimulate to the static muscle
that looks for the extension of our body. OBJECTIVE: To
evaluate if morphologic changes of the plantar support
and statics exist after the accomplishment of the proposed
treatment. MATERIALS And METHODS: In a sample of 15
people it will be made the following procedures: 1)
company/signature of the informed consent, 2)
formalization of the clinical history based on the ICF, 3)
bearing of the cineantropometricos datum points for the
later measurement, 4) accomplishment of the photograph
in the saggital plane, 5) taking of sample of the plantar
support, 6) accomplishment of the treatment, 7) repetition
of steps 4 and 5. All the images will be treated through
proceeds of image analysis image J v.1.36. and a
comparative one of the data collected previously and to
the therapeutic intervention was made later.
Key words: Postural balance, Lower extremity, foot,
physical therapy, photography.
Conclusions: The treatment of Physical therapy of the foot,
according to the concept Bobath, improves the balance.
We can feel the efficiency of the above mentioned
treatment especially in person with the high instep.
INTRODUCCIÓN
El cuerpo humano y su postura, se interrelaciona a través de
las cadenas musculares y su funcionalidad viene descrita
por el tipo de fibras que las compone. Nos vamos a centrar
en la descripción de los músculos, que en las referencias
bibliográficas consultadas nos marcan una importancia
clara en el control postural y sobre los que aplicaremos la
propuesta terapéutica: abductor del V dedo, interóseos
plantares y dorsales, tríceps sural, sóleo, bíceps femoral,
semitendinoso, semimembranoso, multífidos, coccígeo,
elevador del ano, pubococcigeo, iliococcigeo (1).
Podemos mencionar que hay discrepancias entre la teoría
propuesta por diferentes autores. Bousquet nos divide entre
cadena anterior dinámica donde nos incluye el
semimembranoso y cadena anterior estática de flexión
donde nos incluye el suelo pélvico, y en cadena posterior
estática de extensión a los multífidos y en la dinámica
interóseos y sóleo. En las cadenas cruzadas nos incluye al
suelo pélvico y en la lateral estática la fascia plantar (2).
Souchard lo divide en cadena anterior estática: soleo-
gemelos, semimembranos, semitendinoso y multifidos,
mientras que en cadena posterior estática incluye a soleo,
gemelos, semimembranoso, semitendinoso y multífidos (3).
Es importante conocer el tipo de fibra que poseen los
músculos, atendiendo a que podemos diferenciar fibras
blancas tipo I (gruesas y rápidas), también denominadas FT,
que actúan en los casos en que se exige un rendimiento
rápido e intenso del músculo, donde incluimos a los
gemelos ó fibras rojas o tipo II (finas y lentas), que actúan
cuando el músculo trabaja con poca intensidad como por
ejemplo el soleo, los isquiosurales y multífidos.
Además debemos mencionar que el enderezamiento de la
columna dorsal se realiza a través del diafragma que se
encarga de la extensión de las tres primeras vértebras
lumbares mientras que el epiespinoso tiende a cifosar
dichas vértebras.
8. La estática posterior del tronco va a depender del:
esqueleto, fascia posterior, presión intra-torácica e intra-
abdominal. El enderezamiento de la columna lumbar lo
realizan las fibras oblicuas del cuadrado lumbar a partir de
sus puntos fijos de insercción (torácico e iliaco). El
autocrecimiento provoca una disminución de las curvas
cervicales y lumbares, y un enderezamiento de la zona
dorsal. El sistema de autocrecimiento se organiza a partir de
los ligamentos cervicales posteriores, aponeurosis dorsal y
lumbar. El cráneo, tórax y pelvis se convierten en zonas de
fijación. Cuanto más erguidos estemos más precario será el
equilibrio (4).
Para entender la transmisión de la información desde los
receptores al sistema nervioso central debemos además
conocer qué sistemas controlan la postura:
Si atendemos a los sistemas descendientes podemos dividir
los mismos en ventromediales y dorsolaterales. Dentro de
los ventromediales que son los que controlan la postura,
nos encontramos con el sistema vestíbulo-espinal,
especialmente conectado con los estímulos llegados desde
el pie, a través de los receptores de tacto y de presión, que
interrelacionan las grandes articulaciones del miembro
inferior y dan un estímulo de extensión anti-gravitatoria al
tronco, vehiculizado por receptores como los
graviceptores, presentes en las vísceras del abdomen.
También encontramos el tracto retículoespinal
protuberancial y así como el tectoespinal. Dentro de los
sistemas dorso laterales encontramos el rubroespinal,
corticoespinal y tracto retículoespinal bulbar.
El sistema vestibular recibe aferencias desde los
propioceptores, visión y cerebelo, que envían la
información a los núcleos vestibulares que la integran para
producir una adaptación postural automática.
Emite del mismo modo eferencias a través del tracto medial,
excitando motoneuronas del cuello y del tronco superior, y
del tracto lateral, excitando motoneuronas de músculos
extensores e inhibiendo las de los músculos flexores (5).
En función del predominio de la cadena muscular
encontrada en el paciente observaremos diferentes huellas
plantares como puede ser la normal, cavo (en sus tres
grados) y plano (6).
En nuestro estudio hemos utilizado el fotopodograma para
obtener la huella plantar estática, que nos va a proporcionar
una imagen con contornos bien marcados, que nos dará la
posibilidad de hacer una medición precisa a la hora de
determinar los datos a valorar en cuanto a morfología,
modificación de áreas, etc.
OBJETIVOS:
-Mejorar el equilibrio utilizando el tratamiento fisioterápico
del pie propuesto por el concepto Bobath.
- Verificar la eficacia de dicho tratamiento en personas con
el pie cavo.
MATERIAL Y MÉTODO
El material empleado en el desarrollo de este estudio fue el
siguiente:
- Báscula para pesar a los participantes.
- Cinta métrica.
- Liquido fijador y revelador.
- Agua.
- Papel fotográfico de fibra mate.
Tomamos una muestra de 15 adultos (9 mujeres y 6
hombres), todos ellos estudiantes universitarios, con un
rango de edad entre los 20 y 32 años.
Hemos realizado una toma de datos cumplimentando la
historia clínica del participante utilizando el cuestionario
8 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
9. 9Fisioter calid vida.2012;15(1)
Beatriz María Mula Melenchón y María José Macías CrucesReeducación del control postural en bipedestación a través del pie
CIF (clasificación internacional de la funcionalidad), con
firma previa del consentimiento informado.
Para calcular el IMC (índice de masa corporal) pesamos a
cada uno de los participantes y seguidamente lo medimos.
A continuación realizamos el test de equilibrio monopodal
sin visión para la cual colocamos inicialmente a cada
participante sobre suelo firme colocando la pierna sin
apoyo en flexión de 90º de rodilla, las piernas en ligera
abducción y los brazos a lo largo del cuerpo (Figura 1 y 2).
Valoramos durante 30 segundos cada pie parando el
cronómetro en cada fallo para pedirle al participante que se
coloque nuevamente en la posición de partida.
Consideramos como fallos el contacto entre ambas pierna,
separación de los brazos así como tocar el suelo con el
miembro inferior levantado. Después realizamos la misma
secuencia sobre una espuma de densidad media para
limitar así el componente propioceptivo.
Seguidamente realizamos el fotopodograma del pie que
hubiera tenido más fallos durante el test de equilibrio
monopodal sin visión sobre suelo firme (7). El pie indicado
se impregna con líquido revelador mediante una gasa,
colocamos una hoja de papel fotográfico sobre el suelo
firme y a continuación situamos el pie del participante
sobre la misma con un apoyo monopodal y flexión de 90º
de rodilla de la pierna que no apoya, permitiéndole apoyar
los miembros superiores sobre una superficie estable.
Mantenemos la posición durante un minuto, y a
continuación se sienta apoyando el miembro inferior que se
encontraba en flexión y sin despegar el que esta apoyado
sobre el papel fotográfico (8). Una vez sentado ayudamos a
retirar el pie del papel. Acto seguido introducimos el papel
en una cubeta con líquido fijador durante 30 segundos y
posteriormente en otra cubeta con agua para neutralizar la
imagen. Una vez obtenida el dibujo de la huella plantar,
dejamos secar en un lugar oscuro.
Seguidamente procedemos al tratamiento del pie valorado
para lo cuál utilizamos el tratamiento del pie propuesto por
el concepto Bobath, insistiendo en dar una buena longitud
al tríceps sural (Figura 3) que es el encargado de
proporcionar una buena flexión dorsal. Elongamos la fascia
plantar llevando el pie a la máxima eversión que nos
ayudará a la aparición de los extensores de los dedos y a
mejorar la alineación de todas las grandes articulaciones
*Figura 1: Test de equilibrio
monopodal sin visión.
*Figura 2: Test de equilibrio
monopodal sin visión.
*Figura 3: Colocación del liquido revelador.
10. del miembro inferior, inhibiendo a los flexores de los dedos
y la musculatura que acorta el arco longitudinal de la
bóveda plantar (9). (Figura 4 y 5).
Realizamos una facilitación específica del abductor del V
dedo, buscando una eversión y un aumento del arco
transversal del arco de la bóveda (Figura 6).
Por último realizamos una facilitación de los músculos
intrínsecos antes descritos y la movilización de los
metatarsianos y dedos (Figura 7).
Buscamos aumentar la receptividad de las estructuras y
receptores que nos muestran cómo está nuestro pie en todo
momento.
Después del tratamiento se realiza nuevamente el
fotopodograma y el test de equilibrio monopodal sin visión
del pie tratado. Las valoraciones así como el tratamiento
fueron realizados cada uno de ellos por la misma persona,
intentando minimizar los sesgos interobservador.
Una vez finalizadas todas las exploraciones los
fotopodogramas fueron escaneados, a 600 puntos por
pulgada y tratados posteriormente con programas de
edición de imagen para determinar las líneas que nos
permitirán el cálculo del Índice del arco (Arch Index), así
como las áreas de los dedos y de la huella plantar, para lo
cuál empleamos el programa Image J.
Para el posterior análisis
estadístico empleamos el
programa SPSS versión
12.01.
El índice de arco lo hallamos
marcando dos líneas
paralelas; una en el punto
más posterior del talón y otra
en la parte más anterior del
antepié. Después dividimos
la distancia en tres partes
iguales, lo cuál determinó el antepié (A), mediopié (B) y
retropié (C) (10). (Figura 8).
Calculamos el área de cada una de estas partes con el
programa Image J y realizamos el cálculo del índice de
arco, para determinar el tipo de pie que poseen los
participantes.
Hemos realizado una búsqueda de información en las bases
de datos de Pubmed , EBSCO, artículos científicos y varias
revistas electrónicas a través de DOYMA, con las palabras
claves y con los descriptores: Postural balance, Lower
extremity, foot, physical therapy, photography.
10 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
*Figura 4: Realización del
fotopodograma del pie a tratar.
*Figura 5: Obtención de la
huella plantar.
*Figura 6: Tratamiento del pie
según el concepto Bobath.
*Figura 7: Elongación del Triceps
sural.
*Figura 8: Elongación de la fascia
plantar.
11. 11Fisioter calid vida.2012;15(1)
Beatriz María Mula Melenchón y María José Macías CrucesReeducación del control postural en bipedestación a través del pie
RESULTADOS
Los resultados obtenidos se basan en los siguientes datos:
La muestra es de 15 participantes, de edad comprendida
entre 20 y 32 años, talla media (m) de 1,68, peso medio
(Kg) de 61,86 e IMC medio de 21,72.
Aplicamos un test no paramétrico porque el valor
muestral es pequeño, cuyos cálculos no se basan en
valores medios sino en ordenaciones (mediana).
Empleamos la prueba de Wilcoxon para dos muestras
relacionadas (esto quiere decir que la prueba compara en
cada individuo el valor antes y después del tratamiento).
Tanto para el test en suelo como el test en espuma, como
podemos observar en la tabla 1 y gráfico 1.
Observamos que existen diferencias en el test de
equilibrio monopodal sin visión realizado antes del
tratamiento y después, obteniendo mejores resultados
tras el mismo.
En la tabla 2 mostramos los datos estadísticos
de contraste.
Como se observa en la última fila, no existen diferencias
significativas para ninguna de las parejas estudiadas, ya
que el valor de p≥0.05, al igual que hemos visto en la
tabla anterior.
No existen diferencias significativas ya que p=0.715
*Figura 9: Eversión del pie.
Gráfico 1: Resultado de las pruebas del test de equilibrio monopodal
sin visión antes y después del tratamiento.
Tabla 1: Resultado de las pruebas del test de equilibrio monopodal sin
visión antes y después del tratamiento.
Tabla 2: Resultados comparativos del test de equilibrio monopodal
antes y después del tratamiento sobre suelo firme y espuma.
Tabla 3: Resultados estadísticos de contraste de los diferentes dedos
del pie tratado.
Tabla 4: Estadísticos de contraste del índice plantar.
12. antes y después en el índice plantar.
Cuando comparamos las áreas tanto de los dedos como
del antepié, mediopié y retropié antes y después del
tratamiento y con los datos obtenidos podemos afirmar
que no existen diferencias significativas.
Por ello cuando calculamos
el índice de arco, no existen
igualmente diferencias
significativas en el pie
tratado antes y después.
La variable del índice
plantar es igual al área del
medio pie (B), dividido por
la suma de las áreas del
antepie (A), mediopie (B) y
retropié (C), y la hemos
categorizado en tres tipos de pie para comparar por
último si existen diferencias en los test de equilibrio según
el tipo de pie, obteniendo los siguientes resultados.
Realizamos la prueba de Wilcoxon relacionando el tipo
de pie, y comprobamos que para los pies planos (5
sujetos) no hubo diferencias significativas para los pies
normales (4 sujetos) no hubo diferencias significativas,
pero para los pies cavos (6 sujetos) hubo diferencias en la
primera pareja (en la variable test equilibrio en suelo
antes y después) (11).
DISCUSIÓN
Es cierto que nuestros datos no podemos compararlos con
ningún otro autor, ya que no hemos obtenido en la
búsqueda bibliográfica ningún artículo científico, ni
monografía que hayan empleado ni el mismo método ni
12 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
Gráfico 2: Tipos de pie.
Tabla 5
Tabla 6: Resultados estadísticos del test de equilibrio monopodal sin
visión antes y después del tratamiento sobre suelo y espuma según el
tipo de pie.
*Figura 10: Facilitación del Abductor de V dedo.
Figura 12: Fotopodograma. Figura 13: Índice del arco plantar.
*Figura 11: Facilitación de la
musculatura intrínseca del pie y
movilización de los dedos y
metatarsianos.
13. 13Fisioter calid vida.2012;15(1)
Beatriz María Mula Melenchón y María José Macías CrucesReeducación del control postural en bipedestación a través del pie
la estrategia terapéutica empleada.
Sólo en algunas referencias observamos como algunos
autores relacionan la mejora del equilibrio tras el
tratamiento fisioterápico a nivel del pie, aun sólo
habiendo observado que éstos realizan estudios respecto
a los estiramientos del tríceps sural (Avela, 2004) (12).
Si existen publicaciones que ponen en relación la
arquitectura plantar con la diferencia en la orientación y
en el movimiento del centro de masas (Wounds, 2000), el
cuál no es uno de los propósitos de nuestro estudio.
Kavounoudias (2001) muestra la importancia en el control
postural del tibial anterior y el sóleo, pero olvida
categóricamente la musculatura intrínseca del pie, que
tiene una importancia clave, en el control postural (13).
Por último reseñar la existencia de gran cantidad de
sistemas de valoración, por lo general de alto coste, que
tienden a objetivar tanto los apoyos, áreas y que observan
al pie en movimiento, pero olvidando qué es lo que está
sucediendo de los pies hacia arriba.
CONCLUSIONES
Tras el estudio llevado acabo durante estos últimos meses
y su puesta en práctica, podemos concluir que se puede
mejorar el equilibrio aplicando el tratamiento
fisioterápico del pie según el concepto Bobath, sobre todo
en aquellas personas que poseen un pie cavo, mientras
que en pies planos y normales no obtenemos diferencias
significativas.
Este estudio lo hemos realizados en personas que no
poseían ningún tipo de patologías en los miembros
inferiores y observando los resultados, nos anima a seguir
por este camino de trabajo, siendo una de nuestras metas
realizar dicho estudio en personas con patologías.
AGRADECIMIENTOS.
A Juan Carlos Bonita Gadella, profesor de la Universidad
Católica de San Antonio de Murcia, por su colaboración
y apoyo en la realización de este trabajo.
BIBLIOGRAFÍA.
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anatomía Humana.
Tomo 1 y 2. 32ª edición. Editorial médica panamericana.
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Aspectos biomecánicos. Cadenas antero-laterales. 2ª edición. Paris
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14. Fisioterapia en la fractura de cadera intervenida
quirúrgicamente en el anciano. Revisión bibliográfica.
Physiotherapy in hip fracture surgery in the elderly.
Literature review.
14 Fisioter calid vida.2012;15(1)
RESUMEN
Introducción. Las fracturas de la articulación de la cadera
en la tercera edad pueden conllevar un importante declive
en la capacidad funcional, autonomía, calidad de vida,
pérdida de movilidad e incapacidad en actividades
cotidianas. El tipo de cirugía depende del estado físico,
estado mental y la existencia de patología ósea o articular
previa, si bien las técnicas y objetivos fisioterápicos son
similares en todas ellas. La edad tiene un efecto crítico en
los programas fisioterapéuticos en fractura de cadera en
ancianos, la cirugía se relaciona con menor tiempo de
hospitalización y descenso de morbilidad y mortalidad.
Objetivos. Determinar los objetivos de los programas de la
fisioterapia en estos pacientes, las técnicas empleadas y la
frecuencia y duración total de las sesiones de fisioterapia.
Resultados. El principal objetivo es la prevención de la
progresión de la incapacidad y recuperación de la
capacidad funcional previa a la fractura. Además se
pretende conseguir una movilidad independiente,
bipedestación y marcha segura, mejoría en función física,
fortalecimiento muscular y movilidad articular. Las técnicas
fisioterapéuticas varían en función del tipo de intervención
quirúrgica y el momento temporal. Deben estructurarse en:
fisioterapia pre y post quirúrgica. Las sesiones de
fisioterapia deben realizarse 5 días semanales, a razón de
una hora diaria, durante 6 meses. Conclusiones. El objetivo
principal es la prevención de la progresión de la
incapacidad y recuperación de la capacidad funcional
previa a la fractura. Las técnicas empleadas en fisioterapia
pre y post quirúrgica varían en función de tipo de cirugía y
el momento temporal, si bien deben realizarse una hora
diaria 5 días a la semana durante 6 meses.
Palabras clave. Fisioterapia, rehabilitación, anciano,
fractura, cadera.
ABSTRACT.
Introduction. Hip fractures in elderly patients can lead to a
significant decrease in functional capacity, quality of life,
autonomy, mobility decrease and disability in daily life
Elena Marqués Sulé.
Fisioterapeuta.
Emilia Andrea Medina Figuera.
Fisioterapeuta.
Dirección para correspondencia:
Elena Marqués Sulé
C/ En Sanz, 4. Valencia. 46001
Teléfono: 961 14 25 84
E-mail: marqueselena@hotmail.com
15. 15Fisioter calid vida.2012;15(1)
Elena Marqués Sulé y Emilia Andrea Medina HigueraFisioterapia en la fractura de cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano. Revisión bibliográfica.
activities. The type of surgery depends on the physical state,
mental state and the existence of prior bone or articular
pathology, while techniques and physiotherapeutic
objectives are similar in all of them. Age has a critical effect
on physiotherapeutic programs in hip fracture in elderly
people, surgery is associated with shorter hospitalization
and with a reduction of morbidity and mortality. Objective.
Determine the objectives of physiotherapeutic programs in
these patients, which techniques are used and the
frequency and total duration of the sessions. Results. The
main objective is to prevent the progression of disability,
and to recover functional capacity there was prior to
fracture. It is also wanted to get independent mobility, safe
standing, improvement in physical function, muscle
strengthening and articular mobility. Physiotherapeutic
techniques vary depending on the type of surgical
intervention and the temporary moment. They must be
structured in: physiotherapy pre and post-surgical
intervention. Physiotherapeutic sessions must be done 5
days per week, one hour a day, for 6 months. Conclusions.
The main objective to prevent the progression of disability
and to recover functional capacity there was prior to
fracture. Techniques used in physical therapy pre and post-
surgical intervention vary according to the type of surgery
and the temporary time, but physiotherapy must be done
one hour a day, 5 days a week for 6 months.
Key words. Physiotherapy, rehabilitation, elderly, old,
fracture, hip, thigh.
especially in person with the high instep.
INTRODUCCIÓN.
Las fracturas de la articulación de la cadera son lesiones
comunes y con gran impacto en la tercera edad (1-3). En
España, el 90% de fracturas de cadera ocurren en ancianos
de más de 64 años de edad (4), la mayoría se producen en
ancianos de alrededor de 80 años(5), constituyen la primera
causa de ingresos y la mayor permanencia en hospitales en
la población anciana (5,6) y tienen un elevado coste
económico (7,8). Entre la población de la tercera edad, una
de cada tres mujeres y uno de cada seis hombres padecerán
una fractura de cadera (9) y un 20-30% de las personas
mayores con fractura de cadera muere en un año (10). La
fractura de cadera en el anciano puede conllevar un
importante declive en la capacidad funcional y autonomía
(11,12), pérdida de gran parte de la movilidad o incluso la
incapacidad de realizar tareas de la vida cotidiana (9,13) y
afectar de forma clara a su calidad de vida (2,14). Varios
estudios muestran que tras la fractura, la mayoría de
pacientes con fractura de cadera no recuperará la función
que tenía antes de la lesión y un 38-50% necesitará ayudas
para andar o no podrá caminar (3,14,15). Dos años tras la
fractura, los supervivientes tienen una probabilidad de tener
limitación de movilidad cuatro veces mayor que los de su
misma edad que no han sufrido fractura de cadera, y una
probabilidad más de dos veces mayor de ser
funcionalmente dependientes (10,16). Por todo ello cabe
resaltar la importancia relativa a un adecuado tratamiento
de este tipo de lesiones en la vejez.
Las fracturas de la articulación de la cadera pueden
clasificarse en intracapsulares y extracapsulares,
dependiendo del lugar de la fractura y en relación a la
inserción de la cápsula en la articulación de la cadera y la
parte proximal del fémur. La consideración quirúrgica
dependerá del estado físico del paciente anciano, estado
mental y la existencia de patología ósea o articular previa
(11). La técnica quirúrgica empleada por el cirujano
influirá, respecto a la fisioterapia, sobre todo en los tiempos
e intensidades de tratamiento (tiempo de hospitalización,
inicio de la deambulación, etc.), ya que las técnicas y
objetivos fisioterápicos son similares en todas ellas.
Actualmente, la mayoría de fracturas de cadera se tratan
mediante cirugía, que implica fijación interna donde se
16. encuentra la fractura mediante diversos implantes que
permiten conservar la cabeza del fémur o mediante el
reemplazo de ésta con una prótesis (5).
La fisioterapia adquiere gran importancia en el cuidado de
los pacientes de edad avanzada con fractura de cadera, no
obstante, la pluripatología que normalmente afecta a este
tipo de pacientes condiciona en algunos casos
complicaciones y problemas asociados a la edad (5,16) de
forma que los pacientes con comorbilidades, función física
deteriorada y bajas puntuaciones en las escalas mentales
previas a la lesión, obtienen resultados inferiores en el
programa de fractura de cadera en geriatría (7,12). La
morbilidad, movilidad, condiciones clínicas y capacidad
funcional son predictores del logro de la rehabilitación y
pueden ser usados como herramientas útiles para la
determinación del potencial, las necesidades y el programa
rehabilitador del paciente (9). La edad tiene un efecto
crítico en la planificación de patrones de rehabilitación de
fractura de cadera en pacientes de edad avanzada (12,17),
la operación realizada en pacientes mayores de 65 años se
relaciona con un menor tiempo de hospitalización y
descenso de la morbilidad y mortalidad (10) y las
complicaciones y readmisión hospitalaria no aumentan de
forma significativa(18).
Objetivos. En esta revisión se establecen como objetivos:
1. Determinar los objetivos de los programas de la
fisioterapia en la fractura de cadera intervenida
quirúrgicamente en el anciano.
2. Determinar las técnicas fisioterápicas empleadas,
frecuencia de realización de las sesiones y duración total
del programa.
MATERIAL Y MÉTODOS.
Se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos
Medline, Cochrane, PEDro-Physiotherapy evidence
database y Cochrane plus, así como en las revistas Free
Medical Journals (Age and ageing, The Gerontologist, The
journals of gerontology series A, Geriatrics y Physical
Therapy). Se emplearon las palabras clave: physiotherapy,
rehabilitation, elderly, old, fracture, hip, thigh, mediante el
uso de operadores booleanos. Se obtuvieron 18 artículos
que investigaran acerca de la fisioterapia en la fractura de
cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano.
RESULTADOS.
La rehabilitación tras una fractura de cadera pretende
restaurar y mejorar la movilidad articular (5) y ayuda a la
recuperación funcional, implica mejoría a nivel de
fortalecimiento muscular y función física (3). El principal
objetivo del tratamiento de la fractura de cadera es la
prevención de la progresión de la incapacidad y
recuperación de la capacidad funcional previa a la fractura
(1,13) y tras cirugía por fractura de cadera el objetivo es
conseguir que los pacientes se mantengan en pie de forma
segura y caminen (5).
Una vez el anciano ha sufrido una fractura de cadera,
corresponde tanto al hospital como al servicio de atención
primaria, servicios sociales y cuidadores proporcionar los
medios necesarios de cuidados y rehabilitación (6). Los
hospitales con mayores de 65 años ingresados por fractura
de cadera deben proporcionar programas formales de
fractura de cadera en ancianos que sean llevados a cabo
con un enfoque multidisciplinar y supervisados por un
equipo geriátrico (6,7,18). Se recomienda la aplicación de
un programa de rehabilitación especializada supervisada
por un geriatra, dentro de un equipo interdisciplinar e
incluyendo el tratamiento geriátrico desde el ingreso (5). El
tratamiento debe iniciarse cuando así lo indique el cirujano
y el médico rehabilitador, para coordinar el inicio del
tratamiento y la evolución (18).
Deben prevenirse las secuelas del encamamiento como
16 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
17. 17Fisioter calid vida.2012;15(1)
Elena Marqués Sulé y Emilia Andrea Medina HigueraFisioterapia en la fractura de cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano. Revisión bibliográfica.
úlceras por decúbito, problemas venosos, complicaciones
respiratorias, infecciones urinarias, etc. por lo que es
necesaria la fisioterapia temprana en este tipo de pacientes,
que se asocia con un mayor porcentaje de retorno al estatus
residencial previo a la fractura (18). La movilización precoz
y la fisioterapia pre y post cirugía puede prevenir problemas
y complicaciones de tipo tensional, y trombótico venoso,
reducen complicaciones pulmonares y úlceras por
decúbito. Por tanto, está demostrado que el tratamiento
multidisciplinar en la fractura de cadera debe ser lo más
temprana posible (12,18) y si las condiciones médicas del
paciente lo permiten debe comenzarse a las 24 horas post
cirugía.
Los ejercicios deben ir encaminados a conseguir una
adecuada marcha y realización de las actividades de la vida
diaria (lavarse, vestirse, etc.), con el objetivo de conseguir
una movilidad independiente y la consiguiente
funcionalidad (2,11). El equilibrio y el modo de andar son
componentes esenciales de la movilidad y predictores útiles
en la consecución de la independencia funcional (9).
Asimismo, es importante trabajar la reeducación funcional
y el reentrenamiento al esfuerzo, así como conseguir que el
anciano genere confianza en su cadera y logre un
adecuado equilibrio que le permita realizar las actividades
cotidianas. Resulta útil la aplicación de escalas de
valoración de actividades de la vida diaria en los pacientes
con fractura de cadera para comprobar los cambios debidos
al tratamiento aplicado (7).
FISIOTERAPIA PRE QUIRÚRGICA:
Cabe tener en cuenta que es recomendable realizar una
fisioterapia pre-quirúrgica que incluya fisioterapia
respiratoria y desobstrucción bronquial (estimulación de la
actividad respiratoria normal para evitar complicaciones),
ejercicios para prevención de úlceras por decúbito (evitar la
inmovilidad), ejercicios preventivos de tromboflebitis y
embolia pulmonar (flexión de cadera y rodilla del lado
sano, isométricos de cuádriceps y glúteos, movilización
activa de tobillo y pie del lado lesionado), mantenimiento
de la fuerza muscular del lado sano mediante ejercicios
globales del miembro sano activos o contra resistencia con
repeticiones frecuentes y vigilancia de actitudes viciosas (5).
FISIOTERAPIA POST QUIRÚRGICA:
En líneas generales, en el tratamiento post-quirúrgico de
fractura de cadera en ancianos se pretende restaurar el arco
articular (movilizaciones activo-asistidas suaves, evitando
actitudes viciosas y movimientos bruscos), restablecer el
tono muscular (movilización global del miembro inferior
sano, isométricos de cuádriceps y glúteos, movilizaciones
activas de rodilla), evitar el éstasis venoso (movilizaciones
activas de tobillo y dedos, ejercicios isométricos) y
estimular la actividad respiratoria. En las diferentes fases de
la rehabilitación tras cirugía se emplean movilizaciones,
reentrenamiento de la marcha y ejercicios,
recomendándose en un primer momento el reposo en cama
y limitación de levantamiento de pesos y actividades como
caminar, correr, para emplear más adelante diversas
estrategias de movilización en el hospital y después del
alta, como el reentrenamiento de la marcha y programas de
ejercicios controlados (5).
Diferentes estudios especifican la necesidad de realizar
diferentes ejercicios, sin señalar el momento en que deben
ser aplicados. En ellos varían el grado y el tiempo según la
técnica quirúrgica realizada. Algunos estudios (5) aconsejan
al paciente caminar con muletas, sentarse, subir escaleras,
reentrenamiento de la marcha con tapiz rodante, ejercicios
de fortalecimiento, entrenamiento progresivo de
resistencia, ejercicios de amplitud de movimiento (como
flexión y extensión de cadera, rodilla y tobillo), ejercicios
de equilibrio, entrenamiento funcional y ejercicios en
domicilio. Otros trabajos (14) recomiendan realizar
ejercicios activos asistidos, asistidos y resistidos,
entrenamiento de las transferencias, adiestramiento sobre la
18. 18 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
carga en la cadera intervenida, limitaciones y precauciones,
fortalecimiento de las extremidades inferiores y entrenamiento
de la flexibilidad. En el fortalecimiento muscular pueden
emplearse 3 series de 8 repeticiones cada una de ellas, a un
80% de la repetición máxima. Debe dirigirse a extensores de
cadera (bilateral), extensores de rodilla, flexores plantares. Se
ha comprobado que el fortalecimiento de cuádriceps y su
estimulación neuromuscular mejoran la movilidad de la
articulación de la cadera y disminuyen la pérdida de fuerza.
Por ejemplo se recomienda una frecuencia de 2 días a la
semana con series de 12 repeticiones de extensión de rodilla
con cada pierna (5).
Se puede establecer el siguiente protocolo en pacientes con
fracturas de cadera intervenidas:
1. En el primer día post-cirugía se recomienda control de
las posiciones, aplicación de fisioterapia respiratoria
(estimulación de la actividad respiratoria mediante
ejercicios inspiratorios y espiratorios), movilización activa-
asistida suave (abducción-aducción de cadera y flexo-
extensión de rodilla y tobillo, prestando atención a la
aproximación de cadera en determinadas intervenciones).
También se recomienda la realización de isométricos de
glúteos y cuádriceps, ejercicios activos de anteversión y
retroversión de pelvis (con la extremidad intervenida
inmóvil) y ejercicios activos de miembros superiores y
pierna sana) (17).
2. En el segundo día post-cirugía se aplicará la misma pauta
que en el primer día y además inicio de la sedestación
(intentar que las rodillas del paciente se sitúen más bajas
que las caderas).
3. En el tercer día post-cirugía, si no existe
contraindicación médica, es conveniente realizar también
la misma pauta que el segundo día, y además bipedestación
e inicio de la marcha (asistida con andador). No obstante,
algunos autores defienden que la rehabilitación debe
comenzar el tercer día post-operación en la habitación del
paciente, con fortalecimiento muscular y amplitud del
movimiento articular (17).
4. A partir del cuarto día el paciente normalmente
dispondrá del alta hospitalaria, y puede deambular con
andador si es necesario. Otros autores explican que se debe
caminar con apoyo y carga parcial desde el séptimo día (17).
De modo general, la carga del propio peso sobre la pierna
lesionada debe ser permitida, a menos que no haya certeza
de la calidad de reparación de la fractura (9). La
deambulación precoz debe llevarse a cabo incluso en los
pacientes de mayor edad, con el objetivo de obtener
resultados satisfactorios a nivel funcional (17). Por otra
parte, los ejercicios con levantamiento de peso se inician,
en general, dentro de los primeros días de la cirugía,
mejoran la movilidad y el equilibrio (5). Concretamente se
recomienda el entrenamiento analítico de la musculatura
abductora de la cadera, dado que se ha demostrado su
importancia en la marcha (7). En cualquier caso, siempre
que sea necesario, es importante aplicar técnicas para el
alivio del dolor (7).
Adunsky et al (6) refieren que la rehabilitación debe
realizarse durante cinco días a la semana, una hora diaria.
Además también debe realizarse una hora diaria de terapia
ocupacional. Si los pacientes requieren tratamientos
rehabilitadores adicionales deben llevarse a cabo en caso
de necesidad. Otros autores recomiendan una duración de
las sesiones de 15 a 30 minutos, incluso 1 hora diaria (5).
Diversos estudios muestran una mejoría en el resultado
después de 12 semanas o bien tras 6 meses de
entrenamiento físico y después de un programa
domiciliario de fisioterapia (5). A los seis meses de
rehabilitación los pacientes alcanzan un 80-90% de la
capacidad funcional que tenían previamente a la fractura. (1).
Así, los procedimientos fisioterápicos contribuyen a
mejorar la situación clínica del paciente de edad avanzada
con fractura de cadera. (6,17)
19. 19Fisioter calid vida.2012;15(1)
Elena Marqués Sulé y Emilia Andrea Medina HigueraFisioterapia en la fractura de cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano. Revisión bibliográfica.
CONCLUSIONES.
1. El principal objetivo es la prevención de la progresión de
la incapacidad y recuperación de la capacidad funcional
previa a la fractura. Además se pretende conseguir una
movilidad independiente, bipedestación forma segura,
marcha y mejoría en función física, fortalecimiento
muscular y movilidad articular.
2. Las técnicas fisioterapéuticas varían en función del tipo
de intervención quirúrgica y el momento temporal. Deben
estructurarse en: fisioterapia pre y post quirúrgica.
3. Las sesiones de fisioterapia deben realizarse 5 días a la
semana, a razón de una hora diaria, durante 6 meses.
Se recomienda la realización de un programa de
rehabilitación después de la intervención quirúrgica de
fractura de cadera en la tercera edad dado que los
beneficios experimentados por los pacientes rehabilitados
aconsejan, salvo contraindicación médica, la realización
de este programa a todos los ancianos en esta situación.
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20. 20 Fisioter calid vida.2012;15(1)
EJERCICIO FÍSICO EN LA ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA.
EXERCISE IN AMYOTROPHIC LATERAL SCLEROSIS.
RESUMEN
La ELA es una enfermedad neurodegenerativa progresiva de
etiología desconocida con una evolución de 3 a 5 años hasta
la muerte. Hoy en día no existe tratamiento curativo, siendo
el Riluzole el único fármaco aprobado como tratamiento
patogénico capaz de aumentar levemente la supervivencia.
Son muchos los estudios que tratan de determinar los efectos
del ejercicio físico en los pacientes con ELA, concluyendo en
su mayoría que el ejercicio moderado permite retrasar la
progresión de la discapacidad, así como mejorar algunos de
los síntomas y evitar las complicaciones que aparecen
frecuentemente en estos pacientes. Sin embargo, son
necesarios nuevos estudios que permitan establecer la pauta
concreta de ejercicio en el momento concreto de progresión
del paciente con ELA que permita obtener los mayores
beneficios.
Palabras clave: Esclerosis Lateral Amiotrófica, Ejercicio,
Enfermedad Neuromuscular, Fisioterapia, Actividad física.
ABSTRACT
ALS is a progressive neurodegenerative disease of unknown
etiology with an evolution from 3 to 5 years until death.
Today there is no cure, and Riluzole remains the only drug
approved for pathogen treatment that can slightly increase
survival. There are many studies that attempt to determine
the effects of physical exercise in ALS patients, mostly
concluding that moderate exercise can delay the
progression of disability and to improve some symptoms
and prevent complications that appear frequently in these
patients. However, further studies are needed to establish
the specific pattern of exercise in the particular time of
Ana Isabel Macías-Jiménez
Fisioterapeuta. Unidad de ELA. Hospital Carlos III, Madrid
Profesora asociada. Universidad Rey Juan Carlos. Facultad de Ciencias de la Salud – Dpto. de
Fisioterapia, Terapia Ocupacional, Rehabilitación y Medicina Física – Área de Fisioterapia.
Miguel Avenza-Jaén
Fisioterapeuta. Unidad de ELA. Hospital Carlos III, Madrid
Dirección para correspondencia:
Ana Isabel Macías Jiménez
HOSPITAL CARLOS III. C/ Sinesio Delgado, 10
28029 Madrid
Teléfono: 91 453 25 13
E-mail: aimacias@gmail.com
21. 21Fisioter calid vida.2012;15(1)
Ana Isabel Macías-Jiménez y Miguel Avenza-JaénEjercicio físico en la Esclerosis LateralAmiotrófica.
progression of ALS patient to obtain the greatest benefits.
Keywords: Amyotrophic Lateral Sclerosis, Exercise,
Neuromuscular Disease, Physiotherapy, Physical Activity.
INTRODUCCIÓN
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad
neurodegenerativa rápidamente progresiva y de desenlace
fatal, de etiología desconocida, que provoca la pérdida de
motoneuronas superiores e inferiores en el cortex cerebral,
sistema nervioso y médula espinal (1,2). Es la enfermedad
de motoneurona más común en la población adulta, con
incidencia estimada en la población europea de 2,16
personas por cada 100.000 habitantes, siendo mayor en
hombres (3,0 por 100000 habitantes) que en mujeres (2,4
por cada 100000 habitantes) (3), mientras que la
prevalencia se sitúa en 4-6 personas por cada 100.000 (4).
La media de edad de comienzo de la enfermedad en su
forma esporádica varía entre 55 y 65 años, con una media
de 64 años (5). En la mayor parte de los casos se trata de
una ELA esporádica, siendo sólo un 5% los casos en los que
se identifica una historia de ELA familiar (6).
La ELA se caracteriza por la presencia variable de debilidad
muscular progresiva, atrofia, fatiga, espasticidad, disartria,
disfagia y compromiso respiratorio, provocando una
limitación funcional progresiva, discapacitante y,
finalmente, desembocando en fallo respiratorio y muerte (7).
Actualmente no existen tratamientos curativos, siendo el
Riluzole el único fármaco aprobado como tratamiento
patogénico de la enfermedad, el cual ha demostrado un
ligero aumento de la supervivencia en 2 ensayos clínicos
internacionales (8). Por lo tanto, en ausencia de un
tratamiento curativo, el ejercicio físico y la fisioterapia se
plantean como una de las estrategias más apropiadas para
retrasar la pérdida de fuerza, resistencia e independencia (1).
A la espera de un tratamiento curativo o de detención de la
progresión, son muchas las estrategias que pueden
adoptarse para el manejo los pacientes con ELA. El
tratamiento no puede limitarse al riluzol, la única molécula
que ha demostrado modificar la evolución de la
enfermedad. Los tratamientos sintomáticos tienen un papel
importante en el control de los principales síntomas y
signos de la enfermedad, tales como astenia, fatiga,
depresión, ansiedad, secreciones, dolor, estreñimiento,
prevención de escaras, calambres, espasmos musculares,
trastornos del sueño, espasticidad, inestabilidad emocional
y trastornos digestivos.
Las dificultades en la deglución y la aparición de disfunción
diafragmática provocan la desnutrición e insuficiencia
respiratoria. Diversos estudios sugieren que la gastrostomía
y la ventilación mecánica no invasiva mejoran la calidad de
vida y la supervivencia en los pacientes con ELA (9-11).
El objetivo de esta revisión es determinar el efecto que el
ejercicio físico tiene sobre la progresión de la ELA, sobre la
discapacidad y sobre la sintomatología que
progresivamente aparece en estos pacientes, tratando de
establecer qué pauta de ejercicio es la más apropiada para
retrasar el avance de la enfermedad.
MATERIAL Y MÉTODO
Se realizó una búsqueda sistemática de la literatura en las
principales bases de datos bibliográficas, Pubmed, Cinahl,
ISI web of knowledge, PEDro, Cochrane y Academic Search
Premier, desde el año 1950 hasta la actualidad. Las palabras
clave utilizadas fueron: exercise, physical activity,
physiotherapy, occupational therapy, acuatic therapy,
amyotrophic lateral sclerosis, neuromuscular disease. Los
resúmenes de los artículos publicados identificados fueron
revisados para determinar la relevancia de los mismos.
Como resultado de esta búsqueda, un total de 50
referencias bibliográficas han sido incluidas en esta
revisión.
22. 22 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
RESULTADOS
Es ampliamente aceptado que el ejercicio físico aporta
grandes beneficios al organismo, contribuyendo
positivamente a mantener un peso saludable, y
favoreciendo el funcionamiento muscular, cardiovascular e
inmunológico. Además, el ejercicio ha demostrado ser
eficaz en la reducción del riesgo en patologías con alto
índice de mortalidad como la hipertensión arterial, la
patología cardíaca, la obesidad y la diabetes (12-15). De
especial interés para el tema que nos ocupa, el ejercicio
también ha demostrado un importante efecto
neuroprotector, tanto en el sistema nervioso central como
en el periférico (16).
Sin embargo, pese al acuerdo existente sobre los beneficios
del ejercicio físico general, la utilización del mismo en
pacientes con ELA se ha convertido en un tema
controvertido, no existiendo acuerdo con respecto a si la
actividad física aumenta el riesgo de progresión o
promueve la degeneración de las neuronas motoras en la
ELA. Actualmente, las hipótesis fisiopatológicas incluyen la
excitotoxicidad, el estrés oxidativo y el aumento de las
cargas de calcio como causas de la degeneración selectiva
de las neuronas motoras vulnerables, pudiendo amplificar
estos factores el ejercicio vigoroso (17).
Históricamente, el fortalecimiento muscular y el ejercicio
de acondicionamiento no han sido recomendados como
estándar de cuidado para las personas con ELA, no
existiendo acuerdo con respecto al efecto beneficioso o
perjudicial que puede tener el ejercicio físico moderado en
la evolución de esta enfermedad. Inicialmente, las
recomendaciones incluían evitar el ejercicio que no fuera
inherente a la vida cotidiana (18), basándose dicha
recomendación en los estudios epidemiológicos que
indicaban que altos niveles de esfuerzo podrían estar
asociados a un aumento del riesgo de progresión de la
degeneración asociada con la ELA (19,20). Bennet et al
describen la presencia de respuestas fisiológicas anormales
al ejercicio en personas con ELA, concluyendo que el
ejercicio vigoroso puede facilitar alguno de los mecanismos
patógenos implicados en la ELA (21).
Otros estudios teorizan que el ejercicio físico intenso o muy
repetitivo podría provocar un aumento de la pérdida de
masa muscular, favoreciendo la denervación de las
neuronas motoras (22). En este sentido, Patel (23) concluye
que la malnutrición y la limitación calórica, sumado a
ejercicio de alta intensidad, podrían acelerar el proceso de
la enfermedad. Kilmer et al (24) llevaron a cabo un estudio
en 1994 en pacientes con enfermedad neuromuscular,
llevando a cabo un programa de ejercicio resistido de
fortalecimiento muscular. Los resultados mostraron que el
ejercicio de alta intensidad y resistencia tiene efectos
perjudiciales, principalmente aquellos realizados de
manera excéntrica en extremidades superiores. Este estudio
sugiere que realizar ejercicio más de 4 días en semana
puede provocar debilidad muscular en esta población.
No obstante, son muchos los estudios que abogan por la
utilización del ejercicio físico en los pacientes con ELA.
Aunque la ELA es una enfermedad neurodegenerativa
progresiva que compromete el conjunto de neuronas
motoras y, secundariamente, la fisiología de las fibras
musculares, existen teorías que apuestan por la seguridad
del ejercicio moderado y por el beneficio de éste en los
pacientes con ELA (25). El ejercicio moderado puede
mejorar la plasticidad neuronal a través de factores tróficos,
tales como el factor de crecimiento insulínico (IGF) y
factores entróficos derivados gliales (26). El
acondicionamiento cardiovascular aumenta la circulación
cerebral y periférica mediante el aumento de la capacidad
aeróbica a través de un aumento de volumen sistólico y la
extracción de oxígeno, las nuevas redes capilares (27), y la
captación de colina y el aumento de la densidad de
receptores de la dopamina (28). Por lo tanto, es posible que
23. 23Fisioter calid vida.2012;15(1)
Ana Isabel Macías-Jiménez y Miguel Avenza-JaénEjercicio físico en la Esclerosis LateralAmiotrófica.
el ejercicio moderado pueda ser beneficioso para las
neuronas motoras sanas provocando una reestructuración
dendrítica, un aumento de liberación de neurotransmisores
en la placa motora, una mejora en la síntesis de proteínas,
un fortalecimiento de las conexiones sinápticas en los
músculos objetivo, ayudando a mantener la organización y
el potencial de contracción de las fibras musculares,
mediando en el equilibrio del calcio intracelular y
mejorando el transporte axonal (29). El ejercicio físico debe
adaptarse de acuerdo a la situación clínica de cada
individuo, evitando la sobrecarga de los sistemas nervioso,
muscular y respiratorio, así como la activación de los
mecanismos fisiopatológicos de la ELA (es decir, alteración
de la homeostasis de los radicales libres, la función de
mitocondrias, organización de los filamentos intermedios
celulares o intracelulares y la regulación del calcio). Esta
desaceleración de la fisiología podría aumentar la
independencia funcional.
Recientes estudios epidemiológicos informan de una
asociación significativa entre la actividad física y el riesgo
de progresión en la ELA (30). Sin embargo, otros estudios
muestran que los regímenes de ejercicio moderado mejoran
la situación funcional de los pacientes con ELA y son
beneficiosos para el control de los síntomas de la
enfermedad. Otros trabajos recientes llevados a cabo en
modelos de ratones transgénicos con ELA familiar han
demostrado un enlentecimiento de la progresión de la
enfermedad, mejora de la función, y la extensión de la
supervivencia en aquellos animales que realizaban un
programa de ejercicio moderado.
Los estudios realizados por Kaspar (31) en 2005 muestran
que los ratones transgénicos SOD1 que realizaban ejercicio
no exhaustivo y no excéntrico, mediante la rueda de libre
acceso, presentaban una mayor esperanza de vida en
comparación con aquellos que vivían de forma sedentaria
(202 días en ratones que realizaban ejercicio frente a 119
días en ratones sedentarios). Los resultados demostraron
que el ejercicio alarga la vida útil y retrasa el deterioro
funcional de manera significativa. Otros estudios (32,33)
llevados a cabo en animales corroboran un aumento
modesto en la supervivencia en aquellos ratones que
realizan un programa de ejercicio. Grondard et al (34)
demostraron que el ejercicio regular mejora de manera
apreciable la supervivencia de la neurona motora y con
ello, la función motora, ampliando la supervivencia en
ratones en un 50% con respecto al grupo de animales
control. En 2004, otro estudio mostró que los ratones
machos con ELA que realizaban ejercicio de alta intensidad
presentaban una menor supervivencia y un deterioro motor
más rápido (35).
Estudios más actuales, con ratones, como el llevado a cabo
por Carreras et al (36), muestran cómo el ejercicio
moderado retrasa la aparición del déficit motor en más de
una semana. Como contrapartida, el ejercicio vigoroso
demostró acelerar significativamente la aparición de
déficits de rendimiento del motor de la neurona motora.
Varios ensayos clínicos han demostrado el valor de ciertos
tipos de ejercicio para aminorar el progresivo deterioro y
mejorar la funcionalidad de los pacientes con ELA. Drory et
al (37) llevaron a cabo un estudio con pacientes
diagnosticados de ELA probable o definida, para tratar de
determinar los efectos del ejercicio sobre estos pacientes. El
programa establecido incluía la realización de ejercicio
moderado durante 15 minutos 2 veces al día. Los
resultados mostraron que, tras 3 meses de programa, los
pacientes mostraban un menor deterioro medido mediante
la escala funcional ALSFRS-r y unos mejores valores en la
escala de Ashworth. Los mismos resultados fueron
obtenidos en las evaluaciones realizadas a los 6 meses. Sin
embargo, no se encontraron diferencias significativas en la
fuerza muscular, el nivel de fatiga, dolor y calidad de vida
tras 3 meses, ni tras los 6 meses entre el grupo que realizó
24. 24 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
los ejercicios y el grupo control. Las evaluaciones
realizadas a los 9 y a los 12 meses no generaron datos
significativos debido al número escaso de pacientes que
continuaban en el estudio. Por tanto, concluyen los autores
que, un programa regular de ejercicio físico moderado tiene
un efecto positivo de corta duración sobre la discapacidad
en pacientes con ELA y, por lo tanto, debe ser
recomendado.
Pinto et al (38) estudiaron el efecto combinado del ejercicio
en cintas de umbral aeróbico con la utilización de
ventilación invasiva asistida durante 1 año, como técnica
para mejorar el mantenimiento de la fuerza muscular y la
oxigenación, así como mejorar la calidad de vida. Los
pacientes que llevaron a cabo este protocolo de
entrenamiento mostraron una mejoría en la movilidad y en
la función respiratoria, así como una menor disminución en
la fuerza muscular.
DalBello-Haas et al (39) investigaron los efectos del
ejercicio resistido moderado en el domicilio en pacientes
con ELA. Los pacientes realizaron un programa de
ejercicios diarios en el hogar de estiramiento y resistencia,
tres veces por semana durante 1 mes. Los resultados
mostraron que los pacientes del grupo que realizó el
programa de ejercicio presentaban mayores puntuaciones
en la escala funcional ALSFRS-r en la función física y un
menor deterioro en la fuerza de extremidades inferiores. Los
autores concluyen que un programa de ejercicios de
resistencia individualizado puede reducir la atrofia por
desuso, siempre y cuando el ejercicio no cause fatiga.
El entrenamiento en el agua es otra forma de realizar
ejercicio físico que podría beneficiar a los pacientes con
ELA. Deforges et al (40) realizaron un estudio con ratones
con ELA de 70 días de edad, a los que se les sometió a un
programa de natación 30 minutos al día los 5 días de la
semana. Los ratones fueron evaluados hasta los 115 días de
edad o hasta la muerte. Veinte ratones fueron incluidos en
un grupo de ejercicio en cinta con velocidad regulada y
otros 25 ratones se incluyeron en el grupo de natación en
una piscina de flujo. Un tercer grupo de 50 ratones con ELA
y 10 ratones control fueron colocados en una piscina sin
flujo o en una cinta sin velocidad. Los resultados indicaron
que la natación induce múltiples beneficios en la función
motora, restrasando la muerte de la motoneuronas
espinales y, con ello, probando un aumento de la
supervivencia de 25 días.
En contraste con los anteriores estudios, las pruebas
realizadas a ratones transgénicos de la misma cepa que la
anterior, expuestos a ejercicio vigoroso, mediante un
programa de 10h al día, no resultó en una progresión más
rápida de la degeneración de las neuronas motoras (41).
Jonson (42), en los años 80, experimentó un programa de
terapia en agua con un paciente con ELA, una vez por
semana 45 minutos, concluyendo que la terapia en agua
tiene múltiples ventajas como la facilitación a la hora del
ejercicio, la mejora de la condición física, incluyendo un
gran aspecto recreativo y social.
Zawodniak (43) recomienda el ejercicio acuático como
programa de acondicionamiento de los pacientes con ELA,
asegurando que un programa acuático permite la marcha
debido a la disminución de la gravedad, permite un mayor
descanso de la musculatura, consigue un aumento de la
movilidad reducida y consigue la relajación de la
musculatura espástica.
Jackson et al (7) proponen la realización de un programa de
ejercicio moderado como medida para mejorar la
resistencia, la fatiga y la eficiencia muscular, advirtiendo
sobre el riesgo de daño muscular que conlleva la
realización de ejercicio vigoroso. En la misma línea de
recomendar la realización de ejercicio moderado, Francis
et al (44) informó que los ejercicios de resistencia puede
ser beneficiosos en pacientes con una progresión lenta y
sólo en los músculos que siguen siendo fuertes.
25. 25Fisioter calid vida.2012;15(1)
Ana Isabel Macías-Jiménez y Miguel Avenza-JaénEjercicio físico en la Esclerosis LateralAmiotrófica.
Coincidiendo con Francis et al, Simmons (1) señaló que el
ejercicio moderado pude ser beneficioso, en aquellos
músculos que cuentan aún con suficiente fuerza muscular.
Müller (45) establece que es necesaria sólo una contracción
al día con la mitad de la fuerza máxima para prevenir la
atrofia. Un músculo que no se contrae pierde alrededor de
un 5% de su fuerza diaria. También consideran que el rango
de movimiento (ROM) y los ejercicios de estiramiento se
debe iniciar en todos los pacientes con ELA que muestran
debilidad muscular. Estos ejercicios han demostrado ser
útiles en el mantenimiento de movimiento pasivo,
ayudando a prevenir o reducir el dolor y aumentar o
mantener la función (1). Otros efectos beneficiosos del
estiramiento incluyen la prevención de contracturas,
trombosis venosa profunda y émbolos pulmonares (46).
Es importante conocer el efecto del entrenamiento de la
fuerza isométrica de los pacientes con ELA para determinar
su posible utilización dentro del programa de
rehabilitación. Lenman (47) realizó un estudio de
entrenamiento muscular de los grupos flexores y grupos
extensores del codo en pacientes con diversos grados de
debilidad muscular. Los pacientes participaron entre 11 y
21 sesiones de entrenamiento consistente en la realización
de 30 contracciones isométricas. Tres de los pacientes que
se sometieron al programa de entrenamiento mejoraron la
fuerza de flexión y extensión de codo, mientras que los tres
restantes no mostraron mejoría o presentaron pérdida de
fuerza. El autor concluye que los ejercicios de
fortalecimiento están garantizados sólo cuando el proceso
de la enfermedad es de progresión lenta. Chan y Sinaki
(44,48) sugieren que seis contracciones isométricas durante
seis segundos cada una, junto con ejercicios submáximos
de banda elástica, pueden ayudar a mantener o mejorar la
fuerza en pacientes con ELA.
La fatiga es un síntoma referido frecuentemente por los
pacientes. Se entiende por fatiga la pérdida de capacidad
de generar fuerza después del ejercicio, mediante la
medición de los cambios en la actividad electromiográfica
de un esfuerzo determinado, pero también se trata de un
síntoma ciertamente subjetivo (49).
DalBello-Haas et al (50) recomiendan la vigilancia y la
adaptación de los programas de ejercicio para evitar la
excesiva fatiga en los pacientes, con especial atención a la
aparición de calambres y/o fasciculaciones, lo cual podría
indicar la presencia de fatiga muscular.
En los pacientes con ELA la reducción en la actividad física
puede ser debida, además, a un síndrome de
hipoventilación alveolar. Por ello, la fisioterapia respiratoria
es fundamental, mediante ejercicios de respiración
abdominal, expansión costal y, en fases más avanzadas,
mediante fisioterapia respiratoria asistida. Estudios
recientes han demostrado que el uso de ventilación
mecánica no invasiva puede aumentar la supervivencia
en pacientes con ELA, pese a que no demostró cambios
en la progresión de la debilidad muscular ni en la calidad
de vida (38).
CONCLUSIONES
Son numerosos los estudios que han tratado de
determinar los efectos del ejercicio en los pacientes con
ELA. Muchos autores coinciden en afirmar que el
ejercicio moderado provoca un enlentecimiento de la
progresión de la discapacidad pero, sin embargo, no hay
establecidas pautas concretas que indiquen qué tipo de
ejercicio es el más recomendable, así como cuál es la
duración y frecuencia más apropiadas.
Por lo tanto, son necesarios nuevos trabajos de
investigación que permitan determinar el efecto concreto
que el ejercicio moderado tiene en los pacientes con ELA
y que permitan definir un programa concreto en
frecuencia y durabilidad.
26. 26 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
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28. Evidencias cientificas sobre Fisioterapia en las Tendinitis del
Manguito Rotador y Sindrome de Rozamiento Subacromial.
Cientific evidences about Fisiotherapy in Rotator cuff Tendonitis
and Inpingement Syndrome
28 Fisioter calid vida.2012;15(1)
RESUMEN
El dolor de hombro es el segundo en prevalencia después
del de espalda. La causa más frecuente es el síndrome de
rozamiento subacromial que se caracteriza por un
compromiso de las estructuras subacromiales. Otra causa
importante es la tendinitis del manguito rotador que suele
afectar al tendón del supraespinoso primariamente pero
puede extenderse a los restantes tendones del manguito. El
objetivo de esta revisión es encontrar protocolos de
tratamiento válidos para tratar estas patologías.
Método: Se ha realizado una búsqueda bibliográfica en las
bases de datos Pedro, Pub med y Cochrane desde el año
1984 hasta el 2008. Se han seleccionado revisiones
sistemáticas y ensayos clínicos hechos a doble ciego, con
grupo control y escritos en español ó inglés.
Resultados: Para tratar la tendinitis del manguito rotador
podemos utilizar láser de ArGa de 904 nm, con
aplicaciones de 1 minuto en el troquíter mayor, el menor, el
canal bicipital y la cara anterior y posterior de la capsula
articular. El láser de infrarrojo a 904 nm también ha
demostrado ser eficaz. El masaje como tratamiento
adicional al tratamiento manual y la magnetoterapia
pulsada usada diariamente durante 1 mes para la tendinitis
crónica.
Para la tendinitis calcificada usamos ultrasonidos durante
15 minutos con una frecuencia de 0.85 MHz y una
intensidad de 2.5 W cm2 y magnetoterapia pulsada 30
minutos durante 6 días consecutivos.
En el síndrome de rozamiento subacromial hay evidencias
limitadas de que el láser es mejor que los AINES en
pacientes que no pueden hacer cinesiterapia pero no ha
demostrado beneficios adicionales sumado a ella. La
electroacupuntura ha demostrado ser efectiva usada en tres
Isabel Vilar Gálvez.
Fisioterapeuta colegiada nº 117
Dirección para correspondencia:
C/ Carros nº36, edificio Namansa 13, 1º B
Teléfonos: 617 51 37 79 (personal) - 968 59 19 05 (trabajo)
Fax: 950 45 42 42
E-mail: gonzalez.lozano@allianzmed.es
29. 29Fisioter calid vida.2012;15(1)
Isabel Vilar GálvezEvidencias cientificas sobre Fisioterapia en las Tendinitis del Manguito Rotador y Sindrome de Rozamiento Subacromial.
puntos simultáneamente, un punto gatillo y un punto de
acupuntura local, el LI 15: Jianyu que son estimulados con
una corriente de 2-100 Hz y un pulso con una duración de
100-400 microsegundos durante 20 minutos y un punto
distal, el ST38 en el que se aplica también una aguja
durante 20 minutos. La electroterapia interferencial
aplicada con 4 electrodos de ventosa coplanares de 80-120
Hz durante 20 minutos a la máxima intensidad tolerada por
el paciente también es efectiva. Para la cinesiterapia todos
los autores están de acuerdo en que la máxima efectividad
se consigue combinando el ejercicio terapéutico con la
terapia manual y uno de ellos incluye también la aplicación
de crioterapia dentro de esta.
Palabras Clave: síndrome subacromial, hombro doloroso,
terapia física, rehabilitación y manguito rotador
SUMMARY
Shoulder pain is the second most prevalent pain after back
pain. The most frequent cause is sub- acromial
impingement syndrome which is characterised by the
degeneration of the subacromial structure. Another
significant cause is tendon damage in the rotator cuff which
often affects primarily the supraspinatus tendon but which
can spread to the remaining tendons. The purpose of this
review is to find suitable treatments for these conditions.
Method: A search of the databases Pedro, Pub med and
Cochrane from 1987 to 2008 has been carried out.
Systematic review and clinical trials written with control
groups and double blind tests in Spanish and English have
been selected.
Results: To treat tendonitis of the rotator cuff an ArGa laser
of 904 nm can be used, applying for one minute on the
greater tuberosity, the lesser, the bicipital canal and the front
and rear of the shoulder. An infrared laser of 904 nm has
also been shown to be effective. Massage can also be used
as an additional treatment and electromagnetic pulse
therapy can be used daily for one month for chronic
tendonitis.
For calcified tendonitis ultrasound can be used for 15
minutes at 0.85 MHz at an intensity of 2.5 W cm2 along
with electromagnetic pulse therapy for 30 minutes for 6
consecutive days.
With sub-acromial impingement syndrome there is some
evidence that laser treatment is better than anti-
inflamatories (AINES) in patients who can not do
kinesiotherapy but no additional benefits have been noted
when used along with kinesiotherapy. Electroacupunture
has been shown to be effective when used simultaneously
at three points; a trigger point and a local acupuncture
point, the LI15: Jianyu both of which are stimulated by a 2-
100 Hz current and a pulse with a duration of 100-400
microseconds for 20 minutes and a distal point, the ST 38
in which a needle is inserted for 20 minutes. Interferential
therapy applied 4 electrodes at 80-120 Hz for 20 minutes at
the maximum intensity which can be tolerated by the
patient is also effective. As far as kinesiotherapy in
concerned, all the authors are in agreement that maximum
effectiveness is achieved by combining therapeutic exercise
with manual therapy and n addition one author also
includes the application of cryotherapy.
Key words: impingement syndrome, painful shoulder,
physical therapy, rehabilitation and rotator cuff.
INTRODUCCIÓN
El dolor de hombro es el segundo en prevalencia después
del de espalda, afectando del 16 al 21 % de la población
aproximadamente. La causa más frecuente de este dolor es
el síndrome de rozamiento subacromial que llega a sumar
del 44 al 60% de las visitas al fisioterapeuta por problema
en el hombro (14). Este síndrome se caracteriza porque el
30. 30 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
dolor es causado por un compromiso de las estructuras
subacromiales: manguito rotador, tendón de la cabeza larga
del bíceps y bursa y se exacerva con la elevación del brazo
y las actividades que se realizan sobre la cabeza (14).
El termino “manguito rotador” se refiere al grupo de
músculos y tendones que rodean y estabilizan la
articulación del hombro durante el movimiento (4). La
tendinitis del manguito origina un síndrome de hombro
doloroso que varía desde leves molestias con la actividad
hasta un dolor intenso que comúnmente empeora por la
noche. Suele afectar al tendón del supraespinoso
primariamente, aunque puede extenderse a los restantes
tendones del manguito (24).
Los trastornos del hombro son difíciles de diagnosticar y de
clasificar debido a una coincidencia frecuente de los
síntomas (3). En primer lugar debemos descartar los dolores
referidos o irradiados desde otras estructuras. Una vez
establecido que el dolor asienta en el hombro se realiza la
anamnesis en la que es importante la edad del paciente, los
deportes que practica, las características del dolor, la
incapacidad funcional y las enfermedades asociadas (24).
Terminada la anamnesis se realiza una exploración global
que se completa si es necesario con otras pruebas
complementarias como analítica, radiografía o ecografía (25).
Una de las dificultades de investigar las evidencias
científicas del tratamiento con medios físicos, es la
amalgama de términos que suelen indicar las impresiones
diagnósticas (17) como lesiones de
tejidos blandos del hombro (2), hombro doloroso (5) ó
dolor inespecífico de hombro (1), términos demasiado
ambiguos para poder basar un estudio en ellos.
También hay que definir las causas (etiologías) específicas
del dolor de hombro.
El objetivo de este trabajo es encontrar la evidencia
científica existente de la efectividad de las técnicas
fisioterápicas para tratar la tendinopatía del manguito
rotador y el síndrome de rozamiento subacromial.
MATERIAL Y METODO.
Se ha realizado una búsqueda en las bases de datos Pub
med, Cochrane y Pedro y se han seleccionado artículos
escritos desde 1984 hasta el 2008. Las palabras clave
utilizadas han sido: hombro doloroso, síndrome
subacromial, manguito rotador, rehabilitación y terapia física.
De los estudios encontrados se seleccionaron aquellos que
eran revisiones sistemáticas o ensayos clínicos hechos a
doble ciego y con grupo control y que estuvieran escritos
en español ó en inglés.
RESULTADOS.
Los resultados están divididos en dos grupos, primero el de
tendinopatías y segundo el de síndrome de rozamiento
subacromial.
A. TENDINITIS
ULTRASONIDOS
No hay suficientes evidencias científicas que permitan
recomendar el uso del ultrasonido ni continuo ni pulsátil
para el tratamiento de la tendinitis del manguito rotador.
Ebenbichler et al. (19) recomiendan su uso en
tendinopatías calcificadas del hombro para problemas
recientes. Los parámetros usados son: ultrasonido pulsátil
en modo 1:4, con un transductor de 5 cm2 (sonodyn,
siemens) aplicado durante 15 minutos con una frecuencia
de 0.89 MHz y una intensidad de 2.5 W cm2. Se utiliza gel
de ultrasonidos y se realizan movimientos lentos en
círculos. El paciente mantiene el hombro flexionado y
rotado internamente. Reciben un total de 24 sesiones, las
15 primeras diariamente durante 3 semanas y las restantes
3 veces a la semana durante 3 semanas. Al finalizar el
tratamiento los pacientes presentan menos dolor y mejor
calidad de vida que los que han recibido el ultrasonido
placebo.
31. 31Fisioter calid vida.2012;15(1)
Isabel Vilar GálvezEvidencias cientificas sobre Fisioterapia en las Tendinitis del Manguito Rotador y Sindrome de Rozamiento Subacromial.
Este trabajo es tenido en cuenta en otras dos grandes
revisiones sobre el tema realizadas con posterioridad,
Philadelphia Panel en 2001 (1) y Green et al en 2005 (3).
LASER.
Vecchio et al. (7). utilizan un láser de arseniuro de galio de
830 nm y lo aplica dos veces a la semana durante 8
semanas, un máximo de 10 minutos en 5 puntos dolorosos
encontrados por el examinador. El tratamiento se concentra
todo lo posible en la zona subacromial y anterior del
hombro. Este estudio concluye que el láser no es mejor que
el placebo en el tratamiento de las tendinopatías del
manguito rotador.
Ümit Bingöl et al. (8), usan el láser de arseniuro de galio
904 nm y lo aplican combinado con un protocolo de
ejercicios durante dos semanas. Las aplicaciones duran 1
minuto y se realizan sobre el troquíter mayor y menor del
hombro, el canal bicipital y la cara anterior y posterior de
la cápsula articular. Los resultados demuestran una mejoría
en la sensibilidad a la palpación y la extensión pasiva pero
no una mejoría significativa en dolor y movimiento activo.
Saunders (9) seleccionó a 24 pacientes diagnosticados de
tendinitis del supraespinoso y los dividió de forma aleatoria
en dos grupos. Uno de ellos recibe láser de 820 nm durante
9 sesiones de tratamiento y el otro un placebo. Las
indicaciones sobre higiene postural son idénticas. Los
resultados muestran una mejoría en el dolor y la
sensibilidad a la palpación.
England et al. seleccionaron a 30 pacientes con tendinitis
del supraespinoso ó tendinitis bicipital que se dividieron en
tres grupos a los que se aplicó láser de infrarrojos de 904
nm durante 2 semanas, láser placebo o medicación. Los
pacientes demuestran una mejoría significativa en el grupo del
láser tanto en capacidad de movimiento como en dolor. (10).
TENDINITIS Y ELECTROTERAPIA.
No se ha encontrado ningún trabajo que presente un
protocolo de tratamiento válido con electroterapia.
Hay un estudio de Geer et al (2) que demuestra que la
aplicación de 12 sesiones de electroterapia de media
frecuencia (interferencial bipolar) no es efectiva para tratar
los desordenes de los tejidos blandos del hombro.
En una revisión realizada por el Philadelphia Panel sobre
intervenciones para el dolor de hombro analizaron trabajos
hechos con TENS pero llegaron a la conclusión de que no
tienen suficiente calidad metodológica para ser
considerados (1).
TENDINITIS Y TERMOTERAPIA.
No hay evidencias científicas fiables sobre tratamientos con
termoterapia, a esta conclusión llegan en dos revisiones
Green et al (17) y el Philadelphia Panel (1).
MAGNETOTERAPIA.
Encontramos un trabajo de Binder de 1984 (11) que es
considerado en muchos estudios posteriores y que habla de
que la magnetoterapia pulsada aplicada diariamente
durante 4 semanas puede ser útil en el tratamiento de la
tendinitis crónica del manguito rotador.
Otro estudio de Dal Conte de 1990 (3) obtuvo resultados
positivos en la tendinitis calcificada aplicando
magnetoterapia pulsada 30 minutos al día durante 6 días
consecutivos.
CINESITERAPIA
Smidt en al. (13) en un trabajo sobre revisiones que
estudiaban la efectividad de la terapia de ejercicio en
distintas patologías llegan a la conclusión de que no hay
suficientes evidencias que permitan afirmar o rechazar la
efectividad de la terapia de ejercicio para tratar pacientes
con dolor de hombro.
Verhagen et al. (12) realizaron una revisión sobre
intervenciones ergonómicas y fisioterapéuticas para el
tratamiento de las molestias relacionadas con el trabajo en
el brazo, cuello u hombro en adultos y concluyen que hay
pruebas conflictivas en cuanto a la eficacia de los ejercicios